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Borrador Decreto Uso de Coca y Amapola

Borrador de decreto que regula hoja de coca y amapola para usos médicos e industrial
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REPUBLICA DE COLOMBIA

MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO

DECRETO NÚMERO DE 2024

( )

“Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del


Decreto 1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar
parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986, en lo atinente al uso de plantas
de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,

En ejercicio de las facultades constitucionales y legales, en especial las


conferidas en el numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política en
desarrollo del artículo 1 de la Ley 13 de 1974, de los artículos 3, 5, 6 y 8 de la Ley
30 de 1986, y

CONSIDERANDO:

Que el artículo 2 de la Constitución Política dispone que entre los fines esenciales
del Estado se encuentra el servir a la comunidad, promover la prosperidad general
y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución.

Que el artículo 64 de la carta constitucional modificado mediante Acto Legislativo


01 de 2023, reconoce al campesinado como sujeto de especial protección
constitucional y su particular relacionamiento con la tierra basado en la producción
de alimentos en garantía de la soberanía alimentaria, sus formas de territorialidad
campesina, condiciones geográficas, demográficas, organizativas y culturales que
lo distingue de otros grupos sociales. En consecuencia, establece que el Estado
reconoce las diferentes dimensiones del campesinado y velará por la protección,
respeto y garantía de sus derechos individuales y colectivos.

Que según el artículo 31 de la Convención de Viena de 1969 aprobada mediante


la Ley 32 de 1985, los tratados internacionales deben ser interpretados de buena
fe a la luz de su objeto y finalidad. En consecuencia, los tratados sobre fiscalización
internacional de drogas ratificados por Colombia, reconocen la necesidad de
garantizar la disponibilidad de las sustancias estupefacientes y psicotrópicas –
dentro de las cuales se encuentran la hoja de coca, concentrado de paja de
adormidera y opio, así como sus derivados– para fines médicos y científicos,
DECRETO NÚMERO DE Página 2 de 28

Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

estableciendo las medidas dirigidas a restringir el uso de tales sustancias para fines
ilícitos.

Que los referidos tratados internacionales establecen la admisibilidad y validez del


uso de dichas sustancias fiscalizadas para fines médicos y científicos,
destacándose particularmente (i) la Convención Única sobre Estupefacientes de
1961, aprobada mediante Ley 13 de 1974, en sus artículos 4(c) –según el cual los
Estados parte podrán autorizar la producción, la fabricación, la exportación, la
importación, la distribución, el comercio, el uso y la posesión de sustancias
estupefacientes para fines médicos y científicos– y 9.4. –según el cual los Estados
parte en cooperación con la Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes tratarán de limitar el cultivo, la producción, la fabricación y el uso
de estas sustancias en cantidades adecuadas necesarias para fines médicos y
científicos, asegurando su disponibilidad para estos fines al mismo tiempo que
proscriben sus usos ilícitos–, y (ii) el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de
1971, aprobado mediante Ley 43 de 1980, en sus artículos 5 –el cual admite la
fabricación, exportación, importación, distribución, existencias, comercio, uso y
posesión para fines médicos y científicos bajo regulación estatal de las sustancias
incluidas en las Listas II, III y IV–, y 7 –que admite la fabricación, comercio,
distribución, posesión y usos con fines científicos y fines médicos, bajo fiscalización
estatal, de las sustancias incluidas en la Lista I.

Que en lo que respecta a fines industriales, la Convención Única sobre


Estupefacientes de 1961 contiene una cláusula general de admisibilidad al
disponer en el numeral 9 del artículo 2 que las Partes no estarán obligadas a aplicar
las disposiciones de la convención a los estupefacientes que se usan comúnmente
en la industria para fines que no sean médicos o científicos, siempre que: a) por
procedimientos de desnaturalización o por otros medios, se logre impedir que los
estupefacientes puedan prestarse para usos indebidos o producir efectos nocivos
y que sea posible en la práctica la recuperación de los mismos; y, b) se incluya la
cantidad de estupefacientes utilizados para dichos propósitos, en los datos
estadísticos de los que trata el artículo 20 de la convención.

Que la misma convención sobre estupefacientes hace referencia a usos


industriales respecto de determinadas sustancias, verbigracia en las siguientes
disposiciones: i) el artículo numeral 1 del artículo 27 señala que “1. [l]as Partes
podrán autorizar el uso de hojas de coca para la preparación de un agente
saporífero que no contenga ningún alcaloide y, en la medida necesaria para dicho
uso, autorizar la producción, importación, exportación, el comercio y la posesión
de dichas hojas”; y el artículo 28.2. según el cual “[l]a presente Convención no se
aplicará al cultivo de la planta de cannabis destinado exclusivamente a fines
industriales (fibra y semillas) u hortícolas”.

Que dando cumplimiento a los mencionados tratados sobre fiscalización


internacional de drogas así como a lo señalado en la Ley 9 de 1979 y Ley 30 de
1986 sobre la materia, se adoptó en Colombia un sistema de autorizaciones y
medidas de control, seguimiento y vigilancia sobre las actividades que pueden
realizarse con sustancias fiscalizadas –dentro de las cuales se encuentra la hoja
de coca, opio, concentrado de paja de adormidera y sus derivados– contemplando
fines médicos, científicos e industriales, el cual está actualmente previsto en la
DECRETO NÚMERO DE Página 3 de 28

Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Resolución 1478 de 2006 y 315 de 2020 del Ministerio de Salud y Protección


Social, no obstante, dentro de las mismas no se regulan las actividades
relacionadas con el uso de semillas y cultivo de plantas de las cuales puedan
extraerse estupefacientes por tratarse de asuntos cuya competencia reglamentaria
corresponde adicionalmente a otras autoridades.

Que asimismo con relación a la planta de cannabis, cannabis y sus derivados se


expidió un marco normativo especial contenido en la Ley 1787 de 2016, el
Título 11 de la Parte 8 del Libro 2 del Decreto 780 de 2016 sustituido por el Decreto
811 de 2021 y sus regulaciones técnicas, dentro del cual se contemplan sus usos
médicos, científicos e industriales.

Que por su parte, el artículo 3 de la Ley 30 de 1986 le asigna al Ministerio de Salud


y Protección Social la función de reglamentar y controlar la producción, fabricación,
exportación, importación, distribución, comercio, uso y posesión de
estupefacientes, lo mismo que el cultivo de plantas de las cuales estos se
produzcan, para fines médicos y científicos.

Que en consonancia con lo anteriormente relacionado, las actividades señaladas


en el referido artículo 3 de la Ley 30 de 1986 se encuentran desarrolladas en
diferentes normas: (i) para cannabis, la Ley 1787 de 2016, el Decreto 780 de 2016
y sus regulaciones técnicas; (ii) para cáñamo, la Ley 2204 de 2022 y sus normas
reglamentarias y (iii) para sustancias fiscalizadas y productos que las contengan,
el Título VI de Ley 9 de 1979, la Ley 30 de 1986, el Decreto 3788 de 1986 y las
Resoluciones 1478 de 2006 y 315 de 2020 del Ministerio de Salud y Protección
Social. No obstante, con relación a la actividad de cultivo, únicamente se cuenta
con marco regulatorio especial sobre la planta de cannabis y no respecto de otras
plantas de las cuales se producen estupefacientes como la amapola y coca.

Que de conformidad con lo dispuesto en los artículos 5 y 6 de la Ley 30 de 1986,


las plantas de las cuales se obtienen sustancias estupefacientes, incluidas las
plantas de amapola y coca podrán ser cultivadas previa licencia expedida por el
Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE), de acuerdo con la reglamentación
que para el efecto se establezca y que la posesión de semillas para el cultivo de
dichas plantas, requerirá igualmente autorización previa de este consejo, en las
cantidades que el mismo determine. Por lo anterior, se hace necesario reglamentar
lo atinente a la referida licencia o autorización de cultivo, así como la autorización
para la posesión de las semillas.

Que el artículo 8 de la referida ley indica que el CNE podrá ordenar la destrucción
de toda plantación que no posea licencia o autorizar su utilización para fines lícitos,
de conformidad con la reglamentación que se expida. En ese sentido, resulta
necesario reglamentar lo concerniente a la autorización que permita el uso de las
referidas plantaciones que no poseen licencia.

Que el literal d) del artículo 91 de la aludida ley, establece como función del CNE
supervisar la actividad de entidades estatales y privadas que se ocupan de la
investigación científica en materia de drogas que producen dependencia.
DECRETO NÚMERO DE Página 4 de 28

Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Que, por otra parte, la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito
de estupefacientes y sustancias sicotrópicas de 1988, aprobada mediante Ley 67
de 1993, dispone en su artículo 14.2 que los Estados parte deben evitar el cultivo
ilícito de las plantas de coca, cannabis y amapola, y que “[l]as medidas que se
adopten deberán respetar los derechos humanos fundamentales y tendrán
debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos”.

Que el Estado colombiano, en la Ley 67 de 1993 al ratificar la Convención de las


Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias
sicotrópicas de 1988, formuló una declaración interpretativa según la cual
“Colombia entiende que el tratamiento que la Convención da al cultivo de la hoja
de coca como infracción penal debe armonizarse con una política de desarrollo
alternativo, tomando en cuenta los derechos de las poblaciones indígenas
involucradas y la protección del medio ambiente”; y que la Corte Constitucional, en
la Sentencia C-176 de 1994, dictaminó que mediante esta declaración, desde el
punto de vista de la Convención de Viena de 1969 sobre el derecho de los tratados,
“Colombia indica que se obliga a respetar el tratado o ciertos artículos sólo si son
interpretados de determinada manera, que es la que Colombia considera correcta”,
mientras que desde el punto de vista del derecho constitucional colombiano esta
declaración tiene el carácter de reserva y determina el alcance de la obligación
internacional para Colombia “puesto que son declaraciones que condicionan la
aceptación del tratado por nuestro país y delimitan así el compromiso del Estado
colombiano”.

