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Economia - Basica-Thomas - Sowell-Que Es La Economía

Primeras páginas del libro de economía

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Economía Básica es un manual de economía para aquellos que quieren entender

cómo funciona la economía, pero que no tienen ningún interés en aprender a


desarrollar fórmulas matemáticas o ecuaciones complicadas. En sus páginas, el
economista Thomas Sowell pone de manifiesto los principios generales sobre los que
se asienta cualquier tipo de política económica, ya sea capitalista, socialista o feudal.
Con un estilo ameno y fácil de leer, permite a cualquier tipo de lector,
independientemente de su formación académica o grado de conocimiento de la
ciencia económica, entender cómo funciona la economía. En esta nueva versión,
actualizada y ampliada, el autor ahonda en temas de rabiosa actualidad que van desde
la negociación colectiva a los impactos en la economía real de los mercados de
acciones.

ebookelo.com - Página 2
Thomas Sowell

Economía básica
Un manual de economía escrito desde el sentido común

ePub r1.0
Titivillus 21.11.2018

ebookelo.com - Página 3
Título original: Basic Economics
Thomas Sowell, 2011
Traducción: Javier El-Hage

Editor digital: Titivillus


ePub base r2.0

ebookelo.com - Página 4
Un razonamiento claro y sencillo puede cambiar nuestra forma de ver el
mundo.
STEVEN E. LANDSBURG

ebookelo.com - Página 5
Prefacio

Éste es un libro para el público en general o para estudiantes que se inician en la


economía. Al igual que mucha gente, el libro ha ido engordando con el paso de los
años con la inclusión de nuevos capítulos y la ampliación de otros existentes para
aclarar ciertas cuestiones y mantenerlos actualizados a la par que los cambios que se
han ido produciendo en las economías de todo el mundo. Esta edición cuenta con un
nuevo capítulo sobre la historia del desarrollo de la economía en sí y los problemas
que surgieron a lo largo del trayecto. También tiene una sección nueva y extensa
sobre la economía de las sociedades anónimas, en el capítulo que trata de las grandes
empresas y del gobierno, al igual que más material nuevo en otros apartados.
El continuo interés de los lectores en estas nuevas ediciones en Estados Unidos, y
el creciente número de traducciones a otros idiomas sugieren que existe un deseo
generalizado por acceder a información legible sobre economía, como alternativa a la
terminología técnica, los gráficos y las ecuaciones habituales de los textos sobre el
tema. A lo largo de sus diversas ediciones, la idea fundamental que subyace en
Economía básica ha seguido siendo la misma: que aprender de economía sea tan
simple como informativo.
La mayoría de nosotros somos necesariamente ignorantes sobre muchos temas
complejos, desde la botánica hasta la neurocirugía. En consecuencia lo que hacemos
es simplemente no tratar de actuar en estos campos, ni hacer comentarios sobre ellos.
Sin embargo, cada votante y cada político electo pueden tener un efecto sobre las
políticas económicas que nos afectan, por lo que no podemos simplemente decidir no
participar de los temas y decisiones económicas. Nuestras únicas opciones son las de
estar informado, desinformado o mal informado. Economía básica tiene el objetivo
de hacer más fácil el hecho de estar informado. Los principios fundamentales de
economía no son difíciles de entender, pero sí son fáciles de olvidar, en especial en
medio de la embriagadora retórica de la política y los medios de comunicación. Los
vívidos ejemplos de la vida real usados en este libro tienen el propósito de hacer que
estos principios se tornen indelebles, de un modo en que los gráficos y las ecuaciones
no podrían.
En esa lógica hemos eliminado las referencias bibliográficas a las fuentes citadas
en el texto y hemos minimizado las usuales notas al pie y al final, para tratar de que
Economía básica sea una introducción a este aspecto de nuestra sociedad para el
público general. Sin embargo, quienes deseen conocer las fuentes que se citan aquí,
encontrarán la lista en mi sitio web: www.tsowell.com. Para los profesores, que
emplean Economía básica como un libro de texto en sus aulas, o para los padres que
están educando a sus hijos en casa, hay más de cien preguntas disponibles en el
mismo sitio web, seguidas por referencias a las páginas pertinentes,[*] que indican

ebookelo.com - Página 6
dónde se pueden encontrar las respuestas a las preguntas en el texto. Mi dirección de
correo electrónico es: [email protected]
Ya sea que esté leyendo este libro como parte de un curso o simplemente por el
interés de aprender economía, Economía básica pretende que esta experiencia le
resulte tan placentera como reveladora.

