0% encontró este documento útil (0 votos)
3 vistas140 páginas

Homilética Bíblica

Homiletica biblica

Cargado por

Nóe Pacheco
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
3 vistas140 páginas

Homilética Bíblica

Homiletica biblica

Cargado por

Nóe Pacheco
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 140

Ma

ter
ial
IB
A-
AG
ET
ET
AG
La Prioridad y Práctica de la Predicación Apostólica
A-
IB
JERRY JONES
ial
ter
Ma
ET
© 2016 por Jerry Jones
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema

AG
electrónico, o transmitida por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, o de otro modo, sin el
permiso previo de Word Aflame Press. Citas breves pueden ser usadas en revisiones literarias.
Todas las citas bíblicas en este libro son de la Biblia Versión Reina Valera.
Impreso en los Estados Unidos de América Diseño de cubierta por Timothy Burk

Nombres: Jones, Jerry, 1952- author.


A-
Catalogación de la Biblioteca del Congreso-en-Data de Publicación

Título: Nosotros Predicamos: la prioridad y práctica de la predicación apostólica / Jerry Jones.


IB
Descripción: Hazelwood: Word Aflame Press, 2016. | Incluye referencias bibliográficas.
Identificadores: LCCN 2016033490 (impresión) | LCCN 2016033959 (ebook) | ISBN 9780757750441 (alk. paper) | ISBN 9780757750458
(spanish : alk. paper) | ISBN 9780757751974 () | ISBN 9780757751981 (Español)
Temas: LCSH: Predicación.
Clasificación: LCC BV4211.3 .J656 2016 (impresión) | LCC BV4211.3 (ebook) | DDC 251--dc23
ial

LC registro disponible en https://lccn.loc.gov/2016033490


ter
Ma

4
En memoria de mi pastor, A. E. Carney,
y con mucho agradecimiento a todos los que me dieron la oportunidad de predicar.

ET
AG
A-
IB
ial
ter
Ma

5
Contenido

ET
Prefacio.......................................................................... 7
Prólogo .................................................................... 9

AG
Parte Uno – Nosotros Predicamos………………………..11
1. ¿Qué es la Predicación? ......................................13
2. La Teología de la Predicación …………………………..19
3. Salvo por la Predicación ………………………………….30

Parte Dos – El Predicador ……………………………..38


4. El Llamado a Predicar………………………………………40
A-
IB
5. Las Cualidades del Predicador ………………….46
6. Predique la Palabra…..……………………………………….53

Parte Tres – El Sermón: Preparación ..………………….61


ial

7. Los Primeros Pasos en Preparar un Sermón……..62


8. ¿Qué Tipo de Sermón Es? ………………………..………74
9. Armándolo Todo ……………………………………..……..85
ter

Parte Cuatro – En el Púlpito: Presentación ……………113


10. Conseguir y Mantener la Atención ………………114
11. La Unción …………………………………………………..124
Ma

Epílogo ……………………………………………………………………..133
Reconocimientos ……………………………………………………….136
Bibliografía ………………………………………………………………..137

6
ET
AG
A-
IB
Una vez, cuando se le preguntó a Saul Bellow sobre la redacción, él dijo: “Bueno, yo no sé
exactamente cómo se hace. Dejo que suceda por sí sola.”
ial

Así es mi sentir con respecto a la predicación. Yo aprendí a predicar predicando. Dejé la teoría a
un lado. Yo aprendí a saber lo que funcionaba y lo que no dando llamamientos al altar que no
traían a nadie al altar, y más de muchas veces que ni me acuerdo vi los ojos de la gente brillar
ter

mientras que predicaba. El arte de hablar en público lo aprendí predicando en avivamientos de


treinta personas (o menos), avivamientos que empezaban los domingos por la noche y continuaban
sin parar hasta el siguiente domingo por la noche (con el domingo por la mañana incluido), y luego
empezaba de nuevo el siguiente lunes o martes y continuaba hasta el domingo. Estas eran semanas
Ma

largas si usted “no se conectaba.” Yo aprendí a predicar de manera pastoral cuando me convertí
en pastor y a cómo predicar en conferencias y campamentos cuando me empezaron a pedir a que
predicase en esos tipos de reuniones.

No siempre entendí el porqué de las cosas, sólo sabía que así eran. Ritmo, entonación y medir el
nivel del impacto emocional de los puntos del sermón para así hallar la manera más eficaz para
presentarlos, juntamente con ciento de otras cosas importantes, todo esto era más intuición que
entrenamiento; era la teoría que me faltaba.

7
Luego me empezaron a pedir a que enseñara sesiones sobre la predicación a predicadores
aspirantes. Por cinco años enseñé clases de un semestre de duración sobre el tema de la predicación en
el Instituto de Evangelismo Gateway. Yo descubrí que la gente no estaba realmente contenta con
saber que algo era cierto por el simple hecho que yo lo decía ser así. Mientras que ellos respetaban
mi experiencia, ellos deseaban saber por qué era así. Yo empecé a pensar sobre la mecánica de la
predicación. Yo deseaba descubrir por qué algunas cosas funcionaban y otras no. También empecé
a investigar lo que otros predicadores decían sobre el llamamiento y el arte.

ET
Ahora he escrito este libro. En algunas formas ha sido un gozo y en otras ha sido un verdadero reto, uno que
ha tomado mucho tiempo para ser completado (tan sólo pregunten al editor). Parte de la lucha es que
yo todavía soy un estudiante de este fascinante proceso de colaboración entre Dios y los seres humanos
y me temo que siempre lo seré. Pero principalmente, es la tarea de poner no solamente en palabras
lo que he aprendido por la práctica, sino también hacer que esto sea comprensible y por

AG
consiguiente palabras enseñables, esto ha sido un compromiso de años.

Ahora que está finalizado es mi esperanza que sea de ayuda para alguien.

A-
IB
ial
ter
Ma

8
ET
AG
A-
No podemos estar seguros dónde se localizaba el valle de los huesos secos, o qué calamidad lo había
llenado de montones de restos humanos. ¿Era este el sitio de alguna batalla, y los huesos los restos
mezclados de hombres que una vez habían peleado aquí? ¿O era este el lugar donde los desafortunados
IB
de una tribu entera llegaron a su fin? No se nos da ningún detalle de cómo los huesos llegaron a parar en
este lugar. Tal vez el mensaje sea que no importa: hombres llegaron al cementerio de sus esperanzas
por cualquier número de caminos.
ial

En esta escena de ruina y desesperación, Dios llamó a un hombre, a un ser humano, quien por su
misma confesión no tenía la respuesta a este dilema de muerte. “¿Vivirán estos huesos?” fue la
pregunta que Dios le hizo a este predicador. “Tú lo sabes,” fue la respuesta honesta. Todo
predicador ha estado donde este predicador se encontraba, llamado a un lugar donde él o ella
ter

simplemente no tenían la seguridad de que si algo podía vivir.

“¿Vivirán?” El miró al valle lleno de huesos esparcidos, nada se movía, el sonido del viento entre
las costillas vacías era el único sonido. “Tú lo sabes,” era la única respuesta posible.
Ma

Luego llegó la orden: “Predícales.” Fue un mandato y promesa al mismo tiempo.


El mandato no debía haber sido inesperado, después de todo él fue llamado a predicar; esto era la
misión de su vida. Predicar es lo que los predicadores hacen. De modo que él predicó. “¡Huesos
secos, oíd palabra de Jehová!” sus palabras resonaban a través del valle silencioso a medida que él
predicaba a los muertos. Probablemente al inicio no hubo respuesta; si algún viajero había de pasar
por allí, él ciertamente pensaría que el predicador estaba loco. Nadie está escuchando, nadie está
respondiendo.

Luego lo imposible sucede: hay movimiento en el valle. Por su mismo acuerdo, los huesos

9
empiezan a moverse casi como por una mano invisible. No al azar, sino con propósito, los huesos
brincan por el desierto, su misión al principio era un misterio, pero pronto lo suficientemente claro:
ellos están buscando su lugar, juntándose con huesos de sus vidas pasadas. Los esqueletos se
empiezan a formar. El orden está saliendo del caos: dedos a manos, manos a muñecas, cráneos a
columnas, hasta que—bajo el poder de la predicación—echados en el desierto están los contornos
de seres humanos. Ahora los tendones y carne empiezan a aparecer, músculos y piel empiezan a
formarse sobre los huesos hasta que los hombres son reconocibles, hasta que parece que están casi
vivos.

ET
Ahora el predicador se queda en silencio. Un milagro ha sucedido, la evidencia a sus pies, llenando
el suelo del desierto. Pero ahora ¿qué? Su predicación ha realizado una transformación más allá
de la imaginación, ¿qué poder puede ahora llevarlos al siguiente nivel? ¿Qué puede poner aliento
en estos pulmones, vida en estos cuerpos?

AG
“¡Predica al espíritu!” llega el mandato.

Con menos vacilación y más anticipación, la predicación empieza de nuevo: “¡Espíritu ven de los
cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos!” Y el aliento llega, y aquellos que estaban una vez

A-
muertos ahora viven y se ponen de pie. Y donde antes sólo existía la quietud de la muerte, ahora
existe un ejército poderoso, vivo, fuerte, y listo para marchar.

La predicación todavía ejecuta milagros. Solamente la predicación da poder al ser humano para
IB
que con una mano alcance al mundo de la necesidad humana y con la otra al mundo del poder
divino, y así para juntar a ambos mundos.

Este libro trata sobre esta sociedad única entre lo humano y lo divino. No solamente es un libro de
cómo hacerlo, aunque espero que usted encuentre alguna enseñanza y alguna ayuda práctica para
ial

mejorar su predicación; pero este libro es más que eso. Este explorará los aspectos más amplios y
profundos de este llamamiento increíble. No pasaremos mucho tiempo explorando los diferentes
tipos de predicación, evangelización, homilética, exposición, etc., sino más bien nos enfocaremos
en técnicas y principios que mejorarán su maestría en cualquier tipo de predicación. Ocuparemos
ter

tiempo en los tres ingredientes de la exposición pública persuasiva, los cuales son absolutamente
vitales para entender el lado humano de la predicación. Al hacer esto discutiremos estos principios
eternos en una era que se enorgullece en abandonar tales principios, pero que carece en ofrecer
algo que reemplace su lugar.
Ma

10
ET
AG
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos. . .
Pablo

A-
No importa cuál sea nuestro estado, la vida diaria en un mundo caído es como pasar por un
embate de menosprecios. Aquellos que asisten a nuestras iglesias son diariamente bombardeados
con falsos valores y creencias que degradan la creación de Dios, mediante desaires e insultos
IB
personales, por medio de las acusaciones de Satanás. Sus mentes son asaltadas por imágenes
escabrosas en los medios de comunicación y por la profanidad que es ofensiva a Dios precisamente
porque esto degrada a la creación. Ellos están sujetos a pecados que dañan la imagen de Dios
dentro de ellos. Ellos ven imágenes distorsionadas de ellos mismos las cuales distorsionan la verdad
de Dios.
ial

Después de semejante semana, es sorprendente que alguien entre a la iglesia con algo de
autoestima. . .
ter

Pero luego ellos escuchan una predicación ungida y la gravedad se revierte a medida que la
gente siente el jale hacia arriba del cielo. El sermón revela el carácter de Dios, quien infunde toda la
vida con sentido y majestad. El sermón declara quiénes somos en los ojos de Dios: creados en la
imagen divina, amados más de lo que se puede describir, destinados para la gloria. El sermón
Ma

descubre los pecados— luego anuncia cómo ser redimido. El sermón honra la moralidad que
exalta a la humanidad. El sermón presupone que la gente puede pensar y discernir con respecto a
la vida y al Libro de la Vida. El sermón apela a la voluntad, tratando a la gente como personas
responsables de quienes sus decisiones importan para siempre. El sermón predica a Cristo Emanuel,
carne humana santificada para siempre, el segundo Adán quien un día resucitará a los creyentes a
Su semejanza. Un sermón es la dosis más intensa de dignidad que una persona puede recibir.
Craig Bryan Larson

11
Antes de entrar en cómo predicar, hablemos sobre lo fundamental: Exactamente, ¿qué es la
predicación? ¿Por qué predicamos de la manera que lo hacemos? ¿Es la predicación de la manera
que lo hacemos algo bíblico, o es simplemente una tradición? ¿Tiene la predicación algo que ver
con la salvación, o es solamente una de esas cosas que hacemos para rellenar el servicio, nada
diferente a un canto congregacional, recoger la ofrenda, o tener un coro? Es importante responder
a estas preguntas para saber el valor de este evento notable.

ET
AG
A-
IB
ial
ter
Ma

12
ET
AG
A-
La predicación es la comunicación de la verdad divina mediante la personalidad humana.
Phillips Brooks
IB
Una manifestación del Verbo Encarnado, de la Palabra escrita, por medio de la palabra hablada.
Bernard Manning

¿Qué es la predicación? Buena pregunta. La mayoría de nosotros ha sido testigo de la predicación


ial

casi cada semana por la mayor parte de nuestras vidas sin pensar mucho en lo que esto realmente
es. Cuando tratamos de definir la predicación, es sorprendente ver lo difícil que es describir algo
tan familiar. Las definiciones son muchas y variadas. John Stott escribe: “El explicar la Escritura es
abrir el texto inspirado con tal fidelidad y sensibilidad de manera que la voz de Dios es oída y Su
ter

pueblo le obedece.” Jay Kesler lo define: “La predicación se distingue de la enseñanza en el hecho
de que la predicación hace llamado a un compromiso e intenta llevar a la gente a un punto de
acción.” Andrew Blackwood define a la predicación como “la verdad de Dios expresada por una
personalidad escogida para satisfacer las necesidades humanas.”
Ma

En una serie de discursos sobre la predicación llevados a cabo en la Universidad de Yale en 1877,
Phillips Brooks dio lo que muchos consideran ser la definición clásica: “La predicación,” en efecto
dijo él, “es la comunicación de la verdad divina mediante la personalidad humana.” Esta tal vez
sea la mejor definición de la predicación que se haya escrito ya que en pocas palabras encierra
los ingredientes fundamentales que hace a la predicación algo más que simplemente hablar en
público. Aquí está lo que nos dice: La predicación debe contener verdad divina. No las opiniones
del predicador, no los últimos eslogan de la cultura pop, no los titulares del periódico de la mañana;
la predicación debe comunicar la verdad eterna de la Palabra de Dios. El predicador no

13
simplemente es otra voz compitiendo con miles de otras voces para obtener nuestra atención. Esta
no es el valor del entretenimiento, la exhibición de la habilidad de uno para persuadir, o el
virtuosismo de la multimedia lo cual hace que un sermón sea más que un discurso. La predicación
es el contenido. La predicación trata con la verdad eterna.

La predicación debe comunicar verdad. Esta debe ser presentada de modo que la gente de todo
tipo de vida, de todo nivel de educación y de todo paso de desarrollo espiritual lo entienda y crea
y actué según su promesa.

ET
La verdad tiene poder dentro de sí misma. Nada es necesario añadir a la verdad para que libre a
hombres y mujeres, para que cambie las vidas de la gente o para que brinde esperanza a cualquier
situación. Sólo necesita que sea claramente comunicada para que este poder sea desatado en las
vidas humanas.

AG
La predicación debe venir mediante seres humanos. No por medio de ángeles, robots, tampoco
por medio de montañas altas o tardes quietas de la naturaleza; la predicación debe venir por medio
de los humanos. La personalidad del predicador debe resplandecer y esa personalidad es un
componente vital de esta cosa increíble llamada predicación.
A-
Cuando usted se detiene y se pone a pensar al respecto, esto es un suceso extraño. Una persona de
pie sola delante de una multitud de personas proclamando un mensaje de Dios: esto parece algo
extravagante.
IB
La predicación no es una elección humana; esta es la elección de Dios. La gente tal vez analice su
eficacia, se ría de ella, o la declare algo pasado de moda para que funcione en los tiempos
modernos, pero la predicación sigue siendo la elección de Dios. Nunca perderá su poder ni
ial

tampoco fallará en realizar su propósito. La predicación es la voz audible de Dios. Para la mayoría
de nosotros, la predicación es la única voz divina que oiremos. Mientras que el Señor a menudo
impresiona a gente hambrienta con Sus palabras, esto es, les habla a ellos dentro de sus espíritus
con una voz que solamente ellos pueden escuchar, Dios proclama a toda la humanidad Su verdad,
ter

Su propósito y Su plan a través de la voz del predicador.

No nos debe sorprender que la predicación es la comunicación de la verdad divina mediante la


personalidad humana. Después de todo, la predicación no es una colección de datos secos y
recónditos. La verdad es una persona que claramente declaró: “Yo soy la Verdad.” Para conocer a
Ma

esta persona, nosotros debemos conocer tanto a la persona como a la verdad. Tal vez porque El fue
y es una persona, El ha elegido mediante el filtro de la personalidad humana proclamarse a Sí
Mismo al mundo.

Las modas vienen y van, las opiniones cambian como la arena del Sahara, pero la predicación
de la verdad permanece constante, sin cambio. Cada generación siente la necesidad de algo nuevo,
encontrar y proclamar una nueva manera. Las maneras antiguas desaparecen y las nuevas toman
su lugar, esto ocurre en casi todo esfuerzo humano. Aun en la iglesia, los métodos, ideas, las modas
en vestido, música, adoración, presentación visual, arquitectura y muchas otras cosas cambian. Pero

14
hay algunas cosas que nunca cambian; hay una constante que conecta a cada generación en todas
las eras, y esa constante es la predicación de la Palabra de Dios. Desde los profetas del Antiguo
Testamento, pasando por Juan el Bautista hasta los apóstoles, hallamos este hilo común. Estamos en
un terreno familiar cuando leemos sus sermones ya que nos recuerdan las experiencias que tenemos
cada domingo cuando nos juntamos con nuestros hermanos y hermanas y escuchamos al predicador
predicar el evangelio.

La predicación todavía apela al corazón humano. Esto es algo notable, no solamente debido

ET
a que el acto de predicar tenga más de mil años de antigüedad, sino también que ésta, así como
la mayoría de las cosas religiosas, ha sido el blanco de los ataques crecientes de los movimientos
anti Cristianos, particularmente en los medios de comunicación populares y la política. Sin
embargo a pesar de estos esfuerzos, se estima que entre 130 y 150 millones de americanos asisten

AG
a la iglesia cada semana. Este número significa que:

• Más Americanos se reúnen en las iglesias cualquier fin de semana que en


los estadios y arenas deportivas para ver los juegos durante las temporadas de la NFL, NBA y la
NHL combinados.


A-
La temporada de la liga mayor de béisbol dura seis meses e incluye 2,420
juegos, aun así ese domingo el número de americanos que asistirán a la iglesia es mayor que el
número que asistirá a cada juego de la liga mayor de béisbol para la temporada entera.
IB
• Se dice que NASCAR es el evento deportivo con más asistencia en
América basado en una asistencia promedia por evento, aun así habrá más personas en la iglesia
en un domingo que las que asistirán a todas las carreras de NASCAR por los próximos cuatro años
combinados.
ial

• Se cree que el Super Bowl es el evento deportivo más visto en los Estados
Unidos. Aun así habrá más americanos en la iglesia ese domingo que los que asistirán o verán el
Super Bowl el febrero próximo.
ter

• Los cines tal vez sea el pasatiempo con más asistencia en América con 1.27
billones de tickets vendidos cada año. Aun así, tan sólo en diez domingos más asistiremos a la
iglesia que los que estarán en el cine por el año entero. En otras palabras, más estaremos en la
Ma

iglesia el próximo año que los que irán al cine en los próximos cinco años.

La mayoría de aquellos que van a la iglesia oirán algún tipo de predicación. Viéndolo así,
podríamos decir que el escuchar a los predicadores predicar ese el pasatiempo más favorito de
América

La predicación es algo central para el Cristianismo ya que el Cristianismo es una religión basada
en un libro en particular. La predicación ungida de aquel libro—la Biblia —es el centro de todo lo
que hacemos. Especialmente en la Iglesia Pentecostal Unida, la predicación es el aspecto principal
de nuestra adoración. Nuestros servicios giran a su alrededor. Nuestras reuniones más populares

15
son aquellas que se dan casi exclusivamente a la predicación. Nuestras conferencias, aun aquellas
que se dan a los asuntos de negocios, resaltan la predicación. Esto resuena nuestro compromiso
con la Palabra de Dios, un compromiso basado en un reconocimiento continuo de que la
predicación es un componente absolutamente vital para la salvación del alma.

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,


agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales,
y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos

ET
ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos,
Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios (I Corintios 1:21–24).

En la sociedad en conjunto, la popularidad de la predicación, así como también de los

AG
predicadores ha subido y bajado. En la iglesia primitiva, el ser predicador era algo muy peligroso,
Esteban fue apedreado, Santiago fue asesinado por la espada, y de acuerdo a la tradición, todos los
apóstoles originales con excepción de uno fueron martirizados. Pablo fue decapitado. Por supuesto,
Constantino cambió todo eso. Durante el colapso del Imperio Romano y la Edad Media que
siguieron, la superstición envolvió a los predicadores en misterio y los convirtieron en más mito

A-
que hombres. El papel de la predicación subió y bajó durante el pasar de los siglos y al hacerlo así,
el estado de la predicación era una indicación del estado de la iglesia en conjunto.

Brown, Clinard, y Northcutt en Steps to the Sermon (Pasos al Sermón) discuten la conexión entre
IB
la predicación y la salud de la iglesia durante los dos mil años de historia de la iglesia:

Siempre que el Cristianismo ha hecho progresos sustanciales, la predicación ha liderado el


camino. En la historia del Cristianismo ha habido cinco siglos grandes de crecimiento y desarrollo.
ial

Estos mismos periodos son los cinco siglos de gran predicación: el primer siglo con los apóstoles,
el cuarto siglo con Crisóstomo y Agustín, el décimo tercero con Francisco de Asís y Dominic, el
décimo sexto con Lutero y Calvin, y el décimo noveno con Spurgeon y Maclaren. A la inversa,
siempre que la predicación ha declinado, el Cristianismo se ha quedado estancado.
ter

En la edad media, en los siglos décimo cuarto y décimo quinto, y en los siglos décimo séptimo y
décimo octavo, en la mayoría de los siglos, la predicación fue débil e ineficaz.
Ma

Se puede argumentar que el crecimiento rápido, el entusiasmo sostenido y el fuerte atractivo del
movimiento Pentecostal—y especialmente la Iglesia Pentecostal Unida Internacional—durante el
siglo veinte son los resultados del énfasis continuo en la predicación. Sin embargo, aun en nuestras
iglesias, cuando otras cosas empiezan a ensombrecer la predicación, la iglesia empieza a debilitarse.

Esto es cierto simplemente debido a que el poder de Dios es desatado mediante la predicación de
la Palabra de Dios: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan,
esto es, a nosotros, es poder de Dios” (I Corintios 1:18). El minimizar la predicación es minimizar
el poder de Dios. Es por eso que frecuentemente las iglesias recurren al entretenimiento, a la teoría
de negocios, a la psicología y a miles de otros trucos para sentar personas en las bancas: no hay

16
poder donde no hay predicación.

La gente todavía responde cuando se predica la Palabra de Dios, Si usted desea afectar la vida
de las personas, predique la Palabra. Si usted desea edificar una gran iglesia, desarrollar un gran
grupo de jóvenes, o tener un gran ministerio, comprométase a predicar la Palabra. Llene su púlpito
no de opiniones, comentarios sociales, chistes, refranes contundentes, ingenio, exhibiciones
impresionantes de educación y especulaciones filosóficas eruditas; sino más bien llene su púlpito
de la Palabra de Dios. Predique la Biblia y la gente vendrá, la gente será cambiada y su ministerio

ET
importará.

La gente tiene hambre de la verdad, de lo que es real. A veces fallamos a distinguir la realidad de
la rutina cotidiana y de las situaciones de la vida con las que todos vivimos. Esto es erróneo. Esta

AG
vida es un espejismo. Sus detalles parecen importar, pero estos solamente tienen un significado
transitorio. Enfrentamos la vida como si esta fuese a durar para siempre; como si la educación, el
éxito o la aceptación durarán, pero no es así. El único mundo real es el mundo de lo eterno; este
está compuesto de las cosas que en realidad sí durarán. El conformarse con lo temporario cuando
lo eterno se puede alcanzar es la tragedia más grande de la experiencia humana. Aun aquellos de
quienes sus vidas son un poquito más que una dieta de cultura pop entregada por la televisión, los
A-
cines y las noticias entienden en sus pensamientos más profundos que ciertamente hay más en la
vida que lo que ellos han hallado. El alcoholismo, el abuso de drogas y la búsqueda sin sentido del
placer sin fin, todo esto son síntomas de la búsqueda de propósito y significado en la vida. Aun las
búsquedas mayores en la vida: la cultura, educación, mejoramiento personal, todos estos suenan
IB
huecos con el tiempo:

“Pues ya que. . . el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría” (I Corintios 1:21).


ial

Esto explica por qué 130 millones de Americanos asistirán a la iglesia este domingo, y la mayoría
de ellos oirán alguna forma de predicación. En lo profundo, ellos entienden que las respuestas a
sus preguntas se hallan en la Palabra de Dios predicada. Nunca jamás la predicación ha importado
más y nunca jamás la predicación bíblica verdadera ha sido necesaria.
ter

Se dice que el pedir a un predicador que describa los ingredientes de una buena predicación es
como pedir a una vaca que analice la leche. La predicación mayormente es producida sin un
examen minucioso del proceso involucrado, y esto está bien. Pero cuando nos detenemos para
Ma

analizar exactamente lo que hacemos y cómo lo hacemos, hallamos que mientras que la predicación
es por supuesto, un evento espiritual, esta también es una habilidad que está profundamente
arraigada en métodos de comunicación los cuales se pueden aprender y mejorar.

Por supuesto cómo definimos la predicación es algo importante, pero esto no es tan importante
como lo que Dios nos dice que la predicación es. Para hallar esto recurrimos a la Biblia.
Fuentes Citadas en el Capítulo 1

John Stott, “A Definition of Biblical Preaching” (Definición de la Predicación Bíblica) en Haddon

17
Robinson y Craig Brian Larson, eds., The Art and Craft of Biblical Preaching (El Arte y
Habilidad de la Predicación) (Grand Rapids: Zondervan, 2005).

Andrew Watterson Blackwood, The Preparation of Sermons


(La Preparación de los Sermones)
(Nashville: Abingdon- Cokesbury, 1948).

Phillips Brooks, Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in

ET
January and February, 1877 (Discursos Sobre la Predicación Presentados ante la Escuela de la
Divinidad de la Universidad de Yale en enero y febrero, 1877) (New York: E. P. Dutton, 1878).

H. C. Brown, Jr., H. Gordon Clinard, Jesse J. Northcutt,


Steps to the Sermon (Pasos al Sermón)

AG
(Nashville: Broadman Press, 1963).

Estadísticas en el Capítulo 1

Frank Newport, “En U.S., Cuatro de 10 Reportan Asistir a la Iglesia en la Semana Pasada,”
modificado el 24 de diciembre, 2013, sacado el 18 de julio, 2016, http://www.gallup.com.

NFL 2014
A-
Cifras estimadas de asistencias a eventos deportivos y cines en años recientes:
17.4 millones
IB
NBA 2014–15 21.9 millones
NHL 2013–14 22.3 millones
MLB 2014 73.7 millones
NASCAR 2013 3.5 millones
Superbowl 2015 114.4 millones de videntes
ial

Cines 2014 1.3 billones de tickets vendidos


Iglesias 2015 6.8 billones (con un promedio de 130 millones asistiendo
cada domingo )
ter

http://www.statista.com/statistics/283897/national-football-league-teams-ranked-by-average-
attendance-2013/
http://www.nba.com/2015/news/04/16/nba-sets-attendance-record-with-nearly-22-million-
fans.ap/
Ma

http://www.hockeyattendance.com/league/nhl/
http://www.ballparksofbaseball.com/2010presentattendance.htm https://www.quora.com/Why-is-
NASCAR-attendance-down
http://www.nytimes.com/2016/02/09/sports/football/viewership-of-super-bowl-falls-short-of-
record.html?_r=0
http://www.mpaa.org/wp-content/uploads/2015/03/MPAA-Theatrical-Market-Statistics-
2014.pdf

18
ET
AG
La predicación no es un entretenimiento, tampoco es un ejercicio de ego para el predicador. No es
el resultado de la tradición o métodos de comunicación pasados de moda los cuales deben ser
A-
reemplazados por conceptos y técnicas más modernas. Dios eligió la predicación. Su principio está
arraigado en la Biblia. La palabra predicar de una forma u otra ocurre 153 veces en la Biblia. Sietes
veces es hallada en el libro de Eclesiastés donde es más un título que una acción. Eso deja 146 veces.
IB
Esto pone a la predicación a la par con palabras como esperanza (156), creer (146), y oración
(144). Solamente cuatro de las 146 menciones están en el Antiguo Testamento, pero también
veremos que está lleno de ejemplos de predicación.

El Nuevo Testamento no tiene una definición formal de la predicación. En vez presenta a la


ial

predicación describiendo los ministerios de Juan el Bautista, Jesús, Pedro, Pablo, Esteban, y
haciendo alusión a la de otros. Es como si los escritores daban por hecho que sus lectores estaban
familiarizados con el concepto y ya no necesitaban más explicación al respecto. Debido a esto es justo
decir que la predicación era una experiencia común.
ter

Como heraldos de las nuevas de Jesucristo y Su resurrección, los predicadores del primer siglo
habrían seguido las técnicas establecidas desde mucho tiempo por los oradores y maestros,
entregando su mensaje con pasión y efecto. Sus modelos habrían sido predicadores y
Ma

proclamadores en el Antiguo Testamento, así como también Juan el Bautista y Jesús Mismo.
Parece razonable que los principios de una retórica persuasiva enseñada por los griegos habría
jugado un papel. Podemos considerar tres ejemplos mediante los cuales los primeros predicadores
apostólicos habrían sido influenciados: La profecía y predicación del Antiguo Testamento, la
oratoria griega, y la predicación de Jesús y Juan. Antes de ver cada uno de estos ejemplos,
consideremos cómo se comunicó la información en el tiempo de la iglesia primitiva.

El mundo antiguo en gran parte era analfabeto. Los eruditos difieren en las estimaciones, pero el
consenso parece ser no más del 10 por ciento de la población podía leer. Por supuesto que al decir

19
analfabeto, nos referimos a que no podían leer, y no, a que no eran inteligentes o que no estaban
informados. A propósito el mundo antiguo transmitía la comunicación muy efectivamente de
persona a persona, entre culturas y entre generaciones.

Es importante darse cuenta que la lectura en el mundo antiguo era una experiencia auditiva; esto
es, la gente leía en voz alta para que los demás oyeran. La lectura como una actividad privada y
silenciosa era inusual. Algunos eruditos insisten que los griegos y romanos antiguos no podían leer
silenciosamente debido a la falta de puntuación o espacio entre palabras, oraciones y párrafos lo

ET
cual hacía que esto sea imposible. Lucretia Yaghjian nos anima a que veamos la lectura Antigua de
una manera nueva:

Si vamos a entender la lectura en el mundo cultural del NT, primero debemos quitarnos los lentes
conceptuales por los cuales habitualmente leemos, y empezar a leer con nuestros oídos así como

AG
también con nuestros ojos. Segundo, debemos cambiar nuestra imagen social de la lectura de
yendo de una cita privada con la página impresa a una emisión pública de una comunicación oral
y/o escrita. Finalmente debemos revisar nuestras definiciones culturalmente parciales con respecto
a la educación y al analfabetismo, y permitir que los documentos bíblicos expliquen sus propias
definiciones contextuales.
A-
El lector podría haber estado leyendo de un texto, como Esdras lo hizo en la Puerta de las Aguas
en Nehemías 8, o el lector podría haber estado recitando de memoria, pero el resultado para el
oyente era el mismo. Esto es como casi todos aprendían: escuchando a un lector leer o recitar
IB
historias, proclamaciones, instrucciones, o la Palabra de Dios. En Su sermón registrado en Mateo
5, Jesús repetidamente usó la expresión: “Oísteis que fue dicho,” El estaba describiendo
literalmente cómo la gente aprendía. Este método oral de enseñanza y aprendizaje era universal y
duró por miles de años. Ciertamente, como Joanna Dewey afirma: “el Cristianismo primitivo fue
un fenómeno oral en una cultura predominantemente oral.”
ial

Predicación en el Antiguo Testamento


ter

La iglesia del primer siglo estuvo familiarizada con la predicación mediante el ejemplo de la
Escritura y cultura judía. La lectura pública de la Palabra de Dios era una parte integral de la vida
judía, y la presentación poderosa de la Palabra era común. La oratoria era una parte de la tradición
judía.
Ma

El Antiguo Testamento es un registro rico de predicadores y predicación. Los predicadores de la


iglesia primitiva estaban familiarizados con los predicadores y sermones del Antiguo Testamento.
Sabemos esto de las muchas referencias a ellos en el Nuevo Testamento. Judas citó a Enoc, el
predicador más antiguo de quien tenemos registro: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo
desde Adán, diciendo: ‘He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio
contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho
impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él’” (Judas
1:14–15). Pedro llamó a Noé “pregonero de justicia” (II Pedro 2:5). En el tiempo oscuro en el cual

20
Noé vivió, el predicar la justicia no pudo haber sido un trabajo de vida popular.

El resultado aparentemente insignificante de su predicación, la salvación de solamente siete


personas, debe haber sido algo decepcionante, pero él predicó y en el proceso salvó a la humanidad.

Abraham fue la primera persona en la Biblia llamado “profeta” (Génesis 20:7). La palabra hebrea
usada aquí es nabi y significa “alguien que profetiza, anuncia, proclama.” De modo que se entendió
desde el principio que un verdadero profeta era un predicador, el portavoz de Dios, y hablaba las

ET
palabras que Dios le daba.

Es algo irónico que Moisés se sintiera incapaz de hablar por Dios en los atrios del Faraón. Tal
vez se sentía inseguro e inconscientemente descontó sus habilidades, o tal vez con el tiempo creció

AG
en su vocación, pero de todos modos, Moisés se convirtió en uno de los grandes predicadores del
Antiguo Testamento. James F. Stitzinger describe las últimas palabras de Moisés a Israel en
Deuteronomio 31–33 como “uno de los primeros ejemplos de predicación reveladora. . . . Este
discurso fue entregado con tremenda habilidad y claridad.” David L. Larsen cree que el libro
entero de Deuteronomio es una serie de sermones, culminando con la despedida de Moisés. Tan
poderoso es este libro que cuando fue descubierto en el tiempo de Josías, leído por Safán, e
A-
interpretado y aplicado a sus tiempos por la profetiza Hulda, un gran avivamiento llegó a Judá
(ver II Crónicas 34:14–33.) El ministerio de predicación de Moisés fue bien conocido en los
tiempos del Nuevo Testamento, esto es confirmado por la descripción que Esteban da de él en su
sermón ante el Sanedrín: “Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era
IB
poderoso en sus palabras y obras” (Hechos 7:22).

Josué dejó dos sermones de despedida (Josué 23:2–16; 24:2–27) los cuales John A. Broadus dice
que “son bien notables. . . en el uso finamente retórico de la narrativa histórica, el diálogo
ial

animado, y el atractivo imaginativo y apasionado.”

Los profetas eran predicadores con un impacto extraordinario en su nación. Ellos no solamente
decían el futuro sino que frecuentemente llamaban a la gente al arrepentimiento y a obedecer al
ter

Señor, y poderosamente proclamaban la Palabra de Dios. Ellos predicaban con el propósito de


conseguir una respuesta de sus oyentes. Mediante los salmos, proverbios, relatos de visiones y
sueños, ilustraciones, metáforas, enseñanza, explicación y personificación, ellos proclamaban la
Palabra a medida que eran inspirados por el Espíritu Santo.
Ma

Un ejemplo bien conocido y dramático de predicación por un profeta del Antiguo Testamento
es el sermón de Natán predicado en el atrio de David. (ver II Samuel 12.) David había caído en
adulterio con Betsabé, la esposa de Urías. Cuando ella salió embarazada, él trató de esconder su
adulterio mandando a que Urías regresara a casa de la batalla, esperando que pasara la noche con
su esposa y así encubrir el hecho de que el niño fue concebido mientras que Urías estaba lejos.
Cuando Urías se negó a hacerlo, rechazando así el trato especial que no estaba disponible para sus
compañeros soldados, David lo envió de nuevo a la batalla y envió instrucciones a Joab para que
pusiese a Urías en el lugar más peligroso del campo de batalla. Urías murió y la trama para

21
esconder el pecado de David parecía exitosa.

Luego el Señor envió a Natán con un sermón para el rey. Natán predicó ese mensaje usando una
parábola diseñada específicamente para David. Era la simple historia de un hombre pobre y su
corderita:

Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y

ET
vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que
había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y
durmiendo en su seno; y la tenía como una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no
quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino
que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él. (II Samuel

AG
12:1b–4).

David, por supuesto, había sido un pastor y el menor entre sus hermanos, así que la elección de esta
parábola por Natán fue astutamente diseñada para conectarse con el rey en un nivel emocional.
Natán obviamente conocía la empatía de David por el oprimido así como también su sentido de
justicia. Todos estos fueron usados para hacer que el rey encarara su pecado. La respuesta valiente
A-
de Natán cuando David indignado sentenció juicio sobre el hombre rico en la historia “¡Tú eres
aquel hombre!” hizo pedazos el encubrimiento de David y lo llevó al arrepentimiento. “¡Pequé
contra Jehová!” clamó el rey. Aunque no fue liberado de las consecuencias de su pecado, David
IB
se arrepintió y fue perdonado.

El rico legado de la predicación eficaz e inspirada en el Antiguo Testamento fue el trasfondo para
los ministerios de Juan y Jesús, y de la iglesia del primer siglo. Este fue su contexto para entender
exactamente lo que la predicación era.
ial

Tradición Oratórica Griega

Los Cristianos del primer siglo no solamente conocían bien los ejemplos de predicación del
ter

Antiguo testamento, sino que también formaban parte de una cultura empapada en la oratoria.
Cuando Alejandro Magno barrió el mundo conocido en el cuarto siglo ac, no solamente conquistó
a reyes y reinos, sino también las mentes y las culturas. El lenguaje, pensamiento y cultura griega
inició un reinado que ponía resistencia a la conquista romana y aun al surgimiento del Cristianismo.
Ma

Las reglas griegas de la retórica, más tarde unido por el pensamiento romano sobre el tema, se
convirtió en el estándar para todo hablar en público.

Algunos eruditos han identificado la primera formulación de las reglas retóricas con Korax alrededor
del año 466 bc. Korax enseñó que cinco partes de un discurso son necesarias para hacer un
argumento efectivo y persuasivo: introducción, presentación de datos o hechos, argumento,
observaciones secundarias y cierre. Después las enseñanzas de Aristóteles sobre la retórica se
arraigaron profundamente en la cultura antigua; sus descripciones de la retórica persuasiva
permanecieron clásicas. El enseñó que solamente tres medios técnicos de persuasión son posibles:

22
el orador debe probar su caso apelando al (a) carácter del orador, (b) a las emociones del oyente,
y/o (c) a las pruebas tradicionales, tales como las declaraciones de expertos o a los méritos del
propio argumento. Su uso sugerido de lo que él llamó ethos (carácter del orador), pathos
(emociones inspirados en los oyentes), y logos (la persuasión del discurso juzgado por los oyentes),
forman el núcleo de la retórica Greco-Romana. La influencia de Aristóteles fue inmensa. Hasta hoy
en día vemos la influencia de su enseñanza. En los libros sobre la predicación leemos que cada
sermón consiste de tres partes: por ejemplo, el predicador, la presentación y la preparación; en otras
palabras, ethos, pathos y logos.

ET
Está fuera del alcance de este capítulo el examinar la retórica greco romana en detalle, pero no
podemos descontar su influencia en cómo la iglesia del primer siglo habría entendido el acto de
predicar.

AG
Predicación en el Nuevo Testamento

La iglesia del primer siglo no solamente tuvo los ejemplos de la predicación en el Antiguo
Testamento y la oratoria Greco-Romana, sino que también los ministerios de Juan y Jesús estaban
frescos en sus mentes. El Mesías y Su precursor no fueron hombres ordinarios ni tampoco fueron
A-
predicadores ordinarios. Ellos estremecieron una nación entera, y en efecto cambiaron al mundo,
y mientras que la muerte, sepultura y resurrección de Jesús eran el centro de este cambio, la
predicación era el punto focal de sus ministerios.
IB
Juan fue un predicador notable y audaz. Su estilo de confrontación atrajo a multitudes de gente
para oírlo predicar, incluyendo a los fariseos y saduceos, a quienes Juan declaró ser una
“generación de víboras” (Mateo 3:7). El fue un verdadero precursor, abriendo el camino para Aquel
que vendría después. Predicando al aire libre a grandes multitudes, él era un hombre tosco de quien
ial

sus sermones movían a sus oyentes a la acción. Ellos se arrepentían, confesaban sus pecados y
obedecían el llamamiento al bautismo. El también inspiró a otros a seguirle, preparándolos como
individuos para encuentros posteriores con Jesús, y hasta para ministerios posteriores de ellos
mismos. Sabemos que Andrés y Juan, probablemente junto con el hermano de Andrés, Simón
ter

(posteriormente apodado Pedro por Jesús) y el hermano de Juan Jacobo, eran discípulos de Juan antes
de responder al llamado de Jesús “venid en pos de mí.”

Mateo guardó lo suficiente de la predicación de Juan para así darnos un sabor de su discurso
Ma

apasionado y poderoso:

¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;
porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el
hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y
echado en el fuego. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras
mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y

23
quemará la paja en fuego que nunca se apagará (Mateo 3:7b–12). No es sorpresa que cuando él
volvió su atención y su lengua hacia el Rey Herodes y la Reina Herodías, él perdió su cabeza.
Jesús le dio este tributo: “Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan
el Bautista” (Lucas 7:28).

El ministerio de Jesús comenzó en la sinagoga donde El siguió lo que se había convertido en el método
usual para presentar la Palabra de Dios. En cada sinagoga había un podio el cual estaba en frente de
la congragación. Aquí se leía, enseñaba y se predicaba. En un servicio en la sinagoga en Su pueblo

ET
natal de Nazaret, Jesús anunció Su ministerio de una manera dramática:

Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su
costumbre y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías, y habiendo abierto el libro,
halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido

AG
para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a
pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos; a predicar
el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos
en la sinagoga estaban fijos en él (Lucas 4:16–20).

A-
Jesús llamó la atención de todos con Su lectura de este texto dramático y luego inició Su sermón
simple pero poderoso: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:21). La
reacción de las personas al principio fue de asombro a las palabras de Jesús, y luego se convirtió
en ira cuando el sermón los retó a que lo vieran a El como alguien más que el hijo del carpintero
IB
de ese pueblo. Esta reacción resonaría una y otra vez en el ministerio de predicación de Jesús.
Jesús era un predicador en todo sentido; Marcos lo presentó: “Después que Juan fue encarcelado,
Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: ‘El tiempo se ha cumplido,
y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio’” (Marcos 1:14– 15). El
ial

predicó y enseñó a grandes multitudes, exponiendo sermones notables los cuales continúan
conectándose con quienes los leen hoy en día. El predicó con pasión y convicción. El modeló la
proclamación del evangelio para todos los tiempos.
ter

La Predicación en la Iglesia Primitiva

Al estudiar estos tres ejemplos de predicación y al reconocer que estos formaron el entendimiento
que la iglesia primitiva tenía sobre la predicación, podremos tener un vistazo de cómo se hubiera
Ma

parecido la predicación y también cómo hubiera sonado. Los primeros predicadores Pentecostales
hubieran modelado su predicación de acuerdo a los predicadores del Antiguo Testamento, añadido
técnicas probadas de la retórica las cuales se exhibían en todas partes de la cultura, y hubieran
seguido los ejemplos de Juan y Jesús.

