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Biblia Anti Guo Testament o Libros

Resumen libros

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Antiguo testamento

Descripción

El Antiguo Testamento contiene los escritos de profetas antiguos y


otras personas que escribieron bajo la inspiración del Espíritu Santo.
Es un registro de los tratos de Dios con Sus hijos, desde la Creación
hasta alrededor del año 400 d. C.El Antiguo Testamento es la primera
parte de la Biblia cristiana. La segunda parte de la Biblia cristiana es el
Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento se compone del:

Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Históricos: Josué, Jueces, Rut, I y II Samuel, I y II Reyes, I y II Crónicas,


Esdras, Nehemías, Ester

Sapienciales: Job, Proverbios, Eclesiastés

Poéticos: Salmos y Cantar de los Cantares

Proféticos:

Profetas mayores: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel Y Daniel

Profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum,


Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías
Introducción al Libro de Génesis
¿Por qué debemos estudiar este libro?
La palabra génesis significa origen o principio, y el libro de Génesis es un libro sobre
comienzos. El libro expone la creación de la Tierra y de todo ser viviente sobre su faz, la
caída de Adán y Eva y la entrada del pecado al mundo, el origen de la casa de Israel, y el
establecimiento de los convenios del misericordioso Padre Celestial para la salvación de
Sus hijos. Conforme los alumnos estudien el libro de Génesis, entenderán mejor su
identidad y lo que el Señor espera de las personas que han hecho convenios con Él.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor del Génesis. Moisés fue un profeta llamado por Dios para conducir a
los hijos de Israel al liberarlos del cautiverio en el que se hallaban en Egipto, y a través del
desierto hasta la tierra prometida de Canaán. Debido a que los acontecimientos descritos
en el Génesis ocurrieron antes de la época de Moisés, él no se enteró de ellos
directamente. Se le dieron a conocer por medio de la revelación y también es posible que
los haya tomado de las fuentes históricas que tenía a su alcance
¿Cuándo y dónde se escribió?
Existen diversas opiniones sobre el momento en que se escribieron el Génesis y los demás
libros de Moisés, pero algunos eruditos lo calculan entre los siglos XV y XIII a. C. No
sabemos con exactitud en qué lugar se encontraba Moisés cuando escribió este libro. El
libro debe haber dado ánimo y esperanza a los israelitas, quienes necesitaban cultivar la
fe en el Señor y comprender los convenios que Él había hecho con sus antepasados para
que aquellos pudieran cumplir la función que tenían como el pueblo escogido del Señor.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Génesis es una introducción a los demás libros de Moisés (Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio), así como a todo el Antiguo Testamento. Génesis narra los
acontecimientos que ocurrieron durante las dispensaciones de Adán, Enoc, Noé y
Abraham. Es así que Génesis proporciona el único registro del Antiguo Testamento de
muchos acontecimientos importantes, entre ellos, la Creación, la caída de Adán y Eva, el
Diluvio, y el establecimiento del convenio de Abraham. Sin embargo, Génesis no se centra
en esos períodos por igual: sólo once capítulos del Génesis están dedicados a la época de
la creación de la Tierra hasta la de Abraham, mientras que hay 39 capítulos que tratan
sobre la vida de Abraham, Isaac, Jacob y los doce hijos de éste último. Ese énfasis sugiere
que Moisés deseaba enseñar a los hijos de Israel sobre los convenios que el Señor hizo
con los antepasados de ellos, mediante los cuales Israel colaboraría con el Señor en la
obra de bendecir a todas las naciones y familias de la Tierra. Los relatos de la vida de esos
patriarcas y sus esposas también demuestran que, aunque se probará al pueblo del
convenio del Señor, el Salvador estará con ellos si se mantienen fieles a Él.
Bosquejo
Génesis 1–4. Moisés narra la creación de la Tierra y de todo ser viviente que hay en ella.
Adán y Eva comen del fruto prohibido y se los expulsa del Jardín de Edén. Tienen hijos.
Caín mata a Abel.
Génesis 5–11. Debido a la iniquidad de los seres humanos, Dios promete que inundará la
Tierra. Noé obedece el mandamiento de Dios de construir un arca y su familia se salva del
Diluvio. Noé y su familia se multiplican e hinchan la Tierra. Jehová confunde el idioma de
los del pueblo y los dispersa sobre toda la Tierra después que construyen la torre de
Babel.
Génesis 12–23. Jehová promete que Abram llegará a ser una gran nación y que su
descendencia bendecirá la Tierra. Abram viaja con su esposa, Sarai, a Hebrón y luego a
Egipto. Jehová hace convenio con Abram. Cambia el nombre de Abram a Abraham y el de
Sarai a Sara, y les promete un hijo. Se salva a Lot, que es sobrino de Abraham, de la
destrucción de Sodoma. Sara da a luz a Isaac a edad avanzada. Abraham demuestra su
fidelidad a Jehová al estar dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac.
Génesis 24–26. Jehová guía al siervo de Abraham para que escoja a Rebeca como esposa
para Isaac. Nacen Esaú y Jacob. Esaú vende su primogenitura a Jacob. Jehová renueva el
convenio de Abraham con Isaac.
Génesis 27–36. Jacob recibe la bendición de la primogenitura de su padre. Esaú aborrece
a Jacob y piensa matarlo. El Señor le promete a Jacob las mismas bendiciones que se
dieron a Abraham y a Isaac. Jacob sirve a Labán y se casa con sus hijas Lea y Raquel. El
Señor se aparece a Jacob y le cambia el nombre a Israel. Jacob regresa a Canaán y se
reconcilia con Esaú. Luego viaja a Bet-el, donde el Señor se le aparece y renueva Su
convenio. Jacob tiene doce hijos y una hija.
Génesis 37–50. Jacob favorece a José. José sueña que sus padres y hermanos lo honran y
se someten a él. Los hermanos de José lo venden como esclavo y es llevado a Egipto. La
esposa de Potifar tienta a José y lo acusa falsamente. José es encarcelado. Interpreta el
sueño del copero y el del panadero de Faraón, y después el de Faraón. Faraón lo nombra
gobernante de Egipto, y José prepara la nación para la hambruna. Cuando los hermanos
de José van a Egipto, él los pone a prueba y los perdona. Toda la familia de Jacob va a
Egipto y Jacob bendice a sus hijos. José profetiza y muere en Egipto.
Introducción al libro de Éxodo
¿Por qué debemos estudiar este libro?
La palabra éxodo significa “salida” o “partida”. El libro de Éxodo nos brinda el relato de la
salida de Israel de la servidumbre en Egipto y su preparación para heredar la tierra
prometida como pueblo del convenio de Jehová. La salida de Israel de la servidumbre y su
viaje a través del desierto pueden simbolizar nuestro viaje por un mundo caído y de
regreso a la presencia de Dios. Al estudiar este libro, los alumnos aprenderán acerca del
poder del Señor para liberarlos del pecado. Además aprenderán que los mandamientos,
las ordenanzas y los convenios pueden ayudar a prepararlos para recibir las bendiciones
de la vida eterna.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor de Éxodo. Fue criado en la corte real de Egipto por la hija de Faraón,
pero abandonó esa situación de privilegio para “ser afligido con el pueblo de Dios”.
Después de que Moisés huyó de Egipto, viajó a la tierra de Madián, en donde recibió el
Sacerdocio de Melquisedec de manos de su suegro, Jetro. En algún momento, Moisés
también recibió las llaves del recogimiento de Israel. Moisés dio inicio a una dispensación
del evangelio de Jesucristo y prestó servicio como profeta y revelador de las palabras de
Dios.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Existen varias opiniones respecto a cuándo se escribieron Éxodo y los otros libros de
Moisés, y no sabemos con exactitud en dónde estaba Moisés cuando escribió este libro.

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas del libro?
El libro de Éxodo proporciona detalles acerca de la crianza de Moisés y su llamamiento
como profeta, el establecimiento de la Pascua y el convenio de Jehová con Israel en Sinaí,
incluso Su declaración de los Diez Mandamientos. Los acontecimientos registrados en
Éxodo llegaron a ser una parte importante de la identidad histórica de Israel y los han
citado Jesucristo y Sus profetas para enseñar diversos principios del Evangelio.
Bosquejo
Éxodo 1–4 Jehová responde a las súplicas de Israel al levantar a Moisés para liberarlos de
la servidumbre en Egipto.
Éxodo 5–12 Moisés y Aarón le piden a Faraón que libere a los hijos de Israel. Faraón se
rehúsa, y Jehová envía plagas sobre Egipto. Se establece la Fiesta de la Pascua entre Israel
para conmemorar el que el ángel destructor haya pasado de largo las casas de los
israelitas cuando Dios hirió al primogénito de los egipcios.
Éxodo 13–15 Los hijos de Israel parten de Egipto. Faraón y su ejército persiguen a Israel.
Jehová divide las aguas del mar Rojo para Israel, y se ahoga el ejército de Faraón. Israel
alaba a Jehová por su liberación.
Éxodo 16–18 Israel murmura por la falta de alimento y agua en el desierto. Jehová envía
maná y codornices para que coma Israel y manda a Moisés hacer brotar agua de una roca.
Israel derrota a los ejércitos de Amalec. Moisés establece gobernantes entre Israel.
Éxodo 19–24 En el monte Sinaí, Jehová revela las condiciones de Su convenio, e Israel
hace convenios de obedecer a Jehová.
Éxodo 25–31 Moisés recibe instrucciones concerniente a la construcción del tabernáculo,
la consagración de los sacerdotes y la manera de efectuar los sacrificios. A Moisés se le
dan dos tablas de piedra que contienen el convenio de Jehová con Israel.
Éxodo 32–34 Israel adora un becerro de oro. Moisés quiebra las tablas de piedra y ruega a
Jehová por Israel. Después de que el pueblo se arrepiente, Jehová hace otro convenio con
Israel y lo escribe en dos tablas nuevas de piedra.
Éxodo 35–40 Artesanos hábiles construyen el tabernáculo, y la gloria de Jehová mora en
él.
Introducción a Levítico
¿Por qué debemos estudiar este libro?
La palabra Levítico es una palabra latina que hace referencia a los levitas, una de las doce
tribus de Israel. Los levitas poseían el sacerdocio menor y se les dio la responsabilidad de
oficiar en el tabernáculo y más tarde en el templo de Jerusalén. El libro de Levítico
contiene instrucciones en cuanto a la manera de desempeñar los deberes del sacerdocio,
tales como el sacrificio de animales y otros ritos que ayudarían a enseñar a los hijos de
Israel acerca de Jesucristo y Su expiación. El Señor reveló cuál era el propósito principal
de las instrucciones que dio en el libro de Levítico: “Santos seréis, porque santo soy yo,
Jehová, vuestro Dios”, véase también. Al estudiar este libro, puedes lograr una mayor
comprensión y un profundo aprecio por la expiación del Salvador. También puedes
aprender importantes verdades que te ayudarán a ser santo, es decir, espiritualmente
limpio y reservado para propósitos sagrados. El vivir esas verdades te preparará para
servir al Padre Celestial y a Sus hijos.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor de Levítico. Moisés y Aarón, su hermano mayor, eran miembros de la
tribu de Leví. Mientras que Aarón fue llamado a presidir el sacerdocio menor, Moisés
poseía la autoridad y las llaves del Sacerdocio de Melquisedec, el cual “posee el derecho
de presidir, y tiene poder y autoridad sobre todos los oficios en la iglesia en todas las
edades del mundo, para administrar en las cosas espirituales”; véase también . Por tanto,
Aarón, sus hijos y todos los demás de la tribu de Leví que poseían el sacerdocio menor,
actuaban bajo el liderazgo profético de Moisés.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Existen diversas opiniones en cuanto a cuándo se escribieron Levítico y los demás libros
de Moisés, y no sabemos con exactitud dónde estaba Moisés cuando escribió este libro.

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas de este libro?
El libro de Levítico se ha descrito como un manual del sacerdocio para Aarón y sus hijos
(que servían como sacerdotes) y para los levitas en general. No obstante, a lo largo del
libro, las instrucciones del Señor a los levitas se alternan con aquellas que dio a toda la
casa de Israel. Mediante esas instrucciones, podemos conocer las leyes, los ritos, las
ceremonias y las fiestas que enseñarían a los israelitas a ser limpios, puros, santos y
diferentes del mundo. Por ejemplo, una de las leyes incluye las instrucciones del Señor en
cuanto a cuáles alimentos eran limpio (cuyo consumo era aceptable) y cuáles eran
inmundos (y debían evitarse).

Un aspecto fundamental del libro de Levítico es el concepto de expiación; la


palabra expiación aparece con más frecuencia en este libro que en cualquier otro libro de
Escrituras. Levítico describe en detalle el sistema de sacrificios de animales que sirvió
para recordar a los israelitas que “la misma sangre [haría] expiación por el alma”. Así
pues, esos sacrificios orientaban simbólicamente a los hijos de Israel hacia el sacrificio de
Jesucristo, que derramaría Su sangre para expiar los pecados del género humano.
Bosquejo
Levítico 1–7 Por medio de Moisés, el Señor da instrucciones concernientes a la ofrenda de
diversos sacrificios, tales como holocaustos, ofrendas de grano (o de harina), ofrendas de
paz, ofrendas por el pecado y ofrendas por la culpa.
Levítico 8–10 Aarón y sus hijos son lavados, ungidos, vestidos y consagrados en
preparación para servir a los hijos de Israel en el oficio de sacerdote. El Señor envía fuego
para consumir el sacrificio que Aarón ofrece como expiación por sí mismo y por los
israelitas. Nadab y Abiú, dos de los hijos de Aarón, ofrecen sacrificios no autorizados y el
Señor los mata por fuego.
Levítico 11–17. El Señor revela leyes que establecen qué alimentos son limpios y cuáles
son inmundos. También da instrucciones sobre la purificación de aquellas que han pasado
por la experiencia del alumbramiento, de la de aquellos que han padecido enfermedades
o son ritualmente impuros por otras razones. Aarón y sus hermanos reciben instrucciones
sobre los sacrificios de sangre y el Día de la Expiación.
Levítico 18–22. El Señor manda a los hijos de Israel que sean santos. Da leyes que
ayudarán al pueblo a ser sexualmente limpio y a evitar prácticas impuras. También
manda a los sacerdotes que sean santos y les da leyes específicas que los ayudarán a
permanecer ritualmente sin mancha.
Levítico 23–27. El Señor decreta días santos y fiestas que los israelitas deben observar. Se
describen las leyes del campamento de Israel, que estipulan que se trate a todas las
personas con rectitud y justicia y que se haga la debida restitución a las partes
perjudicadas. El Señor instituye el año de reposo y el año de jubileo. El Señor destaca las
maneras en que bendice a los israelitas por su obediencia y los castiga por su
desobediencia a Sus mandamientos. Se describen las leyes concernientes al diezmo y a la
consagración de la propiedad.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El libro de Levítico se ha descrito como un manual del sacerdocio para Aarón y sus hijos
(que servían como sacerdotes) y para los levitas en general. No obstante, a lo largo del
libro, las instrucciones del Señor a los levitas se alternan con aquellas que dio a toda la
casa de Israel. Mediante esas instrucciones, podemos conocer las leyes, los ritos, las
ceremonias y las fiestas que enseñarían a los israelitas a ser limpios, puros, santos y
diferentes del mundo. Por ejemplo, una de las leyes incluye las instrucciones del Señor en
cuanto a cuáles de los alimentos eran limpios (cuyo consumo era aceptable) y cuáles eran
inmundos (y debían evitarse).

Un aspecto fundamental del libro de Levítico es el concepto de expiación; la


palabra expiación aparece con más frecuencia en este libro que en cualquier otro libro de
Escrituras. Levítico describe en detalle el sistema de sacrificios de animales que sirvió
para recordar a los israelitas que “la misma sangre [haría] expiación por el alma”. Así
pues, esos sacrificios orientaban simbólicamente a los hijos de Israel hacia el sacrificio de
Jesucristo, que derramaría Su sangre para expiar los pecados del género humano.
Introducción al libro de Números
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Números se denomina así debido a la instrucción que el Señor le dio a Moisés
de contar a todos los varones israelitas “[de] veinte años arriba, todos los que [puedan]
salir a la guerra” . Moisés contó a los varones israelitas dos veces, una vez en el monte
Sinaí y después en los campos de Moab, cerca de Jerico, El libro también da cuenta de las
experiencias de fidelidad y de rebelión de los israelitas conforme anduvieron errantes por
el desierto durante 40 años. A medida que los alumnos estudien el libro de Números,
aprenderán la importancia de confiar en el Señor y obedecerle, así como la de apoyar a
Sus líderes escogidos.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor de Números. A él lo llamó el Señor para que sacara a los hijos de Israel
de la servidumbre en Egipto, y los guiara por el desierto hasta la tierra prometida de
Canaán. Moisés fue testigo de la mayor parte de los acontecimientos que se hallan en el
libro de Números. Es probable que se haya valido de otros testigos, de escritos o de la
revelación para enterarse sobre los acontecimientos que no vio, como, por ejemplo, los
tratos entre Baalam y Balac. Además, los editores y escribas posteriores pueden haber
alterado el texto del libro, tal como lo ilustra la observación entre paréntesis que indica
que “Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Existen diversas opiniones sobre cuándo se escribieron Números y los demás libros de
Moisés, y no sabemos con exactitud dónde se hallaba Moisés al escribir el libro. No
obstante, el texto brinda información concerniente al entorno de los acontecimientos
que se narran en el libro. Por ejemplo, en Números 1:1–10:10 se da cuenta de los
acontecimientos que ocurrieron antes que Moisés y los hijos de Israel partieran del
monte Sinaí. Las experiencias de Israel en el desierto se hallan en Números 10:11–21:35.
Por último, Números 22–36 refiere los acontecimientos que ocurrieron en los campos de
Moab (en la frontera oriental de Canaán), conforme Israel se preparaba para entrar en la
tierra prometida.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Números brinda información de censos que nos ayuda a entender el tamaño
de la población de Israel al principio y al final de su éxodo por el desierto. Asimismo,
describe la organización del campamento de Israel, analiza las responsabilidades de los
levitas, y explica los propósitos y las condiciones del voto de los nazareos.

