INTRODUCCIÓN
AL TALLER DE CRECIMIENTO A
partir DE LOS VEINTIDÓS ARCANOS MAYORES
DEL TAROT DE MARSELLA
Los Arcanos Mayores del Tarot son
una escuela completa e inestimable de
meditación, estudios y esfuerzos espirituales
de aplicación práctica; en suma, una
introducción magistral en el arte de aprender.
Anónimo
“Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a
la perdición, y son muchos los que entran por ella.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida,
y qué pocos son los que dan con ella!”
Mt 7,13-14
“El conocimiento, para un guerrero es
algo que llega de pronto, lo envuelve
y pasa (...) es como si le callera el agua
de una regadera, o como si le llovieran
centellas de polvo de oro.”
“En el camino del conocimiento uno tiene que ser muy imaginativo.
Todo está oscuro en este camino.
La claridad cuesta muchísimo trabajo, muchísima imaginación”.
“Uno va al conocimiento como a la guerra:
con temor, con respeto, con absoluta confianza y bien despierto”.
Carlos Castaneda
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INTRODUCCIÓN
El Tarot es un mazo de cartas de origen desconocido. Se le supone una edad
aproximada de siete siglos y es el antecesor directo de nuestra baraja moderna.
Los personajes del Tarot irrumpen en nuestra vida (al igual que lo hacen los
personajes de nuestros sueños) para traernos mensajes de gran importancia, pero al
hombre moderno, embarcado como está en una cultura de la palabra, le es difícil
interpretar el lenguaje no verbal de estas imágenes. A lo largo de las próximas
sesiones exploraremos las vías de aproximación a estas misteriosas figuras, en busca
de chispas de luz que nos permitan entender y aplicar su significado.
El viaje a través de las cartas del Tarot, es básicamente un viaje a nuestra propia
profundidad. Cualquier cosa que encontremos en este viaje es, en esencia, un
aspecto de nuestro más profundo yo. Dado que el origen de estas cartas data de un
tiempo en que lo misterioso y lo irracional eran más cercanos a la vida cotidiana que
hoy, nos servirán de puente para llevarnos en busca de la sabiduría ancestral que
todavía se halla en nuestro más profundo yo. Una sabiduría muy necesaria en la
actualidad, tanto para resolver nuestros problemas personales como para encontrar
respuestas creativas a preguntas universales que nos conciernen a todos.
La baraja del Tarot
Como las barajas modernas, el Tarot se compone de cuatro palos que contienen
diez cartas numeradas: bastos, copas, espadas y oros (cuarenta cartas), de las que
proceden las picas, corazones, tréboles y diamantes de la baraja francesa o
internacional. En la baraja del Tarot, cada palo tiene cuatro figuras: Rey, Dama, Sota
y Caballero (dieciséis cartas llamadas los Arcanos de la Corte). Este último ha
desaparecido de la baraja internacional aunque no de la española, en la cual ha
desaparecido la Dama.
El Tarot tiene, además, una serie de veintidós figuras llamadas Triunfos o Arcanos
Mayores que no pertenecen a ninguno de los palos anteriormente citados. Cada
una con un nombre intrigante: El Mago, El Emperador, El Enamorado, La Justicia, El
Colgado, La Luna, etc.. y también están numeradas. Puestas en secuencia, estos
triunfos parecen relatarnos algo. Uno de los objetivos de este taller será examinar las
veintidós cartas y descifrar lo que nos sugieren.
Los Arcanos Mayores pueden verse como una historia muda de las experiencias que
se encuentran en el camino de la autorrealización. La razón de cómo y por qué éste
se encarnó en lo que era y es esencialmente un juego, es algo que intriga desde
siglos a los estudiosos de las cartas. Sólo uno de los Triunfos ha perdurado hasta
nuestras cartas modernas: el Comodín o Joker, descendiente directo del Triunfo del
Tarot llamado El Loco, a quien conoceremos pronto.
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INTRODUCCIÓN
Algo de historia
Existen muchas versiones sobre el origen de los veintidós Arcanos Mayores. Algunos
creen que estas cartas son los estadios secretos de algún ritual iniciático egipcio;
otros sostienen, y quizá con más probabilidad, que su origen está en occidente. Hay
muchos quienes creen que fueron concebidos por los albigenses, una secta gnóstica
que floreció en Provenza durante el siglo XII. Se cree que probablemente se
introdujeron entre las cartas vulgares para comunicar los conocimientos esotéricos
de la tradición hermética cuyos adeptos eran perseguidos por la iglesia establecida.
