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Anónimo - Sir Orfeo (Tres Historias Medievales) (Ss. XIII-XIV)

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TRES HISTORIAS MEDIEVALES

EL CABALLERO ORFEO

(Sir Orfeo)

JACK Y SU MADRASTRA

(Jack and his stepdame)

LA RECOMPENSA DEL MUNDO

(Der Welt Lohn)

Introducción, traducción y notas por:

José Antonio Alonso Navarro y Miguel Ayerbe Linares

Editorial Facultad de Filosofía

Gestionada por la Dirección de Investigación de la Facultad de Filosofía

de la Universidad Nacional de Asunción

Contacto: [email protected]

Asunción – Paraguay

2020

Todos los derechos reservados.

Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la obra.


ÍNDICE

Introducción al Caballero Orfeo… p. 2.


Traducción en prosa del Caballero Orfeo, por José Antonio Alonso
Navarro… p. 21.
Liminar para Jack y su madrastra… p. 38.
Traducción en prosa de Jack y su madrastra, por José Antonio
Alonso Navarro… p. 42.
Introducción a La recompensa del mundo… p. 61
Traducción de La recompensa del mundo, por Miguel Ayerbe
Linares… p. 95.
Sobre los traductores… p. 112.
Dedicatoria
A F. L. A.

1
Introducción al Caballero Orfeo,
por José Antonio Alonso Navarro
En la introducción escrita por las editoras Anne Laskaya y Eve Salisbury1
para la versión digital del Caballero Orfeo (Sir Orfeo), leemos que la
versión conocida más antigua en inglés medio (Middle English) de este
poema inglés se conserva en el manuscrito Auchinleck, que data
aproximadamente de 1330-40. Además, se nos dice que fue elaborado
para lectores adinerados, pero que no pertenecían a la aristocracia. En
cuanto a su autor, se desconoce por completo, pero sí se sabe que por sus
peculiaridades lingüísticas El caballero Orfeo fue compuesto a finales
del siglo XIII o principios del siglo XIV dentro de la zona de
Westminster-Middlesex. También se desconoce la existencia de una
fuente cercana de la que pudiera haber bebido el poema inglés, aunque,
como apuntan Laskaya y Salisbury (1995), la mayoría de los autores
suponen que debía de haber existido en algún momento una fuente en
francés antiguo.
Existen referencias a un lay musical de Orfeo en varios textos en francés
antiguo. Laskaya y Salisbury mencionan el romance del siglo XII Floire
et Blanceflor (“le lai d´Orphey”, en el verso 855), el Lai de l´Espine (“Le
lai lor sone d´Orphei”, en el verso 181) y el Lanzarote en prosa de La
Vulgata (“lay d´orfay”). No es difícil asociar el nombre de Orfeo con el
mito griego clásico, mito que en el poema medieval inglés se readaptará
1 Laskaya, Anne & Salisbury, Eve, ed. Teams Middle English Texts Series. The
University of Rochester. https://d.lib.rochester.edu/teams/text/laskaya-and-
salisbury-middle-english-breton-lays-sir-orfeo-introduction. (From The Middle
English Breton Lays. 1995).

2
incorporando elementos de la mitología y del folclore celta (y también
germánico) en torno al mundo sobrenatural de las hadas procedentes de
los layes bretones de escritores en francés antiguo, como los compuestos
por María de Francia en el siglo XII.
El caballero Orfeo se enmarca dentro de los layes bretones compuestos
en inglés medio (Middle English) en los siglos XIII y XIV. Estos forman
parte de los romances medievales ingleses y franceses. Suelen constar, en
general, de unos 600-1000 versos y relatan historias de amor y caballería
que poseen elementos y motivos recurrentes celtas, como veremos,
relacionados sobre todo con el mundo de las hadas y de lo sobrenatural.
El término lay o lai podría derivar o bien del alto y/o medio antiguo
alemán leich (melodía, canción) o bien del vocablo irlandés laid
(canción), como sugiere Zipes (2009). Este autor, además, apunta que las
leyendas artúricas podrían haberse asentado en Bretaña desde Gales,
Cornualles e Irlanda (quizá a partir del siglo IX o antes), y en el
continente estos layes podrían haberse expandido inicialmente como
canciones a través de trovadores y arpistas. Parece que el lay más antiguo
registrado corresponde al de Robert Biket (“lai du cor”), que data de
entre mediados a finales del siglo XII. Robert Biket fue un escritor anglo-
normando que vivió entre los siglos XII y XIII. Compuso su Lai du cor
en Inglaterra hacia 1170-80 como una sátira o parodia contra los ideales
caballerescos del ciclo artúrico al contar la historia de un cuerno que
rehúsa servir vino a los maridos cornudos o engañados.

El Lai du cor es un poema breve que contiene menos de 600 versos


compuestos en anglo-normando o francés de oïl, que era el tipo de
francés que se hablaba en Inglaterra tras la conquista normanda de 1066.
La historia de este lay comienza con la llegada a la corte del rey Arturo
de un criado enviado por el rey escocés Mangon de Moraine, que entrega
al rey Arturo un cuerno mágico que no sirve vino a quienes son

3
engañados por sus esposas infieles. Los caballeros y señores tratan de
advertir al rey que tenga cuidado con su decisión, pero este desatiende las
advertencias y consejos de sus caballeros y trata de beber del cuerno,
pero no puede, el vino se le derrama irremediablemente. La reina Ginebra
busca la forma de arreglar la situación y a duras penas lo consigue. Tras
el incidente, el rey Arturo insta a todo el mundo a beber y todos aquellos
que lo hacen acaban mojados en vino. El resultado pone de manifiesto
que casi todos los caballeros han sido engañados, excepto Caradoc y su
fiel esposa. En la actualidad, este poema se conserva en la Biblioteca
Bodleian de la Universidad de Oxford en el manuscrito Digby 86.

A partir del siglo XII los layes bretones comienzan a adquirir estatus de
género literario con María de Francia, mencionada más arriba, hasta
consolidarse ya como género literario a partir del siglo XIII. Se cree que
los layes de esta autora fueron compuestos en torno a 1170. María de
Francia vivió en Inglaterra durante el reinado de Enrique II entre los
siglos XII y XIII, respectivamente. Los layes de María de Francia
tendrían su origen en los layes bretones anteriores de origen celta
cantados por trovadores bretones (como se dijo antes, quizá en o a partir
del siglo IX o antes) que no se han conservado, y que contendrían un
resumen introductorio de la historia que serviría como inicio o para
marcar el contexto del propio lay como canción, resumen que formaría
posteriormente, a su vez, la base para el lay narrativo. Durante los siglos
XIII y XIV varios autores ingleses compusieron en Inglaterra layes
bretones en inglés medio (Middle English), entre ellos Thomas Chestre.
María de Francia escribió unos doce layes bretones más o menos breves
en octosílabos basados, sobre todo, en el concepto del amor cortés y en
las aventuras de varios caballeros. El manuscrito en el que se conservan
los doce layes completos de María de Francia es el Harley 978, un
manuscrito del siglo XIII que se guarda en la Biblioteca Británica.

El manuscrito Harley consta de un prólogo de 56 versos en el que María


de Francia explica que la motivación o el deseo que la llevó a escribir los

4
layes fue seguir el ejemplo de los antiguos griegos y romanos y, por lo
tanto, esto la llevó a escribir historias que fueran entretenidas y
didácticas, morales o provechosas, así como conservar para la posteridad
las historias que había oído. Esta es la lista de layes que contiene el
manuscrito Harley 978: Guigemar, Equitan, Le Fresne, Bisclavret,
Lanval, Les Deux Amants, Yonec, Laüstic, Milun, Chaitivel, Chevrefoil y
Eliduc. Entre los layes bretones en inglés medio más destacados
mencionamos el de: Sir Orfeo, Sir Degaré, Sir Gowther, Emaré, Sir
Launfal y The Erle of Toulouse. En los Cuentos de Canterbury de
Geoffrey Chaucer es posible destacar uno que lleva por título The
Franklin´s Tale.

En el mito griego, Orfeo, hijo de Apolo y de Calíope, una musa, bajó al


inframundo para rescatar a su esposa Eurídice cuando fue mordida por
una serpiente al huir del pastor y rival de Orfeo, Aristeo. En su viaje o
catábasis, Orfeo tuvo que enfrentarse a muchos peligros, pero con su
música logró salir victorioso de todos ellos hasta que llegó hasta el lugar
donde se hallaban Hades y Perséfone, los cuales, conmovidos por la
actitud de Orfeo, permitieron finalmente a Eurídice que volviera con
aquel al mundo de los vivos, pero con la condición de que él caminase
delante de ella, y no se diera la vuelta para mirarla hasta haber salido por
completo del inframundo y los rayos de sol hubieran caído sobre la
mujer. Sin embargo, cuando Eurídice estuvo ya a un pequeño paso de
llegar al mundo superior, Orfeo, que ya no pudo resistir el deseo de ver a
su esposa, se dio la vuelta para mirarla y esta se desvaneció en el aire
para siempre.
A través de Ovidio sabemos que Orfeo intentó regresar al inframundo,
pero como Caronte no le permitió pasar por el río Leteo, Orfeo decidió
marcharse a los montes Ródope y Hemo. Las bacantes tracias, que fueron
rechazadas por él, lo apedrearon y despedazaron. Su cabeza y su lira
fueron arrojadas al río Hebro (Evros) en Tracia. Cerca de Lesbos una

5
serpiente quiso comerse la cabeza de Orfeo, pero Apolo la convirtió en
roca. No obstante, el final de Orfeo es tan feliz como esperanzador al
lograr este reunirse finalmente con Eurídice en el inframundo para toda la
eternidad.
En la versión de Eratóstenes y que procede de la obra perdida de Esquilo,
Las basárides, Orfeo, tras ser despedazado por las ménades, fue
enterrado por unas ninfas en un lugar llamado Libetra, próximo al
Olimpo. En el poema medieval inglés la acción no transcurre en la Grecia
clásica, sino en Inglaterra. Eurídice (Heurodis) no muere, sino que es
raptada por el rey de las hadas (o del Otro Mundo o del país de las hadas.
En inglés medieval tal como aparece en el poema inglés: lond of fairy).
Cuando esto sucede, Orfeo, rey de un reino medieval inglés, designa a su
fiel mayordomo real para que gobierne en su lugar y da instrucciones al
pueblo para que elija un parlamento y nombre un nuevo rey en caso de
que este muera. Posteriormente, tras renunciar a todo, a su reino y sus
riquezas, Orfeo se coloca el manto del peregrino tan característico en la
Edad Media, coge su lira, y se marcha voluntariamente al exilio. Al cabo
de diez años de vida errante, un día descubre a Eurídice montada a
caballo y participando en una partida de caza del rey de las hadas (o del
Otro Mundo) y se dispone a seguirla en un viaje que no conduce al
infierno, sino al Otro Mundo (orbis alia) o Más Allá de estilo celta. Este
Otro Mundo propio de la mitología celta nos remite al reino de las
deidades especialmente y, quizá también, al de los muertos.
En la mitología gaélica y de los britanos, el Otro Mundo suele describirse
como un reino sobrenatural en el que prevalece la juventud eterna, la
hermosura, la salud, la abundancia o riqueza y la felicidad. Sin embargo,
este entorno sobrenatural no está al alcance de todo el mundo, pues
solamente unos pocos elegidos pueden acceder a él. Este es el caso de
ciertos héroes propios de la mitología celta como Cúchulainn (Irlanda),

6
Fionn o Fionn mac Cumhaill (Irlanda) o Bran o Bran mac Febal
(Irlanda), que logran penetrar en él bien casualmente o tras ser invitado
por alguno de sus habitantes sobrenaturales o mágicos. Y su acceso es
posible a través de cuevas o antiguos túmulos, debajo del mar, debajo de
un lago, a lo largo y ancho del mar occidental, o viajando más allá del
confín de la tierra.
En general, el Otro Mundo suele hallarse en una isla o debajo de la tierra.
El paso de este mundo al otro puede manifestarse a través de señales o
fenómenos naturales y/o sobrenaturales, como la aparición de niebla,
cambios repentinos en el tiempo, y lo más frecuente, quizá, la aparición
de seres divinos o animales atípicos. Existen casos en los que una mujer
invita al héroe a visitar el Otro Mundo tras ofrecerle una manzana, una
rama argenta de manzana, o un ovillo que ha de seguir este mientras se
vaya desenrollando. En la mitología galesa el Otro Mundo recibe el
nombre de Annwyn y en la mitología irlandesa los nombres de Tír na
nÓg, Tech Duinn, Emain Ablach, Tír nAill, Tír Tairngire, Tír fo Thuinn,
Tír na mBeo, Mag Findargat, Mag Argatnél, Mag Ildathach, Mag Cíuin,
Tír na mBano LaTierra/Isla de las Mujeres, El Paraíso de las Aves, Mag
Mell (Magh Meall) o La Isla de la Alegría y La Isla de los Benditos o
Bienaventurados. En el Otro Mundo habitan los seres sobrenaturales o
dioses llamados Tuatha Dé Danann. En la leyenda artúrica resulta muy
popular un lugar conocido como Avalon. Como se dijo antes, al Otro
Mundo se accede normalmente a través de túmulos antiguos, como los
situados en Brú na Bóinne y Cnoc Meadha, los cuales reciben el nombre
de sídhe, término que podría traducirse como “moradas del Otro
Mundo”, esto es, las moradas de los dioses, conocidas posteriormente
como aos sí o daoine sí (“la gente del Otro Mundo”).
En los immrama irlandeses, puede leerse cómo una hermosa y joven
mujer del Otro Mundo se acerca al héroe del relato y le refiere cantando

7
la noticia de una tierra llena de felicidad. Algunas veces la mujer le
ofrece al héroe una manzana o la promesa de su amor a cambio de que
este la ayude en una batalla. Él la sigue a través del mar para no ser vistos
jamás. Este viaje suele realizarse en un barco de cristal, en un carro o a
caballo. Esta mujer puede tratarse de la diosa Niamh o la diosa Fand.
Oisín o Osheen es un claro ejemplo de héroe irlandés muy popular.
Aparece como guerrero en el Ciclo de Fionn de la mitología irlandesa. Se
trata del hijo de Fionn mac Cumhaill y de Sadhbh. En el relato de
aventuras (o echtra) que lleva por título Oisín in Tír na nÓg, este héroe
es visitado por un hada llamada Niamh Chinn Óir, una de las hijas de
Manannán mac Lir, un dios del mar.
El padre de Niamh convirtió la cabeza de esta hada en la cabeza de un
puerco a causa de una profecía. Ella le refiere esta circunstancia a Oisín y
le hace saber que ella recuperaría su forma original si este se casaba con
ella. El héroe accede y regresan a Tír na nÓg (“la tierra de la juventud”),
también conocida como Tír Tairngire (“la tierra de promisión”), donde
Oisín se convierte en rey. De la unión de este matrimonio nacen Oscar,
Finn y Plor na mBan. Después de 300 años, que a Oisín le parecen tres,
Oisín decide volver a Irlanda con el fin de ver a sus antiguos camaradas.
Una versión de la historia dice que Oisín, al tratar de levantar una piedra
grande, se cayó de Embarr, el caballo blanco que su esposa Niamh le
había dado y del que esta le había advertido que no debía desmontar para
no hacerse viejo; circunstancia esta que hizo que Oisín envejeciera
finalmente.

En la mitología galesa, el Otro Mundo, como apuntamos más arriba, se


llama Annwyno Annwfny está gobernado por los reyes Arawn y Gwyn ap
Nudd (este último en la literatura artúrica). El Otro Mundo galés se
destaca por tratarse de un mundo de placeres en el que abunda la comida
y existe la juventud eterna. En el poema medieval galés Preiddeu

8
Annwfn, que se encuentra recogido en el Libro de Taliesin, se describe el
viaje conducido por el rey Arturo a varios reinos del Otro Mundo (Annwn
en la mitología galesa) con el fin de recuperar un caldero mágico que
tiene como propiedad proporcionar abundante comida. La entrada de
Annwn como un reino subterráneo estaba situada en el Otero de
Glastonbury, aunque, en ocasiones, este mundo sobrenatural galés se
describía como una isla paradisíaca situada al otro lado del océano, al
igual que en la mitología irlandesa en la que, como ya dijimos, destacan
las islas Tír na nÓg o Tír na mBeo. Cuando en El Caballero Orfeo el rey
Orfeo llama a la puerta del Otro Mundo vestido como un trovador
mendigo, este logra sortear al guardián de la puerta, atravesar el valle de
los muertos y, finalmente, poder cantar al rey de las hadas. Hecho esto, el
rey de las hadas le da a Orfeo la posibilidad de pedir una especie de
“merced” o dádiva, y este solicita que le devuelvan a Eurídice. Y aunque
en un principio el rey de las hadas duda, este acaba por ceder,
produciéndose el reencuentro entre Orfeo y Eurídice (lo que en la
tradición literaria se denomina anagnórisis o agnición). El poema acaba
con el regreso al hogar de Eurídice por parte de Orfeo y la vuelta de este
último al trono, lo cual pone de relieve el alejamiento de este lay bretón
compuesto en inglés medio de la versión griega clásica.

Laskaya y Salisbury (1995) nos recuerdan en su introducción a la versión


digital de El caballero Orfeo acerca de la recurrencia de los motivos
propios del folklore tradicional, como, por ejemplo, el viaje al Otro
Mundo, el hombre que pierde a su esposa o amada, la “merced” o la
dádiva, el modelo del exilio-regreso, y la parte en la que un señor o
caballero2 comprueba la lealtad de sus súbditos más cercanos. La
estructura del poema, de alguna manera, se ha construido en base a
binomios opuestos, como la pérdida y el restablecimiento, el dolor y el
regocijo, la riqueza y la pobreza, etc., como también hacen notar Laskaya
y Salisbury en su introducción. El caballero Orfeo (Sir Orfeo) se
2 Esto último se da también en El caballero Orfeo, cuando Orfeo se disfraza para
comprobar la lealtad de su mayordomo real.

