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EL ESPÍRITU Y EL
CRISTO: SOCIOS EN
DISCIPULADO
Juan 16:7-16
Contenido
1. Una sociedad de poder (v. 7) ........................... 7
2. Una sociedad de persuasión (vv. 8-14) ...... 10
3. Una sociedad de alabanza (vv. 15-16) ............ 17
Conclusión .................................................. ............ 23
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Escrituras son de la versión King James. Chapel Library no necesariamente está de
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Consulte también El primer fruto del Espíritu de Charles Spurgeon
(1834-1892) El Espíritu Santo convence al mundo del pecado, la
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EL ESPÍRITU Y EL
CRISTO: SOCIOS EN
DISCIPULADO
“Sin embargo, les digo la verdad; Os conviene
que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me
fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y
de juicio: De pecado, porque no creen en mí; de
justicia, porque voy a mi Padre, y no me veréis
más; De juicio, porque el príncipe de este mundo
es juzgado. Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os
guiará a toda la verdad: porque no hablará por
su propia cuenta; pero todo lo que oiga, eso
hablará, y os hará saber las cosas por venir. El
me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo
hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío;
por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará
saber. Un poquito, y no me veréis; y otra vez, un
poquito, y me veréis, porque yo voy al Padre.” —
Juan 16:7-16
¡HERMANOS y hermanas, damas y caballeros!
Convertirse en un discípulo de Cristo es lo más
Bical maravilloso que le puede pasar a cualquiera en este
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tierra. Es tan extremo que incluso la Biblia admite que todo
dentro de un futuro discípulo de Cristo lucha contra su
conversión. Leemos en 1 Corintios 2:14: “Pero el hombre
natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque
se disciernen espiritualmente”. Cada vez que ocurre una
conversión, cuando uno se convierte en un discípulo
consciente de Cristo, es verdaderamente un milagro. La
mayoría de las personas no solo se sorprenden por el
cambio masivo de paradigma de esta conversión, sino que
el converso mismo (o ella misma) también suele ser el más
sorprendido.
La lucha por creer es una lucha feroz. Muchos, en
incredulidad, a menudo ven, en cierta medida, la belleza de
lo que se supone que es la vida cristiana. Sin embargo,
todavía concluyen: “Nunca podría hacerlo. Quiero hacerlo,
pero me siento abrumado por ello. Simplemente está más
allá de mí”. Esa es precisamente la situación que nuestro
Señor Jesús abordó en el contexto más amplio de nuestro
texto (Juan 13-17).
En la noche antes de morir en la cruz de Calvar,
nuestro Señor se dirigió a Sus discípulos. Estaba a punto
de dejarlos. Sus últimas palabras les aclararon el tipo de
vida que refleja el auténtico discipulado cristiano. Les
exhortó a amarse unos a otros. Habló de la necesidad de
coraje y perseverancia ante el sufrimiento. Reflexionó sobre
su experiencia de alegría y paz en su vida diaria.
En los versículos que preceden inmediatamente a
nuestro texto, nuestro Señor reconoció que la aflicción que
acompaña al discipulado cristiano a menudo es complicada
de manejar y que Sus discípulos a menudo están llenos
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con pena y pena. Nuestro Señor estaba claramente a favor
de la divulgación completa. Sabía que creer y perseverar en
la fe era desafiante e intimidante.
Nunca estamos ayudando a nadie al sugerir que la
conversión cristiana es fácil. Los discípulos conscientes de
Cristo saben que su fe es real, poderosa y satisfactoria. Sin
embargo, nunca podrán olvidar su traicionero viaje hacia la
fe. No es facil.
Muchos están luchando genuinamente con lo que han
oído sobre el cristianismo o lo que ven en la vida de los
cristianos profesantes. Su información sobre el cristianismo
es a menudo falsa, una caricatura perversa, sus fuentes
provienen de opositores corruptos de la fe que solo están
dispuestos a calumniar y tergiversar las afirmaciones del
cristianismo bíblico. Estas personas que luchan necesitan
una aclaración urgente de los principios básicos de la fe.
Otros entienden las afirmaciones de la fe con cierta
apariencia de precisión, pero se esfuerzan por abrazar las
amplias afirmaciones del cristianismo, afirmaciones que
abordan de manera integral toda la realidad.
