Etica
Etica
La ética, o filosofía moral, es una rama de la filosofía destinada al estudio teórico del comportamiento
humano y las acciones morales. Tiene su origen en la obra Ética Nicomáquea, de Aristóteles, cuyo objeto
de estudio excedió el campo de la moralidad.
La ética como teoría de las virtudes o teoría de los deberes responde a la pregunta por cómo debemos
vivir la vida. Además de Aristóteles, distintos filósofos de la Antigüedad, como Sócrates, Platón o los
estoicos, trataron de responder a la pregunta por cómo vivir.
Se considera que existen tres dimensiones principales al estudiar la ética: metaética, ética normativa y
ética aplicada.
¿Qué es la ética?
La ética, o filosofía moral, es una rama de la filosofía destinada al estudio teórico del comportamiento
humano y las acciones morales. Tiene su origen en la obra Ética Nicomáquea, de Aristóteles, cuyo objeto
de estudio excedió el campo de la moralidad.
La ética como teoría de las virtudes o teoría de los deberes responde a la pregunta por cómo debemos
vivir la vida. Además de Aristóteles, distintos filósofos de la Antigüedad, como Sócrates, Platón o los
estoicos, trataron de responder a la pregunta por cómo vivir.
filosofos
La palabra “ética” viene del riego ethikós (ἠθικός, “relativo al carácter de uno”) y tiene su raíz en ethos
(ἦθος) y significa “carácter” o “morada”. Cercana a la moral (del latín moralis), la ética debe entenderse
como la disciplina filosófica que estudia las normas que rigen a la moral, que es el conjunto de valores,
normas y principios que rigen las acciones de las personas.
Historia de la ética
La ética tiene su origen en la filosofía griega. Las obras de Platón, Gorgias, Fedón y La República, trataron
la naturaleza de las virtudes y la dificultad de su definición. Aristóteles, discípulo de Platón, indagó en la
naturaleza de la felicidad y la vida feliz en su Ética nicomáquea. Este fue probablemente el primer
tratado formal sobre la forma en que se debe alcanzar la felicidad.
En la Edad Media, las inquietudes griegas respecto a la virtud, el deber y la felicidad entraron en
conflicto con la moral cristiana, que se regía de manera estricta bajo los mandamientos del Antiguo
Testamento y la doctrina de los Evangelios. De la mano de pensadores como Agustín de Hipona (354-
430) y Tomás de Aquino (1224-1274) apareció la idea de la caridad como fin último de la vida, entendida
como el amor gratuito al prójimo y a las otras formas de vida.
La ética contemporánea, a partir del siglo XX, dio lo que se conoce como el “giro ético”. El giro ético se
dio a través de distintas investigaciones realizadas en el campo de la ética aplicada. El resurgimiento de
la filosofía moral como objeto del hacer filosófico volvió necesaria la distinción entre la metaética y la
ética normativa.
La metaética es el estudio del significado de los términos morales, la relación lógica entre los juicios
morales (y otros tipos de juicios) y su estatuto epistemológico. La ética normativa, en cambio, se da en el
estudio de los estados buenos o malos de las cosas y de las acciones que está bien o mal realizar desde
un punto de vista moral.
Ramas de la ética
Metaética. Estudia el origen, el significado y las características de los principios éticos y los juicios
morales. Algunos de los problemas frecuentes de la metaética son el problema del ser y el deber ser, la
existencia o no del libre albedrío, etc.
Ética normativa. Estudia los criterios normativos de la moral. Trabaja con aquellos preceptos que
determinan cuándo una conducta es ética y qué está bien y mal. En general, se desarrolla a partir de tres
aproximaciones diferentes: el consecuencialismo, la deontología y la ética de las virtudes. Por ejemplo:
un código civil.
Ética aplicada. Estudia los principios de la ética aplicados a problemas e intereses cotidianos y concretos,
es decir, piensa problemáticas específicas de la sociedad desde un punto de vista ético. Por ejemplo: el
maltrato animal.
La moral tiene que ver con el conjunto de normas espirituales, sociales y personales con que una
comunidad determinada se rige, en base a lo considerado como “bueno” y lo considerado como “malo”.