9
conserva en tres manuscritos. El más antiguo, como se dijo más arriba, en
el Auchinleck (MS) de aproximadamente 1330 (siglo XIV), que también
recibe la denominación de Advocates 19.2.1; otro segundo manuscrito, el
llamado Harley 3810, que es de principios del siglo XV, y un tercero, el
Ashmole 61, cuya versión del Caballero Orfeo data de alrededor de
1488.

El caballero Orfeo, en su versión en inglés medio, constituye, como ya


apuntamos, un lay de estilo bretón que llegó a Inglaterra a través de los
layes bretones escritos en anglonormando (o francés antiguo) por María
de Francia. Una de las obras que podrían haber tenido una posible
influencia en el poema medieval inglés podría haber sido The Wooing of
Etain. Étaín es un personaje que procede de la mitología irlandesa
descrita como una mujer de gran belleza tanto física como espiritual que
logra enamorar a un ser del mundo sobrenatural. Étaín, que es la hija del
rey Ailill, se convierte en la esposa de un ser sobrenatural primero
(Midir) y, posteriormente, de un mortal (Eochaid Feidlech). Étaín es una
mujer de cabellos dorados, de ojos azules, poseedora de una piel tan
blanca como la nieve y de mejillas de un intenso color rojizo.

Uno de los paralelismos más evidentes que surge entre ambas obras es la
presencia del mundo sobrenatural y su relación con el mundo de los seres
humanos. En este caso, Étaín participa del mundo sobrenatural al casarse
con Midir, un ser del mundo de los Tuatha de Danann (o tribus de la
diosa Danu). Un resumen del argumento del poema mucho más detallado
es el siguiente. El caballero Orfeo, rey de un reino en Inglaterra, pierde a
su esposa Eurídice cuando esta es raptada por el rey de las hadas. Todo
ocurre cuando Eurídice se queda dormida en un huerto bajo un árbol y en
su sueño es visitada por el rey del Otro Mundo, ique expresa su intención
de llevársela a su reino. Al día siguiente, Eurídice pide la ayuda de un
grupo de caballeros para que la proteja, sin embargo, a pesar de ello,
Eurídice desaparece por completo. Tras lo sucedido y afectado por dicha
circunstancia, Orfeo abandona su reino y comienza una prolongada

10
andadura en solitario por un bosque, dejando a cargo de los asuntos de
gobierno, a su mayordomo real. Además, Orfeo deja instrucciones
precisas de que se reúna al parlamento y se elija un nuevo rey en caso de
que este muera.

El caballero Orfeo vaga por el bosque durante diez años, durmiendo a la


intemperie y alimentándose de bayas y frutos en verano y de raíces y la
corteza de los árboles en invierno. Pasado todo este tiempo, descubre a
Eurídice cabalgando en compañía de sesenta damas entretenidas en la
práctica de la cetrería junto a un río. Sigue entonces a tales damas hasta
un acantilado y recorre unas tres millas a través de la roca hasta llegar al
reino de las hadas (o al mundo sobrenatural/al Otro Mundo). Este mundo
sobrenatural se presenta como una campiña en la que destaca un fabuloso
castillo hecho de oro y cristal. El guardián del castillo le permite la
entrada al mismo y en su interior contempla a personas “de las que se
pensaba que estaban muertas, pero que, en realidad, no lo estaban”. Entre
estas personas ve dormida a su esposa Eurídice. El rey reprende a Orfeo
por haber entrado en el castillo sin ser llamado, y este decide entretenerlo
tocando el arpa. La música agrada al rey y este le ofrece a Orfeo la
posibilidad de que le pida algo a cambio. Orfeo elige a Eurídice y el rey,
a pesar de su reserva inicial, accede, permitiendo que Orfeo se lleve a
Eurídice a Inglaterra.

Al llegar a Winchester, ciudad de Orfeo, este deja a Eurídice en un lugar


seguro y se viste con las ropas de un mendigo. Se dirige a su castillo y su
mayordomo real, sin saber tampoco quién es, le permite entrar al castillo
en calidad de músico para que toque el arpa. Cuando a Orfeo le hacen
saber que se trata del arpa del rey, este aprovecha la ocasión para
comprobar la lealtad de su mayordomo y revela que encontró el arpa
hace diez años junto al cuerpo mutilado de un hombre que había sido
devorado por leones y lobos. Al escuchar esto, el mayordomo se desmaya
presa de la aflicción. Es entonces cuando el mendigo hace saber a todos
que se trata del propio rey Orfeo. Cuando el mayordomo vuelve en sí,

11
Orfeo confiesa a su mayordomo que si este se hubiera alegrado de su
muerte hubiera mandado echarlo de su reino. Finalmente, el caballero
Orfeo manifiesta su intención de convertirlo al mayordomo en su
heredero y se manda traer a Eurídice al castillo.

Los tres manuscritos en los que se conserva El caballero Orfeo presentan


algunas diferencias a pesar de que ambos poseen un contenido similar en
cuanto al argumento de la historia. En el manuscrito Ashmole la esposa
del rey Orfeo se llama Meroudys y en el manuscrito Auchinleck se llama
Heurodus. El manuscrito Auchinleck consta de 332 hojas de vitela,
muchas de las cuales se han cortado. Sin embargo, se ha logrado
recuperar, al menos, ocho de tales hojas. Se considera que el manuscrito
Auchinleck es el que más se aproxima al original y se le conoce como el
“texto base”. Contiene unos 604 versos.

El manuscrito Harley 3180 contiene unos 34 folios de papel y la versión


del Caballero Orfeo consta de 509 versos. En cuanto al manuscrito
Ashmole 61, este contiene 162 folios de papel. Un aspecto bastante
interesante común, en general, a los tres manuscritos es que el Otro
Mundo se parece más a un mundo situado en una dimensión paralela que
a un mundo o “universo”/”entorno” infernal asociado al mundo de los
muertos regido por el dios Hades, como en el mito griego de Orfeo y
Eurídice. En este sentido, por lo tanto, el Otro Mundo que aparece en el
poema inglés y que posee una clara influencia celta no es el mundo de los
muertos, sino un mundo al que puedan acceder personas vivas, que aún
no han muerto o, en muchos casos, personas que están al borde de la
muerte, como han indicado especialistas como D. Allen. En la versión
inglesa del Caballero Orfeo, Orfeo es un rey inglés, es decir, se trata de
un personaje adaptado a un contexto histórico y local más moderno (la
historia se desarrolla en Tracia, que en el poema inglés se presenta como
el nombre antiguo de Winchester) alejado del contexto local presentado
en la literatura griega clásica, aunque, sin duda alguna, existen algunas
analogías entre el Orfeo inglés y el Orfeo griego. En primer lugar, a

12
ambos les une la música, en especial, su pasión por el arpa, que ambos
tocan con gran maestría y pericia musical, causando el arrobo y
fascinación de cuantos los escuchan: hombres y bestias. Las esposas de
ambos muestran una gran fidelidad hacia ellos, evitando entregar su
corazón a otros hombres que las cortejen.

En la versión clásica, Orfeo busca a Eurídice cuando es consciente de su


ausencia, al igual que el rey inglés, que decide exiliarse de su reino y
marcharse lejos cuando echa en falta a su esposa. Y en ambas versiones,
ambos personajes viajan hasta el mundo subterráneo (el Orfeo griego al
inframundo y el Orfeo inglés al mundo/Otro Mundo de las hadas) con el
fin de traer de vuelta a sus respectivas esposas. Y en ambos casos,
durante el periplo de rescate, los dos personajes se enfrentan a no pocas
dificultades y obstáculos que requieren tañer el harpa prodigiosamente
con el fin de vencerlos. En cuanto a las diferencias más señaladas, se
destaca el hecho de que mientras el Orfeo inglés no desciende
directamente de los dioses, el Orfeo griego sí. Por otro lado, al Orfeo
inglés no se le exige que no mire atrás para ver a su esposa durante el
viaje de regreso al mundo de los humanos, en cambio, al Orfeo griego sí
se le exige dicha condición. En relación con personaje femenino,
Eurídice, esta muere en el mito clásico antes de descender al Hades
griego, mientras que en el poema inglés del Caballero Orfeo, esta es
raptada viva, pero no muere. Y en última instancia, El caballero Orfeo
tiene un final feliz a diferencia del Orfeo del mito griego clásico. En el
primer caso, el rey inglés logra recuperar viva a su esposa, mientras que,
en el segundo caso, el Orfeo griego pierde a su esposa al mirar atrás (y
romper de este modo la condición impuesta por Hades) antes de llegar al
mundo de los seres humanos.

A través de la página web de Teams Middle English Texts es posible


acceder también a la versión digital del Caballero Orfeo a cargo del
profesor George Shuffelton. La versión impresa está disponible también
en el libro de 2008 Codex Ashmole 61. A Compilation of Popular Middle

13
English Verse (publicado igualmente por el profesor Shuffelton). En la
introducción a la versión digital, el profesor Shuffelton nos brinda
algunos datos interesantes acerca del Caballero Orfeo, que
complementan los proporcionados por las profesoras Laskaya y
Salisbury. Al hablar de los tres manuscritos existentes, Shuffelton (2008)
apunta que los mismos no indican por sí solos que hubiera existido una
amplia recepción del poema medieval inglés, puesto que entre la copia de
un manuscrito a otro había un lapso de tiempo general de unos cincuenta
años y, además, en tres regiones diferentes: Londres, Warwickshire y
Leicestershire.

Asimismo, Shuffelton señala que el mito del Orfeo griego, que se


conocía en la Edad Media a través de los textos clásicos como los de
Ovidio (Metamorfosis X) y Virgilio (Geórgicas IV), incluye
“adaptaciones” o actualizaciones de Boecio, (Fabio Plancíades)
Fulgencio, Guillermo de Conches, Nicholas Trivet, Boccaccio, Cristina
de Pizán y Robert Henryson. Tales adaptaciones dieron como resultado
distintos enfoques o interpretaciones del texto, en especial, una de tipo
filosófico o cristiana. Shuffelton menciona el Ovide Moralisé, una
adaptación anónima en verso de las Metamorfosis de Ovidio en francés
antiguo hecha a comienzos del siglo XIV,de unos 72.000 versos
octosílabos y atribuida a Philippe de Vitry. Asimismo, Shuffelton
menciona el Ovidio moralizado (Ovidius Moralizatus) de Pierre Bersuire
o Pierre Bercheure (c. 1290-1362) escrita en 1340. Bersuire fue un
traductor y enciclopedista francés de la orden de los benedictinos al que
se suele atribuir el Gesta Romanorum, y se le considera el autor de
Repertorium morale, obra aparecida antes de 1355 e impresa en Colonia
(1477), Nuremberg (1489), Lyon (1517), Parías (1521), Venecia (1589) y
Amberes (1609), entre otros países, Reductorium morale o Liber Bibliae
Moralis, que consta de treinta y cuatro libros e Inductorium morale
biblicum, que incluye dieciséis libros sobre Dios y el mundo. El Ovidius
Moralizatus es una obra de mitografía terminada en el año 1340. El
aporte de Bersuire a este respecto fue moralizar la obra pagana de

14
Ovidio. Las historias contenidas en esta obra influyeron en Geoffrey
Chaucer y en una de sus obras más sobresalientes, Los Cuentos de
Canterbury.

En Ovidius Moralizatus, apunta Shuffelton, Orfeo, o bien se convierte en


Cristo redentor que salva a la humanidad de la muerte, o bien representa
a la humanidad pecadora. En este último caso, Orfeo perdería su alma,
simbolizada en Eurídice, al caer en el pecado, aunque este tipo de
interpretaciones, según Shuffelton, plantean algunas contradicciones,
como la que declara a Orfeo pecado sin mencionarse o aclararse lo
suficientemente bien su pecado, aunque pueda pensarse que se trata del
pecado de soberbia, contradicciones o dificultades que surgen debido a
“the poem's fusion of the Orpheus myth to the form and style of the
Breton lay.”
En relación con las semejanzas que posee El Caballero Orfeo con
aspectos vinculados a la pérdida y posterior recuperación de la familia, a
la visión o el concepto del matrimonio, a la recurrencia a ciertos motivos
folclóricos, al tratamiento de valores humanos como el sacrificio, la
paciencia y la gracia, al rescate de una dama-heroína y a los aspectos
siniestros del mundo sobrenatural (o del Otro Mundo), Shuffelton señala
su parecido con Sir Isumbras3, Saint Eustace, How the Good Wife Taught
Her Daughter, Sir Corneus4, The Jealous Wife, The Adulterous Falmouth
Squire,Sir Cleges5, Lybeaus Desconus y The Feasts of all Saints and All
Souls.

3 Traducido por José Antonio Alonso Navarro. El caballero Isumbras. Asunción:


Editorial UniNorte (Universidad del Norte), 2016.

4 Traducido por José Antonio Alonso Navarro en Revista Linguae: Sociedad


Española de Lenguas Modernas (SELM). No. 02. 2015. ISSN: 2386-8414.

15
Con respecto a los manuscritos en los que se conserva El Caballero
Orfeo, Shuffelton revela que el manuscrito Auchinleck está dañado y
carece del prólogo, sin embargo, contiene la versión más completa del
poema. Es probable que las versiones del manuscrito Harley y del
manuscrito Ashmole 61 procedan de una versión más antigua que fuera
tan buena o mejor que el propio manuscrito Auchinleck, pero que
después de al menos un siglo sometido a revisiones por parte de los
copistas ha ido acumulando errores paulatinamente. Por otra parte, la
versión del manuscrito Ashmole 61 parece ser mucho mejor que la
versión del manuscrito Harley a pesar de que aquella carece de unos
cincuenta versos que aparecen en la versión del manuscrito Auchinleck.
Finalmente, acabamos diciendo que la crítica moderna ha considerado al
Caballero Orfeo como uno de los mejores romances ingleses, en
especial, por la manera en la que el autor ha sabido adaptar y modernizar
el mito griego a una nueva cultura más cercana a los lectores
contemporáneos del poema inglés y a la magia desplegada en la
configuración de un entorno lleno de magia y misterio. Sin embargo, se
le achaca la carencia de valores relacionados con los ideales
caballerescos tratados en otros romances medievales, y que las pruebas a
las que se somete el rey inglés Orfeo no conducen finalmente a una
autorrealización personal y/o espiritual. Quedan abierta, no obstante,
muchas líneas de investigación con relación a este lay bretón compuesto
en inglés medio (Middle English), una de ellas, si cabe, la comparación
entre los síntomas postraumáticos que sufre o manifiesta Eurídice casi
inmediatamente después de su experiencia sobrenatural y las que han
experimentado o padecido aparentemente (tomados de una casuística
real) aquellas personas que afirman haber pasado por una experiencia
similar en los siglos XX y XXI, y que derivan finalmente en un

5 Traducido por José Antonio Alonso Navarro en Tres joyas de la literatura


medieval inglesa: Incluye “El caballero Cleges” (Sir Cleges) además de El caballero
Owain (Sir Owain) y La flor y la hoja. Asunción: Editorial Marben, 2014.

16
“desorden de estrés postraumático (en inglés, PTSD= Posttraumatic
Stress Disorder).

Bibliografía

Allen, D. (1964).Orpheus and Orfeo: The Dead and the Taken.Medium


Aevum, 33, 102-111.

Alonso Navarro, J. A. (2014). Tres joyas de la literatura medieval


inglesa: Incluye “El caballero Cleges” (Sir Cleges) además de El
caballero Owain (Sir Owain) y La flor y la hoja. Editorial
Marben.

Alonso Navarro, J.A. (2014). Traducción del poema medieval inglés “El
caballero Owain” (“Sir Owain”). (Traducción revisada y crítica)
Revista Linguae: Sociedad Española de Lenguas Modernas
(SELM). No. 01.

Alonso Navarro, J. A. (2015)).Traducción del poema medieval inglés “El


caballero Degaré” (Sir Degaré). Editorial Marben.

Alonso Navarro, J. A. (2015). Traducción del poema medieval inglés “El


caballero Corneus” (Sir Corneus). Revista Linguae: Sociedad
Española de Lenguas Modernas (SELM).

Alonso Navarro, José Antonio. (2016). Traducción del poema medieval


inglés o lay bretón “El caballero Launfal” (Sir Launfal). Revista
Linguae: Sociedad Española de Lenguas Modernas.

Alonso Navarro, J. A. (2016). Traducción del poema medieval inglés “El


caballero Isumbras” (Sir Isumbras) (Un romance/lay bretón

17
medieval inglés en “Middle English”). UniNorte (Universidad del
Norte)6.

Alonso Navarro, J. A. (2017).Traducción del poema medieval inglés“La


isla de las mujeres” (The Isle of Ladies)(Un poema medieval
inglés en “Middle English”). UniNorte (Universidad del Norte)7.

Alonso Navarro, J. A. (2018).Traducción del poema medieval inglés“El


caballero Eglamour de Artois” (Sir Eglamour of Artois)(Un
poema medieval inglés en “Middle English”). UniNorte
(Universidad del Norte).

Alonso Navarro, José Antonio. Dos divertidos cuentos medievales


ingleses: traducción del poema medieval inglés El cuento del
bacín (The Tale of the Basin) y de La dama priora (The Lady
Prioress).8

Bliss, A. J. (1966).Sir Orfeo. 2nd ed. Oxford: Clarendon Press.


Laskaya, A. & Salisbury, E. (Ed.). The Middle English Breton Lays.
Michigan: Medieval Institute Publications, 1995.

6 Presentado por el Embajador del Reino Unido acreditado en Paraguay, doctor


Jeremy Hobbs, PhD y el historiador y literato francés, doctor Alain Saint-Säens,
PhD.

7 Presentado por el Encargado de Negocios de la Embajador del Reino Unido


en Asunción, Señor Nick White en representación del Excelentísimo Embajador
del Reino Unido acreditado en Paraguay, doctor Jeremy Hobbs, PhD., y el
historiador y literato francés, doctor Alain Saint-Säens, PhD.

8 Prólogo del doctor Miguel Ayerbe (Universidad del País Vasco en Vitoria,
España) y notas de la doctora Melissa M. Furrow (Dalhousie University, Nova
Scotia, Canadá). Asunción: Universidad del Norte (UniNorte), 2018.