Otros autores modernos piensan que originalmente era un signo mnemotécnico para
la nigromancia y la brujería. Otros más sostienen que tienen un origen esotérico y son
solamente adaptaciones de las ilustraciones del libro de sonetos que Petrarca
compuso para Laura; este libro se llamó I Trionfi, que se traduce por los <<Los
Triunfos>>.
De hecho se sabe poco acerca de la historia del Tarot o del origen y evolución de su
denominación y el simbolismo de los veintidós Triunfos. Para el propósito de nuestro
estudio, lo esencial de su importancia es una emoción humana auténtica y
transformadora. Parece ser que estas viejas cartas estaban inspiradas en la
profundidad de la experiencia humana y en el nivel más profundo del ser individual:
el Alma; a este nivel se dirige su discurso.
Disposición necesaria para trabajar con los Arcanos del Tarot
Los dibujos de las cartas del Tarot cuentan una historia simbólica, como nuestros
sueños, nos llegan desde más allá del nivel de la conciencia cotidiana y están lejos
de ser comprendidos por nuestra inteligencia racional. Parece apropiado, pues,
colocarnos ante estas cartas con una disposición de silencio intelectual y apertura
de corazón, ya que será a través de los grupos de sentimientos, intuiciones,
pensamientos o sensaciones evocados por estas cartas que poco a poco se irán
revelando sus mensajes a todos los niveles de nuestro ser.
Tratemos pues a los Arcanos Mayores del Tarot como personajes desconocidos de
un país lejano que se nos aparecen en nuestro mundo para transmitirnos
conocimiento de vida a través de mensajes dirigidos a nuestra alma y no a la razón.
Tal vez los mensajes parezcan indescifrables en un principio y desaparezcan de
nuestra memoria inmediata en un aparente olvido, pero si persistimos en el intento,
en el momento menos esperado y más oportuno una chispa de conciencia nos hará
comprender y aplicar estos mensajes.
Los Arcanos Mayores del Tarot exigen, por lo tanto, una actividad más profunda que
la del estudio y explicaciones intelectuales. Debemos, pues, acercarnos a ellos
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INTRODUCCION
en un estado de hondo y siempre renovado recogimiento. Cuando uno medita sobre
los Arcanos Mayores del Tarot, las capas profundas e íntimas del alma se vuelven
activas y fructifican. Es un trabajo para ser ejecutado en la soledad y por solitarios.
Los Arcanos Mayores del Tarot
Los arcanos mayores del tarot no constituyen ni alegorías ni secretos; las alegorías
sólo son representaciones figuradas de conceptos abstractos; los secretos pueden
ser cualesquiera cosas disimuladas por la voluntad humana. Los Arcanos Mayores
del Tarot son auténticos símbolos. Al que los medita le ocultan o descubren su
sentido según la profundidad con que haya sido capaz de recogerse.
Lo que revelan no son secretos, sino arcanos. Un arcano es lo que hay que saber
para ser fecundo en un sector determinado de la vida espiritual. Debe estar
activamente presente en nuestra conciencia -incluso en nuestro subconsciente-
para darnos la capacidad de hacer descubrimientos, engendrar nuevas ideas,
concebir nuevos temas artísticos; en una palabra, para volvernos fecundos en
nuestras empresas creadoras, y ello en cualquier campo de la vida espiritual. Un
arcano es un fermento o enzima cuya presencia estimula la vida espiritual y anímica
del hombre. Los símbolos son portadores de esos fermentos o enzimas y los
comunican si el destinatario está espiritual y moralmente bien dispuesto para
recibirlos, es decir, si se siente pobre de espíritu y no sufre de la más grave de las
enfermedades espirituales: la presunción o megalomanía.
Los Arcanos Mayores del Tarot como ejercicios espirituales
Los 22 arcanos del tarot, su simbolismo y particularmente las tareas prácticas que
implican son ejercicios prácticos-espirituales orientados a despertar las capas cada
vez más profundas de la conciencia
La meta de los ejercicios espirituales es la simultaneidad y la profundidad. Hay que
llegar a ser profundo para adquirir experiencia y conocimiento de las cosas
profundas. Y el simbolismo es la lengua de la profundidad, así como los arcanos
expresados por símbolos son el medio y fin de estos ejercicios espirituales.
Los ejercicios espirituales forman el vínculo común que une a aquellos que los
practican. No es el saber común lo que los une, sino los ejercicios espirituales y las
experiencias que implican.
