Productividad Total de Factores A Nivel Empresa: Producción de Leche 2000-2022
Productividad Total de Factores A Nivel Empresa: Producción de Leche 2000-2022
Buenos Aires
Argentina
Serie
DOCUMENTOS DE TRABAJO
Diciembre 2024
Nro. 886
https://ucema.edu.ar/publicaciones/doc_trabajo.php
UCEMA: Av. Córdoba 374, C1054AAP Buenos Aires, Argentina
ISSN 1668-4575 (impreso), ISSN 1668-4583 (en línea)
Editor: Jorge M. Streb; Coordinador del Departamento de Investigaciones: Maximiliano Ivickas
Productividad Total de Factores a Nivel Empresa:
Producción de Leche 2000-2022
Autores:
Correos electrónicos:
1
Resumen
Abstract
The focus of this paper is changes in factor use and productivity of a group of milk producing
firms belonging to the CREA movement (Consorcios Regionales de Experimentación
Agricola) in Argentina. An unbalanced panel of some 550 firms (n = 3710) covering the 2000-
2022 period is used for empirical analysis.
The paper presents evidence of changes in relative prices, factor use, substitution between
capital and land, and Total Factor Productivity (TFP). A TFP growth of 1.1 percent per year is
found for the general sample used here. This results contrast with the 0.17 percent TFP growth
found by Galetto and Gastaldi (2024) for a sample of farms more representative of the overall
milk Argentine production sector. If these results are valid, CREA farms are attaining
considerably higher efficiency gains than the average producer.
2
Productividad Total de Factores a Nivel Empresa:
Producción de Leche 2000-2022
I. Introducción
1
Las opiniones vertidas en este trabajo son de los autores y no de las instituciones a las cuales están
afiliados. Se agradece a Maria Luján Rodríguez por la valiosa ayuda para la elaboración de la base de
datos.
3
II. Dinámica reciente, tecnología y proceso decisorio
Dinámica reciente
En las últimas dos décadas el sector productor de leche argentino experimentó profundos
cambios. Mientras que el rodeo lechero se redujo en forma importante (15 por ciento), en el
mismo período la producción total aumentó un 20 por ciento. Esto es resultado de un aumento
de 40 por ciento en la producción por vaca, que entre el 2005 y el 2023 pasó de 5.000 a 7100
lts por cabeza. Estos cambios fueron acompañados de una caída en el número de unidades
productoras, que pasaron de unas 18.000 en 1998, a 10.000 en 2020. La reducción en el número
de tambos muestra cierta desaceleración, pasando de 3 por ciento anual en el período 1998-
2012 a 1.5 por ciento por año entre el 2012 y el 2020. Pese a la importante caída en unidades
productivas, en el período 2008-2023 y a nivel nacional el número de vacas por empresa se ha
mantenido en las 150-160 animales (OCLA, año). El “aumento de tamaño” de las empresas
ocurre entonces por mayor intensificación a nivel empresa (insumos por vaca) y eventualmente
mayor eficiencia, y no por mayor tamaño de rodeo. En que medida se logran reducciones de
costo en función del tamaño resulta un tema de considerable relevancia para el cual no existen,
sin embargo, respuestas confiables.
Tecnología
4
uso de concentrados (de 16 a 32 por ciento de la dieta) y aumentó en forma explosiva el uso de
silaje de maíz, pasando de menos del 5 % en 1970, a 32 por ciento cincuenta años más tarde.2
Galetto y Gastaldi (2024) presentan una evolución de la tecnología empleada en tambos
argentinos desde fines de la década de 1950 hasta el año 2022 – siete décadas de historia
empresarial del sector. Al no ser aleatoria, la muestra empleada no necesariamente es
representativa del sector. Sin embargo, los resultados que presentan resultan de considerable
valor como indicadores generales de evolución. El uso de pasturas y verdeos pasó del 96 por
ciento de la dieta en la década de 1960, a 70 por ciento en la de 1990 y 2000, cayendo a 40 por
ciento en 2022. Con variaciones entre períodos, el 60 por ciento restante se reparte
aproximadamente en partes iguales entre concentrados y silajes. La caída en la participación
de forrajes ocurre en forma especialmente marcada a partir del año 2000, pasando de 72 por
ciento en 2001/02, a 34 por ciento en el 2008. Esta caída en la participación de los forrajes
ocurre en forma casi simultánea con el importante aumento (+ 35 por ciento) en la superficie
sembrada con cultivos ocurrida en la década que comenzó en el año 2000.
Analizar aspectos relativos a cambio tecnológico y eficiencia de producción (brecha
entre lo lograble y lo logrado) requiere primero conceptualizar, aún en forma muy simplificada,
la naturaleza de las decisiones que enfrenta el productor lechero. Al respecto, los siguientes
aspectos ameritan especial atención:
El mayor componente del costo del tambo es aquel representado por alimentación del
rodeo. Este costo se desglosa en forrajes pastoreados en forma directa, por un lado, y
suplementos (fundamentalmente concentrados y silaje), por otro. La importancia de
cada categoría varía según el tipo de tambo, pero como se mencionó, concentrados y
silaje están en franco aumento vis-à-vis pasturas y verdeos.