18
Lerer, S. (1985). Artifice and Artistry in Sir Orfeo.Speculum,60, 92-109.
Liuzza, R. M. (1991).Sir Orfeo: Sources, Traditions, and the Poetics of
Performance.Journal of Medieval and Renaissance Studies21,
269-284.
Magnúsdóttir, Á. R. (1998). La Voix du cor. Rodopi.
Rumble, Thomas, ed. The Breton Lays in Middle English. Detroit, MI:
Wayne State University Press, 1965.
Shuffelton, George. (Ed). Codex Ashmole 61: A Compilation of Popular
Middle English Verse. Michigan: Medieval Institute Publications,
2008.
Zipes, J. (2009)The Oxford Companion to Fairytales. Oxford University
Press.

Versiones digitales del Caballero Orfeo

Laskaya, Anne y Salisbury, Eve.


https://d.lib.rochester.edu/teams/text/laskaya-and-salisbury-middle-
english-breton-lays-sir-orfeo
Shuffelton, George. https://d.lib.rochester.edu/teams/text/shuffelton-
codex-ashmole-61-sir-orfeo

19
Manuscritos

National Library of Scotland MS Advocates 19.2.1, fols. 299a (stub)-


303ra; also known as the Auchinleck MS (A).

British Library MS Harley 3810, fols. 1a-10a (H).


Bodleian Library MS Ashmole 61, fols. 151a-156a (B).

Edición facsímile

The Auchinleck Manuscript. National Library of Scotland. Advocates


MS. 19.2.1. With introduction by Derek Pearsall and I. C. Cunningham.
London: Scolar Press, in association with The National Library of
Scotland, 1979.

20
Traducción en prosa del
Caballero Orfeo por José Antonio
Alonso Navarro 9

Con frecuencia leemos y hallamos escrito, y esto es algo que saben


bien los eruditos, que los layes cantados versan sobre hechos
portentosos. Algunos refieren gestas en el campo de batalla y
otros, historias tristes; otros, historias alegres y de regocijo; y otros,
cuentan historias de traición, de engaño o de aventuras que
acontecieron en el pasado; otros, en cambio, contienen historias
festivas e historias obscenas; sin embargo, son muchas las historias
que hay en ellos sobre el mundo de las hadas. Mas, en verdad, la
mayoría de las historias que se cuentan en ellos son de tema
amoroso. Los primeros layes acerca de aventuras que acontecieron
en el pasado fueron compuestos por bretones en Bretaña.
Cuando los reyes escuchaban en cualquier lugar acerca de sucesos
asombrosos que habían sucedido, tomaban con regocijo el arpa
cual trovador y componían un lay, poniéndole después un título al
terminar. Bien, de tales aventuras acaecidas en el pasado, aunque
no puedo contarlas todas, sí podré contar, al menos, alguna que
otra. De modo que, mis leales señores, disponeos a escuchar ahora
la historia del “caballero Orfeo”, quien, por encima de todo,
amaba la música alegre que brotaba del arpa. Y no había duda de
9 Versión digital de Laskaya, A. y Salisbury, E..

21
que cualquiera que se preciara de ser un buen arpista se sentía
muy honrado con su presencia. Sin ayuda de nadie, tras poner en
ello todo su ingenio y destreza, aprendió a tocar el arpa. Y tan bien
aprendió a tocarlo, que no hubo en ningún lugar nadie mejor que
él. En verdad, no había nadie en el mundo que, tras sentarse junto
a Orfeo para escucharlo tocar el arpa, no pensara que se
encontraba en el mismo Paraíso, tal era la melodía que salía de
ella.
Orfeo era un rey y un alto señor en Inglaterra, además de un
hombre robusto y valiente, generoso y cortés. Su padre descendía
del rey Plutón y su madre de la reina Juno 10, los cuales, antaño,
fueron tomados por dioses debido a las hazañas en las que ambos
habían participado y a las gestas que habían contado. Este rey
vivía en Tracia, ciudad de grandes fortificaciones. Y es que
Winchester se llamaba entonces Tracia, sin duda alguna. El rey
estaba casado con la dama Eurídice, que era una reina de virtudes
excelsas y, sin duda alguna, la dama más hermosa que pudiera
caminar sobre la tierra, de una belleza tal que difícilmente se
podría describir en su justa medida y, además, llena de amor y de
bondad como ninguna otra. Ocurrió entonces a comienzos de
mayo, cuando se asoma el buen tiempo y lejos quedan ya las
lluvias invernales, y los campos se revisten de flores y los brotes
de flor resplandecientes crecen sin rubor en cada rama de árbol
con gran júbilo, que esta reina, la dama Eurídice, a última hora de
la mañana, se llevó consigo a dos doncellas virtuosas con el fin de
10 El autor menciona a Juno como “rey”, pero, en realidad, Juno era la diosa
romana del matrimonio y la maternidad. Juno era la hija de Saturno y de Ops y
hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una
hija, Lucina.

22
recrearse animadamente cerca de un jardín, ver brotar y
expandirse las flores de aquí para allá, y escuchar a las aves trinar.
Las tres se sentaron debajo de un lindo manzano y en seguida,
esta hermosa reina se quedó dormida encima de la hierba. Las
doncellas no se atrevieron a despertarla, sino que la dejaron yacer
allí y descansar plácidamente. De modo que estuvo durmiendo
hasta pasado el mediodía y, al despertarse, comenzó a proferir
gritos espantosos como si se hubiera vuelto loca. Se frotó las
manos y los pies y se arañó el rostro hasta que comenzó a sangrar
abundantemente. Hizo jirones sus vestiduras y pareció perder el
juicio por completo. Las dos doncellas que la acompañaban ya no
se atrevieron a quedarse con ella, así que sin dilación corrieron
hacia el palacio para hacer saber a escuderos y caballeros que su
reina se había vuelto loca, y pedirles que fuesen donde estaba ella
y se hicieran cargo de la misma. Caballeros y también damas, y
más de sesenta damiselas, se fueron a toda prisa al jardín donde
estaba la reina. La tomaron en brazos, la llevaron finalmente a la
cama, y allí la sujetaron con fuerza, mas, sin dejar de gritar, trató
de salir de la cama. Cuando Orfeo escuchó lo ocurrido, se sintió
más afligido que nunca. Se dirigió hasta el aposento de la reina
con diez caballeros y ante ella se apostó. La miró y dijo con mucha
pena:
-Oh, vida mía, ¿qué os sucede que habéis perdido la compostura
que siempre guardasteis y, sin causa aparente, os habéis puesto a
gritar de tal manera que espanto ha causado? Vuestro cuerpo, que
era de un blanco tan refinado, habéis destrozado con vuestras
uñas. ¡Ay! Vuestro rostro, lozano como era, está lívido ahora como
si estuvieseis muerta. Y vuestros delicados dedos, miradlos, han

23
perdido todo color y están cubiertos de sangre. ¡Ay! Vuestros
encantadores ojos lanzan una mirada torva como la que se lanza al
enemigo. ¡Ay, señora! Os lo suplico, por compasión, no gritéis más
de manera tan lastimera, y decidme qué os perturba y cómo
puedo ayudaros.
Entonces, la dama, al fin, se calmó y se puso a llorar
desconsoladamente mientras le decía al rey de esta manera:
-¡Ay, mi señor Orfeo! Desde que nos conocimos, no nos hemos
enfadado ni una sola vez, mas, muy al contrario, yo siempre os he
amado con todo mi ser, como vos a mí. Sin embargo, ahora hemos
de separarnos. Cuidaos mucho, pues debo marcharme.
-¡Ay! -dijo el caballero-, ¡estoy perdido irremediablemente!
¿Adónde os vais a ir y con quién? Adonde vayáis vos, yo habré de
acompañaros, y adonde vaya yo, vos habréis de acompañarme a
mí.
-¡No, no, señor! ¡No puede ser! Os diré por qué. Esta mañana,
mientras dormía bajo nuestro jardín, se aproximaron a mí dos
apuestos caballeros bien pertrechados con todas sus armas, y me
pidieron que me dispusiera en seguida a hablar con su señor el
rey. A lo que respondí con palabras un tanto osadas, pues ni me
atreví a ello ni quise hacerlo. Viendo mi actitud, los caballeros se
marcharon tan rápidamente como pudieron. Entonces, llegó su rey
tan raudo y veloz como pudo con más de cien caballeros y cien
damiselas, todos ellos montados en corceles tan blancos como la
nieve y ataviados con atuendos tan blancos como la leche. Jamás
había visto antes criaturas tan hermosas. El rey tenía en la cabeza
una corona que no era ni de plata ni de oro rojo, sino de algún tipo

24
de piedra preciosa que resplandecía con tanta intensidad como el
sol.
Y tan pronto como se acercó a mí, tanto si quise como si no, me
hizo cabalgar a su lado en un palafrén hasta conducirme a su
palacio, el cual estaba suntuosamente decorado. Allí me mostró
castillos y torres, ríos, bosques con flores y cada uno de sus
majestuosos corceles. Después, me trajo de vuelta a nuestro jardín,
y antes de marcharse me dijo de este modo:
-Señora, aseguraos de estar mañana aquí mismo bajo este
manzano, pues os llevaremos a vivir con nosotros para siempre. Y
si nos ponéis alguna traba a esto, no importa donde os halléis,
iremos a por vos, y os descuartizaremos de tal manera que nada ni
nadie podrá socorreros. Y aunque halláis sido descuartizada en
mil pedazos, aun así, os llevaremos con nosotros.
Cuando el rey Orfeo escuchó esto dijo:
-¡Ay, Dios mío! ¡Ay, ay! Más querría yo perder la propia vida que
perder a mi esposa, la reina.
Después, pidió consejo a cuantos hombres pudo, pero sin que
ninguno de ellos pudiera hacer nada. Al día siguiente, llegado el
mediodía, cuando Orfeo ya había tomado sus armas y reunido a
mil soldados bien pertrechados tan aguerridos como feroces, se
encaminó con la reina hasta el manzano del jardín. Entonces, los
soldados formaron dos hileras y se dispusieron a cada lado del
lugar diciendo que allí se quedarían y morirían antes que permitir
que se llevasen a la reina. Sin embargo, en medio de ellos, en un
abrir y cerrar de ojos la reina fue arrebatada por arte de magia y

25
encantamiento. Los hombres jamás supieron adónde se fue. A
partir de entonces, el corazón de todos se turbó y se llenó de pena
y de dolor. El rey se encerró en su aposento y varias veces cayó al
suelo desmayado. Fueron tan grandes sus lamentos y gemidos
que a punto estuvo de perder la vida sin remedio. Mandó llamar a
sus barones, condes y grandes señores, y cuando estuvieron todos
reunidos les dijo:
-Señores, delante de todos vosotros dispongo que mi mayordomo
real gobierne mi reino a partir de ahora. Él ocupará mi lugar y se
encargará de administrar mis tierras hasta donde alcancen. He
perdido a mi reina, la dama más hermosa sobre la faz de la tierra,
de modo que en adelante jamás veré a otra mujer. Me adentraré en
lo más desolado y salvaje del bosque sombrío, y allí moraré para
siempre en compañía de las bestias silvestres, y cuando os llegue
la noticia de mi muerte, formad un parlamento y elegid un nuevo
rey. Ahora ocuparos de todos mis asuntos como corresponde.
Al terminar de hablar el rey, grandes y chicos prorrumpieron en
grandes sollozos en el salón, y nadie pudo proferir ya palabra
alguna. Al unísono todos juntos se pusieron de hinojos y le
rogaron que no les abandonasen.
-¡Basta! -dijo el rey-se hará cómo os he dicho.
Al abandonar su reino por completo, solo se llevó consigo un
manto de peregrino. No quiso llevarse ni túnica ni caperuza, ni
camisa ni tampoco bienes de ninguna clase. Lo único de lo que no
quiso desprenderse bajo ninguna circunstancia fue de su arpa, y
con ella caminó descalzo por las calles, sin que nadie quisiera
acompañarlo. ¡Ay, Dios mío! Cuántas lágrimas de dolor por él se

26
derramaron, él que había sido todo un rey coronado, y ahora se
marchaba de la ciudad como un mendigo. Y después de atravesar
el bosque caminando sobre matorrales, Orfeo se interna 11 en la
parte más desolada y salvaje del mismo. Nada de lo que halla lo
consuela, sino que vive constantemente presa de una gran
aflicción. Él, que había llevado puesta la piel abigarrada y de color
gris, y en el lecho había dormido encima de ropas de cama de
color púrpura, ahora yace sobre ásperos matorrales, cubriéndose
con hojas y hierba. Él, que había sido dueño de castillos y torres,
de ríos y bosques con flores, ahora, se ponga a nevar o venga una
helada, este rey no tiene más remedio que hacer su cama en el
musgo. Él, que había tenido damas y caballeros de gran valía
postrándose de hinojos ante él, no ve ahora nada que lo agrade,
excepto sierpes que se arrastran junto a él. Él, que había tenido en
abundancia los manjares y las bebidas más exquisitos, ahora tiene
que cavar y escarbar en busca de las raíces que necesita para
sobrevivir. En verano se alimenta de frutos silvestres y de bayas
de poco valor.
En invierno no encuentra nada para comer excepto raíces, hierba y
corteza. Tantos rigores y penurias hicieron finalmente mella en su
cuerpo, ahora consumido y agrietado. ¡Ay, Señor! ¿Quién puede
narrar los padecimientos que tuvo que soportar este rey durante
más de diez años? Tanto le creció la barba negra y áspera, que
hasta la cintura le llegó. Y en cuanto a su arpa, que era lo que más
feliz le hacía, este la escondió en el hueco de un árbol, mas cuando
el tiempo estuvo despejado y soleado, Orfeo la cogió en seguida
11 Ahora el autor-narrador pasa del tiempo verbal en pasado al tiempo
presente, que resulta más “visual” para una audiencia que esté escuchando el
poema.

27
para consolarse y comenzó a tocarla a voluntad. Y en el instante en
el que la música empezó a resonar por todo el bosque, todas las
bestias salvajes que allí se hallaban se reunieron para deleite suyo
en torno a él, y todas las aves que en el bosque estaban, se
acercaron y se posaron en una zarza para escucharlo tocar con
gran maestría. ¡Qué hermosa melodía brotó de ella! Y cuando dejó
de tocar, las bestias se alejaron de él. Muchas veces, con el calor
del mediodía, Orfeo pudo ver cerca de él al rey de las hadas que,
junto con su séquito, vino a cazar por los alrededores acompañado
por un griterío y un sonido de cuernos que apenas se escuchaba y
también por los ladridos de los perros de caza. Sin embargo, ni el
rey ni su séquito se llevaron jamás presa alguna, y tampoco nunca
supo Orfeo adónde se fueron todos después. Y en otra ocasión,
Orfeo pudo ver pasar junto a él lo que parecía ser un gran ejército
bien pertrechado formado por mil caballeros de apariencia recia y
feroz que estaban armados adecuadamente y habían desplegado
sus estandartes. Estos sostenían en las manos, además, sus
espadas desenvainadas. Y de igual manera, tampoco nunca supo
Orfeo adónde se fueron. Y hubo una vez en la que este vio algo
diferente. Vio a damas y caballeros vestidos con elegancia bailar
con destreza mientras daban pasos gráciles de aquí para allá
acompañados de tambores y trompetas y toda suerte de trovas.
Y cierto día vio cerca de él a sesenta damas montadas a caballo
que parecían ser tan nobles y vivarachas como las avecillas que
suelen posarse en las ramas. No había entre ellas ni un solo
hombre. Y cada una de ellas sostenía en la mano un halcón
mientras cabalgaban junto al río en busca de una presa. Y lograron
muchas, por cierto, repartidas entre ánades reales, garzas y

28
cormoranes. Los halcones fijaron muy bien su vista en las aves que
salieron volando del agua, y no hubo uno solo de ellos que no
atrapase y matase a la presa escogida, lo que hizo reír
enormemente a Orfeo y decir:
-¡A fe mía, qué hermosa cacería! En nombre de Dios, me voy a
verla más de cerca. Yo solía asistir antaño a este tipo de cacerías
con halcón.
Entonces, se levantó y hasta allí se aproximó. Y al contemplar
detenidamente a una de las damas a la que se había acercado, se
dio cuenta, sin ninguna duda, de que se trataba de su propia reina,
la Dama Eurídice. Ambos se miraron mutuamente con gran
interés, pero ninguno de los dos dijo nada. Las lágrimas brotaron
de los ojos de Eurídice al percibir esta la tristeza que había en
Orfeo, él, que en el pasado había sido tan majestuoso y había
tenido tanto señorío. Cuando las otras damas notaron lo que
estaba ocurriendo, instaron a Eurídice a ponerse en camino de
nuevo. Eurídice ya no podía quedarse más tiempo con Orfeo.
-¡Ay! -dijo aquel- ¡cuánto dolor siento ahora! Muerte, ¿por qué no
pones ya fin a mi vida? ¡Ay, mísero de mí, que no muero después
de ver a Eurídice! ¡Ay! ¿De qué me sirve seguir viviendo si tanto
mi esposa como yo somos incapaces de hablar el uno con el otro?
¡Ay, Dios! ¡Y que aún no me haya muerto! ¡A fe mía! -continuó
diciendo - que pase lo que pase, pero por donde sea que cabalguen
estas damas, por allí encaminaré mis pasos sin demora sin
importarme si viva o muera.
En seguida se puso la túnica del peregrino y se colgó el arpa en la
espalda, y con buen ánimo se dispuso a marcharse sin esquivar

29
obstáculo alguno en su camino. Las damas cabalgan hacia el
interior de una roca y él detrás, sin detenerse ni un ápice. Cuando,
ya en el interior de la roca, Orfeo hubo recorrido varias leguas,
llegó a un bello país tan resplandeciente como un día soleado de
verano, liso y plano y todo revestido de verde, y donde no
parecían verse ni cerros ni valles. En mitad de la tierra observó un
majestuoso y regio castillo de una altura portentosa. Toda su
muralla exterior resultaba tan transparente y fulgurante como el
cristal. Alrededor del castillo se erigían cien torres asombrosas y
provistas de sólidas almenas. Los contrafuertes que sobresalían
del foso formaban espléndidamente un arco de oro rojo. Las
bóvedas estaban adornadas por completo con toda clase de
esmaltes. En su interior había varias moradas espaciosas
completamente decoradas con piedras preciosas. Incluso la
columna menos bella que pudiera contemplarse estaba hecha por
entero de oro bruñido.
Toda aquella tierra estaba siempre iluminada, pues cuando debía
permanecer en la oscuridad y de noche, la luz de las piedras
preciosas la hacía resplandecer con tanto esplendor como el sol al
mediodía. Resulta imposible de describir, y mucho menos de
imaginar, la obra tan exquisita que allí se había creado. Por todo
ello, Orfeo piensa que se halla en la altiva corte del Paraíso.
En este castillo se detuvieron las damas y se bajaron de sus
cabalgaduras. Orfeo, a menos que hallase impedimento alguno,
quiso entrar en él, de modo que golpeó la puerta del castillo, y el
portero que allí se encontraba le preguntó qué es lo que deseaba.

