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BOLETÍN

DELA
ACADEMIA MEXICANA

ENERO-DICIEMBRE

1982
BOLETÍN
DELA
ACADEMIA MEXICANA

3
Boletín al cuidado de:
MAURICIO MAGDALENO
PORFIRIO MARTINEZ PEf:IALOZA
MANUEL PONCE

Responsable de la edici611:
JOSt LUIS MARTINEZ

© ACADEMIA MEXICANA
Donceles 66
México 1, D.F.
BOLETÍN DE LA
ACADEMIA MEXICANA

VOL. l ENERO-DICIEMBRE DE 1982 Núm. 3

SUMARIO
La ley y las leyes gramaticales. . . . . . . . . . . 7

ESTUDIOS GRAMATICALES Y LEXICOGRÁFICOS

Morfología derivativa y diccionario, por José G.


Moreno de Alba. . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Investigaciones lingüísticas en la Universidad Nacio-
nal Autónoma de México sobre la Historia del trabajo
en la Nueva España, por Silvio Zavala.. . . . . . . 21
DOCTRINAS E IDEAS

Algunas cartas de Joaquín García Icazbalceta, por


Ignacio Bernal . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Alfonso Reyes y la provincia, por Por/irio
Martínez Peñaloza. . . . . . . . . . . . . . . . 58
DEBATES

Sobre la grafía de la palabra México [III], por


Alfonso de Rosenzweig Díaz, Alejandro Quijano,
Alfonso Junco y Jósé Ignacio Dávila Garibi . . . 69
CONSULTAS SOBRE LA LENGUA

El verbo financiar-Memorando y curriculum­


Tí tulos masculinos y femeninos-"Cassette'
-Algunos derivados verbales . . . . . . . . . . . 87

[ 5]
6 SUMARIO BAM,3

DOCUMENTOS

Informe de la Subcomisión de Lenguaje. Párrafos del


Reglamento de la Comisión Intersecretarial del
Español relativos a la Subcomisión de Lenguaje . . 93
VIDA DE LA ACADEMIA

María del Carmen Millán (1914-1982) .. . . . .. . . 99


Despedida a María del Carmen Millán, por José Luis
M artínez. 100
Centenario de José Vasconcelos . . . . . . . . . . . 10 l
Académicos premiados . . . . . . . . . . . . . . . lO l
RESElilAS

Mateo Alemán, Ortogra/ía castellana, por Antonio


Acevedo Escobedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
José Rojas Garcidueñas, Temas literarios del Virrei-
nato, por Porfirio Martínez Peñaloza . . . . . . . l 07
José Rojas Garcidueñas, Salamanca Recuerdos de mi
tierra guanajuatense, por Antonio Acevedo Escobedo . l 08
LA LEY Y LAS LEYES GRAMATICALES
Obedeciendo a imperativos de primera necesidad en el orden
sociocultural, nuestras autoridades civiles han decidido salir
por los fueros del idioma, el español, como para reivindicarlo
públicamente de los desafueros que con él se cometen por don­
dequiera: en escaparates, rótulos, comercios, industrias, la ra­
dio, la televisión y el cinematógrafo, así como en cartas de
restaurantes y aun en comunicaciones oficiales.
Se ha creado recientemente y por decreto presidencial, un or­
ganismo, denominado Comisión para la Defensa del Idioma
:Español, en el que participan las Secretarías de Gobernación,
de Comercio, de Comunicaciones y Transportes y la de Turis�
mo, todas ellas _coordinadas por la Secretaría de Educación
Pública, la cual ha establecido áreas de vigilancia, en número
de ocho, para la custodia y resguardo de nuestra identidad idio­
mática, cuando menos en lo que ve a la corrupción del léxico
y a los dislates que afectan lo más elemental de la gramática.
Tal determinación, digna de encomio por cualquier lado que
se le mire, no hace sino respaldar oficialmente lo que ya el buen
sentir ciudadano estaba demandando en todos los tonos, y no
sólo por parte de quienes tienen preocupaciones literarias, sino
de personas y grupos todavía no inficionados de mercantilis­
mos y modismos advenedizos.
¡Cuántas veces nuestra protesta por las degeneraciones que
sufre el idioma hasta en su dignidad, se reduce a no comprar
o a no leer un mal escrito o un indignante libro! Porque no está
en nuestra mano destruir carteles, nombres de tiendas y demás
corruptelas ostentosas, para gritar nuestra desaprobación frente
a tamaños desacatos de analogía, sintaxis y ortografía; ni frente
a la invasión, cada vez más proliferante, de términos extraños;
lo cual de ninguna manera indica versatilidad en quienes los
emplean, sino más bien culpable displicencia por lo que es
vitalmente nuestro. Vocablos importados, carentes de docu­
mentación en regla, "fayuca" mental y verbal, sin aduanas
fronterizas.
Cada lengua ofrece características muy propias.
Entre otras cualidades, el castellano brilla por lo homogéneo
de su vocabulario, de suyo poco obsecuente con adopciones
ajenas a su sangre y con otras licencias que atentan a la integri-
[7]
8 LA LEY Y LAS LEYES GRAMATICALES 8AM, 3

dad de sus palabras o a la forma establecida para el uso de prefi­


jos y desinencias.
En esto difiere radicalmente de otros idiomas, como el inglés,
que procede sin muchos miramientos a enriquecerse con todo
lo que está a su alcance, ingiriendo toda clase de vocablos, casi
enteros y sin mucho cocinarlos.
De todo lo anterior nace la necesidad de una legislación pú­
blica que salvaguarde los derechos que un pueblo tiene a su
cultura. Su idioma propio goza del carácter de un bien cultural
y nacional; así como cualquiera de las obras valiosas de arte
forman parte de un legado que hay que conservar y restaurar
Pero el idioma goza de mayores privilegios, por ser el medio
original y la condición sine qua non de las manifestaciones
de la cultura humana.
La autoridad que adoptó al español como lengua nacional, es
la misma que ahora legisla para que se use bien de él y no se
deteriore.
Esto no significa, sin embargo, que a las autoridades civiles
competa dictar las leyes de la gramática; aunque no pueden
desconocerlas y pasar por encima de ellas. Caesar non supra
gramaticis, decían los romanos.
Ahora, con la creación de la Comisión mencionada, ya sabe­
mos que nuestras autoridades no están por debajo de los gramá­
ticos, sino de acuerdo con ellos. Los puntos capitales de su
programa de acción son los siguientes: tener en cuenta las nor­
mas esenciales de nuestra comunicación hablada y escrita; coor­
dinar actividades encaminadas a su defensa, principalmente
en las fronteras y en regiones de difícil acceso a la enseñanza;
estudiar la forma de llevar la enseñanza del idioma a todos los
rincones del país y por fin, tomar las medidas más expeditas
para el cumplimiento de esta ley
A la Academia Mexicana se le ha solicitado prestar asesorías
técnicas dentro de dicho organismo, y ha sido unánime su voto
de aprobación para colaborar en tan nobles como difíciles
tareas.
Aprovechando esta coyuntura, la Academia vería como un
desiderátum muy legítimo, algo que también compete a la inte­
gración del alma nacional: el que tal preocupación por la
lengua española se hiciera extensiva al aprecio y rehabilitación
de los idiomas y dialectos aborígenes, en aquellos grupos étni­
cos que aún los hablan y los conservan como el último reducto
y asidero para impedir su desaparición final.
Estudios gramaticales y lexicográficos
MORFOLOGÍA DERIVATIVA Y DICCIONARIO
POR JOSt G. MORENO DE ALBA

O. Con ayuda de un diccionari::, invertido de la lengua españo­


la 1, es fácil determinar el grado de productividad de ciertos
sufijos, relacionando el número de derivados que tienen cabida
en el Diccionario y el número de voces primitivas potenciales
que aparecen en ese mismo lexicón, lo que permitirá formular
ciertas cuestiones de interés sobre la relación que puede o deba
establecerse entre morfología derivativa y composición de dic­
cionarios.
1. Existen en español no menos de 6 000 verbos de la Ira. conju­
gación -ar), según el DRAE, y no pasan de 500 los adjetivos con
sufijo en -able documentados en el propio Diccionario.Esto
quiere decir que más del 90% de los verbos no tienen derivados
en -able. Podría pensarse que los adjetivos en -able que apare­
cen son sólo aquellos que se ven apoyados por tres autoridades
contestes como mínimo; sin embargo sabemos que "se abando­
nó este sano rigor, para no demorar en demasía la admisión de
vocablos necesarios y de uso rápidamente difundido" 2• Ello
permite suponer que tienen ahí cabida voces que gozan de cierto
uso entre los hablantes, estén o no documentadas en escritores
de prestigio. No parece aventurado afirmar que en el DRAE ni
aparecen todos los derivados en -able de uso habitual en el
mundo hispanohablante, ni tampoco pertenecen a la norma
actual varios adjetivos ahí contenidos. Valgan unos cuantos
ejemplos: ¿tendrán mayor vigencia actual voces como placable,
pecable, indiyudicable, ahorcable, guardable, graciable, fabla-

1 Cf. Fred. A. Stahl and Gary E. A. Scavnicky, A reverse dictionary of the


Spanish language, University of Illinois Press. 1973. Los datos fueron tomados
de la !Sa. edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).
2 Julio Casares, Introducción a la l.exicografía moderna, Madrid, 1969, p. 13.

[ I I]
12 JOSI! G. MORENO DE ALBA BAM , 3

ble, turable, etc. que voces como almacenable, financiable, ob­


jetable1 Pues bien, las primeras aparecen en el DRAE y las
segundas no.
Por lo que se refiere a la morfología de los derivados en -able,
conviene precisar que son muy pocas las formaciones que po­
drían interpretarse como irregulares, y que, además, tal vez deban
concebirse como cultismos y no como derivados sincrónicos3 :
responsable, mensurable, detectable, espectable. La casi totali-
dad son derivados plenamente regulares. •
Es inegable, por otra parte, que estamos ante un evidente caso
de "productividad" Sobre este concepto, anota Kvavik•: "the
term productivity is used for either the capacity to form new
lexical items or the historical increment in lexical items when
viewed retrospectively" Zimmer, citado por Aronoff5 demues­
tra que cuando un afijo es productivo, su semántica es, en
términos de Aronoff, "coherente"· "where one is dealing with
a clearly productive morphological process a simple statement
of the process in question (... ) seems to be as much as can or
should be expected"
Si se analizan con atención los numerosísimos adjetivos en
-able que aparecen en el DRAE es fácil percatarse de que en casi
todos ellos el sufijo denota que al referente semántico del sus­
tantivo al que tales adjetivos modifican puede o debe aplicársele
lo significado por el verbo primitivo6: alabable ('que puede o debe
alabarse'), comparable ('que puede o debe compararse'). Esta
coherencia semántica permite, por tanto, predecir el significado
de cualquier adjetivo así formado y explica, por otra parte, la
enorme productividad del sufijo. Se garantiza así, en cierta
medida, la posibilidad que tiene cualquier verbo transitivo
en -ar de formar adjetivos en -able y, según parece, no se limita
esta posibilidad a los verbos transitivos, pues no faltan en el

s Cf. José G. M oreno de Alba, "Sobre formación de palabras en español"


Anuario de Letras XV (1977), pp. 69-94.
4 Karen H. Kvavik, "Spanish noun suffixes: A Synchronic perspective on
methodological problems, characteristic patterns, and usage data'', Linguistics
156 (1975), p. 24.
5 Mark Aronoff, Word formation in Generative Grammar, Cambridge, Ma­
ssachusetts and London, 1976, p. 39.
6 Llama la atención el hecho de que un sufijo tan importante por su
productividad no haya sido considerado en estudios de carácter descriptivo
sobre derivación nominal en español, como el de Kvavik (cf nota 4).
BAM,3 MORFOLOGlA DERIVATIVA Y DICCIONARIO 13

DRAE adjetivos en -able que proceden de verbos intransitivos:


gustable ('perteneciente o relativo al gusto'), flotable ('capaz de
flotar')7
Por otra parte, son también muy pocos los adjetivos en -able
en los que el significado del sufijo sufre un cambio notable.
Tal vez esto suceda con los adjetivos amable, entrañable, razo­
nable, probable, confortable8•
Más abundantes, aunque en relación con el total de derivados
en -able resultan insignificantes, son los adjetivos que, en espa­
ñol, no proceden de un verbo, y que en general tienen su origen
en voces latinas: afable, formidable, favorable, responsable,
amigable, manuable, sociable, miserable, viable, deleznable,
incurable, papable9• y otras de poco uso: eluctable, gacetable,
redutable, ecuable, hondable, perjudiciable, redituable, friable,
jenable, venable10
2. No todo lo anotado sobre el sufijo -able se puede aplicar
al sufijo -ible. Sumados los verbos en-er e ir dan un total apro­
ximado de 1400 "posibles" adjetivos en -ible. El DRAE docu­
menta poco más de 300, que vienen a ser un 20% de los primiti­
vos verbales. Sin embargo la morfología de los derivados en
-ible difiere considerablemente de la que corresponde a las for­
maciones en -able, pues mientras en éstos se observa un alto
grado de regularidad, en aquéllos la irregularidad es abundan­
te, aunque evidentemente puede explicarse mediante reglas no

7 En tal caso los adjetivos carecen de significación pasiva aunque, como se


ve, no pierden su coherencia semántica en relación con los que proceden
de verbos transitiv«;>s. Nótese que el DRAE relaciona al adjetivo gustable con
el sustantivo gusto, etimológicamente con el latín gustabilis; no veo empero
razón que impida relacionarlo con el verbo gustar, como flotable procede
de flotar.
8 Aunque en algunos contextos pueden conservar su valor de "digno de ser
amado, entrañado, razonado, poblado y confortado"
9 Que procede de Papa, no de papar. Parece que, por cierta analogía, se
forman neologismos como presidenciable, rectorable.
10 Obviamente, no tomo en cuenta para esta enumeración de adjetivos sin pri­
mitivo verbal los muy abundantes casos de adjetivos con los prefijos pri­
vativos i-, in-, des-, como irrespirable, infumable, improbable, desagradable,
pues necesariamente deben explicarse como formaciones a partir de adjetivo
(irrespirable-respirable) y no del primitivo verbal. Aparte deben considerarse
los pocos casos en que no existe sino el adjetivo con prefijo: incesable (no
t>xiste•cesable).
14 JOSE G. MORENO DE ALBA BAM,3

siempre fáciles de formalizar- admisible, risible, visible, sensi­


ble, factible, reductible, prescriptible, etc. Para estos casos, el
DRAE, igual que para los pocos irregulares en -able, asigna
etimología latina y no origen en voz española (admisible<ad­
missum). Puede aceptarse empero que para cada una de las
voces anotadas existe un verbo que puede relacionarse con ella
sincrónicamente (admitir reir ver, sentir, hacer, reducir pres­
cribir). Sin embargo tal vez la mayoría de las formaciones en
-ibledocumentadas en el DRAE carece de verbo español primi­
tivo, aceptando como tal aquel que mantenga con ellas relacio­
nes conceptuales y semejanza formal y deben explicarse como
procedentes en forma directa de voces latinas: bonancible, noci­
ble, irascible, audible, horrible, posible, comestible, asequible,
flexible, susceptible, perfectible, posible, concupiscible, cog­
noscible, suasible, etc.
Se dijo arriba que la casi totalidad de los verbos transitivos en
-ar aceptan un derivado en -able;por lo contrario son muchos
los verbos en-ere -irque rechazan formaciones en -ible: deber
hacer mecer merecer torcer, esconder repeler tener, querer,
cometer barrer poner, subir pedir decidir, cumplir, parir,
abrir, cubrir partir etc.
Como se ve,tanto desde el punto de vista de la productividad
cuanto de la regularidad, el comportamiento de derivados en
-ible no parece análogoa lo que se observa en las formaciones
en -able.
3. Julio Casares,durante mucho tiempo Secretario de la Real
Academia,al referirse a la duda de incluir o no en el Diccionario
los adverbios en -mente, escribió: "nuestra opinión ante este
problema es favorable a incluir en el Diccionario todos los
adverbios en -mente cuya existencia no ofrezca dudas" o.e.,
p. 321). Sin embargo pocas líneas arriba había dejado estableci­
do que "la libertad que permite la lengua para la formación de
esos adverbios compuestos es tan amplia que no cabe imaginar
de antemano qué posibilidades se han realizado y cuáles no"
(/bid). No parece claro,por tanto,cómo puedan incluirse aque­
llos adverbios en -mente "cuya existencia no ofrezca dudas"
Pues bien, no menos de 2000adverbios en -menteestán inclui­
dos en el DRAE. La existencia de algunos de ellos empero puede
ofrecer dudas: bonicamente ('bonitamente'), métricamente('con
sujeción a las reglas del metro'), bobáticamente ('bobamente'),
gigánticamente ('al modo o manera de los gigantes'), correcha­
mente ('correctamente'), descabildadamente ('descabezadamen-
BAM,3 M0RF0LOGlA DERIVATIVA Y DICO0NARI0 15

te )' ledamente( c' on alegría') , aviltadamente ('con envilecimien­


to'), corajosamente ('con coraje'), convenialmente ('convencio­
nalmente') , y muc hos más . Por otra parte no tienen ca bida
ciertos 'neologismos "de uso frecuente: monetariamente, finan­
cieramente, calculadoramente, supuestamente, etc.
Si se van a incluir en el DRAE los adver bios en -mente
"cuya existencia no ofrezca dudas"y por otra p arte ,no es nece­
saria su documentación en autores de prestigio ( d. Casares , o.e.,
p. 13) ,no queda o rt a form ade elec ción que l a "intuición "del lexicó­
grafo . Sin em bargo estamos frente a un caso evidente de sufijo
productivo sincrónicamente . Véanse algunas est adísticas reve ­
ladoras :en el DRAE tienen ca bida unos 30adjetivos terminado s
en z, que en teoría podrían dar lugar a otros tantos adver bios
en -mente;el propio Diccionariodocumenta sólo 20. Entre éstos
no falt an algunos que si no "inacepta bles" sí resultan poco
usuales en el español actual (rafezmente,. rahezmente y no
aparecen formaciones como perspicazmente, procazmente que
parecen gozar de cierta vigencia.
Este fenómeno resulta p articul armente o bvio si se analizan las
entra das del DRAE relat ivas a adv erbi osen -mente que proceden
de adjetivos con determinad as terminaciones. Me propuse revi­
s ar a manera de ejemplo revelador , la relación que se da entre
todos los adjet ivos terminados en -len el DRAE y los adver bios
corres pondientes . Aun que ciertamente la gran mayoría de los
adver bios documentados son plenamente vigentes , pueden sin
em bargo encontrarse algunos que juzgo muy poco usuales :
bonicalmente, conjugalmente, misteríalmente, encomunalmente1 1 ,
entrañalmente, mazorralmente, talmente hospitalmente
efectualmente. Estos adver bios "raros " resultan de menor im ­
portancia ante el gran n úmero de derivados en -mentede plena
vigencia actual que no ap arecen en el DRAE. socialmente,
excepcionalmente, culturalmente, vitalmente, juvenilmente,
infantilmente, estérilmente, globalmente, sindicalmente, local­
mente, linealmente, espacialmente, inicialmente, circunstan­
cialmente, tangencialmente, torrencialmente, marcialmente,
crucialmente, mundialmente, primordialmente, gremialmen­
te, cokmialmente, imperialmente, señorialmente, editorialmente,
territorialmente, inquísitoríalmente, coloquialmente, munda­
nalmente, marginalmente, virginalmente, internacionalmente,
adicionalmente, funcionalmente, institucionalmente, regio-

11 En este caso partkular no existe siquiera el adjetivo encomunal.


16 JOSt G. MORENO DE ALBA BAM, 3

nalmente, profesionalmente, cerebralmente, bilateralmente,


colateralmente, laboralmente, espectralmente, inauguralmen­
te, estructuralmente, colosalmente, tl"ansversalmente, digital­
mente, trascendentalmente, gubernamentalmente, tempera­
mentalmente, monumentalmente, residualmente, visualmente,
contractualmente, ritualmente, conceptualmente, sexualmen­
te, medievalmente, estérilmente, táctilmente, dúctilmente. Algo
semejante puede observarse con otros tipos de adjetivos; he dado
sólo un ejemplo concreto: derivados adverbiales en -mente pro­
cedentes de adjetivos terminados en -l que no aparecen en el
DRAE.
Por una parte, entonces, a pesar de ser muy abundantes los
derivados de esta naturaleza que toma en cuenta el Diccionario,
son muchos los no considerados, y por otra, se observa en todos
ellos gran coherencia semántica. Casares explica (o.e., p. 321
que resulta necesaria la inclusión de los adverbios en -mente en
el Diccionario debido a que varios de ellos "no siempre se
contentan con el significado que tomaron del adjetivo" Me
parece, por mi parte, que todos los adverbios en -mente pueden
considerarse primordialmente como adverbios de modo, aun­
que en algunos pocos se sumen a esa primera significación
básica otras de carácter secundario. Creo que cualquiera de estas
voces puede ser respuesta de la pregunta "¿Cómo?" que tradi­
cionalmente se usa para detectar adverbios y complementos
circunstanciales de modo. Casares transcribe, como ejemplos
en que el significado primitivo ha sido superado por otros,
los siguientes: últimamente ('espacio de tiempo próximo al
presente'), decididamente (en que el participio pasivo de decidir
es el que determina el significado). Proporcionalmente, sin
embargo, son muy pocos los adverbios en -mente cuya significa­
ción difiera sustancialmente de la que tiene el adjetivo primi­
tivo.
4. Un sufijo nominal español altamente productivo es -ador
No parece muy aventurado suponer que casi cualquier verbo
de la Ira. conjugación que pueda tener como sujeto un ser vivo
puede generar un derivado en -ador. En el DRAE aparecen no
menos de 1700 vocablos así formados. Puede pensarse que es un
buen número de voces; sin embargo ¿cuál fue el criterio para omi­
tir algunos derivados que son tan o más usados que mu­
chos de los ahí incluidos? En otras palabras, ¿por qué no se
incluye, por ejemplo, la voz estornudador ('que estornuda con
frecuencia'), si aparece la palabra escupidor ('que escupe con
BAM,3 M0RF0LOG)A DERIVATIVA Y DICO0NARJO 17

frecuencia ') ? Si tropezador (voz documen tada en el DRAE)


signi fica 'el que tropieza con frecuencia ' ¿qué impide que
exis tan voces tan aparen temen te raras como esculcador ( q ' ue
esculca con frecuencia ')?
Algo semejan te puede decirse de los derivados en -edore -ido1
en relación con verbos de la 2a . y 3a . conjugación . Se enlis ta n
en el Diccionario aproximadamen te 150 formaciones en -edor
( 18% de los 800 verbos en -er) y o tras tan tas en -idor ( 25%
de los verbos en -ir) . Se incluyen varias voces prác ticamen te
desusad as como traedor ( q ' ue trae ' ), fallecedor ('fallecedero '
q
' ue puede fal tar o fallecer )' , leedor ( q ' ue lee )' , oledor ('que
exhala olor o lo perci be'), reidor ( 'que r íe con frecuencia )' ,
sentidor ( q ' ue sien te o tiene facul tad de sen ti r )' , e tc ,. y no
aparecen derivados menos "raros " sincrónicamen te : enarde­
cedor, embellecedor rejuvenecedor, robustecedor, removedor
( l' íquido para remover )' , confundidor, vestidor ( l' ugar para
pro barse ropa nueva ), '. e tc .
Kvavi k, en e l es tudio ci tado en la no ta 4, y de con formid ad
con los da tos que maneja, escribe: " The verb -thema tic al ter­
nans , -ador,-edor and-idor, are 'agen tial 'and al ihave rela ted
ver bs, excep t for espect -ador (espect-áculo). Ye t the base o f es­
pect -adoris clea rly ver bal in feeling, o' ne who wa tches,obse rves,
s pecta tor ' Besides an a' gen tial ' meaning, com -edor 'ea te r, di­
nning room ' and corr-edor r' unner, corridor ' have a loca ti ve
sense " (p . 56) .Aunque cier tamen te pueden menciona rse va rios
derivados, además de comedor y corredor que, apar te del sig­
ni fi cado 'a gen te ', tienen o tro (probador a' posen to en que los
clien tes se p rueban los trajes o ves tidos ' calcador i' ns trumen to
p ara calca r' amplificador'apa ra to que aumen ta la in tensid ad
de un fenómeno físico ' marcador 'apara to en que se m arcan los
tan o t s en cier tos jue gos ' tocadormueble con espejo pa ra el aseo
de una persona ' atomizador p ' ulverizador de l íquidos ', e tc éte­
ra),no cabe dud ade que, por una par te,casi todos los derivados
en -ador -edor,-idor,proceden de verbos (con suje to agen te) 1 2y ,
por o tra, en casi todos los derivados puede verse el signi ficado
'agen te ' aunque a él puedan sum arse, en cier tos casos, o tros
valores semán ticos . Sin embargo, a di ferencia de lo que sucede
con los su fijos -able, -ible, -mente,que no su fren la compe tencia
de o tros su fijos que tengan exac tamen te la misma signi ficación,

