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Hernández Asensio. Participación Comunitaria en La Gestión Patrimonial

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

¿De qué hablamos cuando hablamos


de participación comunitaria en
la gestión del patrimonio cultural?

Raúl H. Asensio*

E l objetivo de esta presentación es analizar y que considere correcto por encima o en oposición
a otros, sino poner sobre la mesa estas iniciativas,
discutir algunos temas relativos a la participación
ciudadana en el uso y gestión de los vestigios pre- que, como veremos, son muy diversas, y no siem-
hispánicos. Fundamentalmente, me centraré en pre coinciden en sus objetivos y resultados.
monumentos arqueológicos, aunque también me
referiré ocasionalmente a otros vestigios, como los ¿Por qué estamos aquí?
restos humanos. Mi exposición se centrará en el
repaso de una serie de experiencias y modalida- Lo primero que creo importante es preguntarnos
des de interacción entre los agentes patrimoniales por qué estamos aquí. ¿Por qué estamos hoy ha-
y otros actores sociales. Estas experiencias se refie- blando, en esta mesa, de participación comunita-
ren tanto al caso del Perú como a otros países. Lo ria en el uso y gestión de los restos arqueológicos
que espero al final de mi intervención es que uste- prehispánicos? Desde mi punto de vista, la impor-
des tengan un panorama amplio acerca de los de- tancia actual del tema se debe a una confluencia
bates que existen a nivel internacional en relación de factores, tanto internacionales como específi-
con este tema, sobre los dilemas que supone y las camente peruanos. Un primer asunto a conside-
soluciones que se han puesto en práctica. Mi in- rar es la importancia que la idea de participación
tención no es defender una doctrina o un modelo ciudadana ha adquirido en prácticamente todos
los ámbitos de las políticas públicas. Al igual que
* Historiador, Instituto de Estudios Peruanos. Esta presentación
fue preparada para la Semana del Qaphaq Ñam, organizada
hablamos de participación en el ámbito de cultu-
por el Ministerio de Cultura en Lima, el 7 de junio de 2013. ra, se habla en educación, en salud, en seguridad
Las apreciaciones del autor no son necesariamente comparti- ciudadana y en muchos otros campos. Esto es par-
das por el Ministerio de Cultura.

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

te de una corriente profunda de reforma de las han aumentado mucho en los últimos años en el
relaciones entre Estado y sociedad, que se percibe Perú, sobre todo por el crecimiento del turismo).
tanto en el Perú como en otros países de América En confluencia con esto, un tercer tema se refiere a
Latina. Se considera que la participación ciudada- la propia evolución de la disciplina arqueológica.
na no es solo un tema de eficacia de las políticas En este sentido, son dos los elementos a conside-
públicas, sino también un derecho: el derecho de rar. Por un lado, el auge de las corrientes pospro-
la población a participar de forma directa en la cesuales ha abierto el camino a enfoques críticos
toma de decisiones respecto a los temas que le y autorreflexivos sobre el papel de la arqueología.
incumben. Sobre los orígenes de esta forma de Por otro, existe una creciente presión sobre los ar-
pensar y su situación actual hay mucha literatura queólogos por mostrar que la arqueología cumple
en nuestro país, que incluye la potencialidad de una función social. Esta idea, la función social de
la participación ciudadana, sus desafíos, resulta- la arqueología, es algo que en el Perú está muy
dos y problemas. No voy a insistir en eso. Simple- asentado, pero que en otros países es más recien-
mente creo que es importante tener en mente esta te, y, como veremos, supone cambios importantes
doble dimensión de la participación: como derecho en los últimos años que afectan a la gestión de los
y como recurso para hacer las cosas mejor, porque restos arqueológicos.
también vamos a verlo más adelante, cuando anali-
cemos casos concretos de participación en la gestión Estos son temas de alcance general. Ahora bien,
y salvaguarda de los monumentos prehispánicos. en el Perú todos estos cambios se dan de una
manera particular, que tiene que ver con la his-
Un segundo factor se refiere a lo que podríamos toria de la arqueología en el país. En concreto,
llamar el problema del patrimonio. Esto tiene que podemos hablar de dos momentos. Desde aproxi-
ver con el acelerado proceso de patrimonializa- madamente 1910 asistimos a la consolidación
ción al que asistimos en los últimos años. A me- de una alianza entre Estado y arqueólogos, cuyo
dida que las cosas cambian y tenemos la percep- resultado es los que podríamos llamar un “pacto
ción de que un mundo se está desvaneciendo ante patrimonialista” basado en dos principios: el mo-
nuestros ojos, se consolida una tendencia defensi- nopolio del Estado en la propiedad y uso de los
va, que busca preservar mediante la patrimoniali- monumentos prehispánicos y el monopolio de los
zación un número cada vez mayor de cosas. Hay arqueólogos, convertidos en agentes estatales, so-
más sitios arqueológicos declarados patrimonio y bre la manipulación e interpretación de los restos
hay también más categorías patrimoniales dife- prehispánicos. La síntesis de estos dos principios
rentes: las expresiones inmateriales, los paisajes, se debe a Tello, que es quien realmente pone en
los productos bioculturales, etc. Esto supone un marcha el actual modelo patrimonialista peruano,
desafío desde el punto de vista conceptual, pero promoviendo las primeras leyes en este campo,
también desde el punto de vista práctico. Es nece- en su condición de congresista, y modelando el
sario idear mecanismos para gestionar todos estos papel de los arqueólogos como funcionarios al
nuevos patrimonios y que puedan ser protegidos servicio del Estado.
de manera eficiente. Los recursos estatales destina-
dos a estos fines son insuficientes porque los nue- El resultado de esta alianza es que Estado y ar-
vos patrimonios crecen más deprisa que los fondos queólogos se convierten en agentes patrimonia-
disponibles para su gestión (aunque estos fondos listas. Los restos prehispánicos pasan a ser vistos

