Sermones Cristianos Tomo 1 - Gonzalo
Sermones Cristianos Tomo 1 - Gonzalo
SERMONES CRISTIANOS
Tomo 1
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TE INVITAMOS A ADQUIRIR NUESTRA SERIE DE SERMONES PARA PREDICAR:
75 SERMONES PARA PREDICAR . - Bosquejos y Sermones de la Biblia.
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“SERMONES PARA PREDICAR, TOMO 6”
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de éste libro podrá ser
reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en
cualquier forma o por cualquier medio, mecánico, fotocopias, grabación u otro,
sin autorización expresa del autor.
AGRADECIMIENTOS
A mi familia, a la iglesia local por su apoyo y oraciones, a todos los que leen
nuestras publicaciones, y por supuesto a Dios, quien me da la fuerza y la
capacidad para escribir y desarrollar el llamado que me ha hecho.
Contenido
Este libro está compuesto por bosquejos o sermones listos para estudiar y
enseñar la palabra de Dios a grupos e iglesias. Estudios debidamente
organizados, con alto contenido bíblico, enriquecidos con notas y comentarios
que tienen en cuenta el contexto, la cultura, historia, geografía y significado de
palabras claves (según sea el caso) sin dejar de lado las notas prácticas y actuales
para nuestro diario vivir.
Es una herramienta de apoyo y consulta para predicar y estudiar la palabra de
Dios, los sermones están bosquejados de manera sencilla y fácil de usar. Cada
mensaje contiene una introducción, varios puntos principales de exposición
bíblica (cada uno con sus respectivas notas y comentarios) y una conclusión.
Éste libro es el resultado de horas de estudio, investigación y mejoramiento del
material que Dios en su bondad me ha enseñado y permitido impartir. Espero
que puedas tenerlo, estudiarlo y que sea en tus manos un instrumento de apoyo y
bendición para tu vida y para el servicio a Dios.
“Y los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan
a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que
había de venir, o esperaremos a otro?”.
Nos dice Mateo 11:2, que “al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió
dos de sus discípulos”, a pesar de que Dios mismo había respaldado su
ministerio, y de manera sobrenatural lo había ayudado y sostenido, Juan tiene
una lucha entre la fe y la duda, estaba en la cárcel, no podía ejercer el ministerio,
y todo esto removía su corazón.
Dios mismo le confirmado a Juan el Bautista que Jesús era el Mesías. Pero, a
veces las dificultades y las crisis, nos pueden hacer olvidar las promesas y
revelaciones que Dios nos ha dado. Con frecuencia esto pasa, pero debemos
seguir el consejo de la Escritura: “puestos los ojos en Jesús”. Dios no miente, su
Palabra permanece para siempre, Jesús nos anima y renueva nuestras fuerzas.
“Y cuando los hombres vinieron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a
ti, para preguntarte: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y
en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus;
y a muchos ciegos dio la vista”.
Jesús nació en Belén (ciudad pequeña), creció en Nazaret, vivió en Galilea de los
gentiles (Capernaúm), su familia “sin influencia social”, la condición de sus
seguidores (enfermos, endemoniados, lunáticos y pobres), su manera de enseñar
y ejercer el ministerio quebraba las normas de su época, todo esto era quizá para
muchos un gran motivo de escándalo y tropiezo. Jesús rompió la tradición
religiosa de los escribas y fariseos trayendo libertad a su pueblo.
“Después de estas cosas Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar
de Tiberias; y se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, y
Tomás llamado el Dídimo, y Natanael, de Caná de Galilea, y los hijos de
Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: A pescar voy:
Ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo. Fueron, y luego entraron en
una barca; y aquella noche no pescaron nada”.
El mar que nos muestra el texto de hoy tenía varios nombres, por ejemplo era
llamado: mar de Galilea, lago de Genesaret y mar de Tiberias. Se le llamaba mar
debido a su gran tamaño en comparación con el tamaño de Israel, pero realmente
era un gran lago de agua dulce.