Sin embargo, estas personas experimentan miopía espiritual1
que eclipsa las flagrantes insuficiencias de sus cosmovisiones
actuales, el sistema de pensamiento que los guía
inmediatamente. Para exponer su hipocresía, estas personas
necesitan ser conducidas a un análisis comparativo de su
cosmovisión funcional con el cristianismo bíblico.
Sus cosmovisiones actuales a menudo presentan muchos
más problemas intelectuales que el cristianismo bíblico.
1
miopía - miopía.
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Todavía hay otros que tienen cierta apariencia de
aprecio por el poder del cristianismo bíblico.
Aún así, les falta el coraje para enfrentar el ostracismo, la
burla y el dolor que inevitablemente acompañan el cambio
radical de paradigma y la deserción que es la verdadera
conversión. Estas personas necesitan convencerse de la
idea de que el sacrificio que conlleva la conversión
realmente vale la pena, tanto a corto como a largo plazo.
Nuestro Señor anticipó los desafíos tanto de la fe
inicial como de la perseverancia en la misma. Es por eso
que Él ofreció como solución, en este texto sagrado, una
especie de asociación en equipo entre Él y el Espíritu Santo
como la solución final. La relación entre nuestro Señor
Jesús y la bendita Tercera Persona de la Trinidad es lo que
hace posible el discipulado cristiano, tanto en términos de
iniciación como de sostenibilidad.
Nuestro Señor no se limitó a esbozar una lista de
pasos que se supone que garantizan el éxito, como
esperarían muchos en nuestra generación. ¡No no! En
cambio, empleó al Consejero o Ayudante supremo.
Abandonados a nosotros mismos, nunca lo lograríamos.
Abandonados a nosotros mismos, tiraríamos la toalla y
renunciaríamos a la posibilidad de sentido y plenitud en la
vida. Entonces, Él prometió la ayuda del último Consejero,
el bendito Espíritu Santo.
La asociación de Cristo y el Espíritu brinda éxito en el
discipulado cristiano. Sin esta asociación, el fracaso es
seguro. Entre las muchas ideas y lecciones poderosas de
este texto sagrado, emergen al menos tres elementos de
esta asociación entre Cristo y el Espíritu que hacen del
cristiano
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el discipulado despegue y continúe hasta la Gloria. Es una
Asociación de Poder, una Asociación de Persuasión y una
Asociación de Alabanza.
Considerémoslos en ese orden.
1. Una sociedad de poder (v. 7)
Nuestro Señor, en este versículo, consoló a Sus
discípulos acerca de Su partida aconsejándoles que lo que
percibían como negativo era, en realidad, positivo.
Les dijo que Su partida y la aparición del Espíritu tenían
por objeto empoderarlos. En otras palabras, Su partida no
fue abandono sino refuerzo. ¡Él los estaba preparando para
un gran poder!
¡Escuchar! Nuestro Dios verdaderamente tiene infinitas
opciones. Es por esto que el Apóstol Pablo pudo exclamar
más tarde en Romanos 11:33, “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán
inescrutables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
Nuestro Señor estaba diciendo en efecto: “¡Escucha!
Te estoy diciendo la verdad. Realmente es por tu bien que
me vaya. Ahora, seamos honestos. Esta declaración sería
un gran enigma para la mayoría de nosotros, no solo para
estos discípulos del primer siglo. Es natural que evalúemos
y concluyamos que la presencia inmediata de Cristo haría
que tanto la fe como la fidelidad fueran mucho más fáciles.
La mayoría de la gente juzgará que tal evaluación es la
más razonable. Es razonable suponer que,
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en Su presencia, seríamos personas completamente
diferentes y que Sus palabras serían más convincentes
si vinieran de Sus propios labios. Es razonable suponer
que nuestra fe sería más sólida y establecida si
fuéramos testigos de sus milagros con nuestros propios
ojos y que la mera vista de la Persona, en Quien habita
“toda la plenitud de la Deidad corporalmente” (Col 2
:9), es en sí misma transformadora.
En medio de los desalientos de la vida y todo lo
que genera miedo en nuestros corazones, a menudo
buscamos encontrar afirmación, consuelo y la fuerza
para soportar entornos que son todo menos edificantes.