12 Por ello no pueden tener derivados de esta naturaleza verbos como grani­
zar, llover, etc.
18 JOSt. G . MORENO D E ALBA BAM , 3

los s ufijos -ador, -edor -idor comparten s u valor semántico


con s ufijos como -or (q ue tal vez p ueda interpretarse como un
simple alomor fo) y sobre todo -ante, -iente, s ufijos a los q ue
Kvavi kasigna el mismo valor: "The meaning is agential ,' who ,
which is per forming the verb -stem" (o.e., p . 66).
El as unto , a mi ver , es más compli cado , p ues ni todos los
derivados en -dor como se explicó ,signi fican a' gente' ni todos
los agentes se expresan por dicho s ufi jo. Hay a' gente s' q ue
p ueden expresarse tanto por el s ufijo -dorcomo por -nte, mien­
tras q ue alg unos no c uentan sino con uno de dichos s ufijos .
En el DRAE aparecen ,por ejemplo , silbante-silbador, atacante­
atacador replicante-replicador practicante-practicador, sofo­
cante-sofocador refrescante-refrescador, ayudante-ayudador, ma­
leante-maleador, peleante-peleador, paseante-paseador y m uchí­
simas parejas 15• Sin embargo , el n úmero de adjetivos en -ador
d uplica fácilmente al total de los derivados en -ante,lo q ue sig ­
ni fi ca q ue por lo menos la mitad de los vocablos en -ador no
tiene eq uivalente en -ante,y digo "por lo menos"porq ue varias
formaciones en -ante no tienen vo z eq uivalente en -ador: con­
ferenciante, anhelante, traficante, trepidante, jadeante, calman­
te, faltante, laxante, etc .
5. Con lo hasta aq uí exp uesto , no pretendo en forma al gu­
na poner en entredicho la validez del Diccionario de la Aca­
demia q ue ,a un con los de fectos por todos reconocidos ,seg uirá
siendo el más a utorizado lexicón de n uestra leng ua . No s ugiero
tampoco la adopción de un modelo de diccionario como el pro­
p uesto por alg unos ling üistas q ue trabajan en gramática gene­
rativo -trans formacional , q ue excl uye del mismo gran parte de
las voces derivadas c uya explicación q ueda incl uida en la gra­
máti ca 14, p ues obviamente los fines q ue persig ue la Academia
( eminentemente didácticos y normat ivos),tanto en s u Gramática
c uanto en s u Diccionario,son m uy di ferentes de lo sq ue preten­
de al canzar un modelo de descripción como el de la gramática

15 Evidentemente no en todos estos pares se da absoluta identidad de signi•


ficación, pues son frecuentes los casos en que una de fas voces tiene, además
del valor 'agente' otras acepciones que faltan en el otro vocablo: practicador,
por ejemplo, significa solamente 'que practica' ; practicante, por lo contrario,
además de ese valor, tiene otros cuatro.
u Véase, por ejemplo, lo que al respecto señala Aronoff en el libro citado
en la nota 5.
BAM. � MORFOLOGlA DERIVATIVA Y DICQONARIO 19

ge ner at iva, de carácter téc nico y co n u n alto gr ado de form a­


liz ac ió n. Sim p leme nte me perm it o h acer las s igu ie ntes obser ­
vac io nes:
a) Co nvie ne repl ante ar nue vame nte l a d iscus ió n rel at iva a
los ad verb ios e n -mente. ¿Debe n o no ap arecer e n el DRAE ?
Sise l leg ar a al adec is ió nde que debe nsupr im irse , apl ic ando e n
p arte e l criter io seg uido p ar al a no inc lus ió nde aume nt at ivos y
d iminut ivos 15 h abr ía neces id ad de just if icar lo amp liame nt e
n --1 sólo e n l a Gramática s ino e n e l " Preámbu lo " o e n l as
"Ad verte nc ias " del Diccionario. Si se m ant ie ne el actu al cri­
teáode inclu ir los ,p arece neces ar io complet ar l al ist ade ad ver ­
b ios e n -mente, pues no correspo nde a l a re al id ad d, e l p a·
rágr afo 3 de este estud io) ; p ar ae llo puede resu lt ar de pro vecho
u nam inuc ios are vis ió nde los adjet ivos inclu idos e ne l DRAE 16.
b) P arece ple name nte just if ic ado el inclu ir e nel léx ico tod as
l as otr as form ac io nes der ivad as , pues , au nlos suf ijos má spro­
duct ivos y de comport amiento alt ame nt ere gular , como -able, no
result ar íansuf icie nteme nte exp licados s isó lo se prese nt ar a, e n la
Gramática, l a reg la de form ac ió n, y a que a pes ar del perm a­
ne nte proceso de cre ac ió n de nue vas voces , es e vide nte que
muchos verbos tr ans it ivos e n -ar no h an form ado aún (y pue ­
de n nu nc a form ar lo) su der ivado e n -able. Co n m ayor r azó n
debe d ar cue nt a e l Diccionario de los demás der ivados de que
me ocu pé e n p arágr afos anter iores: adjet ivos e n -ible, muchos
de ellos de form ac ió n irregul ar o procede ntes de voces l at inas ;

•� Ciertamente resulta inobjetable la observación del Esbozo de una nueva


Gramática de lengua española (Madrid, 1969, § 2. 1 .2. c), de que "las palabras
que forman (los sufijos diminutivos) no representan casos diversos de las pala­
bras de que se derivan (. .) circunstancia que los acerca a los morfemas
flexivos" Ello recomienda excluirlos del léxico. En la VI advertencia del DRAE
se nos dice que sólo se incluyen los irregulares y los que "tengan acepción
especial que merezca ser notada'' Sin embargo esto no se ha llevado plenamente
a la práctica, pues no faltan diminutivos o aumentativos regulares cuya inclu­
sión no parece justificarse: pollito, trapito, pajarito, ricote, librote, etc.
16 En otras palabras, lo que juzgo inadecuado es la indefinición del actual
criterio, pues, por una parte, se decide enlistar una gran cantidad de
formaciones en -mente y, por otra, en las "Advertencias" (VI, p. XXIV) se afirma
que "tampoco se incluyen todos los adverbios en -mente (. .) por ser de
formación fácil y a menudo ocasional. Pero su ausencia en el Diccionario
no significa por sí sola que no existan en el uso o que sean incorrectos"
En todo caso debería explicarse amplia y satisfactoriamente a que
obedece la inclusión de más de 2000 adverbios en -mente y la exclusión de los
demás.
20 JOSt. G. MORENO DE ALBA BAM, !I

formaciones en -ador, -edor, -idor, que alternan con derivados


en -ante, -iente, lo cual imposibilita la formulación de reglas
precisas. Sin embargo es innegable que se trata, por lo menos
en los casos tratados aquí, de sufijos excepcionalmente produc­
tivos; y parece recomendable por ello una revisión exhaustiva
que permita incluir los abundantes neologismos no considera­
dos hasta ahora y explicar, en las "Advertencias" que anteceden
al Diccionario, el carácter abierto de estos procesos de forma­
ción para justificar así la inevitable omisión de muchos vocablos.
INVESTIGACIONES LINGÜÍSTICAS EN LA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE Mf.XICO
SOBRE LA HISTORIA DEL TRABAJO EN LA NUEVA
ESPA�A
POR SILVIO ZAVALA

Permítaseme recordar, ¡x>r vía de introducóón breve, que el Fon­


do de Cultura Económica de México publicó entre los años de
1939 y 1946 ocho volúmenes de Fuentes para la historia del
trabajo en Nueva España, recopiladas por Silvio Zavala y María
Castelo, que se extienden desde el año de 1575 hasta el de
1805. Se trata de mandamientos expedidos ¡x>r los virreyes sobre
cuestiones laborales, que se asentaban regularmente en el ramo
General de Parte de la Secretaría de su administración. Esa
serie es ahora difícil de encontrar completa y a precio razonable
en las librerías de viejo. Pero si la traigo a colación es ¡x>r dos
razones: la primera, porque en la introducción del volumen ini­
cial se explica que esas fuentes debían documentar una proyec­
tada historia del servicio personal, pero se estimaba más con­
veniente poner al alcance del público los propios documentos,
aunque no por eso se prescindiera de redactar la obra; ella
continúa aún en el telar después de tantos años. La segunda
razón es la que motiva propiamente esta nota, porque he tenido
la grata sorpresa de que en la Universidad Nacional Autónoma
de México se han realizado últimamente y dado a conocer dos
investigaciones lingüísticas que toman como base esas Fuentes.
En primer término, la profesora Claudia Parodi ha
publicado un cuidadoso artículo bajo el título de: "Algunos
aspectos léxicos relativos al repartimiento fottoso o cuatéquitl
del Centro de México (1575- 1599)", en la revista de Estudios de
Historia Navohispana, VI (Universidad Nacional Autónoma
de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1978), pp. 47-
64, tomando como apoyo los primeros cuatro volúmenes de las
dichas Fuentes, que son los relativos al siglo XVI. Analiza siete
campos léxicos relativos al repartimiento forzoso o cuatéquitl, a
saber: 1 El trabajo. 2. El trabajador. 3. La dobla y la sencilla.
(21 ]
22 SILVIO ZAVALA BAM, 3

4. Las autoridades. 5. La rotación en el trabajo. 6. La remune•


ración · económica. 7 Los empresarios. Advierte que el mayor
número de formas léxicas proceden del castellano. Los pocos
nahuatlismos que registra (8.83%) aparecen en concurrencia
con palabras del español. Entre las voces castellanas, algunas
pueden estimarse privativas del repartimiento forzoso de la Nue­
va España -aunque coinciden, al menos parcialmente, con el
de la mita peruana- y otras son generales del español. Sin
tomar en consideración los sintagmas variables ni los ejemplos
de polisemia, encuentra que del total de formas castellanas, el
32.25% abarca términos propios del cuatéquitl, el 51.62% corres­
ponde a voces que en el contexto del repartimiento mantienen el
significado del español general y el 16. 13% engloban formas que
adquieren connotación especial en dichos textos (p. 48).
Justamente observa, en el primer capítulo dedicado al tra•
bajo, que por un lado se introducen al español colonial voces
procedentes del nahua, y por otro, ocurre la adaptación semán­
tica de palabras españolas para referirse a realidades nuevas.
Entre los términos provenientes del nahua figuran tequio y cua­
téquitl. Entre las formas castellanas referidas al repartimieto
forzoso encuentra: repartimiento, repartimiento general, repar­
timiento por vía de tanda, servicio personal, obras públicas
y obras del cuatéquitl.
En lo que ve al trabajador, el nahuatlismo macegual alterna
con buen número de sintagmas castellanos e híbridos hispa·
no-nahuas, como gente del cuatéq uitl, indios repartidos para las
obras del cuatéquitl, naturales repartidos, indios asalariados,
indios de servicio, indios peones, indios repartidos por el re­
partimiento general, indios del repartimiento, indios que se
reparten, gente que está repartida, gente para el repartimiento,
etcétera.
En el análisis de la dobla y la sencilla retiene formas en franca
oposición en 1599, tras veinticinco años de ofrecer un buen
número de variantes poco fijas en su forma de expresión y de
contenido. Por ello estima que éste es uno de los campos estu•
diados más interesantes, ya que muestra cómo nacen, en un
breve lapso, unidades léxicas de significado preciso. Se trata
del número de indígenas que trabajan en el ciclo agrícola,
según las épocas de mayor y de menor trabajo en las labranzas,
correspondiendo el de dobla al período de la escarda y cosecha
de los cultivos.
BAM, 3 INVESTIGACIONES UNG UlSTICAS 23

En lo tocante a las autoridades, distingue voces de amplio


significado que se refieren a cualquier funcionario, ya sea es­
pañol, ya sea indígena; formas léxicas relativas a las autoridades
españolas del repartimiento; y las que atañen a los indígenas.
En el español novohispano encuentra que "justicias de su mages­
tad españoles" se opone a "indios gobernadores e indios natura­
les y maceguales electos y nombrados en cargos de república"
Para 1580, juez repartidor aparece con mayor frecuencia, pero
en 1587 vuelve a entrar en alternancia con alcalde mayor. Otras
veces se menciona al corregidor Esporádicamente encuentra
juez de sementeras. También juez veedor de los ingenios y
trapiches. En ocasiones se habla del gobernador y alcalde de la
cabecera o solamente de los alcaldes, pero los dos mandamien­
tos citados en la p. 58 se refieren a las autoridades indígenas
y no a las españolas (núms. 80 y 82). Entre dichas autoridades
indígenas figuran: tequitato, alcalde indio y mandón. El tér­
mino de alguacil puede referirse a españoles y a indios. En
resumen, quien determina a los que deben acudir al reparti­
miento es el tequitato, el alcalde indio o el mandón. Lleva
a los indígenas al repartimiento el mandón, el merino o el
alguacil. Y recoge a los indígenas de los pueblos el alguacil o
el tepisque. Es perceptible que estas funciones no son tan distin­
tas entre sí que no admitan en algunos casos la comunicación
entre ellas.
En la rotación del trabajo halla las variantes: rueda, tanda
y turno. Cabe señalar que en el caso peruano entra como equi­
valente mita y en el mexicano tequio, pues si bien fray Alonso
de Molina en su Vocabulario 1571 dice que el tequio es ejer­
cicio de trabajo o el mismo trabajo, era usual decir que al
trabajador le tocaba su tequio en determinado momento, o sea,
le llegaba su turno de servicio forzoso, y que iba al tequio. Asi­
mismo se dice que al indio le toca ir o va al cuatequil.
Sobre la remuneración económica, la autora retiene la forma
de paga; salario designa la gratificación que recibían los repre­
sentantes de la corona, a pesar de que asalariado se emplea
para aludir al indio del repartimiento (por ej. en la p. 5 1 se
dice que Francisco Martínez. "tiene ciertos indios asalariados
que trabajan por su jornal en una cantera" año de 1575, 1,
49); jornal señala la remuneración que se daba a los trabaja­
dores del repartimiento; y jornal doblado al que ganaban los
indígenas especializados (por ej., "no los pueda repartir, ni
ocuparlos las personas a quien se dieren, sino en sus mismos
24 SILVIO ZAVALA BAM, !l

oficios y con jornal doblado", año de 1599, Fuentes, IV, 351 ).


(Obsérvese el uso frecuente en los documentos de esta época, de
"quien" junto al plural de personas). Puedo agregar a lo ante­
rior, que en la segunda mitad del siglo XVI encuentro docu­
mentos en los que la voz jornalero se emplea para designar al
trabajador voluntario, a diferencia del que acude al tequio o
servicio forzoso, el cual gana la mitad. Espero publicar pronto
estos datos.
En cuanto a los empresarios, observa la maestra Parodi que
labrador y minero se refieren siempre al poseedor de labran•
zas y minas, aunque a veces alternan con sintagmas del tipo:
personas que beneficiaren sementeras.
En resumen, las formas empleadas se pueden reunir en los
siguientes apartados:
l. Voces de origen español que adquieren un significado pecu­
liar en el interior del repartimiento forzoso, como gente dé
dobla, gente que está repartida, etc. 11. Voces castellanas que
manteniendo su significado general ofrecen un matiz peculiar
en el rontexto del cuatéquitl: indio de servicio, indio peón, jor­
nalero, etc. 111. Palabras de origen castellano que mantienen su
significado general: alcalde, corregidor, labrador, minero, etc.
IV Nahuatlismos propios del repartimiento forzoso en varia­
ción con formas castellanas: cuatéquitl, tequio, repartimiento,
etcétera V Nahuatlismos referidos a realidades no privativas del
cuatéquitl en concurrencia con formas castellanas: tezozonque,
cantero. VI. Sintagmas híbridos que aluden a realidades del
cuatéquitl en alternancia con formas castellanas: obras del cua­
téquitl, indios repartidos para ellas, gente del cuatéquitl. VII.
Sintagmas híbridos en variación con sintagmas castellanos:
macegual nombrado en cargo de república, indio natural en
cargo de república.
No había pasado mucho tiempo desde la aparición de este
valioso estudio cuando una discípula de la maestra Parodi,
Patricia Quijas Corzo, presentó su tesis profesional para ob­
tener el título de Licenciado en Lengua y Literatura Hispá­
nicas, acerca de "El léxico minero incluido en las Fuentes
para la Historia del Trabajo en la Nueva España" México,
DF., Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de
Filosofía y Letras, 1979, 302 p. Impresa en el Taller de Li­
tografía Universo, SA. Se trata de una obra de tema más res­
tringido que la anterior, pero desarrollado con mayor exten­
sión. El· método aplicado es similar e igualmente cuidadoso.
BAM, !I INVESTIGACJONES UNGUlSTICAS 25

Cronológicamente no se limita al siglo XVI sino que sigue


la cronología de las Fuentes desde 1575 hasta el año de 1 784.
En la Introducción indica la autora de la tesis que se propone
relacionar el cambio lingüístico con el hecho histórico porque
la lengua, manifestación esencialmente cultural, no puede ais­
larse del contexto histórico que, muchas veces, determina su uso
y su cambio. También tratará de determinar qué porcentaje del
vocabulario registrado en los textos relativos a la minería es
exclusivo de ella, y cuáles términos se usan también en otras
actividades como la agricultura y la ganadería. Encuentra un
total de 379 documentos relativos a la minería entre los inclui­
dos en las Fuentes. El virrey Marqués de Cerralbo, el 3 1 de
diciembre de 1632, ordenó la supresión de todos los reparti­
mientos, excepto los de minas. Éstos se conservan durante los
siglos XVII y XVIII, aunque se ponía en discusión la validez
de su existencia. Los indios naborios o voluntarios acudían
mientras duraba la riqueza de las minas, pero durante las obras
muertas los jornales eran bajos y no les atraían. Observa la auto­
ra que, a partir de 1641, son muy pocos los mandamientos que tratan
del repartimiento fcn.oso de minas. Ello resulta comprensible, s1 se
toma en cuenta que el alquiler voluntario era una institución
de trabajo nueva que planteaba problemas diversos y requería
leyes que la regularan. Dicha tarea relegó a un segundo plano
los asuntos relacionados con el repartimiento forzoso, los cua­
les, las autoridades locales habían aprendido a solucionar y
cuyas leyes habían sido claramente determinadas (p. 1 1 ). La Colo­
nia es un época en la que la lengua española se encontraba
en evolución, y resulta frecuente encontrar, en los docu­
mentos de la época, la alternancia de un gran número de va­
riantes para designar una misma realidad, y casos de pala­
bras de origen español que sufren constantemente desplaza­
mientos semánticos, los cuales, no sólo se debieron a la nueva
realidad americana, sino también a la influencia de una socie-
dad en formación (p. 12).
Divide el estudio en los diez apartados siguientes: l. Las
autoridades. 11. El repartimiento forzoso como institución. 111.
La rotación en el trabajo. IV La remuneración económica. V
El trabajador. VI.El dueño de minas. VII. Habitantes de minas
en general. VIII. Jurisdicción minera. IX. El lugar de trabajo.
X. El trabajo en las minas.
En cada apartado describe el vocabulario relativo a diferentes
temas relacionados con la minería. Y registra y representa grá-
26 SILV IO ZAVALA BAM, 3

ficamente las frecuencias. Calcula, además, el esparcimiento


o "variación" de los valores de la muestra, es decir, la mayor
o menor separación correspondiente a cada vc:ll"iante de un con­
cepto. Al analizar en las Fuentes el léxico minero en Nueva
España, a lo largo de doscientos años, se puede observar que la
lengua española, en este campo, se encontraba en constante
movilidad. Era una época propicia al cambio lingüístico por
la conjunción de las culturas española e indígena, que dio
como resultado la creación de un mundo que participó de
elementos de ambas culturas, pero además presentó posibili­
dades nuevas (vgr la institución del repartimiento forzoso).
Tanto la lengua española como la náhuatl resultan insufi­
cientes para nombrar ese universo naciente. El español, al ser
la lengua de los conquistadores, se impone, pero para seguir
funcionando, debe experimentar cambios relevantes (p. 19).
Este planteamiento permite ver que la autora se mantiene fiel
al doble propósito que enunció de examinar lenguaje e histo­
ria en conexión íntima. Es uno de los principios generales
que dan valor a su trabajo, al lado de los análisis de casos con­
cretos.
En el estudio de los cambios lingüísticos observa que las
palabras del español general adquieren un significado total o
parcialmente distinto del original. Pero los desplazamientos
semáticos no sólo afectan a voces del español, pues los voca­
blos indígenas admitidos por los colonos también los experi­
mentan. Pone el ejemplo valioso de la palabra antillana nabo­
rio que se aplicaba en el siglo XVI a los esclavos que no se
podían vender ni traspasar; en tiempos posteriores se usó esta
forma para nombrar a los indios que se alquilaban voluntaria­
mente en las minas (agreguemos que también en las fincas
rústicas, en el servicio de los obrajes y en el doméstico), frente
a los indios repartidos, a quienes se les obligaba a servir en
las minas. El término conservó parte de su significación: antes
no se podía vender al trabajador después no se le pudo obligar
a alquilarse. La palabra se mantuvo durante la época en que
cambiaron las condiciones sociales del indio, pero también
cambió su referente (p. 20). La autora anota 51 procesos de
cambio (drástico, gradual, fallido y de convivencia). Y ofrece
los ejemplos del paso de alguacil a recogedor, de indios a
gente, de alguacil a alguacil indio, de hacienda a ingenio (de
minas) . El caso de los cambios fallidos se explica porque la
aparición de una innovación no implica necesariamente un
BAM, !J INVESTIGAOONES UNGÜlSTICAS 27

cambio. El mayor por centaje de los cambios que llegan a efe c­


tuarse corresponde a los cambios graduales .
De las 141 formas de origen español , 69 conservan el signifi­
cada original , 43 adquieren una connota ción espe cial , 5 cam­
bian totalmente de si gnifi cado. En 15 sintagmas un elemento
cambia y el otro conserva el signifi cado original , 7 vo ces son
mexi canismos y 2 crea ciones sistemáti cas (p. 23) . En térmi­
nos generales , la mitad de las formas de origen español usadas
en el contexto de la minería novohispana coin ciden con el
signifi cado registrado en el Di ccionario de Autori dades .
Un ejemplo interesante de cambio es el que afe cta a la voz
de origen nahua cuatequil, que sigue designando durante la
Colonia una institu ción de trabajo , pero las cara cterísti cas de
esta nueva institu
· ción son diferentes de las de la antigua. El
signifi cado , de origen prehispáni co , es tá más cer cano en la
épo ca colonial al del repartimiento forwso, de origen colo­
nial ,que la palabra del español general repartimiento. El repar­
timiento forzoso o coatéquitl era una institu ción inexisten te
en la España peninsular ,por eso ,la lengua española no conta ­
ba con un v ocabulario para designar todo lo con cerniente a ella.
La voz coatéquitl, de origen nahua , signifi ca o ' bra p úbli ca
o de comunidad' seg ún Malina , y designaba a una institu­
ción prehispáni ca que compelía a los ma ceguales a prestar sus
servi cios en alguna obra de interés p úbli co por períodos deter­
minados. Las autoridades novohispanas adaptaron este siste­
ma de las ne cesidades de la Colonia y lo llamaron , entre otras
formas , repartimiento forzoso. Por medio de él se obligaba a
cada pueblo a propor cionar determinado por centaje de tribu­
tarios para servir a los españoles en sus diferentes empresas .
Los indios se entregaban a un juez repartidor quien se en carga­
ba de distribuirlos entre los españoles (pp. 25, 31, 43). El valor de
esta expli ca ción con creta reside en la neta distin ción entre el
mundo novohispano con su repartimiento forzoso , el mundo
prehispáni co con su coatéquitl y el mundo español con su
repartimiento. La organiza ción prehispáni ca es , en ciertos ca­
sos , más próxima a la realidad novohispana que la española
peninsular pero la institu ción colonial es un ter cer término
históri co y ling üísti co , como se ve claramente en este caso .
En los préstamos de las lenguas indígenas que toma el es­
pa ñ.ol , registra tres clases : a) semánti co , b) léxi co y c) del signo
ling üísti co completo . También documenta la a cogida o re chazo
que r ecibe el préstamo , Ofre ce el ejemplo de tequitlato que
28 SILVIO ZAVALA BAM, 3

se acepta en el español como la forma fija para designar al


funcionario encargado de nombrar a los indios que debían
acudir al repartimiento forzoso. El término conserva la forma
y el significado que tenía en el náhuatl (pp. 27, 40, 53-56).
Las voces repartimiento, servicio y sus compuestos toman el
significado de los vocablos tequio, coatéquitl y mita para desig­
nar a la institución de trabajo que proporcionó mano de obra a las
minas durante la Colonia (p. 29). A veces el español toma las
voces indígenas y les da un significado distinto al original
como en el caso de tapisques, término de origen nahua que
significa 'guardián', y que en el contexto de la minería se usa
para designar a los indios encargados de desaguar las minas
(discutiremos esto, pues se aplica en general a los indios repar­
tidos). Vuelve a citar el nahuadismo coatequil en su acep­
ción de 'lugar donde se efectúa el repartimiento forzoso' (pp. 40,
1 1 3, 1 14), y la voz naborio ya explicada (p. 30). Como prés­
tamo del signo lingüístico completo ofrece el caso de las voces
tequip 'obra de trabajo' tequitlato 'empleado encargado de dis­
tribuir el trabajo', tequio 'faena, tributo', y las ya citadas qua­
tequio 'obra de trabajo' tequitlato 'empleado encargado de dis­
bajo' (p. 30). De 7 indigenismos registrados, sólo 2 se consolidan
como formas fijas: tequitlato y nabor{o,
Durante el período estudiado, los indigenismos sufren una serie
de transformaciones que revelan el esfuerzo de los españoles
por imitar su pronunciación. La mayoría de estas formas se
adaptan a los hábitos de pronunciación tradicional de los pres­
tatarios: la voz coatéquitl da como resultado coatequitl, quate­
qui o cuatequil; tepixqui se convierte en tapisque; tequiotl
da tequio,· y naboría se transforma en laborio, ,naborio, navo­
r{es (p. 33 ).
Observa una tendencia general a reducir el número de las
variantes que designan un mismo concepto a partir de la segun­
da mitad del siglo XVII (p. 37).
El juez repartidor llevaba medio real de plata por cada indio
de los que repartía y pagaba un real al alguacil por cada grupo
de ocho indios entregados. Si el alguacil dejaba de 11evar un
trabajador, se le obligaba a servir en su lugar (pp. 44-45. Fuen­
tes, 111, 199; IV 192, 44 1; v, 61). En la p. 60, nota 20, se recogen
otros datos sobre los llamados "derechos de saca", pero se inte­
rrumpen por defecto de copia en el ejemplar que consulto.
Deben pues verse en las Fuentes a partir del tomo IV docs.
CXLIX y CXCVII (año de 1600).
BAM, 3 IN VESTIGACIONES UNGUISTICAS 29

