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The aim of this article is to reveal the importance of the cult of Saint Eulalia
in the christianization of Gallaecia. The veneration of the martyr of Eme rita began
in the Late Roman period, leading to a superposition of the new worship onto
Roman funerary and cult practices.
pueden verse respectivamente A. Rodríguez Colmenero, "El más antiguo documento (año 15 a.C.)
hallado en el Noroeste peninsular Ibérico", Cuadernos de Estudios Gallegos 47/112 (2000) 9-42;
G. Alfiildy, Provincia Hispania Superior (Heidelberg 2000); el estado de la cuestión -anterior a estas
novedades epigráficas- relativo a las distribuciones provinciales que afectaron al Noroeste hispano
en A. Tranoy, La Galice romaine (Paris 1981) 145-189, 389-408, 435-447; y F. Arias Vilas, A roma-
nización de Galicia (Vigo 1992) 13 s., 29 ss., 150 ss. Para los límites del conventus lucensis, al cual
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HABIS 34 (2003) 365-388
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Las fuentes textuales prueban que con anterioridad a la entrada de los pueblos
germánicos en la Península ya existían en Gallaecia comunidades cristianas2 • Es
bien conocido, a este respecto, el conflicto de los obispos libeláticos de León y
Astorga, que origina una carta con fecha del 254-55 firmada por Cipriano -obispo
de Cartago- (epist. 67) y otros 36 obispos más dirigida a los fieles de ambas dió-
cesis y a la de Mérida3 . Algunos años más tarde, en tomo al300, nos encontramos
a un tal Decencio, obispo de León, en las actas del concilio de Elvira; y en el
primer concilio de Toledo, sobre el 400, están ya presentes al menos 12 obispos
de Gallaecia, aunque una asistencia tan numerosa se debe a la problemática del
priscilianismo, que todavía entonces no había alcanzado su verdadera dimensión4 .
No son los citados los únicos testimonios que dan cuenta de la expansión
del cristianismo por el Noroeste peninsular cuando menos desde mediados del
siglo 111. El martirio en Tánger de Marcelo, al parecer centurión de la Legio VII
Gemina arrestado en León, o el supuesto origen galaico de Egeria, son también
argumentos esgrimidos con frecuencia cuando se trata de demostrar un origen
antiguo para la cristianización de Gallaecia. Desde la arqueología, se ha intentado
aportar evidencias destinadas a dotar de cobertura material el panorama descrito
por las fuentes. Así pues, una serie de objetos y yacimientos aparece referenciada
con frecuencia en las publicaciones sobre la cuestión.
Entre los testimonios arquitectónicos destacan la basílica martirial de Marialba,
relacionada precisamente con la tradición leonesa del mártir Marcelo y que para
algunos autores se basa en modelos africanos, y el oratorio paleocristiano de
Ouvigo, en la provincia de Ourense. Desde el punto de vista funerario, como más
adelante veremos, las primeras necrópolis cristianas prosiguen tradiciones de en-
terramiento bajoimperiales, hasta el punto de que algunos núcleos cementeriales
arrancan en momentos de paganismo romano y continúan utilizándose durante
siglos; precisamente en una de estas necrópolis, la de Santa Eulalia de Tines
(de la cual luego me ocuparé), se encontró una tosca estela antropomorfa con la
pertenecen los más importantes yacimientos aquí estudiados, cf. F. Acuña Castroviejo, Mosaicos ro-
manos de Hispania Citerior 11. Conventus Lucensis (Santiago 1973) 11.
2 M. C. Díaz y Díaz, "La cristianización en Galicia", en La romanización de Galicia (A Co-
ruña 1992) 105-120; J. E. López Pereira, "La cristianización de la Gallaecia", Galicia castrexa e ro-
mana. Galicia Terra Única (Santiago 1997) 282-288.
3 J. M. Blázquez, Religiones en la España antigua (Madrid 1991) 361-372.
4
El priscilianismo y las actas de este 1 concilio de Toledo presentan complejos problemas de
interpretación y, de hecho, no se menciona el origen de la mayoría de los obispos asistentes al mismo,
aunque suele aceptarse una nutrida representación de Gallaecia. Se han ocupado del tema con cierto
detalle M. C. Díaz y Díaz, "Orígenes cristianos en Lugo", Actas del coloquio internacional sobre el
bimilenario de Lugo (Lugo 1977) 237-250; D. Ramos-Lissón, "Los concilios hispánicos antes de la
conversión de Recaredo", en J. Orlandis y D. Ramos-Lissón, Historia de los concilios de la España
romana y visigoda (Pamplona 1986) 65-100; y J. M. Blázquez, Religiones ... (cit. n. 3) 373-442. Las
repercusiones del fenómeno priscilianista en el registro arqueológico han sido analizadas por A. Blanco
Freijeiro, "La villa romana en Gallaecia y su posible relación con la vira communis del priscilia-
nismo", Prisciliano y el priscilianismo (Oviedo 1982) 57-70; y L. Monteagudo, "La religiosidad ca-
/laica: estela funeraria romana de Mazarelas (Oza dos Ríos, A Coruña), cultos astrales, priscilianismo
y outeiros", Anuario Brigantina 19 (1996) 11-118.
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EL CULTO A SANTA EULALIA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE GALLAECIA ...
fórmula in pace en su epígrafe, que suele tenerse como el más antiguo de Galicia
entre los cristianos.
