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(AC-S16 Semana 16 Análisis de Caso 02 - Joseph Baldeon Aguilar

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(AC-S16) Semana 16 – Tema 01: Análisis de Caso – Análisis de Caso 02

Tema:

“POLITICA NACIONAL PENINTENCIARIO EN LA ACTUALIDAD 2023”

Integrante:

Baldeon Aguilar, Joseph Noe

Curso:

Filosofía del Derecho

Docente:
MG. Fran Williams Rojas Camacho

Ciudad: Lima

Año: 2023
Índice

INTRODUCCIÓN

I. BREVE RESEÑA DE LA INSTITUCION

II. RESUSMEN DE CONTENIDO

III. ANÁLISIS DE CASO PROPUESTO

III.1 ANALISIS DE LA TEORIA DEL OPTIMO DE PARETO APLICADO AL CASO


PROPUESTO.

III.2 ANALISIS DEL LIBERALISMO DE NOZICK APLICADO AL CASO


PROPUESTO.

III.3 ANALISIS DE LA CALIDAD DE VIDA DE LA SOCIEDAD PERUANA


APLICANDO LA ESTRATEGIA DE MAXIMIN DE RAWLS AL CASO
PROPUESTO.

CONCLUSIONES

RECOMENDACIONES

BIBLIOGRAFIA

ANEXOS

https://youtu.be/E9193ClV8BI
I. Breve reseña de la organización

El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) es una institución del gobierno peruano


encargada de la administración y supervisión de las cárceles y centros
penitenciarios en el país. Su principal objetivo es garantizar la ejecución de las
penas y medidas de seguridad con respeto a los derechos humanos, la
rehabilitación de los internos y la seguridad en las instalaciones penitenciarias.

Sus antecedentes se remontan al año 1924, cuando se consideró la creación de


una Inspectoría General de Prisiones para dirigir todos los establecimientos
carcelarios del país. Sin embargo, a medida que pasaron los años, el sistema
penitenciario enfrentó una serie de problemas graves, incluyendo la
sobrepoblación, la violencia, la corrupción y condiciones inhumanas en las
cárceles.

El Instituto Nacional Penitenciario, se crea oficialmente el 6 de marzo de 1985, a


través del Decreto Legislativo N° 330, con la promulgación del Código de
Ejecución Penal. Se definió como un organismo público descentralizado
integrante del Sector Justicia y se le otorgó autonomía funcional, administrativa,
económica y financiera. Esta ley marcó un cambio importante en la gestión del
sistema penitenciario, con el objetivo de mejorar la administración de las prisiones
y abordar los problemas crónicos que enfrentaba el sistema.

Por otro lado, la política penitenciaria en el Perú está regulada por el Instituto
Nacional Penitenciario (INPE), que a lo largo de los años ha enfrentado varios
desafíos entre ellos la sobrepoblación en las cárceles, condiciones precarias en
algunas instituciones penitenciarias, y problemas relacionados con la seguridad y
el tratamiento de los reclusos y últimamente la corrupción en sistema nacional
penitenciario. Los gobiernos de turnos han venido implementando diversas
medidas y programas para abordar estos desafíos y mejorar el sistema
penitenciario. Algunas de las áreas de enfoque típicas en la política penitenciaria
incluyen:

Rehabilitación y reinserción: Se han desarrollado programas de rehabilitación y


capacitación para ayudar a los reclusos a adquirir habilidades y educación que les
permitan reintegrarse en la sociedad después de cumplir sus condenas.
Derechos humanos: La protección de los derechos humanos de los reclusos es
una preocupación importante en la política penitenciaria, incluyendo el acceso a
atención médica, condiciones de vida adecuadas y tratamiento humano.

Seguridad penitenciaria: Se trabaja en mejorar la seguridad tanto para los


reclusos como para el personal penitenciario, lo que incluye medidas para
prevenir el ingreso de drogas y armas a las cárceles y para reducir la violencia
entre los internos.