Al tratar del repartimiento forzoso como institución, la auto­


ra indica que las formas: repartimiento general, repartimiento
ordinario, servicio de indios, servicio ordinario, repartimiento
común, tequio, quatequil y mita, aparecen esporádicamente
o durante perícxlos muy cortos, mientras que las formas: repar­
timiento de indios, repartimiento, servicio personal, reparti­
miento de minas y servicio de minas, se mantienen constantes
y presentan una frecuencia más elevada (p. 98). La forma repar­
timiento de indios se mantiene durante todo el perícxlo estudia­
do (44 casos entre 1575 y 1784) y la de repartimiento presenta
mayor frecuencia (97 casos entre 1575 y 1724). Entre los 44 casos
citados, hay dos ejemplos de repartimiento de indios de servicio,
tres de repartimiento de indios operarios y dos de repartimiento
de indios de quatequil o mita (p. 99).
En casos comprendidos entre 1575 y 1784 y en particular para
la minería entre 1661 y 1784 (p. 101), retiene la autora un
ejemplo de tequio en 166 1, tres ejemplos de quatequil de 1714
a 1784, y un solo ejemplo de mita en 1784. Las voces de tequio,
cuatéquitl y mita se usan únicamente en cinco ocasiones (2.3%
de los casos), aunque su significado esté presente en todas las
variantes del español (p. 103). Estas voces indígenas también
sufren un cambio semántico, ya que las instituciones de los
tiempos prehispánicos que designaban no eran totalmente
equivalentes a las instituciones coloniales de trabajo. (Por
ejemplo, el servicio prestado por los maceguales anteriormente
era para obras de beneficio público, nunca privado, y no era
retribuido económicamente, comenta la autora, p. 105, nota
56). Hay ocasiones en que la voz tequio se refiere a una tarea
o cantidad determinada de metal que los trabajadores debían
entregar a los dueños de las minas al final de la jornada de
trabajo, por ejemplo en 1575: "los indios que han trabajado
y trabajan en la labor de las minas en sacar metales, han intro­
ducido un orden y uso de trabajar por tequios, que ellos llaman
cada tequio de cierto número de tenates de metal pequeños"
(Fuentes, l. 28). La autora registra trece ejemplos de ese uso entre
1575 y 1784 (p. 1 18).
En cuanto a la rotación en el trabajo, anota que los indios
debían prestar sus servicios en el repartimiento forzoso de minas
por tres o cuatro semanas cada año durante tres años (p. 120).
Los indios de turno llegaban a servir el lunes por la tarde, pero
entraban a trabajar el martes por la mañana. Trabajaban hasta
el sábado, descansaban el domingo y volvían al trabajo el lunes,
30 SILVIO ZAVALA 8AM, 3

día en que, por la tarde, se les pagaba. Ese mismo día llegaba
la nueva tanda que comenzaba a servir desde el martes siguiente
(misma p. 120, nota 60). Observa la autora que en 1590 se quejan
los mineros de que por darles algunos indios de servicio de dife­
rentes pueblos de donde se les solían dar su trabajo era inútil
por no entender el beneficio de la hacienda de minas, y pedían
que (los mismos indios) fuesen derecho a la dicha hacienda
(Fuentes, III, 106). Como ella comenta, es cierto que los mineros
preferían personal ya diestro en la labor del beneficio; pero
nótese que esos indios repartidos estaban destinados al ingenio
de minas.
Para referirse a los períodos de servicio se utilizaban, desde
1575, los términos rueda y turno; el primero se conserva hasta
1603 y figura en diez ejemplos mientras que el segundo sólo
aparece por segunda vez en 1 599. Entre 1600 y 1 784, el lexema
tanda sustituye a rueda y a turno (p. 121 ).
Conviene aquí recordar que la autora, p. 53, cita un ejemplo
de 1 575 (Fuentes, I, 29), para que haya un juez indio principal
en las minas de Tasco, el cual se elija por el alcalde mayor
comunicado con los diputados, y dicho juez ha de tener cargo
y cuidado de tener una lista y matrícula de todos los indios
que hubiera para trabajar ... y a lo menos las dos tercias partes
de los indios que hubiere... sean por él apremiados a que se
repartan a los mineros. La autora menciona el caso en relación
con las funciones del tequitlato, pero debe tenerse presente
que también tiene significación para el estudio de la obligación
al trabajo.
En lo tocante a la remuneración económica, p. 124 y ss.,
encuentra el lexema paga desde 1575 hasta 1 7 1 5 en 52 ocasiones.
La palabra jornal aparece en 43 ejemplos, desde 1575 hasta
1 784. Sólo en documentos del siglo XVIII registra los términos
rayador y pagador para designar a la persona encargada de
pagar los jornales. La voz rayador es un mexicanismo (que
proviene de la práctica de anotar con una raya en la cuenta
cada día que se paga al operario). En la p. 1 24, nota 64, la autora
observa que el monto de los salarios pagados a los indios que
trabajan en las minas entre los años de 1 575 y 1588 fue usual­
mente de medio real al día o cuatro reales por una semana, que
constaba de ocho días laborales. La moneda india, el cacao,
alternaba con el real español, y la comida se consideraba parte
de la retribución. Entre 1590 y 1609, bajo el gobierno del (segun­
do virrey Velasco, la semana de trabajo constó de seis días y el
BAM, 3 INVESTIGACIONES UNGUlSTJCAS 31

salario subió a seis reales de plata . A raíz de la Real Cédula


de 1609, el virre y Velasco ordenó que se in crementara el salario
a razón de un real ymedio por día. También ordenó que se diera
a los indios medio real por cada seis leguas de camino que
recorrieran de ida y de vuelta . Mandó que , en vez de pagarse
el trabajo cada fin de semana , se pagara parte después de tres
días de trabajo. Alrededor de 1 725, hubo discusiones entre el
vir re y quien pedía que se pagaran dos reales diarios , y los
mi neros , que de fendían los nueve reales semanarios. La autora
da las re ferencias a las Fuentesen que apo ya este extracto ,salvo
en el último caso que por el año se localiza en el tomo Vlll
p . 265. Téngase presente asimismo que se trata de retr ibuciones
para los t rabajadores del servicio forzoso , ya que los volunta rios
obtenían pagas distintas y más altas .
En el apartado sobre el trabajador , la autora observa que la
ma yoría de los trabajadores ocupados en la explotación minera ,
durante el período que estudia , eran indios repartidos . No
obstante ello , registra algunas re ferencias a esclavos ymencio­
nes sobre indios que voluntariamente se alquilaban . El dueño
de la mina era auxiliado por empleados que ge neralmente eran
españoles (p. 1 29).
Puede considerarse correcta esta expli cación con la salveda d
de que la proporción entre el n úmero de los indios repartidos
y el de los voluntarios varió mucho seg ún los lugares de las
minas y los años . Tampoco todos los operarios eran indios ,
pues además de la presencia de esclavos negros que señala ,ha y
mestizos , mulatos y otras castas .
Sobre la manera de llamar a los indios que acudían al reparti ­
miento encuentra 20 variantes , entre ellas : indios de servicio ,
indios ord inarios , ind ios que se reparten. También gente e in ­
dios peones que se reparten , así como indios que se dan yrepar­
ten , gente de servicio y repartimiento , la gente o indios de
servicio personal. También operarios. Ycomo sintagmas híbri ­
dos: indios de tequios, en 1 7 1 4,e indios de q uatequilo mitaen
dos ejemplos de 1 784 (p . 133) . En uno de estos últimos se dice
que no se exceda en el repartimiento del 4%con forme a la prácti­
ca seguida en Nueva España (p . 1 34) . (Fuentes, VIII, 305) . El
término operarios predomina en el siglo XVIII (p. 1 35) . ( Ejem­
plo : "no puede ir en aumento esta obra por falta de operarios
que se padece en ella " año de 1709, Fuentes, VIII, 1 85) . Percibe
un rechazo al uso de voces indígenas en este apartado (pp .
1 36-137) . La voz reservados es re ferida a los indios eximidos del
32 SILVIO ZAVALA BAM. �

repartimiento forzoso, también aparece la voz relevados en tres


casos entre 1 702 y 1750 (p. 144). La autora comenta que durante
los primeros años en que se implantó el repartimiento, se desti­
naba el 4% de los tributarios de cada pueblo para el repartimien­
to de minas. A partir de 1590, se resta de este 4% la quinta parte
de los indios para eximir de este servicio a los principales,
mandones, viejos e impedidos. También la elección de los
indios para ocupar cargos públicos los eximía del servicio per­
sonal durante el período que duraban sus funciones. A veces
se extendía esta dispensa a todo un pueblo durante cierto tiem­
po, debido a epidemias que hubiesen disminuído el número de
tributarios u otras causas de semejante importancia (v.g. la
construcción o reparación de la iglesia del pueblo) (pp. 1 44-145,
nota 75). En dos ocasiones, en el año de 1603, encuentra el sin­
tagma indios acrecentados, cuando los del repartimiento ordi­
nario no eran suficientes para satisfacer las demandas del traba­
jo (p. 1 47).
La autora encuentra 15 referencias a los esclavos desde 1575
hasta 1 7 1 7 y en tres ejemplos registra esclavos negros (p. 149).
A partir de la p. 149 vuelve al estudio del término naboría, de
origen antillano como sabemos, y que se refería a trabajadores
sujetos a servidumbre pero que no se podían (legalmente) ven­
der ni traspasar También hemos visto que a partir de 1 575
se usa este término para designar a los indios que se alquilan
voluntariamente para trabajar en las minas, en oposición con
los que eran obligados a través de repartimiento. La autora anota
oportunamente que el naborio equivale al gañán en el trabajo
agrícola (p. 150, nota 79). Registra 30 ejemplos de la forma
indios laborios entre 1 575 y 1 745, y 6 casos de naborios entre
1603 y 1661 (misma p. 150). Halla seis variantes: laborio ( 1 2
casos), naborios ( 10), navorios (2), naboría (2), lavoria ( l ) y na­
vories (2). Existe el uso de un término fijo: indios laborios.
Creo que acertadamente la autora comenta (p. 152, nota 82), que
además de la alternancia fonética entre dos alveolares l y n,
puede pensarse en un cruce semántico de la voz antillana nabo­
ría con labrar 'trabajar' ya que los naborías eran trabajadores.
Puedo añadir que habiéndome llamado la atención este cam­
bio, lo consulté hace años con Amado Alonso y le pareció expli­
cable que la l hubiera sustituido a la n. Dada la importancia
del caso, es de esperar que se extienda pronto el examen a la
gañanía en la Nueva España, donde la contribución lingüística
puede ayudar mucho a comprender la evolución histórica y vi-
BAM, !l INVESTIGACIONES UNGUlSTICAS 33

ceversa. También se hallan aplicaciones del término a la indus­


tria de los obrajes y al servicio doméstico, como ya hemos
indicado.
Para distinguir a los indios que tenían algún oficio, en oposi­
ción a los no especializados, se usaba el término oficiales, que
la autora encuentra documentado en 14 ocasiones, entre los
años de 1575 y 1603 (p. 155). En cinco ocasiones, de 1599 a 1708,
halla el término tapisques aplicado a los indios expertos en el
desagüe de las minas, a pesar de estar prohibido ese trabajo para
ellos por la Corona a partir de 160 1 (pp. 157, 160, 297). Ahora
bien, como he dicho antes, el término tapisque no es privativo
de la minería ni del desagüe de minas, como puede verse en estos
dos ejemplos: año de 1606, acudan a Francisco de Castro Santi­
sidro, secretario de la visita general de este reino, con una canoa
de zacate cada día y dos cargas de leña cada semana y un indio
tapisque de repartimiento cada semana para su comodidad
y servicio de su casa, Fuentes, VI, 101 Año de 1607, que de los
repartimientos de San Juan y Santiago se den dos indios tapix­
ques cada semana para que esté en policía (se trata de la casa
de la moneda de la ciudad de México, para el servicio y limpieza
de ella), Fuentes, VI, 145. De dos casos que la autora cita, el uno
del año de 1602, Fuentes, V, doc. XIX, pp. 16- 18, sí se refiere
a indios empleados en el desagüe de minas, de esta manera: que
de los pueblos aquí contenidos se den por tiempo de seis meses
35 indios para el desagüe de las minas de Pachuca y nombra
el virrey por veedor a Gas par de Santiago. Ocurrió que Rodrigo
de Castañeda, minero y diputado de las minas de Pachuca, hizo
relación al virrey que ciertas minas que están en el real de
Tlaulilpa, en el cerro de la Magdalena, no se pueden labrar ni
beneficiar por la mucha agua que tienen; los dueños se habían
concertado con dos personas expertas en desagües con el artifi­
cio de bombas barrenadas, los cuales se obligaban de tenérselas
en estado de poderse labrar dentro de seis meses, dándoseles
el servicio de indios necesario; los dueños pidieron 44 indios
ordinarios de los pueblos comarcanos para el efecto; el virrey
permite que por tiempo de seis meses se den para el desagüe
de las minas de Pachuca 35 indios cada semana de los pueblos
que señala, "demás del servicio que están obligados a dar del
repartimiento a razón de cuatro por ciento", con los cuales les
hagan acudir los gobernadores de dichos pueblos, alcaldes y
principales de ellos, y da comisión a Gaspar de Santiago, juez
repartidor de las dichas minas, para que con vara de justicia les
34 SILVIO ZAVALA BAM,3

p ueda compe ler a e llo por todo rigor ,a q uien e lvirrey nombra
por veedor de ldi cho de sag üe y para q ue tenga par ti cular cuida ­
do de q ue lo sminero sen tre sí repar tan lo sdi cho sindio sy "den
a lo sde sag uadore so tro s tan to s navoriospara e ldi cho de sag üe ,
no con sin tiendo ni dando lugar q ue a lo s tapisques se o cupen
en cavar ni en sa car me ta le s a cue sta s ni q ue en tren ni sa lgan
en la s mina s sino q ue só lo trabajen en la obra de lo s ingenio s
y de sag üe sde e lla s, porq ue só lo para e sto se dan y no para o tra
ning una co sa ..." Se tra ta , por lo tan to ,de un caso de emergen­
cia para e l de sag üe de mina s; sobre e l 4% a co stumbrado se
a umen tan 35indio spor sei sme se sa lo sp ueb lo sq ue se me ncio ­
nan en e l mandamien to ; y se prevé q ue e ste a umen to de lo s
indio sq ue se repar ten en tre lo s minero s le spermi tirá d ar a lo s
de sag uadore s o tro s tan to s navorios,e sde cir ,indio sa lq ui lado s,
p ara e l de sag üe ; lo s tapisquesq ue se rep ar ten no deben en tr ar
en la smina s sino trabajar en lo singenio sy de sag üe s,o sea ,en la
superfi cie en la s bomba s barrenada s q ue van a emp lear se. El
seg undo mandamien to ci tado por la a utora e sde 1629,en Fuen­
tes, VI, do c. CDXXXVI, pp. 446-447 y di spone q ue e l j uez
repar tidor de la smina sde Tla lp ujag ua cum pla e lman damien­
to vi rreina la cer cade q ue envíe per sona lde sa ti sfa cción a q uien se
en treg uen lo s indio s q ue se dan de repar timien to de l p ueb lo
de Atla com ulco para la s di cha s mina s, ha ciendo pagar a lo s
indio s a razón de rea l y medio por d ía , no de teniéndo le s má s
ti empo q ue le s to ca ,deprivando [sic]de lrepar timien to a lo sq ue
ex cedieren. En e l cuerpo de ldo cumen to se di ce q ue e lgoberna ­
dor de lp ueb lo de Atla com ulco ,por síy lo sdemá sna tura le sde l
di cho p ueb lo ,ha he cho re la ción a lvirrey q ue toda s la s semana s
" se dan a lo s minero s de Tla lp uxag ua can tidad de tapisques
para la labor de sus mina s.. ." Se q ueja de la paga y pide se
sa ti sfaga a lo sindio sen p la ta por d ía a rea ly medio , sin de tener ­
lo s má s tiempo de lq ue e stá permi ti do. Elvirrey ordena q ue en
efe cto se pag ue a lo sindio s su trabajo a razón de a rea ly med io
por d ía ,ha ciendo q ue no se de tengan má sde la semana q ue le s
to care su tanda . Eseviden te q ue en e ste ca so lo s tapisques se dan
a lo s minero s de Tla lp uxag ua "para la labor de sus mina s"
pero no hay men ción de l de sag üe. En lo s o tro s tre s ca so s q ue
tiene en cuen ta la a utora , q ue so n lo s de lo s año s de 1599,
1 702y 1708, con sultando la s Fuentes se ha lla q ue en e l tomo IV
p . 315, hay en 1599 un nombramien to de veedor de lo s indio s
q ue se d- an p ara e lde sag üe de la smina sde Pa ch uca en Fran ci sco
de San ti ago ; se exp li ca q ue habiendo mand ado dar cier to s in -
BAM, 3 INVESTIGAOONES UNGülSTICAS 35

dios de los pueblos de Izmiquilpa y Octunba para el desagüe


de las minas e ingenio que tiene en las de Pachuca Sebastián
Hemández, vecino y minero de ellas, Pedro de Ledesma, alcalde
mayor de las dichas minas, apercibió al susodicho con penas
que para eJlo le puso, "no ocupase en ello los dichos indios,
por cuya causa, de su pedimento y de consentimiento de él y de
los demás interesados nombré (el virrey) a su costa por veedor
a Gaspar Navarro para que no permitiese ni diese lugar que
los indios tapixques que se dan de los dichos pueblos se ocupa­
sen ni trabajen sino sólo en la obra del dicho ingenio y tomos,
en cuyo lugar conviene nombrar otra persona... "· atento a lo
cual, el virrey nombra a Francisco de Santiago para que acuda
a lo sobredicho con la rectitud que se requiere. Este veedor no
consienta que los ocupen ( a los indios tapixques) en cavar ni en
sacar metales a cuestas ni que entren ni salgan en las dichas
minas sino que sólo en la obra del dicho ingenio y desagüe
de ellas por los tornos que para eJlo hay a la boca fuera de las
tales minas, porque sólo para esto se dan y no para otra ninguna
cosa, amparándolos y defendiéndolos de cualquier agravio que
se les haga, etc. Este texto es todavía más preciso y claro que
el anterior y confirma que el tapisque no debe entrar en la mina
ni laborar en el desagüe dentro de eJla. El caso del año de 1 702
es el del volumen VIII de las Fuentes, núm. LXX VIII, pp.
170- 1 7 1 para que los alcaldes mayores que se indican hagan
acudir a las haciendas de don Francisco de Vibanco con los
indios que por despachos de este superior gobierno le están
asignados. Resulta que el capitán de cabaJlos corazas, don Gre­
gorio de Salinas Barona, en nombre del capitán don Francisco
Antonio de Vibanco, caballero de la orden de Santiago, minero
y dueño de haciendas del beneficio de sacar plata en el real
de Zaqualpa, representó que su parte se haJlaba con cinco
haciendas (es decir, ingenios) y tres minas en corriente fuera
de otra que estaba desaguando, y que aunque para el beneficio
de dichas minas y haciendas le estaban repartidos diferentes
indios por mandamientos del superior gobierno, habían queda­
do sin efecto porque los indios repartidos no habían querido
acudir a dicho repartimiento; que se habían adjudicado a Jo­
seph Díaz Leal, otro minero de dicho real, seis indios tequipa­
nos que por merced del superior gobierno se le habían dado
a las haciendas de su parte, y que para que no viniesen a total
pérdida las dichas haciendas y minas, se le despachase a su parte
mandamiento para que los alcaldes mayores le acudiesen con
36 SILVIO ZAVALA BAM, 3

los indios que por el superior gobierno estaban repartidos a sus


haciendas. El virrey manda a los alcaldes mayores que mencio­
na que hagan acudir a las haciendas del beneficio de sacar plata
de don Francisco Antonio de Vibanco, con los indios que por
despachos de su superior gobierno le están repartidos para el
corriente de ellas, apremiándolos a que lo ejecuten así y que por
este medio consiga el corriente de dichas minas. Es de pensar
como lo indica la autora, que los indios tequipanos que se men­
cionan equivalen a los tapisques; y son repartidos para que
las haciendas y minas consigan el corriente. Pero no hay adjudi­
cación expresa para el desagüe, aunque el minero favorecido
había representado que tenía tres minas en corriente, fuera de
otra que estaba desaguando. El ejemplo del año 1708 correspon­
de al mismo vol. VIII de las Fuentes, doc. núm. LXXXII, pp.
175-176, para que la justicia de Temascaltepeque notifique a los
naturales que refiere este despacho, ocurran dentro de doce días
a deducir lo que les convenga sobre la pretensión de la minería,
como se refiere. En nombre de los diputados de la minería del
real de Temascaltepeque, se expuso que la justicia de aquel
partido procedió a hacer notificaciones a los naturales de los
pueblos "para que acudiesen con los tequipano" y por no ha­
berse observado puntualmente se pidió a la justicia que hiciese
notificar a los indios exhibiesen los padrones y última tasación
para que por ellos se regulasen los indios que debía dar cada
pueblo, y se ejecutó y se hizo la regulación. Se pide al virrey
que la apruebe y mande que el juez repar(ti)dor, arreglándose
a ella, compela a los naturales a que cumplan con la obligación
de dicho repartimiento sin ocuparlos dicho juez en otro minis­
terio más que en la minería, que por escasez de gente se halla
atrasada. El virrey manda a lajusticia de Temascaltepeque noti­
fique a los naturales que dentro de doce días ocurran a decir
y alegar lo que a su derecho les· convenga. En este caso hay
mención de tequipanos pero no de desagüe. O tro mandamiento
importante relativo al desagüe de minas es del año de 1725
y se encuentra en las Fuentes, VIII, núm. CXXI, pp.256-260.
Por él da el virrey comisión a don Bartolomé de Ezija y Mallavia
para que proceda a la solicitud de gente operaria para la labor,
beneficio y desagüe de las minas de real del Monte, de la manera
que se le previene. Los interesados habían representado al alcal­
de mayor de Pachuca que todo ha mirado hasta aquí a los
desagües, su continuación y permanencia, pero como quiera
que para ella es necesario la gente operaria y se ha experimenta-
BAM, 3 INVESTIGAOONES UNGÜlSTICAS 37