Además, el libro da cuenta de muchos incidentes en los cuales los hijos de Israel se
rebelaron contra el Señor y Moisés, y acarrearon consecuencias adversas sobre sí mismos
Aparte de ilustrar los efectos de la justicia divina, el libro testifica de la naturaleza
misericordiosa y generosa de Jehová. Por ejemplo, cuando mandó a Moisés alzar una
serpiente de bronce sobre un asta, el Señor preparó un modo para que Su pueblo
superara los efectos de su rebelión. Esa experiencia llegó a ser un importante medio para
enseñar a los israelitas sobre la misión redentora y la expiación de Jesucristo.
Bosquejo
En Números 1–9, Moisés y otros líderes cuentan el número de hombres en edad de
servicio militar de las tribus, el cual ascendía a 603.500. Esa cantidad no incluye los
varones de la tribu de Leví (a quienes se designa para prestar servicio en el tabernáculo).
El Señor establece el modo en que acamparán las tribus en el desierto. El Señor describe
el voto de los nazareos. Se celebra la segunda Pascua para conmemorar que el Señor
liberó a los israelitas de la servidumbre en Egipto.
Números 10–21 Los israelitas dejan su campamento cercano al monte Sinaí. Prosiguen su
viaje hacia la tierra prometida y marchan en dirección Norte, por el desierto de Parán.
Moisés envía doce espías a la tierra de Canaán. Dos de ellos, Josué y Caleb, vuelven con
un informe alentador. Los diez restantes presentan un informe desalentador. Los
israelitas temen entrar en Canaán. A consecuencia de ello, el Señor declara que Israel aún
no entrará en la tierra prometida de Canaán, sino que regresará a andar errante por el
desierto. Afrontan muchas dificultades y siguen murmurando. Las serpientes venenosas
muerden a muchos de los israelitas. Moisés levanta una serpiente de bronce en un asta y
los israelitas que miran la serpiente son sanados.
Números 22–36 Los israelitas plantan sus tiendas en los campos de Moab. El rey Balac de
Moab teme la presencia de ellos. Balac pide al profeta Balaam que los maldiga. Balaam se
niega y en lugar de ello bendice a Israel, y profetiza la venida de Jesucristo. Sin embargo,
algunos de los israelitas acarrean sobre sí la ira de Jehová al tener relaciones sexuales con
las hijas de Moab y al adorar a Baal. Los pecadores mueren. Fallece la generación anterior
rebelde y la nueva generación está lista para entrar en la tierra prometida. El Señor
imparte instrucciones tocante a las tierras, los límites de éstas y las ciudades de la tierra
prometida.
Introducción al Libro de Deuteronomio
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Deuteronomio contiene las palabras finales de Moisés a los hijos de Israel
antes de que entraran en la tierra de Canaán con Josué como su líder. El título del libro
significa “segunda ley” o “repetición de la ley” (véase la Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Deuteronomio”), ya que en esos discursos finales Moisés les repitió a los
israelitas muchas de las leyes y mandamientos que formaban parte de su convenio con el
Señor. Moisés también exhortó a los israelitas a recordar y guardar su convenio al
enseñarles las consecuencias de obedecer o desobedecer las leyes y los mandamientos
del Señor. A medida que los alumnos estudien Deuteronomio, aprenderán la importancia
de recordar las experiencias espirituales pasadas y de acordarse de guardar las leyes, los
convenios y los mandamientos del Señor, para que puedan tener las mismas promesas de
prosperidad y protección que tuvo el antiguo Israel.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor de Deuteronomio. A lo largo del libro vemos a Moisés cumplir su
función divinamente señalada como “el gran legislador de Israel” . Moisés también fue un
prototipo del Mesías, Jesucrist. El último capítulo de Deuteronomio relata la muerte de
Moisés; sin embargo, otros pasajes de las Escrituras aclaran que Moisés no murió sino
que fue trasladado. Moisés “vino al Monte de la Transfiguración y allí confirió las llaves
del sacerdocio a Pedro, Santiago y Juan. De ese acontecimiento, que ocurrió antes de la
resurrección de Jesús, adquirimos la comprensión de que Moisés fue un ser trasladado y
que no murió como se registra en Deuteronomio 34”. En esta dispensación, Moisés
también apareció como un ser resucitado en el Templo de Kirtland (seguido por Elías y
luego Elías el profeta) y le confirió las llaves del sacerdocio a José Smith y a Oliver
Cowdery. La explicación de la supuesta muerte de Moisés y el tributo consiguiente se
añadieron después de que Moisés fue trasladado.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Moisés pronunció los discursos registrados en Deuteronomio unos 40 años después de
que el Señor sacó a los hijos de Israel de Egipto. Cuando Moisés pronunció esos discursos,
él y los hijos de Israel estaban acampados en el lado este del río Jordán, en las afueras de
la tierra prometida. Hay diferentes opiniones sobre cuándo se recopilaron Deuteronomio
y los otros libros de Moisés.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El libro de Deuteronomio contiene los tres grandes discursos finales de Moisés a los hijos
de Israel. “El primer discurso se encuentra en los capítulos del 1 al 4, y es una
introducción. El segundo discurso (caps. del 5 al 26) se compone de dos partes: (1) del 5 al
11, los Diez Mandamientos y una exposición práctica de éstos; y (2) del 12 al 26, un
código de leyes que constituye el núcleo de todo el libro. El tercer discurso (caps. del 27 al
30) contiene una renovación solemne del convenio (pacto) entre Dios y el pueblo de
Israel y un anuncio de las bendiciones que acarrea la obediencia y de las maldiciones que
se reciben por la desobediencia” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Deuteronomio”).
Esos discursos contienen las súplicas sinceras de Moisés a fin de que los israelitas
recordaran al Señor y vivieran Sus leyes en la tierra prometida. Las instrucciones
registradas en Deuteronomio se dirigían específicamente a una nueva generación cuyos
padres habían muerto en el desierto después de rebelarse (véase Números 14:26–
33; 26:63–65).
Una de las características más notables del libro de Deuteronomio es la frecuencia con la
que se lo cita en otros pasajes de las Escrituras. De los cinco libros de Moisés,
Deuteronomio es el que citaron con mayor frecuencia los profetas del Antiguo
Testamento. También se cita o se alude a él casi 100 veces en el Nuevo Testamento. Jesús
utilizó versículos de Deuteronomio para desechar las tentaciones de Satanás
(véase Deuteronomio 6:13, 16; 8:3; Mateo 4:1–11) y para explicar cuál era el gran
mandamiento de la ley (véase Deuteronomio 6:5; Mateo 22:36–38).
Bosquejo
Deuteronomio 1–4 Moisés hace un repaso de los acontecimientos significativos de los
israelitas durante los 40 años previos, incluyendo el convenio que el Señor hizo con ellos
en el Horeb o monte Sinaí.
Deuteronomio 5–11 Moisés exhorta a los israelitas a enseñarles a sus hijos a amar al
Señor, guardar los mandamientos y casarse dentro del convenio. Les recuerda que deben
ser un pueblo santo y escogido del Señor. Moisés también da cuenta a los israelitas de las
lecciones que deben recordar de su peregrinación por el desierto y les advierte lo que
sucederá si las olvidan. Hace un recuento de las ocasiones en las que los israelitas se
rebelaron y de la forma en la que él intercedió por Israel ante Jehová. Les enseña a los
israelitas que si aman y sirven al Señor serán bendecidos en la tierra prometida; si no lo
hacen, serán maldecidos.
Deuteronomio 12–17 Moisés da instrucciones al pueblo de que destruyan a los dioses
falsos de los cananeos y que sigan siendo un pueblo separado, libre de las prácticas e
influencias mundanas. Les recuerda a los israelitas los mandamientos del Señor. Advierte
a Israel en contra de tener reyes, pero luego les da instrucciones en caso de que decidan
tener un rey a pesar de su consejo.
Deuteronomio 18 Moisés da instrucciones a Israel de que eviten las supersticiones y
prácticas ocultas de otras naciones. Profetiza de Jesucristo y les dice a los israelitas cómo
pueden reconocer a un verdadero profeta.
Deuteronomio 19–28 Moisés da leyes y mandamientos específicos con respecto a las
acciones judiciales y la guerra, así como también instrucciones para la vida diaria. Alienta
a los israelitas a que recuerden la deuda que tienen con el Señor al ofrecer las primicias
de la tierra de Canaán, pagar los diezmos y guardar sus convenios.
Deuteronomio 29–30 Israel hace un convenio con el Señor. Moisés les advierte que
quienes desobedezcan al Señor serán maldecidos y profetiza que quienes obedezcan al
Señor serán bendecidos temporal y espiritualmente.
Deuteronomio 31–34 Moisés les dice a Josué y a los israelitas que se esfuercen y se
animen. Les enseña a los israelitas una canción que ayudará a Israel a recordar al Señor y
los mandamientos. Bendice a cada una de las tribus de Israel y ve toda la tierra que Israel
heredará.
Introducción al Libro de Josué
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Josué relata la entrada de los israelitas a la tierra prometida bajo el liderazgo
del profeta Josué. A medida que los alumnos estudien este libro, aprenderán principios
que les pueden ayudar a tener valor y ser fuertes en medio de la oposición. Los alumnos
también pueden aprender importantes lecciones de los éxitos que los israelitas
experimentaron a causa de su obediencia al Señor y de los fracasos que experimentaron a
causa de su desobediencia.

¿Quién escribió este libro?


No sabemos con certeza quién escribió el libro de Josué. El libro recibió su nombre por
Josué, su personaje principal y sucesor de Moisés como el profeta del Señor para Israel
(véase Números 27:18–23). Cerca del final del ministerio de Josué, después de que los
israelitas habían entrado en el convenio de no servir a dioses falsos en la tierra
prometida, el narrador del libro declara que “…escribió Josué estas palabras en el libro de
la ley de Dios” (Josué 24:26). Ese pasaje podría indicar que Josué escribió por lo menos
una porción del libro que lleva su nombre.
Como muchos de los profetas del Antiguo Testamento, el ministerio de Josué presagió
simbólicamente el del Hijo de Dios: “Así como Moisés en su papel de profeta, legislador,
mediador y libertador fue un modelo de Jesucristo, también Josué, que llevó a Israel a la
tierra prometida, fue un símbolo de Jesús, que lleva a los fieles a la suprema tierra de
promisión, el reino celestial. [véase Alma 37:45]” (El Antiguo Testamento, Manual para el
alumno: Génesis–2 Samuel, Sistema Educativo de la Iglesia, 1983, págs.221, 222).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Existen varias opiniones acerca de cuándo se escribió el libro de Josué. Algunos detalles
dentro del libro de Josué sugieren que pudo haberse escrito durante el tiempo en el que
vivió Josué (tiempo que muchos eruditos datan entre los siglos XV y XIII a.C.), o poco
después. Por ejemplo, Josué 6:25 declara que Rahab, a quién se salvó en Jericó, “habitó…
entre los israelitas hasta hoy”, lo que indica que Rahab y otros contemporáneos de Josué
aún estaban con vida cuando se escribió este libro. El libro se escribió posiblemente en la
tierra de Canaán.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Josué es una continuación de los cinco libros de Moisés (Génesis–
Deuteronomio) y describe cómo el Señor ayudó a los israelitas a obtener la tierra
prometida. El relato de la conquista muestra que a medida que los israelitas obedecieron
los mandamientos del Señor con exactitud, Él los hizo salir victoriosos sobre sus
enemigos. Los dos capítulos finales del libro (Josué 23–24) recalcan la importancia de
servir al Señor en vez de a los dioses falsos en la tierra de Canaán, presagiando un
problema importante con el que los israelitas tendrían dificultad en el futuro, como se
registra en el libro de Jueces y muchos otros libros del Antiguo Testamento.
Bosquejo
Josué 1–6 Los hijos de Israel cruzan milagrosamente el río Jordán y entran en la tierra
prometida. Inician su conquista de la tierra al destruir la ciudad de Jericó.
Josué 7–12 Israel pierde una batalla contra el pueblo de Hai a causa de su desobediencia.
Después de arrepentirse de su desobediencia, los israelitas prosperan en la batalla al
pelear el Señor por ellos. Ellos obtienen control de la tierra prometida.
Josué 13–21 Se divide la tierra prometida entre las tribus de Israel. Sin embargo, no todos
los habitantes inicuos son expulsados de la tierra. Los israelitas instalan el tabernáculo en
un lugar llamado Silo. Algunas ciudades se designan como ciudades de refugio.
Josué 22–24 Antes de su muerte, Josué exhorta al pueblo a ser valiente, a guardar los
mandamientos del Señor y a amar al Señor. Él y el pueblo hacen convenio de elegir al
Señor y servirlo sólo a Él. Josué y Eleazar, el tercer hijo de Aarón, mueren.
Introducción al libro de los Jueces
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de los Jueces tiene su nombre por los diferentes gobernantes, llamados “jueces”
(Jueces 2:16–19), que son las figuras centrales del libro. Por lo general, esos jueces eran
líderes y luchadores militares más que predicadores de rectitud (véase la Guía para el
Estudio de las Escrituras, “Jueces, Libro de los”). El libro describe las acciones de muchos
de esos líderes, algunos de los cuales ayudaron a librar a los israelitas de los efectos de su
comportamiento pecaminoso. A medida que los alumnos estudian el libro de los Jueces,
pueden aprender que el Señor permite que Su pueblo sufra las consecuencias de ser
infieles a Él. Los alumnos también verán que el Señor está dispuesto a librar a Su pueblo
tantas veces como se arrepientan de sus pecados.
¿Quién escribió este libro?
No sabemos quién escribió el libro de los Jueces. Una tradición judía declara que Samuel
escribió o compiló el libro. Sin embargo, el libro refleja la perspectiva de una época
mucho más posterior, después de que Asiria hubo conquistado las tribus del norte de
Israel, alrededor del 721 a. de C. (véase Jueces 18:30). Esa perspectiva sugiere que el autor
o los autores vivieron mucho después de la época de Samuel.
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos cuándo se escribió el libro de los Jueces, pero la mayoría de los eruditos de la
Biblia piensan que los Jueces, junto con otros libros históricos del Antiguo Testamento, se
compiló en su forma actual al final del siglo VII o principios del siglo VI a. de C. Tampoco
sabemos dónde se escribió el libro.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de los Jueces relata la historia de los hijos de Israel desde cuando se asentaron en
la tierra de Canaán, después de la muerte de Josué, hasta el nacimiento de Samuel
(aproximadamente de 1400–1000 a. de C.). Aparte de la corta narrativa del libro de Rut,
Jueces proporciona el único relato bíblico de ese periodo de tiempo.
El libro de los Jueces describe un ciclo que se repitió muchas veces durante el reinado de
los jueces. Debido a que los israelitas no lograron eliminar las malas influencias en la
tierra prometida, se inmiscuyeron en el pecado, y sus enemigos los conquistaron y
afligieron. Después de que los israelitas clamaron al Señor para que los ayudara, Él
mandó jueces para librarlos de sus enemigos. Sin embargo, al poco tiempo los israelitas
regresaron a sus pecados, y ese ciclo se repitió. (Véase Jueces 2:11–19.)
El libro menciona el nombre de doce jueces que dirigieron con diferentes grados de
eficiencia. El registro de Débora como juez de Israel es único, al considerar la sociedad
patriarcal en la que ella sirvió (véase Jueces 4–5). Gedeón, como muchos de los que son
llamados y escogidos por el Señor, consideraban que era un líder improbable
(véase Jueces 6:15), pero debido a que los israelitas confiaron en el Señor, él y 300
soldados lograron la victoria contra un inmenso ejército madianita (véase Jueces 7–8).
Sansón es otra figura importante del libro de los Jueces (véase Jueces 13–16). El relato
peculiar de los acontecimientos que llevaron a su nacimiento “es similar a los relatos de
otras figuras importantes de la Biblia (p. ej. Moisés, Samuel, Juan, Jesús), cuyos
nacimientos, según se alega, hacen hincapié en la participación divina de la misión de su
vida y en la trascendencia de la misma” (Richard Neitzel Holzapfel, Dana M. Pike y David
Rolph Seely, Jehovah and the World of the Old Testament, 2009, pág. 179). A pesar de ese
comienzo tan prometedor y la gran fortaleza física que el Señor le había otorgado, al final
Sansón no logró ayudar a los israelitas a volverse al Señor y abandonar sus pecados, lo
cual tenían que hacer antes de que el Señor los librara de sus enemigos.
En Jueces 17–21, leemos en cuanto a la ilegalidad y el desorden entre las tribus de Israel
bajo los jueces, al poner su confianza en la sabiduría de los hombres y escoger
desobedecer los mandamientos del Señor. En la última oración del libro, el autor dice:
“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía” (Jueces
21:25).
Bosquejo
Jueces 1–2 Muchas de las tribus de Israel no logran quitar a todos los habitantes de
Canaán de sus tierras. Los israelitas olvidan al Señor y adoran a dioses falsos. El Señor
aparta Su protección y Sus bendiciones de los israelitas. Los oprimen sus enemigos y
ruegan al Señor que los libre. El Señor levanta jueces para que libren a los israelitas.
Jueces 3–16 El Señor llama a doce jueces para ayudar a librar a las tribus israelitas de las
consecuencias de su infidelidad al Señor. Entre ellos están Débora, que libra a Israel de la
opresión cananea, y Gedeón, que destruye el altar de Baal y libra a Israel de los
madianitas. Uno de los jueces, Sansón, lucha contra los filisteos, pero es capturado como
resultado de sus malas decisiones. Muere al hacer que se derrumbe un edificio encima de
él y de muchos filisteos.
Jueces 17–21 Micaía y la tribu de Dan crean santuarios dedicados a la adoración de
ídolos, y se abusa y se da muerte a una concubina levita. Once tribus de Israel se unen
para luchar contra la tribu de Benjamín y casi los destruyen por completo.
Introducción al libro de Rut
¿Por qué debemos estudiar este libro?
En el libro de Rut, leemos un tierno relato de conversión, valor, determinación, lealtad y
fidelidad. La compasión y el amor que compartían Noemí y su nuera Rut pueden inspirar
a los que estudien este libro a reflexionar en su relación con otras personas, tanto dentro
como fuera de su familia. El libro de Rut también puede enseñar a los alumnos la forma
en que el Señor cuida y bendice a aquellos que lo siguen y obedecen Sus enseñanzas.

¿Quién escribió este libro?


No se sabe quién es el autor del libro de Rut.

¿Cuándo y dónde se escribió?


Debido a que se desconoce quién es el autor, es difícil saber cuándo se escribió. Sin
embargo, hay algunos indicios que son útiles para determinar un periodo de tiempo
general. El libro de Rut cuenta el relato de la familia de Elimelec, que vivió durante el
tiempo de los jueces (véase Rut 1:1–2). A causa de que se incluye la genealogía de David
(véase Rut 4:17–22), el libro de Rut se podía haber escrito después de la época de David o
Salomón, posiblemente después del exilio de Babilonia. El libro trata temas claves del
periodo posterior al exilio, incluso el matrimonio mixto con personas de otras naciones,
como Ammón y Moab. El libro también habla de la creencia que tenían algunos judíos de
esa época de que los judíos se debían separar completamente de aquellos que no fueran
de descendencia israelita (véanse Esdras 9–10; Nehemías 10:29–31; 13:1–3, 23–27). El
libro de Rut parece ofrecer un equilibrio valioso al recordar a los lectores que la bisabuela
del admirado rey David era una mujer fiel de Moab que se convirtió a la religión de Israel
y se casó dentro del convenio. Rut demostró bondad a los demás y lealtad al Señor. Uno
de los mensajes principales del libro de Rut es que la fidelidad es más importante que el
origen étnico.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Rut es uno de los dos únicos libros del Antiguo Testamento que llevan el
nombre de una mujer, y presenta un ejemplo de una mujer de fe, fortaleza y bondad. El
libro lleva las características de la esperanza y del optimismo, y describe el trayecto de
Rut y de Noemí al pasar de la tristeza a la felicidad, así como del vacío a la abundancia.
Un tema principal del libro de Rut es la redención, que se aplica a todos nosotros. Rut era
extranjera, no tenía hijos y era viuda, lo cual le dejaba en pobreza total sin fuente de
apoyo. Sin embargo, Rut aceptó fielmente el Evangelio y se unió al pueblo del convenio
del Señor. Aunque no se podía salvar a sí misma de su situación indigente, al final la
“redimió” su paisano Booz, un hombre de Belén. A causa de las acciones de Rut
motivadas por la fe y la bondad de su rescatador, Rut se casó de nuevo, fue
completamente aceptada como israelita, llegó a ser una mujer de riqueza y fue bendecida
con hijos. Al igual que Rut, no nos podemos salvar a nosotros mismos, sino que debemos
apoyarnos en un Redentor de Belén; uno que puede levantarnos de nuestro estado caído
y asegurar nuestra felicidad como parte de Su familia. Dado el tema de la redención, es
interesante destacar que Jesucristo, el Redentor de Israel y de todo el género humano,
fue uno de los descendientes de Rut (véase Mateo 1:5–16).
Bosquejo
Rut 1 Noemí y su familia se trasladan a Moab, donde su marido fallece y sus hijos se
casan con mujeres moabitas. Después de que los hijos de Noemí mueren, ella regresa a
Belén. Una de las nueras de Noemí, Rut, decide ir con ella.
Rut 2 Rut trabaja para proveer para Noemy y para sí misma al recoger espigas en los
campos de Booz. Booz es generoso con Rut.
Rut 3 Rut se acuesta a los pies de Booz, quien entonces promete hacerse responsable de
ella y de Noemí si no lo hace su pariente más cercano.
Rut 4 El pariente más cercano de Noemí y de Rut permite que Booz se haga responsable
de cuidarlas. Booz se casa con Rut y tienen un hijo.
Introducción al Libro de 1 Samuel
¿Por qué debemos estudiar este libro?
En el libro de 1 Samuel se relata el ministerio del profeta Samuel, quien “restauró la ley y
el orden y la adoración religiosa regular en la tierra” (Bible Dictionary, “Samuel”) después
de que los israelitas habían olvidado a Jehová y adorado ídolos muchas veces a través del
reinado de los jueces. Uno de los principales temas de 1 Samuel es la importancia de
honrar a Jehová. En 1 Samuel 2:30 leemos: “…yo honraré a los que me honran, y los que
me desprecian serán tenidos en poco” (véase también 1 Samuel 2:9). En otras palabras, el
Señor bendecirá a los que lo honren y guarden Sus mandamientos, y los que no lo honren
no recibirán Sus bendiciones.
Hay varios relatos en 1 Samuel que reflejan ese tema. Ana honró a Jehová y pidió tener
un hijo, y Jehová la bendijo con un hijo. Samuel, el hijo de Ana, también fue bendecido
por escuchar al Espíritu y obedecer a Jehová. Saúl no continuó honrando a Jehová, por lo
que Jehová nombró a David para reemplazarlo como rey. Siendo un joven, David ejerció
la fe en Jehová, quien lo bendijo para que pudiera matar a Goliat. Al estudiar el libro de
Samuel, los alumnos pueden incrementar su fe en que también serán bendecidos cuando
honren y obedezcan al Señor.