30
-¡A fe mía! -dijo Orfeo-¡miradme bien, soy un trovador! He venido,
si le place a vuestro señor, a entretenerlo con mis trovas.
El portero abrió en seguida la puerta y le dejó entrar en el castillo.
Entonces, Orfeo comenzó a mirar a su alrededor, y vio tumbadas
en el interior del recinto a personas que habían sido traídas hasta
allí que parecían muertas pero que, en realidad, no lo estaban.
Algunas no tenían cabeza; otras carecían de brazos; otras estaban
cubiertas de heridas por todo el cuerpo; otras, que estaban atadas,
habían perdido el juicio; las había también que estaban armadas
encima de un caballo; otras que se habían atragantado al comer;
otras que se habían ahogado en el agua; y otras que el fuego había
consumido. También había en ese mismo lugar mujeres que
estaban acostadas en una cama, algunas de ellas estaban muertas y
otras se habían vuelto locas, y causaba asombro ver cómo había
muchas entre ellas que estaban acostadas juntas como si
estuvieran durmiendo la siesta. Todas ellas habían sido raptadas y
traídas a este mundo por arte de magia y encantamiento. Y allí
mismo vio Orfeo a su propia esposa, a la Dama Eurídice, razón y
objeto de su vida entera, que dormía bajo un manzano, y a la que
había reconocido por su vestimenta. Y tras contemplar todos estos
portentos, entró en el salón de rey donde se encontró con una bella
escena. Allí había un hermoso y resplandeciente dosel en cuyo
interior estaban sentados su rey y su bella y dulce reina. Tanto
resplandecían sus coronas y sus ropajes que apenas pudo Orfeo
verlos bien. Y cuando terminó de observar todo aquello, este se
postró de rodillas ante el rey y le dijo:
-Oh, señor, si fuera vuestra voluntad, os haría escuchar mi música.

31
El rey respondió:
-¿Qué clase de hombre sois que hasta aquí habéis podido llegar?
Ni yo ni nadie de los que están conmigo os hemos mandado
llamar nunca. Desde que comencé a reinar en este mundo, nunca
antes me había topado con alguien que hubiese sido tan insensato
como para venir hasta nosotros, a menos, claro está, que yo
hubiera querido hacerlo llamar.
-Señor -dijo Orfeo-, sabed ante todo que tan solo soy un pobre
trovador, y que es costumbre nuestra entrar en las casas de los
señores con el objeto de ofrecer nuestras trovas, incluso aunque no
seamos bienvenidos.
Y sentándose ante el rey, Orfeo tomó su arpa, aquella de la que
brotaban canciones tan alegres. Pero antes, vedlo afinarla como
sólo él sabe hacerlo. Después, comenzó a tocar tan divinamente,
que todos aquellos que en el palacio se hallaban, juzgando su
música dulcísima, se acercan 12 a él para escucharlo recostándose a
sus pies. El rey, que permanece sentado, escucha en silencio las
trovas de Orfeo con interés. De hecho, tanto él como la majestuosa
reina disfrutaron bastante con ellas. Entonces, cuando Orfeo
terminó de tocar el arpa, le dijo el rey:
-Trovador, me gustan mucho vuestras trovas. Ahora pedidme lo
que queráis, pues habré de pagaros pródigamente. Vamos, hablad
si queréis comprobarlo.
12 De nuevo el poeta pasa del tiempo pasado al tiempo presente como recurso
narrativo de los poemas o de las canciones que se recitan o cantan oralmente;
recurso que pretende dinamizar el ritmo del poema y acercar al lector al
momento en que ocurren los acontecimientos para que los sienta y “vea” más
de cerca.

32
-Señor-habló Orfeo-, os ruego que me concedáis aquella dama de
aspecto resplandeciente que está allí durmiendo bajo el manzano.
-¡No! -replicó el rey-, ¡eso jamás! Haríais una mala pareja, pues vos
sois enjuto, de aspecto desaliñado y sucio, y ella, en cambio, es
hermosa y no tiene mácula alguna, por lo tanto, sería algo
abominable vedla en compañía vuestra.
-¡Oh, señor! -protestó Orfeo-, pero sería algo mucho más
deshonroso escuchar una mentira de vuestros labios, noble rey. De
modo que, señor, tal como acabáis de decir, cumplid con vuestra
palabra sin reparo y concededme lo que os he pedido.
A lo que el rey respondió:
-Dado que tenéis razón en lo que decís, coged a la mujer de la
mano y marchaos. Espero que seáis feliz con ella.
Al escuchar esto, Orfeo se arrodilló ante el rey y le dio las gracias
sin demora. Cogió a su esposa de la mano y se dispuso a partir
rápidamente de aquella tierra, de aquel país, tomando el mismo
camino por el que vino. Y a pesar de que el trayecto fue muy largo
llegó, por fin, a su propia ciudad, a Winchester, mas nadie supo
que él era el rey. Y porque no quiso ser reconocido por nadie, no
salió de los límites de la ciudad, sino que tanto él, disfrazado como
un trovador de vida pobre, como su propia esposa, se alojaron con
un mendigo en su cabaña, que era muy pequeña, y en ella Orfeo le
pidió al mendigo que le diera algunas noticias de aquel reino y
quién era el que lo gobernaba. El mendigo le puso al tanto de
todo, de cómo la reina había sido arrebatada hace diez años por
arte de magia y encantamiento; de cómo el rey se había exiliado

33
sin que nadie supiera en qué país; de cómo el mayordomo real se
había ocupado desde entonces de gobernar el reino; y de muchos
otros asuntos. Al día siguiente, hacia el mediodía, tras hacer que
su esposa se quedase con el mendigo en la cabaña, Orfeo tomó
prestadas las ropas del mendigo a toda prisa, se colgó el arpa en la
espalda, y se adentró en aquella ciudad para que todos pudieran
verlo. Condes y barones aguerridos, ciudadanos y damas
comenzaron a fijarse en él.
-¡Mirad a ese hombre! -dijeron-, ¡qué largo tiene el cabello! ¡Mirad
cómo le llega la barba hasta las rodillas! Camina como un árbol
seco y torcido.
Y mientras iba caminando por la calle, al ver a su mayordomo
real, Orfeo le llamó dándole un grito:
-¡Señor mayordomo! ¡Por caridad! Soy un arpista de tierras
paganas. ¡Ayudadme, pues estoy en apuros!
A lo que el mayordomo real respondió:
-¡Venid, venid conmigo! Lo que tengo, lo compartiré con vos.Por
amor a mi señor, el caballero Orfeo, me complace recibir a todos
los buenos arpistas.
En el castillo el mayordomo real se sentó a la misma mesa en
compañía de muchos señores. Cerca de ellos había trompetistas y
tamborileros, una buena cantidad de arpistas y músicos que
ejecutaban la rota. Todos ellos tocaban sus instrumentos sin cesar.
Mientras tanto, Orfeo permaneció en el comedor escuchándolos en
silencio, y cuando terminaron de tocar, aquel cogió su arpa y
comenzó a afinarla en alto. Después, tocó en el arpa las notas más

34
hermosas que jamás se habían escuchado allí, haciendo las delicias
de todos por igual. Al prestar más atención, el mayordomo real
reconoció el arpa en seguida.
-Trovador -dijo-, si deseáis ver cambiada vuestra suerte, os ruego
que me digáis dónde y cómo conseguisteis el arpa que tenéis con
vos.
-Señor -respondió Orfeo-, mientras viajaba por un lugar desolado
y salvaje en una tierra desconocida, hallé en un valle a un hombre
hecho pedazos que había sido devorado por leones y lobos de
afilados dientes. Junto a él hallé esta misma arpa hace ahora diez
años por lo menos.
-¡Ay, qué desgracia! -exclamó el mayordomo real- ese hombre era
mi señor, el caballero Orfeo. ¡Ay, mísero de mí! ¿Qué haré ahora
que he perdido a tan gran señor? ¡Ay de mí! ¡Maldito el día en que
nací! ¡Qué amarga fortuna le fue concedida y qué muerte tan
infame le fue destinada!
Y al proferir tales palabras, cayó al suelo desmayado. Sus barones
trataron de incorporarlo en ese momento mientras le decían que
esas cosas pasan en el mundo y que “no existe solución alguna
contra la muerte.” Entonces, fue en aquel instante cuando el rey
Orfeo supo que su mayordomo real era un hombre leal al que
debía amar como merecía, de modo que se puso en pie y dijo así:
-Mayordomo, prestad atención a lo que os voy a decir. Si yo fuera
el rey Orfeo y hubiera padecido hace mucho tiempo en una región
desolada y salvaje enormes penurias y calamidades, y hubiera

35
rescatado a mi reina, gentil dama, del país de las hadas 13, y la
hubiera traído hasta los mismos límites de la ciudad, y la hubiera
dejado en la cabaña de un mendigo, y yo mismo hubiera venido
hasta aquí a vuestro encuentro disfrazado con las ropas de un
mendigo a fin de comprobar vuestra buena voluntad, y os hubiera
hallado de este modo leal, entonces eso es algo que nunca
tendríais que lamentar, y en verdad, quisierais o no, tendríais que
convertiros en rey después de mí. Sin embargo, si os hubieseis
alegrado de mi muerte, hubieseis sido desterrado al instante.
Entonces, todos aquellos que estaban sentados en el interior del
castillo se percataron de que se trataba del rey Orfeo. El
mayordomo real también se dio cuenta de ello perfectamente y se
arrojó a los pies de Orfeo haciendo volcar la mesa en su agitación.
También se arrodillaron todos los señores que allí se hallaban
mientras gritaban al mismo tiempo:
-¡Vos sois nuestro señor y nuestro rey!
Todos se alegraron de que Orfeo estuviese vivo. Luego lo
condujeron de inmediato a su aposento y lo bañaron y afeitaron, y
lo vistieron como un rey en toda su majestad y después, con gran
solemnidad, trajeron a la reina a la ciudad entre música y
canciones. ¡Oh, señor! Cuánta música se escuchó entonces y
cuánto lloraron de alegría quienes vieron a Orfeo y a Eurídice
regresar a la ciudad sanos y salvos. Ahora ved al rey Orfeo y a su
dama Eurídice ser coronados de nuevo rey y reina. Muchos años
vivieron después, y a la muerte de ambos, el mayordomo real se
convirtió en rey. Y después de ello, los arpistas de Bretaña, que

13 O del Otro Mundo.

36
habían oído hablar de este suceso singular desde sus comienzos,
compusieron un lay para delicia de todos, y le pusieron como
título el nombre del rey. Así pues, el lay al que nos referimos, que
es digno de escucharse por sus dulces notas musicales, se llama
“Orfeo”. Y así es cómo el rey Orfeo volvió a recuperar su felicidad.
¡Que Dios nos libre de todo mal! Amén.

37
Liminar para Jack y su madrastra
Según comenta la profesora Melissa M. Furrow en su introducción en
torno al poema Jack y su madrastra (Jack and his Stepdame) que aparece
en su libro Ten Bourdes de 2013 publicado por Medieval Institute
Publications (Kalamazoo, Michigan), las versiones más antiguas de la
historia del pequeño Jack y su funesta madrastra se encuentran en
manuscritos del siglo XV y de principios del siglo XVI. La edición
presentada por la profesora Furrow tanto en el formato impreso como en
la edición digital de https://d.lib.rochester.edu/teams/text/furrow-ten-
bourdes-jack-and-his-stepdame (Teams Middle English Text Series de la
Universidad de Rochester) está basada en el manuscrito Rawlinson C. 86
(MS Bodley 11951) de la Biblioteca Bodleiana de Oxford.
El poema aparece concretamente en los folios 52 r—59 r. Sin embargo,
como aclara muy bien la profesora Furrow, dicha versión no es el texto
original ni se trata tampoco de la versión final de la historia. En cuanto al
título, también se recogen unos cuantos que son diferentes al que
presentamos aquí, y cambian según el manuscrito donde aparecen. Por
ejemplo, el manuscrito Q (Oxford, Balliol College, MS 354) da a la
historia el título de Jak & His Stepdame & of the Ffrere; el manuscrito E
(MS E, Cambridge, Cambridge University Library, MS Ee.4.35) le da el
nombre de The Cheylde and hes Stepdame; el MSP (Aberystwyth,
National Library of Wales, MS Brogynton 10, antes llamado Porkington
10) no contiene título alguno; y las primeras ediciones impresas (C, M,
D, A y F) y el MS B (el Percy Folio Manuscript, London, British
Library, MS Additional 27879) poseen variantes en relación con el título

38
de la edición C fechada aproximadamente a partir de 1510-13: The Frere
and the Boye (The Friar and the Boy).
En cuanto las versiones posteriores, el cambio más importante se produce
en relación con la parte final de la historia o cuando nos acercamos a ella.
Y algo que resulta muy interesante es que en los primeros manuscritos
donde aparece la historia de Jack y su madrastra hallamos una amplia
variedad de textos diferentes: religiosos (devocionales), no religiosos,
alguna traducción que otra al inglés (como la realizada del Policronicón),
obras históricas, obras geográficas, romances artúricos, fragmentos de
Chaucer y Lydgate y una adaptación de Gilbert Banester del cuento de
Boccaccio Guiscardo y Ghismunda, y versos y cuentos antifeministas y
escatológicos.
La profesora Furrow agrega, además, que el MS Q contiene recetas,
remedios, datos sobre el valor de algunos bienes e intercambios de
dinero, muestras de correspondencia comercial en inglés y francés, listas
de ferias inglesas, de alcaldes en Londres, de días festivos allí, apuntes
sobre las cualidades que debe poseer un sacerdote y sobre las funciones
de papas y obispos, y un conjunto de cuentos cortos y en su mayoría
moralizantes que incluyen algunas tomadas del Confessio amantis, de
John Gower, Los siete sabios de Roma, El sitio de Ruan, De cómo el
sabio enseñó a su hijo, Stans puer, El pequeño Juan, El patán y el
pájaro, etc.
El MS E contiene cuentos y poemas tanto piadosos como moralizadores,
además de historias como las de Robín Hood y el alfarero, etc.; y el MS P
incluye tablas y tratados científicos, instrucciones sobre cómo plantar
árboles y fabricar tinta, vidas de santos, villancicos, etc. En cuanto al
Percy Folio Manuscript (MS B), que es un manuscrito del siglo XVII,
este contiene, sin embargo, un conjunto de poemas y baladas narrativos.
La profesora Furrow, asimismo, menciona la versión de otro manuscrito

39
de cuya existencia no se pone en duda (el MS Cotton Vitellius D.xii) y
que parecía albergar El cuento del muchachito y el fraile, cuento escrito
en versos en inglés antiguo. Parece que el manuscrito quedó muy
deteriorado tras el incendio de la Mansión Ashburnham de 1731.
Lo cierto es que Jack y su madrastra tendría que haber sido muy famoso,
y parece que dos fueron los escribas encargados de copiar Jack y su
madrastra en el MS R. Uno, procedente de la parte sur de Inglaterra, se
habría ocupado de transcribir el poema entero y el otro habría
remplazado, como apunta la profesora Furrow, la primera hoja hasta el
verso 58. El éxito del poema se reflejó en las numerosas ediciones
aparecidas a lo largo de los siglos, aunque, en muchos casos, con
diferentes títulos. La profesora Furrow señala los siguientes:

1791. A Mery Geste of the Frere and the Boye. Joseph Ritson, ed. Pieces
of Ancient Popular Poetry from authentic manuscripts and old printed
copies. London: T. and J. Egerton. Pp. 31–56.

1836. The Frere and the Boy. Thomas Wright, ed. Early English Poetry,
vol. 3: The Tale of the Basin and the Frere and the Boy. London: W.
Pickering.

1855. [Sín título.] J. O. Halliwell, ed. Early English Miscellanies, in


Prose and Verse. London: Warton Club. Pp. 46–62.
1866. A Mery Geste of the Frere and the Boye. W. Carew Hazlitt, ed.
Remains of the Early Popular Poetry of England, vol. 3. London: John
Russell Smith. Pp. 93–97.

1868. Fryar and Boye. Frederick J. Furnivall, ed. Bishop Percy’s Folio

40
Manuscript. Vol. 4: Loose and Humorous Songs. London: published by
the editor. Pp. 9–28.

1893. Jak and his step dame. Julius Zupitza, ed. Archiv für das Studium
der neuren Sprachen und Literaturen 90, 57–82.

1907. Jak & his Stepdame, & of the Frere. Roman Dyboski, ed., in
Songs, Carols, and other Miscellaneous Pieces from the Balliol MS. 354,
Richard Hill’s Commonplace Book. Early English Text Society, e.s. 101.
London: K. Paul, Trench, Trübner & Co. Pp. 120–27.