Nos han llegado, sin embargo, algunos sarcófagos de fabricación foránea que
muestran la adopción de nuevas modas estéticas y culturales por parte de los pri-
meros cristianos, aunque para algunas de estas piezas se discute la antigüedad de
su cronología; se trata de ejemplares como los de Braga o Vilanova de Lourenzá
(Lugo). No obstante, dos de los sarcófagos, concretamente los de S. Justo de la
Vega y Temes (del cual sólo se conserva la tapa), pueden fecharse incuestiona-
blemente en el primer tercio del siglo IV y tienen sus orígenes en Roma; resulta
particularmente relevante el hecho de que a la tapa del sarcófago de Temes apa-
rezcan asociados elementos arquitectónicos como un sillar con la representación
en relieve de una paloma, varios capiteles, pilastras y fragmentos de columnas
marmóreas, que hacen pensar en la existencia de un lujoso edificio funerario ha-
bilitado para un notable galaico cristianizado5 . De Frende (Baiao) procede otra
interesante tapa de sarcófago, esta vez decorada con un mosaico sepulcral que
ha sido fechado entre finales del siglo IV y mediados del V6 .
Otro testimonio arqueológico de la cristianización en el Noroeste es un cris-
món en mármol blanco-grisáceo veteado encontrado en la iglesia parroquial de
Sta. María da Ermida (Quiroga, Lugo), donde también han aparecido otros ma-
teriales constructivos marmóreos de época romana. La pieza que ahora nos atañe
es una placa circular -seguramente de fabricación local por las características del
mármol- que muestra en el centro un gran monograma de Cristo flanqueado por
las letras alfa y omega. A todo lo largo del borde presenta una inscripción con
letras en capital romana y que comienza igualmente con un pequeño crismón; a
partir de sus motivos decorativos y otros indicios, Arias Vilas fecha la pieza en
las primeras décadas del siglo V (ca. 410-425). Acerca de su funcionalidad se
han propuesto diferentes hipótesis, desde mesa de ofrendas o altar -seguramente
la más acertada- hasta posible medallón de disposición vertical. Resulta intere-
sante, en todo caso, que el epígrafe del crismón constituya un rechazo a las ri-
quezas materiales, precisamente en una zona de importantes explotaciones mi-
neras: AURUM VILE T!Bl EST 1 ARGENTI PONDERA CEDANT 1 PLUS EST
QUOD PROPRIA 1 FELICITATE NITESI.
5
Sobre los diferentes sarcófagos y el monumento de Temes pne<:len consultarse H. Sch!unk,
"Los monumentos paleocristianos de 'Gallaecia', especialmente los de la provincia de Lugo", Actas
del coloquio internacional sobre el bimilenario de Lugo (Lugo 1977) 193-236; M. Sotomayor Muro,
"A presencia do cristianismo: os sartegos de Temes e Lourenzá no seu contexto cultural", Galicia no
Tempo (Santiago 1992) 59-73; C. A. Ferreira de Almeida, "Arqueoloxía tardorromana e germánica
no NW peninsular", Galicia: da romanidade á xermanización (Santiago 1993) 196 s.; J. Delgado Gó-
mez, El complejo de Temes (Santiago 1997); O. Núñez García, "El mundo funerario bajoimperial y
sus aportaciones al estudio de la cristianización de Gal/aecia", Minius 8 (2000) 62 s.
6
F. Acuña Castroviejo, Mosaicos romanos de Hispania Citerior III. Conventus Bracarensis
(Santiago 1974) 32-34, fig. 17; H. Schlunk, "Los monumentos ... " (cit. n. 5) 198 s., fig. 2.
7 H. Schlunk, "Los monumentos ... " (cit. n. 5) 199-203, figs. 3-5, 22, 27-30; F. Arias Vilas,
"Crismón de Quiroga", Galicia no Tempo. Catálogo da Exposición (Santiago 1990) 128. La lectura
367
XOSÉ-LOIS ARMADA PITA
De este sucinto repaso puede concluirse que, desde el punto de vista arqueo-
lógico, resulta problemática la definición de los niveles más antiguos de cristia-
nización en Gallaecia. Yacimientos y materiales muy poco abundantes -algo, por
otra parte, común al conjunto de la Península- además de atípicos, lo cual difi-
culta su interpretación histórica, aunque en buena medida sirven para confirmar
las fechas suministradas por las fuentes textuales; a partir de algunos testimonios
como determinados sarcófagos sabemos además de la existencia de relaciones
con áreas bastante alejadas, que pudieron tener alguna influencia en el proceso
cristianizador. Un asunto al que se ha prestado alguna atención es el de la reuti-
lización -o, simplemente, presencia- de materiales romanos en edificios de culto
cristiano, lo cual, por sí mismo, no arregla gran cosa, puesto que el traslado de
las piezas pudo haberse producido en fechas recientes y no tener ninguna rela-
ción con un proceso temprano de aculturación religiosa.
