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7 Grandes Confesiones Partes 1 y 2

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7 GRANDES CONFESIONES Partes 1 y 2

PARTE 1

INTRO
Una cosa es segura, si permaneces en la Palabra tendrás un testimonio.
Lo que Dios quiere darte en tu vida, no es una sanidad. Lo que Dios
quiere darte en tu vida, no es un trabajo. Lo que Dios quiere darte en tu
vida, no es dinero. Lo que Dios quiere darte, es la Palabra de Dios en tu
espíritu.
Ella hará de ti lo que te dice. Estás resplandeciendo, resplandeciendo
por el poder del Espíritu Santo. Estás resplandeciendo por el poder del
Espíritu Santo. Estás brillando y nada puede detenerte. Es tu
temporada, es tu tiempo. ¡Nada puede obstaculizarte!
Este es tu tiempo. Esta es tu hora. El favor es tuyo.

EXTRACTO
Tu vida cristiana por completo depende de esto. En el cristianismo
tenemos que presentar un frente sólido. Y si queremos presentar un
frente sólido necesitamos confesiones correctas.
Quiero titularlo “7 Grandes Confesiones de Nuestro Frente Sólido”
Para informarte e instruirte sobre la vida cristiana y cómo funciona.
Si quieres crecer en Cristo, tienes que entender esto; tienes que
presentar un frente sólido.
Aah! Aah! Aah! Aah! ¡Esa es mi confesión! ¡Declaro que Él es… Él es mi
defensor! ¡Dios me inspira!
“7 Grandes Confesiones de Nuestro Frente Sólido”. ¡Soy excelente!

MENSAJE
Bien, quiero compartir con vosotros… Ha! Esto es maravilloso. Siete
confesiones de nuestro frente sólido. Siete confesiones de nuestro
frente sólido. ¿Qué quiero decir con frente sólido? Os leeré algo,
Colosenses, Capítulo 2, desde el Versículo 5: “Porque aunque estoy
ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros,
gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en
Cristo”. Bien, esa palabra “firmeza” os la quiero explicar. ¿De acuerdo?
“La firmeza de vuestra fe”. Literalmente significa el “frente sólido de
vuestra fe”. Porque dice “mirando vuestro buen orden”. El “buen
orden”. ¿De acuerdo? El orden espiritual. Y usa esta palabra, que en la
Reina Valera, traduce como “firmeza”; pero que literalmente significa
“frente sólido”. Se trata de un orden militar. Leamoslo en esta otra
versión, que nos ayudará. La versión amplificada: “Porque aunque
estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros,
gozándome y mirando vuestro (caminar en armonía - ¿lo veis? - con tan)
buen orden y la (entereza, el frente sólido y la) firmeza - lo que
comunica son sinónimos de la palabra griega, ¿de acuerdo? - la
(entereza, el frente sólido y la) firmeza de vuestra fe en Cristo”. ¿Qué
os parece? Y si queremos presentar un frente sólido necesitamos
confesiones correctas. La confesión es muy importante; sabéis, el
término ‘confesión’ muchas personas lo utilizan mal, porque no lo
entienden, no saben a qué se refiere. Sólo piensan en confesar los
pecados. Tantas personas están tan debilitadas; tantos cristianos están
debilitados en su fe, porque todo lo que saben sobre confesar, es
confesar sus pecados. E incluso dicen, me voy a confesar. Y cuando lo
hacen, todo lo que hablan es la maldad que recuerdan que han hecho.
Incluso, cuando algunos cristianos guían a otros a Cristo, les dicen:
“Ahora pídele a Dios que te perdone de todos tus pecados; de todos
los pecados que recuerdes, confiésalos”. Pero no es posible recordar
todos los pecados cometidos; así que la persona confiesa los que
recuerda y le pide a Dios que le perdone. Y cuando regresa a casa, el
diablo le recuerda más pecados que no le confesó a Dios en la iglesia.
La confesión no es eso. ¿Me seguís? Bien.

