Pedagogías Latinoamericanas: Sueños Posibles en Clave Freireana - Módulo 5
Pedagogías Latinoamericanas: Sueños Posibles en Clave Freireana - Módulo 5
Introducción 2
Objetivos 2
Contenidos 3
La perspectiva de Comunicación/Educación como campo epistemológico 3
Dispositivos de Comunicación/Educación en el siglo xxi 3
Dispositivos de Comunicación /Educación 5
Deseos de enseñar y de aprender 6
Reflexiones en torno a la valentía y desafíos de la enseñanza en tiempos de tecnocracia 9
Freire: de las frases hechas al trabajo cotidiano 12
Cartas de quienes pretendemos enseñar a Paulo Freire 13
Licencia Creative Commons 19
Introducción
Mi discurso a favor de los sueños, de la utopía, de la
libertad, de la democracia, es el discurso de quien se
niega a acomodarse y no deja morir dentro de sí el
gusto de ser humano que el fascismo deteriora.
¡Hola a todas y todos! Estamos llegando al final del recorrido y conviene recordar que no es
posible agotar el fructífero mundo que nos propone Freire para pensar la educación
bonaerense. Pero esperamos que este aporte sirva para repensar nuestras prácticas
sumando ideas y experiencias que nos habiliten a soñar nuevos mundos educativos posibles
y que, al mismo tiempo, nos vuelva a encontrar con el deseo de enseñar y aprender: el
erotismo de la enseñanza. En los encuentros anteriores fuimos recorriendo la fragua en que
se fue diseñando el mundo de ideas de Freire: los contextos, sus influencias, la relación entre
proyecto político y pedagógico, la importancia del pensarnos como educadoras y educadores
desde América Latina y desde lo contemporáneo, así como algunas categorías
fundamentales para reflexionar sobre la educación emancipatoria para las personas
oprimidas.
En este encuentro vamos a trabajar, en una primera parte, algunos tópicos del campo de la
educación y la comunicación, ya que Freire es referente también en la comunicación
emancipadora latinoamericana. En una segunda parte, les proponemos reflexionar acerca de
los desafíos que como Estado y como educadoras y educadores se nos presentaron en las
aulas en estos tiempos. ¿Seguimos?
Objetivos
Contenidos
Como ya hemos visto, el lenguaje, las gramáticas, la palabra, los llamados dispositivos de
Comunicación/Educación ocupan un lugar central en el pensamiento de Freire. De modo que
no es posible, dicho en términos más actuales, transformar la realidad, intervenir en política,
si no hay una comunicación democrática, tanto en el campo escolar como en el campo
educativo en sentido amplio. ¿Y cómo es posible esto? Intentaremos pensarlo…
A su vez, la relectura que propone Agamben hace énfasis en lo que él denomina un proceso de
desubjetivación, entre otras cosas, debido a la acelerada elaboración e incorporación a nuestras
prácticas sociales, culturales, comunicacionales –desde ya, también educativas– y de nuevos
dispositivos, sobre todo, vinculados con las tecnologías.
Esta idea nos permite repensar cómo se transformaron nuestras prácticas en este tiempo
presente, vinculadas a una dinámica de permanentes y acelerados procesos de subjetivaciones y
desubjetivaciones que nos afectaron en tanto educadoras y educadores, así como también a las y
los estudiantes. Esta situación nos plantea nuevos desafíos y, en tal sentido, en el prólogo de la
investigación Tendencias en Educación. Situación laboral y educativa en América Latina en el
contexto de la pandemia COVID-19 (2021), Adriana Puiggrós afirma que:
Los sistemas escolares enfrentan grandes desafíos, inéditos en sus anteriores dos siglos
de historia. Entre otros, cabe destacar los efectos que ejerce sobre su vida el deterioro del
medio ambiente y la aparición de nuevos y poderosos actores en el terreno educativo,
como son los mercaderes de la educación. Ambas situaciones están provocando
trastornos institucionales, pedagógicos y laborales, entre muchos otros. Resulta
indispensable estudiarlas detalladamente para comprender la profundidad de los
cambios que se están produciendo, tomar decisiones político-educativas frente a los
acontecimientos inmediatos y proyectar estrategias para el mediano plazo. Al respecto,
resultan relevantes las investigaciones llevadas a cabo por las organizaciones sindicales
de los trabajadores de la educación, quienes ven afectados de manera directa sus
condiciones de trabajo, su campo profesional y sus derechos sociales. (Puiggrós, 2021, p.