Puestos a intentar arrojar algo de luz sobre este problema, creo que un punto
de partida ineludible debiera serlo el estudio arqueológico de aquellos templos y
parroquias que presentan las advocaciones más antiguas; trabajos como los de
García Rodríguez o Castillo Maldonado -por citar dos de los más relevantes-
permiten labrarse una perspectiva bastante ajustada de la expansión del culto a
los diferentes santos desde los tiempos de la tardorromanidad 8•
Para el caso de Galicia, Díaz subrayó en este sentido la antigüedad que, en
líneas generales, muestran las titulaciones de las iglesias, frente a las de zonas
próximas como Braga o Astorga. Entre los cultos verdaderamente abundantes y
antiguos destacan los de Santa María, San Juan y Santa Eulalia; este último pre-
senta una concentración notable y uniforme distribución dentro de los límites de
lo que debió ser el convento jurídico lucense, lo que podría deberse a sus rela-
ciones con la capital de Lusitania, dado que por ejemplo en Astorga la presencia
del culto a Eulalia es mucho menos representativa; al mismo tiempo, si exceptua-
mos a Vicente y, sobre todo, Eulalia, el culto a los mártires hispanos en nuestra
zona es muy reducido. En todo caso, de las aproximadamente 3.700 parroquias
no urbanas existentes en Galicia más de 2.500 muestran advocaciones muy anti-
guas, lo cual indica lo avanzado de la cristianización rural del Noroeste en fechas
como el siglo VII 9 .
Como cualquiera puede suponer, a la hora de establecer el ritmo de implan-
tación de los cultos los datos citados proporcionan únicamente las líneas gene-
rales de una realidad compleja, que desde luego requiere ir más allá del análisis
del epígrafe es de A. Rodríguez Colmenero, "Historia del arte romano de Galicia", en Galicia-Arte
IX (A Coruña 1993) 464.
8 C. García Rodríguez, El culto de los santos en la España romana y visigoda (Madrid 1966);
tianización ... " (cit. n. 2) 116; "Galecia visigoda", O jeito relixioso na historia de Galicia (Santiago
1993) 66.
368
EL CULTO A SANTA EULALIA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE GALLAECIA. ..
estadístico de las advocaciones. De todos modos, son muy numerosos los santos
cuya veneración podemos suponer presente en el Noroeste en fechas anteriores
al siglo X. Por el contrario, los estudios de las fuentes han mostrado que en el
siglo V sólo es posible hablar de un culto generalizado en la Península para los
mártires Vicente y Eulalia 10 ; si tenemos en cuenta la abundantísima presencia de
parroquias y edificios religiosos consagrados a la mártir emeritense en el Noroeste
peninsular, parece lógico suponer que su culto penetró en buena medida en época
tardorromana. Los restos arqueológicos que a continuación comentaré apuntan en
esta dirección.
No es el momento de comentar en detalle la recurrente aparición de la mártir
emeritense en fuentes textuales de diferente signo, desde obras literarias a sermones,
oracionales, antifonarios, calendarios o pasiones, asunto sobre el cual ya existe
además abundante bibliografía 11 • Me limito, así pues, a una sucinta referencia a
aquellos indicadores cronológicos esenciales y a las pruebas de una extensión
temprana del culto a la mártir.
Los primeros testimonios escritos vinculan estrechamente a Eulalia con Mérida,
ciudad de donde era natural y en la cual se conservan importantes restos arqueo-
lógicos cristianos de época tardoantigua 12 ; ningún texto habla en fechas tempra-
nas de una Eulalia barcinonense y hoy se admite de forma unánime que su exis-
tencia se debe a un desdoblamiento tardío de la santa lusitana. Arce 13 estima que
el martirio de Eulalia tuvo lugar entre el 303 y el 305, si bien su figura no hace
acto de presencia en las fuentes hasta casi un siglo más tarde, de la mano de
Aurelio Prudencio Clemente (343-405). En el himno de Eulalia incluido en el
Peristefanon de Prudencio abundan los elementos de tipo literario, de forma que
ciertos rasgos maravillosos aproximan esta composición a las pasiones de tipo
épico (Pe. III) 14 • Se ha discutido largamente sobre la existencia de una passio de
Eulalia en época romana, en la cual pudieran haberse inspirado tanto Prudencio
como la passio que nos ha llegado, que la investigación ha convenido datar en
el siglo VIP 5 . García Rodríguez 16 se manifestó en contra de esta posibilidad,
mientras que otros, como los citados P. Castillo o J. Gil, han preferido dejarla
abierta.
1°
11
C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8); P. Castillo, Los mártires ... (cit. n. 8) 141.
C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8); J. Arce, "Prudencio y Eulalia", Jornadas sobre
Santa Eulalia de Mérida. Extremadura Arqueológica 3 (1992) 9-14: A. Recio Veganzones, "La már-
tir Eulalia de Mérida en calendarios y martirologios, en la devoción popular y en su iconografía (si-
glos IV-VII)", ibid., 81-110; X. Ferro Ruibal (dir.), Diccionario dos nomes galegos (s. v. "Baia")
(Vigo 1992) 151 s.; J. San Bemardino, "Eulalia emeritam suam amore colit: consideraciones en tomo
a la fiabilidad de un testimonio prudenciano (Pe. 3. 186-215)", Habis 27 (1996) 205-223; J. Gil, "La
pasión de Santa Eulalia", Habis 31 (2000) 403-416.
12
P. Mateos Cruz, La basílica de Santa Eulalia de Mérida. Arqueología y urbanismo (Madrid
1999).
13 J. Arce, "Prudencio ... " (cit. n. 11) 11.
14 C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8) 18.
15 P. Castillo, Las mártires ... (cit. n. 8) 53 s.; J. Gil, "La pasión ... " (cit. n. 11).
16 El culto ... (cit. n. 8) 18, 303.
369
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17 Las referencias concretas de todas estas fuentes y sus respectivas ediciones en C. García
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EL CULTO A SANTA EULALIA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE GALLAECIA ...