1907. Francis Jenkinson, ed. The Frere and the Boye. Cambridge:
Cambridge University Press.

1985. Jack and his Stepdame. Melissa M. Furrow, ed. Ten Fifteenth-
Century Comic Poems. New York: Garland. Pp. 65–153.

Las primeras versiones del poema se escribieron en estrofas de seis


versos sujetas al siguiente patrón métrico: aa4b3cc4b3. Las versiones
posteriores riman de la siguiente manera: a4b3a4b3, como las baladas. Y
es muy probable que el poema pudiera haber sido escrito en el siglo XV
por alguien procedente de East Anglia, esto es, de la zona de
Cambridgeshire, Norfolk y Suffolk.

41
Traducción en prosa de Jack y su
madrastra, por José Antonio
Alonso Navarro 14

Pido a Dios que murió por todos nosotros y que bebió de la copa
del dolor y de la amargura 15 que, a aquellos que escuchen este
poema16 y presten atención al cuento que se recoge en él, los libre
de todo mal y les conceda una próspera y larga vida. Había un
hombre en mi región que en su vida tuvo tres esposas. De la
primera tuvo un hijo que resultó ser todo un chicarrón y bastante
precoz. Su padre lo quería bien, pero su madrastra 17 ni un tanto
así, al menos eso es lo que yo creo, pues pensaba ella, por Cristo
Bendito18, que darle de comer y de beber como Dios manda era un
desperdicio. El hecho es que el prójimo solía comer y beber

14 Versión digital preparada en 2013 por la profesora Melissa M. Furrow en


https://d.lib.rochester.edu/teams/text/furrow-ten-bourdes-jack-and-his-
stepdame.

15 Both eysell and gall.

16 To my song.

17 Moder. No es su madre, sino su madrastra.

18 By the rode.

42
bastante poco, y aunque la comida y la bebida fuera en verdad de
perro, igual pensaba la mujer que era un desperdicio lo que se le
hubiera dado. ¡Así la parta un rayo!, puesto que siempre que
podía, esta hacía sufrir al pobre chico todo lo que podía. Un día la
señora de la casa le dijo a su marido:
-Os aconsejo que os deshagáis pronto de este muchacho porque, a
fe mía, se trata de un chico que se porta como un demonio, así que
preferiría que otro le ponga en vereda como se debe.
Entonces, el dueño de la casa respondió a su esposa diciendo:
-Señora, dejad que os diga que el chico tiene todavía poca edad.
Permanecerá conmigo un año hasta que sea lo bastante fuerte
como para ganarse un jornal. El hombre que cuida del ganado en
el campo es fuerte, pero se pasa durmiendo la mitad del día, así
que, por Santa María 19, este se vendrá aquí con nosotros, y el
muchacho cuidará, si puede, del ganado en el campo.
La señora de la casa se alegró mucho de tal decisión, y en seguida
estuvo de acuerdo con ella diciendo:
-Eso es lo mejor.
A la mañana siguiente, nada más amanecer, el chicuelo se
encaminó al campo. Y sobre la espalda se colocó su cayado sin que
le importase lo más mínimo lo que pensara la gente, pues estaba
más contento que unas pascuas. Y caminando y caminando, a
decir verdad, llegó hasta el claro donde hizo un alto para cenar.
Cuando vio que la comida era un asco, perdió el apetito y la
guardó otra vez rápidamente.
19 Be Mary myld.

43
En verdad, no debería culpársele por haber hecho eso. Después
dijo:
-Comeré solo un poco hasta que regrese a casa por la noche.
De modo que el muchacho se sentó sobre un cerro, y a
continuación halló a un anciano que pasaba cerca de allí 20
caminando.
-¡A la paz de Dios, hijo!21 -exclamó el anciano.
Y el muchacho le respondió:
-¡Sed bienvenido, señor!22 Acercaos.
El anciano, que tenía más hambre que el perro de un ciego 23, le
preguntó:
-Hijo mío, ¿os sobra algo para comer?
-¡Por Dios, claro que sí, señor, y estáis cordialmente invitado! 24 -
volvió a responder el muchacho.

20 Be the wey.

21 “God spede, good son.”

22 “Sir, welcome, // The sothe for to saye.”

23 was hungrid sore.

24 “So God me save, //Thow shalt se suche as I have, // And welcome shalt thou be.”

44
Este puso ante él la comida que tenía y animó al anciano a que
comiera y disfrutara de ella sin cumplidos. El anciano, que no
quiso ser descortés, se puso cómodo y comenzó a comer mientras
decía:
-Gracias, señor. A cambio de la comida que me habéis dado, os
haré entrega de tres regalos extraordinarios 25.
-Según creo -se animó el muchacho a decir-, lo mejor sería que me
regalaseis un arco para cazar pájaros26.
-Entonces -respondió el anciano-, os daré ahora mismo un arco y
unas flechas que os habrán de durar toda la vida y resultaros
siempre útiles por igual. Disparad con él sus flechas allí donde
queráis y siempre acertaréis en la diana.
Pronto sintió el muchacho en la mano el arco que le habían
regalado, así como debajo del cinturón las flechas que traía el arco
consigo. Y qué fácil le resultó tensarlo. Después dijo:
-Si tuviera ahora una flauta, aunque fuera muy pequeña, me
pondría loco de contento.
-También os daré una flauta con su justa medida, no dudéis de
ello -agregó el anciano-, y todo aquel que escuche su música, no
podrá contenerse y se pondrá a saltar y a bailar de aquí para allá
sin parar. Veamos, ¿qué más os daré? Pues recibiréis tres regalos
tal como os prometí antes.

25 That shall not be forgete.

26 “As I trowe, //It were best that I hadde a bowe // Byrdys for to shete.”

45
El muchacho entonces comenzó a troncharse de risa diciendo:
-Os juro que ya tengo bastante, y no deseo nada más.
-Sí, recibiréis lo que os he prometido -dijo el anciano-, de modo
que, veamos, pedid otra cosa.
El chicuelo no se lo pensó dos veces y dijo:
-Vivo con mi madrastra que me trata peor que a un perro 27.
Cuando mi padre me ofrece comida, ella me mira de tal forma que
parece pedir al diablo que me atragante con ella y me muera; de
verdad me mira de tal forma que si se le escapase un pedo
tronaría por toda la comarca sin remedio 28.
Al escuchar esto, el anciano contestó entonces:
-Si ella os mira de esa forma, no hay duda de que acabará
reventando tarde o temprano tirándose pedos a diestro y
siniestro29. Al final, todos los que la escuchen hacerlo, pues, se
desternillarán de risa al unísono sin poder evitarlo. Y ahora, adiós.
No hay nada más que pueda hacer sino despedirme de vos. ¡Qué
Dios Todopoderoso os proteja día y noche!
-Gracias, señor -respondió el muchacho.
Tiempo después, al caer la noche, el muchacho se dispuso a
marcharse a su casa en seguida y lo hizo así: cogió su flauta y
27 She is a shrowe to me.

28 Yef she myght lette a rappe goo // That myght rynge all the place.

29 She shall begynne to blowe.

46
comenzó a tocarla sin más. Entonces, todos los animales se
pusieron en fila y comenzaron a bailar detrás de él mientras lo
seguían por toda la ciudad al compás de la música hasta que
llegaron al recinto de su padre. Y una vez en casa, el muchacho
puso a los animales a buen recaudo en el establo 30 y se dirigió al
comedor31. El muchacho se dio cuenta perfectamente de que su
padre se encontraba allí cenando32 y lo saludó nada más llegar. El
padre le correspondió diciendo:
-Sed bienvenido, hijo mío. ¿Dónde están los animales? ¿Los habéis
traído a casa?
-Sí, padre, a fe mía, los he estado cuidando todo el día, y ya están
encerrados en su lugar.
Entonces, su padre le dio un muslo de capón y le dijo:
-Jack, muchacho, bien hecho. Hoy comeréis como nunca.
Eso le cayó a su madrastra como un jarro de agua fría haciendo
que se fuera enfureciendo cada vez más. Y al mirar al muchacho a
la cara, a esta se le escapó un pedo tan sonoro 33 que todos los que
se encontraban en aquel lugar se asustaron de ello como si

30 He beshet hem everychone.

31 He mantenido el pasado en español. En el poema goos (goes).

32 His fader at sooper sat. // The boye spyed wele that (…).

33 Than she starid in his face. // And she let go a gret blaste (…).

47
hubieran visto al propio diablo34. Después todos se rieron hasta
más no poder pasándoselo pipa. La mujer se puso roja como un
tomate de la vergüenza y pidió que la tierra se la tragase en aquel
momento.
Entonces, Jack se atrevió a decir lo siguiente:
-Con un pedo así quién no hubiera acertado en la diana35.
La madrastra lo miró de nuevo con más fiereza que antes, y de
nuevo se le escapó otro pedo, haciendo que mirase a otro lado de
la vergüenza como si nada hubiera pasado.
-¿Veis? -dijo Jack- mi madrastra es incapaz de contener sus
pedos36.
Nuevamente los allí presentes se desternillaron de risa y
continuaron pasándoselo pipa. La mujer, bastante afligida por el
suceso, no tuvo más remedio que huir de aquel lugar de la
vergüenza.
-Más vale que os marchéis de aquí ahora, esposa 37, pues, a fe mía,
vuestro trasero os va a hacer quedar muy mal si es que tiene que

34 (…) That every man therof was agaste//That was in that place. Damos por hecho
que, con el dueño de la casa, padre de Jack, se encontraban algunos vecinos.

35 “Wele I wote //I trow this game were wele smote//Though it had be a gon stone.”

36 My moder can let a pelet fle //Or ever she astent.”

37 Agregado mío.

48
defenderos en algún pleito 38 -se le ocurrió decir al dueño de la
casa.
Después de todo aquello, como vais a escuchar a continuación,
llegó entonces a aquella casa un fraile que pasó allí toda la noche,
y al que la señora de la casa 39 tomó por un santo varón, de modo
que en cuanto tuvo ocasión se fue a quejarse a él diciéndole sin
pérdida de tiempo:
-Hay un muchacho terrible y muy malcriado 40 que vive conmigo
en esta casa que no hace sino darme disgustos a todas horas. Por
San Juan, no hay manera de que pueda poner mi mirada en él sin
que me haga pasar vergüenza delante de todos. Así que esto es lo
que creo que hay que hacer. Reuniros con él en el campo mañana
y propinadle una paliza de órdago que lo deje para el arrastre,
pues no hay duda de que está endemoniado 41. Además, creo que

38 (…) Thyn arce is not to borowe.

39 Owre dame.

40 He is a shrew for the nons.

41 Iwis it is a cursed byche.

49
se trata de un mago42 que, repito43, se dedica a ponerme en
evidencia delante de todo el mundo de la peor manera posible 44.
A lo que el fraile contestó:
-Averiguaré si en verdad se trata de un mago.
Y la mujer le rogó que no se olvidase del asunto porque, en
palabras suyas, de hacerlo, “eso la afligiría enormemente.”
-Os doy mi palabra, azotaré a ese muchacho o dejaré de ser fraile 45
-concluyó este.
A la mañana siguiente el muchacho se levantó y se fue al campo
para ocuparse de sus animales. En esto, el fraile salió a la calle, y
creyendo que era muy tarde se encaminó a toda prisa hasta donde
se encontraba el muchacho. Cuando llegó allí, nada más verlo con
sus animales se encaró con él diciendo:
-Eh, muchacho, ¡qué poca vergüenza! 46 ¿Qué le habéis hecho a
vuestra madrastra? Deteneos y dadme ahora mismo una buena

42 I trow the boye be some wycche. En cuanto a los términos byche (bitch) y wycche
(witch) aplicados a un ser masculino en la Edad Media, eso es lo que comenta la
profesora Furrow en una nota a pie de página que acompaña al poema:
“Apparently both terms could be applied to males at this time: see MEDbicche 2b,
OEDbitch n.1, 2b; MEDwicch(e), (n.) (a); OED witch n.¹. But the evidence is not good
beyond this poem for the use of bitch for males.”

43 Agregado mío.

44 He dothe me moche shame.

45 Truste me never more.

50
explicación porque si no lo hacéis como conviene, os juro que os
voy a dar una zurra en vuestras reales posaderas47. Vamos, hablad.
-Pero, ¿qué os pasa?48 -preguntó el muchacho-. Actuáis igual que
mi madrastra, pues me reprendéis sin motivo alguno 49. ¿Queréis
saber a cuántos pájaros y a otras muchas cosas puedo disparar con
mi arco? Aunque solo soy un muchacho pequeño creo que puedo
disparar a aquel pájaro que está allí, y ofrecéroslo como presente.
El fraile, al observar que había, en efecto 50, un pájaro posado en
una zarza, exclamó:
-Disparad a aquel pájaro, me gustaría ver cómo lo hacéis.
El muchacho disparó el arco y atinó al pájaro, que no pudo huir,
en la cabeza matándolo al instante. El fraile se encaminó entonces
hacia el arbusto donde había caído, y lo trincó como correspondía.
Después, el muchacho dejó a un lado el arco con suma rapidez, y
en seguida cogió la flauta. Cuando el fraile escuchó el sonido de la
flauta, este se comportó como un auténtico loco 51, y comenzó a dar
saltos frenéticamente por entre los arbustos, grandes y pequeños,

46 God gif thee shame.

47 Be my trouth thi narce shall be bete.

48 What aylith thee?

49 My dame farith as wele as ye. // Thow haste no cause to chyde.

50 Agregado mío.

51
sin que pudiera zafarse de ellos. Las zarzas lo lastimaron en la
cara52 y en otras partes del cuerpo, haciendo que sangrase sin
remedio. En poco tiempo vio rasgado todo su hábito, incluyendo
el cíngulo y el escapulario y el resto de sus prendas 53. Entretanto,
el muchacho no dejaba de reírse a sus anchas. ¡Hay que ver cómo
saltaba y se retorcía el fraile! Nunca se habían visto saltos tan
grandes. Entonces, dijo el muchacho mientras juraba:
-Juro que este es un regio entretenimiento apto para todos los
públicos54.
Entonces, el fraile alzó la mano al tiempo que llamaba al
muchacho y le rogaba así:
-Deteneos, y os prometo que nunca os haré daño55.
Y el muchacho le respondió al instante56:

51 As a wodman he ferde.

52 Bremblis cracched hym in the face.

53 He rent his clothis by and by, // His girdill and his chapelery //And all his other
weede.

54 For any man to se with yee.

55 “Be stylle, // And here my trowth I plyghte to thee ,// Thou shalte never have harme
of me:// I will do thee non ylle.”

56 That tyde.

52
-Marchaos arrastrándoos hacia el otro lado, y no os detengáis
hasta desaparecer de mi vista. Mi madrastra se fue a quejaros a
vos, y ahora no veo más alternativa que vos os quejéis también a
ella.
El fraile salió del arbusto donde se hallaba como un andrajoso, con
su hábito57 hecho jirones por todos lados, tanto es así que apenas le
quedó un trozo de ropa que ponerse para ocultar sus posaderas 58.
Muy rasguñado quedó este, sobre todo 59, en los dedos y en la cara,
que estaban manchados de sangre. Todos aquellos que lo vieron
huyeron como alma que lleva el diablo pensando que se había
vuelto loco. Cuando regresó con el rabo entre las piernas 60 adonde
estaba hospedado, este no hizo ostentación alguna de cómo le
había ido el día. Y mucho pesar sintió dentro de sí, pues todos se
asustaron enormemente al verlo entrar en el comedor.
-¿Dónde habéis estado? -preguntó la dueña de la casa-. Se me hace
que en un lugar lleno de peligros a juzgar por el estado de
vuestras ropas.
-He estado con vuestro hijastro -respondió el fraile-. ¡Qué el
mismo diablo lo enderece!, pues yo soy incapaz de hacerlo de
ninguna de las maneras.

57 Asumimos que, como fraile, el hombre viste un hábito.

58 Unneth he had any clowte //For to wende hys body abowte//His arsse for to hyde.

59 Añadido mío.

60 He was both tame and tale.

53
En esto entró el dueño de la casa:
-¡Atended, señor! –exclamó su esposa61-, ha pasado algo malo. ¡Ay,
qué desgracia!62 Vuestro hijo, al que queréis tanto, ha estado a
punto de matar a este santo fraile.
Al escuchar esto, el dueño de la casa dijo:
-¡Santo Dios! ¿Qué os ha hecho mi hijo?63 Decídmelo presto.
A lo que el fraile respondió:
-¡Por Santiago! He bailado lo que no está escrito por voluntad del
diablo.
-Si en verdad hubieseis perdido el tiempo de esa manera -dijo el
dueño de la casa al instante-, habrías cometido un pecado grave.
-Os confesaré por qué -se defendió el fraile-, bailé sin parar hasta
hacer de mi hábito jirones y sangrar como lo hice. Cuando vuestro
hijo comenzó a tocar la flauta, me pareció que su música era tan
animada que no pude dejar de bailar.
-Os juro -profirió entonces el padre 64-, que, o bien salió de la flauta
una65 música bien animada, como decís 66, o sois culpable67 de

61 Para evitar repetir “la dueña de la casa”. En el verso 296 the goodwyf.

62 Alas, and weleaweye.

63 My boye.

64 He.

54
haberos comportado como un orate. Como quiero, en verdad,
escuchar la música de esa flauta.
-¡Por Cristo y Santiago! Yo no -respondió tajante el fraile.
Después, al anochecer, el muchacho se fue derechito a casa como
era lo suyo. Y en cuanto entró en el comedor, su padre le ordenó
venir en seguida68.
-Qué bien que habéis llegado ya -le espetó a su hijo-. Vamos a ver,
muchacho, ¿qué le habéis hecho a este fraile?
-Padre -respondió el muchacho-, a fe mía, yo no le hecho nada
sino tocar mi flauta y hacerle bailar al son de mi música.
-De verdad que quiero escuchar la música de esa flauta -pidió el
dueño de la casa.
-¡No! -protestó el fraile-, eso sería ofender a Dios.
-¡Claro que sí! ¡Por la gracia de Dios! -exclamó el dueño de la casa.

65 La profesora Furrow toma aquí el término gle como instrumento. Yo he


optado por el de “musical entertainment or performance, music; esp. instrumental
music” según el Middle English Compendium/Dictionary elaborado por la
Universidad de Michigan.