También podemos aprender cómo se hubiera parecido la predicación temprana examinando cómo
los autores del Nuevo Testamento usaron varias palabras para discutir y describir la predicación.
Wolfgang Friedrich en el Theological Dictionary of the New Testament (Diccionario Teológico del
Nuevo Testamento) identifica treinta tres verbos diferentes en el Nuevo Testamento los cuales

24
describen el acto de predicar. No cubriremos todos ya que no deseo aburrirlo; además, la mayoría
de ellos desenvuelven un papel menor para describir la predicación, así que sólo veremos a tres de
los más importantes.

κηρύσσω (kerysso)

Kerysso es el verbo más común usado para predicación en el Nuevo Testamento, y significa
“proclamar” o “anunciar.” Este es usado para describir los ministerios de predicación de Juan el

ET
Bautista en Marcos 1:4, de Jesús en Marcos 1:14, y de los apóstoles en Marcos 3:14. Este retrata
a un heraldo quien es enviado para proclamar el suceso o la explicación de un evento. Se piensa
que la palabra proviene de la antigua palabra persa: xrausa, la cual, de acuerdo a Klaas Runia
en un discurso de 1977 titulado: “¿Qué es la Predicación de Acuerdo al Nuevo Testamento?”
significa “clamar en voz alta y clara.” En el uso griego, fuera del Nuevo Testamento, un

AG
ejemplo interesante es el uso del verbo por el gran historiador romano Plutarco. En el año 197
ac un heraldo llamado Flaminius apareció en los juegos d e Isthmia en Grecia para anunciar
la victoria romana contra los macedonios en una batalla reciente. Runia describe la
importancia de este ejemplo: “Al mismo tiempo que [él anunció la victoria], Flaminius también
anunció la libertad y autonomía de Grecia. Los dos hechos estaban conectados. Al momento

A-
que Flaminius anunció la victoria, los griegos prácticamente se volvieron libres. Mediante su
‘proclamación’ él, como si fuera, puso un hecho [ya] existente en movimiento.”

Así que κηρύσσω (kerysso) tiene un significado doble. Este no solamente significa la
IB
proclamación de un evento, sino también el efecto que ese evento tiene sobre sus oyentes. Runia
lo explica de este modo: “En el acto de la κηρύσσειν [proclamación] el evento se convierte en
realidad para el oyente.”

Por supuesto que la proclamación en sí no produce este efecto en el oyente; el contenido es vital
ial

para el resultado. Friedrich dice: “El punto esencial con respecto al reporte el cual [los heraldos]
dan es que este no se origina con ellos. De tras de este se encuentra un poder mayor. El heraldo no
expresa sus opiniones propias. El es el portavoz de su amo. . . . Los heraldos adoptan la mente de
ter

aquellos que los comisionan.” Importante para nuestros propósitos, el Nuevo Testamento enfatiza
la importancia tanto del contenido predicado así como su proclamación. Sin la proclamación, el
contenido esencial del evangelio nunca alcanzará a su destinada audiencia. De acuerdo a Friedrich
el verbo kerysso ocurre sesenta y seis veces en el Nuevo Testamento, mientras que el sustantivo
kerygma sólo ocurre ocho veces. Esto hace que Friedrich comente: “Énfasis no se adhiere al
Ma

[kerygma]. . . . La cosa decisiva es la acción, la proclamación misma.

. . . La intervención divina sucede mediante la proclamación.” Runia lo dice de este modo:


“dondequiera que este evento sea proclamado, éste inaugura lo que este evento ha logrado. La
nueva situación, provocada por la muerte y resurrección de Jesucristo, ahora se hace realidad para
todo oyente quien lo acepte en fe.”

¿De qué manera el uso de este verbo por los escritores del Nuevo Testamento refleja el pensamiento
que la iglesia del primer siglo tuvo sobre la predicación? Friedrich afirma que “predicar” no

25
transmite adecuadamente el significado entero de kerysso en el uso del Nuevo Testamento.
Kerysso “no significa la exposición de un discurso aprendido y edificante. . . con palabras bien
escogidas y con una voz agradable; esto es la declaración de un evento.” Friedrich no deja duda en
cuanto a lo que la predicación logra y cómo lo realiza: “La predicación Cristiana no persuade a los
oyentes mediante palabra hermosas y astutas—de otro modo sólo se trataría de palabras. La
predicación hace algo más. Esto sucede en el espíritu y poder.”

εὐαγγελίζω (euangelizo)

ET
Euangelizo ocurre cincuenta y cuatro veces en el Nuevo Testamento y significa la misma cosa que
Kerysso, esto es “predicar.” Sin embargo, euangelizo lleva consigo el añadido énfasis de que el
mensaje predicado es las buenas nuevas del evangelio, esto es la muerte, sepultura y resurrección
de Jesús. Lo importante de recordar es que no hay indicación de que el poder salvador se encuentra

AG
en el simple entendimiento del hecho histórico. A no ser que sea predicado, ninguna
evangelización (palabra que proviene de euangelizo) se llevará a cabo. Cuando se une con el poder
de una predicación ungida por el Espíritu como está destinada a ser, la proclamación de las buenas
nuevas del evangelio es eficaz, trayendo demostración y poder, ministrando a toda la gama de la
necesidad humana. Como Friedrich escribe: euangelizo “no sólo es hablar y predicar; esto es la
A-
proclamación con plena autoridad y poder. Prodigios y señales acompañan al mensaje evangélico.
Estos pertenecen juntos, ya que la Palabra es poderosa y eficaz.”

µαρτυρέω (martyreo)
IB
El tercer verbo que veremos es martyreo. Este significa “testificar, presenciar.” El sustantivo
µάρτυς (martys) significa “testigo” o “uno que testifica que él o ella personalmente ha visto u
oído.” Lucas usó el sustantivo en el cierre de su Evangelio para reportar las palabras de Jesús a los
apóstoles:
ial

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está
escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que
se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
ter

comenzando desde Jerusalén.

Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;
pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto
Ma

(Lucas 24:45–49).

La misma descripción es hallada en las últimas palabras de Jesús a Sus discípulos: “Pero recibiréis
poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). El poder para lograr esto está
en el Espíritu Santo. El poder de Dios los capacitará para que cumplan la comisión que Jesús les
está dando. Es así como nosotros podemos ser testigos aunque no hayamos estado allí como los
discípulos durante esos días trascendentales cuando Jesús estuvo en la tierra. Debido a nuestra fe
y obediencia y al empoderamiento del Espíritu Santo, no es necesario que nosotros hayamos visto

26
personalmente la muerte, sepultura y resurrección para ser testigos de estos. Tampoco es necesario
haber estado entre los que oyeron a Jesús decir que ellos serían testigos (Hechos 1:8). Ambos,
Pablo y Esteban son llamados testigos, aunque no hay evidencia de que ellos conocieron a Jesús
(fuera de las visiones).

Así que ¿qué aprendemos de esta breve examinación de los tres términos más utilizados del
Nuevo Testamento para describir a la predicación? Primero, aprendemos que los predicadores son
heraldos de las buenas nuevas de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Como heraldos,

ET
ellos son proclamadores, no de mensajes de su propio invento o elección, sino de su Maestro. El
Nuevo Testamento se concentra en el acto de la proclamación, pero nunca pierde de vista el
contenido que debe ser proclamado, de modo que nosotros siempre debemos ver el mensaje y su
proclamación en unión y no el uno sin el otro. Por medio de la proclamación del evangelio, aquellos
que oyen y obedecen son salvos, haciendo así, no solamente el mensaje sino también la

AG
proclamación misma una parte vital del proceso de salvación. Segundo, aprendemos que el mensaje
del evangelio es las buenas nuevas, no ignorando el juicio trágico que vendrá a todos los que lo
rechazan, sino que se centra en la oportunidad de salvación para todos los que lo aceptan. Tercero,
los heraldos no son empleados, sino participantes en este evangelio. Ellos son testigos de su eficacia
por medio de su obra en sus vidas a través de su propia fe y obediencia. Ellos son empoderados por
A-
el Espíritu Santo, lo cual los hace embajadores de Dios a medida que ellos elevan Sus palabras más
allá de las de la sabiduría humana, y El los infunde con demostración y poder.

De lo que hemos visto, queda claro que cuando la iglesia del primer siglo pensó en comunicar el
IB
evangelio, ellos pensaron en la proclamación pública. Esto es lo que el Antiguo Testamento les
demostró a ellos; esto fue lo que las culturas griegas y romanas le enseñaron; esto es lo que ellos
presenciaron en la sinagoga, en las calles de la ciudad, y en el campo; y esto fue el ejemplo de
Juan el Bautista y Jesús. En una cultura casi exclusivamente oral, la proclamación pública fue la
ial

manera más común y eficaz para comunicarse con las masas, y esto era parte de la vida diaria.

Para los Cristianos del primer siglo, la predicación fue un evento marcado por el poder divino
y realizado en un ambiente público. La predicación retaba al oyente con el evangelio, producía
ter

convicción y exigía una respuesta. Fue la predicación como la que Pedro dio en el Día de
Pentecostés la que vino a modelar la presentación de las buenas nuevas. Miles respondieron a
su sermón, y mediante la proclamación de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, la iglesia
inició una explosión de crecimiento notable. En los primeros años de la iglesia, esta clase de
Ma

predicación era el método para propagar el evangelio. A propósito, muchos creen que la mayoría
del Nuevo Testamento en sí fue comunicado primero como sermones predicados. Klaas Runia
afirma: “La investigación de la forma crítica, en mi parecer, ha demostrado convincentemente que
gran parte del material que ahora tenemos en los evangelios, originalmente, en el período de la
transmisión oral, fue transmitido en la predicación de la iglesia primitiva.”
De modo que concluimos que para los apóstoles el método para presentar el evangelio fue verbal,
usualmente en un ambiente estructurado, y la forma de presentación fue la proclamación. Esto para
ellos, era la predicación. Esto trastornó al mundo, rompió barreras de paganismo y persecución, y
conquistó al Imperio Romano. ¿Por qué habríamos de abandonar tal herramienta poderosa
hoy día? La predicación todavía sigue siendo el método de Dios para proclamar el evangelio; y

27
como en el primer siglo, esto significa una proclamación apasionada, persuasiva y poderosa.
Prediquemos como ellos lo hicieron; yo creo que aun hoy en día esta predicación producirá el
mismo resultado.

ET
AG
A-
IB
ial
ter
Ma

28
Fuentes Citadas en el Capítulo 2

Lucretia Yaghjian, “Ancient Reading” (Lectura Antigua) en Richard Rohrbaugh ed., The Social
Sciences and New Testament Interpretation (Las Ciencias Sociales y la Interpretación del Nuevo
Testamento) (Peabody, MA: Hendrickson, 1996).

Joanna Dewey, “Textuality in an Oral Culture: A Survey of the Pauline Traditions” (Textualidad en

ET
una Cultura Oral: Una Síntesis de las Tradiciones Paulinas) en Joanna Dewey y Elizabeth Struthers
Malbon, eds., Orality and Textuality in Early Christian Literature (Oralidad y Textualidad en la
Literatura Cristiana Temprana) (Atlanta: Scholars Press, 1994).

James F. Stitzinger, “The History of Expository Preaching” (La Historia de la Predicación

AG
Expositiva) en John McArthur, Jr.; Richard L. Mayhue; Robert L. Thomas, eds. Rediscovering
Expository Preaching (Redescubriendo la Predicación Expositiva) (Dallas: Word Publishing,
1992).

David L. Larsen, The Company of the Preachers: A History of Biblical Preaching from the Old
A-
Testament to the Modern Era (La Compañía de los Predicadores: Una Historia de la Predicación
Bíblica desde el Antiguo Testamento hasta la Era Moderna) (Grand Rapids: Kregel Academic &
Professional, 1998).
IB
John A. Broadus, Lectures On the History of Preaching (Discursos Sobre la Historia de la Predicación)
(New York: Sheldon, 1886).

E. C. Dargan, A History of Preaching (Una Historia de la Predicación) (New York: George


ial

H. Doran Co., 1905)

Wolfgang Friedrich, “Preaching” (Predicación) en Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich, eds.,


Geoffrey W. Bromiley trans., Theological Dictionary of the New Testament (Diccionario
ter

Teológico del Nuevo Testamento) (Grand Rapids: Eerdmans, 1964–76).

Klaas Runia, “What is Preaching According to the New Testament?” (¿Qué es la Predicación
de Acuerdo al Nuevo Testamento?) The Tyndale Biblical Theology Lecture for 1976,
Ma

delivered at the School of Oriental and African Studies, London, on January 4, 1977. (El Discurso
de Teología Bíblica de Tyndale del año 1976, presentado en la Escuela de Estudios Orientales y
Africanos, Londres, 4 de enero de 1977).

29
ET
AG
A-
El propósito de la predicación siempre debe ser la primera condición que decreta su carácter. La
IB
causa final es la que realmente moldea la vida de todo. Y ¿para qué es la predicación? La
respuesta llega sin vacilación. Es para la salvación de los hombres.
Phillips Brooks

El propósito central de la predicación evangélica


ial

es para obtener un compromiso inmediato con Jesucristo.


Alan Walker

Unos años atrás, la iglesia en Metairie, Louisiana, estuvo en un extenso programa de remodelación.
ter

Estaban derribando una parte del antiguo auditorio para así ampliar de gran manera su iglesia. En
la porción de la construcción que requería demolición, había algunas cosas que ellos no iban a
utilizar después de la finalización del proyecto de modo que ellos no estaban preocupados en
moverlas hasta que fuese necesario. Entre esas cosas estaba el púlpito viejo el cual todavía seguía
Ma

en su sitio de costumbre.

Un día estaban quitando algunas de las vigas bajándolas cuidadosamente hasta el piso. Varios
estaban parados sobre andamios altos en el antiguo auditorio. Uno de ellos, Ken Broussard, tenía
la tarea de guiar hacia abajo cada viga una vez que estaba suelta, a otros hombres esperando abajo.
El estaba parado a una altura de veinte, veinticinco o más pies, ayudando a bajar las vigas. Una de
las vigas pesadas fue pasada a él y en el momento que él la agarró, la viga se les resbaló a los que
estaban arriba. El peso entero de la viga estuvo sobre él. El sabía que no podía sostenerla por sí
solo, pero para ayudar a proteger a los que estaban debajo de él, él intentó demorar la caída de la
viga hasta que otros se dieran prisa para ayudar a asegurar la viga. A medida que él sintió el peso,

30
él dio dos o tres pasos hacia atrás tratando de balancearse, y Ken Broussard se cayó del andamio.

El tiempo parecía demorarse a medida que él se caía. El sabía que la distancia de la caída era
suficiente para causar heridas graves o hasta podía matarlo. Volteando su cabeza él miró hacia abajo y
debajo de él vio que el púlpito todavía estaba allí donde se había encontrado por muchos años. Cuando
él lo vio, él pensó: El púlpito todavía está en la antigua plataforma, esto lo hace varios pies más
alto que el piso. Si tan sólo pudiera caerme sobre el púlpito, esto rompería mi caída y tal vez
podría salvarme. De algún modo, él pudo girar en el aire, volteándose completamente y caer sobre

ET
el viejo púlpito. El se rodó del púlpito a la plataforma mientras que hombres corrían hacía él para
ayudarle, alarmados, de seguro que él estaba herido. Su pastor corrió hacia él y ansiosamente le
preguntó: “hermano Ken, ¿está usted bien?” Ken Broussard se paró, se sacudió y miró al pastor.

“Sí, Pastor, estoy bien,” dijo él. “Fui salvo por el púlpito.”

AG
Todos nosotros que hemos nacido de nuevo fuimos salvos por el púlpito.

Usted predica a los que están perdidos. Ellos son los esclavos del pecado, víctimas del engaño,
atrapados por el llamado del mundo. Ellos son gobernados por el temor, duda, daño,
A-
preocupación. Pero la predicación cambia todo eso; ésta libera, cambia, da poder. Esta produce
nueva esperanza, nueva confianza, nueva vida. No es de extrañar que Pablo dijera: “Porque la
palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder
de Dios” (I Corintios 1:18). Sin un predicador que predique la Palabra, el proceso que conduce a la
IB
salvación es abortada aun antes de empezar.

En el capítulo 2 obtuvimos una mejor idea de cómo la predicación fue entendida por los Cristianos
del primer siglo y cómo fue presentada en el Nuevo Testamento. Ahora, veamos con más detalle su
papel en la salvación. El papel de la predicación en el Nuevo Testamento tal vez sea mejor descrito
ial

por Pablo en Romanos 10:12–15. Al enfatizar que la salvación es para todos, judíos así como
también gentiles, él describió una progresión, en sentido inverso, la cual lleva a la persona de la
ignorancia del evangelio a la salvación:
ter

Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos
los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues,
invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y
cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está
Ma

escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
(Romanos 10:12–15).

Obviamente este pasaje ilumina el papel de la predicación en la salvación, ya que la serie de


preguntas retóricas que Pablo hace no deja ninguna duda que sin la predicación, la cadena—del
oír a creer, a invocar el nombre del Señor hasta ser salvo—no sólo se rompe sino que ni siquiera ha
sido creada.
Cuando Pablo escribió esta epístola a la iglesia romana él nunca había estado allí; pero él conocía
a muchos de sus miembros. A propósito, en el último capítulo de la carta, él personalmente saluda

31
a veintiséis personas, lo cual William Barclay nota que esto es mucho más que en cualquier otra
epístola. La mayoría de los santos en Roma eran gentiles, la mayoría hombres y mujeres libres y
esclavos. También había una minoría judía significativa. Ya que la mitad de los nombres que
Pablo menciona en la carta son judíos, tal vez Pablo estaba un poco más familiarizado con la
minoría judía que con la mayoría gentil; de cualquier modo él escribió teniendo a ambos en mente.

Salvación

ET
El tema de Romanos se halla en 1:16–17: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque
en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: ‘Mas el justo por la fe
vivirá.’” En este pasaje, Pablo declaró que la salvación es para todo aquel; “al judío primeramente,
y también al griego.” El también cuidadosamente conectó el evangelio con la salvación: “El

AG
evangelio,” él declaró: “es poder de Dios para salvación.”

La salvación en sí es un tema básico de Romanos; a propósito, es un tema básico de la obra y


ministerio entero de Pablo. William Barclay lo llama uno de los “tres grandes pilares de
cimentación de su pensamiento y creencia,” los otros dos están estrechamente relacionados, la fe y
la justificación. A-
Mantener en mente que la salvación en el Nuevo Testamento no solamente es para evitar el infierno
y conseguir ir al cielo; ésta es holística, afecta todo aspecto de nuestras vidas.
IB
Para Pablo, la salvación tenía un inicio definido; por lo tanto él podía hablar de personas que han sido
salvas (Romanos 8:24, 11:11). El se refirió a ese tiempo cuando la persona responde al oír el
evangelio con fe y obediencia arrepintiéndose, bautizándose en el nombre de Jesús, y recibiendo
ial

el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 2:38). Pero la salvación también es un proceso continuo,
de modo que Pablo podía hablar de personas siendo salvas.

(I Corintios 1:18; 15:2). Esta también es un evento futuro, de modo que podía hablar de personas
ter

que iban a ser salvas (Romanos 5:9–10; 13:11). La salvación describe todo lo que Dios ha hecho
para restaurar la humanidad a una relación de pacto con El, ahora y en el futuro. Es el centro del
mensaje del Antiguo y Nuevo Testamento; es por eso que Dios se manifestó en la carne, es el
porqué de la cruz y de la Resurrección. Es lo que Dios es en lo que se refiere a Su relación con los
Ma

seres humanos. Como Paul J. Achtemeier dice: “la clase de historia sobre la que se refiere Pablo
y con la que está tratando, es historia a medida que ilumina y muestra la relación entre Dios y el
mundo o, en otros términos, entre el Creador y la creación.”

El Contexto de Romanos 10

El contexto de Romanos 10:13–15 es la salvación, lo necesario que esta es, y cómo puede obtenerse.
El pasaje es parte de la explicación de Pablo al rechazo del evangelio por la nación judía.
Específicamente, después de explicar el rechazo de Israel para aceptar el evangelio, él inicia una serie

32
de argumentos tratando con posibles excusas para su rechazo. En 9:6–13 él declaró que el problema
no era debido a una falla de la Palabra de Dios. En 9:14–18 él insistió que el rechazo de Israel no era
debido a que Dios era injusto. En 9:19–29 Pablo argumenta que Dios tiene el derecho de ejercitar Su
prerrogativa de ofrecer la misma salvación tanto a los gentiles como a los judíos. Empezando por
9:30, Pablo describe que Israel es responsable de su fracaso a aceptar el evangelio. In 9:30–10:4, él
señaló que Israel fue tras la justicia por la Ley y no falló en hallarla, pero los gentiles por la fe hallaron
la justicia aun cuando no fueron tras ella. En 10:5–13, él ofreció apoyo del Antiguo Testamento para
la salvación por la fe en Jesucristo. Finalmente, en 10:14–21, Pablo argumenta que el fracaso de

ET
Israel no fue debido a su falta de conocimiento, sino más bien debido a su terquedad.

Cuatro Preguntas

En Romanos 10:12–13, Pablo continúa su discusión sobre el tema de la salvación, y

AG
particularmente el rechazo de ella de parte de Israel. En el capítulo 3, Pablo había declarado que
toda la gente necesita salvación: “Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la gloria de Dios” (Romanos 3:22b–23). Ahora él recuerda a los romanos que así como la
necesidad de la salvación es universal, así también la disponibilidad del evangelio es universal. En
efecto él dijo: “El Señor no es un Dios exclusivo, sino Señor de todos, rico en gracia y misericordia
A-
para todos los que le invocan.” Luego citó Joel 2:32: “todo aquel que invocare el nombre de Jehová
será salvo.” Esto a menudo es mal entendido queriendo decir que Pablo estaba diciendo que la
salvación llega con simplemente clamar a Dios. Aquellos que creen esto pasan por alto el hecho de
que esta declaración proviene del mismo pasaje profético de Joel el cual Pedro citó en Hechos 2
IB
al explicar el derramamiento del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés. Pablo estaba hablando
sobre el proceso entero de la salvación descrito por Pedro en Hechos 2:38.

Pero ¿cómo invoca la gente el nombre del Señor, esto es, obedece el evangelio? ¿Qué los conduce
ial

a este punto de fe y obediencia? Pablo respondió esto con una serie de cuatro preguntas:

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?


¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?
ter

¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?


¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? (Romanos 10:14–15a).

El Nuevo Comentario de la Biblia resume estas preguntas (e invierte el orden) de este modo:
Ma

“Los mensajeros deben ser enviados, el mensaje debe ser predicado, la gente debe oír el mensaje,
y él oír debe ser por la fe.” Es obvio que Pablo estaba describiendo los pasos usuales que conducen
a la gente a “invocar el nombre del Señor” y así ser salvo. Esto no es especulativo o teórico; esto
es cómo la gente es salva. El argumento entero de Pablo aquí era que tal afirmación del rechazo del
evangelio por Israel era excusable debido a que la nación no sabía acerca de las buenas nuevas; era
algo simplemente sin sentido. El comprobó esto señalando que los mensajeros habían sido
enviados y que el mensaje había sido predicado. Todo este argumento se rompe si la predicación
del evangelio es sólo una de las muchas formas en que la gente llega a la fe salvadora y a la
obediencia. En otras palabras, si esta no es la forma en que la salvación llega, entonces tal vez
Israel no sabía; por lo tanto no podría haber respondido en fe y obediencia, y su rechazo al

33
evangelio es excusable. Pablo no dio lugar para esta interpretación, y así nos deja seguros de que el
oír la predicación del evangelio es uno de los pasos que conducen a la salvación.

El Evangelio Entero Predicado al Mundo Entero

Si la predicación es una parte vital de la progresión normal hacia la salvación, entonces es


necesario que la predicación esté disponible para todos los que han de ser salvos. Mientras que
esto parece ser algo poco probable, Pablo afirmó que el hecho de que la predicación estaba

ET
disponible para todos deja a Israel sin excusa de no haber oído el evangelio. M. B. Riddle discute
este punto:

La hermosa precisión del griego requiere que nosotros hallemos una indicación de la certeza de
la proclamación universal del evangelio. En las primeras dos preguntas, hay una negativa

AG
absoluta; en la tercera ocurre el χωρίς, insinuando la probabilidad de que alguien predicará; en la
última, tenemos ἐάν µή, lo cual indica que los hombres fallarán a invocar y a oír, y aquellos que
predicarán ciertamente serán enviados. Este giro de expresión parece haber escapado la
observación de comentaristas, pero esto apunta directamente hacia la posición que el Apóstol está
estableciendo: la universalidad de los medios provistos por Dios para la salvación de los hombres,
A-
ya sea que lo oigan o lo dejen de lado.

Hay cinco acciones que suceden en este pasaje: enviar, proclamar, oír, creer, e invocar. La primera
es realizada por Dios, (y la iglesia, en conjunto con el llamamiento divino, ver Hechos 13:2–4), la
IB
segunda acción es realizada por aquel que ha sido llamado (el heraldo o predicador), las tres últimas
son realizadas por aquel que será salvo. Ninguna de estas cosas, ya sea sola o en combinación,
salva. La salvación es mediante la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo: el evangelio. Pero
ya que la persona debe creer y obedecer el evangelio para obtener la salvación ofrecida mediante la
cruz, el invocar, predicar y el oír también desenvuelven un papel para llevar a los perdidos al punto
ial

de la fe salvadora.

El “llamamiento” de hombres y mujeres a predicar es la acción de Dios comisionando y enviando


ter

a hombres y mujeres a proclamar el evangelio. Esto es lo que hace que la predicación sea posible
a medida que Dios continúa llamando y usando a personas para proclamar las buenas nuevas
alrededor del mundo. A medida que los hombres y mujeres responden al llamamiento y siguen la
dirección del Espíritu Santo, el evangelio entra a cada rincón del mundo. Esta predicación logra el
propósito de Dios de que todos oigan.
Ma

Es el acto de predicar o proclamar y no solamente el contenido del mensaje (el evangelio) lo que
se está viendo aquí. Así como vimos en nuestra discusión de kerysso, lo cual es usado en Romanos
10, hay un enlace inquebrantable entre la proclamación y lo que se proclama. Recuerda el
comentario de Runia: “dondequiera que este evento sea proclamado, este inaugura lo que este
evento ha logrado.”

De modo que no podemos escapar la conclusión de que la predicación juega un papel fundamental
en la salvación. Fuera de la persona que busca la salvación, ninguna otra acción por los seres

34
humanos (aparte del bautizar) es parte de este proceso. Ninguna justicia humana, ninguna piedad,
ninguna penitencia juega algún papel. En Romanos 10, Pablo enfatiza la importancia del papel del
predicador y de la predicación citando a Isaías 52:7 y Nahúm 1:15: “¡Cuán hermosos son los pies
de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”(Romanos 10:15). Warren Wiersbe
señala que el contexto de la referencia de Nahúm era la llegada de las buenas nuevas de la caída
del enemigo de Israel, los asirios. Este era un evento pasado. En Isaías, la referencia son nuevas
de un evento futuro: el fin del tiempo y la venida del Señor. “Pero Pablo usó la cita en una
aplicación presente: los mensajeros del Evangelio llevando las buenas nuevas a Israel hoy día. . .

ET
. El remedio para el rechazo de Israel está en oír la Palabra del Evangelio y creer en Jesucristo.”

Oír

La predicación es parte del proceso ya que el oír es parte del proceso. Para la persona que llega a

AG
la salvación el proceso comienza con el oír. Pablo hizo la conexión entre la proclamación de la
Palabra y el oír del oyente, y la llegada de la fe al corazón: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por
la Palabra de Dios” (Romanos 10:17). “El oír” como es usado en Romanos no es el proceso físico
de la mente recibiendo y procesando el sonido, tampoco es la atención pasiva a lo que se está
diciendo. R. C. Sproul explica:
A-
Luego Pablo pregunta en el versículo 18: Pero digo: ¿No han oído? Aquí hay un juego de palabras
en el lenguaje original entre la palabra griega para oír y la palabra griega para obediencia. El verbo
“oír” es akouein el cual simplemente significa “oír.” El verbo “obedecer” es hupokouein. . . .
IB
Aquellos quienes realmente oyen son aquellos que captan el mensaje y se penetra en sus corazones.
En facto, la palabra hupokouein es hallada en el versículo 16, donde dice que no todos aceptaron
el evangelio—literalmente no todos “obedecieron” el evangelio. Aunque vemos un contraste
frecuente en las Escrituras entre la ley y el evangelio, aquí tenemos una indicación de que el
evangelio debe ser obedecido. Hay un mandato implícito en el evangelio, un llamado a la
ial

obediencia a Jesucristo.

En el versículo 16, el Nuevo Comentario de la Biblia señala que Pablo había “dejado claro que
ter

la condición en esta cadena que se ha quedado sin cumplir es la responsabilidad de aquellos que
oyen a los predicadores de las buenas nuevas responder en obediencia y fe.”

En términos de una aplicación más amplia, Achtemeier insiste: “de lo que pueda tratarse este pasaje,
éste se trata únicamente de la gran importancia del oír.” La palabra que se acababa de utilizar en
Ma

el versículo 16 en la voz pasiva es utilizada en el versículo 17 en la voz activa. “La fe es por el oír.”
Y este oír activo es la respuesta a la Palabra de Dios.

La predicación del evangelio reta a los que oyen a responder a las buenas nuevas en fe y
obediencia, y esta respuesta brinda salvación. De esta manera, la predicación es una parte vital del
proceso de la salvación. Hallamos afirmación de esto en la pregunta de Pablo “¿Y cómo oirán sin haber
quien les predique?” (Romanos 10:14), ya que la respuesta es sin duda, ellos no oirán. Y sin oír
no hay creencia, y sin creencia no hay obediencia, y sin obediencia no hay salvación.

35
Conclusión

Como discutimos en el capítulo 2, la predicación como la entendió Pablo y el resto de la iglesia


del primer siglo, era la proclamación de las buenas nuevas de salvación en Jesucristo. Esta
proclamación no recurrió a la filosofía o a la retórica vacía, sino que mediante el poder del Espíritu
Santo demostró la presencia de Dios a través de Su Palabra. Fue eficaz al poner convicción en los
corazones de aquellos que la oyeron, conduciéndolos a la fe de lo que Jesús hizo en la cruz, y
llamándolos a identificarse con la muerte, sepultura y resurrección de Jesús por medio de la

ET
obediencia a las instrucciones de Pedro en el Día de Pentecostés: “Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

AG
El reconocer que la predicación es únicamente parte del proceso que conduce a la salvación no
significa que no exista otras formas en que la gente descubra primero el evangelio. ¿Son algunos
convictos y atraídos mediante un folleto o un libro? Ciertamente. ¿Son algunos salvos por medio
del estudio personal de la biblia? Sí. ¿Vienen otros a Dios después de ver un drama, o escuchar
una canción, o al ser testigos de un acto benevolente de un Cristiano? Absolutamente. Dios no
se ata a una sola manera para lograr Su voluntad en la vida de una persona, asimismo tampoco
A-
lo hace con la secuencia de la obediencia y experiencia hallada en Hechos 2:38. La mayoría se
arrepiente, luego se bautiza y después recibe el Espíritu Santo; pero esta secuencia no es la
experiencia de todos. Mientras que nadie recibe el Espíritu antes de arrepentirse, muchos lo
reciben antes de bautizarse, así como lo hizo la casa de Cornelio en Hechos 10. Esto no niega
IB
la necesidad del bautismo; esto sólo significa que el orden cronológico no es algo rígido. Así
también con la predicación; mientras que el predicador predicando la Palabra juega un papel
innegable para que todos se salven, la predicación no necesita ser el primer—y ciertamente no el
único—encuentro con la verdad.
ial

Todos nosotros somos como el eunuco etíope. El sinceramente escudriñó las Escrituras,
obviamente hambriento por entenderlas y al Dios que estas presentaban.
ter

De modo que para que su fe le trajera salvación, Dios envió un predicador; su nombre fue Felipe.
Cuando Felipe preguntó: “¿entiendes lo que lees?” el etíope respondió: “¿Y cómo podré, si alguno
no me enseñare?” (Hechos 8:30–31). Felipe fue invitado a subir al carro con el eunuco, y cuando
él le pidió a Felipe que le explicase un pasaje de Isaías 53: “Entonces Felipe, abriendo su boca, y
comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús” (Hechos 8:35). La
Ma

proclamación del evangelio resultó en fe y obediencia de parte del oyente: “Y yendo por el camino,
llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: ‘Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?’. . .
Y mandó parar el carro, y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos
8:36, 38).

Al venir a la salvación, todos necesitamos un guía. Este es el trabajo del predicador.

Fuentes Citadas en el Capítulo 3

36
William Barclay, The Letter to the Romans (La Epístola a los Romanos) (Edinburgh: The Saint
Andrews Press, 1975), rev. ed.

Paul J. Achtemeier, Romans, (Romanos) IBCTP (Louisville: John Knox Press, 1985).

D. A. Carson, R. T. France, J. A. Motyer, and G. J. Wenham, eds. New Bible Commentary: 21st
Century Edition (Nuevo Comentario de la Biblia) (4th ed. Leicester, England; Downers Grove, IL:

ET
InterVarsity Press, 1994).

John Peter Lange, Philip Schaff, F. R. Fay, and M. B. Riddle;


J. F. Hurst, tr. A Commentary on the Holy Scriptures: Romans (Comentario Sobre las Sagradas
Escrituras: Romanos) (Bellingham, WA: Logos Bible Software, 2008).

AG
Wolfgang Friedrich, “Preaching” Predicación en Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich, eds.,
Geoffrey W. Bromiley tr., Theological Dictionary of the New Testament (Diccionario Teológico
del Nuevo Testamento) (Grand Rapids: Eerdmans, 1964–76).

A-
Klaas Runia, “What is Preaching According to the New Testament?” (¿Qué es la Predicación
de Acuerdo al Nuevo Testamento?) The Tyndale Biblical Theology Lecture for 1976, delivered
at the School of Oriental and African Studies, London, on January 4th, 1977. (El Discurso de
Teología Bíblica de Tyndale del año 1976, expuesto en la Escuela de Estudios Orientales y
IB
Africanos, London 4 de enero de 1977).

Warren W. Wiersbe, The Bible Exposition Commentary (Comentario de Exposición de la


Biblia) (Wheaton, IL: Victor Books, 1996).
ial

R. C. Sproul, The Gospel of God: An Exposition of Romans (El Evangelio de Dios: Una Exposición
de Romanos) (Great Britain: Christian Focus Publications, 1994).
ter
Ma

37
ET
AG
A-
El orador persuade mediante el carácter moral cuando su discurso es entregado de tal manera que le
haga digno de confianza; ya que sentimos confianza en un grado mayor y más fácilmente en personas
IB
de valor con respecto a todo en general.

Aristóteles Ahora que hemos definido la predicación y discutido la base bíblica para esto, veamos
el proceso de la predicación, esto es, ¿cómo se hace? ¿cuáles son sus componentes?, y tal vez lo más
ial

importante, ¿cómo podemos aprender a realizarla y realizarla eficazmente?

¿Se puede aprender la predicación? Esta es un evento espiritual; eso es por seguro. Es una
colaboración entre Dios y los humanos, de modo que, ¿por qué necesitamos aprender a cómo
ter

hacerlo? ¿no lo podemos dejar en manos de Dios? ¿no le dijo Dios a uno de Sus profetas que no se
preocupase con respecto a lo que iba a decir, que Dios llenaría su boca con palabras?, sí, El dijo eso.
Cuando Jeremías estaba luchando con el llamamiento de Dios para su vida, uno de sus argumentos
fue que él no podía predicar, él sólo era un hombre joven, él no tenía nada que decir. La respuesta
Ma

de Dios fue directamente al centro de lo que realmente estaba molestando a Jeremías: el rechazo.
No era la falta de habilidad o de conocimiento lo que se hallaba al fondo de la renuencia de
Jeremías; era el miedo. “No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en
tu boca” (Jeremías 1:8–9). Esta era una visión tranquilizadora para un joven con miedo, abrumado
por la inmensidad y dificultad del llamado a predicar. Dios no estaba describiendo el método para
predicar de todos los tiempos; El simplemente estaba asegurando a Jeremías que con la ayuda de
Dios él sería capaz de hacer lo que se le había llamado a hacer.

38
Mientras que la predicación es espiritual y exige la unción de Dios, así como lo vimos en el capítulo
1, ésta también es comunicación; es hablar en público. Existen fundamentos para hablar en público
de manera eficaz los cuales se pueden y deben aprenderse. Estos son esenciales para el éxito. Estos
tal vez parezcan simples o sin importancia, pero el fallar a dominarlos incapacitará a su predicación
desde un principio.

Albert Einstein tuvo que aprender sus números, luego la adición y substracción. Después de eso
tuvo que memorizar su tabla de multiplicar y aprender a dividir. Luego vino la geometría, algebra,

ET
trigonometría y cálculo. Paso a paso tuvo que dominar estos fundamentos antes de poseer la
habilidad para llegar a E=MC2. La predicación poderosa tiene varios componentes. Muchos de ellos
son espirituales y totalmente dependientes del Espíritu de Dios; otros son prácticos. Juntos con el
Espíritu, estos son fundamentos de la comunicación. Apréndalos desde lo básico hasta los más

AG
avanzados y Dios pondrá Sus palabras en su boca.

Frecuentemente en la discusión sobre la predicación, el proceso de la predicación dice tener tres


componentes . Estos tres componentes están presentes en cada sermón predicado, sin importar el
tipo de sermón. Estos son:

1. El Predicador
2. La Preparación
3. La Presentación
A-
IB
Como lo puede ver, estos no tienen nada que ver con el número de puntos usados, o aliteración
memorable, o el uso apropiado de las ilustraciones. Estos tres son más fundamentales que eso;
estos son la base de cada sermón. No es una simplificación exagerada decir que si estos están bien,
el sermón estará bien, pero si estos tres no están bien, nada hará que el producto final sea bueno.
ial

Esta descripción de predicación no es algo nuevo. En facto, está basada en la descripción de


Aristóteles sobre hablar en público de manera eficaz: “Ahora las pruebas provistas por el discurso
son de tres clases. La primera depende del carácter moral del expositor, la segunda depende de
ter

poner al oyente en cierto estado de ánimo, la tercera depende del propio discurso, en la medida
que pruebe o parezca probar.” Aristóteles los enumera en un orden diferente (su orden es el
predicador, la presentación y la preparación), usted capta el punto. Estos tres ingredientes servirán
como un bosquejo aproximado del resto de este libro. Estudiaremos cada uno de estos ingredientes
Ma

a su vez, empezando con el predicador.

39
ET
AG
Determiné temprano en mi ministerio que yo no podía ser bueno en jugar golf. Decidí ser bueno
en predicar; usted tiene que elegir en qué será bueno, ya que usted solamente puede ser bueno en muy
pocas cosas. A-
Citado sin atribución en 12 Habilidades Esenciales para una Gran Predicación por Wayne
McDill
IB
Y El nombró a doce para que estén con El y para que El los envíe a predicar. Este es el comienzo
del entrenamiento del predicador, y la parte esencial de esto—estar CON EL y ser ENVIADO
POR EL.
Arthur E. Gregory
ial

En el centro de cada sermón se encuentra el predicador quien lo está predicando. La relación propia
de la persona con Dios, con la Palabra y con el mundo que lo rodea coloreará y afectará lo que se
ter

dice. Es posible predicar y no ser un verdadero hombre o mujer de Dios. Es posible ser elocuente
y hasta afectar a aquellos que lo escuchan. Pero es imposible, a la larga, evitar que su verdadera
persona sea revelada.
Ma

El ser un predicador y no poseer una relación real y profunda con Dios es privarle a sus esfuerzos
de un poder persuasivo verdadero. Sus resultados solamente serán los resultados que una pieza
bien elaborada y elocuente de un hablar en público puede brindar. No debemos confundir el
poder del habla eficaz con el poder de Dios. Siempre ha habido expositores poderosos quienes
atrajeron a grandes multitudes, en efecto a naciones enteras, para que los siguiesen ya sea para
bien o para mal. Usted debe ser algo más que eso. Usted necesita la unción de Dios y el poder de
la Palabra para tener un efecto eterno en aquellos que lo escuchan. Sin estas dos cosas, su
predicación se convertirá en metal que resuena y címbalo que retiñe.
Si usted no tiene la intención de dedicarse a un compromiso diario y duradero para desarrollar y

40
mantener un caminar genuino con Dios, entonces haga otra cosa; por amor de los que lo escuchan
y por amor de sí mismo, no sea un predicador. El predicar la Palabra de Dios no es una profesión,
no es un empleo, tampoco una carrera. Esto es una vocación suprema y santa, una comisión sagrada
de Dios Mismo. El afrontarla de manera ligera y buscarla para tener una oportunidad de estar en
frente de una multitud para sólo buscar la atención o aplauso es una cosa necia y hasta peligrosa
de hacerlo.
Llamado por Dios

ET
El principio de todo ministerio verdadero es el llamamiento de Dios. Sobre este llamamiento,
William Sangster escribió:

¡Llamado a predicar! ¡Comisionado por Dios a enseñar al mundo! ¡Heraldo del gran Rey! ¡Testigo

AG
del Evangelio Eterno! ¿Puede algún otro trabajo ser más supremo y santo? Para esta tarea suprema
Dios envió a Su hijo unigénito. En toda la confusión y frustración de los tiempos, ¿es posible
imaginarse un trabajo comparable en importancia a la proclamación de la voluntad de Dios a
hombres descarriados? No por casualidad, ni tampoco por el egoísmo obstinado de los hombres,
se le dio al púlpito el lugar central. . . Está allí por diseño y devoción. Está allí por la lógica de las

A-
cosas. Está allí como el trono de la Palabra de Dios.

Es absolutamente vital recordar que Dios hace el llamado. Nosotros no escogemos ser predicadores
como si escogiéramos ser, por decir, abogados, doctores o vendedores. Dios es quien elige; nuestra
IB
única elección es obedecer o no obedecer. Esto nunca es una elección simple ni tampoco fácil.
Algo dentro de nosotros parece reconocer las ramificaciones de largo alcance de dicha elección, y
es natural vacilar, preguntar y dudar.

El llamamiento a predicar no es simplemente el plan de Dios para nuestras vidas, ni tampoco es


ial

solamente la voluntad de Dios para nuestras vidas. Dios tiene una voluntad y plan para las vidas
de todos Sus hijos, no cabe duda de eso. A veces hablamos de alguien siendo llamado a hacer otra
cosa que el predicar; esto es cierto ya que ciertamente hay llamamientos menores: doctor, abogado,
presidente, o rey. Pero este es el llamamiento a predicar. Este llamamiento no solamente toca el
ter

tiempo y la vida aquí, sino que también toca la vida eternal ya que la predicación es algo integral
en el proceso de salvación, como ya lo hemos visto en el capítulo 3: “¿Cómo, pues, invocarán a
aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán
sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” (Romanos 10:14–15a).
Ma

Este llamamiento es como Dios envía a aquellos que predican, y solamente aquellos que tienen
este llamamiento pueden verdaderamente predicar.