INTRODUCCION
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Un arcano practicado como ejercicio espiritual durante un lapso suficiente se
convierte en una aptitud. Ésta no dará al discípulo el saber de nuevos hechos, pero
lo capacitará para adquirir ese saber cuando le haga falta.
Aprender el arte de aprender
El método o camino de conocimiento, crecimiento y libertad que plantean los
veintidós Arcanos Mayores del Tarot, como empresa humana, no inicia a nadie.
Entre los que andamos por este sendero ninguno se arroga el título y funciones de
iniciador o maestro, ya que todos somos condiscípulos y cada cual es maestro de los
demás en algo, como también es su discípulo en algo. A este respecto, no podemos
hacer nada mejor que seguir el ejemplo de san Antonio el Grande, quien “se
sometía de buen grado a los hombres fervorosos a quienes iba a ver y se instruía con
ellos en la virtud y ascética que les eran propias. En uno contemplaba la amabilidad,
en otro la asiduidad a la oración; en éste veía la paciencia, en aquél la caridad
para con el prójimo; de uno se fijaba en las vigilias, de otro en su afán de aprender;
a uno lo admiraba por su constancia, a otro por sus ayunos y por dormir sobre el duro
suelo; en uno observaba la mansedumbre, en otro la grandeza del alma; en todos
ellos advertía la devoción a Cristo y el amor que se profesaban mutuamente.
Colmado por cuanto había visto, regresaba a su propia ermita y allí lo compendiaba
en su espíritu, tratando de concretar en sí mismo las virtudes de todos” (Atanasio.
Vida de san Antonio).
Tal ha de ser la conducta de aprendizaje, en todos los ámbitos de la vida, de aquel
que emprende el camino del conocimiento con el propósito de transformar-sublimar
su humanidad y alcanzar la “libertad de los hijos de Dios”. Esta conducta equivale a
aprender el arte de aprender. Los arcanos nos estimulan y a la vez nos dirigen en
este arte: aprender de todos en todo momento.
Cómo encarnar en uno mismo a los personajes del Tarot
Una de las maneras de interpretar erróneamente el sentido de estos personajes
arquetípicos es pensar en tales figuras de manera literal y no simbólicamente; esto
significa encarnar a los personajes sólo en la forma exterior o como un discurso
intelectual, sin llegar a interiorizar su energía y su mensaje de vida.
INTRODUCCION
Cualquier intento de identificarse en este sentido con el arcano carece de
esperanza y tiene elementos de tragedia, ya que identificarse sólo en la forma y no
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en el contenido puede acarrear que uno se hinche fuera de la escala de las
dimensiones humanas, o sea aplastado por el peso de lo imposible. En cualquiera de
estos casos la personalidad humana queda tergiversada. El hecho cierto es que un
personaje arquetípico es sobre humano.
La identificación debe entonces alcanzarse a un nivel esencial; donde el arcano
logra encender fibras del corazón que dan energía y dirección a los actos de
nuestra vida, transformándola en una imagen de la vida como era en el paraíso
original (donde estos arcanos o energías constituyen la esencia y la forma de la
naturaleza humana).
Autorrealización: transformación alquímica
Este camino que proponen las veintidós cartas del tarot tiene un ideal, al cual aspira.
Sus ejercicios espirituales, sus arcanos, persiguen el fin práctico de la realización del
hombre más humano, su ideal es un hombre hasta tal punto humano, que contenga y
lleve en sí todo lo humano. Esto significa que cuanto más verdaderamente humano
uno se vuelve, más se manifiesta lo divino subyacente a la naturaleza humana, en
otros términos, la imagen y semejanza de Dios.
El ideal de la transformación alquímica (profunda y verdadera) de los veintidós
arcanos y sus ejercicios espirituales les abre a los seres humanos la vía de la
realización de la verdadera naturaleza humana, el retorno a su auténtica esencia.
Mas, para volver a convertirse en lo que son por su propia esencia, los elementos de
la naturaleza humana deben someterse a la operación de la sublimación. Ésta
consiste en crucificar lo que en ellos hay de vil y, al mismo tiempo, hacer que
florezca lo que de veras constituye su esencia.
El trabajo interno
El trabajo interno es la vía o método universal para llevar a cabo la autorrealización
o transformación alquímica del hombre. Este trabajo en ocasiones es doloroso,
porque nos muestra las corrientes oscuras de nuestra naturaleza, nos obliga a
renunciar a nosostros mismos y cada vez parece más difícil aceptar los parajes
solitarios por donde nos conduce, pero a la vez es alegre porque nos reditúa con
nueva vida, despierta la conciencia, cura las heridas de nuestra alma, alimenta y
cultiva en nosotros la fe, la esperanza y la caridad: nos devuelve la libertad.