Estamos abordando, Siete Confesiones… Quiero titularlo “7 Grandes


Confesiones de Nuestro Frente Sólido”. ¿Cuáles son? ¡La primera!: Dios
es para mí quién la Palabra dice que es. Dios es para mí quién la Palabra
dice que es. ¿Quién dice la Palabra que es Dios? Os daré ejemplos.
Recordáis que la Biblia dice : “Dios es amor”. Primera de Juan, Capítulo
4, Versículo 8. Capítulo 4, Versículo 8. ¿Estáis ahí? “El que no ama, no ha
conocido a Dios; porque Dios es amor”. “Dios es amor”. Bien, ¿por qué
es importante esto? Porque veréis… Por lo siguiente que os diré. Jesús
dijo en Juan, Capítulo 20 y Versículo 17; tras su resurrección, cuando le
hablaba a María. Dice así: “Jesús le dijo: No me toques, porque aún no
he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y
a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. ¿Asombroso verdad? Jesús
le conocía como ‘Padre’, y le llamaba ‘Padre; y enseñó que Dios era un
‘Padre celestial de amor’. Y ahora se refiere a ese Dios como ‘nuestro
Padre’. Él es nuestro Padre. Sabéis, hay quienes han crecido con padres
que no les mostraron mucho amor; y cuando decimos que Dios es un
‘Padre’, piensan en su padre en casa, y que… Y que… Dicen: “Mi padre
era muy estricto; mi padre era muy severo; mi padre era así…”. No uses
a tu padre para imaginarte a éste; por eso leí primero Primera de Juan,
Capitulo 4, Versículo 8: “Dios es amor”. Díselo a alguien: “Dios es
amor”. “Dios es amor”. ¡Desde luego que sí! Bien, Primera de Juan,
Capítulo 3, y Versículo 1. Mirad, os gustará: “Mirad cuál amor nos ha
dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”. Ha! Lo dicho,
Dios es para mí quién la Palabra dice que es: Él es mi Padre. Y es un
Padre de amor. Dios es mi Padre; y es un Padre de amor. Dios es amor.
Aleluya. Dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos
llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le
conoció a él”. El mundo no sabe quiénes somos, porque tampoco le
conoció a Él. Cuando vino Jesús, dijeron que era un hombre ordinario. Y
no nos conocen, porque no tenemos una apariencia diferente. Si nos
saliera luz de la cabeza, dirían: “Sí, es verdad, es un hijo de Dios”. Pero
nuestra apariencia es como la de las demás personas; piensan: “Dicen
que han nacido de nuevo, pero no se ve ningún cambio”. Quieren ver
en nosotros algún cambio físico. Cuando naces de nuevo, no se trata de
cambios físicos en tu cuerpo; pero es real, el poder de Dios está ahí, la
vida de Dios está ahí. ¡Y la vas a manifestar! Y al cabo del tiempo la
diferencia será obvia. Gloria a Dios. Bien, pero aún hay más.
Deuteronomio, Capítulo 33, veamos el Versículo 27. Os gustará. Mmh.
Gloria a Dios. 33, Versículo 27: “El eterno Dios es tu refugio”. Estamos
hablando de “Siete Grandes Confesiones”. “El eterno Dios es tu
refugio, y acá abajo los brazos eternos”. Wao! ¿Cuál es mi confesión? Os
dije que Dios es para mí quién la Palabra dice que es. De modo que mi
confesión es: “Dios es mi refugio”. ¡”El eterno Dios es mi refugio”!
Leamoslo en otra versión, os gustará. La Amplificada. Dice… ¿Cuántos
de vosotros escucháis mi voz? ¿Me oís? ¿Por qué me oís? Porque mi voz
es amplificada. No estáis escuchando lo que no he dicho. Pero os llega
con buen volumen. De modo que cuando digo Versión Amplificada, de
eso se trata: “El eterno Dios es tu refugio y tu morada”. Él es mi
morada. Él es mi refugio. De modo que lo primero es: Dios es para mí
quién la Palabra dice que es. Wao! Recordáis el Salmo 23. Todos lo
conocemos: “El Señor es mi pastor”. ¡Esa es mi confesión! Así nos dice:
“El Señor es mi pastor”. Y si la Palabra dice “El Señor es mi pastor”,
Dios es para mí quién la Palabra dice que es; de modo que yo declaro
que “el Señor es mi pastor”. “El Señor es mi pastor”. ¡Aleluya! ¡Él es mi
pastor! Esto significa que Él me guía, junto a aguas de reposo. Gritad
¡Amen! Así pues, yo declaro que Dios es para mí quién la Palabra dice
que es. ¡Él es mi refugio! Veis, cuando haces esto, actualizas la Palabra
en tu vida, y así la Palabra produce lo que declara. Dios mío. Ooh!
Sabéis, algunas personas solo declaran sus temores. Declaran temor,
declaran escasez, declaran incapacidad. “No tengo esto, no tengo
aquello, no tengo esto, no tengo aquello, y no tengo esto ni aquello”. Y
esto les afecta. Destruye sus capacidades. “El Señor es mi pastor, nada
me falta”. ¿Por qué declaras lo que te falta, tu escasez? No me falta
dinero, no me falta capacidad, no me faltan fuerzas; el Señor es mi
pastor. Él es mi morada. Esa es mi confesión. Aleluya.

Bien, Jesucristo… Segundo: “Jesucristo es para mí quién la Palabra


dice que es”. “Jesucristo es para mí quién la Palabra dice que es”. Bien,
veamos algunas de las cosas que la Biblia dice - quien la Palabra dice -
que es. Primera de Corintios, Capítulo 1, Versículo 30. Primera de
Corintios, Capítulo 1, Versículo 30: “Mas por él - por Dios - estáis
vosotros en Cristo Jesús, en Cristo Jesús…“. Alguien dirá: “¿Hay alguna
diferencia entre Cristo Jesús y Jesucristo?”. ¡No! Cristo Jesús y
Jesucristo son lo mismo. Bien: “Mas por él estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría”. Jesucristo es mi
“sabiduría, justificación, santificación y redención”. Gloria a Dios. ¡Jesús
es mi sabiduría! ¡Jesús es mi justificación! ¡Jesús es mi santificación!
¡Jesús es mi redención! ¡Gloria a Dios! ¡Soy sabio, porque Jesucristo es
mi sabiduría! ¡Soy justo, porque Jesucristo es mi justificación! ¡Gritad
“Amen”! Soy santo; es decir, he sido consagrado a Dios. ¡Decid “Amen”!
He sido lavado, purificado y santificado, porque Jesucristo es mi
santificación. Y Él es mi redención. “Apolutrosis”, que significa que Él es
mi rescate; pero mucho más que eso, Él es mi liberación. Él es mi
liberación. Gloria a Dios. Me rescata de toda dificultad. Me sacó del
cenagal. Él es mi liberación. ¡Jesucristo es mi sabiduría! ¡Jesucristo es
mi justicia! ¿Y si tus oraciones fuesen así? Veréis, así es como yo oro, así
lo hago. Esta es… Esta es mi mentalidad. ¿Me escucháis? Si quieres
crecer en Cristo, tienes que entender esto; tienes que presentar un
frente sólido. La fe de muchos cristianos es débil; su vida es débil; son
débiles, porque no comprenden esto. No presentan un frente sólido.
Cuando presentas un frente sólido, el diablo huye. El diablo huye; huye
de ti. Y permaneces firme. Pero otros: “Dios mío, haz esto o lo otro por
mí”. ¿Y qué me dices de lo que ya ha hecho? Dios es para mí quién la
Palabra dice que es. Jesucristo es para mí quién la Palabra dice que es.
¡Aleluya! Bien, veamos otra cosa más.