Que en cuanto al contenido de dicha declaración interpretativa con efectos


constitucionales de reserva registrada por Colombia al ratificar la Convención de
las Naciones Unidas de 1988, la Corte Constitucional estableció en la Sentencia
C-176/94 que “[e]sta declaración se funda en una distinción que esta Corte
comparte. No se puede colocar en el mismo plano la planta de coca y los usos
lícitos y legítimos que de ella se han hecho y se pueden hacer, y la utilización de
la misma como materia prima para la producción de cocaína. Esta diferenciación
entre la hoja de coca y la cocaína es necesaria puesto que numerosos estudios
han demostrado no sólo que la hoja de coca podría tener formas de comercio
alternativo legal que precisamente podrían evitar la extensión del narcotráfico, sino
además que el ancestral consumo de coca en nuestras comunidades indígenas no
tiene efectos negativos”.

Que de conformidad con el artículo 31 de la Declaración de las Naciones Unidas


sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, reconocida por la Corte
Constitucional como parámetro internacional autorizado para la interpretación de
la Constitución Política y demás normas internas colombianas, “[l]os pueblos
indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su
patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales
tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas,
comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el
conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las
literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e
interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y
desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos
tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales”.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Que en virtud de lo dispuesto en el artículo 8(j) del Convenio sobre Diversidad


Biológica, aprobado mediante Ley 165 de 1994, el Estado colombiano “[c]on
arreglo a su legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los
conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y
locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación
y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá su aplicación más
amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean esos
conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados
de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan
equitativamente”; al tiempo que, en el artículo 10(c) del mismo tratado se establece
que Colombia “[p]rotegerá y alentará la utilización consuetudinaria de los recursos
biológicos, de conformidad con las prácticas culturales tradicionales que sean
compatibles con las exigencias de la conservación o de la utilización sostenible”.

Que según dispone la Decisión Andina 391 de 1996 de la Comisión del Acuerdo
de Cartagena, esto es, el Régimen Común sobre Acceso a los Recursos
Genéticos, los países miembros del Acuerdo “de conformidad con esta Decisión y
su legislación nacional complementaria, reconocen y valoran los derechos y la
facultad para decidir de las comunidades indígenas, afroamericanas y locales
sobre sus conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales asociados a los
recursos genéticos y sus productos derivados”.

Que la Corte Constitucional en la Sentencia C-882 de 2011 declaró que el uso,


consumo y cultivo de la hoja de coca en las comunidades indígenas hace parte de
sus costumbres ancestrales, es decir, es una práctica protegida por los derechos
a la identidad cultural y a la autonomía de los pueblos indígenas, y, por tanto,
amparada por el principio de respeto y protección de diversidad étnica y cultural.
En idéntico sentido el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las
Naciones Unidas ha reiterado en varios informes que, “la masticación tradicional
de la hoja de coca es coherente con el derecho de los pueblos indígenas a
mantener sus prácticas culturales y de salud tradicionales, reconocido en los
artículos 11, 24 y 31 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos
de los pueblos indígenas”. Igualmente, en la Sentencia T-477 de 2012 explicó que
a las normas internacionales recién enunciadas subyacen tres elementos comunes
fundamentales relativos a los usos tradicionales de la hoja de coca en las
comunidades indígenas, a saber: (i) la necesidad de reconocer la existencia de un
conocimiento tradicional que pertenece a las comunidades indígenas y además
forma parte del patrimonio cultural de la Nación; (ii) la obligación de obtener la
aprobación y participación del pueblo o comunidad indígena respectivo para
efectos de poder tener acceso a ese conocimiento tradicional; y (iii) la obligación
de compartir equitativamente los beneficios derivados de ese conocimiento.

Que en el marco de lo señalado en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de


las Naciones Unidas, en la Decisión Andina 391 de 1996 y en la Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, así como en
atención a la protección constitucional de los usos ancestrales sobre la hoja de
coca por parte de las comunidades indígenas y en consecuencia su pertenencia al
patrimonio cultural de la nación, y dado que en el presente decreto se autorizarán
actividades relativas a la planta de coca, se considera necesario establecer
disposiciones dirigidas a la protección del conocimiento ancestral y tradicional, el
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

acceso a los recursos genéticos y el reparto justo y equitativo de beneficios en


favor de la comunidades étnicas y campesinas, de conformidad con las normas
que rigen la materia.

Que teniendo en cuenta que el Estado colombiano por mandato constitucional


reconoce y protege los derechos que les asisten a los pueblos indígenas sobre el
uso ancestral y tradicional de la planta de coca, es importante precisar que los tipos
de autorización y requerimientos previstos en el capítulo desarrollado en el
presente decreto, no le serán aplicables a dichos usos. A contrario sensu, las
disposiciones reglamentarias se circunscribirán a regular de manera general los
usos médicos, científicos de investigación e industriales de las plantas de amapola
y coca. Lo anterior sin perjuicio que en el marco de la implementación de los
proyectos objeto de las autorizaciones se involucren comunidades étnicas cuyo
grado de afectación constituya la necesidad de garantizar el derecho a la consulta
previa o surtir el proceso de concertación a que haya lugar.

Que sin perjuicio de lo anterior, la Corte Constitucional en materia de distribución


o venta de productos a la comunidad en general por parte de comunidades
indígenas, precisó en Sentencia T- 357 de 2018 que “(…) 10.4 Reitera la Sala que
si bien las comunidades tradicionales tienen, a la luz de la Constitución Política, el
Convenio 169 de la OIT y la jurisprudencia constitucional, derechos sobre el uso
de la hoja de coca como manifestación de su identidad étnica y cultural, el mismo
puede ejercerse libremente, de acuerdo con sus propias normas, dentro de las
respectivas comunidades, de manera que si existe un interés de comercialización
y distribución del producto a la generalidad de las personas, debe ajustar tal
proceder a las normas especiales que regulan la materia. Como ya ha sido
señalado, aun cuando el derecho a la identidad étnica y cultural de las
comunidades goza de protección constitucional, en razón de encontrar respaldo
en principios fundantes del Estado, no es en todo caso un derecho absoluto y, por
tanto, encuentra límites, entre otros, en el ejercicio de los derechos de terceros”.

Que el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la construcción de una


Paz Estable y Duradera de noviembre de 2016 establece en su punto 4 que la
nueva política del Estado colombiano frente al problema de las drogas ilícitas,
deberá estar centrada en “un enfoque general de derechos humanos y salud
pública, diferenciado y de género”, y proveerá “un tratamiento especial a los
eslabones más débiles de la cadena del narcotráfico que son las personas que
cultivan”, y mantendrá “la posibilidad de la utilización de cultivos de uso ilícito, para
fines médicos y científicos y otros usos lícitos que se establezcan”.

Que el citado Acuerdo Final de Paz es un parámetro obligatorio de interpretación


de las normas y leyes de allí derivadas para la implementación y desarrollo de la
paz en Colombia, en aquellos aspectos directamente vinculados a la efectividad
de los derechos fundamentales, por mandato expreso del constituyente secundario
en el artículo 1º del Acto Legislativo 2 de 2017, que introdujo un artículo transitorio
a la Carta Política según el cual “[e]n desarrollo del derecho a la paz, los contenidos
del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz
estable y duradera, firmado el día 24 de noviembre de 2016, que correspondan a
normas de derecho internacional humanitario o derechos fundamentales definidos
en la Constitución Política y aquellos conexos con los anteriores, serán
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

obligatoriamente parámetros de interpretación y referente de desarrollo y validez


de las normas y las leyes de implementación y desarrollo del Acuerdo Final, con
sujeción a las disposiciones constitucionales”.

Que las disposiciones del Acuerdo Final de Paz sobre la solución al problema de
las drogas ilegales tienen un vínculo directo con múltiples derechos
constitucionales fundamentales de las personas colombianas, incluyendo el
derecho a la paz, el derecho a la seguridad personal, el derecho a la dignidad, el
derecho al mínimo vital, el derecho a un medio ambiente sano, el derecho a la
salud, los derechos vinculados al desarrollo sostenible y los derechos individuales
y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas y tribales del país y sus
miembros; razón por la cual, en cumplimiento de lo dispuesto por el Acto Legislativo
02 de 2017, esas disposiciones del Acuerdo Final de paz son parámetro obligatorio
de interpretación y referente de desarrollo y validez normativa.

Que la Comisión Asesora para la Política de Drogas creada mediante Resolución


0233 de 2013 del Ministerio de Justicia y del Derecho en su informe final sobre
Lineamientos para un nuevo enfoque de la política de drogas en Colombia (2015)
incluyó dentro de los principios de una política nacional de drogas el de la evidencia
científica, indicando que “una política de drogas basada en la evidencia significa
tener en cuenta los resultados de los estudios y evaluaciones disponibles acerca
de la efectividad de diferentes intervenciones y programas para confrontar la
producción, tráfico, distribución y consumo de sustancias psicoactivas a la hora de
decidir qué políticas y programas nuevos deben implementarse, cuáles deben
escalarse y darles mayor importancia y cuáles deben disminuirse o desaparecer.
En aquellos casos en donde no existe evidencia rigurosa disponible, deben abrirse
espacios de experimentación mediante pilotos controlados que permitan aprender
si una política es exitosa en alcanzar sus objetivos, así como de sus efectos y
costos directos e indirectos”.