Descongestión carcelaria: La sobrepoblación en las cárceles ha sido un problema


persistente en el sistema penitenciario peruano. Se han tomado medidas para
aliviar la congestión, como la implementación de penas alternativas para delitos
no violentos.

Finalmente, entre las responsabilidades que tiene el Instituto Nacional


Penitenciario incluye:

Gestión penitenciaria: Administra las prisiones y establecimientos penitenciarios


en el Perú, asegurando que las condiciones de reclusión sean adecuadas y que
se respeten los derechos de los internos.

Rehabilitación y reinserción: El INPE trabaja en programas de rehabilitación


para los reclusos, que incluyen educación, capacitación laboral y tratamiento para
abordar las causas subyacentes de la delincuencia. El objetivo es preparar a los
internos para una reintegración exitosa en la sociedad después de cumplir sus
condenas.

Seguridad penitenciaria: Garantiza la seguridad tanto de los reclusos como del


personal penitenciario en las cárceles y centros de detención. Esto implica la
prevención de la violencia en prisión y la gestión de situaciones de crisis.

Prevención de la corrupción: Trabaja para prevenir la corrupción y el abuso


dentro del sistema penitenciario, promoviendo la transparencia y la rendición de
cuentas en la administración de las prisiones.

Desarrollo de políticas penitenciarias: Participa en la formulación de políticas


penitenciarias nacionales y colabora con otras instituciones gubernamentales y
organizaciones internacionales en asuntos relacionados con el sistema
penitenciario.
II. Resumen del contenido:
Los graves problemas en el sistema penitenciario peruano, como son: la
corrupción, el hacinamiento, la falta de recursos y la violencia en las cárceles, han
persistido durante años y han empeorado con el tiempo. La corrupción se ha
convertido en una parte arraigada del sistema, afectando desde funcionarios de
alto nivel hasta servidores que trabajan en las cárceles.

A pesar de los intentos de reforma, incluyendo decretos legislativos y cambios en


la estructura del sistema penitenciario, los problemas fundamentales persisten,
donde la sobrepoblación en las cárceles es alarmante, lo que conduce a
condiciones inhumanas y dificulta la rehabilitación y reinserción de los internos.

La corrupción no solo afecta la integridad del sistema, sino que también socava la
reinserción social de los internos; es por ello, debe identificar y reconocer la
necesidad urgente de reformas estructurales para abordar estos problemas y
mejorar las condiciones en las cárceles.

III. Análisis del caso propuesto:

El sistema penitenciario atraviesa graves problemas, esto vienen desde muchos


años y con el tiempo han ido empeorando. La falta de recursos y el abuso de la
prisión preventiva, ha generado un hacinamiento de la población penitenciaria,
propiciado la corrupción en los penales, lo que hace que la reinserción social sea
en la mayoría de los casos sólo un buen deseo.

Por otro lado, la violencia y las drogas están presentes en las cárceles y hasta se
cometen delitos desde la prisión, como la extorsión desde los penales y el tráfico
de drogas en el interior de los establecimientos. El problema de la corrupción es
algo muy complejo que alcanzan a funcionarios de alto nivel, como a servidores
que se encargan de cuidar las cárceles. Este último problema es global y que
afecta particularmente a todas las instituciones públicas, aparentemente se ha
institucionalizado.

Bajo esa línea se puede decir que, en instituciones como el Instituto Nacional
Penitenciario es muy común encontrar caso de corrupción, ya sea en el área de
seguridad, tratamiento y administración; siendo esto visible, dada a los informes
periodístico, allanamiento de la fiscalía en los propios centros penitenciarios y
diversas detenciones de servidores de funcionarios penitenciarios por estar
inmerso a hechos de corrupción desde las cárceles.