El Espíritu Santo… Tercero, “El Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, es


para mí quién la Palabra dice que es”. “El Espíritu Santo es para mí
quién la Palabra dice que es”. ¿Quién dice la Palabra que es? Juan,
Capítulo 14, Versículo número 16. Versión Amplificada. Os gustará
esto. ¿Estáis ahí? Dice Jesús: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador”. Consolador, ¿qué significa? Consejero, Auxiliador,
Intercesor, Defensor, Fortalecedor y Potencial de Reserva. “Para que
esté con vosotros para siempre”. ¡Siguiente Versículo! ¡Siguiente
Versículo! ¿De quién habla? “El Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir”. Es el Espíritu Santo. Lo veis, le llama “el Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir”. Regresemos al Versículo 16,
y mira quién es el Espíritu Santo para ti. Jesús le llamó, ¿cómo?
“Consolador”. “Otro Consolador” - “allos parakletos”. El término
“parakletos” es lo que aquí se describe, como Consolador, Consejero…
De modo que el Espíritu Santo es mi Consolador, el Espíritu Santo es mi
Consejero, el Espíritu Santo es mi Auxiliador, el Espíritu Santo es mi
Intercesor, el Espíritu Santo es mi Defensor, el Espíritu Santo es mi
Fortalecedor, ¡el Espíritu Santo es mi Potencial de Reserva! ¡Gloria a
Dios! Wooo! Esa última es bien grande; especialmente en esta parte del
mundo, sabes de qué se trata. ¿Tenéis generadores de reserva? Si éste
falla, funciona el de reserva. De modo que, si estoy haciendo algo, si mi
fortaleza falla, si mi capacidad falla, ¡el Espíritu Santo es mi Potencial
de Reserva! ¡Gloria a Dios! ¡Tengo una reserva! ¿No sale agua del grifo?
Vas al pozo, que es tu reserva. ¡Gloria a Dios! ¡Oooh aleluya!
INTERMEDIO
Más adelante, en esta inspiradora enseñanza…
¡Yo soy hechura de Dios! ¡Yo declaro, yo afirmo, yo confieso que soy
hechura de Dios! ¡Soy una persona de categoría, porque soy hechura de
Dios en Cristo Jesús! ¡Soy excelente! Es asombroso. Todo comienza con
la fe, prosigue con fe, y con fe, y con fe, y con fe; y produce más fe.
¡Qué vida! ¡No digas cosas erróneas! ¡No te opongas a Dios! ¡Si Dios
dice que tienes algo, no digas que no!

MENSAJE
¡El Espíritu Santo es para mí quién Dios dice que es! ¡Esa es mi
confesión! ¡Yo declaro que Él lo es! ¡Él es mi Abogado! ¡No voy a
confesar debilidad! ¡No voy a decir: “Oh Señor, fortaléceme”! ¡No, Él es
mi Fortalecedor! ¡Cuando envió al Espíritu Santo a vivir en mí, el
Fortalecedor vino a morar en mí, y soy fortalecido por el Espíritu Santo,
y soy fortalecido por el Espíritu Santo! En lugar de decir: “Fortaléceme,
Señor”, ¡confieso que soy fortalecido! ¡El Espíritu Santo es mi
Fortalecedor! Oh oh! ¿Lo entendéis ahora? La oración del Antiguo
Testamento y la del Nuevo Testamento son diferentes. En el Antiguo
Testamento es: “¡Oh Señor, fortaléceme!”. ¡Sea lo que sea que le pidas!
¿Sabíais que muchas de las enseñanzas de Jesús en los Evangelios
estaban dirigidas a personas del Antiguo Testamento? Jesús vivió bajo
el Antiguo Testamento. ¡No lo olvidéis! El Nuevo Testamento tiene su
origen en la muerte de Jesús. Porque el testamento quedó certificado
con su muerte. Un testamento, cuando se redacta un testamento, no
tiene poder hasta que se certifica la muerte. Eso dice la Biblia. Un
testamento no tiene poder hasta que se certifica la muerte del que lo
da. Jesucristo vino a certificar el Nuevo Testamento, pero eso no
sucedió hasta su muerte. Y la Biblia dice que por medio de su muerte
trajo el Nuevo Testamento. ¡Así es! ¿Me seguís?