do en lo pasado qu eno han s ido su fic ient es los r em ed ios pu es ­


tos , ha s id o forzoso d iscurr ir otros , y así s e con vino qu e no
había d ehaber r ecog edor es part icular es d e cada m ina ,s ino qu e
los qu es ehub ies en d enombrar por el adm in istrdor d ela Jo ya ,
a cu yo cargo había d ecorr er ,juntas en toda la g ent epara d istr i­
bu irla en cada una d ed ichas m inas ,no al arb itr io d elos r ecog e­
dor es n i d e los op erar ios n i d e los du eños , s ino a d ispos ic ión
d ed icho adm in istrador ;qu edó sólo el embarazo en la d ificultad
d epr ec isar los s irv ient es al trabajo , qu emuchos lo hu yen en el
todo yotros lo ap et ec en por t emporadas sólo en la m ina o m inas
qu ed escubr en r iqu eza por el espac io qu el es dura. Esta d ificul­
tad pro vien e d e qu e, por m irars e l ibr es , s e juzgan incapac es
d eapr em io ycompuls ión al trabajo , ypor esto s ilos r ecog edor es
pr et end en pr ec isarlos , s e r es ist en con d esahogos , val iéndos e
d elas armas qu econt inuam ent ecargan , con lo cual n ec esar ia­
m ent e s e int im idan los r ecog edor es , los d ejan gozar su total
l ibertad , a las m inas s in g ent e y cas i ganan el salar io d ebald e,
aunqu eno es culpa d e ellos , porqu es i empr end en alg ún r igor
en el apr em io , t em en s er corr eg idos , como ha acont ec ido en
var ias ocas ion es . A todo esto s e d eb e ocurr ir con el r em ed io ,
así con el d es engaño d ela obl igac ión qu et ien en d es erv ir como
con la proh ib ic ión d e armas ... As im ismo esp eran s e d ign e d e
t en er a b ien el apr em io d etodos los o perar ios , porqu eaunqu e
éstos s ean d e cond ic ión l ibr es , s e pu ed en suj etar al trabajo s in
vuln erarl es la l ibertad , porqu en id ejarían d es er cab ezas d esus
fam il ias , ing enuos sus h ijos y todos du eños d e lo qu eganan ,
y así el obl igarlos a trabajar no podrá d ec irs equ epro vien ed e
escla vitud s ino d eotros mot ivos qu elos fundan obl igados. Los
ind ios , n egros y mulatos d eb en pagar tr ibuto a su maj estad ,
y hallándos e r el evados porqu e trabaj en en las m inas , d eb en
cumpl ir con esta obl igac ión , yr es ist iéndolo , es forzoso el apr e­
m io , en qu eno s el es agra via ,pu es no s ecausa a qu ien s epr ec is a
a qu e pagu e lo qu e d eb e, en cu ya con form idad t ienetamb ién
exp ed ido d espacho el exc el entís imo s eñor virr eysobr e est epun ­
to . A los oc iosos y vagabundos , para cont en erl es su oc ios idad
y vic ios , los comp el en al trabajo las l eyes r eal es , qu etamb ién
s e ins ertaron en d icho sup er ior d espacho: los espa ñol es qu e
tamb ién s e han a vec indado t iempo ha en d icho r eal y otros
nac idos en él, d edu cidos s iemp re al tra bajo en las m inas , no es
tampoco opu esto a la l ibertad el apr em io , porqu eaunqu eésta
s ea una facultad d e hac er cada uno lo qu e qu is ier e, s e l im ita
cuando ha y fu erza qu elo r es ista o d er echo qu elo proh iba , yasí ,
38 SILVIO ZAVALA BAM, 3

en lo antiguo, no se podían defender con el goce de la libertad,


los metalarios, los colonos, los adscripticios y otros muchos que
por precisos al alivio y favor público era forzoso obligarlos,
conque por la misma razón no fuera agravio en éstos, y más
habiendo sido ministerio a que han estado siempre dedicados.
Asimismo como no suele ser suficiente para todas las faenas
la gente avecinada en esta jurisdicción, es forzoso ocurrir a las de
diez leguas en contorno o a la saca del cuatro por ciento permi­
tido en las leyes, pero si se hace por cartas o requisitorios a las
justicias, aunque ofrecen el cumplimiento, ningunas o pocas
veces se ve la ejecución, en cuya consideración se declaró, en
conformidad de la ley tener jurisdicción para este punto la jus­
ticia de ésta en todas las sobredichas; pero aunque tome el traba­
jo de ocurrir por la gente necesaria, ésta y sus gobernadores
reciben el dinero que piden, trabajan un día, se ausentan luego,
se llevan el dinero, quedan sus dueños sin él, y las minas sin
operarios, a que se debe ocurrir con el remedio del encierro
el tiempo que debieren estar, como también lo tiene prevenido
el virrey Piden que el alcalde mayor informe al virrey para que
providencie en todo como tienen pedido y puedan echar los
desagües en el día señalado, y las desagüen (las minas) y trabajen
Nicolás de Aguilera y el alférez don Andrés de Y ta o se pregonen
de cuenta de su majestad para que el que quisiera pueda libre­
mente desaguarlas y trabajarlas. Por decreto de 3 de enero
proveyó el virrey que se hiciese como lo pedían, cometiendo su
ejecución al alcalde mayor de Pachuca, con cuyo motivo se le
hizo instancia pidiendo que expidiese comisión a don Bartolo­
mé de Sija y Mallabia para que procediese a la solicitud de gente
operaria y aplicación de ella a las minas conforme a las cuadri­
llas, matrículas y asignaciones hechas, a lo que el virrey condes­
ciende y da la comisión dicha para que el susodicho proceda a la
solicitud y aplicación de gente operaria para la labor, beneficio
y desagüe de las minas del Real del Monte, como por los dueños
e interesados se pide, y practique todas las diligencias que sean
convenientes a fin de que no falten los operarios necesarios
y las justicias de su maj estad le darán todo el favor y ayuda que
les pidiere. Es claro que como resultado de este mandamiento
se va a ejercer la compulsión para obtener la gente destinada
a la labor, beneficio y desagüe de las minas dichas, y que como
parte probablemente principal de ella, van a figurar los indios,
pero en este documento no se les llama tapisques, ni se dice la
forma concreta que tomará su trabaj o en el desagüe, tal vez
semejante a la de los casos anteriormente citados.
BAM, 3 INVESTIGAQONES UNGÜ1STICAS 39

Dejamos aquí esta materia de la relación entre los tapisques


y el desagüe de minas, que nos ha parecido necesitar las aclara­
ciones anteriores, y encontramos que la autora menciona como
otros oficios de indios en las minas, los de carpinteros (9 casos),
los de albañiles (4 casos) y los de fundidores (un caso en el año
de 1 607) (p. 1 60).
Como oficios de los españoles en las minas (p. 1 61 y ss.),
incluye los administradores (8 casos), el ensayador (4 casos), los
guardaminas (4 casos), el velador (2 ejemplos en 1 784), los cria­
dos (9 casos), mayordomos (8 casos) (pp. 1 63- 1 64).
Para designar al dueño de minas, recoge los términos de
mineros, vecinos mineros, dueños de minas. Y también el caso
de los arrendatarios. A veces los dueños de las haciendas o inge­
nios no poseían minas en el real, y se les designa como: perso­
nas que tienen haciendas de minas, dueños de haciendas (p.
1 75).
Los habitantes de las minas figuran en condición de vecinos,
común, república (p. 1 77).
Las voces que aluden a una j urisdicción minera son: minas,
real, real y minas, real de minas, real y mercado (p. 1 8 1 ). Los
lugares de trabajo se designan como: veta, molino, horno, hor­
no de fundición, calera, hacienda o ingenio de fundición, ha­
cienda o ingenio de moler metales, hacienda o ingenio de agua,
hacienda o ingenio de caballo (pp. 190-200).
Las voces que aluden al trabajo desempeñado en las minas
son: labor de minas, beneficio de minas, labor y beneficio de
minas (p. 203). Las que aluden al trabajo de minas e ingenios:
beneficio de minas y metales, beneficio de minas y haciendas
(p. 212). También se dice: beneficio de sacar plata, beneficio
de la plata (p. 21 4). Y beneficio por azogue (p. 216), beneficio
ordinario, beneficio corriente, beneficio corto, poco beneficio,
grueso beneficio (p. 21 9). Es notorio asimismo el uso de: avío
de minas, avío de haciendas, avío y beneficio de minas, avío
y beneficio de haciendas (p. 222). La hacienda que tiene todo lo
necesario se dice que es hacienda moliente y corriente, hacienda
fundada y aviada (p. 224). Las que no están acondicionadas:
haciendas desaviadas, haciendas paradas y desaviadas (p. 225 ).
Los ejercicios de la explotación minera y su preparación se
designan como: desagüe de minas, saca de metales, obras de
socabón, moliendas de metales, fundición (pp. 228-229). En
cuanto a los resultados: ley de los metales, metales de subida
ley minas de mucha ley (p. 23 1 ).
40 SILVJO ZAVALA BAM, l

En la p. 239 se ofrece un valioso resumen de la clasificación


de los términos analizados según su origen etimológico y su uso
en el contexto de la minería novohispana. Se da el número de
formas y el porcentaje de las categorías siguientes: A. Formas de
origen español que adquieren un significado peculiar (son 44).
B. Formas de origen español que no adquieren un significado
especial (68). C. Formas de origen español que cambian total­
mente su significado (5). D. Sintagmas del español en los que
un componente cambia su significado original y el otro lo con­
serva (15). E. Mexicanismos (7). F Creaciones sistemáticas del
español (5 ). G. Voces indígenas usadas en alternancia con voces
del español (6). H. Voces indígenas que no alternan con formas
del español (2). Total, 152 formas. Desde la p. 242 aparece la
relación de las clases de términos documentados: son 61 lexemas
y 91 sintagmas. También viene la relación de las formas fijas
que son 64 (p. 249). En la p. 254, figura la relación del léxico
privativo de la minería documentado en las Fuentes, con 62
casos. Por lo ya dicho estimo que el núm. 59, tapisque, no debe
quedar en esta lista privativa. Tampoco el núm. 47 naborio.
En el núm. 60 se recoge tequio como 'tarea', que puede ser de
minas mas también de otras labores como la de obraj es. Algo
semejante ocurre con el núm. 58, tanda. No figuran las voces
relativas a las salinas, tan vinculadas con la minería, aunque
también con otros usos. Tampoco se encuentran en la lista
siguiente. El léxico general del trabajo colonial incluye 90
formas (p. 259). Como núm. 1 6 figura coatequil ('lugar'). En el
29, indios de cuatequil o mita. En el 36, indios de tequios. En el
55, mita. En el 66, quatequil. En el 86, tequio. En el 87 tequitla­
to. En la p. 261 y ss., viene la relación del léxico privativo del
repartimiento fonoso, con 64 números. En la p. 263 y ss., la rela­
ción de los conceptos contenidos en este análisis y el número de
formas que los representan; por ej., núm. 3, autoridades encargadas
de repartir los indios de servicio, 4 formas. Núm. 1 8, persona
encargada de pagar los jornales a los indios de servicio, 2 for­
mas. Total de conceptos registrados, 76. Total de formas utili­
zadas, 152. En la p. 27 1 y ss. , va la relación de los términos
documentados y sus frecuencias, por ejemplo, entre las autori­
dades, alguacil, 28 veces, alguacil indio, 1 2 veces, j uez reparti­
dor, 150 veces, tequitlato, 16 veces. Figuran: el quatequil, 3
veces; las mitas, una vez; el coatequil, una vez; el tequio, 1 3
veces; los indios d e cuatequil o mita, 2 veces; los tapisques,
5 veces; los indios laboríos, 30 veces; los naborios, 6. En total,
152 términos como ya se ha indicado.
BAM, � INVESTIGACIONES UNGÜISTICAS 41

De p arti cular uti lidad en cuentro , a partir de la p. 280, e l


Indi ce de términos ana lizados , por orden a lfábeti co ,porq ue en
cada caso trae referen cias a l tomo y n úmero de páginas de las
Fuentes. Por ejemp lo , a lca lde mayor como j uez repartidor ­
t . III, 1 66;t . IV 26, l 07 223;t . VIII, 156. E ln úmero q ue pre cede
a l término , en este caso e l 14, corresponde a l de la Re la ción
de los términos , de la p . 271 y ss . de esta tesis . Queda as í bien
estab le cida la vin cula ción entre e lla y las Fuentesen cada caso.
Alfin de lest udio ,p. 298y ss .,se inserta la bib liograf ía uti li zada.
Ser ía red undante , desp ués de lo exp uesto , en comiar la ca li ­
dad y la importan cia de los trabajos examinados. Digamos úni ­
camente q ue una obra ini cia lde historia a base de do cumentos
d· e época ha sido uti lizada con maestr ía para fines de investiga ­
ción ling üísti ca ,y ésta a s uvez ha rendido un servi cio m uy apre ­
ciab le a l cono cimiento históri co de las instit uciones de ltrabajo
en la N ueva España . De esta manera , la fi lo log ía y la historia
so cia l se compenetran en un aná lisis interdis cip linario , no
re comendado tan só lo sino p uesto en prá cti ca ejemp larmente.
Deseab le es q ue estos est udios ling üísti cos prosi gan y q ue
cubran otros campos , como la agri cult ura , los transportes , la
ind ustria , los servi cios urbanos co lonia les . As í lograr ían todo
s u desarro llo los exámenes de términos como gañán , naborio
o laborio , los re la cionados con los trabajos en los obrajes , et c.
De otra parte ,se abre e l camino ,apena sesbozado en los est udios
comentados , de la posib le compara ción de la termino log ía de l
trabajo en N ueva España con la de l Per ú, para lo cua lya hay
bases aprove chab les .
Doctrinas e ideas
ALGUNAS CARTAS DE JOAQUÍN GARCÍA
ICAZBALCETA
POR IGNACIO BERNAL

Ha ce ya basta nte tiempo que ve ngo dedi ca ndo los ratos libres
-que so n po cos - a or ga ni zar la vasta co rrespo nde ncia a ún
existe nte e nt re Joa quí n Gar cía lca zbal ceta y numerosos corres ­
po nsales . Éstos so n de varios paí ses y las cartas , au nque casi
todas e n español , apare ce ntambiéne nfra ncés y e ni nglés . So n
más de ci nco mil , que he dividido te ntativame nte e nvarios gru­
pos , depe ndie ndo éstos de la í ndole de la correspo nde ncia .
Así he formado los lotes siguie ntes :
1 Cartas de nego cios pri ncipalme nte refere ntes a la produ c­
ció n de a zúcar e n Morelos do nde Gar cía lca zbal ceta te nía sus
ha cie ndas y fábri cas para pro cesar el jugo de la caña .
2. Cartas de familia ta nto a sus herma nos como a p arie ntes
e n España .
3. Compras de libros y do cume ntos a través de libreros o de co­
rrespo nsales e ncargados de bus car esos viejos papeles , sobre
todo e n España .
4. Cartas cuyo objeto era re cabar i nforma ció nsobre problemas
históri cos así como reu nir materiales i néditos o cua ndo me nos
copias de ellos .
5. Bibliograf ía, p arti cula rme nte alrededor de su Bibliografía
mexicana del siglo XJ/1.
6. Cartas refere ntes a la b ús queda de ameri ca nismos sobre todo
de mexi ca nismos para su vocabulario .
7 Cartas a y de Académi cos de la le ngua ta nto e n Méxi co como
España y al gunos países de Améri ca Lati na. Por su í ndole éstas
so nlas que pare ce nmás idó neas para ser publi cadas por nuestra
Academia Mexi ca na. Como so n demasiadas par au n volume n
ha sido ne cesario ir es cogie ndo sólo las más i nteresa ntes y que se
refiere nsobre todo a los problemas y la historia de la Academia .
Hay que re cordar que Gar cía lca zb al ceta fue su se cretario y di­
re ctor dura nte varios años hasta su muerte .
[45]
46 IGNACIO BERNAL BAM, 3

P orsupuest oque en va ri os cas os una misma ca rta t rata temas


de d os omás de los rub ros seña lad os a rriba loque ha difi cu ltad o
la clasifi ca ción.
En cont ré también , tant o en e l cue rp o de las ca rtas mismas
o en anex os , estudi os a ve ces de g ran inte rés pa rti cu la rmente
en los cas os de Fran cis code l Pas oy Tron cos oy de J osé Fe rnan ­
d o Ram írez .
Va rias ca rtas ya han sid o pub li cadas en dife rentes ob ras y
tiemp os pe ronun ca una corresponden cia comp leta ,sa lv oen e l
cas ode los colombian os ( Ca roy Cue rv opa rti cu la rmente) o Ni­
colás León pe ro aun en est os cas os fa ltan a lgunas que se han
pe rdid o.
En ot ros fa lt an mu chas , po r lo que a ve ces es d if íci l segui r
e lhi lode la corresp onden cia . Deb oadve rti rque las ca rtas refe ri­
das s on origina les , pe ro las de Ga rcía Icazba lceta s on copias
en es os copiad ores que empezaban a emp lea rse ent on ces d onde
en h ojas muy de lgadas y mediante una te la m ojada y una p rensa
se log raba rep rodu ci rexa ctamente e lmensaje origina l. En ot ros
cas os só lo p ose o b orrad ores que con f re cuen cia ha cía y con ­
se rvaba , fe lizmente. C om o los bo rrad ores está h carregid os p or
él mism o, tenem os la casi ce rteza de que se ajustan en mu ch o
a la ca rta enviada .
Só lofa ltan en gene ra l las fó rmu las de despedida tan f loridas
ent on ces.
En cuant oa los añ os , las ca rtas van de 1849a la mue rte de d on
J oaqu ín en 1 894. C om ofa ltan copiad ores , a lgun os añ os están
b ien rep resentad os y de ot ros casi n ohay nada . Es cla ro,además ,
que a lgunas ca rtas n o las copiaba , p or lo que n oha quedad o
rast ro de e llas .
C on e l objet ode da runa idea de estas ca rtas pub li coaqu íd os
de e llas , es cogidas un p oco a l a za r ent re unas d os cientas que
existen.
BAM, 3 ALGUNAS CARTAS DE J.G. ICAZBALCETA 47

1
Real Academia Española•
Comisión de Academias. Correspondientes
Americanas

Señor don J oaquín García Icazbalceta


México.

Madrid 1 0 de julio 1875.

Muy señor mío amigo y compañero de mi más distinguido


aprecio: Ni por la calidad del don, ni por la grandeza de los senti­
mientos que han inspirado la publicación, ni por los benévolos
sentimientos con que usted me los explica dignándose hacerme
partícipe de ellos, podía haber ninguna otra cosa tan grata para
mí como el rico presente con que ha enriquecido usted la litera­
tura de ambas Españas con el acertado título de México en
1554 . Aunque apartada ya de nosotros tan gloriosa fecha, ha
atinado usted a hacérnosla en cierto modo contemporánea, res­
tituyéndonos los inmortales Diálogos de Francisco Cervantes
de Salazar apropiándolos sin mengua ninguna, y antes con
nuevas galas y superior realce, a la hermosa lengua española,
y anotándolos con sazonada crítica para que sean eterno monu­
mento de padres e hij os y desagravio de nuestra historia. Con
razón, pues, me dice nuestro respetable amigo el señor Bassoco
que al leer la fecha, como que creyó que estaba equivocado; y es
en efecto que ambos países la deberían creer siempre contem­
poránea.
La Academia los ha recibido con señaladas muestras de grati­
tud y benevolencia, y yo he tenido la honra de decirlo así en su
nombre al público al darle cuenta de la deferencia con que usted
la ha honrado y de la deseada creación de esa Academia Mexica­
na, que en su oriente da tales muestras de sí, confirmando prác­
ticamente lo que en aquel libro se expone. Por este correo
recibirá la Academia un ejemplar de la Gaceta del 8 del corriente
en que se inserta el anuncio, y otro usted en particular con que
satisfago la deuda de amistad y singular agradecimiento en que
usted me pone como paisano y compañero.

•Transcripciones de J .L.M.
48 IGNACIO BERNAL BAM,3

Huélgome de confesarla y de correspon der a ello con to da la


cor diali da d de mi amistoso afecto , con el cual en ésta su casa
Calle de Fuencarral n úm. 26-2a. dra. me tiene uste dganoso de
emplearme en su o bsequio y complaci do en reiterarle mi aplau ­
so y a dmiración con aquellos dos títulos y el de su apasiona do
amigo y servi dor
Q.B.S.M.
Fermín de la Puente y Apezec hea

Me tomo la liberta d de recor dar a uste dcomo secretario de la


Aca demia Mexicana ,la conveniencia de que se elija censor de la
misma y que se sirvan uste des comunicarnos la elección que
vería yo con sumo aplauso recayera en el señor Colla do. Este
mismo señor dirá a uste d una s úplica mía como Presi dente
de la Comisión encarga da de una corona literaria al ilustre
p oeta y diplomático el señor don Gabriel García y Tassara , y
a la cual desearía yo que concurrieran singularmente uste des
dos y el señor Bassoco , de tan res petable autori da d en Mé­
xico y en España y el señor don José Sebastián Segura a quien
conocemos también ventajosamente como poeta.

México , septiembre 30 de 1 875.

Don Fermín de la Puente y Apezec hea


Ma dri d.

Muy estima do amigo , paisano y compañero:


Con sumo placer he visto por la apreciable de uste d del I O de
junio ,recibi da hace pocos días ,que llegó felizmente el ejemplar
del México en 1554,así como el destina do a la Aca demia . Tanto
uste dcomo esa res petable corporación han estima do más ,a mi
juicio , los sentimientos que dieron origen a ese libro , que su
mérito literario o su interés histórico ; y lo propio juzgo de mis
publicaciones anteriores. Yo ,a lo menos ,no pue do explicarme
de otro mo do la honra que me dispensó la Aca demia nombrán­
dome su correspon diente en México , años antes de la creación
de la Mexicana ,porque no he da do a luz ning una obra original ,
ni era posible que tuviera tal atrevimiento quien ha pasa do
y pasa su vi da en l os negocios ,sin haber pisa do nunca ,no ya un
BAM. � ALGUNAS CARTAS DE J.G. ICAZBALCETA 49

colegio, pero ni una escuela de primeras letras. Recibí, antes


que la carta de usted, un ejemplar de la Gaceta, y no sé qué
decir a usted por la benévola calificación que ha hecho de mi
trabajo de traductor y anotador tanto públicamente en ese pe­
riódico, como en su estimada carta.
Mi buen amigo y vecino, el señor Bassoco, me entregó a nom­
bre de usted un ejemplar de la traducción de los libros I y VI de
Virgilio. Atrevimiento inexcusable sería en mí querer juzgar
tan difícil trabajo; pero puedo asegurar que he leído con parti­
cular placer esas bellas octavas, y que me ha quedado el senti­
miento de no tener completa, vertida a nuestra lengua por tal
mano, la obra entera del insigne poeta latino. Reciba usted, al
mismo tiempo que mi cordial enhorabuena, la expresión de mi
agradecimiento por su afectuoso recuerdo. No sé si habrá llega­
do a noticia de usted que existe una traducción de todas las
obras de Virgilio, en verso (romance heroico), hecha e impresa
en México en 1787 por un señor Larrañaga (4 vs, 8°), cuya obra
se ha hecho bastante rara. Acerca de su mérito hay diversas
opiniones; yo no la tengo en gran concepto.
Nuestra Academia se ha instalado, según verá usted por la
carta oficial: las elecciones no han ofrecido dificultad alguna,
porque cualquiera de mis compañeros es propio para todos los
cargos. Al nombrar censor al señor Peredo, se tuvo sin duda en
cuenta su notoria capacidad para el caso, y las muchas ocupa­
ciones del seño\- Collado. En lo que no anduvo muy acertada
la Academia fue en dejarme con el cargo de Secretario, que
obtuve provisionalmente en la primera reunión sólo por ser el
menos viejo de los presentes: habría hecho mejor en nombrar
al señor Peredo, a quien di mi voto. No tengo tiempo para nada.
La Academia está animada de las mejores intenciones, pero
tiene débiles principios, por no contar con fondo alguno, ni
aun con local para sus reuniones, biblioteca, etc. Esto último
se ha remediado, gracias a la bondad del señor Arango, que nos
ha cedido para las juntas, la hermosa sala de su biblioteca; y una
pequeña pieza para nuestros libros; pero es precaria la situación
que sólo pende de la voluntad y vida de un particular Estamos
resueltos, sin embargo, a no pedir nada al gobierno, para con­
servar nuestra independencia, cosa en esta épocé\ más importan­
te de lo que puede figurarse. Reina, hasta ahora, la mayor
cordialidad entre los académicos, y nada procuraremos tanto
como mantenerla, evitando, sobre todo, algún nuevo nombra­
miento que pueda venir a perturbarla.
50 IGNACIO BERNAL BAM, !I

Por mi p arte ,y consider ando q ue c uanto debo al aAc ade mi a


Esp añol a hasido don gr at uito ,me esf uerzo en demostr arle , alo
menos , q ue aspiro amostr arme agr adecido yese deseo me h ace
tr ab aj ar sin desc anso. Concl uído el Cerv antes , me he dedic ado
a proseg uir l a Bibliografía mexicana del siglo XVI, p ar ac uyo
tr ab ajo he est ado re uniendo ap untes h ace m uchos años . .Se rá
un catálogo r azon ado de l as impresiones hech as en México
de 1536 a 1 600, de q ue he podido adq uirir notici as . Describiré
de visu un as 1 00 ediciones , y no sé c uánt as más anot aré, q ue
enc uentro mencion ad as , pero q ee no he logr ado ver P ar adis ­
min uir l a aridez consig uiente de un c atálogo ,interc alo biogr a­
fí as de autores , y not as históric as o bibliográfic as . Irá l a obr a
adorn ad a con fotolitogr afí as de l as port ad as o págin as más
not ables. L as ejec ut a mi hijo , h ay y a impres as al gun as , y no
dej an q ue dese ar Mi objeto es vindic ar , con mon umentos au­
ténticos , ese siglo XVI en México , t an cal umni ado , y q ue m u­
chos se compl acen en represent ar como un aépoc ade osc ur an ­
tismo . En el c urso de este tr ab ajo he tenido oc asión de advertir
c uán gr ande h asido el estr ago q ue el tiempo y n uestr ainc uri a
h an hecho en los m ateri ales de n uestr a histori a. Estoy seg uro
de q ue l as ediciones q ue anoto (res ult ado de cerc a de treint a
años de investig aciones) no son más q ue un a peq ueñ ap arte de
l as q ue prod ujeron aq uell as prens as .Alg un as h ay de q ue ning u­
n anotici a h abí a, ni aun de s us autores ,y c uy amención ahor a,
se debe al h all azgo cas ual del libro. Conozco q ue mis m ateri ales
son m uy incompletos ; pe ro si aguardo más p uede f alt arme l a
vid a, y perderse todo lo colect ado . Daré, p ues , lo q ue tengo ,
y veng a desp ués otro q ue me releg ue al olvido.
L amención q ue h ago de este tr ab ajo no es del todo desintere ­
s ad a. Deseo q ue me ay ude usted aél con s us l uces , y comienzo
por d ar a usted un a molesti a. Los señores Vedi a y Gay angos ,
tr ad uctores del Tic knor , en un Apéndice al t. 3°mencion aron
un Cancioneropor un P C as as , impreso en México , por J uan
P ablos , en 1 546. Los referidos señores no d an l a f uente de s u
notici a. L a m ateri a del libro , el l ug ar y fech ade l aimpresión ,
b ast an p ar amerecerle el tít ulo de un ainsigne c uriosid ad biblio ­
gráfic a y liter ari a; pero me he c ans ado en v ano b usc ando otro
r astro de t al libro , y lo q ue se tr at aes de s aber , de dónde tom a­
ron aq uellos señores l anotici ade s uexistenci a. Creo q ue no le
será a usted difícil averig uarlo ,y yo le q ued arí am uy agr adecido
si me s ac ar a de t al d ud a.
BAM. � ALGUNAS CARTAS DE J.G. ICAZBALCETA 51

El señor Collado, a quien acabo de ver, me encarga diga


a usted que no tiene tiempo para escribirle ahora, ni menos para
enviar su contingente a la Corona poética del señor Tassara;
que hará lo posible para enviar algo por el próximo vapor
francés que sale el 15. Por mi parte no me creo autorizado para
manchar la obra de usted con mi pedestre prosa; porque versos
en mi vida los hice.
Es tiempo de poner término a esta larga carta, demasiado
larga, acaso, para la paciencia de usted. En este cabo del mundo,
rr.e tiene usted por su servidor en la Ribera de San Cosme núm.
4· mas como mi casa y de usted se halla casi fuera de la ciudad,
tengo un despacho central en la calle de San José el Real
núm. 13, adonde estribo ésta. En cualquier parte estoy siempre
con el deseo de emplearme en servicio de usted, y me complazco
en repetirme su muy afecto amigo, paisano, compañero y servi­
dor Q.S.M.B.

