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11 Leccion Tu Puedes Ser Un Ganador de Almas

Exploradores serie 2 niños de 8 a 12 años

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Lección 11: Tú puedes ser un Ganador de

Almas

Querido(a) amigo(a),

Uno de los momentos más felices que podemos tener como cristianos es el gozo de

guiar a alguien a Cristo. ¡Piénsalo! Tú y yo podemos ser instrumentos de Dios en la


salvación de nuestros familiares y amigos.

¿Por qué es tan importante hablarles a otros acerca de Jesús? Porque el Señor Jesús es el

Salvador – el único Salvador. Aquellos que confían en Jesús como su Salvador vivirán con Él por

toda la eternidad en el cielo. Los que mueren sin Cristo vivirán para siempre en ese terrible lugar

llamado infierno.

¿Quién puede tener este maravilloso privilegio de ganar otros para Cristo? ¡Cualquier

cristiano! Todo(a) hijo(a) de Dios puede tener el privilegio de presentar a alguien al Señor Jesús.

La Biblia dice: “…el que gana almas es sabio”. (Proverbios 11:30). En esta lección

aprenderemos como hacer esto.


¿Cómo puede ser salva una persona? Una persona es salva al

creer en el Señor Jesús y recibirlo como su Salvador. La Biblia

dice: “Mas a todos los que le recibieron [Jesús], a los que creen en su nombre, les dio

potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

No hay otra forma para que alguien pueda ser salvo. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad

y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”(Juan 14:6).

Para guiar a una persona a Cristo, tú debes usar la Palabra de Dios al explicar las verdades

básicas del evangelio. Es importante pensar acerca de estas verdades como “pasos para la

salvación”. Al explicar estos pasos, encuentra cada verso en tu Biblia y pide a la persona a la que

le estás compartiendo que lo lea en voz alta.

YO HE PECADO
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”(Romanos 3:23)

El primer paso en guiar a alguien a Cristo, es mostrarle en la Palabra de Dios que él es un

pecador. Abre tu Biblia en Romanos 3:23, y pídele que lea este verso en voz alta. Pregúntale:

“¿Qué te dice este verso?”

Asegúrate que él se de cuenta por la Palabra de Dios que él es un pecador. Explícale que el

castigo por el pecado es “muerte”. “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos

6:23). Esta muerte significa estar separado de Dios por toda la eternidad, en el lago de fuego.
DIOS ME AMA
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que

todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)

Encuentra Juan 3:16. y pídele que lo lea en voz alta. Pregúntale: “¿Qué te dice este verso?”

Pídele que lo lea otra vez, poniendo el nombre de él o ella en el verso: Porque de tal manera amó

Dios a _______(su nombre) que ha dado a su Hijo unigénito, para que _____(su nombre) creyendo

en él no se pierda, mas tenga vida eterna.

CRISTO MURIÓ POR MÍ


“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo

murió por nosotros” (Romanos 5:8)

Encuentra Romanos 5:8. Pídele que lo lea en voz alta. Pregúntale: “¿Qué te dice este verso?”

¡Dios ama a los pecadores! Dios nos está diciendo: “Yo se todo acerca de tus pecados, pero yo

en verdad te amo y di a mi Hijo para que muriera en la cruz por tus pecados”. Cristo murió por ti

y por mí. Tú puedes decir: “¡Cristo murió por MIS pecados!” Pídele a tu amigo(a) que diga esto

en voz alta: “¡Cristo murió por MIS pecados!”

YO LO RECIBO A ÉL
“Mas a todos los que le recibieron [a Jesús], a los que creen en su nombre, les dio

potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

Encuentra Juan 1:12. Pídele que lo lea en voz alta. Pregúntale: “¿Qué te dice este versículo?”

Explícale que él(ella) se convierten en un hijo(a) de Dios al recibir al Señor Jesús como su

Salvador.

Pregúntale: ¿Tú crees que Jesús es el Hijo de Dios y que Él murió por tus pecados? Si él dice

que sí, pregúntale: “¿Tú crees que Jesús vendrá a tu corazón ahora mismo si tú se lo pides?” Si la

respuesta es sí, pregúntale: “¿Te gustaría recibir al Señor Jesús como tu Salvador ahora mismo?”

Si él dice que sí, dile que tú dirás una oración, y que él la puede repetir después de ti. Repite una

frase a la vez:
“Señor Jesús, yo sé que soy un pecador. Creo que tú eres el Hijo de Dios, y que tú

moriste por mis pecados. Por favor perdóname, quiero que seas mi Salvador. Por

favor ven a mi corazón. Te estoy recibiendo como mi Salvador ahora mismo.

Amén”.

YO TENGO VIDA ETERNA


“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la

vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36)

Encuentra Juan 3:36 y pídele que lo lea en voz alta. Pregúntale: “¿Qué te dice este verso?”
Explícale que Dios está hablando de dos grupos de personas – aquellos que creen en Su Hijo y

aquellos que no creen en Él. Si él está en el grupo de los que creen en el Hijo, ¿qué dice Dios

acerca de él? Dios dice: “Tú TIENES vida eterna”. ¡Tú sabes que la

tienes porque Dios lo dice!