Esta es la razón por la que es difícil imaginar que
nuestras almas sean cualquier cosa menos elevarse a
alturas nuevas y sin precedentes en la presencia
misma de Cristo. ¿Cómo podría cualquier otro lugar o
contexto producir algo mejor? Es difícil imaginar que
es en presencia de otro Auxiliador, y no de Cristo, que
estaríamos alcanzando todo nuestro potencial,
anticipando ansiosamente la visión beatífica.2 Es difícil
imaginar que es en presencia de otro Auxiliador, y no
el Cristo, tendríamos más confianza y compasión en
nuestro enfoque de la vida y nos convertiríamos en el
epítome3 de la seriedad4 y la gratitud. Sin embargo,
nuestro Señor exigió que sus discípulos abandonaran
todas las nociones tontas y fantasías poco realistas.
La realidad fue que Su partida y la llegada del Espíritu
significó mayor poder y una mejor posición para Sus
discípulos. Les dijo a sus apóstoles, los mismos hombres que h
2 visión beatífica – vista de las glorias del cielo.
3
epítome - ejemplo perfecto.
4
gravitas – dignidad; gravedad.
8
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había visto todas Sus poderosas demostraciones de sabiduría y
poder, que Su salida y la entrada del Espíritu producirán una mejor
condición.
Nuestro Señor se atrevió a burlarse5 de ellos en el versículo
12 sobre información y experiencias pendientes que eran demasiado
maravillosas para que las manejaran de inmediato. Su partida y la
llegada del Espíritu harán evidente que lo que habían visto hasta
ahora era sólo el principio de lo que se desarrollará. ¡Guau!
¡Piénsalo! Después de la partida del Señor, los creyentes, por la
obra del Espíritu, fueron capacitados para convertirse en mejores
personas, más increíbles, más fuertes, con más recursos y ¡viviendo
una vida más plena!
Por cierto, todo esto debería ser obvio para nosotros hoy. En
los Hechos de los Apóstoles, todo lo que tenemos que hacer es
examinar la vida de los apóstoles antes de Pentecostés, la venida
del Espíritu, y compararla con su vida después. La partida del Señor
y la llegada del Espíritu marcaron toda la diferencia en el mundo.
Las implicaciones de esto son asombrosas. Solo piense por
un momento en la magnitud de la oferta de Cristo a sus discípulos.
Se pusieron recursos significativos sobre la mesa con este anuncio
de Su partida y la llegada del Espíritu.
Ahora bien, si bien esto es muy tranquilizador y reconfortante,
también es perturbador de una manera crucial. Significa que los
verdaderos creyentes no tienen excusa para vivir mediocremente.
Es posible que hayamos sido negligentes6 en la forma en que hemos
5 provocar - tentar.
6 abandono – negligente.
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explotado7 los recursos que nos ha dado el Espíritu. Por favor,
comprenda que cualquier cosa que nuestro Señor esté ofreciendo
se supone que es mejor que ser testigo de Sus actos
sobrenaturales cuando caminó por esta tierra. ¿No es evidente
que nuestra experiencia del discipulado cristiano es seriamente
deficiente? Parece que solo estamos arañando la superficie. El
consejo de este Consejero divino debe ser de un valor incalculable.
¿De qué sirve tener poder cuando se desconoce su
existencia y cuando, después de su descubrimiento, permanece
sin explotar? ¿De qué sirve tener poder si la capacidad no va
acompañada del cuidado, y uno se preocupa pero está
convencido de que le falta capacidad suficiente?
¡Gracias a Dios! ¡Nuestro bendito Señor no se interpuso en el
camino, sino que se rindió para dejar que el Espíritu se saliera
con la suya! ¡Gracias a Dios! ¡El poder del Espíritu Santo está
disponible para todos los verdaderos creyentes a través de la
asociación del Espíritu y el Hijo! ¡Aleluya!
2. Una sociedad de persuasión (vv. 8-14)
Cada edificio necesita una buena base. La mayoría de
nosotros estaremos de acuerdo con esto. Por favor, comprenda
que el Espíritu obra para completar en nosotros lo que Cristo
había iniciado en la expiación. La obra preliminar de Cristo no
está en el mismo lugar que la plenitud del Espíritu. Sin embargo,
la plenitud del Espíritu no es un paradigma completamente
nuevo. Esta es una asociación. Donde el Espíritu nos lleva es
solo a una apreciación más profunda de Cristo. El Espíritu no se
trata del Espíritu; la
7
explotado – utilizado; utilizado.
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El espíritu se trata de Cristo. Nos hemos perdido el Espíritu
Santo si estamos más en el “Espíritu” que en Cristo.
Tenga en cuenta que en el versículo 14, nuestro Señor
nos da el objetivo de la obra del Espíritu. Dijo del Espíritu: “Él
me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”.
