TEMA 4: LA EFICACIA DE LA EVANGELIZACIÓN (JUAN 4:39)
Jesús mostró a los creyentes la manera eficaz de evangelizar, y podemos tomar como
ejemplo Su experiencia con la mujer Samaritana (Juan 4:1-42).
1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza
más discípulos que Juan 2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), 3 salió de
Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4 Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada
Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al
pozo. Era como la hora sexta.
7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy
mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame
de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues,
tienes el agua viva?
12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron
él, sus hijos y sus ganados?
13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a
sacarla.
16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo
marido;
18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho
con verdad.
19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar
donde se debe adorar.
21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén
adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la
salvación viene de los judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos
declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin
embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?
30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su
obra.
35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:
Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra
goce juntamente con el que siega.
37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis
entrado en sus labores.
39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la
mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó
allí dos días.
41 Y creyeron muchos más por la palabra de él,
42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos
hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
En aquella época las riñas y los resentimientos que existían entre judíos y samaritanos eran
muy fuertes. Los judíos veían a los samaritanos como impuros, por la mezcla que éstos
habían tenido con los babilónicos, y por ello, no transitaban por sus ciudades, ni les daban
el saludo. Mas el Señor Jesucristo decidió hacer lo que ningún otro judío se había atrevido:
atravesar la ciudad de Samaria, enseñándonos que el valor de un alma está por encima de
todo prejuicio racial o social. Pablo dijo: (Efesios 2:14b).
derribando la pared intermedia de separación,
En otra ocasión, el Señor Jesús expresó: (Mateo 18:11).
11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
Él no tenia prejuicio de acercarse a las personas a quienes el resto del pueblo veía con
malos ojos; esto lo demostró cuando dejó Su trono de gloria, para tomar forma humana,
viniendo a este mundo y poniéndose al mismo nivel del ser humano, por amor a aquellos
que ya no tenían esperanza.
1.- ROMPIENDO EL HIELO
La primera impresión que alguien pueda tener de alguna persona, determinará si ésta se
abrirá al diálogo no; por lo general, es cuestión de segundos. Los judíos creían que eran
superiores a los samaritanos, sin embargo, Jesús, en un acto de humildad, le dijo a esa
mujer: “Dame de beber”. Para ella fue una gran sorpresa, pues cualquier samaritano sabía el
concepto que los judíos tenían de ellos e inquietada respondió: (Juan 4:9).
9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy
mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
El Apóstol Pablo dijo: (1Corintios 9:19).
19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar
a mayor número.
La samaritana pensó que Jesús tenía sed de agua, más la sed de Jesús era sed por salvar
vidas. Lo que Él le estaba diciendo en este diálogo era: “Si puedes creer en mí, se disipará
toda mi sed; si tú me das de tu agua, yo te daré la mía; si tú me entregas tu vida, yo te
entrego la mía”. Él dijo: (Juan 7:38-39a).
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
2.- PRINCIPIOS DEL EVANGELISMO
Todo lo que aconteció en la vida de Jesús sucedió para darnos una gran lección. Con el
relato de la mujer samaritana, el Señor Jesús nos indicó que debemos tener en cuenta para
hacer la obra del evangelismo:
A.-Hacer sentir importantes a todas las personas: Analicemos: Él judío; ella, una mujer
samaritana, y en medio de ellos, años de tradición como barrera. Eso produjo una
conmoción en la mente de esa mujer, pues un judío le estaba pidiendo un favor, siendo que
estos se creían superiores a ellos, lo cual hacían que nunca se doblegaran. Esta actitud la
hizo sentirse valorada, una persona importante. Notemos que con ese acto, Jesús no estaba
diciendo cuán grande Él era, sino, cuán importante era ella. El hacer sentir importantes a los
demás, es uno de los aspectos fundamentales en el evangelismo.
B.- Despertar la curiosidad: Al compartir el evangelio, debemos despertar en las personas el
deseo de recibir más de la Palabra de Dios. No trataremos de predicarles todo lo que
sabemos en un solo momento. Demos principios sencillos que ellos puedan asimilar. EL
mensaje que Pedro dio en la casa de Cornelio duró aproximadamente minuto y medio, por
que el Espíritu Santo lo interrumpió como diciéndole: “Ya recibieron lo suficiente para
experimentar la salvación”. La Biblia dice: (Hechos 10:44).