Son escasos los estudios respecto a la relación existente entre tamaño de rodeo y valor
de inversión en instalaciones. Una excepción es un trabajo de INTA, según el cual el
costo de inversión representado por instalaciones convencionales desciende
2
Datos del CREA Navarro obtenidos del sitio Dairylando © del Ing. Marcos Snyder.
3
Algunos observadores opinan que la robotización reduce solo parcialmente el uso de trabajo. Lo que
permite es hacer menos sacrificada la tarea, facilitando de esta forma reclutamiento de personal
idóneo. O, usando la jerga de economía laboral, reduce el “diferencial compensatorio” necesario para
atraer al factor trabajo.
5
aproximadamente 35 por ciento (y a un ritmo decreciente) al pasar de tambos de unas
70 a 240 vacas.4 Cómo evoluciona la necesidad de inversión en tambos de mayor
tamaño resulta un tema importante a analizar ya que éste es uno de los determinantes
de retornos a tamaño en este tipo de empresas. 5
En el caso del tambo los factores variables (fundamente concentrados, silaje, personal y
“gastos” varios de diverso tipo) se combinan con capital en forma de rodeo lechero, inversiones
en instalaciones, mejoras y pasturas. En forma esquemática la función de producción queda
representada entonces por:
Donde Q es el producto, < X1, …Xh > insumos variables cuyo nivel el productor decide en
general dentro de un período relativamente corto, y < Xi,….Xk > son insumos “fijos” cuyo
nivel puede ser modificado sólo transcurrido cierto tiempo. Un ejemplo de este último tipo de
son las instalaciones de tambo, donde restricciones de capital unidas a indivisibilidades propias
de los equipos permiten cambios a intervalos discretos, y no ajustes en respuesta a cambiantes
situaciones interanuales de precios relativos. En cuanto al rodeo lechero, el productor puede
reducir el número de animales (por ejemplo, “secado anticipado” de vacas si las condiciones
de precios no son favorables). Sin embargo, para aumentar el tamaño del rodeo deberá contar
con capital suficiente, o asociarse con un tercero (“alquiler de vacas”). Ambas alternativas
enfrentan – al menos en el corto plazo – restricciones o “costos de adaptación”.
El planteo más sencillo es suponer que en el ciclo productivo anual el productor puede
decidir el nivel y combinación “optima” de los insumos “variables” <X1, …Xh>
(fundamentalmente alimentos concentrados, silajes, personal y gastos varios) mientras que los
representados por <Xi,….Xk> evolucionan de acuerdo a un proceso “adaptativo” que resulta de
decisiones de inversión con mayor o menor rezago. El proceso adaptativo resulta en una
paulatina convergencia entre el stock de recursos fijos existentes en un momento en el tiempo
<Xit,….Xkt> y la stock considerado “óptimo” por la empresa: <Xit*….Xkt*>.
4
Taverna y otros (2017).
5
José Quintana estima en unos US$ 2.800 – 3.000 el costo por vaca de sistemas estabulados (Márgenes
Agropecuarios, fecha). Sin embargo, no presenta evidencia sobre si este costo es exactamente
proporcional al número de vacas, o existe algún tipo de no-linealidad o “saltos” causados por
indivisibilidades.
6
Evaluar eficiencia de empresas (“distancia a la frontera”) o cambios de productividad
total de factores (PTF) requiere estimación de los recursos <X1, …Xh| Xi,….Xk> empleados.
Pero en muchos casos (incluyendo el que forma la base del análisis empírico que presentamos)
los datos – en particular de los insumos “fijos” está en el mejor de los casos incompleto. Pero
el impacto de estos recursos resulta importante: por ejemplo, mejores instalaciones aceleran el
proceso de ordeñe, mejoran el bienestar animal con notable impacto sobre productividad (agua,
sombra, ventilación) y mejoran la producción y aprovechamiento de forraje. La calidad
genética del rodeo lechero tiene asimismo impacto sobre la productividad, en particular en
planteos intensivos semi- o totalmente estabulados.
