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Relevancia Que Tienen para La Sociedad Guatemalteca

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Destacar la relevancia que tienen para la sociedad guatemalteca,

el Acuerdo sobre identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas

“Guatemala tiene la capacidad, así como la obligación de implementar una política efectiva de
derechos humanos, en compañía de otras organizaciones con el fin de erradicar la discriminación a
los pueblos indígenas”

Guatemala es una sociedad multiétnica, pluricultural y multilingüe, alrededor de la mitad de la


población de 12 millones de habitantes son pueblos indígenas Mayas, Xincas y Garífunas. En
varias regiones del país, especialmente en las zonas rurales, los pueblos indígenas constituyen la
mayoría de la población. La identidad nacional guatemalteca está basada en gran medida en las
culturas vivas de sus pueblos indígenas; con sus tradiciones, valores comunitarios, lenguas y
espiritualidad.

Pero lejos de ser socios plenos e iguales con el resto de los habitantes, los indígenas han sido
excluidos políticamente, discriminados culturalmente y marginados económicamente en la
sociedad nacional. Además de los indicadores de desarrollo humano y social que hablan de la
situación extremadamente difícil encarada por los Mayas, Xincas y Garífunas, éstos se enfrentan a
la discriminación racial y étnica cotidiana, que se manifiesta con actitudes de desprecio y rechazo
hacia los indígenas.

No es extraño que los medios de comunicación promuevan prejuicios en contra de diversos


aspectos de la cultura indígena, contra su espiritualidad y el uso de su lengua. Existe un panorama
generalizado de desventajas en el acceso a los beneficios del desarrollo y la participación política y
social.

La situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Guatemala tiene que ser
considerada en el marco de los Acuerdos de Paz de 1996 que pusieron fin a un conflicto armado
interno de más de 30 años de duración. Para implementarlos, el Gobierno ha tomado diversas
medidas que pese a constituir pasos significativos, resultan ser poco efectivas e insuficientes;
debido a la ausencia de recursos que les son asignados y de débil voluntad política para llevarlas a
cabo.

Uno de los problemas fundamentales que aquejan a los pueblos indígenas es el relativo derecho a
la tierra. La falta de acceso a la tierra, la falta de resolución de demandas agrarias, la falta de
respeto a los territorios tradicionales, tales como: los bosques comunales, los desplazamientos
forzados de pueblos indígenas resultado de proyectos de desarrollo económico, y problemas
derivados de la pérdida de sus tierras a raíz del conflicto armado, configuran un panorama de
crecientes tensiones sociales.

Particularmente precaria es la situación de las mujeres indígenas. La situación de los pueblos


indígenas en relación con el acceso a la justicia es otro tema preocupante. Si bien el Gobierno ha
tomado distintas medidas para extender el sistema de administración de justicia en todo el país,
especialmente en las zonas indígenas, la cobertura es aún insuficiente.
Algunos de los derechos de los pueblos indígenas
• El derecho de los pueblos indígenas a disfrutar y ejercer sin discriminación todos los derechos
humanos reconocidos en las normas internacionales, en una doble dimensión: como personas
individuales y como pueblos.
• El derecho de los pueblos indígenas a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas,
jurídicas, económicas, sociales y culturales, en ejercicio del derecho a la libre determinación,
manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente en la vida política, económica, social y
cultural del Estado.
• La obligación del Estado de mantener mecanismos eficaces para la prevención y el resarcimiento
de todo acto que constituya una violación o menoscabo a los derechos de los pueblos indígenas,
con un énfasis importante en la reparación, incluyendo casos de violación a los derechos
económicos, sociales y culturales de los pueblos indígenas.
• El reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a poseer, utilizar, desarrollar y controlar
las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma
utilizado o adquirido. Esto incluye la obligación de los Estados de no desarrollar actividades
militares en tierras o territorios indígenas sin previa consulta.
• La obligatoriedad de los Estados de consultar a los pueblos indígenas al tomar medidas
administrativas o legislativas susceptibles de afectarles.
• La protección especial a mujeres, ancianos, jóvenes, niños, niñas y personas indígenas con
discapacidad. Estas normas, según el artículo 43 de la Declaración de la ONU sobre los derechos
de los Pueblos Indígenas: “constituyen las normas mínimas para la supervivencia, la dignidad y el
bienestar de los pueblos indígenas del mundo”.

Los pueblos indígenas siempre han sufrido la discriminación y marginación social, es un problema
constante en Guatemala, todas estas situaciones hacen que la sociedad guatemalteca se estanque
y no pueda avanzar.

Guatemala siempre ha vivido de los recuerdos y la mentalidad que los cambios son solo sueños
inalcanzables, debido a las secuelas que dejo el conflicto armado, y la división social que produjo.

Acceso a la justicia
La Constitución Política de la República, establece en su artículo 66 que Guatemala está
conformada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia
Maya. El estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones,
formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos
que son respetados como forma del derecho consuetudinario.