Asimismo, el sistema penitenciario peruano atraviesa desde hace varios años una
situación de emergencia cuya solución se vuelve una tarea impostergable.
Muchos gobiernos han tratado de contrarrestar esa emergencia con diversas
normas o decretos, como es Decreto Legislativo Nº1325 aprobado el
06ENE2017, que declara en emergencia y reestructura el Sistema Nacional
Penitenciario y el Instituto Nacional Penitenciario y dicta medidas en los ámbitos
de salud, infraestructura, seguridad, lucha contra la corrupción y fortalecimiento
de la gestión administrativa; para garantizar el funcionamiento y operatividad de
los establecimientos penitenciarios; o con Decreto Legislativo Nº.1328 que
Fortalece el Sistema Penitenciario Nacional y el Instituto Nacional Penitenciario,
sin embargo, ha hecho poco o nada por revertir los principales problema del
sistema penitenciario.

Vemos la capacidad de recibir internos de las cárceles nacionales se encuentra


rebasada, lo que se convierte en un caldo de cultivo para problemas de salud
física y mental de la población penitenciaria, y hace difícil, o casi imposible, la
readaptación. Esta situación origina escenarios de violencia y agresión, mayor
dificultad en el control de conductas y actividades ilícitas desde y al interior de los
penales, además de una mayor degradación y deterioro de la propia
infraestructura carcelaria.

La población penitenciaria creció en 56,2% en el quinquenio 2009-2013 y en


34,1% en el quinquenio 2014- 2018. En el 2017, dicha población creció en 4,6%,
la menor tasa desde el 2010, mientras hasta noviembre del 2018 la población
creció en 5,6%. Los delitos más comunes que se encuentran en la población
penal son robo agravado (26,1%), violación sexual de menor de edad (9,7%) y
tráfico ilícito de drogas (8,6%).

Según la Oficina de Estadística del INPE, la población penitenciaria rebaza la


capacidad de albergue, en marzo del 2019 la población penitenciaria era de
92,872 interno y la capacidad de albergue de 39,819, es decir casi 200% más de
lo que pueda recibir el sistema carcelario. En cuanto a la situación jurídica 38,669
internos tienen la condición de procesados y 56,323 internos tienen la condición
de sentenciados, si bien es cierto, la condición jurídica de los internos recluidos
en los establecimientos penitenciarios ha cambiado a comparación de años atrás,
sin embargo, el abuso de los internamientos productivos, no hace más que se
agrave la sobrepoblación de los establecimientos penitenciarios. Esta
superpoblación lo convierte en ingobernable para el INPE y en un suculento
negocio para las mafias, donde todo se paga: el derecho a una cama o a una
celda privada, los alimentos, el derecho a salir al patio o a usar los baños.

En cuanto la corrupción, este es otro problema que contribuyen en la crisis del


sistema penitenciario, y funcionarios de la alta dirección se encuentra involucrado
en ello, es así, en junio del 2018 el Presidente del INPE tuvo que renunciar tras
una serie de denuncias periodística sobre hechos de corrupción, donde el
Ministerio Público, tuvo que abrir una investigación preliminar contra el ex jefe del
Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Carlos Vásquez Ganoza, por crear
presuntamente una millonaria fábrica de empleos dentro de la institución del
Estado, donde habría colocados a sus amigos y conocidos. A fines de junio de
ese año, el Ministerio de Justicia dispuso el cese inmediato de los miembros de
Consejo Nacional Penitenciario (INPE), tras la liberación de Rubén Moreno Olivo,
alias "Goro", quien era sicario de la red criminal del ex gobernador de Áncash
César Álvarez.

Rubén Moreno Olivo abandonó el penal de Piedras Gordas con una orden de
arresto domiciliario, pese a tener una sentencia de 25 años de prisión por su
participación en el homicidio del ex consejero regional de dicha región, Ezequiel
Nolasco. Asimismo, el Minjus ordeno que se formalice la inmediata denuncia
penal, así como los procedimientos disciplinarios y administrativos
correspondientes contra los funcionarios removidos.