Debemos comprender a qué se dirige el Espíritu Santo si
queremos aprovechar al máximo el consejo del Consejero
divino.
¿Cómo es este divino Consejero? Bueno, no es un
sargento de instrucción. Por mucho que apreciemos el trabajo
de los militares, y aunque captamos el mensaje del himno,
“Adelante soldados cristianos, marchando como a la guerra”,
y aunque la analogía militar se usa repetidamente a lo largo
de las Sagradas Escrituras para explicar muchos aspectos
de la vida cristiana, el Espíritu Santo no es un sargento de
instrucción. Él es el Consejero supremo. Su instrucción no
está tratando de solicitar un cumplimiento frío, reglamentado,
sin sentido y asustado.
A los eruditos del texto griego original les gusta señalar
que nuestro Señor Jesús usó una palabra traducida como
"consejero" o "ayudante" que es una combinación de dos
ideas. Las ideas son "verdad" y "junto". La dureza de la
verdad se suaviza al ser traída “junto” para ayudar o relacionar.
Nuestro Señor había comisionado al Espíritu no solo
para entregar información sino también para facilitar la intimidad.
El papel designado del Espíritu es asegurarse de que
recibamos la verdad y la reconozcamos. Habiendo caminado
con nuestro Señor por lo menos tres años, los apóstoles
poseían la verdad. Sin embargo, todavía no lo consiguieron .
Sólo sabían de la verdad. Ellos no sabían la verdad. El
propósito de este Consejero divino era
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suba la apuesta.8 Nuestro Señor dijo en Juan 14:26:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todas las cosas, todo lo que os he dicho.”
El próximo mes cumpliré 36 años de ministerio
pastoral en el mismo lugar, aún contando. Mi experiencia,
por un lado, ha sido informada por un gran aprecio por
el uso de métodos bíblicos probados por el tiempo en
todo lo que hago. Por otro lado, esto ha sido equilibrado
por la conciencia de un veterano de que una metodología
sólida y las mejores prácticas bíblicas nunca garantizarán
la fructificación. En otras palabras, mis victorias más
significativas no fueron logradas por ingenio y talento
ministerial. No dudo que mis momentos ministeriales
más eficaces surgieron directamente de la consejería,
el consejo del Consejero divino.
¡Escuchar! Cada vez que algo funcionó, no fue
porque siempre haya funcionado, sino porque el Espíritu
Santo se propuso usarlo. Por eso el evangelismo sin
oración es una locura. Por eso la pastoral sin oración es
inútil. Una iniciativa ministerial particular produce un
colchón de satisfacción en un día determinado. Otro día,
la misma iniciativa entrega un IED, un “artefacto
explosivo improvisado” que me explota en la cara. ¡La
diferencia es el Espíritu!
¿De qué estoy hablando? Bueno, por favor
comprenda que nuestro nacimiento espiritual y nuestra continua
8
ante – nivel (como de logro o intensidad) considerado
especialmente como una meta o estándar.
12
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poder espiritual son por los mismos medios. Nuestro Señor
había explicado anteriormente en Juan 3:8: “El viento sopla
de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde
viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del
Espíritu. ” De la misma manera, nuestro Señor explicó en el
versículo 14 de nuestro texto acerca del Espíritu: “Él me
glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”.
¡Déjame ir al grano! ¿Cuál es nuestro problema?
Nuestro problema es que generalmente imaginamos que lo
que necesitamos para empoderar nuestras vidas fallidas y
frustradas son nuevas circunstancias o más información.
Las nuevas circunstancias pueden incluir un nuevo cónyuge
o una nueva casa, una nueva ciudad o una nueva identidad,
un nuevo amigo o una nueva tendencia. El deseo de obtener
más información tiene sus raíces en la noción de que todos
nuestros problemas se resolverán mediante la investigación.
Ambos enfoques se basan en la fantasía y la tontería, ya
sea un deseo de nuevas circunstancias o más información.
¡Este es un error significativo!
Los verdaderos discípulos de Cristo sufren como todos
los demás. Sin embargo, no todo es malo porque a menudo
se encuentran en las circunstancias más ideales y
generalmente están bien informados sobre cosas espirituales,
pero aún no tienen poder. Su experiencia cristiana es
hastiada, estéril, monótona y tan atractiva como una visita al
dentista.