Joaquín García Icazbalceta

2 Borrador, 1891?

Don Rafael Ángel de la Peña


México.

Envidiable y envidiado Secretario: Usted y Troncoso nos de­


ben un dictamen acerca de la ortografía de la palabra México;
pero es como visto que usted tendrá que hacerle, porque el amigo
Troncoso en paz sea dicho) nunca fue muy asiduo a nuestras
juntas, y metido ahora hasta las cejas en el Museo, nos queda
muy poca o ninguna esperanza de que logre usted el auxilio
de persona tan competente en la materia.
Tengo hoy un ratito desocupado, y me ha de permitir usted
que lo malgaste en echar un cuarto a espadas, con el caritativo
fin de arrimar un poquito de material crudo, para ponérselo a la
mano, por más que ya tenga yo bien sabido, muy a mi costa,
52 IGNACIO BERNAL BAM. 5

cuán proclive es mi señor secretario a abusar de estos desintere­


sados servicios.
Todos pronunciamos Méjico (con jota); pero contendemos
sobre si ha de escribirse con esta letra o con equis. Los partida­
rios de ésta quieren conservarla por respeto a la etimología; los
otros alegan que con jota se escribe la palabra en todas las tierras
donde se habla castellano, y que siendo una excelencia de nues­
tra lengua la casi conformidad de su pronunciación con su orto­
grafía debe procurarse extenderla. Y por otra parte, si la Acade­
mia Española, sin atender a etimologías, desterró la equis de
todas las palabras donde sonaba como jota, lo cual no puede
negarse que fue acertado y ayudó mucho a la claridad, no hay
razón para que México se exima de la regla.
Para que pudiera ser de importancia la única razón que alega
en favor de la equis, sería preciso que la palabra nos viniera
de una lengua escrita y no estamos en ese caso, porque es
palabra náhoa y los náhoas, aztecas o mexicanos (que allá se va
todo), no escribían sino que pintaban. Y por cierto que a mis
noticias (que no son muy anchas) no ha llegado cómo se pinta­
ba esa palabra México de origen todavía dudoso. El nombre que
con más frecuencia daban a la ciudad sus propios habitantes
era el de Tenochtitlán, que escribían pintando un tunal sobre
una piedra (tetl, piedra, nochtli, tuna, titlán, entre, indicación
de lugar): lugar donde está un nopal nacido entre piedras.
Dejando estas erudiciones, que en mis manos corren grave
riesgo, vamos al grano. Si no conocemos la ortografía azteca
de la palabra, sí conocemos su pronunciación que era, según
autoridades competentes (entre ellas Troncoso) la de Meshí...
co, con acento en la penúltima, y una pausa o detención repen­
tina del aliento en ella, que los antiguos gramáticos llaman
saltillo o singulto. Porqué la voz que era llana se ha vuelto
esdrújula en las principales lenguas modernas (español, ale­
mán, italiano e inglés: no en francés, porque ese no tiene proso­
dia) lo ignoro; me sospecho que tuvo la culpa el singulto por
la sofrenada que pega, la cual mucho más ligera ejecutamos
nosotros en los esdrújulos y no en las voces llanas.
Se sabe que los misioneros expresaban por equis el sonido
sh de los aztecas, y es seguro que conservaban la recta pronun­
ciación. Probablemente harían lo mismo los demás españoles
de los primeros tiempos, porque el trato con los indios los acos­
tumbraba a ello, y porque entonces no les era extraño ese
BAM, !I ALGUNAS CARTAS DE J.C. ICAZBALCETA 5!1

sonido,comousted lo ha p robadocon su acostumb rado lujode


e rudición . Voy a ag rega rle un ple beyo apuntito, que me en ­
contré en mis apolillados viejos , y no sé a punto fijo si viene
el caso. En el A rte de lengua zapo tecade fra y Juan de Córdoba ,
imp reso en esta insigne ciudad en el añode 1578 ( y reimp reso
en Morelia el de 1886), hablándose de la di ve rsa p ronunciación
de los vocablos zapo tecas , seg ún los luga res, se lee : " Porque
entre nosotros y en nues tra España es lo mesmo: que los de
Castilla la Vieja dizen hace r y en Toledo haze r; ydicen xuga r
y en Toledo ju ga r. Y dizen ye rro y en Toledo hie rro. Y dizen
alaga r yen Toledo halaga r, y otros m uc hos vocablos que dejo
pore vita r p rolijidad " Si no quie re usted da r caza al pad re
Có rdoba , puede ve rel pasaje en la Bibliografía Mexicana del
siglo XVI, pag . 226. Ahora bien : pues hab ía di fe rencia entre la
p ronun ciación de las voces xugar y juga r me pa rece e vidente
que esa e quis noten ía sonidode jotaporque entonces no hab ría
la tal di fe rencia . Tam pocotenía el de eso gs porque es i mp ro ­
nunciable en p rin cipiode dicción . Tend ría el de eseoel de sh;
mas si fue ra el p ri me ro no hab ría pa ra quéesc ribi rle con equis
teniendotan a la manola ese. C reo, pues , que toda vía en 1578
dec ían en Castilla la Vieja shugar. Note usted que los castella ­
nos viejos, aun que sean jó venes recién llegados p ronuncian
a ún hoy en d ía la ese tan silbada , y al des pedi rse casi d icen
adiosh. Se gún Cue rvo, § 688,en la ortogra fía a ntigua se �gua la ­
ron "bajo x la s o sslatina , la sh á rabe yla ch fran cesa ; luego
en la ortogra fía a ntigua la equis re pres entaba a veces al shin
a rábi go. "
Cuándo y có mo si n deja r el p ropio adqui rió la equis e l
sonido de jota de que luego le pri vó la Academia , a ve rígi.ieio
Vargas , o usted , que pa ra el caso es lo mismo. E l he cho es
patente . En el m · smoanexa r vemos que admitiendola Acade ­
m ia el shin e n la etimología lo transc ribe po r jota y no por
equis como usted lo hab ía he cho. Los m is ione ros es cribie ron
c on equis todos los sh de los aztecas , y cu ando se bi fu rcó e'l
sonido de la equis, unos sh se fue ron a la ese c omo en S ochi ­
milco, s úc hi l, y otros a l a j0,ta en Ja lap a, Jaltepec , J ona cate,
Ja ntetelco, Jalis co y Méj ico. Mien tras la equistu volos dos soni ­
d <>&,todosescrib ían Méxi co con e la y pronu nci ab an, proba ble ­
mente , alp rinc ipio Méshico y lu ego Méji co;esa transición cuya
fecha no puede fi jarse, ennad aal te raba la e scritu ra;más cuandola
Academi a qu itó a la equis las veces de jota, apa reció la orto-
54 IGNACIO BERNAL BAM, ,

gra fía Méji co con forme a la pronun cia ción general , desapare­
cien do la equisque después volvió a presentarse por el res peto ,
sin du da , a una etimología in fu n da da y como caso úni co de
cierta a fe cta ción de aztequismo. Alamán , en el prólogo de sus
Disertaciones, de cía , hablan do de la equis: "Personas que la
pros criben del to do en su al fabeto ,la conservan ex clusivamente
para es cribir el nombre de Mexico (sic), por una es pecie de
venera ción su persti ciosa al mo do en que en los primeros tiem­
pos se es cribió". .Esa singular ortogra fía con ge fue intro du ci da
por don Mariano Galván ha cia 1 837 y la conservó algunos
años , aunque solía variar alternán dola con la jota. No tuvo otro
se cuaz (que yo sepa) sino Alamán que lo usó en los dos prime­
ros tomos de sus Disertaciones ( 1844) ; pero en el ter cero y en
la Historia ( 1849) a doptó de fini tivamente la jota. Ésta la en ­
cuentro por primera vez en un sermón impreso por don Alejan­
dro Val dés en 1819, pero no la conservó mas allá de 1823,
volvien do a reinar des de enton ces la equis, sin más contra­
di cción que la e fímera ge de Galván y don Lu cas .
De la congerie de disparates que habrá leí do hasta aquí , no
sa cará na da en limpio ; pero yo , más atrevi do , sa co:

l o. que el uso de la xen Méxi co no sirve ya para representar


un soni do primitivo ,ni obe de cea ninguna consi dera ción etimo­
lógi ca .
2o. que ha desapare ci do ya de to dos los nombres azte cas
de lugares , convirtién dose en s o j (s alvo ,.en los �s critos de
los aztequistas , quienes tienen ne cesi da d de a dvertir el soni do
que debe darse a esas equis, lo cual no reza con el com ún
de mártires) .
3o. que su uso pue de extraviar la pronun cia ción , parti cu­
larmente la de los extranjeros .
4o . que la jotapropor ciona la notable ventaja de con formar
la ortogra fía con la pronun cia ción de to dos.
5o. que el uso de la equis ni siquiera es absoluto entre
nosotros mismos .
6o. que no debemos singularizarnos sostenien do una orto­
gra fía ex cep cional.
Por to do lo cual opino que , lejos de querer imponer esa
equis a los <lemas países de lengua castellana , in clusa España ,
como can dorosamente preten día el "E co Universal ", debemos
renun ciar a ella . Estoy dispuesto a quemar lo que he a dora do y
BAM. , ALGUNAS CARTAS DE J.G. ICAZBALCETA 55

a escribir en lo sucesivo Méjico y mejicana, si esa Academia


lo acepta.
Es muy probable que todo lo escrito no le sirva a usted de nada;
pero no habré perdido mi tiempo, pues ya le tengo pagado con
la satisfacción de haber dado (a mi parecer) una prueba de afecto
a mi Señor Secretario, a quien Dios deje vivir y enseñar por
largos y felices años, como desea y pide, su apasionado Director.

J García Icazbalceta.

Señor don Joaquín García Icazbalceta.

S [u] C [asa] junio 9 de 1891

Muy estimado amigo y director insigne:


Acaba usted de hacerme un favor muy señalado, y por él le
quedo profundamente reconocido. Esta mañana confirmó us­
ted con su respetable juicio el que yo me vengo formando
desde hace tiempo de mis pobres estudios gramaticales. La
síntesis de ese juicio es la siguiente: mis tratados sobre diversos
puntos de gramática en vez de enseñar a hablar, obligan a callar·
pues si bien admito algunos giros, les doy pase con tantas,
tan enmarañadas y abstrusas condiciones, que mis reglas son
ininteligibles o poco menos. No fueron estas las palabras tex­
tuales de usted; pero tal fue el meollo o sustancia de ellas.
Algo de lo que dejo apuntado le había oído decir donosamen­
te otras veces en son de broma; pero hoy se produj o usted,
en los términos en que lo hizo, en presencia del señor Gon­
zález O bregón con quien no gastamos chanzas (el cual ha de
haber quedado desfavorablemente impresionado}, y lejos de
que hubiera alguna vislumbre de que todo aquello era una
vaya, adujo usted razones para apoyar su dicho; de suerte que
"fue tanta la \'erdad de esta mentira" que González O bregón
ha de estar en la creencia de que usted siente desventajosamente
de mis escritos.
Yo mismo pienso que habló usted de veras, y cabalmente
en esto hago consistir el favor que me acaba de dispensar ha­
ciéndome conocer que erré vocación al ponerme a escribir de
¡?'ramática .
56 IGNACIO BERNAL BAM, !I

Y vea usted, si le hablo con franqueza: le agradezco que me


haya abierto los ojos en este particular; pero me duele mucho
que haya usted externado juicio tan severo delante de un joven
periodista y literato que podrá ser eco de opinión tan respe
table en los círculos literarios que frecuenta, o quizá en ar­
tículos que él u otros escriben.
Perdone usted que lo haya mortificado con tantas imperti­
nencias, pero prometo la enmienda para lo sucesivo. Enmienda
que para mí será fácil, porque nuevas ocupaciones me alejarán
por algún tiempo de nuestra Academia; lo pongo en conoci­
miento de usted, a fin de que se sirva nombrar secretario acci­
dental que supla la falta de su siempre adicto amigo q. ato.
b.s.m.
Rafael Ángel de la Peña.
P.D. Me tomo la libertad de recordar a usted que la Academia
siempre ha enviado cuaderno a don Santiago Ramírez; dígolo
a usted, por si le pareciere bien remitirle un ejemplar.
El ex envidiable ex secretario.
(Borrador de J.G.l., 1891)

Vista su carta, y a fin de evitar los males que usted temía,


y aunque yo no los aguardaba, hube de apersonarme con el
señor González Obregón, y puede usted estar seguro de que no
sobrevendrán esos males, porque dicho señor, interrogado ex
abrupto declaró haber tomado mis palabras por lo que real­
mente eran, y nunca por una censura de los escritos de usted.
Mal podía yo haberlos censurado, cuando le consta a usted
que los admiro. De no ser así, no me habría empeñado tanto
en su publicación.
Le ruego encarecidamente que no prive a la Academia de su
valiosa cooperación en la Secretaría y mucho menos en estas
circunstancias, que podemos llamar solemnes. Así lo espero de
su amistad, y Je prometo que no diré palabra de lo ocurrido,
pues no convendría que viniese a noticia de los colegas, y
cuidaré asimismo de no dar, ni involuntariamente, como aho­
ra, ocasión a nuevo sentimiento.
Quedo como siempre...
J.G.1
BAM. � ALGUNAS CARTAS DE J.G. ICAZBALCETA 57

Señor don Joaquín García Icazbalceta


S[u] C[asa] junio 1 3 de 1 891.

Presente.
Estimado amigo e insigne director:
Confieso que me equivoqué, confundiendo burlas con veras.
Después de rezar contrito este Con/iteor, ruego a usted tenga
por no escrita mi anterior carta.
Quedo sumamente reconocido por los pasos que tan solí­
cito ha dado para desvanecer mis temores, y le aseguro que mis
sentimientos de amistad hacia usted son ahora más profundos
que antes.
Aunque tengo que dar una lección de 12 a l de la tarde,
en último caso faltaré a ella los martes, para poder asistir
a la Academia y cumplir así los deseos que me muestra usted en
su carta.
Por lo que a mí toca, prometo no ser ya quisquilloso y dar
al olvido una pequeñez tan baladí. Parodiando a Fr. Luis, po­
dría comenzar el martes próximo al usar de la palabra, con la
frase tan conocida: Hesterna die dicebam.
Soy de usted como siempre amigo muy adicto.
El envidiable Secretario
R.A. de la Peña.
ALFONSO REYES Y LA PROVINCIA
POR PORFIRIO MARTINEZ PE�ALOZA

La obra de don Alfonso Reyes, por su vastedad y riqueza temáti­


ca -asúntica, como gustaba llamarla el Maestro- pide para su
estudio no uno sino varios reyistas de tiempo completo, tal como
los ha habido.
Veintiún substanciosos tomos publicados cuentan ya sus
Obras completas y el venero aún no se agota. Al parecer, nin­
gún campo ni tema del saber humano le fueron ajenos pero,
como es natural, las humanidades, entendidas en su más noble
sentido y amplitud, fueron el terreno dilecto de su laboreo.
Ahora, pues, que se me ofrece otra oportunidad• de partici­
par en el homenaje que se rinde a don Alfonso, debo dejar en
claro, ante todo, que para mi desgracia no soy reyista exper­
to. En consecuencia el mío es el homenaje menor de un discí­
pulo informal.
Mis contactos iniciales fueron con el Reyes traductor El
primero, que por casualidad puedo precisar fue en 1933, cuan­
do leí su excelente versión de la Ortodoxia de Gilbert Keith
Chesterton. Tiempo después conocí El hombre que fue jueves
del mismo escritor inglés que también tradujo don Alfonso y al
que puso un "Prólogo del traductor" A ambos libros vuelvo
constantemente, no sólo para arraigar mis pocos conocimientos
trascendentales, sino para afirmar mi esperanza de vida eterna.
Por cierto, ahora que recuerdo estos trabajos alfonsinos, cai­
go en la cuenta de que Chesterton y Reyes tuvieron mucho en
• Mi nota "Sobre el hebraísmo mexicano. (Con una digresión sobre poesía)"
Nueva Revista de Filolog{a Hispánica. (Homenaje a Alfonso Reyes), México,
El Colegio de México The University o( Texas (at Austin), Julio-diciembre
de 196 1 , año XV núms. 3-4.

(58)
BAM, 3 ALFONSO REYES Y LA PROVINCIA 59

común. En efecto, del autor de La esfera y la cruz dice nues­


tro escritor:
"Es un gastrónomo famoso. ., anti-vegetariano y partidario
de la buena cerveza. ., enemigo de que nadie se le meta: en casa
-ni el inspector de la luz eléctrica,- y humano sin ser 'hu­
manitarista' " Y agrega: "Es poeta, verdadero poeta, de un mo­
do valiente y personal. Lamento no poder traducir aquí sus ba­
ladas sobre el agua y el viento, tema muy español y muy medie­
val, por lo mismo que es de todo tiempo y de todo país. La
Canción de Noé tiene este seductor estribillo:

No me importa adónde vaya el agua,


siempre que no vaya al vino.

Y aunque de estaturas físicas impares, ambos maestros com­


partían, además de aquellos rasgos, la honrada obesidad que
otorga la vida buena y la alegría de vivir
No sé si se proyecta incluir en las Obras completas alfon­
sinas éstas y otras versiones, pero, en todo caso, alguien se
ocupará sin duda de este aspecto poco explorado. Y de otro
más: su labor diplomática, de cuya experiencia nos dejó pá­
ginas que mantienen su vigencia. •
Hacer estos recuerdos tiene para mí el encanto lustral de
reinstalarme en la adolescencia, en cuyos principios abandoné
a Morelia, mi provinciana ciudad natal, para engolfarme en un
acercamiento a las disciplinas médicas finalmente fallido; tan­
to, que volví a mis lares confuso y avergonzado. Pronto, sin
embargo, recuperé el estilo provinciano y su sentido que poco
a poco descubrí.
Me había iniciado ya en las tareas periodísticas y a mi regre­
so a Morelia participé en dos empresas netamente provincianas.
La primera, encabezada por Xavier Guzmán quien ahora cele­
bra su jubileo de plata como jesuita. Preparaba la publica­
ción de la revista Logos, a la que llevé -gloso a González Martí­
nez- mi incomprensiva y petulante adolescencia; la forma
vana y mi artificial dolencia. Rescato de Logos, sin embar­
go, el número que consagramos en 1941 al IV Centenario de la

• El Servicio Diplomático Mexicano (1933), Buenos Aires, 1937 Archivo de


Alfonso Reyes, Serie E. (Testimonios) núm. l .
60 PORFIRIO MARTINEZ PElilALOSA BAM, l

Fundación de Morelia, que si no recuerdo mal, fue el último


de esta publicación periódica.
Picado ya del mal de la pluma y adicto al olor de la tinta,
con Alejandro Ruiz Villaloz, excelente cuentista, y Alfonso
Rubio y Rubio, alejado hoy de su quehacer poético en aras del
magisterio, emprendí la publicación de las Viñetas de Litera­
tura Michoacana cuyo primer número fue de abril de 1 944.
Dolíame por entonces cierto desamparo cultural de mi ciu­
dad, y el despego, si no el desprecio, de los citadinos respecto
de la provincia, resumidos en el famoso dicho de que "fuera
de México todo es Cuahutitlán"· cosa que resentían muchas
de nuestras ciudades provincianas. La verdad, me parece, era
que nosotros mismos, los morelianos, nos habíamos abando­
nado y entregado a la bohemia fácil. La brillante tradición
de Morelia en materia de sociedades y periodismo literarios,
sostenida entre otros grupos por el que Alfredo Maillefert• lla­
mó "Una generación romántica. . del 98" estaba representada
heroicamente por La Espiga y el Laurel de los universitarios
nicolaitas, y Pliego, animado por el profesor normalista y ma­
estro tipógrafo Raúl Arreola Cortés, hoy doctor en historia,
trabajador tenaz de la cultura en Michoacán, quien para com­
prar una imprenta hipotecó su casa y así pudo sacar de sus
prensas, por ejemplo, Cuadernos de Literatura Michoacana y
su revista Cantera.
Como se ve, el nombre mismo de Viñetas de Literatura Mi­
choacana tenía un aire de pueril desafío que, sin embargo,
algo logró en su propósito de afirmar el valor, cualquiera
que haya sido, de las letras en Michoacán.
Las intenciones se declaraban o se intentaban declarar, en
unas pocas líneas de pYesentación que intitulé Razón y dicen:
"¿Razones? Varias. Pero, sobre todas una: la necesidad de
crear en nuestro medio una revista en cuyas páginas queden
prendidos los acentos literarios de Morelia: ciudad universi­
taria.
"Estas hojas no son la Revista todavía; son, simplemente,
generoso anticipo que constitu�·e, en su humildad, primaria

• En Velero romántico, México, F.C.E., 1967, prólogo de Antonio Acevedo


Escobedo.
BAM, ! ALFONSO REYES Y LA PROVINCIA 61

demostración de lo que puede lograrse cuando la voluntad


no cede ante obstáculos, comprensibles, por otra parte, entre
nosotros.
Sin pretensiones, llegamos a ocupar un sitio que, abando­
nado hasta ahora, rendirá los frutos que sepamos arrancarle.
Eso es todo."
Juzguen otros los frutos que maduramos. Pero en nuestro
abono creo oportuno subrayar las contribuciones poéticas de
Francisco Alday Manuel Ponce, Concha Urquiza y Alfonso
Rubio y Rubio; los cuentos -homeopáticos, los llamaba­
de Alejandro Ruiz Villaloz y las "Cincuenta notas de biblio­
grafía michoacana" de Joaquín Femández de Córdoba que em­
pezaron a publicarse en Viñetas. ., obra que, espero, no se
habrá perdido a la muerte de Joaquín y debe editarse cuanto
antes. Entiendo que se concluyó cuando su autor dirigió el
Suplemento de El Nacional en los años sesenta.
En nuestra esperanza de hacemos oír en la capital dedica­
mos la edición número 7 a la Feria del Libro celebrada en esta
ciudad de México en 1944. Al virtuosismo tipográfico de los
"Talleres Fimax" que en ese tiempo paraba a mano todos
sus trabajos, y que desde entonces hasta esta fecha es el mejor
taller tipográfico de Morelia, agregamos en este número un
color, de modo que lo consideramos edición de lujo.
Todo esto me lleva una vez más a don Alfonso.
Después de ese número me lancé a otra empresa más ambi­
ciosa. Distribuido tal ejemplar de Viñetas de Literatura Mi­
choacana durante la Feria de 44, para la de 46 propuse a otras
revistas literarias de provincia hacer una edición especial reu­
niendo en una sola publicación sendos números de tales revis­
tas. Invité a Pan, de Guadalajara, dirigida por Antonio Ala­
torre y Juan José Arreola; a Papel de Poesía, de Saltillo, dirigido
por Jesús Flores Aguirre y Héctor González Morales; a Estilo
de San Luis Potosí, animado por Joaquín Antonio Peñalosa y
Antonio Rosillo; y alguna otra que se me escapa. Esta edición
conjunta debería aparecer bajo el título de Haz de Provincias.
Finalmente sólo participaron las publicaciones de Saltillo, San
Luis Potosí y Morelia.
Contamos con algún patrocinio económico, pero nos hacía
falta el intelectual. Ninguno más alto que el don Alfonso
62 PORFIRIO MARTINEZ PEll:iALOZA BAM, 3