8)
Es decir, si acordamos que una de las características de los dispositivos de educación (por
ejemplo, la escuela en el siglo XXI) es formar un cierto tipo –o tipos– de subjetividades, hay
que pensar qué características tiene, o mejor dicho, está teniendo, así como qué otros
dispositivos están influyendo. Sin duda, entre los dispositivos de Comunicación/Educación
que están impactando en la formación de subjetividades entre las niñas, niños, adolescentes
y jóvenes de hoy, las redes sociales y las plataformas que estamos utilizando tienen un
efecto particular y, posiblemente, específico y diferenciado.
De un tiempo a esta parte este vínculo se vio acelerado y también las transformaciones que
estos dispositivos provocan. ¿Qué usan ustedes con sus estudiantes? ¿Usan Classroom? ¿Se
han puesto a pensar las similitudes y diferencias entre los usos y efectos de espacios
estatales, pensados y desarrollados conforme a las políticas públicas, los derechos
educativos que rigen en nuestro Estado provincial y el de otras plataforma reguladas de
acuerdo a intereses financieros, económicos o corporativos de empresas transnacionales
que entienden a la educación como un negocio? ¿Sabemos, como docentes, quiénes o qué
intereses administran y gestionan estos dispositivos de Comunicación/Educación?
Hemos visto que no es posible pensar en una educación liberadora sin considerar lo que
Freire identifica como la condición de opresión, nacida con la conquista, sin tener en cuenta
lo que el peruano Mariátegui llamaba “la cuestión indígena”, o bien, lo que Adriana Puiggrós
denomina en varios trabajos la “desigualdad fundante” de nuestras pedagogías:
Una de nuestras mayores tareas como educadores progresistas parece estar relacionada
con generar sueños políticos, anhelos políticos, deseos políticos en las personas. Como
educador me resulta imposible construir los anhelos del otro o de la otra. Esa tarea le
corresponde a él o a ella, no a mí. Entonces, ¿cómo podemos encontrar alternativas al
trabajo que propicien un contexto favorable para que eso ocurra? (Freire, 2015b, p. 45)
Para pensar
Entre los reduccionismos que buscamos señalar y evitar, quizá el más importante sea el que
pretende reducir Comunicación/Educación al uso de medios y tecnologías como innovador,
pero desde una mirada marcadamente instrumental. Tal cosmovisión termina por habilitar la
idea de que basta que se garantice el acceso a las TIC (cuestión que consideramos prioritaria,
desde ya) para que sea posible educar sin mediaciones pedagógicas, y reponer la idea que
retorna bajo diferentes formatos, de “voluntarias y voluntarios”, “operadoras y operadores”,
“tutoras y tutores”; es decir, la reducción del rol de las y los docentes a una suerte de meros
instrumentistas con conocimientos del uso de tecnologías educativas.
Esa suerte de fantasía del discurso neoliberal puede rápidamente convertirse en la pesadilla
de niñas, niños, adolescentes, jóvenes, personas adultas y, desde ya, educadoras y
educadores. Pensemos por ejemplo en la crisis en la que nos vimos inmersos debido al
COVID-19, permitió que en amplios sectores de las comunidades se revalorizara la tarea de
las y los docentes como irremplazable, incluso en aquellas familias en donde las condiciones
materiales, simbólicas y culturales facilitan el acceso a contenidos pedagógicos. ¿Lo vivieron
así?
