CABALLERO ESPEJO MARTHA
VS
HERRERA MALDONADO ARTURO
JUICIO: ORDINARIO CIVIL
EXPEDIENTE: 620/2022
TOCA: 203/2024
ASUNTO: SE INTERPONE AMPARO DIRECTO
C. TERCERA SALA CIVIL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA
CIUDAD DE MÉXICO.
MARTHA CABALLERO ESPEJO, promoviendo por mi propio derecho,
personalidad que tengo debidamente acreditada en los autos del juicio a rubro
citado; ante Usted con el debido respeto comparezco para exponer:
Que, por medio de la presente, vengo en tiempo y forma a interponer
JUICIO DE AMPARO DIRECTO, señalando como principal acto reclamado las
SENTENCIA DEFINITIVA DICTADA DENTRO DEL PRESENTE JUICIO, EN
FECHA QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTITRÉS. Lo anterior para que por
su conducto se permita remitir el Juicio de amparo planteado, así como las
constancias del presente juicio al Tribunal Colegiado que por turno corresponda
para dar trámite a la Juicio de Amparo planteado.
POR LO ANTES EXPUESTO Y FUNDADO
ANTE USTEDES MAGISTRADOS, RESPETUOSAMENTE SOLICITO:
PRIMERO. - Se tenga por presentado el escrito con la personalidad con la
que me ostento, acordando de conformidad por ser procedente a derecho.
SEGUNDO. – Remitir el juicio de amparo planteado, así como las
constancias del presente juicio al H. Tribunal Colegiado que por turno
corresponda.
PROTESTO LO NECESRIO
Ciudad de México a la fecha de su presentación.
______________________________
MARTHA CABALLERO ESPEJO
QUEJOSO: MARTHA CABALLERO ESPEJO
ASUNTO: SE INTERPONE AMPARO DIRECTO
H. TRIBUNAL COLEGIADO DE MATERIA CIVIL EN TURNO DEL
PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
MARTHA CABALLERO ESPEJO, promoviendo por mi propio derecho,
personalidad que se encuentra debidamente acreditada en el juicio ordinario civil y
en el toca de procedimiento de recurso de apelación previo al presente amparo,
señalando como domicilio para oír y recibir notificaciones, documentos y valores,
de todo tipo, aún los de carácter personal el ubicado en: CALLE ROBERTO
GAYOL 1260 INTERIOR 5, COLONIA DEL VALLE, CÓDIGO POSTAL 03100,
ALCALDÍA BENITO JUÁREZ, EN LA CIUDAD DE MÉXICO, solicitando el acceso
al expediente electrónico al usuario BJZaro, dado de alta con el correo electrónico
[email protected], a nombre del Licenciado Osvaldo Zaldívar Rosales,
quien cuenta con registro de cédula ante el Poder Judicial de la Federación,
número 197576, autorizando para oír y recibir notificaciones, documentos y
valores de todo tipo, así como de carácter personal, de conformidad a lo
establecido en términos amplios del artículo 12 de la Ley de Amparo a los
Licenciados en Derecho OSVALDO ZALDIVAR ROSALES Y/O SANDRA JAZMIN
GALINDO NAVARRO con cédulas profesionales número 6422237 y 9436998,
respectivamente, emitidas por la Dirección General de Profesiones; así como a los
CC. LUIS ERNESTO ORIHUELA GARCIA, IMANOL TELLEZ GARCÍA, DIEGO
ZALDÍVAR ÁNGELES, YULIANA YAÑEZ VILLEGAS, ARTURO LÓPEZ
ROMERO Y/O ALEXA ABIGAIL NUÑEZ CHAPARRO; por medio de la presente,
respetuosamente ante Usted comparezco a exponer:
Que estando en tiempo y forma legales, vengo a demandar el amparo y
protección de la Justicia Federal, en contra de los actos de autoridad que a
continuación se señalan, por lo que en riguroso cumplimiento de lo establecido en
el artículo 170 y 175 de la Ley de Amparo, manifiesto lo siguiente:
I. NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO: Han quedado señalados
en el proemio del presente escrito.
II. NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO INTERESADO: ARTURO
HERRERA MALDONADO con domicilio en: CALLE FRONTERA, NÚMERO
157, LETRA C, COLONIA ROMA, ALCALDÍA CUAHUTÉMOC, CÓDIGO
POSTAL 05280, CIUDAD DE MÉXICO.
III. AUTORIDADES RESPONSABLES:
A) C. JUEZ SEXAGÉSIMO CUARTO DE LO CIVIL DEL TRIBUNAL
SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
B) H. TERCERA SALA CIVIL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA
CIUDAD DE MÉXICO, INTEGRANDA POR LOS CC. MAGISTRADOS:
MÓNICA VENEGAS HERNÁNDEZ, JAIME SILVA GAXIOLA y CLAUDIA DÍAZ
ZEPEDA.
IV.ACTOS Y OMISIONES RECLAMADOS:
A) DEL H. JUZGADO SEXAGÉSIMO CUARTO DE LO CIVIL EN LA CIUDAD
DE MÉXICO, SE RECLAMA LA INCONSTITUCIONALIDAD Y LA
ILEGALIDAD DE LA SENTENCIA DICTADA DENTRO DEL JUICIO
ORDINARIO CIVIL CON NÚMERO DE EXPEDIENTE 620/2022, CON FECHA
TREINTA DE NOVIEMBRE DEL DOS MIL VEINTITRÉS.
B) DE LA H. TERCER SALA CIVIL DE LA CIUDAD DE MÉXICO, LA
INCONSTITUCIONALIDAD Y ILEGALIDAD DE LA SENTENCIA DICTADA
DENTRO DEL RECURSO DE APELACIÓN TOCA 203/2024 DE FECHA
QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTITRÉS.
V. GARANTÍAS VIOLADAS.
Las garantías de legalidad y seguridad jurídica, contenidas en los artículos 1,
14, 16, 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
VI. PROTESTA DE LEY:
De conformidad con lo dispuesto en el articulo 175 de la Ley de Amparo,
manifiesto bajo protesta de decir verdad, los hechos o abstenciones que
constan a la hoy agraviada y que constituyen los antecedentes del acto
reclamado y fundamentos de los conceptos de violación, de acuerdo a los
siguientes:
VII. ANTECEDENTES:
PRIMERO. – Que en fecha trece de junio del dos mil veintidós, mi
representada la C. MARTHA CABALLERO ESPEJO, presentó su escrito inicial de
demanda en la oficialía de partes común del Tribunal Superior de Justicia, juicio
Ordinario Civil, del cual versa sobre el Perfeccionamiento de Contrato (ACCIÓN
PRO FORMA) celebrado con el C. ARTURO HERRERA MALDONADO, respecto
del inmueble ubicado en: CALLE FRONTERA, NÚMERO 157, LETRA C,
COLONIA ROMA, ALCALDÍA CUAHUTEMOC, CÓDIGO POSTAL 05280,
CIUDAD DE MÉXICO.
SEGUNDO. – El día doce de junio del dos mil veintitrés, se realizó el
emplazamiento al C. ARTURO HERRERA MALDONADO, elaborada la notificación
por la Licenciada HILDA MARÍN MURILLO Actuaria adscrita al H. Juzgado
Sexagésimo Cuarto de lo Civil en la Ciudad de México.
TERCERO. – Mediante proveído dos de agosto del dos mil veintitrés, se
declaró la rebeldía al C. ARTURO HERRERA MALDONADO.
CUARTO. – En fecha treinta de noviembre del dos mil veintitrés, el H.
juzgado Sexagésimo Cuarto, dicto sentencia definitiva.
QUINTO.- En fecha diez de enero del dos mil veinticuatro, se presentó
recurso de apelación en efecto devolutivo en contra de la sentencia definitiva de
fecha treinta de noviembre de dos mil veintitrés, recurso que fue fue radicado a la
H. Sala Tercera con número de toca 203/2024.
SEXTO.- Que con fecha quince de marzo del dos mil veinticuatro, se dictó
la resolución de los C. Magistrados: MÓNICA VENEGAS HERNÁNDEZ, JAIME
SILVA GAXIOLA Y CLAUDIA DÍAZ ZEPEDA, la cuál se reclama en el presente
ocurso.
Es por ello que la quejosa solicita el amparo y protección de la Justicia
Federal toda vez que la aplicación e interpretación de la ley por parte de la
responsable, ha sido alejada a la legalidad perjudicando directamente el
patrimonio de la quejosa, en virtud de que se han visto violados sus derechos
humanos. Al tenor de los siguientes:
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
PRIMERO. – SE DEBE CONCEDER EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE
LA JUSTICIA FEDERAL, TODA VEZ QUE EL ACTO RECLAMADO NO CUMPLE
CON LA DEBIDA FUNDAMENTACIÓN, ADEMÁS DE QUE LA SENTENCIA
DICTADA EN FECHA QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTICUATRO ES
TOTALMENTE IMPARCIAL E INCONGRUENTE, VIOLANDO LOS PRECEPTOS
CONSTITUCIONALES 14, 16 Y 17.
Ahora bien, de las disposiciones constitucionales que se vieron violadas
tenemos las siguientes:
Artículo 14. (…)
Nadie podrá́ ser privado de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes
expedidas con anterioridad al hecho.
(…)
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de
ésta se fundará en los principios generales del derecho.
(…)
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal
del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma
de juicio en los que se establezca como regla la oralidad, bastará con
que quede constancia de ellos en cualquier medio que dé certeza de
su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.
(…)
Artículo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
(…)
Señala el artículo 14 Constitucional que nadie puede ser privado de su
libertad o sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos en el que se cumplan las
formalidades del procedimiento.
El artículo que se menciona, muestra la protección constitucional que el
Estado otorga a los gobernados, en donde se les brinda la garantía de otorgar a
través de Juzgados especializados los cuales se conforman con peritos en
derecho para que velen por la aplicación de las normas y que cumplan cabalmente
las formalidades del procedimiento, ya que, en sentido contrario, nos encontramos
con violaciones a la seguridad jurídica de la hoy quejosa. Deben atender las
formalidades del procedimiento conforme a las leyes aplicables.
Aunado a lo señalado, el mismo numeral 14 Constitucional establece en su
último párrafo que las sentencias e carácter civil deberán ser conforme a la letra o
conforme a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de esta se fundara por los
principios generales del derecho.
Asimismo, el artículo 16 de Nuestra Carta Magna señala que nadie puede
se molestado en sus bienes o posesiones sino por mandamiento escrito por
autoridad competente que fundamente motive debidamente la causa legal de sus
determinaciones.
Así las cosas, la autoridad responsable tiene la obligación irrenunciable de
que todos sus actos y determinaciones cuenten con la fundamentación y
motivación debida, esto es que no deben de ser arbitrarias, contrarias a derecho y
que no rebasen la pericia que le compete al Juzgador, la cual se centra única y
exclusivamente respecto de consideraciones e interpretaciones de derecho, por lo
que solo deben encaminar su actuar (determinación) con base en lo que señala la
norma jurídica, debido a que la fundamentación son todos los artículos, párrafos,
incisos, fracciones y todo aquel contenido que venga estipulado en la ley y que se
encuentre vigente.
Por lo que respecta a la motivación son todos aquellos, hechos,
circunstancias, consideraciones que proporcionan el impulso para que se llevan a
cabo los actos de autoridad, y que consecuentemente debe existir una
yuxtaposición entre fundamentación y motivación que se encuentre íntimamente
interrelacionada para su debido funcionamiento jurisdiccional.
Por último, tenemos que el artículo 17 Constitucional señala que toda
persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales dentro de los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial.
