REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL MAGISTERIO
“SAMUEL ROBINSON”
CLIF “LUDOVICO SILVA”
MUNICIPIO PAEZ ESTADO
SISTEMATIZACION
PARTICIPANTE
SARA LOBATON
CI 16292651
PRIMARIA
ACARIGUA, JUNIO 2024
El enfoque de la educación ambiental se refiere a nivel nacional e internacional, entre otros, a los
cambios climáticos, el efecto invernadero y el deterioro de la capa de ozono. Por lo tanto, es crucial
tener en cuenta una perspectiva de transformación social y ambiental, donde los individuos poseen
la habilidad de interpretar y modificar el mundo, así como dar importancia a todos los seres vivos.
En este sentido, se concibe la educación ambiental como herramienta para mejorar la relación que
existe entre el hombre y su medio, a partir de conocimientos, informar sobre estilos de vida,
sensibilizar y favorecer comportamientos. Apuesta por la reflexión, toma de conciencia y solución
de problemas con hábitos respetuosos hacia el planeta.
Según Terrón (2013), la tarea del educador consiste en fomentar en los estudiantes un sentimiento
crítico sobre su entorno, así como en acciones y soluciones adecuadas en beneficio del medio
ambiente, la revision de las acciones en movimiento y las que implican un desafío global son los
retos que se presentan en el siglo XXI. De ahí que la educación ambiental haya adquirido en el
mundo y en todos los niveles de la sociedad un gran valor. En este aspecto, Terrón (2000)
menciona que la educación tiene como objetivo ayudar, aportar e impartir habilidades para que los
niños, jóvenes y adultos puedan acceder de manera responsable a la ciencia y la tecnología.
Asimismo, la educación tomará en cuenta un aprendizaje del hacer, así como un equilibrio
ecológico y bienestar integral, lo cual supondría una transformación del comportamiento de los
individuos desde su hogar.
En todas partes del mundo la educación ambiental demanda acciones desde las escuelas, los
hogares y las comunidades, para hacer posible la implementación de políticas gubernamentales al
respecto. La participación de la sociedad es vital para mejorar la calidad de vida, la conservación
de las especies y el patrimonio de la humanidad. No son suficientes talleres y pláticas, se requiere
de una formación integral que sea capaz de cambiar la manera de comprender el mundo desde
varios ámbitos disciplinarios. De ahí que de los esfuerzos que se realicen ahora dependerá que las
futuras generaciones conozcan el patrimonio ecológico actual. Se precisa de proponer alternativas
reales y soluciones de desarrollo sustentable, económico y ecológico, acordes a las necesidades de
la humanidad;
Hoy por hoy, en la educación formal es vital dirigir un programa que esté cuidadosamente situado
en diversos contextos para comprender las necesidades específicas del lugar, los fenómenos
ambientales y los problemas locales, nacionales y globales; asimismo, promover la prevención y
resolución de los conflictos y fomentar el valor de la cooperación. En otras palabras, se trata de
una educación transversal, en la que un tema se puede tratar con enfoques transdisciplinarios, lo
cual puede llegar a contribuir o no al avance de nuevos conceptos y realidades, según la manera
en que se aborden.
La educación ambiental ha tenido diversos enfoques y se ha planteado desafíos. En un primer
momento se enfatizó la naturaleza; en un segundo momento, la ecología, la cual se consideró un
recurso de aprendizaje, cuyo fin era la sensibilización, a través de programas de capacitación y
prevención con énfasis en la metodología, y en un tercer momento, el medio ambiente, en el que
se contemplaron las acciones negativas hacia éste, aquí se promovió la participación ciudadana
para el cambio y la adquisición de valores por medio de un discurso dominante sobre el desarrollo
sostenible. En un contexto más crítico, el ecodesarrollo se fundamenta en el medio natural y las
condiciones locales y el papel que juegan a las personas.
La educación para el desarrollo sostenible (EDS) significa incorporar los temas fundamentales del
desarrollo sostenible al proceso enseñanza-aprendizaje, y motivar a los alumnos a pensar en las
generaciones futuras y la huella ecológica que dejarán a su paso. Para alcanzar este resultado, se
deben fomentar la obtención de habilidades y ejercer ajustes in los métodos pedagógicos, en las
estrategias de enseñanza y, finalmente, en las prácticas educativas.
algunos autores coinciden en que existen diversos Elementos a tomar en cuenta para aplicar y
desarrollar la educación ambiental, en los distintos niveles educativos; por ejemplo, realizar un
diagnóstico, adquisición de conocimientos del medio y soluciones prácticas, adquisición de
conciencia ambiental y cambio de actitudes. Viesca (1995) repara en hacer un diagnóstico a la
comunidad para determinar los intereses, conocimientos y necesidades respecto a sus problemas
ambientales; posteriormente, elaborar un proyecto para idear el desarrollo de propuestas y su
evaluación. Batllori (2001) expresa que debe existir la adquisición de conciencia ambiental, un
cambio de actitudes en pro del hábitat y la realización de acciones prácticas para la conservación
del ambiente. La Comisión Ambiental Metropolitana (2000) afirma que la educación ambiental
debe partir de la realidad, de los intereses y de las aspiraciones de los sujetos sociales, vincular lo
aprendido con la vida cotidiana y desarrollar las habilidades básicas.
Otro elemento básico es la práctica docente, debido a que el profesor es una figura sustancial del
acontecer educativo diario, su presencia es importante para el flujo de acontecimientos en el aula
y de su aprendizaje. La forma de llevar a cabo su labor y las aristas que se encuentran en ella
dependerá en gran medida la calidad y naturaleza de los avances de aprendizaje.