El modelo microeconómico convencional de la empresa parte del supuesto de que el
productor es “eficiente” en el sentido de que logra máxima producción dado el nivel de insumos
empleados. Resulta claro, sin embargo, que el “cómo” se emplean insumos resulta tan
importante como “cuanto” se emplea de éstos. El concepto de “adopción de tecnologías” resulta
entonces importante como marco de referencia relativo a este tema. En algunos casos estas
tecnologías suponen uso de insumos convencionales, en otros sin embargo implican formas de
organizar procesos productivos. Como ejemplo, para el caso del tambo:6
6
Adaptado de Engler y Cuatrin (2024)
7
Donde Z representa un índice del grado en que el conjunto de estos insumos no convencionales
en el proceso productivo. Las estimaciones convencionales de productividad en general
registran producción Q, uso de insumos variables convencionales <X1, …Xh|> y en menor
medida o con mayor grado de error, stock de factores fijos <Xi,….Xk>. Los insumos no
convencionales (Z) quedan en general excluidos. Los diferenciales de producción entre dos
empresas que usan exactamente el mismo vector de insumos <X1, …Xh| Xi,….Xk> se explica
no sólo por factores aleatorios que afectan el proceso productivo sino por el conjunto de
factores no-convencionales empleados.
Relacionado al uso de los factores representados por la variable Z dos aspectos ameritan
ser señalados. En primer lugar, su empleo supone un costo por un lado explícito (ejemplo pagos
por servicios de inseminación artificial) y por otro de tiempo gerencial (aprendizaje, consulta
a referentes, imitación). Segundo, estos costos (por unidad de producto) pueden ser
decrecientes, por lo menos hasta cierto nivel: el tiempo necesario para identificar información
relevante, procesarla y adaptarla a las circunstancias particulares de la empresa puede ser diferir
poco entre una empresa que produce Q o 1.5xQ. Además, el impacto del empleo de estos
factores Z será obviamente mayor en la empresa de mayor nivel de producción.
Numerosos trabajos señalan diferencias en el grado de adopción de factores de
producción en empresas tamberas, sean estos convencionales o no convencionales. Por ejemplo
Engler y Cuartin (2024) muestran que en empresas tamberas de la pradera pampeana los valores
de adopción de prácticas seleccionadas para el cuartil inferior (QI) y el cuartil superior (QS)
son, respectivamente: control lechero QI = 50 QS = 80, semen sexado QI = 40 QS= 50,
detección de celos QI = 25, QS = 50 sombra en corrales QI = 40 QS = 70, registros de
producción QI = 40 QS = 75.7 Los diferentes patrones de uso de factores tiene como resultado
una duplicación en la productividad de la tierra, y un aumento del orden del 150 por ciento en
los litros libres de costo de alimentación.
Como se mencionó, los aparentes “desequilibrios” de resultados como los anteriores
pueden ser consecuencia de una ecuación Beneficio/Costo menos favorable en las empresas
del QI (debida a “costos fijos” de adopción). Aun cuando la relación Beneficio/Costo sea
favorable restricciones de capital o diferenciales de capacidad de gerenciamiento del productor
pueden limitar adopción del “paquete” representado por Z. El hecho de que el impacto de cada
una de estas tecnologías depende estrechamente de la adopción o no adopción de otras exacerba
el impacto tanto de limitantes de capital como también de conocimiento o habilidades. Por
7
Adaptado de Figura 1 de las autoras.
8
ejemplo, el aumento de producción resultante del uso de ventiladores o aspersores será mayor
en un rodeo de mayor que en uno de menor potencial genético. Pero el mejoramiento del rodeo
requiere el uso de inseminación artificial, de control lechero y ocurre luego de un considerable
rezago temporal. Asimismo, el impacto sobre producción del diseño mas preciso de una ración
elaborada por un mixer con balanza también aumentará con el volumen de ración procesado
por la misma.8
La no adopción o adopción parcial de prácticas sobre las que existe consenso sobre su
conveniencia puede también deberse a razones asociadas a las características de la unidad
empresa-familia productora. En el clásico texto de economía de la producción agropecuaria
Earl Heady señala que en empresas familiares la “función objetivo” planteada es más compleja
que la de maximización de beneficios convencionalmente estimados. Balance de ingresos con
ocio o con acotar riesgos, razones de prestigio o preferencia por ciertas actividades juegan un
rol relevante. Las decisiones de consumo no pueden separarse de las de producción, sino que
se toman en forma conjunta (Heady, 1952 Cap 14). Al respecto, el trabajo de Gastaldi, Galetto
y Pace Guerrero (2023) analiza determinantes de éxodo de la actividad lechera, encontrando
que la edad del productor, el uso de trabajo contratado, la exposición a riesgo productivo y la
eficiencia técnica lograda (que depende del grado en que se adoptan “procesos recomendados”)
son predictores de la decisión de no-continuar con la actividad. Los autores encuentran que
menor eficiencia aumenta las posibilidades de éxodo. Sin embargo, otra posibilidad es que es
la intención de éxodo la que determina menor retorno a la adopción de “prácticas
recomendadas” (y por ende menor eficiencia). Esto pues estas prácticas tienen retornos
rezagados en el tiempo, que podrán ser capturados solo parcialmente por el productor que
abandona la actividad.