La corrupción viene hacer la alteración de las normas sociales más grave y


contagiosas que pueden padecer las instituciones, donde una persona o varias,
de común acuerdo, instrumenten y manejen el sector público en beneficio propio
o ajeno. La misma patología arrasa a las instituciones privadas si los gestores las
administran imponiendo intereses particulares defraudatorios, frente a los de la
sociedad o sus socios. También existen situaciones mixtas, donde lo público y lo
privado se entrelazan constantemente, como es el caso de Odebrecht. Al
respecto, ha habido muchas investigaciones que hablan sobre la corrupción,
Alfonso Quiroz (2013) en su libro Historia de la Corrupción en el Perú, indica “La
corrupción constituye un fenómeno insidioso, amplio, variado y global que
comprende actividades tanto públicas como privadas. No se trata únicamente del
tosco saqueo del patrimonio del Estado. La corruptela comprende el ofrecimiento
y la recepción de sobornos; la malversación y mala asignación de fondos y gastos
públicos; los escándalos financieros y políticos; el fraude electoral, el tráfico de
influencias y otras trasgresiones administrativas como el financiamiento ilegal de
partidos políticos en busca de favores indebidos”.

Manes, F (2010), para el diario el País, en su artículo titulado El cerebro Corrupto:


señala “La corrupción no es exclusiva de la especie humana, ni tampoco del
poder político y empresarial sino también de la sociedad que, a su medida, la
ejerce o, al menos, tolera.

Fernández, L (1999) en su libro Psicología de la corrupción y los corruptos,


refiere desconocer si el ser humano es corrupto por naturaleza, pero que si le
parece estar bastante claro es que la sociedad que se ha ido construyendo a lo
largo de los siglos si los es; ambos conceptos no hace inferir que el hombre no es
corrupto por naturaleza, sin embargo las acciones y las actitudes corruptas son
reforzadas por la propia sociedad, es por ello que es muy común justificar algunos
comportamientos de tipo delictivo que ha institucionalizado la corrupción en las
instituciones públicas como “roba pero hace obra”, “que funcionario no saca su
tajada”, “el carro no avanza sin gasolina”.

Pero no solamente los actos de corrupción alcanzan a altas autoridades del INPE,
sino también en diversos penales, los internos vienen denunciando a algunos
servidores penitenciarios, indicando el pago entre S/.50 y S/. 100 a los agentes
para hacer pasar artículos prohibidos, así como también al realizar requisas en
las cuadras, primero avisan a los reos que tiene los equipos móviles modernos
para que se los entreguen o puedan esconderlos muy bien, luego les cobra para
devolvérselos.

Si bien, se ha hecho diversas acciones para combatir la corrupción, como


aprobación de la ley especial del servidor penitenciario, donde se ha mejorado la
remuneración de los servidores, esto ha servido poco o casi nada dentro del
sistema, convirtiéndose actualmente en un problema muy serio que afecta la
reinserción social de los internos.

Pero como afecta esta crisis del sistema penitenciario en el tratamiento de los
internos en las cárceles del país y la reinserción social, para comprender mejor el
fenómeno, consideramos necesario definir el tratamiento penitenciario.

El Art.60° de código de ejecución penal, establece que el tratamiento


penitenciario tiene como objetivo la reeducación, rehabilitación y reincorporación
del interno a la sociedad. El reglamento del código de ejecución Penal en el
artículo 97.- indica que el tratamiento penitenciario es el conjunto de actividades
encaminadas a lograr la modificación del comportamiento del interno, con el fin de
resocializarlo y evitar la comisión de nuevos delitos.

El tratamiento penitenciario es progresivo y comprende el desarrollo de


programas de resocialización del interno en forma individualizada y grupal según
la naturaleza de la atención. Será aplicado en forma multidisciplinaria por los
profesionales y técnicos de tratamiento, promoviendo la participación del interno,
así como de instituciones públicas o privadas, la familia y la sociedad.