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

como “patrimonio”, y, por lo tanto, se convierten hacen que los arqueólogos se sientan menos seguros
en bienes intangibles, propiedad del Estado. Un en su relación con los monumentos prehispáni-
elemento clave de esta estrategia es la deslegiti- cos. Finalmente, hay cambios y grietas en el pacto
mización del vínculo entre las poblaciones loca- patrimonialista peruano, que implican una mayor
les y los monumentos prehispánicos, que pasa a apertura hacia los derechos de las poblaciones loca-
ser considerado casi exclusivamente como “hua- les sobre los restos arqueológicos, tanto monumen-
queo”. Cualquier tipo de intervenciones o uso de tales como no monumentales. El resultado de todo
los restos prehispánicos no tamizado por el Esta- esto es una explosión de iniciativas basadas en la
do y los arqueólogos-funcionarios se considera no idea de “participación” y, en el caso peruano, espe-
solo un delito, sino también, en el plano moral, cíficamente referidas a “participación comunitaria”.


un atentado contra la nación.

Este discurso es hegemónico durante muchos


años. Por supuesto, el Estado no siempre consigue Por un lado, comienza a recono-
en la práctica cumplir su objetivo de monopoli-
cerse la existencia de una diver-
zar los monumentos prehispánicos. Pero el pacto
patrimonial sí es hegemónico a nivel legal y de sidad de intereses legítimos en


discursos. Sin embargo, esto empieza a cambiar torno a los monumentos prehis-
hacia finales de los años noventa. Desde ese mo-
pánicos, que van más allá de los
mento encontramos grietas en el paradigma pa-
trimonialista peruano, que aparecen por varios agentes patrimonializadores (ar-
flancos. Por un lado, comienza a reconocerse la queólogos y Estado).
existencia de una diversidad de intereses legítimos
en torno a los monumentos prehispánicos, que
van más allá de los agentes patrimonializadores Los agentes patrimonializadores comienzan a pre-
(arqueólogos y Estado). En paralelo, también se guntarse cómo se debe involucrar a la población
observa un mayor reconocimiento de la diversi- en la gestión y puesta en valor de los monumentos
dad de formas de relacionarse con el patrimonio. arqueológicos. Este énfasis puede ser visto como
Ya no toda relación entre población y patrimonio un intento de reelaborar el pacto patrimonialista,
es vista como huaqueo. Este es el punto de parti- que ahora tendría un tercer componente, junto a
da de los enfoques neopatrimoniales que analiza- arqueólogos y Estado: la propia población. Este es
remos a continuación el punto de partida, pero en la práctica “partici-
pación” no siempre quiere decir lo mismo. Existen
Un enfoque neopatrimonial: la participación diferentes modalidades de participación de la po-
utilitaria blación en la gestión y puesta en valor de los restos
prehispánicos. Todas estas modalidades parten de
Tenemos, entonces, cambios en las políticas públi- reconocer ciertos derechos a las poblaciones loca-
cas que presionan hacia un mayor involucramien- les, pero, como veremos a continuación, estos dere-
to de la población en el desarrollo de actividades chos que se reconocen no siempre son los mismos.
que antes se consideraban exclusivas del Estado. Hay Tampoco son iguales los trasfondos ideológicos que
cambios también en la disciplina arqueológica, que están detrás de estas modalidades de participación.