Orosio- venido de Jerusalén, con destino a Hispania y luego a África, porta re-
liquias. Este punto ha sido confirmado por el presbítero galaico Avito, quien se
dirige desde Palestina a Balconio, obispo de Braga, para comunicarle que le envía
las reliquias de San Esteban con Orosio (PL, 41, col. 806)22 • Queda claro, por
ésta y otras cartas algo posteriores, que son las altas esferas eclesiásticas -particu-
larmente los obispos- las que capitalizan en estos momentos el uso y difusión
de las reliquias.
Este proceso tiene evidentes repercusiones en el registro arqueológico. Los
loca sacra depositarios de reliquias situados extramuros se convirtieron en potentes
elementos de atracción para la población circundante, dando lugar a la formación
de barriadas y vici23 . También se da un notable desarrollo de las necrópolis en
aquellos lugares donde están enterrados los santos o donde se encuentran sus re-
liquias; García Rodríguez 24 sostuvo que las sepulturas ad martyres debieron prac-
ticarse en la Península desde los primeros tiempos de la cristianización; según
ha mostrado Castellanos25 , este proceder se registra documentalmente a finales
del siglo IV y alcanza pronto un notable desarrollo, pues no en vano el concilio
I de Braga del 561 se ve obligado a prohibir las sepulturas de difuntos en el in-
terior de las basilicae sanctorum (can. 18). Son escasas y por lo general tardías
en Hispania las inscripciones ligadas a la inhumación ad martyres; las conocidas
datan entre finales del VI y finales del VII, aunque se ha registrado un núcleo
más temprano, que arranca en la segunda mitad del IV, en la zona de Tarragona26 .
Otro fenómeno muy importante ligado a la difusión de las reliquias es el le-
vantamiento de altares para su deposición, en los cuales se practica una cavidad
destinada a tal fin. A nivel paleográfico y arqueológico, parece que se data sobre
todo en los siglos VI y VII, momento en el cual la consagración de basílicas
debía llevar incluido el rito de la deposición de reliquias 27 • Las inscripciones con
deposición son muy frecuentes en la Bética, donde a menudo reutilizan aras ro-
manas; en varias de ellas -como las de Vejer, Guadix o Loja- se mencionan reli-
quias de Sta. Eulalia2s.
Para el caso de Galicia y Norte de Portugal se ha apuntado la reutilización
de aras con cronología plenamente medievaF9 . Uno de los casos más conocidos
22
Ambos textos latinos en C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8) 421 s.
23 S. M. Castellanos, "Las reliquias ... " (cit. n. 21) 18.
24 El culto ... (cit. n. 8) 359.
25 S. M. Castellanos, "Culto de los santos y unanimitas social en Hispania (siglos IV-VII)", en
M. A. Alonso Ávila et alii (coords.), Homenaje al Profesor Montenegro (Valladolid 1999) 749-757.
26 P. Castillo, Los mártires ... (cit. n. 8) 191 s.
7
2 C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8) 365.
28 M. Pastor Muñoz y A. Mendoza Eguaras, Inscripciones latinas de la provincia de Granada
(Granada 1987) 302-304, 400; A. Recio, "La mártir. .. " (cit. n. 11) 97; J. Beltrán Portes, "Altares vi-
sigodos: reutilizaciones paganas (1)", en P. Sáez y S. Ordóñez (eds.), Homenaje al Profesor Presedo
(Sevilla 1994) 788 ss.; P. Castillo, Los mártires ... (cit. n. 8) 182 ss.
29 L. Caballero Zoreda y J. C. Sánchez Santos, "Reutilizaciones de material romano en edificios
de culto cristiano", en A. GonzáJez Blanco y J. M. Blázquez (eds.), Cristianismo y aculturación en
tiempos del imperio romano (Murcia 1990) 466.
371
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30 J. C. Rivas Femández y E. Rivas Quintas, "El ara romana de Suatorre de Ambía (Orense)
372
EL CULTO A SANTA EULALIA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE Gt.t.UoECIA ...
:o:
- o o
373
XOSÉ-LOIS ARMADA PITA
parece lógico suponer una función ritual, en relación con la captación y aprove-
chamiento del agua de alguna fuente. En un segundo momento, por razones que
no alcanzamos a establecer, se destruye el edificio anterior y se levanta la estruc-
tura de dos plantas que hoy conocemos; al parecer, la planta inferior acogería
una piscina en la parte media de la nave central, empleada en ceremonias de tipo
salutífero. La tercera fase constructiva del monumento, correspondiente a su cris-
tianización, conllevaría la aplicación de una capa de argamasa estucada, la cual
se dotaría de una excelente decoración pictórica con motivos geométricos y, so-
bre todo, naturalistas; en este período, la nave quedaría dividida en tres ámbitos
paralelos separados por arquerías sobre columnas de mármol, que en número de
cuatro delimitan espacialmente un posible baptisterio resultante de la redefinición
funcional de la piscina anteriormente mencionada33 • El espacio presumiblemente
destinado a esta estructura baptisterial fue luego amortizado mediante su pavi-
mentación con losas de mármol, lo que favorecería el empleo de esta estancia
inferior para el culto eucarístico34 •
El estudio de las diferentes soluciones decorativas empleadas en Sta. Eulalia
de Bóveda contribuye a clarificar el significado del monumento y a definir con
mayor claridad las fases constructivas apuntadas por Colmenero. En primer lugar,
cabe mencionar una serie de relieves sobre sillar encuadrables en la segunda fase,
no siendo descartable su pertenencia a la primera. Los motivos representados tie-
nen poco que ver con la simbología paleocristiana, pues en algún caso es posi-
ble contemplar dos lisiados que intentan curar sus deformidades físicas en un ma-
nantial no representado, según puede deducirse de sus gestos y de la confrontación
con otras iconografías de época romana; otros relieves muestran figuras danzan-
tes y diferentes tipos de aves, todo lo cual puede interpretarse desde el marco de
las religiones orientales que en el Imperio cobran fuerza durante el siglo III (cul-
tos a Isis, Serapis, etc.). Junto a este conjunto de manifestaciones gráficas, algu-
nos fragmentos epigráficos con expresiones como pro s(alute),flebilis, tristem y,
posiblemente, infirmitatem o timare, así como el enterramiento casi completo de
esta planta inferior, favorecen la identificación del monumento como un lugar
vinculado al culto a las divinidades orientales y al aprovechamiento de las aguas
salutíferas.
