San Pedro describe ya la herejía con los caracteres que se le atribuyen hoy en día:
"Herejías de perdición por las cuales la voz de la verdad será blasfemada y se
pervertirán muchos hombres. Consiste en una perversión de doctrinas; esta perversión
de la doctrina implica en el fondo la negación de la divinidad del Salvador. Toda
doctrina opuesta a la verdadera fe constituye en sí una infidelidad, pero toda
infidelidad positiva no es una herejía. Santo Tomás explica que la herejía, siendo
elección en la doctrina, se refiere no al mismo fin de la fe, sino al medio propuesto
para alcanzar este fin.
Herejías docetas
Aparecieron en el siglo I en oriente afirmando que Jesús tenía sólo un cuerpo
aparente.
Ebionitas
A fines del siglo primero ya hubo algunos herejes judaizantes, Cerinto y los ebionistas
(del hebreo pobres, también llamados "nazarenos" a causa de su ideal de vida pobre),
que tomando como base un rígido monoteísmo unipersonal, negaron la divinidad de
Cristo. Los ebionistas se extendieron desde Persia hasta Siria. Utilizaban un evangelio
especial, llamado "evangelio de los hebreos", sobre cuya identidad precisa discuten en
la actualidad los estudiosos. La herejía de los ebionistas (pobres que empobrecían la
figura de Cristo), afirmaba que Cristo no es Dios, sino un simple hombre; las corrientes
más moderadas, en cambio, admitían también su origen divino. Característica de esta
secta era una antipatía hacia San Pablo, considerado traidor al hebraísmo; cosa
natural en ellos pues San Pablo había proclamado la ineficacia de la ley mosaica más
abiertamente que todos los demás apóstoles. La doctrina de los ebionistas sufrió muy
pronto, influencias de otras doctrinas heréticas, que confluyeron sobre ella y le
aportaron modificaciones substanciales, de modo especial el "gnosticismo". Así, por
ejemplo, el hereje Cerinto (que actuó en Asia Menor a fines del siglo primero y de
quien nos habla San Irineo y San Hipólito) era defensor de las prácticas judaicas, pero
enseñaba también que el mundo no es obra de Dios, sino de un demiurgo: idea
netamente contraria a la concepción de Dios creador y de evidente origen gnóstico.
Además, en su doctrina acerca de Cristo aceptaba también ideas propias de los
docetas, término que deriva del verbo griego dokein, que significa parecer, afirmando
que Jesús era simple hombre; cuando recibió el bautismo de Juan, había descendido
sobre El, según esta teoría, una Virtud Divina, llamada precisamente Cristo, que le
confirió la extraordinaria facultad de poder realizar milagros. Esta virtud abandonó a
Jesús justamente en el momento de su Pasión y muerte.
Mandeos
En el ambiente judeocristiano se desarrolló también la secta de los mandeos,
gnósticos o sabios, que, si bien no ha reclutado muchos seguidores, sin embargo,
sobrevive actualmente en la Mesopotamia meridional. La doctrina de esta secta es
heterogénea en sus elementos y se vale de la fantasía en sus elaboraciones. Su
característica principal es el dualismo: la realidad deriva de dos principios, que se
encuentran en el origen de todas las cosas, el dios masculino y el dios femenino. Su
teoría sobre Cristo, es prácticamente la misma que la de los gnósticos.
Gnósticos
Esta teoría fue una grave amenaza para la Iglesia, se impuso especialmente entre los
siglos I y III, su período de máximo esplendor es en el siglo II.
Gnosticismo del griego gnosis, o sea, conocimiento, se debe a que los miembros de
este movimiento afirmaban la existencia de un tipo de conocimiento especial, superior
al de los creyentes ordinarios y, en cierto sentido, superior a la misma fe. Este
conocimiento podía conducir a la salvación por sí solo. El gnosticismo cree en la
posibilidad de ascender a una esfera oculta por medio de los conocimientos de
verdades filosóficas o religiosas; sólo una minoría selecta puede acceder a ellas. Se
trata de una mística secreta acerca de la salvación. Eligieron sistemas de
pensamientos en el que unían doctrinas judías o paganas con la revelación y dogmas
cristianos. Caen en el dualismo en que identifican el mal con la materia, la carne o las
pasiones y el bien con una sustancia pneumática o espíritu.