El proceso real y complejo que es conocido como práctica educativa se encuentra en una esencia
absoluta con el currículum oficial, las técnicas de transmisión de conocimiento, el diseño y
estructura de las actividades de enseñanza y las interacciones en el ámbito escolar. En otro paladar,
se trata de una dinámica entre la norma oficial y la vida diaria.
El proceso real y complejo que es conocido como práctica educativa se encuentra en una esencia
absoluta con el currículum oficial, las técnicas de transmisión de conocimiento, el diseño y
estructura de las actividades de enseñanza y las interacciones en el ámbito escolar. Es decir , se
trata de una dinámica entre la norma oficial y la vida diaria. En cuanto a su relación con la
educación ambiental, se deben potencializar y fomentar acciones dirigidas a una transformación
social para lograr la sustentabilidad, crear diversos escenarios de aprendizaje apropiados y
aprovechar las facilidades existentes, y así estimular experiencias significativas en los estudiantes.
Es indispensable que exista coherencia entre lo que se enseña y lo que ocurre en el entorno social,
familiar y escolar, pues lo que no se percibe como relevante no tiene sentido para los estudiantes.
Por ello, la práctica docente en la educación ambiental debe enfocarse en que los jóvenes
consideren el tema del ambiente, fomentar un cambio de actitudes favorables, como valores para
conservar la naturaleza y propagar su cultura.
La práctica docente en educación ambiental ha encontrado a su paso alcances y limitaciones que
permiten o impiden promover y construir una conciencia ambiental entre los alumnos.Algunas
limitaciones: los docentes no tienen el perfil deseable para enseñar los contenidos, los programas
de estudio tocan el tema de forma superficial; los contenidos se imparten en tiempos cortos, y la
modalidad es más teórica que práctica.
Además, la práctica docente presenta diferentes perspectivas y connotaciones, no se reduce sólo a
las acciones realizadas dentro de un salón de clases, se entiende como una acción institucionalizada
que se relaciona con los aconteceres político, histórico, social y educativo. Por lo que se puede
hablar de un quehacer social, en el que se concentran significados, percepciones y acciones de los
agentes implicados. Un factor esencial es la reflexión de los docentes sobre la misma, a partir del
cuestionamiento sobre la praxis que realiza en su cotidianidad y el reconocimiento de ese quehacer.
Como se ha visto, la educación ambiental constituye un reto para los sistemas educativos del
presente, implica modificaciones importantes para reorientar los actuales planes y programas
escolares y, por consiguiente, la práctica docente.
Aportes de las distintas disciplinas sobre el ambiente y la formacion ecosocialista
Ramírez (2016) plantea que es necesario “exponer los principales aspectos debatidos, así como
los resultados de las investigaciones inter y transdisciplinarias realizadas durante los últimos años
en el área ambiental, y presentar algunos de los retos y dificultades más recurrentemente
manifiestos durante su implementación” (p. 1), de tal manera que se pueda advertir que la crisis
ambiental de hoy día, no es una problemática reciente, ni tampoco inexplorada, lo que realmente
deviene de tiempos bisoños son las dimensiones en que se ha establecido. En tanto, resulta acotar
que la producción acelerada de tecnologías, propicia la rauda degradación del ambiente y sus
recursos, máxime cuando su uso no es racional, ni atendiendo a la ética de la ciencia,
contribuyendo esto al deterioro de la naturaleza y a que la capacidad de respuesta orientada a su
restauración se sitúe en el largo plazo. Dadas las condiciones mencionadas, para hablar de
sustentabilidad en el desarrollo de las sociedades, necesaria es la existencia de una conciencia
cultural que refiera la relación del conflicto entre la especie humana y el ambiente. Dicha relación,
es conveniente que sea una coexistencia armónica, entre ambos protagonistas de la vida, hominum-
naturae, que sea proclive a garantizar niveles de vida humana adecuados para vivir-viviendo, que
procure mitigar y combatir con conciencia el deterioro ecosistémico y construir el mayor equilibrio
posible del planeta.
Providencialmente, para atender a los intereses de las diferentes organizaciones sociales y de sus
modelos imperantes, se ha señalado que protección del ambiente y desarrollo sustentable,
excepcionalmente han sido objetos de procesos integracionistas, y frecuentemente se presentan
como incompatibles. Tal situación, representa un elemento “verdadero”, ya que dichos conceptos,
seguirán siendo incompatibles, en la medida en que no se prevea el desarrollo dentro de la noema
de la sustentabilidad. En tanto, resulta obligante considerar que el arjé del bienestar social está en
el aprovechamiento racional de los recursos ambientales y la modificación ética del paisaje natural,
dado que los niveles de calidad de vida y satisfacción de necesidades de las personas dependen
directamente del modelo de desarrollo que adopte la sociedad. En consecuencia, una primera
aproximación, deja claro que el modelo de desarrollo imperante hasta ahora, ha resultado
depredador del ambiente, sometiéndole a una tentativa transgresora y consumismo que superan
ampliamente su capacidad de regeneración. Al respecto, el estado venezolano ha planteado a través
de la ley del plan de la patria (2013), objetivo histórico V; la necesidad de formular un modelo de
desarrollo, dovelado epistemológicamente de manera disímil; que fije metas para el bienestar de
las generaciones actuales, y prevenga la subsistencia prospera de las futuras satisfaciendo “la
necesidad de construir un modelo económico productivo ecosocialista” (p.5), y potenciando las
ecuaciones sociales de la sostenibilidad.