De lo último que se señala podemos observar que los juzgadores deben de
dar absoluto cumplimiento a lo que disponen las leyes, no solo debe ser aplicado
un razonamiento parcial y alejado a derecho, sino siempre se debe estar centrado
en la legislación, sus principios y la configuración de circunstancias, en caso
contrario nos encontraríamos con resoluciones que son violatorias a la
Constitución y violaciones a los derechos humanos de la hoy quejosa.
De ahí partimos que las sentencias en materia civil deben de encontrarse
revestidas por los principios de exhaustividad y congruencia, lo cual se traduce
que deben de ser completas en todo lo que se ha pedido y/o solicitado, asimismo
deben de resolver sobre los puntos de debate, sin tomar en consideración hechos
distintos.
Medularmente dichos principios señalan que no se debe extrafacultar las
autoridades jurisdiccionales al momento de emitir sus resoluciones, de lo cual, al
caso que nos ocupa, primeramente el Juez Civil es omiso en su totalidad de
señalar la fundamentación y motivación de ordenar una obligación para el notario
público, de verificar si el demandado se encontraba inscrito en el Registro Público
de la propiedad, señalando un requisito adicional a la procedencia de la acción pro
forma, señalándolo como una consecuencia de la procedencia de la acción pro
forma.
Se adiciona dentro de los principios generales del derecho, lo siguiente:
“LA SENTENCIA SOLO OBLIGA A LAS PARTES”
Lo cual al caso que nos ocupa no acontece, en virtud de que la sentencia
contiene una obligación para el notario público, de verificar que el demandado se
encuentra inscrito en el Registro Público de la Propiedad, siendo que el notario
público siendo parte coadyuvante de la administración pública, debido a que la
patente que recibe es por parte del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México (con
los notarios de la Ciudad de México), sus actos son de carácter administrativo y se
considera que son actos de la administración pública, pues es coadyuvante del
Estado para otorgar fe pública a los actos, en este caso, entre particulares.
Por lo que no es parte del juicio pro forma que nos ocupa, por lo que resulte
excesiva la solicitud y/u obligación impuesta por parte del Juez de lo Civil al
notario público, de verificar el registro civil la inscripción del demandado y que
agrega la Sala Civil que verifique el folio real a su vez, obligando en la sentencia a
quienes no son parte dentro de la misma.
Se dice lo anterior, en relación a lo que señala la autoridad responsable en
su sentencia, la cual resulta ser el acto reclamado, la cual en su página 18, señala
lo siguiente:
“En tales circunstancias, se tiene la necesidad de que el fedatario
público que otorgue la escritura, verifique que el demandado en ese
juicio es el titular registral del inmueble objeto del contrato de
compraventa que se ha ordenado elaborar la escritura pública, pues en
los procedimientos judiciales en los que se pretenda afectar o se
afecten bienes, derechos reales sobre los mismos o sus frutos, surge
con la necesidad de que existan mayores garantías de seguridad en la
certeza de la información que se encuentra inscrita, respecto de los
bienes o derechos inscritos a favor de persona contra la cual se dictó la
ejecución.”
Primeramente, es de señalarse que el párrafo que se transcribe se
señala proveniente a lo transcrito del artículo 14 de la Ley Registral, en
donde la Sala señala una interpretación ambigua, en donde en el dispositivo
no hay ambigüedad, pues es claro, objetivo y no se presta para una
interpretación jurídica.
Así las cosas, la Sala señala que: “SE TIENE LA NECESIDAD”, que el
fedatario público verifique que el demandado en el juicio civil es el titular
registral del inmueble objeto del contrato. Sin señalar de quien es la
necesidad, negando lisa y llanamente que la quejosa del presente juicio no
tiene ninguna necesidad de que el fedatario realice alguna verificación, en su
carácter de coadyuvante de la administración pública.
Si la “NECESIDAD”, a la que se refiere la Sala Civil es por parte del
demandado del juicio primigenio, nos encontramos en una violación clara del
principio de imparcialidad, violando claramente el artículo 17 Constitucional,
pues el juicio primigenio fue llevado por rebeldía, es decir, el demandado
nunca se pronunció al respecto.
Ahora bien, “LA NECESIDAD” que señala la Saña Civil, puede ser
para el fedatario público, empero, el fedatario público dentro de sus
funciones y la legislación que regula sus actos, se encuentra envestido de
facultades para realizar las determinaciones pertinentes que van
encaminadas a la administración pública y no a las determinaciones de
materia civil. Se dice lo anterior, en virtud de que la Sala excede en sus
facultades al señalar obligaciones de carácter administrativo, en virtud de
que el notario otorgará la fe pública “necesaria” de los actos que se lleven a
cabo, sin la necesidad de que la Sala Civil o el Juzgado Civil agreguen
mayores elementos y obligaciones en materia administrativa.
Que, si bien es cierto, que el código civil regula algunas disposiciones
del registro de la propiedad, también lo es que no tiene la facultad de
interferir en jurisdicción meramente administrativa.
También, se puede interpretar la sentencia en relación a la
transcripción hecha, a la “LA NECESIDAD” quien la puede tener el Registro
Público de la Propiedad de la Ciudad de México, en donde el Juzgado Civil y
la Sala Civil intentan proteger y salvaguardar los mecanismos
procedimentales de carácter administrativo, a sabiendas que existen
reglamentos y leyes que regulan los actos, funciones y facultades registrales
y los funcionarios que las operan.
“LA NECESIDAD”, que señala la Sala civil, puede referirse al Juzgado
Civil, en el que se ve necesitado de que el fedatario público realice la
verificación de que el demandado se encuentra inscrito en el Registro de la
propiedad, señalando obligaciones a entes de la administración pública para
salvaguardar las necesidades del Juzgado Civil.
De todos los supuestos de necesidad que se señalan, es claro que la
sentencia no es congruente, pues las necesidades dentro de un juicio solo
se pueden entre observar con las pretensiones y excepciones de las partes,
para lo cual la quejosa fue clara en las pretensiones señaladas en la
demanda inicial, en donde no se señala la verificación del Registro Público
del demandado.
Ahora bien, la siguiente manifestación del párrafo transcrito, señala
pues en los procedimientos judiciales en los que se pretenda afectar o
se afecten bienes, derechos reales sobre los mismos o sus frutos,
proviene de la interpretación que la Sala realiza del artículo 14 de la ley
Registral de la Ciudad de México, la cual, en su párrafo tercero, señala lo
siguiente:
LEY REGISTRAL PARA LA CIUDAD DE MÉXICO
14.- (…)
En el caso de cualquier procedimiento judicial o administrativo en
el que se afecten bienes, derechos reales sobre los mismos o sus
frutos, tal afectación quedará sin efecto, una vez que conste
manifestación auténtica del Registro Público, que indique que
dichos bienes o derechos están inscritos a favor de persona
distinta de aquella contra la cual se dictó la ejecución, a no ser
que se hubiere dirigido contra ella la acción, como causahabiente
del que aparece como titular en el Registro Público.
De la interpretación exegética de la norma, podemos observar que los
procedimientos judiciales o administrativos que señala el dispositivo transcrito y
con el que se fundamente la sentencia reclamada, son procedimientos en donde
se ve involucrado como parte o como tercero interesado el REGISTRO PUBLICO
DE LA PROPIEDAD, debido a que el dispositivo señala una MANIFESTACIÓN
AUTENTICA EL REGISTRO PÚBLICO, pues es de conocerse que existen
diversos procedimientos judiciales y administrativos en donde se ve involucrado el
Registro Público, mas no en el que nos ocupa, pues un juicio pro forma, no
involucra más que al vendedor y al comprador.
Situación que nos da, a todas luces, la violación a los derechos humanos de
la quejosa, pues es evidente que la sentencia reclamada no se encuentra
debidamente fundada y motivada, asimismo no es congruente ni exhaustiva, pues
los razonamientos lógico-jurídicos de la Sala son del todo alejados a la
interpretación exegética de la norma y del procedimiento, pues no existe ningún
artículo que faculte a la Sala y al Juzgado para que cubra las necesidades de
quien no es parte del juicio, tampoco existe ningún fundamento legal que faculte a
la Sala o al juzgado civiles para que obliguen a un fedatario público para que
emita un instrumento público con la obligación que señala la Sala Civil de verificar
el registro del demandado en el Registro público de la Propiedad.
Continuando con la manifestación de la responsable en la página 18, en
donde señala: surge con la necesidad de que existan mayores garantías de
seguridad en la certeza de la información que se encuentra inscrita, respecto de
los bienes o derechos inscritos a favor de persona contra la cual se dictó la
ejecución.
Protegiendo y salvaguardando “UNA PERSONA CONTRA LA CUAL SE
DICTÓ LA EJECUCIÓN”, continua con la indebida motivación, indebida
fundamentación y señalando ambigüedad dentro del dispositivo legal, en donde
no lo hay, pues brinda protección a una persona que se desconoce a quien se
refiere, pues no se tiene la certeza y la seguridad jurídicas de que se refiera a la
hoy quejosa, a la demandada o una tercera persona externa al juicio, situación
que resulta por demás violatoria a los derechos humanos de la quejosa, así como
violatoria a las formalidades del procedimiento, que señalan los dispositivos
constitucionales que en un principio se invocan.
Nuevamente señala que existe “UNA NECESIDAD DE QUE EXISTAN
MAYORES GARANTÍAS DE SEGURIDAD EN LA CERTEZA DE LA
INFORMACIÓN QUE SE ENCUENTRA INSCRITA”, otorgando garantías que se
desconoce si las otorga a algunas de las partes, por lo que suele estar revestida
de incertidumbre e inseguridad, por no precisar a quien es a la que se le están
otorgando dichas garantías de seguridad en la certeza de la información de las
inscripciones; situación que es del todo violatoria a los derechos humanos.
Señala la responsable la NECESIDAD de que existan mayores garantías, en
relación y dirigidas a no se sabe a quién, para lo cual es a todas luces una falta de
certeza y seguridad jurídicas, debido a que no se fundamenta debidamente,
asimismo, no se motiva debidamente en virtud de que no señala con precisión a
que se refiere con la necesidad de mayores garantías de seguridad en la certeza
de la información, en virtud de que ni el fundamento legal de la necesidad de
mayores garantías se contempla en los juicios proforma, ni el juez y sala civil se
encuentran facultados para proteger o hacer valer el derecho administrativo, pues
que sus facultades versan respecto a derecho entre particulares.
Desatiende lo señalado por la buena fe que se consagra en el registro
público, pues El Registro Público de la Propiedad es la Institución a través de la
cual el Gobierno de la Ciudad de México, cumple la función de dar publicidad a la
situación jurídica de bienes y derechos, así como los actos jurídicos que conforme
a la ley deban registrarse para surtir efectos contra terceros.
Así las cosas, evidentemente de los artículos del 3005 al 3044 del Código
Civil de la Ciudad de México, lo que se traduce en la existencia de un haz de
preceptos legales que regulan lo relativo tanto a la forma de llevarse a cabo las
inscripciones, como a sus efectos jurídicos, las cuales tienen que ver con el
principio de inscripción de los actos jurídicos y que deben ser materializados,
DANDO PUBLICIDAD AL ACTO JURIDICO CELEBRADO ENTRE LAS PARTES
Y HACE POSIBLE QUE TERCEROS LO PUEDAN CONOCER.
Por lo tanto, la sala responsable y el Juzgado Civil, señalan obligaciones que
no se encuentran contempladas incluso en el capítulo registral del Código Civil de
la Ciudad de México, en relación con el juicio pro forma, pues de ahí que su
sentencia sea violatoria a los derechos humanos por no respetar los principios de
congruencia y exhaustividad, trasgrediendo los artículos de legalidad, seguridad y
certeza jurídica de la Carta Magna (14, 16 y 17).