¿Quién escribió este libro?


“No se sabe con certeza quién fue el autor [del libro de 1 Samuel] ni cuándo se escribió. A
fin de completar su narración, seguramente usó varios escritos que encontró, entre ellos
las crónicas del estado (entre las cuales se hallaban escritos de Samuel, Natán y Gad,
[véase] 1 Samuel 10:25; 1 Crónicas 29:29)” (Bible Dictionary, “Samuel, books of”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No está claro cuándo ni dónde se escribieron los libros de Samuel. “Originalmente, 1 y
2 Samuel eran un solo libro en la Biblia Hebrea. La división en dos libros separados
probablemente haya ocurrido cuando este libro de Samuel se tradujo al griego, lo cual
requirió que se pusiera el libro en dos rollos en lugar de uno” (Richard Neitzel Holzapfel,
Dana M. Pike y David Rolph Seely, Jehovah and the World of the Old Testament, 2009,
pág. 190).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de 1 Samuel se puede dividir en tres secciones principales, cada una de las cuales
se centra en una persona diferente. En los capítulos 1–7 se relatan los hechos de Samuel,
el recto sacerdote, profeta y juez. Los capítulos 8–15 se centran en Saúl, el primer rey de
Israel. En los capítulos 16–31 se describe el auge de David.
La primera sección comienza con el relato de Ana, la madre de Samuel. Su dedicación a
Dios ayudó a preparar a su hijo para cumplir su función como el poderoso profeta de un
pueblo apóstata. Éste es uno de los pocos relatos importantes de las Escrituras que
representan a una mujer de fe excepcional en el Señor, y destaca el papel de influencia de
la mujer en el cumplimiento de los propósitos de Él (véase 1 Samuel 1–2).
Otra característica distintiva del libro es el relato que contiene de la transición de una
forma de gobierno a otra. Después de muchos años de ser una confederación tribal
gobernada esporádicamente y sin poca estructura por jueces, los hijos de Israel desearon
tener un rey “como tienen todas las naciones” (1 Samuel 8:5). Bajo la dirección de Jehová,
Samuel ungió a Saúl como el primer rey de Israel; sin embargo, Samuel advirtió a los
israelitas lo que les ocurriría si elegían ser gobernados por un rey (véase 1 Samuel 8:11–
22).
Bosquejo
1 Samuel 1–7 Ana le suplica a Jehová que le permita tener un hijo. Jehová le concede su
petición, y ella da a luz a Samuel. Muy temprano en la infancia de Samuel, Ana lo
presenta en el tabernáculo para servir bajo Elí. Jehová se aparece a Samuel y lo bendice.
Los filisteos atacan a Israel y capturan el arca del convenio. Samuel predica a los israelitas
y los exhorta a dejar de adorar ídolos y a comenzar a servir a Jehová. Los israelitas se
vuelven a Jehová, y Jehová somete a los filisteos.
1 Samuel 8–15 Los hijos de Israel desean tener un rey. Samuel está descontento con su
petición y les advierte de la opresión que un rey les impondría. Jehová acepta darles un
rey y le indica a Samuel que unja a Saúl. Saúl fue llamado por Jehová y sostenido por el
pueblo para ser el rey. Él reina con rectitud por una temporada, pero con el tiempo
desobedece a Jehová y es rechazado por Él.
1 Samuel 16–31 Jehová le indica a Samuel que unja a un joven llamado David para ser el
rey. David derrota a Goliat y el pueblo lo honra grandemente. El rey Saúl se vuelve celoso
de David y trata de matarlo en múltiples ocasiones. David obtiene muchos seguidores,
entre ellos Jonatán, el hijo de Saúl. Los filisteos derrotan y matan a Saúl.
Introducción a 2 Samuel
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de 2 Samuel comienza con la narración del auge y el reinado de David como rey de
Israel, lo cual ilustra la generosidad y la bondad del Señor con los que le son fieles. Sin
embargo, al destacar los pecados de David y de sus hijos Amnón y Absalón, en este libro
también se muestran el pesar y la tragedia que ocurren cuando se violan los
mandamientos del Señor. A través de tu estudio del libro de 2 Samuel, puedes aprender
que si no somos fieles en guardar los mandamientos de Dios, podemos cometer errores
que alterarán dramáticamente el curso de nuestra vida y acarrearán consecuencias
dañinas sobre nosotros y sobre otras personas.

¿Quién escribió este libro?


No se sabe a ciencia cierta quién escribió 2 Samuel. Los libros de 1 y 2 Samuel
originalmente eran un solo libro de las Escrituras. (Véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Samuel, profeta del Antiguo Testamento”).

¿Cuándo y dónde se escribió?


No se sabe con certeza cuándo ni dónde se escribió 2 Samuel.

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas del libro?
El libro de 2 Samuel es una crónica de la unción y del reinado de David como rey de Israel.
A David se le recuerda como el más grande rey de la historia de Israel. Por causa de su
fidelidad, Jehová lo bendijo y lo honró. Sin embargo, en 2 Samuel se ilustra que aun los
más rectos pueden caer si no son diligentes en guardar los mandamientos. En el capítulo
11 se explica cómo la decisión de David de cometer adulterio con Betsabé llevó a David
por el sendero del engaño y de más pecado. En el resto de 2 Samuel se describe el
sufrimiento y el dolor que hubo en la casa de David. Ese relato da un testimonio valioso
de que debemos cuidarnos de la tentación y asegurar que estemos guardando los
mandamientos de Dios.
Bosquejo
2 Samuel 1–10. David se convierte en rey, primero de la tribu de Judá y después de todo
Israel. Lleva el arca del convenio a Jerusalén y ofrece construir un templo, pero Jehová se
lo prohíbe. Jehová está con David cuando éste derrota a muchas naciones. David ejerce
juicio justo y gobierna su reino con justicia y misericordia.
2 Samuel 11–12. David codicia a Betsabé y comete adulterio con ella. Betsabé concibe un
hijo, y David trata de hacer aparecer que Urías, el esposo de Betsabé, es el padre del
niño. Cuando ese plan no funciona, David dispone que Urías sea muerto en la batalla y
toma a Betsabé por esposa. Jehová le revela a Natán el profeta lo que David ha hecho, y
Natán expone el pecado de David por medio de una parábola. Natán profetiza la tragedia
y el dolor que caerán sobre David y su casa.
2 Samuel 13–24. La familia de David queda fracturada por la lujuria y el asesinato. Su hijo
Absalón conspira contra él y trata de obtener el trono. David se esfuerza por reinar con
rectitud y logra mantener el control del reino.
Introducción a 1 Reyes
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de 1 Reyes relata la muerte de David, el reinado de su hijo Salomón y la
decadencia y división del reino de Israel después de que Salomón y muchos de sus
sucesores se entregaron a la adoración de ídolos. También da cuenta del ministerio de
Elías el Profeta entre las diez tribus de Israel que estaban en el Reino del Norte. Mediante
el estudio de este libro, podrás aprender verdades que te ayuden a comprender la
importancia de adorar al Señor en Su templo, de casarte dentro del convenio, de tomar
decisiones rectas y de escuchar la voz apacible y delicada del Señor.

¿Quién escribió este libro?


“Los libros [de 1 y 2 Reyes] fueron recopilados por algún autor desconocido a partir de
una serie de documentos escritos, entre ellos las crónicas del estado” (véase Bible
Dictionary, “Kings, books of”). Las crónicas del estado no eran los libros de 1 y 2 Crónicas,
sino más bien una colección de registros que se llevaron bajo la dirección de los reyes de
Israel.

¿Cuándo y dónde se escribió?


No está claro cuándo ni dónde se escribieron los libros de 1 y 2 Reyes. Por un tiempo, 1 y
2 Reyes fueron un solo libro llamado Reyes. La división que creó los actuales libros de 1 y
2 Reyes tuvo lugar cuando la Biblia se tradujo al griego. (Véase Bible Dictionary, “Kings,
books of”).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Los libros de 1 y 2 Reyes abarcan más de 400 años de historia israelita; comienzan con la
muerte del rey David (aproximadamente 1015 a. de J.C.) y concluyen con la muerte del rey
Joaquín (en algún momento después de aproximadamente 561 a. de J.C.)). Estos libros
están repletos de historia y doctrina y ofrecen antecedentes históricos y contexto para
una parte importante del Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el libro de 1 Reyes leemos
acerca del ascenso del rey Salomón, el cual edificó y dedicó un templo a Jehová. El libro
de 1 Reyes también explica que Salomón se casó con mujeres fuera del convenio. Muchas
de esas mujeres alejaron de Jehová el corazón de Salomón y lo desviaron hacia la
adoración de dioses falsos (véase 1 Reyes 11:4–8). La decisión de Salomón de apartarse
de Jehová finalmente dio lugar a una idolatría generalizada en Israel y a la división del
reino.
Además, el libro de 1 Reyes introduce al lector al audaz y noble profeta Elías. El profeta
José Smith enseñó que Elías el Profeta “tiene las llaves de la autoridad para administrar
todas las ordenanzas del sacerdocio” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José
Smith, 2007, pág. 328). “El poder de Elías el profeta es el poder de sellar que corresponde
al sacerdocio, poder mediante el cual todo lo que se ate o se desate en la tierra se atará o
se desatará también en los cielos [véase D. y C. 128:8–18]” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Elías el profeta”; escrituras.lds.org). Por medio del poder del sacerdocio, Elías
el Profeta provocó una sequía que duró tres años y medio, levantó a los muertos, invocó
fuego del cielo y profetizó la caída del rey Acab y de su esposa Jezabel, que juntos
gobernaron con iniquidad en el Reino del Norte, o Israel.
Bosquejo
1 Reyes 1–11. Antes de su muerte, el rey David hace que su hijo Salomón sea ungido rey.
Salomón gobierna su reino con gran sabiduría. Salomón edifica un templo y su palacio en
Jerusalén, dando comienzo al período conocido como “la edad de oro de Israel”. La reina
de Sabá visita a Salomón. Las esposas de Salomón lo alejan de la adoración de Jehová y lo
alientan a adorar dioses falsos. El reino de Salomón es amenazado por Jeroboam.
1 Reyes 12–16. Todas las tribus de Israel excepto Judá y Benjamín se rebelan contra
Roboam, hijo de Salomón. El reino se divide y Jeroboam se convierte en gobernante del
Reino del Norte (también conocido como Israel), dejando a Roboam gobernar el Reino del
Sur (también conocido como Judá). Jeroboam y Roboam establecen la adoración de
ídolos en sus reinos y muchos de los gobernantes de ambos reinos siguen ese modelo de
adoración de ídolos.
1 Reyes 17-22. Elías el Profeta provoca una sequía en la tierra. Levanta de los muertos al
hijo de una viuda. Con gran poder de Dios, Elías el Profeta compite con los sacerdotes de
Baal y demuestra que Jehová es Dios. Después del milagro, Jezabel, esposa del rey Acab y
seguidora de Baal, trata de matar a Elías el Profeta. Elías el Profeta viaja al monte Horeb,
donde el Señor habla con él con una voz apacible y delicada. Elías el Profeta conoce a
Eliseo, el cual lo sucederá como profeta. Elías el Profeta profetiza la muerte de Acab y de
Jezabel. Tras la muerte de Acab, el hijo de él, Ocozías, reina con iniquidad.
Introducción al libro de 2 Reyes
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de 2 Reyes describe la historia del Reino del Norte (Israel) y del Reino del Sur
(Judá), haciendo hincapié en los éxitos y fracasos espirituales de cada reino. También
explica por qué Israel y Judá perdieron la protección de Jehová y fueron conquistados. El
estudio de 1 y 2 Reyes puede ayudar a los alumnos a comprender la historia que
conforma los antecedentes de muchos de los libros proféticos del Antiguo Testamento.
Los alumnos podrán relacionar las lecciones registradas por los autores de 2 Reyes con su
propia vida y aprender cómo vivir de forma que puedan recibir la protección del Señor y
evitar caer en tentación.

¿Quién escribió este libro?


“Los libros [1 y 2 Reyes] son un compendio realizado por un autor desconocido a partir de
diversos documentos escritos, incluso las crónicas de estado” (Bible Dictionary, “Kings,
books of”). Las crónicas de estado no eran los libros de 1 y 2 Reyes, sino más bien una
colección de registros que se llevaron bajo la dirección de los reyes de Israel.
¿Cuándo y dónde se escribió?
No está claro cuándo y dónde se escribieron los libros de 1 y 2 Reyes. En el pasado, ambos
formaban parte de un solo libro llamado Reyes. La división que dio lugar a los actuales
libros de 1 y 2 Reyes tuvo lugar cuando se tradujo la Biblia al idioma griego. (Véase Bible
Dictionary, “Kings, books of”.)
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Los libros de 1 y 2 Reyes abarcan más de cuatrocientos años de historia israelita, desde la
muerte del rey David, aproximadamente en el año 1015 a. de J.C., hasta la muerte del rey
Joaquín, en algún momento después del año 561 a. de J.C. El libro de 2 Reyes describe las
causas del esparcimiento de Israel. Debido a la iniquidad del pueblo, el Reino del Norte
(Israel) fue conquistado por Asiria en torno al año 721 a. de J.C. Desgraciadamente, Judá no
aprendió de los errores de Israel. Aun cuando algunos de los reyes de Judá que se
mencionan en 2 Reyes fueron fieles y obedientes, hubo muchos que fueron inicuos. Uno
de éstos fue el rey Manasés, cuya iniquidad provocó que Judá perdiera la protección
divina. Babilonia aplastó el Reino del Sur y llevó cautivo al pueblo (587 a. de J.C.), lo cual
cumplió la profecía de Lehi de que Israel sería destruido (véase 1 Nefi 1:13, 18).
Los milagros que se registran en 2 Reyes son ejemplos memorables del poder del Señor.
El libro registra que Elías el Profeta dividió las aguas del río Jordán y fue llevado al cielo
en un carro de fuego. El sucesor de Elías, Eliseo, dividió las aguas del río Jordán de igual
modo. Eliseo también levantó a los muertos, mandó a Naamán que se bañara siete veces
en el río Jordán para curarse de la lepra, hizo flotar el hierro de un hacha y profetizó una
hambruna que duró siete años.

Además, el libro de 2 Reyes describe el marco del ministerio de Isaías en el Reino del Sur
(Judá), y registra que Isaías dio consejo al justo rey Ezequías de Judá y profetizó que
Babilonia conquistaría y saquearía Judá.

Bosquejo
2 Reyes 1–13 En el Reino del Norte, Elías el Profeta es trasladado y llevado al cielo, y
Eliseo comienza su ministerio. Judá e Israel se unen en la guerra contra Moab y salen
victoriosos. Jehová cura a Naamán, capitán del ejército sirio, de su lepra. El pueblo de
Israel pasa épocas de hambre. La inicua Jezabel es muerta y la casa de Acab es destruida.
Muere Eliseo.
2 Reyes 14–20 Muchos de los reyes de Israel reinan con iniquidad. El rey Tiglat-pileser de
Asiria toma cautivos a muchos israelitas. El rey Acab de Judá reina con iniquidad. Las
idólatras diez tribus de Israel son llevadas cautivas por el rey Sargón de Asiria. El rey
Ezequías reina con rectitud sobre Judá; obedece al Señor y elimina los lugares dedicados a
la adoración de dioses falsos. Por causa de la fe del rey Ezequías y su confianza en Dios,
un ángel destruye al ejército asirio, lo cual cumple una profecía de Isaías.
2 Reyes 21–25 En el Reino del Sur, el rey Manasés restablece temporalmente el culto a los
ídolos. El justo rey Josías repara el templo y encuentra el libro de la ley. Josías lee el libro
de la ley al pueblo, suprime los lugares dedicados a la adoración de dioses falsos y vuelve
a instituir la Pascua. Josías muere en la batalla. Babilonia invade Judá y lleva cautivo a
gran parte del pueblo, incluso al rey Sedequías. Después de muchos años, el rey Joaquín
de Judá es puesto en libertad y se le permite vivir sus últimos días en relativa paz y
comodidad en Babilonia.
Introducción a los libros de 1 y 2 Crónicas
¿Por qué debemos estudiar estos libros?
Una crónica es un relato de acontecimientos históricos presentados en el mismo orden en
que ocurrieron. El estudio de 1 y 2 Crónicas ayudará a los alumnos a entender la historia
global del antiguo pueblo de Dios desde Adán hasta la época del rey Ciro de Persia.
Aunque 1 y 2 Crónicas presentan en gran medida la misma historia que 1 y 2 Reyes, hay
detalles adicionales en Crónicas que arrojan luz en cuanto a los tratos de Jehová con Su
pueblo, especialmente durante el gobierno de los reyes.

¿Quién escribió estos libros?