Que la Misión Internacional de Sabios 2019 en su informe “Colombia hacia una


sociedad del conocimiento, reflexiones y propuestas” (2020), se refirió a las fallas
y cambios necesarios en la formación y ejecución de políticas y destacó como una
medida necesaria para superarlas la reducción de barreras normativas para el
desarrollo de la ciencia en Colombia, advirtiendo además, la falta de una tradición
de investigación científica en la administración pública colombiana y agregando
que “en algún momento hay que reconocer que sin confianza la promoción de la
ciencia tendrá obstáculos insalvables, y sin eficiencia en su administración no será
competitiva en un ambiente global que promueve la invención y la innovación como
fundamentos de la competitividad económica de naciones, regiones y
comunidades”.

Que la observación general No. 25 de 30 de abril de 2020 del Comité de Derechos


Económicos, Sociales y Culturales del Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas, relativa a la ciencia y los derechos económicos, sociales y
culturales (artículo 15, párrafos 1 b), 2, 3 y 4, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, en relación al análisis relacionado con el
derecho a la salud señaló que “(…) los Estados partes deberían armonizar el
cumplimiento de sus obligaciones en el marco del régimen de fiscalización
internacional de drogas con sus obligaciones de respetar, proteger y hacer efectivo
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

el derecho a participar en el progreso científico y sus aplicaciones y gozar de sus


beneficios, mediante la revisión periódica de sus políticas en relación con las
sustancias sometidas a fiscalización (…)”.

Que en el documento de Directrices Internacionales sobre Derechos Humanos y


Política de Drogas, se destaca el derecho a beneficiarse del progreso científico y
de sus aplicaciones, estableciendo entre otras directrices, que los estados
deberían “(…) ii. Asegurar que la investigación científica, incluida la relativa a las
drogas controladas, pueda llevarse a cabo y comunicarse sin censura y sin
injerencias políticas. iii. Considerar la posibilidad de revisar las listas de sustancias
bajo control internacional de las convenciones de fiscalización de drogas de 1961
y 1971 a la luz de pruebas científicas recientes, y priorizar la exploración de los
beneficios médicos de las sustancias controladas de acuerdo con las
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la inclusión de
sustancias en las listas”.

Que por cuenta de un enfoque prohibicionista sobre el control de drogas aplicado


en Colombia sobre plantas de alto valor cultural para el país de las cuales se
obtienen sustancias estupefacientes, se ha generado el estigma de asociarlas con
el narcotráfico, la violencia y el conflicto armado, lo cual ha contribuido a la
generación de barreras normativas para su uso, desincentivando la investigación
y construcción de conocimiento, así como al desconocimiento de los usos y
saberes ancestrales, tradicionales o populares por parte de comunidades
indígenas y campesinos quienes se han valido de estas plantas para múltiples usos
distintos a los asociados a la producción ilícita de drogas.

Que en el marco de lo señalado en la Ley 2294 de 2023 “Por el cual se expide el


Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 ‘Colombia Potencia Mundial de la Vida’”,
así como en la nueva Política Nacional de Drogas 2023-2033 “Sembrando vida
desterramos el narcotráfico”, y en otras iniciativas tendientes a promover el tránsito
de economías ilícitas a lícitas, la disrupción de la producción de drogas y la
desarticulación de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y
actividades conexas, el Gobierno colombiano pretende promover la investigación
con el propósito de identificar las propiedades, potencialidades y finalidades de las
plantas de amapola y coca.

Que bajo esos propósitos se propone crear marcos regulatorios justos y


responsables orientados a implementar los usos alternativos de dichas plantas
como apoyo al proceso de reconversión económica, la lucha contra el cambio
climático y desarrollo rural del país, principalmente en favor de las comunidades
especialmente afectadas por el narcotráfico y de la guerra contra las drogas.

Que de conformidad con lo anterior, y con el objeto de responder a las necesidades


actuales del país en materia de política de drogas, derechos humanos, salud
pública, ciencia y medicina, así como hacer operativas las leyes 13 de 1974 y 30
de 1986, y lograr la ejecución de sus fines y propósitos perseguidos, el Gobierno
nacional considera necesario reglamentar el artículo 1 de la Ley 13 de 1974, en
particular las materias relacionadas en el numeral 9 del artículo 2 y artículo 27 de
la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, y los artículos 3, 5, 6 y 8 de
la Ley 30 de 1986 en lo concerniente a los usos de las plantas de amapola y coca
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

mediante autorizaciones que permitan la posesión de semillas, el cultivo y el uso


de plantaciones que no posean licencia para fines médicos, científicos e
industriales.

Que la aludida reglamentación de las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986 mediante el


presente decreto, constituye un instrumento jurídico que contribuirá a lograr la paz,
toda vez que está dirigido –entre otros aspectos– a impulsar las iniciativas que
permitan el tránsito a economías lícitas mediante la reconversión productiva y el
desarrollo de los territorios con presencia de cultivos de uso ilícito, los cuales han
sido históricamente afectados por el conflicto armado y el narcotráfico. En este
sentido el uso de las referidas plantas con fines lícitos, en conjunto con otras
estrategias, contribuye a la reducción de la disponibilidad de cultivos para uso ilícito
y el procesamiento ilícito de drogas.

Que teniendo en cuenta que se trata de la primera vez en la historia del país que
se viabiliza la posesión de semillas y cultivo de plantas de amapola y coca, así
como el uso de plantaciones que no posean licencia, se considera que su
implementación debe realizarse de manera prudente, responsable y progresiva de
forma tal que el Estado tenga un control permanente sobre las actividades que
sean autorizadas en el marco de este decreto. Para dichos efectos, entendiendo
que en las leyes objeto de reglamentación no se prevén aspectos en materia
sancionatoria, ni tributaria, los cuales son esenciales para el efectivo seguimiento
y control a particulares, se considera necesario que la titularidad de las
autorizaciones que se desarrollan en el presente decreto, recaiga en las entidades
públicas, en el marco de sus competencias.

Que ante las limitaciones de orden legal, permitir que solo las entidades públicas
puedan ser las autorizadas, se considera una manera responsable y prudente de
minimizar el riesgo de desvío de las sustancias fiscalizadas al mercado ilícito de
drogas, de forma tal que las actividades del proyecto y de la organización étnica o
campesina asociada al mismo, se mantengan estrictamente dentro de los límites
de la legalidad.

Que el proyecto de decreto fue publicado en la página web del Ministerio de Justicia
y del Derecho, durante el período comprendido entre el XX del mes y el XX de mes
del 2024, para opiniones, sugerencias o propuestas alternativas de los ciudadanos
y grupos de interés de conformidad con lo establecido en el artículo 2.1.2.1.14 del
Decreto 1081 de 2015.

Que en atención a los asuntos objeto de reglamentación, se consideró necesario


solicitar concepto sobre la determinación de procedencia y oportunidad de consulta
previa ante la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa del Ministerio
del Interior, el cual fue rendido mediante oficio “[XXX]” manifestando lo siguiente
“[incluir texto, si aplica, una vez se cuente con tal respuesta]”.

Que en virtud de lo dispuesto en el artículo 7 de la Ley 1340 de 2009, se solicitó a


la Superintendencia de Industria y Comercio que rindiera concepto sobre el
presente acto administrativo, entidad que manifestó que “[a incluir una vez se
cuente con tal respuesta]”.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Que en virtud de lo dispuesto en el artículo 3 del Decreto 2106 de 2019, se recibió


concepto favorable por parte del Departamento Administrativo de la Función
Pública “[incluir texto, si aplica, una vez se cuente con tal respuesta]”.

En mérito de lo expuesto,

DECRETA:

Artículo 1. Adición. Adiciónese el Capítulo 09 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2


del Decreto 1069 de 2015 Único Reglamentario del Sector Justicia y del Derecho,
el cual quedará así:

CAPÍTULO 9

USO DE PLANTAS DE AMAPOLA Y COCA PARA FINES MÉDICOS,


CIENTÍFICOS DE INVESTIGACIÓN E INDUSTRIALES POR PARTE DE
ENTIDADES PÚBLICAS

Sección 1

Disposiciones Generales

Artículo 2.2.2.9.1.1. Objeto. El presente capítulo tiene por objeto reglamentar el


uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación
e industriales por parte de entidades públicas competentes dentro de los marcos y
parámetros trazados por el legislador mediante la Ley 13 de 1974 (artículo 1) y la
Ley 30 de 1986 (artículos 3, 5, 6, 8), de conformidad con las obligaciones
internacionales de Colombia en el sistema de fiscalización de estupefacientes y en
consonancia con los mandatos de la Constitución Política, bajo un enfoque de
derechos humanos, justicia social y promoción al tránsito a economías lícitas.