Evidentemente las garantías que señala la Sala Civil van encaminadas a las
garantías de seguridad del Registro Público de la Propiedad, siendo éste un ente
de la administración pública que recibe la protección de una Juzgado Civil y de
una Sala Civil, por tener éstas la NECESIDAD de proteger el derecho a la
propiedad, a la seguridad registral y a terceros que no pertenecen al juicio de
acción pro forma, situación del todo violatoria a los derechos humanos de la hoy
quejosa.
Asimismo, señala la Sala Civil lo siguiente, en el último párrafo de la página
18:
“Es decir, siendo que los principios registrales surgen de la
necesidad de dar certeza, seguridad pública y jurídica, así como la
protección oficial de los derechos inscribibles, tanto para la
tranquilidad de la persona como para una mejor comprensión en las
relaciones sociales y jurídicas, buscando una firme garantía para la
realización de su derecho”
Señala que los principios registrales surgen de la necesidad de dar certeza,
seguridad pública y jurídica, pero los principios registrales se encuentran
regulados en el artículo 12 de la Ley registral, el cual señala lo siguiente:
Artículo 12- La función registral se prestará con base en los
principios registrales contenidos en esta Ley y el Código, los cuales
se enuncian a continuación de manera enunciativa más no limitativa:
I.- Publicidad: Es el principio y función básica del Registro que
consiste en revelar la situación jurídica de los bienes y derechos
registrados, a través de sus respectivos asientos y mediante la
expedición de certificaciones y copias de dichos asientos,
permitiendo conocer las constancias registrales.
II.- Inscripción: Es el principio por el cual el registro ésta obligado a
asentar los actos que determine la Ley, y que sólo por ésta
circunstancia, surten efectos frente a terceros.
III.- Especialidad o determinación: Principio en virtud del cual, el
registro realiza sus asientos precisando con exactitud los derechos,
los bienes y los titulares.
IV.- Consentimiento: Consiste en la necesidad de la expresión de la
voluntad acreditada fehacientemente de quien aparece inscrito como
titular registral de un asiento, a efecto de que se modifique o cancele
la inscripción que le beneficia.
V.- Tracto Sucesivo: Es la concatenación ininterrumpida de
inscripciones sobre una misma unidad registral. VI.- Rogación: Es un
principio que implica que el Registrador no puede actuar de oficio
sino a petición o instancia de parte interesada.
VII.- Prioridad o prelación: Principio que implica que la preferencia
entre derechos sobre una finca se determine por el número de
entrada que otorgue el Registro, que se basará en el día, hora,
minuto y segundo de su presentación ante la ventanilla, lo que
determinará la preferencia y el rango, con independencia de la fecha
de otorgamiento del documento.
VIII.- Legalidad: Es la función atribuida al Registrador para examinar
los documentos que se presenten para su inscripción y determinar si
los mismos son susceptibles de inscribirse; y en caso afirmativo,
llevar a cabo la inscripción solicitada, o en su defecto suspender el
trámite si contienen defectos que a su juicio son subsanables o
denegarla en los casos en que los defectos sean insubsanables.
IX.- Legitimación: Principio en cuya virtud, prevalece lo inscrito
mientras no se pruebe su inexactitud; y
X.- Fe Pública Registral: Por el principio de fe pública registral se
presume, salvo prueba en contrario, que el derecho inscrito en el
Registro existe y pertenece a su titular en la forma expresada en la
inscripción o anotación respectiva.
La seguridad jurídica es una garantía institucional que se basa en un
título auténtico generador del derecho y en su publicidad que opera
a partir de su inscripción o anotación registral, por lo tanto, el
registrador realizará siempre la inscripción o anotación de los
documentos que se le presenten. Las causas de suspensión o
denegación se aplicarán de manera estricta, por lo que sólo podrá
suspenderse o denegarse una inscripción o anotación, en los casos
de excepción que señala el Código y esta Ley.
Señala la Sala Civil que otorga seguridad pública, lo cual del todo erróneo,
pues la seguridad pública está encargada dentro de la administración pública a
otro ente gubernamental, tal vez, dando una interpretación a su sentencia
reclamada se refería a la SEGURIDAD JURIDICA.
Que del artículo que se transcribe, podemos observar que dentro de los
principios registrales no se refieren a ninguna certeza y seguridad pública, sino
que los principios registrales operan por los principios de publicidad y buena fe de
los actos jurídicos que se registran.
Asimismo, se señala dentro de la seguridad jurídica que opera a partir de la
inscripción o anotación registral, mas no señala ningún tipo de impedimento,
como lo hace notar la Sala Civil.
Por lo que resulta procedente se conceda el amparo y protección de la
Justicia de la Unión, en virtud de que el acto reclamado viola lo dispuesto en los
artículos 14, 16 y 17 de la Carta Magna, con el fin de que se modifique la
sentencia y se elimine la CONSECUENCIA DE LA PROCEDENCIA DE LA
ACCIÓN, consistente en la verificación del fedatario público de que el demandado
del juicio se encuentre inscrito en el Registro Público de la Propiedad.
SEGUNDO. - SE DEBE CONCEDER EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA DE LA UNIÓN, EN RAZÓN A QUE LA TERCERA SALA CIVIL DEL
PODER JUDICIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO DENTRO DE LA SENTENCIA
DE APELACIÓN DE FECHA QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTICUATRO,
VULNERA LOS DERECHOS HUMANOS DE LA QUEJOSA CONSAGRADOS
EN LOS ARTÍCULOS 14, 16 Y 17 CONSTITUCIONAL, PUESTO QUE
TRASGREDE EL DERECHO A LA PROPIEDAD ASÍ COMO A LOS PRINCIPIOS
DE IMPARCIALIDAD, EXHAUSTIVIDAD Y CONGRUENCIA, LOS CUALES
DEBEN DE RESPETARSE AL MOMENTO DE EMITIR LAS RESOLUCIONES.
Que a la letra dicen:
Artículo 14. (…)
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento
y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.
(…)
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a
la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los
principios generales del derecho.
(…)
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. En los juicios y
procedimientos seguidos en forma de juicio en los que se establezca como regla
la oralidad, bastará con que quede constancia de ellos en cualquier medio que dé
certeza de su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.
(…)
Articulo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales
que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes,
emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio
será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
(…)
Señala el artículo 14 Constitucional que nadie puede ser privado de su
libertad o sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos en el que se cumplan las
formalidades del procedimiento.
El artículo que se menciona muestra la protección constitucional que el
Estado otorga a los gobernados, en donde se les brinda la garantía de otorgar a
través de Juzgados especializados los cuales se conforman con peritos en
derecho para que velen por la aplicación de las normas y que cumplan cabalmente
las formalidades del procedimiento, ya que, en sentido contrario, nos encontramos
con violaciones a la seguridad jurídica de la hoy quejosa.
En los puntos resaltados descansa el principio de legalidad, el cual
establece de manera general, que los actos de autoridad que pretenden privar al
gobernado de ciertas prerrogativas, deben de cumplir cabalmente con lo
establecido en la ley aplicable y vigente, que en efecto debe existir una
congruencia lógica jurídica entre lo resuelto y la ley, es decir que tiene que
responder a los supuestos jurídicos y a las hipótesis normativas específicas.
Esto también es llamado correcta adecuación de la ley o principio de
legalidad y se relaciona directamente con el principio de congruencia de las
sentencias y con la debida fundamentación y motivación que debe contener
cualquier resolución.
Así como también resalta el principio de congruencia que exige la existencia
de conformidad entre la sentencia, y las pretensiones y defensas deducidas en
juicio, es decir, que debe mediar correspondencia entre el contenido de las
pretensiones y oposiciones de las partes, y la respuesta que surge del órgano
jurisdiccional en su pronunciamiento.
Por lo tanto el carácter constitucional del principio de congruencia, como
expresión de los derechos de defensa en juicio y de propiedad, obedece a que el
sistema de garantías constitucionales del proceso está orientado a proteger los
derechos y no a perjudicarlos, de ahí que lo esencial sea "que la justicia repose
sobre la certeza y la seguridad”, lo que se logra con la justicia, por lo que este
principio constituye un límite a las facultades resolutorias del juez, que no puede
conceder más de lo pedido o algo distinto de lo pedido, y que no puede dejar de
resolver las cuestiones formuladas por las partes.
Ello, conforme a la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación Registro digital: 195706 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Novena Época Materias(s): Administrativa, Común Tesis: I.1o.A. J/9 Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo VIII, Agosto de
1998, página 764Tipo: Jurisprudencia
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA. QUE DEBE PREVALECER EN TODA
RESOLUCIÓN JUDICIAL.
En todo procedimiento judicial debe cuidarse que se cumpla con el principio
de congruencia al resolver la controversia planteada, que en esencia está
referido a que la sentencia sea congruente no sólo consigo misma sino
también con la litis, lo cual estriba en que al resolverse dicha controversia
se haga atendiendo a lo planteado por las partes, sin omitir nada ni añadir
cuestiones no hechas valer, ni contener consideraciones contrarias entre sí
o con los puntos resolutivos.
Así como también, el artículo 16 de Nuestra Carta Magna señala que nadie
puede ser molestado en sus bienes o posesiones sino por mandamiento escrito
por autoridad competente que fundamente motive debidamente la causa legal de
sus determinaciones.
Es decir, la autoridad responsable tiene la obligación irrenunciable de que
todos sus actos y determinaciones cuenten con la fundamentación y motivación
debida, esto es que no deben de ser arbitrarias, contrarias a derecho y que no
rebasen la pericia que le compete al Juzgador, la cual se centra única y
exclusivamente respecto de consideraciones e interpretaciones de derecho, por lo
que solo deben encaminar su actuar con base en lo que señala la norma jurídica,
debido a que fundamentación son todos los artículos, párrafos, incisos, fracciones
y todo aquel contenido que venga estipulado en la ley y que se encuentre vigente.
Por lo que respecta a la motivación son todos aquellos, hechos,
circunstancias, consideraciones que proporcionan el impulso para que se llevan a
cabo los actos de autoridad, y que consecuentemente debe existir una relación
entre fundamentación y motivación para su debido funcionamiento jurisdiccional.
Por último, tenemos que el artículo 17 Constitucional señala que toda
persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales dentro de los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial.
De lo último que se señala podemos observar que los juzgadores deben de
dar absoluto cumplimiento a lo que disponen las leyes, no solo debe ser aplicado
un razonamiento parcial y alejado a derecho, sino siempre se debe estar centrado
en la legislación, sus principios y la configuración de circunstancias, en caso
contrario nos encontraríamos con resoluciones que son violatorias a la
Constitución y violaciones a los derechos humanos de la hoy quejosa.
De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de la
Constitución se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los
gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en
la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad
jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales,
permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones
deducidas.
Ya que con el fin de lograr que las instancias de justicia constituyan el
mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados acudan para dirimir
cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones jurídicas que entablan,
siempre y cuando las condiciones o presupuestos procesales que se establezcan
encuentren sustento en los diversos principios o derechos consagrados en la
propia Constitución.
Ahora bien, al caso que nos ocupa ese H. Juzgado podrá percatarse que la
Sala Civil emite una sentencia que viola los derechos humanos de la quejosa,
pues dentro del cuerpo de la sentencia de fecha quince de marzo de dos mil
veinticuatro se observan a todas luces omisiones que trascienden en violaciones a
las garantías de legalidad, seguridad jurídica y de debido proceso.
Se dice lo anterior en virtud de que la sala no resuelve con base a los
preceptos constitucionales, así como también incumpliendo con los principios
procesales del derecho, puesto que el fondo de la litis es la acción procesal
proforma teniendo como finalidad lograr el cumplimiento de la obligación a cargo
del demandado de dotar de la formalidad al acto jurídico traslativo de dominio,
puesto que verificar la titularidad de la propiedad no forma parte de la litis
planteada en primera instancia.