“Y al amanecer, Jesús se puso a la ribera; más los discípulos no sabían que era
Jesús”.
La Biblia nos dice: “cuando iba amaneciendo”, probablemente eran las 5:00 ó
6:00 de la mañana, y “se presentó Jesús”, seguramente los discípulos volvían
desanimados y fatigados, y cuando el Señor llegó ellos “no sabían que era
Jesús”, pero la mirada de Dios estuvo sobre ellos toda aquella noche.
“Entonces Jesús les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Y
Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la
echaron, y ya no la podían sacar por la multitud de peces”.
“Entonces aquel discípulo, a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Y
cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó su ropa (porque estaba
desnudo), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron en una barca (porque
no estaban lejos de tierra, sino como a doscientos codos), trayendo la red con los
peces”.
La Biblia nos enseña que “Aquel discípulo a quien Jesús amaba” es Juan el hijo
de Zebedeo, quien le dice a Pedro: “es el Señor”, recordemos que Juan era quien
se recostaba en el pecho del Señor Jesús (esto representa intimidad con Dios) y
fue quien lo reconoció.
Recordemos que el mismo Adán procuró cubrirse para presentarse ante Dios
después de pecar, pero esa cubierta no sirvió de nada, pues el hombre sólo puede
ser revestido eficazmente por la gracia de Dios en Cristo Jesús. Debemos estar
cubiertos de su justicia y bajo Su cobertura pues Cristo vuelve por su Novia.
La Biblia dice que el apóstol Pedro “se lanzó al mar” porque él deseaba ser el
primero en ver a su Maestro, él valoró más la presencia del Señor Jesús que las
bendiciones y los milagros, no le importaron tanto los peces, él quería estar con
su Maestro, Pedro fue más allá del milagro y provisión del momento, él quería al
Proveedor Eterno.
“Y cuando llegaron a tierra, vieron brasas puestas, y un pez sobre ellas, y pan.
Jesús les dijo: Traed de los peces que pescasteis ahora. Simón Pedro subió, y
trajo la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y siendo
tantos, la red no se rompió”.
Tengamos en cuenta que el pez que estaba asando Jesús, no era de los pescados
por los discípulos en aquel momento. Dios siempre va más allá de lo que
pensamos o esperamos, él nos sorprende con su amor, poder y gracia.
La Biblia nos dice que eran “ciento cincuenta y tres grandes peces”, y añade
“siendo tantos la red no se rompía”. En el texto original para “grandes” se utiliza
el término griego “mega” que significa grande, grandeza, muy grande.
En este lago había veintidós clases de peces, y algunos con un metro de longitud,
entonces podemos hablar de peces de diez o doce kilogramos.
Según el versículo 13 todos (que eran siete discípulos), comen del mismo
pescado (aquí la palabra pescado está en singular exactamente igual que la
palabra pez que se utiliza en el versículo 9 “opsarion”), entonces eran grandes
peces. Por tanto, tenían ahora una o dos toneladas de pescado. Así es nuestro
Dios poderoso para hacer más de lo que pensamos o creemos.
B. Dios conoce muy bien nuestra condición y nos cuida (Juan 21:12-13).
“Jesús les dijo: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle:
¿Tú, quién eres? Sabiendo que era el Señor. Entonces vino Jesús, y tomó el pan y
les dio; y asimismo del pez”.
El Maestro los llama diciendo: “venid, comed”, el Señor Jesús sabía que habían
estado toda la noche pescando, estaban agotados y tenían hambre, Jesús mismo
les sirvió, aunque estaba resucitado con todo poder se ocupó de servirles
(ministrarlos) y esto nos enseña que por excelencia Jesús es siervo. Tengamos
presente que a Jesús la corona no le hizo olvidar la toalla.
“Ésta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de
haber resucitado de los muertos”.
Nos dice la Escritura que era la “Tercera vez que Jesús se manifestaba”, el
número tres en la Biblia indica: plenitud divina, perfección en testimonio.
