Oración de Liberación y Restauración Espiritual
Querido Dios, Padre Celestial, Creador de todo lo visible y lo invisible, fuente suprema de
luz y poder, en este momento sagrado acudo a Ti con corazón sincero y fe inquebrantable.
Tú, que todo lo ves y todo lo sabes, inclina tu mirada sobre tu hija, que hoy clama justicia y
protección, y restaura en mí todo don y bien espiritual que me has otorgado bajo tu gracia
antes de nacer.
“El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Padre, devuelve a su origen divino todo
conocimiento que me fue arrebatado, y permíteme recuperar y honrar los dones que me
concediste. Restaura en mí la sagrada línea de la vida, pues sólo Tú tienes el poder y la
autoridad para inscribir mi nombre en el Libro de la Vida.
Reclamo, en este instante, que ninguna persona ni fuerza pueda alterar lo que por derecho
divino me corresponde, conforme a tu voluntad. "La justicia y el derecho son el cimiento
de tu trono; el amor y la verdad van delante de ti”. Hoy acudo a Ti con humildad, pidiendo
que tu justicia y poder restauren mi camino de vida, con San Miguel Arcángel a mi lado, cuya
espada flameante me protege de todo mal.
Dios omnipotente, reconozco que me creaste para cumplir con un propósito hermoso, y te
pido que ninguna fuerza de oscuridad interfiera en los planes que has puesto en mi ser y
espíritu, los cuales están llenos de bondad y amor hacia el prójimo. En este santo momento,
invoco tu fuerza para restaurar mi fe, mi sabiduría, mi conciencia y mi salud, para cumplir
mi propósito como ser próspero y lleno de buena voluntad.
“Porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio” Por eso, en virtud del derecho divino y las leyes del libre albedrío, yo,
____________, bajo la potestad del Espíritu Santo y la sagrada corte celestial, rompo y anulo
toda conexión, lazo, pacto o contrato hecho en mi nombre con el señor de las tinieblas. Hoy,
con el poder de mi corazón y espíritu, declaro que ningún pacto, ofrenda ni lazo que incluya
mi cabeza, mi discernimiento, mis decisiones o mi voluntad tiene autoridad sobre mí, pues
pertenezco únicamente a Ti, oh Dios.
Jesucristo, luz y escudo mío, es mi liberación, y hoy renuncio y elimino toda oscuridad.
Declaro que cualquier ofrenda de mi conciencia y discernimiento es disuelta y liberada por
la pureza de tu luz. Padre, quemamos con tu fuego divino todo cordón de oscuridad, y
declaro en tu nombre santo y en el de Jesucristo que soy libre y protegido.
Autor: Melany Hernandez
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“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Hoy, la verdad divina es mi escudo,
sellándome con la gracia de Dios. Declaro que, desde este instante y para siempre, ningún
ser podrá pactar, ofrendar o interferir con mis dones ni bienes espirituales, pues pertenezco
al Espíritu Santo, portador de la luz eterna.
Amén.
Autor: Melany Hernandez
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