THOMAS SOWELL
Hoover Institution
Universidad de Stanford

ebookelo.com - Página 7
1
¿Qué es la economía?

Sea uno conservador o radical, proteccionista o librecambista, cosmopolita o nacionalista,


hombre de Iglesia o pagano, es útil conocer las causas y consecuencias de los fenómenos
económicos.

GEORGE J. STIGLER

Para entender la mayoría de las discusiones sobre economía que se producen en los
medios de comunicación y en la política, lo único que se necesita es conocer los
principios económicos más básicos. No obstante, la mayor parte de las personas los
desconocen, incluidos políticos, periodistas y muchos académicos de otros ámbitos.
Los principios económicos se han aplicado en todo el mundo a lo largo de la
historia, en distintos tipos de economías —capitalista, socialista, feudal o cualquier
otra— y en una amplia variedad de pueblos, culturas y gobiernos. Las mismas
políticas que produjeron una subida de precios bajo el mandato de Alejandro Magno
también la provocaron en Estados Unidos, miles de años después. Las leyes de
control de alquileres llevaron a consecuencias similares en lugares tan dispares como
El Cairo, Hong Kong, Estocolmo, Melbourne y Nueva York. Y lo mismo ocurrió con
las políticas agrícolas en la India y en los países de la Unión Europea.
Las diferencias en cuanto a prácticas económicas son también reveladoras. Es por
razones económicas por las que las empresas manufactureras de la Unión Soviética
mantenían stocks tales que podían durarles un año, mientras que el stock de
productos en compañías japonesas como Toyota se consume en apenas unas horas y
los repuestos y equipos que llegan a la fábrica en camiones a distintas horas del día,
se descargan y se instalan inmediatamente en los automóviles, mientras éstos se están
ensamblando. Ambos tipos de políticas de stock tienen una base racional, de acuerdo
con los distintos tipos de sistemas económicos bajo los que funcionan.
La economía es mucho más que una manera de observar patrones o de
desenmarañar anomalías confusas. Su preocupación fundamental es el nivel material
de vida de la sociedad en su conjunto y cómo éste se ve afectado por decisiones
específicas a cargo de individuos e instituciones. Una de las maneras de estudiar esto
es observando las políticas económicas y los sistemas económicos en función de los
incentivos que crean, en vez de los objetivos que persiguen. Esto quiere decir que los
resultados son más importantes que las intenciones; y no solamente los resultados
inmediatos, sino también las repercusiones que a la larga tienen todas las decisiones,
las políticas y las instituciones.

ebookelo.com - Página 8
Nada es más fácil que tener buenas intenciones. Pero cuando no se entiende cómo
funciona una economía, las buenas intenciones pueden llevar a consecuencias
desastrosas para naciones enteras. Muchos, quizá la mayoría, de los desastres
económicos han resultado de políticas que pretendían ser beneficiosas. Todos
aquellos desastres podrían haberse evitado si quienes propusieron y apoyaron las
políticas que los produjeron hubieran entendido de economía.
Muchos coinciden en que la economía es muy importante, pero existe mucho
menos consenso en cuanto a qué es la economía. Entre las concepciones erróneas
encontramos aquella que dice que la economía es algo que nos enseña a hacer dinero,
a administrar un negocio o a predecir las fluctuaciones del mercado de valores. Sin
embargo, la economía no son las finanzas personales ni la administración de
empresas, y la predicción de fluctuaciones en el mercado de valores aún no se ha
podido reducir a una fórmula fiable.
Para saber qué es la economía, primero debemos saber qué es una economía.
Quizá muchos de nosotros pensamos que la economía es un sistema para la
producción y distribución de los bienes y servicios que utilizamos en el día a día. Eso
es cierto, pero no es toda la verdad. El Edén era un sistema de producción y
distribución de bienes y servicios, pero no era una economía, porque todo estaba
disponible en abundancia ilimitada. Sin escasez, no hay necesidad de economizar, y
por lo tanto no hay economía. El distinguido economista británico Lionel Robbins
proporcionó la definición clásica de economía:

La economía es el estudio del empleo de aquellos recursos escasos que tienen


usos alternativos.