¿Lo que falta? ¡La realidad! ¡Falta la realidad! ¿Es lo
que tenemos verdaderamente real para nosotros? ¿Estamos
simplemente admirando lo que leemos sobre el amor de
Dios, o estamos disfrutando de ese amor? ¿Es real para
nosotros? ¡Ese es el papel del Espíritu! La asociación entre Cristo y el
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Spirit fue diseñado para llevar a los verdaderos discípulos al
siguiente nivel, ¡para experimentar la realidad de la gracia de
Dios! El papel del Espíritu es glorificar a Cristo, mostrarnos el
peso de Cristo y hacer que lo entendamos genuinamente .
Esto no es sólo un uso inteligente del lenguaje. Soy
consciente de que un ex presidente de los Estados Unidos una
vez intentó defenderse diciendo: "depende de lo que 'es' es".
¡Bien, ahora mismo, les presento que debemos conseguirlo ! Es
por eso que Cristo estaba en sociedad con el Espíritu. ¿Lo
hemos conseguido ? Bueno, ¿qué es exactamente ? 'Es' es la
diferencia entre una casa y un hogar, la diferencia entre un mero
mensajero y un mártir, y la diferencia entre una dama de honor
y una novia. 'Es' la diferencia entre holgazanear y vivir, la
diferencia entre un mero trabajador y un verdadero adorador, y
cuando la teología cristiana se transforma en una doxología
apasionada.
¿Es realmente real para nosotros lo que hemos oído acerca
de Cristo? ¡Escuchar! no te lo puedo dar . Difícilmente puedo
explicarlo . 'Es' es la obra del Espíritu. Hermanos y hermanas,
¿lo entendemos ? ¡Mirar! Cuando lo consigamos, nuestras
creencias acerca de las gloriosas riquezas del cielo se traducirán
en donaciones generosas aquí en la tierra, porque ¿por qué no
compartir lo que tenemos cuando tenemos tanto en camino?
Cuando lo entendamos, nuestro concepto de la grandeza de
Dios en nuestras mentes se traducirá en la gloria de Dios en
nuestros corazones para que no nos quejemos de las
providencias ceñudas de Dios ni intentemos robar el crédito por
Sus providencias sonrientes, sino que simplemente alabemos
No importa lo que haga porque Él hace “todas las cosas
bien” (Mar 7:37). Cuando lo conseguimos, nuestra vista
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de la oración no será la de una actividad a evitar hasta que
estemos muy desesperados. En cambio, la oración se
convertirá en un ancla para mantenernos cerca del seno de
nuestro Salvador, porque estamos destinados a ir a la deriva
sin rumbo en los mares del egoísmo si no conocemos a un
Salvador que está comprometido con nuestra satisfacción.
Cuando lo consigamos, nuestro abrazo del amor de Dios se
traducirá en un aligeramiento de nuestro ego, porque no
seremos de piel delgada, desmoronándonos con la más
mínima crítica o insulto, porque sabemos no solo quiénes
somos, sino de quién somos. estamos. Cuando lo consigamos,
nuestra confianza en la sabiduría de Dios mitigará nuestra
tendencia a preocuparnos, porque ¿por qué deberíamos vivir
en el pasado que ya no es nuestra realidad o vivir en el futuro
que aún está por realizarse cuando podemos vivir en el
presente que está firmemente en la mano omnipotente de
Dios. Cuando lo consigamos, nuestra predicación de la
omnisciencia de Dios se traducirá en la práctica de caminar
con miedo y temblor porque cada vez que pecamos,
abrazamos temporalmente la incredulidad que nos convence
de que esconderse es una posibilidad real. Cuando lo
conseguimos, los principios y las promesas que hemos oído
acerca de Cristo se convierten en la plataforma y la búsqueda apasiona
Los medios por los cuales el Espíritu Santo nos impacta
son, irónicamente, los medios ordinarios de gracia como el
estudio y la meditación de la Palabra de Dios, la participación
regular en los sacramentos u ordenanzas, el compañerismo
y la responsabilidad de los hermanos creyentes, nuestra
mayordomía en la evangelización y misiones y nuestra
participación disciplinada en la adoración colectiva.
El Espíritu nos aconseja en todos los medios de gracia.
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Los medios de gracia, todas las disciplinas espirituales,
deben ser regulares. Nunca sabemos cuándo se moverá el
Espíritu, cuándo soplará el viento o cuándo un momento
ordinario de repente se convierte en una epifanía espiritual.9
Se nos exhorta a través de las disciplinas espirituales a estar
abiertos a la guía y dirección del Espíritu.