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

Una primera modalidad de involucramiento de la cultural: artesanía, servicios gastronómicos, revita-


población en la salvaguarda del patrimonio es lo lización de servicios mágico-religiosos asociados a
que podríamos llamar “participación utilitaria”, las huacas o a los restos arqueológicos, etc.
basada en dos ideas que reflejan los cambios ocu-
rridos en los últimos años. Por un lado, los agen- Este tipo de iniciativas funcionan cuando ambas
tes patrimoniales reconocen que la participación partes consiguen beneficios. Cuando los agentes
de la población es un factor clave para que los patrimoniales logran cumplir sus objetivos, ya
proyectos de salvaguarda o puesta en valor fun- sean científicos, de investigación o de salvaguarda
cionen. Por otro lado, reconocen también que la y protección del patrimonio, y también cuando
población tiene derecho a disfrutar y beneficiarse la población obtiene provecho. Implican, por lo
directamente de la puesta en valor del patrimo- tanto, procesos de negociación en los que ambas
nio. Es en este doble sentido que podemos hablar partes se reconocen como poseedores de dere-
de una participación utilitaria: porque es positiva chos sobre los beneficios derivados de la puesta
para los objetivos de los agentes patrimonializa- en valor del patrimonio.
dores y porque es beneficiosa también para los
objetivos de la población. El Perú es uno de los países que más ha avanzado
en este tipo de participación comunitaria vinculada
Desde el punto de vista de los agentes patrimo- al patrimonio arqueológico. En los últimos años,
nializadores, los beneficios del involucramiento encontramos una gran diversidad de proyectos
de la población pueden ser muy diversos, pues que, de una u otra manera, consideran la participa-
puede favorecer la conservación de los monu- ción de la población como un factor clave para la
mentos, al servir como escudo o como alerta tem- gestión del patrimonio. Tenemos museos comuni-
prana frente a depredaciones, desconocimiento o tarios, proyectos de turismo, proyectos educativos
falta de sensibilidad. También puede aportar en o proyectos de protección del patrimonio. Estas ini-
el propio trabajo arqueológico y ayudar a ubicar ciativas tienen esquemas institucionales distintos.
nuevos restos, proponer vías novedosas para su En algunos casos, son promovidas directamente
interpretación o colaborar como mano de obra en por el Estado o por los arqueólogos a cargo de un
las tareas de conservación mediante faenas. monumento arqueológico. Otras veces son iniciati-
va de ONG vinculadas a proyectos de desarrollo o,
Desde el lado de la población, los beneficios tam- con menos frecuencia, de la propia población.
bién pueden ser muy diversos. Por un lado, puede
haber beneficios intangibles, centrados en la edu- También tienen niveles de éxito diferentes, que
cación, el incremento de la autoestima y el sentido dependen de la manera en que fueron diseña-
de pertenencia. El conocimiento del pasado puede dos, de cuán realistas fueron los diagnósticos y los
contribuir a valorar las localidades en donde vive, objetivos, de la manera en que se repartieron los
a valorar su identidad y a preservar sus tradiciones. beneficios, etc. Una de las cosas buenas del auge
Por otro lado, el involucramiento en los proyectos de la puesta en valor en los últimos años es que
de puesta en valor también puede suponer benefi- ahora contamos con un buen número de trabajos
cios económicos directos o indirectos, mediante la que estudian estos temas y que nos permiten ha-
generación de bienes y servicios relacionados con el cer análisis basados en casos reales y empíricos de
patrimonio arqueológico, enfocados en el turismo puesta en valor.