Proceso Decisorio
8
Se podría modelizar la variable Z como una “sub-función de producción” Z = min [α1z1, α2z2,…., αnzn]
donde las variables zi representan distintas “técnicas” o “procesos”. Si para cierta técnica zi = 0, Z
tomará valor de 0, lo cual implica que el “paquete” no logra impacto sobre la producción. Si hay
“adopción parcial” el impacto estará limitado por aquella práctica que opera a un nivel menor al óptimo
– de hecho, la empresa verá sus resultados caer por estar “gastando de más” en técnicas que no pueden
manifestar todo su potencial.
9
suplementarios (concentrados y reservas) y las condiciones climáticas que afectan la cantidad
y calidad de forraje disponible. Las decisiones de corto plazo giran alrededor de: (i) minimizar
costo de alimentación para cierto objetivo de producción, y (ii) ajustar este objetivo productivo
a cambiantes precio relativos entre la leche y los diversos alimentos disponibles.
La relevancia de distintos aspectos de la economía de la empresa tambera puede ser
evaluada a través de la frecuencia con que diversos tópicos son abordados en revistas
especializadas (Figura 1).9
25
20
% del total
15
10
9
Los datos del gráfico fueron obtenidos a partir de relevamiento de notas mensuales publicadas en la
revista Márgenes Agropecuarios (septiembre 2020 a octubre 2024, autoría J.R.Quintana).
10
rodeos lecheros, de que estos temas ya “están instalados” entre los productores, o ambas cosas
a la vez.
La excepcional sequía que se abatió sobre la Pradera Pampeana durante 2022 gatilló
necesidad de ajuste, lo cual se reflejó en creciente atención por parte de los observadores sobre
este tema. La sequía tuvo consecuencias no sólo en el período puntual de ocurrencia, sino en
forma rezagada: a la fuerte caída en la producción de pasturas con su impacto inmediato, se
suma la de silaje con consecuencias para el período inmediato posterior: por ejemplo, remplazo
de maíz temprano (ensilado a fines de enero) por maíz tardío (ensilado en marzo) atrasa o
imposibilita siembra en tiempo de pasturas y verdeos.
En este tipo de situaciones la decisión a tomar gira alrededor de hasta adonde aceptar
caídas de producción resultado de la menor disponibilidad forrajera, o alternativamente
incrementar el uso de alimentos (concentrados y rollos) adquiridos en el mercado. Si bien el
resultado de cada alternativa depende de condiciones particulares, en la situación extrema
causada por la sequía de 2022/23, la relación Beneficio/Costo de utilizar alimento adicional se
estimaba del orden de 3.5:1 (Quintana, 2022), con lo cual la opción de “no hacer nada”,
permitiendo que la producción caiga no resultaba apropiada.
Precios relativos
250
200
150
100
50
0
2002 2007 2012 2017 2022
10
La serie de índices de Márgenes Brutos es producida por el Instituto de Economía de INTA en base a
datos de la revista Márgenes Agropecuarios.
13
Los resultados muestran un fuerte aumento de este precio relativo 2002-2014 – mas de una
década de fuerte incentivo para aumentar el uso de concentrado reduciendo el de tierra. El
precio relativo luego cae, pero de todos modos en general resulta más alto (entre 0 y 50 por
ciento) que el del inicio de la serie. En definitiva, el uso de concentrados de abarató en
comparación con el uso de tierra. 11
El precio relativo entre el costo de oportunidad de usar tierra (COT) y concentrados (C)
puede expresarse como:
11
El margen agrícola obviamente guarda una relación positiva con los precios. Pero a lo largo del tiempo
esta relación puede no ser 1:1: por mejoras tecnológicas, el margen puede aumentar más que lo que
aumentan los precios, con la consecuencia de que el precio relativo (ratio margen/concentrado) cae.
14
Concentrado/Novillo para el período comenzando en 1990.12 Para el fin del período
considerado, estos precios relativos son entre un 20 y hasta 40 por ciento menores que los
existentes al inicio de la serie. Esta caída en el precio Concentrados/Leche que parece haber
ocurrido desde 1990, puede explicar el importante aumento no solo en la importancia de estos
alimentos en la producción lechera, sino también el crecimiento de el sistema de engorde a
corral (feedlots) en ganadería. Los incrementos en la producción porcina y (especialmente)
aviar ocurridos en las últimas décadas pueden estar también relacionadas a la caída de precio
de estos alimentos.
60 Concentrado/Novillo
40
20
0
1990 2000 2010 2020
12
Se incluye en precio Concentrado/Novillo ya que los tambos obtienen una porción de sus ingresos – si
bien menor – por la venta de animales para faena.