Está escrito en Hebreos 3:13, “Antes bien, exhortaos los unos
a los otros cada día, mientras se llama hoy; para que ninguno
de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.” El
endurecimiento es un signo de abandono. El ablandamiento es
una preparación para el compromiso. El ablandamiento es obra
del Espíritu.
El Cristo ha colaborado con el Espíritu para persuadirnos
del peso y la gloria de la obediencia activa y pasiva de Cristo a
favor de los verdaderos creyentes. Nos corresponde atender
diligentemente a los medios de gracia para acoger la obra del
Espíritu en nuestras vidas, para alejarnos de la mediocridad,
de la religión nominal, del culto letárgico, de los actos mínimos
de compasión, del dar que no nos cuesta nada, y simplemente
compañerismo formal. Que el Espíritu Santo nos persuada a
sumergirnos en lo profundo. Que el Espíritu nos convenza de
“zambullirnos ahora en esa corriente carmesí que lava blanca
como la nieve” y entregarlo todo a Cristo, sin retener nada. Que
el Espíritu Santo nos convenza de que nuestro Salvador es del
todo hermoso, para que podamos contemplarlo con nuevos
ojos de adoración y gratitud, y experimentemos la visión
beatífica en toda su majestad. Alelu jah al Cordero!
9
epifanía – manifestación; divulgación.
dieciséis
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3. Una sociedad de alabanza (vv. 15-16)
¡Hermanos y hermanas, damas y caballeros!
Por favor, permítanme aclarar algo antes de continuar. Todo el
mundo entrará en algún tipo de asesoramiento. Todos debemos
someternos a un consejero, a un ayudante. Puede que no seamos
conscientes de ello, pero ha sucedido, está sucediendo y seguirá
sucediendo. Históricamente, ha habido al menos tres fuentes de
consejo en nuestra generación y civilización en Occidente. Nuestro
Señor nos desafía a rechazarlos a todos y abrazar al Consejero
divino. Sólo el Consejero divino nos conducirá a la alabanza y
gloria de Cristo, que es lo que nos devuelve a la realidad. Es solo
alabando a Cristo, contemplando y disfrutando de Su belleza, que
estamos tratando con la realidad. Es por eso que nuestro Señor
dijo en el versículo 15: “Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso
dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”. Por favor, permítame
desvelárselo.
Las tres fuentes primarias de consejo en nuestro
toria se puede resumir en general de la siguiente manera:
Las reglas de la sociedad,
los derechos de uno
mismo, el rechazo de las normas.
Estas tres perspectivas son los consejeros que se nos ofrecen, y
también son la fuente de gran parte de nuestra miseria. Deben
estar expuestos.
Las reglas de la sociedad
Esta es la visión que precedió a nuestra cultura terapéutica.
Es la opinión de que sólo tenemos que hacer nuestro
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deber. Nos recuerda que no somos tan frágiles como
aparentamos ser, que debemos mantener un “labio superior
rígido” y seguir la línea. Esta posición exige una obediencia
rígida para mantener el statu quo, evitar los extremos,
mantener la paz y sacrificar los intereses individuales por el
bien de todos.
Los derechos del yo
Esta es la visión que está inmersa en el culto al yo.
Aborrece las reglas de la sociedad. Aquí, todo debe ceder
a los sentimientos personales ya la realización personal.
Proclama que el estándar más confiable de lo que es
correcto es lo que es correcto para cada individuo. Se nos
anima a seguir nuestros sueños (o corazón) y creer en
nosotros mismos. Aprender a amarse a uno mismo se
considera el amor más grande de todos, un sentimiento
recurrente en las letras de muchas canciones populares.
Aquí, el pecado supremo es confiar en el juicio de cualquier
otra persona sobre lo que es correcto para el individuo.
La noción de verdad objetiva debe dar paso a “tu verdad”.
El rechazo de los estándares
Este punto de vista ha ganado algo de fuerza
recientemente. Si bien aprecia la noción de autodeterminación
personal radical, exige una ampliación de las opciones.
Este punto de vista enseña que debido a que el yo es
multifacético y dinámico, estando siempre en un estado de
flujo, nuestras definiciones de nosotros mismos caducan
regularmente o se vuelven obsoletas en cada momento que pasa.