Desde el punto de vista decorativo, la cristianización del edificio viene mar-
cada por la aplicación de una amplia decoración pictórica, con profusión de mo-
tivos geométricos y naturalistas. Así, puede destacarse la presencia de aves como
perdices, faisanes, gallos o palomas; y elementos vegetales, entre los cuales cabe
citar racimos de uva y zarcillos con flores rojas. Abad Casal sitúa la decoración
pictórica de Sta. Eulalia de Bóveda en época romana (siglos IV-V); en efecto,
33
La identificación funcional de este espacio como piscina -y posteriormente baptisterio- es
cuestionada por R. Gimeno García-Lomas, "Actuación arqueolóxica no edificio romano de Santa Eu-
lalia de Bóveda (Lugo)", Arqueoloxía 1 Informes, 3. Campaña 1989 (Santiago 1995) 141-146, que lo
considera una arqueta de regulación de las diferentes entradas de agua.
34
A. Rodríguez Colmenero, "Historia ... " (cit. n. 7) 327-331.
374
EL CULTO A SANTA EULALIA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE GALLAECIA ...
375
XOSÉ-LOIS ARMADA PITA
Gallegos VIII/24 (1953) 151-153; "Santa Marina de Aguas Santas", Cuadernos de Estudios Galle-
gos X/30 (1955) 71-78.
38 La lectura en G. Pereira Menaut, Corpus de inscrici6ns romanas de Galicia, l. Provincia
de A Coruña (Santiago 1991) 181.
39 M. C. Díaz y Díaz, "La cristianización ... " (cit. n. 2) 113, 119; F. Fariña Busto, "Estela de
Tins", Galiciano Tempo. Catálogo da Exposición (Santiago 1990) 125 s.; F. Arias Vilas, A romani-
zación ... (cit. n. 1) 175; J. E. López Pereira, "La cristianización ... " (cit. n. 2) 285; O. Núñez García,
"El mundo funerario ... " (cit. n. 5) 70. Chamoso, "Santa Marina ... " (cit. n. 37) 71 la había fechado
en el siglo XII, suponiendo que la M de annorum formaba parte de la fecha de la inscripción.
40 L. Monteagudo, "La religiosidad ... " (cit. n. 4) 104-108.
376
EL CULTO A SA!'-'TA EULAUA Y LA CRISTIANIZACIÓN DE GAUAECIA•.
377
XOSÉ-LOIS ARMADA PITA
las sobre las pilae del hipocausto. No resulta extraña, en principio, esta superpo-
sición estructural. Un proceso similar al que pudo darse en Tines se registra en
Castillós (Pantón, Lugo ), donde en un margen espacio-temporal bastante reducido
se superponen una mansio viaria, una villa romana -también con hipocausto- y
una necrópolis coetánea o poco posterior en su origen, aunque con pervivencia
de varios siglos (ladrillo con crismón esquemático, estelas discoideas, etc.) 41 . Por
su parte, Pérez Losada42 ha propuesto que al margen de la necrópolis germánica
y medieval superpuesta al hipocausto de Tines existiría otra asociada a la villa,
de la cual procedería la estela de Victorino.
En todo caso, lo que no ofrece dudas es que algunas tumbas pertenecen a
los últimos compases de la dominación romana y primeros tiempos del medievo,
pudiendo por lo tanto vincularse al proceso de cristianización. Me refiero en con-
creto a aquellas construidas mediante ladrillos o lajas y a los sarcófagos de bañera.
Es tal el entronque de las primeras sepulturas cristianas en el mundo tardorromano
que resulta harto complejo establecer los pormenores del proceso de cristianización
a nivel funerario, una vez se ha comprobado que la ausencia de ajuar o la orien-
tación de la cabecera de las tumbas hacia el Oeste no son indicios inequívocos
de cristianismo. En todo caso, no hay duda de que las sepulturas realizadas con
cerámica de construcción romana -tégulas, ladrillos e ímbrices- pertenecen a los
últimos tiempos de la romanidad y continúan apareciendo en aquellas necrópolis
cristianas de mayor antigüedad, donde en ocasiones los ladrillos muestran gra-
bados cruciformes43 • Una cronología prácticamente idéntica, en un horizonte cris-
tiano, puede postularse para las estructuras cistoides de lajas de piedra.