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

Otro enfoque neopatrimonial: la cogestión tos humanos desenterrados sean posteriormente


reenterrados de acuerdo a los mismos rituales con
Ahora bien, esta participación utilitaria no es la que fueron inicialmente inhumados, o, en caso de
única manera de entender el involucramiento no ser posible, de acuerdo a los rituales estableci-
de la población en la gestión de los monumen- dos por sus descendientes culturales reconocidos
tos prehispánicos. Una segunda modalidad es lo (no necesariamente descendientes biológicos).
que podemos llamar “cogestión del patrimonio
arqueológico”. Se trata también de un enfoque Estas normas suponen un cambio radical en el
neopatrimonial, es decir, de un intento de reela- balance de poder relativo a los restos arqueológi-
borar el pacto patrimonialista dando cabida a la cos. Estos vestigios ya no son interpretados como
población. Pero, a diferencia del caso anterior, no propiedad del Estado (aunque en Estados Unidos
solo se reconoce el derecho de la población a be- nunca se avanzó tanto en esta línea como en el
neficiarse de la puesta en valor, sino que se va más Perú), sino como propiedad de los descendientes
allá y se reconoce también el derecho a decidir de los antiguos pobladores americanos. Por su-
sobre la pertinencia de esta puesta en valor. puesto que implica desafíos importantes, como
definir quiénes son estos descendientes y cómo
Esta modalidad de participación parte de asumir deben tomarse las decisiones al respecto dentro
la multivocalidad en los procesos de toma decisio- de cada comunidad étnica reconocida como des-
nes en torno a los restos arqueológicos. Supone cendiente. También supone un enorme desafío
entender que la intervención de los agentes pa- logístico. Una de las disposiciones más complejas
trimonializadores tiene límites, y que estos límites de la Nagpra es la obligación de repatriar los res-
deben ser negociados con otros actores sociales, tos humanos pertenecientes a los pueblos indíge-
fundamentalmente con la población. El punto cla- nas que se encuentran en museos, universidades
ve, que hace la diferencia con el enfoque anterior y otros repositorios cuando sean reclamados por
de participación utilitaria, es que la cogestión su- sus descendientes culturales reconocidos. Esta dis-
pone involucrar a la población no solo en el cómo posición ha ocasionado un número importante de
de la puesta en valor, sino también en el qué. La conflictos, algunos de ellos con importante reper-
población debe tener el derecho de decidir sobre cusión pública. Pero también ha abierto el campo
qué es patrimonializable y qué no. Donde más se a importantes avances en el conocimiento históri-
ha avanzado en esta línea es en los países anglo- co gracias al uso de nuevas tecnologías para inda-
sajones. El principal referente es la “Ley de pro- gar sobre el origen de estos restos humanos. Para
tección de enterramientos y repatriación de restos ello la Nagpra establece dos bases de datos de
arqueológicos” (Nagpra, por las siglas del nom- uso público, que se refieren a los restos humanos
bre de la ley en inglés), aprobada en 1990 en los que han podido ser asignados a un origen étnico-
Estados Unidos. Esta norma establece el derecho cultural concretos y pueden ser repatriados, y a
de las poblaciones indígenas a decidir sobre los los restos que no han podidos ser asignados.
restos arqueológicos que se encuentran dentro de
sus territorios. Los agentes patrimoniales no pue- En el caso del Perú, este tipo de experiencias de co-
den intervenir sobre estos vestigios sin una auto- gestión son mucho más limitadas, ya que no exis-
rización explícita y sumamente regulada. La ley ten dispositivos legales equivalentes a la Nagpra o
establece, además, la obligación de que los res- a leyes similares de otros países anglosajones. En