Para pensar
Cada día surgen y usamos nuevas apps con predominio de la imagen en las que jugamos a
vernos más jóvenes, cambiar de género, etc., mientras mejoramos así la estrategia del
algoritmo para vendernos cosas que se usan en los mismos dispositivos y a veces
combinadas con otras que, al mismo tiempo que nos facilitan la vida cotidiana (dar clases,
tomar clases, hacer trámites, obtener recetas, comprar cosas, pagar cuentas, recorrer
virtualmente museos, escuchar música, buscar pareja), están modificando nuestras
maneras de aprender, enseñar, vincularnos con otros seres humanos y los modos en los que
percibimos el tiempo, el espacio, lo público, lo privado, el adentro y el afuera.
Hay muchos modos de incorporar estos temas en las aulas, desde los grafitis hasta las
aplicaciones y videojuegos, porque también los lenguajes visuales pueden ser enseñantes y
objeto de interesantes diálogos pedagógicos con las y los estudiantes si somos capaces de
abrirnos a los modos de expresión y las sensibilidades de las y los adolescentes, niñas,
niños, jóvenes.
Pensar en clave freireana el futuro cercano implica también incorporar estos problemas a la
reflexión sobre nuestras prácticas, debatir y leer a quienes están pensando estos problemas,
pero, sobre todo, escribir y leer nosotras y nosotros las experiencias que vamos y hemos ido
transitando, considerando para ello la idea del “inédito viable” que ya vimos.
Para pensar
Tal vez, al momento de escribir nuestros Trabajos Finales (TF), recuperando la narrativa
epistolar de fuerte tradición en América Latina y en el propio Freire, podamos pensar
cómo le contaríamos a él los problemas que estemos atravesando hoy y cómo afectan
nuestros modos de pensar la escuela, de planificar las clases, los encuentros con las y los
estudiantes, a partir de algunas interpelaciones:
¿Cómo afectan las visiones exclusivamente instrumentalistas de las TIC las políticas
educativas? ¿Es posible incorporar las TIC sin una perspectiva pedagógica, sin la
participación de las y los docentes? ¿Qué transformaciones en nuestras subjetividades y
las de las y los estudiantes se están produciendo? ¿Cómo pensar futuros educativos
donde haya lugar para todas y todos? ¿Qué lugar le queda al docente para “mostrar de
qué está hecho el mundo y qué hicieron los hombres hasta ahora”, en palabras de José
Martí, a los estudiantes y a las niñeces?
En su libro El mundo no es un juguete, Philippe Meirieu afirma que “adquirir conciencia de que
el mundo no está a nuestro servicio no es nada fácil”, por el contrario, es muy difícil (2007, p.
23).
Esta perspectiva nos invita a asumir los cambios como parte de la comprensión de los tiempos
que nos toca vivir. Freire dirá que “si uno se resiste a comprender los tiempos que corren, se
autodefine como un hombre que ya no pertenece a su época” (2018, p. 17). En sus reflexiones
sobre el avance de los desarrollos sociales, Freire cuenta una de sus experiencias como abuelo
luego de la cual afirma que no se puede superar un obstáculo si no es “entrando en él” (pp.
17-18). Si bien, como desarrollamos en los primeros puntos, las tecnologías no siempre se
presentan como aliadas beneficiosas para las comunidades, se trata de asumir sus aportes y
sus intenciones a futuro para comprender cómo incorporarlas a lo habitual y, desde allí,
transformarlas. ¿Para qué? Para no perder de vista la humanidad que nos habita cuando las
utilizamos. Cabe entonces preguntarse por la posibilidad de la valentía en la tarea cotidiana.
Enfrentarnos a situaciones difíciles o arriesgadas es una de las condiciones para ser docente.
Es difícil contar a otros/as de qué está hecho el mundo siempre en disputa, siempre en
devenir. Es difícil asumir la responsabilidad de construir subjetividades… He allí lo valiente,
como riesgo, como reto.
El riesgo trae consigo la posibilidad del error. La perspectiva freireana ubica su valor en el
proceso de producción de conocimiento como punto de vista epistemológico. Los fracasos son
parte del proceso. ¿Será posible acompañar esos fracasos de nuestras y nuestros estudiantes
si no los consideramos parte de nuestras propias trayectorias de formación como docentes?
Freire recupera su propia vivencia juvenil en la que intentaba devenir cantante para explicar
los alcances de la construcción de su pensamiento pedagógico. ¿Cómo fue eso?
