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Ankh-Llave de La Via

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"Ankh, Anj (ˁnḫ) (☥)(la llave de la vida ó cruz egipcia )"

de REGALO DEL NILO TOURS MÉXICO A EGIPTO


ANKH

El Anj (ˁnḫ) (☥) es un jeroglífico egipcio que significa


"vida", un símbolo muy utilizado en la iconografía de
esta cultura. También se la denomina cruz ansada
(cruz con la parte superior en forma de óvalo, lazo, asa
o ansa), crux ansata en latín, la "llave de la vida" o la
"cruz egipcia".

Cruz egipcia de la vida- ANKH- un símbolo y atributo


de dioses inmortales.
En las creencias y el simbolismo del antiguo Egipto, se
confiaba en el para traer longevidad y salud eterna.
En el mundo de los muertos era la llave para abrir las
puertas del paraíso y a los dioses amigables, que
traían una vida eterna y feliz.
También restaura el balance de la energía, expulsa
todas las ondas perjudiciales causadas por
enfermedades y el cansancio del organismo.

El Ankh es representado como un objeto, con


procedencia directa desde el disco solar, que es
ofrecido a los dioses o al faraón, para que puedan
administrar el aliento de vida entre los hombres.

Su forma recoge especialmente esta característica, por


el extremo que es ofrecido. Se presenta como un rayo
de luz, la prolongación del rayo solar que emana del
disco divino. Por el extremo opuesto, por donde es
recogido, se presenta como una llave que es asida y
que determina propiedad y uso.
El Ankh, la llave de la vida, aparece en las manos de
los dioses como un símbolo de vida eterna y como
llave de los misterios de la naturaleza, tal como el
hombre, microcosmos, es la llave del macrocosmos.
También suele aparecer en las manos de los dioses,
frente a la nariz del rey, otorgándole el "aliento de vida"
o, como chorros de luz, en forma de Ankh, que fluyen
sobre el rey durante la purificación ritual.

Como símbolo de la imperecedera fuerza vital fue


representado en las paredes de templos en estelas y
aparece, grabado en piedra, en los dinteles de las
puertas de los templos, señalando así los lugares
donde se produce el contacto entre hombres y dioses.
El Ankh, deja de ser solo el símbolo del aliento divino
que permite la vida de los hombres en la tierra y pasa
a ser señal de la divinidad entre los hombres,
marcando, con su presencia en templos: estelas, bajos
y altos relieves, como el centro de un motivo ornado
por báculos de Anubis y navegando sobre la Barca
Solar.
Como amuleto, al Ankh, se le atribuiría la capacidad de
atraer y conservar el aliento de la vida y las fuerzas
vitales. Son muy numerosos los grabados y las
esculturas en los que aparece un dios o diosa con la
cruz en la mano, acercándosela a la nariz de algún
otro dios o protegido. Con este gesto, el portador de la
llave en forma de cruz, insuflaba aliento de vida al otro,
quien a su vez, lo recibía a través de las ventanas de
su nariz.

Como marca de la influencia del aliento divino, a través


del dígrafo KH, existen importantes palabras
compuestas que poseen el fonema como referencia al
dios.
AKH-EN-ATON: El significado del nombre de
Akhenaton es "Simbolo Vivo de Aton"
TUT-ANKH-AMON: El significado del nombre de
Tutankhamon es: "Imagen Viviente del señor dios
Amón"
Los antiguos egipcios dotaron al Ankh de un rico
significado. No obstante, y debido al desconocimiento
del lenguaje jeroglífico, el Ankh comenzó a
distanciarse de su significado real y pasó a formar
parte de la simbología de escuelas de esoterismo,
logias y asociaciones secretas.

Pasados los años estos nuevos significados y


añadidos alejaron al símbolo egipcio de lo que fue en
su origen. Pasó a conocerse como la “Llave de la Vida”
debido a que, en tiempos antiguos, la Iglesia Copta de
Egipto adoptó el Ankh como una forma de la Cruz
Cristiana. Esta es la razón por la cual hoy en día el
Ankh se conoce como “cruz ansada” o “llave de la
vida” (como dato recordemos que en el Antiguo Egipto
las llaves y la cerradura fueron desconocidas). El Ankh
también fue identificado con la Tau griega, y la
podemos encontrar en nuestros diccionarios en el
apartado dedicado a las cruces de diferentes culturas.
El Ankh se transforma entonces en la “Cruz Egipcia”,
apartándose completamente de su significado original.

