LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS
A principios de los 70, una serie de escritores, educados y formados durante el franquismo,
comienza a escribir. Se inicia con ellos la recuperación de la narración y del arte de contar historias
como base de la novela. Un gran número de ellas trata directamente la desorientación del individuo
moderno y su inseguridad. La memoria y el recuerdo juegan un gran papel en la construcción de la
historia, que rompe los límites entre realidad y ficción. Pero es también la época de los best sellers,
proliferan los certámenes y los premios, y se tiende a escribir de forma más tradicional. Asimismo,
los autores de épocas anteriores siguen publicando (Cela, Delibes o Torrente Ballester). Comienza,
pues, una nueva época para la novela española, en la que se observan muy diversas tendencias y
subgéneros:
– Novela de intriga y suspense: el barcelonés Eduardo Mendoza, con La verdad sobre el caso
Savolta inaugura esta prolífica línea. Les siguen otros títulos como El misterio de la cripta
embrujada o La aventura del tocador de señoras, entre otras. En la misma tendencia podemos situar
al jiennense Antonio Muñoz Molina (autor de Beltenebros o El jinete polaco), a Arturo Pérez
Reverte (El maestro de esgrima, La piel del tambor) o Manuel Vázquez Montalbán (autor la serie
de novelas del detective Carvalho). Dentro de este apartado podemos considerar la llamada Novela
negra que es un tipo de novela policiaca en la que se refleja el mundo de la criminalidad organizada
en ambientes sórdidos y violentos: Juan Madrid (Tánger); Lorenzo Silva (El alquimista
impaciente); Andrés Trapiello (Los amigos del crimen perfecto).
– Novela histórica: Difiere de la novela histórica decimonónica tanto en sus características
estructurales y formales como en la percepción de que la historia es una realidad compleja y
ambigua. Se da una revisión crítica de la historia. Cobra gran importancia el subgénero de la Guerra
Civil. Se puede citar aquí a Eduardo Alonso (El insomnio de un día de invierno, Palos de ciego),
Arturo Pérez Reverte (Un día de cólera, Hombres buenos, El capitán Alatriste), Javier Cercas
(Soldados de Salamina), Dulce Chacón (La voz dormida), Almudena Grandes (Inés y la alegría,
Las tres bodas de Manolita, Los pacientes de Doctor García) o Alberto Méndez: Los girasoles
ciegos.
– Novela metaliteraria, en la que el propio hecho narrativo ocupa un papel central en la trama, el
narrador interactúa con el lector. Los principales representantes son Luis Landero (Juegos de la
edad tardía, El guitarrista), Juan José Millás (La soledad era esto; El mundo) o Carmen Martín
Gaite (El cuarto de atrás).
– Novela de autoficción, o de memorias, caracterizada por utilizar la vida real del escritor como
materia novelable. Se inicia con los libros de diarios y los de memorias. Se combina con otros
géneros. En estos relatos autobiográficos se difumina la frontera entre realidad y ficción: Negra
espalda del tiempo, de Javier Marías; París no se acaba nunca de Enrique Vila- Matas o El cuarto
de atrás.
– Novela estilística y poética: Existe una gran preocupación por la forma y el lenguaje sugerente.
Hay una recreación lírica de espacios, tiempos y objetos. La trama tiene un papel menos importante.
Su ritmo es lento, pausado y musical. Algunos representantes: Julio Llamazares (La lluvia
amarilla), Francisco Umbral (Mortal y rosa), Javier Marías (Mañana en la batalla piensa en mí).
Luis Mateo Díez (Las horas completas, La fuente de la edad, La ruina del cielo, Balcón de piedra).
– Novela intimista y psicológica: Manifiesta la preocupación por la introspección y estudio de los
caracteres, está alejada del realismo y del costumbrismo. Tiene una prosa compleja, con
descripciones minuciosas, digresiones filosóficas o existenciales. Destacan: Adelaida García
Morales (El sur). José Luis Sampedro (La sonrisa etrusca).
COLEGIO LA INMACULADA. ALGECIRAS 1
LA NOVELA DESDE 1975 HASTA NUESTROS DÍAS
– Novela culturalista: La evocación de ambientes de épocas pasadas o presentes se vincula con la
postmodernidad y la creación estética: se recrean motivos literarios, legendarios, mitológicos, el
mundo del comic, técnicas cinematográficas. En esta tendencia encontramos a Lorenzo Silva (El
blog del inquisidor) o Juan Manuel de Prada (Las máscaras del héroe).
– Generación X: A finales del siglo XX aparece una nueva generación de narradores entre los que
se encuentran Martín Casariego, Lucía Etxebarría, Marta Sanz, Daniel Múgica, Ray Loriga…
todos ellos con unos rasgos comunes como el magisterio de los escritores anglosajones y su cultura,
un público lector alejado de la Guerra Civil y de la posguerra franquista, tratamiento de temas como
el problema del paro en una sociedad consumista, etc.
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