Cuarto. Yo soy quién la Palabra dice que soy. Dios mío. Leamos
Segunda de Corintios, Capítulo 5, Versículo 17, que dice: “De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. ¡Así pues, soy una nueva
criatura, porque estoy en Cristo Jesús! ¡Soy una nueva criatura! ¡Soy
una nueva criatura! ¡Soy! ¡Declaro que soy una nueva criatura! ¡Gloria a
Dios! Mirad el Versículo 21. Versículo 21: “Por nosotros lo hizo pecado -
Dios por nosotros lo hizo pecado”. “Al que no conoció pecado - Jesús
no conoció pecado”; pero por nosotros lo hizo pecado. “Para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Oh oh! ¿Lo hizo? ¡Sí!
Entonces, en virtud de lo que hizo en Cristo Jesús por nosotros, fuimos
hechos justicia de Dios en Él. Así que yo soy justicia de Dios en Cristo.
La vida cristiana es gracia sobre gracia. Gracia sobre gracia. Gracia
sobre gracia. Abundancia de gracia. Eso dice la Biblia: “Aclamaciones
de: Gracia, gracia a ella”. Oh! Wao! Y nos dice que es de gloria en gloria.
Y por fe y para fe. Por fe y para fe. Es asombroso. Todo comienza con la
fe, prosigue con fe, y con fe, y con fe, y con fe; y produce más fe. ¡Qué
vida! Si estás experimentando debilidad y dudas, eso no es la vida
cristiana. Eres un cristiano que vive una vida no cristiana. Y eso tiene
que acabar. No te pongas a orar: “Señor, quiero vivir una vida cristiana”.
No, simplemente empieza a vivirla. Hazlo. La Palabra de Dios es para
hacerla. Amen. ¡Yo soy quién la Palabra dice que soy! ¡Soy justicia de
Dios en Cristo Jesús! ¡Soy una nueva criatura! ¡Esa es mi confesión! ¡Yo
declaro, yo afirmo y yo confieso que soy una nueva criatura! ¡Confieso
que soy justicia de Dios en Cristo! Efesios Capítulo 2, Versículo 10.
Mirad, os gustará. Efesios Capítulo 2, Versículo 10: “Porque somos
hechura suya, recreados…”. La Reina Valera dice “creados”, “creados
en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas”. ¿Qué confesión es esta?
¡Somos hechura de Dios en Cristo Jesús! ¡Yo soy hechura de Dios! ¡Yo
declaro, yo afirmo, yo confieso que soy hechura de Dios! ¡Creado por
Dios! ¿Cómo puedo fracasar? ¡He sido creado por Dios! ¿Cómo puedo
fracasar? ¡He sido creado por Dios! ¡Soy hechura de Dios en Cristo
Jesús! ¡Soy un vencedor siempre! ¡Aleluya! [Lenguas] ¡Soy una persona
de categoría, porque soy hechura de Dios en Cristo Jesús! ¡Soy
excelente, porque soy hechura de Dios en Cristo Jesús! Mah, mah, mah!
Romanos, Capítulo 8, Versículo 16. Mah! ¡Yo soy quién Dios dice que
soy! “El Espíritu - el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios - el Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.
¡Así que soy un hijo de Dios! ¡Que alguien grite Amen! ¡Pero aún hay
más, Versículo 17! “Y si hijos - si somos hijos - también herederos;
herederos de Dios”. ¡Soy un heredero de Dios! ¡Yo confieso, yo afirmo y
yo declaro que soy heredero de Dios! ¡Gritad Amen! Pero hay más.
¡Dice: “coherederos”! Oh mah mah! Observad la expresión
“coherederos”. Usa el término “coherederos”. Oooh! ¡Coherederos!
Aaah! ¿Alguna vez has abierto una cuenta conjuntamente con alguien?
¿Os explico las implicaciones de una cuenta conjunta? Veréis no se
trata de compartir algo, y uno participa en un 5%, otro en un 20%, otro
tiene 1%, y otro 80%, ¡sea lo que sea! Pero, cuando hablamos de
“coherederos”, significa que juntos participamos del 100%, ¡juntos!
Todos los derechos que Él tiene sobre esa herencia, ¡yo también los
tengo! Cuando fuimos constituidos coherederos con Jesús, la
implicación es que todo lo que le pertenece a Jesús me pertenece a mí.
¿Cómo puedo ser pobre entonces? ¿Cómo puedo ser pobre entonces?
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
¡Que alguien grite ‘Amen’! ¡Dios mío! ¡Yo confieso que soy coheredero
con Cristo! ¡El mundo me pertenece! Alguien dirá: “¿Estás seguro de lo
que dices?”. Bien, bien, bien, aah! Yo soy quién la Palabra dice que soy:
un heredero de Dios, un coheredero con Cristo.

Quinto. Yo tengo lo que la Palabra dice que tengo. Haha! Yo tengo lo


que la Palabra dice que tengo. Bien, Primera de Corintios, Capítulo 3,
Versículo 21. Dios mío, miradlo: “Así que, ninguno se gloríe en los
hombres; porque todo es vuestro”. “Así que, ninguno se gloríe en los
hombres”; eso quiere decir, no digas: “Tengo un tío que me va a ayudar;
tengo un primo… Mi padre…”. No, “todo es vuestro”. ¿Por qué? Porque
todo le pertenece a Dios, y Jesús es su heredero, y todo le ha sido
entregado a Jesús. El Padre le ha entregado todo a Jesús. Y nos ha
hecho coherederos con Él. Por eso todo es nuestro. Es bien lógico.
Miradlo. Yo declaro que todo es mío. ¡Jamás pasaré necesidad en este
mundo! ¡Jamás…! Uuuh! ¡Jamás pasaré necesidad! ¡Jamás, jamás! ¡Yo
declaro…! Alguna vez os encontrasteis con ese amigo, y le decís:
“¿Cómo estás?” Y te responde: “Amigo, estoy necesitado, estoy mal”.
Veréis, ¿de dónde ha sacado eso? Ese es el lenguaje del mundo. Es de
este mundo. Y nosotros todos… Sabes, antes de nacer de nuevo,
estabas en el mundo, y aprendiste el lenguaje del mundo, y hablabas
como ellos. Es tiempo de echar fuera toda esa necedad. No hables más
así. ¡Porque si hablas así destruyes el poder del Evangelio en tu vida! Os
mostraré algo, Malaquías, Capítulo 3, Versículo 13. Malaquías, Capítulo
3, Versículo 13; quiero que lo veáis. La Versión Amplificada mejor:
“Vuestras palabras contra mí han sido violentas - es Dios el que habla -
Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis:
¿Qué hemos hablado contra ti?”. Lo véis, hay quienes hablan palabras
violentas contra Dios. Se oponen a Dios al realizar afirmaciones
erróneas contra Dios. ¡No digas cosas erróneas! ¡No te opongas a Dios!
¡Si Dios dice que tienes algo, no digas que no! “Ooh! Recibo mi
sanación; pero aún me duele”. ¡Acabas de repudiar la sanación! “Todo
es vuestro”; pero tú declaras: “Estoy en bancarrota”. ¡Has repudiado
tus riquezas! Escuchadme bien, éstas son leyes espirituales. Si nunca lo
habías oído, dirás “¿Pero qué es lo que está diciendo el Pastor Chris?
¿Qué es esto?”. Escuchadme, esto no es un cuento. No, no, no; os lo
estoy mostrando en las Escrituras. Se trata de profundas revelaciones,
y verdades de la Palabra. Se pueden defender. Nadie que estudie la
Biblia con detenimiento te dirá que esto que os digo no es verdad. No,
no, no. Podrá decir que no es cierto, ¡hasta que lo lea! Cuando lo vea, su
vida cambiará. Da lo mismo de qué denominación sea. Hay quienes han
disputado esto; pero cuando lo estudiaron por sí mismos, dijeron: “Dios
mío, ¿porqué he tardado tanto en descubrir esto?”. Porque lo que
tenían era religión. No habían estudiado la Biblia por sí mismos.
Confiaban en lo que la religión les había contado. Decían: [Cantando]
“Ahora mi fe está en ti, Cordero del Calvario”. Se fue del Calvario hace
mucho tiempo. “Oh Cordero del Calvario, Salvador divino, escucha mi
oración, llévate toda mi culpa; sea yo desde este día…” ¿Sea yo desde
este día? “Completamente tuyo”. ¿Sea yo desde este día
completamente tuyo? La semana que viene lo vuelve a cantar en la
iglesia. “Ahora mi fe está en ti…”. Otra vez… “Sea yo desde este día
completamente tuyo”. ¡Son canciones que les roban todas sus
capacidades y potenciales, y su eficacia! ¿Quieres ser un cristiano eficaz
y productivo? ¡Estudia la Palabra por ti mismo! ¡Gloria a Dios!