El mar de Tiberias, es significativo también porque en sus alrededores el
Maestro impartió gran parte de sus enseñanzas, es entonces todo esto una
revelación del Señor a sus Discípulos, Cristo dándose a conocer. Convencido
estoy de que sigue siendo Su anhelo, vamos pues a buscar Su rostro y presencia.
1) La situación de Israel:
El profeta Isaías desarrolló su ministerio entre los años 760 y 700 antes de
Cristo, entonces éste servicio que presto Isaías al Señor duró aproximadamente
sesenta años, en uno de los tiempos más difíciles y críticos de la historia de
Israel (tiempos de idolatría, cautiverio, asedio de los enemigos, etc).
El profeta Isaías es testigo de la caída de Israel (es decir del reino del norte) y del
deterioro espiritual y moral de Judá (este es el reino del sur). Según enseña la
tradición hebrea, el profeta Isaías fue martirizado al ser aserrado por la mitad por
una orden dada por el rey Manasés. Por todo esto podemos ver que Israel estaba
lejos de Dios y había perdido su discernimiento. Y fidelidad al Señor.
C. Las palabras de Dios a través del profeta son un mensaje de esperanza para
Israel, Isaías 35:1-2.
Ésta porción bíblica profetiza el día de la redención del Señor donde la tierra
florecerá con la abundancia de Dios. Podemos leer en la Versión Jünemann que
dice: “Alégrate, desierto sediento; alborócese el desierto, y florezca como lirio, y
florecerán y se regocijarán los desiertos del Jordán; la gloria del Líbano se le ha
dado, y el decoro del Carmelo; y mi pueblo verá la gloria del Señor, y la
excelsitud su Dios”.
El Líbano : palabra que significa “Blanco” tal vez haciendo referencia a la nieve
en las cimas de sus montes, relieve reconocido por la cantidad de cedros (fue la
madera usada para construir el Templo de Israel), fue un lugar anhelado por
otros pueblos como Egipto, para construir sus grandes barcos y edificaciones.
Sarón : ésta palabra significa “Llanura” famosa por su gran fertilidad, llanura
con abundante vegetación y se caracterizaba la rosa de Sarón, hermosa flor
abundante en ésta llanura.
Así que Dios declara que viene un tiempo cuando el desierto será como estos
hermosos y fértiles lugares de las tierras orientales, y vemos entonces que el
poder del Señor transforma todas las cosas, y así Dios anima a su pueblo.
Debemos ver el significado de las palabras usadas por Dios. Las manos
representan nuestras obras y labores, las rodillas son figura de nuestra firmeza y
caminar, lo más seguro es que el pueblo de Dios estaba desanimado y cansado
ante las diversas circunstancias difíciles que estaban viviendo.
B. Con el poder de Dios debemos avanzar ante los miedos, Isaías 35:4a.
“Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite
fresco”. El Búfalo es un toro salvaje feroz y peligroso, animal de gran fuerza y
resistencia. El Señor renueva nuestras fuerzas con su poder y bendita unción, así
Dios anima y restaura a su pueblo.
“he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá,
y os salvará”.
La frase: “he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo
vendrá y os salvará”, nos indica que el Señor sigue siendo nuestro Salvador, en
efecto Dios mismo vendrá y salvará, esto lo vemos cuando el Verbo se hizo
carne, pero lo seguimos viendo pues él sigue salvándonos del lodo cenagoso, de
nuestras angustias y necesidades, de nuestras crisis y luchas. Dios sigue siendo
nuestro Salvador, y usa Su palabra para animar y restaura a su pueblo.
“Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque
aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se
convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de
chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos”.
La verdad es que hay muchos y diversos caminos, hay feos, bonitos, grandes,
pequeños, alegres y tristes, caminos de vida y de muerte, pero éste texto nos
habla de un camino especial llamado Camino de Santidad, es el mejor y con la
ayuda del Señor podemos transitarlo.
Nos dice además el texto “los torpes no se extraviarán” quiere decir los de pocas
luces, pues la dirección será clara y no habrá desvíos ni confusión, pues el Señor
mismo lo ilumina con Su gloria, él es nuestro guía, y nos lleva al mejor destino,
es además un camino seguro (pues no hay leones ni fieras). La vida de rectitud
es la mejor defensa o protección contra el enemigo.