Reyes , pero mi gr an problem aer aq ue n unc ale h abí atr at ado


y , en consec uenci a, yo er ap ar a él absol ut amente desconocido.
A pes ar de ello , el generoso Maestro accedió a mi petición
y honró n uestr a edición con est a págin a q ue ll amó " Haz de
Provinci as '

Dice así .
C uando l a metáfor a místic a serví a de leng uaje univers al , se
dijo q ue Isr ael er a el cor azón de donde recibí an s u s angre
l as n aciones . De cad a p aís en p artic ul ar , l a primer a im agen
q ue ac ude es ver en s u c apit al s u cor azón . El cor azón ,insigni a
y emblem a, cifr a heráldic a, esc udo del p abellón , es sin d ud a
algo más q ue un símbolo ling üístico . Creemos en l as org aniz a­
ciones y en los orbes l atinos , en el orden l úcido , en l a cohe ­
renci ageométric a,en el centro q ue parece s ujet ar con s um agi a
el ámbito del círc ulo . Nos dice l a histori a q ue Rom a y P arís
y Madrid coordin aron aq uell a C ampiñ a, aq uel Fe udo C apeti a­
no , aq uell a C astill a en torno a los c uales , en polític a gr avi ­
t ación , precipit ab an los miembros dispersos de los rein ados ,
p ar a al c abo form ar un ser con c ap acid ades vit ales . Nos dice
q ue a Sevill a, q ue aAviñón o Florenci a -p ar ano m ultiplic ar
los c asos -les correspondió alg un avez ciert af unción deleg ad a
y s ubsidi ari a, como acor azones de emergenci a, pero les sobr a­
b a delic adez a y les f al tab a l a inexor abilid ad , l a méd ul a de
hierro p ar a sostener l a vid a az aros a de l as p atri as . Nos dice
q ue Greci a se f ue p artiendo , en l ament ables y c ambi antes fisi­
p arid ades , por efecto de electricid ades repelentes q ue un dí a
r adi aron de Aten as , otro de Esp ar ta, y m uy p as ajer amente de
Teb as o h ast a de Tes ali a; y c uando por último l a f uerz a se
concentró en Per al am acedónic a,c ans ad as l as arteri as del p ue ­
blo entre t ant ay t an disemin ad are acción , Greci ase prep aró al
v as all aje y m ad uró bl and amente p ar a el y ugo rom ano .
L as c apit ales se h an de am ar y defender como s acr amen tales
recintos , como ar as por excelenci a de l a ceremoni a soci al . Y
sin ceremoni as, l as civiliz aciones p adecen . L a c arrer ainstit u­
cion al de los p ueblos no es más q ue un progreso de ceremoni as .
Mud ando el símil , se dijo un avez de l ac apit al de un ac ult ur a:
"cerebro del m undo "
BAM. 3 ALFONSO REYES Y LA PROVINCIA 63

Pero, en esa palpitación de sangre, la bomba del corazón


no elabora el riego. El riego ha de venir de todas las zonas
del organismo. En materia como en espíritu, el sustento se
extrae y se hace homogéneoentodas partes, menos en el corazón
mismo. Hay más: los países cuyas provincias no participan
en la vida común, cada una en la proporción de su energía y
en el tono de su cualidad, están enfermos o no han alcanzado
la adultez.
Para una visión filosófica y global, a pesar de escollos y
vicisitudes, hace mucho que todo es democracia, aunque más o
menos inconfesa, pues la democracia es un destino evolutivo
mucho más aún que una doctrina. Y en la transformación
democrática de los pueblos modernos, la misma diferenciación
creciente de funciones y la alternancia de las personas en los
servicios públicos acumulan en las capitales una inevitable
proliferación burocrática, endureciéndolas en la rutina oficial
y vaciándolas irremediablemente de significado propio, por ese
vivir fuera de sí mismo, que es, por esencia, el ejercicio político.
De aquí que, en los ritmos de la historia, aquel corazón
romántico de antaño venga declinando secularmente hacia una
armazón esquelética, andamio maestro si se quiere, pero más
andamio que edificio.
Y añádase que, en la acelerada comunicación internacional,
que es, también el camino real de la historia, en las capitales
parece que se amontonan -y esto desde hace mucho tiempo­
todas las influencias exóticas, camino de la asimilación o del
repudio. El buen francés no se habla en París, sino en Tours;
el buen español no se habla en la Villa del O so y el Madroño,
sino en Valladolid; el buen italiano es más de una cadena de
ciudades segundas que no de Roma. Esto es un decir, no lo
creamos al pie de la letra. En el orden social y humano sólo
hay dos o tres principios eternos que hayan de tomarse textual­
mente. Pero esto, como quiera es una figura interpretativa
de la realidad. Y por eso es ya lugar común que el verdadero
ser de una nación no se aprecia por su capital.
Hay que ir a la provincia y hay que venir de la provincia:
donde las aguas se remansan un tanto, donde se concentran
las mieles y conservan su virtud y aroma. Felices los pueblos
en que las provincias guardan todavía el orgullo de sus sabores
64 PORFIRIO MARTINEZ PElilALOZA BAM, 11

ve rnáculos , o en que ellas re claman la part icipa ción en el coro ,


cuando ya el sol ista empalaga y emp ieza a perderse en sus
v irtuos ismos . Vale la gav illa por sus esp igas , m ás que por la
guía que la anuda . Las culturas na cionales desfalle cen s in
al imento a falta de esta perenn idad en la renova ción o este
renovarse en lo perenne que es la o bra de las prov in cias. Las
na ciones t ienen que ser ,o no podr án ser ,un Haz de Provincias.
Aqu élla , que ponga sus jugos vegetat ivos y lentos ; la otra ,
la sazón de sus in qu ietudes ; la de m ás all á, su ef ica cia fa br il ;
o su gen io en la cont inu idad de las trad icio nes , o su auda cia
en la opo rtun idad de las var iantes . Y entre todas ellas , otor­
guen el torrente de sangre. Ya podr á arrullarse el corazón , en
el t ic-ta c de su relojería la bor iosa.

Méx ico , 15-XII- 1945.

Don Alfonso re cog ió esta p ág ina en el tomo viiide sus Obras


completas, 1958, en donde f igura con el m ismo título en la
Se cción Pr imera , " Var ias señales" del l ibro A lápiz;lleva al p ie
esta nota es cueta: "Haz de Provincias, Méx ico ( Fer ia del L ibro )
1946" y me compla ce tener la o cas ión de completar la refe­
ren cia bibl iogr áf ica .
De esta le cción alfons ina han de re cogerse ideas centrales:
el s ign if icado de las cap itales , aras de la ceremon ia so cial ,
s in el cual proto colo las civ il iza ciones pade cen ; el pa pel de las
prov in cias para la salud y adultez de los países ; la capa cidad
de las prov in cias para ser "corazones de emergen cia" La dul­
zura , la v irtud y el aroma de las ciudades menores .
A part ir de enton ces el Maestro Reyes me d is tingu ió con su
am istad que no pude fre cuentar tanto como hu hiera deseado ,n i
s iqu iera en el t iempo que duró la be ca que me con ced ió en la
Se cción de Filología de E l Coleg io de Méx ico , en donde re cibí
las enseñanzas del maestro Ra imundo L ida ,de Anton io Alatorre
y de Jos é Lu is Martínez , y me benef icié con la am ist ad de Juan
Jos é Arreola , Jorge He rnández Campos , E rnesto Mejía Sán ­
chez y Jav ie r Sologuren , para citar sólo a los que conserva m i
ya pre car ia memor ia .
BAM, .3 ALFONSO REYES Y LA PROVINCIA 65

Mi com un icació n con don Alfonso fue cas i ex clus ivam ent e
ep isto lar ; yo le mandaba m is cosas , a un las m ín imas, y él
s iempr e m e cont esto en las famosas tarj etas q ue ost entan e l
nombr e d e Alfonso R ey es en contrado por él, s in d uda , en un
do cum ento españo l fe chado e l 13d e febr ero d e 1 289. De e llas
la últ ima q ue r e cib í pocos m es es ant es d e s u fa lle cim iento
(d iciembr e d e 1959) , con una es crit ura ya va cilant e, m e r e ct i­
fica una not icia d e pr ensa r e lat iva a s u sa lud y agr ega : "Aun ­
q ue voy con lle vando m i pad e cim iento card ía co crón ico, so ­
porto y trabajo , en cerrado en casa ."
P ero e l mag ist er io no t erm ina . De l parad igma mora l, d e l
mod e lo int e le ct ua l q ue nos legó Alfonso R ey es , d e s us le ccio ­
n es , t engo s iempr e pr es ent e la q ue nos r e cuerda q ue "todo lo
sabemos entr e todos " a pela ción a la h um ildad y e l trabajo .
Tan es as í q ue hasta yo p ud e pr e cisar le los datos b ib liogr á­
ficos d e un libro en q ue Fernando Mar istany r e un ió d iversas
d e s us trad uccion es d e poemas d e a utor es d e var ias na ciona ­
lidad es , entr e e llas , una d e Ma llarmé: "Las ventanas " r e co ­
g ida , s i no m e eq uivoco , en e l Mallarmé entre nosotros, con
lo q ue cre í -perdón por la inmod est ia - q ue hab ía p uesto
una p ica en Fla nd es .
Y a propós ito d e inmod est ia . Como s e ve , en estas p ág inas
camp ea s in r ebozo . P ero m i int en ció n pr imar ia ha s ido r e ca l­
car la un iversa lidad d e la as únt ica a lfons ina y s u g en eros idad
con los d is cíp ulo s por p eq ueños y d esap licados q ue hayan
s ido .
Oja lá q ue m e s ea dado a cer carm e en e l fut uro , a la cat edra l
a lfons ina con la d ign idad y e l d e coro d eb idos . En s u fábr ica
d ebe hab er ladr illos ,a lg una corn isa,a lg una cla ve q uizá, labra ­
das en cant era pro vin ciana . En verdad , don Alfonso h izo un
j uram ento : "Mont err ey .✓ p ues en t u va lle h e na cido ,/d esd e
aq uí j uro añad irm e /t u nombr e en e l a pellido "
Debates
SOBRE LA GRAFÍA DE LA PALABRA
MÉXICO•

111

PRIVILEGIO DE SOBERANOS

POR ALFONSO DE ROSENZWEIG DIAZ

La Musa de la Historia, durante el arrebato patriótico del Cura


Hidalgo, se arrancó el nombre de Nueva España para escritu­
rarle con orgullo el de "República Mexicana" Se ha discu­
tido si México debe escribirse con x o con j. También hubo
una época que se escribió con g: Mégico. Fonéticamente debe­
ría escribirse con j, porque el lector poco enterado, al ver la
x, pronunciará idefectiblemente Mék-si-co. Mas es privilegio de
soberanos y de reyes establecer la grafía para los nombres, y
así México se escribirá siempre con x, por tradición, por cos­
tumbre e, incluso, por política. Los conservadores lo han escri­
to con j, y los no conservadores, los antiguos liberales y ahora
todo el mundo en el mundo todo, salvo rarísimas excepciones,
lo escribe con x.
En los idiomas extranjeros es México en inglés; Méxiko
en alemán y en sueco; le Mexique en francés; Mesico en italiano;
Mekisko en japonés, y Mo-kuo-fu en chino (Mo, término fo­
nético sin ninguna relación ideológica con México, significa
tinta negra, y kuo, Estado. El traductor que adoptó ese Mo
para· el nombre chino de México pudo haber tomado otro
carácter más florido y poético, pues no es el negro el color
predominante en nuestras latitudes ni en nuestra pintoresca
naturaleza).
Alfonso de Rosenzweig Diaz, Privilegio de soberanos, Mexicanidad de México,
Ed. The Dolphin Book, Oxford, 1956, t.l, Introducción p. 1116.
• Recopilación de textos de José Luis Martinez.
[69]
UNA MOCIÓN DE ORDEN·
LA ACADEMIA ESPA1'10LA PERMITE YA ESCRIBIR
MÉXICO CON X
POR ALEJANDRO QUIJANO

En estos últimos días la prensa ha venido tratando nuevamente,


en artículos varios, del problema relativo a la ortografía de la
palabra México, nombre de nuestro país, y por supuesto, de
todas las voces derivadas: mexicano, mexicanismos, etc.
Se esgrimen diversas consideraciones para sostener la orto­
grafía que se considera aborigen, es decir, la de la x, por una
parte; y por la otra se defiende la con que algunos, de acuerdo
con los dictados de la Academia Española, han venido escri­
biendo siempre el nombre de nuestra nación. Aquéllos invocan
puntos de nacionalismo, patrióticos; y hasta se llega, como no
podía menos de ser tratándose de una pelea mexicana, así sea
de la índole de ésta, meramente lexicográfica, a extremos de
política, úldando a los que escriben la palabra con j, de reac­
cionarios, y señalando como liberales y patriotas a los que la
escriben con x.
Los defensores de la j demuestran, con copia de casos, que
de uno y otro lado, es decir, del que ha empleado la x tanto
como del que ha usado la j, ha habido figuras importantes
en nuestra historia; y aun se ejemplifica con el empleo que
algunas de las más grandes personalidades liberales hicieron
de esta discutida j.
Finalmente, algunos quieren y parece que este deseo se ende­
reza nada menos que hacia las Cámaras de la Nación, que se
pida oficialmente, por el Congreso, a la Academia Española
que abrogue el uso de la j, y que permita y sancione el de la x.
Sin querer entrar en polémica, y sólo haciendo mi profesión
de fe en esta pequeña cosa, diré que soy partidiario del México
con x, y que en esta forma lo he escrito siempre, y seguiré
escribiéndolo. Honrado con el carácter de académico de la Espa­
ñola, como correspondiente, no la he acatado en el punto;
como no la han obedecido otros muchos académicos que han
escrito, y escriben, como yo, México con x.
(70)
BAM, 3 SOBRE LA GRAFlA DE LA PALABRA Mt.XICO 71

Hec ha l a decl ar aci ón que antecede , y p ar a ju sti fi car el tí ­


tulo de e st asbreve slí ne as "Unam oci ónde orde n"-,quiero
acl ar ar ahor a ante lo s de fensore s de l a x, y e speci alme nte ante
lo s que quiere n, llev ando l a polític a a l a lexicogr afí a, que ·
nue str as Cámaras pid an al aAcademi a E sp añol aque sancio ne o
cu ando me no s permit a el u so de l a x, que su prete nsi ón e s
i nútil. Y e s i nútil porque e stá y a sati sfec ha. Ig noro por qué
e ntre todo s lo s que han ve nido e scribie ndo sobre e ste asu nto
no ha habido u no que di ga que y a l a ca sa que limpi a, fi ja
y d a e sple ndor al idiom a, seg ún el co nocidí simo lem a, ha
d ado su ve ní ap ar a q ue se e scrib a México co n x.
E n e fecto , l a Re al Ac ademi a E sp añol a -ahor a y a sólo por
supue sto , l aAc ademi a E sp añol a- public ó e n 1927 e n segui ­
mie nto de su Diccio nario g rande edit ado e n 1925, su i ntere ­
sante Diccionario manual, que e ntre otr as co sas demue str a
l a liber alid ad del i nstituto al que t anto se tild a de co nser­
v ador , y au n de retr ógr ado . E n t al Diccio nario qued an admi­
tido s, como se admití an y ae n el gr ande de 1925, muc ho s neo­
logi smo s, e ntre ello s muc ho s americ ani smo s y e speci alme nte
mexic ani smo s; y ye ndo u n poco má s le jo s, y señ alá ndol as
co n u n corc hete permi sor , e s decir , que i ndic a que l as p al a­
br as co n él anot ad as puede n y a emple ar se por todo s, au nque
l a Ac ademi a no le s dé aún el e sp ald ar azo de fi nitivo , e ne sper a
de que el u so , que e s l a fue nte únic a del bue n habl ar l as
co nsagre fi nalme nte , i nclu sive ce nte nare s, mill are s de voce s
nuev as. Y e ntre ell as se e ncue ntr a l a p al abr a mexicano-a,
co nl at ancue stio nad a x, atribuyéndole ,e scl aro , si no nimi aco n
el mejicano acept ado de ante s. Se e ntie nde que al acept ar se
l avoz ad jetiv al , qued apermitido t ambiénel u so del su st antivo
México.
Aquí tie ne n, pue s,lo s señore sque jo so s, al aAc ademi a E sp a­
ñol apermitie ndo el u so de l a xre specto al aque t anto pele an.
Y e sevide nte que sie ndo el u so de l a xde México ,ge ner al ,c asi
u niver sal , d ado que u nae norme proporci ónde lo smexi ca no s
e scribimo s el nombre de nue stro p aí sco n x, sie ndo mí nimo el
número de lo s que emple an l a j,l aAc ade mi aque , como digo
ante s, y e s verd ad , acept a siempre lo que el u so ge ner al co nsa­
gr a, sancio nará u n poco má s adel ante , de modo de fi nitivo ,
l a ortogr afí a que algu no s di sput an p atri ótic a. Ello a pe sar
de que t al ortog rafí apug ne ,por hoy co nel v alor que e nbue na
pro sodi atie ne l a x. Mastodo se podrá and ar ; b ast ará p ar aello
que l a Ac ademi a mi sm a, al señ al ar el v alor fo nético de l a x
72 ALEJANDRO QUIJANO BAM, !!

signifique que en algunos casos de excepción, como en el del


nombre de nuestra República, tiene de nuevo el sonido de j, que
antaño tuvo. Prácticamente esto queda ya hecho, pues sin duda
que la Española, al permitir la ortografía mexicano, lo hace
para que se pronuncie mejicano, y no mecsicano.
En conclusión: Haya paz en este asunto. Escríbase México
como se desee, es decir con x los que queremos hacerlo así;
con j los que gusten de ello; pero sépase que la Academia
permite ya, así sea en forma provisional, en espera de la sanción
del uso -que yo estimo que está ya perfectamente expreso
y claro en tal sentido-, la tan mentada x...

Nov. 4 de 1931 .

Alejandro Quijano, Memorias de la Academia Mexicana, correspondiente de la


Española. (Discursos Académicos), Editorial Jus, México, 1958, t. XVI, pp.
279-281.

LA JOTA DE MÉXICO
POR ALFONSO JUNCO

l. PANORAMA DE UN QUEBRADERO DE CABEZA


Muchos de fuera suponen -muy lógicamente- que, puesto
que acá solemos escribir México y mexicanos, es porque pro­
nunciamos Mécsico y mecsicanos: así he oído pronunciar en
España a algu nos que entendían de esta suerte acercársenos
más y halagamos; así lo oímos pronunciar en Méjico, durante
el banquete final del Congreso de Academias, al ilustrado ora­
dor representante de algu na de las Corporaciones Hispanoame­
ricanas.
Conviene que todos los de fuera sepan que nosotros, invaria­
bles y unánimes, pronunciamos M é j i c o y nos gloriamos
de mejicanos. Y que la anomalía de la equis constituye, senci­
llamente, supervivencia de arcaica ortografía.
Porque esa equis no es ningu na novedad, sino todo lo contra­
rio: antigualla. Se encontrará, sentada en su poltrona colonial
BAM, 3 SOBRE LA GRAF1A DE LA PALABRA Mt.XICO 73

muy a sus anchas, en todo manuscrito y todo libro anterior


a 1815, fecha en que se inició el progreso ortográfico a conse­
cuencia del cual ya no escribimos relox, baxo, exército, dexar,
etcétera, y dentro del cual quedamos comprendidos Méjico y los
mejicanos. Sin que, por supuesto, nadie se metiera nominal­
mente con nuestra patria ni nuestro patronímico, según quisie­
ra fantasear algún quisquilloso enardecido.
Vaya aquí, en siete pinceladas, un rápido panorama de este
quebradero de cabeza, en cuyas honduras tuve, años atrás, la
humorada de meterme.
1
No es devoción a los indígenas el escribir México con equis.
Literalmente, los indígenas no escribían México de ninguna
manera, por la modestísima razón de que carecían de alfabeto.
Fueron los españoles quienes escribieron por primera vez la
palabra, interpretando con letras el sonido que escuchaban.
Los indios pronunciaban aproximadamente Méshico -o
más bien, sin esdrújulo, Meshico-, y los españoles escribieron
correctamente México, porque a principios del siglo dieci­
séis la equis castellana tenía aún valor fonético de sh inglesa.

2
Perdido poco después ese valor fonético, la equis conservó
el propio suyo que aún guarda (es, gs), y además el de jota.
Con sonido de jota se pronunció Méjico desde tiempo inme­
morial, a la vez que se escribía correctamente México -así
invariablemente durante las tres centurias virreinales-, puesto
que la equis representaba entonces papel fonético de jota.

Convenía quitarle ese doble papel y acabar definitivamente


con la confusa pluralidad prosódica de la equis.
En 18 15, con muy juicioso acuerdo, la Academia Española
determinó que se usara la letra jota para expresar el sonido
respectivo, y se dejara la equis sólo para el sonido es, gs que en
nuestros días conserva.
74 ALFONSO JUNCO BAM, 3

Ello, naturalmente, abarcaba tanto las voces comunes como


los nombres propios. Y así, en lo geográfico, desde entonces
empezó a no escribirse ya Guadalaxara, Guanaxuato, Xalisco,
etcétera.
Por una chistosa anomalía, hay quienes escriben, muy reno­
vadores y contentos, Guadalajara, Guanajuato, Jalisco, y a la
vez se empeñan, retardatarios, en conservar la arcaica equis
en México, Oaxaca, Texas, Xalapa: siempre -entiéndase bien­
pronunciando esos vocablos con el viril sonido de la jota.
4

La equis, en tales palabras, es simple supervivencia de anti­


cuada ortografía. No es cosa india, sino española, pero española
rancia. El indigenismo no tiene nada que hacer aquí.
Sólo habría indigenismo en pronunciar Meshico, desandan­
do y contradiciendo cuatro siglos de Méjico: enormidad que
a nadie se le ha ocurrido.
Fuera de ello, todo está en términos de gramática española
y de lengua nacional -como acá decimos-y se reduce a lo
siguiente:
Escribir México con equis es lo anacrónico. E induce a una
pronunciación errónea.
Escribir Méjico con jota es lo progresista. Y representa, exac­
ta, la pronunciación.
5

Con la natural lentitud de las innovaciones que tienen que


ir venciendo el peso de la rutina, fue introduciéndose, a partir
de 1815, el uso de la jota.
La vemos en el amanecer de nuestra vida autónoma, en
periódicos como El Conductor Eléctrico, del Pensador Mejica­
no (1820); El Mejicano Independiente, del Ejército Trigarante
( 1821 ); El Aguila Mejicana ( 1 827); La Oposición 1835).
Anda lo mismo en libros del liberal don José María Luis
Mora, que del conservador don Lucas Alamán.
La encontramos usada oficialmente en papel timbrado de la
nación. Aparece en el Diario del Gobierno de la República
Mejicana 1839), y reaparece en varias épocas de los Diarios
Oficiales, hasta los tiempos de Juárez.
BAM, 3 SOBRE LA GRAFlA DE LA PALABRA Ml\'.XICO 75

En cuyo archivo ,custodiado en la Bib lioteca Naciona l,puede


verse que andaba entonces muy genera lizado e luso de la jota.
Ya los que de esto quieran hacer -obtusamente -una cuestión
de bander ía po lítica , les conviene saber que los libera les más
destacados : don Benito Juárez , don Me lchor Ocampo , don Je ­
s ús Gonzá le z Ortega ,don Manue l Mar ía de Zamacona ,don José
Mar ía Ig lesias ,don Mariano E &cobedo y otros muchos escribie ­
ron Méjicocon jota . Lo he co ,nprobado en documentos autó­
g rafos de esos personajes.
Y en cambio , Maximi liano , Miramón , Roa Bárcena , La
Cruz, La Sociedad, La Voz de Méxicoy otros pa ladines conser­
vadores , escribieron con equis .
No hay pues ,consigna de bando . Ye luso ha sido entrevera­
do y libre .

Fue a fines de l sig lo diecinueve y en tiempos de la odiosa


dictadurade don Porfirio Díaz ,cuando se uniformó en e lmun ­
do oficia l la escritura con equis .
Mas , a pesar de l ejemp lo oficia l y de la costumbre que fue
imponiéndose , muchos notab le s escritores mejicanos -libera­
les o conservadores , académicos o no -,usaron y usan la jota ,
si bien esto a menudo no se advierte en sus pub licaciones ,
porque en la imprenta sue len modificar la ortog raf ía .
Y los inte lectua les mejicanos que hoy escriben con equis
-sa lv o pocas excepci ones - lo hacen senci llamente por indife ­
rencia , por inercia , por no romper con e luso más genera lizado
ahora entre nosotros .
En cuanto a lp úb lico , escribe como le enseñan en la escue la ,
como lo ve en los peri ódicos ,como escribe todo e lmundo ,y na­
da más . Pe ro con un poco de buen ejemploen diarios y revistas ,
g radua lmente y sin forzar a nadie se podr ía sustituir e l uso
anacrónico de la equis por e l uso p rog resista de la jota.