Parágrafo. Las actividades que ya se encuentran reguladas relacionadas con el


uso de sustancias fiscalizadas para fines médicos, científicos de investigación e
industriales, tales como: fabricación de derivados, procesamiento de sustancias,
elaboración de productos, entre otras, deberán sujetarse a la normativa vigente
sobre la materia, especialmente el Título VI de Ley 9 de 1979, la Ley 30 de 1986,
las Resoluciones 1478 de 2006 y 315 de 2020 del Ministerio de Salud y Protección
Social, y las normas que las modifiquen, adicionen o sustituyan, así como la
normatividad aplicable a cada tipo de producto.

Artículo 2.2.2.9.1.2. Ámbito de aplicación. El presente capítulo regirá en todo el


territorio nacional y resulta aplicable a las entidades públicas colombianas que, de
conformidad con sus competencias, requieran hacer uso de plantas de amapola y
coca, en el marco de fines médicos, científicos de investigación e industriales.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Artículo 2.2.2.9.1.3. Definiciones. Para efectos del presente capítulo, se adoptan


las siguientes definiciones:

1. Área de cultivo: Porción delimitada o totalidad de un inmueble o conjunto de


inmuebles autorizados por el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) para
el cultivo de plantas de amapola y coca.
2. Autorización de cultivo: Acto administrativo mediante el cual el CNE, con el
lleno de los requisitos señalados en este capítulo, autoriza a la entidad pública
solicitante a adelantar las actividades de cultivo de plantas de amapola y/o
coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales, en
determinadas áreas de cultivo.
3. Autorización de posesión de semillas: Acto administrativo mediante el cual el
CNE, con el lleno de los requisitos señalados en este capítulo, autoriza a la
entidad pública solicitante la posesión de semillas de plantas de amapola y/o
coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales. Lo anterior,
siempre que las actividades no comprendan el cultivo de dichas plantas.
4. Autorización de uso de plantaciones preexistentes: Acto administrativo
mediante el cual el CNE, con el lleno de los requisitos señalados en este
capítulo, autoriza a la entidad pública solicitante el uso de plantaciones de coca
que no posean autorización, es decir, preexistentes al 31 de diciembre de
2023.
5. Cosecha: Producto del cultivo obtenido de la planta de amapola o coca.
6. Cultivo: Actividad que comprende desde la siembra hasta la cosecha de las
plantas de amapola o coca.
7. Entidad pública solicitante: Persona jurídica u organismo de derecho público,
incluida aquella de carácter especial creada o autorizada por la constitución,
ley, ordenanza departamental o acuerdo municipal o distrital la cual en el marco
de sus competencias, presenta la solicitud de cualquier tipo de autorización de
las que trata el presente capítulo.
8. Grano: Óvulo fecundado y maduro destinado a ser procesado, molido, picado,
triturado y/o cocido, entre otros, que no se podrá emplear para siembra de
plantas de amapola o coca.
9. Hoja de coca: hoja del arbusto de coca, salvo las hojas de las que se haya
extraído toda la ecgonina, la cocaína o cualesquiera otros alcaloides de
ecgonina.
10. Planta de amapola o adormidera: Organismo vivo del reino vegetal de la
especie Papaver somniferum.
11. Planta o arbusto de coca: Organismo vivo del reino vegetal de cualquier
especie del género Erythroxylum L.
12. Siembra: Actividad que se da a partir de la germinación de semilla sexual y/o
enraizamiento de semilla asexual sobre cualquier tipo de sustrato o medio de
vida.
13. Semilla: Óvulo fecundado y maduro (semilla sexual) o cualquier otra parte
vegetativa de la planta (semilla asexual) apta para la siembra y propagación.

Artículo 2.2.2.9.1.4. Recolección y análisis de muestras por entidades


estatales. Con el propósito de generar evidencia científica, el Ministerio de Justicia
y del Derecho, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación y demás entidades públicas facultadas en el
marco de sus competencias, podrán recoger muestras de material vegetal y
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

productos existentes obtenidos a partir de la planta de amapola y coca, para su


correspondiente análisis y caracterización. Para ello, deberán: (i) informar al CNE
por escrito de manera previa a la recolección de la muestra y (ii) remitir los
resultados precisando el tipo, ubicación georreferenciada, la cantidad y el tamaño
de las muestras al Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), como fuente de
información oficial en materia de drogas de acuerdo con lo dispuesto en la
Resolución 6 del 8 de abril de 2005 del CNE.

Sección 2

Sistema de autorizaciones para el uso de las plantas de amapola y coca

Artículo 2.2.2.9.2.1. Alcance del sistema de autorizaciones. Las autorizaciones


que deben solicitarse ante el CNE dependerán de la naturaleza de cada proyecto
que se pretenda realizar.

Para el desarrollo de actividades por parte de entidades públicas que comprendan


el uso de semillas, cultivo de plantas o uso de plantaciones preexistentes, las
entidades deberán presentar los respectivos proyectos donde se especifique con
claridad el alcance o finalidad que se persigue, teniendo en cuenta que dichas
actividades deben responder a propósitos enmarcados en fines médicos,
científicos de investigación y/o industriales, por lo tanto, el proyecto no solo deberá
circunscribirse a señalar las actividades propias del cultivo o semillas, sino que
especificará si involucra actividades adicionales de fabricación de derivados,
elaboración de productos, comercialización, exportación, etc.

Lo anterior, sin perjuicio de los demás permisos o licencias que deban obtenerse
ante otras autoridades para la ejecución del proyecto.

Artículo 2.2.2.9.2.2. Tipos de autorizaciones. La entidad pública solicitante


deberá solicitar ante el CNE las siguientes autorizaciones de acuerdo con el
proyecto que se pretenda realizar: i) autorización de posesión de semillas de
amapola y/o coca; ii) autorización de cultivo de plantas de amapola y/o coca; y iii)
autorización de uso de plantaciones preexistentes de coca.

Cada autorización se otorgará de manera individual, no obstante, en la misma


solicitud podrán requerirse diferentes tipos de autorización en atención a la
naturaleza y alcance del proyecto o proyectos que se pretendan adelantar.

Artículo 2.2.2.9.2.3. Condiciones generales para el otorgamiento de las


autorizaciones. Las solicitudes de autorización que presenten las entidades
públicas en los términos que señala el presente capítulo que persigan i) fines
médicos, ii) fines industriales, y/o iii) fines científicos de investigación que se
relacionen con comunidades étnicas o campesinas, deberán:

a. Comprender el asocio con comunidades campesinas –organizadas bajo


cualquier figura asociativa– o comunidades étnicas, ubicadas en municipios
con presencia de cultivos de uso ilícito. Dichas comunidades podrán estar
vinculadas en programas de desarrollo alternativo,
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

b. Propender a que las comunidades participen en toda la cadena de valor a lo


largo del proyecto, según aplique,
c. Fomentar la asistencia técnica requerida para dichas comunidades, según
aplique, y
d. Garantizar un reparto justo y equitativo acordado con la comunidad sobre los
beneficios y réditos económicos que se obtendrán con el proyecto.

Parágrafo 1. Cuando se trate de actividades de investigación que no estén


relacionadas con las referidas comunidades, no serán aplicables las condiciones
generales que se establecen en el presente artículo.

Parágrafo 2. La verificación de los municipios con presencia de cultivos de uso


ilícito para la vigencia 2024 se realizará con corte a 31 de diciembre de 2023. A
partir de la vigencia 2025 la verificación se realizará con corte a 31 de diciembre
de la vigencia inmediatamente anterior de conformidad con lo establecido en el
Monitoreo de los territorios con presencia de cultivos de coca preparado por la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en el marco
del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).

Parágrafo 3. De conformidad con las metas propuestas por el Gobierno nacional


en materia de reducción de cultivos para uso ilícito y su cumplimiento, el CNE podrá
mediante resolución motivada ampliar la cobertura de los municipios, permitiendo
que las comunidades con quien se haga el asocio para el otorgamiento de las
autorizaciones puedan estar ubicadas en otros municipios del territorio nacional.

Parágrafo 4. No podrá suscribirse el asocio de que trata el literal a) del presente


artículo, con comunidades cuyos representantes y/o miembros de sus cuerpos
directivos-según aplique- se encuentren cumpliendo penas por la comisión de
delitos contemplados en el Capítulo II del Título XIII del Libro II del Código Penal o
conexos.

Parágrafo 5. En el evento en que el proyecto se pretenda realizar en asocio con


comunidades étnicas, se deberá contar con concepto previo del Ministerio del
Interior, específicamente de la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta
Previa – DANCP o quien haga sus veces, así como garantizar el derecho a la
consulta previa cuando dicho concepto así lo determine.

Artículo 2.2.2.9.2.4. Requisitos comunes de las autorizaciones. La entidad


pública solicitante deberá presentar la solicitud de autorización ante la Secretaría
Técnica del CNE, allegando la siguiente información:

1. Solicitud presentada por el representante legal o funcionario competente de la


entidad pública, en el formato que establezca la Secretaría Técnica del CNE
para el efecto.