Por lo tanto, todos los estándares deben ser rechazados y
es preferible un eclecticismo posmoderno. En otras
palabras, la ausencia de un núcleo esencial en el yo nos permite la
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libertad para definirnos, no para encontrarnos.
Así, esta visión nos dice que nos definamos y redefinamos a
voluntad. Podemos hacer lo que creamos que funcionará para
nosotros a medida que cambien nuestras situaciones y desafíos.
El problema con el consejo de las tres perspectivas es
que todas prometen libertad y nos dan nada más que esclavitud.
Esto se hace pervirtiendo un hecho innegable y evidente
haciéndolo último. Idolatra una pieza particular de información
y crea un dios falso a partir de ella.
Déjame explicarte esto. De hecho, necesitamos reglas
para la sociedad para que podamos evitar el caos. Sin embargo,
la conformidad ciega y colectiva que destruye la convicción
individual eventualmente nos destruye a todos, convirtiéndonos
en autómatas, especialmente si el pensamiento grupal está
notoriamente pervertido, como en el caso del marxismo, ya sea
político o cultural.
También es cierto que los derechos de uno mismo son
esenciales para el mantenimiento de la dignidad y el respeto de
todos. Aun así, también puede conducir a un narcisismo infantil10
que eleva la lujuria momentánea sobre la sabiduría de milenios
de historia humana. En serio, a medida que envejecemos, de
vez en cuando miramos hacia atrás a nuestros veinte, treinta o
incluso cuarenta y sacudimos la cabeza con el pensamiento:
"¡Fui un completo idiota!" Lo hago todo el tiempo.
Cuando los jóvenes “whipper-snappers” entran en escena,
sabiendo todo, debemos reírnos, “Aquí vamos de nuevo. ¡Mira,
está a punto de salvar el mundo!
10 narcisismo – amor propio; excesivo interés o admiración
de uno mismo
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¿Qué pasa con esta noción del rechazo de las
normas? ¡Escuchar! Es cierto que todos estamos
cambiando constantemente, pero ¿realmente vamos a
aceptar la idea de que absolutamente nada permanece igual? ¿Nad
¿En serio? A primera vista, es absurdo, porque ¿no existe
la sugerencia dentro de la idea de que al menos el cambio
es constante? ¿No están diciendo que no cambia que
estemos cambiando constantemente? El pecado realmente
nos vuelve estúpidos.
¿Hay una mejor manera? ¡Sí, sí, lo hay! La
asociación entre Cristo y el Espíritu estaba diseñada
para señalar la alabanza de Cristo, la adoración de
Cristo, como la conexión última con la realidad. No
encontraremos libertad en el pensamiento grupal, la
autodeterminación o la autodefinición. ¡Cristo se asoció
con el Espíritu para guiarnos a la verdad de que la libertad
se encuentra solo en Cristo!
El Espíritu apunta a Cristo, porque sólo Cristo hace
que Dios sea real para la humanidad. La encarnación,
esa unión hipostática,11 es exclusiva del cristianismo bíblico.
Juan 1:14 lo declara enfáticamente. “Y el Verbo se hizo
carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad”. El eterno Dios de gloria no es una abstracción
mental. Tampoco es un producto de la imaginación del
hombre, representado por algún artefacto primitivo. Tomó
forma humana sin comprometer Su majestad eterna.
11
unión hipostática – Griego: hipóstasis, “persona”; la unión
hipostática se refiere a la unión de las naturalezas divina y
humana en la única persona de Cristo Jesús.
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Esta Persona gloriosa se describe en Colosenses
1:15-18: “Quien es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas
todas las cosas, las que están en los cielos y las que están
en la tierra, visibles y invisibles, ya sean tronos, dominios,
principados o potestades: todas las cosas fueron creadas
por él y para él: y él es antes de todas las cosas, y todas
las cosas en él subsisten. Y él es la cabeza del cuerpo que
es la iglesia: quien es el principio, el primogénito de entre
los muertos; para que en todo tenga la preeminencia.”