Monoarquismo
A fines del siglo II, la herejía, conocida con el nombre de monoarquismo, enseñó que
en Dios no hay más que una persona. Según la explicación concreta que de acerca de
Jesucristo, se divide en dos tendencias:
a) Monarquianismo dinamístico o adopcionista.
Enseña que Cristo es puro hombre, aunque nacido sobrenaturalmente de la Virgen
María por obra del Espíritu Santo; en el bautismo le dotó Dios de particular poder
divino y le adoptó como hijo. Los principales propugnadores de esta herejía fueron
Teódoto el Curtidor, de Bizancio, que la transplantó a Roma hacia el año190 y fue
excomulgado por el Papa Víctor I (189-198); Pablo de Samosata, obispo de Antioquía,
a quien un Sínodo de Antioquía destituyó como hereje el año268, y el obispo Fotino de
Sirmio, depuesto el año351 por el sínodo de Sirmio.
b) Monarquianismo modalístico (llamado también patripasianismo).
Esta doctrina mantiene la verdadera divinidad de Cristo, pero enseña al mismo tiempo
la uni personalidad de Dios explicando que fue el Padre quien se hizo hombre en
Jesucristo y sufrió por nosotros. Los principales propugnadores de esta herejía fueron
Noeto de Esmirna, contra el cual escribió Hipólito; Praxeas, de Asia Menor, combatido
por Tertuliano; Sabelio aplicó también esta doctrina errónea al Espíritu Santo
enseñando que en Dios hay una sola hipóstasis y tres <<prósopa>> ( máscara de
teatro, papel de una función), conforme a los tres modos distintos con que se ha
manifestado la divinidad. En la creación se revela el Dios unipersonal como Padre, en
la redención como Hijo, y en la obra de la santificación como Espíritu Santo. El Papa
San Calixto (217-222) excomulgó a Sabelio. La herejía fue combatida de forma poco
afortunada por el Obispo de Alejandría, Dionisio Magno (hacia 247-264) y condenada
de manera autoritaria por el papa San Dionisio (259-268).
Maniqueos
Manes y sus seguidores profesan el dualismo persa: Todo procede de dos principios
contrarios: el de la luz (Ormuz) y el de las tinieblas (Ahrimán). Ellos también defienden
en el siglo II la separación del bien representado por Dios y el mal que viene del
pecado. En el dualismo existen dos principios en lucha: bien y mal, espíritu y materia,
alma y cuerpo. Según Manes que nació en Persia hacia el año217, estos principios
son irreductibles.
Cátaros
Es un rebrote del maniqueísmo, se interesaban por la austeridad, pureza y pobreza.
Menospreciaban a la jerarquía eclesiástica, tenían fuertes penitencias para
sobreponerse al mal; a estos también se les llama albigenses, son dualistas.
Montanismo
A mediados del siglo II Montano opinaba que el cristianismo se estaba convirtiendo en
algo fácil y mundano y que era necesario volver al cristianismo primitivo. Esta idea
alcanzó gran prestigio en Frigia y Asia Menor. Montano condenó acciones como las
segundas nupcias, el huir de la persecución, el servicio militar en el ejército imperial, el
asistir a los juegos del anfiteatro. Era un rigorista quien además pedía fuertes ayunos.