Hay personas alrededor de ti que necesitan ser

salvas.Comienza a orar por ellas y está atento por una oportunidad

para guiarlos a ellos al Señor Jesús. No tengas temor de cometer un

error. ¡Tú cometerás el error más grande de todos si no tratas de ganarlos para Cristo!

Una buena forma de conseguir la oportunidad de hablarle a alguien acerca de Cristo es

preguntarle: “¿Te molestaría si te hago una pregunta personal?”

La mayoría de las personas responderán: “No”. Entonces le puedes preguntar: “Si tú fueras

a morir esta noche, ¿estás seguro que irás al cielo?” Si la persona no está segura, le puedes

preguntar: “¿Te gustaría que yo te mostrara en la Biblia cómo tú puedes estar seguro que irás al

cielo?”

Tú puedes ser un cristiano nuevo y te estás preguntando qué puedes hacer. ¡Tú no tienes

que esperar muchos años; puedes servir al Señor ahora! Les puedes decir a otros lo que Dios ha

hecho por tu vida. Puedes hablarles a otros acerca del D+J Club del Buzón y ellos se pueden

inscriber en este mismo sitio.

Dios ha prometido grandes recompensas para aquellos que ganan a otros para Cristo. El

apóstol Pablo habla de los cristianos que él ganó para Cristo como su “corona de gozo”

(1 Tesalonicenses 2:19). Dios dice:


“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que

enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”

(Daniel 12:3).

Necesitamos que se nos recuerde que nosotros tenemos “solo una vida; y pronto pasará. Solo lo

que se haga para Cristo permanecerá”.

Será de GRAN GOZO entrar al cielo, para ver a nuestro Salvador cara-a-cara, y oírle decir:

“¡Bien, buen siervo y fiel! Entra en el gozo de tu Señor”. ¡Ver a muchos que guiamos a Jesucristo

será GOZO MULTIPLICADO!


3 Grandes Verdades para recordar
1. Toda persona vivirá por la eternidad en el cielo o en el infierno.
2. Los cristianos vivirán por la eternidad con Cristo en el cielo. Aquellos que mueran
sin Cristo vivirán por la eternidad en el infierno.
3. Ganar almas es guiar a otros a Jesús. Todo cristiano puede tener el gozo de ganar a
otros para Cristo. Él amó al mundo lo suficiente como para dar su vida por ellos. ¿Amas a
las demás personas lo suficiente para hablarles acerca de Cristo?

“Padre, ayúdame a darme cuenta que toda persona un día estará, en el


cielo o en el infierno. Ayúdame a amar a las personas lo suficiente
para hablarles de Jesús, en el Nombre de Jesús, amen”.

CAPÍTULO ONCE
El Complot
Resumen del capítulo anterior: Rubén le dijo a Carlos porque su Biblia es su Espada Secreta y

como Jesús nos da fortaleza para tomar las decisiones correctas. Carlos le contó a Rubén que él

iba a ayudar a Alejandro a reparar una balsa en el río.

Rubén estaba listo para salir en su bicicleta hacia el río cuando vio a Rebeca agitando su

mano emocionadamente desde su ventana. Cuando el corrió hacia su cuarto, ella dijo: “OH,

Rubén, me siento muy contenta que viniste. Daniel acaba de estar aquí buscándote. Él dijo que

debías ir al río cerca del puente viejo. Los chicos están planeando empujar a Carlos fuera de la

balsa antes que terminen de repararla”.

El corazón de Rubén se aceleró. Él se despidió rápidamente de Rebeca, montó su bicicleta y

pedaleó furiosamente. Alejandro había escogido la cosa más fea que alguien le pudiera hacer a
Carlos. Ya sea que Alejandro lo supiera o no, Carlos tenia un hermano que se ahogó en un

accidente en un bote, y a Carlos le aterroriza el agua. Él nunca se subiría en un bote y menos en

una balsa a medio reparar.

Rubén entendió porqué Carlos quería dejar a los otros chicos una vez la balsa estuviera

reparada. Carlos se sentía seguro si la balsa no estaba lista para moverla en el agua. Cuando

estuviera reparada, Carlos quería estar lejos, muy lejos.

Rubén salió de la calle principal y tomó el

camino al río. De repente él perdió el control

de su bicicleta y chocó contra un arbusto.

“¡Oh, no!” Se quejó Rubén cuando vio que

una rueda de la bicicleta se había arruinado.

No había nada que hacer sino dejar su

bicicleta y buscar a Carlos. Rápidamente

escondió su bicicleta detrás de unos arbustos. Entonces comenzó a correr hacia el río.

Mientras Rubén corría por el camino, se preguntaba cuantos chicos encontraría. Esperaba

que alguien pudiera ayudarle a enfrentarse a Alejandro. Pronto escuchó voces. Rubén disminuyó

sus pasos y se mantuvo escondido lo más que pudo. Él se aproximó más y más hasta que

escuchó lo que estaba pasando. Luego apartó algunas ramas delante de él y observó a los

muchachos.