CONCLUSIÓN
Confiamos en que hayas sido bendecido por este mensaje. Puedes ver
y escuchar muchos inspiradores mensajes del Pastor Chris en
pastorchrisonline.org. También puedes descargar la APP Pastor Chris
Digital Library. Gracias.

PARTE 2
INTRO
Una cosa es segura, si permaneces en la Palabra tendrás un testimonio.
Lo que Dios quiere darte en tu vida, no es una sanidad. Lo que Dios
quiere darte en tu vida, no es un trabajo. Lo que Dios quiere darte en tu
vida, no es dinero. Lo que Dios quiere darte, es la Palabra de Dios en tu
espíritu.
Ella hará de ti lo que te dice. Estás resplandeciendo, resplandeciendo
por el poder del Espíritu Santo. Estás resplandeciendo por el poder del
Espíritu Santo. Estás brillando y nada puede detenerte. Es tu
temporada, es tu tiempo. ¡Nada puede obstaculizarte!
Este es tu tiempo. Esta es tu hora. El favor es tuyo.

EXTRACTO
Tu vida cristiana por completo depende de esto. En el cristianismo
tenemos que presentar un frente sólido. Y si queremos presentar un
frente sólido necesitamos confesiones correctas.
Quiero titularlo “7 Grandes Confesiones de Nuestro Frente Sólido”
Para informarte e instruirte sobre la vida cristiana y cómo funciona.
Si quieres crecer en Cristo, tienes que entender esto; tienes que
presentar un frente sólido.
Aah! Aah! Aah! Aah! ¡Esa es mi confesión! ¡Declaro que Él es… Él es mi
defensor! ¡Dios me inspira!
“7 Grandes Confesiones de Nuestro Frente Sólido”. ¡Soy excelente!

MENSAJE
7 Confesiones de Nuestro Frente Sólido. 7 Grandes Confesiones de
Nuestro Frente Sólido. Presentamos un frente sólido. Aleluya. 7
Grandes Confesiones de Nuestro Frente Sólido. Y creo que
mencionamos cuatro de ellas. Bien, habíamos empezado con la quinta,
pero no lo he dicho todo. De modo que comenzaremos con la quinta.
Pero repasemos de la primera a la cuarta. ¿La primera es? Dios es para
mí quien la Palabra dice que es. ¿La segunda? Jesucristo es para mí
quién la Palabra dice que es. ¿La tercera? El Espíritu Santo es para mí
quién la Palabra dice que es. ¿Y la cuarta? Yo soy quién la Palabra dice
que soy. Y comenzamos con la quinta. ¿La quinta es? Yo tengo lo que la
Palabra dice que tengo. Wao. Wao. Sabéis este tema es tan importante;
tu vida cristiana por completo depende de esto. Debes entenderlo. Los
cristianos que no entienden esto, tendrán una vida llena de
dificultades. Son cristianos, pero no viven verdaderas vidas cristianas.
Sus vidas están llenas de luchas, y derrotas. Siempre están afanados, y
tienen que orar mucho para conseguir algo. Con luchas. Hay tantos
cristianos llenos de luchas; y que no dejan de orar para intentar que las
cosas les vayan bien. Llenos de conflictos. Tantas luchas innecesarias.
Son los que buscan liberación; son los que le piden a los demás: “Por
favor, ora por mí, recuérdame en tus oraciones. Ooh, la vida es difícil”.
Claro que tenemos que orar los unos por los otros. La Biblia nos manda
que lo hagamos. Debemos hacerlo. Pero cuando no haces más que
pedir y solicitar oración; es porque hay una dificultad en tu vida, debida
a la ignorancia de esto, o a no haberlo entendido bien. Escuchad, es
muy importante. Veréis, cuando recibes la salvación en Cristo, Io
siguiente es ser instruido en la Palabra. Muchos cristianos han crecido
en la casa de Dios - no espiritualmente. Quiero decir que han pasado
muchos años en la Iglesia, quizás 40 años, pero nunca han recibido
verdadera instrucción. No están instruidos. No tienen verdadero
entendimiento de las Escrituras. Lo que tienen es un conocimiento
genérico de que la Biblia es la Palabra de Dios; pero no saben lo que
dice. No tienen más que suposiciones. ¿Habéis escuchado a algunos
orar: “Gracias Padre - han orado - por responder estas oraciones por
Jesucristo nuestro Señor. Amen. Oramos por Jesucristo”? Y, y… No
saben que eso es incorrecto. Para ellos, eso es correcto. Pero es
incorrecto. No oramos por Jesucristo. Sabéis, cada vez que he
explicado esto, muchos cristianos se sorprenden. “¿Qué, qué nos
quiere decir?”. “No quiero deciros nada, tan solo lo que dice la Palabra
de Dios”. “Por Jesucristo nuestro Señor”; pero no saben que es
incorrecto. Jesús nunca dijo que oremos por su Nombre. ¿Lo véis? Nos
dijo que oremos en su Nombre. Hay una diferencia legal entre orar por
Jesucristo, y orar en el Nombre de Jesús. No es lo mismo. Un niño en
Cristo, un niño en las cosas de Dios, podrá orar así y pensar que todo irá
bien; pero después de algún tiempo, no te irá bien. Porque Dios ya no
lo puede aceptar; ¡tienes que crecer! Nos manda que crezcamos en
conocimiento espiritual. Por eso hay quienes dicen: “Cuando comencé
mi caminar cristiano, yo oraba y recibía respuestas. Pero, no sé,
después de algún tiempo todo cambió. Yo solía orar por la gente y Dios
me respondía. Sucedían milagros. Pero ahora, no sé…”. ¿Habéis oído a
esos cristianos que dicen que oran, pero que el cielo es como un
escudo; y buscan que el cielo se abra? ¡Terrible, terrible! ¿Un cielo
abierto? Son ignorantes del Nuevo Testamento; pero fascinados por el
Antiguo Testamento. Les fascinan las cosas del Antiguo Testamento.
Muchos de nosotros recibimos esas cosas, y crecimos pensando que
eran correctas, ¿sabéis? Dios mío. Dios mío. Dios mío.