Aunque no se sabe con exactitud quién escribió o compiló los datos históricos de 1 y 2
Crónicas, “los libros contienen varias referencias a las fuentes de las cuales provenía la
información; por ejemplo, ‘en los libros del profeta Natán, y en la profecía de Ahías, el
silonita, y en las profecías del vidente Iddo’ (2 Crónicas
9:29; 12:15; 13:22; 20:34; 26:22; 32:32; 33:18). Esos pasajes aclaran que, desde los
primeros tiempos del reino, escritores (por lo general de orden profético) que vivieron de
cerca los acontecimientos descritos registraron la historia de su propio tiempo. Esos
registros, junto con [los libros de] Samuel y Reyes, conforman el material a partir del cual
se compilaron los libros de Crónicas, eligiendo los recopiladores aquellas porciones que
mejor se ajustaban al propósito de su composición” (Bible Dictionary, “Chronicles”).
¿Cuándo y dónde se escribieron?
Se desconoce cuándo y dónde se escribieron los libros de 1 y 2 Crónicas; sin embargo, 2
Crónicas habla del decreto por el cual el rey Ciro de Persia permitió a los judíos regresar a
Jerusalén (véase 2 Crónicas 36:22–23). Eso indica que los libros de Crónicas, o por lo
menos una parte de ellos, se compilaron en algún momento después del año 537 a. de J.C.,
cuando el rey Ciro dictó ese decreto. En su origen, 1 y 2 Crónicas eran un solo libro (véase
Bible Dictionary, “Chronicles”).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de estos libros?
Aunque los libros de Reyes y Crónicas abarcan gran parte del mismo periodo de la historia
israelita, los libros de Crónicas se centran en el Reino del Sur, o Judá, y en general sólo
mencionan el Reino del Norte, o Israel, cuando describen la manera en que éste se
relacionaba con Judá. Varios detalles que no se encuentran en los libros de Samuel y
Reyes se incluyen en Crónicas, tales como la profecía de Elías el Profeta concerniente al
inicuo rey Joram (véase 2 Crónicas 21:12–15). “Aunque los acontecimientos seculares no
se excluyen [de los libros de 1 y 2 Crónicas], los autores se deleitan mayormente en los
aspectos eclesiásticos y religiosos de la historia y en el progreso de la adoración en el
templo de Jerusalén” (Bible Dictionary, “Chronicles”).
Bosquejo
1 Crónicas 1–9 Se hace una relación de la genealogía de los patriarcas y de los hijos de
Jacob.
1 Crónicas 10–22 Después de morir Saúl, David gobierna como rey sobre todas las tribus
de Israel. Lleva el arca del convenio a Jerusalén, que se convierte en la capital del reino.
Jehová manda a David que no construya una casa de Jehová, y le promete que su hijo lo
hará. El rey David derrota a otras naciones en la batalla y reina en Israel con justicia.
1 Crónicas 23–29 David prepara a su hijo Salomón y a los levitas para que construyan el
templo. David muere y Salomón reina.
2 Crónicas 1–9 Jehová bendice al rey Salomón con enorme sabiduría y riqueza. Él
construye y dedica el templo de Jerusalén. Jehová se aparece a Salomón y promete
bendecir a los israelitas conforme a su obediencia. Tras cuarenta años de reinado,
Salomón muere y su hijo Roboam reina.
2 Crónicas 10–35 Diez tribus de Israel se rebelan contra Roboam, y el reino se divide. Las
tribus de Judá y Benjamín permanecen en Judá. Muchos reyes gobiernan en el Reino del
Sur, o Judá.
2 Crónicas 36 El rey Nabucodonosor de Babilonia captura el Reino del Sur y nombra a
Sedequías rey de Jerusalén. Sedequías se rebela y Babilonia destruye Jerusalén y el
templo, llevando cautivos a los habitantes que quedan. Después de que el Imperio Persa
invade Babilonia, se permite a los judíos regresar y reconstruir el templo.
Introducción al libro de Esdras
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Esdras narra el regreso de dos grupos de judíos de Babilonia a Jerusalén, donde
reconstruyeron el templo y su comunidad. Al estudiar el libro de Esdras, los alumnos
aprenderán acerca de cómo el Señor hace posible que Su pueblo supere la oposición y
cumpla Su voluntad. Los alumnos también aprenderán la importancia de no volver a caer
en los pecados de generaciones anteriores.

¿Quién escribió este libro?


Aunque el libro de Esdras contiene material escrito en primera persona (véase Esdras 7–
9), no sabemos quién combinó finalmente ese material con el resto de la narración.
Muchos eruditos creen que la persona que recopiló el libro de Esdras también compiló o
escribió 1 y 2 Crónicas y Nehemías.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Se desconoce cuándo y dónde se escribió el libro de Esdras. Las estimaciones en cuanto a
la fecha en que se escribió el libro de Esdras generalmente oscilan entre 440 a. de J.C. y
300 a. de J.C. Aunque la mayor parte del libro se escribió en hebreo, algunos fragmentos se
escribieron en arameo, el lenguaje del Imperio Persa (véase Esdras 4:8–6:18; 7:12–26). La
inclusión del arameo sugiere que algunas partes del libro de Esdras se escribieron durante
el periodo en que el Imperio Persa dominaba Israel o después (aproximadamente 530–
334 a. de J.C.).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Uno de los acontecimientos más importantes que se describen en el libro de Esdras es la
terminación del templo en Jerusalén, el cual habían destruido los babilonios muchos años
antes. Esdras 1–6 contiene un relato del regreso del primer grupo de judíos a Jerusalén,
aproximadamente en el año 537 a. de J.C., y de sus esfuerzos por reconstruir el
templo. Esdras 7–10 contiene un relato del regreso de Esdras a Jerusalén, en torno al año
458 a. de J.C. y de su empeño por ayudar a los judíos que vivían allí a guardar el
mandamiento de Jehová de no contraer matrimonio fuera del convenio.
Bosquejo
Esdras 1 En cumplimiento de la profecía, el rey Ciro de Persia permite que los judíos que
viven en Babilonia regresen a Jerusalén para reconstruir el templo. El primer grupo de
judíos regresa bajo el liderazgo de Sesbasar (quien también sería conocido como
Zorobabel; véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Zorobabel”).
Esdras 2–4 Se enumera a los exiliados que regresan. Bajo el liderazgo de Zorobabel, el
líder judío de la región, y de Jesúa, el sumo sacerdote, los judíos reconstruyen primero el
altar del templo. Comienzan a reconstruir el templo, pero se les obliga a que dejen de
hacerlo por las quejas que los samaritanos dan de ellos al rey de Persia.
Esdras 5–6 Después de muchos años sin trabajar en el templo, Zorobabel, Jesúa y los
profetas Hageo y Zacarías se ponen al frente de la tarea de reanudar su reconstrucción.
Darío, rey de Persia en esa época, ratifica la comisión que el rey Ciro dio a los judíos de
reconstruir el templo. Se termina y se dedica el templo.
Esdras 7–10 El rey Artajerjes encarga a Esdras que lleve a otro grupo de judíos a
Jerusalén. Éste se entera de que muchos judíos, incluso líderes, han desobedecido a
Jehová al contraer matrimonio con personas que no son israelitas y que practican la
idolatría. Los culpables confiesan su pecado y se separan de sus esposas extranjeras.
Introducción al libro de Nehemías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Nehemías presenta el relato de Nehemías, un líder de los judíos que habían
regresado a Jerusalén. Bajo su dirección se reconstruyeron los muros de Jerusalén. Sin
embargo, “Nehemías no se conformaba sólo con edificar estructuras físicas; él quería que
su pueblo también fuera edificado espiritualmente” y ayudó a los judíos a “tomar las
riendas de su vida, su tierra y su destino como pueblo de Dios” (Modesto M. Amistad,
hijo, “Wanted: Modern Nehemiahs”, Ensign, diciembre de 2002, págs. 45–46). También
fue un ejemplo de muchas cualidades rectas. “Era humilde, emprendedor, confiaba en la
voluntad de Dios, estaba dispuesto a tomar el mando, lleno de fe, intrépido, organizador,
obediente y justo” (Modesto M. Amistad, hijo, “Wanted: Modern Nehemiahs”, pág. 46).
Al estudiar el libro de Nehemías, los alumnos verán un ejemplo de lo que significa liderar
con rectitud y también aprenderán el valor de edificarse espiritualmente a sí mismos.
¿Quién escribió este libro?
No se sabe quién es el autor del libro de Nehemías; sin embargo, el estilo del libro es
autobiográfico. Nehemías 1:1 menciona que éstas son “las palabras de Nehemías, hijo de
Hacalías”, y el resto de la narración está escrito principalmente en primera persona. Eso
podría indicar que al menos algunos fragmentos del libro los escribió el propio Nehemías.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Se desconoce el lugar y la fecha en que se escribió el libro de Nehemías; no
obstante, Nehemías 1:1 hace referencia a que el registro comenzó en Susa, Persia, en “el
año veinte”, lo cual nos remonta al reinado del rey Artajerjes de Persia, que gobernó
entre 465 a. de J.C. y 424 a. de J.C.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Nehemías es la continuación del relato que comienza en el libro de Esdras. En
su origen, los libros de Esdras y Nehemías formaban un solo libro en el canon de
Escrituras hebreo. En el siglo III d. de J.C. se dividió en dos libros.
El libro de Nehemías aporta información sobre un importante periodo de la historia de
los judíos, el cual incluye la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén y de la vida espiritual
de los judíos que habían regresado del cautiverio. Cuando los israelitas volvieron a
Jerusalén tras su largo cautiverio en Babilonia, encontraron su ciudad en ruinas. El muro
protector que rodeaba la ciudad de Jerusalén lo habían reducido a escombros, lo cual
hacía a los israelitas vulnerables ante el ataque de sus enemigos. Bajo la dirección de
Nehemías, los israelitas comenzaron a reconstruir el muro.

Durante la reconstrucción del muro, los israelitas afrontaron oposición. Cuando los
enemigos de Nehemías procuraron tentarlo para que se apartara del lugar, él respondió:
“Yo estoy ocupado en una gran obra y no puedo ir. ¿Por qué ha de cesar la obra,
dejándola yo para ir a vosotros?” (Nehemías 6:3). Al hacer eso, Nehemías demostró su
compromiso de cumplir la promesa que le había hecho a Jehová de reconstruir Jerusalén
(véase Nehemías 1:11; 2:4–5). Nehemías nos puede servir como ejemplo de la
importancia de permanecer fieles al Señor aun en medio de la oposición.
Bosquejo
Nehemías 1–6 Nehemías, un judío que servía como copero del rey de Persia, ayuna y ora
cuando se entera de que los judíos en Jerusalén están sufriendo y que los muros que
rodeaban la ciudad los han destruido. El rey Artajerjes le concede a Nehemías su petición
de regresar y reconstruir los muros y las puertas de la ciudad. Nehemías viaja a Jerusalén
y dirige a los judíos en la reconstrucción de los muros de la ciudad a pesar de afrontar
oposición.
Nehemías 7 Para proteger a los judíos que viven en Jerusalén, Nehemías ordena que las
puertas de la ciudad sólo se abran durante el calor del día, y que permanezcan cerradas y
atrancadas el resto del tiempo. También nombra guardias para vigilar las puertas y las
casas de los judíos. Revisa el registro genealógico de los judíos que viven en Jerusalén; se
niega el sacerdocio a aquellos que no pueden probar mediante registros genealógicos que
son levitas.
Nehemías 8–10 Esdras lee en voz alta e interpreta la ley de Moisés a los judíos. El pueblo
llora cuando escucha la lectura de las Escrituras en voz alta. Ayunan y confiesan sus
pecados ante Jehová. Algunos judíos hacen un recuento de la historia de los israelitas y
de algunas de las bendiciones que han recibido de Dios desde Abraham hasta sus propios
días. El pueblo hace convenio de contraer matrimonio sólo dentro de la casa de Israel,
honrar el día de reposo, pagar el diezmo y guardar los mandamientos del Señor.
Nehemías 11–12 Los muros de Jerusalén se terminan y se dedican. El pueblo da gracias a
Dios.
Nehemías 13 Nehemías se va de Jerusalén varios años y, en su ausencia, los judíos en
Jerusalén comienzan a quebrantar sus convenios y a no cumplir la ley de Moisés.
Nehemías regresa y, para ayudar al pueblo a guardar sus convenios, purifica el templo,
restituye la observancia del día de reposo y enseña al pueblo acerca del matrimonio
dentro del convenio.
Introducción al libro de Ester
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Ester proporciona un excelente ejemplo del poder y de la influencia para bien
que puede tener una persona. Como judía exiliada en Persia, Ester ascendió a la posición
de reina de Persia y entonces afrontó la posibilidad de que la ejecutaran junto con el
resto de su pueblo. Conforme los alumnos estudien este libro, aprenderán la importancia
de actuar valientemente en situaciones atemorizantes, y podrán aprender cómo
desarrollar confianza en el Señor.

¿Quién escribió este libro?


No sabemos quién escribió el libro de Ester.

¿Cuándo y dónde se escribió?


No sabemos con certeza cuándo ni dónde se escribió el libro de Ester; sin embargo, los
acontecimientos de este libro ocurrieron mientras muchos de los judíos vivían en Persia,
después de haber sido desterrados de Jerusalén. “La mayoría de los eruditos establecen
que los acontecimientos que se hallan en el libro de Ester ocurrieron entre los años 482 y
478 a. de J.C.” (véase El Antiguo Testamento, Manual para el alumno: 1 Reyes−Malaquías,
manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 1983, pág. 339).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Ester es uno de los dos libros del Antiguo Testamento que recibió su nombre
por una mujer. Además, “el libro [de Ester] no contiene ninguna referencia directa a Dios,
pero se le da por hecho, ya que el libro supone un destino providencial (Ester 4:13–16) y
habla acerca de ayunar para ser liberados” (Bible Dictionary, “Esther, book of”). Aunque
el libro de Ester se encuentra después del libro de Nehemías en la Biblia, de acuerdo con
algunos eruditos, los acontecimientos registrados en Ester pudieron haber ocurrido cerca
de 30 años antes que los acontecimientos registrados en Nehemías.
Bosquejo
Ester 1–2 El rey Asuero se disgusta por la conducta de la reina Vasti y la destituye. Se
presenta a muchas de las hermosas jóvenes vírgenes del imperio ante el rey para que
elija a una nueva reina. Asuero elige a Ester como su nueva reina.
Ester 3–5 Mardoqueo, el primo y padre adoptivo de Ester, se niega a inclinarse ante
Amán. En respuesta, Amán crea un plan para destruir a todos los judíos que se
encuentran en el reino. Los judíos se lamentan, lloran y ayunan para ser liberados. Ester
arriesga su vida al ir a ver al rey sin haber sido invitada. El rey la recibe bondadosamente
y accede a asistir a un banquete con Amán.
Ester 6–8 El segundo día del banquete, Ester le informa al rey del complot de Amán para
matar a los judíos. El rey hace que se cuelgue a Amán en la horca que éste tenía la
intención de usar con Mardoqueo. El rey honra a Mardoqueo y permite que él y Ester
revoquen el edicto de matar a los judíos.
Ester 9–10 Los judíos reciben autoridad de parte del rey para matar a sus enemigos en el
reino. Ellos instituyen la fiesta de Purim para conmemorar su milagrosa liberación del
plan de Amán.
Introducción al libro de Job
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Una de las preguntas más básicas con la que cualquier persona de fe debe luchar es por
qué les suceden cosas malas a las personas buenas. El libro de Job da un relato de un
hombre justo que respondió fielmente a pruebas difíciles. La experiencia de Job nos
invita a meditar en preguntas difíciles acerca de las causas del sufrimiento, la fragilidad
de la existencia humana y las razones para confiar en Dios incluso cuando la vida parezca
injusta. A lo largo de todas sus pruebas, Job retuvo su integridad y su confianza en Dios,
incluso cuando alguien más le sugirió “Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:9). Ya que todos
nosotros en un momento dado nos podemos sentir como Job, este libro ofrece un análisis
conmovedor de algunas de las preguntas más difíciles de la vida.
¿Quién escribió este libro?
No se sabe quién escribió el libro de Job.

¿Cuándo y dónde se escribió?


No se sabe cuándo ni dónde se escribió el libro de Job.

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas del libro?
El libro de Job está escrito casi completamente en lenguaje poético, con un prólogo y un
epílogo en prosa, y frecuentemente se le clasifica como literatura sapiencial [literatura
que pretende recoger la sabiduría]. Una de las cualidades más singulares del libro es que
presenta dos preguntas difíciles: “¿Por qué las personas justas eligen la rectitud?” y “¿por
qué sufren los justos?”, pero no ofrece respuestas simples. En lugar de eso, el libro de Job
invita a los fieles lectores a ejercer su fe en Dios, como cuando Job dijo de Jehová,
“…aunque él me matare, en él confiaré” (Job 13:15). El libro también insta a los fieles a
ver más allá de las pruebas de esta vida hacia la gloriosa Resurrección que hizo posible el
Salvador, ya que Job osadamente testificó: “Yo sé que mi Redentor vive, y… he de ver en
mi carne a Dios” (Job 19:25–26).
El libro de Job también se distingue por un pasaje que confirma la realidad de la vida
premortal, en la que “…alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los
hijos de Dios” con la creación de la Tierra (Job 38:7).
La revelación moderna confirma la existencia de Job. Como se registra en Doctrina y
Convenios, Jesucristo consoló al profeta José Smith al comparar sus aflicciones con las de
Job: “No eres aún como Job; no contienden en contra de ti tus amigos, ni te acusan de
transgredir, como hicieron con Job” (D. y C. 121:10).
Bosquejo
Job 1–2 En un prólogo que da inicio a la narrativa poética, se trae a la imaginación a
Jehová y a Satanás que conversan sobre la fidelidad y la prosperidad de Job. Satanás
insinúa que Job es recto únicamente porque es bendecido. Jehová le da permiso a
Satanás de afligir a Job pero no de matarlo. Job persevera y se mantiene fiel en medio de
la pérdida de su riqueza personal, sus hijos y finalmente su propia salud.
Job 3–37 Job lamenta sus aflicciones y se pregunta si hubiera sido mejor nunca haber
nacido. Elifaz, Bildad y Zofar, tres de los amigos de Job, van para ofrecerle consuelo, pero
empiezan a cuestionar su afirmación de que no merece su sufrimiento. Entonces, los
cuatro analizan la naturaleza del sufrimiento en esta vida. Los amigos de Job dicen que la
justicia de Dios no castiga a los justos; por lo tanto, el sufrimiento de Job debe estar
ligado a algún pecado que ha cometido. Job declara su inocencia y mantiene su confianza
en Dios, aun cuando no sabe por qué le han sobrevenido esas pruebas. Entonces, un
hombre más joven de nombre Eliú ofrece su punto de vista sobre la razón del sufrimiento
de Job.
Job 38:1–42:6 Jehová aparece y le hace varias preguntas a Job, lo cual lleva a éste a
considerar el máximo poder y la superioridad de Dios. Jehová le explica a Job que a los
mortales les es difícil ver las cosas desde la perspectiva de Él. Job se somete
humildemente a Jehová y a Sus juicios.
Job 42:7–16 En un epílogo breve, Jehová bendice a Job por su fidelidad y le concede el
doble de las posesiones que había perdido, permitiéndole tener una vez más el mismo
número de hijos y restaurándolo a su situación anterior. Job vive una vida larga y plena.
Introducción al libro de Salmos
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Leer y meditar el libro de Salmos puede acercar a los alumnos a Dios y ayudarles a sentir
Su amor. Salmos ha sido una fuente de inspiración para la veneración desde tiempos
antiguos y continúa siendo valioso para la adoración y el estudio tanto de judíos como de
cristianos. Como colección de antiguos himnos poéticos, peticiones y alabanzas de Israel,
el libro de Salmos puede resonar en los alumnos a medida que consideran las formas en
que adoran al Señor, suplican que los libere y le agradecen Su ayuda. Estudiar las
verdades del libro de Salmos puede traer paz a los alumnos e inspirarlos a alabar a Dios y
confiar en Él.

¿Quién escribió este libro?