En ese contexto, el inicio del tratamiento penitenciario, se inicia con la


clasificación y ubicación del interno en el establecimiento penitenciario, pero por
el hacinamiento de los recintos penitenciarios, es muy difícil de manejar una
adecuada separación y distribución de la población penitenciaria bajo ese
contexto; teniendo en cuenta que en la actualidad existen establecimientos
penitenciarios que tiene una sobrepoblación 200 a 500%.

Entonces donde ubicar a un interno que recién ingresa al penal, o como


desarrollar el tratamiento progresivo o el desarrollo de programas de intervención
estructurado, cuando el establecimiento no ofrece las condiciones mínimas para
brindar un adecuado tratamiento. También, se observa que la junta de
clasificación de los establecimientos penitenciarios, ubican a los internos de
acuerdo a los puntajes alcanzados, a determinado régimen y etapa de
tratamiento; sin embargo, en algunas ocasiones al realizarse la verificación
posterior del cumplimiento de la clasificación, se ha observa que el interno, ha
sido cambiado de régimen de vida sin haber realizado el procedimiento debido,
como es la evaluación semestral, ¿cómo lo ha logrado?, es la interrogante que no
hacemos, entonces no se da cumplimiento a los régimen de vida establecidas en
el código de ejecución penal y su reglamento.
III.1 Análisis de teoría del óptimo de Pareto aplicado al caso propuesto.

La teoría del optimo de Pareto se refiere a una situación en la que no es posible


mejorar la situación de una persona sin empeorar la situación de al menos una
persona más. En otras palabras, es un estado en el que no se pueden hacer
cambios que beneficien a algunos individuos sin perjudicar a otros.

La teoría del óptimo de Pareto destaca la importancia de contextualizar las

instituciones en sus entornos sociales y políticos específicos. social lo siguiente:

El hacinamiento y la violencia en las Cárceles: La sobrepoblación carcelaria es

un problema grave que afecta tanto la salud física como mental de la población

penitenciaria; este hacinamiento contribuye a la violencia, la agresión y la

dificultad en el control de actividades ilícitas dentro de las prisiones, la presencia

de violencia y drogas dentro de las cárceles indica la dificultad en mantener un

entorno seguro y controlado. Además, la comisión de delitos desde la prisión,

como extorsión y tráfico de drogas, resalta la falta de control y seguridad interna.

Por otro lado, la falta de recursos y el abuso de la prisión preventiva dificultan la

reinserción social de los internos en los establecimientos penitenciarios, a ello se

suman la corrupción en los establecimientos penitenciarios va obstaculiza este

proceso, convirtiendo la reinserción en un desafío significativo.

III.2 Análisis del liberalismo de Nozick aplicado al caso propuesto.

El liberalismo de Nozick se basa en la idea de que los derechos individuales y la


libertad personal son fundamentales. Según Nozick, el papel de Estado debe ser
mínimo, limitándose a proteger los derechos de las personas, especialmente su
derecho a la propiedad privada. Sin embargo, al analizar la situación de la Política
penitenciaria en el Perú, es importante considerar como se aplicarían las ideas de
Nozick y que implicaciones tendrían.

En lo político, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ocupa un lugar de

destacada importancia en el ámbito político de la nación. Su papel trasciende la

mera gestión de instalaciones penitenciarias; se erige como un ente clave en la

formulación de políticas destinadas a prevenir delitos y abordar la rehabilitación

de delincuentes. Al coordinar con diversas entidades del ámbito público, el INPE

se convierte en un elemento central en la respuesta estatal a la criminalidad.

Asimismo, su representación del Estado ante organismos nacionales e

internacionales subraya su relevancia en la escena política global, participando

activamente en eventos y congresos relacionados con la prevención del delito y el

tratamiento del delincuente. Además, la función del INPE se extiende al

establecimiento de normas técnicas y administrativas para la planificación y

construcción de instalaciones penitenciarias, un aspecto crucial para garantizar

condiciones adecuadas y respeto a los derechos de los reclusos.