15
Contribuye también a la reducción del costo de cosecha mecánica el desarrollo de
servicios de contratistas forrajeros: la superficie cosechada para silo (extrapolando la serie que
inicia en 2006) creció desde valores de unas 100.000 hectáreas a comienzos de la década del
2000, a 2 millones de hectáreas dos décadas más tarde.13 Lo ocurrido representa para los tambos
un caso de “economías externas”: aumento del precio relativos tierra/concentrados induce a
tecnologías ahorradoras de tierra. Sumado a esto, caída en el precio relativo concentrados/leche
resulta en “intensificación” productiva, con consiguiente aumento de demanda de silaje. El
siguiente esquema muestra el proceso de estas economías externas asociadas al desarrollo de
un sector especializado en procesamiento forrajero.
La consecuencia de lo anterior es caída de precio y aumento de calidad de servicios
forrajeros orientados a actividades ganaderas (leche y carne). Mientras continúe la posibilidad
de rentas para este sector, continúa el flujo de inversiones hacia el mismo, convergiendo el
precio de los servicios al mínimo costo de producción de éstos. El beneficiario directo es el
productor ganadero, sea de leche o carne.
13
La figura muestra hectáreas de silaje para producción tanto de carne como de leche. Esta última
representa aproximadamente 45 - 50 por ciento del total.
16
Sustitución de factores
Ante cambio de precios relativos, el productor ajusta uso de factores a fin de minimizar costos.
Pero la posibilidad de ajuste depende de la facilidad con que un factor puede reemplazar a otro.
Por ejemplo, cuantas horas adicionales de trabajo (o dedicación gerencial) debe inyectarse a
fin de aumentar la eficiencia de cosecha de forraje en pie de (por ejemplo) 60 a 65 por ciento.
Como primera aproximación, y utilizando datos de presupuestos publicados en una
revista especializada, se analiza la sustitución resultante de “intensificar” la producción
14
pasando de un tambo pastoril a uno estabulado. El Cuadro 1 muestra un resumen de
resultados. La transición del sistema menos al más intensivo (pastoril a estabulado) requiere
aumentar el uso de diversas fuentes de capital y de trabajo, lo cual resulta por litro producido
en un aumento de costos (excluyendo tierra) del orden de 9-12 por ciento. Este incremento
permite una reducción del uso de la tierra de 43 – 35 por ciento. La “tasa de sustitución”
ΔCosto/ΔTierra es el cociente entre el cambio porcentual de costos dividido el cambio
porcentual en el uso de tierra, manteniendo constante producción. Esta toma valores del orden
de 21-27 por ciento: por cada 1 % de aumento en el uso de tierra (a la que se le aplica el uso de
factores del sistema “pastoril”, el uso de capital puede reducirse en 0.21 – 0.27 por ciento. A-
priori entonces, un aumento porcentual en el uso de tierra permite una reducción menos que
proporcional en el uso de diversas formas de capital.15
14
Notas publicadas por J.R.Quintana, Revista Márgenes Agropecuarios de Marzo y Noviembre 2024.
15
La “tasa de sustitución” que se presenta en el cuadro no es la denominada “Elasticidad de
Sustitución”. Esta última es una importante característica de los procesos productivos cuya estimación,
sin embargo, resulta compleja.
17
Cuadro 1: Sustitución de Factores
Marzo 2024
Si bien esta tasa sugiere la relativa “facilidad” de reemplazar un factor usando más del otro,
por sí misma no indica la combinación “óptima” factores. Esta depende no solo de cómo se
sustituyen los factores sino del precio de éstos. En el caso analizado aquí, suponiendo un precio
de la tierra (valor de alquiler) de US$ 400, pasar del sistema “pastoril” al “encerrado”, resulta
en un aumento de costos (por cada 10^4 lts) de US$ 200 - 330 y un “ahorro” en el uso de tierra
del orden de US$ 130. Dados los supuestos empleados en los cálculos, la “intensificación”
representada por el sistema encerrado no resulta entonces en reducción de costos. Las razones
por las cuales se observa una tendencia a sistemas más intensivos, cuando este (rudimentario)
análisis sugiere lo opuesto es un tema que amerita análisis mucho mas detallado que el que se
presente aquí. Surgen, sin embargo, las siguientes observaciones:
1. Los resultados están condicionados por los supuestos sobre productividad en uno y
otro caso. Al respecto, cuanto mayor sea este diferencial, menor será la diferencia
de costos por litro entre ambos sistemas, y menor será el “ahorro” de capital
permitido por un aumento en el uso de tierra.
18
3. El precio del factor tierra es proporcional al margen agrícola, lo cual a su vez
depende del precio de los granos. Aumento de éstos resulta en un aumento del costo
de usar tierra, pero también aumenta el costo de la alimentación basada en
concentrados y silaje. El aumento de eficiencia de producción de granos, por un
lado, en relación al de silaje por otro, es un factor relevante en tendencias futuras de
sistemas de producción lecheros.