El libro de Salmos atribuye al menos setenta y tres (o cerca de la mitad) de los salmos a
David y atribuye otros salmos a otros autores, entre ellos a Asaf (Salmos 50; 73–83) y
Hemán (Salmos 88). Sin embargo, esas atribuciones aparecen en títulos que “se
agregaron a algunos de los salmos, pero se cuestiona si estos son tan antiguos como las
palabras a las que se encuentran unidos” (Bible Dictionary, “Psalms”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Los múltiples autores que escribieron los salmos vivieron en distintas épocas, la mayoría
de ellos aproximadamente entre 1000 y 500 a. de J.C. No se sabe con seguridad cuándo se
recopiló el libro de Salmos en su forma actual, pero los acontecimientos que se
mencionan en Salmos 137 indican que ese proceso no se completó sino hasta después del
exilio de los judíos en Babilonia: “Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y aun
llorábamos, acordándonos de Sión. …allí nos habían llevado cautivos” (Salmos 137:1, 3).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Salmos es el libro del Antiguo Testamento más citado en el Nuevo Testamento, ya que
“ningún libro del Antiguo Testamento es más cristiano en su sentido interno ni más
completamente declarado como tal por el uso que se hace de él que Salmos” (Bible
Dictionary,“Psalms”). Muchos de los salmos contienen referencias proféticas del Salvador
y aluden a acontecimientos que ocurrirían durante la vida del Salvador (véase Salmos
22:1, 7–8, 16, 18; 34:20; 41:9; 69:20–21).
El libro de Salmos se divide en cinco secciones principales (Salmos 1–41; 42–72; 73–89;
90–106; 107–150), cada una de las cuales concluye con una expresión de alabanza (por
ejemplo, “Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y Amén”
[Salmos 41:13]). Muchos de esos salmos se escribieron originalmente como himnos para
cantarse en servicios religiosos. Esos himnos se usaron para orar, alabar y meditar, y
algunos de los textos muestran similitudes con la poesía hebrea. Algunos de los títulos
“probablemente son nombres de melodías, bien conocidas en esa época, que los salmos
estaban señalados para cantarse” (Bible Dictionary, “Psalms”).
Bosquejo
Salmos 1–41 El libro de Salmos comienza con un contraste entre lo piadoso y lo malo.
Algunos de esos salmos ponen gran énfasis en confiar en Dios en vez de confiar en
objetos terrenales o en personas y nos recuerdan que no tenemos que temer, ya que Dios
está con nosotros. Otro de los salmos nos recuerda que Dios juzgará nuestro corazón y
que debemos buscar la misericordia de Dios.
Salmos 42–72 Esos salmos podrían resumirse con la frase “Dios es nuestro refugio y
fortaleza” (Salmos 46:1). Uno de los salmos nos recuerda echar nuestras cargas sobre
Jehová en cada desafío o prueba. Otro nos alienta a esperar pacientemente a Dios en
todas las cosas.
Salmos 73–89 Esos salmos cubren varios temas y frecuentemente describen a Dios como
un juez que puede reprender a los inicuos jueces terrenales y destruir a los enemigos de
Israel. En Salmos 86, el rey David registra una súplica de que Dios nos enseñe Su camino
para que podamos caminar en la verdad.
Salmos 90–106 Muchos de esos salmos nos alientan a alabar a Jehová, a recordar que la
venganza le pertenece a Él, a declarar Su gloria y a servirle con alegría.
Salmos 107–150 Esos salmos reconocen que “…herencia de Jehová son los hijos” (Salmos
127:3) y que ellos son una bendición eterna para los padres justos. Uno de los salmos
cerca del final del libro ofrece una súplica sincera de que Jehová nos libre y nos guarde
del mal y de las prácticas violentas de hombres inicuos.
Introducción al libro de Proverbios
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Proverbios contiene muchas declaraciones breves pero sabias acerca de cómo
vivir una vida piadosa. Aunque el libro se escribió en el antiguo Israel, sus mensajes
siguen siendo relevantes en el mundo de hoy. Al estudiar este libro, los alumnos
aprenderán sabiduría que les permitirá acercarse al Señor.

¿Quién escribió este libro?


Parte del libro de Proverbios se le atribuye a “Salomón hijo de David, rey de Israel”
(véase Proverbios 1:1; 10:1; 25:1; véase también 1 Reyes 4:32; Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Proverbio, El libro de los Proverbios”; escrituras.lds.org). Sin embargo,
aunque a Salomón se le considere el autor de muchos de los proverbios, es mejor pensar
en el libro de Proverbios como una biblioteca de la sabiduría de los israelitas. Una parte
de su contenido es profundamente espiritual, mientras que otra parte “no se eleva por
encima del plano de la sabiduría mundana, pero todo el texto da por sentado que ‘el
principio de la sabiduría es el temor de Jehová’ (1:7; 9:10)” (Bible Dictionary, “Proverbs,
book of”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No se sabe exactamente cuándo ni dónde se escribió el libro de Proverbios, pero se cree
que la compilación inicial de Proverbios se llevó a cabo durante el gobierno del rey
Salomón en Jerusalén, entre 1015 y 975 a. de J.C. Es probable que muchos de los
proverbios vinieran de las tradiciones orales que existían antes del tiempo de Salomón.
Además, algunos proverbios se agregaron después del tiempo de Salomón: los capítulos
25–29 se añadieron en los días del rey Ezequías de Judá (véase Proverbios 25:1). No se
sabe cuándo el libro cobró su forma final.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El libro de Proverbios se escribió en forma de poesía, y en él se emplean muchas de las
técnicas comunes de la poesía hebrea —imágenes vívidas, paralelismo y otros recursos
literarios— para guiar al lector en la búsqueda de la sabiduría. Los versículos
introductorios del libro expresan este tema central: “Oirá el sabio y aumentará su saber…
los insensatos desprecian la sabiduría y la disciplina” (Proverbios 1:5, 7).
La sabiduría que contiene el libro de Proverbios abarca casi todo aspecto de la vida. Los
proverbios se centran tanto en los caprichos de la naturaleza humana como en la
conducta básica de la persona justa y en la relación debida del hombre con Dios. Como
los proverbios tratan temas tan variados, un versículo de Proverbios a menudo no tiene
relación con los versículos anteriores o posteriores; sin embargo, los lectores pueden
encontrar dentro de Proverbios muchos pasajes que son sencillos, humorísticos,
profundos y hermosos. Un pasaje muy conocido describe tiernamente los atributos de
una mujer virtuosa y declara que ella es mucho más valiosa que las piedras preciosas
(véase Proverbios 31:10–31).
Bosquejo
Proverbios 1–9 Estos proverbios contienen una invitación poética al lector de procurar y
adquirir la verdadera sabiduría. Exponen la naturaleza del conocimiento, del significado
de la vida y de la ruta del éxito.
Proverbios 10–24 Estos proverbios constan de muchos dichos cortos acerca de la forma
correcta e incorrecta de vivir. Ofrecen consejos prácticos acerca de la vida familiar, del
control de la ira, de los peligros del orgullo y de varios temas más.
Proverbios 25–29 Estos proverbios tratan el liderazgo justo, el deber del pueblo de ayudar
al pobre y el valor de la sabiduría en la vida diaria.
Proverbios 30-31 El libro termina con las palabras de Agur y del rey Lemuel. Agur le
advierte al lector que “toda palabra de Dios es pura” (Proverbios 30:5), y habla de los
peligros de la hipocresía. El rey Lemuel recita las palabras de su madre que le advierten
contra la bebida fuerte. Una mujer virtuosa es más valiosa que las riquezas del mundo;
ella venera a Jehová y es diligente, generosa, sabia y amable.
Introducción al Libro de Eclesiastés
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El nombre Eclesiastés es una traducción de la palabra hebrea koheleth, que significa
“quien convoca una asamblea” o simplemente un predicador (véase Bible Dictionary,
“Ecclesiastes”). En todo el libro, el autor presenta una serie de preguntas en busca del
propósito de la vida. Sus preguntas y conclusiones subsiguientes ilustran su propia
búsqueda para comprender por qué estamos aquí en la Tierra. Conforme estudien este
libro, los alumnos pueden también considerar el propósito de la vida mortal y descubrir
con el autor que un día todos tendremos que comparecer ante Dios y ser juzgados.
¿Quién escribió este libro?
Se sabe poco acerca del autor de Eclesiastés aparte de su propia descripción como “…el
Predicador, el hijo de David, rey en Jerusalén” (Eclesiastés1:1).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No está claro cuándo ni dónde se escribió este libro. En Eclesiastés 1:1–11 y 12:8–14, en el
texto se hace referencia al Predicador en tercera persona, lo cual puede indicar que
alguien que no era el Predicador compiló sus escritos y enseñanzas en algún momento
después de que se dieron. Eso dificulta aún más el poder saber cuándo y dónde se
escribió el libro.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Eclesiastés es único porque a pesar de que el Predicador es creyente, a
menudo formula preguntas y hace declaraciones como si no lo fuera. Todo lo que dice,
por lo tanto, se debe tomar en el contexto de su conclusión final en Eclesiastés 12:13–14:
que un día todas nuestras obras en esta vida las juzgará Dios. Las enseñanzas de este libro
parecen estar dirigidas a personas que no creen en Dios o que por lo menos aún no están
completamente consagradas a Él. El Predicador presenta preguntas y declaraciones con
las cuales muchas de esas personas pueden sentirse inclinadas a estar de acuerdo, pero
después las ayuda a ver cuánto propósito y significado podemos recibir en la vida cuando
procuramos vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
Bosquejo
Eclesiastés 1–2 El Predicador concluye que todo en esta vida es vanidad o efímero y no
durará. Para apoyar esa conclusión, comparte varios esfuerzos que hizo para encontrar
significado y propósito en la vida. Procuró la frivolidad y el placer, edificó grandes obras
(2:4), y obtuvo riquezas, pero descubrió que nada de eso le satisfacía.
Eclesiastés 3 El Predicador explica que a todos nos suceden cosas buenas y malas. Las
obras de los hombres no perduran. Las obras de Dios, sin embargo, son eternas.
Eclesiastés 4–8 El Predicador enseña que aunque esta vida es temporal y todos
moriremos algún día, hay cosas que podemos hacer para encontrar satisfacción en esta
vida. También menciona cosas que seguramente llevarán a una vida insatisfecha, entre
ellas el oprimir a los demás, acumular riquezas sólo para tener más que los demás, y no
procurar la sabiduría.
Eclesiastés 9–10 El Predicador asegura que ambos, tanto los malvados como los justos,
experimentarán la tragedia. Todos tenemos una cantidad limitada de tiempo en esta
Tierra y nos beneficiaremos mucho más por obtener sabiduría que por ganar riquezas o
poder.
Eclesiastés 11–12 El Predicador concluye que a diferencia de la mayoría de las cosas en la
vida, la obediencia a los mandamientos de Dios es de importancia duradera porque un
día moriremos, nuestro espíritu volverá a Dios y Él nos juzgará de acuerdo con la forma
en que vivimos durante nuestra vida mortal.
Introducción a los Cantares de Salomón
¿Por qué debemos estudiar este libro?
La Traducción de José Smith declara, “…el Cantar de los Cantares de Salomón no es un
escrito inspirado” (citado en Guía para el Estudio de las Escrituras, “Cantares de
Salomón”).
¿Quién escribió este libro?
No sabemos quién escribió los Cantares de Salomón. “Se duda que Salomón sea en
realidad el autor” (Bible Dictionary, “Song of Solomon”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos cuándo ni dónde se escribió Cantares de Salomón.

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas del libro?
El Cantar de los Cantares de Salomón es el único de los libros canónicos que se considera
que no fue inspirado (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Cantares de
Salomón”). Al dirigirse a un grupo de maestros de seminario e instituto, el élder Bruce R.
McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles, comentó sobre cada uno de los libros del
Antiguo Testamento. Cuando llegó a este libro dijo: “El Cantar de los Cantares de
Salomón es basura bíblica, no es un escrito inspirado” (“The Bible, a Sealed Book”,
en Teaching Seminary: Preservice Readings, manual del Sistema Educativo de la Iglesia,
2004, pág. 127).
“A [los Cantares de Salomón] algunas veces se le llaman cánticos (como en latín) o Cantar
de los Cantares (como en hebreo)… En ocasiones tanto judíos como cristianos han estado
renuentes a aceptarlo en el canon de las Escrituras a causa de su contenido romántico,
pero lo han permitido basándose en el hecho de que es una alegoría del amor de Dios por
Israel y por la Iglesia” (Bible Dictionary, “Song of Solomon”).
Bosquejo
Cantares de Salomón 1–8 Se presentan poesía y cantos de amor y afecto.
Introducción a Isaías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Cuando Jesucristo visitó a los nefitas después de Su resurrección, Él les citó muchas de las
palabras de Isaías y luego dijo: “…un mandamiento os doy de que escudriñéis estas cosas
diligentemente, porque grandes son las palabras de Isaías” (3 Nefi 23:1). También les dijo
que todo lo que Isaías había profetizado se cumpliría (véase 3 Nefi 23:3). El libro de Isaías
se escribió en una época de gran iniquidad y apostasía, y aborda acontecimientos de esa
época así como hechos que ocurrirían en el futuro. Quizás la parte más importante del
libro de Isaías es el testimonio del profeta de que Jesús es el Cristo, el Santo de Israel y el
Mesías prometido. El estudio del libro de Isaías puede fortalecer tu testimonio del
Salvador y enseñarte a escuchar al Espíritu al encontrarte con simbolismo en las
Escrituras. A medida que maduras en tu comprensión del Evangelio, puedes apreciar el
testimonio de Isaías y sentir el deseo de estudiar sus palabras y decir como dijo Nefi:
“…mi alma se deleita en sus palabras… pues él verdaderamente vio a mi Redentor”
(2 Nefi 11:2).
¿Quién escribió este libro?
Isaías (el hijo de Amoz) es el autor del libro de Isaías. Su nombre significa “el Señor es
Salvación”, y esa idea se refleja en sus escritos. Isaías sirvió como profeta en Jerusalén
alrededor de 40 años (aproximadamente desde el 740 hasta el 701 a. de J.C.), durante los
reinados de Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías y Manasés, del Reino del Sur, Judá. Isaías estaba
casado y tuvo al menos dos hijos (véase Isaías 7:3; 8:1–3). “La tradición afirma que fue
‘aserrado’ durante el reinado de Manasés” (Bible Dictionary, “Isaiah”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
El libro de Isaías se escribió en algún momento durante el ministerio de Isaías
(aproximadamente 740–701 a. de J.C.). Puesto que el ministerio de Isaías se centraba en
Jerusalén, ese es el lugar más probable de origen del libro.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
“Isaías es el profeta más citado de todos; Jesús, Pablo, Pedro y Juan (en Apocalipsis) citan
a Isaías con mayor frecuencia que a cualquier otro profeta del Antiguo Testamento.
Igualmente, en el Libro de Mormón y en Doctrina y Convenios se cita más a Isaías que a
cualquier otro profeta” (Bible Dictionary, “Isaiah”).
Las profecías de Isaías a menudo tienen varios significados y cumplimientos. Con respecto
a las profecías de Isaías, el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles,
explicó: “El libro de Isaías contiene muchas profecías que parecen tener varios
cumplimientos. Un cumplimiento parece involucrar a las personas de los días de Isaías o
las circunstancias de la siguiente generación. Otro significado, con frecuencia simbólico,
parece referirse a los acontecimientos del meridiano de los tiempos, cuando Jerusalén
fue destruida y su pueblo dispersado después de la crucifixión del Hijo de Dios. Hay
incluso otro significado o cumplimiento de la misma profecía que parece relacionarse con
los sucesos pertinentes a la segunda venida del Salvador. El hecho de que muchas de esas
profecías pueden tener varios significados resalta la importancia de que busquemos
obtener revelación del Espíritu Santo que nos ayude a interpretarlas. Como dice Nefi, las
palabras de Isaías ‘…son claras para todos aquellos que son llenos del espíritu de profecía’
(2 Nefi 25:4)” (“Scripture Reading and Revelation” Ensign, enero de 1995, pág. 8).
En Isaías 29 hay una profecía de la Restauración que describe la salida a luz del Libro de
Mormón, e incluso un diálogo entre Martin Harris y el profesor Charles Anthon
(véase Isaías 29:11–12; José Smith—Historia 1:63–65).
Isaías da por sentado que el lector tiene una comprensión de la geografía de Israel y las
regiones circundantes y de la poesía hebrea.

Bosquejo
Isaías 1–12. Isaías describe a Israel como apóstata y corrupto, y explica que los israelitas
serán bendecidos si se arrepienten y castigados si continúan siendo rebeldes. Profetiza
sobre acontecimientos relacionados con la Restauración, incluso el recogimiento de Israel
en los últimos días. Se mencionan el llamamiento de Isaías al ministerio y las guerras
inminentes de Judá contra Efraín y Siria. Isaías profetiza del Mesías.
Isaías 13–27. La caída de Babilonia es un presagio de la destrucción del mundo en la
Segunda Venida. Israel será esparcido y luego recogido. Israel disfrutará de reposo
milenario y resultará victorioso sobre Babilonia (el mundo). Isaías describe los juicios de
Dios contra las naciones inicuas. Israel llenará la tierra.
Isaías 28–35. Isaías predice la Apostasía, la Restauración y la salida a la luz del Libro de
Mormón. Israel será esparcido porque rechazó al Señor y a los profetas. Las personas se
alejarán del Señor y se volverán inicuas antes de la Segunda Venida. Sión será sostenida
por sus estacas. El Señor castigará a los inicuos en la Segunda Venida.
Isaías 36–39. Isaías describe la invasión de Asiria. El rey Ezequías le pide consejo a Isaías
para prevenir la destrucción de Jerusalén.
Isaías 40–48. Isaías escribe acerca de Jesucristo, que actuará como un pastor para Israel y
como una luz para los gentiles. El Señor levantará un libertador (el rey Ciro) para liberar a
Israel del cautiverio. Ese libertador es un símbolo de Jesucristo, quien será el verdadero
libertador. Sólo Jesucristo salvará a Israel, y nadie salvará a Babilonia.
Isaías 49–66. El Señor recogerá a Israel en los últimos días. Isaías describe el sufrimiento
del Mesías. Isaías invita a todos a buscar al Señor. El Señor destruirá a los inicuos en Su
segunda venida.
Introducción al libro de Jeremías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Jeremías contiene las profecías, advertencias y enseñanzas que formaron parte
del ministerio del profeta Jeremías en el Reino del Sur, o Judá. Debido a que muchos de
los líderes y habitantes de Jerusalén rechazaron a Jeremías y a otros profetas, y
continuaron pecando, Jerusalén fue destruida y muchos judíos fueron llevados cautivos a
Babilonia. Este libro ilustra que el convenio entre Dios e Israel no hace invencibles a los
del pueblo de Dios. Si no cumplen su parte del convenio y no prestan atención a la
palabra del Señor, ellos se apartan a sí mismos del cuidado y de la protección de Dios.

A medida que los alumnos estudien este libro, comprenderán mejor el convenio entre
Jehová y Su pueblo. Al estudiar la obra de Jehová Señor de restaurar a los de Su pueblo y
ayudarlos a vencer las consecuencias de sus pecados, los alumnos pueden aprender
acerca del poder del Señor para salvarnos y bendecirnos. Del ejemplo de Jeremías, los
alumnos también pueden aprender que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros
responsabilidades para cumplir en esta vida y que, si nos volvemos a Él, el Señor nos
ayudará a cumplir con esas responsabilidades, no importa cuán difíciles sean.

¿Quién escribió este libro?