66 Agregado mío.

67 Or ellys thou art to blame.

68 Anon his fader did hym call //And seide, “Boye, come heder anon.”

55
-¡Ay, ay! -se lamentó el fraile retorciéndose las manos-. Por el
amor de Dios, si deseáis escuchar la música de esa flauta atadme a
un palo de madera 69. No se me ocurre mejor idea 70, aunque bien sé
que pronto estaré criando malvas71.
En seguida se trajeron algunas cuerdas y a un palo de madera que
había en el comedor ataron al fraile. Los que estaban cenando allí
comenzaron a pasárselo en grande y a reírse como nunca mientras
decían que “ahora el fraile no se moverá para nada”. Entonces le
dijo el dueño de la casa a su hijo:
-Tocad la flauta todo lo que queráis.
-De acuerdo72, padre, escuchareis algo de mi música.
En cuanto comenzó a sonar la música, ninguno de los que allí
estaban pudo contenerse y se puso a bailar, a brincar y a girar
como loco en tropel. Los que se encontraban cenando se subieron
en seguida de un brinco encima de la mesa y se pusieron a
moverse frenéticamente73 sobre ella. Los que permanecían
sentados en un banco no tuvieron tiempo de dar la vuelta y dieron
con sus huesos en el suelo. Desesperado, el dueño de la casa salió
69 O poste.

70 Rede (Modern English: advice).

71 I wote I shall be dede. // My lyffe wyll sone be loste.

72 All redy.

73 Agregado mío.

56
disparado74 al instante de su silla con una expresión de pesar en su
rostro. Algunos se lanzaron de un salto contra el palo de madera
rompiéndose las espinillas; otros se cayeron dentro de la
chimenea.
La dueña de la casa apareció 75 por detrás y comenzó a brincar, a
retorcerse y a agitarse como una posesa, mas al mirar al pequeño
Jack su trasero comenzó a tronar tirándose cohetes a diestro y
siniestro. El fraile casi perdió la vida, pues sin remedio se golpeó
la cabeza contra el palo de madera. Además, la cuerda que lo
sujetaba le rozó la piel de tal manera que estoy seguro de que la
sangre cayó sobre él en varias partes del cuerpo. El muchacho
salió entonces a la calle tocando la flauta, y detrás de él lo siguió
todo el gentío sin control. Muchos se agolpearon con tal ímpetu al
salir a las puertas de sus casas que sin poder evitarlo se cayeron
uno encima del otro. Los que vivían en las proximidades y
pudieron escuchar perfectamente la música de la flauta allí donde
estaban, brincaron en seguida encima de las puertas inferiores 76 de
sus casas por no disponer de tiempo para abrirlas ni estar
dispuestos tampoco a perderlo abriéndolas 77. Y los que estaban

74 O saltó.

75 O entró.

76 Hacche. La profesora Furrow ofrece el equivalente de lower half-door en inglés


moderno. En inglés americano se utiliza el término dutch door y en inglés
británico stable door.

77 They were so lothe to lette. Propuesta en inglés moderno de la profesora


Furrow: (they were so) reluctant to wait.

57
acostados en su cama, tanto los de baja como los de alta estofa, se
levantaron de ella en un abrir y cerrar de ojos 78. Y según oí contar,
a fe mía que se echaron a la calle como su madre los trajo al
mundo. Y al reunirse todos en mitad de ella, formaron una
extraordinaria concurrencia. Los que estaban cojos no pudieron
caminar y unirse a los demás 79, mas se pusieron a dar saltos. Hubo
algunos, incluso, que comenzaron a arrastrase por el suelo.
-Padre, ¿deseáis descansar? -preguntó el muchacho.
-La verdad es que sí80 -respondió el padre con buen humor-. Creo
que es lo mejor. Y ya podéis dejar de tocar cuando queráis. Juro 81
que esta ha sido la música más divertida que haya podido
escuchar en los últimos siete años.
Cuando el muchacho paró de tocar la flauta, todos se quedaron
muy maravillados de cómo se habían comportado todos.
-¡Por la Virgen María! -dijeron algunos-. ¿Qué ha pasado con la
música que nos ha hecho bailar?
No hubo nadie que no se lo pasara pipa a costa de la señora de la
casa y del fraile, quienes se quedaron profundamente
consternados ante la humillación sufrida. Y es que aquellos que no

78 Anon they hyld up ther hede.

79 Agregado mío.

80 No quiero repetir “a fe mía” (in feyth) como en ocasiones anteriores.

81 Lo mismo que en 66.

58
consiguen lo que desean, ya sea bueno o malo, no se quedan
satisfechos nunca.
Bien, ya habéis escuchado todos juntos el cuento de cómo Jack se
las gastó con su madrastra 82 y de la música que tocó este mismo
delante del fraile al que, por cierto, no le gustó nada la música que
tocó el muchacho. De manera que aquel, despidiéndose de todos,
se marchó con el ánimo un tanto abatido. El dueño de la casa
continuó con la crianza de su hijo y en cuanto a la madrastra, esta,
a partir de entonces, fue buena con su hijastro en todo punto. Y sin
más, me despido de todos. Que el Señor Todopoderoso que mora
en lo más alto83 y que bebió de la copa del dolor y de la
amargura84, os guarde a todos, queridos85 amigos. Amén. Aquí
termina el cuento de Jack y su madrastra.

82 (…) pleyde with his dame. O se divirtió a costa de su madrastra.

83 Empere. O quizá en el Empíreo. El Empíreo constituye el cielo más elevado y


allí donde reside el propio Dios junto con los ángeles, las almas del Paraíso y los
bienaventurados.A este respecto, la profesora Furrow nos dice en la nota 438 de
la versión digital: “empere. Empire? Or perhaps an early attempt at Englishing
empyreum, the Latin term for the uppermost heaven, the fiery dwelling place of
God?”

84 That dranke both eysill and gall. Estas mismas palabras aparecen en el segundo
verso del poema.

85 Me pareció más completo añadir lo de “queridos”.

59
Introducción a La Recompensa
del mundo, de Konrad von
Würzburg

El autor

Imagen de Konrad von


Würzburg según el Codex
Manese, Cod. Pal. germ.
848, 383r.

Universitätsbibliothek
Heidelberg. URL:
https://digi.ub.uni-
heidelberg.de/diglit/cpg8
48/0761/image

60
En los versos 271-272 se da a conocer en primera persona el autor de este
texto: Von Wirzeburc ich Cuonrât / gibe iu allen disen rât (“Yo, Konrad
von Würzburg / os doy a todos vosotros este consejo”). Ahora bien, ¿qué
sabemos de este autor?
Hay que comenzar diciendo que resulta muy fácil atestiguar su autoría,
pues tenía la costumbre de identificarse a sí mismo al final de estas:
von Wirzeburc ich Cuonrât
wil ir zehant ein ende geben (Der Schwanritter/El caballero del cisne,
1638-39)
“Yo, Konrad von Würzburg
quiero ahora ponerle fin”

Niht anders kan ich iu verjehen,


von Wirzeburc ich Cuonrât (Das Herzmære/La historia del corazón, 580-
1)
“Yo, Konrad von Würzburg,
no os puedo contar otra cosa”

von Wirzeburc ich Cuonrât


muoz im iemer heiles bitten (Heinrich von Kempten, 766-7)
“Yo, Konrad von Würzburg,
pediré siempre por su salvación”

Su lugar de nacimiento está muy bien documentado, no solo por su firma


en gran parte de sus obras, sino también por documentos de la época,
como el del notario Michael de Leone, quien cita a un tal “meister
Cuonrat geborn von Wirzeburg”. Su fecha de nacimiento se sitúa entre
1230 y 1235. Su vida como autor literario conoce una primera etapa
como poeta vagante (lat. vagus)86, hasta que en la década de 1260 se
86 Cfr. Monumenta Germanica Historicae (MGH), SS XVII, p. 233: “Conradus de
Wirciburc vagus fecit ritmos Teutonicos de beata Virgine preciosos”.

61
establece en Basilea, donde consta su domicilio, sito en la entonces
“Spiegelgasse”, hoy “Augustinergasse”.
Estuvo casado con una tal Berchta y tuvo dos hijas: Gerina y Agnes. Su
fallecimiento se halla recogido en los anales de Colmar, situado entre el 8
y el 22 de octubre de 1287:
Obiit Cuonradus de Wirciburch, in Theothonico multorum bonorum
dictaminum compilator87

El amplio repertorio de obras que compuso bien puede explicarse por los
diferentes mecenas que le hicieron encargos, algunos de los cuales son
hoy conocidos porque él mismo los nombra al final de sus obras:
Hie sol diez mære ein ende geben
und dirre kurzen rede werc,
daz ich dur den von Tiersberc
in rîme hân gerichtet
unde in tiutsch getichtet
von latîne, als er mich bat (Heinrich von Kempten, 754-9)
“Con ello llega el final de este relato,
de este breve poema,
que yo por encargo del señor de Tiersberg
he compuesto en verso
y redactado en alemán
desde el latín, tal como él me pidió”

ez wart durch si getihtet


gerne und willeclîche doch
daz man da bî gedenke ir noch
und mîn vil tumben mannes.

87 Cita recogida según Schweikle, G. “Konrad von Würzburg”. En: Metzler


Autoren Lexikon, 1994, 497.

62
Von Bermeswîl Jôhannes
unde ouch Heinrich Îsenlîn (Alexius, 1364-9)
“Fue redactado por encargo de ellos,
con mucho gusto y con la mejor de las disposiciones,
para que se les siga recordando
-Johannes von Bermeswil y Heinrich Isenlin-88
del mismo modo que también a mí, hombre de poco talento”

Aparte de estos, se conoce también al canónigo Liutold von Roeteln


como mecenas del Silvester, al caballero Peter Schaler en el caso del
Partonopier y Meliur, así como también a Heinrich Merschant y a
Arnold Fuchs en el del Trojanerkrieg o Guerra de Troya.
En cuanto a su extensa obra, esta se puede clasificar en diferentes
géneros y formas. Comenzando por la lírica, Konrad von Würzburg es
autor de lais, cantos amorosos, dichos poéticos, leyendas en verso
(Silvester, Pantaleon, El torneo de Nantes), romances (Engelhard,
Partonopier y Meliur, La guerra de Troya89), y relatos breves en verso
(El caballero del cisne, La recompensa del mundo, La historia del
corazón90).
La obra cuya traducción se ofrece en el presente volumen, La
recompensa del mundo, constituye una invitación a no dejarse cautivar
por los atractivos del mundo, los cuales son caducos y no dejan más que
podredumbre. La obra constituye una advertencia al público para que
caiga en la cuenta de a quién o a qué está consagrando en realidad toda su
88 Para facilitar la comprensión de la cita, me he visto obligado a alterar el
orden de los dos últimos versos.

89 Con una extensión de más de 49.836 versos, se conserva incompleto.

90 Antiguamente conocido como Otto, el de la barba.

63
breve vida, sus energías, sus ilusiones, etc., cuando insensatamente
quiere dedicarse a servir al mundo. Para dotar de más fuerza al relato el
autor recurre a la personificación del mundo en forma de mujer, motivo
muy extendido en la literatura alemana medieval, pero que también fue
conocido en el ámbito de la predicación. Su introducción en la literatura
alemana de la Edad Media tuvo lugar por influencia del famoso poeta
Walther von der Vogelweide (1170-1230)91, a través de un canto de
despedida o Abschiedslied, cuyo primer verso reza: Owê war sint
verswunden alliu mîniu jâr! (“¡Ah, dónde han ido a parar los años de mi
vida!”). En este poema se encuentra una descripción del mundo que
coincide con la doble imagen que Konrad von Würzburg nos presenta en
La recompensa del mundo. Ahora bien, mientras el poema de Walther
von W. nos presenta la duplicidad del mundo a través de la
contraposición “porte exterior” vs “porte interior”:
diu werlt ist ûzen schœne, wîz grüene unde rôt,
und innân swarzer varwe, vinster sam der tôt.(Estrofa 3, vv. 3-4)

“Por fuera, el mundo es hermoso, blanco, verde y rojo;


y por fuera de color negro, oscuro como la muerte.”

Konrad von W. la presenta contraponiendo “cara frontal”:

Daz man nie schoner weip gesach.


ir schone vollechlichen brach
Fv̊r alle vrowen die nv sint.
ain so reht mi̅nechlichz chint
Von weibes brvsten nie geslauf
ich spriche daz auf meinen tauf,
Daz si noch verrer schoner was
91 Cfr. Wachinger, B., Deutschsprachige Literatur des Mittelalters. 2001, 419. Smail,
U. “Der Welt Lohn”. En: Kindlers Neues Literaturlexikon 9. 1990, 637.

64
danne Venus oder vrav Pallas
Vn̅ alle die gottinne
die weilen phlage̅ der minne.
Ir anlvͤtz vn̅ ir varwe
div waren baidiv garbe
Erlivhtet als ein spiegellein.
ir schone gap so liehten schein
Vn̅ also wunnechlichen glast
daz derselbe palast
Von ir leibe erlivhtet wart.
der wunsch hete niht gespart
An ir die seinen grosten charft
er hete seine maisterschaft
Mit gantzem vleiz an sei92 gelait.
swaz man von schone̅ weibe̅ sait
Der vbergvlde was ir leip.
ez wart nie minnechlicher weip
Gesehen auf der erde
auh was nach vollem werde
Ir leip gechlaidet schone.(85v col. dcha. vv. 37-44 / 86r col. izq. vv. 1-
13)

“que jamás se había visto mujer igual en hermosura.


Su belleza superaba con creces
la de todas las mujeres que hoy viven.
Jamás había nacido de una mujer
doncella más hermosa.
Juro por mi bautizo
que era con muchísima diferencia más hermosa
que Venus y Palas Atenea,
y que todas las diosas
92 Forma muy poco común en a.a.m. para el pronombre personal de tercera
persona singular femenino en acusativo.

65
que se dedicaron al amor.
Su rostro y su frente
resplandecían con gran fuerza
como un espejito.
Su belleza irradiaba un brillo tan deslumbrante,
así como un resplandor tan magnífico
que toda la estancia
se vio invadida por su luz.
El deseo de perfección no había escatimado
nada de su arte en ella,
sino que había puesto en acción
con el máximo interés todo su poder.
Su presencia superaba con mucha diferencia
todo lo que se ha dicho acerca de mujeres hermosas.
Una mujer más atractiva
nunca había sido vista sobre la faz de la tierra.
Aparte de eso, iba ataviada muy rica
y noblemente.” (vv. 67-93)

a “cara posterior o espalda”:

Sus chert si im den rvggen dar


der was in allen enden gar
Bestecket vn̅ behangen
mit vngefvegen slangen
Krotten vnde natern.
ir leip was voller blatern
Vn̅ vngefveger aizen
vliegen vn̅ amaizen
Ain wunder drinne sazen
ir vlaisch die maden azen
Vntz auf daz gebaine. (86v col. dcha. vv. 1-11)

66
“Y entonces le dio la espalda,
la cual se encontraba
cubierta y engalanada
con gusanos y culebras,
con sapos y víboras;
su cuerpo estaba lleno de pústulas
y llagas feísimas.
Moscas y hormigas
sin número habitaban en su interior;
las larvas devoraban su carne
dejando solo el hueso.” (vv. 217-227)

La composición de La recompensa del mundo está datada en torno al año


1250/60. El texto está redactado en verso pareado, siendo la rima final
muy variable. El protagonista es un caballero que se nos presenta como
modelo por antonomasia, reuniendo todas las cualidades propias que se
esperan de alguien de esta naturaleza. El nombre de este caballero es,
según el propio autor, Wirnt von Grafenberg. Se trata otro famoso
escritor de la Edad Media alemana, que vivió entre los siglos XII y XIII.
Fue autor del famoso Wigalois (1210-1220), obra perteneciente al mundo
artúrico. Hay que decir que el hecho de mencionar en una obra el nombre
de otro autor no era una práctica desconocida en la literatura alemana
medieval. Muchas veces se trataba de rendir un homenaje a un autor
concreto del que se tenía conocimiento por sus obras. Ahora bien, el
hecho de que Konrad von W. ponga el nombre de Wirnt von Grafenberg
a su protagonista en esta obra concreta no tiene una explicación clara.
Tan solo Smail apunta hacia un supuesto suceso de su vida, sin ofrecer
más explicaciones93.
Sea como fuere, el protagonista se ve sorprendido por una dama de
extraordinaria belleza que viene a ofrecerle la recompensa por los
93 Smail, U., “Der Welt Lohn”. 1990, 637.

67
extraordinarios y abnegados servicios que este caballero le ha prestado. Y
esta dama no es otra sino la personificación del mundo con todos sus
atractivos vacíos.
Un aspecto más sobre el que merece llamar la atención es la inclusión de
las cruzadas, que no rara vez son vistas como medio para liberarse o
redimirse de algún modo de la infamia y falsedad del mundo. En la
literatura alemana medieval la cruzada era vista como servicio a Dios, es
decir, como antítesis del servicio al mundo, lo cual traía consigo su
recompensa: la salvación del alma aunque el cuerpo perezca. De hecho,
existe un poema de Friedrich von Hausen (1150/60-1190) que tematiza el
conflicto interior del caballero, que debe elegir entre servir a la dama,
permaneciendo en su lugar de origen, y servir a Dios, marchándose a la
cruzada:

Mîn herze und mîn lîp die wellent scheiden,


die mit ein ander wâren nû manige zît.
der lîp wil gerne vehten an di heiden,
iedoch dem herzen ein wîp sô nahen lît
vor al der werlt. daz müet mich iemer sît,
daz si ein ander niht volgent beide.94 (1ª estrofa, vv. 1-6)

“Mi corazón y mi cuerpo, que tanto tiempo han estado juntos,


quieren ahora separarse.
El cuerpo desea pelear contra los paganos,
mas mi corazón en una dama se ha fijado,
que es lo que más desea en este mundo. Desde entonces me atormenta sin
[parar
que corazón y cuerpo no se sigan el uno al otro.”

94 Extracto citado según la edición de Müller, U. y Weiss G., Deutsche Gedichte


des Mittelalters. 1993, p. 86.