2. Proyecto de las actividades que se pretenden realizar que contenga:

2.1. Descripción detallada de los objetivos, finalidades, ubicación y


componentes del proyecto, con su respectiva justificación.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

2.2. Descripción detallada de las actividades que se pretenden realizar en


cada uno de los componentes del proyecto, con la respectiva
justificación de la necesidad de llevar a cabo cada actividad y su
duración estimada.
2.3. Lugar en donde se realizarán las actividades, especificando: (a)
Departamento, municipio, corregimiento, vereda, caserío y barrio,
según corresponda; (b) Nomenclatura o coordenadas de
georreferenciación a nivel de polígono y no de centroide
estructurando un shape file, que permitan delimitar la totalidad del
área objeto de la solicitud.
2.4. En el caso que la solicitud sea para fines médicos, se deberá señalar
la respectiva indicación terapéutica aprobada en el país, a nivel
mundial por autoridades sanitarias de referencia o mediante marco
normativo interno que permita su uso médico.
2.5. Identificación de responsables, para lo cual se deberá especificar si
la entidad pública solicitante realizará las actividades directamente o
a través de terceros. En todo caso se deberán indicar las áreas o
dependencias responsables de la entidad, así como los terceros
involucrados en las actividades.
2.6. Señalar si se pretenden realizar operaciones comerciales de las
sustancias o productos obtenidos o manifestar si no se tiene claridad
sobre este particular al momento de la solicitud.
2.7. Indicación de los mecanismos, sistemas y acciones de supervisión,
control, seguimiento y monitoreo que implementará la entidad
pública, para la seguridad de los materiales objeto de la autorización.

3. Documento de acuerdo de asocio con la comunidad campesina –organizada


bajo cualquier figura asociativa– o con la comunidad étnica de acuerdo con sus
formas organizativas propias, ubicada en municipios con presencia de cultivos
de uso ilícito con corte a 31 de diciembre de 2023, en el cual se deberá
especificar como mínimo: i) la comunidad con la que se realiza el asocio; ii) la
participación detallada de la comunidad en la cadena de valor a lo largo del
proyecto; iii) la forma en que se promoverá la asistencia técnica requerida a la
comunidad, según aplique; iv) la forma como se realizará el reparto justo y
equitativo de los beneficios y réditos económicos que se obtengan con el
proyecto objeto de la autorización, la cual deberá ser concertada con la
comunidad; v) término de duración del asocio; vi) acuerdos y obligaciones
claras, expresas y exigibles concertadas con la comunidad y vi) protocolo
establecido de conformidad con la normatividad relativa al Antilavado de
Activos y Contra la Financiación del Terrorismo (ALA/CFT) para la
identificación de la identidad de las personas participantes en el proyecto e
inversionistas así como la legalidad de la fuente de los ingresos que serán
invertidos. Este requisito no aplica cuando el fin que se persiga corresponda a
investigación científica que no implique relacionamiento con las referidas
comunidades.

4. Concepto del Ministerio del Interior y acta de protocolización que acredite la


realización de la consulta previa (cuando corresponda), en los eventos en que
el proyecto comprenda el asocio con comunidades étnicas.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

5. Declaración juramentada sobre el cumplimiento de los requisitos establecidos


en la normatividad aplicable a las actividades a realizar, en el formato que se
expida para el efecto.

Artículo 2.2.2.9.2.5. Territorios en los cuales no podrán otorgarse


autorizaciones. No podrán otorgarse las autorizaciones de las que trata el
presente capítulo, cuando las actividades que comprenda el proyecto se pretendan
realizar en: a) predios sobre los que recaigan procesos de extinción de dominio en
curso; o b) territorios cuyas condiciones de orden público impidan que se pueda
hacer un adecuado seguimiento y control, de acuerdo con lo que señale el CNE en
el marco de la evaluación de cada solicitud.

Artículo 2.2.2.9.2.6. Responsabilidad de verificación del cumplimiento de la


normativa aplicable a las actividades. La entidad pública solicitante o titular de
las autorizaciones, asumirá la responsabilidad de verificar y contar con todas las
licencias, permisos y/o autorizaciones aplicables a las actividades a realizar,
especialmente en materia de usos del suelo permitidos y sus restricciones,
recursos naturales, áreas de especial importancia ambiental, acceso a recursos
genéticos, condiciones legales o judiciales que recaigan sobre los terrenos objeto
de la autorización o sus titulares, solicitud de previsiones, reportes estadísticos y
demás aspectos asociados, así como de implementar las medidas adecuadas de
mitigación de riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo y de
seguridad sobre las sustancias, productos fiscalizados y demás materiales objeto
de la solicitud.

Artículo 2.2.2.9.2.7. Vigencia de las autorizaciones. La vigencia de las


autorizaciones corresponderá a la duración del proyecto, sin perjuicio que se pueda
solicitar la extensión de la misma allegando la debida justificación. El CNE podrá
expedir la autorización con una vigencia inferior a la solicitada atendiendo la
naturaleza, alcance de las actividades a realizar y justificación presentada.

Artículo 2.2.2.9.2.8. Inscripción de oficio ante el Fondo Nacional de


Estupefacientes. Cuando el proyecto autorizado comprenda el desarrollo de
actividades que adicionalmente requieran inscripción ante la U.A.E. Fondo
Nacional de Estupefacientes (FNE), tales como distribución o venta de sustancias
fiscalizadas, extracción o concentración de alcaloides, procesamiento de
sustancias, elaboración de productos, entre otras, la remisión del acto
administrativo de otorgamiento en firme expedido por el CNE, dará lugar a que el
FNE adelante la respectiva inscripción de manera oficiosa en la modalidad
correspondiente, para lo cual en caso de ser necesario deberá requerir la
información adicional aplicable a la modalidad de inscripción respectiva en los
términos de las Resoluciones 1478 de 2006 y 315 de 2020 del Ministerio de Salud
y Protección Social, y las normas que las modifiquen, adicionen o sustituyan.

Artículo 2.2.2.9.2.9. Trámites sin necesidad de inscripción ante el FNE.


Cuando el proyecto autorizado no comprenda actividades que requieran contar
con inscripción ante el FNE, en todo caso, las entidades públicas autorizadas
deberán solicitar los siguientes trámites ante el FNE cuando corresponda: a)
previsión y demás trámites de importación o autorización de compra local para
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

adquirir materiales de referencia de sustancias estupefacientes relacionadas; b)


autorización de exportación de sustancias y productos fiscalizados; y, c)
destrucción de material fiscalizado con acompañamiento del FNE.

Sección 3

Autorización de posesión de semillas de amapola y coca

Artículo 2.2.2.9.3.1. Alcance de la solicitud de autorización de posesión de


semillas. El CNE expedirá la autorización de posesión de semillas a las entidades
públicas que en el marco de sus competencias requieran realizar actividades con
semillas de amapola y de coca para fines médicos, científicos de investigación e
industriales. En ningún caso la autorización de posesión de semillas de amapola y
coca comprenderá actividades de germinación, enraizamiento u otras relacionadas
con el cultivo, ya que para ello será necesaria la obtención de la autorización de
cultivo respectiva.

Parágrafo. Se exceptúan de esta autorización el uso que se hace del grano de


amapola y coca para fines industriales.

Artículo 2.2.2.9.3.2. Requisitos específicos de la solicitud de autorización de


posesión de semillas. De manera adicional a los requisitos comunes de las
autorizaciones establecidos en el artículo 2.2.2.9.2.4.del presente capítulo, la
solicitud de posesión de semillas deberá contener la siguiente información:

1. Fuente legal de las semillas, las cuales deberán estar previamente registradas
o reportadas ante el ICA, según corresponda. Este numeral no aplicará para
fines científicos de investigación.
2. En la descripción detallada deberán discriminarse aquellas actividades a
desarrollar con las semillas, señalando si comprenden semillas de plantas de
coca y/o amapola y la forma como serán empleadas en cada uno de los
componentes del proyecto.
3. Cantidad aproximada de semillas requeridas con su correspondiente
justificación. En los casos en que no sea posible estimar tal cantidad de semillas
en atención a la naturaleza del proyecto a realizar, ello deberá indicarse
expresamente, con la justificación respectiva señalando una cantidad estimada
de referencia.

Sección 4

Autorización de cultivo de plantas de amapola y coca

Artículo 2.2.2.9.4.1. Alcance de la solicitud de autorización de cultivo. El CNE


expedirá la autorización de cultivo de plantas de amapola y/o coca a las entidades
públicas solicitantes que en el marco de sus competencias requieran realizar dicha
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

actividad para fines médicos, científicos de investigación e industriales. Dentro de


ésta se incluirá la autorización de posesión de semillas para los mismos propósitos.

Artículo 2.2.2.9.4.2. Requisitos específicos de la solicitud de autorización de


cultivo. De manera adicional a los requisitos comunes de las autorizaciones
establecidos en el artículo 2.2.2.9.2.4. del presente capítulo, la solicitud de
autorización de cultivo deberá contener la siguiente información:

1. Fuente legal de las semillas, las cuales deberán estar previamente registradas
o reportadas ante el ICA, según corresponda. Este numeral no aplicará para
fines científicos.

2. En la descripción detallada de las actividades deberá señalarse si comprenden


semillas y plantas de coca y/o amapola junto con la información relativa al
proceso de cultivo, número de ciclos de cultivo, cosecha, postcosecha y
actividades posteriores correspondientes a los componentes del proyecto.

3. Cantidad de semillas y proyección de plantas a cultivar en el área de cultivo


requerida. En los casos en que no sea posible estimar tales cantidades en
atención a la naturaleza del proyecto a realizar, ello deberá señalarse
expresamente, con la justificación respectiva señalando una cantidad estimada
de referencia.

4. Cantidad en kilogramos de hoja de coca, opio o paja de adormidera que se


estima obtener en el marco del proyecto a realizar y cantidad en kilogramos de
otras sustancias que se pretendan obtener a partir de las mismas, de acuerdo
con los formatos que para tal caso expida la Secretaría Técnica del CNE.