También predijo el retorno inminente del Mesías. Esta línea de austeridad y
predicciones
Arrianismo
Tomó su nombre de Arrio, nacido en la segunda mitad del siglo III, en Libia. Arrio
aparece en la historia de Alejandría, donde el Obispo Pedro, que poco tiempo después
le excomulga, lo ordena diácono en el año308. Al morir el obispo, Arrio se reconcilia
con su sucesor, Aquilas, y recibe la ordenación sacerdotal; se le envía a regir una
importante parroquia, y allí ha de explicar las Sagradas Escrituras. Arrio empieza a
propagar errores: si el Padre ha engendrado al Hijo, el ser del Hijo tiene un principio;
ha habido, por lo tanto, un tiempo en que El no existía. Al sostener esta teoría, negaba
la eternidad del Verbo, lo cual equivale a negar su divinidad. Admitía la existencia de
Dios que era único, eterno e incomunicable; el Verbo, Cristo, no es Dios, es pura
criatura aunque más excelente que todas las otras. Y, aunque centró toda su
enseñanza en despojar de la divinidad a Jesucristo involucró también al Espíritu
Santo, que igualmente era una criatura e inferior al Verbo. En el año320, el Obispo de
Alejandría convoca un sínodo que reúne más de cien obispos de Egipto y Libia, y en el
se excomulga a Arrio y a sus partidarios, ya numerosos. Las doctrinas de Arrio
desembocan en esta conclusión: el Hijo no es igual al Padre y es totalmente desigual
en su naturaleza y propiedades. El 20 de mayo del 325 D.C., se convocó el Concilio de
Nicea, el primero de los Ecuménicos, en el que asistió Constantino, el primer
emperador cristiano; 318 obispos se reunieron en Nicea, que sirvió de base al Credo
que se recita en la Santa Misa. La finalidad de este texto fue concretar el Símbolo de
Cesárea: "Creemos en un solo Dios, todopoderoso...y en Jesucristo, Hijo de Dios, el
Único engendrado del Padre, esto es, de la substancia del Padre, Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado y no hecho, consubstancial al
Padre..." El Concilio de Nicea terminó el año325 con el destierro de Arrio. También se
condenaron sus escritos. Esta herejía con todas sus ramificaciones se le considera
como la que más prosélitos atrajo a su causa en todo el primer milenio, numerosos
obispos cayeron en sus redes. Todavía en el Oriente Medio y Norte de Africa se hallan
grupos de cristianos-arrianos. Como vemos en esa argumentación el misterio de la
Santísima Trinidad, el más profundo de nuestra fe, quedaba totalmente destruido.
Estas afirmaciones ocasionaron muchas graves divisiones.
El Concilio de Constantinopla
A mediados del siglo cuarto los arrianos seguían obstinados a pesar de haber
desaparecido su líder. La atención teológica se centró en el Espíritu Santo y el
protagonista en esta ocasión fue Macedonio; si Arrio era sacerdote, Macedonio era
nada menos que el patriarca de Constantinopla, que es como decir el segundo
después del Papa. Macedonio admitía la divinidad del Verbo pero la negaba en el
Espíritu Santo, decía que era una criatura de Dios, una especie de superministro de
todas las gracias y superior a todas las jerarquías angélicas. También esta teoría
destruí a la trinidad de personas en Dios. Se reunió el Concilio en el año38l y declaró
explícitamente que el Espíritu Santo era Dios igual al Padre y al Hijo como recitamos
en el Credo: "Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre
y del Hijo que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria". Se completó
el Credo que por esta razón se le llama Niceno-constantinopolitano, por haberse
confeccionado en los dos primeros concilios. En la misma época surgió otra herejía
relacionada con el Verbo, Jesucristo; ésta era capitaneada por Apolinar, obispo de
Laodicea, él sostenía que: En Cristo se daban dos naturalezas, la divina y la humana y
una sola persona; lo cual es correcto; pero, añadía que la naturaleza humana era
incompleta, le faltaba el alma, y en este caso el Verbo hacía las veces del alma. El
mismo concilio condenó este error juntamente con otros menores que se presentaron
a discusión y estableció las bases seguras de la doctrina católica sobre estas
materias.
Semiarrianos
Ocupan un lugar intermedio entre los arrianos rígidos (anomeos) y los defensores del
Concilio de Nicea (homousianos). Enseñan que el Logos es semejante al Padre o en
todo semejante a El, o semejante a la esencia, de ahí que se les denominase
homousianos.
Macedonianismo
La secta de los pneumatómacos (enemigos del Espíritu Santo), nacida del
semiarrianismo y cuya fundación se atribuye, desde fines del siglo IV, probablemente
sin razón, al obispo semiarriano Macedonio de Constantinopla, depuesto en el 336,
extendió el subordinacionismo al Espíritu Santo, enseñando, en referencia a Hebr.