No obstante, no se puede obviar el desafío significativo que enfrenta el INPE en

relación con la corrupción. Este problema, lejos de ser circunscrito a niveles

bajos, ha permeado incluso a funcionarios de alto rango, incluido el Presidente de

la institución. La corrupción institucionalizada ha contribuido a una crisis en el

sistema penitenciario, generando desconfianza en la eficacia de sus funciones y

afectando la integridad de sus operaciones.

A pesar de los intentos de reforma mediante medidas legislativas, como decretos

legislativos, el texto sugiere que estas acciones han tenido un impacto limitado en

la resolución de los problemas fundamentales. La persistencia de la corrupción y


la aparente ineficacia de las reformas señalan la necesidad de una revisión más

profunda y exhaustiva de las estructuras institucionales y los mecanismos de

supervisión.

III.3 . Análisis de la calidad de vida de la sociedad peruana aplicando la


estrategia de maximin de Rawls al caso propuesto.

Maximin de Rawls es un defensor de un Estado liberal- socialdemócrata, donde


el Estado asume un papel adictivo en satisfacer las necesidades de la sociedad,
lo que le hace progresista en comparación con la tradición liberal o anarco-
liberal. Es importante comprender en profundidad el sistema económico de libre
mercado y el Estado de Derecho.

En lo económico, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) afirma aprobar su

propio presupuesto y plan de inversiones según normas y directivas, la realidad

de la corrupción y los negocios ilícitos sugiere una brecha significativa entre la

teoría y la práctica. La capacidad del INPE para adquirir bienes, formalizar

contratos y promover actividades productivas dentro de las cárceles se ve

comprometida por la corrupción que impregna el sistema.

Asimismo, la situación de las cárceles caracterizada como un "suculento

negocio para las mafias" debido a la sobrepoblación, ilustra un fenómeno

generalizado que va más allá de afectar únicamente a los internos y al sistema

penitenciario. Esta descripción revela cómo la crisis penitenciaria se ha

convertido en una fuente lucrativa de ingresos ilegales para grupos delictivos,

destacando la complejidad de los desafíos que enfrenta el sistema.


Esta generalización no solo resalta la complejidad de los problemas dentro del

sistema penitenciario, sino que también plantea cuestionamientos sobre la

efectividad de las estructuras de supervisión y las normativas existentes. La

corrupción no solo distorsiona la asignación de recursos, sino que también

contribuye a la perpetuación de un entorno en el que las actividades ilegales

prosperan, afectando negativamente a la rehabilitación de los internos y

socavando la integridad del sistema carcelario en su conjunto.

Finalmente, la interrelación entre la sobrepoblación, la corrupción y los negocios

ilícitos dentro de las cárceles es un fenómeno que va más allá de los límites de

las instalaciones penitenciarias. Es un reflejo de problemas sistémicos que

demandan una atención integral, desde la asignación de recursos hasta la

implementación efectiva de medidas anticorrupción, para abordar los desafíos

económicos y sociales que afectan el sistema penitenciario.


CONCLUSIONES

 En la actualidad, la política penitenciaria en el Perú ha enfrentado desafíos


considerables, incluyendo la sobrepoblación, condiciones precarias, problemas
de seguridad, y más recientemente, la corrupción. Estos desafíos han generado
una serie de consecuencias no deseadas que afectan la efectividad del sistema
penitenciario en su conjunto.
 A pesar de los esfuerzos por implementar programas de rehabilitación y
reinserción, la corrupción y la falta de recursos han obstaculizado
significativamente la capacidad del sistema para lograr estos objetivos. La
sobrepoblación, la violencia, y la falta de acceso a servicios básicos dentro de
las cárceles han generado un entorno poco propicio para la verdadera
rehabilitación de los internos.
 La corrupción dentro del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) no se limita a
casos individuales, sino que se presenta como un problema sistémico arraigado
en deficiencias estructurales. La falta de recursos, los bajos salarios y la
competencia por condiciones mínimas de vida crean incentivos para la
corrupción entre el personal penitenciario.