En 1996 Guatemala ratificó el Convenio N.º 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre
los pueblos indígenas y tribales en países independientes, que de acuerdo al artículo 46 de la
Constitución prevalece sobre el derecho interno en la materia y así debería ser aplicado y
considerado por los operadores de justicia.

En los Acuerdos sobre el Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército y sobre Identidad y
Derechos de los Pueblos Indígenas, que forman parte de los Acuerdos de Paz, los centros de
administración de justicia y varios sistemas de conciliación y arbitraje. La Procuraduría de
Derechos Humanos cuenta con una Defensoría Indígena, un proyecto aún pequeño de atención a
los pueblos indígenas, al igual que el despacho del fiscal general de la Nación.

Pese a las medidas antes indicadas, persisten situaciones y problemas que dificultan el acceso a la
justicia por parte de los indígenas. Los juzgados se encuentran con frecuencia distantes de sus
comunidades, de tal manera que acudir a ellos resulta difícil y costoso. Los operadores de justicia
denominación que incluye jueces, auxiliares, fiscales, y miembros del Ministerio Público y de la
Policía Nacional Civil no han modificado sus criterios y comportamientos, que en general son
percibidos y señalados como contrarios a los intereses de los indígenas, cargados de prejuicios,
frecuentemente autoritarios, que desembocan en malos tratos e irrespeto y que no son exentos de
corrupción.

Los jueces y otros operadores de justicia (con muy contadas excepciones) no son hablantes de la
lengua indígena de la región en la que ejercen sus cargos, no tienen conocimiento de los usos y
costumbres de los pueblos indígenas, ni guardan el debido respeto a las autoridades indígenas.
Así mismo, se señala que no se ha respetado la independencia comunitaria en el nombramiento y
ejercicio de los jueces de paz comunitarios, y que algunas soluciones a nivel local, como los
centros de administración de justicia, no cuentan con el apoyo presupuestario indispensable.

Una gran limitación que afecta reiteradamente a los pueblos indígenas se refiere al uso de las
lenguas indígenas en procesos judiciales y otros procedimientos colaterales. No se permite litigar
en idioma indígena, aun cuando las partes sean hablantes del mismo. No se da cumplimiento a las
disposiciones que ordenan contar con un intérprete debidamente calificado y en la práctica no se
capacitan ni contratan suficientes intérpretes.

De lo anterior se derivan hechos que violan las normas del debido proceso en perjuicio de los
indígenas, quienes además no cuentan con una defensa adecuada, ante todo porque los pocos
defensores públicos que existen en las zonas indígenas carecen de capacitación.

Los dirigentes de las organizaciones entrevistadas atribuyen especial importancia al


reconocimiento y respeto de un sistema jurídico propio de los pueblos indígenas, que forma parte
de la cosmovisión Maya y está arraigado en la cultura de las comunidades.

Este derecho consuetudinario es sustancialmente distinto al derecho oficial. Ya que cuenta con un
conjunto de procedimientos culturalmente adecuados, es eficaz para resolver los conflictos y
restaurar el equilibrio social con el menor costo para las partes (víctimas y acusados) y tiene sus
propios operadores claramente identificados en el sistema de autoridades tradicionales indígenas.
Aunque este derecho consuetudinario es mencionado en la Constitución, el Convenio N.º 169 de la
OIT y el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas.

No es claramente reconocido ni respaldado en la legislación y en las instituciones; los jueces y


magistrados no lo conocen ni lo aplican y el ejercicio de esta función jurisdiccional por parte de las
autoridades tradicionales indígenas es frecuentemente penalizado como suplantación de autoridad
o desacato.

En conclusión, se ha informado a cerca del incumplimiento sistemático de los compromisos de


resarcimiento establecidos en los Acuerdos de Paz y señalados como parte del proceso de
esclarecimiento histórico; de la permanencia en la impunidad de una gran parte de las violaciones
de los derechos fundamentales ocurridas durante el conflicto armado interno y que afectaron a
numerosas personas y comunidades indígenas; y de la persistencia de hechos violentos que
afectan a los indígenas y sus comunidades, que estarían claramente asociados a un conflicto no
resuelto y a la permanencia de estructuras no formales de control y represión que no fueron
debidamente erradicadas.

El acceso a la justicia en nuestro país es una situación muy penosa y preocupante porque no
existen tribunales de justicia suficientes para otorgarle atención a toda la población indígena, otro
de los problemas que a diario se vive es la falta de personal capacitado para darle a las personas
indígenas una atención cordial. En los diferentes órganos jurisdiccionales se carece de intérpretes
capacitados que tengan conocimiento profundo sobre los diferentes idiomas indígenas que existen
en nuestro país. Actualmente cada órgano jurisdiccional solo cuenta con un intérprete que habla el
idioma indígena de determinado lugar, sin tomar en cuenta de que existen infinidad de personas
que llegan de todas partes para ser atendidos y que hablan idiomas diferentes.