Sección 5

Autorización de uso de plantaciones preexistentes de coca

Artículo 2.2.2.9.5.1. Alcance de la solicitud de autorización de uso de


plantaciones preexistentes. El CNE expedirá la autorización de uso de
plantaciones preexistentes, a las entidades públicas solicitantes que en el marco
de sus competencias requieran realizar actividades con plantaciones de coca para
fines médicos, científicos de investigación e industriales. Esta autorización en
ningún caso comprende la posibilidad de siembra de nuevas plantas ya que para
ello se requerirá solicitar la autorización de cultivo respectiva.

Artículo 2.2.2.9.5.2. Requisitos específicos de la solicitud de autorización de


uso de plantaciones preexistentes. De manera adicional a los requisitos
comunes de las autorizaciones establecidos en el artículo 2.2.2.9.2.4. del presente
capítulo, la solicitud de autorización de uso de plantaciones preexistentes deberá
contener la siguiente información:
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

1. En la descripción detallada de las actividades deberá señalarse la forma como


serán empleadas las plantas en cada una de las etapas del proyecto.
2. Cantidad de plantas que se requieren para la ejecución del proyecto. En los
casos en que no sea posible determinar tales cantidades en atención a la
naturaleza del proyecto a realizar, ello deberá señalarse expresamente, con la
justificación respectiva señalando una cantidad estimada de referencia.
3. Cantidad en kilogramos de hoja de coca que se estima usar en el marco del
proyecto a realizar y cantidad en kilogramos de otras sustancias que se
pretendan obtener a partir de las mismas, de acuerdo con los formatos que
para tal caso expida la Secretaría Técnica del CNE.
4. Registro fotográfico de las plantas objeto de la autorización el cual deberá ser
tomado dentro del mismo mes de presentación de la solicitud junto con la
manifestación bajo juramento de que se trata de plantas preexistentes al 31 de
diciembre de 2023.

Parágrafo. La solicitud sobre plantaciones de coca únicamente podrá realizarse


respecto de plantas entendidas como organismos que viven y crecen y por lo tanto
no procede cuando las mismas hayan sido separadas de su sustrato o medio de
vida, ni respecto de alguna de sus partes.

Sección 6

Disposiciones especiales sobre usos de plantas de amapola

Artículo 2.2.2.9.6.1. Fuente legal de semilla de amapola. Se considera fuente


legal las semillas de cultivares de amapola importadas y aquellas existentes en el
territorio nacional, las cuales deberán ser reportadas dentro del registro como
productor de semilla seleccionada ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)
como fuente semillera durante el año siguiente a la entrada en vigencia del
presente capítulo y registrarse en el Registro Nacional de Cultivares Comerciales.
Para estas semillas será aplicable lo dispuesto en la Resolución 3168 de 2015 y
Resolución 067516 de 2020 del ICA y demás normas relacionadas.

Artículo 2.2.2.9.6.2. Productos a base de amapola. Los productos elaborados a


partir de plantas de amapola o de sus derivados los cuales contengan sustancias
fiscalizadas, solo podrán ser empleados para fines médicos y/o científicos de
investigación, salvo aquellos que se consideren productos no fiscalizados.

Artículo 2.2.2.9.6.3. Productos no fiscalizados a base de amapola. Se


considerarán productos no fiscalizados, aquellos elaborados a partir de plantas de
amapola o de sus derivados, tales como, pero sin limitarse a ellos, medicamentos,
alimentos, suplementos dietarios, bebidas, cosméticos, fertilizantes, bioinsumos,
plaguicidas, polímeros, pigmentos, entre otros, que en lo atinente a su contenido
de sustancias fiscalizadas cumplan con los límites o condiciones establecidas en
la regulación que para el efecto expida el Ministerio de Salud y Protección Social,
el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el ICA, según corresponda.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Sección 7

Disposiciones especiales sobre usos de plantas de coca

Artículo 2.2.2.9.7.1. Protección de los usos ancestrales sobre la planta de


coca. Los usos ancestrales sobre la planta de coca ejercidos de manera individual
o colectiva por parte de las comunidades indígenas o de sus miembros, quedan
expresamente exceptuados de las autorizaciones y requerimientos contenidos en
el presente capítulo.

Parágrafo. La comercialización o transferencia de planta, hoja de coca, sus


derivados y productos que tengan un propósito distinto a los usos ancestrales,
deberá ajustarse a la normatividad especial que regula la materia. No obstante, el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, de Salud y Protección Social, INVIMA
y el ICA deberán aplicar para el otorgamiento de certificados, registros,
notificaciones, permisos, licencias y autorizaciones de su competencia, un enfoque
diferencial construido de forma participativa con los pueblos indígenas.

Artículo 2.2.2.9.7.2. Protección de los conocimientos ancestrales,


tradicionales relacionados con la planta de coca. Los pueblos étnicos y
campesinos de Colombia tienen derecho a la protección de sus sistemas de
conocimiento ancestral y tradicional relacionados con la planta de coca y sus
productos.

Toda entidad titular de alguna de las autorizaciones de que trata el presente


capítulo expedida por el CNE, para hacer uso o aplicación de los sistemas de
conocimiento ancestral, tradicional o popular, deberá contar con la aprobación
expresa de la autoridad de la respectiva comunidad, de acuerdo con sus formas
organizativas propias.

Artículo 2.2.2.9.7.3. Acceso a recursos genéticos. Tratándose de proyectos que


comprendan el acceso a recursos genéticos de la planta de coca, sus derivados y
productos, la entidad autorizada deberá solicitar el permiso respectivo ante el
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el propósito de cumplir con la
normatividad internacional, andina y nacional aplicable, prevenir la biopiratería así
como de garantizar la protección de conocimientos ancestrales y tradicionales y la
distribución justa y equitativa de beneficios.

Artículo 2.2.2.9.7.4. Fomento a los emprendimientos étnicos y campesinos.


El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y las demás carteras competentes,
deberán fomentar y apoyar iniciativas, proyectos y emprendimientos productivos
que incluyan la producción, transformación y distribución de productos derivados
de la planta de coca desarrolladas por las comunidades étnicas y campesinas. Los
contenidos y componentes de dicho fomento y apoyo serán fijados por las
respectivas entidades de conformidad con las normas que la gobiernan y con la
disponibilidad de sus recursos.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Artículo 2.2.2.9.7.5. Fuente legal de semilla de coca. Se considera fuente legal


las semillas de cultivares de coca importadas o aquellas provenientes de
comunidades étnicas o campesinas, las cuales solo podrán ser reportadas por
dichas comunidades ante el ICA para su propagación y comercialización de
acuerdo con sus formas organizativas propias. Para su uso por parte de terceros
se deberá contar con el consentimiento escrito del titular del reporte, pero en todo
caso atendiendo las formas organizativas propias de la comunidad que las reportó
ante el ICA. A dichas semillas de cultivares de coca no les será aplicable el régimen
establecido en la Resolución 3168 de 2015 y Resolución 067516 de 2020 del ICA
y demás normas relacionadas.

Artículo 2.2.2.9.7.6. Productos a base de plantas de coca. Los productos


elaborados a partir de plantas de coca o de sus derivados que contengan
sustancias fiscalizadas, solo podrán ser empleados para fines médicos y/o
científicos de investigación, salvo aquellos que se consideren productos no
fiscalizados.

Artículo 2.2.2.9.7.7. Productos no fiscalizados de coca. Se considerarán


productos no fiscalizados, aquellos de consumo humano o veterinario elaborados
a partir de plantas de coca o de sus derivados, tales como, pero sin limitarse a
ellos, medicamentos, alimentos, suplementos dietarios, bebidas y cosméticos, que
en lo atinente a su contenido de sustancias fiscalizadas, cumplan con los límites o
condiciones establecidas en la regulación que para el efecto expida el Ministerio
de Salud y Protección Social, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el
ICA, según corresponda.

Con relación a los productos que no sean de consumo humano o veterinario, tales
como fertilizantes, bioinsumos, plaguicidas, polímeros, pigmentos, entre otros, se
entenderán como no fiscalizados aquellos que cumplan con cualquiera de los
siguientes supuestos:

a. Que hayan sido descocainizados, sometidos a procesos de oxidación,


fermentación, transformación o cualquier otro proceso en el que se degrade
la ecgonina, la cocaína, así como los demás alcaloides fiscalizados de
ecgonina. Lo anterior deberá ser verificable bajo un certificado analítico que
dé cuenta de la no detección de alcaloides fiscalizados, o

b. Que se encuentren en una mezcla o incorporados en una matriz de manera


que se dificulte la extracción de los alcaloides fiscalizados, y en la práctica no
resulte viable productiva ni financieramente la recuperación de dichos
alcaloides. Para estos productos se deberá contar con un documento de
análisis técnico y financiero (según corresponda) de justificación sobre la no
recuperación y/o dificultad de la extracción de los alcaloides fiscalizados,
acompañado del certificado analítico que refleje el contenido de alcaloides
fiscalizados.
Para los dos supuestos, de manera previa a la salida al mercado del producto, a
su exportación o a su registro ante el ICA –cuando aplique–, deberá contarse con
un concepto de no fiscalización emitido por el Fondo Nacional de Estupefacientes
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

(FNE), de acuerdo con el procedimiento interno que para el efecto expida dicha
entidad.

En ningún caso los productos obtenidos a partir de partes de la planta de coca –


diferentes a la hoja– se entenderán fiscalizados, sean éstos de consumo humano,
veterinario o de diferente naturaleza.