Según cuenta en sus charlas con Edson Passetti, su deseo juvenil era ser cantante. Se
presentó a un concurso en reemplazo de un amigo que se arrepintió sobre la hora y ¡ganó! Eso
le hizo creer que tendría por delante un futuro digno. Ganó con el nombre de su amigo, pero
cuando se presentó con su verdadera identidad, fue abucheado. Pero ese fracaso, en ese
gusto suyo por hacer libros, fue “decisivo”:
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2024 • Año del 75° Aniversario de la gratuidad universitaria en la República Argentina
Los fracasos también son parte del proceso. Nunca había hablado de esto, que tiene que
ver con la pedagogía. Un fracaso como ese puede haber interferido en mi concepción de
la humildad y del prestigio. Yo me creía un buen cantante, me habían aplaudido mucho…
y terminé abucheado por el público. Como dicen por ahí: me la había creído. (Freire, 2018,
p. 20)
Para pensar
Sin negar la gramática, es realmente preciso superar la comprensión colonial según la cual la
gramática es una especie de capataz de nuestra actividad intelectual. En la infancia y en la
adolescencia había tenido, entre otras, dos experiencias con profesoras que me retaban a entender
las cosas en lugar de hacerme memorizar mecánicamente trozos o retazos de pensamiento. Eunice
Vasconcelos, en Recife, con quien aprendí muy creativamente a formar oraciones, y Cecilia Brandão
en Jaboatão, que me introdujo en la adolescencia a una comprensión no gramaticoide de la
gramática. La manera siempre abierta como practiqué en casa, ejerciendo mi derecho a preguntar, a
estar en desacuerdo, a criticar, no puede ser ignorada en la comprensión de cómo vengo siendo
profesor. De cómo, desde los comienzos de mi indecisa práctica docente, yo ya me inclinaba,
convencido, al diálogo, al respeto al alumno. La práctica del diálogo con mis padres me había
preparado para seguir viviéndola con mis alumnos.
Freire (2018, p. 29)
Las y los invitamos a hacer una pausa, con lápiz en mano o un archivo word en blanco, para
recuperar qué docentes y qué experiencias las y los ayudaron a ser docentes. Escribamos,
hagamos el ejercicio de la escritura para acompañar el proceso de ordenar ideas. Escribir,
dialogar como práctica de reflexión sobre la propia práctica, como modo de construir teoría y
como documentación. La narrativa docente, la investigación, se vuelven entonces una voz
propia con mucha potencia que trae oportunidad a quien ejerce la tarea de enseñar; pero trae
aún muchísimas más para sus alumnas y alumnos, porque un docente que produce teoría,
narra y prueba promoverá eso en sus clases.
Las frases, las ideas de Paulo Freire, pueblan las aulas críticas, el pensamiento latinoamericano
y atemorizan a quienes no aceptan la potencia transformadora de la educación de las
infancias. De una y otra forma hemos recorrido el ideario de un nombre que trascendió las
fronteras, que sigue vigente y cuya figura condensa un modo de ver el mundo. Un modo de
tantos, pero cuya premisa formula el respeto por la igualdad de derechos como punto de
partida. En las aulas, en las instituciones que se ordenan bajo esos ideales, Freire es
nombrado, citado, leído. Muchas veces sus interpretaciones acompañan las planificaciones y
puesta en acto de las actividades escolares; otras, las contradicen. Como decía el escritor
japonés que citamos en el epígrafe, no se puede dar marcha atrás y rehacerlo todo, pero sí
trabajar para su renovación o transformación.
Las ideas acerca de la importancia de la educadora o el educador, como aquella y aquel que
ayuda a cambiar el mundo, están muy difundidas. La idea de la educación bancaria versus
educación liberadora, la referencia a los oprimidos/as, a la palabra generadora y lo dialógico
son parte de un glosario cercano. Sin embargo, necesitamos trazar cartografías que vuelvan al
puerto al que arribar día a día. “Nadie puede estar en el mundo, con el mundo y con los
demás, manteniéndose neutral”, decía Freire (2015a, p. 100). La necesidad de entender que
estudiar o teorizar sobre los temas educativos no es suficiente para mejorar la enseñanza es
una de las cuestiones que circulan en las escuelas con mayor insistencia. Poner en valor el
trabajo en el aula es quizás el reclamo implícito con mayor consenso y para el que resulta
importante volver a revisar las didácticas, las pedagogías y los sueños de cada educadora y
educador como punto de partida. Desde allí, el futuro se presentará problemático, posible,
inédito y viable.