La implantación de una topografía funeraria cristiana sobre necrópolis de
época tardorromana, con las tipologías de enterramiento mencionadas, se da tanto
en ambientes urbanos como en los principales núcleos poblacionales secundarios.
En el mundo rural, también encontramos sepulturas a base de material constructivo
romano y lajas pétreas44 . En cuanto a los sarcófagos pétreos, su cronología ha
venido discutiéndose, pero a día de hoy no cabe dudar de su origen tardorromano,
destinados a las élites rurales y tal vez inspirándose en modelos más refinados
41
F. Arias Vilas, "O xacemento galaico-romano de Castillós (Lugo)'', en F. Acuña (coord.),
Finis Terrae. Estudios en lembranza do Prof Dr. Alberto Balil (Santiago 1992) 225-256.
42 "Hipocaustos ... " (cit. n. 36) 145.
43
A. Erias Martínez, "O xacemento arqueolóxico de Paleo (Carral): dun machado da cultura
megalítica a unha necrópole tardorromana e/ou altomedieval", Anuario Brigantina 13 (1990) 27-46;
F. Pérez Losada, "Contribución ... " (cit. n. 36) 242, 248; R. Valdés Blanco-Rajoy, "La necrópolis tar-
dorromana de Guisande", Gallaecia 14/15 (1996) 469-495.
44
Sin pretensión de ser exhaustivo, diré que -en cronologías de los siglos IV y V- necrópolis
de tumbas rectangulares o trapezoidales construidas con lajas de piedra y material romano (tégulas,
ímbrices y ladrillos) se han documentado en Lugo, Braga, Santiago, Ourense, Ponte do Lima, Parada
de Todeia, A Lanzada, Ayos, Hermida o Guisande. Un estudio detallado de estas necrópolis y su co-
rrespondiente bibliografía en J. L. Quiroga y M. R. Lovelle, "La topografía funeraria 'urbana' en el
noroeste de la Península Ibérica", en A. Rodríguez Colmenero (coord.), Los orígenes de la ciudad
en el Noroeste hispánico (Santiago 1998) 1395-1409; "Topografía funeraria rural entre el Miño y el
Duero durante la Antigüedad Tardía (s. V-VII): aproximación a un marco cronológico y tipológico",
MM 40 (1999) 228-253.
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45 J. L. Quiroga y M. R. Lovelle, "La topografía funeraria 'urbana' ... " (cit. n. 44) 1396 s.;
F. Acuña Castroviejo, Mosaicos ... (cit. n. 1) 36-38, fig. 12; F. Arias Vilas, A romanización ... (cit.
n. 1) 173 s.; A. Rodríguez Colmenero, "Historia ... " (cit. n. 7) 369.
46 El estudio de los sarcófagos de cronología tardorromana, sus inscripciones y representacio-
nes simbólicas, en J. L. Quiroga y M. R. Lovelle, "As sepulturas antropomorfas en rocha e a súa
problemática histórica: unha proposta para o seu estudio", Larouco 1 (1991) 61-77; "Topografía fu-
neraria rural..." (cit. n. 44) 236-241; A. Rodríguez Colmenero, Aquae ... (cit. n. 30) 283-285.
47 Pese al interés de las tapas con decoración en doble estola, y su presencia en Tines, no ana-
lizo aquí la problemática que plantean, por situarse fuera del arco cronológico que aborda el presente
trabajo. Pueden consultarse C. A. Ferreira de Almeida, "Arqueoloxía ... " (cit. n. 5) 197; F. Fariña
Busto y J. Suárez Otero, "Las necrópolis germano-suévicas", Galicia castrexa e romana. Galicia
Terra Única (Santiago 1997) 304-312; J. Suárez Otero, "Sobre las laudas de 'doble estola' en San-
tiago de Compostela e Iria Flavia: apuntes cronológicos e iconográficos", Abrente 29 (1997) 41-77;
J. L. Quiroga y M. R. Lovelle, "Topografía funeraria rural..." (cit. n. 44) 242-246.
48 "Hallazgos ... " (cit. n. 37) 152, Iam. III.
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del Noroeste peninsular, como pueden ser Temes o el oratorio de Ouvigo. Adop-
tan una tradición romana (que vemos en los grabados de la primera o segunda
fase de Sta. Eulalia de Bóveda) para pasar a representar símbolos paleocristia-
nos (aves, peces, motivos vegetales), tal vez ejerciendo una función sustitutoria
de los mármoles y estucos pintados que decoran los complejos cultuales y fune-
rarios más lujosos49 •
Lo apuntado sobre la cronología de las sepulturas de Tines, en buena medida,
sirve también para fechar una parte del yacimiento que ahora paso a considerar.