Esto provoca problemas en cuanto a la atención adecuada que se le brinda a una persona
indígena y que vulnera sus derechos a ser escuchado.
Participación política de los indígenas
La estructura política de Guatemala desde la colonia y a lo largo de la vida republicana se
caracterizó por la exclusión de los pueblos indígenas de la participación en la vida ciudadana. Este
fenómeno implicó tradicionalmente la subordinación de las formas tradicionales de organización y
de ejercicio de la autoridad propias de las comunidades y pueblos (las alcaldías y cofradías
indígenas, por ejemplo); la tardía incorporación del derecho al sufragio; altas tasas de abstención
del electorado indígena que continúan hasta la actualidad; la baja participación de personas
indígenas en cargos de elección o en funciones públicas de responsabilidad, incluyendo los
mandos militares; y en general una baja incidencia de estos pueblos en la toma de decisiones
sobre la vida nacional.

Es preciso mencionar las altas tasas de personas en edad electoral no inscritas en el censo
electoral, la indocumentación de mujeres, refugiados y desplazados internos, lo que contribuye a la
baja participación electoral en el área rural. Estas condiciones se agravaron durante los años de
conflicto armado interno, entre otras razones por la aplicación de una estrategia de destrucción del
tejido social rural, la persecución de las autoridades tradicionales, la inducción de enfrentamientos
intercomunales e interétnicos, la formación y mantenimiento de grupos de control paramilitar (PAC
y Comisionados Militares); y otros efectos asociados al desplazamiento y posterior reasentamiento
de la población indígena.

Otros Acuerdos de Paz se comprometieron adicionalmente a reformar el régimen electoral, disolver


las PAC y reducir y replegar al ejército a sus funciones militares específicas. Lo mismo que para
otros asuntos contemplados en los Acuerdos de Paz, para el desarrollo de estos temas se creó la
Comisión bipartita sobre Reforma y Participación en Todos los Niveles, la cual trabajó en la
preparación de una amplia reforma constitucional. Sin embargo, las reformas electorales primero y
las reformas constitucionales en 1999 se resolvieron como una negociación entre los partidos
políticos, relativamente al margen de las propuestas de la Comisión bipartita y del movimiento
Maya en ellas representado.

La reforma constitucional no fue ratificada en la consulta popular. Las leyes de descentralización y


de (re)establecimiento de los comités de desarrollo que de alguna manera apuntan al
fortalecimiento de las estructuras de organización y ejercicio de autoridad en el nivel local, solo
tomaron en cuenta algunas de las propuestas de la Comisión bipartita.

Existen varios casos y conflictos que enfrentan a las autoridades tradicionales indígenas, alcaldías
indígenas, asambleas comunitarias con las autoridades nacionales o departamentales por varios
motivos, entre los que deben destacarse los relacionados con el control del acceso a los bienes
comunales (bosques y aguas principalmente), y la atención y resolución de conflictos locales. De
hecho, en ocasiones las autoridades del Estado actúan con el fin de hacer desaparecer o cooptar a
las autoridades indígenas.

Si bien el establecimiento de los comités de desarrollo es visto por algunos dirigentes


indígenas como una oportunidad para mejorar su incidencia en la toma de decisiones sobre
asuntos que les atañen directamente, en varios casos esta participación se ve reducida para los
indígenas por la falta de medios para hacerla efectiva (transporte, asistencia técnica, por ejemplo).

Algunas instituciones creadas con el propósito de facilitar la participación indígena, como la


Defensoría de la Mujer Indígena, el Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco (FODIGUA) y la
Academia de las Lenguas Mayas no gozan, de hecho, de la autonomía que les otorga la Ley ni
cuentan con recursos suficientes, entre otras cosas.
Destacar la relevación que tiene para la sociedad
guatemalteca, el acuerdo sobre identidad y derecho de los
pueblos indígenas.

El reconocimiento de la identidad de los pueblos indígenas es


fundamental para la construcción de la unidad nacional basada en el
respeto y ejercicio de los derechos políticos, culturales, económicos y
espirituales de todos los guatemaltecos.

La identidad de los pueblos es un conjunto de elementos que los definen


y, a su vez, los hacen reconocerse como tal. Tratándose de la identidad
maya, que ha demostrado una capacidad de resistencia secular a la
asimilación, son elementos fundamentales:

a) La descendencia directa de los antiguos mayas;

b) Idiomas que provienen de una raíz maya com

Una cosmovisión que se basa en la relación armónica de todos los


elementos del universo, en el que el ser humano es sólo un elemento
más, la tierra es la madre que da la vida, y el maíz es un signo sagrado,
eje de su cultura. Esta cosmovisión se ha transmitido de generación en
generación a través de la producción material y escrita por medio de la
tradición oral, en la que la mujer ha jugado un papel determinante;

Una cultura común basada en los principios y estructuras del


pensamiento maya, una filosofía, un legado de conocimientos científicos
y tecnológicos, una concepción artística y estética propia, una memoria
histórica colectiva propia, una organización comunitaria fundamentada
en la solidaridad y el respeto a sus semejantes, y una concepción de la
autoridad basada en valores éticos y morales; y

e) La autoidentificación.

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