44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre
todos los que oían el discurso.
Jesús despertó la curiosidad y la expectativa en la mujer (Juan 4:10b).
10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame
de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
En otras palabras: “Yo tengo algo mucho mejor que lo que hay en esta fuente”. Esto causó
curiosidad en la mujer y dijo: (Juan 4:12)
12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron
él, sus hijos y sus ganados?
C.- Suplir la necesidad: (Juan 4:13:14).
13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Jesús le hizo ver que todas las respuestas a sus necesidades se encuentran en Él. No la envió
a una sinagoga judía, le dijo: “Yo soy la fuente de agua viva”. Una invitación similar hizo
el Señor a los Judíos que habían acudido a la fiesta: (Juan 7:37b-38)
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos de agua viva.
(Juan 4:15).
15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a
sacarla.
3.- PRINCIPIOS QUE EL SEÑOR TRATÓ CON LA SAMARITANA
• Dios: Esa mujer bebía de la fuente incorrecta, que es la fuente que una religión tradicional
puede ofrecer acerca de Dios. Lo que se recibe dura muy poco, por tal razón, las personas
deben regresar para seguir alimentando su religiosidad. Más Jesús nos ofrece la fuente
correcta; si bebemos de ella, no seremos esclavos de las tradiciones.
• Salvación: Ella supo que Jesús es la fuente de vida, pero debía tomar una decisión
personal. Toda persona que es confrontada con la Palabra sufre una batalla interna que se
libra en su mente, la cual se produce a causa de los argumentos, tradiciones, conflictos
internos y experiencias del pasado. Pero Jesús tiene la respuesta correcta para cada
argumento. Si bebemos del agua que Jesús nos ofrece, no tendremos sed jamás.
• Familia: Jesús le dijo: (Juan 4:16).
16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Desde el mismo momento de la creación, Dios mostró preocupación por la familia al ver
que el hombre estaba solo y decidió crearle una compañera. Después llamó a ambos y los
bendijo como pareja. Cuando el Señor le dijo a la samaritana que llamara a su marido, no lo
hizo para avergonzarla, sino para sentar un precedente: (Hechos 16:31b)
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
• Adoración: La mujer tenía una inquietud, quería saber en que lugar se debía adorar a
Dios, como preguntando: ¿Cuál es la religión verdadera? Jesús le respondió de manera
sencilla: (Juan 4:23-24).
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La palabra espíritu viene del griego “pneuma”, que quiere decir “viento”, y así como el
viento esta en todo lugar, Dios y Su presencia, están en todo sitio; por lo tanto; podemos
adorarle donde quiera que estemos.
4.- ACTITUDES DE LA SAMARITANA
• Se sintió redargüida: Ella trató de encubrir su pecado cuando el Señor le dijo que llamara
a su marido y ella respondió que no tenía. Mas el Señor le recordó que había tenido 5
maridos, y que el que tenía en ese momento no lo era. Con esto le hizo ver el pecado de
adulterio que había en ella, la vida desordenada que llevaba, y que era necesario que tuviera
un arrepentimiento genuino para poner en orden su vida. Un genuino arrepentimiento
conlleva a la restitución. Zaqueo después de su conversión, puso sus bienes delante del
señor y le dijo: (Lucas 19:8-9)
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de
mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo
devuelvo cuadruplicado.
9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también
es hijo de Abraham.
• Creyó en Jesús: Aquella mujer no salía de su asombro al ver que Jesús era el Mesías
esperado. Inmediatamente después de su encuentro con Jesús, extendió la noticia por toda
la ciudad, a diferencia de los líderes espirituales de Israel, quienes se resistieron a aceptar
que Jesús era el Mesías, levantando la mayor persecución contra Él. El Apóstol Juan dijo:
(Juan
1:11-12)
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios;
• Dejó su cántaro: El cántaro representa su antigua manera de vivir. San Pablo dijo: (2
Corintios 5:17). Este cambio de vida debe ser inmediato y debe dar frutos dignos de
arrepentimiento.
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
• Testificó a otros de Jesús: Aquella mujer fue a la ciudad de Samaria y dijo: (Juan 4:29b).
¿No será éste el Cristo?
A causa de su testimonio, toda Samaria acudió a Jesucristo y creyó en él.