Se trata de la ermita de Sta. Eulalia de Portorroibo (As Pon tes de García Rodríguez,
A Coruña), donde excavó un campamento juvenil de la OJE en 1973 bajo la ba-
tuta de J. E. Femández Barallobre, director de la entonces denominada Escuela
Provincial de Arqueología del Movimiento 50 • De estas exploraciones procede pre-
cisamente una interesante inscripción oracular, cuyo texto dice lo siguiente: DIS
D(EABUS)Q(UE) 1 EX INT(E)RP 1 RETATION(E) 1 ORACULI 1 CLARI APO 1
[L]INIS C[.] 1 AD SACR 1 U[M -c.6-f 1• Esta dedicatoria sincrética mediada por
el oráculo del Apolo de Claros cuenta con al menos siete paralelos prácticamente
idénticos distribuidos a lo largo del Imperio romano 52 . El ejemplar de la mura-
lla de Adriano en Britannia (CIL VII, 633) es el único en que consta el dedicante,
que es la coh(ors) 1 Tungrorum. Basándose en este hallazgo, Birley propuso en
su día que estas inscripciones datan del año 213 y son resultado de la consulta
del emperador Caracalla, aquejado de problemas de salud, al oráculo del Apolo
de Claros, en Asia Menor; su distribución por lugares tan diversos correría a
cargo de unidades militares 53 • En efecto, éste puede ser el caso del ejemplar que
nos ocupa si aceptamos que la letra C de la sexta línea es la abreviatura de cohors;
hay que tener en cuenta, a este respecto, que a unos 40 km. en línea recta se en-
49 Acerca de la losa con flores de lis de Tines y otras decoraciones paleocristianas -grabados
o relieves- sobre losas y sillares véase L. Monteagudo, "La religiosidad ... " (cit. n. 4) 26 s., 106 s.;
y J. Delgado, "La paloma ... " (cit. n. 35) 139-149. Los relieves, pinturas y mármoles de Sta. Eulalia
de Bóveda están estudiados en A. Rodríguez Colmenero, "Historia ... " (cit. n. 7) 344-356, 458-464.
En el Sur de la Península, aunque en cronologías algo posteriores, conocemos escenas cristianas es-
tampadas sobre ladrillos en terracota, posiblemente destinados a la conformación de frisos narrativos;
los que representan el martirio de Eulalia de Mérida han sido publicados por A. Recio Veganzones,
"La mártir ... " (cit. n. 11) 97-102, 108-110.
50 Los resultados de las excavaciones, algunas leyendas de interés y otros datos sobre la arqueo-
logía de As Pontes están recogidos en E. Rivera Rouco, Historia de Puentes de García Rodríguez
(A Coruña 1976).
51 La lectura es de G. Pereira Menaut, Corpus ... (cit. n. 38) 163 s.; sobre la interpretación del
epígrafe cf. además S. Montero Herrero, "Un oráculo del Apolo de Claros en Galicia", Homenaje a
S. Montero Díaz. Anejos de Gerión 11 (1989) 357-364.
52 La diferencia más sustancial es que el ejemplar gallego presenta el hapax epigráfico ex in-
terpretatione, sustituido en el resto de las inscripciones por secundum interpretationem. Proceden de
Corinium (Dalmacia), Borcovicium (Hussesteads, Britannia), Ciucul (Djemila, Numidia), Sarrok (Cer-
deña), Volubilis (Mauritania), Marruvium (Italia) y Gabii (Italia). Recogidas con su correspondiente
bibliografía p<'r S. Montero, "Un oráculo ... " (cit. n. 51) 358.
53 E. Birley, "Cohors 1 Tungrorum and the Oracle of the Clarian Apolo", Chiron 4 (1974) 511-
513. La hipótesis es aceptada y ampliada con nuevos argumentos por S. Montero, "Un oráculo ... "
(cit. n. 51).
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54 S. Perea Yébenes, "Las fórmulas epigráficas Devs Deave, Si Devs Si Dea y Diis Deabvsque",
Veleia 15 (1998) 167-180.
55 Como es bien sabido, el rebaje escalonado sirve para acoger una tapa o, en aquellos casos
en que el /oculus se sitúa en la base del altar, para favorecer su fijación al suelo. Sobre el problema
de la reutilización de inscripciones romanas como altares cristianos cf. L. Caballero y J. C. Sánchez,
"Reutilizaciones ... " (cit. n. 29) 457-464; J. Beltrán Fortes, "Altares ... " (cit. n. 28).
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la leyenda con la construcción de la ermita. Para todas estas leyendas puede su-
ponerse un remoto origen no bien determinado. En la zona de Limia Alta (Ourense)
aparecen ligadas estas tradiciones de hundimientos al castigo por la adoración a
un gallo, ave cuya función augural remonta cuando menos al siglo V, a juzgar
por un testimonio de Hidacios6.
En tono hipotético, es posible exponer una secuencia del proceso de cristia-
nización de Sta. Eulalia de Portorroibo en los términos siguientes. Debió existir
en el lugar un culto cuando menos romano, como prueba el epígrafe oracular an-
tes mencionado; no hay que descartar, por lo demás, que hubiese allí un com-
plejo cultual todavía anterior, según podría deducirse del carácter sincrético de
la inscripción romana y de la leyenda de la ciudad sumergida, acaso correspon-
diente a la cristianización de alguna tradición antigua. En un momento bastante
temprano, probablemente siglo IV o comienzos del V, el lugar se cristianiza; la
inscripción romana se reutiliza como altar y paulatinamente se va conformando
una necrópolis como consecuencia del poder de atracción de las reliquias depo-
sitadas en elloculus, germen de los enterramientos ad sanctas. Respecto a la gé-
nesis del conjunto cementerial, ya se ha expuesto anteriormente que las tumbas
cistoides de lajas pétreas y los sarcófagos pueden fecharse en momentos bastante
tempranos, tardorromanos y altomedievales.