Para pensar
… es preciso que, en la resistencia que nos mantiene vivos, en la comprensión del futuro como
problema y en la vocación de ser más como expresión de la naturaleza humana en proceso de estar
siendo, encontremos los fundamentos para nuestra rebeldía y no para nuestra resignación ante las
ofensas que destruyen nuestro ser. No nos afirmamos en la resignación sino en la rebeldía frente a
las injusticias.
(Freire, 2015, p. 101)
Esas posiciones rebeldes solo serán valiosas si mejoran las prácticas, si intentan cambiar el
mundo cotidiano y el mundo que escapa a nuestros ojos. Estudiar a Freire, repetirlo, leerlo,
solo tiene sentido si nos vuelve sensibles, capaces de tender puentes, manos, lazos. En
definitiva, si nos vuelve más humanos. ¿Cuál creen que es el alcance de la idea de ver al futuro
como problema? ¿Insertamos nuestras prácticas en el paradigma de la complejidad? ¿Cómo
construir un aula en la que cambiar sea posible? ¿Cómo leemos el mundo en nuestras
instituciones?
En respuesta a las determinaciones y las respuestas sencillas, esta posición ante la enseñanza
nos plantea que “estamos condicionados pero no determinados” (Freire, 2015a, p. 147). Es allí
donde Freire se vuelve pedagogía crítica en las aulas, porque el futuro es problemático, pero
no está definido a priori. Las frases y los textos del nordestino fueron producto de un devenir
que no se asustó de cambiar y asumir el error. Fueron punto de partida y no siempre de
llegada. Lejos de perder de vista las esencias, las volvió terrenales, cercanas y las cuestionó.
Desde allí, miró al que se pretendía educar.
Así, como dice Tute, es como nos sentimos las y los docentes que pretendemos enseñar.
Partimos de un lugar conocido: el aula. Nuestras primeras aproximaciones teóricas al estudio
del tema nos remontan a la propia biografía escolar. El aula nos es conocida. Sabemos de
evaluaciones, de tareas, de filas, de patios y parques bulliciosos. Sin embargo, nos desafía
estar allí en otra tarea, en otra posición. El epistolario reúne un lenguaje antiguo, perdido en el
tiempo de las virtualidades… Las cartas freireanas se vuelven palabra viva porque teorizan
para acompañar la tarea, para ofrecer lecturas posibles y para interpelar en primera persona.
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Creemos que el lenguaje de carta fue un modo en el que Freire se sintió a gusto para
hablarnos y para compartirnos a quienes él creía conocer pero no estaban a su lado. También
se trató de una forma de decir a futuro, de mirar lejos, como diría su amiga Adriana Puiggrós.
En esa ojeada al horizonte, vemos a un Freire traducido a muchos idiomas, al doctor de las
Ciencias Sociales más citado en el mundo académico y el más atacado por ciertos sectores que
desconfían del aula como espacio de crecimiento colectivo.
Las y los invitamos en estas últimas vueltas por su pensamiento a recuperar algunos de sus
mensajes. Al elaborar estas clases, algunas cuestiones nos llevan a tal o cual texto y debemos
dejar de lado muchas otras ideas. Ahora nos detendremos en la cuestión del saber desde la
perspectiva estudiada por el pedagogo, que excede la relación saber-objeto. Este proceso de
saber es tanto colectivo como individual y se traduce en los modos en que somos
sensibilizados por el mundo. En esos modos de conocer hay a priori una sabiduría ingenua
que se puebla de métodos rigurosos, por ejemplo, para desarrollar la tarea de enseñar. Si
pensáramos en el detalle de nuestra(s) práctica(s) en las aulas, veríamos los rasgos de lo
espontáneo y lo sistemático. ¿Cómo hacer el ejercicio cotidiano de este análisis? La necesidad
de “tomar distancia” de lo cotidiano, lo que nos desplaza de las conversaciones habituales, es
lo que nos permite la “aproximación epistemológica”, dirá Freire (2009, p. 148). Concluimos,
entonces, que en esta articulación entre teoría y práctica, de la que ya hemos hablado, radica
el saber docente.