Jeremías es responsable de la mayor parte del contenido de este libro, pero
probablemente se valió de escribas para registrar sus palabras a medida que las dictaba
(véase Jeremías 36:4). Jeremías nació en el seno de una familia de sacerdotes y predicó
en el Reino del Sur, o Judá, durante aproximadamente cuarenta años, procurando
“detener… la corriente de idolatría e inmoralidad” (véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Jeremías”). Finalmente fue encarcelado en Jerusalén (véase Jeremías
37:15; 1 Nefi 7:14), y “[después] de la caída de Jerusalén [en torno al año 586 a. de J.C.], los
judíos que se escaparon a Egipto llevaron consigo a Jeremías (Jer. 43:5–6) en donde,
según la tradición, lo mataron a pedradas” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Jeremías”; escrituras.lds.org).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Jeremías comenzó su ministerio en 626 a. de J.C., en el año decimotercero del reinado del
rey Josías (véase Jeremías 1:1–2), y continuó predicando hasta después de la destrucción
de Jerusalén, aproximadamente en el año 586 a. de J.C. (véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Jeremías”). Su predicación coincidió en el tiempo con el ministerio de otros
profetas, entre ellos Lehi (véase 1 Nefi 1:4, 18–20), Sofonías (véase Sofonías 1:1) y Urías
(véase Jeremías 26:20–24). Algunas de las palabras de Jeremías se registraron antes de la
destrucción de Jerusalén (véase Jeremías 36:32).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
La mayoría de los libros proféticos del Antiguo Testamento se centran principalmente en
la palabra de Jehová como fue revelada por los profetas, pero no en la vida de los
profetas en sí. El libro de Jeremías es una excepción. Además de las profecías de
Jeremías, el libro contiene información biográfica sobre Jeremías y brinda conocimiento
sobre la angustia emocional y mental que experimentó en ocasiones al ministrar en
medio de tanta oposición (véase Jeremías 8:18–9:2; 15:15–18; 20:7–9; 26; 32; 37–38).
El libro también aborda la doctrina de la preordenación, que enseña que el Señor llama a
personas a cumplir determinadas responsabilidades y asignaciones en la vida terrenal.
Jehová le dijo a Jeremías: “Antes que te formase en el vientre, te conocí; y… te di por
profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). El saber que Jehová había determinado que él
fuera profeta en una época difícil pudo dar a Jeremías la fuerza y la fe que necesitaba
para predicar la palabra de Jehová a pesar de la persecución.
Un tema que prevalece a lo largo de todo el libro de Jeremías es que así como Jehová
había cuidado de los de Su pueblo cuando fueron destruidos, Él también los juntaría,
restauraría y fortalecería (véase Jeremías 31:28). En una revelación registrada en el libro
de Jeremías, Jehová dijo que Él haría “un nuevo convenio” con Su pueblo, en referencia al
nuevo y sempiterno convenio del Evangelio que Jesucristo estableció durante Su
ministerio y que se restauró en los últimos días (Jeremías 31:31–33; véase también D. y C.
22:1; 66:2). Jeremías también profetizó que en los últimos días, Jehová enviaría
pescadores y cazadores para reunir consigo a Israel, un acontecimiento que sería más
impactante para aquellos que lo presenciaran que la liberación de los hijos de Israel de
Egipto (véase Jeremías 16:14–16).
Jeremías “insiste mucho en la intimidad de la relación de Jehová con los pensamientos de
Sus siervos. Los actos de servicio externos son inútiles si no existen un corazón y una vida
dedicados. Las reformas superficiales no tenían sentido; era necesaria una regeneración
total en la vida de la nación” (véase Bible Dictionary, “Jeremiah”).
Bosquejo
Jeremías 1–6 Jeremías predica durante el reinado de Josías y profetiza que Jerusalén será
destruida por una nación grande y despiadada.
Jeremías 7–20 Jeremías predica en varios lugares de Jerusalén, incluso en la puerta del
templo, y utiliza varias metáforas para suplicar a los del pueblo que enmienden sus
caminos.
Jeremías 21–38 Jeremías predica durante el reinado del rey Sedequías y profetiza que
Babilonia conquistará Jerusalén. Aquellos que sobrevivan y sean llevados a Babilonia
vivirán allí en cautividad por setenta años. En los últimos días, el Mesías volverá, reinará y
reunirá consigo a Su pueblo.
Jeremías 39–44 Jerusalén es conquistada y muchos judíos son llevados cautivos a
Babilonia. Los judíos que permanecen en Judá rechazan las advertencias de Jeremías y
confían en Egipto.
Jeremías 45 Jeremías le promete a su escriba Baruc que Jehová le preservará la vida.
Jeremías 46–52 Jeremías profetiza concerniente a la destrucción de los filisteos, los
moabitas, los babilonios y otros pueblos extranjeros.
Introducción al libro de Lamentaciones
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Lamentaciones revela la patética condición de Judá después de la conquista
babilónica de Jerusalén, la cual ocurrió como resultado de los pecados del pueblo y de su
indiferencia a las advertencias proféticas. Al estudiar Lamentaciones, los alumnos
lograrán entender el dolor, el pesar y las consecuencias que pueden acompañar el
pecado. Los alumnos también aprenderán acerca de la compasión y la misericordia que el
Señor extiende a quienes acudan a Él en sus pesares.

¿Quién escribió este libro?


Jeremías escribió el libro de Lamentaciones (véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Lamentaciones, libro de”). Lamentaciones contiene reacciones de pesar por la
destrucción de Jerusalén y su templo alrededor de 586 a. de J.C., lo cual ocurrió durante la
vida de Jeremías.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Jeremías escribió el libro de Lamentaciones en algún momento después de que los
babilonios destruyeron Jerusalén. No sabemos en dónde estaba Jeremías cuando escribió
este libro, pero es posible que haya estado ya sea en Jerusalén o en Egipto
(véase Jeremías 43:6–7).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Todo el libro de Lamentaciones se compuso cuidadosamente en poesía. Los primeros
cuatro capítulos forman acrósticos. Un acróstico es una composición poética en la que las
primeras letras de cada línea o verso forman una secuencia que tiene significado. El libro
de Lamentaciones contiene composiciones acrósticas basadas en las 22 letras del alfabeto
hebreo. Lamentaciones 1, 2 y 4 contienen 22 versículos cada uno, y cada capítulo
comienza con una letra diferente del alfabeto hebreo, en orden
alfabético. Lamentaciones 3 contiene 66 versículos. En este capítulo, los primeros tres
versículos comienzan con la primera letra del alfabeto hebreo, los siguientes tres con la
segunda letra, etcétera. Lamentaciones 5 contiene 22 versículos pero no es un capítulo
acróstico. (Véase Bible Dictionary, “Lamentations, book of”).
Poéticamente, el uso de acrósticos le da estructura y secuencia a la expresión del pesar
abrumador de Judá en circunstancias que deben haber parecido caóticas, desordenadas y
sin sentido. El uso de este recurso literario también refleja el uso razonado del lenguaje al
clamar a Dios.

En su expresión poética del dolor, de la conmoción y del sufrimiento del pueblo,


Lamentaciones se asemeja a otros libros poéticos del Antiguo Testamento, tales como
Job y Salmos (véase Salmos 74 y 79). No obstante, al igual que muchos de los libros del
Antiguo Testamento, Lamentaciones no contiene ninguna respuesta de Jehová; capta
solamente el sufrimiento y la añoranza que experimentó el pueblo antes de que Jehová
les mostrara misericordia.
Bosquejo
Lamentaciones 1–2 Jeremías lamenta el estado desolado de Jerusalén luego de su
destrucción por parte de los babilonios. Reconoce que la ciudad fue destruida porque el
pueblo se rebeló contra los mandamientos de Jehová.
Lamentaciones 3 Jeremías ora pidiendo la liberación de Judá y expresa su esperanza en
Jehová, cuya misericordia reciben los que confían en Él.
Lamentaciones 4 Jeremías compara las condiciones de los judíos antes y después de la
destrucción de Jerusalén. Se aflige al considerar la lamentable situación del pueblo y
reconoce que esas condiciones son el resultado del pecado.
Lamentaciones 5 Jeremías ruega en oración por los que sobrevivieron la destrucción de
Jerusalén, suplicando a Dios que advierta su desolación, les perdone y les permita
regresar a Jehová y ser restaurados como pueblo.
Introducción al libro de Ezequiel
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Ezequiel contiene las visiones y las profecías de Ezequiel, al que Jehová llamó
para ministrar a los judíos cautivos en Babilonia. Este libro muestra que el Señor está al
tanto de Su pueblo en dondequiera que esté. Al estudiar este libro, los alumnos
aprenderán que Dios llama a profetas como atalayas para advertir a Sus hijos del peligro.

A pesar de ocurrir en una época en la que se estaba destruyendo a Jerusalén, el libro de


Ezequiel está repleto de esperanza. El profeta Ezequiel vio más allá de las tragedias de su
época a una época futura de renovación en que Jehová congregaría a Su pueblo, le daría
“un corazón nuevo” y “un espíritu nuevo” y le ayudaría a vivir Sus leyes (véase Ezequiel
36:21, 24–28). El estudio del libro de Ezequiel puede fortalecer la fe de los alumnos en el
poder del Señor para transformar a las personas y a las naciones. Los alumnos pueden
aprender que todos los que se arrepientan de sus iniquidades recibirán la misericordia, el
amor y el perdón de Dios.
¿Quién escribió este libro?
El profeta Ezequiel es el autor del libro de Ezequiel. Escribiendo desde la perspectiva de la
primera persona, Ezequiel escribió las visiones y revelaciones que recibió de Jehová.
Ezequiel era un sacerdote que estaba entre los judíos cautivos que el rey Nabucodonosor
llevó a Babilonia aproximadamente en el año 597 a. de J.C. (véase Ezequiel1:3). Según el
relato de 2 Reyes 24:14–16, los babilonios llevaron cautivos a los hombres principales de
la tierra en aquella época; por tanto, es posible que Ezequiel haya sido de una familia
prominente e influyente (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Ezequiel”).
Ezequiel profetizó y comunicó las palabras de Jehová a los exiliados judíos
aproximadamente en la misma época en que Jeremías profetizaba en Judá y Daniel
profetizaba en la corte de Babilonia.
¿Cuándo y dónde se escribió?
El libro de Ezequiel se escribió durante el cautiverio de Ezequiel en Babilonia. Profetizó
aproximadamente entre 592 y 570 a. de J.C. (véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Ezequiel”). Después de ser llevado cautivo, Ezequiel se estableció con otros
judíos en un lugar llamado Tel-Abib junto al río Quebar (véase Ezequiel 1:1–3; Bible
Dictionary, “Ezekiel”). Fue allí donde Ezequiel escribió que los cielos le fueron abiertos y
vio las visiones de Dios (véase Ezequiel 1:1).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Más de una vez en el libro de Ezequiel leemos que Jehová comparó a Su profeta con un
atalaya sobre una torre (véase Ezequiel 3:17; 33:1–9). Por medio de esa comparación,
Jehová recalcó tanto la responsabilidad de los profetas de advertir a Su pueblo de
peligros inminentes como la del pueblo de responder a la alarma del atalaya. Además,
aprendemos que todos nosotros somos responsables de nuestros propios hechos y
seremos castigados o recompensados en base a las decisiones que tomemos
(véase Ezequiel 18; 33).
El libro de Ezequiel está repleto de relatos de visiones y profecías. Por ejemplo, Jehová le
mostró a Ezequiel una visión de la resurrección de la casa de Israel, afirmando que el
pueblo del convenio de Jehová con el tiempo sería congregado en las tierras de su
herencia (véase Ezequiel 37:1–14). Jehová también describió el recogimiento de Israel en
los últimos días al compararlo con la unión del palo de José (el Libro de Mormón) y el palo
de Judá (la Biblia) (véase Ezequiel 37:15–28). El libro de Ezequiel contiene una profecía de
una gran batalla que precederá la segunda venida de Jesucristo (véase Ezequiel 38–39).
Además, Ezequiel 40–48 contiene una descripción de un templo que se construirá en
Jerusalén en los últimos días.
Bosquejo
Ezequiel 1–3 Ezequiel ve a Jehová y Su gloria. Se le llama a ser un atalaya a la casa de
Israel para advertirles, reprenderles y llamarles al arrepentimiento.
Ezequiel 4–24 Jehová instruye a Ezequiel que utilice símbolos para representar la
iniquidad de Israel y la destrucción de Jerusalén. Ezequiel profetiza de los juicios de
Jehová sobre Jerusalén y explica por qué la hambruna, la desolación, la guerra y la
pestilencia arrasarán la tierra de Israel.
Ezequiel 25–32 Jehová manda a Ezequiel que declare la iniquidad de las naciones que
rodean a Israel y que profetice su destrucción.
Ezequiel 33–48 Jehová reprende a los líderes de Israel por ser malos pastores de su
pueblo. Jehová será un verdadero pastor para Israel. Ezequiel escribe su visión de la
restauración de Israel después del exilio y en los últimos días. Jehová promete congregar
a los israelitas de su cautiverio, devolverlos a sus tierras prometidas, renovar Su convenio
con ellos y volver a unir a los reinos de Israel y Judá.
Introducción al libro de Daniel
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Daniel relata las experiencias de Daniel y otros judíos fieles que fueron
llevados cautivos a Babilonia. Conforme los alumnos estudien el libro de Daniel, podrán
aprender la importancia de mantenerse fieles a Dios y merecer las bendiciones que Él da
a quienes le son fieles (véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Daniel”). El libro
también contiene la interpretación de un importante sueño que tuvo el rey
Nabucodonosor sobre el reino de Dios en los últimos días.
¿Quién escribió este libro?
El profeta Daniel es el autor de este libro (véase Daniel 8:1; 9:2, 20; 10:2). El nombre
Daniel significa “Dios (es) juez” (Bible Dictionary, “Daniel”). “Nada se sabe de sus
progenitores, aunque parece haber sido de linaje real (Daniel 1:3); fue llevado cautivo a
Babilonia [como parte de la primera deportación de los judíos, alrededor del 605 a. de J.C.],
donde le dieron el nombre de Beltsasar (1:6–7)” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Daniel”). Se escogió a Daniel como uno de los jóvenes judíos más selectos a
fin de que se le capacitara para prestar servicio en la corte del rey Nabucodonosor. Dios
bendijo a Daniel con el don de interpretar sueños, y éste ascendió a cargos de liderazgo
dentro de los gobiernos babilonios y persas. En muchos aspectos, su vida se asemejó a la
de José, que fue vendido para Egipto. (Véase Bible Dictionary, “Daniel”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
El libro de Daniel se escribió probablemente alrededor del año 530 a. de J.C., mientras
Daniel vivía en Babilonia. Si se parte de la suposición de que era adolescente cuando se lo
llevó a Babilonia, es posible que Daniel haya tenido unos 90 años de edad cuando escribió
el libro. (Véase Gleason L. Archer Jr., “Daniel”, en The Expositor’s Bible Commentary, ed.
por Frank E. Gaebelein, 12 tomos, 1976–1992, tomo VII, pág. 6).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
“El libro consta de dos partes: Daniel 1–6 son narraciones concernientes a Daniel y sus
tres compañeros; Daniel 7–12 son visiones proféticas que tuvo Daniel” (Guía para el
Estudio de las Escrituras, “Daniel, El libro de Daniel”). Algunas de dichas visiones se
relacionan con los últimos días y la segunda venida de Jesucristo.
“Una de las aportaciones principales que el libro ofrece es la interpretación del sueño del
rey Nabucodonosor, en el cual se representa el reino de Dios en los últimos días como
una piedra cortada del monte que rodará hasta llenar toda la tierra (Daniel 2; véase
también D. y C. 65:2)” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Daniel”; escrituras.lds.org).
La protección divina de Sadrac, Mesac y Abed-nego en el horno ardiente y luego la de
Daniel en el foso de los leones demuestra la forma en que Dios libra a las personas fieles
que lo honran en todo momento y en toda circunstancia.

Bosquejo
Daniel 1 Daniel y sus compañeros son fieles a la ley de Moisés y Dios los bendice con
conocimiento y sabiduría. Se los coloca en cargos al servicio del rey Nabucodonosor en su
corte.
Daniel 2 Por revelación, Daniel interpreta el sueño del rey Nabucodonosor, el cual se
refiere a los destinos de los reinos de la tierra y al reino de Dios en los últimos días.
Daniel 3 Sadrac, Mesac y Abed-nego rehúsan a adorar el ídolo de oro del rey
Nabucodonosor y los echan en un horno ardiente, pero Jehová los libra.
Daniel 4–5 Daniel interpreta otro sueño del rey Nabucodonosor y después interpreta una
escritura en la pared en cuanto a la caída inminente de Babilonia ante los medos y los
persas.
Daniel 6 Daniel es librado del foso de leones. Lo habían arrojado al foso por orar a Jehová
en vez de obedecer el decreto del rey Darío que prohibía rogar a dios u hombre alguno
que no fuese el rey.
Daniel 7–12 Daniel tiene visiones proféticas de acontecimientos que sucederían desde
poco después de su época hasta los últimos días. Entre esos acontecimientos se hallan
conquistas de reinos de la tierra, la venida del Mesías, la angustia y la liberación del
pueblo de Dios en los últimos días y la resurrección de los muertos.
Introducción al libro de Oseas
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Uno de los mensajes centrales del libro de Oseas es que el Señor ama a Su pueblo incluso
cuando no le es fiel, y Él misericordiosamente les ofrecerá la reconciliación. Por medio del
estudio de las palabras de Oseas, los alumnos aprenderán que aunque hay consecuencias
a causa de nuestra infidelidad, el Señor desea que todo Su pueblo regrese a Él y renueve
su convenio con Él.

¿Quién escribió este libro?


Este libro contiene las enseñanzas del profeta Oseas. Oseas profetizó en el Reino del
Norte, o Israel, hacia finales del reinado de Jeroboam II. Oseas fue contemporáneo de los
profetas Isaías, Amós, Jonás y Miqueas.

¿Cuándo y dónde se escribió?


No sabemos con exactitud cuándo ni dónde se escribió el libro de Oseas. No obstante, las
enseñanzas de Oseas probablemente fueron registradas durante su vida (véase Merrill F.
Unger y otros, The New Unger’s Bible Dictionary, 1988, “Hose´a”, pág. 589). Oseas “murió
probablemente antes del ascenso al trono de Peca, en 736 a. de J.C., pues no hace ninguna
alusión a la guerra entre Siria y Efraín ni a la deportación de las tribus del norte por Tiglat-
pileser dos años después” (véase Bible Dictionary, “Hosea, or Hoshea”). Después de la
caída del reino del norte, los escritos de Oseas y sobre él aparentemente se recopilaron y
preservaron en el Reino del Sur, o Judá.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Oseas fue uno de los pocos profetas del Reino del Norte, o Israel, que dejó profecías
escritas. El libro se vale de metáforas y simbolismo extensos que ilustran la intensidad del
amor de Dios por Su pueblo.