En otras palabras, la economía estudia las consecuencias de las decisiones que se


toman en relación con el uso de la tierra, del trabajo, del capital y de otros recursos
que se destinan a la producción del volumen de productos que determinan el nivel de
vida de un país. Esas decisiones y sus consecuencias pueden ser más importantes que
los recursos mismos, porque hay países pobres que son ricos en recursos naturales, y
países como Japón y Suiza con relativamente pocos recursos naturales pero con un
alto nivel de vida. Los valores de los recursos naturales per cápita en Uruguay y
Venezuela, por ejemplo, son varias veces los de Japón y Suiza, que sin embargo
tienen una renta per cápita aproximadamente el doble que la de Uruguay y varias
veces la de Venezuela.
Las decisiones que influyen en estos resultados no son sólo las de los particulares,
las de las empresas agrícolas o industriales, o las de las políticas de los gobiernos,
sino, y en mayor medida, aquellas que tratan sobre qué tipo de instituciones tiene una
sociedad para tomar tales decisiones: qué tipo de sistema económico, que opera sobre
qué tipo de sistema jurídico, y que está controlado por qué tipo de sistema político. Al
estudiar todas estas decisiones y analizar la evidencia de sus consecuencias, es crucial

ebookelo.com - Página 9
tener en cuenta en todo momento que los recursos utilizados son escasos y que a la
vez tienen usos alternativos. Cuando un político promete que sus políticas elevarán la
oferta de ciertos bienes y servicios deseables, la pregunta que debe hacerse es: ¿a
cambio de tener menos de qué otros bienes y servicios?
¿Qué es la «escasez»? La escasez se da cuando demasiada gente desea un
producto, del cual no hay suficiente para todos. Esto significa que no existen
soluciones fáciles que beneficien a todo el mundo, sino serias y algunas veces
dolorosas soluciones de compromiso que comportan sacrificar algo. La noción de
escasez puede sonar muy simple, pero sus repercusiones son con frecuencia
malentendidas, incluso por gente muy preparada. Como ejemplo veamos este artículo
de The New York Times que presentaba las penurias y sobresaltos económicos de la
clase media estadounidense, uno de los grupos humanos más influyentes que jamás
hayan habitado este planeta. A pesar de que el artículo incluía la foto de una familia
de clase media en su propia piscina, el título principal era: «La clase media
estadounidense se las arregla». Otros subtítulos del artículo eran:

Sueños que se postergan y proyectos que no se cumplen


Metas que siguen estando muy lejanas
Un ahorro tenaz y algunos lujos

En pocas palabras, los deseos de la clase media estadounidense exceden lo que


ésta puede pagar con comodidad, a pesar de que lo que ya tienen sería considerado
una riqueza increíble en muchos otros países del mundo, e incluso por
estadounidenses de generaciones pasadas. Sin embargo, tanto ellos como el periodista
afirmaban que se las estaban «arreglando», y en el artículo se citaba a un sociólogo
de Harvard que señalaba «lo verdaderamente ajustadas de presupuesto que estaban
estas personas en realidad». No obstante, lo que restringe a estas personas no es un
simple presupuesto hecho por el hombre, sino la realidad: nunca ha habido lo
suficiente como para satisfacer a todos por completo. Ésta es la verdadera restricción;
es decir, la escasez.
A pesar de que la renta per cápita en Estados Unidos creció un 51 por ciento en
una sola generación, estas familias de la clase media «han tenido que trabajar duro
para lograr ganancias modestas», según un profesor de la Universidad de Fordham
citado en el mismo artículo. Sin embargo, es dudoso que otras personas en el mundo
consideren «duro» el trabajo de los estadounidenses en oficinas con aire
acondicionado y descansos para el café, o que crean que están simplemente
«arreglándoselas» con semejante nivel de vida. Sin embargo, las personas
entrevistadas en el artículo veían su propia situación como no satisfactoria, y como
algo confuso incluso para ellos mismos.
El periodista de The New York Times explicaba en el artículo que a una de estas
familias de clase media «se le fue un poco la mano con la tarjeta de crédito» pero que
después «pusieron sus finanzas en orden»:

ebookelo.com - Página 10
Pero si damos un paso en falso —dijo Geraldine Frazier—, la presión que
teníamos para pagar nuestras facturas volverá, y eso sí que es doloroso.