Este saber docente contiene el saber de las personas oprimidas; es decir, los saberes de
quienes esperan de los que “saben”. En ese sentido, el asunto no es un tema de métodos
desde la perspectiva instrumental. Ese saber incluye el crecer de cada una y cada uno. “Saber
y crecer - todo que ver” fue el título que eligió nuestro pedagogo para cerrar sus Cartas a
quien pretende enseñar en 1993. El crecer nos hace seres humanos en la medida que estamos
programados para aprender. ¿Cómo? ¿A partir de qué estímulos? En esas posibles respuestas
radica una de las puertas de entrada del negocio educativo. Muchos métodos se han vuelto
modas a lo largo de la modernidad para hacer más eficaz la principal función del dispositivo
escolar. Ese crecer como totalidad suele nombrarse de manera edulcorada como un
“crecimiento armónico del ser”, denunciaba Freire. Hoy sabemos que las escuelas no son
responsables de todo el crecimiento y que no hay métodos mágicos que nos ayuden a
conceptualizar sobre las acciones o prácticas concretas. Quizás, leer a Julio Cortázar nos pueda
ayudar a pensar el tema.
Para leer
(Cortázar, 1962)
Para pensar
Ningún tema puede ser más adecuado como objeto de esta primera carta para quien se atreve a
enseñar que el significado crítico de ese acto, así como el significado igualmente crítico del aprender.
Es que el enseñar no existe sin el aprender, y con esto quiero decir más de lo que diría si dijese que el
acto de enseñar exige la existencia de quien enseña y de quien aprende. Quiero decir que el enseñar
y el aprender se van dando de manera tal que, por un lado, quien enseña aprende porque reconoce
un conocimiento antes aprendido y, por el otro, porque observando la manera como la curiosidad del
alumno aprendiz trabaja para aprehender lo que se le está enseñando, sin lo cual no aprende, el
educador se ayuda a descubrir dudas, aciertos y errores.
Freire (2009, p. 45)
Nos gustaría cerrar esta clase rescatando nuestras ideas acerca del deseo de enseñar,
nuestros sueños, nuestras palabras a Freire sobre sus aportes, en los que se incluye el hablar
de “nosotros”, como señala Rosa María Torres en el prólogo de las Cartas. Aquel Freire que
lucha a favor de una “escuela democrática” es al que aludimos en defensa de la escuela como
dispositivo a mejorar, pero no a abandonar. Freire, en un gesto generoso, nos advierte que su
escritura inicia cuando habla del tema, que su habla se puebla de las marcas que deja en su
cuerpo la escritura. Les proponemos comenzar a escribirle como gesto de recuperación de ese
movimiento dinámico entre pensamiento, lenguaje y realidad que recobra la decisión de
aprender… ¡Allá vamos!
Para ver
Siempre el arte, la música popular, nos permite al mismo tiempo que un remanso, un modo
de conocimiento diferente, así que les dejamos esta versión de Canción con todos de
Mercedes Sosa que nos invita a pensarnos desde este Sur con todas las manos.
Referencias
De Sousa Santos, B. (2020). La cruel pedagogía del virus. Ciudad Autónoma de Buenos
Aires: CLACSO.
Freire, P. (2009). Cartas a quien pretende enseñar. Buenos Aires: Siglo XXI.
Freire, P. (2015b). Pedagogía de los sueños posibles. Por qué docentes y alumnos necesitan
reinventarse en cada momento de la historia. Buenos Aires: Siglo XXI.
Freire, P. (2018). La voz del maestro. Acerca de vivir, enseñar y transformar el mundo.
Buenos Aires: Siglo XXI.
Recalcati, M. (2016). La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza. Barcelona, España:
Anagrama.
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