Una metáfora fundamental en el mensaje de Oseas es el matrimonio. El factor


fundamental de esta metáfora es la experiencia personal de Oseas en su matrimonio con
una esposa infiel (véase Oseas 1:2–3; 3:1–3). Del adulterio de su esposa y de sus
esfuerzos posteriores por reconciliarse con ella y enmendar su relación, Oseas
probablemente adquirió una profunda percepción de la relación del Señor con Israel,
cuyos pecados eran como la infidelidad de una esposa. Mediante el uso de esa metáfora,
el Libro de Oseas testifica del amor del Señor por Israel mientras espera que su prometida
infiel regrese a Él.
Además de describir al Señor como un esposo devoto y compasivo, Oseas también
enseñó que el Señor es como un médico que cura (véase Oseas 7:1; 11:3; 14:4), un
jardinero que nutre su viña (Oseas 9:10; 10:1) y un pastor que cuida de su rebaño (Oseas
10:11; 13:5). Oseas enseñó acerca del papel de los profetas, las visiones y las similitudes
para guiar al pueblo del Señor (véase Oseas 12:10–13). Asimismo, el libro hace referencia
al papel del Señor como el Redentor de la muerte y del sepulcro (véase Oseas 13:14).
Bosquejo
Oseas 1–3 El Señor le manda a Oseas que se case y Oseas escoge a una mujer llamada
Gomer. Después de su casamiento, Gomer decide serle infiel a Oseas y comete adulterio.
El Señor utiliza el símbolo de ese casamiento para describir Su relación con Israel. Israel
(la mujer) es infiel al Señor (el marido) y va en busca de otros amantes, infidelidad que es
un símbolo de la adoración de dioses falsos. Después de detallar los juicios que vendrán
sobre los israelitas por quebrantar sus convenios, el Señor los invita misericordiosamente
a arrepentirse y a entrar de nuevo en el convenio.
Oseas 4–6 El pueblo de Israel rechazó el conocimiento y la verdad del Evangelio que había
recibido y cometió grandes pecados e iniquidades. Oseas llama a Israel a regresar al
Señor.
Oseas 7–14 Por medio de Oseas, el Señor proclama cómo castigará al pueblo de Israel por
sus pecados. Sin embargo, también expresa Su misericordia y Su bondad. El Señor relata
que Él sacó al pueblo de Israel de Egipto, pero éste rechazó a su Dios. Por medio de
profetas, visiones y similitudes, el Señor enseña y guía a Su pueblo. El Señor nos redimirá
de la muerte. El pueblo de Efraín se arrepentirá de sus pecados en los últimos días.
Introducción al libro de Joel
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Joel enseña acerca del poder combinado de las oraciones y del ayuno del
pueblo de Dios durante una época de gran dificultad en la historia de Israel. “Joel asegura
al pueblo que por medio del arrepentimiento nuevamente recibirán las bendiciones de
Dios” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Joel”; scriptures.lds.org).
El libro contiene también muchas profecía sobre la llegada de “el día de Jehová” (Joel
1:15). Estas profecías las han sido citado varios profetas y son pertinentes para múltiples
generaciones, sobre todo las que viven en los últimos días. El aprender sobre las profecías
de Joel puede ayudar a los alumnos a reconocer las señales de la segunda venida del
Señor Un aspecto emocionante de estudiar el libro de Joel es que vivimos en una época
en la que podemos ver el cumplimiento de esas profecías.
¿Quién escribió este libro?
El libro comienza con una breve declaración en la que se atribuye el libro a “Joel hijo de
Petuel” (Joel 1:1), que era un profeta del Reino del Sur, o Judá.
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos con exactitud cuándo vivió Joel ni cuándo profetizó al reino de Judá. “Pudo
haber sido en el período comprendido entre el reinado de Joás, antes del año 850 a.C., y el
regreso de la tribu de Judá de su cautiverio en Babilonia” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Joel”; scriptures.lds.org). No sabemos con exactitud dónde se escribió el libro
de Joel.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Joel se centra en las profecías que hizo Joel después de que la tierra de Judá
fuese afligida con una grave sequía y una plaga de langostas. Esas profecías hablan de las
muchas señales que precederán a la segunda venida del Salvador, sobre todo de un gran
derramamiento del Espíritu sobre toda carne (véase Joel 2:28–29).
Una de esas profecías se cumplió el día de Pentecostés, en tiempos del Nuevo
Testamento, cuando el Espíritu del Señor se derramó sobre una multitud, la cual escuchó
la predicación de los apóstoles del Señor y entendió las palabras en su propio idioma. Ese
acontecimiento hizo que Pedro dijera: “Esto es lo que fue dicho por el profeta Joel: Y
acontecerá en los postreros días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y
vuestros ancianos soñarán sueños” (Hechos 2:16–17).
En la noche del 21 de septiembre de 1823, el ángel Moroni se le apareció a José Smith y
citó Joel 2:28–32, diciendo que todas esas profecías se cumplirían en poco tiempo
(véase José Smith—Historia 1:41). El presidente Gordon B. Hinckley comentó sobre el
cumplimiento de esas profecías: “La era en la que vivimos es el cumplimiento de los
tiempos del que se habla en las Escrituras, en que Dios ha juntado todos los elementos de
dispensaciones pasadas. Desde el día en que Él y Su Hijo Amado se manifestaron al joven
José, ha venido sobre el mundo un torrente de conocimiento… La visión de Joel se ha
cumplido [véase Joel 2:28–32]” (“El vivir durante el cumplimiento de los
tiempos”, Liahona, enero de 2002, pág. 4).
Bosquejo
Joel 1 Joel describe un desastre natural causado por una plaga de langostas. Llama al
pueblo a ayunar y a congregarse en el templo, en asamblea solemne, para suplicar al
Señor que los libere.
Joel 2 Joel describe el “día del Señor” y la guerra y la desolación que lo acompañarán y
entonces pregunta: “¿Y quién podrá soportarlo?” (Joel 2:11). El Señor contesta diciéndole
al pueblo que vuelva a Él con todo su corazón. Joel profetiza de algunas de las
bendiciones que dará a Su pueblo en los últimos días.
Joel 3 Joel profetiza sobre los últimos días y afirma que toda nación en el mundo estará
en guerra poco antes de la Segunda Venida. El Señor morará con Su pueblo cuando
vuelva de nuevo.
Introducción al libro de Amós
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Amós recoge algunas de las profecías y enseñanzas que el profeta Amós
comunicó al reino de Israel durante el reinado del rey Jeroboam II. El pueblo rechazó las
advertencias y las enseñanzas de Amós y deseó que hubiera llevado su contundente
mensaje a otra parte. A través del estudio de este libro, los alumnos pueden adquirir una
mayor comprensión del papel fundamental que juegan los profetas en la obra del Señor y
un mayor aprecio por el llamamiento de profeta en nuestros días.

¿Quién escribió este libro?


O bien Amós o bien los escribas pusieron por escrito una selección de sus enseñanzas y
las recopilaron con el nombre de libro de Amós (véase Amós 1:1). Amós era un pastor
que vivía en una ciudad llamada Tecoa, que estaba situada a unos 19 kilómetros al sur de
Jerusalén (véase Bible Dictionary, “Amos”). El Señor lo llamó para profetizar al Reino del
Norte, o Israel, un llamamiento que no esperaba pero que cumplió con obediencia
(véase Amós 7:14–15).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Aunque no sabemos con exactitud cuándo se escribió, el libro de Amós comienza con la
explicación de que Amós predicó durante el reinado de Uzías en Judá y de Jeroboam II en
Israel, en el siglo octavoa. de J.C. (véase Amos 1:1; Bible Chronology). Es posible que Amós
haya sido colaborador del profeta Oseas en el reino de Israel. No existe una información
clara que nos indique dónde se escribió este libro.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El libro de Amós hace hincapié en los profetas (véase Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Amós”). Amós explicó que Dios se vale de los profetas para llevar a cabo Su
obra (véase Amós 3:7). Amós advirtió de los juicios que estaban a punto de venir sobre el
pueblo de Israel porque habían rechazado a los profetas.
Además, Amós hizo hincapié en “el carácter moral del Señor, el gobernante justo de
todas las naciones y todos los hombres. Amós [mostró] que la ofrenda que más aprecia el
Señor es una vida recta; los sacrificios de animales pierden su significado si se ofrecen
como sustitutos de la rectitud personal [véase Amós 5:21–27]” (véase Bible
Dictionary, “Amos”).
Amós profetizó sobre un hambre “de oír la palabra de Jehová” (Amós 8:11). Durante esa
hambruna, las personas “andarán buscando la palabra de Jehová”—las enseñanzas
inspiradas y autorizadas de los profetas— “y no la hallarán” (Amós 8:12). Esa profecía se
cumplió inicialmente después de la apostasía de los reinos de Israel y Judá. Tras el
ministerio de Malaquías, pasaron más de 400 años sin profetas que ministraran en la
tierra de Israel. La profecía de Amós también se cumplió en una época posterior. Después
de que Jesucristo estableció Su Iglesia sobre la Tierra, con el tiempo, ésta también cayó
en la apostasía. Cesó la revelación para guiar la Iglesia y la gente de la Tierra no pudo
recibir la palabra de Dios por medio de profetas durante más de 1.700 años.
Bosquejo
Amós 1–2 Amós profetiza que el Señor derramaría sus juicios sobre Siria, los filisteos,
Tiro, Edom, el pueblo de Amón y Moab a causa de su iniquidad. Amós también predica
que Judá e Israel serán castigadas por abrazar la iniquidad y rechazar al Señor.
Amós 3–4 Amós describe los diversos intentos del Señor por salvar a Su pueblo, que
incluyen enviar profetas para advertirles, retener la lluvia y permitir la peste y la guerra
para preocuparlos. Sin embargo, el pueblo no se humilló ni se volvió al Señor.
Amós 5–6 Amós enseña que el pueblo puede evitar la destrucción si se arrepiente y busca
sinceramente al Señor. En particular, declara que el Señor no acepta las ofrendas del
pueblo en el templo porque su corazón está centrado en dioses falsos. Amós profetiza
que su actitud irreverente en la adoración al Señor los llevará a la destrucción
Amós 7–9 Tras profetizar sobre el destino y las consecuencias a las que Israel se
enfrentará por rechazar al Señor, Amós da un mensaje de esperanza, al prometer que el
Señor juntará a Su pueblo y lo restaurará en su tierra.
Introducción al libro de Abdías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
A medida que los alumnos estudien el libro de Abdías, también aprenderán la
importancia de la hermandad y los peligros y las consecuencias de abandonar el
mandamiento de amar a los demás. Abdías dirigió sus profecías a los edomitas, que eran
descendientes de Esaú, el hermano de Jacob (véase Génesis 25:30) y vivió en el territorio
al sur de Judá. Aunque los edomitas no eran de la casa de Israel, pertenecían a la familia
de Abraham. Desafortunadamente, la relación entre Judá y Edom era contenciosa, y cada
nación veía a la otra como un enemigo. Cuando se capturó a Jerusalén, las personas de
Edom rehusaron ayudar al pueblo de Judá, se jactaron de su mala fortuna, saquearon los
bienes que habían dejado atrás y los traicionaron con los babilonios (véase Abdías 1:11–
14). Abdías predijo la destrucción que le esperaba al pueblo de Edom debido a su
crueldad hacia Judá. También profetizó la futura restauración de Sion y la importancia de
la obra del templo en los últimos días, describiendo a los que participaran como
“salvadores” (véase Abdías 1:17–21).
¿Quién escribió este libro?
Abdías 1:1 dice que en este libro se registra una visión que el Señor le dio a un profeta
llamado Abdías. Aunque en 1 Reyes, 1–2 Crónicas, Esdras y Nehemías se menciona a
algunas personas que se llaman Abdías, hacen referencia a otras personas. Aparte del
hecho de que Abdías era un profeta en el Reino del Sur, o Judá, no sabemos nada de sus
antecedentes o de su ministerio. Apropiadamente, Abdías significa “siervo del Señor”
(véase Bible Dictionary, “Obadiah”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
La profecía de Abdías es de poco después de una de las capturas de Jerusalén,
seguramente la conquista de parte de los babilonios en aproximadamente el 586 a. de
J.C. (Véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Abdías”).

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas de este libro?
El libro de Abdías es el más corto del Antiguo Testamento.
Las profecías de Abdías contra Edom son parecidas a las que se encuentran en otros libros
del Antiguo Testamento (véanse Isaías 34:5–8; Jeremías 49:7–22; Ezequiel 25:12–
14; 35:1–15; 36:5; Joel 3:19). Sin embargo, entre esas profecías, las de Abdías son
singulares porque declaran que la razón por la que la crueldad de Edom hacia Judá era
tan ofensiva era porque las personas de las dos naciones estaban emparentadas. De
particular crueldad fue la decisión de Edom de mantenerse de lado mientras sus
hermanos y hermanas israelitas estaban siendo destruidos, y de regocijarse por su mala
fortuna. Abdías declaró que el pueblo de Edom no se debía haber “alegrado de los hijos
de Judá el día en que perecieron” (Abdías 1:12).
Además, la visión de Abdías de la futura restauración de Sion y de “salvadores al monte
Sion” (Abdías 1:21) no sólo se aplica a Jerusalén, sino también a la Iglesia de los últimos
días. El profeta José Smith enseñó que los Santos de los Últimos Días pueden ser como
“salvadores en el monte de Sion” al participar en la gran obra de salvación por los
muertos (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 506).
Bosquejo
Abdías 1:1–9 Abdías habla en contra del orgullo de Edom y profetiza su caída y
destrucción.
Abdías 1:10–16 Edom será repudiado y destruido debido a su crueldad hacia Judá.
Abdías 1:1–21 Abdías profetiza la futura restauración de Israel.
Introducción al libro de Jonás
¿Por qué debemos estudiar este libro?
A medida que los alumnos estudien el libro de Jonás, aprenderán lecciones valiosas que
tendrán importancia en su vida. Después de que Jonás intentó evitar predicar el
arrepentimiento a las personas de Nínive, descubrió la inutilidad de intentar escapar de
Jehová. La milagrosa liberación de Jonás del “gran pez” (Jonás 1:17) nos puede enseñar
que el Señor nos extiende Su misericordia cuando nos arrepentimos. La segunda
oportunidad que tuvo Jonás de predicar el Evangelio y hacer lo que Dios le había pedido
puede asegurar a los alumnos que el evangelio de Jesucristo ofrece segundas
oportunidades a aquellos que se humillan y se arrepienten, como lo hizo Jonás. Al
estudiar el relato del arrepentimiento de Nínive, los alumnos también pueden aprender
en cuanto al amor y la misericordia que Dios tiene por todos aquellos que se vuelven
hacia Él. Por último, la reprimenda del Señor por el descontento que sintió Jonás al ver
que el Señor perdonaba al pueblo de Nínive puede enseñar a los alumnos la importancia
de superar cualquier resentimiento que sientan en cuanto a la misericordia de Dios hacia
aquellos que se arrepienten.
¿Quién escribió este libro?
Aunque este libro es obviamente acerca del profeta Jonás, lo escribió un autor posterior
que no se conoce (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras “Jonás”). Jonás, que era
hijo de Amitai, era de una ciudad llamada Gat-hefer en Zabulón, un territorio en Israel
(véanse Jonás 1:1; 2 Reyes 14:25).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No se sabe con seguridad cuándo se escribió el libro de Jonás. Sin embargo, Jonás
ministró y profetizó durante el reinado de Jeroboam II de Israel, que duró del 790 al 749 a.
de J.C. (véase 2 Reyes 14:23–25; véase también la Cronología de la Biblia).

¿Cuáles son algunas de las características


distintivas de este libro?
A diferencia de otros libros proféticos del Antiguo Testamento, el libro de Jonás no es un
registro de las profecías de Jonás, sino una narrativa de las experiencias del profeta. El
relato contiene detalles que parecen ser exageraciones, lo cual ha llevado a algunos
lectores a tener dudas acerca de cuánto del libro es histórico. Sin embargo, sus elementos
literarios hacen que sea un “hermoso poema” (Bible Dictionary, “Jonah”) que contiene
lecciones valiosas. Jesucristo se refirió a los tres días y las tres noches que Jonás estuvo en
el vientre de la ballena como una señal de Su muerte y resurrección (véanse Mateo
12:39–40; 16:4; Lucas 11:29–30).
Las acciones de Jonás pueden ser un reflejo de los sentimientos y actitudes hostiles que
algunos israelitas tenían hacia los gentiles. El testimonio del libro de la misericordia de
Dios hacia el pueblo de Nínive hace eco de los mensajes de los profetas del Antiguo
Testamento que enseñaron la preocupación de Dios por las personas fuera de Israel
(véanse Isaías 49:6; 60:3; Jeremías 16:19) y es un presagio de la futura incorporación de
los gentiles a la Iglesia en los días del Nuevo Testamento.
Bosquejo
Jonás 1 Dios llama a Jonás a predicar al pueblo de Nínive. Jonás huye en un barco. Se
levanta una tormenta que amenaza hundir el barco. Jonás confiesa que la tormenta es su
culpa, es echado al mar y se lo traga un gran pez.
Jonás 2 Jonás se arrepiente. El Señor oye sus súplicas y lo libera del vientre del gran pez.
Jonás 3 Dios llama a Jonás de nuevo a predicar al pueblo de Nínive. Jonás va a Nínive y
profetiza la destrucción del pueblo. El pueblo responde con ayuno y humildad, y el Señor
anula su castigo.
Jonás 4 Jonás se enoja por la decisión del Señor de mostrar misericordia al pueblo. El
Señor le enseña en cuanto a Su preocupación por la salvación de las personas de Nínive.
Introducción al libro de Miqueas
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Los escritos de Miqueas abordan los temas del juicio y la esperanza. Por ejemplo,
Miqueas enseñó que los pecados de los líderes de Israel resultarían en la destrucción de
Jerusalén (véase Miqueas 3:5–12). Sin embargo, Miqueas también declaró de forma
elocuente que el Padre Celestial oye las oraciones de Sus hijos y que Jesucristo es un
defensor y una luz para todos (véase Miqueas 7:7–9). Miqueas continúa alabando a Dios
al decir que Jehová “perdona la iniquidad” y “No retiene para siempre su enojo, porque
se deleita en la misericordia” (Miqueas 7:18). Mediante ese contraste de temas, los
alumnos pueden aprender en cuanto al desprecio del Señor hacia el mal y Su misericordia
por aquellos que vuelven a la rectitud.
¿Quién escribió este libro?
Aunque no sabemos quién escribió el libro de Miqueas, contiene las profecías del profeta
Miqueas. Miqueas era de Moreset, un pequeño pueblo rural en el reino de Judá
(véase Miqueas 1:1, 14).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos dónde se escribió o se compiló el libro de Miqueas en su forma actual. De
acuerdo con Miqueas 1:1, Miqueas profetizó durante los reinados de los reyes Jotam,
Acaz y Ezequías de Judá, que reinaron del 740 a. de J.C. al 697 a. de J.C. Por lo tanto,
seguramente era contemporáneo de los profetas Amós, Oseas, Jonás e Isaías. Miqueas
dirigió sus palabras al pueblo de los reinos de Judá e Israel.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Miqueas ministró durante un tiempo en que el pueblo de Israel estaba prosperando
económicamente, pero sufriendo en el plano espiritual (véase Thomas E. McComiskey,
“Micah”, en The Expositor’s Bible Commentary, ed. Frank E. Gaebelein, 12 tomos, 1976–
1992, tomo VII, pág. 395). Ese ambiente permitió que la clase alta pusiera cargas más
pesadas sobre la clase baja. Miqueas estaba preocupado en particular por la opresión de
los pobres por parte de los ricos, y contaba esa injusticia entre los pecados más graves de
Judá e Israel.
Puede que los orígenes de Miqueas, en un pueblo pequeño, le hicieran ser especialmente
susceptible hacia la preocupación de las personas rurales y pobres de la tierra. Miqueas
es el único libro del Antiguo Testamento que nombra a Belén, una cuidad “pequeña para
estar entre los millares de Judá” (Miqueas 5:2)—como el lugar donde nacería el Mesías.
Como las enseñanzas del profeta Isaías, muchas de las enseñanzas de Miqueas se
escriben al estilo de la poesía hebrea. La profecía de Miqueas de la destrucción de
Jerusalén se recordó muchos años después, durante el tiempo de Jeremías
(véase Jeremías 26:18).
Bosquejo
Miqueas 1–3 Miqueas profetiza el juicio y la ruina sobre los israelitas, incluso los que
viven en Samaria y en Jerusalén. Miqueas reconoce los pecados de la idolatría y la
opresión de los pobres por parte de las clases altas como las razones de la destrucción
inminente de los israelitas. También condena a los maestros de religión corruptos que
enseñan por dinero.
Miqueas 4–5 Miqueas profetiza la restauración de Israel. También profetiza que el Mesías
nacerá en Belén.
Miqueas 6–7 Miqueas describe algunas de las formas en que Jehová ha bendecido a los
israelitas. Enseña a su pueblo que vivir justamente, apreciar la misericordia y servir al
Señor es más importante que los sacrificios y las ofrendas. Testifica que Jehová es
misericordioso y perdona los pecados de aquellos que se arrepienten.
Introducción al libro de Nahúm
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Nahúm contiene una profecía de que Nínive, la capital de Asiria, sería
destruida a causa de la maldad de su pueblo. Los asirios habían conquistado y
aterrorizado brutalmente grandes regiones del Cercano Oriente en el siglo VIII a. de J.C.,
destruyendo el Reino del Norte, o Israel, y deportando a sus habitantes
aproximadamente en el 721 a. de J.C. y más tarde asediando Jerusalén en el 701 a. de J.C.
Nahúm dirigió un parte significativa de su profecía al pueblo de Nínive. Esas personas no
eran las mismas que las que se habían arrepentido de sus pecados después de que Jonás
predicara en Nínive más de un siglo antes. Las personas de Nínive en los tiempos de
Nahúm habían vuelto a la maldad, y sus acciones les llevaron a su destrucción. La
destrucción de Asiria se puede comparar a la destrucción de los inicuos en los últimos
días. Al estudiar en cuanto a los ninivitas en los días de Jonás y en los de Nahúm, los
alumnos pueden aprender que cuando las personas se apartan del pecado, el Señor las
perdonará, y que cuando no lo hacen, serán destruidas.

