ANÁLISIS Y REFLEXIÓN SOBRE EL PENSAMIENTO EDUCATIVO QUE SUSTENTA LA
EDUCACIÓN BOLIVARIANA EN VENEZUELA.
A partir del año 2002, el Sistema Educativo venezolano ha estado signado por
políticas contempladas en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007
y el Plan estratégico Simón Bolívar 2007-2013, con la finalidad de asegurar la inclusión,
permanencia, prosecución y culminación de todos; así de esta manera ir aumentando la
cobertura y dar apertura a un proceso curricular que implique el transitar hacia una educación
emancipadora y dignificante; enmarcada dentro de los principios constitucionales (Ob. cit.).
En el mismo orden de ideas, el Modelo Educativo Bolivariano concibe a la escuela
como una institución socializadora, al ser humano como unidad integral y está centrado en
principios como: Reconocimiento y respeto a la diversidad, constante revisión para ajustes a
realidades, participación de todos, equidad, formación de un ser humano social, espiritual y
formación en, por y para el trabajo. Además, la interculturalidad conforma uno de los ejes
para la integración de los saberes y para fomentar valores, actitudes, virtudes y se
fundamenta en cuatro pilares; aprender a crear, aprender a convivir y participar, aprender a
valorar y aprender a reflexionar (Ministerio Popular para la Educación, 2007b).
Ahora bien, para Simón Bolívar, quien fue discípulo de Simón Rodriguez; surgió la
idea junto con otros hombres de lucha del estudio de la evolución del pensamiento educativo
venezolano y sobre la base de este sistema se inserta el proyecto de país basado en la
educación popular; plasmado en el documento del discurso de Angostura en 1819, el cual
recoge la idea de formar republicanos con alto sentido moral y del conocimiento. Las ideas
pedagógicas, desde la perspectiva de Luis Beltran Prieto Figueroa, en el proyecto de la
Ley Orgánica de Educación de 1948, se resumen algunos aspectos como: una educación
masificada en contraposición a la tradicional educación de castas, el estado docente y la
formación del magisterio, la preparación técnica de los jóvenes en el área de producción, la
formación del hombre moral e intelectual, es decir formación integral; Figueroa, apunto como
urgencia, una escuela renovada y renovadora, donde se fuera más humano y realista, donde
se tuviera un gran interés en la resolución de los problemas que pudiera enfrentar la
comunidad. Actualmente, siguen vigentes dichas propuestas educativas de Figueroa y sus
postulados resultan incuestionables para el mejoramiento del país, en relación a la praxis
educativa a parir del trabajo con la comunidad, la escuela productiva y el papel del docente
en la formación de la conciencia histórica de nuestro país y es a través de él que se
promueve una educación humanista que parte desde la familia como bastión fundamental de
la sociedad y que desde la escuela se va desplazando hasta la comunidad con alto sentido
renovador y productivo para responder a las necesidades colectivas
Por su parte, Gramsci afirma que la educación tradicional gira en torno al trabajo
porque busca transmitir conocimientos para responder al desarrollo productivo y cultural de la
sociedad. Sin embargo, a través del concepto "principio de educación", nuestro autor intenta
construir otra forma de articular escuela, educación y trabajo: la relación pedagógica debe
ser universal, debe surgir en toda la sociedad y en cada individuo en relación con los demás.
El principio educativo, buscado por Gramsci, tiende a proporcionar un equilibrio entre la
escuela y la vida, entre el orden social y el orden natural, porque el concepto de equilibrio
entre: “el orden social y el orden natural sobre el fundamento del trabajo, de la actividad
teórico-práctica del hombre, crea los primeros elementos de una intuición del mundo,
liberada de toda magia y brujería, y da motivo para el desarrollo ulterior de una concepción
histórica, dialéctica, del mundo [...]” (Gramsci, 1975a, p. 374).
Vale la pena señalar que en el desarrollo y aplicación de la filosofía práctica como
método intelectual crítico, el resultado deseado fue brevemente pedagógico, formal: crear
autorreflexión, autocontrol. , un sujeto egocéntrico y plenamente social. Este sujeto histórico
se configuraría como un resultado contingente de la tendencia histórica y la lucha de fuerzas
sociales activas en conflicto; “enseñamos a pensar con las cosas”; en este sentido, sustenta
el conocimiento práctico y afirma en su caracterización los siguientes elementos:
• Se llega al conocimiento de nociones y conceptos científicos a partir de la observación
directa de algo concreto.