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

todo caso, sí tenemos algunos ejemplos, todavía de los restos prehispánicos. Se trata de un tipo de
incipientes, del tipo de conflictos asociados a tra- problemas que ya no tiene que ver con los bene-
tamiento de los restos humanos de las poblaciones ficios directos, sino con su valor simbólico y su
prehispánicas. Quizás el más explícito es el caso significado para los diferentes actores sociales. Va-
de la Señora de Cao, en Magdalena de Cao. En mos a ver más de esto a continuación.
este caso, encontramos un proceso de negociación
entre la pretensión de los agentes patrimoniales El enfoque pospatrimonial
de convertir los restos de la dama en la pieza cen-
tral del nuevo museo del sitio, inaugurado el año Estos son ejemplos de gestión compartida del pa-
2009, y ciertas resistencias locales, por lo que se trimonio. Tanto la participación utilitaria como la
considera un trato indigno y una sobreexposición cogestión se encuadran dentro del paradigma pa-
de los restos durante la etapa inicial de difusión trimonialista. Son intentos de renovar el pacto pa-
del hallazgo. El resultado es que en la actualidad trimonial, dando cabida a los derechos de la po-
la Señora de Cao se muestra al público de manera blación. En el primer caso, se trata de reconocer a
indirecta, mediante un juego de espejos y cubier- la población el derecho a beneficiarse de manera
ta por un tul traslúcido. Lo que el visitante ve no directa de los resultados de la patrimonialización.
son los restos, sino su reflejo difuminado, con un En el segundo, el asunto es reconocer a la pobla-
efecto similar al que se produce en las fotogra- ción el derecho de decidir cómo y qué se debe
fías de los periódicos cuando se quiere proteger la patrimonializar. Sin embargo, en los últimos años
identidad de los retratados. encontramos también una modalidad de partici-
pación que va más allá de esto, y que podríamos
El caso de Cao es diferente a los promovidos por denominar pospatrimonial, ya que no pretende
la ley Nagpra, ya que la presión que lleva a esta renovar el pacto patrimonial, sino transcenderlo.
solución de compromiso no proviene de un gru-
po étnico-cultural que se considera descendien- El punto de partida de este enfoque pospratri-
te, sino de las élites culturales regionales y de la monial no es rechazar la idea de patrimonio, sino
propia percepción del equipo arqueológico y de relativizar la importancia de esta categoría y des-
los diseñadores de la muestra. Sin embargo, es pojarla de su capacidad para definir por completo
ilustrativo por dos razones que creo importante a un objeto o monumento arqueológico. Se consi-
señalar. Primero, muestra que existe una circula- dera que el carácter patrimonial es solo un aspec-
ción internacional de ideas respecto a lo que es to de la vida social de los objetos. Los objetos son
correcto e incorrecto en el tratamiento de los res- patrimonio y son otras cosas al mismo tiempo. Ya
tos arqueológicos. Estas ideas se trasladan de un no se trata solo de multivocalidad (decidir entre
país a otro, y son asumidas por diferentes actores. todos), sino de pluralidad de significados simul-
Pueden ser reapropiadas por actores distintos de táneos, siendo todos ellos igual de importantes
los que las promovieron inicialmente y significar y teniendo los mismos derechos de propiedad y
cosas diferentes en cada contexto. En este sentido, uso. Esta idea supone un desafío para el paradig-
es muy probable que en los próximos años vea- ma patrimonialista tradicional mucho mayor que
mos crecer su influencia en el Perú. En segundo las dos modalidades anteriores de participación,
lugar, este caso muestra lo que podríamos llamar ya que implica quebrar la línea roja que está en
problemas “de segunda generación” en la gestión la base del enfoque patrimonialista tradicional:

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

el tabú de la intangibilidad de los monumentos no es algo cerrado. Su significado continúa cons-


arqueológicos. Estos monumentos dejan de ser truyéndose en la actualidad, y las nuevas funcio-
considerados un elemento inalterable, cuya pre- nes son tan válidas y tan “reales” como las que
servación es un objetivo superior. Por el contrario, pudieron tener en la época prehispánica. Con ello
se reconocería el derecho de las poblaciones a ha- los arqueólogos pierden su condición privilegiada
cer uso de ellos (o de otros objetos arqueológi- de intérpretes de los monumentos. La suya es una
cos) aun cuando esto suponga alteraciones físicas, interpretación entre otras, igual de válida que las
resultado de su uso social, o en casos extremos demás. Por otro lado, es también un reto legal, ya


inclusos su deterioro o destrucción. que supone asumir la existencia de diferentes de-
rechos de propiedad y uso sobre los monumentos
y objetos arqueológicos. Esto es algo para lo que
claramente no está preparado el actual ordena-
Este tipo de uso social no patri-
miento legal peruano, derivado del enfoque patri-
monial de los restos prehispáni- monialista tradicional, que reserva el monopolio
cos puede sonar extraño en nues- de esta propiedad al Estado.