 La presencia de la corrupción en el sistema penitenciario peruano, afecta tanto a


funcionarios como a internos. Esta corrupción es un ejemplo de cómo la falta de
ética y la violación del deber moral pueden socavar la justicia y el funcionamiento
de la sociedad.

 Hay una necesidad urgente de reformar el sistema penitenciario para abordar los
problemas de corrupción, hacinamiento y falta de recursos. Esto indica que se
reconoce la existencia de problemas sistémicos que requieren soluciones
estructurales.

 El hacinamiento en las cárceles, es un problema que va más allá de la corrupción.


Afecta la salud física y mental de la población penitenciaria y dificulta la
rehabilitación y la reinserción social.

 La corrupción no se limita a los funcionarios de bajo nivel, sino que alcanza a


funcionarios de alto nivel. Esto refleja la falta de liderazgo ético en la
administración penitenciaria, lo que agrava el problema.

RECOMENDACION

A fin de contribuir a mejorar la eficacia y la integridad del Instituto Nacional


Penitenciario (INPE) y, por ende, del sistema penitenciario en su conjunto, podemos
recomendar lo siguiente:

Reformas Estructurales y Legislativas: Realizar una revisión profunda de las


estructuras del INPE para identificar y abordar las deficiencias sistémicas que permiten
la corrupción. Esto podría incluir cambios en la asignación de recursos, políticas
salariales y sistemas de supervisión interna.

Recursos Financieros y Gestión: Priorizar un aumento significativo en el presupuesto


asignado al INPE para mejorar las condiciones en las cárceles, garantizar salarios
competitivos para el personal penitenciario y proporcionar recursos adecuados para
programas de rehabilitación. Asimismo, Implementar medidas de transparencia en la
gestión financiera del INPE para prevenir malversación de fondos y asegurar que los
recursos asignados se utilicen eficientemente.

Programas de Rehabilitación y Reinserción: Mejorar y ampliar programas educativos y


laborales dentro de las cárceles para proporcionar a los reclusos habilidades que
faciliten su reintegración en la sociedad.

Seguridad y Control Interno: Implementar medidas efectivas para mejorar la seguridad


dentro de las cárceles, incluyendo la prevención de ingreso de drogas y armas, y la
reducción de la violencia entre reclusos.
Lucha contra la corrupción: Implementar medidas rigurosas para prevenir y sancionar
la corrupción en el sistema penitenciario. Esto incluye una supervisión efectiva,
investigaciones transparentes y procesos judiciales imparciales contra los culpables.

Énfasis en la rehabilitación: Promover programas de rehabilitación y formación para los


internos, con el objetivo de prepararlos para la reintegración en la sociedad. Esto
incluiría programas educativos, de capacitación laboral y de apoyo psicológico.

Liderazgo ético: Fomentar un liderazgo ético en el sistema penitenciario, desde los


niveles más altos hasta los más bajos. Esto podría lograrse mediante la capacitación
en ética y valores, así como mediante la promoción de la responsabilidad y la rendición
de cuentas.

Participación de la sociedad civil: Involucrar a la sociedad civil y a organizaciones no


gubernamentales en la supervisión y mejora del sistema penitenciario. Esto
garantizaría una mayor transparencia y rendición de cuentas.

Revisión de las leyes y regulaciones: Evaluar y reformar las leyes y regulaciones


relacionadas con el sistema penitenciario para garantizar que sean justas, efectivas y
acordes con los estándares internacionales de derechos humanos.
Referencias Bibliográficas

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la-verdad-y-el-poder/

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