Sección 8

Actividades conexas a las autorizaciones

Artículo 2.2.2.9.8.1. Transporte. La actividad de transporte se encuentra


permitida en las autorizaciones de que trata el presente capítulo, razón por la cual
no se requerirá de ninguna aprobación adicional para su realización.

Para el transporte de semillas para siembra, grano, plantas de amapola o coca o


cualquiera de sus partes, hojas de coca, opio, paja de adormidera, así como sus
derivados y productos fiscalizados, se deberá cumplir con lo siguiente:

1. La mercancía debe estar pesada, empacada, rotulada y embalada.

2. El rótulo de la mercancía deberá contener la siguiente información de manera


visible: a) Datos del remitente señalando el nombre, número de identificación
y datos de contacto de la entidad pública titular de la autorización expedida
por el CNE, así como del tercero de la entidad pública, cuando corresponda;
b) Datos del remitente señalando el nombre, número de identificación y datos
de contacto; c) Número de la autorización expedida por el CNE, y d) Datos
de individualización de la mercancía señalando el tipo de mercancía, peso en
kilogramos, cantidad en unidades y procedencia. Tratándose de semillas,
grano y partes de la planta, la cantidad podrá ser aproximada.

3. El transportador deberá portar además de los documentos propios de la


operación de transporte, la copia de la autorización emitida por el CNE. En
los casos en que el transporte se realice por medio de una empresa
transportadora de servicio público, la misma deberá contar con la respectiva
resolución de habilitación vigente emitida por el Ministerio de Transporte.

4. El equipo de transporte debe ser cerrado y debe garantizar la cadena de


custodia de la carga desde la salida hasta su lugar de destino.

5. Dar cumplimiento a la normatividad aplicable al tipo de mercancía a


transportar.

Parágrafo. La Policía Nacional y demás entidades competentes, en ejercicio de


sus funciones, podrán realizar la inspección directa de la mercancía transportada
y verificar los documentos y condiciones descritas en este artículo. En caso de que
no se acredite que la mercancía proviene de una autorización expedida por el CNE,
se podrá incautar la mercancía y adelantar los procedimientos correspondientes
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

en el marco de sus competencias, de conformidad con la normatividad vigente. En


todo caso, si se acredita que la mercancía proviene de una autorización expedida
por el CNE, pero no se cumple con el lleno de los requisitos establecidos en este
artículo, la Policía Nacional o autoridad competente deberá informar el suceso a la
Subdirección de Control y Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes
del Ministerio de Justicia y del Derecho- SCFSQE para los fines pertinentes.

Artículo 2.2.2.9.8.2. Comercialización, exportación o transferencia de


sustancias y productos. Dependiendo de las actividades del proyecto a realizar,
en las solicitudes de autorización, la entidad pública solicitante especificará si el
proyecto tiene alcance de comercialización, exportación o transferencia a título
gratuito u oneroso de las sustancias o productos obtenidos a partir de la planta de
amapola o coca.

En el evento que no se haya manifestado en la solicitud y posteriormente se prevea


la necesidad de realizar actividades comerciales o de transferencia de sustancias
o productos, deberá informarse por escrito a la Secretaría Técnica del CNE y a la
Subdirección de Control y Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes
del Ministerio de Justicia y del Derecho- SCFSQE, aportando el documento de
asocio con la comunidad campesina o étnica cuando aplique, sin necesidad de
adelantar trámite de modificación de la autorización. Lo anterior, sin perjuicio que
se deban obtener previamente al inicio de actividades de comercialización los
registros, permisos, autorizaciones o licencias de parte del INVIMA o del ICA
cuando ello sea aplicable.

Para la comercialización, exportación o transferencia de sustancias fiscalizadas y


productos fiscalizados se deberá contar con la respectiva inscripción ante el FNE.
Por su parte la comercialización o transferencia de sustancias y productos no
fiscalizados no requiere inscripción ante el FNE y podrá realizarse para fines
médicos, científicos de investigación o industriales.

Artículo 2.2.2.9.8.3. Disposición final. Una vez culminadas las actividades


autorizadas, la entidad pública titular de la autorización deberá realizar la
destrucción de las semillas, plantas, los derivados y los productos fiscalizados que
no cuenten con autorización para seguir haciendo uso de ellos.

La destrucción de los siguientes materiales deberá realizarse con acompañamiento


del FNE:

1. Las plantas de amapola y coca, así como sus derivados fiscalizados y productos
fiscalizados.

2. Residuos y subproductos que contengan sustancias fiscalizadas y que por su


concentración sean clasificados como fiscalizados.

El acompañamiento del FNE se realizará de manera presencial o mediante el uso


de tecnologías de la información y de las comunicaciones, de acuerdo con los
métodos y procedimientos que para el efecto establezca dicha entidad.
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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

La destrucción de los demás materiales deberá realizarse mediante protocolos


propios que establezca la entidad pública autorizada, quien tendrá la
responsabilidad de efectuarla de manera segura y adecuada.

La SCFSQE podrá autorizar el uso de los referidos materiales en los casos en los
que la entidad manifieste y justifique en debida forma la necesidad de seguir
haciendo uso de los mismos y realizará el respectivo seguimiento.

Artículo 2.2.2.9.8.4. Cierre de las actividades con fines de investigación


autorizadas. Al cierre de las actividades con fines de investigación autorizadas, la
entidad titular de la autorización deberá presentar un informe final de la ejecución
de la investigación que incluya los resultados y los aportes en términos de
generación de conocimiento tanto a la Secretaría Técnica del CNE como al
Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), como fuente de información oficial en
materia de drogas de acuerdo con lo dispuesto en la Resolución 6 de 8 de abril de
2005 del CNE o la norma que la modifique o sustituya.

Sección 9

Evaluación, seguimiento y control

Artículo 2.2.2.9.9.1. Comité de evaluación de autorizaciones del CNE (CEA).


Créase el Comité de evaluación de autorizaciones del CNE (CEA), el cual estará
integrado por un designado de cada uno de los miembros del CNE, para realizar
la evaluación técnica previa de las solicitudes de las autorizaciones de las que trata
el presente capítulo y sus modificaciones, de conformidad con la reglamentación
interna que determine el CNE para su funcionamiento

Artículo 2.2.2.9.9.2. Trámite de la solicitud de autorización. La evaluación y


decisión de las solicitudes de autorización se deberá resolver en un término de
hasta treinta (30) días hábiles, siempre que se acredite el cumplimiento de los
requisitos establecidos en el presente capítulo.

El procedimiento interno para la evaluación de las solicitudes de autorización por


parte del CEA y para la correspondiente adopción de fondo de la decisión por parte
del CNE se establecerá en la reglamentación que determine el CNE para su
funcionamiento.

Los actos administrativos que resuelvan de fondo las solicitudes de autorización


de posesión de semillas, de cultivo o de uso de plantaciones preexistentes, serán
susceptibles de recurso de reposición ante el CNE, de conformidad con lo señalado
en el inciso segundo del numeral 2 del artículo 74 de la Ley 1437 de 2011, o la
norma que la modifique o sustituya.

Artículo 2.2.2.9.9.3. Decisiones sobre la solicitud de autorización. El CNE


procederá a otorgar la autorización cuando la solicitud cumpla con la totalidad de
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1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

los requisitos y disposiciones previstas en el presente capítulo y en su regulación


posterior y se determine su viabilidad técnica y jurídica.

Por su parte el CNE negará la solicitud de autorización en los siguientes casos:

1. Cuando no se cumplan los requisitos previstos en el presente capítulo o en su


regulación posterior.

2. Cuando el solicitante no sea una entidad pública o que siéndolo carezca de


competencia para adelantar el proyecto presentado.

3. Cuando se determine la inviabilidad técnica o jurídica del proyecto.

4. Cuando el CNE determine que las condiciones de orden público en el respectivo


municipio impidan desarrollar las actividades del proyecto o realizar un
adecuado seguimiento y control de las mismas con garantías de seguridad.

5. Cuando la persona con quien se va a suscribir el asocio en representación de la


comunidad étnica o campesina o cualquiera de los miembros de sus cuerpos
directivos -según aplique- se encuentre cumpliendo penas por la comisión de
delitos contemplados en el Capítulo II del Título XIII del Libro II del Código Penal
o conexos.

6. Cuando sobre el predio en donde se pretende desarrollar el proyecto recaiga


algún proceso de extinción de dominio en curso.

7. Cuando se tenga conocimiento sobre la omisión del cumplimiento de alguna


norma aplicable a la actividad a realizar que impida la ejecución del proyecto.

Artículo 2.2.2.9.9.4. Delimitación de cantidades. En ningún caso los actos


administrativos de otorgamiento de las autorizaciones quedarán limitados a
cantidades específicas de plantas a cultivar o usar ni de sustancias fiscalizadas a
obtener, dado el dinamismo propio de cada proyecto, sin embargo, las cantidades
deberán ser reportadas oportunamente y podrán limitarse en el ejercicio del
seguimiento respectivo con el fin de evitar la acumulación injustificada de
sustancias fiscalizadas o productos que las contengan. Lo anterior sin perjuicio que
en las autorizaciones de cultivo deba señalarse el área de cultivo autorizada.

