Crisis de 1929
Documento 1: “El crack según Groucho Marx”
“Muy pronto, un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo mi atención y la de mi
país. Era un asuntillo llamado mercado de valores. (Mi sueldo semanal en Cocoteros era
de unos dos mil, pero esto era calderilla en comparación con la pasta que ganaba
teóricamente en Wall Street).
Corrí hacia la habitación de Harpo. Le informé inmediatamente acerca de esta mina de
oro en potencia [...]. En el vestíbulo de este hotel están las oficinas de un agente de bolsa,
dijo, «espera a que me vista y correremos a comprar estas acciones antes de que se esparza
la noticia». «Harpo, dije, «¿estás loco? ¡Si esperamos hasta que te hayas vestido, estas
acciones pueden subir diez enteros!’. De modo que con mis ropas de calle y Harpo con su
bata, corrimos hacia el vestíbulo, entramos en el despacho del agente y en un santiamén
compramos acciones de la United Corporation por valor de ciento sesenta mil dólares, con
un margen del veinticinco por ciento [...]; si uno compraba ochenta mil dólares de acciones,
sólo tenía que pagar en efectivo veinte mil. El resto se le dejaba a deber al agente. [...].
El mercado siguió subiendo y lo más sorprendente del mercado, en 1929, era que nadie
vendía una sola acción. la gente compraba sin cesar [...].
Lamentaba desprenderme de cualquier acción, pues estaba seguro de que iban a doblar su
valor en pocos meses [...]. El fontanero, el carnicero, el panadero, el hombre del hielo, todos
anhelantes de hacerse ricos, arrojaban sus mezquinos salarios -y en muchos casos, sus
ahorros de todo la vida- en Wall Street [...].
Un día concreto, el mercado empezó a vacilar. Unos cuantos de los clientes más nerviosos
fueron presa del pánico y empezaron a descargarse [...]. Al principio las ventas se hacían
ordenadamente, pero pronto el pánico echó a un lado el buen juicio y todos empezaron a
lanzar al ruedo sus valores [...].
Luego el pánico alcanzó a los agentes de Bolsa, quienes empezaron a chillar reclamando los
márgenes adicionales y los agentes empezaron a vender acciones a cualquier precio [...].
Luego, un martes espectacular, Wall Street tiró la toalla y se derrumbó. Eso de la toalla es
una frase adecuada, porque para entonces todo el país estaba llorando. El día del
hundimiento final, mi amigo, Max Gordon me telefoneó desde Nueva York Todo lo que dijo
fue: ‘¡Marx, la broma ha terminado!’”
Documento 2: La crisis del liberalismo
“De hecho, los orgullosos Estados Unidos no solo no quedaron a salvo de las convulsiones
que sufrían otros continentes menos afortunados, sino que fueron el epicentro del mayor
terremoto mundial que ha sido medido nunca en la escala de Richter de los historiadores de
la economía [...].
1
Aquellos que se habían acostumbrado a trabajar intermitentemente o a atravesar por períodos
de desempleo cíclico, comenzaron a sentirse desesperados cuando, una vez hubieron gastado
sus primeros ahorros y agotado el crédito en las tiendas de alimentos, veían imposible
encontrar un trabajo [...]. La imagen dominante en la época era la de los comedores de
beneficencia y la de los ejércitos de desempleados que desde los centros fabriles donde los
barcos y el acero habían dejado de fabricarse, convergían hacia las capitales para denunciar a
los que creían responsables de la situación.”
Documento 3: Fotografías
4. Manifestantes protestan por el cierre de los
1 Una multitud angustiada se reúne frente a la bancos en 1931.
Bolsa de Wall Street el Jueves Negro.
5. Marcha de desempleados en Washington que
2. Un especulador vende su auto, tras haber protestaban por la falta de trabajo, desayunando en
“perdido todo en la Bolsa”. la calle.
3. Un policía anuncia el cierre de un banco ante 6. Veteranos de la Primera Guerra Mundial se
una multitud desesperada que perdió todos sus trasladan a vivir en casas precarizadas.
ahorros.