Por lo que únicamente la acción tiene como objetivo reconocer el acto y
darle la formalidad para que surta los efectos necesarios y que por derecho le
corresponden al comprador, previamente cumpliendo con los elementos que la ley
señala, si bien en la sentencia emitida por la tercera sala de lo civil con fecha
quince de marzo de dos mil veinticuatro, reconoce procedente la acción ejercitada
al haberse acreditado los elementos necesarios.
Sin embargo esta a su vez limita el derecho a la libre propiedad, puesto que
en la misma sin fundamentación ni motivación correcta determina que el Fedatario
Público que elabora la escritura relativa deba de cerciorarse de que el demandado
es legalmente el titular registral del inmueble en cuestión, siendo esta
determinación incongruente e ilegal, puesto que no esta llevando a cabo el
principio de congruencia que versa en solo basarse en las pretensiones hechas
por la parte quejosa, por lo que esta resolviendo algo que no fue pedido ni
demostrado en juicio.
Siendo que la resolución solo debe atenderse a la litis planteada, que en la
acción proforma únicamente es dar formalidad a un contrato de compraventa, más
no verificar la titularidad del bien, puesto que la ley no contempla tal supuesto, y
de existir un tercero con interés en el juicio, en su momento lo hará valer y vías
oportunas.
Siguiendo el principio de derecho “La sentencia solo obliga a las partes”
solo tiene que tomar en consideración las partes de este juicio en concreto y no
velar por posibles sujetos que no son considerados ni reconocidos en esta acción.
A consecuencia de lo anterior, dicha resolución solo le está causando un
perjuicio a la hoy quejosa puesto que se ve limitada a llevar a cabo sus derechos
de propiedad, así como las garantías procesales y civiles que nuestra carta magna
le reconoce.
En ese orden de ideas es procedente conceder el amparo y protección de la
justicia de la unión, en razón a que el juzgador no realizo una debida
fundamentación y motivación de su determinación, puesto que no hay
señalamiento, ley o precepto que sustente su dicho, es decir no fundamenta su
actuar ni mucho menos motiva los hechos que le dan lugar al ordenar previamente
verificar la titularidad del bien, para que se pueda llevar a cabo la acción pro
forma, siendo que se reconozca la formalidad del acto jurídico la única finalidad en
este juicio, y no demostrar la titularidad del bien objeto del contrato.
Siendo así es incongruente que el juzgador vele por seguridad jurídica de
un posible tercero interesado, siendo que no es parte de esta acción, por lo que no
es considerado un efecto o consecuencia de esta acción, ya que no nos
encontramos en dicho supuesto. Por lo que las suposiciones del juzgador no dan
lugar a su resolución emitida, puesto que solo se debe vasar en lo que la litis
comprende y no rebasar los límites que la misma ley establece.
A consecuencia de su violación a los preceptos constitucionales, así como a
los principios procesales del derecho, su resolución solo da lugar a un hecho de
inconstitucionalidad, menoscabando los derechos humanos como lo son la
libertad, seguridad jurídica y estabilidad de la quejosa, al limitar un derecho que la
misma ley ya le reconoció por los medios procesales correctos.
Señala la sala civil en la página 13 del acto reclamado, lo siguiente:
“Sin que, la determinación de la A Quo de que el fedatario
público que elabora la escritura relativa deba cerciorarse de
que el demandado es legalmente el titular registral del
inmueble en cuestión, implique que se está agregando un
elemento más, para la procedencia de la acción de
otorgamiento y firma de la escritura pública planteada, ni
mucho menos que dicha petición le cause perjuicio alguno,
pues se insiste, la acción ejercitada fue decretada
procedente al haberse acreditado los elementos
necesarios para ello, y el cercioramiento establecido es una
consecuencia de la procedencia de la acción que debe ser
observada por el notario público que tire la escritura aún y
cuando el Juez no hago mención de ello en su resolución”
Señala que el cercioramiento establecido es una consecuencia de la acción,
pero se insiste la consecuencia de la acción no se encuentra contemplada en
ningún ordenamiento jurídico, no existe, no está fundamentado, no hay razón para
que se señale una consecuencia de la procedencia de la acción, pues si es algo
que se encuentra derivado de la acción, debería encontrarse regulada, empero, la
Sala y el Juzgado son omisos en fundamentar debidamente la CONSECUENCIA
DE LA PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN, pues es evidente de que se trata de un
elemento más que se impone para ejecutar el juicio pro forma, y que al
interponerlo lo único que se obtiene es la obstaculización de la justicia, al tejer con
razonamientos faltos de motivación una inejecutabilidad de la sentencia.
Por lo que es procedente se otorgue el amparo y protección de la Justicia
de la Unión en virtud de que se violan los dispositivos constitucionales 14, 16 y 17,
en virtud de que no se fundamenta debidamente el elemento adicional que se
señala como CONSECUENCIA DE LA PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN, pues
dicho requisito adicional al juicio pro forma, viola los derechos humanos de la
quejosa.
TERCERO. - SE DEBE CONCEDER EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA A LA QUEJOSA DADO QUE LA AUTORIDAD RESPONSABLE
TRANSGREDE LOS DERECHOS HUMANOS CONSAGRADOS EN LOS
ARTÍCULOS 14, 16 Y 17 DE NUESTRA CARTA MAGNA Y SE APOYA EN
PRECEPTOS LEGALES QUE NO ATIENDEN A LA ACCIÓN SOLICITADA,
SIENDO ÉSTA LA ACCIÓN PROFORMA, Y POR EL CONTRARIO SE ENFOCA
EN ATENDER A LA TITULARIDAD Y/O PROPIEDAD DEL INMUEBLE SIENDO
QUE LA TITULARIDAD NO SE ENCUENTRA EN CONTROVERSIA.
Los citados preceptos constitucionales, establecen lo que a la letra se
transcribe:
“Artículo 14 (…)
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la
letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en
los principios generales del derecho”.
“Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”.
“Artículo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales
que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las
leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial.
Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales”.
Es menester, realizar un estudio preliminar sobre el principio de
congruencia y sana critica, para lo cual se señala lo siguiente:
Desde el estudio de la teoría general del proceso, se ha sostenido la
existencia de principios que rigen a cualquier proceso en general.
Por proceso, deberemos entender la secuela dinámica de actos realizado
por las partes, donde un moderador del debate resuelve la controversia emitiendo
un acertamiento. Esta definición de proceso representa el género en cualquier
proceso jurídico; mientras que, los diversos procesos dependiendo de la materia y
legislaciones adjetivas que lo regulen hasta la resolución, serán las especies.
Siendo que cada uno de estos procesos específicos cuenta con sus propias
características que los diferencian de los otros de su especie, como lo son la
substancia, sus propias formalidades, plazos, terminología o principios.
Mientras que al mismo tiempo todos y cada uno de estos procesos, sin
importar su materia, comparten elementos en común que prevalecen sin importar
el proceso específico del que se trate, entre estos elementos generales se
encuentran una serie de principios, que tienen su fundamento substancial en una
razón axiológica y teleológica.
Estamos hablando por supuesto, de algo mucho más complejo que el
simple pronunciamiento de la ley o el seguimiento formalista de un código, pues
los principios generales del proceso son elementos de estudio de la Filosofía del
derecho, es decir, tienen una fuerte carga ideológica que los fundamenta,
preexisten incluso al ánimo legislativo, porque su fundamento positivo no se
encuentra en la ley o en el código, sino a nivel Constitucional.
Estas cargas filosóficas, tienen a su vez una justificación ética, una
axiológica y una teológica. Es decir, los principios generales del proceso existen,
porque existió un debate filosófico sobre si son buenos o no, si atienden a valores
o no y si persiguen fines y máximas o no.
Y de ese resultado filosófico, fue que medianamente se pudo determinar
ese principio general, que rige la directriz por la cual deben avanzar todos los
procesos.
Uno de estos principios generales es el de congruencia.
Para estudiar este principio, primero tendríamos que estudiar lo que
significa la palabra congruencia, pero para acotar tiempos, la definiremos como
una correlación lógica y coherente entre dos elementos.
Esta concepción de congruencia se traslada a nivel jurisdiccional a una
exigencia preexistente a la sentencia o resolución que dicte el Juez o el Tribunal
que se aboque al conocimiento del asunto, esto representa que, al momento de
que se emita el acertamiento, la resolución debe tener una correlación lógica y
coherente con lo existente en las constancias que integran el proceso.
Bajo esta consideración es claro que, sin importar cuál sea el sentido de la
resolución (fondo) y sin importar si este sentido sea correcto o no, se requiere
como elemento previo que exista congruencia entre lo resuelto y lo que se iba a
resolver.
Esto es, antes de hablar de un análisis jurídico o un análisis probatorio, se
requiere que exista concordancia entre los autos que componen el proceso y la
resolución.
Señala el artículo 14 Constitucional que nadie puede ser privado de su
libertad o sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio sino
mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos en el que se
cumplan las formalidades del procedimiento.
El artículo que se menciona muestra la protección constitucional que el
Estado otorga a los gobernados, en donde se les brinda la garantía de otorgar a
través de Juzgados especializados los cuales se conforman con peritos en
derecho para que velen por la aplicación de las normas y que cumplan cabalmente
las formalidades del procedimiento, ya que en sentido contrario, nos encontramos
con violaciones a la seguridad jurídica de la hoy quejosa.
Asimismo, el artículo 16 de Nuestra Carta Magna señala que nadie puede
se molestado en sus bienes o posesiones sino por mandamiento escrito por
autoridad competente que fundamente motive debidamente la causa legal de sus
determinaciones.
Así las cosas, la autoridad responsable tiene la obligación irrenunciable de
que todos sus actos y determinaciones cuenten con la fundamentación y
motivación debida, esto es que no deben de ser arbitrarias, contrarias a derecho y
que no rebasen la pericia que le compete al Juzgador, la cual se centra única y
exclusivamente respecto de consideraciones e interpretaciones de derecho, por lo
que solo deben encaminar su actuar (determinación) con base en lo que señala la
norma jurídica, debido a que fundamentación son todos los artículos, párrafos,
incisos, fracciones y todo aquel contenido que venga estipulado en la ley y que se
encuentre vigente.
Por lo que respecta a la motivación son todos aquellos, hechos,
circunstancias, consideraciones que proporcionan el impulso para que se llevan a
cabo los actos de autoridad, y que consecuentemente debe existir una
yuxtaposición entre fundamentación y motivación que se encuentre íntimamente
interrelacionada para su debido funcionamiento jurisdiccional.
Por último, tenemos que el artículo 17 Constitucional señala que toda
persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales dentro de los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial.
De lo último que se señala podemos observar que los juzgadores deben de
dar absoluto cumplimiento a lo que disponen las leyes, no solo debe ser aplicado
un razonamiento parcial y alejado a derecho, sino siempre se debe estar centrado
en la legislación, sus principios y la configuración de circunstancias, en caso
contrario nos toparíamos con resoluciones que son violatorias a la Constitución y
violaciones a los derechos humanos de la hoy quejosa.
Al caso en concreto la Sala Civil, específicamente en la foja 15 y 16 de su
resolución, señala lo que a la letra se transcribe:
“Por tanto, debe existir un folio real en relación al bien inmueble de que se
trate, el cual deber ser verificado por el federatario responsable de tirar la
escritura correspondiente, puesto que el artículo 3009 del Código Civil para
esta Ciudad, dispone que el registro de un documento protege los derechos
adquiridos por tercero de buena fe, una vez inscritos, aunque después de
anule o resuelve el derecho del otorgante, excepto cuando la causa de
nulidad resulte claramente del mismo registro, siempre y cuando no se
contravenga lo dispuesto por el derecho positivo mexicano.