7
Se ha armado mucho .ruido con un decreto de l Cong reso
Naciona l, que lo habr ía exp edido e l 29 de octubre de 1823,
ordenando e l uso de la equis en México y sus derivados .
76 ALFONSO JUNCO BAM, 3

Me puse a agotar directamente el asunto, y es así:


Tal decreto se publicó por primera vez en El Imparcial del
20 de diciembre de 1899, diciendo que se reproducía de una
colección contemporánea y dando todos los pelos y señales.
Pero, registradas las publicaciones fehacientes, resulta que
no hay tal decreto. Y a fin de cuentas se averigua que todo
fue invención y chiste de un erudito de estrafalario carácter,
el canónigo don Vicente de P Andrade, a quien se deben otras
hazañas parecidas.
No existe, pues, decreto filológico, ni hay traba legalista
contra la jota.

II. FONÉTICA, ETIMOLOG'iA, COSTUMBRE

Todos pronunciamos Méjico, mejicano, mejicanidad, mejica­


nismo. ¿Cómo debemos escribir estos vocablos? Desechadas las
fantasiosas prevenciones que han oscurecido la índole del pro­
blema, nos hallamos, escuetamente, ante una cuestión ortográ­
fica. Y tres señoras se reparten el imperio de la Ortografía: son la
Fonética, la Etimología y la Costumbre. ¿Qué dicen estas da­
mas? Precisémoslo, recapitulando en parte lo expuesto ya.

1
En lugar primerísimo, la Fonética. Es, de las tres señoras,
la más poderosa y decisiva en los dominios de la Ortografía
castellana. El escribir México donde pronunciamos Méjico es
una anomalía con inconvenientes. Da ocasión -y de hecho
sucede- a que muchos que sólo de lejos nos conocen, lean
correctamente Mécsico y así nos traduzcan sin quererlo al in­
glés, y nos llamen mecsicanos y así nos hagan perder hasta
el nombre.
Si esta pena no se ha generalizado, débese a la Academia y a
los escritores peninsulares e hispanoamericanos que suelen
escribir con jota, divulgando así la noción -o al menos la
duda- de la pronunciación verdadera.
Es superioridad de nuestro idioma el pronunciarse como
se escribe; o, dicho más exactamente, el escribirse de tal modo
que no haya duda sobre la pronunciación. Tiende el castellano
BAM, !I SOBRE LA GRAF'tA DE LA PALABRA Mf.XICO 77

a la perfección fonética más que a la etimológica, y por ello


ha desechado la ch con sonido de le, la ph con sonido de/ y otras
antiguas connotaciones. Quedan la hache muda, las sílabas gue
gui, que, qui, en las cuales la u cumple un oficio especial,
y algunas otras irregularidades; pero ellas están perfectamente
determinadas, y nunca -nótese bien- nunca dan ocasión a
una lectura errónea.
Sólo, en pocas palabras, la equis le hace todavía alguna
travesura a la fonética. Y es cosa que conviene eludir y perfec­
cionar. Tal nuestro caso.
Porque escribiendo México damos a la equis un empleo no
sólo fenecido y ahora arbitrario, sino engañoso. Subsisten hoy
-por la antigua afinidad de equis y jota- palabras gemelas
como anexo y anejo, complexo y complejo: pero si las escribi­
mos con equis las pronunciamos con equis, y si las trazamos
con jota con jota las pronunciamos.
¿Por qué provocar contra la índole y excelencia de nuestro
idioma, esa querella entre la ortografía y la dicción, al escribir
México y pronunciar Méjico?
Se dirá que cada quien es muy dueño de su nombre y puede
escribirlo como le dé la gana. Bueno. Yo podría tener la humo­
rada de firmar ]unlta, porque se pronunciaría igual; pero si
pusiera Zunco ya estaría estropéandome el apellido. En ciertos
momentos de indecisión -después de la reforma ortográfica
a principios del diecinueve- algunos grafiaron Mégico c.:on g:
pero sonaba lo mismo que con jota. Lo cual no ocurre ahora
con la equis; que de hecho nos estropea el bautismo.

2
Viene la Etimología.
La indígena sólo tiene que ver con el sonido sh, no con la
letra equis que los españoles emplearon -propiamente a la
sazón- para representarlo. Todo lo que no sea pronunciar
Meshico -ni siquiera Méshico-, nada tiene que ver con la
etimología indígena.
La etimología española -llamémosla así- de escribir con
equis, deja de tener valor cuando esta letra ya no representa
el sonido original. No escribimos ya Xuárez, Xavier, Guana­
xuato, Guadalaxara, Xalisco y otros muchos nombres propios
78 ALFONSO JUNCO BAM, 11

que antes lle vaban e quis y que sin d uda la lle vaban po ra lguna
ca usa etimo ló gica : p ues de i gua l mane ra y po ridéntica razón ,
ya -no nos co rresponde esc ribi r Oaxaca sino Oajaca , Texas sino
Tejas , Xa lapa sino Ja lapa , México sino Méjico .

¿Y la a uto ridad de la Cost umb re ?


Ya hemos visto que e l uso -a pa rti rde 1815en que se e limi ­
nó la dob le y e quí voca función de la e quis - no ha sido en
n uest ra pat ria ni gene ra lni constante. Ye lse rconstante y gene ­
ra lconstit uye una dob le condición imp rescindib le pa ra que e l
uso ten ga impe rio de ley
Desp ués de los t res si glos vi rreina les en que ri gió -exc lusi va
y j usti fi cada - la e quis, desp unta la jota con los a lbo res de
n uest ra Independencia: si quisiéramos da rle ai res pat rióticos
a la o rto gra fía , ¿c uá l coincidencia más p ropicia ?
Compa rten e quis y jota las p re rro gati vas de l uso , lo mismo
en doc umentos o ficia le s que en pape les p ri vados , lo mismo
ent re conse rvado res que ent re li bera les ; con la ci rc unstancia
de que en e l m undo rep ub licano , d urante la Re fo rma y e l
Im perio , p re va lece noto riamente la jota.
El uso n unca ha sido unánime en n uest ra pat ria , ni en los
tiempos po rfi rianos en que se inició la re lati va uni fo rmidad
de la e quis , ni en los tiempos act ua les . Entonces y hoy -se gún
a utó gra fos que en caso de d uda he cons ultado -, con jota
esc ribie ron y escri ben , po rconsciente e lección y no po rine rcia
disp licente ,mejicanos de ext rao rdina ria si gni ficación y de lmás
va rio si gno ideo ló gico: José Ma ría Vi gi l, Trinidad Sánchez
Santos , J usto Sie rra , Ra fae l An gelde al Peña , Jo sé Ló pez -Po rti llo
y Rojas , Fancisco Bulnes , Victo riano Sa lado Alva rez, Fe mando
Iglesias Ca lde rón , Francisco E lgue ro , Ca rlos Pe rey ra , Jes ús
Ga rcía Gutiérrez , Antonio Brambi la , Alfonso Méndez P lan ea r­
le , Francisco J Santama ría , Joa quín Antonio Peña losa ... Yen
los días que co rren , s uben los bonos de la jota .
Fue ra de Méjico , e lla en Hispanoaméri ca p redomina y en
España es uni ve rsa l.
La fue rza ,p ues ,de la cost umb re en este caso , res ulta s uficien­
te só lo pa ra a uto riza r -como s upervi vencia de antic uada o rto ­
gra fía -e len gañoso emp leo de la e quis ,pe ro no pa ra desa uto ­
riza r e l diá fano emp leo de la jota.
BAM, 5 SOBRE LA GRAFlA DE LA PALABRA ME.XICO 79

Y siempre el uso imperfecto puede reemplazarse por el uso


mejor Singularmente tratándose de ortografía, que es cosa
culta y en que caben eficaces ordenamientos fijos, a diferencia
del habla, cosa popular, sujeta a mil influjos y creaciones
misteriosos e incontras_tables, que imponen a menudo giros,
voces, modismos, tan caprichosos pero tan imperativos como
la vida.
Conviven en nuestra patria dos costumbres ortográficas que
ciertamente convendría unificar ¿Es mejor unificar en lo anti­
cuado o en lo progre�ista? ¿Es más sensato unificar en lo equí­
voco o en lo inequívoco?
Mientras seamos y nos llamemos Méjico, lo natural, lo gra­
matical, lo congruente, lo que ofrece ventajas sin desventaja
al guna, es escribir Méjico.
¿Alguna vez llegaremos a pronunciar, al modo extranjero,
como nunca en la vida han pronunciado ni indígenas, ni espa­
ñoles, ni mestizos: Mécsico?
No me lo imagino. Sería tan extravagante como si un buen
día amaneciéramos diciéndole Csuárez a don Benito.
Mientras no sobrevenga tal catástrofe, lo intachable es el uso
de la letra que inconfundiblemente proclama nuestro nombre.
Porque por un plebiscito nacional de cuatro siglos, nos llama­
mos así, con el sonido fuerte y varonil de la jota: Méjico y meji­
canos. Eso somos y eso queremos ser.

Alfonso Junco, Ábside, Revista de Cultura Mejicana, Méj ico, octubre-diciem­


bre 1959, t. XXIII,núm. 4, pp. 422-45 1.
UN DICTAMEN DE LA ACADEMIA MEXICANA
POR JOSt IGNACIO DÁVII.A GARIBI

México, D.F., 1 1 marzo 1965


Sr. Dr. don Leopoldo Zea,
Director General de Relaciones Culturales,
Depto. de Cursos, Conferencias y Congresos,
Secretaría de Relaciones Exteriores,
C i u d a d.
Con referencia al atento oficio de usted fechado el 14 de diciem­
bre anterior, AV· expediente XV/04/61 1 , relacionado con la
consulta hecha por el señor Lic. don Agustín Leñero, Embaja­
dor de México en San José, Costa Rica, respecto al uso de la
"equis" en la voz México, me permito informar a usted que
esta corporación me turnó, para dictamen, dicha consulta.
El dictamen que sobre el particular he presentado es el si­
guiente:
"Por reciente acuerdo de esta ilustre Academia me permito
contestar la consulta hecha el 14 de diciembre de 1964, bajo
el número 1 42,029, por el Doctor Leopoldo Zea, Director Gene­
ral de Relaciones Culturales del Departamento de Cursos, Con­
ferencias y Congresos, de la Secretaría de Relaciones Exteriores,
motivada por un artículo periodístico del lingüista costarricen­
se don Cristián Rodríguez, anexo al oficio # 1 159 que sobre
el mism_o asunto dirigió con fecha 24 de septiembre próximo
pasado el Señor Embajador de México en Costa Rica, Lic.
Agustín Leñero, al expresado Dr Zea.
Versa la consulta acerca de si el toponímico de origen náhuatl
con que se designa a la capital de nuestro país debe escribirse
con j o con x.
Mucho se ha discutido ya sobre este particular en el curso
de los siglos, en diversos órganos periodísticos de esta capital
y del interior, sin que el resultado de las discusiones de las
controversias a que ha dado lugar dicho toponímico, haya per­
mitido llegar a una conclusión que a todos satisfaga, acaso
[80]
BAM, 3 SOBRE LA GRAFlA DE LA PALABRA Mtx,co 81

porque la s per sona s que han tomado parte en e lla sno se han
co locado en e l mi smo p lano.
No e s e sta la primera vez que me veo en e l ca so de tener
que tratar tan debatido tema .Amp liamente me ocu péen élhace
treinta y tre s año s en un intercambio de corre spondencia que
tuve con e l erudito hi storiógra fo y croni sta de la ciudad de
Guada lajara , don Lui s Páez Brotchie .
Tampoco e s ésta la primera vez que nue stra Academia deja
oír su voz sobre e ste punto que a tanto s e scritore s antiguo s
y moderno s ha intere sado.
E laño de 1931,con motivo de lo sdiver so sartícu lo spub lica­
do s por medio de la pren sa acerca de lnombre de nue stro paí s,
e l doctí simo abogado, mae stro de lengua ca ste llana ya cadémi­
r.o Lic .don Alejandro Quijano ,pub licó un su stancio so artícu lo
en e l diario metropo litano El Universalen su edición de lmiér­
co le s 4 de noviembre de 1931,bajo e ltítu lo " M�ión de Orden:
La Academia Españo la permite ya e scribir México, con X"
En dicho artícu lo ,don Alejandro se dec lara partidario de la X
y con fie sa que con Xha e scrito siempre e se nombre yque con
X lo seguirá e scribiendo .
Vo y a permitirme copia r textua lmente a lgo de l contenido
de dicho artícu lo: " ...quiero ac larar ahora ante lo s de fen sore s
de la X ye specia lmente ante lo sque quieren, llevando la po líti­
ca a la lexicogra fía ,que nue stra s Cámara spidan a la Academia
E spaño la que sancione ocuando meno spermita e lu so de la X,
que su preten sión e sin úti l. Ye sin úti lporque e stá ya sati sfe cha.
Ignoro por quéentre todos lo sque han venido e scribiendo sobre
e ste a sunto no ha habido uno que diga que ya la ca sa que
limpia, fija y da e sp lendor a l idioma, seg ún e l conocidí simo
lema, ha dado su venia para que se escriba México con X...
" ... Ye sevidente que siendo e lu so de la Xde México,genera l,
ca si univer sa l, dado que una enorme proporción de lo smexica­
no s e scribimo s e l nombre de nue stro paí scon X, siendo míni ­
mo e l n úmero de lo sque emp lean la J la Academia que ,como
digo ante s, y e s verdad, acepta siempre lo que e l u so genera l
con sagra, sancionará un poco má sade lante, de modo de finiti­
vo, la ortogra fía que a lguno s diputan patriótica. E llo a pe sar
de que ta lortogra fía pugne,por ho y con e lva lor que en buena
pro sodia tiene la X. Ma stodo se podrá andar -ba stará para e llo
que la Academia mi sma,a l seña lar e lva lor fonético de la X sig­
ni fique que en a lguno sca so sde excepción,como en e lnombre
de nue stra Rep úb lica, úene de nuevo e l sonido de J que antaño
82 Josr. IGNACIO DÁVILA GARIBI BAM, 3

tuvo . Prácticamente esto queda ya hecho, pues sin duda que la


Es pañola, al permitir la orto grafía Mexicano,lo hace para que
se pronuncie Mejicano, y no Mecsicano"
Hasta a quí los datos que he tomado del artículo del señor
Quijano .
El distin guido escritor público, don Luis Páez Brotchie ,con
motivo de lo que acerca de la X de México escribió en su
Ideario estético el polí grafo yucateco don José Díaz Bolio, en
marzo de 1959, publicó dic ho señor Páez Brotchie una serie de
artículos, en el di ario El Informador, a partir del jueves 16 de
abril del año citado . Su título : " México: Su etimolo gía .- Su
correcto exa grama "
En el primero de ellos re produce textualmente un párrafo
del ideario del señor Díaz Bolio que co pio a continuación:
" Desde un punto de vista gramati cal, no cabe duda que los
hombres del se gundo im perio escribieron correctamente Méjico
con j. Pero vino el triunfo del liberalismo y se volvió a la tradi ­
c ional e quis, si gnifi cando así que se arrai gaba la nacional.
Quien esto escribe -a gre ga D. Luis -está de acuerdo y nunca
ha podido escribir el nombre de nuestra patria con j, por más
que com prende que esta sería la forma correcta "
Sin embar go, más adelante propone el señor Díaz Bolio que
el toponímico al cual me estoy refiriendo,se escriba con Gy no
con X ni con J
Otras mu chas y variadas o piniones de diversos autores con ­
tienen los artículos del señor Páez Brotc líie, publicados del 1 6
de abril al 2 4de se ptiembre de 1959,unas e n pro de la Xy otras
en pro de la J las cuales considero que son una buena fuente
de información biblio gráfica .
La periodista Laura Galaviz,en un estudio intitulado " Méxi ­
co o Méjico . Valor histórico y fi loló gico " re producido e n parte
y comentado por el señor Páez Brotchie en los artículos a que
he venido refiriéndome, dice, entre otras cosas, que por su ori­
gen está correctamente escrito México, así con X. Los indios,
ex plica esta escritora, "escri bían con jero glíficos y lo que los
es pañoles hicieron fue dar una escritura alfabética a muchos
de esos sonidos,eli giendo la X para las palabras que a únconser­
van con esa letra ... "
Varios autores dan no poca im portancia al estudio etimoló gi ­
co del vocablo en cuestión y la relación que existe entre las
grafías y los fonemas con que se escribe y pronuncia en náhuatl.
Yo sinceramente creo que tales dis quisiciones, que ponen
de relieve la erudición de sus autores,no son del todo necesarias,
BAM, 3 SOBRE LA GRAñA DE LA PALABRA MtXICO 83

ya que se trata de una cuestión meramente ortográfica y de


actualidad, respecto de un toponímico náhuatl: Mexihco, que
desde hace varios siglos se acomodó a la evolutiva fonética del
castellano: Mexihco = México.
Diré, por último, por lo que toca a citas bibliográficas de
autores partidarios de la X, que el tantas veces citado Páez
Brotchie en el quinto de sus artículos, afirma que: "la represen­
tación gráfica española de la palabra México fue uniforme entre
t'ldos los escritores del siglo XVI'" y que "esta uniformidad
acusa que se tradujo minuciosa y fielmente"
En cuanto al uso de la J en el vocablo en cuestión y en sus
derivados, me limito a decir que la Real Academia Española,
en el diccionario de la lengua que periódicamente edita, escribe
con J este vocablo y que un gran número de miembros de esa
ilustre corporación lo escribe tarµ.bién con J
En mi concepto, el toponímico México, desde el punto de
vista fonético, indiscutiblemente debe escribirse con J
Desde el punto de vista histórico y tradicional puede escribir­
se con X, sin que esto constituya un error ortográfico, porque
no hay regla sin excepción y este nombre geográfico es una ex­
cepción cuyo uso, según el Lic. Quijano, Director que fue de
esta Academia, está permitido y es precisamente con X como
aparece en los documentos oficiales.
Por otra parte, al igual que esta excepción que procede de una
lengua indígena, la tenemos en nombres de origen español
como por ejemplo, Javier que lo mismo en México que en
España y en otros países de habla española, varios escritores de
reconocida competencia lo escriben con X"
La Academia, en reciente sesión, aprobó el dictamen antes
transcrito, con la adición propuesta por el académico Fernán­
dez del Castillo al párrafo del señor Páez Brotchie incluido en
tal dictamen, respecto del uso de la X, en el siglo XVI, en
España, o sea aclarando que también aquí, en dicha centuria,
se usó la X en los libros de Cabildo de la ciudad de México
y en los documentos oficiales: y la misma Academia acordó que,
como tengo el honor de hacerlo, se pusiera lo anterior en
conocimiento de usted.
Me es grato aprovechar la oportunidad para ofrecer a usted
las seguridades de mi atenta consideración.
José Ignacio Dávila Garibi
Consultas sobre la lengua
DICTÁMENES
El verbo Financiar

El verbo financiar como el Diccionario lo indica, es regular


y transitivo, por lo cual no hay ningún problema en su conjuga­
ción y debe seguir el modelo de los verbos terminados en ar No
hay motivo para acentuar la i del radical, es decir· presente,
yo financio, tu financias, etc., pretérito, yo financié, tu finan­
ciaste, etc., futuro, yo financiaré, tu financiarás, etc.

México, D.F., 3 1 de agosto de 1977

Memorando y Currículum

La palabra "memorandum", seguramente por reiterado y am­


plio uso que fue aumentando desde hace años, se considera que
ha entrado ya al acervo de nuestra lengua y la Real Acade­
mia Española la ha aceptado en su forma castellanizada "me­
morando" que parece lo más recomendable y así no hay
problema para formar el plural que, lógicamente, es "memo­
randos"
Respecto a la palabra "curriculum" aunque su uso, antes
reservado para documentos académicos o sea universitarios,
donde no extrañaba ese término latino, todavía no puede decir­
se que pertenezca a nuestra lengua y no se ha determinado
cómo podría castellanizarse; así, pues, creo que no queda sino
seguirla usando en su forma latina "curriculum" y por lo
tanto su plural será igualmente latino "curricula" aunque
esto da lugar a concordancias aparentemente forzadas, ya que la
terminación en "a", propia de palabras femeninas en singular
se oye raro anteponerle el artículo masculino plural: "los curri­
cula", además lo usual y lógico es emplear la expresión comple­
ta: "currículum vitae" y claro que el plural correspondiente
latino es "curricula vitarum" pero esto es casi inusitado por
ignorancia del latín y también se oye raro el anteponerle el
artículo masculino plural "los"
[87]
88 CONSULTAS SOBRE LA LENGUA BAM, 3

Títulos masculinos y femeninos


Los sustantivos correspondientes a títulos profesionales pue­
den y deben darse, con la desinencia masculina o femenina que
corresponda a la persona a la que se aplica. Los más antiguos
de estos títulos, como doctor, abogado y licenciado, hace mucho
que figuran en el Diccionario de la Real Academia Española
como sustantivos masculinos y femeninos; algunos otros como
ingeniero, arquitecto, etc., aparecen sólo como masculinos, pe­
ro esto se debe a que la elaboración del Diccionario es muy lenta,
las nuevas papeletas con reformas o correcciones se van incor­
porando poco a poco y los términos antes citados no tenían
aplicación en femenino hace años; pero es evidente que ahora
que sí lo tienen, deben usárseles en la forma femenina cuando
así corresponda.
El .hecho de que algunos, como los citados antes, ingeniero,
arquitecto, etc., aparezcan en el Diccionario como masculinos
es por la razón antes mencionada, y lo prueba como ejemplo
el caso del vocablo candidato, que aparece en el último Diccio­
nario como sustantivo que tiene masculino y femenino, pero
que en diccionarios anteriores aparecía solamente como mascu­
lino, porque no era usual aplicarlo a mujeres, pero tampoco
quiere decir que fuera del género común.
Los sustantivos, como lo indica cualquiera gramática, aun
la más elemental, por razón de su género pueden ser masculi­
nos, femeninos y comunes (de los llamados epicenos y análogos
no es caso tratar) pero estos últimos se consideran casi como
excepción, y en cada uno de sus casos el Diccionario claramente
los señala así: por ejemplo los vocablos mártir y testigo, que no
cambian, ya se aplican a hombre o mujer, lo cual sólo se indica
por el artículo correspondiente: el mártir, la martir, el testigo,
la testigo; pero, repito, cuando son sustantivos comunes están
indicados claramente con esa calidad y son pocos o excepciona­
les. La regla es que los sustantivos sean, como dije, masculinos
o ferneninos y, naturalmente, cuando correspondan a uno
u otro sexo llevarán la terminación respectiva.
En resumen, se reitera que los nombres sustantivos que signi­
fiquen títulos profesionales deben llevar la forma masculina
o femenina que corresponda al sujeto de dicho titulo.

México, D.F 30 de marzo de 1979.


BAM, !I DICTÁMENES 89

He assette"

l . La palabra "cassette", desde el momento en que no aparece


en el Diccionario de la Real Academia, no está aceptada oficial­
mente en el léxico de la lengua. Sin embargo, es obvio que se
trata de una voz muy usada en la actualidad; en vista de lo cual
se sugiere que, mientras la Real Academia decide sobre su incor­
poración al Diccionario, se respete la ortografía francesa origi­
nal (cassette). Por otra parte, el uso en México es en género
masculino (el cassette) a pesar de que la voz francesa es fe­
menina.
2. La voz "cassettera" aunque tiene como base una palabra
extranjera, es un vocablo derivado de conformidad con las
reglas españolas de formación de palabras, y por ende se sugiere
simplificar su ortografía eliminando una s y una t (casetera).

México, D.F., 4 de septiembre de 1981

A lgunos derivados verbales

l . Existen en español muchos verbos en izar que proceden de


un adjetivo en al, un buen número de los cuales aparece ya en
el Diccionario de la Academia: nacional nacionalizar , social
socializar, municipal municipalizar, etc. Puede pensarse que
el significado más general que tienen los verbos anotados sería
el de "hacer nacional, social o municipal algo" Por lo anterior
y ante la necesidad de emplear un verbo que explique el hecho
de convertir en estatal (perteneciente al Estado) algo que no lo
era, se sugiere la forma estatalizar.
2. No existe en español el verbo proselitar ni hay anteceden­
tes que permitan crearlo. Se recomienda usar la perífrasis "ha­
cer labor de proselitismo"
S. No parece necesario formar el verbo propagandizar, pues
propagar, en su Sa. acepción, significa "extender el conoci­
miento de una cosa o la afición a ella'', que viene a ser lo mismo
que "hacer labor de propaganda"
4. Tanto remplazar como reemplazar son aceptados por el
Diccionario de la Academia. Las nuevas normas aceptan re con
una sola e.