Nehemías 8:1 “ y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que
está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el
libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel ”.
1. Esdras significa “Dios es ayuda” (Representa lo que Dios estaba haciendo con
Israel).
Esdras era un sacerdote y escriba erudito en la ley de Dios. Llamado por algunos
“el segundo Moisés”. La tradición judía dice que conocía de memoria la ley de
Moisés, ocupó el lugar de sumo sacerdote (era descendiente de Aarón), y tenía la
autoridad religiosa y civil por orden del rey persa Artajerjes.
El texto nos dice que estaban unidos en la puerta de las Aguas, para escuchar la
lectura de la palabra de Dios. Recordemos que c/u de las puertas de la ciudad de
Jerusalén tenía nombre, por ejemplo: “la de las ovejas, la de los pescados, la de
los caballos” y cada una con características propias.
Es interesante que la nueva Jerusalén, la celestial, tendrá doce puertas, al igual
que los muros de la ciudad terrenal (el número doce simboliza el gobierno de
Dios). La palabra de Dios nos ayuda a caminar en Su voluntad.
Aquí se menciona la Puerta de las Aguas, algunos enseñan que estaba cerca de
un manantial de aguas llamado Gihón, y que por allí entraban las aguas al
templo.
Es interesante que Jesús relacionó la obra del Espíritu Santo con ríos de agua
vida, él dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán
ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que
creyesen en él” (Juan. 7:38-39).
e) Los levitas explicaban la Palabra de Dios, versículo 7-8 “Y los levitas Jesúa,
Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed,
Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su
lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de
modo que entendiesen la lectura”. Esto nos recuerda que la humildad de corazón
precede la enseñanza de Dios.
“Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre
su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta
de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín. Y toda la congregación que
volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde
los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de
Israel. Y hubo alegría muy grande”.
Israel sabía que era fundamental restaurar el culto al Señor, pues por descuidarlo
precisamente habían ido al cautiverio durante setenta años, con ausencia de
templo, sacerdocio y en tierra extraña. Era el tiempo de volverse a Dios.
(Te invitamos a leer nuestro libro: El Espíritu Santo, conoce su obra, fruto y
enseñanza ).
CAPÍTULO 5
Un día Moisés falló y por mucho tiempo se aisló, pero Dios lo llamó y lo uso
poderosamente. Dios es todopoderoso y él puede restaurar todas las cosas,
acerquémonos a Su presencia y sigamos su dirección, pues él nos llevará al
mejor destino.
“Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer
que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de
muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le
iba peor”.
A. Las crisis son diversas, en éste caso era una enfermedad grave y sin cura
terrenal.
La Biblia nos dice que ésta mujer enferma “hacía 12 años padecía de flujo de
sangre… consultó muchos médicos… había gastado todo lo que tenía y antes le
iba peor”. Esta enfermedad era tal vez una “metrorragia crónica”, porque la
padecía hacía más de una década y era continua.
El texto bíblico nos narra que “había sufrido mucho… de muchos médicos”
durante doce años. Hay situaciones críticas que son breves, otras no son tan
difíciles, en otros momentos tenemos personas que nos ayudan a superarlas, pero
hay algunas dificultades que son extremadamente dolorosas, extensas y debemos
superarlas a solas.
¿Por qué pasa esto? Más bien debemos decir ¿Para qué? Dios nos enseña en
estos tiempos algunas cosas como: confiar más en él, madurar, humildad de
corazón, fortalecer nuestro débil carácter, ejercitarnos en la obediencia, entre
otras.
Debemos reflexionar cuando estas cosas suceden, pues hay grandes y profundas
enseñanzas en medio de todo estas situaciones. En el caso de ésta mujer vemos
que ni la ciencia del momento ni todo el dinero habían servido.