Asimismo, es importante puntualizar que, dentro de las reformas al Código
Civil de esta Ciudad, dentro del artículo 3010 que establece lo siguiente:
ARTICULO 3010.- El derecho registrado se presume que existe y que
pertenece a su titular en la forma expresada en el asiento respectivo. Se
presume también que el titular de una inscripción de dominio o de posesión,
tiene la posesión del inmueble inscrito.
No podrá ejercitarse acción contradictoria del dominio del inmueble o
derechos reales sobre el mismo o de otros derechos inscritos o anotados a
favor de persona o entidad determinada, sin que previa o
concomitantemente, se entable demanda de nulidad o cancelación de la
inscripción en que conste dicho dominio o derecho.
En el caso de cualquier procedimiento judicial o administrativo en el
que se pretenda afectar o se afecten bienes, derechos reales sobre los
mismos o sus frutos, tal afectación quedará sin efecto, una vez que
conste manifestación auténtica del Registro Público, que indique que
dichos bienes o derechos están inscritos a favor de persona distinta
de aquella contra la cual se dictó la ejecución y también quedará sin
efecto, si hay nota de presentación de aviso preventivo y/o aviso de
otorgamiento en términos del artículo 3016 del presente Código y/o la
anotación preventiva a que se refiere la fracción V del artículo 3043 de este
Código, a no ser que se hubiere dirigido contra esa persona la acción, como
causahabiente del que aparece como titular en el Registro Público.
Si a pesar de la manifestación del Registro a que se refiere el párrafo
anterior, la autoridad judicial o administrativa insiste en que se cumpla su
mandamiento, se procederá conforme lo ordenado, tomándose razón en el
asiento correspondiente, sin responsabilidad para el Registrador. En este
último supuesto, el interesado podrá acreditar su interés en el
procedimiento correspondiente y una vez que obtenga resolución favorable,
la autoridad administrativa o judicial deberá ordenar la desafectación.
Todo lo inscrito o anotado goza de la presunción de autenticidad, veracidad,
legalidad y exactitud, debiendo tomarse en cuenta lo dispuesto en el
artículo 3014 de este Código”.
De la anterior transcribción es necesario realizar un estudio minuscioso
respecto de los artículos 3008, 3009 y 3010 todos del Código Civil para la Ciudad
de México.
En principio el artículo 3009 del Código Civil para la Ciudad de México al
que refiere la Sala Civil, establece lo que a la letra se transcribe:
“ARTICULO 3009.- No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los
actos o contratos que se otorguen o celebren por personas que en el
Registro aparezcan con derecho para ello, no se invalidarán en perjuicio de
tercero de buena fe una vez inscritos, aunque después se anule o resuelva
el derecho de su otorgante o de titulares anteriores en virtud de título no
inscrito aún siendo válido o por causas que no resulten claramente del
mismo Registro (…)”
Enfasis y subrayado es nuestro
Del artículo 3009 del Código Civil para la Ciudad de México, podemos
deducir que, en atención a los principios de publicidad y fe pública registral, los
actos y contratos que se otorguen y celebren por personas que en el Registro
Público aparezcan con derecho a ello, no se invalidarán, en cuento a tercero de
buena fe una vez inscritos, aunque después se anule o resuelva el derecho del
otorgante en virtud del título anterior no inscrito o por causas que no resulten
claramente del mismo registro.
Lo anterior es lógico porque cuando una persona adquiere un inmueble de
otra que aparece como titular del derecho en el Registro Público de la Propiedad,
atendiendo al principio de fe pública registral, se presume que lo adquirió de la
persona correcta y que por ese motivo, actuó de buena fe.
Luego, una vez que el tercero inscribe el acto o contrato a través del cual
adquirió en la propiedad, esa inscripción protege el derecho adquirido, aunque
después se anule el derecho del vendedor en virtud de título anterior no inscrito, o
de causas que no resulten claramente del mismo registro.
Si bien, ha quedado claro que el citado artículo 3009 del Código Civil para
la Ciudad de México, al caso en concreto no es aplicable, dado que en el presente
juicio nos encontramos ante un JUICIO PROFORMA , es decir los elementos
constitutivos de la acción proforma son:
a) La existencia cierta del acto jurídico anterior al ejercicio de la acción
proforma;
b) La obviedad de que dicho acto jurídico se encuentre afectado de una
nulidad relativa por la ausencia total del elemento de formalidad exigido
expresamente por la ley y;
c) la existencia de la obligación de parte de la demandada de brindar la
formalidad requerida en cumplimiento de sus obligaciones;
Bajo esa perspectiva el ejercicio de la acción proforma se acredito
plenamente en el presente juicio pues, la suscrita comprobó mediante el contrato
de compraventa la relación contractual, y en cuanto al cumplimiento de las
obligaciones impuestas en el propio acuerdo de voluntades, la suscrita acredito
que cumplió con su obligación de pago en el momento de la celebración del
contrato, por lo que el Juez dio la razón a la suscrita, ordenando al demandado el
otorgamiento y firma, sin embargo la Sala Civil justificó el requisito del juez
civil al señalar que el fedatario público que elabore la escritura relativa
deberá cerciorarse que el demandado es legalmente el titular registral del
inmueble en cuestión.
No obstante, lo anterior, y además de justificar el actuar del juez civil,
la Sala Civil agregó una condición, es decir, en su sentencia de fecha quince
de marzo del año en curso, específicamente en la foja númeral 15, señalo
expresamente que DEBE EXISTIR UN FOLIO REAL EN RELACIÓN AL BIEN
INMUEBLE el cual deberá ser verificado por el fedatario responsable al
momento de tirar la escritura correspondiente.
Situación que es violatoria a derechos humanos, dado que contraviene lo
dispuesto en los artículos 14, 16 y 17 constitucionales.
Se dice lo anterior, por lo que respecta al artículo 14 constitucional mediante
el cual se protege el derecho a que nadie sea privado de sus propiedades,
posesiones o derechos sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, y en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento.
Respecto a lo señalado en el párrafo anterior, y atendiendo al caso en
concreto tanto el juez civil, cómo la hoy autoridad responsable, siendo ésta la Sala
Civil, violan el derecho humano de la propiedad de la suscrita, ya que no existieron
las formalidades esenciales del procedimiento que determinen que el juicio en
donde solicito la acción proforma se deba atender a un elemento adicional, siendo
éste el determinado por el juez civil y justificado por la Sala Civil, es decir, que el
fedatario público que elabore la escritura relativa deberá cerciorarse que el
demandado es legalmente el titular registral del inmueble en cuestión. Por el
contrario, la autoridad limita el derecho de la suscrita, a efecto de no ejecutar la
sentencia.
Continuando por lo dispuesto en el referido artículo 14 constitucional, el
citado precepto protege a los gobernados respecto de los juicios de orden civil en
los que se vean involucrados, para lo cual señala que la sentencia definitiva
deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de
ésta se fundará en los principios generales del derecho.
Lo anterior, se refiere a que la autoridad responsable se encuentra obligada
en principio a emitir una sentencia en apoyo a la letra o a la interpretación de la ley
y a falta se fundará en los principios generales del derecho, al caso en concreto,
esto no sucedió así, dado que la autoridad responsable se basa en preceptos
legales que no son aplicables conforme a la acción solicitada por la suscrita,
siendo estos los artículos 3008, 3009 y 3010 todos del Código Civil para la Ciudad
de México, ya que éstos son aplicables en una situación en donde se encuentre
en controversia la titularidad del inmueble, tal y como quedará demostrado en el
cuerpo del presente ocurso.
Además, la autoridad responsable justifico su sentencia en criterios emitidos
por el Poder Judicial de la Federación que al presente caso no son aplicables,
como el transcrito en su sentencia de fecha quince de marzo de dos mil veintitrés,
específicamente en las fojas con numerales 19, 20 y 21.
Criterios que en general, hacen referencia a la inmatriculación y al tercero
de buena fe registral, manifestando la suscrita que ese H. colegiado podrá
percatarse que la autoridad responsable realiza diversas SUPOSICIONES SIN
FUNDAMENTO Y/O MOTIVO, es decir, en primera supone que el inmueble se
encuentra inmatriculado y en segundo lugar hace referencia a un tercero de
buena fe registral, es decir nuevamente supone que existe un tercero de
buena fe que en su momento buscará ejercitar un supuesto derecho, o
supone que la suscrita es un tercero de buena fe, sin fundar ni motivar
porque razón, motivo o circunstancia, le da a la suscrita la calidad de tercero
de buena fe.
En todo caso la autoridad responsable, una vez atendiendo a la letra o a la
interpretación de la ley respecto de la acción proforma y solicitada por la suscrita,
debió atender a los principios generales de derecho, siendo éstos:
Donde no hay ambigüedad, no cabe interpretación
Latin: (in claris nonfit interpretation)
Interpretación normativa depende del precepto legal, existiendo preceptos claros
que no deben ser forzados a una interpretación que la ley no permite, ya que de lo
contrario se haría un perjuicio si se hace interpretación de un texto que por su
claridad y sencillez no plantea discordancia entre las palabras y su significado
final.
Donde la ley no distingue, no hay porque distinguir
Literalmente: “donde la ley no distingue, tampoco debemos hacerlo nosotros”,
Es un principio fundamental del derecho público que lo distingue del privado, en el
que la autoridad puede hacer solamente aquello que le está expresamente
conferido por la Ley.
Por lo que respecta al artículo 16 constitucional, mediante el cual protege a
los gobernados a no ser molestados en su persona, familia, domicilio, papeles o
posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento, al caso en
concreto la autoridad responsable transgrede la referida garantía constitucional,
dado que realiza una indebida fundamentación y falta de motivación por las que
considera que a la acción pedida, siendo esta la acción proforma y una vez
acreditados todos los elementos, se deba señalar que el fedatario público que
elabore la escritura relativa deberá cerciorarse que el demandado es legalmente el
titular registral del inmueble en cuestión, sin la existencia de fundamento, ni
motivación alguna de la causa legal solicitada.
Finalmente, por su parte el artículo17 de nuestra Carta Magna, protege la
garantía de derechos humanos, de que toda persona tiene derecho a que se le
administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial, situación que al caso en concreto NO OCURRIÓ,
dado que la autoridad responsable transgrede los principios de exhaustividad, de
congruencia y completa justicia.
Retomando, el estudio minucioso respecto de los artículos 3008, 3009 y
3010 todos del Código Civil para la Ciudad de México, por lo que respecta al
citado artículo 3009 del Código Civil para la Ciudad de México, es aplicable a un
juicio en donde se encuentre en controversia o bien el estudio de fondo consista
en acreditar la titularidad del inmueble, situación que reitero, no es aplicable al
caso en concreto, dado que en el presente juicio en ningún momento la acción
consistió en acreditar la titularidad del inmueble, por ello en el supuesto de que se
encuentre en controversia la titularidad del inmueble, se deberán seguir los
requisitos dispuestos en los referidos artículos 3008, 3009 y 3010 todos del
Código Civil para la Ciudad de México.
Además, es dable señalar que al caso en concreto la Sala Civil, en ningún
momento señala quien es el tercero de buena fe, si dicha calidad se la refiere a la
suscrita, y porque razón, motivo o circunstancia lo hace así, o bien en el otro
supuesto porque razón, motivo o circunstancia protege la existencia de un
supuesto tercero de buena fe, que en este momento no existe, tal y como se ha
expresado y argumentado claramente en los agravios del cuerpo del presente
amparo.
