Había una vez, en un reino lejano rodeado de frondosos bosques y montañas, una joven hada
llamada Lira. Vivía en un pequeño claro de luz, donde las flores siempre estaban en plena floración
y el aire estaba lleno del dulce aroma de la lavanda. Lira tenía el don de curar las plantas y los
animales con su toque mágico, y su misión era velar por el bienestar del bosque y sus criaturas.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Lira escuchó un suave llanto que provenía de un arbusto
de rosas. Al acercarse, encontró a una pequeña criatura, con alas de mariposa y un cuerpo brillante
como la luna, atrapada entre las ramas. Era una mariposa mágica llamada Filo, que había perdido
sus alas por un hechizo lanzado por una bruja malvada que vivía en las sombras del bosque.
Filo, con ojos llenos de tristeza, le contó a Lira que la bruja había maldecido a todas las criaturas
mágicas del bosque, robándoles sus poderes. La pequeña mariposa, incapaz de volar sin sus alas,
le pidió ayuda a Lira.
Sin pensarlo dos veces, Lira decidió ayudar a Filo. A pesar de que la bruja estaba muy poderosa,
Lira sabía que el amor y la bondad siempre podían derrotar al mal. Juntas, emprendieron un viaje
para encontrar la fuente del hechizo, en lo profundo del bosque donde la bruja vivía.
En su viaje, se encontraron con varios desafíos: cruzaron ríos embrujados, atravesaron bosques
oscuros y enfrentaron criaturas temibles. Sin embargo, la bondad de Lira y el coraje de Filo los
ayudaron a superar cada obstáculo. Un día, llegaron finalmente al castillo de la bruja, una torre
oscura rodeada de niebla.
La bruja, al verlas llegar, rió con malicia, pero Lira, con su corazón lleno de valentía, le habló con
dulzura: "La oscuridad que has sembrado en este bosque puede ser vencida con amor. Te ofrezco
una oportunidad para cambiar."
La bruja, sorprendida por su amabilidad, comenzó a dudar de su propio corazón. En un destello de
luz, el hechizo se rompió. La maldición que había caído sobre las criaturas mágicas se levantó, y las
alas de Filo volvieron a brillar con fuerza. La bruja, tocada por la bondad de Lira, se transformó en
una hada benévola, dispuesta a proteger el bosque.
Desde ese día, el bosque floreció más que nunca, y las criaturas mágicas vivieron en armonía. Lira y
Filo se convirtieron en grandes amigas, y juntas siguieron cuidando el reino, demostrando que la
magia más poderosa de todas es la bondad que reside en los corazones puros.
Y así, en el reino de los sueños, la paz y la magia prevalecieron para siempre.