Así que no había una solución en la tierra para este problema. Y esto sigue
ocurriendo muchas veces hoy ¿qué debemos hacer? Lo que ella hizo, correr a
Jesús.
“cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto”.
Ella escuchaba seguramente los testimonios de los milagros del Maestro sanando
a las multitudes. La fe en esa palabra que escuchaba la llevó a avanzar hacia
Jesús a pesar de los limitantes y obstáculos:
Marcos 5:31 nos dice que: “Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te
aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?”).
A pesar de todo estos obstáculos ésta mujer enferma creía que el Señor Jesús
tenía el poder para sanarla y decidió ir en busca de él. Se llenó de fe y esperanza,
y por eso avanzó con las fuerzas que le quedaban, sin importar lo que los
religiosos y escrupulosos del momento pudieran decir.
B. El manto que el Señor Jesús llevaba nos señala su autoridad y poder (Marcos
5:28).
Recordemos por ejemplo el manto del profeta Elías con el que cubrió a Eliseo
cuando lo llamó a ser su reemplazo. Eliseo reconoció que Elías era el enviado
del Señor, reconoció su oficio como profeta de Dios, reconoció la autoridad
delegada en Elías, con éste manto Elías y luego Eliseo abrieron el rio Jordán. El
manto en los profetas era señal de su oficio.
Podemos recordar también aquí a David y al rey Saúl en la cueva, la Biblia nos
dice: “y se turbo David por haberle cortado el borde del manto a l rey Saúl…”, el
manto pues nos habla de poder y autoridad.
Los judíos por mandamiento del Señor, llevaban en el borde de sus mantos unos
flecos que representaban la Palabra de Dios, cuando tú alcanzas la presencia de
Dios, poder sale de él y muchas cosas grandes y poderosas suceden. El Señor
Jesús manifestó su inmenso poder y ésta mujer que había padecido el flujo de
sangre por doce años fue sanada al instante.
(Te invitamos a leer nuestro libro: Bosquejos y sermones para predicar, tomo 3
).
CAPÍTULO 6
“Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra
de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino”.
“Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de
Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra
alma tiene fastidio de este pan tan liviano”.
Vemos que los israelitas hablan contra Dios (ellos caen en la murmuración),
también murmuran contra Moisés y contra sí mismos (ellos dicen: “para que
muramos”), y palabras de rechazo y menosprecio ante la provisión que el Señor
les envía (el maná es llamado en algunos pasajes de la Escritura “pan del cielo”,
era pues una provisión sobrenatural).
Los israelitas expresan “nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano”, ellos
añoraban la comida egipcia (esto es figura del anhelo por el pasado de donde
Cristo nos ha sacado. Si el pasado miramos debe ser para recordar las
enseñanzas del Señor y sus milagros, pero no para desear volver allí).
Debemos destacar la expresión “nuestra alma”, pues el alma nos habla del ego,
el yo, mis intereses; ellos querían satisfacer sus propios anhelos y deseos, y no
hacer la voluntad de Dios.
A lo largo de la Escrituras vemos que cuando los hijos de Dios confían de verdad
en Dios no se tarda con su respuesta. Que sin duda es la mejor, pues él sabe
cómo y cuándo hacer las cosas.
Pero ahora ellos habían activado en su contra las serpientes por su pecado
(murmuración, incredulidad, rebelión). La biblia nos dice que “murió mucho
pueblo”, a veces el Señor permite el dolor en nuestras vidas para que nos
acerquemos a él. Buen número de veces escogemos el camino del dolor para
aprender.
Reflexión final: Dios nunca se equivoca, con Su amor y bondad nos lleva al
mejor lugar. Tal vez no lo haga como esperamos o pensamos, pero sin duda hará
lo mejor. Por eso podemos confiar en él, seguirlo sabiendo que venceremos, pues
la fe derrota la murmuración y el desánimo.
“Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado
contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes.
Y Moisés oró por el pueblo… Y Moisés hizo una serpiente de bronce (como
Dios le dijo), y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a
alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía”. Números 21:7-9.