Tenéis que entender esto. Consideremos el simple principio de la


salvación. Romanos, Capítulo, Capítulo 10. Comencemos con el
Versículo 6. ¿Estáis listos? “Pero la justicia que es por la fe dice así: No
digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a
Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a
Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos”.
Veréis, está citando el Antiguo Testamento, está citando a Moisés. Está
citando a Moisés. Y está aplicando lo que dijo Moisés a una revelación
profética del Nuevo Testamento. Bien, esto es extraordinario.
Regresemos al Versículo 6. Dice: “Pero la justicia que es por la fe dice
así”. La construcción de esta expresión hay que entenderla bien. En el
griego original, donde… Aquí dice: “Pero la justicia que es por la fe”. En
griego no dice eso. No dice “la justicia que es por la fe”. Miradlo, en
español dice: “la justicia que es por la fe”. En griego, en el original dice:
“Pero la justicia de fe”, lo que da personalidad a la palabra ‘justicia’. “La
justicia de fe habla”. “La justicia de fe”; lo que significa… Dice, dándole
personalidad a la justicia, ¡que la justicia habla! ¡La justicia habla! ¿Qué
significa esto? Vayamos a Segunda de Corintios, Capítulo 5 y Versículo
21; y entenderás lo que dice: “Por nosotros lo hizo pecado - ¿lo has
visto? - lo hizo pecado”. ¡Hizo a Jesús pecado! No dice aquí ‘ofrenda por
el pecado’. No dice ‘sacrificio por el pecado’. “A Jesús lo hizo pecado”.
“Por nosotros… Al que no conoció pecado”. Esa es otra expresión
extraordinaria: “Al que no conoció pecado”. Es muy difícil expresar lo
que el griego comunica aquí. Es complejo. Se trata de que Jesús,
siendo… Jesús, siendo consciente… En español, la mejor manera de
decirlo es “consciente de ‘no pecado’”. ¿Lo entendéis? No sé si lo
entendéis. Jesús, siendo consciente de ‘no pecado’. En español no
tiene sentido. La mejor manera de comunicarlo es decir: “Él tenía
conciencia… una mentalidad sin pecado”. ¿Lo entendéis? Mentalidad
sin pecado. Lo que quiere decir que no es que Dios le declare… No se
trata que Dios diga que no tenía pecado; sino que Jesús mismo tenía
una mentalidad sin pecado. Jesús sabía que estaba libre de pecado. Por
eso, cuando hablamos de la ‘mentalidad de justicia’, estamos hablando
en términos espirituales. Bien, pero esto es lo que quiero mostraros;
mirad: “Por nosotros lo hizo pecado”. Hizo pecado a Jesús, lo que
significa que cuando Jesús estaba en la Cruz… La Biblia dice que fue
hecho pecado: la mismísima personificación del pecado. Fue hecho
pecado. “Por nosotros lo hizo pecado”. ¡“Al que no conoció pecado”!
Que era consciente de estar libre de pecado. “Para que nosotros
fuésemos“. Miradlo. Aquí no dice: “Para hacernos justos”. Miradlo, ¿lo
veis? “Para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios”. ¿Cómo?
¿Ser hecho justicia? Te has convertido en la justicia de Dios, en Cristo.
Esto es extraordinario. De modo que no sólo eres justificado, conforme
a Romanos, Capítulo 5, Versículo 1; que hemos sido declarados justos
por la fe; ahora no sólo hemos sido constituidos justos, hemos sido
hechos justicia. Lo personifica. Por lo que en tu caminar eres la justicia
de Dios, en carne humana. Esto es lo que Jesús ha hecho de ti.
Escuchadme, veréis, cuando se nos manda predicar el Evangelio, no es
algo menor. El Evangelio de Jesucristo es grande. Y no sorprende. ¿Por
qué lo digo? Si Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios, si Jesús era
verdaderamente uno con Dios, tal como dice la Biblia. Lo que significa
que Jesús mismo era Dios. Y vino a morir en carne humana. Si
verdaderamente vino a hacer lo que la Biblia dice que consumó, no lo
hizo para producir personas religiosas. Vino para producir hijos de Dios.
Sin duda. Y eso es lo que dice la Biblia. Asombroso. De modo que
hemos sido hechos, según las Escrituras, la mismísima justicia de Dios.
¡Así es como te ve Dios! Y en Romanos, Capítulo 10, Versículo 6 dice
que la justicia habla. ¡La justicia habla! La justicia que es por la fe, en la
Reina Valera. Y os expliqué que literalmente es “la justicia de fe”. La
justicia habla. La justicia no permanece en silencio, ¡habla! ¡La justicia
habla! Por lo que las confesiones de las que estamos hablando son algo
extraordinario. Bien, sigamos. Regresemos a Romanos, Capítulo 10,
Versículo 6. Vamos a leerlo: “Pero la justicia que es por la fe dice así: No
digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a
Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a
Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos”.
Observad el Versículo 9: “Que si - que si tú - confesares con tu boca”.
No significa repetir exactamente lo dicho. Significa hablar de acuerdo
con Él. Decir lo mismo, comunicar lo mismo; no repetir las mismas
palabras. Decir lo mismo, en coherencia con Él. Hablar de acuerdo con
Él. Eso es “homologia”. Bien, mirad: “Que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo”. ¿Lo veis? Es un principio; es un principio
espiritual. ¡”Que si confesares con tu boca”! ¡Hablas! ¡”Que si
confesares con tu boca”! ¡Decir con tu boca, declarar, afirmar con tu
boca… que Jesús es el Señor! ¿Por qué dice confesar? Por qué no dice
si dices con tu boca. Confesar; porque la Biblia dice “que a este Jesús a
quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. Por eso
dice que lo confieses; lo que significa declarar lo mismo de acuerdo con
Dios. Se trata de afirmar que Jesús es Señor, de acuerdo con la
declaración de Dios de “que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. Por ello, “si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón”. No es algo
que te limitas a decir, sino que lo crees en tu corazón “que Dios le
levantó de los muertos”. Es decir, es Señor y vive. Aleluya.