Artículo 2.2.2.9.9.5. Desistimiento de la solicitud de autorización. La entidad


pública solicitante podrá desistir de su solicitud de autorización, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 18 de la Ley 1437 de 2011, sustituido por el artículo
1 de la Ley 1755 de 2015 o la norma que lo modifique o sustituya, sin perjuicio de
que posteriormente pueda presentar una nueva solicitud.

Artículo 2.2.2.9.9.6. Remisión y comunicación de las autorizaciones emitidas.


Una vez en firme la autorización respectiva, la Secretaría Técnica del CNE deberá
remitir copia de estas al FNE para lo de su competencia y comunicar a la Dirección
de Antinarcóticos de la Policía Nacional, así como a las alcaldías municipales o
distritales en donde se realizará el proyecto.
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1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Artículo 2.2.2.9.9.7. Modificación de la autorización. En caso de requerirse


modificación de la autorización, la entidad pública autorizada deberá presentar la
respectiva solicitud de modificación ante la Secretaría Técnica del CNE y la misma
deberá ser puesta en consideración de ese consejo, previa evaluación del CEA,
siguiendo el mismo trámite previsto para la solicitud de autorización.

Artículo 2.2.2.9.9.8. Cancelación de la autorización a solicitud de parte. El


CNE cancelará la autorización otorgada antes de su vencimiento cuando el titular
así lo solicite mediante petición escrita.

La cancelación de la autorización a solicitud de parte sólo será procedente cuando


el autorizado no posea inventarios de semillas para siembra, grano, material
vegetal, plantas, derivados o productos a base de amapola o coca, para lo cual la
entidad solicitante deberá presentar un protocolo de cierre ante la SCFSQE quien
informará a la Secretaría Técnica del CNE cuando resulte procedente adelantar la
cancelación. Una vez el acto administrativo de cancelación esté en firme, se
comunicará la cancelación al FNE, a las alcaldías municipales o distritales
respectivas, así como a la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional.

Artículo 2.2.2.9.9.9. Suspensión o condición resolutoria de las


autorizaciones. El CNE con base en las recomendaciones del CEA podrá
mediante acto administrativo motivado, suspender las autorizaciones o decretar la
condición resolutoria de las mismas con fundamento en razones de orden público,
seguridad nacional o territorial, fuerza mayor o caso fortuito que impidan o dificulten
el ejercicio adecuado de las actividades autorizadas o su respectivo seguimiento y
control, o con ocasión de la imposición de una medida de seguridad por parte de
las autoridades sanitarias, que dé lugar a la suspensión de las autorizaciones.

Artículo 2.2.2.9.10. Seguimiento y control de las autorizaciones emitidas por


el CNE. El seguimiento y control de las autorizaciones emitidas por el CNE de las
que trata el presente capítulo estará a cargo de la SCFSQE.

Artículo 2.2.2.9.11. Informes de avance ante la Subdirección de Control y


Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes del Ministerio de
Justicia y del Derecho- SCFSQE. Para efectos del seguimiento y control, las
entidades autorizadas deberán presentar ante la SCFSQE de manera trimestral
atendiendo los siguientes cortes enero-marzo, abril-junio, julio-septiembre,
octubre-diciembre, informes de avance de las actividades realizadas,
discriminando detalladamente aquellas relacionadas con semillas, cultivo de
plantas y/o uso de plantaciones en cuanto a cantidades y trazabilidad de estas,
señalando la siguiente información, según corresponda:

1. Cantidad de semillas empleadas expresadas en kilogramos tratándose de


semillas sexuales o unidades en caso de semillas asexuales.

2. Área cultivada (en hectáreas o metros cuadrados) discriminada por


departamento y municipio, y número de plantas sembradas y cosechadas.

3. Cantidad de plantaciones utilizadas.


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1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

4. Cantidad en kilogramos de hoja de coca, opio y paja de adormidera producida


indicando el porcentaje de humedad y cantidad en kilogramos de derivados o
productos fabricados de acuerdo con los formatos que para tal caso expida la
SCFSQE.

5. Cantidad en kilogramos de otras sustancias fiscalizadas obtenidas.

6. Descripción del reparto justo y equitativo de los beneficios y réditos económicos


obtenidos en favor de las comunidades étnicas o campesinas asociadas.

Artículo 2.2.2.9.9.12. Requerimientos de información por parte de la SCFSQE.


En cualquier momento la SCFSQE podrá realizar requerimientos de información
con el propósito de verificar el cumplimiento a lo establecido en las autorizaciones
emitidas por el CNE y lo señalado en el presente capítulo. Así mismo, la SCFSQE
podrá requerir de manera anticipada la información sobre cantidades relacionadas
en el artículo anterior, para efectos de la consolidación por parte del FNE de los
informes a remitir a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes
(JIFE), razón por la cual, dicha información deberá mantenerse actualizada por
parte de la entidad autorizada.

Artículo 2.2.2.9.9.13. Visitas de seguimiento. La SCFSQE en cualquier


momento y sin previo aviso podrá realizar visitas de seguimiento en caso de
considerarlo necesario y pertinente con el fin de verificar que se esté dando
cumplimiento a lo establecido en las autorizaciones emitidas por el CNE y lo
señalado en el presente capítulo.

Para la realización de las visitas, la SCFSQE podrá convocar a las entidades que
requieran para el acompañamiento de la diligencia y solicitar apoyo de las
autoridades territoriales, Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional
(DIRAN) o de las fuerzas militares de acuerdo con sus competencias, según se
estime necesario.

De cada visita se dejará constancia en acta firmada por el representante de la


entidad pública autorizada o sus designados, así como del designado de las
autoridades a cargo de la realización de la visita. En el acta de la visita se dejarán
consignados los hallazgos identificados y el término que se concede para
subsanarlas.

En el ejercicio de las visitas de seguimiento, los designados del Ministerio de


Justicia y del Derecho, del FNE o de la Policía Nacional, de acuerdo a sus
competencias, podrán tomar muestras de material vegetal, plantas de coca,
amapola sus derivados y productos, para su correspondiente análisis.

Artículo 2.2.2.9.9.14. Delimitación de las actividades de seguimiento de la


SCFSQE. La SCFSQE efectuará el seguimiento respecto de las actividades
autorizadas por el CNE que comprendan el uso de semillas, cultivo de plantas o
uso de plantaciones de amapola y coca. Por lo tanto, no hará parte del seguimiento
de la SCFSQE lo atiente a temas sanitarios o fitosanitarios, ni las operaciones que
se realicen en el marco de las inscripciones o trámites a cargo del FNE, ni ninguna
otra gestión cuya competencia se haya conferido a otra autoridad.
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en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

Artículo 2.2.2.9.9.15. Recomendaciones al CNE. La SCFSQE deberá poner en


conocimiento del CEA las situaciones de relevancia acaecidas en el marco del
ejercicio del seguimiento, con el propósito que determine la pertinencia de
informarlas al CNE y se decida sobre las medidas o gestiones a adoptar, cuando
a ello hubiere lugar.

En el evento que la SCFSQE, el CEA o el CNE adviertan que se están realizando


actividades no comprendidas dentro de la autorización o conductas que puedan
constituir la comisión de presuntas conductas punibles, faltas disciplinarias o
fiscales, la Secretaría Técnica del CNE deberá poner en conocimiento a los
organismos de control y autoridades respectivas. Así mismo la SCFSQE informará
sobre dichas situaciones al FNE o al INVIMA, según corresponda, para que esta
autoridad determine la procedencia de imponer una medida de seguridad de las
que trata el artículo 576 de la Ley 9 de 1979 o la norma que lo modifique o sustituya.

En caso de imposición de medidas de seguridad, la autoridad que la impuso deberá


informar a la Secretaría Técnica del CNE remitiendo los soportes
correspondientes, con el propósito que se evalúe si existe mérito para la
suspensión de la autorización emitida por el CNE. En caso afirmativo se convocará
a sesión del CNE para adoptar la decisión. Así mismo, una vez se levante la
medida de seguridad, la autoridad sanitaria deberá remitir la documentación
respectiva a la Secretaría Técnica del CNE para que el CNE proceda a levantar la
suspensión de la autorización.

Artículo 2. Regulación posterior. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural,


el Ministerio de Salud y Protección Social, y el Instituto Colombiano Agropecuario
deberán expedir progresivamente la regulación mencionada en los artículos
2.2.2.9.6.3 y 2.2.2.9.7.7 del presente capítulo, de acuerdo con sus competencias,
a partir de los seis (6) meses contados desde la entrada en vigencia de este
capítulo.

Artículo 3. Vigencia. El presente Decreto rige a partir de su publicación y adiciona


el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto 1069 de 2015, Único
Reglamentario del Sector Justicia y del Derecho.

PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.

Dado en Bogotá D. C., a los

MINISTRA DE JUSTICIA Y DEL DERECHO,

ÁNGELA MARÍA BUITRAGO RUÍZ


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Continuación del Decreto “Por el cual se adiciona el Capítulo 9 al Título 2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1069 de 2015 y se dictan otras disposiciones para reglamentar parcialmente las leyes 13 de 1974 y 30 de 1986,
en lo atinente al uso de plantas de amapola y coca para fines médicos, científicos de investigación e industriales
por parte de entidades públicas”

MINISTRA DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL,

MARTHA VIVIANA CARVAJALINO VILLEGAS

MINISTRO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL,

GUILLERMO ALFONSO JARAMILLO MARTÍNEZ

DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA PRESIDENCIA


DE LA REPÚBLICA,

LAURA CAMILA SARABIA TORRES

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