Introducción
La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en la administración pública está
transformando la forma en que se manejan los servicios públicos, permitiendo a los
gobiernos hacer que sus procesos sean más eficientes, transparentes y accesibles
para todos. En esta era de digitalización, la IA se ha convertido en una herramienta
clave para resolver problemas complejos, como el uso óptimo de los recursos, la
gestión de datos y la personalización de servicios. No solo responde a los avances
tecnológicos, sino también a las expectativas de los ciudadanos, que demandan
servicios públicos más rápidos, eficientes y ajustados a sus necesidades. La IA está
ayudando a modernizar los procesos gubernamentales, mejorando así la relación
entre el Estado y la sociedad.
En pocas palabras, la inteligencia artificial es una tecnología que permite a las
máquinas realizar tareas que requieren inteligencia humana, como aprender, resolver
problemas y tomar decisiones. En la administración pública, se utiliza en áreas como
la gestión de datos, el análisis predictivo y la automatización de procesos, reduciendo
tiempos de espera y haciendo los servicios más eficientes. También facilita el análisis
de grandes cantidades de información, lo que ayuda a tomar decisiones informadas y
proactivas. Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden identificar patrones de
comportamiento para anticipar las demandas de servicios públicos, detectar áreas de
riesgo o incluso mejorar la seguridad ciudadana a través de sistemas de vigilancia
inteligentes.
Marco Normativo Actual
La inteligencia artificial (IA) está cambiando varios sectores, y su aplicación en el
sector público puede mejorar la eficiencia y accesibilidad de los servicios. En Perú,
existen leyes que aseguran su uso responsable y respetuoso con los derechos de las
personas.
La Ley de Protección de Datos Personales (Ley N° 29733) garantiza que la
información personal de los ciudadanos se use de manera segura y con permiso. Por
ejemplo, en el sector salud, los sistemas de IA deben respetar la privacidad de los
datos.
La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ley N° 27806) exige que
las instituciones públicas sean claras en cómo utilizan la IA. Esto permite a los
ciudadanos conocer cómo se usan sus datos y cuestionar decisiones automatizadas.
Aunque no hay una ley específica sobre ciberseguridad, Perú sigue recomendaciones
internacionales para proteger la infraestructura tecnológica. La IA en el sector público
debe ser resistente a ataques, dado que maneja datos sensibles. Un sistema
vulnerable podría comprometer la seguridad y privacidad de los ciudadanos.
También están surgiendo normas éticas para evitar el mal uso de la IA y prevenir
sesgos o decisiones injustas. Estas regulaciones buscan garantizar que la IA se
aplique respetando los derechos humanos, y en el futuro, se podrían desarrollar leyes
más específicas sobre este tema.
La Ley de Firmas y Certificados Digitales (Ley N° 27269) facilita el uso seguro de
medios electrónicos en el sector público. La IA a menudo requiere certificados digitales
para verificar la identidad de las personas, asegurando que los trámites en línea sean
seguros y protegidos.
Casos de Uso en Perú
La inteligencia artificial (IA) está teniendo un impacto significativo en el sector público
en Perú, mejorando la eficiencia y el acceso a servicios. Instituciones como Reniec y
Sunat han implementado chatbots para responder preguntas frecuentes, asistir en
trámites online y orientar a los ciudadanos en procesos administrativos. Estos chatbots
están disponibles las 24 horas, facilitando el acceso a información sin necesidad de
desplazarse. Como resultado, se ha reducido el tiempo de espera y aligerado la carga
en las oficinas de atención, aunque los chatbots a veces tienen dificultades para
entender preguntas mal formuladas y es necesario mantenerlos actualizados para
garantizar respuestas precisas.
En cuanto a seguridad ciudadana, ciudades como Lima y Trujillo están utilizando IA
para analizar datos sobre criminalidad y predecir áreas de alto riesgo. Esto permite
que la policía se enfoque en zonas vulnerables y que algunas cámaras de vigilancia
detecten situaciones sospechosas en tiempo real. Con esta tecnología, la policía
puede reaccionar más rápido y cubrir mejor las zonas de mayor criminalidad. Sin
embargo, los costos de instalación y mantenimiento son altos y almacenar los datos
requiere infraestructura avanzada, además de proteger la privacidad de las personas.
Durante la pandemia de COVID-19, el Ministerio de Salud (MINSA) utilizó IA para
predecir las zonas de mayor riesgo de contagio y distribuir mejor los recursos médicos
como camas UCI y ventiladores. Esta tecnología permitió una mejor planificación de
los recursos, pero depende de datos de alta calidad, que aún son difíciles de obtener
en algunas regiones.
En áreas con escasez de agua, la IA se utiliza para monitorear el consumo y predecir
sequías o contaminación. Esto ayuda a tomar decisiones anticipadas para asegurar el
abastecimiento en comunidades vulnerables y mejorar la gestión del agua. A pesar de
los avances, las zonas rurales requieren más sensores y monitoreo constante, y es
necesario personal capacitado para interpretar los datos.
Aunque los resultados han sido positivos, el uso de IA enfrenta desafíos importantes,
como el acceso a datos completos y precisos, los costos de implementación, la falta
de personal capacitado y la necesidad de proteger la privacidad de las personas.
Además, se requiere un marco ético y normativo claro para el uso de la IA. En
resumen, aunque la IA está demostrando su utilidad en el sector público en Perú, aún
queda trabajo por hacer para superar estos desafíos y lograr una implementación más
efectiva y sostenible.