INTERMEDIO
Más adelante, en esta inspiradora enseñanza…
La totalidad de la Divinidad reside completa y absolutamente en Jesús.
En otras palabras, si ves a Jesús corporalmente, estás viendo a Dios en
carne humana. El propósito de Dios es que todos seamos “llenos de
toda la plenitud de Dios”, igual que Jesús. ¡Yo declaro que soy como
Jesús, porque el Espíritu Santo vive en mí! ¡Tengo la vida de Dios en mí!

MENSAJE
Aleluya. Observad el principio, en el Versículo 10. Dice: “Porque…” -
aquí nos da la explicación de este principio - “Porque con el corazón”.
¡He aquí el principio! Nunca lo olvidéis. Éste es el principio fundamental
para la vida cristiana, que comienza con tu salvación. Este es el
principio que os estoy enseñando. Es el mismo principio que hizo
posible tu salvación en Cristo. Dice: “Porque con el corazón se cree”.
No puedes creer con tu mente. Crees con tu corazón. Tu corazón es tu
espíritu. Crees con tu espíritu; no crees con tu cerebro. No es algo que
se razone. Hay quien dice: “Verás, lo he pensado y tal como lo
interpreto, no lo concibo”. ¿No lo concibes? ¡No es así! ¡Crees con tu
corazón; no con tu mente! ¿Cómo puedes razonar el nacimiento de
Jesucristo? ¡Nació de una virgen! Cuando estudias biología comprendes
que tal cosa no es posible. No es algo que te pongas a razonar.
Resucitó de los muertos; y nadie oró para que lo hiciera. Y la ciencia
dice que tal cosa es imposible. Pero sucedió. Miradlo: “Porque con el
corazón se cree”. ¡Puedes creer con el corazón! Eres un ser espiritual;
no eres un cuerpo. Eres un ser espiritual; tu cuerpo es tu domicilio. Ahí
es donde vives. Tu cuerpo es tu casa, donde vives. Tú no eres ese
cuerpo. Tú eres espíritu. Y todo espíritu humano tiene la capacidad de
creer. Puedes creer. No necesitas verlo, como los que dicen: “Ver es
creer”. Mentira. ¿Cómo puede ser que ver sea creer? Si ves algo, ya no
lo puedes creer. Si lo ves, ya lo sabes. No crees porque lo hayas visto.
¡Crees lo que no has visto! La palabra ‘creer’ es el verbo de la ‘fe’. ¿Lo
entendéis? ‘Fe’ es un sustantivo. ‘Creer’ es un verbo. Creer es la acción
de la fe. ¿Me escucháis? No tiene sentido decir ‘ver es creer’. Ver no es
creer. Creer es el verbo de la fe. Creer es aplicar tu fe, usar tu fe; lo que
significa que lo acepto aunque no lo he visto, y actúo en consecuencia.
Eso es creer. Es el verbo de la fe. De hecho es la misma palabra griega,
¿qué os parece? Uno es un sustantivo, el otro un verbo. De la misma
raíz. Gracias Señor Jesús. ¿Seguís conmigo?