Con el comienzo de la Nueva Era y las disciplinas


alternativas el Ankh reaparece como una herramienta
de sanación. Como ocurriera antes en la historia, se
adopta su símbolo pero no su simbología.
Aunque el Ankh sea un objeto que no se puede rotular,
continúa siendo un objeto, uno divino y tiene forma que
se presenta como un nudo, una unión, una atadura, un
vínculo, una conexión… Debemos en este punto
preguntarnos qué une, ata o conecta el símbolo Ankh.
La respuesta nos revelará su significado oculto.
La finalidad del Ankh está escondida en su forma, su
verdad está escondida en su atadura. El Ankh
debemos verlo como un anillo, una unión, un poderoso
talismán que une lo que no puede ser separado, pero
a veces está desunido.
Este símbolo de antigüedad ahora resurge para asistir
al hombre moderno a restablecer su unión con todo lo
que Es. El Ankh puede cumplir la función que en un
principio cumplía la religión. (el concepto de religión
deriva del verbo religar, que a su vez proviene del latín
“religāre”, volver a atar). Ofrece un camino para
recuperar la unión con lo interno.

La unión entre dos mundos.

El Ankh es un símbolo egipcio y no puede sustraerse


de la cultura que lo creó. Según la creencia egipcia
existen dos mundos paralelos. En uno estamos
inmersos, es el mundo visible y material. El otro mundo
nos es ajeno, desconocido e inmaterial. El ser humano
es un caminante entre los dos mundos, su ciclo de
vida y muerte se lleva a cabo en ambos mundos, la
existencia no se detiene en ningún momento. El
difunto renace en el mundo invisible y viceversa. El
Ankh es un lazo con el mundo invisible que no debe
desatarse. Es eso lo importante a la hora de querer
comprender su significado.
El signo jeroglífico Ankh, el trilítero, se lee “vida”. Los
egiptólogos nos dicen que el ankh simbolizaba para los
egipcios la vida, el aire y por extensión el agua (la
fuente de vida). Explican también que el Ankh debe
interpretarse como el aliento vital que facilitaba la
respiración a los difuntos en el Más Allá. De esto se
deduce que el Ankh es vida para los residentes de
ambos mundos. El Ankh beneficia tanto a los vivos
como a los muertos.
La vida eterna.

Normalmente nos referimos a la vida eterna como una


recompensa de la que disfrutan los difuntos en el Más
Allá luego de una vida virtuosa. La existencia sería
entonces eterna y estática. Pero para los egipcios
nada era estático, puede que ni siquiera la muerte lo
fuera.
En las inscripciones es frecuente encontrar dos
jeroglíficos para expresar la “eternidad”: el jeroglífico
“neheh” se escribe con el signo del sol entre dos
trenzas de lino. Esta eternidad, con la presencia del
Sol, es una “eternidad luminosa”; se trata de una
eternidad superior, la eternidad de Netjer y de Su
esencia.
Existe otra eternidad, “djet”, la eternidad que
corresponde a los ciclos de la Creación. El ciclo solar
representado por el dios Ra, y el ciclo agrícola
representado por el dios Wesir pertenecen a la
eternidad djet.
El ser humano, por estar incluido en la Creación, forma
parte de los ciclos. Vive inmerso en el ciclo de vida-
muerte-resurrección que se repite una y otra vez. Los
ciclos mantienen el movimiento y evitan el
estancamiento de la vida, y por ende, del ser humano.
La rueda cíclica de la existencia lleva al hombre a
existir tanto en el mundo visible como en el invisible.
Su existencia no se detiene; al menos en teoría.
Un Ankh, una “vida”, surge en su momento pero
necesita estar ligada con ambos mundos, el visible y el
invisible. De esta manera el hombre puede unir su
acción del momento presente, con aquella acción de
momentos pasados y remotos. Ankh es vida en reposo
que surge y se manifiesta a medida que la persona así
lo pide.
Una vez que el Ankh comienza a actuar, el hombre se
ve a sí mismo reflejado en ambos mundos: el que dejó,
Duat, y en el que ahora vive. Una vez que la unión es
entendida se hace eterna, y el hombre no pierde lo
que, para estar aquí, dejó atrás.

El tramo vertical representa el rio nilo y el tramo


horizintal respresenta el desierto oriental y occidental y
el circulito representa el delta con los brazos del nilo
delimita y roseta

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