El llamamiento de Dios es para siempre. Veamos Romanos 11:29: “Porque irrevocables son los
dones y el llamamiento de Dios.” Dios no revoca Su llamamiento, aunque nosotros tal vez lo
rechacemos, abusemos o hasta nos descalifiquemos para seguirlo. El simplemente ignorarlo y vivir
nuestras vidas para cumplir nuestras propias ambiciones y planes es algo peligroso. “Y Jesús le dijo:
Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas
9:62). El contexto aquí es el llamamiento a predicar el evangelio.

41
Estar Seguro, Luego Proceder

Ya que la decisión de reconocer y obedecer el llamamiento a predicar es una elección seria y que
altera la vida, nosotros debemos abordarla con la gravedad que exige. Después de Jesús, el
predicador más grande de todos los tiempos fue Pablo. Su ministerio ha afectado al mundo como
ningún otro, aun así él a veces se maravilló que tal responsabilidad de predicar el único evangelio
de salvación fuese puesta sobre los hombros de seres humanos. “Porque para Dios somos grato olor

ET
de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y
a aquellos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (II Corintios 2:15–16).
El participar en la predicación porque a usted le encanta la atención o desea impresionar a alguien
es ocasionar desastre. Usted predica porque no le queda otra cosa más que hacerlo.

AG
Cuesta ser predicador, y no todos están equipados para afrontar tal costo. Santiago tal vez tuvo esto
en mente cuando escribió: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo
que recibiremos mayor condenación” (Santiago 3:1). La palabra traducida “maestros” puede ser
mejor traducida instructores para que así el significado del comentario de Santiago sea “Muchos
no deben ser instructores, sabiendo el peso que ellos deben llevar.” Todo esto se resume en el motivo
A-
por el cual usted desea ser predicador. Para la gran mayoría de predicadores, existe un
reconocimiento mínimo, aun menos el aplauso. La mayoría pasan sus vidas obrando en anonimato,
fielmente cumpliendo su llamamiento. La mayoría no serán ricos, famosos, o por reconocimiento
del mundo personas con éxito. Pero ellos cumplirán lo que Dios los ha llamado a hacer. Ellos
IB
jalarán a muchos del fuego y grande será su recompensa, no aquí, pero en el cielo. Si usted desea
algo más que una vida de servicio, abnegación y compromiso con una causa eterna más y más
fuera de ritmo con los tiempos modernos, no sea un predicador.
ial

Mi pastor A. E. Carney solía aconsejar a aquellos que venían a él diciendo que habían sentido el
llamamiento a predicar: “Si usted puede hacer algo más, no predique.” Yo en alguna ocasión he
compartido ese consejo y a veces ha sido mal entendido y pocas veces hasta ha ofendido a alguien.
Una vez, después de una clase donde yo cité al hermano Carney, se me acercó una jovencita quien
ter

estaba molesta. Ella me dijo: “Hermano Jones, no está bien decir que solamente los que no son
capaces de hacer algo más deberían predicar. Si enseñamos eso, evitaremos que nuestros mejores
y más capaces jóvenes sean predicadores y aquellos son los que necesitamos” Por supuesto que
ella tenía la razón, pero ella no entendió el punto. (Yo debería haberlo comunicado mejor) Cuando
el hermano Carney dijo: “Si usted puede hacer algo más, no predique,” él no quiso decir que los
Ma

predicadores deberían ser sacados de los más ineptos y descalificados que no pueden ganarse la
vida de otra manera. El quiso decir que no importa a qué otros campos de labor usted sea llamado,
no importa cuán capaz y talentoso usted sea para hacer algo más, no importa cuánto usted desee
hacer otra cosa más, si usted verdaderamente es llamado a predicar, usted no tendrá otra opción,
usted simplemente debe ser un predicador. Así que, si usted descubre a pesar de sentir ser llamado
a predicar, poder ser una persona feliz, realizada y satisfecha haciendo algo más, entonces usted no
fue verdaderamente llamado a predicar. Si usted es llamado, simplemente no queda otra opción:
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay
de mí si no anunciare el evangelio!” (I Corintios 9:16).

42
Si hay reservaciones, haga algo más hasta que usted sepa por seguro. Una vez que usted sabe,
comprométase totalmente. Nunca pida a Dios una cláusula de escape: “Si esto no funciona, yo
puedo. . . .” El entrar al ministerio con planes de salir no funciona. No funciona para el matrimonio,
y tampoco funcionará para el ministerio. Usted se sentirá desalentado, usted sentirá abandonar,
pero si usted verdaderamente es llamado y está completamente comprometido, usted lo logrará,
simplemente porque no hay otra opción.

ET
Respuesta al Llamamiento

Es importante darse cuenta que el llamamiento es sólo eso—un llamamiento. Esto no lo hace a
usted un hombre o mujer de Dios. Es lo que usted hace con ese llamamiento lo que lo hace a usted

AG
un varón o mujer de Dios. El llamamiento es un punto de partida, es el fundamento, y debe
edificarse sobre éste.

¿Así que, cómo responde usted al llamamiento? Simplemente empiece a ocuparse, participe en la
vida de la iglesia local. Uno de los requisitos del predicador que exploraremos en el próximo
capítulo es “no un novato.” Un novato es un principiante, uno que le falta experiencia. La
A-
experiencia llega con el tiempo y la participación. Usted necesita experiencia—no en la
predicación—en vivir, en orar y en testificar.

Casi cuarenta años atrás, el hermano Fred Foster estaba enseñando una clase para ministros jóvenes
IB
durante una reunión distrital en Louisiana. Durante la lección, él dijo algo que yo escribí en una
de las páginas vacías de mi Biblia nuevecita de Referencia en Cadena por Thompson. Y dice así:
“Usted puede ser joven en años pero viejo en horas, si es que no ha perdido ningún tiempo.” No
espere estar en el púlpito inmediatamente, pero tampoco se siente y ponga mala cara; ocúpese.
ial

Empiece a dedicarse al estudio de la Biblia, al estudio de sermones, al estudio de ministerio. Vaya a


su pastor y póngase a su servicio, luego haga lo que él le pida, sin importar lo insignificante que
sea. Yo empecé cortando el césped de la iglesia; Jeff Arnold limpió los baños. Casi todo predicador
que está en el ministerio hoy en día empezó así como nosotros. Medite en Mateo 25:21. “Y su
ter

señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor.”

Haga o genere un lugar para su llamamiento. Yo he conocido predicadores quienes están


amargos con lo que ellos consideran la injusticia de su organización ministerial. Ellos dicen que uno
Ma

debe conocer a alguien, o ser pariente de alguien para así tener alguna oportunidad. Yo no digo que
las organizaciones humanas no sean presas de algunos de los mismos males que afectan a cualquier
grupo de seres humanos, pero existen muchos ejemplos de hombres y mujeres sin conexión o
nacimiento quienes han tenido grandes ministerios y han impactado tremendamente, de modo que
esta excusa no tiene fundamento. Usted es responsable de hacer firme su llamamiento y elección.
Yo recibí una carta de un predicador quien rindió sus credenciales para predicar de la Iglesia
Pentecostal Unida Internacional debido a que, como él mismo de forma amarga lo señaló: “¡Yo he
tenido mi licencia por dos años y la IPU todavía no me ha encontrado una iglesia para pastorear!”
Phillips Brooks dice que tal gente “son de la clase que no hacen un lugar en la vida para sí mismos,

43
sino que esperan que alguien más haga uno para ellos y los pongan en éste.”

No debería ser fácil ser un varón o mujer de Dios. Esto debería costar lo mismo en términos
de sacrificio, compromiso y esfuerzo como para ser un doctor o abogado, y tal vez hasta mucho
más. Si usted tiene la bendición de tener alguien quien le ayuda en el camino agradézcale a Dios
por ello; pero si no es así usted mismo haga su propio camino, Dios lo ha llamado a usted; su tarea
es obedecer el llamamiento sin importar cuán duro sea el camino.

ET
Cuando yo empecé a predicar, yo virtualmente no conocía a nadie y nadie me conocía a mí. Mi
padre no era un predicador; ninguno de mis abuelos servía al Señor. Pero sí tenía la gran ventaja
de tener un gran pastor, A. E. Carney, quien hizo llamadas y animó a sus amigos a darme una
oportunidad para predicar y pocos de ellos lo hicieron. Pero mayormente, como muchos otros
quienes empezaron al mismo tiempo que yo (Carlton Coon, Tommy Parker, Tim Mahoney, Mark

AG
Christian, Ronnie LaCombe, Murrell Cornwell, Darrel Johns, y muchos más), yo tuve que crear
un lugar para mí mismo. Hubo varias semanas sin tener un lugar dónde predicar. A menudo durante
la Navidad, cuando escasamente había avivamientos, yo tuve que hacer trabajos ocasionales. A
veces pude ayudar con el inventario anual en el concesionario de automóviles donde mi padre era
el jefe de repuestos.
A-
Yo aprendí a predicar conduciendo avivamientos en iglesias pequeñas en comunidades
pequeñas: Six-Mile, Doodle Fork, Jigger, Red Star, Oberlin. La asistencia era pequeña, paciente
con un novato tratando de aprender a predicar de forma eficaz. Era similar como aprender a nadar,
IB
dar un salto y esperar lo mejor. Yo llevaba mi biblioteca pequeña conmigo, estructuraba mis días
alrededor de la devoción, el estudio y armaba sermones. Algunos de ellos eran muy buenos,
muchos de ellos eran malos. Yo trabajaba en formar oraciones, en cómo decir las cosas de manera
eficaz y memorable. Yo pensé sobre cómo medir el impacto de cada punto y cómo ordenarlos para
un efecto máximo. Sin darme cuenta aprendí sobre el ritmo, cadencia, el poder de la ilustración y
ial

cómo relatar una historia. Aprendí esto mediante la experiencia. Yo predicaba, a menudo ocho
veces por semana, noche tras noche. Y aprendí de otros predicadores, a medida que los veía,
empecé a analizar su predicación y buscar lo que funcionaba y por qué. No hay otra fuente más
ter

rica para aprender a predicar que los predicadores eficaces alrededor suyo. Sin embargo, una
palabra de precaución: al aprender de ellos, evite la trampa de la personificación. Es un error
adoptar una personalidad de púlpito que no sea la suya propia. Por supuesto que usted usará la
sintaxis y la estructura de oraciones en el púlpito que es diferente al hablar diario. Pero el
simplemente imitar a otro predicador es una distracción para la congregación en el mejor caso y
Ma

divertido en el peor caso. Esto hasta puede ser algo raro. Además le roba a la iglesia de algo que
necesita: la voz suya.

Haga un lugar para usted mismo sirviendo y haciendo lo que está a la mano con un compromiso
firme de hacer lo mejor que pueda. El llamamiento abrirá un camino, su ministerio nacerá. Aprenda
a caminar, a hablar y luego corra. Las oportunidades llegarán si usted es fiel, usted no puede ver
lo que hay más allá del camino, ninguno de nosotros puede. Pero usted puede empezar hoy día, allí
donde está, haciendo lo que tiene oportunidad de hacer. El recorrido es largo y puede ser duro, se
lo dice alguien que lo ha recorrido por más de cuarenta años: vale la pena; responda al llamamiento

44
y empiece hoy día.

Fuentes Citadas en el Capítulo 4

William Sangster, The Approach to Preaching (El


Enfoque a la Predicación) (London: Epworth Press,
1951. Repr., Grand Rapids: Baker, 1974).

ET
Phillips Brooks, Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in
January and February, 1877 (Discursos Sobre la Predicación Presentados Ante la Escuela de la
Divinidad de la Universidad de Yale en Enero y Febrero 1877) (New York: E. P. Dutton, 1878).

AG
A-
IB
ial
ter
Ma

45
ET
AG
Un maestro es alguien quien cada día trata de alcanzar la perfección. Hay muchos días que usted
A-
preferiría cortar camino en vez de hacer algo tan bien como se puede hacer y mejor que el día
anterior. Un maestro es alguien quien tiene la ética de trabajo, quien tiene la disciplina, quien
tiene la pasión de hacer lo que hace incrementalmente mejor cada día hasta el día que fallece.
Ryan Neil
IB
Usted puede ser joven en años pero viejo en horas,
si es que usted no ha perdido ningún tiempo.
Fred Foster
ial

Como en cualquier otro esfuerzo, hay cualidades para ser un predicador. Estas no tienen nada que
ver con su apellido, la ocupación de sus padres, el tamaño de su iglesia o la reputación de su pastor.
Estas tampoco no tienen nada que ver con la educación, experiencia, habilidades o cualquier otro
ter

logro que rellenan el currículum vitae. Estas tienen todo que ver con usted: sus elecciones, su
carácter, cómo pasa usted su tiempo, con quién se junta. Todo esto juega un papel para ver si usted
califica para ser o no ser un predicador.
Ma

Así como la Biblia nos dice lo que es la predicación, la Biblia nos dice lo que es un predicador. Al
escribir a un predicador joven, Timoteo, Pablo hizo una lista de las cualidades necesarias para ser
un predicador. Aunque principalmente estaba describiendo a un pastor, su lista encaja para todos
los predicadores sin importar su posición ministerial.

Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea
irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible,
no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues

46
el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?), no un neófito, no
sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen
testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo (I Timoteo 3:1–
7).

En su carta a Tito, Pablo dio una lista de cualidades para aquellos que serían ordenados ancianos
en la iglesia en Creta:

ET
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada
ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos
creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo
sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio,

AG
justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que
también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen (Tito 1:5).

Usted debe cuidadosamente estudiar y considerar profundamente estas cualidades. Hay muchas
para escoger en estos dos pasajes, pero nos dedicaremos a siete de ellas: disciplina, moderación,

A-
honestidad, buena mayordomía (de dinero y tiempo), sinceridad, moralidad, y fidelidad. Miremos
brevemente a cada una de ellas a la vez.

Disciplina
IB
Esta es la más importante ya que todas las demás reposan sobre ésta. Simplemente dicho, alguien
que no posee disciplina tampoco poseerá ninguna de las otras cualidades ya que todas estas son
extensiones de la disciplina. Ninguna de ellas puede existir sin ésta. Para los predicadores
especialmente, la disciplina es vital debido a que no marcamos una tarjeta de tiempo, no tenemos
ial

un supervisor para que supervise nuestras actividades, no rendimos cuentas a nadie de cómo
ocupamos nuestro tiempo. La auto disciplina es fundamental.
ter

Moderación

Estrechamente relacionada con la disciplina está la moderación. Pablo probablemente tuvo la


moderación en mente cuando escribió I Corintios 6:12. “Todas las cosas me son lícitas, mas no
todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.” El
Ma

contexto es el poder del pecado, pero la visión más amplia es “viandas para el vientre, y el vientre
para las viandas” (6:13). En otras palabras, el poder para dominarnos no siempre proviene de las
cosas que son pecaminosas o adictas en sí mismas, sino que proviene cuando permitimos que estas
consuman nuestras vidas. Los pasatiempos, deportes, los medios de comunicación social, y todos
los intereses que consumen nuestro tiempo y llenan nuestros pensamientos deben estar fuertemente
controlados y puestos en su lugar de otro modo estos se irán fuera de control. La moderación en
todas las cosas terrenales es un credo digno.

47
Honestidad

“Decida ser honesto en todo caso; y si en su juicio no puede ser un abogado honesto, decida ser
honesto sin ser un abogado.” Así lo aconsejó el abogado Abraham Lincoln. Casi parece absurdo
recordar a los ministros a que sean honestos, pero la Biblia así lo hace. La deshonestidad es un
hábito de la mente y de la actitud. Si usted exagera, engaña o trata falsamente con la gente, usted
no solamente se enfrentará a Dios al final, sino que sin duda, en esta vida usted perderá el respeto
de las personas. La reputación de usted es vital para su éxito como ministro. Sin una honestidad

ET
fundamental usted se quedará sin ministerio.

Mayordomía

AG
Un mayordomo es alguien quien se encarga de las propiedades de los demás. Nuestra riqueza,
tiempo y nuestros talentos no nos pertenecen a nosotros, estos pertenecen a Dios. El nos permite
usarlos, y la manera cómo usamos estos bienes para El determina si somos buenos o malos
mayordomos. En nuestra administración del tiempo, dinero y habilidades debemos poner a
trabajar tres atributos de los que ya hemos acabado de hablar: disciplina, moderación, y
honestidad. La falta de cualquiera de estos tres a menudo se muestra en la administración del
A-
dinero. Cuentas sin pagar, vivir por encima de sus medios, y la deshonestidad financiera todo
esto revela una vida interna caótica. Cualquiera puede pasar por tiempos duros, pero el tratarlos con
disciplina y honestidad no solamente establece una buena reputación, sino también esto establece a la
IB
persona interna.

Sinceridad

Simplemente dicho, la sinceridad es vivir lo que usted predica; es ser real. Por naturaleza la
ial

sinceridad no es algo que uno puede intentar a ser o actuar a ser. Usted puede forzarse a un estilo de
vida disciplinada, desarrollar buenos hábitos y convertirse en una persona de integridad, pero la
sinceridad no funciona de esa manera. No quiero decir que usted no pueda comprometerse a ser
sincero y vigilar su comportamiento para asegurar que usted dice lo que quiere decir y sólo es lo
ter

que usted es; lo que quiero decir es que si usted no es sincero usted actuará como si tuviera
integridad, disciplina y honestidad, pero en realidad usted no lo tiene. Usted dirá todas las cosas
correctas y enseñará a quienes lo oyen las enseñanzas bíblicas sobre la justicia, pero usted dará a su
ser secreto un pase para justificar un estilo de vida el cual no es igual al que enseña a los demás.
Ma

Mientras que la disciplina es un ejercicio de la voluntad para ser lo que debemos ser, la sinceridad
es el motor espiritual detrás de los actos de disciplina. La sinceridad no es un acto de voluntad; ésta
es un acto de relación. El conocer a Jesús y sinceramente ser como El debe ser el deseo del corazón
de todos nosotros.

Moralidad

Como muchas de estas cualidades, parece extraño señalar a los predicadores a que sean morales.
¿Por qué tendría alguien que imaginarse que una persona puede ser predicador sin ser moral? Sin

48
embargo, los ejemplos son muchos de predicadores que fallan en esta área fundamental. Su relación
con el sexo opuesto debe ser resguardada en todo tiempo. La promiscuidad de nuestros tiempos, la
laxitud de los medios de comunicación, y las oportunidades secretas de la Internet, todo esto exige
un compromiso con la moralidad; no sólo porque usted desea ser un predicador, sino porque usted
desea ser recto y ser justo.

Fidelidad

ET
Note la declaración final de Pablo en su descripción de las cualidades para predicar que dio a Tito:
“Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con
sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:5). Es por eso que desarrollamos
estas cualidades en nuestras vidas. Internalice la Palabra, su fidelidad a la Palabra será tarde o

AG
temprano cuestionada por algún predicador popular quien tiene ideas modernas. Este predicador
atacará a la gente en quien usted ha confiado, a la iglesia de quien usted ha formado parte y hasta
atacará a la Palabra misma. El retener no implica un agarre suelto, este retrata un agarre de muerte
que aunque alguien está jalando con toda su fuerza para romperlo, no lo soltará. Retener la Palabra
no solamente es la base de lo que creemos y de lo que hacemos, sino que también define lo que
somos. No lo rinda sin darle la lucha de su vida. Para hacer una paráfrasis de una calcomanía de
A-
parachoques: Usted puede llevarse mi fe cuando me la quite de mis manos frías y muertas.

Por Qué Vivimos de Esta Manera


IB
Nosotros vivimos de acuerdo a este código para así ser predicadores eficaces de la Palabra. Estas
cualidades no son para que obtengamos credenciales de una organización, o seamos honrados
como ministros, o hasta para ser bendecidos por Dios; estas son para que podamos manejar
eficientemente la Palabra de Dios.
ial

Este no es un asunto ligero. En II Corintios 2, Pablo discutió el impresionante papel del predicador al
manejar la Palabra de Dios:
ter

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros
manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo
en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a
aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Pues no somos como muchos,
Ma

que medran falsificando la Palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante
de Dios, hablamos en Cristo (II Corintios 2:14–17).

Aun un examen superficial de este pasaje revela algunas verdades serias sobre la relación entre la
vida interna del predicador y su predicación. Primero, nosotros somos usados por Dios; lo que
hacemos en última instancia no es el resultado de talento, habilidad o educación. Al final, la
predicación es una cosa divina, una cosa de Dios. Cuando predicamos, Dios nos está usando para
manifestar el olor (revelar la influencia) del conocimiento de Dios.
Segundo, Pablo insistió que la Palabra cambia a la gente, para bien o para mal cuando es revelada

49
por medio de la predicación ungida. Si la gente acepta y obedece, esta les brinda vida; si la
rechazan, esta les brinda muerte. Pero de ambos modos, ellos son cambiados para siempre mediante
la influencia de la Palabra predicada. Estas son almas y estas almas vivirán eternamente en el Cielo
o en el Infierno, en gran parte porque han sido persuadidos o no por nuestra predicación. Por
supuesto que ellos están ejercitando su propia voluntad, pero Pablo se negó a exonerarnos; en vez,
él enfatizó el papel que desempeñamos, cuando predicamos la Palabra de Dios, en establecer los
destinos de aquellos que nos oyen: “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (II Corintios 2:16).

ET
No podemos dudar que él tenía en mente a la predicación ya que enfoca nuestra atención con estas
palabras: “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios.” Y finalmente él
explica la única manera posible en la que el ser humano puede llevar tal responsabilidad: “sino que con
sinceridad. . . de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (II Corintios 2:17).

AG
En efecto, ¿quién es digno de manejar tal cosa poderosa como la Palabra de Dios, la cual es vida
o muerte para aquellos que la oyen? Solamente hombres y mujeres sinceros, solamente aquellos
que reconocen totalmente su propia fragilidad como seres humanos, pero no pueden escapar del
hecho de que han sido llamados. Ellos saben que no pueden ser dignos; solamente pueden ser
obedientes.
A-
¿Cómo podemos desarrollar el tipo de vida que nos equipe para tratar con los asuntos eternos de
la Palabra de Dios? La vida sincera debe comenzar con las convicciones rectas. Las convicciones
son nuestras creencias fundamentales inquebrantables. Las creencias fundamentales son doctrinas
IB
y valores innegociables en los cuales creemos y mantenemos. No importa los cambios en la cultura,
la costumbre pública o normas legales, nuestros valores fundamentales no cambian. Nuestra
identidad como la iglesia así como también nuestra relación individual con Dios son reflejadas en
nuestros valores y creencias fundamentales. Sin estas convicciones inquebrantables, nosotros no
podemos esperar en manejar adecuadamente la Palabra de Dios. En su libro, La Iglesia Apostólica
ial

en el Siglo Veintiuno, David K. Bernard identifica tres categorías de valores fundamentales:


identidad apostólica, unidad apostólica y avivamiento apostólico. Dentro de estas categorías están las
creencias básicas que forman el fundamento de nuestro Cristianismo. Aquí tenemos como el
ter

hermano Bernard los describe:

Como creyentes apostólicos nos modelamos de acuerdo a la iglesia del Nuevo Testamento. Estos
tres valores fundamentales son prominentes en Hechos 2, lo cual describe el principio de la iglesia,
el mensaje de los doce apóstoles y la vida de los primeros creyentes. En este relato, vemos un
Ma

compromiso firme con la identidad doctrinal (versículo 42), incluyendo la deidad de Jesús
(versículos 21, 36), el plan de salvación (versículos 4, 38), y la separación del mundo (versículo
40). También vemos un ejemplo firme de la unidad—compañerismo, oración, dar sacrificial, y
adoración (versículos 43–47). Finalmente, vemos un avivamiento verdadero, con prodigios, señales,
discipulado, y crecimiento en número (versículos 43, 47).

Su dedicación a estas creencias fundamentales de identidad, unidad y avivamiento moldean a su


persona interna para reflejar a Jesucristo. A medida que usted personalmente se convierte más y

50
más como El, su predicación toma un aspecto el cual es imposible de producir de cualquier otra
forma. Usted verdaderamente se convierte en Su mensajero. La gente oye Su voz cuando usted
predica.

John R. W. Stott, en Entre Dos Mundos, discute las convicciones que son necesarias para formar
el fundamento del ministerio del predicador. Veamos la lista de Stott:

La primera es la convicción referente a Dios.

ET
• Dios es luz. Así como la naturaleza de la luz es brillar así también la
naturaleza de Dios es revelarse a Sí Mismo.
• Dios ha actuado tanto en la creación como en la redención.
• Dios ha hablado. No sólo en hechos El se ha revelado a Sí Mismo sino

AG
que El en realidad ha hablado.

La segunda es nuestra convicción referente a la Palabra.


• La Escritura es la Palabra de Dios escrita. Como tal es la base de todo lo
que decimos.


pasado.
A-
Dios todavía habla mediante Su Palabra. No es un libro muerto del

La Palabra de Dios es poderosa. ¿Espera usted que algo suceda cada vez
que predica?
IB
La Tercera, necesitamos una convicción referente a la iglesia.
• Esta es la creación de la Palabra de Dios. Como tal, depende de la Palabra.

Junto con eso necesitamos una convicción referente al pastoreo.


ial

• Dios todavía pone obispos en Su iglesia, y siempre lo hará.

Finalmente, necesitamos una convicción referente a la predicación.


El predicador debe predicar la Palabra. No la opinión, la política, sino la
ter


Palabra.

Estas convicciones forman la base de nuestra actitud hacia lo que hemos sido llamados a hacer.
Debemos poner particular atención a la segunda. Nunca debemos perder nuestra absoluta confianza
Ma

en la Biblia como la Palabra de Dios. La Biblia no es solamente una fuente de historias y textos
que ilustran principios exitosos que si lo seguimos enriquecen y brindan propósito a nuestras
vidas; la Biblia es la fuente del poder que nos habilita a vivir de acuerdo a esos principios. La
predicación de la Palabra de Dios no solamente salva a sus oyentes, ésta los transforma. Una vez
que quedamos absolutamente convencidos de esta verdad, la convicción final es formada: el
predicador debe predicar la Palabra. Me entristezco cuando veo que predicadores usan el púlpito
para educar, informar, y hasta inspirar; pero lo hacen sin tener la Biblia como la fuente y centro
del sermón. Mientras que los principios que ellos están comunicando pueden ser de valor o hasta
esenciales, el basarlos en la psicología, la experiencia humana o en principios de negocios es

51
despojarlos del poder que la Palabra brinda. En el próximo capítulo veremos el requisito
fundamental de todos los predicadores: predique la Palabra.

Fuentes Citadas en el Capítulo 5

David K. Bernard, The Apostolic Church in the Twenty-First Century (La Iglesia Apostólica en el

ET
Siglo Veintiuno) (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 2014).

John R. W. Stott, Between Two Worlds (Entre Dos Mundos) (Grand Rapids: Eerdmans, 1982).

AG
A-
IB
ial
ter
Ma

52
ET
AG
A-
Tres palabras deben ser claramente entendidas y diferenciadas en nuestros pensamientos: e l
IB
don, el conocimiento y la habilidad. El don o talento proviene de Dios. El conocimiento proviene
de un estudio concentrado, consciente y en oración de la Palabra de Dios. La habilidad se
desarrolla a medida que el don es ejercitado en un ambiente de espiritualidad.
Alfred P. Gibbs
ial

La entrega del sermón deriva su razón de existencia de su relación con el contenido del sermón.
Esa relación puede ser especificada como una que maximiza el mensaje y minimiza al mensajero.
Al Fasol
ter

La llamada filosofía emergente que oímos hoy en día, entre otros terribles fracasos, roba al
púlpito su autoridad y al predicador su dignidad; esta filosofía no es nada nuevo. Siempre ha
existido esta falsedad insidiosa de que el predicador no sabe más, no tiene más discernimiento,
Ma

no tiene más entendimiento de la Palabra de Dios que el creyente más nuevo. “Yo no sé más que
usted, así que venga, lo buscaremos juntos. Sus opiniones y sus comentarios son tan importantes
como los míos.” De modo que la predicación se abandona por el diálogo, y la verdad absoluta por
una tontería relativista. “Los hombres siempre han ignorado” tales disparates, dijo Phillips Brooks
135 años atrás, y siempre lo harán.

Esto es exactamente lo que Pablo tenía en mente cuando le insistió al joven predicador, Timoteo:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse”

53
(II Timoteo 2:15). Su llamamiento expresa la confianza que Dios tiene en usted; lo que usted haga
con Su llamamiento determinará su eficacia y éxito como predicador.

Nadie en su mente sana pondría su salud y vida en manos de un doctor que dice: “Yo no sé más
de la medicina que usted. Venga y discutamos sus problemas, y con su conocimiento y el mío juntos
tal vez podamos hallar una solución en la cual usted pueda creer.” ¡Quiero una segunda opinión!
Tampoco nadie buscaría un consejo legal en alguien que no tiene más entrenamiento y experiencia
en la ley que él o ella. Nosotros no confiaríamos nuestro carro a un mecánico que no sabe más de

ET
automóviles que nosotros mismos. ¿Por qué la gente debería confiar sus almas a un predicador que
dice no saber más sobre las cosas de Dios que ellos mismos?

Nuestra autoridad no se halla en el hecho que predicamos, sino en el contenido de nuestra


predicación. Una predicación tonta, superficial y orientada al entretenimiento no es más digna de

AG
atención que cualquier otro esfuerzo del hablar en público, pero un sermón que contiene las
verdades de la Palabra eterna exige una respuesta.

La iglesia primitiva estaba consumida con el deseo de llevar el evangelio al mundo. Incluso antes
de que sus ojos fuesen abiertos al hecho de que el Cristianismo no sería una secta más del judaísmo,
A-
ellos propagaron las nuevas del evangelio dondequiera que fueron. Así como Jesús dijo que
deberían, ellos empezaron en Jerusalén. Después del Día de Pentecostés, el avivamiento se propagó
por toda la ciudad, grandes milagros atrajeron a las multitudes incluyendo a aquellos que vivían
en los pueblos vecinos, y miles fueron llenos del Espíritu Santo y bautizados en el nombre de
IB
Jesús. Lo impactante en el relato del avivamiento de Jerusalén fue cuán impotentes estaban los
miembros del concilio para detener el avivamiento y cuán aterrorizados estaban de hombres sin
educación y poco sofisticados. Los discípulos fueron arrestados, amenazados, soltados, arrestados
de nuevo, liberados de la prisión a la media noche, luego arrestados de nuevo, solamente para ser
soltados de nuevo. El concilio estaba paralizado por el miedo. También es asombroso notar que el
ial

concilio no tenía miedo de los milagros que los discípulos obraban, o de las multitudes grandes que
venían a oírlos predicar. Era la predicación misma lo que ellos temían. Una y otra vez el concilio
mandó a los discípulos a parar de predicar y enseñar: “Y llamándolos, les intimaron que en ninguna
ter

manera hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús” (Hechos 4:18).

Sus amenazas no detuvieron a los discípulos; ellos continuaron propagando las buenas nuevas por
todo lugar. Los resultados de su predicación audaz y fiel fueron increíbles: la gente fue llena del
Espíritu Santo y bautizadas cada día. Puede ser que en cuestión de semanas tantos como cincuenta
Ma

mil fueron salvos. ¿Cuál fue el secreto de este gran avivamiento? No fueron los edificios, los
esfuerzos organizados o la estructura. Su secreto fue simple: el mismo concilio frustrado lo
describió mejor en Hechos 5:28. “¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese
nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la
sangre de ese hombre.”

El éxito de los discípulos no estuvo basado en la personalidad, talento o habilidad para tratar con
la gente. Fue su predicación y enseñanza de la doctrina, pura y simple. La iglesia en Jerusalén
no paraba de proclamar la doctrina y Dios les dio avivamiento.

54
“Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina.” La verdad de la doctrina es el motor del
avivamiento; es la esperanza del mundo. La doctrina define a la iglesia; es lo que predicamos, pero
aun es algo más: es lo que somos. Es lo que nos hace diferentes. El abandonar la doctrina es
abandonar nuestra identidad misma. A pesar de lo que aquellos que odian la verdad digan, la
doctrina, adecuadamente predicada y enseñada, no divide; esta reúne a la gente, esta hace que
volteen sus caras a Dios. Hay una atracción poderosa incrustada la cual atrae a hombres y mujeres
en toda cultura y en todo tiempo.

ET
No mucho tiempo atrás escuché a un predicador predicar Hebreos 6. Ese es mi capítulo favorito
el cual me ha fascinado por largo tiempo, de modo que le di toda mi atención. Me dejaron
sorprendido y triste sus comentarios sobre este pasaje maravilloso. Aquí tenemos lo que la Palabra
de Dios dice:

AG
Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no
echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina
de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y
esto haremos, si Dios en verdad lo permite (Hebreos 6:1–3).
A-
El predicador se enfocó en estos tres primeros versículos del capítulo, y más especialmente en el
primer versículo. El enseñó que la Palabra nos estaba urgiendo a dejar atrás nuestra fijación
inmadura de la doctrina. Esta nos sirvió de bien en el pasado cuando éramos pequeños, débiles y
IB
necesitábamos protección de los engaños del enemigo los cuales nos hubiera destruido. Pero ahora
ya somos grandes; no necesitamos ser tan estrictos. Todo lo que la doctrina hace ahora es
separarnos de los demás de quienes podríamos aprender y quienes podrían aprender de nosotros.
De modo que, como el escritor de Hebreos dice, dejemos atrás los fundamentos de la doctrina y
vayamos hacia la perfección.
ial

Lo que el predicador hizo, por supuesto, fue escoger y elegir las partes del pasaje que encajaban con
su argumento e ignorar el resto. Si nosotros sólo leemos el versículo 1 hasta el punto y coma y
ter

paramos allí, el argumento que el predicador hizo esa noche suena cierto. Pero las palabras que le
siguen al punto y coma modifican las palabras que lo preceden. El ignorar las palabras en la segunda
mitad del versículo es no captar el significado de las palabras en la primera mitad.

Mire cuidadosamente a las palabras después del punto y coma: “no echando otra vez el
Ma

fundamento.” Ahora vemos claramente el significado de la palabra “dejando.” Esto no sugiere


abandonar la doctrina, sino edificar sobre ésta. Ningún edificio puede ser construido si es que el
fundamento constantemente está siendo destruido y reconstruido. El escritor nos está diciendo que
paremos de reconstruir el fundamento y lo establezcamos de una vez para siempre; luego, finalizar la
estructura sobre ese fundamento.

Se ha dicho que es mejor debatir el asunto sin resolverlo, que resolverlo sin debatirlo. Esto tal vez
sea cierto, pero constantemente debatir el asunto sin finalmente resolverlo es sin duda el peor
resultado de todos. Especialmente cuando sucede dentro de nuestros corazones, es evidente que el

55
debate constante paraliza. Hebreos 6 emite un llamamiento claro para terminar el debate.
Ciertamente es un concepto bíblico recordar el inicio de nuestra fe. Pero debe haber algunas
verdades fundamentales que son inviolables. Algunas cosas deben finalmente y para siempre ser
resueltas. Estas son el ancla de nuestras almas; estas son el fundamento sobre el cual toda nuestra
fe reposa.

Así como el constructor echa y termina el fundamento, y luego completa el edificio, así nosotros
debemos echar y terminar el fundamento de nuestra fe. Hebreos 6 no es un llamado para mudarnos

ET
de doctrina, sino un llamado a establecerla. No echando otra vez el fundamento es la imagen no
del abandono sino de asentarlo con certeza, luego construir desde allí. Los fundamentos no son
hechos para ser abandonados; sino para construirse sobre ellos.

AG
Esto importa ya que la parte más vital de cualquier edificio es el fundamento. La importancia del
fundamento no puede exagerarse ya que el fundamento provee estabilidad para la estructura entera.
La Palabra de Dios usa esta imagen para enseñarnos que nuestras vidas deben tener un fundamento
suficientemente fuerte para soportar las tormentas de la vida y proveer la base para construir una
estructura más grande para la gloria de Dios.

describió en Mateo 7:24–27:


A-
¿Qué sucede cuando no hay un buen fundamento? A menudo el edificio se cae. Esto es lo que Jesús

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que
IB
edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye
estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la
arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella
ial

casa; y cayó, y fue grande su ruina.

El fundamento fue tan malo que el edificio se cayó y todo el trabajo para construirlo fue
desperdiciado. Todos hemos visto a aquellos que parecen estar bien, parecen estar fuertes en el Señor;
ter

sin embargo, de repente se caen en un tiempo de estrés, casi de la noche a la mañana. Su


desaparición dramática nos deja sorprendidos y nos preguntamos cómo pueden suceder tales cosas.
La verdad es que ellos simplemente no tenían un fundamento sólido; ellos realmente nunca habían
afirmado sus creencias fundamentales. Todo lo que habían hecho fue seguir de acuerdo a la manera
Ma

que fueron criados o a la manera que se les había enseñado cuando vinieron al Señor por primera
vez. Ellos nunca habían asentado un fundamento sólido y firme en sus propios corazones. Cuando
nuestras creencias fundamentales no son sólidas, nuestras vidas enteras reposan sobre un
fundamento inestable.

A veces la caída no es tan rápida o dramática, sino una debilitación lenta hasta que un día la
estructura ya no puede ser reparada. Usualmente esto significa que el fundamento está débil porque
no reposa sobre la verdad bíblica o tal vez está diluido por la opinión humana o las exigencias de la
cultura presente. Michael Pollan en Un Lugar Propio describe el peligro de un fundamento que

56
no es sólido y seguro:

Mucho antes de que nuestra casa se cayera, el movimiento de su fundamento pondría en marcha
un proceso sucesivo el cual con seguridad destruiría el edificio. El menor movimiento de sus
zapatas se ramificaba en toda la estructura, gradualmente erosionando uno tras otro de sus ángulos
rectos; “la cuadratura,” en el sentido de la carpintería, es la primera víctima de un fundamento
pobre. Primero el marco de la puerta deja de estar cuadrado ya que está apoyado sólo en tres lados,
luego las ventanas. Un edificio es una cosa frágil y eventualmente su sello contra el clima será roto

ET
tal vez por una grieta en el techo o por la ligera discrepancia que surge entre una ventana de noventa
grados y lo que se ha convertido en un marco de ventana de ochenta y nueve grados. Ahora una
gota a la vez, el agua entra al edificio y el proceso de su descomposición empieza. Como Joe lo
dice: “Muy pronto, será comida de termitas.”

AG
¿Cuál debe ser nuestro fundamento? La base para un fundamento duradero se halla en Efesios 2:20:
“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo.” El aspecto más interesante de esta analogía es que Jesús no es el fundamento;
El es la principal piedra del ángulo. La piedra angular no es parte del fundamento, sino que todo
el fundamento descansa sobre ella.
A-
Déjeme decir rápidamente que, por supuesto, en un sentido, Jesús es nuestro fundamento:
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento,
y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro
IB
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (I Corintios 3:10–11).

Pero algo más se ve en Efesios 2. Entre otras cosas, Jesús es mostrado como la piedra angular ya
que el énfasis deliberadamente es puesto en los apóstoles y los profetas. Esto es para enfocar la
ial

verdad de que nuestro fundamento es la Palabra de Dios, la cual Dios escribió mediante los
apóstoles y los profetas. La razón por la cual Pablo fue inspirado a describir el fundamento como
la Palabra escrita en vez de Jesús Mismo fue debido a que él deseaba que nosotros escapáramos la
trampa en la cual los judíos habían caído. Los judíos no reconocieron a Jesús debido a que ellos
ter

estaban esperando a un Mesías el cual era el producto de sus propias imaginaciones en vez de la
Palabra. Usted no puede edificar su vida exitosamente sobre un Jesús imaginario; nuestro
fundamento es Jesús de las Escrituras. Mucha gente está enamorada de una idea pero no de la
realidad. El mensaje es que su casa debe ser edificada sobre la Palabra; esto determinará si se
Ma

queda o se cae.

El fundamento de nuestra vida Cristiana es nuestra “santísima fe” (Judas 20), la cual es la misma
que “la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). La doctrina no es solamente nuestra
introducción a Dios, esta es la base para nuestra relación continua con El. No le podemos conocer
fuera de Su revelación, y esa revelación está incrustada en la doctrina. Esto significa que el
abandonar la doctrina es abandonar conocerle a El. La iglesia del Libro de los Hechos aprendió
esta verdad tempranamente: “Pero perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión
unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42).

57
La doctrina es poderosa como el motor del avivamiento verdadero y esencial como el fundamento
de la vida por una simple razón: esta es la verdad. Hay un poder que la verdad tiene simplemente
por ser la verdad. La verdad tiene una vida propia. Aquí tenemos algunas características de la
verdad que son importantes mantener en mente.

Primero, la verdad es absoluta. Esto quiere decir que sin importar el tiempo, situación o
circunstancia, la verdad es la verdad. No necesita que nadie esté de acuerdo con ella para que sea

ET
verdad. No necesita que nadie crea en ella para que sea verdad. Esto es sorprendente para nosotros
que vivimos en una sociedad gobernada por datos de encuestas. Si leemos que el 64 por ciento de
Americanos creen en algo, nuestra reacción subconsciente es creer que esto lo hace cierto. Pero el
64 por ciento puede estar equivocado. ¿Qué porcentaje de personas creyeron una vez que el mundo
era plano? ¿Qué porcentaje creyó una vez que el hombre nunca volaría? En efecto, la verdad es, 100

AG
por ciento de personas pueden estar equivocadas: “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos?
¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios
veraz, y todo hombre mentiroso” (Romanos 3:3–4a). El rechazo del concepto de la verdad absoluta
ha corrompido otros aspectos fundamentales del pensamiento lógico. Un ejemplo es el cambio de
la definición de la palabra tolerancia. Tolerancia significa: “Reconocer y respetar los derechos,
A-
creencias o prácticas de otros.” Esto no significa que uno tiene que aprobar, o declarar como
correcto las creencias o prácticas de otros. Si un predicador le dice a la gente que son salvos sin el
Espíritu Santo o sin ser bautizados en el nombre de Jesús, yo respeto su derecho a creer eso, pero
yo no tengo que estar de acuerdo que él está en lo correcto o que la Biblia respalda esa enseñanza.
IB
La tolerancia me obliga a que yo comprometa mis creencias. Nosotros amamos a la gente, sin
importar su estilo de vida, sin importar lo que han hecho. Pero debemos continuar en señalarles una
dirección mejor, hacia Dios, hacia el poder que los capacita a escoger una justicia real. Nunca
debemos ser descorteses o desagradables, nunca es nuestra intención herir a los demás. Mientras
que podemos y debemos ser tolerantes, debemos también defender la verdad.
ial

Esta idea equivocada sobre la tolerancia ha conducido a otro concepto sobre la verdad el cual es
erróneo; esto es la idea de que todos encuentran su propia inclinación en la verdad y todos están en
ter

lo correcto. Vea II Pedro 1:20: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es
de interpretación privada.” No hay una verdad para mí y otra para usted. Solamente hay una verdad.
Digamos que alguien decide que sólo hay cincuenta millones de millas desde la tierra hasta el sol.
Alguien más cree que hay 150 millones de millas hasta el sol. Ahora, ambos no pueden estar en lo
correcto. A propósito ambos están equivocados. Hay aproximadamente noventa y tres millones de
Ma

millas. La Palabra es la verdad y nosotros debemos conformar nuestras opiniones a la Palabra de


Dios. Si un predicador dice que usted es salvo por la fe sola y otro dice que usted debe bautizarse
para ser salvo, ambos no pueden estar en lo correcto. La verdad no es afectada por ninguna de las
opiniones. La verdad nunca mira hacia atrás para ver quién le sigue; ésta sigue siendo la verdad.