Bien, bien. De acuerdo, entonces, ¡Yo tengo…! ¡Quinto! ¿Cuál es el


quinto? ¡Yo tengo lo que la Palabra dice que tengo! Esa es mi
confesión. Veis, yo tengo lo que la Palabra dice que tengo. Si la Palabra
dice que yo tengo a Cristo en mí, yo declaro que tengo a Cristo en mí.
Eso no es lo mismo que Cristo conmigo. Veréis, puedo decir que Cristo
está conmigo, que es una preciosa bendición. Pero la Palabra dice que
Cristo está en mí; por lo que yo declaro que Cristo está en mí. ¿Lo veis?
Es diferente. Él vive en mí. Tengo a Cristo en mí. Gloria a Dios. Bien, ya
leímos Primera de Corintios, Capítulo 3, Versículo 21, que dice que el
mundo entero es vuestro - “Todo es vuestro”. ¿Recordáis? Sí. Y ahora
vamos a Colosenses… Wao, extraordinario. Colosenses, Capítulo 1 y
Versículo número 14. Os gustará. Colosenses 1:14: “En quien tenemos -
se refiere a Jesús - en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados”. En Cristo tenemos ¿qué? Redención, liberación. En
Cristo tengo liberación. Él me rescata de toda dificultad. Nada temo. En
Cristo tengo redención, que significa liberación. Soy liberado de toda
dificultad. Soy liberado de todo padecimiento. En Cristo tengo
redención. Gloria a Dios. Mah mah! Liberación del pecado, de las
tinieblas, de todo lo que no es coherente con la vida de Cristo. Amen.
Otra cosa más. Vamos a Colosenses, Capítulo 1, Versículo 19. Versículo
19: “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud”.
¿Qué os parece? ¿Qué os parece? Se trata de Jesús. ¿De acuerdo? En
Jesús… Dice: “Por cuanto agradó al Padre que en él - en Jesús -
habitase toda plenitud”. ¿Qué plenitud? La plenitud de la Deidad. Lo
que quiere decir que… que la presencia del Padre está en Jesús; la
presencia del Espíritu Santo está en Jesús. Y por supuesto, su propia
presencia. La totalidad de la Divinidad reside completa y
absolutamente en Jesús. En otras palabras, si ves a Jesús
corporalmente, estás viendo a Dios en carne humana. Esto es lo que
dice aquí. Esto es lo que dice aquí. Veamos Colosenses, Capítulo 2,
Versículo 9: “Porque en él - en Jesús” - dirás: “¿Cómo sabes que es
Jesús?”. Lee desde el principio, esto no es más que un versículo.
Cuando lees desde el principio, los versículos anteriores, comprendes
que se trata de Jesús. ¿De acuerdo? No hay dudas, no es una
suposición. Bien: “Porque en él habita”. ¡Dios mío! Ooh! “Habita” tiene
un sentido continuado: habita permanentemente. ¡“Porque en él
habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”! ¡Jesús es la
personificación de Dios! ¿Lo entendéis? Jesús es Dios personificado.
Eso es lo que dice aquí la Biblia. ¿Soy yo el único que tiene una Biblia?
¿Estoy leyendo lo que dicen vuestras Biblias? Bien. Siempre os digo:
Leed la Biblia. Si leéis la Biblia, descubriréis cosas maravillosas. Veréis,
os levantaréis… Como yo hago a veces. Sabéis, estoy leyendo, y… ¡Dios
mío, Señor, Señor, Señor! Me pongo a gritar así. Cuántos años llevo
haciéndolo, muchísimos. Aleluya. Apasionante la Biblia, apasionante,
apasionante, apasionante. ¿Queréis que vuestra vida cristiana sea
sublime? Ese es el camino. Ese es el camino: tienes que estudiar la
Palabra de Dios por ti mismo. “Porque en él habita corporalmente toda
la plenitud de la Deidad”. Hey! ¿Cuál es el propósito de Dios para
nosotros? Os lo mostraré. Efesios, Capítulo 3, y vamos a leer desde el
Versículo 14: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de
nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los
cielos y en la tierra”. Porque algunos de nosotros, algunos en el pueblo
de Dios ya están en el cielo, ¿de acuerdo? Y el resto de nosotros
seguimos aquí, ¿de acuerdo? Bien. “Para que os dé - Dios mío -
conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el
hombre interior por su Espíritu”. Tu hombre interior es tu espíritu. ¿De
acuerdo? Siguiente. “Para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis
plenamente capaces de comprender con todos los santos”; es decir,
con el resto de los cristianos que conocen esto. Se está dirigiendo a
estos cristianos, ¿de acuerdo? Está orando por ellos. Estos otros
cristianos. Les escribe y les dice: Quiero que “seáis plenamente capaces
de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura - las dimensiones del amor - y de conocer el
amor de Cristo, que excede - es decir, que sobrepasa. Eso quiere decir
¿de acuerdo? - excede a todo conocimiento, para que seáis llenos…”.
Leed el resto. ¡Ese es el plan de Dios! ¡Y no en el cielo! ¡Aquí! El
propósito de Dios es que todos seamos “llenos de toda la plenitud de
Dios”, igual que Jesús. ¿Cuándo? Cuando el Espíritu Santo viene a tu
vida. ¡Así es! Entonces tienes que permanecer siempre lleno. Nos dice:
“Sed llenos del Espíritu”. Y nos dice qué hacer para estar siempre lleno
del Espíritu. Si permaneces lleno del Espíritu, estás lleno de Dios. ¿Por
qué? Primera, Primera de Juan, Primera Epístola de Juan, Capítulo 4,
leed el Versículo 17; y veréis por qué. “En esto se ha perfeccionado el
amor en nosotros - nos lo acaba de decir, las dimensiones del amor ¿de
acuerdo? Es lo que leímos en el anterior Versículo - En esto se ha
perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el
día del juicio; pues…”. Leed. ¿Donde? ¿En el cielo? “Pues como él es, así
somos nosotros en este mundo”. ¡Yo declaro que soy como Jesús,
porque el Espíritu Santo vive en mí! ¡Tengo la vida de Dios en mí! ¡Dios
mío! ¡Qué vida hemos de vivir! ¿Cómo puedes ser cristiano, y ser
vencido por un dolor de cabeza, una migraña? “Oh Jesús, quítame esto”
¿Jesús, quítame esto? ¡Dile tú que se vaya! ¡Tú ahora vives en el
Nombre de Jesús! ¡Estás en Cristo ahora! La Biblia dice “De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas”. Tú eres el hombre en Cristo. Aleluya.
“Ooh! ¡Qué dolor de cabeza! Ooh! ¿Qué fiebre!”. “¿Qué te sucede?”.
“Estoy mal desde hace tres días. Dicen que es una epidemia. Mi mujer
ha estado mal, mi hija también, incluso mi madre también. No sabemos
qué está pasando”. ¿Eres cristiano o no? ¿Sabes qué significa ser
cristiano? “¡Sí, soy cristiano!”. ¿Eres cristiano y hablas así? ¿De dónde
vienes? No has sido instruido. [Lenguas] Cuando eres instruido… Verás,
tienes que ser instruido. Mirad, los príncipes son instruidos. Si eres un
príncipe, y vas a la misma escuela que todos los demás, y andas con
todos los niños en el mismo patio, con todos… Sabéis, lo que
llamaríamos ciudadanos ordinarios. ¿Quiénes son los ciudadanos
ordinarios? Los que no saben quiénes son. Porque alguien los ha
descrito así: ciudadanos ordinarios. ¿Y quiénes son los que los
describen así? ¿Esos son también ordinarios? Quizás lo sean. ¡Pero yo
no lo soy! Yo no soy un ciudadano ordinario. Escuchadme, la Biblia dice
“De la misericordia de Jehová está llena la tierra”. ¿Cuántas personas
están disfrutando la misericordia de Dios en la tierra? Eso dice la Biblia,
que la tierra está llena de su bondad. Tu vida no depende del gobierno
de turno. Mientras que no comprendas que Jesús es tu liberación, tu
redención. Nos dijo: ¡Estáis en el mundo, pero no sois del mundo!
[Lenguas] Los principios de tu vida no deben ser los principios de este
mundo. Di: ¡Me niego a ser una víctima! ¡No soy una víctima del
sistema! [Lenguas]

CONCLUSIÓN
Confiamos en que hayas sido bendecido por este mensaje. Puedes ver
y escuchar muchos inspiradores mensajes del Pastor Chris en
pastorchrisonline.org. También puedes descargar la APP Pastor Chris
Digital Library. Gracias.

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