68
Además de lo dicho, cabe destacar la presencia de elementos clásicos,
representados aquí por la mención de la diosa romana Venus y de la
griega Palas Atenea. Ambas diosas, que eran ampliamente conocidas
desde antiguo por su extraordinaria belleza, se quedan muy atrás en
comparación con la dama que se presenta ante el caballero. El efecto de
esta comparación sirve para acentuar la impresión producida en el
caballero, que queda seducido por la hermosa mujer hasta el punto de
rendirse completamente a su servicio, antes incluso de averiguar bien y
con detalle de quién se trata exactamente. Ahora bien, la elección de
ambas deidades femeninas que son comparadas con la misteriosa dama
del relato de Konrad von W. no es fortuita, al menos, en mi opinión. La
diosa Venus era venerada por su inconmensurable hermosura, además de
ser la diosa del amor y de la fertilidad. Palas Atenea, por su parte, era la
diosa imbatible de la guerra, la sabiduría, las ciencias y la justicia. En
pocas palabras, ambas diosas aúnan un número considerable de
cualidades en grado extremo, a las que fácilmente cualquier persona
desearía aspirar.
Con todo, si ambas deidades clásicas se consideraban ya insuperables en
sus extraordinarios atributos, la dama que cautiva irresistiblemente al
caballero en este relato posee dichas cualidades en un grado aún superior.
Y esto va a contribuir al violento contraste con la podredumbre que
muestra la misma dama al darse la vuelta en presencia de su admirador,
provocando así el efecto buscado por el autor, y que podría sintetizarse
del siguiente modo: no hay atributo, por muy extraordinario e
incomparable que parezca, que dure para siempre. Todo lo humano y lo
terreno, hasta lo que se cree inagotable, invencible y duradero, está
llamado a la caducidad y no puede colmar las ansias de belleza y amor de
la persona, por lo que dichas cualidades, a las que, sin embargo, aspira el
hombre por naturaleza, hay que buscarlas en un lugar distinto: no en esta

69
vida, sino en la postrera, es decir, en la vida eterna. Quien, no obstante,
se empeñe en buscar la belleza y felicidad sin límites en esta vida, solo
conseguirá sufrir una tremenda decepción que le llevará sin remedio a
una gran desesperación, como le sucede al caballero en esta historia.
Finalmente, queda hablar de la concepción de alma y cuerpo, así como de
la relación entre ambos, en esta obra. Ello se debe a que la concepción de
la relación entre alma y cuerpo no era en la Edad Media la misma que
hoy en día. En la Edad Media era aún frecuente la concepción platónica
de alma y cuerpo, según la cual el alma es unida a un cuerpo como
castigo, de suerte que el cuerpo se convierte en una especie de prisión
para el alma95. Esto tenía unas implicaciones importantes, ya que daba a
entender que lo natural o substancial del alma es estar separada del
cuerpo, en lugar de constituir una unidad junto con el cuerpo, tal como
enseña la Iglesia Católica en documentos magisteriales como el
Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) 96 y la constitución Gaudium et
Spes, del año 1965. Pero esto no era todo en aquel entonces, ya que la
relación entre alma y cuerpo se concebía como algo hostil, es decir, que
ambas realidades son irreconciliables porque los intereses de uno se
contraponen sin remedio a los del otro. En consecuencia, para el hombre
las cosas solamente se encontrarían en perfecto orden cuando el alma
haya sometido al cuerpo, y donde una armonía es impensable. El cuerpo
era visto como una realidad malvada, que solo tira del alma hacia las
pasiones negativas, conduciéndola hacia la condenación eterna 97. La
95 Cfr. Platón, Fedón. 1986.

96 Cfr. §362 y ss.

97 Cfr. Ayerbe, M., “Die Beziehung zwischen Gott und dem


sündigen/büßenden Menschen im ‚Seelenrat‘ Heinrichs von Burgeis”. 2017,
256-259.

70
literatura medieval ofrece ejemplos claros de esta concepción dualista y
de confrontación entre alma y cuerpo, como se puede ver, por ejemplo,
en la obra Der Seele Rat, de Heinrich von Burgeis (s. XII-XIII).Esta
concepción presenta igualmente sus reparos, ya que el cuerpo humano es
también fruto de la creación de Dios, es decir, tiene a Dios por creador.
Por tanto, afirmar que el cuerpo es malo es atribuir a Dios una obra
esencialmente mala, no ya únicamente desde una perspectiva puramente
material, sino también moral.
Ahora bien, la Iglesia Católica enseña que la naturaleza humana creada
por Dios está conformada por alma y cuerpo, intrínsecamente unidos. De
hecho, no solo el alma sino también el cuerpo está llamado a resucitar
tras verse separado por un tiempo del alma a causa de la muerte 98, de lo
cual la resurrección de Cristo fue la primicia99.

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98 Cfr. CIC § 364.

99 Cfr. Evangelio de san Mateo XXVIII, 9; san Lucas XXIV, 30, 39-43; san Juan
XX, 17, 27. Estos pasajes dan muestras de la resurrección de Cristo con su
cuerpo glorificado.

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44rb-46ra. Fechado en torno a 1430-40.

Manuscrito G: Gotha, Forschungsbibliothek der Universität Erfurt, Cod.


Chart. A 216, 98r-99v. Fechado en torno al tercer cuarto del siglo XIV.

Manuscrito K: Cologny-Ginebra, Fondation Martin Bodmer, Cod. Bod.


72, 240va-242ra. Fechado en torno al primer cuarto del siglo XIV.

Manuscrito M: Múnich, Bayerische Staatsbibliothek, Cgm 16, 85va-87ra.


Fechado en torno a 1284.
(https://daten.digitale-sammlungen.de/0009/bsb00094581/images/index.h
tml?fip=193.174.98.30&seite=173&pdfseitex= (Consulta: 24.08.2020)).

75
Manuscrito P: Heidelberg, Universitätsbibliothek, Cpg 341, 239va-241ra.
Fechado en torno al primer cuarto del siglo XIV.

Fragmento S: Nürnberg, Germanisches Nationalmuseum, Hs. 42531, 1ra-


2vb. Fechado en torno al segundo cuarto del siglo XIV.
(http://dlib.gnm.de/item/Hs42531/2 (Consulta: 24.08.2020)).

Manuscrito W: Viena, Österreichische Nationalbibliothek, Cod. 2677,


69rb-70vb. Fechado en torno a 1320-30.

Como reproducción del texto original he escogido el manuscrito de


Múnich, cgm 16, por ser el más antiguo y presentar características más
reseñables, ya que combina elementos grafemáticos y fonéticos del Alto
Alemán Medio100 o Mittelhochdeutsch (1050-1350) con otros tales del
Alto Alemán Paleomoderno101 o Frühneuhochdeutsch (1350-1650).
Propio de la grafía del a.a.m. es el uso de la grafía <v> para el sonido
fricativo labiodental sordo [f], mientras que en Antiguo Alto Alemán o
Althochdeutsch (750-1050) y en a.a.p. se utilizaba <f> en los estos casos.
En cuanto a la fonética, conviven rasgos del a.a.m. con otros del a.a.p.
Ejemplo de ello es el monoptongo [y], que grafemáticamente sigue
representado como <iu>. También se constata el llamado endurecimiento
consonántico final o Mittelhochdeutsche Auslautverhärtung del a.a.m.,
por el que las consonantes oclusivas sonoras [b, d, g] se ensordecen en
posición final de palabra, tal como refleja la escritura: gelanc, lant, lop.

100 En adelante, a.a.m.

101 En adelante, a.a.p.

76
Ahora bien, las vocales largas del a.a.m., representadas normalmente en
las ediciones como î, û, ya muestran la diptongación propia del a.a.p. a
[ai, ei], [au], respectivamente: traip, sein / auf. Esta diptongación
contrasta con la conservación del diptongo [uo] del a.a.m., que en a.a.p.
experimenta un proceso de monoptongación a [u] larga. Ejemplo de ello
es el adjetivo a.a.m. guot, que en a.a.p. pasa a gut, forma en la que se
encuentra también en alemán contemporáneo.

77
Transcripción del manuscrito de Múnich, cgm 16102:

Ir103 werlte minnære [85v, verso 11]


vernemet disiv mær
Wie ainem ritter gelanc
der nah der werlde lone ranc
Baidiv spat vn̅ vrv̊
er daht in manige weis darzv̊
Wa mit er daz begienge
daz er den lon enphienge
Werltlicher eren
er chvnde wol gemeren
Sein lop an allen orten
mit wercken vn̅ mit worten.

102 Enlace al manuscrito:


https://daten.digitale-sammlungen.de/0009/bsb00094581/images/index.html
?id=00094581&groesser=&fip=193.174.98.30&no=&seite=173 (Última consulta:
11.04.2020).

103 La inicial está coloreada en azul con bordes rojos y comprende el tamaño de
9 versos. Los versos impares comienzan con mayúscula en negro y rojo. El título
de esta narración comienza al final del último verso del texto anterior, en tinta
azul claro Der werlde lon.

78
Sein leb was so volbraht
daz sein zem besten wart gedaht
In allen tivschen landen
er het sich vor schanden
Alliv seiniv iar behv̊t.
er was huͤbsch vn̅ frv̊t
Schon vn̅ aller tugenden vol.
swa mit ain man zer werlte sol
Beiagen hoher wirde preis
daz chvnde wol der herre weis
Bedencken vn̅ betrahten
man sach den vil geslahten
Auz erwltiv chlaider tragn.
pirsen, baisen vn̅ iagen
Chvnd er vn̅ traip sein vil,
schahzabel vn̅ saiten spil
Daz was sein chvrtzeweile
wær vber hundert meile
Gezaigt im ain ritterschaft
dar wær der herre tvgenthaft

79
Mit gv̊ten willen hin geritten
vn̅ het gerne da gestritten
Nah lobe auf hoher minne solt.
er was den vrawen also holt
Die wol beschaiden waren,
daz er in seinen iaren
Mit langer wernder stæte
in so gedienet hete
Daz alliv sældenhaften weip
seinen wunnechlichen leip
Lobten vn̅ preisten.
als vns div bv̊ch beweisten
Vn̅ ichz von im geschriben vant
so was der herre genant
Her wirin104 da von Gravenberc.
er hete werltichiv werc
Geworht alliv seiniv iar
sein herze stille vn̅ offenbar
Nach der minne tobte.
104 En alemán actual “Wirnt”. La minúscula inicial del nombre propio es del
manuscrito y yo he optado por respetarla aquí.

80
sus saz der gelobte
In ainer chemnaten
mit vreuden wol beraten
Vn̅ het ain bv̊ch in seiner hant
dar an er aventivre vant
Von der minne geschriben.
dar ob het er do vertriben
Den tac vntz auf die vesperzeit
sein vreude was vil harte weit
Von svzzer rede die er da las.
do er alsus gesezzen was,
Do cham gega̅ge̅ dort her
ain weip nah seins herze̅ ger105
Ze wunsche wol gebrvefet dar
vn̅ also minnechlich gevar
Daz man nie schoner weip gesach.
ir schone vollechlichen brach
Fv̊r alle vrowen die nv sint.
ain so reht mi̅nechlichz chint
105 Estos dos versos aparecen insertados desde el margen del códice en letra
más pequeña. Me ha parecido apropiado reflejarlo aquí de este modo.

81
Von weibes brvsten nie geslauf
ich spriche daz auf meinen tavf,
Daz si noch verrer schoner was
danne Venus oder vrav Pallas
Vn̅ alle die gottinne
die weilen phlage̅ der minne.
Ir anlvͤtz vn̅ ir varwe
div waren baidiv garbe
Erlivhtet als ein spiegellein.
ir schone gap so liehten schein
Vn̅ also wunnechlichen glast [86r]
daz derselbe palast
Von ir leibe erlivhtet wart.
der wunsch hete niht gespart
An ir die seinen grosten chraft
er hete seine maisterschaft
Mit gantzem vleiz an sei106 gelait.
swaz man von schone̅ weibe̅ sait
Der vbergvlde was ir leip.
106 Forma muy poco común en a.a.m. para el pronombre personal de tercera
persona singular femenino en acusativo.

82
ez wart nie minnechlicher weip
Gesehen auf der erde
auh was nach vollem werde
Ir leip gechlaidet schone.
div chlaider vn̅ div chrone
Die div schoniv vrowe chlůc
auf vnde an ir leibe trůc
Die waren also reiche
daz si hat107 sicherleiche
Nieman vergelten chvnde
ob man si vaile fvnde.
Von Gravenberc her wirn
erschrac von ir wol zwirn
Do si cham geslichen.
sein varwe wart erblichen
Vil harte von ir chvnfte da
in nam des groz wunder sa
Waz vrowen also chæme

107 La aparición de esta forma verbal en el manuscrito provoca desconcierto,


pues desde un punto de vista sintáctico no encaja en la oración, llegando,
incluso, a dificultar su comprensión.

83
auf spranc der vil genæme
Erschrocken vn̅ missevar
vn̅ enphie die mi̅nechliche̅ gar
Vil schon als er wol chvnde.
er sprach auz svzem munde
Seit vrowe got willechomen
swaz ich von vrowen han vernome̅
Der seit ir vbergvlde gar.
hie mit sprach div schoniv gar
Vil lieber frivnt got lone dir
erschricke so sere niht vo̅ mir:
Nu bin ich doch daz selbe weip
durch die dv sel vn̅ leip
Vil dicke hast gewaget
dein herze niht betragt
Ez trag108 durch mich hohen mv̊t.
dv bist hivbsch vn̅ frv̊t
Gewesn alliv deiniv iar

108 La lectura de esta palabra presenta una especial dificultad. No obstante, he


transcrito aquí la forma que me ha parecido más cercana a lo que aparece en el
manuscrito.

84
dein werder leip sv̊z vn̅ chlar
Hat nah mir gervngen
gesprochen vn̅ gsvngen
Von mir swaz er gv̊tes chan.
du wær ot ie mein dienstman
Den abent vn̅ den morgen
du chundest wol besorgen
Hohez lop vn̅ werden preis;
du blvest als ain maien reis
In manicvalter tvgent
dv hast von chindes ivgent
Getragen ie der eren chrantz
dein sin ist lavter vn̅ gantz
An triwen ie gen mir gewesn.
vil werder ritter auzerlesn
Darumbe bin ich chomen her
daz dv nah deines hertzen ger
Meinen leip von hoher chvͤr
beschawest wider vn̅ fvͤr
Wie schoͤn ich sei, wie volchomen.

85
den reichen lon den groze̅ frome̅
Den du von mir enphahen maht
vmb deinen dienst wol geschlaht
Den solt du schawen vn̅ spehn.
ich wil dich gern lazen sehn
Waz lones dir gezichen sol.
du hast gedienet mir so wol.
Den herren edeln tvgentreich
dauhte harte wunderleich
Diser vrowen taidinc
wan sei der selbe ivngelinc
Mit seinen augen nie gesach
vn̅ doch div selbiv vrowe sprach
Er wær ir dienstman gesein.
er sprach genade vrowe mein
Han ich iv gedienet iht
entriwen des enwaiz ich niht
Mich dvncket ane laugen
daz ich mit meinen augen
Ivh vil selten han gesehn.

86
seit daz ir gervchet iehn
Mein ze chnechte selic weip
des sol mein herze vn̅ mein leip
Ivch ze dienste sein berait [86v]
mit willeclicher arbait
Vntz auf meines todes zil.
it habt so hoher selden vil
V̅n als manicvalte tvgent
daz iwer vreude blvendiv ivgent
Mir vil wol gelonen mac.
ia wol mich daz ich dicen tac
Gelebt han des vrev ich mich
seit daz ir vrowe minnechlich
Meinen dienst enphahen welt.
vrowe an tvgenden auzgezelt
Gerv̊chet chvnden mir ain tail
durch daz wunnebernde hail
Daz an iv schoniv vrawe leit
von wannen ir gehaizen seit
Oder von wanne ir seit genant

87
iwer name vn̅ iwer lant
Daz werde mir hie chvnt getan
durch daz ich wizze svnder wan
Ob ich in allen meinen tagen
ie von iv gehorte sagen.
Des antvͤrt im div schoniv do
si sprach gezogenlich also
Vil lieber frivnt daz sol geschehn.
ich wildir gern alhie veriehn
Meins hohgelopten namen
dv endarft dich ni̅mer des gescham̅
Ob du mir vndertaͤnic bist.
mir dienet swaz auf erde ist
Hordes vn̅ gv̊etes
ich bin so hohes mv̊etes
Daz chaiser vn̅ chvniges chint
alle vnder meiner chrone sint
Graven vreien vn̅ hertzogen
die habent mir ir knie geboge̅
vn̅ laistent alle mein gebot.

88
ich enfvͤrhte nieman wan got
Der ist gewaltic vber mich.
div werlt bin gehaizen ich
Der du nv lange hast gegert.
lones solt du sein gewert
An mir als ich dir zaige nv.
nv chvmt ez dir nv schowe du.
Sus chert si im den rvggen dar
der was in allen enden gar
Bestecket vn̅ behangen
mit vngefvegen slangen
Krotten vnde natern.
ir leip was voller blatern
Vn̅ vngefveger aizen
vliegen vn̅ amaizen
Ain wunder drinne sazen
ir vlaisch die maden azen
Vntz auf daz gebaine.
si was so gar vnraine
Daz von ir bloden leibe wac

89
ain so angestlicher smac
Den nieman chvnde erleiden.
ir reichez chlait von seiden
Was vil iæmerlich gevar
blaich als ain asche gar.
Hie mit schiet si dannen.
daz si von mir verbannen
Vn̅ al der christenhait sei.
der ritter edel vn̅ vrei
Do der ditz wunder an sach
zehant sein hertze im des veriach
Er wære gar verwazen
swer sich wolte lazen
An ir dienste vinden.
von weiben vn̅ von chinden
Schiet er sich alda zehant.
er nam daz chrivtz an sein gewant
Vn̅ hv̊p sich vber daz wilde mer
vn̅ half dem edeln gots her
Streiten an die haidenschaft.