La Biblia nos dice que “Moisés oró por el pueblo”, vemos entonces que moisés
los perdonó, pues ellos se habían levantado contra él y la autoridad que Dios
había puesto en él.
“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y
cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente
de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno,
miraba a la serpiente de bronce, y vivía”.
Dios es nuestro proveedor, vemos a través de las Escrituras como el Señor les
dio agua, maná en el desierto, codornices, etc, y les proveyó también la serpiente
de bronce para su sanidad. Ésta figura de bronce es figura de Cristo.
Juan 3: 14-15 , nos enseña que en este caso está serpiente representa a Cristo
quien sería levantado en una cruz para salvación de todo el mundo… la serpiente
era de bronce, material que es símbolo de juicio, juicio que llevó el Señor en la
cruz por todos nosotros.
Además nos enseña el texto: “para que no se pierda”, sin duda alguna la mayor
pérdida no es la del negocio, ni la inversión que se esfumó, ni el vehículo que se
perdió, la mayor tragedia para el hombre es estar eternamente separado de Dios.
Por eso vino Jesús a dar su vida por el mundo, para que todo aquel que en el crea
no se pierda sino que tenga vida eterna.
(Te invitamos a conocer todos nuestros libros aquí en: Escritor Pastor Gonzalo
Sanabria )
CAPÍTULO 8
La Biblia nos dice que éste hombre “tenía seca la mano derecha”, en otras
versiones dice: atrofiada, tullida, paralizada, encogida. La Escritura no nos dice
la causa exacta, solamente podemos concluir que fue la consecuencia de una
parálisis local.
Tampoco podemos decir cuánto tiempo llevaba en esa condición. Para la mente
judía, esto debía corresponderse con algún juicio por su pecado oculto o no
perdonado.
Vemos que éste hombre buscaba al Señor a pesar de su dificultad o crisis, él fue
a la sinagoga nos dice el texto, fue a adorar al Señor y a recibir la Palabra de
Dios (a veces aparecen las crisis nos recuerdan que debemos buscar a Dios).
Seguro leía sobre los milagros de Dios, pero pasaba el tiempo y nada ocurría en
su vida, y en el tiempo del Señor tiene un encuentro con Jesús, allí estaba ese
sábado enseñando el Maestro (todo tiene su tiempo).
Nos dice la Biblia que habían allí escribas y fariseos, y ellos no solo atacarían al
Señor Jesús, sino también a éste hombre por recibir sanidad en el día de reposo,
y por eso ellos “acechaban”, son los enemigos de la gloria de Dios.
Son los escribas y fariseos una figura de la religión y tradición de los hombres,
que prefieren cargar y afligir a las personas que darle libertad a Jesús para que
haga su obra.
b) Jesús nos invita a dar pasos de fe (Lucas 6:8b “y dijo al hombre que tenía la
mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie”).
El Señor Jesús le dijo: “levántate”, ante esto tal vez surgieron murmuraciones o
comentarios en la sinagoga. La verdad es que cuando alguien decide
“levantarse” en Dios, recibirá palabras de ánimo de algunos y desánimo por
parte de otros.
Jesús le dijo: “extiende tu mano”, imagínate ese momento cuando éste hombre
presenta su mano seca (era la mano de su vergüenza, era aquello que él escondía,
era lo que le afligía, y le causaba rechazo social y religioso). Él por dirección de
Jesús se expone ante todos, pero recibirá a cambio su milagro, pues Jesús sana el
cuerpo y el corazón.
Quizá sólo te gusta mostrar tus fortalezas y los resultados; la mano de éste
hombre no era bonita, la guardaba junto a su cuerpo, Jesús pidió ver la mano
seca.
Muéstrale a Dios tus debilidades y pecados, esas cosas que quieres esconder, que
te hacen sentir mal (hablamos de miedos, temperamento sin control, la ligereza
en la boca que te mete en problemas, la inmoralidad sexual, el doble ánimo, etc),
pero cuando los traes a Dios, y reconoces tu condición, el Señor Jesús trae
restauración, sanidad, liberación y nos levanta en bendición, porque él es nuestro
sanador integral.