tro contexto. Sin embargo, todos
Sobre el terreno, a nivel internacional, existen dos
los arqueólogos que trabajan en grupos de experiencias pospatrimoniales de par-
campo saben que en la práctica ticipación en la gestión de sitios arqueológicos.
se dan, ya sea de manera abierta El primero engloba las experiencias centradas en
grupos indígenas que se consideran de manera
o de manera clandestina.
directa descendientes de los constructores de los
monumentos arqueológicos y presentan sus acti-
El enfoque pospatrimonial implica que la nego- vidades como una continuación de las funciones
ciación presente en todas las modalidades de originales para las que estos monumentos fue-
participación es aún más intensa y delicada. Los ron construidos. Un ejemplo lo encontramos en
agentes patrimoniales están obligados a nego- Guatemala, en monumentos como Tikal. Lo que
ciar con otros actores sociales acuerdos de uso hallamos en este caso es una reapropiación por
compartido mediante reglas de entendimiento. parte de los pueblos indígenas de un monumento
La interacción con los monumentos y objetos arqueológico para un uso social diferente de su
arqueológicos ya no es asumida de una manera función patrimonial. Las pirámides mayas son en
contemplativa o pasiva, sino como una interac- la actualidad el escenario de rituales religiosos por
ción activa y transformadora. Este uso social pue- parte de estas poblaciones. Es importante señalar
de suponer transformaciones no solo simbólicas, que estas ceremonias no son comparables a las
sino también físicas en los monumentos o en los fiestas o celebraciones que se han hecho populares
objetos arqueológicos. en los últimos años en los monumentos arqueo-
lógicos peruanos. Tienen dos diferencias que los
Para la visión patrimonialista peruana esto supone convierten en algo completamente distinto. Por
un reto múltiple. Por una parte, implica un desa- un lado, son rituales netamente indígenas, que se
fío epistemológico, ya que involucra asumir que realizan sin la presencia de agentes patrimoniales,
el significado de los monumentos prehispánicos arqueólogos o funcionarios que los supervisen.

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

Por otro lado, implican asumir por parte de estos como en el caso de Stonehenge, el famoso monu-
agentes patrimoniales cambios en los monumen- mento megalítico inglés. Este es uno de los casos
tos (degradaciones derivadas del uso del fuego más emblemáticos de uso pospatrimonial, prime-
sobre la piedra, por ejemplo). Estas actividades ro, por las dimensiones que tiene, ya que se trata
están amparadas por normas que reconocen el de celebraciones que pueden reunir a decenas de
derecho de los pueblos indígenas al uso social de miles de personas y, segundo, porque es el que
determinados restos arqueológicos. Pero, más allá de una manera más clara ha permitido avanzar en
de esto, lo que realmente hace que funcionen son las dificultades y conflictos que supone asumir el
los acuerdos ad hoc que se establecen en cada enfoque pospatrimonial. Es aquí, en Stonehenge,
caso concreto entre los agentes patrimoniales y los donde surgen los primeros acuerdos de uso com-
otros actores a quienes se reconoce derechos de partido entre los agentes patrimoniales y otros
propiedad y uso de los restos arqueológicos. Estos actores. Es aquí también donde surge la noción
acuerdos son distintos en cada caso. En ocasiones de “usos locales informados”, que se refiere al
supone acotar zonas para los usos no patrimonia- derecho de determinados grupos de dar un uso
les. En otros casos se negocia sobre las prácticas social a los monumentos, no basado en la idea de
permitidas y no permitidas. Pero siempre parten descendencia directa, sino en el entendimiento de
de asumir que la intangibilidad ya no es un bien que estos monumentos se encuentran vinculados
supremo, por encima de los derechos de uso, y a sus creencias o prácticas, y que estas tiene un
que los restos pueden sufrir cambios o incluso de- arraigo social contemporáneo.
terioro como resultado de su uso social.
Este tipo de uso social no patrimonial de los res-
En América Latina, casi todos los casos de par- tos prehispánicos puede sonar extraño en nuestro
ticipación pospatrimonial se refieren a pobla- contexto. Sin embargo, todos los arqueólogos que
ciones indígenas. Sin embargo, en otros lugares trabajan en campo saben que en la práctica se
existen experiencias muy diferentes, que implican dan, ya sea de manera abierta o de manera clan-
a otros actores. En el caso de los países del nor- destina. Un ejemplo son los rituales de curande-
te de Europa y en menor medida en los Estados rismo de la costa norte, que muchas veces usan las
Unidos y Canadá, encontramos en los últimos huacas como escenario. El tema es que en el Perú,
años una tendencia muy fuerte a un uso social por un lado, estas prácticas no se conceptualizan
de los monumentos arqueológicos por parte de como tales usos no patrimoniales de los restos ar-
lo que se denominan “grupos neoindígenas”, es queólogos, y, por otro, aún no están sustentadas
decir, colectivos que tratan de revivir las creen- en un discurso fuerte de reivindicación de dere-
cias ancestrales europeas y dotarlas de un nuevo chos, como sí ocurre con los indígenas guatemal-
sentido para el mundo actual. Estos grupos inclu- tecos o con los grupos neoindígenas europeos.
yen movimientos neopaganos, vinculados con las
antiguas religiones germánicas y nórdicas, neocel- Conclusiones
tas, wiccanos (basados en los rituales de brujería
medieval) o grupos posfeministas de adoradores En conclusión, lo que he querido mostrar es que
de la diosa madre. Lo interesante es que su ex- la participación de la población en la gestión y
tensión ha llevado en los últimos años a procesos uso de los monumentos arqueológicos es un tema
de reapropiación de monumentos muy intensos, complejo, con muchos matices. En todos los casos