A medida que los alumnos estudian el libro de Nahúm, también pueden aprender que
Dios se preocupa profundamente por Su pueblo y no permitirá que sus opresores pasen
sin ser castigados. Los alumnos también pueden aprender acerca de la gran misericordia
que el Señor muestra a aquellos que confían en Él.

¿Quién escribió este libro?


De acuerdo con Nahúm 1:1, este libro registra “la visión de Nahúm de Elcos”. No sabemos
si Nahúm escribió o dictó las palabras de la visión, o si alguien más las escribió. Nahúm
profetizó en el siglo VII a. de J.C., alrededor del mismo tiempo que Sofonías y Jeremías.
Cada uno de esos profetas compartió entendimiento en cuanto a los años que llevarían a
la conquista babilónica de Judá.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Es muy probable que la profecía de Nahúm se registrara en el reino de Judá en algún
momento después del 660 a. de J.C. y antes de la caída de Nínive, que ocurrió alrededor del
606 a. de J.C. (Véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Nahúm”).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
Nahúm escribía de forma poética, usando la imaginería y el simbolismo. Su tono hacia
Nínive es notablemente hostil, especialmente en los capítulos 2 y 3, que describen la
destrucción y humillación de la ciudad. La descripción que da el libro de la ira del Señor
quizás haga que algunos lectores se sientan incómodos. Sin embargo, es importante
reconocer que tras la ira del Señor hacia Nínive hay un profundo sentimiento de
preocupación por el sufrimiento de las muchas personas a quienes Asiria había
conquistado, asesinado, esclavizado y aterrorizado (véase Nahúm 3:19). Los juicios del
Señor hacia los inicuos guardan relación a la compasión que Él siente por sus víctimas.
El significado del nombre de Nahúm, “consolador”, tiene un papel importante en el
mensaje del profeta (véase Bible Dictionary, “Nahum”). Los inicuos que no se arrepientan
no recibirán consuelo (véase Nahúm 3:7), pero los justos pueden recibir consuelo del
mensaje de Nahúm de que el Señor se preocupa por ellos y que un día dará fin a la
maldad.
Bosquejo
Nahúm 1 Nahúm explica que el Señor quemará la Tierra en Su segunda venida pero que
mostrará misericordia a los justos.
Nahum 2 Nahúm profetiza la destrucción de Nínive, que presagia los eventos que
sucederán en los últimos días.
Nahum 3 Nahúm continúa prediciendo la destrucción de Nínive.
Introducción al libro de Habacuc
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Habacuc contiene una conversación entre Habacuc y el Señor, “similar a las
que contienen Jeremías 12 y D. y C. 121” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Habacuc”; scriptures.lds.org). Tal como Jeremías y José Smith, Habacuc hizo
preguntas sinceras y directas a Dios que reflejaban la preocupación por su pueblo y por
los planes que el Señor tenía para ellos. Al estudiar el libro de Habacuc, los alumnos
pueden aprender en cuanto al valor de llevar sus preocupaciones y preguntas al Padre
Celestial en sincera oración.
¿Quién escribió este libro?
Este libro se atribuye a un profeta llamado Habacuc (véanse Habacuc 1:1; 3:1). Se sabe
poco en cuanto a Habacuc, excepto que era un profeta que vivió en el reino de Judá,
“posiblemente durante el reinado de Joaquín (alrededor del año 600 a.C.)” (Véase la Guía
para el estudio de las Escrituras, “Habacuc”). Si la fecha es correcta, habría sido
contemporáneo de los profetas Jeremías, Sofonías, Abdías y Ezequiel.
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos exactamente cuándo o dónde se escribió el libro. La fecha del ministerio de
Habacuc no se sabe, pero es probable que ocurriera poco antes del asedio babilonio de
Jerusalén en el 597 a. de J.C. (véase Habacuc 1:6).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El diálogo de Habacuc con Dios toma la forma de discursos alternados en Habacuc 1–2.
Algunas de las peticiones de Habacuc toman a forma de queja como: “¿Hasta cuándo, oh
Jehová, clamaré, y no oirás…?” (Habacuc 1:2). Éstas reflejan la emoción y desesperación
profundas que pueden sentir los justos en momentos de gran sufrimiento (véanse Salmos
6:3; 13:1; 35:17; 74:10; 79:5; D. y C. 121:1–6) y nos pueden recordar que, incluso en
nuestra angustia, podemos acudir al Padre Celestial y expresar nuestros problemas en
oración honesta y sincera.
En respuesta a la oración de Habacuc, el Señor le aconseja que sea paciente y fiel, y le
recuerda la justicia, la preocupación y los planes de Dios. La oración poética
en Habacuc 3 contiene las alabanzas de Habacuc al Señor por las maneras milagrosas en
que Él ha protegido a Su pueblo y lo ha liberado.
Bosquejo
Habacuc 1 Habacuc aprende que los caldeos (babilonios) conquistarán el reino de Judá.
En su angustia, pregunta cómo el Señor permitiría que una nación inicua destruyera a
Judá.
Habacuc 2 El Señor le recuerda a Habacuc que Sus planes todavía no se han completado,
pero que se cumplirán más adelante. Con el tiempo, la justicia de Dios caerá sobre los
inicuos.
Habacuc 3 Habacuc ofrece una oración o un salmo poético de alabanza a Dios y a Su
majestuosidad.
Introducción al libro de Sofonías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Sofonías profetizó acerca del “día de Jehová” (Sofonías 1:7, 8, 14, 18; 2:2, 3), o el juicio
inminente del Señor sobre Judá y otras naciones (véase la Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Sofonías”). Sofonías explicó que en ese día, Dios castigaría a los orgullosos y
los valientes y premiaría a los justos. Sofonías suplicó: “Buscad a Jehová todos los
humildes de la tierra… buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en
el día de la ira de Jehová” (Sofonías 2:3). Al estudiar el libro de Sofonías, los alumnos
pueden aprender que no tienen que seguir las costumbres pecaminosas de las sociedades
en las que viven y que pueden buscar al Señor a pesar de lo que las personas a su
alrededor escojan hacer.
Estudiar el libro de Sofonías también puede ayudar a los alumnos a prepararse para la
segunda venida de Jesucristo, a la que también se hace referencia como “el día de
Jehová”. Los alumnos pueden aprender que si se preparan para la Segunda Venida al
arrepentirse de sus pecados y volverse a Jesucristo, pueden obtener paz en esta vida y
esperar con gozo la Segunda Venida.

¿Quién escribió este libro?


El libro se atribuye a un profeta llamado Sofonías, que profetizó en Judá durante el siglo
VII a. de J.C. (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Sofonías”). Es posible que
Sofonías haya sido contemporáneo de otros profetas del Antiguo Testamento, como
Jeremías y Nahúm, así como el profeta Lehi del Libro de Mormón (véase Bible
Chronology [Cronología de la Biblia]). El nombre de Sofonías significa “Jehová esconde”
(Bible Dictionary, “Zephaniah”).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Sofonías ministró en Judá durante el reinado del rey Josías, que duró aproximadamente
del 639 al 608 a. de J.C. (véanse Sofonías 1:1; Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Sofonías”). Sin embargo, no sabemos cuándo o dónde se escribieron las
profecías.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Como muchas profecías antiguas, las palabras de Sofonías se pueden aplicar tanto a sus
tiempos como al futuro. Durante el tiempo en que Sofonías estaba profetizando, un
ejército extranjero amenazaba destruir Judá. Esa amenaza de destrucción se puede
comparar a la destrucción de los inicuos que ocurrirá antes de la segunda venida de
Jesucristo. Además, las bendiciones que el Señor prometió a los habitantes justos de
Jerusalén pueden predecir las bendiciones que los justos recibirán en la Segunda Venida
(véase Sofonías 3:12–20).
Bosquejo
Sofonías 1 Sofonías profetiza que Dios destruirá al pueblo de Judá si no se arrepienten.
Sofonías 2 Sofonías alienta a Judá y a los humildes de la tierra a buscar justicia. También
advierte a algunos de los vecinos hostiles a Judá de los juicios de Dios que caerán sobre
ellos.
Sofonías 3 Sofonías profetiza en cuanto a la maldad de los líderes de Jerusalén y en
cuanto a las bendiciones que recibirán los habitantes de Israel después de que el Señor
aparte a los orgullosos de la ciudad. Sofonías explica que el Señor derramará juicio sobre
todas las naciones. Sofonías revela que el Señor dará a su pueblo un lenguaje puro, que
renovará su relación con ellos y que reinará en medio de Sion.
Introducción al libro de Hageo
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Hageo afirma que se volvería a edificar un templo en Jerusalén y que la paz
finalmente llegaría a la misma ciudad. Estudiar el libro de Hageo puede ayudar a los
alumnos a obtener una comprensión más profunda de la urgencia y la importancia de
edificar templos y de adorar en el templo (véase Hageo 1; véase también D. y C. 95).
¿Quién escribió este libro?
Hageo era un profeta que vivió en Jerusalén no mucho después de que los judíos
regresaran del exilio babilónico (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Hageo”).
Se supone que él es el autor del libro que lleva su nombre.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Hageo pronunció las profecías que se encuentran en este libro alrededor del 520 a. de
J.C. en Jerusalén (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Hageo”). Si Hageo
escribió el libro, lo más probable es que también lo escribiera en Jerusalén.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas del libro?
El libro de Hageo proporciona información útil en lo que respecta a la reconstrucción del
templo de Jerusalén. Después de que los judíos regresaron de Babilonia a Jerusalén,
comenzaron a reconstruir la ciudad y el templo, pero se detuvieron cuando se
enfrentaron a la oposición (véase Esdras 1–4). El libro de Hageo contiene el mandamiento
del Señor a los judíos de renovar sus esfuerzos de reconstruir el templo. Los judíos
obedecen la palabra del Señor por conducto de Hageo y tienen éxito al completar el
templo (véase Hageo 1–2; Esdras 5–6).
Bosquejo
Hageo 1 Por conducto de Hageo, el Señor reprende al pueblo por preocuparse más en
cuanto a la condición de sus propios hogares que la del templo del Señor. Él explica que la
condición deficiente de su cosecha se debe a que no reconstruyeron el templo. El los
exhorta a renovar sus esfuerzos de construir el templo.
Hageo 2El Señor manda a Hageo que hable al pueblo y los exhorte a ser fuertes al
reconstruir el templo. Profetiza que el Mesías (Jesucristo) vendrá a Su templo y traerá
paz.
Introducción al libro de Zacarías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de Zacarías contiene descripciones de visiones concerniente a la reconstrucción de
Jerusalén y el templo, el recogimiento del Israel esparcido, y el triunfo de Israel sobre sus
enemigos. El libro termina con profecías del ministerio mortal del Salvador y Su regreso
final en gloria. Al estudiar el libro de Zacarías, los alumnos pueden aprender en cuanto al
amor del Señor por Su pueblo y Su deseo de limpiarlos y redimirlos si se arrepienten y
guardan sus convenios. Los alumnos también pueden aprender en cuanto a los
acontecimientos que ocurrirán antes y después de la segunda venida de Jesucristo y
sentir la importancia de prepararse para el regreso del Señor.

¿Quién escribió este libro?


El profeta Zacarías escribió este libro. Él era el hijo de Berequías, que era hijo de Iddo
(véase Zacarías 1:1). Iddo era un sacerdote que regresó a Jerusalén con Zorobabel, el
primer gobernador judío de Jerusalén después de que los judíos regresaron del exilio
babilónico (véase Nehemías 12:1–7). Zacarías profetizó desde el segundo hasta el cuarto
año del reinado de Darío, aproximadamente del 520 al 518 a. de J.C. (véanse Zacarías
1:1; 7:1). Junto con su contemporáneo, Hageo, Zacarías contribuyó a organizar e inspirar
a los judíos a terminar de reconstruir el templo (véanse Esdras 5:1; 6:14).
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos exactamente cuándo o dónde se escribió el libro de Zacarías. Sin embargo,
sabemos que Zacarías vivió en Jerusalén poco después del regreso de los judíos de su
exilio en Babilonia. Recibió las visiones registradas en su libro entre el segundo y el cuarto
año del reinado de Darío, o entre el 520 y el 518 a. de J.C. (véanse Zacarías 1:1; 7:1).
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
Muchos de los mensajes que Zacarías recibió del Señor eran en forma de visiones
(véase Zacarías 1–6). Posiblemente debido a la dificultad de expresar visiones celestiales
en términos terrenales, la mayoría de los mensajes en el libro de Zacarías se formulan con
imágenes y descripciones simbólicas.
Por lo general, sus lectores lo dividen en dos partes: “En los capítulos del 1 al 8, se habla
de una serie de visiones acerca del futuro del pueblo de Dios. En los capítulos del 9 al 14,
se encuentran visiones acerca del Mesías… y la Segunda Venida” (Guía para el Estudio de
las Escrituras, “Zacarías”). De particular importancia son las profecías vívidas del
ministerio terrenal de Cristo (véanse Zacarías 9:9; 11:10–13) y de acontecimientos de los
últimos días tales como el recogimiento de Israel, la última gran batalla y la Segunda
Venida (véanse Zacarías 10:6–12; 12:2–14; 14:1–9).
Bosquejo
Zacarías 1–6 En una serie de visiones, Zacarías ve la restauración de Jerusalén y el templo,
el recogimiento de Israel, y a Josué, el sumo sacerdote, coronado en similitud a Cristo.
Zacarías 7–8 Debido a la hipocresía y la opresión de los pobres de parte de los israelitas,
el Señor los esparce entre las naciones. En los últimos días, Él restaurará Jerusalén y
recogerá a Judá; muchos gentiles se juntarán con ellos para adorar al Señor.
Zacarías 9–11 Zacarías profetiza en cuanto al ministerio de Cristo: Entrará en Jerusalén
montado en un asno; los espíritus en prisión serán redimidos por la sangre del convenio.
El Israel esparcido será recogido, redimido y fortalecido. Cristo será traicionado por
treinta piezas de plata.
Zacarías 12–14 En la batalla final antes de la segunda venida de Jesucristo, muchas
personas se reunirán para luchar contra Jerusalén, y el Señor las destruirá. Los judíos
reconocerán al Mesías, a quien crucificaron, y verán las heridas en Sus manos Cristo
reinará como Rey de toda la Tierra.
Introducción al libro de Malaquías
¿Por qué debemos estudiar este libro?
Un siglo después que los judíos volvieron a su patria, muchos de ellos habían llegado a ser
autocomplacientes y menos devotos del Señor. Por medio del profeta Malaquías, Jehová
habló sobre el compromiso cada vez menor por parte de los judíos hacia Dios. El Señor
mandó a Su pueblo del convenio que se volvieran a Él al entregarle los diezmos y
ofrendas con mayor fidelidad, y prometió bendecir y proteger a quienes así lo hiciesen
(véase Malaquías 3:7–12). Al estudiar las palabras de Malaquías, los alumnos podrán
obtener un testimonio mayor de la ley del diezmo y sentir más deseos de obedecerla.
Además, los alumnos aprenderán que se cumple la profecía de Malaquías de que el Señor
hará volver el corazón de los hijos a sus padres (o antepasados) (véase Malaquías 4:6)
conforme participan en la obra del templo y de historia familiar. Estudiar esa profecía
puede inspirar a los alumnos a participar en la obra de salvación de sus antepasados
fallecidos.
¿Quién escribió este libro?
El libro indica que contiene la “profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio
de Malaquías” (Malaquías 1:1). En hebreo el nombre Malaquías quiere decir “mi
mensajero” (véase Bible Dictionary, “Malachi” [en inglés]). Tal nombre refleja
adecuadamente los importantes mensajes que el profeta comunicó al pueblo de su
época, muchos de los cuales también se aplican al pueblo del Señor de los últimos días.
Sabemos muy poco sobre la vida de Malaquías, aparte de lo que conocemos por sus
escritos. Su origen y circunstancias nos son desconocidos, pero evidentemente vivió en el
siglo V a. de J.C. (véase Bible Dictionary, “Malachi” [en inglés]) y habría sido
contemporáneo de Esdras y Nehemías.
¿Cuándo y dónde se escribió?
Aunque no sabemos cuándo ni dónde se escribieron las profecías de Malaquías,
Malaquías las comunicó alrededor del año 430 a. de J.C., muy probablemente en Jerusalén
(véase Bible Dictionary, “Malachi” [en inglés]). Si escribió él mismo las profecías, es
factible que lo haya hecho aproximadamente en esa época.
¿Cuáles son algunas de las características
distintivas de este libro?
El libro de Malaquías es el último libro del Antiguo Testamento. Además, Malaquías es
uno de los profetas del Antiguo Testamento que se citan con mayor frecuencia. Lo han
citado los autores del Nuevo Testamento, a menudo en lo referente a la misión de Juan el
Bautista (véanse Mateo 11:10; Marcos 1:2; Lucas 1:17; 7:27), Jesucristo al hablar a los
nefitas (véase 3 Nefi 24–25), y Moroni al dirigirse al profeta José Smith (véanse D. y C.
2:1–3; José Smith—Historia 1:36–39).
La profecía de Malaquías de que Elías el Profeta haría “volver el corazón de los padres
hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (Malaquías 4:6) está presente en
los cuatro libros canónicos (véanse 3 Nefi 25:6; D. y C. 2:2–3; 128:17; José Smith—Historia
1:39). Cuando Elías el Profeta se apareció al profeta José Smith y a Oliver Cowdery en el
Templo de Kirtland, hizo alusión a esa profecía: “He aquí, ha llegado plenamente el
tiempo del cual se habló por boca de Malaquías, testificando que él [Elías el profeta] sería
enviado antes que viniera el día grande y terrible del Señor” (D. y C. 110:14). La profecía
es de gran importancia para los Santos de los Últimos Días, puesto que enseña las
doctrinas del poder para sellar, de la familia eterna y de la obra que efectuamos en el
templo a favor de las personas fallecidas (véase D. y C. 138:46–48).
El libro de Malaquías está escrito con un estilo literario distintivo ya que presenta un
diálogo entre Jehová y el pueblo de Israel (por ejemplo, véase Malaquías 1:2–5). Algunos
ejemplos de ese tipo de diálogo comprenden preguntas que plantean Jehová o diversas
personas, así como afirmaciones de quienes se oponen a Jehová.
Bosquejo
Malaquías 1 Por medio del profeta Malaquías, el Señor reprende a los israelitas por su
desobediencia en los ritos y sacrificios del templo. Los líderes judíos ofrendaban “pan
inmundo” (Malaquías 1:7) y sacrificios inadecuados valiéndose de animales con defectos,
lastimados o enfermos.
Malaquías 2 Jehová reprende a los sacerdotes por no guardar sus convenios y por dar
malos ejemplos al pueblo. Utiliza el incumplimiento del convenio del matrimonio para
ilustrar el modo en que aquellos no guardaban los convenios que habían hecho con Él.
Malaquías 3–4 Jehová enviará a un precursor a preparar el camino ante Él, y Jehová
vendrá súbitamente a Su templo. Exhorta al pueblo a vivir la ley del diezmo y promete
enviar a Elías el Profeta antes del grande y terrible día de Jehová.
Estos son los 39 libros del antiguo testamento.
Biblia: Reina Valera 1960.

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