Reflexión final: El Señor Jesús no cambia, él sigue haciendo milagros, nos
ayuda en nuestras necesidades, y con Su fuerza podemos superar los obstáculos
que aparecen, él hará más allá de lo que podemos imaginar. Acércate al Señor
con corazón sincero, y no saldrás con las manos vacías. Jesús sana el cuerpo y el
corazón.
“Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de
Jesús de Nazaret; lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a
muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y
cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las
sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los
perseguí hasta en las ciudades extranjeras”.
Pablo era una persona impetuosa, impulsiva, quizá soberbia y autosuficiente. Tal
vez en otros casos más bien lo que se destaca es la pasividad extrema, o tal vez
son los complejos de inferioridad, o el doble ánimo, etc.
Otros argumentan que no pueden aceptar al Dios que enseña la Biblia, de hecho
Pablo en su tiempo no aceptaba a Jesús como el Mesías, más bien perseguía a
sus seguidores.
Pablo pensaba que hacía lo correcto, y en eso ponía todas sus fuerzas, todo su
empeño y tiempo. Seguramente madrugaba e investigaba diligentemente donde
encontrar cristianos para capturar, torturar y llevar presos a las cárceles de
Jerusalén.
“cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que
sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban
conmigo”.
A. Con Su amor y bondad Jesús nos permite ver nuestra real condición.
“Dios es luz” y Jesucristo el Señor dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”, y como nos
enseña el texto Su luz es más fuerte que la luz del sol al medio día, es ésta luz la
que nos permite ver nuestros errores y maldad.
“Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía
en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar
coces contra el aguijón”.
El texto nos habla de “dar coces contra el aguijón”. Coces es el plural del
sustantivo "coz" que significa “patada”. Generalmente quienes dan "coces" son
los equinos (caballos por ejemplo).
1) EL LENGUAJE DEL ESPÍRITU SANTO (Descubre los dones y el poder del Espíritu
de Dios).
¿Qué tanto conocemos al Espíritu Santo? ¿Tenemos una verdadera amistad con él? ¿Cuáles son
y cómo funcionan los dones del Espíritu Santo? ¿Qué es la unción y cómo usarla
correctamente? ¿Qué es la profecía y como examinarla correctamente? Estas y muchas
preguntas más procuramos despejar en éste libro. La realidad del Espíritu Santo y su profundo
deseo de comunicarse con el cristiano es una verdad que debe conocer todo hijo de Dios. Te
invitamos a adquirirlo en: “EL LENGUAJE DEL ESPÍRITU SANTO”
2) SANIDAD PARA EL ALMA HERIDA:
Una realidad es que el alma ha sido lastimada o afectada a lo largo de la vida con una serie de
experiencias traumáticas. Ignorar o no considerar esta verdad hace que muchas enfermedades,
miedos y complejos afecten profundamente la vida del ser humano. Este libro es una
herramienta o ayuda en éste proceso de sanidad o restauración. El Señor ha preparado para ti lo
mejor, y la sanidad del alma es una sus grandes bendiciones. Sanidad, libertad y restauración
para el corazón herido son los objetivos de éste libro. Te invitamos a verlo y adquirirlo en:
SANIDAD PARA EL ALMA HERIDA.
El Señor Jesús nos enseñó: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios”, entonces es vital meditar y estudiar la Palabra de
Dios. Cuando dejamos de hacerlo, nuestro espíritu se hace vulnerable y débil ante las
tentaciones y obstáculos del diario vivir. Éste libro “Alimento para el espíritu” (Tomo 1)
procura ser una herramienta de reflexión y edificación espiritual cristiana en medio de tu vida
diaria. Te sugiero leer una reflexión (o capítulo) cada día, acompañada de una oración en la que
permitas a Dios obrar en tu corazón. Te invitamos a verlo y adquirirlo en: ALIMENTO PARA
EL ESPÍRITU .
4) ¿CÓMO ENFRENTAR Y SUPERAR LAS CRISIS?