Así las cosa, y tal y como lo señala el artículo 3009 del Código Civil para la
Ciudad de México, es necesario recurrir al artículo anterior, siendo éste el artículo
3008 del Código Civil para la Ciudad de México, para lo cual se transcribe a la
letra:
“ARTICULO 3008.- La inscripción de los actos o contratos en el
Registro Público tiene efectos declarativos, por lo tanto, no convalida
los actos o contratos que sean nulos con arreglo a las leyes, ni
protege los derechos inscritos cuya causa de nulidad resulte
claramente del mismo registro”.
Del precepto transcrito anteriormente, es evidente que las inscripciones de
los actos jurídicos en el Registro Público de la Propiedad tienen efectos
declarativos, y no constitutivos, por tanto, la inscripción no convalida los actos o
contratos que sean nulos con arreglos a las leyes, también lo es que
excepcionalmente puede darse el caso de que la legitimidad en la adquisición no
emane del título de propiedad del vendedor, sino de la fe pública registral, en caso
de que un tercero de buena fe adquiera un bien inmueble a título oneroso de quien
aparece como propietario en el Registro Público de la Propiedad.
Nuevamente se confirma que tal precepto legal, refiere al principio de
publicidad de la titularidad del derecho de propiedad, así como de los gravámenes
existentes, situación que no es aplicable al caso en concreto, reiterando que la
acción del presente juicio en ningún momento pretende demostrar la titularidad del
inmueble, ni tampoco existe un tercero de buena fe.
Por su parte, el artículo 3010 del Código Civil de la Ciudad de México, el
cual fue transcrito por la Sala Civil en su sentencia de fecha quince de marzo de
dos mil veintitrés, en foja 15 y 16 es dable señalar lo siguiente:
El referido precepto legal, atiende a cuestiones que deben ser veladas por
el Registro Público de la Propiedad, dado que atiende a los principios
registrales a los que se encuentra obligada la institución, y sin perder de
vista que el objeto de dicha institución únicamente es el de dar publicidad.
ES DECIR, ATIENDE A SITUACIONES EN DONDE SE ENCUENTRE EN
CONTROVERSIA LA TITULARIDAD DEL BIEN INMUEBLE, SITUACIÓN QUE AL
CASO EN CONCRETO NO OCURRE, O BIEN EN DONDE LA INSTITUCIÓN EL
REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD, SE VE INVESTIDO EN UNA
CONTIENDA JUDICIAL O ADMINISTRATIVA, SIENDO QUE AL PRESENTE
CASO EL REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD NO DEBE VERSE
INVOLUCRADO EN LA ACCIÓN SOLICITADA.
En la parte relativa al párrafo tercero del artículo 3010 del Código Civil para
la Ciudad de México, el cual se transcribe a la letra:
En el caso de cualquier procedimiento judicial o administrativo en el
que se pretenda afectar o se afecten bienes, derechos reales sobre los
mismos o sus frutos, tal afectación quedará sin efecto, una vez que
conste manifestación auténtica del Registro Público, que indique que
dichos bienes o derechos están inscritos a favor de persona distinta
de aquella contra la cual se dictó la ejecución y también quedará sin
efecto, si hay nota de presentación de aviso preventivo y/o aviso de
otorgamiento en términos del artículo 3016 del presente Código y/o la
anotación preventiva a que se refiere la fracción V del artículo 3043 de este
Código, a no ser que se hubiere dirigido contra esa persona la acción, como
causahabiente del que aparece como titular en el Registro Público.
Es dable señalar, que en el presente juicio el Registro Público de la
Propiedad, no existe una manifestación expresa del registro público de la
propiedad, dado que el hecho de tramitar el antecedente registral y/o folio real de
un inmueble no es una manifestación auténtica del Registro Público de la
Propiedad, y en este caso la autoridad responsable intenta hacer ambiguo un
precepto legal que es claro, la presente acción no pretenda afectar o que se
afecten bienes, por lo tanto no hay una manifestación auténtica del Registro
Público, que indique que dichos bienes o derechos están inscritos a favor de
persona distinta de aquella contra la cual se dictó la ejecución
Es aplicable el principio de derecho DONDE NO HAY AMBIGÜEDAD, NO
CABE INTERPRETACIÓN, es decir es un precepto claro que no debe ser
forzados a una interpretación que la ley no permite, ya que de lo contrario se haría
un perjuicio si se hace interpretación de un texto que por su claridad y sencillez no
plantea discordancia entre las palabras y su significado final.
Por lo anterior, y una vez que han quedado demostradas las violaciones a
derechos humanos a la suscrita, es menester señalar que se debe otorgar el
Amparo y Protección a la Justicia a la suscrita dado que el señalamiento de la
autoridad responsable de que el fedatario público que elabore la escritura relativa
deberá cerciorarse que el demandado es legalmente el titular registral del
inmueble en cuestión, es del todo contrario a derecho dado que la sentencia de
fecha quince de marzo del año dos mil veintitrés se encuentra investida de
indebida fundamentación y motivación, transgrediendo los derechos humanos de
la suscrita.
CUARTO. - SE DEBE CONCEDER EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA DE LA UNIÓN, EN RAZÓN A QUE LA TERCERA SALA CIVIL DEL
PODER JUDICIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO DENTRO DE LA SENTENCIA
DE APELACIÓN DE FECHA QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTICUATRO,
VULNERA LOS DERECHOS HUMANOS DE LA QUEJOSA CONSAGRADOS
EN LOS ARTÍCULOS 14, 16 Y 17 CONSTITUCIONAL, PUESTO QUE
TRASGREDE LOS PRINCIPIOS DE IMPARCIALIDAD, EXHAUSTIVIDAD Y
CONGRUENCIA, LOS CUALES DEBEN DE RESPETARSE AL MOMENTO DE
EMITIR LAS RESOLUCIONES.
Ahora bien, de las disposiciones constitucionales que se vieron violadas
tenemos las siguientes:
Artículo 14. (…)
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta
de ésta se fundará en los principios generales del derecho.
(…)
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos
en forma de juicio en los que se establezca como regla la oralidad,
bastará con que quede constancia de ellos en cualquier medio
que dé certeza de su contenido y del cumplimiento de lo previsto
en este párrafo.
(…)
Artículo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de
manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito,
quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
(…)
El artículo 14 Constitucional plasma que la actividad jurisdiccional consiste
en la facultad del juzgador para tramitar y emitir una sentencia a los conflictos de
intereses sometidos a su decisión. Ahora, esta función sabemos que no es del
todo simple como proyectar mecánicamente a los casos específicos lo que plasma
la ley, sino que para llevar al cabo tan laboriosa tarea, es importante averiguar el
sentido y alcance de la disposición jurídico positiva en disputa, sin dejar de
atender los hechos que producen el problema jurídico en análisis.
La garantía antes mencionada es de suma importancia ya que con ella se
pretende que en las relaciones sociales se mantenga el orden, dado que dejar sin
resolver las contiendas de naturaleza privada por el mero hecho de que no exista
una ley exactamente aplicable al caso, conduciría a que se vulnerara lo dispuesto
por el artículo 17 de la Constitución Federal, que es el prohibir hacerse justicia por
su propia mano, lo cual estaría generando que una persona cometa una delito por
no expedir la justicia de manera pronto y expedita.
Asimismo, el artículo 16 de Nuestra Carta Magna señala que nadie puede
ser molestado en sus bienes o posesiones sino por mandamiento escrito por
autoridad competente que fundamente motive debidamente la causa legal de sus
determinaciones.
Así las cosas, la autoridad responsable tiene la obligación irrenunciable de
que todos sus actos y determinaciones cuenten con la fundamentación y
motivación debida, esto es que no deben de ser arbitrarias, contrarias a derecho
pero que tampoco hagan más de lo que les compete, la cual se centra única y
exclusivamente respecto de consideraciones e interpretaciones de derecho, por lo
que solo deben aplicar sus conocimientos con base en las leyes establecidas,
debido a que fundamentación son todos los artículos, párrafos, incisos, fracciones
y todo aquel contenido que venga estipulado en la ley y que se encuentre vigente.
Por lo que respecta a la motivación son todos aquellos, hechos,
circunstancias, consideraciones que proporcionan el impulso para que se llevan a
cabo los actos de autoridad, y que consecuentemente debe haber una correlación
entre fundamentación y motivación que se encuentre íntimamente interrelacionada
para su debido funcionamiento jurisdiccional.
Ahora, tenemos que el artículo 17 Constitucional señala que toda persona
tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa e imparcial.
De lo último que se señala podemos observar que los juzgadores deben de
dar absoluto cumplimiento a lo que disponen las leyes, no solo debe ser aplicado
un razonamiento parcial y alejado a derecho, sino siempre se debe estar centrado
en la legislación, sus principios y la configuración de circunstancias, en caso
contrario nos encontraríamos con resoluciones que son violatorias a la
Constitución y violaciones a los derechos humanos de la hoy quejosa.
De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de la
Constitución se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los
gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en
la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad
jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales,
permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones
deducidas.
Ahora bien, del precepto constitucional de previa transcripción,
encontramos que este, tutela el derecho fundamental de acceso a la justicia, que
debe impartirse a los gobernados de manera pronta, completa e imparcial.
Asimismo, como ya lo mencionamos párrafos anteriores, las sentencias
tienen que dictarse conforme a la letra y en sus caso se utilizaran los principios
constitucionales, el cual hoy invocaremos es el principio de CONGRUENCIA, el
cual puede referirse a que debe dictarse sin sobrepasar la litis planteada, es decir,
sin excederse de los puntos materia de la controversia como lo realizó el Juzgado
Sexagésimo Cuarto y que apoya la Sala Tercera Civil , de manera que la
condena o absolución debe referirse a las prestaciones reclamadas, y el segundo
consistente en que las consideraciones contenidas en la decisión judicial se vean
reflejadas en los puntos resolutivos.
Sirve de apoyo los siguientes criterios jurisprudenciales para comprender de
una mejor manera el concepto en comento:
Registro digital: 183398
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Novena Época
Materia(s): Civil
Tesis:II.2o.C.423 C
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tipo: Tesis Aislada
SENTENCIA INCONGRUENTE. LO ES AQUELLA CUYA CONDENA SE
DETERMINA EN FORMA SOLIDARIA, A PESAR DE QUE EN EL JUICIO
NATURAL SE RECLAMÓ DE CADA DEMANDADO UNA CANTIDAD
ESPECÍFICA.
El principio de congruencia que debe regir en toda sentencia estriba en
que ésta debe dictarse en concordancia con lo demandado, así como con
la contestación formulada por el enjuiciado, y además se complementa con
la necesidad de que la sentencia no contenga consideraciones ni
afirmaciones que se contradigan entre sí. Esto es, el citado principio se
conforma por dos aspectos, un primero que constituye la congruencia
externa, relativo a que debe dictarse sin sobrepasar la litis planteada, es
decir, sin excederse de los puntos materia de la controversia, de manera
que la condena o absolución debe referirse a las prestaciones reclamadas,
y el segundo la interna, consistente en que las consideraciones contenidas
en la decisión judicial se vean reflejadas en los puntos resolutivos. Bajo
esa óptica legal, debe concluirse que cuando en un juicio se demande de
varias personas una suma de dinero determinada, por cada una de ellas, y
además se reclama al apoderado y representante de tales enjuiciadas la
suma total de dichas cantidades, resolviéndose en la sentencia definitiva
que se les condena en forma solidaria al pago de la suma total de las
cantidades exigidas, ello resulta infractor del principio de congruencia de
las sentencias en su aspecto externo, pues inexiste solidaridad pasiva en
razón de que el actor en el juicio natural reclamó de manera independiente
a cada uno de los codemandados cantidades diferentes.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO
CIRCUITO.