El arte del trabajo consigo mismo comprende la difícil labor de desprender la propia
identidad de la masa de la humanidad. No es un fenómeno de grupo, es individual e
interno.
INTRODUCCIÓN
La condición necesaria, requisito inicial, del trabajo interno consiste en romper el
espejo de la imagen sí, lo que significa trabajar en pos de la posibilidad de romper
con un molde de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea. Esta tarea no se logra
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sin disciplina y años de entrega a la empresa de romper los límites de nuestro ego.
Cada uno de nosotros tiene un diferente grado de apego a su imagen de sí y ese
apego se manifiesta como un sin fin de necesidades no reales pero de tal
contundencia en nuestras vidas que toman las riendas de nuestras decisiones.
La fuerza básica que sostiene la imagen de sí es la importancia personal, y es en la
medida que trabajemos para desaparecerla, que liberaremos energía para abordar
la vida desde un nuevo punto.
“Si necesitamos ayuda no es en cuestión de métodos, sino en cuestión de énfasis. Si
alguien nos pone énfasis en que necesitamos reducir nuestra importancia personal,
esa ayuda es real”. Carlos Castaneda.
Por el hecho de ver las imágenes que lanzamos al exterior, como los reflejos de un
espejo de nuestra realidad interior, y reconocer la forma en la que el mundo
reacciona ante ellas, llegamos a conocernos a nosotros mismos. En este sentido, los
Arcanos Mayores del Tarot serán el mapa de nuestro trabajo interno para descubrir y
manejar la maquinaria de nuestro ego, y aprender a utilizar la energía y la libertad
recuperadas en actos más acordes con nuestra verdadera naturaleza humana.
Mapa de viaje
Antes de empezar un largo viaje es bueno contar con un mapa, los veintidós
Arcanos Mayores del Tarot son un mapa que nos mostrará el terreno que vamos a
recorrer por la vida. Para guiarnos con él habremos de observar detenidamente
cada una de las figuras: ¿qué nos dicen en nuestro interior?, ¿qué imágenes nos
evocan?, ¿a quién nos recuerda? y, sobre todo, ¿qué parte de nosotros se identifica
con cada uno de ellos? Todo eso que nos está sucediendo en este primer
encuentro, y en todos los demás, habrá de mantenerse de alguna forma presente en
nuestro trabajo interno y de autoconocimiento, tal vez te puedas apoyar con
apuntes, o con dibujos de tu propia mano, o con un libro que vayas formando, o
bien con fotografías o poemas o hasta breves palabras claves que en ti evoquen
toda una situación o historia de tu vida; lo importante es que mantengas frescas esas
primeras señales de tu mapa de viaje, a fin que una vez iniciado el recorrido sepas
porqué estás ahí. En nuestro viaje por los Arcanos Mayores del Tarot usaremos las
cartas como vehículos que nos lleven a observar nuestro interno. Son ideales, ya que
representan simbólicamente fuerzas que operan de una forma totalmente
autónoma en la profundidad de la psiqué humana; a estas fuerzas y energías es lo
que Jung llamó arquetipos.
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INTRODUCCIÓN
Una parte de nuestra mente intelectual entiende un fragmento del proceso del viaje
y lo que implica el emprenderlo, pero hay otra parte que se emociona y se admira,
pues intuye que el viaje que estamos a punto de emprender le otorgará un espacio
distinto, que hará manifiesta una realidad mágica dentro de nosotros mismos
dispuesta, en cuanto nos sintamos con el coraje y valentía suficientes, para percibir y
cultivar la vida a partir de ella. La magia otorga cierta posibilidad de emprender y
descifrar el mundo desde un plano distinto al que normalmente abordamos en
nuestra vida.
Pensémonos, entonces, como ese solitario viajero, enfrentándose a sus egos y
liberándose de las coacciones a las que éstos lo someten, que con el paso del
tiempo y del trabajo adquirirá más habilidades para responder a la vida desde una
perspectiva propia e individualizada, más no individualista (egoísta). Cuando un ser
humano ha completado cierto grado de conocimiento de sí mismo es capaz de
efectuar elecciones distintas de las bandadas del convencionalismo socializante y
expresarse de una manera que sea la suya propia debido a un acto de trabajo y no
de vanidad. Será un ser capaz de discernir y examinar con detenimiento las
costumbres sociales y las ideas inmersas de la época, y poder así adoptarlas o no a
su vida. No se trata de conformarse con las costumbres, pero tampoco de pelearse
con ellas y desafiarlas. No se trata de verse distinto a los demás y vestirse de manera
extraña o poco usual o de tener comportamientos fuera de lugar. Por el contrario, no
llamará la atención, pues su trabajo es un proceso interno que no necesita de la
aprobación o negación de alguien en particular, no tiene la necesidad de
demostrárselo a nadie porque es una expresión que se conectará con lo divino.