Segundo, la verdad no solamente es absoluta, ésta es poderosa— lo suficientemente poderosa para


librar a los hombres: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres” (Juan 8:31–32). La falsedad y la negociación no pueden liberar; estas

58
solamente esclavizan. El declarar la verdad es romper los grilletes que atan a muchos; es abrir las puertas
de la prisión. Esta es la única clave; es por eso que debemos proclamar la verdad. El hacer menos
tal vez reúna a una multitud, pero no edificará una iglesia ya que la gente no es librada del pecado
donde la verdad no es proclamada.

Tercero, la verdad abre el camino hacia Dios. Una vez Jesús se encontró con una mujer en el pozo
de Jacob en Sicar. Después que ella se dio cuenta que estaba hablando con un hombre de
extraordinaria intuición sobre las cosas de Dios, ella hizo una pregunta desde lo profundo de su

ET
corazón: “¿Dónde podemos encontrar a Dios? Algunos dicen Jerusalén, otros dicen en el monte
cerca de aquí, pero yo quiero saber. ¿Dónde puedo encontrarlo?” Hoydía, muchos le dirían que no
importa. A Dios no le importa a qué iglesia o a qué fe usted se una; después de todo, todos los
caminos conducen a Dios. Eso definitivamente no es lo que Jesús dijo. “Mas la hora viene, y ahora
es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el

AG
Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23–24). La verdad es la única ruta hacia Dios; no los
sentimientos, el sacrificio, las buenas obras; ni siquiera la presencia del Espíritu solo. Debe existir
la verdad para que los hombres hallen a Dios.

A-
Finalmente, la verdad sola nos juzgará: “Delante de Jehová que vino; porque vino a juzgar la
tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad” (Salmos 96:13). Este es el
estándar por el cual todas las vidas serán juzgadas. Este no está políticamente correcto; este
va en contra del rechazo moderno de todo aquello que golpea al absolutismo. A veces la gente
IB
nos dice: “¿Quién cree que usted es? ¡Usted piensa que tiene la razón y los demás están equivocados!
¡A ustedes les gusta juzgar y tienen la actitud de ser mas santos que los demás!” Ellos no captan el punto;
nadie será juzgado por mis opiniones o ideas. Nadie será juzgado por lo que yo pienso que la verdad
es. Ellos serán juzgados por lo que la verdad en realidad es, y la Biblia es esa verdad.
ial

Nosotros como predicadores de la verdad no seremos juzgados por el estándar terrenal del éxito,
sino por la verdad. No por el tamaño de nuestras congregaciones, por la prominencia de nuestros
ministerios, por el nombre de aquellos que conocen nuestro nombre. Seremos juzgados por la
ter

verdad: ¿la predicamos, la vivimos, la amamos?

El hombre con su alma ardiente, sólo tiene una hora para respirar. Para construir un barco de la
verdad en el cual su alma pueda navegar. Navegar en el mar de la muerte. Porque la muerte se
Ma

cobra de la belleza, coraje y juventud. De todo menos de la verdad.


John Masefield

59
Fuentes Citadas en el Capítulo 6

Phillips Brooks, Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in
January and February, 1877 (Discursos Sobre la Predicación Presentados Ante la Escuela de la
Divinidad de la Universidad de Yale en Enero y Febrero 1877) (New York: E. P. Dutton, 1878).

Michael Pollan, A Place of My Own: The Education of an Amateur Builder (Un Lugar Propio)
(New York: Bantam Doubleday Dell, 1997).

ET
John Masefield, “Truth” in The Story of a Round House and Other Poems (“La Verdad” en la Historia
de la Casa Redonda y Otros Poemas) (New York: MacMillan, 1912).

AG
A-
IB
ial
ter
Ma

60
ET
AG
Las alturas alcanzadas y mantenidas por grandes hombres

A-
No se obtuvieron por un vuelo repentino,
Sino que ellos, mientras que sus compañeros dormían,
ellos laboraban arduamente rumbo arriba en la noche
Agustín
IB
La preparación precede al poder.
Charles Lindbergh

Charles Lindbergh fue la primera persona en volar sola por el Atlántico. El hizo su vuelo histórico
ial

en 1927, después que otros habían intentado el vuelo peligroso y fallado, algunos perdieron sus
vidas en el proceso. Lindbergh tuvo éxito simplemente debido a que él estuvo mejor preparado.
Esta dedicación a la preparación es resumida en la declaración concisa frecuentemente atribuida a
él: “la preparación precede al poder.”
ter

En ningún otro lado esto es más cierto que en la predicación. Un predicador que no está preparado
es un predicador sin poder. De tiempo en tiempo hay tendencias que descuentan la preparación,
tendencias que parecen argüir que el estar preparado es algo carnal; que el estar preparado es ser
incapaz de responder al Espíritu. Yo creo que lo contrario es cierto. Cuando yo estoy preparado,
Ma

mi mente no está desesperadamente buscando palabras que debo decir; en vez está libre para
responder al movimiento de Dios, sabiendo que cuando el tiempo para predicar llegue yo estaré
preparado. Prepárese bien, sepa lo que va a decir, luego responda al Espíritu, y usted tendrá poder
en su predicación.

El acercarse al púlpito sin estar preparado es uno de los comportamientos más inexcusables para
un predicador. Nunca acepte algo inferior a lo mejor de usted mismo; siempre esté preparado.

61
ET
AG
Cuanto menos experimentado sea el expositor más tiempo de preparación es necesario. Mi
opinión es no menos de veinte horas para un mensaje de cuarenta y cinco minutos. La gente se lo
A-
merece. Cuando usted multiplica las horas de trabajo que están sentadas en su audiencia (su
tiempo), ellos se merecen algo mejor que unos pedazos de papel y una hamburguesa Happy Meal.
Stan Gleason
IB
Paso Uno

El primer paso para estar preparado parece ser uno simple: usted debe decidir qué va a predicar. Es
ial

algo lógico tener que decidir qué predicar antes de poder prepararse para predicar. Por supuesto
esto no es tan simple como parece. Esto es un acto de fe el creer que días antes de que usted
predique; Dios le puede dirigir a un texto y tema que satisfaga las necesidades de la congregación.
Esto es literalmente cierto, y usted debe creerlo.
ter

¿De dónde provienen las ideas para un sermón? De todo lugar: una buena historia que captura su
imaginación, un texto bíblico que salta a su vista en las devociones, un sermón que usted lee u oye
y hace revolver a su mente, un artículo de periódico, algo que usted oye en la radio o que viene a
Ma

través de la Internet.; las ideas se encuentran en todo lugar. Nunca olvidaré al hermano Fred Hyde,
pastor, misionero y fundador de los Ministerios de Espíritu de Libertad, sacar una idea para un
sermón de un recibo de restaurante de comida rápida: “Cuando su orden esté lista, su número será
llamado.” Esté alerta para sacar ideas para un sermón de todo lo que lee, oye o ve.

Por supuesto que la mayoría de sus ideas vendrán de la Biblia misma. Esto hace que la lectura
bíblica diaria sea vital, no solamente para la devoción personal, sino para la preparación del
sermón. El clima, paisaje y cultura de la Biblia deben ser tan familiares para usted como el mundo
físico. A medida que usted la lee, usted debe estar familiarizado con los datos básicos del quién,

62
qué, dónde, cuándo por qué y cómo de lo que usted lee. Esté atento al cambio memorable de una
frase, la narrativa llamativa, la aplicación universal de la verdad. Todos estos son donde las ideas
para el sermón nacen.

Paso Dos

Independientemente de lo que llame su atención y cautive a su mente, el segundo paso es


absolutamente importante: Usted debe escribir lo que yo llamo la declaración de propósito. Algunos

ET
lo llaman el tema o la tesis. Esto es una oración que contiene la idea central del sermón. Esto debe
escribirse al principio cuando el sermón todavía sigue siendo sólo una idea, luego esto se convierte
en la medida por la cual posteriormente todas las Escrituras compiladas, las ilustraciones e
información serán comparadas. Esto es el enfoque que lo mantiene a usted en línea. Una

AG
declaración de propósito borrosa produce un sermón borroso. Una declaración de propósito nítida
y clara produce un sermón claro. Dedique tiempo para hacerlo correctamente. Veamos algunas
declaraciones de propósito que yo he escrito y los textos de los cuales salieron.

Juan 1:45–46: “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés
en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret
A-
puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.”

Mi declaración de propósito: “Mi propósito es demostrar que ninguna cantidad de persuasión puede
convencer a la gente de la gracia y poder de Jesús, pero si la gente ‘Viene y Ve’ por sí misma, ellos
IB
descubrirán Su amor por ellos.”

II Reyes 7:3–5: “Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron
el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si tratáremos de entrar en la ciudad,
ial

por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos.
Vamos, pues, ahora, pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos;
y si nos dieren la muerte, moriremos. Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de
los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
ter

Mi declaración de propósito: “Mi propósito es mostrar que cuando aún no estamos seguros de lo
que Dios va a hacer, si actuamos en la fe que tenemos en vez de rendirnos a nuestra duda, Dios
responderá a nuestra necesidad.”
Ma

II Samuel 13:1–3 “Aconteció después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana
hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David. Y estaba Amnón
angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón
que sería difícil hacerle cosa alguna. Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de
Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto.”

Mi declaración de propósito: “Mi propósito es convencer a los jóvenes que su destino puede ser
decidido por las personas que ellos escogen como sus amigos, ya que los amigos nos alentarán a

63
servir a Dios o a alejarnos de El.”

El Tercer Paso

Después que la declaración de propósito es escrita, el siguiente paso es reunir datos. Su sermón está
basado en un pasaje bíblico. Usted debe intentar en saber todo lo que pueda sobre ese pasaje. Yo
tengo más que decir al respecto más adelante. Siguiente, identificar, consultando su declaración de
propósito, qué aplicación hará de este texto a las vidas de sus oyentes, y empezar a colectar

ET
información que ilustrará, demostrará e iluminará su propósito.

La primera fuente que yo consulto para respaldar el material para mi sermón es la Biblia misma.
Esta debe ser la primera elección para el contenido. ¿Por qué? ¡Porque usted nunca puede tener

AG
demasiada Biblia en un sermón! Somos llamados a predicar la Palabra, así que ponga toda la Palabra
que usted razonablemente pueda en sus sermones. No quiero decir que lo amontone de una teología
seca y arcana; sino, use otros textos, historias y eventos de las Escrituras para iluminar su tema o
tópico. También recuerde que el propósito de la predicación es convencer a sus oyentes de la
verdad e importancia de lo que usted dice. La mayoría de gente a la que usted predica creerá, con
razón que la Escritura misma es el árbitro de la verdad, así que use la Escritura para respaldar y
demostrar la verdad de su tema. A-
EJEMPLO DE SERMÓN
IB
Permítame ilustrar los comentarios que he hecho está aquí viendo un sermón que he construido y
predicado. Una de mis historias bíblicas favoritas es sobre los cuatro leprosos acurrucados en la
puerta de la sitiada ciudad de Samaria. La historia entera está registrada en II Reyes 6–7. Yo he
usado esta historia en diferentes sermones, pero empecé a verla a una nueva luz cuando noté la
declaración notable: “¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si tratáremos de entrar en
ial

la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; Y si nos quedamos aquí, también
moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la
vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos” (II Reyes 7:3b–4). Yo vi en mi mente como
estos cuatro hombres desesperados hicieron un balance de su situación: una ciudad moribunda
ter

detrás de ellos, la muerte segura si es que se quedaban donde estaban, un enemigo despiadado
delante de ellos. Admitiendo no tener ninguna idea de cuál sería el resultado final, ellos decidieron
hacer lo único que les ofrecía alguna esperanza del todo—ir al campamento sirio y ver lo que
sucedería. Yo pensé sobre el hecho de que ellos estaban seguros de dos cosas solamente: si ellos
Ma

iban a Samaria, ellos ciertamente morirían, y si ellos se quedaban donde estaban, ellos ciertamente
morirían. No había duda del resultado de estos dos cursos de acción. La única duda que ellos tenían
era sobre el resultado de la única acción posible disponible para ellos, ir al campamento sirio: “si
ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.”

Yo he notado muchas veces cómo la gente se desalienta a sí misma de las bendiciones de Dios,
debido a que tienen alguna duda de que si Dios en realidad hará lo que ellos necesitan que sea
hecho. A veces, yo pienso que, en nuestros esfuerzos para animar la fe, enfatizamos la necesidad
de ella hasta que nuestros oyentes sacan la conclusión de que a no ser que ellos tengan una
confianza total de que Dios hará lo que ellos necesitan, El no los oirá. De una manera tenemos una

64
creencia callada de que la más mínima duda impide a Dios para que responda. Esto causa
desaliento y una resignación a aceptar algo menor de lo que Dios quiere hacer por nosotros.

Yo no creo que esto es cierto, y a medida que he estudiado otra vez esta historia del Antiguo
Testamento la cual he utilizado muchas veces, yo vi que era el texto perfecto para disipar esta
trágica creencia errónea la cual ha robado a muchos. Yo escribí la declaración de propósito la cual
usted ya ha leído: “Mi propósito es mostrar que cuando aún no estamos seguros de lo que Dios
hará, si actuamos en la fe que tenemos en vez de rendirnos a nuestra duda, Dios responderá a nuestra

ET
necesidad.” He identificado lo que deseo predicar, he localizado mi texto, he escrito mi declaración
de propósito. Ahora es tiempo de reunir el material para usar en el sermón.
Después de dedicar más tiempo con los cuatro leprosos, yo empecé a reunir cosas sobre la fe y la
duda. Rápidamente se hizo obvio que necesitaría muy poco material fuera de la Biblia misma.

AG
Consulté mi base de datos de mis “sermones predicados” y encontré un material que había usado
en sermones pasados sobre cómo la educación induce duda en nosotros enseñándonos a cuestionar
el hecho, autoridad y convención establecida. También hice otra investigación y encontré una
información referente a la aceptación generalizada de los conceptos seculares, incluyendo la
evolución, la cual socava a nuestra fe en el poder sobrenatural de Dios. Pero yo utilicé la Biblia
casi exclusivamente debido a la riqueza de fuentes allí.
A-
Primero, hubo pasajes que yo considero proveen la teología de mi tema; algunos parecían apoyar
lo opuesto a mi propósito. Es vital no ignorar estos ya que muchos de sus oyentes los conocerán o
IB
los descubrirán; si usted los ignora, esto socavará no solamente el tema de su sermón, sino su
credibilidad como predicador. No quiero decir que usted debe convertir su sermón en un debate
polémico o en un estudio técnico de la Biblia; sólo quiero decir que usted debe presentar la Biblia
honesta y abiertamente, exponiendo ambos lados del tema. Hablaré más adelante al respecto. Un
par de esos versículos son Marcos 9:23: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
ial

posible,” y Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Por el otro lado están
estas Escrituras: Mateo 17:20 (También Lucas 17:6) “Jesús les dijo: Por vuestra poca fe, porque de
cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
ter

allá, y se pasará; y nada os será imposible” y Marcos 9:24 “E inmediatamente el padre del
muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”

El poder real del sermón saldrá de las historias bíblicas que demuestran que alguien recibió de
Ma

Dios a pesar de su fe imperfecta. Yo anoté seis eventos diferentes en la Biblia que encajaban con
mi meta:

1. El padre llevando su hijo a Jesús para ser librado (Marcos 9)


2. Ester accediendo a presentarse delante del rey, aunque esto presentaba
un resultado incierto (Ester 4)
3. El rey de Nínive llamando al ayuno y arrepentimiento, aunque Jonás
nunca ofreció alguna esperanza (Jonás 9)
4. El leproso acercándose a Jesús, aunque no estaba seguro del resultado

65
(Mateo 8)
5. El hijo prodigo regresando a su padre aunque no sabía si sería bienvenido
(Lucas 15)
6. La mujer de Cannán yendo a suplicar por la liberación de su hija (Mateo
15)

Esto parecía ser suficiente material para armar mi sermón. En los siguientes dos capítulos
hablaremos cómo convertir esta masa desorganizada de información e ideas en un sermón.

ET
En el último capítulo, inspiré a tomar una decisión a predicar la Palabra; para esto usted ha sido
llamado. Ahora, hablemos sobre cómo asegurarnos de que usted haga precisamente eso. Esto
empieza con la dedicación personal al estudio de la Biblia. La Biblia está en el centro del arte del
predicador. La lectura devocional puede inspirar temas para el sermón, pero el estudio sistemático

AG
explora las verdades más profundas de la Biblia, revelando sus matices de la estructura, texto,
historia y doctrina, entre muchos otros aspectos. Usted debe saber sobre la Biblia más que cualquier otra
cosa: historia, deportes, pasatiempos, carros, jardinería, construcción, política o aparatos. Debe ser
su meta conocer la Palabra de Dios más o igual que alguien más en su congregación, en su
comunidad, en su provincia. Esto sólo se puede alcanzar mediante un estudio arduo y constante.

A-
Si usted fue afortunado y bendecido de asistir a un Instituto Bíblico, edifique sobre la exposición a la
Palabra que usted recibió allí. Recuerde, un título, aún de un Instituto Bíblico, no significa que usted
ya ha llegado, esto simplemente significa que se le ha mostrado a usted el camino y se le ha provisto
IB
el equipo necesario para el recorrido. Hasta dónde llegue en el camino después de esto depende de
usted.

Yo le urgiría que usted asistiera a uno de nuestros Institutos Bíblicos, o a la Universidad Urshan.
El enfoque sistemático al aprendizaje que usted encontrará
ial

allí será invaluable para usted. Si usted no puede dedicarse a un auto-entrenamiento. Si usted
puede asistir a una clase de un Instituto Con Propósito, hágalo sin fallar. Aproveche de todas las
ter

fuentes disponibles enlínea. Una de las mejores es Ministerio Central. Todas nuestras instituciones
de aprendizaje superior ofrecen clases a larga distancia (enlínea). Sea proactivo. Su preparación para
el ministerio en última instancia está en sus manos.
Ma

Todo esto empieza con su pastor. La mayoría de pastores han desarrollado oportunidades de
entrenamiento para los ministros principiantes en la iglesia. Asista a estas sesiones de
entrenamiento y póngase bajo la mentoría e instrucción de su pastor. Recuerde, el papel de su
pastor no es solamente darle a usted un púlpito donde practicar su predicación, su papel es
desarrollarlo a usted espiritual, mental y emocionalmente para el largo recorrido de una vida de
ministerio. Siga su instrucción y nunca descuente la increíble fuente de sabiduría, experiencia y
conocimiento que Dios le ha dado a usted en su pastor. Esto no solamente es algo sabio, esto es
bíblico. ¡Ay del predicador principiante que no obra bajo la dirección de un pastor! Su ministerio
terminará antes de empezar.

66
Empiece ahora a edificar una gran biblioteca, Yo prefiero un libro físico, real en mis manos, pero
también leo libros electrónicos. La cosa principal es comprar libros buenos. La cantidad no es
necesariamente calidad. Cien libros buenos son mejores que mil libros mediocres. El mejor lugar
para encontrar buenos libros es la bibliografía de libros buenos. También, hay libros y páginas en
la web dedicadas a listas y discusiones sobre libros enfocados en el estudio de la Biblia.

Recuerde, el estudiar la Biblia para comunicar mediante el medio de la predicación no es lo mismo

ET
que estudiar la Biblia con el énfasis de solamente obtener conocimiento sobre ella. Ambos
enfoques son válidos y vitales; sólo son diferentes; usted debe realizar ambos debido a que se
superponen. Esto es muy similar a la diferencia entre un científico que busca obtener conocimiento
empírico sin preocupación por su aplicación práctica, y un inventor que utiliza esta ciencia pura y
desarrolla aplicaciones prácticas que usamos cada día. El investigador busca la verdad sin

AG
preocuparse por si esta será útil o no. El busca la verdad sólo por el bien de la verdad. El inventor
toma la pura verdad descubierta por el investigador y descubre cómo utilizarla para producir un
producto el cual mejorará la vida diaria. El busca la verdad no sólo por el bien de la verdad, sino
por lo que la verdad puede hacer.

A-
Recientemente yo visité el Instituto Real en Londres. Este es la casa de los famosos laboratorios y
salones de discursos donde Humphry Davy y Michael Faraday hicieron y públicamente
demostraron algunos de los más asombrosos descubrimientos científicos a principios y mediados
de los años 1800s. Yo disfruté el tour del área original donde los laboratorios estaban y las
IB
exhibiciones llenas del equipo original que Davy, Faraday, y otros utilizaron en sus experimentos.
Al irme, le pregunté a la dama detrás del mostrador si es que los diarios de Michael Faraday fueron
alguna vez puestos a exhibición. Por largo tiempo he estado interesado en los diarios famosos,
habiendo leído sobre ellos por años. Estos eran considerados como un modelo de registros
científicos. “No,” ella respondió a mi pregunta, “Nosotros los tenemos aquí en los archivos donde han
ial

estado por los últimos 175 años; estos son considerados inestimables.” Le agradecí y otra vez la
felicité por el interesante tour y me dirigí a la puerta. “Un momento,” ella me detuvo. “Haré una
llamada.” No sabiendo qué esperar, yo esperé mientras ella hablaba con alguien en el teléfono.
ter

Ella me dio instrucciones hacia el sub sótano en un área sin acceso al público.

“Un investigador estará esperándolo, ella estará en la puerta,” ella dijo.

Yo bajé las escaleras y así como la recepcionista había dicho, una mujer con un abrigo blanco
Ma

estaba esperándome en la puerta grande de acero. “Por aquí,” dijo ella. Yo la seguí hacia un cuarto
con varias mesas y escritorios grandes: pocas personas trabajaban en los escritorios. “Ahora,” dijo
ella, “Tengo entendido que usted desea ver uno de los diarios de Michael Faraday.”

“¡Absolutamente!”
“¿Tiene alguno especial en mente?”

“No, dejaré que usted decida por mí.” Ella desapareció en una puerta de bóveda en la pared opuesta,
y en pocos minutos regresó con un libro delgado y encuadernado, muy parecido a un libro antiguo

67
de cuentas. Ella me lo dio y me invitó a que me sentara en una de las mesas a lo largo de la pared
detrás de mí y que me tomara todo el tiempo suficiente para examinar el libro. Ella se alejó, yo
me senté, abrí el libro en mis manos; estaba leyendo un diario científico escrito a mano por Michael
Faraday. Este detallaba los experimentos conducidos en los años 1831–32.

Leí los relatos de varios experimentos, escritos de manera ordenada, con letra pequeña; noté los
dibujos de electroimanes y otros equipos, dibujados de manera clara y precisa. De pronto me di
cuenta que estaba leyendo los relatos originales de un descubrimiento científico el cual había

ET
dramáticamente cambiado al mundo. En 1831 Faraday cuidadosamente trabajó en una serie de
experimentos en los cuales él buscó explorar la relación entre la electricidad y el magnetismo. Ya
se había descubierto que la electricidad podía producir magnetismo envolviendo un alambre
alrededor de un pedazo de metal e introduciendo una corriente eléctrica a través del alambre. La
corriente magnetizaba al metal siempre y cuando ésta estuviese fluyendo. Faraday se preguntó si

AG
lo opuesto podía ser cierto: ¿podría el magnetismo producir electricidad? En mis manos yo
sostenía el registro de los resultados de esos experimentos. Faraday pasó un imán por una bobina
de alambre y fue capaz de medir un pulso de corriente eléctrica lo cual resultaba de ello. El había
descubierto el fundamento detrás del dínamo, un dispositivo que hasta este día genera la
electricidad que da energía a nuestro mundo. Aquí, en este manuscrito que yo sostenía en mis
A-
manos, estaba su descripción de un descubrimiento el cual creó el mundo moderno.

En un sentido, Faraday inventó el dínamo, pero en otro sentido no fue así. Otros, en los próximos
cuarenta años, convirtieron el descubrimiento del investigador en los precursores de las máquinas
IB
poderosas que conocemos hoy día. Faraday fue un amante de la ciencia pura, y en este caso él
experimentó sólo para aprender y no para aplicar ese conocimiento a una manera práctica. Esto
es cierto para el estudiante de la Biblia quien busca conocer la Palabra simplemente por el gozo
de descubrir este libro fascinante y único. Todos deberíamos ser ese investigador puro. Pero los
predicadores deben ir más allá. Como Phillips Brooks lo explica:
ial

El estudiante que se prepara para ser predicador no puede aprender la verdad como el simple
estudiante de teología que por su propio bien podría hacerlo. Siempre la siente alcanzando a otros
ter

mediante él, a gente a quien algún día él llevará esta verdad. El no se puede deshacer de esta
conciencia; esto influencia todo su entendimiento. Podemos ver que tiene sus peligros. Esto
amenazará la imparcialidad con la cual él busca la verdad. Lo tentará a preferir esas formas de
verdad las cuales fácilmente se prestan a usos didácticos en vez de aquellos que brindan evidencia
de ser más simples y puramente verdaderos. Este es el peligro de todos los predicadores.
Ma

Contra ese peligro el hombre a ser predicador debe resguardarse, pero no puede evadir el peligro
sacrificando el hábito de donde el peligro se origina. El debe recibir la verdad como alguien que
la enseñará. El no puede y no debe estudiar la verdad como si la verdad que busca fuese puramente
para su propia cultura o enriquecimiento. El resultado de este hábito seguido por la guardia debida
a sus tendencias peligrosas será triple. Esto brindará, primero, un sentido más profundo y solemne
de responsabilidad en la búsqueda de la verdad; segundo, un deseo por hallar el lado humano de
cada verdad, el punto en el cual cada especulación toca a la humanidad; y tercero, amplitud lo cual
proviene de tener constantemente en la mente el hecho de que la verdad tiene varios aspectos y se

68
presenta a sí misma de muchas maneras a diferentes personas, de acuerdo a sus necesidades y
caracteres.

Sin Faraday, los inventores no hubieran conocido la ciencia que hizo posible su invención, sin los
inventores, la ciencia se habría quedado escondida en un libro escrito a mano en las bóvedas de
la Academia Real. Usted, al estudiar la Biblia busque sus aplicaciones de la verdad, esto es, cómo
este libro antiguo pero eterno nos revela verdades prácticas para nuestro día. Llene su biblioteca
de buenos diccionarios, comentarios bíblicos, síntesis del Antiguo y Nuevo Testamentos, estudios

ET
de libros, estudios doctrinales, estudios exegéticos, estudios de personajes e historias de la iglesia;
úselos para iluminar, explicar y dar vida a las verdades eternas de la Biblia para aquellos que le
oyen a usted. Recuerde, el hecho de que la predicación no tenga por objetivo principal diseminar la
información como lo hace la enseñanza, no significa que ésta no tenga las verdades más profundas de
la Palabra de Dios. Esas verdades simplemente son ofrecidas de manera diferente: no menos

AG
profundas, sino más concisas; no alteradas, sino aplicadas.

Ahora, apliquemos todo lo que he dicho a la preparación de sermones. Usted tiene la idea básica del
sermón y sabe lo que va a predicar. Usted ha escrito una tesis bien elaborada, o una declaración de
propósito, de modo que usted sabe lo que quiere decir. Ahora usted se dirige a su biblioteca y a
A-
los diccionarios, comentarios bíblicos y a otros libros buenos. No se olvide las revistas, sus fuentes
de Internet favoritas, así como también sus propios sermones pasados. Reúna todo lo que pueda, la
idea es acumular todo lo que pueda ser útil. Abra un folder en su computadora o un folder en su
armario de archivos. Escriba notas en donde usted halló información, escaneos de páginas de
IB
libros, artículos de revistas, descargas de sitios de web, resaltes de libros electrónicos, apuntes de
usted mismo de ideas para la estructura del sermón, notas de conversaciones telefónicas con
amigos sobre la idea, ilustraciones contemporáneas, artículos de noticias, notas de experiencias
personales, posibles relatos bíblicos que iluminen el sermón: todo lo que pueda ser útil para
ilustrar su texto.
ial

Aquí es donde el sistema de organización que usted utilice para almacenar la información que
usted descubre, rebusca u oye es muy importante. Un dicho a mantener en mente es: si usted no
puede hallar la información cuando la necesita, más le vale no tenerla. Mantenga sus libros
ter

organizados en su armario, use papelitos adhesivos de colores para marcar las páginas con
información importante. Algunas personas ponen una hoja de papel en un libro, mencionando
algunas ideas o información importante, también indicando las páginas donde puede ser hallada.
Para sistemas más sofisticados, hay una multitud de programas de computadora los cuales catalogan
Ma

libros, algunos tienen campos de búsqueda para registrar puntos importantes. Algunos son baratos,
otros caros, dependiendo de las capacidades del programa. Escaneos de páginas de libros,
descargas de documentos, resaltes de libros electrónicos, notas de sermones pasados, sermones
en desarrollo, o simplemente ideas al azar, todo esto puede ser sencillamente almacenado en fólder
o carpetas de computadora de acuerdo al tema, y pueden buscarse por palabras claves o cualquier
otra palabra. Por el lado más avanzado, pero con una curva de aprendizaje más empinada, están
los programas de base de datos de forma libre los cuales pueden llevar cuenta de cualquier número
de variables y pueden proveer una flexibilidad aún mayor. Yo utilizo esencialmente dos programas,
Evernote y Paperport.

69
Lo importante es, cualquier método que usted use para conservar sus datos éste debe ser utilizado,
de otro modo no vale la pena. No importa cuán sofisticado sea su software, a no ser que usted
catalogue sus libros, escanee sus artículos de revistas e importe sus notas y bosquejos, éste será
un desperdicio de dinero. Debe convertirse en un hábito el conservar sus datos, manteniéndolos a
sus dedos.
Es por eso que un plan simple el cual usted usará es mejor que uno sofisticado que no usará, y es

ET
por eso que yo también le recomiendo que empiece con algo simple y de allí continúe.

A medida que usted reúne datos, no se olvide de la examinación simple del texto. Esto ayudará a
prevenir el error más común que predicadores novatos (y a veces experimentados) cometen: usar
la Escritura fuera de contexto o de otro modo confundir su verdadero significado. Una vez un gran

AG
predicador leyó mal Proverbios 13:20. El texto dice: “El que anda con sabios, sabio será; más el
que se junta con necios será quebrantado.” De alguna manera él leyó en inglés la palabra
“companion” (compañero) como “champion” (campeón) y preparó y predicó un sermón sobre
personas que dan excusas, o “defienden” a los necios y a sus palabras y comportamiento, en otras
palabras un “champion” (campeón de necios). El me contó que durante todo el sermón la gente
parecía primero estar confundida, luego entretenida (una combinación mortal para inspirar en una
A-
congregación); Después alguien amablemente le señaló su error. El me contó sobre su vergüenza
y me dijo: “¡ojalá lo hubiera leído una vez más!”
IB
Para evitar tales errores fácilmente cometidos, usted debe hacerse algunas preguntas sobre el pasaje
bíblico que planea usar en su sermón, ya sea su “texto” o no:

1. ¿Quién es el que habla? Por ejemplo, ¿estamos oyendo de parte de Dios o de


parte del diablo; un profeta o un infiel?
ial

2. ¿A quién se le está hablando?


3. ¿Cuál es la ocasión?
4. ¿Dónde está sucediendo todo esto?
5. ¿Por qué?
ter

6. ¿Cuál es la aplicación para nosotros?

Yo hice estas preguntas a todos los relatos bíblicos y versículos bíblicos que reuní para el sermón
que hemos discutido en este capítulo. Como usted verá, estas ayudaron a determinar cuáles usaría
Ma

y cuáles guardaría para otro día.

El Cuarto Paso

El cuarto paso es el refinamiento del material. Con esto quiero decir, decidir qué se usará y qué no
se usará en el sermón. Idealmente, usted tendrá más contenido de lo que puede predicar en un
sermón. Empiece el proceso refiriéndose a la declaración de propósito. Esta es la regla que usted

70
usará para decidir qué usar y qué archivar para una referencia futura. Sea despiadado: cualquier
ilustración, relato bíblico o desarrollo de carácter que no encaja, elimínelo. Cualquier cosa que no
impulsa al sermón hacia adelante a su cierre, cualquier cosa que no señala a sus oyentes
directamente hacia su propósito, elimínelo. Refine, afile el enfoque, guarde sólo aquello que encaja
como guante. Recuerde, siempre habrá oportunidad para usar la otra información. Mantenga su
vista en la meta.

A veces las cosas tal vez encajen bien, pero hay demasiado para un sermón. A veces las cosas

ET
tienen que ser eliminadas, no porque no son buenas o porque no encajen muy bien, sino porque
usted no tiene el tiempo para usarlas. Usted sólo puede predicar un cierto tiempo.

Esto probablemente es un buen tiempo para hablar sobre la longitud del sermón. ¿Por cuánto
tiempo debe predicar? La respuesta simple es hasta que usted termine. La mejor respuesta es hasta

AG
que su congregación lo dé por terminado. Crea la palabra de un predicador que ha predicado para
que el Espíritu baje tan sólo para predicarlo a que vuelva a subir más veces de las que quiero
admitir, es mejor parar más pronto que más tarde. Recuerde que el propósito de la predicación no
es mostrar qué conocedor es usted o abrumar a sus oyentes con un montón de pruebas inasequibles.
El propósito de la predicación es llevar a la gente al punto de una respuesta a la Palabra de Dios.
A-
Este es un cálculo delicado, un balance entre el poder de la Palabra y del Espíritu. Aprenda a
reconocer el movimiento del Espíritu y muévase en esa corriente.

La longitud aceptable de un sermón cambia con el tiempo. Cuando yo era un adolescente, ningún
IB
sermón duraba menos de una hora y muchos duraban mucho más. Yo he escuchado sermones de
dos horas o más. Cuando yo empecé a predicar, el sentir era que si uno no predicaba una hora, esto
significaba que usted ni siquiera estaba intentándolo. Con el tiempo, los intervalos de atención se
han acortado, y ahora, aunque no es inusual, los sermones de una hora no son una regla.
ial

Personalmente, yo trato de terminar completamente (incluyendo el reconocimiento de la


introducción, agradecimiento al que me invitó a predicar, reconocimiento de invitados especiales,
predicación y el llamado al altar) dentro de cuarenta y cinco minutos. Esto significa que el sermón
ter

debe ser de treinta a cuarenta minutos como máximo. Como un predicador principiante, predique
de veinte a treinta minutos y no más.

Esto requiere un uso cuidadoso de los materiales para proveer un sermón el cual vaya al grano
rápidamente, cubra el tema adecuadamente sin atascarse, y mueva a la gente para que responda en
Ma

oración y adoración al final. No es una tarea fácil. Usted debe cuidadosamente escoger de los
materiales que ha reunido, luego hábilmente unir lo que usted ha escogido para crear un sermón
efectivo.
Si usted espera hacer esto, usted debe ser efectivo para medir el impacto emocional de cada uno
de los materiales que ha reunido. Usted debe contestar a estas preguntas: ¿Con qué fuerza esta Escritura,
versículo, relato o ilustración comunicará mi mensaje? ¿Cuánta emoción creará en los corazones de
mis oyentes? ¿Qué efectivamente impulsará a mis oyentes hacia una respuesta a la presencia de
Dios?

71
MODELO DE SERMÓN

Veamos otra vez el sermón que hemos estado tratando. De los seis relatos que he hallado, ¿cuál
cree usted que tiene el mayor impacto emocional? Aquí los tenemos de nuevo:

1. El padre llevando su hijo a Jesús para ser liberado (Marcos 9)


2. Ester estando de acuerdo a ir ante el rey, aunque esto presentaba un
resultado incierto (Ester 4)

ET
3. El rey de Nínive llamando al ayuno y al arrepentimiento, aunque Jonás
nunca ofreció alguna esperanza (Jonás 9)
4. El leproso acercándose a Jesús para ser sanado, aunque no estaba seguro
del resultado (Mateo 8)

AG
5. El hijo pródigo regresando a su padre aunque no estaba seguro si sería
bienvenido (Lucas15)
6. La mujer de Canaán yendo a rogar por la liberación de su hija (Mateo 15)
7.
¿Cuál sería su elección? Para mí, el relato con el mayor impacto es el relato del padre quien llevó a
su hijo poseído por el demonio a Jesús. El obviamente estaba destrozado y abrumado por el
A-
sufrimiento de su hijo. Este niño inocente presenta una imagen que desgarra el corazón; nadie puede
quedarse inconmovible por este padre desesperado y su hijo atormentado. Yo tengo en mente algo
especial para este relato.
IB
¿Cómo calificaría, en orden, el impacto emocional de los demás relatos, del mayor al menor
impactante? Esto determina cómo usted los encajará en su sermón para crear una corriente
emocional, llevando a su congregación hacia el cierre y al altar.
Aquí está mi lista:
ial

1. El padre y el hijo poseído por el demonio vienen a Jesús.


2. Cuatro leprosos van a los sirios.
3. El rey de Nínive se arrepiente.
ter

4. Ester va a la sala del trono.


5. El hijo pródigo regresa a casa.
6. La mujer de Canaán pide las migajas.
Ma

Normalmente, yo eliminaría todos menos los tres primeros. Ya que cada uno de esos tres necesita
algún trasfondo y detalle para maximizar su impacto, el tratar de hacer más, junto con una
introducción y cierre, es arriesgar ir demasiado tiempo.
Eliminar el número seis, la mujer de Canaán, no es difícil ya que esto realmente no encaja: Jesús
Mismo dijo que ella tenía “gran fe”, y ya que estamos tratando de alcanzar a aquellos que tienen
poca fe, la guardaremos para otro tiempo. Pero a mí gustan los dos que han quedado, Ester y el hijo
pródigo, yo tal vez tenga una idea de cómo podríamos trabajar efectivamente en Ester y también en
el hijo pródigo, sin pasar más tiempo.

Le mostraré cómo en el siguiente capítulo. Primero miremos a los tipos de sermones y por qué es

72
necesario reconocer el tipo de sermón que usted va a predicar.

Fuentes Citadas en el Capítulo 7

Phillips Brooks, Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in

ET
January and February, 1877 (Discursos Sobre la Predicación Presentados Ante la Escuela de la
Divinidad de la Universidad de Yale en Enero y Febrero, 1877) (New York: E. P. Dutton, 1878).

AG
A-
IB
ial
ter
Ma

73
ET
AG
A-
La clasificación de sermones es un tema que parece capturar la atención de muchos predicadores
y de aquellos que escriben sobre la predicación. Muchos sistemas han sido propuestos, algunos
son detallados y minuciosos, y algunos son simples y sencillos. Mientras que yo creo que es
importante mantener en mente la idea general del género de su sermón, la mayor parte de lo que
IB
usted necesita saber se halla en la declaración de propósito misma. Más que solamente declarar el
tema o la tesis, la declaración de propósito también ayuda a mantenerlo a usted enfocado en
aquellos que oirán su sermón y no solamente en el sermón mismo. Esto es más importante que
encajar un sermón en cierta categoría. La segunda razón por la que yo pienso que la clasificación
de sermones es demasiado enfatizada es debido a que la mayoría de sermones no solamente son
ial

de un tipo, sino que a menudo muestran características de varios tipos a la vez, encajando muy
bien en varias categorías.
ter

Habiendo dicho eso, es bueno de por lo menos familiarizarse con el concepto de pensar sobre los
sermones en categorías, por la simple razón de que el identificar la categoría prevaleciente de un
sermón es una herramienta que puede aclarar su pensamiento y por lo tanto ayudarlo a predicar un
sermón más eficaz. Por ejemplo, si usted sabe que el objetivo de su sermón es la evangelización
(dirigido a aquellos que no están salvos), entonces este conocimiento le ayudará a diseñar su
Ma

apertura y ciertamente su cierre. Esto también puede afectar su elección de materiales, la manera
en cómo usted los seleccione será guiada por el hecho de que la audiencia a la que usted quiere
alcanzar probablemente estará menos familiarizada con la Biblia, especialmente su doctrina y
terminología, que los creyentes. Cuando usted predica a la iglesia, usted puede hacer ciertas
suposiciones sobre lo que ellos ya saben y no saben, pero cuando usted predica a los perdidos usted
debe suponer que su conocimiento de la Biblia es limitado. Usted debe evitar términos teológicos
difíciles, jerga eclesiástica, y otro lenguaje con el cual ellos no están familiarizados. Otras
clasificaciones tendrán un efecto similar en cómo usted diseñe su sermón.

74
Hay tantas maneras de clasificar sermones como hay libros y autores sobre la predicación de
sermones.

W. E. Sangster, en El Arte del Sermón, ofrece un sistema de clasificación con seis clases:

1. Interpretación bíblica
2. Etica devocional
3. Doctrinal

ET
4. Apologético
5. Social
6. Evangelístico

Brown, Clinard, y Northcutt, en Pasos al Sermón, otra obra clásica en el tema, identifica siete

AG
clases:

1. Expositivo
2. Bíblico
3. Analítico
4.
5.
6.
7.
Contemporáneo

Ocasional
Evangelístico
A-
Formas Especiales
IB
Un enfoque más moderno es hallado en El Arte y Habilidad de la Predicación Bíblica, editado por
Haddon Robinson y Craig Brian Larson. Los autores de este libro parecen enfatizar siete géneros
de sermones:
ial

1. Expositivo (definido como un sermón que revela el significado de un pasaje


bíblico y aplica ese significado a la vida del oyente)
2. Versículo por versículo (realmente un subgénero de la predicación
ter

expositiva)
3. Textual (definido como un sermón basado en un pasaje más corto que el
expositivo)
4. Tópico (a veces he escuchado llamársele predicación de “pensamiento”, y
es probablemente el más común entre los Pentecostales)
Ma

5. Series de sermones
6. Narrativa de primera persona (relatar una historia bíblica desde el punto de
vista de uno de sus personajes)
7. Evangelístico John A. Broadus, en su obra clásica Sobre la Preparación y
Presentación de Sermones, clasifica a los sermones basándose en la
estructura homilética, e l contenido y el patrón. Sin embargo, la única
categoría pertinente a la discusión presente es la primera: la estructura
homilética.

75
El divide esta categoría en cuatro géneros más:

1. Textual
2. Tópico
3. Textual-Tópico
4. Expositivo

Estos sólo son algunos de los enfoques para clasificar los sermones que han sido ideados a lo largo

ET
de los siglos; todos ellos tienen un beneficio. Si usted tiene interés puede leer todas las fuentes
que he mencionado y muchas más, y ciertamente habrá un beneficio al hacerlo. Pero yo soy un
predicador simple, y para el propósito de este libro, pensemos sobre clases de sermones de una
manera más simple, aún más simple de lo que Broadus lo hace.