Los tres casos hasta ahora comentados permiten establecer con cierta fiabi-
lidad la existencia de un proceso directo de cristianización sobre complejos de
época romana, pues las excavaciones efectuadas hacen posible datar parte de los
materiales y estructuras entre finales del siglo IV e inicios del V. A continuación
aportaré algunos testimonios no tan concluyentes -al menos en su estado actual-
pero igualmente dignos de ser tenidos muy en cuenta.
Hace pocos años Monteagudo dio a conocer un cipo-altar situado ante la
fachada de la casa rectoral abandonada de Sta. Eulalia de Lañas (A Baña, A
Coruña). Se trata de un bloque granítico aproximadamente cúbico con varios gra-
bados esquemáticos; el propio Monteagudo los interpreta como representaciones
de un ave de rapiña, una nave con proa sobreelevada y un cetáceo, que en su
conjunto relaciona con los peligros que tenía que vencer el transporte marítimo
de las almas al Más Allá; un mensaje simbólico que, según algunas opiniones,
podría encontrarse también en la representación de una oraria navis en la estela
56 Cf. L. Castro Pérez y M. García Valdeiras, "El simbolismo ... " (cit. n. 35) 33. La leyenda
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57 L. Monteagudo, "La religiosidad ... " (cit. n. 4) 63, 68 s. Sobre la estela romana de Vilar de
Sarria y la cristianización de las ricas tradiciones de tránsito acuático al Otro Mundo puede verse
F. Alonso Romero, Santos e barcos de pedra (Vigo 1991 ).
58 Reproduzco las lecturas de G. Pereira Menaut, Corpus ... (cit. n. 38) 83-87, 224s. Para la
primera de las placas: Ma(--) Cariie 1j(ili-) iin(norum) XIV h(ic) s(it-) 1 est s(it) t(ibi) t(erra) /e(vis)
i C(--j Luc(i)us j(ecit); la segunda: M(arcus) Quin(tius) 1 Doq(uirus) ann(orum) 1 LXX h(ic) s(itus)
est s(it) 1 t(ibi) t(erra) /e( vis) C(aius) Quin(tius); en cuanto a lo conservado de la estela: D(is) Ma(nibus)
1 Fe+[-c.2-] 1 - - - .
59 Cf. G. Pereira Menaut, Corpus ... (cit. n. 38) 73, 76-79. A este autor corresponde la lectura
de las inscripciones funeraria y votiva cuya lectura arriba se reproduce. Sigue el texto de las ins-
cripciones votivas. La primera: l(ovi) O(ptimo) M(aximo) 1 a(ram) p(osuit) s(ua) p(ecunia) 1 S(-)
M(-); la segunda: Coso Do-! mino Ae-1 b(ura) Ati (filia) Cil(ena) 1 exs vo-l to p(osuit).
60 La lectura es de J. Lorenzo, "Inscripciones romanas funerarias, varias no clasificadas, falsas
e inexistentes, de la provincia de Orense", Cuadernos de Estudios Gallegos XX/62 (1965) 264 s.; cf.
también L. Caballero y J. C. Sánchez, "Reutilizaciones ... " (cit. n. 29) 479; A. Rodríguez Colmenero,
Aquae... (cit. n. 30) 208 s.
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61 En los últimos meses la prensa ha reflejado en diversas ocasiones el estado del conflicto
entre el cura de Alto Xestoso y la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Agradezco
a Alfredo Erias Martínez, director del Museo de Betanzos, y a Alberto López Femández, del Grupo
de Arqueoloxía da Terra de Trasancos, sus comentarios sobre las características de la inscripción y
su situación en la iglesia.
62
L. Monteagudo, "Carta de Coruña romana, III. Costa", Emerita 35/1 (1957) 56.
63
C. A. Ferreira de Almeida, "A propósito de 'Galicia Sueva' de Casimiro Torres", Gallaecia
5 (1979) 312, 315 S.
64 A. Rodríguez Colmenero, Aquae ... (cit. n. 30) 395 s.
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O Capitales conventuales:
1- Lucus Augusti
2- Asturica Augusta
3- Bracara Augu5ta
ILUSTRACIÓN 3.
discusión, tanto Bóveda como Tines y Portorroibo (los tres estudiados más en
detalle) muestran la continuidad de complejos religiosos paganos -ya sean cul-
tuales o funerarios- y su cristianización, dotando de coherencia al resto de las
asociaciones. Así pues, dada la abundantísima presencia de iglesias consagradas
a la mártir lusitana en el Noroeste hispano, parece lógico suponer que el culto a
Sta. Eulalia desempeñó un papel muy importante en la cristianización de Gallaecia,
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65
C. García Rodríguez, El culto ... (cit. n. 8) 387 s.; F. Arias Vilas, A romanización ... (cit.
n. 1) 176.
66
M. A. Rabanal Alonso, "La vía de la Plata en León, Zamora y Salamanca: de calzada ro-
mana a camino de peregrinación a Santiago", Studia Zamorensia l (2" etapa) (1994) 201-215.
67
M. C. Díaz y Díaz, "Orígenes ... " (cit. n. 4) 248.
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72 F. Pérez Losada, "O campo galaicorromano e os seus contactos cos núcleos urbanos: al-
gunhas reflexións sobre a relación cidade-campo na Gal/aecia", lll e IV Semanas Galegas de His-
toria (Santiago 1996) 249-265.
73 La cita en "A propósito ... " (cit. n. 63) 308; la alusión a los miliarios tardíos se encuentra
en "Arqueoloxía ... " (cit. n. 5) 192.
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