La ética, en cambio, apunta a la revisión de los códigos de valores y del pensamiento inherente a estos,
es decir, no evalúa sus asuntos en base a lo permitido y lo prohibido, sino que intenta poner en
perspectiva los modelos de comportamiento posibles en torno a un tema determinado.
Así, pues, mientras la moral juzga, la ética comprende. En general, se dice que la moral es el conjunto de
costumbres y prácticas de una sociedad, mientras que la ética es el estudio de los principios que los
fundamentan.
Ética profesional
La ética profesional es aquella vinculada con el ejercicio de un oficio determinado. Se interesa por los
límites del ejercicio de la profesión de manera honrada y responsable, así como por los códigos
deontológicos que rigen los colectivos profesionales.
Por ejemplo, el código de ética de los periodistas es un reglamento que contiene los principios del
“sano” ejercicio de dicha profesión, tal como se los entiende en un momento y lugar determinados.
Ética personal
Se entiende por ética personal a la manera que tiene un individuo para manejarse en la sociedad y en
los diversos ámbitos de interacción personal. Se trata de un enfoque respecto a los valores con los que
una persona elige vivir su vida, muchos de los cuales están
determinados por su tradición moral, religiosa, profesional y cultural, pero también por elecciones
vitales que el individuo tendrá que hacer por su cuenta.
La ética personal incluye a las relaciones interpersonales, y tiene que ver con temas como el adulterio, la
lealtad, la amistad y el amor, entre otros.
Ética y religión
Las distintas religiones, en tanto son un sistema entendido como una totalidad, influyen en la moral y los
códigos éticos que rigen a las distintas comunidades que las practican.
La ética estudia estos códigos y la tradición que fundan conforme al paso de los siglos, para entender
cómo la huella religiosa en las culturas influye en el comportamiento y en las escalas de valores
adoptadas por una u otra sociedad.
Importancia de la ética
La ética es una rama fundamental en la filosofía, dado que le sirve al hombre para pensarse a sí mismo y
pensar la manera en que concibe lo correcto y lo incorrecto en los distintos ámbitos de su vida. La ética
es clave en la formación de códigos de conducta y en la impartición de la justicia. No obstante, es
necesario señalar que la ética no busca discernir entre lo bueno y lo malo, sino pensar cuál es la
naturaleza de esa distinción.
Los valores éticos son guías de comportamiento que regulan la conducta de un individuo. En primer
lugar, la ética es la rama de la filosofía que estudia lo que es moral y realiza un análisis del sistema moral
para ser aplicado a nivel individual y social.
Entre los valores éticos fundamentales se pueden mencionar: justicia, libertad, respeto, responsabilidad,
integridad, lealtad, honestidad y equidad.
Según la asociación civil DHI (Desarrollo Humano Integral), este es un concepto holístico; es decir, se
centra en la concepción del ser humano como un todo formado por la integración de varias dimensiones
que permiten el pleno desarrollo personal.
Dichas dimensiones, que hay que trabajar y potenciar día a día, se pueden dividir en dos grupos:
Internas: las capacidades y aspectos personales.
Así, se entiende que para lograr un estado de completo bienestar hay que tratar de alcanzar el máximo
potencial tanto a nivel individual como social.
Dimensiones internas
Hábitos saludables: hace referencia al cuidado de la mente y el cuerpo, no sólo con la finalidad de
prevenir enfermedades sino, también, con la intención de sentirse bien y estar en plenitud para
desarrollar toda actividad que uno desee.
Sentido de la vida: consiste en responder a la pregunta: «¿para qué vivo?» o «¿por qué estoy en este
mundo?». Con esta cuestión filosófica se pretende buscar un objetivo vital o una motivación para
despertarse y afrontar el día con energía.
Dimensiones externas
Trabajo: se trata de una actividad diaria que además de servir para ganar dinero y poder cubrir las
necesidades básicas de supervivencia, también dignifica y enaltece a la persona que realiza dicho trabajo
de forma óptima.
Familia: el cuidado, el afecto y la educación que una persona recibe por parte de su familia son la clave
para un desarrollo y un crecimiento sano y equilibrado.
Sociedad: el ser humano es social por naturaleza, por tanto necesita de los demás para vivir en plenitud.
Es importante crear comunidades en las que la cooperación y la solidaridad sean los valores principales.