Amparo directo 177/2003. 24 de junio de 2003. Unanimidad de votos.
Ponente: Javier Cardoso Chávez. Secretario: Darío Carlos Contreras
Favila.
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Registro digital: 193136
Instancia: Primera Sala
Novena Época
Materias(s): Civil
Tesis: 1a./J. 34/99
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo X,
Octubre de 1999, página 226
Tipo: Jurisprudencia
SENTENCIAS CIVILES, CONGRUENCIA DE LAS (LEGISLACIÓN
PROCESAL CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ).
El principio de congruencia de las sentencias que establece el artículo 57
del código procesal civil para el Estado de Veracruz, implica la
exhaustividad que debe regir en las mismas, es decir, la obligación del
juzgador de decidir las controversias que se sometan a su conocimiento,
tomando en cuenta todos y cada uno de los argumentos aducidos tanto en
la demanda, como aquellos en que se sustenta la contestación a ésta y
demás pretensiones hechas valer oportunamente en el pleito, de tal forma
que se condene o absuelva al demandado, resolviendo, sobre todos y
cada uno de los puntos litigiosos que hubieran sido materia del debate,
debiéndose tomar en cuenta que en tratándose de una reconvención, el
actor principal se convierte a su vez en demandado, pues constituye
propiamente una contrademanda que el reo hace valer frente al actor en el
mismo juicio en que fue emplazado. Por ello si esa reconvención se
presenta oportunamente y cumple con los requisitos de forma, el juzgador
al resolver deberá necesariamente atender y decidir en la misma
sentencia, tanto lo deducido por la parte actora en su escrito de demanda,
como lo alegado por la demandada en la acción reconvencional; todo ello
en exacta concordancia con lo establecido en los numerales 57 y 214 del
código adjetivo civil de la entidad antes referida.
Contradicción de tesis 31/98. Entre las sustentadas por el Primer y
Segundo Tribunales Colegiados en Materia Civil del Séptimo Circuito. 26
de mayo de 1999. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo; en su ausencia
hizo suyo el asunto la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Secretario: Ismael Mancera Patiño.
Tesis de jurisprudencia 34/99. Aprobada por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, en sesión de dieciocho de agosto de mil novecientos noventa y
nueve por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros: presidente
Humberto Román Palacios, Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús
Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ausente la Ministra Olga Sánchez
Cordero de García Villegas.
Si bien es cierto que el principio de CONGRUENCIA se refiere a que el
Juzgador debe avocarse a lo que obra en autos, es decir, emitir sentencia
conforme a las pretensiones, pruebas, así como a no ir más allá de lo que se está
solicitando ya que el querer sobrepasar sus facultades podría generarle un
perjuicio a la quejosa, también es que el principio mencionado va en relación a
que la sentencia que emita no entre en contradicciones, ya que eso podría darnos
a entender que no se realizó un amplio estudio del asunto y precisamente hago
mención porque a la hoy quejosa le genera incertidumbre ya que en la página
número veintidós de la sentencia dictada por la Tercera Sala Civil de la Ciudad de
México plasman lo siguiente:
(…)
“Lo anterior es así, tomando en consideración que contrario a lo sostenido
por la inconforme, la sentencia recurrida fue dictada conforme a derecho,
respetándose en todo momento los principios de congruencia, exhaustividad y
equidad procesal que debe existir entre las pretensiones de las partes
oportunamente deducidas y lo que se resolvió, en atención a que la juzgadora
realizó un estudio suficiente de la litis planteada en su integridad, revelando y
explicando las razones, causas y motivos de su decisión, así como también citó
los ordenamientos legales en los cuales apoyó su determinación de declarar
procedente la acción ejercitada, respetándose con ello, lo dispuesto en los
artículos 14, 16 y 17 Constitucional.”
(…)
De lo anteriormente transcrito directamente de la sentencia emitida por la
Sala, manifiesta que supuestamente la Sentencia emitida por el Juzgado
Sexagésimo Cuarto fue dictada conforme a derecho y sin transgredir a las
disposiciones constitucionales, lo cual es absurdo y genera una total incertidumbre
a la hoy quejosa es que un párrafo abajo señala lo siguiente:
(…)
“Y si bien es cierto, no motivó ni fundó su determinación, respecto de que el
Fedatario Público que elabore la escritura relativa a la acción proforma planteada
y la cual se declaró procedente, al haberse acreditado los elementos de la acción;
también lo es, que ellos fue así, en atención a que se trata de una consecuencia
de la procedencia de la acción proforma”
(…)
Ahora que tenemos un amplio panorama de la situación que nos atañe, es
que entre los dos párrafos transcritos directamente de la sentencia hoy recurrida,
hay una total incongruencia, transgrediendo los principios generales del derecho,
ya que es imposible que un solo párrafo antes menciones que una resolución se
encuentre apegada a la ley en relación a los artículos 14, 16 y 17 de nuestra
Constitución y solamente uno después afirmes que ES CIERTO QUE NO
MOTIVARON NI MUCHO MENOS FUNDARON SU DETERMINACIÓN, lo cual
hoy le genera un total perjuicio a la quejosa, por lo que tan solo estos dos párrafos
se encuentran plagados de inconstitucionalidades, lo cual nos demuestra que la
sentencia recurrida va en contra de lo establecido por los artículo 14, 16 y 17 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por lo anteriormente manifestado y en el orden de ideas que la quejosa
pretende expresar las violaciones a derechos humanos que la Sala cometió, es
totalmente procedente se declare el amparo y protección de la Justicia de la
Unión, en virtud de que la sentencia que se reclama trasgrede los principios de
legalidad, de seguridad jurídica y CONGRUENCIA, consagrados en los artículos
14, 16 y 17 de Nuestra Carta Magna.
QUINTO. - SE DEBE CONCEDER EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA FEDERAL, TODA VEZ QUE EL ACTO RECLAMADO NO CUMPLE
CON LA DEBIDA FUNDAMENTACIÓN, ADEMÁS DE QUE LA SENTENCIA
DICTADA EN FECHA QUINCE DE MARZO DE DOS MIL VEINTICUATRO ES
TOTALMENTE IMPARCIAL E INCONGRUENTE, VIOLANDO LOS PRECEPTOS
CONSTITUCIONALES 14, 16 Y 17.
Ahora bien, de las disposiciones constitucionales que se vieron violadas
tenemos las siguientes:
Artículo 14. (…)
Nadie podrá́ ser privado de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes
expedidas con anterioridad al hecho.
(…)
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de
ésta se fundará en los principios generales del derecho.
(…)
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal
del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma
de juicio en los que se establezca como regla la oralidad, bastará con
que quede constancia de ellos en cualquier medio que dé certeza de
su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.
(…)
Artículo 17. (…)
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales.
(…)
Señala el artículo 14 Constitucional que nadie puede ser privado de su
libertad o sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido
ante los tribunales previamente establecidos en el que se cumplan las
formalidades del procedimiento.
El artículo que se menciona, muestra la protección constitucional que el
Estado otorga a los gobernados, en donde se les brinda la garantía de otorgar a
través de Juzgados especializados los cuales se conforman con peritos en
derecho para que velen por la aplicación de las normas y que cumplan cabalmente
las formalidades del procedimiento, ya que, en sentido contrario, nos encontramos
con violaciones a la seguridad jurídica de la hoy quejosa. Deben atender las
formalidades del procedimiento conforme a las leyes aplicables.
Aunado a lo señalado, el mismo numeral 14 Constitucional establece en su
último párrafo que las sentencias e carácter civil deberán ser conforme a la letra o
conforme a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de esta se fundara por los
principios generales del derecho.
Asimismo, el artículo 16 de Nuestra Carta Magna señala que nadie puede
se molestado en sus bienes o posesiones sino por mandamiento escrito por
autoridad competente que fundamente motive debidamente la causa legal de sus
determinaciones.
Así las cosas, la autoridad responsable tiene la obligación irrenunciable de
que todos sus actos y determinaciones cuenten con la fundamentación y
motivación debida, esto es que no deben de ser arbitrarias, contrarias a derecho y
que no rebasen la pericia que le compete al Juzgador, la cual se centra única y
exclusivamente respecto de consideraciones e interpretaciones de derecho, por lo
que solo deben encaminar su actuar (determinación) con base en lo que señala la
norma jurídica, debido a que la fundamentación son todos los artículos, párrafos,
incisos, fracciones y todo aquel contenido que venga estipulado en la ley y que se
encuentre vigente.
Por lo que respecta a la motivación son todos aquellos, hechos,
circunstancias, consideraciones que proporcionan el impulso para que se llevan a
cabo los actos de autoridad, y que consecuentemente debe existir una
yuxtaposición entre fundamentación y motivación que se encuentre íntimamente
interrelacionada para su debido funcionamiento jurisdiccional.
Por último, tenemos que el artículo 17 Constitucional señala que toda
persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales dentro de los
plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial.
De lo último que se señala podemos observar que los juzgadores deben de
dar absoluto cumplimiento a lo que disponen las leyes, no solo debe ser aplicado
un razonamiento parcial y alejado a derecho, sino siempre se debe estar centrado
en la legislación, sus principios y la configuración de circunstancias, en caso
contrario nos encontraríamos con resoluciones que son violatorias a la
Constitución y violaciones a los derechos humanos de la hoy quejosa.
De ahí partimos que las sentencias en materia civil deben de encontrarse
revestidas por los principios de exhaustividad y congruencia, lo cual se traduce
que deben de ser completas en todo lo que se ha pedido y/o solicitado, asimismo
deben de resolver sobre los puntos de debate, sin tomar en consideración hechos
distintos.
Medularmente dichos principios señalan que no se debe extrafacultar las
autoridades jurisdiccionales al momento de emitir sus resoluciones, de lo cual, al
caso que nos ocupa, primeramente el Juez Civil es omiso en su totalidad de
señalar la fundamentación y motivación de ordenar una obligación para el notario
público, de verificar si el demandado se encontraba inscrito en el Registro Público
de la propiedad, señalando un requisito adicional a la procedencia de la acción pro
forma, señalándolo como una consecuencia de la procedencia de la acción pro
forma.
De la sentencia que se reclama podemos observar en la página 14 en el
primer párrafo, en relación a la motivación de la misma, la siguiente:
(…) pues si bien, a través de una sentencia judicial revestida con
la calidad de cosa juzgada se busca resolver un conflicto de
intereses y, al cumplirse en sus propios términos, se hace efectivo
el derecho a la tutela judicial efectiva; sin embargo, existen
circunstancias materiales y jurídicas que pueden modificar el contexto
en el cual se emitió la sentencia, lo que conlleva a declarar su
inejecutabilidad.
Y si bien es cierto, que la finalidad de la acción pro-forma es dar la
formalidad a un contrato de compraventa, esto es, que se otorgue la
escritura pública de la transmisión de derecho de propiedad como título
inscribible, por lo que nos encontramos ante una acción de carácter
personal, que en un principio no busca indagar sobre quien es el
propietario, sino que tiene por base la existencia de un contrato privado
de compraventa al que le falta la forma prescrita por la ley, en la
inteligencia de que el contrato de compraventa tiene como objetivo
principal el transmitir el dominio de las cosas o derechos, con las
características de ser principal, bilateral, oneroso, conmutativo,
consensual y formal”.