Legislación comparada
Estonia es líder en el uso de tecnologías digitales en el gobierno, implementando un
sistema de administración electrónica desde principios de los 2000, que permite a los
ciudadanos realizar trámites en línea como votar, acceder a servicios de salud y
gestionar impuestos. La inteligencia artificial (IA) se utiliza en áreas como la salud, el
sistema judicial y la administración fiscal, apoyada por la Plataforma X-Road, que
permite el intercambio seguro de datos entre instituciones.
Estonia tiene una legislación robusta para proteger los datos personales y asegurar
transacciones electrónicas, como la Ley de Protección de Datos Personales y la Ley
de Firma Digital. Además, ha creado regulaciones flexibles que permiten incorporar
nuevas tecnologías como la IA de forma ágil. Para minimizar riesgos como los sesgos
algorítmicos, Estonia promueve la responsabilidad y explicabilidad de los algoritmos, y
enfoca en la inclusión digital para garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder
y comprender las tecnologías. La transparencia es clave en el modelo estonio,
permitiendo que los ciudadanos controlen cómo se usa su información a través de un
portal digital.
Estonia ha logrado combinar innovación con protección de derechos. Para Perú, esto
significa crear una legislación más sólida sobre protección de datos y fomentar la
transparencia y la responsabilidad ética en el uso de la IA. Además, es crucial mejorar
la infraestructura tecnológica y la capacitación del personal público para gestionar
estas tecnologías. El modelo de Estonia ofrece importantes lecciones sobre cómo
integrar la IA de manera segura y ética en la administración pública. Perú podría
avanzar en esta dirección fortaleciendo su marco normativo y asegurando que el uso
de la IA no comprometa los derechos ciudadanos.
Implicaciones Éticas y Legales
El uso de la inteligencia artificial (IA) en la administración pública plantea varias
preocupaciones éticas y legales. Una de las principales inquietudes es el sesgo
algorítmico, donde los algoritmos pueden tomar decisiones que no son neutrales,
afectando de manera desigual a ciertos grupos de la población. Esto puede ocurrir si
los datos utilizados para entrenar la IA están sesgados, lo que puede perpetuar
desigualdades existentes. Además, la privacidad de los ciudadanos es otra
preocupación crucial, ya que la IA a menudo requiere acceder a grandes cantidades
de datos personales para funcionar correctamente. Esto plantea riesgos de violaciones
de privacidad y el uso indebido de la información personal, especialmente si no existen
mecanismos adecuados de control.
Para abordar estos desafíos, es necesario crear un marco legal robusto que regule el
uso de la IA en la administración pública. Este marco debe incluir principios de
transparencia, garantizando que los ciudadanos comprendan cómo se utilizan sus
datos y cómo se toman las decisiones automatizadas. También es fundamental incluir
medidas para prevenir los sesgos algorítmicos, como la auditoría constante de los
sistemas de IA y la implementación de mecanismos de control por parte de
organismos independientes. Además, se debe asegurar que las decisiones
automatizadas puedan ser explicadas y justificadas, para evitar que los ciudadanos
sean perjudicados por decisiones opacas o difíciles de entender.
Opinión crítica, Conclusiones y Recomendaciones
Aunque la inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para mejorar la
administración pública, también conlleva riesgos que no podemos pasar por alto. Es
importante que su implementación se haga con cautela para proteger los derechos
fundamentales de las personas, como su derecho a la privacidad y a no ser
discriminados. Si no contamos con un marco legal claro y actualizado, se podría
generar desconfianza en la población, lo que afectaría la eficacia de estos sistemas y
su aceptación.
Mirando hacia el futuro de la IA en la administración pública en Perú, es fundamental
adoptar un enfoque gradual. Esto nos permitirá evaluar los impactos sociales y
económicos de estas tecnologías antes de implementarlas de forma masiva. La
formación digital de la ciudadanía y la capacitación del personal público son claves
para asegurar que las autoridades gestionen estos sistemas de manera ética y
responsable.
Las políticas públicas deben enfocarse en promover una implementación responsable
de la IA, donde la equidad, la transparencia y la rendición de cuentas sean prioritarias.
El gobierno peruano necesita desarrollar leyes que protejan adecuadamente los datos
personales y definan principios éticos claros para el uso de la IA. Además, es
importante fomentar la colaboración entre el sector público y privado, para garantizar
que los sistemas de IA sean inclusivos, respetando la diversidad de la población y
evitando sesgos que puedan perjudicar a ciertos grupos.
Referencias
Russell, S., & Norvig, P. (2016). Inteligencia artificial: Un enfoque moderno (3.ª ed.).
Pearson Educación.
O'Neil, C. (2016). Armas de destrucción matemática: Cómo los grandes datos
aumentan la desigualdad y amenazan la democracia. Editorial Crown.
Ministerio de Transformación Digital del Perú. (2021). Informe sobre el uso de
tecnologías digitales en la administración pública peruana. Gobierno del Perú.
https://www.gob.pe
uger, G. F. (2009). Inteligencia artificial: Estructuras y estrategias para la resolución
compleja de problemas (6.ª ed.). Pearson Educación.
Nilsson, N. J. (1998). Artificial intelligence: A new synthesis. Morgan Kaufmann.