La Productividad Total de Factores (PTF) se define como el cociente entre el producto obtenido
(Q) y el total de insumos empleado para obtenerlo. La PTF mide la eficiencia con la que
insumos se transforman en productos, y como tal, representa un importante parámetro para
analizar la producción de una empresa, de un sector o de la economía en su conjunto. Aumentos
en la PTF están asociados (a precios de insumos constantes) a caídas en los costos medios de
producción. En la agricultura argentina, el aumento en la PTF ha sido variable según el período
considerado: entre 1960 y 2010 se observó un aumento del 1.9 por ciento anual, siendo este
valor muy superior al de la producción ganadera, cuyo aumento no llegó al 0.5 por ciento por
año (Saini y Lema, 2015).
Aun contando con “buenas” bases de datos, la medición de PTF está sujeta a errores de
diverso tipo. En particular, algunos de los insumos empleados están medidos en valor (gasto
total) y no en cantidades físicas, que es lo relevante relativo a productividad. Aún cuando se
corrija por inflación, no se obtiene un índice “correcto” de insumos ya que los precios de estos
en general no acompañan perfectamente a los índices de precios que necesariamente son
altamente agregados.
El análisis realizado aquí define las siguientes variables para la estimación de PTF:
19
Conc = Toneladas de Materia Seca de Concentrados consumida anualmente
(toneladas)
Res = Toneladas de Materia Seca de Reservas consumidos anualmente
(toneladas)
Los insumos medidos en términos monetarios (Personal, RestoGD, GE) fueron deflactados
usando el IPIM (Índice de Productos Internos Mayoristas) del INDEC. Las empresas
analizadas producen leche, y como subproducto carne (animales rechazados, venta de terneros
y terneras o vaquillonas). En aras de la simplicidad, se omiten estos subproductos en los
cálculos. Para el caso de insumos, resulta necesario construir un índice que agregue los factores
de producción empleados, ponderados por su importancia relativa. Por su aceptación
generalizada en trabajos de este tipo, usamos aquí el Índice Törnqvist definido para la i-ésima
observación en el período “t” como:
ℎ
2 = Π
Donde Iit es el índice agregado de uso de insumo de la observación “i” en el período “t”, Xj es
el índice del insumo “j”, shj es la participación de este insumo en el costo total de producción
del período “t”. Este índice no utiliza ponderadores fijos para todo el período, sino que estos
varían de año a año de acuerdo a cómo cambia la importancia del insumo en el costo de
producción total. El índice es además multiplicativo, reflejando más adecuadamente la
tecnología de producción subyacente. El análisis de PTF a realizar busca contestar dos
preguntas:
1. Cual ha sido en cambio de PTF observado en las empresas tamberas del movimiento
CREA en el período 2000-2022.
20
2. Si existen diferencias en cuanto a evolución de PTF entre empresas que basan su
producción en sistemas mas dependientes en recursos forrajeros convencionales, en
comparación con las que optan por sistemas con mayor uso de concentrados y
reservas forrajeras.
Motivan las preguntas anteriores los importantes cambios observados, en las últimas dos
décadas, en producción por empresa, y tanto nivel como combinación de factores empleados.
El análisis se realiza utilizando dos bases de datos. La primera incluye los ejercicios 2000/01 –
2010/11, mientras que los ejercicios 2005/06-2022/23 están incluidos en la segunda. Ambas
bases comparten los ejercicios 2005/06-2010/11. La mayor parte de la discusión que sigue
utiliza los datos de la base 2005/22. Una vez analizados estos resultados, se hacen algunos
comentarios respecto a la evolución de la PTF en el período completo 2000/01-2022/23. Para
esto se “empalman” los resultados de las dos bases con las que se dispone.
Para el período 2005/06 – 2022/23 los Cuadros 2 y 3 muestran, respectivamente, evolución
de participación en el costo y evolución de producción y uso de insumos. Se pueden identificar
las siguientes tendencias generales:
Base 2005/06-2022/23
2005-09 0.07 0.13 0.27 0.11 0.13 0.18 0.12
22
3. Base 2 (sólo empresas con 14 o más años de registros: Los resultados (Base 2) muestran
que las empresas para las cuales existe un lapso (casi) continuo de años muestran un
comportamiento (en lo relativo a PTF) no muy distinto al de la base que donde no se
excluyen empresas en función de largo de permanencia: si bien la producción total de
las empresas de la Base 2 aumenta mas que las de las de la Base 1, el incremento de
insumos también lo hace, con lo cual la PTF hacia el final del período también toma un
valor de 110, ligeramente inferior al de 112 de la base que incluye todas las empresas.
Pero si bien los resultados evidencias no son concluyentes, alguna evidencia existe de
menor cambio de PTF en las empresas para las cuales existe una larga serie de datos.
Posible razón de esto es que partieron inicialmente de un nivel mas alto de
productividad.