Para lo cual el conflicto de intereses se identifica de la siguiente forma:
DEL CONFLICTO DE INTERESES
Es improcedente el conflicto de intereses, visible en la foja catorce de la
resolución emitida por la tercera sala civil en el expediente con toca 203/2024 así,
como se establece en el artículo tercero de la Ley General de Responsabilidades
Administrativas:
Artículo 3. Para efectos de esta Ley se entenderá por:
I. Auditoría Superior: La Auditoría Superior de la Federación;
II. Autoridad investigadora: La autoridad en las Secretarías, los
Órganos internos de control, la Auditoría Superior de la
Federación y las entidades de fiscalización superior de las
entidades federativas, así como las unidades de
responsabilidades de las Empresas productivas del Estado,
encargada de la investigación de Faltas administrativas;
III. . Autoridad substanciadora: La autoridad en las Secretarías, los
Órganos internos de control, la Auditoría Superior y sus
homólogas en las entidades federativas, así como las unidades
de responsabilidades de las Empresas productivas del Estado
que, en el ámbito de su competencia, dirigen y conducen el
procedimiento de responsabilidades administrativas desde la
admisión del Informe de presunta responsabilidad administrativa
y hasta la conclusión de la audiencia inicial. La función de la
Autoridad substanciadora, en ningún caso podrá ser ejercida por
una Autoridad investigadora;
IV. . Autoridad resolutora: Tratándose de Faltas administrativas no
graves lo será la unidad de responsabilidades administrativas o el
servidor público asignado en los Órganos internos de control.
Para las Faltas administrativas graves, así como para las Faltas
de particulares, lo será el Tribunal competente;
V. . Comité Coordinador: Instancia a la que hace referencia el
artículo 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, encargada de la coordinación y eficacia del Sistema
Nacional Anticorrupción;
VI. . Conflicto de Interés: La posible afectación del desempeño
imparcial y objetivo de las funciones de los Servidores Públicos
en razón de intereses personales, familiares o de negocios;
VII. . Constitución: La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos;
VIII. . Declarante: El Servidor Público obligado a presentar declaración
de situación patrimonial, de intereses y fiscal, en los términos de
esta Ley;
IX. . Denunciante: La persona física o moral, o el Servidor Público
que acude ante las Autoridades investigadoras a que se refiere la
presente Ley, con el fin de denunciar actos u omisiones que
pudieran constituir o vincularse con Faltas administrativas, en
términos de los artículos 91 y 93 de esta Ley;
X. . Ente público: Los Poderes Legislativo y Judicial, los órganos
constitucionales autónomos, las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal, y sus homólogos de las entidades
federativas, los municipios y alcaldías de la Ciudad de México y
sus dependencias y entidades, las fiscalías o procuradurías
locales, los órganos jurisdiccionales que no formen parte de los
poderes judiciales, las Empresas productivas del Estado, así
como cualquier otro ente sobre el que tenga control cualquiera
de los poderes y órganos públicos citados de los tres órdenes de
gobierno; Fracción reformada DOF 20-05-2021
XI. . Entidades: Los organismos públicos descentralizados, las
empresas de participación estatal mayoritaria y los fideicomisos
públicos que tengan el carácter de entidad paraestatal a que se
refieren los artículos 3, 45, 46 y 47 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y sus correlativas en las entidades
federativas y municipios;
XII. . Entidades de fiscalización superior de las entidades federativas:
Los órganos a los que hacen referencian el sexto párrafo de la
fracción segunda del artículo 116 y el sexto párrafo de la fracción
II del Apartado A del artículo 122, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos;
XIII. . Expediente de presunta responsabilidad administrativa: El
expediente derivado de la investigación que las Autoridades
Investigadoras realizan en sede administrativa, al tener
conocimiento de un acto u omisión posiblemente constitutivo de
Faltas administrativas;
XIV. . Faltas administrativas: Las Faltas administrativas graves, las
Faltas administrativas no graves; así como las Faltas de
particulares, conforme a lo dispuesto en esta Ley;
XV. . Falta administrativa no grave: Las faltas administrativas de los
Servidores Públicos en los términos de la presente Ley, cuya
sanción corresponde a las Secretarías y a los Órganos internos de
control;
XVI. . Falta administrativa grave: Las faltas administrativas de los
Servidores Públicos catalogadas como graves en los términos de
la presente Ley, cuya sanción corresponde al Tribunal Federal de
Justicia Administrativa y sus homólogos en las entidades
federativas;
XVII. . Faltas de particulares: Los actos de personas físicas o
morales privadas que estén vinculados con faltas administrativas
graves a que se refieren los Capítulos III y IV del Título Tercero de
esta Ley, cuya sanción corresponde al Tribunal en los términos de
la misma;
XVIII. . Informe de Presunta Responsabilidad Administrativa: El
instrumento en el que las autoridades investigadoras describen
los hechos relacionados con alguna de las faltas señaladas en la
presente Ley, exponiendo de forma documentada con las
pruebas y fundamentos, los motivos y presunta responsabilidad
del Servidor Público o de un particular en la comisión de Faltas
administrativas;
XIX. . Magistrado: El Titular o integrante de la sección competente en
materia de responsabilidades administrativas, de la Sala Superior
del Tribunal Federal de Justicia Administrativa o de las salas
especializadas que, en su caso, se establezcan en dicha materia,
así como sus homólogos en las entidades federativas;
XX. . Órganos constitucionales autónomos: Organismos a los que la
Constitución otorga expresamente autonomía técnica y de
gestión, personalidad jurídica y patrimonio propio, incluidos
aquellos creados con tal carácter en las constituciones de las
entidades federativas;
XXI. . Órganos internos de control: Las unidades administrativas a
cargo de promover, evaluar y fortalecer el buen funcionamiento
del control interno en los entes públicos, así como aquellas otras
instancias de los Órganos constitucionales autónomos que,
conforme a sus respectivas leyes, sean competentes para aplicar
las leyes en materia de responsabilidades de Servidores Públicos;
XXII. . Plataforma digital nacional: La plataforma a que se refiere
la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción, que contará
con los sistemas que establece la referida ley, así como los
contenidos previstos en la presente Ley;
XXIII. . Secretaría: La Secretaría de la Función Pública en el Poder
Ejecutivo Federal;
XXIV. . Secretarías: La Secretaría de la Función Pública en el Poder
Ejecutivo Federal y sus homólogos en las entidades federativas;
XXV. . Servidores Públicos: Las personas que desempeñan un
empleo, cargo o comisión en los entes públicos, en el ámbito
federal y local, conforme a lo dispuesto en el artículo 108 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
XXVI. . Sistema Nacional Anticorrupción: La instancia de
coordinación entre las autoridades de todos los órdenes de
gobierno competentes en la prevención, detección y sanción de
responsabilidades administrativas y hechos de corrupción, así
como en la fiscalización y control de recursos públicos, y
XXVII. . Tribunal: La Sección competente en materia de
responsabilidades administrativas, de la Sala Superior del
Tribunal Federal de Justicia Administrativa o las salas
especializadas que, en su caso, se establezcan en dicha materia,
así como sus homólogos en las entidades federativas.
Por lo anterior, el conflicto de intereses es un problema que lleva un
Servidor Público del Estado en su persona y su economía, por lo cual no con lleva
ninguna cabida en litigio del cual se actúa, tal y como se trascribe en el portal del
Consejo de la Judicatura:
...¨El conflicto de intereses es aquella situación en la que el juicio de la
persona está indebidamente influenciado por sus intereses particulares, los cuales
frecuentemente son de tipo económico o personal, contraponiéndose a los de la
institución en la que se desempeña como servidor público, afectando la integridad
de sus decisiones y el predominio del interés público.
Es por ello que, se entiende como conflicto de interés ¨La posible
afectación del desempeño imparcial y objetivo de las funciones de los Servidores
Públicos en razón de intereses personales, familiares o de negocios¨.¨...
Siendo así, claramente, no existe ningún tipo de interés por Servidores
Públicos en el asunto del que se actuó siendo que es entre particulares de una
forma bilateral, tal y como se presentó en el documento base de la acción
PROFORMA
DEL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA
Si bien, es sabido que el Derecho a la Tutela Judicial Efectiva es la
práctica que las autoridades deben de llevar a cabo conforme a lo establecido en
las normas para una mejor interpretación de la Ley, recalcando que siempre y
cuando la Ley lo contemple y lo estipule por sí, no aumentando parámetros no
establecidos por la Ley. Obligando a los Jueces y Magistrados a fundar y motivar
una resolución judicial. Y así, no vulnerar los derechos de los gobernados dando
resoluciones arbitrarias e irrazonables.
Siendo así que el problema se origina cuando la Actora, se ve afectada en
sus bienes y patrimonio como consecuencia del proceso, se dicta una resolución
que afecta los derechos a estos intereses, siendo que, la condición jurídica de
Actora y Demandado, cuando la parte actora solicita la intervención del Órgano
jurisdiccional que no lleva a cabo el litigio con la Ley vigente y en particular,
añadiendo especulaciones que no se contemplan en la Ley, esto debido a una
falta de apreciación o por falta de criterio por parte del Juez Sexagésimo Cuarto de
lo Civil así como la Sala Tercera Civil ambas en la Ciudad de México, siendo esto,
que no lleva a cabo sus funciones adecuadamente apegándose a la ACCIÓN
PROFORMA.
Por lo que resulta procedente se otorgue el amparo y protección de la
Justicia de la Unión en virtud de que la sentencia viola los derechos humanos de
la quejosa, debido a que no se encuentra debidamente motivada la sentencia que
nos ocupa, siendo trasgresora de los principios de congruencia y exhaustividad
que debe revestir.
PRUEBAS
PRIMERA. - LA DOCUMENTAL PÚBLICA. - Consistente en las
constancias que integran el expediente primigenio que da origen al presente juicio
de amparo, el juicio ordinario civil con número de expediente 620/2022, radicado
en el JUZGADO SEXAGÉSIMO CUARTO DE LO CIVIL EN LA CIUDAD DE
MÉXICO, hoy Autoridad Responsable.
SEGUNDA. – LA DOCUMENTAL PÚBLICA. - Consistente en las
constancias que integran el expediente de apelación que da origen al presente
juicio de amparo, TOCA 203/2024 radicado en la TERCERA SALA CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO,
INTEGRANDA POR LOS CC. MAGISTRADOS: MÓNICA VENEGAS
HERNÁNDEZ, JAIME SILVA GAXIOLA Y CLAUDIA DÍAZ ZEPEDA.
TERCERA.- PRESUNCIONAL. - En su doble aspecto, legal y humana en
todo lo que me favorezca. La finalidad de esta probanza es demostrar a su señoría
la inconstitucionalidad de los actos de autoridad enumerados. Relaciono esta
probanza con todos y cada uno de los hechos narrados en la presente demanda
de garantías.
CUARTA. - INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. - En todo lo que me
favorezca. La finalidad de esta probanza es demostrar a su señoría la
inconstitucionalidad de los actos de autoridad enumerados. Relaciono esta
probanza con todos y cada uno de los hechos narrados en la presente demanda
de garantías.
XIII DERECHO
Son aplicables los artículos 103 fracción I, 170 fracción III Inciso A)
constitucionales, así como los artículos 1º fracción I, 5, 21, 24, 76, 175 y demás
relativos de la Ley de Amparo.
POR LO ANTERIORMENTE EXPUESTO Y FUNDADO,
A ESE H. TRIBUNAL COLEGIADO ATENTAMENTE PIDO SE SIRVA:
PRIMERO. - Tenerme por presentado con el presente escrito, documentos y
copias que se acompañan, demandando el Amparo y Protección de la Justicia
Federal en contra de los actos y de las autoridades que han quedado precisadas
en la demanda. Admitir a trámite la misma, ordenando su substanciación conforme
a derecho.
SEGUNDO. - Previos los trámites de ley, otorgar en su oportunidad el
Amparo y Protección de la Justicia Federal a favor de la parte quejosa, de la forma
solicitada.
PROTESTO LO NECESARIO
Ciudad de México a la fecha de su presentación.
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MARTHA CABALLERO ESPEJO