AG
En una manera práctica y empírica, un sermón bien es dirigido hacia los que son salvos o hacia los
perdidos. Para nuestro propósito, esta es la manera más básica para pensar sobre el sermón, y tiene
el mayor impacto sobre su estructura y contenido. Decidir si es que el sermón es de evangelización
o no es algo que usted debe hacer primero mientras que se encuentra en el proceso de elaboración.
Esta decisión debe ser reflejada en su declaración de propósito.
A-
Ahora una palabra de precaución que complica las cosas: todos hemos predicado sermones
dirigidos para la iglesia, pero que bajo la unción del Espíritu Santo estos fueron transformados en
sermones de evangelización. También hemos visto suceder lo opuesto. A propósito, la mayoría de
IB
nosotros, en cada sermón, sin importar su clasificación, estructura, tema, incluye un enfoque
evangelizador en algún momento, o en el caso de un sermón predominantemente evangelizador,
incluye las necesidades de las personas salvas que están allí aludiendo a la sanidad o a la ayuda
sobrenatural ya sea con la familia o con los problemas de matrimonio o financieros. Esto no es
algo malo o erróneo, o algo que se deba evadir, sino que simplemente es una parte fundamental
ial

del predicar a congregaciones que están creciendo y son dinámicas y por lo tanto incluye a gente
con muchas necesidades. Tales iglesias casi siempre tienen gente en sus bancas que necesitan
responder al llamado de Dios en sus vidas para salvación, así como también miembros de la iglesia
ter

que están enfrentando muchas otras necesidades. Los pastores que son bendecidos a predicar a tales
congregaciones no pueden darse el gusto de ignorar los tipos de sermones motivacionales,
doctrinales o devocionales, sino que deben aprender a emplear las técnicas del sermón
evangelizador, a menudo dentro del mismo sermón.
Ma

De modo que, al construir sermones, debemos pensar con respecto a ellos como si tuviesen un
género o clasificación predominante; es decir, estos bien son predominantemente evangelístico o
predominantemente benefician a la iglesia. Si un sermón es predominantemente evangelístico, por
ejemplo, y usted también desea incluir a la iglesia en su audiencia, es importante que usted haga
esto de una manera suave y lógica. Encuentre un a gancho en su material el cual reafirme su
propósito de una manera que toque las necesidades de los que están salvos. Utilice un relato bíblico,
una ilustración o un versículo bíblico para hacer esto.

76
EJEMPLO DE SERMÓN

En el sermón en el cual hemos estado trabajando, la mayoría de los relatos que intentamos usar
son dirigidos hacia las personas salvas, así como es nuestro propósito general. El relato del padre y
su hijo endemoniado está dirigido a los que están salvos y, así como aquel padre, están viniendo a
Jesús para sanidad o liberación. El relato de Ester es sobre uno de los miembros de la casa del rey
acercándose ante el trono, así que esto también está más dirigido hacia los que están salvos. El
relato de los cuatro leprosos también se trata más sobre los que ya están salvos y necesitan un

ET
milagro.

Sin embargo, el relato del rey de Nínive quien, aún sin oír sobre el arrepentimiento, se arrepintió y
ordenó a la ciudad entera que se arrepintiese, esto obviamente es un gran gancho para incluir a

AG
aquellos que necesitan venir a Dios. El relato del hijo pródigo provee una oportunidad para alentar
a aquellos que se han ido al mundo a regresar a casa aún si ellos no están seguros de la bienvenida
que recibirán.

Así que, aunque este sermón principalmente tratará con la gente que está salva pero lucha con el
temor de que su fe no es lo suficientemente fuerte para recibir una respuesta de Dios a sus
A-
necesidades, existe un par de ganchos que, si son bien usados, pueden hacer un llamamiento tanto
para el que se ha ido al mundo como para el que nunca ha conocido a Dios.
IB
Al mantener firmemente en mente la audiencia principal para el sermón, evitamos lo que para mí
es una debilidad recurrente en muchos de los sistemas de clasificación que han sido ideados. Esto
es, la mezcla y la superposición de los tipos de sermones. Por ejemplo, tres de los cuatro ejemplos
que le he dado anteriormente mencionan “evangelístico” como una de sus clases. Aún con una
mínima excepción (“ocasional” en Brown et al.) todas las demás clases que mencionan están
ial

basadas en la estructura o la técnica del sermón, y no tienen nada que ver con su propósito.
“Evangelístico” tiene todo que ver con el propósito del sermón, esto es, a quién intenta usted
alcanzar y la respuesta que usted desea de parte de ellos. Yo pienso que esta mezcla de tipos o
clases causa una confusión innecesaria y conduce a que uno dé por vencida la idea entera de
ter

considerar la clasificación del sermón de uno. Al establecer temprano en el proceso y luego


mantener la mirada en quién usted está predominantemente tratando de alcanzar, usted puede
considerar la clasificación de su sermón para evitar así una mezcla de desastre y para ayudar a que
su predicación se mantenga clara. Usted notará que las demás clases encajarán dentro de las
Ma

categorías de los salvos y los perdidos. Un sermón textual funcionará igualmente bien bajo
cualquiera de las dos categorías, así como también el tópico, expositivo, o cualquier otra
categoría. La cosa importante es mantenerse enfocado en la audiencia que desea alcanzar y dejar
que cualquier técnica o estructura que usted use los lleve a un lugar de respuesta al mensaje.
Ahora, veamos dos tipos principales de sermones basados en la técnica o la estructura. Si usted
entiende estos tipos, las diferencias entre ellos, y cómo dominarlos, usted tendrá un mejor
entendimiento de cómo armar un sermón. Casi todos los demás tipos son sub tipos de estos dos.

Predicación Expositiva

77
Primero, veamos la predicación expositiva. Como fue definida anteriormente, ésta “revela el
significado de un pasaje bíblico y aplica ese significado a la vida del oyente.” El énfasis aquí está
en el pasaje bíblico mismo. Todos los materiales reunidos, otros textos, ilustraciones y
definiciones, sirven sólo para explicar y reforzar el mensaje del texto que usted está explicando.
Su sermón tal vez se enfoque en un solo versículo, en una docena de versículos, o en un capítulo entero,
pero para ese sermón éstos vienen a ser su mundo entero. Ningún tema es introducido que no se
halle en ese pasaje. Esto es “Predicación de la Biblia” en su forma más pura. Las sub formas son

ET
versículos por versículos y predicación en serie. Mientras que toda predicación debe estar arraigada
en la Biblia, la predicación expositiva es la más arraigada de todas.

William Sangster da cuatro razones por las que el predicar la Biblia de esta manera tiene beneficios
que van más allá del simple hecho de que existe un poder ilimitado al predicar la Palabra de Dios sin

AG
adornos. La primera es que la predicación expositiva ofrece un material sin fin para que el
predicador predique. Una vez yo estuve en la casa de un pastor quien me dijo que por los pasados
once años había estado predicando el Libro de Proverbios. El me dijo que estaba en el capítulo
13 y que no estaba seguro si viviría lo suficiente para terminar el libro. Al predicador expositivo
nunca le falta algo sobre qué predicar.
A-
Otra ventaja que Sangster menciona es que la predicación expositiva mantiene a los predicadores
en guardia contra sus propios perjuicios.
IB
Todos nosotros tenemos nuestros temas favoritos para predicar y a menudo debido a la presión de
las ocupaciones de pastor o bajo las exigencias de un estilo de vida de doble vocación, caemos en
el hábito de predicar las cosas con las que estamos más familiarizados o más cómodos, o temas
que hablan más al corazón nuestro. Al predicar sistemáticamente todo un capítulo o un libro,
ial

garantizamos evitar la trampa de quedarnos en nuestra zona cómoda, o predicar a nuestras propias
necesidades en vez de las de nuestros oyentes.

Tercero, Sangster habla sobre el hecho de que predicar sermones expositivos alienta a aquellos
ter

que nos oyen a estudiar la Biblia por sí mismos. Yo añadiría que esto resalta la Biblia en las mentes
de nuestra congregación y crea un ambiente de amor hacia la Palabra de Dios. Al viajar y predicar
en iglesias de la Pentecostal Unida Internacional, yo a menudo he podido discernir la clase de
ministerio de predicación que el pastor ofrece. Aquellos que predican con un enfoque en la Biblia,
Ma

haciéndola no solamente el texto para sus sermones, sino también permitiéndola hablar claramente
mediante la predicación expositiva, están más propensos a producir una congregación con un amor
por la Palabra de Dios, y una sed y hambre por oír más sobre la Palabra de Dios; las congregaciones
usualmente valoran lo que su pastor valora.

Finalmente, Sangster señala que el predicador no puede esquivar lo difícil cuando predica
sistemáticamente de una porción de la Palabra. Ciertos temas difíciles los cuales tendemos a evitar
pueden ser abordados de manera más diplomática y aún más efectiva, cuando están incrustados en
un pasaje junto con muchos otros temas menos difíciles. Cuando yo pastoreaba, descubrí que

78
utilizar la literatura dominical de Word Aflame en vez de mis lecciones que yo mismo escribía,
me ofrecía el mismo beneficio. Todos sabían que yo solamente estaba siguiendo el tema
“trimestral,” de modo que no me estaba refiriendo a alguien o a una situación en particular. A
menudo me asombraba cómo las lecciones que habían sido redactadas varios años antes llegaban
justo al tiempo preciso para mi congregación. Lo mismo es cierto cuando se predica un libro o un
pasaje largo. Usted a menudo estará asombrado cómo Dios puede tomar su predicación y abordar
situaciones y circunstancias en su congregación mediante el fluidez de la Palabra de Dios.

ET
Este tipo de predicación bíblica no es tan fácil como meditar públicamente sobre nuestras
opiniones e ideas. Esto es un reto ya que si se hace bien, esto requiere largas horas de estudio
profundo. Por el otro lado, todo momento dedicado a la preparación de un sermón el cual está lleno
de la Palabra de Dios tiene una gran recompensa, tanto para el predicador quien lo prepara como
para el oyente. Alimente a sus oyentes de una dieta estable de la Palabra de Dios. Evite la tentación

AG
de lo trivial, ofreciendo una predicación superficial basada en las últimas tendencias, modas, ideas,
retórica vacía, y ejemplos gastados. Entre a la Palabra por sí mismo y póngala en lo profundo de
su corazón. Esto no solamente bendecirá su vida, sino que, cuando usted la comparte bajo la unción
de Dios, usted bendecirá las vidas de sus oyentes como nada más lo podría hacer.

A-
Predicación Tópica

La predicación tópica, a veces llamada predicación de “pensamiento” o devocional es la segunda


categoría que deseo mencionar. Por la discusión anterior de la importancia y poder de la predicación
IB
expositiva, no quiero rebajar a la predicación tópica. Por lo contrario, hecha bien, la predicación
tópica está tan enfocada en la Escritura como la expositiva; ésta simplemente usa la Palabra de una
manera diferente. Al aplicar diferentes textos a un tema o “pensamiento,” unificador, la predicación
tópica enfoca la Palabra de Dios a los retos y dificultades de la vida diaria en el siglo veintiuno de
ial

una forma inspiradora y reflexiva. La Biblia es un libro vivo. Algunos han interpretado que esto
significa que sus admoniciones y enseñanzas sencillas son de plástico, moldeadas por la cultura,
sociedad y circunstancias cambiantes para así encajar con cualquier creencia actual de nuestro día.
Nada puede estar más lejos de la verdad. “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los
ter

cielos,” dijo el salmista (Salmos 119:89). La Palabra de Dios no se hace flexible por las
circunstancia o por los cambios culturales. La Palabra de Dios es inviolable; ésta es un fundamento
firme. Pero este fundamento firme encaja a la vida moderna así como encajó a la vida cuando fue
escrita por primera vez. La Palabra de Dios contiene principios que se aplican a cualquier tiempo
y a cualquier lugar. Esta ofrece ayuda en cualquiera de las circunstancias y situaciones de la vida.
Ma

La predicación de la Palabra de Dios en nuestros tiempos es el gran reto del púlpito hoy día. Esto
envuelve sobre todo, hacer claro esos principios eternos los cuales no cambian y son para siempre
relevantes. Esta es la gran obra del predicador del día moderno; este es el trabajo más duro que él
o ella afrontarán. La fidelidad a la Palabra de Dios es una necesidad absoluta para el predicador
Pentecostal. El alejarse de las enseñanzas sencillas de la Biblia con el fin de reivindicar relevancia
a nuestra cultura cambiante es el error cardinal para cualquiera de nosotros. El predicar las verdades
sencillas es una necesidad absoluta si es que vamos a cumplir el propósito de Dios. Aun en este
mundo moderno lleno de problemas, debemos presentar esas verdades de una manera que sea
relevante y que alcance los corazones de nuestros oyentes. La predicación tópica es una herramienta

79
que conecta la Palabra de Dios con las circunstancias que la gente enfrenta hoy día. La predicación
de esos sermones a veces es descrita como superficial, pero ciertamente no lo es y no debe ser.
Para reunir a la gente e infundir valor en ellos en un tiempo de problemas, para poner fe y fortaleza
a un espíritu débil, no son solamente uno de los logros más gratificantes, sino que son
absolutamente esenciales en un mundo confuso como en el que vivimos. La predicación devocional
es necesaria para un pastor u otro ministro quien se para delante de personas de quienes su semana
entera está llena de decepciones y angustia, gente que viene a la iglesia desesperadamente
buscando una palabra de parte de Dios que les dé el valor para enfrentar otro día.

ET
Afortunadamente, la Palabra de Dios no nos falla en este reto. Esta está llena de las historias de
aquellos que vencieron, que resistieron, de aquellos que triunfaron. Sus historias están en la Palabra
de Dios, no simplemente para entretenimiento, sino para inspiración. Y esas historias son tan
valiosas hoy día como lo han sido siempre. A veces yo pienso que perdemos el tren cuando nos

AG
cansamos de las historias que hemos escuchado toda nuestra vida, cuando esas historias han
perdido su impacto en nosotros debido a su familiaridad, y nos olvidamos que muchos de los que
entran a nuestras iglesias nunca han escuchado esas historias predicadas bajo la unción de Dios y
aplicadas a la vida moderna.

A-
EJEMPLO DE SERMON

El sermón que hemos estado armando es un sermón tópico, principalmente dirigido a la iglesia,
aunque también hace un llamado a los que necesitan una renovación y a los que necesitan el
IB
bautismo del Espíritu Santo. El tema es la fe. Estamos tratando de dar respuesta a la pregunta:
¿debemos absolutamente no tener duda alguna que Dios responderá nuestra oración para que Dios
así lo haga?
ial

Este es un tema vital, dando en el centro del vivir para Dios, y está mucho en las mentes de aquellos
que tienen necesidades que solamente Dios puede saciar. Los relatos que usaremos para alentar e
inspirar son bien conocidos, pero serán predicados desde un ángulo ligeramente diferente al usual,
y esperamos que esto los haga frescos y emocionantes como lo harían si fueran nuevos.
ter

Predicación Evangelística

En la sección final de este capítulo, me gustaría compartir una palabra sobre la predicación a los
Ma

perdidos. La predicación evangelística es, en un sentido, una redundancia. Mientras que puede haber
predicación sin la evangelización, no puede haber evangelización sin la predicación. Esto se deja claro
en Romanos 10:13–15:

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el
cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien
les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son
los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian las buenas nuevas!

80
En otro sentido, aunque, es un término perfectamente bueno ya que hace una diferencia entre la
predicación que está dirigida a la presentación de la salvación a aquellos que nunca han conocido
al Señor y la predicación dirigida en otras direcciones, tales como el entrenamiento o aliento a los
que ya están salvos. Mientras que la mayoría de buenos sermones abordan varias necesidades, las
de los salvos y las de los perdidos, la predicación evangelística es un método de presentar la verdad
la cual está específicamente enfocada en los perdidos.

Primero, consideremos lo que queremos decir con evangelística. En el sentido más preciso, la

ET
evangelización es la proclamación del evangelio. La palabra evangelio es una transliteración de la
palabra griega euangelion, que significa “buenas nuevas.”

Para nosotros que conocemos la verdad, la evangelización siempre debe sostener el significado de no
solamente proclamar el evangelio, sino también de crear un ambiente en el cual las almas puedan

AG
encontrar a Jesús en el pleno poder de Su Espíritu, y seguir Su ejemplo y mandato en el bautismo.
Cualquier cosa menos que eso no es una predicación evangelizadora verdadera. Así que, ¿qué con
respecto al tocar puertas, a los estudios bíblicos en casas, o servicios al aire libre? ¿No son estos
una evangelización? Ciertamente los son, pero el objetivo de cada uno de ellos es llevar a la gente
a un punto de hambre, o por lo menos curiosidad sobre el evangelio. Cuando ellos responden y
A-
vienen a un ambiente creado por la predicación de la Biblia, la obra de evangelizarlos es completada
por la predicación y su respuesta a ella.

La diferencia entre predicar a los perdidos y predicar a la iglesia es algo muy parecido a la diferencia
IB
entre comunicarse con la familia y comunicarse con los invitados en su casa. Cuando solamente es
la familia, puede haber referencia a eventos, chistes y secretos de familia con los cuales todos en la
familia están familiarizados. Sin embargo, cuando usted tiene invitados usted tiene que explicar
tales referencias o arriesgar a dejar a sus invitados en la oscuridad, sin entender de qué están ustedes
hablando. Esto es parecido a la diferencia entre un sermón evangelístico y un sermón que está
ial

dirigido hacia las necesidades de la iglesia. El sermón evangelístico supone que los oyentes no
entienden los términos, la jerga, eventos y doctrinas de la iglesia. Este no requiere un curso de
introducción para entenderlo, este es el evangelio presentado sencillamente, en un lenguaje diario,
ter

para que así el no iniciado pueda fácilmente entender lo que debe hacer para ser salvo.

Esto no significa que el sermón evangelístico no tenga doctrina, evada los conceptos bíblicos o use
un español de primer grado. Usted no debe insultar a su audiencia de esa manera. Si yo entrara a
una sesión de una conferencia para cirujanos del cerebro y no entiendo todo lo que están hablando,
Ma

esto no significa que yo sea un ignorante. Esto significa que yo no estoy familiarizado con el tema.
La mayoría de la gente hoy día no está familiarizada con la Biblia, con la necesidad de la salvación
y con el plan que Dios tiene para sus vidas aquí y en el más allá. La predicación evangelística tiene
por objetivo dar encuentro a la gente allí donde se hallan y llevarlos a la fe y obediencia del
evangelio para que así puedan ser salvos.

La predicación evangelística puede considerarse estar arraigada en Filipenses 4:19: “Mi Dios, pues,
suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Veamos esta
declaración en detalle. Usted tiene una necesidad. Esta es la primera obra del evangelista: señalar la

81
necesidad del pecador. En nuestro día muchos vienen a nuestras iglesias los cuales requieren poco
que se les recuerde sobre sus necesidades. Ellos están destrozados por el pecado y a menudo han
intentado muchas cosas para saciar sus necesidades. Todo lo que han intentado ha fallado y el
resultado para la mayoría ha sido dejar sus vidas peor. Ellos están listos para recibir ayuda, pero
usted todavía debe señalar sus necesidades. Dígales qué es lo que está pasando en sus vidas,
recuérdeles de la promesa falsa del mundo. Al hacer esto, trate de mantener una apelación amplia
como sea posible. Mencione una gama amplia de pecados específicos, o mejor todavía, hable en
términos amplios, no para evadir de mencionar el pecado, sino más bien para asegurarse que todos

ET
sientan que usted les está hablando a ellos.

Yo tengo un Dios. La segunda obra del sermón evangelístico es contarles sobre nuestro Dios, quien
solo puede saciar sus necesidades. Un ejemplo brillante de este aspecto simple pero vital para
alcanzar a los perdidos es el sermón de Pablo en Hechos 17:22–28:

AG
Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observé
que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en
el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin
conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay,
A-
siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado
por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y
todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre
toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para
IB
que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está
lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de
vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

Pablo no condenó ni tampoco debatió su idolatría; él simplemente utilizó sus supersticiones para
ial

dirigirlos al único Dios quien los creó y los ama como Sus hijos, y está cercano para oír sus oraciones.
No se olvidé de asegurarles que El no solamente puede saciar sus necesidades, sino que también lo
hará así. Nadie es tan malo, tan pecador o tan descarriado; dígales que Su misericordia es
ter

abundante, Su poder es ilimitado, Su amor es tan grande que se conmueve con nuestras
necesidades; y si vamos a El, El nos recibirá.

Tercero, siempre exalte a Jesús. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”
(Juan 12:32). El está hablando de Su muerte en la cruz. La cruz es la fuente de esta esperanza y
Ma

confianza. No tenga miedo de Juan 3:16 debido a que no es Hechos 2:38; esto todavía es cierto y
no tiene contradicción cuando uno entiende lo que está implicado cuando alguien “cree en El.”
Dios vino en forma de hombre, murió por nuestros pecados y ahora cualquiera que cree y obedece
puede ser salvo.

Finalmente, predique para obtener una respuesta. El primer sermón Pentecostal fue evangelístico.
Este fue deliberadamente diseñado bajo la unción de Dios para llevar a sus oyentes a un punto de
acción. Pedro finalizó esta perla con un cierre poderoso, especialmente dirigido a sus oyentes
judíos:

82
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra
de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que
vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero el mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues,
ciertamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho
Señor y Cristo (Hechos 2:32–36).

ET
Cuando Pedro cerró su mensaje con estas palabras, lleno tanto de acusación como de esperanza, ya
nos podemos imaginar la escena. Tal vez cayó un silencio en la multitud a medida que cada oyente
se enfrentó cara a cara con su culpa ante Dios. Luego, vemos por primera vez, el poder de la
predicación del evangelio por medio de un predicador lleno del Espíritu Santo y bajo la unción del
Espíritu:

AG
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿quéharemos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdónde pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están
A-
lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y
les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su
palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres
mil personas. (Hechos 2:37- 41).
IB
¡Que toda su predicación tenga el mismo efecto!

Permítame terminar con una palabra para los predicadores principiantes. Domine el sermón
ial

evangelístico; domínelo comprometiéndose a predicar de una manera evangelística. Usted en su


predicación estará muy tentado a enfocarse en la iglesia, particularmente a señalar sus faltas y
fracasos. ¡Resista esta tentación a toda costa! Usted todavía no tiene lo que es necesario para predicar
ese tipo de sermón, al menos de la manera que todos lo acepten como algo más que las palabras de
ter

un novato. En vez tome en serio las palabras de instrucción que el apóstol Pablo le dio a un predicador
joven: “Haz obra de evangelista” (II Timoteo 4:5). Si usted aprende a señalar de una manera
compasiva y creativa la necesidad de aquellos que no conocen al Señor, a recordarles de la
misericordia y gracia de Jesús, a constantemente exaltar a Jesús; y aprende a cerrar sus sermones
Ma

creando un ambiente donde el Espíritu Santo puede moverse en el servicio y compungir los
corazones de aquellos que le oyen, usted creará un lugar para su ministerio, y más importante aún,
usted será una bendición para todos aquellos a quienes usted predica.

83
Fuentes Citadas en el Capítulo 8

William E. Sangster, The Craft of Sermon Construction


(El Arte de la Construcción de un Sermón)
(Philadelphia: Westminster Press, 1950, 1951).

H. C. Brown, Jr., H. Gordon Clinard, Jesse J. Northcutt,


Steps to the Sermon ( Pasos al Sermón)(Nashville: Broadman

ET
Press, 1963).

Haddon Robinson and Craig Brian Larson, eds., The Art and Craft of Biblical Preaching (El Arte y
Habilidad de la Predicación Bíblica) (Grand Rapids: Zondervan, 2005).

AG
John A. Broadus, On The Preparation and Delivery of Sermons 4th ed. (Sobre la Preparación y
Presentación de Sermones) (New York: Harper Collins, 1979).

A-
IB
ial
ter
Ma

84
ET
AG
A-
¡No sólo tire la semilla a la gente! Conviértala en harina, hornéela a pan, y córtelo para ellos.
IB
Charles Haddon Spurgeon

Ahora es tiempo de tomar todo lo que hemos discutido y poner en papel el sermón. Mantenga la
declaración de propósito firme en la mente a medida que usted empieza a crear su introducción,
ial

arreglar su material, y a elaborar el cierre. Mantenga su mira ya sea que principalmente busque
alcanzar a los perdidos o busque alentar y retar a los santos (a no ser que usted sea un novato, en
dicho caso usted debe mantener su mira en los perdidos). Así que, ¿cómo arma un sermón?
ter

Se suele pensar que un sermón tiene tres partes básicas: la introducción, el contenido y el cierre.
Manteniendo esto en mente le ayudará a construir sermones organizados y fáciles de entender. Las
partes más importantes y difíciles son la introducción y el cierre, cada una de ellas requieren una
habilidad real para hacerlas eficaces. Veamos cada una de estas tres partes.
Ma

La Introducción

Si usted observa a grandes predicadores predicar, usted pronto se dará cuenta de que todos ellos
ponen gran atención a cómo ellos empiezan sus sermones. No importa qué técnica ellos usen, ellos
son meticulosos al elaborar la introducción. Muchos de ellos leen sus introducciones textualmente
de sus notas, volteando las páginas de una manera rítmica (o deslizando su dedo en la pantalla de
su tableta electrónica), cuidadosamente enunciando las palabras, exigiendo dramáticamente que los
sigamos al mundo de su mensaje. ¿Qué saben ellos que requiere tal inversión de tiempo y energía?

85
¿Por qué es la introducción tan importante? Ellos saben que sólo hay un tiempo limitado,
probablemente menos de dos minutos, para conseguir la atención de sus oyentes y convencerlos de
que usted tiene algo que decir que vale la pena.

En su libro Usted es el Mensaje, Roger Ailes insiste que cuando usted cautiva la atención de una
persona o de una audiencia usted sólo tiene siete segundos para convencerlos de que usted y sus
opiniones valen su tiempo. Si usted lo piensa se dará cuenta que él probablemente tiene razón.
Alrededor de una mesa en el restaurante, en la sala de exhibición en la conferencia general, en un

ET
seminario, en la iglesia, todos subconscientemente rápidamente “sacan la cuenta” quién está
hablando y así bien le prestan atención o lo ignoran. Su decisión está basada en muchos factores
sombríos, incluyendo la apariencia personal, lo que se dice, cómo se dice, interacciones pasadas con
tal persona, así como lo bien que esa persona se adhiere a convenciones sociales las cuales crean una
zona cómoda alrededor de él o ella. En otras Palabras, personas vociferantes y groseras no llaman nuestra

AG
atención; en vez, instintivamente tratamos de hallar una salida, aun si tenemos que recurrir a
nuestras propias mentes cuando físicamente no podemos escapar.

Para ser justo, una congregación Pentecostal le dará más de siete segundos, principalmente porque
ellos vinieron a la iglesia para oír una buena predicación, así que ellos le están haciendo barra a
A-
usted. Ellos le darán una oportunidad si no es por otra razón que esperar no morir de aburrimiento,
pero no le darán más que esos siete segundos; así que ponga atención a cómo usted inicia.

(Para la siguiente discusión de las partes de un sermón estoy en deuda con la Introducción a la
IB
Homilética por Donald E. Demaray. Así como su título lo sugiere, esta obra es un libro básico y
presentado de manera simple sobre la predicación el cual yo he leído y me he referido muchas
veces.)

El gran orador romano Cicerón, escribió que todas las introducciones eficaces deben cumplir tres
ial

propósitos: despertar interés, obtener el favor, y preparar para guiar. Como en el caso de las tres
pruebas de Aristóteles, nadie ha mejorado mucho esta descripción. ¿Qué quiso decir Cicerón?
Despertar el interés está bien claro: si usted no consigue la atención de la congregación en el
ter

principio, usted probablemente no la llegará a conseguir, y el resto del sermón se irá abajo. Obtener
el favor significa crear un lazo entre usted y la audiencia, poniéndolos a gusto con usted y
asegurándoles que usted no sólo tiene algo que decir sino que también sabe de qué está hablando.
El tercero es un poco más difícil de realizar, una de las razones, para mí, es que está conectado con
el segundo y sale del segundo propósito, obtener el favor. Una vez que usted ha obtenido la atención
Ma

de ellos y los ha puesto a gusto con usted, usted debe atraerlos hacia el sermón, haciendo que confíen
que usted sabe a dónde está yendo, y luego condúzcalos al contenido de su sermón y después hacia el
cierre.

Despertar Interés

Para despertar el interés es vital tener una oración de apertura la cual ha sido bien pensada. Esta
debe atraer su atención y dejar a un lado cualquier distracción que haya en la habitación: gente
sentándose, raspados de sillas, aun la ausencia repentina de la música de fondo, el silencio puede

86
ser tan fuerte. Después de una pausa para dejar que las cosas se asienten, lea su texto, anuncie su
título, y luego inicie su apertura con esa primera oración. Exija la atención de la audiencia
presentando claramente esas declaraciones y afirmaciones cautivadoras. La primera oración es
vital, de modo que prepárela con cuidado. Reflexiónela en su mente, encuádrela en un papel, vuelva
a encuadrarla, y revísela tantas veces sea necesario. Perfecciónela para interés y claridad, y expóngala
con confianza.

Después de la primera oración, marque su ritmo. Siga con una segunda oración la cual expande,

ET
explica o aclara la primera. A medida que usted avanza en su párrafo de apertura, atráigalos
haciéndolo personal. Recuerde la declaración de propósito; considere la pregunta: ¿por qué les
importa a ellos? Dígales porqué importa en verbos simples, activos y sustantivos concretos. Establezca
el impulso y siga adelante. Recuerde, la totalidad de la introducción debe despertar interés. Es
durante esos dos primeros minutos que la audiencia toma esa decisión importante — ya sea oír o

AG
no oír lo que usted tiene que decir. Alguien dijo que existen tres clases de predicadores: aquellos
a los que uno no puede oír, aquellos a los que uno puede oír y aquellos a los que uno tiene que oír.
La gente no viene esperando el primero; ellos bien vienen con la intención de oír o no vienen a la
iglesia en absoluto. Para la mayoría, la opción dos es lo mejor que pueden esperar, y probablemente
lo que ellos esperan. Su trabajo en esos primeros momentos es persuadirlos hacia la opción tres:
A-
hágalo tan interesante que simplemente tendrán que oír.

Obtener el Favor
IB
Obtener el favor debe suceder rápidamente o no del todo. Si usted está predicando en una iglesia
familiar, particularmente local, la gente ya lo conoce a usted y usted les cae bien y lo aceptan
como predicador. Si usted está predicando en un ambiente desconocido, usted debe atraer a la gente
y crear un lazo entre usted y la audiencia. A veces este lazo es muy difícil de definir. Yo pienso
ial

que esto es debido a que es una impresión, casi una emoción que sus oyentes sienten en vez de
pensar, y esta impresión es el resultado de muchas cosas. Su apariencia— vestido discreto, modesto,
conservador; confianza en vez de nerviosismo; seguridad de la importancia de lo que usted está a
punto de predicar; y no arrogancia, distanciamiento, o rigidez— juegan un papel importante en la
ter

creación de esto. El tono de su voz—baja, pero vibrante; real, casi conversacional al principio a
medida que usted reconoce la invitación que lo ha llevado a ese púlpito—dicen más que sus
palabras a la congregación. Una manera agradable—Darle un cumplido al pastor y a la música, una
palabra amable sobre la adoración de la iglesia—es otra clave que la congregación usará para
Ma

medirlo a usted.

El humor es una gran herramienta para obtener el favor, pero debe ser usado cuidadosamente y
con moderación, particularmente cuando usted está predicando a una audiencia no familiar. Nada que
pueda ser interpretado remotamente como vulgar, despreciativo o irrespetuoso funcionará, excepto
hacer un hoyo del cual usted no podrá salir. Los chistes obvios rara vez funcionan (excepto para un
predicador de televisión bien conocido de quien su rutina o repertorio usualmente incluye una
broma cursi la cual funciona ya que es anticipada por su multitud simpatizante). El humor debe
estar conectado a situaciones significativas. Frecuentemente las palabras amables de la persona

87
que lo presenta a usted pueden ser un punto de partida: “¡Guau, ahora soy el predicador más
presentado en Pentecostés!” o “¡Gracias por esas palabras tan amables! Yo probablemente no
debería haber oído todo eso, ¡ pero estoy muy alegre de que mi esposa sí lo haya!”

A la gente le encanta recibir cumplidos, así que busque algo de lo que usted honestamente pueda
decir algo bueno—la decoración, el coro, el equipo de alabanza, la hermosa canasta en su
dormitorio—sea sincero y no exagere, esto le ayudará a obtener el favor de ellos. Sobre todo, sea
real y siempre enfoque la atención de ellos en la presencia del Señor. Este es el verdadero lazo entre

ET
usted y la congregación; ellos desean saber que usted lo conoce a El, lo ama a El, y que los guiará
a El.

Preparar para Guiar

AG
El tercer propósito de la introducción, de acuerdo a Cicerón, es preparar para guiar. La gente viene
a la iglesia con sus mentes distraídas y dispersadas. Ellos son imposibles de guiar hasta que usted
haya obtenido su atención y haya ganado su confianza. Una vez que usted ha hecho esto, entonces
condúzcalos a la Escritura y a su sermón.

A-
La gente sigue a líderes confiados; líderes que saben quiénes son y a dónde van. Usted debe
proyectar ambas características para así guiarlos; esto no se puede falsificar sus oyentes
rápidamente sentirán si usted no está listo para guiarlos y se retendrán. No vacile, empezando y
IB
parando, repitiendo lo mismo, luchando de manera obvia para proseguir adelante. Una vez que
usted ha leído su texto de una manera suave y con confianza; declare su línea de apertura con la
seguridad que procede de esa confianza, deje que la introducción y luego el contenido del sermón
se despliegue. De esta manera usted los guiará a donde usted ha sido guiado por la Palabra y el
Espíritu. Es por eso que su introducción debe ser bien pensada y bien elaborada; usted primero
ial

debe saber a dónde está yendo para así guiar a otros allá.

EJEMPLO DE UNA INTRODUCCIÓN


ter

Romanos 10
La epístola a los Romanos fue escrita por Pablo alrededor del año 58 dc. La iglesia en Roma era
mayormente gentil en el tiempo que la epístola fue escrita, pero fue fundada por Cristianos judíos.
Y todavía existen muchos judíos allí, a pesar de l o s edictos imperiales desterrando a judíos de
Ma

Roma. Pablo se está presentando a esta iglesia, la cual, aunque él parece conocer a varios de sus
miembros, él nunca la ha visitado. El también espera obtener el apoyo de la iglesia para su futura obra
misionera. El tema de la carta de acuerdo a David Bernard es “El evangelio de salvación es el don de la
justicia de Dios recibido por la fe en Jesucristo.”

Antes del capítulo 10, Pablo ya ha afirmado la doctrina de la culpa universal, “por cuanto todos pecaron
y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23), empezando en el capítulo 9, él se enfoca
en Israel específicamente abordando la pregunta, ¿por qué, Israel, siendo el pueblo de Dios, está
perdido? Pablo Achtemeier señala que él hace esto afirmando lo que es el tema del capítulo entero

88
“No que la palabra de Dios haya fallado” (Romanos 9:6). Ahora, en el capítulo 10, él empieza su
argumento: si la Palabra de Dios no ha fallado, entonces por qué Israel todavía está perdido. Su
conclusión es: debido a que ellos se negaron a oír.

Romanos 10 es una pieza retórica independiente la cual desarrolla este argumento. Lo podemos ver
como un sermón que sigue las reglas antiguas de la retórica; por ejemplo, es una combinación de una
retórica judicial y deliberativa, y contiene apelaciones a las tres pruebas de Aristóteles: ethos, logos,
y pathos. Esto sigue el modelo clásico para los discursos y contiene las seis partes de ese modelo

ET
o patrón: exordio (introducción); narración (declaración de hechos o datos), proposición (lo que
se debe comprobar), pruebas (apelaciones a la autoridad), y peroración (cierre).

En esta sección, veamos la introducción de Pablo. Esta se halla en los versículos 1–3: “Hermanos,
ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo

AG
les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la
justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.”

En esta introducción, Pablo cumple los tres propósitos de una introducción. El consigue su atención
con algunas palabras provocativas sobre los judíos. En esencia, él está diciendo que mientras Israel
A-
tiene un celo piadoso, ellos a la vez son ignorantes, se justifican a sí mismos, y son rebeldes (un
consejito: éste es Pablo. . . usted no es Pablo). Al mismo tiempo Pablo asegura el favor de ellos
con estas palabras: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel,
es para salvación.” El se presenta como alguien que tiene que decir cosas duras, pero él no está en
IB
contra de Israel, ciertamente no les desea nada malo; él ora por ellos y si por él fuera, ellos serían
salvos. En otras palabras, él está diciendo: “Ustedes pueden confiar que yo les diga la verdad ya que no
tengo motivo alguno para herir o castigar a Israel.”

El los conduce usando este lenguaje sorprendente, e inmediatamente los traslada a su siguiente
ial

declaración la cual esencialmente es su tema o declaración de propósito. Esta es el centro de la


verdad que desea comunicar: “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Porque de la justicia que es por la ley de Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por
ter

ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto
es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de
entre los muertos).” (Romanos 10 4-7). Esta es su transición de la introducción al contenido del
sermón; él está afirmando que la Ley fue cumplida en Jesús y ya no salva a la gente, ya que su
justicia está basada en las obras de los que la siguen. Pero la justicia de la fe viene por la creencia
Ma

indiscutible en la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Es por eso que Israel está perdido: Ellos
siguen confiando en la justicia de la ley y cuestionan la justicia de la fe y obediencia al evangelio.

Métodos de Introducción

Existen diferentes maneras en las que usted puede introducir un sermón. Veamos unas cuantas:
usualmente la más común se llama el Método Textual. Esto quiere decir que su oración de apertura
es simple y directa: “Mi texto esta mañana es. . . ,” luego usted lee el texto bíblico. Por supuesto

89
que este versículo o pasaje debe ser el principal de donde usted saca su sermón, o por lo menos el
versículo más prominente que aborda su tema. La gran ventaja de este método es que ayuda a
poner a su audiencia a gusto. Lo hace así ya que es algo familiar para ellos, ya que la mayoría de
los sermones empiezan de esta manera; esto les asegura que usted va a predicar de la Biblia, lo cual
es algo confortante para ellos. Tal vez, lo más importante es que esto le ayuda a usted a estar más calmado,
ya que usted empieza a leer, palabra por palabra, algo con lo que usted está familiarizado. Esto es
una gran ayuda para calmar los nervios. Recuerde, esto hace que la lectura de su texto sea parte de
su introducción. Usted no puede pensarlo como un acto preliminar el cual sucede antes del inicio

ET
de la introducción; esto es parte de la introducción y debido a esto, usted debe leer el texto con
énfasis y emoción. No demasiado dramático, sino léalo con un interés real, usando la inflexión en
su voz para sacar el significado del pasaje. A veces, yo inyecto breves explicaciones mientras lo
leo, ayudando a que el texto sea más entendible, especialmente si esas connotaciones en particular
no serán usadas en el sermón. Usualmente la lectura del texto será seguida por el relato de la historia

AG
del texto. Si es un evento, prepare el escenario: quién o quiénes participan, dónde, cuándo y por
qué. Si se trata más de un pasaje doctrinal o teológico, discuta quién lo escribió, a quién y por qué.
A veces después de leer el texto, usted no discute el texto inmediatamente; en vez usted del todo
utiliza otro tipo de introducción. A propósito, abrir con la lectura del texto funcionará con los otros
métodos que discutiremos.
A-
Otro tipo de introducción es iniciar con una ilustración. Este es extremadamente eficaz
suponiendo que la ilustración encaja casi perfectamente con su declaración de propósito. Si usted
tiene que relatarla y luego explicar lo que usted quiso comunicar mediante ella, no la use, no
IB
funcionará. Sin embargo, una ilustración que sí encaja es algo maravilloso. La eficacia de una
ilustración está gobernada por varios factores, cada uno de ellos es vital. Recuerde que la manera
cómo usted relate la historia es más importante que la historia misma. Las historias deben relatarse
utilizando sustantivos concretos y verbos activos. El efecto de esto es un sentido de inmediación
ial

y un sentido de acción. Usted no simplemente desea contarle a su congregación lo que sucedió, usted desea
llevarlos al escenario y mostrarles lo que sucedió. Esto es lo que un sentido de inmediación realiza:
hace que la audiencia sienta que los eventos de su historia están sucediendo en ese momento. Los
verbos activos muestran lo que está sucediendo en vez de simplemente relatarles. Aquí tenemos parte
ter

de una de mis introducciones favoritas para un sermón. Esta combina la exposición textual (nuestro
primer tipo de introducción) con la introducción usando una ilustración. Su particularidad es que
usa un poco de imaginación para transformar un relato bíblico en una ilustración poderosa. A
medida que usted lo lee, note el sentido de inmediación y el sentido de acción. El sermón es “La
Mujer de los Romances Destrozados” por Clovis Chappell:
Ma

Mire esta imagen. Allí se sienta un hombre en toda la fuerza y energía de la juventud. El sólo tiene
treinta años o aproximadamente. A su alrededor está la atmósfera de vigor y vitalidad que
pertenecen a la primavera de la vida. Pero hoy día él se encuentra un poco cansado. Hay un declive
en sus hombros. Sus pies y sandalias están empolvados. Su vestidura está manchada por los viajes.
El ha estado viajando toda la mañana a pie. Y ahora al medio día está descansando.

El lugar de su reposo es el borde de un pozo viejo. El pozo es uno que fue excavado por manos de

90
personas que han fallecido siglos atrás. Este viajero está muy sediento; pero no tiene con qué sacar
agua, de modo que se sienta sobre el borde del pozo y espera. Sus amigos que viajan con él han ido
a la ciudad para comprar comida. Pronto volverán, comerán y beberán juntos.

A medida que mira a lo largo del camino que conduce a la ciudad él ve a alguien venir. Esa persona
no es uno de sus discípulos; es una mujer. A medida que ella se acerca él ve que ella va vestida del
adorno barato y sucio de su clase. Al instante él la conoce por lo que ella es. El lee la oscura

ET
historia de su vida pecaminosa; él comprende todo el pasado fétido y sucio por el cual ella ha
tenido que viajar como viajar por el fango apestoso de un pantano.

Note los sustantivos: imagen, hombre, fuerza, energía, vigor, vitalidad, primavera, hombros, pies,
sandalias, vestidura, pozo, borde, manos, agua, comida, amigos, mujer, adorno, historia, vida,

AG
fango, pantano. Todos son concretos y ninguno es abstracto. Ahora los verbos: Mire, sienta, tiene,
pertenecen, viajando, descansando, excavado, sacar, espera, ido, comprar, regresarán, comerán,
beberán, mira, ve, viniendo, acerca, conoce, lee, comprende, viajado. Acción por todos lados. Aun
los adverbios y adjetivos son robustos y coloridos. El lenguaje lo pone a usted allí y hace que la
escena se haga realidad.