• Todo lo aprendido tiene utilidad para la vida cotidiana, de allí que la enseñanza debe ser
activa y participativa.
• Debe enseñarse a aprender para seguir aprendiendo.
• Explicar la utilidad de lo aprendido para la vida cotidiana y económica.
La educación integral es un método pedagógico para desarrollar la totalidad de la
personalidad de los y las estudiantes y comprende: la naturaleza del ser vivo, el ambiente
natural, el modelo económico, humano y social a que se aspira como pueblo, como
ciudadano y ciudadana, como país, como sociedad mundial; de allí que la educación integral
concibe al estudiante como el centro y objeto del hecho pedagógico.
Por otra parte, Belén Sanjuán consideraba como fundamentales la solidaridad, el
trabajo, la cooperación, el respeto mutuo, la cortesía, la justicia, la democracia, la paz, la
amistad en la que el binomio dialéctico familia y escuela se conjuga para lograrlos.
Tal como lo expresaba la maestra, se trata de aprender aprendiendo y aprender haciendo.
“Los valores no son meros recetarios de cocinas o fórmulas químicas, sino que de tanto
ejecutarlos, practicarlos todos en comunidad forman parte del comportamiento diario…”.
“No hay educación liberadora sin superar la división social del trabajo. El currículum
fragmentado, los métodos memorísticos, la evaluación punitiva no son autónomos. La
enajenación del trabajo se reproduce en la escuela”, asegura Carlos Lanz Rodríguez,
especialista en Educación Básica y Superior del Ministerio de Educación de Venezuela. En
su paso por Buenos Aires participó de las jornadas sobre movimientos pedagógicos
emancipadores en América latina, que organizó el Centro Cultural de la Cooperación (ver
recuadro). Con un proyecto colectivo de movimientos sociales y con la sanción de la Ley
Orgánica de Educación (LOE), en 2009, el gobierno de Hugo Chávez puso en marcha la
transformación de la escuela tradicional: propone una educación reflexiva, con procesos
integrales, sin evaluación punitiva, con prácticas comunitarias y una fuerte identidad cultural.
“Estoy convencido de que el cambio educativo no se decreta ni se da por un accionar
administrativo del ministerio. Es un proceso complejo de confrontación, de lucha ideológica”
Esto permitió fortalecer los aspectos propositivos del proyecto educativo nacional. La
especialidad de nuestra escuela es la falta de pertenencia sociocultural en el aprendizaje, la
diferencia entre escuela y comunidad, la literatura, la preparación pedagógica fea y repetitiva.
A partir del movimiento pedagógico revolucionario, siempre nos encontramos con un enfoque
tradicional de la pedagogía, que muchas veces se basa en la memorización, la repetición, la
repetición de contenidos extraños o ajenos a los procesos emancipadores. Nos inspiramos
en corrientes pedagógicas críticas con aportes muy diversos, como la línea de Simón
Rodríguez (educador venezolano que fue maestro de Simón Bolívar), de tomar una actitud
crítica ante el currículum tecnocrático en todas sus manifestaciones. El modelo de escuela
que quieren consolidar, tiene que estar vinculada con la vida, con la libertad, el juego, la
naturaleza, el trabajo, los principios fundamentales de la pedagogía rodrigueana. Con un
currículum integral, abierto, contextual, flexible y con una formación docente distinta a la del
enfoque tradicional de la pedagogía repetidora, memorística o transmisora. Hablamos de
aula libre, abierta, sin fronteras. Hay que quitarle la cerca a la escuela e integrarla a la
práctica comunitaria. Nosotros entendemos la escuela como el centro del quehacer
comunitario.
La educación liberadora necesita un docente investigador, reflexivo, crítico, con
compromiso socio-político. Esto nos conduce a plantear reformas en los centros de
formación y la capacitación del docente en ejercicio. La escuela también tenía que pasar por
un proceso nuevo de gerencia, de gestión, basado en una integración con la comunidad y de
participación. Las didácticas y estrategias metodológicas también fueron replanteadas en
profundidad, donde se propone una didáctica investigativa: el niño a través de sus recursos
mediado por el docente descubre conocimientos, los afianza y hay un placer de realización
personal; donde la evaluación es cualitativa y toma en cuenta globalmente todos los
procesos de aprendizaje.
Por: Josmary Fuenmayor
C.I.: 16.020.508
Bailadores, junio de 2024
PNF: inglés