En síntesis
Estamos a punto de entrar en un mundo incluyente donde los contrarios no son tales
y palabras como “esto” o lo “otro” (opuestos fijos) pierden peso y son desplazadas
por “ambos” o “además”, donde las señales no son perennes y no vienen
etiquetadas como buenas o malas. Lo simbólico abarca los opuestos e incluye
paradojas entre semejantes. Reconfortémonos, pues si bien es terrible el mundo del
conocimiento, en mayor medida es gratificante y espléndido. El viaje a través de
este mundo está lleno de sentimientos, intuiciones, sensaciones e ideas espontáneas
pero con fundamento profundo. Lo mejor será abordar a los Arcanos Mayores del
Tarot ligeros de corazón y con las manos libres, que haya sitio para todo y, al mismo
tiempo, no esperemos nada. Debemos jugar en serio y con gran entrega, sin
resguardos, debemos disfrutar de este viaje.
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INTRODUCCION
No hay un único método ni un único camino, lo que importa es, por un lado, la
entrega de uno en esta tarea y, por otro, abrirse para que lo alto descienda en
nosotros. Para que ésto ocurra es necesario preparar el terreno, sin esperar nada, es
un efecto que sucede por sí solo, independiente de nosotros e incluso a pesar
nuestro. Sin embargo, conforme se acrecenta la conciencia uno estará
preparándose de forma tal que cada vez habrá más posibilidades para que la unión
entre lo que está arriba y lo de aquí abajo se dé y se repita una y otra vez, a través
de lo que don Juan Matus llama el ser impecable. La impecabilidad de nuestros
actos es el medio para que ese estado de conciencia y unión se materialize en
nuestras vidas.
Dado que los símbolos mostrados en el tarot son omnipresentes y perennes, la
utilidad de esta amplificación no va a quedar confinada a este taller. Las figuras del
Tarot están siempre presentes de diversas maneras, en nuestras vidas. Por la noche
aparecen en nuestros sueños para dejarnos perplejos y asombrados. Durante el día
nos inspiran acciones creativas o nos hacen jugarretas con nuestros planes lógicos.
Esperamos que los materiales presentados aquí nos ayuden a conectarnos con
nuestros sueños, no sólo con aquellos que se nos presentan por la noche, sino, y
sobre todo, con aquellos sueños y deseos que nos acompañan durante la vigilia.
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Acuerdos
1. Buena voluntad y ganas de participar en el taller.
2. Asistencia a todas las sesiones.
3. Puntualidad. La clase empieza a las 5:30 pm
4. Cumplir con las tareas, éstas son necesarias para que el taller tenga un efecto
sensible en nuestras vidas.
5. Cubrir el costo del taller
6. Respeto
7. Congruencia con la palabra empeñada
DECIR < > HACER
Este es un universo donde hay pocas palabras,
y donde callar es un signo de prudencia.
Cuando las palabras surgen son sinónimos
de hechos. Decir es hacer.
Entonces el viajero debe ser consecuente.
El viajero se apuesta siempre por un bien superior,
y lo demás se le dará por añadidura.
El viajero no puede mentirse a sí mismo
so pena de perder el rumbo.
8. Disposición para practicar la paciencia.
9. Disposición para tolerar las “sugerencias” contra la importancia
personal. Por favor, comprender: NADA ES PERSONAL.
10. Ser honestos en los comentarios. Y en consideración a todos los
participantes intentar ser concisos y breves.
11. No estacionar su carro en las entradas de los vecinos. Por favor
caminen un poquito.
12. Hacer su traje “real”. Asignaciones
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PROGRAMA GENERAL DE TODO EL TALLER
Introducción
Diagrama del Árbol de la Vida
El Loco
Arcanos del 1 al 7
Marana Tha
Arcanos de 8 al 14
Salida de campo
Arcanos del 15 al 21
Salida de campo
Arcanos de la Corte
Bastos
Espadas
Copas
Oros
Tiradas
El Loco
Campamento de fin de curso
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MEDITACIÓN DEL
DIA:
¿Qué energía en mí
me trajo hoy hasta aquí?
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