A-
Una introducción con ilustración eficaz también puede provenir del uso de una historia
subestimada que en sí misma no parece estar conectada con el gran tema, pero a medida que se hace
evidente, cuenta la historia en miniatura, utilizando el mayor detalle posible para construir el
IB
realismo. Mientras que es algo más complejo y riesgoso, el uso de tal ilustración puede ser tan eficaz
en capturar la atención como el uso de sus primos más dramáticos. Este ejemplo no proviene de un
sermón, sino de uno de los libros más significantes del siglo veinte, si no por otra razón que la que
cuenta la historia de un evento que cambió el mundo como pocos lo han hecho. John Hersey inicia
Hiroshima de este modo:
ial

Exactamente quince minutos después de las ocho de la mañana, el 6 de Agosto de 1945, hora de
Japón, en el momento cuando la bomba atómica destelló por encima de Hiroshima, la señorita
ter

Toshiko Sasaki, una empleada de Trabajos de Estaño de Asia Oriental, acababa de sentarse en su
escritorio en la oficina de la planta y estaba volteando la cabeza para hablarle a la chica al lado de
su escritorio. En ese mismo momento el Dr. Masakazu Fujii estaba poniéndose cómodo, cruzando las
piernas para leer el Osaka Asahi en el porche de su hospital privado, sobrepasando uno de los siete ríos
delta el cual divide a Hiroshima; la señora Hatsuyo Nakamura, la viuda del sastre, parada junto a la
Ma

ventana de su cocina, mirando al vecino derribar su casa ya que estaba situada en el camino de la
línea de fuego de defensa de un ataque aéreo; el Padre Wilhelm Kleinsorge, un sacerdote alemán
de la Sociedad de Jesús, estaba en ropa interior reclinado en su catre en el tercer piso de su casa de
la misión, leyendo una revista Jesuita, Stimmen der Zeit; el Dr. Terufumi Sasaki, un joven miembro
del personal de cirugía del hospital grande y moderno de la Cruz Roja, caminaba por uno de los
pasillos del hospital llevando en su mano una muestra para una prueba Wasserman; y el Reverendo
Kiyoshi Tanimoto, pastor de la Iglesia Metodista de Hiroshima, se detenía a la puerta de la casa de
un hombre rico en Koi, el suburbio occidental de la ciudad, y se preparaba para descargar una
carretilla llena de cosas que había evacuado de la ciudad en temor de la incursión masiva del B-29

91
el cual todos esperaban que Hiroshima sufriría. Cien mil personas murieron por causa de la bomba
atómica, y estas seis personas estaban entre los sobrevivientes.

Hersey usa seis mini historias, una tras otra, para atraernos y llevarnos hacia la dramática línea
final la cual no falla en capturar nuestra atención y propulsarnos hacia adelante en la historia: “Cien
mil personas murieron por causa de la bomba atómica, y estas seis personas estaban entre los
sobrevivientes.” Esto nos hace pensar, ¿cómo? y ¿por qué? y ¿cuántos más? Pero más que todo
nos hace pensar ¡cuénteme más! Inicie un sermón con una introducción que hace eso, y estará

ET
usted en buen camino.

Un tipo de subgénero para comenzar con una ilustración es un tipo a veces llamado una
introducción de Situación de Vida. Este tipo de ilustración describe una situación que alguien ha
enfrentado en la vida contemporánea. La idea es relatar una historia en la cual alguien ha

AG
enfrentado un evento dramático en la vida, luego aplicar la forma en que él o ella trató la situación
de una manera más en general para que así todos puedan relacionarse con la historia. Por supuesto
que esto debe ilustrar y dar transición a su tema. Aquí tenemos un incidente de mi vida el cual yo
he utilizado para introducir un sermón titulado “Sabiendo A Dónde Correr.”

A-
Yo recuerdo el incidente muy bien. Supongo que es una de esas cosas que se graban en la mente
cuando uno es niño. Una mañana mi hermano y yo estábamos con mi papá en una camioneta
negra, gastada y vieja, yendo por un camino de tierra en un pequeño campo de petróleo en las
afueras de Kerman, California. Mi papá paró al costado del camino; “miren allá,” dijo él y señaló.
IB
Obviamente era un lugar donde un accidente horrible había sucedido. A medida que nuestro padre
empezó a explicarnos, nosotros entendimos qué cosa tan terrible había sido. Una plataforma de
perforación de petróleo había estado funcionando allí el día anterior. La ruina de esta se elevaba
desde el terreno plano a casi unos cien metros de nosotros, la mitad superior de la plataforma
estaba tirada en el suelo, una masa de metal retorcido. Era fácil, aún para nosotros, darnos cuenta
ial

de lo que había sucedido; la parte superior de la estructura simplemente se había derrumbado,


estrellándose con el resto de ella.
ter

Mientras estábamos sentados en la camioneta vieja, mi papa nos empezó a contar sobre el
encargado de perforar. Justo esa mañana, saliendo para ir a trabajar, dijo mi papá, el encargado de
perforar le había dicho a su esposa su preocupación con respecto a la condición de esa plataforma:
“Esa cosa es un pedazo de basura,” había dicho él. “Alguien va a morir uno estos días.” Un
accidente, creo yo, era algo inevitable. Cuando esos pines se cortaron y la mitad superior de esa
Ma

plataforma se empezó a caer, los trabajadores empezaron a correr. Todos estuvieron a salvo,
excepto el encargado de perforar. El tenía, desde donde estaba parado en el “piso” cuando la parte
superior se empezó a caer hacia él, sólo dos opciones de rutas de escape: El podía correr a su
izquierda y bajar unas escaleras y salir de la plataforma a un lugar seguro, o él podía correr a su
derecha por todo el piso y allí, rápidamente poniéndose detrás del inmenso motor que impulsaba
a la plataforma, poder encontrar un lugar de refugio. El sólo tenía una fracción de segundo para
decidir. Desafortunadamente él optó equivocadamente. Corriendo por el piso, él volteó a la derecha
dirigiéndose a la seguridad del motor inmenso, pero antes de poder llegar allá, las toneladas de
acero que estaban cayendo lo fijaron contra el radiador y aplastaron su vida.

92
Por supuesto que yo no vi el cuerpo, pero mi papá lo había visto el día anterior; su rostro era uno
de horror a medida que transformaba el incidente en una lección práctica—una lección de vida
para sus hijos. Nunca olvidaré la mirada en los ojos de mi padre, o las palabras que él nos dijo ese
día mientras que describía lo que le había sucedido al hombre que corrió por el camino equivocado.
El nos dijo: “Siempre miren a su alrededor, presten a tención y piensen por adelantado. Siempre
sepan a dónde correr. Esto tal vez les salve la vida.”

ET
A veces es mejor iniciar con una declaración de propósito simple y directa. Esta debe ser breve y
directa: “Hoy día les mostraré bíblicamente por qué el bautismo del Espíritu Santo es absolutamente
esencial para la salvación,” o “Estoy aquí para retar a que su fe le haga ver que Dios es capaz y
desea, y hasta está ansioso para responder a sus oraciones” Use su declaración de propósito y
solamente modifíquela para hacer que esta hable directamente a sus oyentes.

AG
El último que deseo mencionar es la declaración dramática. La idea no es atraer su atención,
seducirlos de sus distracciones, o suavemente suplicar su tiempo; la idea es lanzar un palito de
dinamita, prender una sirena, encender un reflector. La idea es cogerlos por la nuca y hacer que
quieran oír. ¿Qué les parece eso para una declaración dramática? Aquí tenemos unos mejores

hace esta dramática apertura: A-


ejemplos: introduciendo un sermón titulado “Lo Que Cristo Hace por el Alma,” Arthur John Gossip

Exactamente, ¿qué ha hecho Cristo por usted? ¿Qué ha sucedido en su vida de lo cual Cristo sea
IB
la explicación, y aquello sin El, simplemente no hubiera sucedido en absoluto? Si no hay nada,
entonces su religión es pura futilidad.

V. A. Guidroz, un predicador maestro Pentecostal, usó esta introducción para su sermón


frecuentemente solicitado, “La Marcha de la Muerte”:
ial

Esta es una congregación de gente religiosa. Estamos enfrentando las grandes catástrofes de la
culminación de los tiempos. Usted no puede salir de ello, usted está metido con toda su fuerza. Usted
tendrá que rendir cuentas de todo lo que se diga en este campamento. Usted puede jugar con ello o
ter

descartarlo y alejarse de ello. Pero usted tendrá que encararlo del mismo modo.

Tenemos que tomarlo en serio. Dios vive o está muerto. Jesucristo fue el Hijo de Dios, nacido de la
virgen María o si no, es el chiste más grande en el mundo. Hombres y mujeres hablan en lenguas
Ma

al ser inspirados por el Espíritu Santo o si no, es la farsa más grande puesta entre las dos caras de
un libro. Bien la gente nace de nuevo o estamos simplemente engañando a un montón de gente.
Nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero o estamos jugando la broma
más grande sobre el grupo más grande de personas inocentes que el mundo haya conocido.

Bien tenemos un infierno por debajo de nosotros y un cielo por encima de nosotros, y tenemos que
ganar uno y perder el otro, o si no, estamos solamente aquí esta noche para perder el tiempo.

Recuerde, una declaración dramática no necesariamente significa una declaración provocativa,

93
como la de Pablo en Romanos 10, La de Gossip en “Lo Que Cristo Hace por el Alma,” o la de V.
A. Guidroz en “La Marcha de la Muerte.” A veces ésta captura la atención mediante sus imágenes
sorprendentes. F. W. Boreham introduce un sermón (o una composición, a veces es difícil de
deducirlo con Boreham) sobre dar las malas noticias, este se titula “Dando las Noticias” y dice así:

Como regla general, las cosas que se rompen son rotas por los que carecen de coordinación en su
movimiento o son torpes. Cuando los huevos se rompen, o cuando los platos se rompen, o cuando
las promesas se rompen, es debido a que alguien cometió una torpeza; pero para esta regla general

ET
existe una excepción notable. Las personas que no tienen cuidado pueden romper nuestra loza, las
personas que no tienen cuidado pueden romper nuestros corazones, pero cuando se trata de romper
o dar las noticias, las personas que no tienen cuidado o tacto son peores que inútiles.

AG
A veces, el drama proviene del suspenso el cual promete futuras revelaciones interesantes las
cuales nos jalan hacia el sermón a pesar de nosotros mismos. Boreham usa esta técnica en “Un
Ovillo Enredado,” construyendo hábilmente el suspenso en una brillante introducción:

Mis dedos siempre me han dado comezón para establecer la historia de Mary Creighton, así como
ella me lo había contado ese día bajo un árbol de manzanas, pero, hasta ahora, mi pluma ha estado
A-
encadenada. Sin embargo, un periódico que llegó la semana pasada, contiene anuncios los cuales
de manera eficaz han borrado los escrúpulos que yo apreciaba.

Mary Creighton no era su verdadero nombre: su verdadero nombre era mucho más bonito, o así
IB
me lo hizo parecer. Ninguno de los nombres que mencionaré son nombres reales. La misma Mary,
por muchos años fue para mí un misterio inescrutable. Ella lo fue para todos. Por cierto, hasta esa
tarde bonita cuando ella hizo su gran confesión, yo nunca la entendí y no conozco a nadie que lo
haya hecho. Un sentimiento general prevalecía en Mosgiel que, tiempo atrás en los años
ial

inolvidables de la vida de Mary, una tragedia estaba encubierta en algún lugar; pero nadie sabía su
naturaleza. Se hicieron innumerables conjeturas: pero todas eran contradictorias, y por lo tanto,
insatisfactorias. Ninguna teoría cuadraba con todos los hechos. Y así sucedió que el pequeño
pueblo lo abandonó. Mary llegó a ser considerada como un enigma el cual todos preguntaban, pero
ter

del cual nadie sabía la respuesta.

eNo exagere el drama, no lo haga descabellado, o recurra a trucos. Usted conseguirá su atención, pero
tal vez se rían de usted en el proceso. Años atrás cuando yo era un pastor joven seguí el consejo de
Ma

un amigo e intenté un poquito de drama para introducir un sermón. El texto provenía de I Corintios
13:12. “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco
en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.” Después de leer este texto hice que todos
oraran y mientras que lo hacían me puse un par de gafas de sol que había puesto sobre el púlpito.
La idea era de predicar sobre cómo ahora en el presente estamos obligados a ver la vida a través
de lentes oscuros, pero un día nos los quitaremos y veremos las cosas como realmente son y
entenderemos las razones por las que la vida es como es. El título era “Cuando Me Quito Mis Gafas
de Sol.” Todo hubiera estado muy bien excepto por el rugido de risas cuando la congregación abrió
sus ojos después de orar y me vio con mis gafas puestas. Esto era tan raro para mi persona que
algunos de mis queridos miembros se rieron durante el sermón. Yo todavía siento vergüenza

94
mientras escribo estas palabras.

Mantenga la introducción corta, esta debe hacer lo que debe y desaparecer del camino. La
introducción no debe usar su mejor o más potente material. Por supuesto que usted debe utilizar
algo bueno en la introducción debido a su función crucial, pero yo he oído a predicadores quienes
han tenido introducciones potentes, pero no mucho más que eso, y las cosas rápidamente se
vinieron abajo. Hasta yo he sido ese tipo de predicador en alguna ocasión. Si todo lo que usted
tiene es una introducción potente, espere hasta que usted tenga un sermón potente para que vaya

ET
con ella antes de utilizarla.

Un último comentario sobre las introducciones. Muchos predicadores grandes escriben


completamente sus introducciones, aunque pueden esbozar el contenido y el cierre. Esto es un

AG
testimonio de su comprensión de cuán importantes son las introducciones. Ellos saben que si la
introducción sufre un estancamiento, un error, o un congelamiento, ellos pasarán el resto del
sermón tratando de recuperarse. Si usted falla en capturar la atención de la audiencia, despertar su
interés y asegurar el favor en la introducción, el resto del sermón estará perdido; si usted es un
predicador principiante, escriba sus introducciones. Más adelante, a medida que gana experiencia,
usted tal vez decida que solamente necesita unos apuntes o notas detalladas para la introducción. Pero

escribirlas completamente.
A-
para ese entonces, ¿quién sabe? Usted tal vez esté acostumbrado y desee continuar con el hábito de

El Título
IB
Durante el proceso de elaborar su sermón, usted debe ir pensando sobre el título. No hay apuro, el
título tal vez le venga a la mente al principio, a la mitad o al final del proceso. A veces el título
es fácil de encontrar ya que el sermón parece titularse a sí mismo. Fue de esa manera con un sermón
ial

que yo titulé “Amnón Tenía un Amigo.” El texto provenía de II Samuel 13, y en el versículo 3
hallamos la declaración fundamental de la historia entera de Amnón: “Y Amnón tenía un amigo.”
¿Qué más podría usted llamar a ese sermón? Normalmente no es tan fácil hallar un título perfecto.
A veces, cuando tenemos dificultad de hallar el título correcto, nos convencemos a nosotros
ter

mismos que los títulos en realidad no importan. “Póngale algún nombre,” decimos, o peor aún,
decidimos en pasarlo por alto del todo. Pero como Rick Warren escribió en El Arte y Habilidad
de la Predicación Bíblica:
Ma

Escribir un gran título de sermón es un arte en el cual debemos continuamente trabajar. No


conozco a nadie que lo haya dominado. Todos tenemos nuestros éxitos y errores. Pero si el propósito
de la predicación es transformar y no simplemente informar, o si usted está hablando a incrédulos,
entonces a usted debe preocuparle sus títulos. Como la cubierta de un libro o el primer renglón de
un anuncio, el título de su sermón debe capturar la atención de aquellos que usted desea influenciar.

El título debe contener la promesa del sermón simplemente declarada. Para un sermón enfocado en
lo que Dios puede hacer con nada (por ejemplo, crear el universo), y por lo tanto concluir que cuanto
menos haya de mí (esto es, menos de mi ego, de mi ambición y de mi deseo) para estorbar el
camino, lo más que Dios puede hacer conmigo; yo escogí el título: “El Increíble Potencial de

95
Nada.” En otro sermón señalé que mientras Dios es todopoderoso y puede hacer cualquier cosa,
hay cosas que El no puede hacer: El no puede fallar, cometer un error, mentir o ser injusto. El título
de sermón que escogí fue “Las Limitaciones de Dios.” Para un sermón sobre el poder destructivo del
pecado, yo usé a Sansón y al Rey Saúl como ejemplos del trágico final del pecado. Mi introducción
usó una anécdota de la Guerra Civil Americana de un testigo del saqueo macabro de los soldados
muertos que todavía yacían en el campo a la mañana después de una batalla. El título era
“Desnudando a los Muertos.”

ET
Si lo hacemos de la manera correcta, el título encaja tan bien que al reflexionar parece que éste fue
destinado para ser el título de ese sermón. Considere el de Jonathan Edwards “Pecadores en las
Manos de un Dios Enojado.” ¿ Podría algo más encajar con ese sermón? El de Charles Spurgeon “Se
Removió la Piedra,” el de Clovis Chappell “El Infierno de un Buen Hombre,” el de Stanley
Chambers “¿Puede la Iglesia Pentecostal Unida Sobrevivir el Ataque de la Historia?” y el de V.

AG
A. Guidroz “La Marcha de la Muerte” todos son ejemplos de títulos perfectos para sermones
notables.

Evite ser demasiado encantador en sus títulos. (Ver “Cuando Me Quito Mis Gafas de Sol,”
anteriormente.) El título puede ser memorable, pero por todas las razones equivocadas, tales como
A-
dar la impresión de inmadurez y superficialidad. Un gran sermón no necesita un título encantador.
Aquí tenemos algunos títulos demasiado astutos sacados de anuncios de iglesias en Los Angeles
Times y compartidos por Rick Warren: “Pedro Se Va de Pesca,” “El Ministerio de las Vasijas
Rajadas,” “Dame Ágape,” y “No hay Tal Cosa Como un Reloj de Caucho.” No estoy seguro
IB
exactamente a dónde deseaban ir estos títulos, pero estoy muy seguro de que no llegaron allá.

Por todos los medios examine cuidadosamente su título y vea si hay un significado no deseado.
Algunos títulos casi sugestivos o incluso vulgares han sido usados por predicadores, aparentemente
pensando de manera equivocada que esto obtendría la atención sin ofender. Quizás ellos ni se dieron
ial

cuenta de lo que estaban diciendo. En Pasos Al Sermón, Brown et al. comparte algunos: “Nudista
en el Cementerio” (supongo que es el endemoniado de Gadara.), “El Hombre Que No Dejaba a las
Mujeres Tranquilas” (Sospecho que el predicador quiso decir Jesús y la mujer junto al pozo, María
ter

en el huerto, la mujer atrapada en adulterio, María Magdalena, etc.), “El Hombre, la Mujer y el
Cuarto de Hotel” (no tengo ni idea), “Por Qué Todo Predicador Debe Ir al Infierno” (sin
comentario), y “Besando en la Oscuridad” (he intentado, pero no puedo pensar nada en la Biblia
que se esté refiriendo a esto). Aún si se pudieran explicar por medio de alguna lógica tortuosa, o estén
conectados a una anécdota o ilustración, nunca utilice tales títulos.
Ma

Aquí tenemos algunas preguntas sugeridas por varios escritores, las cuales usted puede preguntarse
con respecto a títulos posibles para así mantenerse en el camino correcto.

¿Es cautivador? ¿Está redactado de una manera que deja claro que este sermón tiene algo que
decir que ellos desearán oír?

¿Es claro? Rick Warren comparte una prueba de esto: “Si yo leyera este título en una cinta de
casete cinco años más adelante, ¿sabría yo al instante de qué se trata el sermón?” En vez de

96
“cinta de casete” sustituya “CD” o “archivo en mi computadora o teléfono” usted capta la idea.

¿Es breve? Brown recomienda de dos a siete palabras, con no más de tres o cuatro palabras
“fuertes”. Por supuesto que esto es una generalización. Un vistazo a cincuenta de mis propios
sermones muestra títulos que tienen un promedio de tres a cuatro palabras, con uno de diez
palabras siendo el más largo y varios títulos de una sola palabra siendo los más cortos.

¿Es adecuado? Usted se encuentra en la casa de Dios, en el púlpito, predicando la Palabra de Dios.

ET
Compórtese como debe ser.

¿Es relevante? El título debe dejar en claro que este no va a ser un discurso académico seco. Este
será un sermón que abordará las necesidades de sus oyentes.

AG
El Contenido del Sermón

Estamos avanzando: tenemos nuestra idea, hemos escrito nuestra declaración de propósito, reunido
nuestro material, iniciado a refinar nuestro material, hemos escrito nuestra introducción, hemos
hasta quizás decidido nuestro título, ahora armamos el sermón.
A-
El contenido del sermón debe estar compuesto de tres, a veces de cuatro y rara vez de cinco puntos
los cuales se arreglan cuidadosamente para dar un flujo temático y narrativo más eficaz, así como
también para un impacto emocional máximo. Los puntos están conectados con comentarios
IB
transitorios y explicativos. Para aprender a ordenar adecuadamente los puntos de un sermón,
debemos ver al sermón como un todo, en vez de verlo en partes. Un sermón está compuesto de un
título, un texto, una oración inicial, una introducción, tres (y a veces más) puntos, y un cierre. Pero
cada uno de estos debe mezclarse con los demás, creando una armonía y una cohesión que cumplen
ial

el propósito del sermón. Otra forma de decir esto es que estos puntos deben arreglarse de una
manera que el sermón fluya suavemente desde la primera lectura del texto hasta las palabras finales
del llamamiento al altar para cumplir una meta: llevar a las personas a un lugar donde ellas
respondan a la incitación del Espíritu Santo. Ya sea que esa respuesta sea pasar adelante para ser
ter

bautizado en el nombre de Jesús o para recibir el Espíritu Santo, o para ser sanado, o para ser librado,
o para ser bendecido; o para simplemente estar más cerca de Dios, más dispuesto a obedecer Su
Palabra, y por lo tanto crecer como Cristiano, la meta del sermón es la misma: llevar a las personas
a un punto de acción. Esto se realiza a través de la cabeza y el corazón, pero mayormente, para la
predicación en comparación a la enseñanza, es el corazón.
Ma

Me parece que hay tres consideraciones que usted debe mantener en mente a medida que usted
elabora el contenido del sermón: el flujo del tema, el flujo de la narración, y el flujo del impacto
emocional. Mientras que cada una requiere arreglos diferentes, y una o la otra pueden ser más o
menos importantes dependiendo del sermón, estas deben armonizarse, encajarse para así llevar al
sermón intelectual y emocionalmente a su meta. Probablemente el más flexible y por lo tanto el más
fácil con el cual trabajar es el flujo narrativo. Usted tal vez no lo crea así ya que la narrativa o relato
de cierto evento bíblico sucedió en cierto orden: A sucedió, luego B sucedió, y luego C sucedió
y finalmente D. ¿No está usted bien encerrado en la cronología? ¿No tiene usted que contarlo de la

97
manera que esto sucedió? En realidad no tiene que hacerlo. A propósito muchas veces la Biblia
tampoco lo hace.

El flujo temático es un poquito más rígido. Esto quiere decir que usted tiene que presentar su tema
de una manera lógica. A veces no es tanto una necesidad, pero a menudo, usted debe demostrar la
parte fundamental de su tema, luego edificar sobre éste en bloques sucesivos de verdad. Es difícil
reordenar este orden sin confundir a su audiencia. Como un simple ejemplo, usted tal vez esté
predicando sobre la necesidad que la humanidad tiene de Dios. Podría parecerse a algo como esto:

ET
1. La tragedia más grande de la vida es ser un pecador.
2. “El alma que pecare” (Ezequiel 18:20).
3. Todos nosotros somos pecadores.
4. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos

AG
3:23).
5. Debido a esto no podemos salvarnos a nosotros mismos.
6. “Ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).
7. Sólo Dios puede salvarnos.
8. “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los

9.
10.
11.
A-
pecados” (Hebreos 10:4).
El nos salvó viniendo como hombre y muriendo.
“Grande es el misterio” (I Timoteo 3:16).
“Porque de tal manera amó Dios” (Juan 3:16).
IB
12. Solamente mediante la obediencia al evangelio de la muerte, sepultura y
resurrección de Jesús podemos ser salvos.
13. “Yo soy la puerta” (Juan 10:9).
ial

Este es un sermón de seis puntos, pero podría convertirse fácilmente en uno de cinco puntos
combinando los puntos número cuatro y cinco. Hasta podemos convertirlo en un sermón de tres puntos
haciendo que el punto número uno sea parte de la introducción, y el punto número seis parte del
cierre. Lo que no podemos hacer fácilmente es mezclar el orden lógico de los puntos. El flujo lógico
ter

va de la premisa básica, que el ser pecador es una gran tragedia, y luego procede, cada punto brota
y descansa sobre el punto anterior. Todos somos pecadores, no podemos salvarnos a nosotros
mismos; sólo Dios puede salvarnos y El ha establecido un camino para que nosotros seamos salvos.
El hizo esto viniendo como Jesucristo y muriendo en la cruz, resucitando y ofreciendo el don del
Ma

Espíritu Santo. Y nosotros sólo podemos ser salvos acogiendo esta oferta obedeciendo al
evangelio. Este es el flujo lógico y es difícil de cambiarlo.

La consideración más importante es el flujo del impacto emocional del sermón. Esto es lo más
vital para llevar a los oyentes a un punto de respuesta. Ian Pitt- Watson, al escribir en El Arte y
Habilidad de la Predicación Bíblica, llama a este flujo emotivo el “sistema cardiovascular” el
“torrente sanguíneo” del sermón. El afirma que hasta que no hayamos sentido la verdad del
evangelio, no hemos oído el evangelio completo. El sigue diciendo:

98
La predicación implica una clase de pensamiento apasionado. A veces el predicador está dando
una expresión conceptual a lo que el oyente previamente había sentido ser verdad, pero otras veces
el predicador está expresando como una verdad sentida algo que el oyente había pensado
previamente ser verdad. Ambas tareas son igualmente importantes, y para ambas se requiere un
sistema cardiovascular sano que pueda expresar las verdades sentidas y pueda llevar el efecto (lo
que se siente) de estas verdades a cada miembro y órgano del sermón. Esto es la esencia de la
predicación.

ET
Toda Escritura, todo relato, toda ilustración tiene un efecto emocional, algunos más que otros. Es
esencial que usted aprenda a medir el impacto que cada uno tiene y los arregle dentro del sermón
para proveer un flujo de emoción, gradualmente avanzando hacia la invitación y hacia la
oportunidad de responder al Espíritu. Cuando digo “gradualmente avanzando,” no quiero decir que
tenemos que ir en una línea recta de lo menos impactante hasta lo más impactante. Esto es difícil

AG
de hacer y no es muy eficaz ya que la audiencia no reacciona muy bien a esto. Igualmente, ellos
no reaccionan muy bien a un sermón que despega como un cohete, alcanza un nivel de emoción
alto inmediatamente y trata de sostener ese nivel alto por el resto del sermón. La emoción debe
edificarse y eso requiere flujos y reflujos, momentos de emoción alta seguidos por momentos de
menos emoción, luego momentos aún más altos de emoción.
A-
Exploremos más este concepto visualmente usando los siguientes gráficos.

Este es un sermón emocionalmente muerto y por lo tanto aburrido:


IB
10
9
8
ial

7
6
5
ter

4
3
2
1
Ma

0
Nivel de

Punto 1

unto 2

unto 3

Cierre

Este falla ya que aunque es doctrinalmente bueno e intelectualmente estimulante, este no incluye
al corazón. Al final, la respuesta será debido al deber o a la costumbre y el tiempo de oración

99
probablemente será corto. Esta no es una técnica eficaz, aún para la enseñanza. Usted siempre debe
tratar de variar el impacto emocional de sus puntos para así mantener la atención de su
congragación.

Este es un sermón emocionalmente agotador:

10

ET
9
8
7
6

AG
5
4
3
2
1
0
A-
Nivel de

unto 3
unto 1

o2

Cierre
IB
Esto lleva a la gente casi a la cima de su capacidad emocional y espera mantenerlos allí. Mientras
ial

que algunos pueden mantenerse con un sermón como este, muchos no pueden, esto es algo muy
agotador. A no ser que usted planifique hablar por quince minutos o menos, o que el Espíritu haya
tomado la dirección y lo está conduciendo, evite esta técnica.
ter
Ma

100
Este es mejor que los dos primeros, pero todavía así se exige mucho de la congregación:

10
9
8
7

ET
6
5
4
3

AG
2
1
0
unto 1

unto 2

unto 3
Nivel de

Cierre
A-
IB
Note, el nivel emocional nunca disminuye; este sigue subiendo más y más sin dar chance para que
la audiencia recobre el aliento, absorba lo que se está diciendo y se prepare emocionalmente para
lo que viene a continuación.
ial
ter
Ma

101
Este probablemente es el ideal:

10
9
8
7

ET
6
5
4
3

AG
2
1
0
Emoción

unto 1

unto 2
Nivel de

unto 3

Cierre
A-
IB
El impacto emocional de la introducción captura su atención y los despierta. El primer punto les
permite que se calmen, recobren el aliento y empiecen a ser tocados por la Palabra. El segundo
punto inicia la rampa hacia arriba, y el último punto es el más impactante de todos, llevándolos a
la emoción del cierre y a la invitación.
ial

De modo que, al identificar el efecto emocional de cada componente del sermón, podemos arreglar
el contenido del sermón de la manera más eficaz, dentro de los confines de la lógica de nuestro
argumento, llevando a nuestros oyentes a un punto para que respondan a la voz del Espíritu.
ter

El Cierre

Nunca resumir como un final a su sermón. Un resumen es un repaso de punto por punto de lo que
Ma

usted acaba de predicar: “Así que, como pueden ver, cuando abrimos nuestros corazones al
evangelio, Dios (1) perdona nuestros pecados, (2) los lleva a la cruz de Cristo cuando nos
bautizamos en el nombre de Jesús, (3) Nos llena de Su Santo Espíritu, y (4) mediante Su Espíritu
nos da poder para vivir una vida santa.” Más le vale terminar diciendo: “¿Hay algunas preguntas?”

La elección de la palabra cierre en vez de conclusión o resumen es deliberado.

Usted cierra un sermón de la misma manera que un negociante cierra un trato: usted quiere que ellos
firmen en la línea destinada. La diferencia es que usted está ofreciendo la oferta más grande que

102
se haya ofrecido en la historia: un nuevo principio, un nuevo comienzo, una vida nueva a cambio
de la vieja. Su tarea es convencerlos de que no es demasiado bueno para ser cierto, es cierto y está
disponible ahora. Más adelante habrá más sobre el cierre del sermón y dar la invitación.

Los Apuntes

Ahora es hora de preparar los apuntes del sermón. Estos son los apuntes que usted llevará consigo al
púlpito. Hay muchos formatos diferentes que pueden usarse para estos apuntes. Esto

ET
probablemente más que todo es cuestión de gusto personal. Algunos predicadores usan las viñetas,
otros las negritas y las itálicas, algunos usan las reglas formales del bosquejo y otros simplemente
escriben oración por oración o idea por idea sin hacer algún bosquejo. Lo único que hay que
mantener en mente es que el material debe ser instantáneamente legible. Mientras que usted se
encuentra en el púlpito, es necesario que usted sea capaz de fácilmente hallar su sitio una vez que

AG
lo ha perdido. Aprenda a crear apuntes que mantengan lo que usted debe saber segmentado en los
bosquejos generales del sermón, delante de sus ojos, para así poder hallar lo que necesita cuando
lo necesita.

Yo empecé a bosquejar mis sermones y desarrollé el hábito de utilizar un formato de bosquejo

I.
A. Primer Punto
A-
formal. Yo utilicé el estilo tradicional:

Encabezamiento Principal 1
IB
1. Sub punto que explica o ilumina el primer punto
a. Sub punto que explica o ilumina el sub punto 1
b. Sub punto que explica o ilumina sub punto 1
2. Sub punto que explica o ilumina el primer punto
ial

B. Segundo Punto
II. Encabezamiento Principal 2

Para mí este tipo de bosquejo es tan familiar que yo rápidamente puedo seguir los puntos principales,
ter

retirándome de los apuntes y luego volviendo a ellos rápidamente y sin problemas, encontrando
exactamente dónde debo estar. Usted tal vez halle otro plan de bosquejo el cual encaje mejor, y eso está
muy bien. El caso es, encuentre lo que funciona para usted y utilícelo.

EJEMPLO DE SERMÓN
Ma

Antes de continuar armando nuestro sermón, escojamos el título. No hay cierto tiempo en el proceso
mejor que cualquier otro, así que hagámoslo ahora. Como repaso, aquí tenemos lo que se resalta
en nuestra sección de títulos:

El título debe contener la promesa del sermón, simplemente declarada.

• Evite ser demasiado encantador en sus títulos.


• Examine su título y vea si hay un significado no deseado.

103
• ¿Es el título cautivador? ¿Es claro? ¿Es breve? ¿Es adecuado?
Finalmente, ¿es relevante?

Para empezar, vayamos a nuestra declaración de propósito para determinar la “promesa del sermón.” Aquí
está: “Mi propósito es mostrar que aun cuando no estamos seguros de lo que Dios hará, si actuamos
en la fe que tenemos en vez de rendirnos a nuestra duda, Dios responderá a nuestra necesidad.” La
promesa del sermón es animar a aquellos que luchan con la duda señalándoles que Dios aún
responderá cuando nuestra fe es débil. Mientras que pienso en ello me doy cuenta que la palabra

ET
cautivadora en mi declaración de propósito es “duda,” no “fe.” Hemos oído muchos sermones sobre la
fe, pero pocos sobre la duda; además, aliviando la ansiedad que casi todos tenemos sobre nuestra
duda es la promesa del sermón.

Al reunir mi material, hallé un sermón que había preparado mientras pastoreaba en la zona

AG
de St. Louis el cual es similar al sermón que estamos elaborando ahora. Este se enfoca en el hecho
de que, como respuesta a una petición, un quizás es mejor que un no. Yo llamé a este sermón
“Aprovechando la Duda.” A mí me gusta ese sermón y título y ciertamente usaré partes del sermón,
pero creo que podemos mejorar el título.

A-
Me parece que deseo presentar este sermón como una respuesta a una pregunta; por decir, ¿qué
efecto tiene la duda en recibir lo milagroso de Dios? Así que, ¿por qué no expresar el título como la
pregunta a la que estamos respondiendo? No queremos poner un punto demasiado fino en él, y el título
“¿Qué Efecto Tiene la Presencia de la Duda en Recibir lo Milagroso de Dios?” de catorce palabras
IB
es muy largo, simplifiquémoslo y acortémoslo. Al mismo tiempo hagámoslo un poco más
dramático, también un poco más cautivador. Una manera es usar ritmo y cadencia. Esto se hace
usando palabras repetitivas o sonidos de palabras. Usemos “¿Y Qué de la Duda?” Este hace la
pregunta a la cual queremos responder, no es demasiado encantador, no tiene un significado no
deseado, es cautivador, claro, breve, adecuado y relevante.
ial

Ahora que hemos decidido el título para nuestro sermón, decidamos el texto. Usemos el relato de los
cuatro leprosos: este es nuestro segundo relato más impactante y planeo ponerlo entre nuestros últimos
puntos en el contenido del sermón. Podríamos usar el relato del padre que trajo a su hijo a Jesús, lo
ter

cual normalmente haríamos ya que es el más impactante, pero como lo mencioné anteriormente, yo tengo
algo especial en mente para este relato, así que no deseo disminuir su impacto “revelándolo” muy
pronto, lo cual al usar el texto lo haría. Así que leamos II Reyes 7:3–5 como nuestro texto:
Ma

Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para
qué nos estamos aquí hasta que muramos?

Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos
quedamos aquí, también moriremos, vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos
nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.

Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del
campamento de los sirios, no había allí nadie.

104
Tenemos nuestro texto y título, ahora empezaremos a elaborar la introducción. Como usted recuerda,
esta es una parte crucial del sermón. Usted debe empezar bien, de otro modo tendrá dificultades
siguientes. Yo he reunido algunos materiales sobre la duda: por qué somos tan propensos a ella, por
qué es parte de la experiencia humana. Mis párrafos de apertura se parecerán a estos:

Vivimos en una era de duda. A nuestros hijos se les enseña en las escuelas, así como también fuimos
nosotros enseñados, el método científico: el cual es dudar, cuestionar todo. Esto ha conducido a

ET
socavar la fe quizás como nada más en nuestra historia. La llamada Ética de la Situación, la enseñanza
de que no hay bien o mal sino solamente la arena cambiante de la situación, todo esto nos deja a todos
en la duda. ¿Verdaderamente importa cómo vivo? ¿Importa si soy honesto, justo, amable,
compasivo? ¿Hay algo que importe en el comportamiento humano? ¿Si el mentir, robar, hasta matar
puede ser justificado debido a la situación, dónde hay algo firme en donde yo me pueda apoyar?

AG
La elevación de la evolución casi al nivel religioso, el rechazo de las normas morales Cristianas, la
aceptación del aborto, la incorporación de la promiscuidad y homosexualidad como algo no
solamente aceptable, sino como estilos de vida celebrados, todo esto han socavado la creencia en la
Biblia como la Palabra de Dios. Hemos relegado la Biblia a una colección de dichos, mitos y reglas

A-
fuera de moda. Y ya que nos hemos separado de la Biblia, no conocemos nada sobre Dios, ni siquiera
si El existe. Y ya que no lo conocemos, nosotros dejamos de conocernos a nosotros mismos.

No solamente la duda está arraigada en la cultura moderna, es la naturaleza humana el dudar.


IB
Estamos encerrados en nuestros cinco sentidos, prisioneros de nuestro entendimiento incompleto.
Oramos y a veces no son sanados, el milagro no sucede, la persona amada no viene a Dios. No hay
nadie aquí que no haya luchado con la duda. Esto es nuestra naturaleza.

Hoy día no voy a tratar de quitarle sus dudas. Yo creo que lo puedo hacer, al menos por un tiempo.
ial

Le podría hablar sobre la imagen bíblica de un Dios cuidadoso:


ter

I Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”

Efesios 3:20 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.”
Ma

Juan 14:14 “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

Les podría contar sobre los milagros que he visto. (Aquí usted podría poner dos o tres relatos cortos
de sanidades, liberaciones o eventos milagrosos que usted ha visto o experimentado.)

Pero yo creo que, aún si yo le quitará sus dudas, estas regresarían mañana, o el día siguiente, se
posarían sobre su hombro y le dirían al oído: “Yo creo que lo hizo por ellos, pero no lo hará por
usted. El lo hizo entonces, pero no ahora, El lo hizo allá pero no aquí.”

105
Así que esto es lo que voy hacer. Le insto a que actúe en sus dudas. Aun si usted no está seguro que
Dios existe, si en su mente El solamente es una posibilidad, entonces actúe en esa posibilidad. Si en
su mente las bendiciones de Dios son sólo una posibilidad entonces actúe en esa posibilidad. Si en
su pensamiento usted sólo tiene un pequeño chance de ser salvo, entonces actúe en ese chance.
Estoy predicando sobre la premisa de que un paso dudoso hacia Dios es mejor que el paso más cierto
alejado de El.

¡Me gusta eso! Pero lo podemos mejorar. Creo que me deshacería de los primeros dos párrafos.

ET
Son buenos y ciertamente los guardaré para el futuro, pero tal vez sean una distracción aquí. Su
introducción debe estar bien afilada con tan pocas ideas competidoras como sea posible: usted no
desea que las mentes de sus oyentes estén aturdidas mientras que tratan de procesar varias ideas
impactantes a la vez. Además, no deseo echar la culpa a alguien más por nuestra inclinación a
dudar, deseo mantener el enfoque donde pertenece: en nosotros.

AG
Así que omito el comentario social, me dirijo de inmediato a nuestra tendencia a dudar. Ya que he
eliminado dos párrafos, tengo tiempo para mejorar el párrafo tres, hacerlo más claro. Empiezo mi
introducción de esta manera:

A-
Es la naturaleza humana dudar. Estamos encerrados en nuestros cinco sentidos, prisioneros de
nuestro entendimiento incompleto; y debido a que sabemos que existe mucho que no vemos,
mucho que no oímos; llegamos a dudar lo que sabemos, y nos convertimos en personas inciertas.
Nuestras experiencias también nos quitan la confianza: oramos y a veces no son sanados, el
IB
milagro no sucede, la persona amada no viene a Dios. No hay nadie aquí tan espiritual que no haya
luchado con la duda. Es nuestra naturaleza dudar. . .

Hay dos cosas más que quiero hacer a mi introducción. Primero, quiero incluir la pregunta que
estamos planeando en responder: ¿Qué efecto tiene la presencia de la duda en recibir lo milagroso
ial

de Dios? Segundo, yo deseo mejorar el impacto de la introducción. Esta ya tiene bastante, pero
puede usar más. ¿Cuáles son sus puntos emotivos, hasta ahora? El primero es la declaración: “No
hay nadie aquí tan espiritual que no haya luchado con la duda.” Esto tiene impacto ya que es cierto
ter

y muy poco se habla al respecto. Esto también crea un sentido de unidad. Esto hará que algunos
creyentes piensen: “No estoy solo.” Algunos afirmarán con la cabeza y harán contacto de vista con
otros en el salón. Esta declaración los jalará hacia el sermón. El Segundo es la declaración poderosa
que sugiere la respuesta a nuestra pregunta: “Estoy predicando sobre la premisa que un paso dudoso
hacia Dios es mejor que el paso más cierto alejado de El.” Espere un momento para que esto penetre;
Ma

a usted le gustará el resultado.

Ahora, elevaremos el impacto emocional aún más al introducir al muchacho poseído por el demonio y a su
padre desesperado. Casi siempre, usted debe guardar el punto más impactante del sermón para usarlo
como el punto final. ¿Por qué, entonces, usar al padre y al hijo poseído por el demonio en la introducción
en vez de más adelante? Hay un par de razones. Una es debido a un texto resaltante dentro de ese
relato el cual remarca y efectivamente introduce el tema del sermón. El texto es el clamor honesto del
padre: “Creo; ¡ayuda mi incredulidad!” Esta admisión de la realidad de que la fe a menudo es
mezclada con la duda no solamente describe nuestra propia realidad cuando se trata de la fe y la duda,

106
sino que perfectamente da establecimiento a nuestro sermón. Segundo, este relato también incluye un
versículo bíblico que ya hemos identificado al enfatizar la función de la fe en lo milagroso.

Este versículo es Marcos 9:23: “Jesús le dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible.” No
deseamos dejar la impresión de que estamos predicando que la fe no es importante, obviamente es una
posición no bíblica, así que es mejor dejar esto en claro al principio del mensaje; este texto hará eso.
Finalmente, el relato fácilmente puede ser dividido en dos partes, reduciendo su impacto inicial, pero
realzando su posterior efecto emocional. Rápidamente describiremos el relato del padre apelando a

ET
Jesús después de que Sus discípulos no fueron capaces de ayudarlo: Jesús le dice en términos
inequívocos que su milagro depende de su fe, y él responde con su descripción de su mezcla de fe
/duda, y nos detenemos allí, señalando que nosotros con frecuencia somos más como el padre. Más
adelante, al inicio de nuestro cierre, señalaremos que Jesús no estuvo ofendido con la presencia de la
duda, ni tampoco con la admisión honesta de ella: en efecto, el muchacho fue sanado a pesar de la

AG
duda del padre. El hará lo mismo por nosotros. El poder de la división del relato es que el contenido
del sermón amontonará evidencia tras evidencia que Dios responde aún a la fe más débil, ante la
duda misma, hasta que la verdad de esta es ineludible. Luego, después de toda esa evidencia, se
regresa al oyente al primer relato que oyeron, el relato con el cual ellos inmediatamente se
identificaron: “¡Sí, yo soy como ese padre!” y demuestra que este relato también es prueba de que

A-
Dios elige responder a nuestra fe e ignorar a nuestra duda.

Así que, armando esto elaboramos nuestro título, texto e introducción:


IB
II Reyes 7:3-5
¿Y Qué de la Duda?

“Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para
ial

qué nos estamos aquí hasta que muramos?

Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si
nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los
ter

sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.

Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del
campamento de los sirios, no había allí nadie.”
Ma

1. Introducción
Es la naturaleza humana el dudar. Estamos atrapados en nuestros cinco sentidos, prisioneros de
nuestro entendimiento incompleto; y debido a que sabemos que existe mucho que no vemos,
mucho que no oímos, llegamos a dudar lo que sabemos, y nos convertimos en personas inciertas.
Nuestras experiencias también nos quitan la confianza: oramos y a veces no son sanados, el milagro
no sucede, la persona amada no viene a Dios. No hay nadie aquí tan espiritual que no haya luchado
con la duda. Es nuestra naturaleza dudar.

107
A propósito, si somos honestos, nosotros con frecuencia somos más como el padre quien trajo su
hijo a Jesús para ser sanado en Marcos 9. Un muchacho poseído por el demonio, echando al
muchacho al fuego o al agua tratando de destruir al muchacho. Los discípulos de Jesús no pudieron
ayudarlo, y ahora el padre desesperado viene a Jesús Mismo, el Maestro es su último recurso. El
le cuenta la historia del tormento de su hijo y Jesús le dice: “Si puedes creer, al que cree todo le es
posible.” No quiero que mal interpreten lo que estoy diciendo en este sermón: la fe es la moneda
del reino del Cielo, la fe es necesaria para recibir algo de Dios; a propósito, sin ella es imposible
agradar a Dios. Pero seamos honestos, como lo fue este padre cuando Jesús le recordó de la

ET
necesidad de la fe, la Biblia dice: E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: “Creo;
ayuda mi incredulidad.” ¡Así somos nosotros! Raramente tenemos esa fe que desaparece toda
duda. Mayormente, como el padre, creemos lo suficiente para pedir a Dios que nos ayude, pero la
duda acecha en nuestro corazón, preguntándonos si es que El nos ayudará.

AG
Necesitamos dar respuesta a la pregunta: ¿y qué de la duda? ¿nos descalifica la duda para recibir algo
de Dios?

En este sermón, no voy a tratar de quitarle sus dudas. Yo creo que lo puedo hacer, al menos por un
tiempo. Le podría hablar sobre la imagen bíblica de un Dios cuidadoso:

A-
I Pedro 5:7 “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”

Efesios 3:20 “Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
IB
lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.”

Juan 14:14 “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

Le podría hablar sobre los milagros que he visto. En mi propia familia, hará un poco más de un
ial

año atrás que vimos lo milagroso. Mi esposa fue a su doctor para unas imágenes de rutina, ningún
problema, sólo era tiempo de hacerlo. Dentro de pocos días ella recibió una tarjeta en el correo,
luego una llamada telefónica: “Sra. Jones, por favor haga una cita en el hospital para unos exámenes
más, hemos hallado algo que nos preocupa.” Ellos le dijeron que habían detectado una masa, el
ter

tamaño, el sitio exacto donde estaba. Confieso que Dios y yo tuvimos una conversación de corazón
a corazón. Estábamos preocupados, sabiendo lo que esto podría significar, y esto se reflejaba en
nuestras oraciones. La mía era: “¡Dios, yo no acepto esto! Usted dijo que no pondría más de lo
que podríamos soportar. Bueno, ¡no podemos soportar esto!” Yo admito, mi fe no era fuerte.
Ma

Nunca me olvidaré dejando a mi esposa en la puerta del hospital, estacionando el carro y


caminando en la lluvia fría para reunirme con ella y sentarme con mi esposa en la sala de espera
lo cual parecía horas. Luego la llamaron para adentro, parecía que habían pasado siglos hasta que
ella saliera, sonriendo. “Vamos al pasillo,” dijo ella, y yo la seguí. Cuando llegamos al pasillo, ella
dijo: “Bueno, ellos hicieron todas las cosas que tenían que hacer, y luego me dijeron: ‘Sra. Jones,
¡vaya a casa y olvídese de esto, lo que estaba allí, simplemente ya no está allí más!’” ¡Nuestro Dios
obra milagros! ¡El sanará, salvará, librará; y El lo hará por usted!

108
Pero yo creo que, si aún yo le quitara sus dudas, estas regresarían mañana o el día siguiente, se
posarían sobre su hombro y le dirían al oído: “Yo creo que El lo hizo por ellos, pero no lo hará
por usted. El lo hizo entonces, pero no ahora. El lo hizo allá, pero no aquí.”

Así que esto es lo que voy hacer. Le insto a que actúe en sus dudas. Aun si usted no está seguro que
Dios existe, si en su mente El solamente es una posibilidad, entonces actúe en esa posibilidad. Si en
su mente las bendiciones de Dios son sólo una posibilidad entonces actúe en esa posibilidad. Si en
su pensamiento usted sólo tiene un pequeño chance de ser salvo, entonces actúe en ese chance.

ET
Estoy predicando sobre la premisa de que un paso dudoso hacia Dios es mejor que el paso más cierto
alejado de El.

La Biblia está llena de ejemplos de esta verdad; en facto, el reto no era hallar ilustraciones, el reto era
escoger entre muchas. ¿Y qué de Ester?

AG
Ahora, hacia el desarrollo del contenido. Después que la introducción ha capturado su atención,
usted debe insertar los tres puntos en orden de su efecto emocional. Yo creo que ese orden debe
ser Ester, Nínive y los cuatro leprosos. Vamos a esbozar nuestros puntos. Ciertamente si usted desea
escribir el sermón entero palabra por palabra, hágalo. El contenido se verá como esto:

Ester
A.
B.
A-
La trama de Amán para destruir a Mardoqueo y a todos los judíos
Mardoqueo envía palabra a Ester: Debes presentarte ante el rey.
IB
C. Ester manda respuesta:
1. No sé, es ilegal entrar en el cuarto del trono sin ser invitado.
2. Si al rey no le gusta, yo podría morir.
D. Mardoqueo responde: si tú no haces nada dos cosas son seguras.
1. Todos los judíos morirán.
ial

2. Tú eres judía.
3. Si vas al rey, tal vez mueras, si no vas morirás.
E. Ester responde: “Entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley;
ter

y si perezco, que perezca.”


F. Ella entró y el rey no estaba molesto.
1. El rey extendió su cetro de oro.
2. “¡Lo que desees, hasta la mitad del reino se te dará!”
G. Nuestro Rey nos espera. Tal vez usted no esté seguro pero venga a El
Ma

de todas maneras.
II. Nínive
A. “¡De aquí a cuarenta días Nínive será destruida!”
1. A Jonás no le importó. En facto, él deseaba que fuesen castigados.
2. No se registra que ellos escucharan alguna esperanza de parte de su
predicador.
a. Nunca mencionó el arrepentimiento
b. Nunca mencionó la misericordia

109
B. Ellos actuaron en su duda: Jonás 3:6–9 “Y llegó la noticia hasta el rey de
Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E
hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y
animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino
cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértanse cada uno de
su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios,
y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?”
1. Jonás edificó su iglesia con una capacidad de asientos sólo para uno, y

ET
esperó el juicio.
2. Pero Dios oyó su arrepentimiento, aunque ellos no estaban seguros
que El lo haría.
III. Los leprosos
A. Siempre he estado impresionado con la lógica de estos hombres.

AG
1. Atrapados entre la ciudad sitiada y moribunda de Samaria y los Sirios
despiadados, ellos revisaron sus opciones.
2. Ellos sabían que sólo dos cosas eran ciertas.

a. Si entramos en la ciudad, moriremos.


b.
3.
a.
b.
A-
Si nos quedamos aquí en la puerta también moriremos.
Solamente una cosa era incierta
Si vamos a los sirios ellos tal vez nos maten.
O tal vez no nos maten.
IB
B. Ellos eligieron la única esperanza verdadera, aunque estaban dudosos
del resultado.
1. “Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los
sirios.”
ial

2. Cuando llegaron allá, los sirios se habían ido.


C. Es así como cuatro leprosos hambrientos comieron comida de rey,
vestidos en vestiduras de rey, y libraron a una ciudad moribunda.
ter

Ahora deseamos armar nuestro cierre. La emoción será elevada al final del relato de los leprosos. La
gente está empezando a ver el punto y para muchos éste será una revelación. Ellos estarán listos
para traer su fe a Dios, confiando en la verdad que usted acaba de predicar, que sus dudas nos los
descalifica para recibir algo de Dios. Debido a esto, el cierre no debe ser largo, sino que debe
mantener el impacto del contenido del sermón y conseguir que la gente responda.
Ma

Esto es lo que yo haría:

IV. Cierre
A. Dios no se ofende cuando venimos a El inciertos, aun dudosos.
1. Cuando el padre desesperado clamó: creo, ayuda mi incredulidad
a. Jesús no le dijo que se fuera.
b. Jesús no dijo: “No te puedo ayudar.”
c. Lo que El hizo fue librar al muchacho, contestar la oración de ese

110
padre.
d. ¡El hará lo mismo por usted!
2. Cuando el leproso vino tímidamente a Jesús y le dijo: “Señor, si
quieres, puedes limpiarme.”
a. Lo que él estaba diciendo es: “Yo creo que
puedes pero no sé si lo harás.”
b. Jesús no se ofendió o se enojó.
c. Lo que El hizo fue “extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero,

ET
sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.”
3. Cuando el hijo pródigo se despertó en el corral de cerdos él decidió
regresar a casa.
a. El no sabía la recepción que recibiría.
b. “No soy digno de ser llamado tu hijo.”

AG
c. “Viviré con los siervos.”
d. Pero el Padre corrió a darle el encuentro y le dio la bienvenida a
casa.
B. ¿Por qué no viene a El?
1. El viene a darle el encuentro.
2.
ahora.
A-
No deje que la duda le quite lo que Dios desea hacer por usted. Venga

Un comentario final. En este cierre, el detalle no es su amigo; no desacelere para establecer alguna escena,
IB
explicar quiénes son algunos de estos personajes, cómo llegaron a parar en esa situación, o cuáles son sus
modos de reflexión. Si la audiencia sospecha que usted tiene tres puntos más, ellos tal vez no le pongan
atención. Elabore las escenas con sólo pocas palabras, pero potentes, y diríjase rápidamente al hijo pródigo
y su padre en el camino, y luego haga el llamado al altar.
ial

Fuentes Citadas en el Capítulo 9

Roger Ailes y Jon Kraushar, You Are the Message: Secrets of the Master Communicators (Usted
ter

es el mensaje: Secretos de los Comunicadores Maestros) (New York: Bantam Doubleday Dell,
1989).

Donald E. Demaray, An Introduction to Homiletics (Una Introducción a la Homilética) (Grand


Ma

Rapids: Baker, 1974).

Clovis Chappell, “The Woman of the Shattered Romances,” in Sermons on Biblical Characters (La
Mujer de los Romances Destrozados) (Garden City, NY: Doubleday Doran, 1928).

John Hersey, Hiroshima (New York: Alfred A. Knopf, 1946).

Jerry Jones, “Knowing Where to Run,” in Amnon Had a Friend and Other Sermons (Sabiendo
A Dónde Correr) (Hazelwood, MO: Word Aflame, 2006).

111
Arthur John Gossip, “What Christ Does for a Soul,” (Lo que Cristo Hace por el Alma) in From the
Edge of the Crowd (Edinburgh: T.&T. Clark, 1924).

V. A. Guidroz, “The Death March” (La Marcha de la Muerte. Una descripción e introducción del
sermón pueden encontrarse en https://www. pentecostalherald.com/articles/article/old-sermons-
still- live-preaching-vily-able-guidroz.

ET
F. W. Boreham, “Breaking the News” and “A Tangled Skein” (Dando las Noticias y
Un Ovillo Enredado) in Wisps of Wildfire (London: Epworth Press, 1924).

Rick Warren, “The Purpose-Driven Title,” (El Título con Propósito) in Haddon Robinson and
Craig Brian Larson, eds., The Art and Craft of Biblical Preaching (El Arte y Habilidad de la

AG
Predicación Bíblica) (Grand Rapids: Zondervan, 2005).

Jonathan Edwards, “Sinners in the Hands of an Angry God” (Pecadores en Manos de un Dios
Enojado) disponible en varias fuentes enlínea. Yo hice referencia a la de http://www.jonathan-
edwards.org/Sinners.html.

A-
Charles H. Spurgeon, “The Stone Rolled Away,”
(Se Removió la Piedra) in Twelve Sermons on the
Resurrection (Grand Rapids: Baker, 1968).
IB
Clovis Chappell, “A Good Man’s Hell,” (El Infierno de un Buen Hombre) in Sermons On
Biblical Characters (Garden City, NY: Doubleday Doran, 1928).
Stanley Chambers, “Can the United Pentecostal Church Survive the Onslaught of History?” was
preached at the General Conference of the United Pentecostal C hurch International in 1967.
ial

(¿Puede la Iglesia Pentecostal sobrevivir el Ataque de la Historia? Predicado en la Conferencia General


de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional en 1967)

Ian Pitt-Watson, “Lifeblood of Preaching,” (El Alma de la Predicación) in Haddon Robinson and
ter

Craig Brian Larson, eds., The Art and Craft of Biblical Preaching (El Arte y Habilidad de la
Predicación Bíblica) (Grand Rapids: Zondervan, 2005).
Ma

112
ET
AG
El orador persuade por medio de sus oyentes, cuando ellos son despertados a la emoción por su
discurso; porque los juicios que presentamos no son los mismos cuando somos influenciados por la

A-
alegría o el dolor, el amor o el odio.
Aristóteles

Venga a ese mismo campo de la predicación, el de hablar en público. Recuerda la urgencia


IB
verdaderamente alarmante que recayó sobre el Sr. Winston Churchill en junio de 1940. Una
inminente invasión, el tema del cual nadie sabía pero todos temían, puso sobre él la necesidad de
desempeñar el papel de un Atlas, de ponerse debajo de una nación entera y literalmente elevarla a
un nivel nuevo de fortaleza y fe y la voluntad de soportar. . . . En gran medida el Sr. Churchill podía
aportar lo que la urgencia de la crisis exigía— la magnífica técnica de un hombre que había
ial

trabajado toda una vida con palabras. Los Nazis habían hablado mucho de armas secretas, pero
Inglaterra tenía dos armas secretas lo cual los Nazis no sabían; una era Gibbon y la otra era
Macaulay. El Sr. Churchill había aprendido de ambos a ser muy hábil con las palabras y oraciones.
Cuando era un joven oficial del ejército en la India, él le dedicó horas a ambos de estos autores
ter

favoritos. Ellos ayudaron a dar ritmo a su discurso que de una manera real igualaba el ritmo del
pulso en los cuerpos de los hombres. . . . Cuando los británicos llegaron a su “mejor momento,”
ellos respondieron a una técnica adecuada a la urgencia. Cualquiera podía haber gritado: “Seamos
valientes.” Fue el artista el que pudo grabar una imagen inolvidable en la mente de millones de
Ma

personas, la imagen de un ejército defensor dando terreno pero nunca renunciando: “Defenderemos
nuestra isla, sea cual sea el costo, pelearemos en los campos de desembarco, pelearemos en los
campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos.” Fue el artista quien
levantó a una nación a sus pies. Halford E. Luccock

Usted ha dedicado su vida a Dios, usted se ha dedicado al estudio, usted ha buscado una dirección, ha
hallado una “idea,” ha estudiado su pasaje bíblico, ha reunido su material, ha escogido sus
ilustraciones, ha medido el impacto de cada punto, ha preparado sus apuntes. Ahora es hora de
predicar.

113
10

ET
AG
A-
IB
He dedicado mi vida a responder una pregunta: ¿Por qué es que algunos pueden predicar por una
hora y sólo parece cinco minutos mientras que otros sólo predican por cinco minutos y parece una
hora?
Haddon Robinson
ial

De hecho el orador es la encarnación de las pasiones de la multitud. Antes que él pueda


inspirarlos con alguna emoción él mismo debe ser influenciado por ella. Cuando despierta la
indignación de ellos, su corazón está lleno de ira. Antes de que él pueda conmoverlos a lágrimas,
las de él mismo deben fluir. Para convencerlos, él mismo debe creer.
ter

Winston Churchill

En el último capítulo de este libro discutiré la función de la unción en el púlpito. Espero que usted
lo lea cuidadosamente y en oración. Sin la unción, la predicación sólo es hablar en público, y aún
Ma

la mejor oratoria pública, aunque puede inspirar a sus oyentes a la acción, le falta el poder
sobrenatural necesario para transformar las vidas de las personas.

Pero también es cierto que la unción puede ser impedida por medio de una mala preparación.
Esperamos que los tres últimos capítulos hayan ayudado a asegurar que usted esté bien preparado
al ir al púlpito. No importa cuán firmemente basado en la Biblia, qué bien estructurado o qué bien
ilustrado esté su sermón si éste no es presentado de una manera eficaz, fallará a realizar todo lo que
debería. Existen habilidades que se pueden aprender las cuales capturarán la atención de su
congregación y los mantendrán interesados en su sermón, abriendo sus corazones a lo sobrenatural.

114
La falta de estas habilidades puede impedir la obra de la Palabra y del Espíritu distrayendo o
fracasando a obtener la atención de la congregación en primer lugar. En este capítulo discutiremos
algunas de estas habilidades.

Por lo menos su presentación debe minimizar las distracciones que quitarán la atención de los
oyentes al sermón. Palabras mal pronunciadas, expresiones exageradas, gestos chistosos, sintaxis
complicada, repetición de frases, y vestidura inapropiada todo esto puede interponerse en el camino
del mensaje para llegar a los corazones de los oyentes. Usted probablemente ha oído las historias de

ET
jóvenes en la congragación contando las veces que el predicador ha dicho: “¡Amén!” o “¡Aleluya!”
Si ellos están haciendo eso, probablemente no están escuchando lo que usted está diciendo.

Muestran y Dicen

AG
Primero, discutiremos los aspectos no verbales o silenciosos de su presentación. Estos incluyen el
modo de actuar, las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Ya sean planeados y
deliberadamente ejecutados, o que vienen sin pensar o hasta sin darse cuenta, éstos pueden ser tan
importantes como las palabras expresadas en la predicación eficaz de un sermón, y por lo tanto se
merecen mucha atención.
A-
Modo de actuar son las maneras inconscientemente frecuentes en que usted habitualmente se mueve,
responde, o se comporta. Estas son las idiosincrasias que lo identifican a usted: la manera que usted
camina, la cierta inclinación de su cabeza cuando usted está concentrado, la manera que usted
IB
mueve las manos cuando habla. Todos estos pueden ser de ayuda para comunicar su mensaje o
una distracción que le quita al mensaje.

Expresiones faciales son las emociones, reacciones y mensajes silenciosos enviados a sus oyentes
ial

por medio de las expresiones que se deslizan en su cara mientras usted predica. Si su mensaje
transmite la necesidad de una acción urgente, pero su cara permanece sin emoción, el efecto será
arruinado. Una sonrisa fija mientras que predica sobre los sufrimientos de Jesús en la cruz o el
terrible costo del pecado enviará mensajes conflictivos y confusos, y la congregación no responderá.
ter

La cita de Churchill al inicio de este capítulo es cierto: usted debe sentir las emociones que desea
inspirar en aquellos que lo oyen. El sólo sentirlas no es suficiente, usted debe mostrar que las siente
y la expresión en su cara es la mejor manera de hacerlo.

Lenguaje corporal es todo desde su postura hasta sus gestos, ya sea que usted esté nervioso o
Ma

relajado, confiado o inseguro de sí mismo. Su lenguaje corporal puede ser una herramienta
poderosa para hacer que los relatos se hagan vivos y ayuden a capturar la atención de la
congregación; del mismo modo, un lenguaje fuera de ritmo, tieso o nervioso es una distracción
mortal.

Estos tres comunicadores silenciosos son muy importantes si usted desea mejorar su predicación.
John Broadus nos recuerda que “En muchos casos un gesto es mucho más expresivo que cualquier
número de palabras.” Para ilustrar esto él cita a Herbert Spencer:

115
Realmente el lenguaje debe ser considerado como un obstáculo del pensamiento, aunque el
instrumento necesario de éste, claramente percibiremos al recordar la fuerza comparativa con la
que las ideas simples son comunicadas por señales. El decir: “sal del cuarto,” es menos expresivo
que el señalar la puerta. Poner el dedo sobre los labios es más fuerte que el susurrar: “No hables.”
Una señal con la mano es mejor que un “Ven acá.” Ninguna frase puede transmitir la idea de
sorpresa de forma tan viva como un abrir de ojos y un alzar de cejas. Un alzar de hombros perdería
mucho de su significado por medio de la traducción en palabras.

ET
Cuando usted reconoce el poder que los modos de actuar, la expresión facial y el lenguaje corporal
tienen para hablar cuando no se dicen palabras, queda claro que el unir estos tres métodos de
comunicación de púlpito en armonía multiplica el poder de cada uno de ellos. Respecto a esto,
Broadus cita a Robert Louis Dabney:

AG
El que es maestro de este lenguaje de señas tiene, de hecho, un poder casi mágico. Cuando el
expositor puede combinarlo con el lenguaje hablado, él adquiere, por lo tanto, un exceso de
vivacidad de expresión. No solamente su boca sino que sus ojos, sus rasgos y sus dedos hablan.
Los oyentes leen el sentimiento venidero sobre su rostro y miembros casi antes de que su voz
llegue a sus oídos: ellos son tanto espectadores como también oyentes; todo sentido es absorbido
con una atención encantada.
A-
Para empezar a usar los comunicadores silenciosos para su ventaja, usted primero tiene que eliminar las
distracciones que estos pueden causar. Consiga el video de su último sermón, o si uno no está
IB
disponible, grábese usted mismo predicando; estudie ese video. Lo que usted está buscando no es
lo que resalta, sino lo que no resalta (siempre hay algunos, y a veces bastantes). No se distraiga
admirando su gran sermón. Lo que usted dice no es importante para lo que estamos realizando; cómo
lo dice es lo que estamos buscando. Si usted tiene que bajar el volumen, hágalo; véase a usted
mismo cuidadosamente mientras que trata de imaginarse que la imagen en la pantalla no es usted.
ial

Usted está primero buscando las maneras de actuar: hábitos, idiosincrasias, tics; cualquier cosa que
pueda distraer a la audiencia. Sea honesto con usted mismo, ¿podría usted pasar la mayor parte de
una hora mirando y escuchando a esta persona predicar y realmente oír lo que él o ella está diciendo?
¿O dirigiría su atención a algo que él o ella está haciendo lo cual simplemente no lo dejaría
ter

concentrarse en el sermón?

Después, vea las expresiones faciales de la persona en la pantalla. ¿Pregúntese a usted mismo, ¿parece
la persona tener pánico?, ¿está austero o enojado? ¿asustado? Decida qué es lo que la cara del
Ma

predicador en la pantalla transmite más que otra cosa. Apunte esa cosa, piense al respecto y
pregúntese a usted mismo, ¿es esto lo que deseo comunicar a la congregación?

Finalmente analice el lenguaje corporal del predicador que usted está mirando. Una vez más decida
cuál es la impresión que usted recibe con respecto a la manera que el predicador se mueve, sus
gestos, su caminar y su adoración. ¿Está el predicador cómodo al frente de la congregación? ¿Son
sus movimientos naturales, o son obviamente practicados o forzados? ¿Está tieso, rígido,
aparentemente asustado de moverse, inseguro de sí mismo? ¿Hace el predicador un contacto visual
constante con la audiencia? ¿Se deslizan sus ojos de persona a persona por toda la congregación,

116
no de manera rápida, sino encontrando la mirada, invitándolos como individuos a escuchar?

Si usted es lo suficientemente valiente y está seguro de sí mismo, pida a alguien más que vea el
mismo video y haga el mismo proceso: primero busque las maneras de actuar que distraen, luego
las expresiones faciales y finalmente el lenguaje corporal. Pídales que apunten sus impresiones y
las compartan con usted. Si usted hace esto, usted no puede ser muy sensible o defensivo. No
explique, arguya o justifique cualquier cosa, solamente escuche cuidadosamente y anime a su
crítico a que sea brutalmente honesto. La idea de este ejercicio es comparar lo que alguien más

ET
vio con lo que usted vio para así ayudar a identificar problemas potenciales, en última instancia
ayudarlo a usted a ser un mejor predicador. Nada de lo que ellos ven es permanente, nada de lo
que ellos mencionan significa que usted no está hecho para ser un predicador, nada será algo
exclusivo para usted. Todos serán problemas comunes para casi todos los predicadores. No se
olvide de agradecer sinceramente a la persona que haga esto por usted, usted le debe en grande.

AG
Empiece a trabajar en los problemas que usted identificó al estudiar el video. Cuando usted haya
vencido el problema principal en cada área estudiada, haga el proceso completo otra vez, y
empiece a trabajar en el siguiente problema que usted identifique. Recuerde que solamente los
problemas más enormes exigen un esfuerzo de inmediato, de emergencia. La predicación es un
trabajo de toda la vida; usted nunca será perfecto, sólo comprométase a mejorar de manera
constante. A-
Predicación Poderosa
IB
Nunca pierda vista del hecho de que, aunque este capítulo está titulado “Conseguir y Mantener la
Atención,” la atención de la congregación no es en sí el propósito final. La atención es un medio
para el final real, y ese final es crear un ambiente, a través de la Palabra predicada, para que el
poder de Dios se mueva, para que la gente responda, y para que ellos reciban lo que necesitan de
ial

Dios. Phillips Brooks menciona cinco características o elementos que son la fuente del poder en
la predicación. Todos éstos con excepción del primero tienen que ver con cómo los predicadores
se desempeñan mientras que están en el púlpito. Estos son los siguientes:
ter

1. Carácter
2. Libre de estar consciente de sí mismo
3. Disfrutar del trabajo
4. Seriedad (Gravitas)
Ma

5. Valor

Ya hemos considerado el carácter del predicador de manera amplia en capítulos anteriores, de


modo que debe ser suficiente decir aquí que usted debe ser real para así proyectar una sinceridad
genuina al dirigirse al púlpito y durante todo el sermón. Es devastador para el sermón si existe una
falta de sinceridad ya que usted no es quien pretende ser. Usted no tiene que ser perfecto, pero sí debe
ser real. Veamos los otros cuatro.

Número dos libre de estar consciente de sí mismo. Esto es algo que no viene fácilmente. Cuando

117
usted se dirige al púlpito, usted no debe de pensar en sí mismo y lo que la gente pueda pensar de su
predicación. Esta auto absorción conduce al nerviosismo, a la timidez, y hasta al miedo escénico.
Nunca predique pensando en cómo impresionar a sus oyentes; ese no es su objetivo. No predique
para llegar a tener un nombre conocido, avanzar su vocación, o conseguir más invitaciones para
predicar. Por supuesto que para bien o para mal, todas estas cosas son afectadas por medio de cuán
bien usted se desempeñe en el púlpito, pero estas solamente son sub productos, estas no son su
objetivo. Mantenga su mira en el blanco, de no hacerlo estará destinado al fracaso.

ET
¿Cómo desaparece usted la auto consciencia de su predicación? Una forma es concentrándose en las
necesidades de aquellos que lo oirán. A medida que usted se une al servicio de adoración, eche un
vistazo a la congregación, no como a un grupo de gente, sino como a personas individuales. Mire
sus caras, véalos como seres humanos heridos y necesitados que han venido a oír de parte de Dios.
Su éxito no es medido por medio de cuán bien usted lo haga, sino por medio de cuánto usted pueda

AG
ayudarlos. Recuérdese a sí mismo que esto es lo que la Palabra está diseñada a hacer, y si es
predicada sinceramente ésta realizará su propósito.

Transfiera su atención de usted mismo hacia sus oyentes, y esto obrará maravillas.

A-
Una segunda forma para estar libre de la auto consciencia es verse a usted mismo como usted es:
un representante de Dios Mismo. En el capítulo 2, discutimos que el predicador es un heraldo y la
predicación es la proclamación de un mensaje del Rey. Véase a usted mismo como un anunciador
de las buenas nuevas, un proclamador de un mensaje que no es suyo propio, sino que proviene del
IB
trono de Dios Mismo. Estas no son sus palabras, son las de El, véalo hablando por medio de usted;
esto no es auto engrandecimiento, el que entrega el mensaje no es importante, el mensaje lo es. Al
mantener su mente en Aquel que lo envió a usted y en aquellos a quienes usted fue enviado, usted
descubrirá que se olvidará de sí mismo lo suficiente para permitir que Dios se mueva poderosamente
a través de usted mientras que predica.
ial

El tercer punto de Brooks es disfrutar del trabajo. Las personas que disfrutan de lo que hacen son
mejores en eso que las personas que no lo disfrutan. Esto es un simple axioma el cual no es más
ter

cierto que en la predicación. Yo estoy sorprendido cuando a veces oigo a predicadores decir que
la predicación es la parte menos favorita de sus ministerios. “¡Me encanta enseñar!” o “¡Soy un
consejero y de corazón!” Tal vez sea así, pero yo creo que todos los predicadores deben aprender a
encantarles la predicación. Esta debería ser el punto culminante o más elevado de su semana. Todo
lo demás que ellos hagan, y hay muchas cosas que llenan los días del pastor, deben estar en segundo
Ma

plano a la predicación. Aprenda a encantarle, a estar a la expectativa de ella, a deleitarse en ella, y


usted será más eficaz en el púlpito.

¿Por qué no le encantaría a un predicador predicar? No estoy seguro de poder responder eso. Tengo
que confesar; yo no quería ser un predicador, no estaba en contra de ello, yo sólo tenía otros planes:
Yo quería ser un científico. Yo amaba al Señor y lo servía con todo mi corazón, pero me encantaba
también la química y la física. Entre mis héroes más grandes se encontraban Faraday, Edison,
Newton, y Galileo. Pero cuando el llamamiento de Dios llegó a mí, yo alegremente respondí y por
cuarenta y cinco años no he tenido que lamentarme. Hay aspectos del ministerio que yo no

118
disfruto; cuando pastoreaba hubo cosas que tuve que hacer las cuales no fueron nada divertidas.
Pero siempre me ha encantado predicar.

Yo creo que tal vez los diletantes egocéntricos, los predicadores de entretenimiento, los
complacientes, y los artistas han dado a la predicación una mala fama que algunos no desean ser
identificados con tal clase de predicación. Esta falta de voluntad los conduce a minimizar el papel
que la predicación juega en sus ministerios. Ellos parecen decir: “El predicar es mi deber, parte de
lo que se requiere, pero no me encanta; ésta es muy superficial, demasiado juvenil para mí. Yo

ET
prefiero la carne real del ministerio.” Lo comprendo, yo entiendo por qué usted diría eso, pero
tengo que decirle que usted está equivocado. Otros tal vez lo hagan mal o por las razones
equivocadas, ellos tal vez la exploten o la usen para aumentar su ego, pero la predicación todavía
sigue siendo el llamamiento más alto de Dios dado a la humanidad.

AG
Si usted no valora la predicación, o incluso si usted simplemente no la disfruta, esos sentimientos
serán comunicados en muchas maneras sutiles a la congregación. Las personas seguirán a un
liderazgo fuerte, a ellos les gustará lo que a usted le gusta y disfrutarán lo que usted disfruta. Si la
predicación es el punto culminante del servicio para usted, ésta también será para ellos. Esto pagará
ricos dividendos, no solamente para usted, sino también para los que aprenden a encantarles la
predicación por medio de usted.
A-
Además, si a usted no le encanta predicar, usted se hubiera sentido miserable en el personal pastoral
de la Primera Iglesia Pentecostal de Jerusalén en el año 40 dC. Ellos “persistiremos en la oración y
IB
en el ministerio de la palabra” (Hechos 6:4).

El siguiente es gravitas. En su libro Una Guía Completa para la Presentación del Sermón, Al Fasol
dice:
ial

Toda congregación o audiencia debe saber que el predicador o expositor es (1) una persona
competente, una persona “quien sabe de qué está hablando;” (2) una persona de integridad, una
persona en quien se puede confiar, no un manipulador o explotador, y (3) una persona de vitalidad,
ter

un predicador que comunica un sentido profundo de creencia en todo lo que es dicho. La


credibilidad del mensajero con la congregación es algo crítico en la predicación.

¿Cómo sabe la congregación estas cosas? Por medio de la manera en que nos comportamos. La
tontería, superficialidad todo esto destruye su habilidad de predicar la Palabra de una manera eficaz.
Ma

No es mi intención comparar gravitas con severidad o alejamiento. Usted debe ser una persona
abierta, amigable, y hasta divertida. El humor en el púlpito no es algo negativo, pero usted puede
pasarse de la raya y parecer frívolo, tonto o superficial.

Mientras que vivimos en una época cada vez más informal, no se olvide que la dignidad y decencia
nunca deben sacrificarse por un deseo equivocado de relacionarse. La vestidura extrema, las bromas
extremas, y los gestos tontos roban al predicador la seriedad que crea un nivel de comodidad y
confianza en la congregación lo cual es esencial para una predicación eficaz. Usted es un embajador
del Rey de reyes con un mensaje de Sus labios, luzca y compórtese como tal.

119
Finalmente, Brooks menciona el valor como una fuente de poder en la predicación. El valor para
predicar se halla en predicar la Palabra de Dios, independientemente de que si es popular o no.
Este no se halla en la dureza, la arrogancia o la ira mientras que usted lo realiza. Este se halla en
el amor. Amar a las personas lo suficiente para predicar lo que ellos no desean oír requiere valor.
Usted no debe hacerlo para mostrar su superioridad imaginada, o para simplemente cumplir con su deber,
sino para compasivamente tratar de persuadirlos a optar por un camino mejor, a esforzarse para
agradar a Dios, o para arrepentirse y obedecer el evangelio. Esto es su llamamiento más alto.
Requiere valor para mostrar esta clase de amor, incluso con el riesgo de que dejen nuestra

ET
congregación, hablen mal de nosotros o de que rechacen la verdad.

A veces, no es que la gente no desee oír las verdades más exigentes de la Biblia, sino que los
valores de la sociedad en la que vivimos se han filtrado en sus vidas. Ellos simplemente, no
comprenden de qué está hablando usted; y lo que es peor, parece que a ellos hasta no les importan

AG
si lo comprenden o no. En “Convirtiendo a una Audiencia en la Iglesia,” Will Willimon describe
las “tentaciones gemelas” esta actitud moderna hacia la predicación ofrece a los predicadores: usted
puede “complacer la mentalidad del consumidor,” o cínicamente “predicar sin esperar algún
cambio significativo.” En el primer caso usted “evita lo controversial, aun si esto es bíblico,” y “se
esfuerza por hacer sentir bien a la gente.” En el segundo usted solamente cumple con su deber y

a aquellos que los oyen.


A-
termina predicando sermones impotentes ya que usted no espera que ningún poder pueda cambiar

El verdadero valor no le permitirá a que usted caiga en estas tentaciones gemelas. El verdadero
IB
valor exigirá que usted vea aun en esta cultura de consumo y ocio como la nuestra, que en lo
profundo, la gente todavía está hambrienta y herida, ellas todavía están necesitadas y desean algo
real que los satisfaga; el evangelio todavía aborda esos anhelos humanos inmutables. Willimon
describe un periodo cuando él estaba enseñando a tiempo completo en la Universidad de Duke.
Durante este tiempo él no estaba pastoreando pero estaba asistiendo a una iglesia local:
ial

Un domingo entré al santuario de la iglesia y me senté al lado de una dama de mediana edad. . . .
le pregunté cómo estaba.
ter

“No muy bien,” respondió. “Mi esposo falleció la semana pasada.”

“¿Cómo?”
Ma

“Un conductor embriagado lo mató,” ella continuó. “Lo que hace más difícil a su muerte es que
estábamos separados en ese tiempo.”

“Lo siento mucho.” Sorprendido un poco, di la vuelta para saludar a un caballero mayor quien
acababa de sentarse a mi otro costado. “Jorge, ¿cómo has estado?” le pregunté.

“No he venido aquí por un mes,” él respondió. “¿Algo anda mal?”

“Bueno, mi madre falleció,” él dijo. “Esto es lo peor que jamás me haya sucedido. La extraño

120
demasiado.”

“Siento mucho de enterarme de eso.” Justo en ese entonces el servicio empezó, por lo cual estuve
muy agradecido.

Desde ese entonces nunca he presumido que mis oyentes no necesiten o no deseen la comunidad creada por
el evangelio.

ET
Pablo señaló en su despedida a la iglesia en Éfeso que él había hecho lo que Dios le había enviado a hacer
en su ciudad. “Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27). Rehuir
lleva el significado de “acobardarse.” Anunciaros en este contexto más probablemente significa
“predicar.” Pablo está diciendo: “Yo he tenido el valor de predicar a ustedes todo lo que Dios me
dio para ustedes.” Tengamos todos nosotros ese mismo testimonio.

AG
Predicación Interesante

Predicar sermones aburridos es inexcusable. Cuando Dios nos dio la Biblia, El no optó en darnos
un libro teológico seco, aburrido (bueno, excepto por esa genealogías y detalles rituales). En vez
A-
El nos dio un registro ameno, trágico, desgarrador, sangriento, de humor, hermoso, romántico, de
aventura, misterioso, embarazoso y fascinante de Sus esfuerzos para hacer alianza con la
humanidad por más de cuatro milenios. Usted puede decir estas y muchas cosas más sobre la Biblia, pero
no puede decir que es aburrida. Entonces, ¿por qué se contentaría usted con hacer dormir a su
IB
congragación cuando tiene tal fuente de dónde predicar?

En este capítulo le he advertido sobre el veneno de las distracciones y mostrado las actitudes del
púlpito que funcionan; libre de estar consciente de sí mismo, disfrutar de lo que hace, gravitas, y
ial

valor. Ahora veamos el elemento básico de los sermones: las palabras. La palabra correcta en el
lugar correcto definitivamente atraerá la atención de su audiencia como nada más. Martk Twain
dijo: “La diferencia entre la palabra correcta y la palabra casi correcta es la diferencia entre el
relámpago y la luciérnaga.” Y él tiene razón. Las palabras pueden informarnos; estas también
ter

pueden inspirarnos, las palabras pueden hacer que conozcamos más; también pueden hacer que
seamos más. La elección cuidadosa de las palabras es vital para una buena predicación. Los verbos
de acción son mejores que los pasivos. Modificadores de agarre convierten a los pronombres
ordinarios en cautivadores de la atención, y el ritmo y la cadencia conducen a su audiencia hacia
el momento de decisión. Usados de vez en cuando, aun las aliteraciones más ridículas pueden
Ma

convertir una frase en un evento memorable.

El predicar no es redactar ya que el oír no es leer. No hay oportunidad para que el oyente dé vuelta
a una o dos páginas y revise lo que pasó por alto mientras que su mente se distrajo. La repetición
es la única herramienta que el predicador puede ofrecer al oyente para que tenga un chance de
ponerse al día. Y mientras que la repetición es una herramienta eficaz, es mejor en primer lugar
mantener su atención. No se puede exigir la atención; esta debe ser persuadida, cuidadosamente
mantenida, y alimentada, o de otro modo está perdida. Realizamos estas cosas mediante el uso de las
imágenes dramáticas y el lenguaje memorable; este es poder de las palabras bien escogidas.

121
Así como el martillo y los clavos son las herramientas del carpintero, las palabras son las herramientas
del predicador. Al comunicar nuestros pensamientos, el usar la herramienta adecuada para la obra
hace toda la diferencia.

Considere este párrafo:

Del arroyo en medio del campo, cinco piedras fueron escogidas por David y puestas en su bolsa.
Cuando él vio a David en el campo de batalla, Goliat estuvo enojado de que un muchacho tan joven

ET
hubiera sido enviado para luchar contra él. David le dijo al filisteo que él no había venido,
confiando en armas o habilidad, sino en el nombre del Señor. Mientras Goliat se apresuraba hacia
él, el pastorcillo tomó una de las piedras, la puso en su honda y la arrojó al gigante; ésta golpeó a
Goliat en la cabeza y se cayó a tierra. David le cortó la cabeza con su misma espada y ganó la

AG
victoria para su país y para su Dios.

No está mal. Los hechos están allí y el contraste dramático entre el inexperto David y el asesino
entrenado Goliat por lo menos son comunicados de una manera sutil. Ahora hagámoslo mucho
mejor:

A-
David se fue al campo de batalla sin espada, sin lanza, sin armadura; todo lo que cargaba fue una
honda que había usado desde que era niño. Goliat todavía no lo había notado cuando se agachó a
la orilla del arroyo bajo que cruzaba el campo para cuidadosamente escoger cinco piedras, lisas y
IB
redondas. El las puso en su bolsa y siguió avanzando hacia su destino. Cuando Goliat vio al
pastorcillo se indignó: “¿Soy yo perro?” rugió hacia las trincheras israelitas “¿para que mandes a
un muchacho con palos a correrme a casa?”

A David se le calentó la sangre: “¡Tú vienes a mí con espada y lanza, pero yo vengo en el nombre
ial

de Jehová Dios de Israel!”

“Ven entonces,” gruñó Goliat, “¡Daré tu cadáver a los buitres y chacales!” Cuando Goliat se dio
prisa hacia David con su enorme espada haciendo arcos por el aire, el pastorcillo calmadamente
ter

sacó de su bolsa una piedra y la puso en su honda y empezó a darle vueltas por su cabeza.

Cuando el gigante estuvo cerca, casi al alcance de esa espada enorme, David soltó la piedra. La
piedra voló directamente a la frente de Goliat, y el filisteo cayó a tierra. David corrió hacia él, tomó
Ma

su espada y le cortó la cabeza. Cuando David alzó el recuerdito espeluznante, el ejército filisteo
huyó por sus vidas.

¡Eso está mucho mejor! ¿ Pero qué es lo que lo hace mejor? Por un lado, exige su atención al escoger
palabras más coloridas y poderosas:

En vez de: Del arroyo en el medio del campo, cinco piedras fueron escogidas por David y puestas
en su bolsa.

122
Tenemos: Goliat todavía no lo había notado cuando se agachó a la orilla del arroyo bajo que cruzaba
el campo para cuidadosamente escoger cinco piedras, lisas y redondas.

En la primera oración empezamos con tres frases prepositivas: “del arroyo,” “en medio,” y “del
campo,” todos modificadores, todos aburridos. Luego tenemos un verbo de voz pasiva y con la
acción sobre el sujeto: “piedras fueron escogidas,” también aburrido. La única acción en la oración
es “puso” las piedras en su bolsa.

ET
Por contraste, la segunda oración está llena de acción: Goliat (no) lo había notado. Se agachó
(David), el arroyo que cruzaba, David escogió. Ningún verbo pasivo, y hasta los modificadores han
sido animados: “bajo” modifica al “arroyo,” y las cinco piedras son modificadas por los adjetivos
que vienen después para añadir drama a estas: “cinco piedras, lisas y redondas.”

AG
Note que añadimos una oración al inicio para capturar la atención de la congregación: David se
fue al campo de batalla sin espada, sin lanza, sin armadura; todo lo que cargaba era una honda que
había usado desde que era un niño. Mire y compare el resto de las dos piezas y usted encontrará
elecciones de palabras similares que en conjunto hacen que la segunda pieza sea más dramática,
colorida e interesante. Cada palabra es escogida para transmitir una parte del relato de una manera
A-
que consiga y mantenga el interés de sus oyentes.