Aparentemente, a todas estas personas —del mundo académico y periodístico, así


como a la propia gente de la clase media— les parecía extraño que existiese algo
como la escasez y que ésta implicase la necesidad de esfuerzos productivos además
de responsabilidad individual en los gastos. Sin embargo, nada ha sido tan constante
en la historia de la raza humana como la escasez y todos los requisitos para
economizar que ésta implica.
Independientemente de nuestras políticas, prácticas, o instituciones —de si son
sabias o no, de si son nobles o innobles—, no hay suficiente para satisfacer todos
nuestros deseos con plenitud. De manera que las «necesidades insatisfechas» son
inherentes a esta realidad, ya sea que tengamos una economía capitalista, socialista,
feudal, o de cualquier otro tipo. Los distintos tipos de economía son en realidad
diferentes formas institucionales de encontrar esas soluciones de compromiso que son
inexorables en cualquier economía.
La economía no consiste simplemente en lidiar, como consumidores, con una
cantidad dada de bienes y servicios. Primordialmente, la economía lidia con cómo
producir esa cantidad usando recursos que para empezar son escasos —es decir,
cómo transformar insumos en productos—. Pero no sólo es la escasez el problema
central de la economía, sino además el hecho de que esos recursos escasos también
tienen «usos alternativos». Si cada recurso tuviera tan sólo un uso, la economía sería
mucho más simple. Pero el agua se puede emplear para producir tanto helado como
vapor, además de la gama innumerable de mezclas y compuestos si se la combina con
otras cosas. La nitroglicerina es un explosivo muy potente, pero también se usa en
medicina para aliviar las anginas de pecho. De manera similar, del petróleo provienen
la gasolina, el queroseno y el fuel, pero también los plásticos y la vaselina. El hierro
puede ser usado para producir productos de acero: desde pequeños clips de papelería
hasta automóviles o estructuras de rascacielos.
Entonces, ¿cuánto de cada recurso debe asignarse a cada uno de sus muchos
usos? Todas las economías deben responder a esa pregunta, y cada una la responde,
de una manera u otra, eficiente o ineficientemente. Cómo hacerlo de manera eficiente
es el objeto de estudio de la economía. Las distintas economías son en esencia
diversas maneras de tomar decisiones en cuanto a la asignación de recursos escasos;
decisiones que tienen consecuencias en la vida de toda la sociedad. En la Unión
Soviética, por ejemplo, las fábricas usaban más electricidad que las de Estados
Unidos, a pesar de que las soviéticas eran menos productivas que las
estadounidenses. El acero, el cemento y otros recursos empleados en la producción de
una cantidad dada en la Unión Soviética terminaban produciendo menores cantidades
que lo que esos mismos recursos producían en países como Japón o Alemania. Estas
ineficiencias en la transformación de insumos en productos se tradujo en un menor