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ARGUMENTOS PATRIMONIO HISTÓRICO Y POLÍTICAS CULTURALES

se parte de un reconocimiento de los derechos de reclamos igualmente atendibles, y que también


la población sobre estos monumentos, pero entre deben ser considerados en los procesos de toma
los enfoques neopatrimoniales y pospatrimonia- de decisiones. La idea de participación comunita-
les hay diferencias importantes, que se refieren a ria es solo una faceta, muy importante, pero solo
qué derechos se reconoce y a quién. una de estos dilemas.

Mi conclusión es que requerimos hablar de estas De alguna manera todo esto nos encara ante el
cosas. Es necesario profundizar un debate sin ta- final, o al menos la redefinición profunda, del
búes sobre la participación de diferentes actores paradigma patrimonialista encarnado por Tello.
en la gestión de los monumentos arqueológicos. Podemos apostar por soluciones neopatrimonales
Debemos analizar qué supone esta participación (es decir, manteniendo la idea de la intangibilidad
y hasta dónde estamos dispuestos a llegar en el como bien supremo) o por soluciones pospatri-
reconocimiento de los derechos de uso social. Este moniales (renunciando al principio de intangibili-
debate debe implicar a los agentes patrimoniales dad como bien supremo). Este es un tema abierto
tradicionales (arqueólogos y Estado), pero tam- a debate, pero debemos asumir que existen for-
bién a otros actores, con reclamos legítimos sobre mas muy diferentes de participación asociadas al
la propiedad y uso de estos monumentos. patrimonio, y que el tiempo del monopolio del
Estado y los arqueólogos ya pasó.
Para lograr este diálogo hay que partir de recono-
cer la trama de tensiones que hay detrás del uso
(patrimonial o no) de los monumentos arqueoló- Este artículo debe citarse de la siguiente manera:
gicos. Asimismo, hemos visto en esta presentación
Asensio, Raúl H. “¿De qué hablamos cuando habla-
la necesidad de ir más allá de las ideas de “de-
mos de participación comunitaria en la gestión del
rechos indígenas” y “participación comunitaria”.
patrimonio cultural?”. En Revista Argumentos, año
Por supuesto, los derechos de propiedad y uso de
7, n.° 3. Julio 2013. Disponible en http://www.revis-
los pueblos indígenas deben ser reconocidos, pero
targumentos.org.pe/participacion_patrimonio.html
es importante considerar también que existen
ISSN 2076-7722
otros grupos sociales contemporáneos que tienen

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