Rubén vio un par de chicos sosteniendo a Carlos, en tanto que Alejandro iba hacia él con una

cuerda. Carlos preguntó angustiado: “¿Qué van a hacer?” “No hemos terminado la balsa todavía,

y mejor nos hubiéramos apresurado, porque tengo que regresar a casa”.


Alejandro le dijo: “Oh, Carlos, no te preocupes. La balsa está suficientemente bien para lo

que queremos hacer ahora. Nosotros siempre le jugamos una pequeña broma a cada nuevo

miembro de nuestra pandilla. Queremos ver si eres lo suficiente valiente”. Mientras Alejandro

hablaba, comenzó a atarle las manos a Carlos.

Carlos gritó tratando de soltarse: “¡Déjenme ir! No quiero pertenecer a su pandilla”.

Alejandro murmuró: “Sí, eso pensé”. Nos imaginábamos que estabas a punto de regresar a

dónde está tu amigo el predicador. Queremos hacer algo que te ayudará a recordarnos. Como tu

trabajaste tan duro en la balsa, puedes ser el primero en usarla”.

Carlos palideció mientras los muchachos

comenzaron a arrastrarlo hacia la balsa. “¡Déjenme

ir! Gritó Carlos, “No puedo nadar y no quiero ir en la

balsa”.

Rubén saltó fuera del lugar donde se escondía y

corrió hacia los chicos. Agarró a Alejandro y lo apartó

de Carlos. Gritando dijo: “¡Alejandro! Deja libre a

Carlos. ¡No te atrevas a ponerlo en esa balsa!”

Alejandro se veía sorprendido, pero pronto se recuperó y respondió con furia: “!Hey,

muchachos, agarren ese chico predicador y sosténganlo! Rubén luchó pero él no era capaz de

enfrentarse a los otros chicos. Ellos pronto lo tenían agarrado fuertemente, en tanto que

Alejandro y otro chico ponían a Carlos en la balsa y comenzaron a empujarla dentro del agua.

Rubén le gritó a Carlos: “Carlos, no tengas miedo. La ayuda vendrá en cualquier momento. ¡Solo

aguanta un poco más!

Alejandro soltó la balsa y volteó hacia Rubén preguntando con un grito: “¿Qué quieres decir?

¿Quién más sabe acerca de esto?”

Antes que Rubén respondiera hubo un zambullón de alguien que se lanzó al agua y nadó

hacia la balsa. Rubén suspiró aliviado al reconocer que

era Daniel. Con una mano Daniel comenzó a guiar la

balsa hacia la orilla del río.

Lleno de ira, Alejandro se fue hacia la balsa.

Sorpresivamente el Sr. Torres y un policía llegaron al

lugar. Algunos de los chicos comenzaron a correr, pero el

policía les gritó: “Deténganse, muchachos. Las cosas


serán mucho más fácil si ustedes me dicen lo que está sucediendo aquí, en vez de que tengamos

que perseguirlos. ¿Quién de ustedes es Alejandro Santos?”

Daniel señaló a Alejandro: “Allí está. Él es el líder de la pandilla”. Daniel le dió un último

empujón a la balsa, para ponerla sobre la orilla. Daniel animó a Carlos, mientras lo ayudaba a

bajarse de la balsa: “Todo está bien ahora, Carlos”.

Rubén se libró de los otros chicos y corrió hacia Carlos: “¿Estás bien?” Carlos movió la cabeza

afirmativamente en tanto que Rubén le soltaba la cuerda con la que tenía las manos atadas.

El policía y el Sr. Torres escoltaron a los asustados chicos camino abajo, donde otro carro

de la policía estaba entrando a la zona de parqueo. Daniel ayudó a Rubén a poner su bicicleta en

el cofre del carro de su padre y luego él y Rubén se sentaron junto a Carlos. Nadie habló durante

el trayecto a casa.

¿Qué hará Carlos ahora?

¿Qué será lo próximo que sucederá?

No te pierdas el emocionante final de “¡Rubén y su Espada Secreta!”


Lección 11: Tú puedes ser un Ganador de
Almas

Página de Preguntas
Instrucciones:
 Esta lección que acabas de leer tiene lecciones para ti. Puedes saber cuales son las
lecciones por medio de contestar las preguntas a continuación.

Preguntas:

1. ¿Quién puede tener el privilegio de guiar otros a Cristo?

a) Solo predicadores y maestros de la Biblia.

b) Cualquier cristiano.

2. Las personas son salvas

a) al creer en el Señor Jesús y al recibirlo.

b) al unirse a una iglesia y ser bautizado.

3. El primer paso para guiar a una persona a Cristo es

a) decirle que debe cumplir todos los mandamientos de Dios.

b) mostrarle en la Palabra de Dios que él es un pecador.

4. Dios mostró su amor hacia nosotros

a) al darnos a su Hijo para que muriera por nuestros pecados.

b) al darnos muchas cosas buenas para ayudarnos a disfrutar la vida.

5. La única forma que alguien puede ser salvo es


a) al ser realmente bueno y muy religioso.

b) al recibir a Jesucristo como su Salvador.

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