Por último, se evalúa como se compara la evolución de PTF entre tambos que utilizan distintos
sistemas de producción. Para hacer esto, se divide la Base 1 en dos subconjuntos según se la
intensidad de uso de concentrados y de suplementos en la dieta. Se busca entonces evaluar
hasta donde el mayor o menos grado de ‘intensificación” del tambo (uso de alimentos
suplementarios al forraje cosechado por el animal) afecta la evolución de la productividad de
la empresa. Como criterio separador se utiliza el valor de 7.2 toneladas de Materia Seca Total
por Vaca Total (MST/VT). Este valor corresponde a la mediana (0.50 fractil) de esta variable
para el total de la muestra 2005-22.
4. Base 3: (MSTotal/VT < 7.2): Los tambos “pastoriles” (MSTotal/Vaca Total) < 7.2
muestran un aumento de producción del orden del 90 por ciento, lo cual, contrasta con
producción prácticamente inalterada en los tambos “intensivos” (MSTotal/Vaca Total
≥ 7.2). Pero los primeros aumentan mucho mas el uso de ciertos insumos (en particular,
personal, gastos directos y gastos de estructura), con lo cual el resultado final de una
caída en la PTF.
23
Los resultados de las Bases 3 y 4 ameritan mayor atención y deben ser tomados por el momento
como muy preliminares.
El análisis de la serie completa 2000-2022 ser realiza “empalmando” los resultados de
la serie 2000-2010 con los correspondientes a 2005-2022. Estos resultados deben tomarse con
cautela, en especial debido a que en algunos años de este periodo (en particular, 2000-2003)
pocas empresas presentaban datos. Dada esta advertencia, la Figura 4 muestra la evolución de
PTF a lo largo de los 23 años del período. Abstrayendo del ‘pico” de los años 2003-2006, hasta
2012 la PTF no parece mostrar una tendencia clara. A partir de ese período se registra una
recuperación o incluso aumento. Los dos últimos períodos pueden estar influidos por el
impacto de la sequía que afectó especialmente la campaña 2022/23, pero también en grado
menor la 2021/22. Entre 2016 y 2022 se observa un aumento significativo en la PTF, cuya
confiabilidad queda afectada por la falta de datos (de MS de concentrados y reservas) en los
ejercicios 2017/18 y 2018/19. Comparando los últimos 4 con los primeros 4 años, de la serie,
el incremento de PTF es del orden de 1.1 por ciento anual, valor mas alto que el 0.8 por ciento
hallado para la serie 2005/06 – 2022/23.
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precio relativo tierra/concentrados y (posiblemente) tierra/silaje induce a economizar tierra en
favor de los otros insumos.
Sin embargo, si bien cambios de precios relativos gatillan cambios en la proporción de
factores, no necesariamente resultan en cambios en los “shares” de estos. Esta participación en
el costo depende del grado en que el insumo contribuye a producto – la “elasticidad parcial”
del insumo en el proceso productivo y no de precios relativos. La pregunta entonces es si este
cambio en “shares” (entre concentrados y reservas, de aproximadamente 30- 35 por ciento al
comienzo del período a 50 y algo más al final) es indicativo de cambios en la tecnología
subyacente, y en particular de un aumento de la productividad de diversas formas de capital
asociadas a los alimentos suplementarios (concentrados, silajes, heno).
Una posibilidad – comentada en secciones previas de este trabajo – es que en el sector
productor lechero se llevó a cabo un proceso de “cambio tecnológico no-neutral”, que favoreció
mayor empleo de capital y en forma concomitante menor empleo de tierra. El concepto de
“cambio tecnológico inducido” desarrollado por Hayami y Ruttan (1971) puede servir para
comprender como cambios en la productividad agrícola gatillan cambios en costos de
oportunidad del uso de la tierra, lo cual a su vez cataliza la incorporación de tecnologías tanto
“duras” (máquinas) como de conocimientos que permitan economizar el uso de este factor cuyo
precio ha aumentado.
V. Comentarios finales
Este trabajo centra atención en la evolución a lo largo de casi dos décadas en la productividad
de un grupo de empresas productoras de leche. A modo introductorio, se presenta primero una
breve descripción de cambios ocurridos en el sector productor, del proceso decisorio, de
adopción de tecnología, y de los posibles impactos en cambios de precios relativos ocurridos
desde el 2000.