1,14: "¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor
de los que han de heredar la salud?", que era una criatura y un ser espiritual
subordinado como los ángeles. Defendieron la divinidad del Espíritu Santo y su
consustancialidad con el Padre, contra los seguidores de esta herejía, San Atanasio,
los tres capadocios: San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Gregorio Niseno y
Dídimo de Alejandría. Esta herejía fue condenada por un sínodo de Alejandría(362)
bajo la presidencia de San Atanasio, por el segundo Concilio de Constantinopla (381)
y por un sínodo romano (382) presidido por el Papa Dámaso. El concilio de
Constantinopla añadió un importante artículo al símbolo de Nicea, en el que se afirma
la divinidad del Espíritu Santo.
Nestorianismo
La herejía de Nestorio, 428, patriarca de Constantinopla, hacia el 451 en el destierro.
a) el hijo de la Virgen María es distinto del Hijo de Dios. Análogamente a como hay dos
naturalezas en Cristo, es menester admitir también que existen en El dos sujetos o
personas distintas.
b) estas dos personas están vinculadas entre sí por una simple unidad accidental o
moral. El hombre Cristo no es Dios, sino portador de Dios. Por la encarnación no se ha
hecho hombre propiamente el Logos-Dios, sino que ha pasado a morar en el hombre
Jesucristo, de manera parecida a como Dios habita en los justos.
c) Las propiedades humanas (nacimiento, pasión, muerte) tan sólo se pueden predicar
del hombre Cristo; las propiedades divinas (creación, omnipotencia, eternidad)
únicamente se pueden enunciar del Logos-Dios, se niega por tanto, la comunicación
de idiomas.
d) En consecuencia, no es posible dar a María el título de "Madre de Dios" que se le
venía concediendo habitualmente desde Orígenes. Ella no es más que "Madre del
Hombre" o "Madre de Cristo".
e) La idea fundamental de la dualidad de sujetos en Cristo aparece también en la
doctrina confirmacionista, propia de los antioquenos, según la cual el nombre Cristo
habría merecido ser honrado y acatado como Dios por su obediencia en someterse a
los dolores de la pasión.
El Concilio de Éfeso
Otra de las grandes herejías de este tiempo fue el Nestorianismo, llamado así por el
también patriarca de Constantinopla, Nestorio. Se planteó el problema de las dos
naturalezas en Cristo, que si eran completas debían responder también a dos
personas y unidas de una manera accidental. Un presbítero, partidario de Nestorio,
dijo en un sermón al pueblo, que a María no se le podía llamar madre de Dios sino
sólo madre de Cristo, por ser madre de la naturaleza y persona humana; todo ello
produjo un gran escándalo en el pueblo cristiano que la tenía realmente como Madre
de Dios. La discusión y división en bandos opuestos alcanzó grandes proporciones
entre los teólogos y se acordó la convocatoria de un concilio en la ciudad de Efeso, en
la actual Turquía, en el año43l, en el mismo país de los dos anteriores. Por fin se
aclaró la doctrina sobre este misterio: en Jesucristo se dan dos naturalezas unidas en
una forma especial y misteriosa que lleva el nombre de Unión Hipostática; las dos
naturalezas, la divina y la humana conforman una sola persona, que no es mitad y
mitad sino sólo divina. Con respecto a María viene a ser madre de la persona, esta
persona es Dios, luego María es Madre de Dios. En los siglos IV y V los teólogos,
muchos de ellos santos y distinguidos con el título de Padres de la Iglesia, tuvieron
que abordar y clarificar en lo posible, esos misterios de nuestra Fe, los cuales no
pudieron ser estudiados y definidos por los Papas en los siglos anteriores por causa
de las persecuciones. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tenido que hacer frente a
muchas herejías que se han suscitado en diferentes lugares y países, algunas se
eclipsaron en poco tiempo y otras han sido más consistentes pero dentro de un área
limitada y de poca resonancia en la vida de la Iglesia. En cuanto al Cisma Oriental y al
Protestantismo se desarrollan en temas separados.