90
da wart der ritter tvgenthaft
An stæter bv̊ze fvnden.
er schvf daz ze allen stvnden
Do im der leip erstorben was
daz im div sel dort genas.
Nv mercket all die nv sint
diser wilden werlte chint
Ditz endehafte mære:
daz ist also gewære
Daz man ez gern horen sol.
der werlte lon ist iamers vol
Daz mv̊gt ir alle han vernomen. [87r]
ich bin sein an ain ende chome̅:
Swer an ir dienste fvnden wirt
daz in div vreude gar verbirt
Die got mit gantzer stætichait
den auzerwelten hat berait.
Von wirtzpurch ich Chvnrat
gip iv allen disen rat
Daz ir die werlt lazet varn

91
wellet ir die sel bewarn.

92
Reproducción del manuscrito de Múnich, cgm 16, 85 v. Comienzo del texto.

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id=00094581&groesser=&fip=193.174.98.30&no=&seite=173

93
Traducción de
La Recompensa del mundo
Vosotros, los amantes del mundo,
escuchad atentamente esta historia:
de cómo le fue a un caballero
que mucho se esforzaba por obtener la recompensa
[del mundo
mañana y tarde. 5
No hacía más que pensar
cómo conseguir
hacerse con la recompensa
de los honores mundanos.
Era todo un entendido en cómo acrecentar 10
su fama en todas partes
mediante sus hazañas y sus palabras.
Su vida era tan modélica
que solo se pensaba lo mejor de él

94
en todas las tierras alemanas109. 15
Se había cuidado mucho de toda deshonra
durante toda su vida;
era muy cortés y culto,
de hermoso plante y en todo virtuoso.
En todo aquello que un hombre de este mundo 20
era capaz de imaginarse y considerar
con el fin de alcanzar el premio de un enorme prestigio
era este caballero un gran entendido.
Se le veía al muy noble
llevar puestas prendas muy selectas; 25
conocía y practicaba con mucha frecuencia
la caza con perros y halcones;
el ajedrez y la lira
eran su entretenimiento;
y, si desde una distancia de más de mil millas 30
109 A partir del alto alemán medio (1050-1350) el adjetivo tiutsch ya porta el
significado actual “relativo a lo alemán”, “lengua alemana”. Previamente, el
significado era “lo perteneciente o propio del pueblo”, ya que en su origen, el
término era un derivado del substantivo þiuda “pueblo”. En la traducción he
optado por respetar el plural del original (in allen tiutschen landen), ya que en el
momento en el que se compone el texto aún no existe la conciencia nacional de
estado alemán, ni tampoco un estado como realidad.

95
se hubiera mencionado la convocatoria de un torneo,
entonces el virtuoso caballero 110
habría acudido con gran ardor
y de buena gana habría peleado
por el honor de obtener la recompensa del amor. 35
Sentía un gran afecto por las damas,
―especialmente por aquellas que eran discretas―
y durante muchos años
las había estado sirviendo
tan bien con tan inquebrantable constancia111, 40
que todas las damas más encantadoras
su buen plante
apreciaban y elogiaban.
Según nos aseguran los libros,
y tal como de él he encontrado por escrito, 45

110 El texto original no usa el término ritter “caballero”, sino her “señor”. Sin
embargo, por motivos estilísticos he preferido utilizar el primer significado en
la traducción al castellano. A fin de cuentas, se está hablando de un caballero en
este relato.

111 Para facilitar la comprensión lectora me he visto obligado a alterar el orden


de estos tres últimos versos.

96
se llamaba aquel caballero
señor Wirnt von Grafenberg112.
Este se había esforzado durante toda su vida
por acometer hazañas mundanas.
Su corazón, tanto en secreto como ostensiblemente, 50
no hacía sino aspirar al amor.
Hallábase un día el muy loado sentado
en un aposento muy bien dotado
de distracciones,
y con un libro en la mano 55
en el que estaba leyendo historias
que trataban de amor.
Con la lectura había pasado él todo el día,
hasta llegar la tarde.
Se había deleitado enormemente 60
en las dulces palabras que había estado leyendo.
Y encontrándose así sentado,
se le presentó allí mismo, de pronto

112 Alusión directa a un conocido escritor en lengua alemana de la Edad Media,


sobre el que se habla en la introducción.

97
una mujer, la cual parecía creada según los deseos
de su propio corazón, tan perfecta 65
y tan atractiva
que jamás se había visto mujer igual en hermosura.
Su belleza superaba con creces
la de todas las mujeres que hoy viven.
Jamás había nacido de una mujer113 70
doncella más hermosa.
Juro por mi bautizo
que era con muchísima diferencia más hermosa
que Venus y Palas Atenea,
y que todas las diosas 75
que se dedicaron al amor.
Su rostro y su frente
resplandecían con gran fuerza
como un espejito.
Su belleza irradiaba un brillo tan deslumbrante, 80
así como un resplandor tan magnífico
113 El original habla de “niña despegada de los pechos de mujer”, von wîbes
brüsten nie geslouf. Dado que una expresión tal no es frecuente en la lengua de
destino, he preferido hablar de “nacido de una mujer”.

98
que toda la estancia
se vio invadida por su luz.
El deseo de perfección no había escatimado
nada de su arte en ella, 85
sino que había puesto en acción
con el máximo interés todo su poder.
Su presencia superaba con mucha diferencia
todo lo que se ha dicho acerca de mujeres hermosas.
Una mujer más atractiva 90
nunca había sido vista sobre la faz de la tierra.
Aparte de eso, iba ataviada muy rica
y noblemente.
Tanto los vestidos como la corona
que esta bella mujer 95
llevaba puestos sobre su figura
eran tan lujosos
que, muy seguramente,
nadie habría sido capaz de pagarlos,
incluso si hubieran estado a la venta. 100

99
El caballero Wirnt von Grafenberg
se llevó un gran susto
al acercarse ella de manera tan sigilosa.
Él palideció del todo
a causa de su aparición. 105
Estaba muy sorprendido
de que una mujer se acercara a él de aquel modo.
El muy noble se levantó de un salto,
asustado y confuso,
y recibió a la muy complaciente 110
tan atentamente como fue capaz.
Con voz muy suave le dijo:
«¡Por Dios, sed bienvenida, señora!
Todo lo que hasta ahora he oído acerca de las mujeres
vos lo superáis con creces.» 115
A esto respondió la señora con sumo recato:
«¡Queridísimo amigo, que Dios te114 lo pague!
114 Adviértase el cambio de registro en la forma de dirigirse uno a otro. El
caballero emplea una forma de cortesía ir (“vos, vosotros”) para dirigirse
directamente a la dama, mientras que esta se sirve de una forma equivalente al
“tú” español, que denota mayor confianza y cercanía. Este cambio podría llevar
a pensar que la diferencia no es casual, sino que tiene más bien un sentido: el

100
No os asustéis así delante de mí,
pues soy la misma dama
a la que de tan buen grado sirves con constancia, 120
y a la que ya has servido anteriormente.
Por muy aterrado que estés ante mí,
no soy más que la misma mujer
por la que tú tantas veces
has arriesgado tu alma y tu cuerpo. 125
Jamás flaqueó tu corazón
por mi causa;
toda tu vida has sido
cortés y de modales distinguidos;
tu noble y hermoso cuerpo 130
ha peleado por mí
con muchas palabras y cantos115,
diciendo cosas buenas únicamente.

uso de “tú” por parte de la dama indica que hay un profundo conocimiento y
gran familiaridad de ella para con él, fruto de un frecuente e intenso trato entre
ellos, del que el caballero, solo por el momento, no parece ser consciente. De ahí
que este emplee una forma más distante, por respeto y deferencia hacia la
dama. Esto no hace sino aumentar el suspense ante lo que sucederá más
adelante, cuando al caballero se le muestre la realidad en toda su crudeza.

101
Tú eras mi servidor incondicional,
quien noche y día 135
ha sabido hacerse con
sublimes alabanzas y un gran reconocimiento.
Floreces como retoño de mayo
en incontables virtudes116;
desde la más tierna infancia 140
llevas sobre tu cabeza la corona del honor,
todo el tiempo has sido sincero
y perfectamente leal conmigo.
Muy noble caballero sin igual,
por este motivo he venido, 145
para que siguiendo el deseo de tu corazón

115 Era normal que el caballero luchara con constancia por conseguir el favor
de la dama. Uno modo consistía en servirle alabando sus virtudes y gracias, y
expresando el deseo de estar a su lado.

116 Este modo de expresarse recuerda al empleado con frecuencia en poemas


marianos de la Edad Media. Un ejemplo de ello encontramos en el Cantar
Mariano de Arnstein ûffe der ruoden sal wahsen ein bluome (v. 37) “y de sus
raíces florecerá un retoño”; también en el Cantar Mariano de Melk der quot wie
vone Jêsses stamme / wüehse ein gerte danne. dâ vone scol ein bluome varen
(vv. 37-40) “Isaías, el profeta, / ya habló de ti; anunció cómo del tronco de
Jesé / crecería un vástago, / del cual brotaría una flor”.

102
puedas contemplar mi cuerpo incomparable
por todos lados, y puedas comprobar
qué hermosa y perfecta soy.
La elevada recompensa y rico premio 150
que de mí has de recibir
por tu noble servicio
lo vas a poder contemplar a tu gusto.
Con sumo gusto te voy a mostrar
la recompensa que vas a recibir, 155
pues me has servido de manera ejemplar.»
Al distinguido y virtuoso caballero
le parecieron las palabras de esta dama
harto extrañas,
pues si bien el mismo joven 160
jamás la había visto antes con sus propios ojos,
sin embargo, ella misma afirmaba
que él había sido su servidor.
Así pues, replicó: «Perdonadme, mi señora,
pero si alguna vez os he servido, 165

103
en verdad, no soy consciente.
Estoy completamente seguro
de que mis ojos
jamás os han visto antes.
Pero, ya que os dignáis, 170
magnánima señora, nombrarme vuestro servidor,
quedan mi corazón y mi cuerpo
dispuestos a vuestro servicio
de muy buen grado con todas mis fuerzas
hasta el final de mi vida. 175
Poseéis tan excelsa naturaleza
y tan innumerables virtudes,
que vuestra juventud cautivadora
me lo retribuirá con creces.
¡Dichoso yo, que he podido 180
vivir este día! Mucho me alegro,
de que Vos, dama adorable,
os dignéis aceptar mi servicio.
Señora de incontables virtudes,

104
por la extraordinaria dicha 185
que en Vos, bella dama, se manifiesta,
concededme conocer al menos
de dónde venís
o cómo os llamáis.
Vuestro nombre y vuestra tierra 190
dadme, por favor, a conocer,
para que así, sin duda alguna,
pueda saber si en algún momento de mi vida
he oído hablar de Vos.»
A esto le respondió la dama, 195
diciéndole muy educadamente:
«Mi querido amigo, así será.
Yo te mencionaré
mi excelso nombre.
Jamás tendrás motivos para avergonzarte 200
de estar a mi servicio.
A mí me sirven todos
los tesoros y bienes de la tierra,

105
y gozo de tal majestad
que incluso emperadores y príncipes 205
se cobijan bajo la sombra de mi corona.
Condes, barones y duques
han doblado sus rodillas ante mí
y obedecen mis órdenes.
A nadie temo salvo a Dios, 210
el cual tiene poder sobre mí.
El “mundo” soy llamada,
a la cual tú tanto tiempo has deseado.
Una recompensa te va a ser otorgada,
tal como me dispongo a mostrarte. 215
Voy hacia ti, ¡mírame ahora!»
Y entonces le dio la espalda,
la cual se encontraba
cubierta y engalanada
con gusanos y culebras, 220
con sapos y víboras;
su cuerpo estaba lleno de pústulas

106
y llagas feísimas.
Moscas y hormigas
sin número habitaban en su interior; 225
las larvas devoraban su carne
dejando solo el hueso.
Estaba tan asquerosa
que de su cuerpo decrépito
escapaba un hedor tan desagradable 230
que no había quien lo aguantara.
Su lujoso vestido de seda
se hallaba en un estado muy lamentable:
se había convertido
en un andrajo miserable. 235
El maravilloso y extraordinario resplandor de la dama
quedó reducido a un mísero
color gris cual ceniza.
Tras esto, se marchó.
¡Maldita sea por mí 240
y por todos los cristianos!

107
Cuando el noble y distinguido caballero
vio toda aquella transformación,
le hizo saber su corazón al instante
que podía darse por condenado todo aquel 245
que se encontrara
a su117 servicio.
Entonces se despidió rápidamente
de su mujer y de sus hijos;
tomó la cruz sobre sus vestiduras
250
y se marchó por el fiero118 mar
para ayudar a las nobles tropas de Dios
en su lucha contra los paganos119.
Allí fue visto el virtuoso
117 Se refiere aquí al mundo, representado en la dama que se había presentado
ante el caballero.

118 En textos de la literatura alemana medieval era frecuente calificar el mar


como “salvaje, fiero” (wilt). Véase, por ejemplo, en Der Münchner Oswald/Oswald
de Múnich: und solt ich ainen poten haben / uber des wildes meres fluot (260-
261) “Un mensajero he de buscar <que viaje>, / por los salvajes mares / hasta
la venerable reina”. Traducción al español de Parra, E./Ayerbe, M., 2009, p. 79.

119 Referencia a las cruzadas.

108
caballero plenamente entregado a la penitencia. 255
De este modo se preocupó de que,
tras la muerte de su cuerpo,
su alma se salvara.
Así pues, presten atención todos aquellos
hijos de este mundo tan falaz 260
a esta historia ejemplar.
Es tan verdadera
que debe ser oída con atención.
La recompensa del mundo120 no es sino una profunda
[amargura.
Esto os debe quedar muy claro. 265
Yo me he dado muy bien cuenta de ello:
quien se encuentra a su servicio
perderá del todo la felicidad
que Dios tiene preparada desde siempre
para los elegidos. 270
Yo, Konrad von Würzburg,

120 Este verso es el que da nombre a todo el texto. El original reza como sigue:
der werlte lon.

109
os doy a todos vosotros este consejo:
que viváis desprendidos de este mundo
si queréis salvar vuestra alma.

FIN

110
Sobre los traductores
José Antonio Alonso Navarro (Madrid, 1965) es filólogo, traductor, escritor y
profesor universitario de lengua y literatura inglesa y literatura europea
(especialista en literatura medieval inglesa e irlandesa). Es licenciadoen
Filología Inglesa (Lengua y Literatura Inglesa) por la Universidad
Complutense de Madrid (España) y doctor con la mención Cum Laude en
Filología Inglesa (Lengua y Literatura Inglesa) por la Universidad de A
Coruña (España), y obtuvo el CAP en la Universidad de Málaga (España)
con la calificación de sobresaliente. En el año 2017 el profesor Alonso
Navarro recibió una importante distinción-reconocimiento por parte de la
Embajada Británica de Asunción (Paraguay) a manos del Sr. Nick White,
Encargado de Negocios de la Embajada Británica de Asunción de parte del
Excelentísimo Sr. Embajador de su Majestad la Reina Isabel II del Reino
Unido, Dr. Jeremy Hobbs, PhD., por su contribución a la traducción de
textos medievales ingleses. Sus áreas de interés se reparten entre la literatura
medieval europea (inglesa y española especialmente), la literatura del
Renacimiento y del Barroco y la traducción literaria de textos medievales.
Entre sus traducciones más destacables cabe mencionarse: La visión de
Tundal, el Caballero Isumbras, el Caballero Launfal, el Caballero Degaré, Poesía
mariana medieval inglesa, La flor y la hoja, La isla de las mujeres, El cuento del Bacín,
La dama priora, etc. Actualmente, el profesor Alonso Navarro es profesor de
Filología de la Lengua Inglesa en el Instituto de Lenguas Modernas (ISL) de
la Universidad Nacional de Asunción (Asunción, Paraguay), profesor de
humanidades de la Universidad del Norte (Asunción, Paraguay) y profesor
de traducción literaria (inglés-español) del Máster de Traducción
Especializada del Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Traducción
(ISTRAD, Sevilla, España)-Universidad Ateneum (Polonia).

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Miguel Ayerbe Linares (Úbeda, 1974) es filólogo, traductor y profesor de
historia de la lengua alemana y de literatura medieval alemana en la
Universidad del País Vasco. Licenciado en Filología Alemana por la
Universidad de Sevilla (1997) y doctor por la misma universidad (2004).
Realizó parte de sus estudios en las universidades de Colonia y Ludwig
Maximilian de Múnich. Sus líneas de investigación se centran en la
lingüística germánica de la Edad Media desde una perspectiva contrastiva,
literatura germánica medieval comparada, traducción de literatura germánica
medieval, problemas léxicos en la traducción de textos germánicos de la
Edad Media a lenguas modernas, así como análisis del discurso. Entre sus
traducciones de textos medievales se encuentran “Anónimo. Leyendas
marianas del Pasional Antiguo: La viuda y su hijo”; Oswaldo de Múnich (2009) y
Auxilio durante el temporal. También ha publicado traducciones del
romanticismo alemán, como Cuentos de los hermanos Grimm (2010) y Cuentos
del Romanticismo alemán (2015). Entre sus publicaciones en torno a la
literatura alemana/germánica medieval cabe mencionar: “Aportaciones de la
literatura religiosa medieval a la determinación léxica en la traducción: el
caso de la literatura mariana medieval aplicada al campo léxico ‘mujer’”
(2012), “El campo léxico “mujer” en sajón antiguo y su aplicación a la
Virgen María: ¿igualdad o selección?” (2012), “Análisis discursivo de
epílogos en obras medievales en lengua alemana” (2016),“La traducción de
intencionalidades de la literatura medieval a una lengua moderna. Un
aspecto más para tener en cuenta” (2016), “¿Qué verbos se utilizaban para
‘traducir’ en alto alemán medio?” (2017), “Der Begriff
Festessen/Festmahl/Gastmahl/Bankett in altgermanischen und in
altspanischen Literaturtexten: eine transkulturelle Realität und seine Folgen”
(2018). En la actualidad es profesor del módulo “Traducción al español de
textos literarios alemanes”del Máster de Traducción Especializada del
Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Traducción (ISTRAD, Sevilla,
España)-Universidad Ateneum (Polonia).

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