Se realiza un primer análisis de las posibilidades de sustitución entre diversas formas
de capital, por un lado, y tierra, por otro. El ejercicio tiene valor sólo ilustrativo de un aspecto
de la producción que resulta relevante para futura indagación: que posibilidades tiene es sector
de adaptarse a cambios en el precio relativo de la tierra con respecto a otros factores
productivos. Los resultados obtenidos muestran que un aumento en el uso de la tierra de 1 por
ciento permite la reducción en el uso de capital del 0.20 - 0.25 por ciento – un valor
considerablemente menor a la unidad y por ende inelástico. Los resultados también sugieren
que – dados precios de tierra (alquiler) e insumos similares a los de 2024, aumentar en uso de
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tierra, reduciendo el nivel de intensificación de ésta (sistemas “menos intensivos”, o “mas
pastoriles”) resultaría en reducción del costo de producir leche. Que la tendencia de muchas
empresas lecheras parece ser la opuesta puede obviamente deberse a los supuestos aquí
empleados. Una posibilidad es que – por diversas razones - para muchos productores resulta
más factible aumentar la producción “intensificado” que aumentando el uso de tierra. Mayor
facilidad de manejo del rodeo o menor desgaste por traslado de éste pueden ser algunas razones
(aunque estas razones, si los cálculos están bien realizados, ya deberían estar incorporados al
análisis). Aumentar el uso de tierra mediante alquiler requiere acuerdos contractuales
confiables, en especial si el arrendatario requiere realizar inversiones en pasturas, o mas aún
instalaciones de ordeñe y además, si no se planean nuevas instalaciones, se depende de lotes
vecinos al tambo existente.
El análisis de precios relativos muestra que la intensificación en el uso de la tierra no
es sólo producto de un aumento en el margen agrícola. En efecto, a este “efecto directo” se
suma una reducción en el precio relativo Concentrado/Tierra y también (por el desarrollo del
sector contratista de enfardado), un aumento en la disponibilidad de estos servicios con
(esperable) reducción de precios resultante de este proceso. Las tendencias de largo plazo
indican también una caída, si bien con altibajos, en el precio relativo Concentrado/Leche, lo
cual lleva a la intensificación en el uso de este insumo.
Los resultados obtenidos indican que si bien en el período 2005/06-2022/23 se lograron
importantes aumentos en la producción por tambo, por hectárea y por vaca; sin embargo, la
PTF aumentó a un ritmo de menos de 1 por ciento por año. Este resultado es consecuencia de
un fuerte incremento, en el período mencionado, en el uso de concentrados, de personal y de
los insumos incluidos en las categorías tanto de “gastos directo” como “gastos de estructura”.
Sin embargo, tomando toda la serie 2000/01-2022/23, el incremento de PTF es de 1.1 por ciento
anual, cifra menor que el reportado para la agricultura argentina, pero sin embargo no
despreciable.
Los resultados obtenidos pueden compararse con los bajos aumentos de PTF obtenidos
por Galetto y Gastaldi (2024), quienes reportan para 2001/02-2022/23 un aumento de PTF de
0.17 por ciento por año. De ser las estimaciones (tanto las de Galetto y Gastaldi, como las aquí
presentadas) un razonable reflejo de los que ocurre en el sector lechero argentino, se concluye
que las empresas pertenecientes al movimiento CREA han obtenido aumentos de PTF
considerablemente más altas a las del promedio general de empresas.
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VI. Referencias
2023. Gastaldi L., Galetto A., Pace I. Factors affecting exit intentions from dairy farming in
the Pampas region of Argentina. Economía Agraria y Recursos Naturales. Vol. 23 No. 2 (2023).
DOI: https://doi.org/10.7201/earn.2023.02.04
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Apéndice
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A.2 Índice de PTF
Como se describe en el trabajo, el cálculo de PTF se realiza tomando los litros de leche
(corregidos a 3.5 por ciento de grasa butirosa) como output de la empresa. Como inputs se
toman vacas totales, hectáreas (empleadas para vacas totales), materia seca (toneladas) de
concentrados, materia seca (toneladas) de reservas (silaje mas heno), gastos en personal,
gastos directos y gastos de estructura. Todos estos gastos valores en pesos convertidos a US$
oficial. La categoría “gastos directos” excluye gastos en concentrados y reservas (que ya
están contemplados como cantidades físicas). Tampoco incluye gastos de personal, que
también es una categoría separada.
El cálculo del índice de Törnqvist requiere estimación de la participación (“share”) de cada
insumo en el costo total. A fin de obtener estos shares se utilizan los siguientes supuestos
simplificadores:
Costo Total (US$) = Costo Tierra (US$) + Costo Rodeo (US$) + Costo Concentrados
+ Costo Reservas + Gastos de Personal + Gastos Directos + Gastos de Estructura.
Costo Tierra = Hectáreas x precio anual de la tierra en zona de invernada (en US$) x
0.04.16 Precio en US$ libres.
Costo Rodeo Lechero = Vacas Totales x 3300 x Precio Leche (en US$, promedio
anual) x 0.12. Se utiliza el supuesto de que el precio de una vaca lechera es
equivalente a unos 3.300 lts de leche.17 Precio en US$ oficiales.
“Shares” se calculan dividiendo cada categoría de costos por el costo total del año
correspondiente.
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Se toma el precio de la tierra en la zona de invernada como proxy para el precio de todas las zonas. No
contar con información detallada en calidad de suelo de cada empresa impide una estimación más
precisa d esta variable.
17
Comunicación personal Ing. José Luis Fernández Cisneros.
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