ebookelo.com - Página 11
estándar de vida dentro de un país muy rico en recursos naturales, tal vez más que
ningún otro país del mundo. Rusia es, por ejemplo, una de las pocas naciones
industriales que produce más petróleo del que consume. Pero la abundancia de
recursos no crea automáticamente una abundancia de bienes.
En la China del siglo XXI se utiliza siete veces más energía que la que se emplea
en Japón para producir productos del mismo valor. En este caso, las diferencias
gigantescas en cuanto a la eficiencia también han significado diferencias gigantescas
en el estándar de vida de millones de seres humanos. La eficiencia en la producción
—la tasa en la cual los insumos se convierten en producto— no es simplemente un
tecnicismo del que hablan los economistas, sino que afecta a la vida de sociedades
enteras. Para entender este proceso, es útil pensar en cosas reales —hierro, petróleo,
madera y otros insumos que entran en el proceso de producción, y los automóviles,
gasolina y muebles que salen por el otro lado— en vez de imaginarse que las
decisiones económicas son simplemente decisiones sobre el dinero.
Aunque la palabra «economía» puede traer el término dinero a la mente de
muchos, lo cierto es que para el conjunto de la sociedad el dinero no es más que un
instrumento artificial que permite que se hagan cosas reales, pues, de lo contrario, el
gobierno podría hacernos ricos a todos simplemente imprimiendo más billetes. No es
el dinero sino el volumen de bienes y servicios lo que determina si un país es pobre o
próspero.
La economía no trata sobre el destino financiero de individuos o empresas
particulares, sino sobre el bienestar material de la sociedad en su conjunto. Cuando
los economistas analizan precios, salarios, ganancias o la balanza comercial
internacional, por ejemplo, lo hacen desde el punto de vista de cómo las decisiones en
distintas partes de la economía afectan a la asignación de recursos escasos
aumentando o disminuyendo el nivel material de vida de la sociedad en su conjunto.
La economía no es simplemente un tema sobre el cual expresar opiniones o
exteriorizar emociones; es un estudio sistemático de lo que ocurre cuando se realizan
cosas específicas de una forma específica. Desde la perspectiva del análisis
económico, los métodos utilizados por un economista marxista como Oskar Lange no
eran diferentes, en ningún aspecto esencial, a los métodos empleados por un
economista liberal como Milton Friedman. Este libro trata precisamente sobre esos
principios básicos y comunes de la economía.
El hecho de que existan asuntos controvertidos en economía, como en cualquier
ciencia, no significa que sus principios básicos sean simplemente asuntos de opinión.
Los principios básicos de la economía, como los principios básicos de la química o la
física, no son simplemente asuntos de opinión. Por ejemplo, el análisis que hizo
Einstein de la física no consistió simplemente en la opinión de Einstein, como lo
descubriría el mundo años más tarde en los sucesos de Hiroshima y Nagasaki. Las
reacciones económicas pueden no ser tan espectaculares o trágicas en el día a día,
pero la depresión mundial de la década de 1930 hundió a millones de personas en la

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pobreza incluso en los países ricos, produjo desnutrición en Estados con excedentes
de alimentos y probablemente causó más muertes en el mundo que las que se
produjeron en Hiroshima y Nagasaki. Por otro lado, cuando la India y China —
históricamente, dos de las naciones más pobres del mundo— comenzaron a realizar
cambios fundamentales en sus políticas económicas a finales del siglo XX, sus
economías comenzaron a crecer de forma espectacular. Se estima que cerca de 20
millones de personas en la India salieron de la indigencia en el curso de una década.
En China, el número de personas que vivía con un dólar o menos al día cayó de 374
millones en 1990, un tercio de la población total del país, a 128 millones, en 2004 lo
que equivale apenas al 10 por ciento de una población en crecimiento. En otras
palabras, casi 250 millones de chinos comenzaron a vivir mejor como resultado de un
cambio de política económica.
Son este tipo de cuestiones las que hacen que el estudio de la economía sea tan
importante, y no meramente un asunto de opiniones o emociones. La economía es
una herramienta de análisis, un conjunto de conocimientos comprobables y una serie
de principios derivados de ese conocimiento.
No es necesario siquiera que exista dinero de por medio para que una decisión sea
económica. Cuando un equipo médico militar llega a un campo de batalla con
soldados que tienen diferentes tipos de heridas, se les presenta el problema
económico clásico de cómo asignar recursos escasos con usos alternativos. Casi
nunca hay suficientes médicos, enfermeras o paramédicos, ni suficientes medicinas.
Algunos heridos están cerca de la muerte y tienen pocas posibilidades de sobrevivir,
mientras que otros sí pueden luchar por su vida si es que reciben tratamiento médico
inmediato, u otros inclusive tienen heridas tan leves que muy probablemente se
recuperarán con o sin tratamiento médico inmediato.
Si el equipo médico no asigna su tiempo y medicinas de forma eficiente, algunos
soldados heridos morirán innecesariamente, ya sea porque se dedica tiempo a
soldados que no necesitan ayuda urgente, o se atiende a soldados cuyas heridas son
tan devastadoras que morirán independientemente del tratamiento que reciban.
Estamos ante un problema económico, a pesar de que ni un solo céntimo pase de una
mano a otra.
A la mayoría nos disgusta tener que imaginarnos siquiera en la necesidad de
escoger entre opciones como las mencionadas. Incluso, como vimos antes, algunos
estadounidenses de clase media se angustian ante la necesidad de escoger entre
opciones y soluciones de compromiso mucho menos drásticas. No obstante, la vida
no nos pregunta qué es lo que queremos, sino que nos presenta opciones, y la
economía nos ayuda a conseguir lo máximo posible de esas opciones.

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