H. C. Brown y los otros escritores de Pasos al Sermón, al discutir el estilo en el púlpito, dicen esto:
“El estilo eficaz es ante todo una cuestión de claridad.” Esto es ciertamente verdadero, mantenga
IB
sus palabras cortas y fáciles de entender. Los niños en la audiencia deben entender lo que usted
está diciendo. Pero la claridad no tiene que ser aburrida. Añada algo picante y usted hará que su
audiencia desee oír lo que usted tiene que decir.

Fuentes Citadas en el Capítulo 10


ial

John A. Broadus, On the Preparation and Delivery of Sermons, 4th ed. (Sobre la Preparación y
Presentación de Sermones) (New York: Harper Collins, 1979).
ter

Phillips Brooks, Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in
January and February, 1877 (Discursos Sobre la Predicación Presentados en la Escuela de la
Divinidad de la Universidad de Yale en enero y febrero de 1877) (New York: E. P. Dutton, 1878).
Ma

Al Fasol, A Complete Guide to Sermon Delivery (Una Guía Completa para la Presentación del Sermón)
(Nashville: Broadman & Holman, 1996).

Will Willimon, “Turning an Audience into the Church,” in Haddon Robinson and Craig Brian
Larson, eds., The Art and Craft of Biblical Preaching (Convirtiendo una Audiencia en la Iglesia.
El Arte y Habilidad de la Predicación Bíblica) (Grand Rapids: Zondervan, 2005).

H. C. Brown, Jr., H. Gordon Clinard, Jesse J. Northcutt,


Steps to the Sermon (Pasos al Sermón) (Nashville: Broadman Press, 1963).

123
ET
AG
A-
IB
El escritor busca transformar la sangre en tinta; el predicador busca transformar la tinta en
sangre.
Charles L. Bartow
ial

Pero vosotros tenéis la unción del Santo.


Juan, hijo de of Zebedeo

La preparación de una declaración de propósito, el uso del impacto emocional de nuestros puntos,
ter

la preservación de la lógica de nuestros pensamientos, la elección correcta de las palabras, así


como también las demás herramientas del hablar en público, todo esto lo hemos discutido hasta
aquí en este libro y esencialmente son técnicas carnales. Aparte del hecho de que estamos
comunicando la Palabra de Dios, las cosas que hemos estudiado en los últimos cuatro capítulos
Ma

funcionan para cualquier tipo de hablar en público. Esto es debido a que, por medio de la prueba
y el error, los expositores por más de dos milenios y medio han hallado que estas herramientas
funcionan simplemente porque estas tocan al ser humano en un nivel profundo, casi subconsciente.
Y debido a que estas usan la naturaleza humana básica para producir resultados, estas funcionan
para cualquiera con cualquier agenda. Cuando se le preguntó a Winston Churchill cómo realizar
un discurso, él respondió con un estilo como de él propio. Dijo él al que le preguntaba: “Si usted
tiene un punto importante por señalar, no trate de ser sutil o astuto. Use un controlador de pila. Dele
al punto una sola vez, luego regrese y dele otra vez. Luego dele por tercera vez—un tremendo
golpe.” Esto, permitiendo el lenguaje colorido y hábil toque de sarcasmo de Churchill, es una

124
descripción de lo que hemos estudiado en este libro. Estas técnicas han sido usadas por grandes
expositores por siglos. Churchill y Roosevelt las usaron. Pero también Hitler, Mussolini, y Stalin.
Lo que esto significa para nosotros es que debemos de tener algo más que un dominio de la técnica.
No debemos caer presas, debido al talento innato o a la habilidad adquirida, de convertirnos en
manipuladores cínicos de la iglesia y de los perdidos. No debemos utilizar apelaciones baratas a la
emoción: relatos, ilustraciones y aplicaciones de doctrinas bíblicas y textos, los cuales pueden ser
dramáticos, pero están vacíos y totalmente desconectados de la Escritura. No debemos laborar
solamente para tocar corazones sin importarnos si es que los hemos transformado. Esta clase de

ET
predicación le ha quitado a la iglesia, ha desacreditado el llamamiento, y hasta ha creado un sentido
tanto en los santos como en los predicadores de que la predicación es superficial, desinformada, y
manipulativa. Oímos esto en comentarios como:

“Tenemos suficientes reuniones que solamente ofrecen inspiración (lectura: predicación);

AG
necesitamos enseñanza y herramientas practicas más que inspiración” No implico falta de respeto
a la enseñanza y entrenamiento; a propósito yo estoy a favor que haya más de ambos. (Es por eso
que he escrito este libro.) Pero no debemos mover a la predicación del lugar principal que se le da
en la Escritura, juzgándola indigna de permanecer allí.

A-
No debemos ser manipuladores sino más bien verdaderos hombres y mujeres de Dios,
comprometidos a la Palabra de Dios y a aquellos que nos oyen predicar. No debemos brindarles
carnalidad sino más bien espiritualidad. En este capítulo le voy a instar sobre todo a buscar la
unción del Espíritu para su predicación.
IB
Nunca se satisfaga con algo menos que lo sobrenatural. Use las técnicas que hemos estudiado por
lo que estas son: herramientas para hacer a nuestra predicación tan efectiva como sea posible. Pero
no olvide que estas no son donde se encuentra nuestro poder. Empape estas herramientas en la
oración y dedíquelas al uso del Espíritu Santo. No confíe en las herramientas, confíe solamente en
ial

El: sólo entonces los que nos escuchen no solamente serán conmovidos sino también cambiados.

Es difícil describir la unción, ésta es verdaderamente sobrenatural; a veces el milagro sucede y


ter

todo funciona. Toda la preparación, el sermón y su propio corazón, la adoración que edificó el
ambiente propicio del servicio, todo se reúne en un momento de una unción increíble. La mayoría
de la prosa es suya, pero usted sabe que nunca hubiera podido escribir la música. Los ritmos son
de otro lugar y de alguien más.
Ma

Cuando usted mira a sus apuntes, estos están vivos. Las connotaciones, revelaciones enteras que
usted no vio en su estudio ahora aparentes y vienen a sus labios con una elocuencia que ni usted
mismo lo hubiera podido elaborar en los momentos de tranquilidad. Usted está ardiendo; el centro
de su ser está suelto y su propia alma es revelada. La gente que lo oye está capturada porque usted
está capturado; ellos simplemente lo están siguiendo a usted.

Usted está en un cable alto, pero a usted no le importa. Algunas voces le dicen que usted tal vez dirá
algo tonto, pero usted lo ignora. Otra voz de lo profundo del lado humano, tal vez aun del lado
oscuro, donde está la frustración, decepción, o hasta el orgullo, trata de entrometerse con palabras

125
carnales, aun con palabras insultantes o malas, pero usted también las ignora. Esto es puro, esto es
verdad, y está procediendo de usted y de El, esto es la predicación.

Llegar a este lugar, permitir que esto suceda es la meta más alta de nuestro llamamiento. Aquí la
predicación es mucho más que peroratas, más que simplemente decir palabras, aun palabras de
verdad eternal; aquí las vidas son cambiadas, los milagros suceden, tanto en el cuerpo como en el
corazón. Esta predicación es lo que hace temblar a Félix, es lo que hace que Festo grite: “¡Pablo
estás loco!” a que Agripa casi sea persuadido, y a que la multitud en el Pentecostés ruegue a Pedro

ET
que les diga: “¿Qué haremos?” El llegar aquí es de lo que se trata su vida, es aquí donde el trabajo
de su vida es realizado.

Sophy Burbham estaba hablando sobre la redacción, pero también es cierto en la predicación; ella
dijo: “Cuando todo va marchando bien, las palabras fluyen de sus dedos; usted está sumergido en

AG
la música. Usted no podría decirle a nadie qué canciones está oyendo, qué éxtasis está sintiendo. ‘Yo
escucho a las voces,’ dice Faulkner.”

Por supuesto que no siempre es así; a veces usted no vuela ni tampoco canta, sólo trabaja duro. Pero
cuando esto sí sucede no hay nada como esto. ¿Cómo podemos hacer que esto suceda más? ¿Cómo
A-
podemos entrar más frecuentemente a este lugar alto? No podemos fabricar esta sinergia con el
Espíritu Santo, sólo podemos hacer esas cosas que invitan a Su venida, estar disponibles y ser
capaces de reconocer y aprovechar la oportunidad cuando llega. Algunas de estas cosas son simples,
como el descansar lo suficientemente para estar física y emocionalmente comprometidos en el
IB
púlpito; otras son más difíciles como abandonar las distracciones, no predicar de nuestro propio
dolor, y para el momento olvidándonos verdaderamente de nosotros mismos.

Por supuesto que usted no debe ser distraído de su estudio por esta inspiración. Yo recuerdo a un
buen predicador y bien conocido, quien en la inspiración del momento completamente perdió a su
ial

audiencia y al servicio cuando de manera exuberante expresó una “verdad” que se le ocurrió a él
pero que en términos bíblicos era evidentemente falsa, y todos en la audiencia lo sabían. El pasó
meses, hasta años, tratando de explicar eso. Deje que la inspiración de la multitud y del Espíritu
ter

abra su mente, inspire su lenguaje, haga útil a su imaginación, pero siempre manténgase firme en
lo que usted sabe que es así.

No estoy hablando de la euforia que proviene de la conexión con la audiencia. Aunque es notable,
esto solamente es una cosa carnal, terrenal. Cuando el expositor trasciende sus argumentos y
Ma

verdaderamente inspira a su audiencia y a sí mismo (e.g., ¡Tengo un sueño! Ich bin ein Berliner! ¡ Este
fue su mejor momento! ¡Sr. Gorbachev, derribe este muro!), esta sinergia sucede. El “discurso
perdido” de Abraham Lincoln fue presentado el 29 de mayo de 1856 en la Convención
Republicana del Estado de Illinois en Bloomington, y ha sido descrito como el discurso más grande
que él haya dado. No sabemos si fue o no fue debido a como Paul Angle escribe: “Tan poderosa fue
su elocuencia que los reporteros se olvidaron de tomar apuntes de lo que él estaba diciendo. Varios
empezaron, pero en pocos minutos estuvieron totalmente capturados por el poder del expositor y
sus lápices se quedaron inmóviles." De acuerdo a Robert Norton, cerca de cuarenta reporteros
estaban allí pero así como la audiencia de más de mil personas, ellos también estuvieron

126
hipnotizados.”

“La audiencia se sentó cautivada,” dice Benjamin Thomas. “Los hombres escuchaban como si
estuvieran hipnotizados. Los reporteros se olvidaron de usar los lápices que tenían en las manos de
modo que ningún registro completo o auténtico de lo que pudiera haber sido su discurso más
grande ha sido hallado. Al final la sala se sacudió con aplausos.”

Esto es lo que Aristóteles quiso decir cuando habló de hacer participar emocionalmente a sus

ET
oyentes si usted espera persuadirlos a que sus argumentos son ciertos. Esto es el hablar en público
en lo mejor y más eficaz. Pero esto no es sobrenatural, esto no es la unción.

El predicar la Palabra de Dios es un suceso espiritual. Dios usa la sinergia entre el expositor y el
oyente para implantar la verdad en el corazón humano, para mover al necesitado a que haga lo que

AG
podrá satisfacer su necesidad, y para salvar a los que creen. El hace esto mediante Su Espíritu, esto
es lo que llamamos unción. Una presentación seca, muerta aun de una verdad divina puede dejar
al oyente frío sin reacción, pero el poder de una verdadera conexión en el Espíritu entre el
predicador y su congregación es el conducto mediante el cual el Espíritu de Dios hace a la Palabra
viva. No tema esta unción; ésta está en el centro de toda predicación grande. Aprenda a dirigirla a
A-
controlarla. No se pierda en la emoción que ésta genera, sino deje que esta emoción dé alas a su
palabras y usted predicará por encima de su talento, de su habilidad y destreza.

Si esta unción es la fuente del verdadero poder en la predicación, ¿ todavía necesitamos apuntes
IB
extensos, bosquejos y hasta porciones enteras por escrito de nuestro sermón? Absolutamente; los
apuntes escritos de los cuales predicamos no están diseñados para sofocar la inspiración del
momento, sino para complementarla. A propósito, en mi propia experiencia, cuanto más
familiarizado estoy con los datos, con los eventos bíblicos, con la base bíblica del sermón, lo
más probable es que la unción llegará. La comodidad que siento cuando tengo un buen
ial

entendimiento de mi mensaje y unos buenos apuntes a donde recurrir sin importar dónde me lleve
la unción, me libera para responder al poder de la unción. Cuando me concentro duro para
simplemente recordar exactamente qué es lo que estoy tratando de decir, tales como los puntos del
ter

sermón, las ilustraciones, la fluidez de los argumentos, y los hechos que respaldan a todos estos, lo
menos cautivado estoy por la unción. Note a grandes predicadores como Anthony Mangun y Mike
Williams, quienes a menudo leen segmentos largos de sus sermones, pero a medida que el sermón
progresa y el poder de la presentación afecta a la audiencia, entran en la unción. Usted verá que
cuando la unción llega, esta eleva al predicador, al sermón y a la congregación a un reino más alto. Lo
Ma

mismo es cierto con otros predicadores destacados como Wayne Huntley, Jack Cunningham, y
Scott Graham. Yo lo he visto en grandes predicadores del pasado como C. M. Becton y J. T. Pugh.
Todos estos predicadores y muchos otros más trabajaron duro para preparar sus sermones, pero
siempre permitieron que lo sobrenatural entrara en su predicación.

El sermón más brillantemente construido e increíblemente aprendido es una pérdida de tiempo a


no ser que esté acompañado de la unción. Busque la unción, abra su corazón, permita que se mueva
en el servicio. Usted no tiene que terminar su sermón, pero usted sí debe tener un movimiento de
parte de Dios.

127
¿Estaba Pablo a Favor o en Contra?

A veces me han malentendido cuando hablo sobre este pasaje bíblico el cual inspiró el título de
este libro. Veámoslo otra vez.

Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los
entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?

ET
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no
conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo
crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los
llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios (I Corintios 1:19–

AG
24).

Duane Litfin, en su libro La Teología de la Predicación Según Pablo, señala que los primeros
cuatro capítulos de I Corintios forman un registro único y esclarecedor del concepto de Pablo sobre
la predicación: lo que es, cómo funciona y lo que hace. Pablo establece para siempre la primacía de
A-
la predicación en la vida Cristiana y qué es lo que la hace tan importante. En esos capítulos, él
deja claro cómo se debe realizar la predicación.

En este pasaje del capítulo 1, Pablo contrastó intereses competitivos en la vida y función de la
IB
iglesia: los judíos quieren señales, los griegos quieren sabiduría, pero, Pablo afirmó, nosotros
predicamos. Es ineludible, Pablo elevó la predicación por encima de la búsqueda de señales y la
búsqueda de la sabiduría. A propósito, una lectura poco cuidadosa tal vez conduzca a la conclusión
de que Pablo puso a la predicación en lugar de las otros dos y por consiguiente excluyó la búsqueda
de señales y sabiduría de la vida Cristiana.
ial

Debido a esto muchos han insistido que esto significa que Pablo estaba en contra—en mayor o
menor medida— de ambos, la demostración sobrenatural del Espíritu y el deseo de estudiar y
ter

buscar educación. Cuando se predica sobre este pasaje, debido a la pasión que este tema plantea,
desafortunadamente, esto es lo que algunos oyen. Dependiendo de los intereses de la persona, esto
crea algo de confusión y no un desacuerdo pequeño.

De modo que es importante interpretar correctamente la posición de Pablo sobre este tema
Ma

importante. ¿De qué estaba Pablo a favor o en contra? Así como con toda Escritura, este pasaje debe
verse en contexto no solamente con sus versículos que lo rodean sino también con todo el cuerpo
de los escritos de Pablo. El creer que Pablo estaba en contra del aprendizaje es ignorar su consejo a su
joven protégé, Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (II Timoteo 2:15). Del mismo modo,
el afirmar que Pablo en I Corintios pone a la predicación en oposición a lo sobrenatural es olvidar
su declaración a la misma iglesia en la misma epístola, en facto, sólo un capítulo después: “Y ni mi
palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder” (I Corintios 2:4). Este versículo añade a la confusión y

128
debate ya que ha conducido a que algunos crean que Pablo estaba en contra de sermones planeados,
estructurados, especialmente aquellos que usan técnicas retóricas persuasivas; y que él solamente
apoyaba la demostración sobrenatural.

¿Cómo reconciliamos todo esto? Me parece que debemos recordar porqué Pablo escribió estas cosas.
El apóstol estaba tratando de ayudar a la iglesia que estaba llena de demostración y poder (“Nada
os falta en ningún don,” él les dijo en 1:7), pero que luchaba con la carnalidad y la competencia.
La gente había llegado a considerar la predicación como una especie de competencia, yendo hasta

ET
el punto de elegir a que predicador hacerle barra: “¡Yo de Pablo!” “¡Yo de Apolos!” ‘¡Yo de Cefas!”
“¡Yo de Cristo!”

Pablo estaba combatiendo este espíritu de división y carnalidad insistiendo que la predicación es el
núcleo de lo que la iglesia es, y todo lo demás encuentra su lugar en relación a la predicación. El

AG
no insiste que la predicación es todo lo que existe, él no establece una competencia entre el uso de
la técnica retórica por un lado, y la demostración sobrenatural por el otro lado, con la predicación
en el medio. En vez, él reconoce la función de todas estas cosas y las conecta. La predicación es
más importante que las señales y la búsqueda de la sabiduría, pero la predicación contiene ambas
de estas cosas y está incompleta sin estas. Para Pablo es cuestión de énfasis. Cuando él dice: “Los
A-
judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos” él está diciendo
nosotros valoramos los aspectos esenciales de lo sobrenatural y de la sabiduría, pero para nosotros,
estos encuentran su lugar en la predicación del evangelio. Es la predicación del evangelio que
enfatizamos. De acuerdo a Pablo, nuestros sermones deben ser sermones bien pensados, el
IB
resultado de un estudio cuidadoso de la Palabra de Dios y armados usando las herramientas más
eficaces posibles. Pero al ser presentados, esos sermones deben ser vivificados por la presencia de
lo sobrenatural; sin la unción estos no pueden realizar lo que deben. La predicación ungida debe
estar acompañada de la demostración del poder de Dios. Los servicios de altar, la imposición de
manos, las filas de sanidad, los movimientos de Dios que postran a los seres humanos, que producen
ial

lágrimas y risa, gritos y alabanzas, no deben ser algo raro u ocasional, estos deben ser una parte
constante de nuestra predicación.
ter

¿De qué estaba Pablo en contra o a favor? Déjeme ponerlo de esta manera: Pablo insistió que en
contraste a los que buscan señales los cuales esperan conocer a Dios siguiendo supuestas
manifestaciones sobrenaturales y quienes ponen su confianza en estas; y en contraste a los que
buscan el conocimiento los cuales esperan hallar a Dios en acumulaciones áridas de conocimiento
y quienes ponen su confianza en la sabiduría; nosotros predicamos. Nosotros predicamos con
Ma

conocimiento: fieles a la Palabra de Dios, usándola bien; pero también predicamos con la unción: la
presencia poderosa, sobrenatural de Dios. Haciendo esto, nuestra confianza no reposa en la técnica
retórica tampoco en la superstición, sino en Dios solamente.

A Donde la Unción Guíe

La unción tiene un propósito más que inspirar al predicador y a la congregación. Cuando el Espíritu
entra en el sermón, éste va hacia la meta de saciar las necesidades de aquellos que están allí. A

129
veces la unción mueve de tal manera a la congregación que ellos simplemente no esperan a que
usted termine. Sea sensible a las personas y al Espíritu Santo, y delo por terminado. Varios años
atrás, yo estaba predicando en la Conferencia de las Filipinas. Las multitudes eran grandes;
( r ecuerdo que dijeron alrededor de diez mil personas) La predicación fue una delicia, aun
predicando mediante un intérprete. La gente estaba receptiva, atenta y la unción fue rica y poderosa.
Una noche, probablemente ni había estado predicando por más de diez minutos; recuerdo que ni
siquiera había terminado con la introducción, cuando vino un movimiento arrasador del Espíritu
Santo. Esa gran multitud se puso de pie como si fueran una sola persona y adoraron con todo su

ET
corazón. Hasta donde yo podía ver, hasta las filas traseras del balcón las personas estaban gritando,
danzando y orando. Las personas estaban recibiendo el Espíritu Santo en todas partes. Lo animé por
un rato y luego entregué el servicio al líder y me uní a ellos. Después uno de los líderes nacionales
me agradeció por parar de predicar y permitir que el Espíritu obrara a su manera. Yo le agradecí, pero
lo que yo quería decir fue: “¿Qué otra opción me quedaba? ¡Dios tomó control!” También deseaba

AG
decirle que había aprendido lo que sabía de la manera dura, impidiendo el movimiento de Dios
debido a que pensaba que lo que yo tenía que decir era más importante que lo que el Espíritu estaba
haciendo. Aprendí que esto nunca es el caso.

Suponiendo que el Espíritu no interrumpa su mensaje, a medida que usted inicia la sección de
A-
cierre que usted tan cuidadosamente ha elaborado, asegúrese de ser sensible a lo que está
sucediendo en la congregación. Mire las caras y el lenguaje corporal, ¿están listos para responder a la
presencia de Dios? A veces uno o dos vienen al altar mientras que usted todavía está predicando;
¿son ellos la excepción, tal vez especialmente tocados debido a una situación en sus vidas lo cual
IB
los ha dejado desesperados por Dios? O, ¿lo que ellos sienten es compartido por muchos o aun
por la mayoría de la congregación? Si usted ve señales de emoción, hambre y ansiedad de
responder a Dios en la multitud, es hora de parar de predicar.

Al mismo tiempo sea sensible al Espíritu. ¿Qué es lo que Dios está diciendo? ¿Cómo desea El que
ial

usted conduzca este momento culminante del servicio? El conoce toda necesidad de cada persona
allí; deje que El le guíe a ayudar a las personas a romper la duda, dejar el temor a un lado y recibir
lo que ellos necesitan. A veces los predicadores me preguntan: “¿Hace usted un llamamiento al
ter

altar después de cada sermón?” La simple respuesta es sí; pero permítame calificarlo citando a
Jonathan McClintock en su libro, Life Preaching: “No todo sermón exige un llamamiento al
altar—en el sentido tradicional—pero todo sermón debe conducir a la oración. Ya sea que usted
desee que la gente decida arrepentirse o regocijarse, rendirse o expresar, su deseo debe ser que
invoquen el nombre del Señor.” Aquí es donde usted debe ser sensible al Espíritu. ¿Qué es lo que
Ma

Dios desea hacer?

A veces, yo siento un impulso a enfatizar el don del Espíritu Santo. Yo tomo unos minutos y
brevemente describo lo que esto es, que es para todos y cómo recibirlo. Si siento el impulso yo los
dirijo en una oración de arrepentimiento corporativa, frecuentemente no lo hago. A veces
simplemente invito a todos los que desean el don del Espíritu Santo que pasen adelante primero.
Usualmente yo digo algo así: “Si usted viene, alguien vendrá con usted, usted no estará solo.” Esto
es una señal para los hermanos a que animen a los que están a su alrededor a pasar al frente. A
veces después de hablar sobre el Espíritu Santo, yo pido a cualquiera que desea recibir el Espíritu

130
Santo que diga a la persona que está a su lado: “Yo deseo el Espíritu Santo.” Esto realiza dos
cosas: esto hace que tomen una decisión al pedirles que hagan algo más sencillo que el venir al
frente, y esto compromete a la persona a quien le han dicho que sea parte del proceso. Luego pido
a que ambas personas vengan al frente.

A veces siento enfatizar la sanidad u otras áreas de la necesidad humana. Si existe la posibilidad
de vergüenza: problemas matrimoniales, depresión, problemas financieros, yo junto todo esto con
otras cosas como desear un toque fresco de Dios, necesidad de dirección para su vida, y así

ET
sucesivamente. Es importante mencionar estas categorías de necesidades. En el cierre un
llamamiento abierto común a orar no es tan eficaz como un llamamiento enfocado, ya que la gente
se verá a sí misma y a sus necesidades de manera más clara cuando estas son mencionadas.

AG
A veces o tal vez la mayoría del tiempo yo no siento enfatizar una necesidad en particular, pero
deseo que todos vengan juntos. Todavía menciono las necesidades, uniéndolas si es posible a lo
que acabo de predicar. “El hijo pródigo halló al padre esperando con los brazos abiertos, ¡Dios
está esperándole a usted!” “La mujer dijo: ¡si tocare solamente el borde de su manto seré sanada!
¡Venga, usted también puede ser sanado!” “Esos cuatro leprosos no esperaron un tiempo mejor,
ellos sabían que no había un tiempo mejor, ellos se levantaron y fueron ese mismo instante.
A-
Venga ahora, hoy es el mejor tiempo. ¡La ayuda está aquí ahora!”
IB
Usted todavía puede segmentar el llamamiento, esto es, mencionar una necesidad e instarlos a venir,
luego proceder a otra necesidad.

En algún momento invite a todos. Deje claro que el único requisito es la necesidad. “Usted está
bienvenido a unirse a nosotros para unos minutos de oración para cerrar nuestro servicio. Usted no
ial

tiene que ser Pentecostal, ni siquiera tiene que ser Cristiano, o una persona religiosa; cualquiera puede
venir. Venga ahora, pasemos un tiempo hablando con el Señor.”
ter

Luego únase a los que están orando. Usted estará cansado y desgastado, pero ore con las personas de
todos modos. Para esta causa fue todo el estudio, pensamiento y preparación. Es por esto que
usted es un predicador, es por esto que Jesús vino, es por esto que existe una Biblia. Esto es lo que
significa ser un predicador; proclamar el evangelio para que así los hombres, mujeres y niños sean
salvos.
Ma

131
Fuentes Citadas en el Capítulo 11

Winston Churchill on speechmaking:


http://www. brainyquote.com/quotes/quotes/w/winstonchu111314. html

Sophy Burnham, For Writers Only (Para Escritores Solamente) (New York: Ballantine, 1994).

ET
Paul M. Angle, ed., The Lincoln Reader (EL Lincoln Reader) (New Brunswick, NJ: Rutgers
University Press, 1947).

Robert Norton, Abraham Lincoln Research Site, http:// rogerjnorton.com/Lincoln2.html

AG
Benjamin P. Thomas, Abraham Lincoln, A Biography (Una Biografía de Abraham Lincoln) (New
York: Alfred A. Knopf, 1952).

Duane Litfin, Paul’s Theology of Preaching: The Apostle’s Challenge to the Art of Persuasion
in Ancient Corinth (La Teología de la Predicación Según Pablo) (Downers Grove, IL: IVP
Academic, 2015).
A-
Jonathan McClintock, Life Preaching (Predicación Vida) (Hazelwood, MO: Word Aflame Press,
2015).
IB
ial
ter
Ma

132
ET
AG
Job sentado en las cenizas es “consolado” por sus amigos/acusadores. Hay un volcán de palabras,
rugiendo, cayendo una sobre otra. Uno no puede escapar la impresión de pavos reales
A-
pavoneándose, esforzándose por impresionar, tratando de superarse el uno al otro. Aun Job en su
propia defensa alcanza frases finas y realiza impresionantes hazañas verbales. Ahora, debido a la
invitación insistente de Job, el Señor llega.
IB
Por fin, ahora, los habladores se callan mientras que El habla:

¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo
las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas
ial

de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra? ¿Alzarás a las nubes tu voz, para que te
cubra muchedumbre de aguas? ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán
ellos: henos aquí? (Job 38:31–35).
ter

Dios está mostrando a Job y a sus amigos la locura de su debate: ellos usan muchas palabras, pero
sólo están desperdiciando su tiempo ya que están pretendiendo ser expertos en cosas que no
entienden. Y en cuanto a hacer alguna diferencia, sus palabras no importan en absoluto. No hay
poder en sus palabras para cambiar las circunstancias o algo más. Para ilustrar, El menciona tres
Ma

áreas obvias donde las palabras fracasan:

Al mandar a los cuerpos celestiales


Al mandar lluvia
Al llamar a los relámpagos del Cielo

Ninguna palabra, no importa cuán fuerte, puede realizar esas tres cosas. Pero años después del
tiempo de Job, las palabras de los hombres realizarían esas tres cosas.

133
Josué invocó palabras y el sol se detuvo en el cenit del cielo y la luna se detuvo en el valle de Ajalón.

Elías detuvo la lluvia con simples palabras, tres años y medio después él habló y las lluvias
volvieron.

Elías se paró en el altar de piedra empapado e invocó al relámpago y éste se puso de pie y dijo:
“¡Heme aquí!”

ET
¿Qué está sucediendo aquí? ¿Estaba Dios equivocado cuando reprendió a Job y a sus amigos por su
locura? No absolutamente no. No solamente la Ley sino que todos los tratos de Dios con el hombre
fueron un maestro, enseñándonos. La enseñanza no es un proceso instantáneo. Tampoco el
estudiante se queda en un solo nivel hasta que el proceso termine; él o ella aprenden y ponen en
práctica lo que han aprendido.

AG
Dios estaba paso a paso revelando el poder de las palabras hasta que los límites fueron
derribados. Esas cosas que eran imposibles en el tiempo de Job se hicieron posibles en el tiempo
de Josué y Elías. Las palabras estaban ganando poder.

Pero esto no se detuvo.


A-
¿Recuerda a Ezequiel y el valle de los huesos secos? Fueron las palabras, simples palabras,
predicadas por un predicador lo que resucitó y dio vida a los restos sordos de un ejército muerto
IB
por mucho tiempo.

Pero no se detuvo.

El Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros. Toda clase de enfermedad fue sanada, los
ial

milagros fueron obrados. El declaró si uno dice a la montaña “¡Quítate!” será quitada. El dijo
cualquier cosa que pidamos en su nombre será posible.

Pero no se detuvo.
ter

¿Recuerda la descripción seria de Dios a Job y a sus acusadores en cuanto a las limitaciones de las
palabras de los hombres? Yo dije que había tres, pero en realidad había cuatro. La cuarta podría
haber tenido poco significado para Sus oyentes: “¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?
Ma

¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?” Ahora entendemos más ya que esta limitación no tiene
un significado físico, sino un significado espiritual. No estaba en el poder de las palabras el hacer
estas cosas hasta que la muerte hubiese sido destruida y la salvación hubiese llegado: “Y a ti te
daré las llaves del reino de los cielos: y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y
todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16:19).

Es por esto que la predicación es la culminación de la educación lenta de la humanidad de


Dios. Miles de años de una planificación cuidadosa, de un entrenamiento meticuloso y una
instrucción paciente de parte Dios han alcanzado su cenit en la predicación del evangelio. Las

134
limitaciones no existen. Las respuestas a las grandes preguntas del tiempo y eternidad se hallan en
las voces de hombres y mujeres.

Ahora las palabras de seres humanos pueden afectar la eternidad. Ahora vemos el poder supremo
de las palabras: Agradó a Dios salvar mediante la locura de la predicación. Nosotros no salvamos,
sino el evangelio. Ahora, debido al poder de las palabras, hombres y mujeres pueden tener vida eterna.
No es de extrañar que Pablo dijese que nosotros somos el olor de vida y muerte. En nuestras voces
se encuentra el poder de vida y muerte para los que nos oyen. Y para estas cosas ¿quién es

ET
suficiente?

AG
A-
IB
ial
ter
Ma

135
ET
AG
Muchas personas me ofrecieron aliento y ayuda en el proceso de finalización de este libro, sería
imposible mencionar a todos aquí. Sin embargo, hay algunos con quienes estoy profundamente
A-
endeudado. Al Dr. Robin Johnston, editor jefe de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional y
amigo mío, un animador constante quien nunca pasó una oportunidad para recordarme que
perseverara. Al personal de Word Aflame: los editores, los artistas gráficos y el personal de
IB
producción. A David Johnson, quien hizo a esto un libro mejor. Al Dr. David Norris, quien me alentó
a escribir y me ayudó a mejorar los papeles que formaron la base para los capítulos dos y tres. Al
Dr. Jeffrey Brickle, quien me enseñó a amar a los libros más que nunca, y no tenerle miedo al
griego. A Tim Dugas y al personal del entonces Instituto Bíblico de Evangelismo Gateway quienes
me pidieron que enseñase sobre la predicación todos esos años atrás. Y a mi esposa, Phyllis,
ial

siempre mi Primera Lectora y primera editora, y el amor de mi vida. Y finalmente a mi nieto,


Gavin, de siete años de edad, quien en una ocasión le pareció que el tiempo dedicado a la redacción
quitaba mucho tiempo del juego, al final él dijo que estaba orgulloso de su abuelo por escribir este
libro. Gracias a todos.
ter
Ma

136
ET
AG
A-
Achtemeier, Paul J. Romans. Interpretation: A Bible Commentary for Teaching and Preaching.
(Romanos. Interpretación: Un Comentario Bíblico para la Enseñanza y Predicación) Louisville:
John Knox Press, 1985.
IB
Ailes, Roger y Jon Kraushar. You Are the Message: Secrets of the Master Communicators. (Usted es
el Mensaje: Secretos de los Comunicadores Maestros)New York: Bantam Doubleday Dell, 1989.

Angle, Paul M., ed. The Lincoln Reader. (El Lincoln Reader) New Brunswick, NJ: Rutgers
ial

University Press, 1947.

Barclay, William. The Letter to the Romans. (La Epístola a los Romanos)
Revised edition. (Edición Revisada)
ter

Edinburgh: The Saint Andrews Press, 1975.

Bernard, David K. The Apostolic Church in the Twenty-First Century. (La Iglesia Apostólica en el
Siglo Veintiuno) Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 2014.
Ma

———. The Apostolic Life: Perspectives on Christian Living, Doctrine, and Ministry. (La Vida
Apostólica: Perspectivas sobre la Vida, Doctrina y Ministerio Cristiano) Hazelwood, MO: Word
Aflame Press, 2006.

———. Spiritual Leadership in the Twenty-First Century.


(Liderazgo Espiritual en el Siglo Veintiuno) Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 2015.

Blackwood, Andrew Watterson. The Preparation of Sermons. (La Preparación de Sermones)

137
Nashville: Abingdon-Cokesbury, 1948.

Boreham, F. W. “Breaking the News” and “A Tangled Skein” in Wisps of Wildfire. (Dando las
Noticias y Un Ovillo Enredado) London: Epworth Press, 1924.

Broadus, John A. Lectures on the History of Preaching. (Discursos Sobre la Historia de la


Predicación) New York: Sheldon, 1886.

ET
———. On the Preparation and Delivery of Sermons. Fourth edition. (Sobre la Preparación y
Presentación de Sermones) New York: Harper Collins, 1979.

Brooks, Phillips. Lectures On Preaching Delivered Before the Divinity School of Yale College in
January and February, 1877. (Discursos Sobre la Predicación Presentados Ante la Escuela de la

AG
Divinidad de la Universidad de Yale en enero y febrero de 1877) New York: E. P. Dutton, 1878.

Brown, H. C., Jr., H. Gordon Clinard, Jesse J. Northcutt.


Steps to the Sermon. (Pasos al Sermón) Nashville: Broadman
Press, 1963.
A-
Burnham, Sophy. For Writers Only. (Para Escritores Solamente) New York: Ballantine, 1994.

Carson, D. A., R. T. France, J. A. Motyer, and G. J. Wenham, eds. New Bible Commentary: 21st
IB
Century Edition. 4th ed. (Nuevo Comentario de la Biblia: Edición Siglo 21. 4ta ed.) Leicester, England;
Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1994.

Chambers, Stanley. “Can the United Pentecostal Church Survive the Onslaught of History?”
Preached at the General Conference of the United Pentecostal Church International in 1967.
ial

(¿Puede la Iglesia Pentecostal Unida Sobrevivir el Ataque de la Historia? Predicado en la


Conferencia General de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional en 1967)

Chappell, Clovis. “A Good Man’s Hell.” In Sermons on Biblical Characters. (El Infierno de un
ter

Buen Hombre) Garden City, NY: Doubleday Doran, 1928.

———. “The Woman of the Shattered Romances.” In


Sermons on Biblical Characters. (La Mujer de los Romances
Ma

Destrozados)

Dargan, E. C. A History of Preaching. (Una Historia de la Predicación) New York: George H. Doran
Co., 1905.

Demaray, Donald E. An Introduction to Homiletics. (Una Introducción a la Homilética) Grand


Rapids: Baker, 1974.

Dewey, Joanna. “Textuality in an Oral Culture: A Survey of the Pauline Traditions.” In Orality

138
and Textuality in Early Christian Literature, edited by Joanna Dewey and Elizabeth Struthers
Malbon. (Textualidad en una Cultura Oral: Una Síntesis de las Tradiciones Paulinas) Atlanta:
Scholars Press, 1994.

Edwards, Johnathan. “Sinners In the Hands of an Angry God.” (Pecadores en Manos de un Dios
Enojado) Available from several online sources. Disponible en varias fuentes enlínea http://www.
jonathan-edwards.org/Sinners.html. Accessed July 30, 2016.

ET
Fasol, Al. A Complete Guide to Sermon Delivery. (Una Guía Completa para la Presentación de
Sermones) Nashville: Broadman & Holman, 1996.

Friedrich, Wolfgang. “Preaching.” In Theological Dictionary of the New Testament, edited by

AG
Gerhard Kittel and Gerhard Friedrich; translated by Geoffrey W. Bromiley. (Predicación. En el
Diccionario Teológico del Nuevo Testamento) Grand Rapids: Eerdmans, 1964–76.

Gossip, Arthur John. “What Christ Does for a Soul.” In From the Edge Of the Crowd. (Lo Que
Cristo Hace por el Alma) Edinburgh: T & T Clark, 1924.

Guidroz, V. A. A-
“The Death March.” (La Marcha de la Muerte) https://www.
pentecostalherald.com/articles/article/old-sermons-still- live-preaching-vily-able-guidroz. Sacado 30
de julio 2016.
IB
Hall, J. L. and David K. Bernard, eds. The Pentecostal Minister. (El Ministro Pentecostal)
Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1991.

Hersey, John. Hiroshima. (Hiroshima) New York: Alfred A. Knopf, 1946.


ial

Jones, Jerry. “Knowing Where to Run.” In Amnon Had a Friend and Other Sermons. (Sabiendo
a Dónde Correr) Hazelwood, MO: Word Aflame, 2006.
ter

Jordan, J. Mark. Living and Leading in Ministry. (Viviendo y Guiando en el Ministerio) Hazelwood,
MO: Word Aflame Press, 2006.

Kesler, Jay. “Overfed, Underchallenged.” In The Art and Craft of Biblical Preaching, edited by
Haddon Robinson and Craig Brian Larson. (Sobrealimentado y Subestimado. En el Arte y
Ma

Habilidad de la Predicación Bíblica) Grand Rapids: Zondervan, 2005.

Lange, John Peter, Philip Schaff, F. R. Fay, and M. B. Riddle;


J. F. Hurst, tr. A Commentary on the Holy Scriptures: Romans. (Un Comentario sobre las
Sagradas Escrituras) Bellingham, WA: Logos Bible Software, 2008.

Larsen, David L. The Company of the Preachers: A History of Biblical Preaching from the Old
Testament to the Modern Era. ( La Compañía de los Predicadores: Una Historia de la Predicación
Bíblica desde el Antiguo Testamento hasta la Era Moderna) Grand Rapids: Kregel Academic &

139
Professional, 1998.

Litfin, Duane. Paul’s Theology of Preaching: The Apostle’s Challenge to the Art of Persuasion
in Ancient Corinth. (La Teología de la Predicación Según Pablo: El Reto del Apóstol al Arte de la
Persuación en el Antiguo Corinto Downers) Grove, IL: IVP Academic, 2015.

Masefield, John. “Truth.” In The Story of a Round House and Other Poems. (La Verdad. En el
Relato de la Casa Redonda y otros Poemas) New York: MacMillan, 1912.

ET
McClintock, Jonathan. Life Preaching. ( Predicación Vida) Hazelwood, MO: Word Aflame
Press, 2015.

Norton, Robert. Abraham Lincoln Research Site (Abraham Lincoln Sitio de Investigación) http://

AG
rogerjnorton.com/Lincoln2.html. Sacado el 30 de julio 2016.

Pitt-Watson, Ian. “Lifeblood of Preaching.” In The Art and Craft of Biblical Preaching. (El
Alma de la Predicación. En el Arte y Habilidad de la Predicación)

A-
Pollan, Michael. A Place of My Own: The Education of an Amateur Builder. ( Un Lugar Propio)
New York: Bantam Doubleday Dell, 1997.

Robinson, Haddon and Craig Brian Larson, eds. The Art and Craft of Biblical Preaching. (El Arte
IB
y Habilidad de la Predicación) Grand Rapids: Zondervan, 2005.

Runia, Klaas. “What is Preaching According to the New Testament?” The Tyndale Biblical
Theology Lecture for 1976, delivered at the School of Oriental and African Studies, London, on
January 4th, 1977. (¿Qué es la Predicación de acuerdo al Nuevo Testamento? El Discurso de
ial

Teología Bíblica de Tyndale del año 1976, presentado en la Escuela de Estudios Orientales y
Africanos, Londres, el 4 de enero de 1977))
ter

Sangster, William E. The Craft of Sermon Construction.


(El Arte de la Construcción de un Sermón) Philadelphia:
Westminster Press, 1950, 1951.

Sangster, William. The Approach to Preaching. London: Epworth Press, 1951. Reprinted. (El
Ma

Enfoque a la Predicación) Grand Rapids: Baker, 1974.

Sproul, R. C. The Gospel of God: An Exposition of Romans.


(El Evangelio de Dios: Una Exposición de los Romanos)
Great Britain: Christian Focus Publications, 1994.

Spurgeon, Charles H. “The Stone Rolled Away.” In Twelve Sermons on the Resurrection. (Se
Removió la Piedra) Grand Rapids: Baker, 1968.

140
Stitzinger, James F. “The History of Expository Preaching.” In Rediscovering Expository
Preaching, edited by John McArthur, Jr., Richard L. Mayhue, and Robert L. Thomas. (La Historia
de la Predicación Expositiva. En Redescubriendo la Predicación Expositiva) Dallas: Word Publishing,
1992.
Stott, John R. W. “A Definition of Biblical Preaching.” In
The Art and Craft of Biblical Preaching. (Una Definición de la Predicación Bíblica. En el Arte y
Habilidad de la Predicación

ET
Bíblica)

Stott, John R.W. Between Two Worlds. (Entre Dos Mundos) Grand Rapids: Eerdmans, 1982.

Thomas, Benjamin P. Abraham Lincoln, A Biography. (Una Biografía de Abraham Lincoln) New

AG
York: Alfred A. Knopf, 1952.

Warren, Rick. “The Purpose-Driven Title.” In The Art and Craft of Biblical Preaching. (El Título
con Propósito. En el Arte y Habilidad de la Predicación Bíblica)

Wiersbe, Warren W. The Bible Exposition Commentary.


A-
W (Comentario de Exposición de la Biblia) Wheaton, IL:
Victor Books, 1996.
IB
Willimon, Will. “Turning an Audience into the Church.” In
The Art and Craft of Biblical Preaching. (Convirtiendo una
Audiencia en la Iglesia. En el Arte y Habilidad de la
Predicación Bíblica)
ial

Yaghjian, Lucretia. “Ancient Reading.” In The Social Sciences and New Testament
Interpretation, edited by Richard Rohrbaugh. (Lectura Antigua. En las Ciencias Sociales y la
Interpretación del Nuevo Testamento) Peabody, MA: Hendrickson, 1996.
ter
Ma

141

También podría gustarte