La primera es la competencia; en segundo lugar, la desconfianza; y en tercer lugar, la
gloria. La primera hace que los hombres invadan el terreno de otros para adquirir
ganancia; la segunda, para lograr seguridad; y la tercera, para adquirir reputación. La
primera hace uso de la violencia, para que así los hombres se hagan dueños de otros
hombres, de sus esposas, de sus hijos y de su ganado. La segunda usa la violencia
con un fin defensivo. Y la tercera, para reparar pequeñas ofensas, como una palabra,
una sonrisa, una opinión diferente, o cualquier otra señal de desprecio dirigido hacia
la propia persona o, indirectamente, a los parientes, a los amigos, a la patria, a la
profesión o al prestigio personal.39
Se ha sugerido si, desde un punto de vista moral o filosófico, sería posible hablar de
una guerra justa o lícita. Si ese es el caso, hay que distinguir:
• Si la guerra en general puede ser lícita.
• Si se cumplen o garantizan las condiciones requeridas.
A primera vista parece posible proponer que la guerra no es necesariamente ilícita.
Existe el derecho natural de autodefensa o de legítima defensa contra el enemigo
exterior cuando este ataca injustamente a un pueblo. Si se niega este derecho de
legítima defensa, se robustece al agresor y se pone en peligro la paz de los pueblos.
Sin embargo, se ha sugerido desde una perspectiva ética que, para que una guerra
pueda tener una licitud ética, existen una serie de condicionantes adicionales:
• Que haya una injusticia real, verdadera y de gravedad.
• Inviabilidad de defenderse por vía pacífica.
• Perspectiva y esperanza de éxito final.
• Que se pueda evitar un perjuicio a terceros inocentes.
La defensa del bien público prevalece sobre cualquier derecho del agresor e incluso
sobre los riesgos que puedan tener los propios agredidos. Pero se considera ilícita la
matanza injusta.
Desde ese mismo punto de vista filosófico, se considera que el movimiento a favor de
la paz se hace acreedor del más alto reconocimiento. Dicho movimiento es difusor de
un espíritu de entendimiento y comprensión entre los pueblos. Su fin ético y moral es
conseguir la paz y los acuerdos sin derramamiento de sangre.
Tratadistas
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El general chino Sun Tzu, en su célebre obra El arte de la guerra, afirmó que la guerra
había que ganarla antes de declararla o de que existiera en sí misma. En este
aspecto, el célebre general expondría en una sucinta frase su concepción sobre el
carácter de la guerra: «La guerra, es el Tao del engaño»; así, pretendería establecer
que el estratega virtuoso debía basar todas sus decisiones militares, buscando
primeramente distraer la atención del enemigo en los elementos más sobresalientes
de su posición, y de no tenerlos, inventarlos.
El pensamiento de Sun Tzu, dejaría una profunda impronta en el pensamiento militar
moderno, no solo en reconocidos pensadores, sino también en eximios estrategas
como Napoleón Bonaparte, quien en su renombrada victoria en la Batalla de
Austerlitz, aplicara aquellos preceptos del engaño.
El concepto de guerra justa fue presentado sistemáticamente por Tomás de
Aquino en Summa Theologiae.
Erasmo de Róterdam, el reconocido humanista renacentista, calificaba a la guerra
con la frase Dulce bellum inexpertis est, cuya traducción al castellano es ‘La guerra
es dulce para los inexpertos’.
El historiador árabe Ibn Jaldún descubrió por primera vez las causas materiales de la
guerra.
Carl von Clausewitz, en su clásica obra De la guerra, pensaba que la guerra moderna
es «La continuación de la política por otros medios» y que el fin de la misma era
«desarmar al enemigo», no exterminarlo; de aquí nació el concepto de desarme
mutuo, que imposibilita toda guerra y da paso a la política. La guerra sería pues un
«acto político» y esta manifestación ponía en juego lo que él consideraba el único
elemento racional de la guerra.
Guerras e historia
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Según la Enciclopedia mundial de las relaciones internacionales y Naciones Unidas,
en los últimos 5500 años se han producido 14513 guerras que han costado 1240
millones de vidas y no han dejado sino 292 años de paz. Y únicamente entre 1960 y
1982, dicha enciclopedia calcula 65 conflictos armados (solo los que hayan
producido al menos mil muertos) en 49 países, con un total de 11 millones de
víctimas.40
Estela de los Buitres, que relata la victoria
de Eannatum de Lagash sobre Umma, hacia 2450 a. C.
El primer conflicto bélico del que se tiene constancia es el que enfrentó a las
ciudades-estado sumerias de Lagash y Umma, hacia el año 2450 a. C. La disputa se
produjo por unas tierras de regadío. El rey de Lagash, Eannatum, comandó el ejército,
que resultó victorioso, y convirtió a Umma en un estado vasallo.41
Guerras contemporáneas
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Los conflictos bélicos en la siguiente lista representan guerras por control de un
estado, en las cuales un mínimo de 1000 personas habrían perdido sus vidas en 2011
o 2012. Las estadísticas son del Programa de Datos sobre Conflictos de Upsala en
Suecia.42
Guerras con más de 1000 muertos en 2010, 2011 o 2012
Muerto Muerto Muerto
Inici Guerra/conflic
País s en s en s en
o to
2010 2011 2012
Guerra de
2001 Afganistán 637743 741844 739645
Afganistán
Guerra civil
1991 Somalia 207646 193847 262048
somalí
Guerra en el
2004 noroeste de Pakistán 485849 259950 270551
Pakistán
Conflicto de Yemen y Ara
2004 17552 114052 232152
Sa'dah bia Saudita