Este santo exige y ordena adoración, porque Él es
Dios verdadero. Está escrito de Él en Hebreos 1:3-4: “El
cual, siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen
de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de
nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la
Majestad en las alturas; hecho tanto superior a los ángeles,
cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”
Todos hemos fallado en seguir consistentemente las
reglas. Todos hemos fallado en encontrar la paz en
nuestras afirmaciones narcisistas de nosotros mismos,
porque la corrupción dentro de nosotros es obvia. ¿Y cuán
arrogantemente pretenciosos somos con este asunto de la
autodefinición cuando intentamos escribir un manual para
lo que no hemos hecho? Entonces, ¿qué queda? No
necesitamos más innovación humana. ¡Necesitamos la
intervención divina! Esto es lo que el Espíritu nos da. ¡Él nos da a Cr
Está escrito en 2 Corintios 4:6: “Porque Dios, que
mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
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conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
¡El Espíritu nos llama a alabarle, a contemplarle, a
contemplar su gloria! Sí, aprendemos de Él a través de los
medios ordinarios de gracia, como la Palabra de Dios y los
sacramentos (ordenanzas), pero es solo por el Espíritu que
genuinamente captaremos un “gusto anticipado de la gloria
divina”.
Todas las religiones de los hombres tienen una cosa
en común: todas trabajan para ganarse el favor de Dios.
Todos están en una rueda de la futilidad, porque después
de todo lo dicho y hecho, siempre hay más trabajo por
hacer en el camino infinito hacia la perfección. ¡Ahora, aquí
está el evangelio! En la persona de Cristo, por obra del
Espíritu, se nos ahorra el camino fútil hacia la perfección,
porque la perfección nos ha llegado en la persona de
Cristo. ¡Por Su gracia, encontramos verdadera libertad,
verdadera aceptación, verdadera comunidad, verdadera
paz y gozo inefable y lleno de gloria!
¡Oh, por la gracia de contemplar incesantemente a
Cristo, porque sólo Él es del todo hermoso! ¡Oh, que la
gracia sea sostén de Su gloria! Oh, por la gracia de alabar
Su santo nombre. Alabemos a Aquel que es el Autor y
Consumador de nuestra fe, el Pan de Vida y la Principal
Piedra del Angulo. Alabemos a Él: el Gran Sumo Sacerdote,
el León de la Tribu de Judá, y el Hijo del Altísimo. ¡Alabemos
a Aquel que es el Alfa y la Omega, la Resurrección y la
Vida, y el bienaventurado y único Potentado, el Rey de
reyes y Señor de señores! ¡Aleluya!
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Conclusión
Para terminar, necesitamos hacer una pregunta
importante. ¿Cómo podemos saber si el Espíritu Santo ha
obrado en nuestro corazón? Si todo depende de la obra del
Espíritu, si es solo por el Espíritu que tendremos una verdadera
intimidad con Cristo, simplemente no podemos darnos el lujo
de perder esto. Necesitamos saber que Él ciertamente ha
obrado en nuestros corazones.
La evidencia que necesitamos se aborda en el versículo
8 de nuestro texto. “Y cuando él venga, convencerá al mundo
de pecado, de justicia y de juicio.” El Espíritu Santo nos
convence o nos enjuicia.
Solo cuando estamos convencidos, vemos la belleza de Cristo
y somos embelesados por Su gloria. La convicción crea
hambre en nosotros. Nuestra corrupción total está expuesta y
anhelamos ser cubiertos. Entonces nos negamos a
conformarnos con meras apariencias. Anhelamos intimidad real.
Entonces nos queda claro, por el Espíritu, que una lista de
verificación de acciones morales, experiencias emocionales o
actividades compasivas nunca satisfará esta hambre de
intimidad perfecta. Cada marca de verificación, cada
incremento, cada paso en este viaje infinito hacia la perfección
solo magnifica que es un ejercicio inútil. No necesitamos una
lista de verificación de perfección pretenciosa. Lo que se
requiere es un Salvador perfecto: un Salvador infinito,
inmaculado, inmortal, invisible e inmutable. Se declara
enfáticamente en Colosenses 1:27: “A quienes Dios quiso dar
a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”
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El escritor de himnos (Charles Wesley) lo ha dicho
perfectamente: ¡ Ven, Tú, Espíritu eterno, Trae a cada
mente agradecida Todo el mérito del Salvador al morir,
Todos Sus sufrimientos por la humanidad!
Verdadero registrador de Su
pasión, Ahora imparte la fe viva;
Ahora revela Su gran salvación;
Predica Su evangelio a nuestro corazón.
Ven, testigo de su muerte; ¡Ven, divino
rememorador!
¡Haznos sentir tu poder, aplicando a
Cristo a cada alma, ya la mía!
Gemamos Tu gemido interior; Míralo a Él
traspasado y entristecido; Todos reciben la
gracia expiatoria, Toda la sangre rociada la
reciben.
Amén.
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