México, D.F., 12 de noviembre de 1981


Documentos
INFORME DE LA SUBCOMISIÓN DE
LENGUAJE
Puesto que se trata de una obra de interés nacional y que
coincide ron su propia misión, la Academia Mexicana ha cola­
borado con el mayor interés en las tareas que le han sido
asignadas en el marco de la Comisión Nacional para la Defensa
del Idioma Español.
Como trabajos inmediatos ha propuesto y se encuentran ya
en marcha los siguientes:
l. Se ha iniciado la revisión, el estudio y la nueva definición
de los mexicanismos que aparecen en la última edición del
Diccionario de la lengua española de la Real Academia. Nues­
tro propósito es proponer a ésta definiciones precisas de los
mexicanismos, supresión de algunos en desuso e inclusión de
otros no considerados, con la intención de que sean incluidos
en la próxima edición de dicho diccionario.
2. Mediante un equipo de investigadores, coordinado por los
miembros de la Academia que participan en esta Subcomisión,
se ha iniciado el estudio de tres aspectos del lenguaje público
que consideramos especialmente inclinados al uso de formas
viciosas del lenguaje.
a) Las columnas periodísticas y las informaciones sobre te­
mas económicos;
b) La publicidad y los textos en las revistas femeninas;
c) Los avisos, anuncios comerciales, inscripciones, etc., que
aparecen en las calles de la ciudad;
En estos tres campos se registrarán los neologismos, las cons­
trucciones sintácticas impropias y los errores lingüísticos, los
cuales se harán notar a las instituciones o personas responsa­
bles, con el fin de procurar su corrección. Posteriormente se
harán publicaciones de listas de estos errores, y de la forma
correcta de escribirlos, ya sin indicación de los autores o respon­
sables.
�- Se publicarán manuales populares que difundan las reglas
ortográficas y de pronunciación básicas, las reglas de la sintaxis
española y repertorios que señalen los disparates y usos viciosos
más frecuentes y muestren los giros idiomáticos preferibles que
[9�]
94 JOSt LUIS MART!NEZ BAM, !l

pueden ser utilizados. Asimismo se promoverá la publicación


de un Diccionario del español fundamental de México.
Finalmente, la Subcomisión delLenguaje colaborará con las
otras subcomisiones en las consultas que le propongan.
Es satisfactorio informar que la directiva de la Real Academia
Española se encuentra muy interesada tanto en el programa
general que realiza la Comisión Nacional para la Defensa del
Idioma Español como en los trabajos específicos de la Subcomi­
sión de Lenguaje, los cuales se han informado al Director
de la Real Academia Española. Existe el propósito, en princi­
pio, de transmitirlos a los directivos de las demás academias de
nuestra lengua que existen en el mundo, con la intención de
procurar que se emprendan, en el mundo hispánico, tareas
semejantes a las iniciadas en México.

México, D.F., a 25 de marzo de 1982.

JOSt LUIS MARTINEZ


Presidente de la Subcomisión de Lenguaje
PÁRRAFOS DEL REGLAMENTO DE LA
COMISIÓN INTERSECRETARIAL DEL
ESPA�OL RELATIVOS A LA SUBCOMISIÓN
DE LENGUAJE
ARTIC UL O l l o .-Corres ponde a la Subcomisión de Lenguaje :
l. Asesorar a las demás Su bcomisiones cuando lo soliciten ,
res pecto a cuestiones ling üísticas relacionadas con el
buen uso de la len gua es pañola .
II. Prom over la revisión de las de finiciones de los mexica ­
nismos en los diccionarios princi pales ,con el pro pósito
de sugerir a los autores o a las instituciones res pect ivas ,
las modi ficaciones ,adiciones o su presiones pertinentes ,
a fin de que estas voces tengan su correcta ace pción .
III. Dirigir y su pervisar las labores de un equi po de trabajo
que registre las incorrecciones idiomáticas a parecidas
en libro s, periódicos ,revistas ,a nuncios ,material publi ­
citario , formas im presas y documentos o ficiales y priva ­
dos de divulgación pública ; o pronunciadas en progra ­
mas de radio y televisión o en películas cine matográ fi ­
cas , con el pro pósito de hacer notar los usos viciosos
advertidos y las formas correctas y pre feribles . Solicitar
y encauzar la colaboración pública con este pro pósito .
IV Dirigir y su pervisar en c oordinación con la Subcomi ­
sión Editorial , la pre paración de manuales po pulares
que di fundan las reglas ortográ ficas y de pronunciación
básicas , y las reglas princi pales de la sintaxis es pañola ;
señalen los dis parates y usos viciosos más frecuentes y la
manera correcta de escribirlos o pronunciarlos , así co ­
mo publicar diccionarios del es pañol fundamental .
V Promover la investigación de los usos viciosos es pecial ­
mente en las zonas fronterizas y centros turísticos con
el pro pósito de pro poner acciones que abatan sus cau­
sas .
VI. Realizar aquellas funciones relacionadas con el objeto
de la Comisión que sean a fines a las señaladas en las
fracciones que anteceden o que le encomiende la Presi ­
dencia de la Comisión .
[95]
V ida de la Academia
MARIA DEL CARMEN MILLÁN
( 1914-1982)
La Secretaria Perpetua de la Academia Mexicana, María del
Carmen Millán, murió en esta capital el l ro. de septiembre de
1982. Tan lamentable final de una larga, inteligente y meritoria
vida, produjo la consiguiente consternación en todas las esferas
intelectuales, de las cuales fue la finada expresión eminente.
Hasta el ingreso de María del Carmen Millán en la Aca­
demia Mexicana, ésta no contaba en sus filas con ninguna voz
y actuación femeninas. El caso no tiene mayor explicación.
Epocas pasadas prefirieron pasar por alto la significación de la
mujer, así haya sido sobresaliente en la creación literaria. Re­
cuérdese el caso de doña Emilia Pardo Bazán, que pese a sus
excepcionales merecimientos, tuvo cerradas las puertas de la
Academia hasta su muerte. En nuestra época, venturosamente,
no cabe semejante manera de pensar
Breve, muy breve fue el paso de María del Carmen Millán
por la Academia Mexicana. Miembro de Número desde junio
de 1975, su fecunda actividad señaló inmediatamente sus pren­
das, y a la muerte del compañero José Rojas Garcidueñas, Se­
cretario Perpetuo de la Institución, ocurrida en 1981, fue desig­
nada por unanimidad para tan honroso y laborioso encargo.
María del Carmen Millán figuró con notable relieve en
los más encumbrados niveles de la vida universitaria. Autora
de docenas de prólogos, antologías y ensayos, frutos de su
incesante investigación, escribió libros de tanta enjundia como
El paisaje sinfónico, El paisaje en la poesía mexicana, Ideas
de la Reforma en las letras patrias, Literatura mexicana, y, sobre
todo, dirigió ese logrado y extraordinario índice de nuestras
letras, el Diccionario de escritores mexicanos, que basta por
sí solo para dar fe de su singular valencia.

M.M.

En representación de la Academia Mexicana, nuestro Director


pronunció las siguientes palabras en los funerales de la
doctora Millán.
[99]
100 VIDA D E L A ACADEMIA B,AM, 3

DESPEDIDA A MARlA DEL CARMEN MILLÁN


POR Jost LUIS MARTINEZ

Las letras mexicanas, la Universidad Nacional Autónoma de


México, la Secretaría de Educación Pública, la Academia Mexi­
cana, sus amigos y sus discípulos sufren una dolorosa pérdida
con la desaparición de la doctora María del Carmen Millán.
A todos nos duele su muerte porque María del Carmen, a lo
largo de su vida, sólo trabajó por enseñar, por cuidar voca­
ciones, por estudiar nuestras letras, por servir a las instit1,1.dones
cultu,rales en las que tuvo responsabilidades y por hacer de la
amistad la más solícita y oportuna devoción..
Dejo constancia de sus empre� más importantes por las
que la cultura mexicana le es deudora: el Diccionario de escri­
tores mexicanos ( 1967) que promovió y organizó; las investiga­
ciones que alentó, en el Cen,i:o de Estudios Lite�ark>s de la
UNAM, del periodismo literario en el siglo XIX. ; la. dirección,
la calidad y la regularidad que mantuvo de una colección popu­
lar muy valiosa, los Sep-setentas, cuyos 315 volúmenes apare­
cieron semana a semana de 197 1 a l 976; Y. sus propios libros:
El paisaje en la poesía mexicana (1952), l¡..iteratura mexicana
(con notas de literatura hispanoarnerk� y antología) (l962),
la Antología de cuentos mexicanos, 3 vols. (1976) y � e4i.­
ciones de obras de Ángel de Cam¡¡,o e Ignacio Manuel A,,l,tami­
rano. Está por publicarse la edi,;iór.i, y estudio preliminar q1,1e el
Fondo de Cultura Económica le en<;argó del Teatro de M;anuel
Eduardo de Corostiza. Como reconocill,}iento a la cali�d de
sus obr�. en 1975 se le designó la Mujer deL A_í)o; y al mismo
tiempo la Academia Mexicana la, eligió miembro de nú­
mero, para ocupar la silla número XII, y desde fines de 1981
Secretaria de la A,,cademia. Fue la primera mujer que ingresó
en esta in.stitución.
Al despedirla ahor�. en nQmbre de la Academia Mexicana
qu.e ijusu:ó y sirvió, quiero añadü la íntima tristeza con que
le dice a4iós uno de sus más viejos. amigos. Y tengQ que recor­
dar aquellas mañanas de los primeros años cuarentas en que,
después de dar clases en la Preparatoria de San Ildefonso, nos
encontrábamos para platicar, buscar libros y comer algún an�
tojo, que ent9nces no nos hacía daño; y aquellas tardes en la
BAM, , VIDA DE LA ACADEMIA 101

Farultad de Filosofía y Letras, de Mascarones, donde compartía­


mos, juntos a los amigos y amigás de aquellos años felices, las
clases de literatura de don Julio Torri, don Julio Jiménez
Rueda y don Francisco Monterde, y María del Carmen me deja­
ba copiar las tareas de latín, que ella sí cumplía. En mis an­
danzas diplomáticas, nunca me faltaron sus cartas para contar­
me ruanto ocurría en México, alentar mis desánimos y buscar­
me los libros que necesitaba.
Cuántos de sus amigos recordarán también la precisa cons­
tancia de su amistad, como si sólo viviera para cuidar a quienes
estuvimos cerca de ella; la generosidad e inteligencia con que
dirigió la formación de tantos jóvenes, y la ironía con que
sabía corregir debilidades y poner en su lugar convenciona­
lismos. Ahora se nos fue la Maestra Millán, la Doctora Millán,
María del Carmen o Carmelita, según fue para cada uno; y al
decirle adiós a su gran corazón sabemos que nos quedamos un
poco más solos.
(lo. de septiembre de 1982.]

CENTENARIO DE JOSÉ VASCONCELOS


Para conmemorar el primer centenario del nacimiento de don
José Vasconcelos, quien en nuestra Corporación ocupó como
Miembro de Número la Silla V 1952- 1959) y fue nuestro 7o.
Bibliotecario, la Academia Mexicana llevó a cabo una sesión
pública celebrada el 1 1 de febrero del presente año. En la sesión
conmemorativa tomaron parte los señores académicos don Mau­
ricio Magdalena, don Salvador Azuela y don Andrés Henestro­
sa, quienes hablaron, respectivamente, de "Plenitud y mexi­
canidad de José Vasconcelos" "La gestión educativa de José
Vasconcelos" y "Una anécdota de José Vasconcelos"
La sesión se vio muy concurrida y los trabajos que se aca­
ban de mencionar se recogerán en el tomo correspondiente de
nuestras Memorias.

ACADÉMICOS PREMIADOS

Dos de nuestros colegas han sido galardonados con sendos


Premios Nacionales como reconocimiento a sus méritos en las
letras.
102 VIDA DE LA ACADEMIA BAM, 5

Don Mauricio Magdalena recibió el Premio Nacional de


Literatura correspondiente a 198 1, y don Antonio Acevedo Es­
cobedo recibió el Premio Nacional de Periodismo, en el área
de Difusión Cultural, correspondiente a 1982.
El Premio Internacional Alfonso Reyes 1982 fue concedido
a nuestro Director don José Luis Martínez, quien también
recibió el Primer Premio de Cultura Hispánica 1982, por su
libro Pasajeros de Indias.
En su oportunidad la Academia presentó sus parabienes a los
premiados, y se complace en reiterarlos en las páginas de
este B oletín.
Reseñas
MATEO AL EMÁN , Ortografía castellana 1609), Ed ición de
José Rojas Ga rcid ueñas , Es tud io p rel im ina r de Tomás Nava­
rro , T�lle res de Edimex . Méx ico , Academ ia Mex icana , 1981.
XXXIX + 24 pp .
No fue el novel is ta Ma teoAlemán ,lle gado a Méx ico en fe cha cerca­
na a 1609, el triunf an et y son rien te a uto rde El pícaro Guzmán de
A lfarache q ue , an tes del Quijote, revol ucionó el med io in te­
le ctual de España ; p ues sólo en 1600 el l ib ro se re imp rim ió
dos ve ces en Mad rid y tuvo además ed iciones en Ba rcelona ,
L isboa , Co imb ra , Bruselas y Pa rís . Po rq uién sabe q uém is te rio­
sas razones ,el semblan te del es crito rlle gado aq uíma nifes taba
señales de aba tim ien to y tris teza. Mien tras res id ía en tre noso­
tros ,p ubl ico s u Ortografía castellanay los Sucesos de fray Gar­
cía Guerra, has ta apa ga rse s us d ías en 1615 y en C hal co , s itio
de s u asen tam ien to .
A rese rva de sa ca r a l uz los Sucesos. . , la Academ ia Mex i­
cana p ubl ica a ho ra la te rce ra ed ición de la Ortografía castellana
( Méx ico , 1 609,y El Cole gio de Méx ico , 1950) , con in trod ucción
de José Rojas Ga rcid ueñas y es tud io p rel im ina r de Tomás
Na v.a rro. El ún ico eje mpla raseq uible del remo to l ib ro o riginal
se ob tuvo en el repos ito rio del desapa re cido b ibl ió grafo C.R .G.
Con way q uien lo fa cil itó pa ra rep rod ucción fa cs im ila r La
Ortografía de Alemán no debe ve rse como un tra tado me tó­
d ico pa ra la enseñanza de la es critura , p ues el tex to se d is tin­
gue po r s u con te nido do' ctrinal y po rs us cual idades l ite ra rias .
Rep resen tó po rs upa rte la pos ición más avanzada en tales espe ­
cula ciones .
De Ma teo Alemán , na cido en Sev illa el m ismo año de la
m ue rte de He mán Co rtés ( 1547) , se igno ra dónde reposan s us
res to s. Se gún Tomás Nava rro , "el ale gre y ven turoso pere grino "
como él se llamó en un pasaje ro esf uerzo de es peranza , halló en la
N ueva España el f in p róx imo q ue s us "p resen tim ien tos le a ugu­
raban desde q ue sal ió de s u tie rra andal uza."
En es tos d ías en los cuales se p re tende una higien iza ción
de id iomas , ojalá al canzá ramos la mayo r pa rte de "la d ul ce
pl uma y len gua "· ev ita r las ofensas del o ído y los ul trajes a
la v is ta cuando se adv ie rten las co ces d ispa radas al habla r co­
rre cto desde las d ispa ra tadas denom ina ciones de tan tos es ta­
ble cim ien tos me rcan tiles . A mayo r ab undam ien to , el p rop io
[ 1 05 )
106 RESEFlAS BAM, 3

Alemán consigna: "La ortografía es un arte de bien escrebir,


y el escrebir es copia del bien hablar en razón está puesto que
se debe sacar todo traslado con toda fidelidad, que aquel retrato
sera mejor que se pareciere más a su dueño." Igualmente, al
referirse al cargo hecho contra el español por los materiales
que éste había cogido del árabe y otros idiomas, el autor denun­
cia su origen personal y se nos pone de lo más andaluz y
gitano al expresar: "Todo es verdad, no lo niego; mas ha sido
como el mayo de Portugal, que lo cargaron de joyas y se alzó
con todas... [La lengua española) está hoy como novia, com­
puesta, hermosa y bien aderezada de cuanto se le podía hallar y
traer."
La Ortografía castellana censura grafías latinizantes que en­
tonces solían emplearse, como auctor, augmentar, sciencia.
Había quien se esforzaba por pronunciar literalmente esas pala­
bras, incurriendo en afectación semejante a la corriente obser­
vable en subscripción, psicólogo u obscuro, entre quienes se
inclinan a la dicción purista. Decía Alemán, irónicamente, que
a quienes de este modo presumían de discreptos se les podía
tildar de nepcios.
El maestro Navarro señala cómo Alemán "coincide con otros
contemporáneos suyos al decir que el ingenio español había
logrado elevar su renombre hasta igualar las letras con las
armas, y añade que era sobre todo la lengua española, que por
virtud de sus producciones literarias, que son también armas
y riquezas, podía aspirar a la conquista de los demás países.
Alemán no dejaba de tener presente el nombre de México, a
cuyo prestigio trataba de contribuir, mostrando cómo 'desde
tierra nueva de ayer descubierta' se extendían enseñanzas pro­
vechosas para las demás naciones.''
No dejaba don Tomás de encarecer en este tratado de la
Ortografía la recomendación del esmero, solicitud y cuida­
do que toda obra requiere para elevar su valor y calidad, y alude
al sentido de acción inacabada y perfectible con que Apeles
acostumbraba firmar sus pinturas. Censura también, de paso,
la prisa y falta de cuidado de autores y editores en la publica­
ción de los libros.
En los planes de próximas ediciones la Academia Mexicana
reserva sorpresas, inclusive en torno del poeta José Juan Ta­
blada sobre tema tan actualizado como la micología (los hongos
en sus sorpresivas variantes). Ya los veremos.
ANTONIO ACEVEDO ESCOBEDO
BAM, 3 RESE¡qAS 107

JOSÉ ROJAS GARCIDUEfiíAS, Temas literarios del Virrei­


nato, Méxi co , Miguel Ángel Porr úa , S.A., 198 1 246 pp.
El presente volumen se forma con diez trabajos de nuestro año­
rado Se cretario Per petuo que "se es calonan desde pleno siglo
XVIhasta el siglo pasado " como se es pecifi ca en la noti cia
preliminar , fe chada en junio de 198 1 .
Rojas Gar cidueñas fue durante años , y a caso los mejores de su
laboriosa vida , miembro del Instituto de Investiga ciones Esté­
ti cas de la Universidad Na cional Autónoma de Méxi co , en
cuyos Anales parti ci pó, sea como editor o como investigador
En esta y otras publi ca ciones periódi cas dio a la estam pa los
ensayos que reunió en este volumen sobre diversas cuestiones
literarias del periodo virreinal , que tan profundamente estu­
dió ,em pezando por su primer libro : El teatro de Nueva España
en el siglo XVI ( 1935) que congelado por cir cunstan cias curio­
sas ,sólo se cono ció con la am plitud mere cida hasta 1973, cuan­
do puesto al día se publi có en segunda edi ción , como volumen
101 de la Cole cción Se pSetentas.
De los ensayos reunidos bajo el título de Temas literarios
del Virreinato, todos de parejo interés , desta can para mi gusto
personal , los que se refieren a Sor Juana y su entrañable ami­
go don Carlos de Sig üenza y Góngora ,y los que se refieren a la
novela en la Nueva Es paña , pues a portaron datos pers pi caz­
mente ca ptados y re ctifi can o pre cisan puntos que re petidos
sin elabora ción crít ica sufi ciente , se vienen co piando ma cha­
conamente.
Como se re cuerda , entre los libros de Rojas Gar cidueñas ,
uno está dedi cado a don Carlos: Don Carlos de Singüenza y Gón­
gora, erudito barroco, 1945, algunas de cuyas a pre cia ciones
ocasionaron cordial inter cambio deo piniones ron Fran ci sco de la
Maza , re cogidas en plaquetas de exquisita belleza ti pográfi ca
tan del gusto de ambos interlo cutores. Un ejem plo : Sor Juana
y don Carlos. Explicación de dos sonetos hasta ahora confusos,
de De la Maza , Méxi co , 1970,edi ción de 99 ejem plares .
Lo im portante de estos trabajos de Rojas Gar cidueñas ,radi ca
en el estudio personal de los temas , dire cto y sobre los do­
cumentos originales , que substan cian o piniones sólidamente
fundadas .
Sirvan como ejem plo del riguroso trabajo del bachiller de
Salamanca, las dos notas que cierran el volumen comentado ,
1 08 RESElilAS BAM, 3

consagradas a discutir la paternidad de la novela Jicotencal,


1826, uno de los enigmas que la historia de nuestras letras
plantea a nuestros investigadores sin que se hayan aclarado
hasta la fecha.
PORFIRIO MARTINEZ PE�ALOZA

JOSÉ ROJAS GARCIDUEÍVAS, Salamanca/Recuerdos de mi


tierra guanajuatense. México, Editorial Porrúa, 1982. 237 pp.
(Ilustr.)
El extinto José Rojas Garcidueñas, fino literato, crítico e his­
toriador del arte, y quien a lo largo de la vida adulta ostentó
el sobrenombre de "Bachiller" como tácito homenaje a la po­
blación de donde provino, legó póstumamente a sus paisanos
este libro que han de agradecerle. Desde una Salamanca "pobre,
triste, pequeña y mortecina" el autor se solaza al narrar los
sucesos por los cuales la misma se ha superado.
Si en la investigación previa al establecimiento de la ciudad
intervino un pariente del Mateo Alemán de El pícaro Guzmán
de A lfarache, ya el virrey Zúñiga y Acevedo, al formalizar el acto
allá por 1602, le aplicó el nombre de su española Salamanca
natal.
Garcidueñas nos da pormenores de la construcción del con­
vento y esa iglesia de San Agustín que se destaca por sus fas­
tuosos retablos barrocos. Próxima la Independencia nacional,
el desusado turista conocido como el barón de Humboldt señaló
cómo los campos más bien cultivados de Salamanca y aledaños
recuerdan a quien los ve las más hermosas campiñas de Fran­
cia. No es mínimo el elogio.
Las borrascas de la insurgencia en los principios del siglo
XIX nos presentan las imágenes de recias figuras. Tenemos
la de Albino García, "el manco García" el cual tras vivir
lances epopéyicos y hallarse en dificultades con un hermano
realista del cura Hidalgo, al ser invitado a someterse ante las
autoridades respondió, muy a lo ranchero, que "él sólo sabía
de la suprema majestad de Dios y no conocía más altezas que las
de los cerros ni otras juntas que las de los ríos" (Aludía a
"la Suprema Junta Nacional",) Otra que tal fue la heroína
María Tomasa Estévez, cuya mejor biografía la condensa este
juicio del doctor Mora: "Murió por su patriotismo y por su
BAM, 3 RESE�AS 109

hermosura." Un personaje más fue Andrés Delgado, "El Giro",


quien, despreciando la intimación a rendirse, cayó al fin acri­
billado de balas; su cabeza fue llevada a Salamanca, por vía
de mientras, y colocada en una escarpia en la plaza principal.
Y cerca de la mitad del siglo pasado, el Colegio Agustino
del lugar, si bien no. alcanzó la rumbosa categoría de Univer­
sidad, sí se constituyó en centro de estudios superiOI"es, simul­
t.áneamente con la enseñania de música, pintura, inglés, fran­
cés ¡y griego y hebreo todavía!
En la reñida batalla de la Coalición el calzado normal de
campaña era el guarache y rara vez el iapato, visto con aver­
sión por los b\lllÚldes "a causa de su incomodidad" En rela­
ción con este combate se recuerda en qué modo Ignacio Ramírez
y Mekbor Ocampo y otros defensores de la Constitución fueron
católicos, pero aquí se nos muestra al general Santos Dego­
llado que salía a campaña rezando el rosario. Se registra
que el emperadoi; Max.imiliano, de paso por Salamanca, mandó
dar cin<;uenta pesos ( ¡de aq�llosl ) para que se abrieran ven­
\ilas en la cárcel y doscientos para los pobres. En la peni­
tern;:iaFía k>cal se prescribía total silencio y en los talleres se
leía: "Que no se oiga más ruido que et producido por el tra­
bajo." (¡En est.e país de vaciladores, relajientos y tarabillas! )
Interesante es la reladón hecha por Rojas Garcidueñas acerca
del paula�ino acrecentamientio-. de la agricultura, las insta.Ja­
ci.ones indu.s triales y petroltras y demás factor,es a los cuales
debe Salam�nca su actual desarrollo y prosperidad. Pero no�
deteo.dremos en. et anuncio de una cien.da de don Valentín
Casi� en: 1886: "CompktQ su.1rtick> de efectos de lujo, medio
}M¡jn y co11i:ieotes. Mantas y estampados de las ptincipales fá.
bricas. Vinos y licores finos. Ferretería y mercería. Continua­
mente se está recibiendo nuevo g¡utido de las casas de México
y Veracmz. Barata constante. '1'-ecios sin rival."
(;op. tazó9· el ánimo. generoso que conocimos en José Rojas
Carddu�ilas debe haber quedado en serena paz después de esta.
oú:enda a los sufos.
ANTONIO A<:EVE0O· ESCOBEDO.
IMPRESORA GALVE, S.A. Callejón de S. Antonio Abad, 39 México D.F.
ACADEMIA MEXICANA

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