Eutiques
Profesó el error opuesto, a saber, que en Cristo no había sino una sola naturaleza,
porque la naturaleza humana había sido absorbida por la divina, como el océano
absorbe una gota de agua. Esta herejía conocida como monofismo fue condenada por
el Concilio de Calcedonia 451 A.C.
Valdenses
Secta herética fundada por Valdo en Lyónen el último cuarto del siglo XII,
probablemente en 1176. Su fundador quiso predicar, pero su incapacidad motivó la
prohibición de Roma. Valdo hace caso omiso de este veto y la Santa Sede lo
excomulga. Entonces, el y sus discípulos caen en la herejía. Negaban los
sacramentos, excepto el de la Eucaristía, y rechazaban la autoridad de la Iglesia.
Querían reproducir el sistema de vida Apostólico y acusaban de corrupción a la Iglesia.
El Tribunal de la Inquisición
A la Edad Media se la ha llamado "La Edad de la Fe", en especial la que se encierra
entre los siglos X al XV. En el transcurso de esos quinientos años sí puede afirmarse
que la sociedad cristiana occidental llegó al cenit en ambientación religiosa,
considerándolo en el conjunto de todos los estratos sociales y ello en relación con los
cinco siglos anteriores como también en los posteriores hasta nuestros días. Esto en
un hecho histórico indiscutible. "Durante estos siglos de exuberancia de vida religiosa,
pulularon y se desarrollaron una serie de herejías sumamente peligrosas, en las que
so capa de mayor perfección, se atacaban los fundamentos mismos de la Iglesia y aún
de la sociedad civil. Naturalmente, por parte de la Iglesia y de los príncipes cristianos,
se tomaron medidas contra estas herejías peligrosas. Se emprendió una guerra en
toda forma, de la que fue alma Inocencio III; pero sobre todo, lo que sintetiza las
medidas tomadas contra estas herejías, fue la Inquisición. Mirada en conjunto la
Inquisición medieval fue uno de los efectos del sentimiento cristiano del siglo XIII. Pero
la ocasión inmediata fueron las herejías de los cátaros, valdenses y albigenses, que
amenazaban con sus prácticas disolventes a los Estados cristianos." "Las primeras
disposiciones de los Concilios y de los Pontífices contra los herejes establecieron
penas más suaves que las ya existentes de los príncipes seculares. La pena de
muerte para los herejes obstinados y recalcitrantes la decretó en una ley el emperador
Federico II en el año de l224, aduciendo estas razones: el orden público y el ser la
herejía un crimen de esa majestad. Esta última razón había de jugar un papel
importante en toda la legislación antiherética." "Entonces, pues, ante un modo de
pensar tan general en toda la Cristiandad, el Papa Gregorio IX en el año de l231
aceptó para toda la Iglesia la ley imperial de l245. Para la ejecución de estas nuevas
normas el Papa empleó los medios existentes, nombrando legados especiales para
ello y urgiendo a los Ordinarios (Obispos). Pero esto no bastaba. Entonces se erigió el
tribunal de la Inquisición encargando de su administración a la Orden Dominicana."
"Las normas que se seguían en la persecución de los herejes eran todas las
disposiciones existentes y aprobadas canónicamente y las que con el tiempo fueron
dando los Romanos Pontífices. Es cierto que se cometieron excesos de parte de
algunos tribunales o inquisidores particulares, pero también se realizaron actos de
verdadero heroísmo y en todo caso los principios en que se basaba la Inquisición eran
entonces universalmente admitidos por los teólogos y canonistas". Incluso los
llamados ateos sienten y manifiestan alguna vez vivencias religiosas. Plutarco, el gran
historiador griego dejó consignado este elocuente mensaje: "Encontraréis pueblos sin
tradiciones, ciudades sin murallas, sin leyes escritas, sin moneda vigente; pero
pueblos sin culto religioso, sin sacerdotes, sin sacrificios, no los hallaréis. Desde hace
unos años contemplamos por nuestras calles, plazas, vehículos de transporte, etc. a
personas con vestidos llamativos de distinto signo religioso que tratan de atraer a su
causa a quiénes les prestan atención. Vivimos, ciertamente, una gran floración de
sectas y movimientos espiritualistas que tratan de impresionarnos.