0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas20 páginas

Incumplimiento de Obligaciones Laborales Lapso Par Invocar Causal de Despido

Cargado por

iaim.tecnologia
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOC, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas20 páginas

Incumplimiento de Obligaciones Laborales Lapso Par Invocar Causal de Despido

Cargado por

iaim.tecnologia
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOC, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 20

Casación Social 15/04/2015

Mónica Misticchio Tortorella 0229

Rafael Ramón González contra Administradora Rescarven, C.A.

RESUMEN

MATERIA CRITERIO ESTABLECIDO


Incumplimiento de El incumplimiento de obligaciones laborales únicamente podrá
obligaciones alegarse como causal de terminación de relación laboral, en el
laborales (casual de supuesto que no transcurra un tiempo superior a treinta (30) días.
terminación y lapso)
Ponencia de la Magistrada Dra. MÓNICA GIOCONDA MISTICCHIO TORTORELLA

En el proceso que por cobro de acreencias laborales sigue el ciudadano RAFAEL


RAMÓN GONZÁLEZ, titular de la cédula de identidad N° 6.065.094, representado
judicialmente por los abogados Sandra Álvarez de Escalona y Freddy Álvarez Berneé,
inscritos en el INPREABOGADO bajo los N os 7.594 y 10.040, respectivamente, contra la
sociedad mercantil ADMINISTRADORA RESCARVEN, C.A., anotada en el “Registro
Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, en
fecha 2 de febrero de 1989, bajo el N° 22, Tomo 29-A-Sgdo.”, representada en juicio por
la abogada Carolina Bello Couselo, con INPREABOGADO N° 118.271; el Juzgado Octavo
Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
mediante sentencia publicada el 15 de marzo de 2012, declaró parcialmente con lugar el
recurso de apelación interpuesto por el actor y con lugar el recurso de apelación ejercido
por la accionada, modificando el fallo dictado el 14 de octubre de 2011 por el Juzgado
Décimo Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la referida Circunscripción
Judicial, que declaró parcialmente con lugar la demanda.

Contra la sentencia de alzada, ambas partes anunciaron recurso de casación el 22


de marzo de 2012, siendo admitidos por el Juzgado Superior en esa misma fecha. El
demandante consignó el escrito de formalización tempestivamente, el 9 de abril de 2012.
Hubo impugnación por parte de la demandada.
Recibido el expediente en esta Sala, el 17 de mayo de 2012 se dio cuenta del mismo
y se designó ponente al Magistrado Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez.

El 5 de junio de 2012, la Secretaría de esta Sala hizo el cómputo del lapso para
formalizar los recursos interpuestos.

Mediante decisión N° 764 del 11 de julio de 2012, esta Sala declaró perecido el
recurso anunciado por la parte accionada.

El 11 de abril de 2014, se pasó el expediente a la Sala Especial Primera de la Sala


de Casación Social, creada por Resolución N° 2014-0002 dictada por la Sala Plena de
este alto Tribunal, el 13 de febrero de ese mismo año.

Por auto del 15 de octubre de 2014, fue fijada la audiencia prevista en el artículo 173
de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, para el 8 de diciembre de ese mismo año,
siendo suspendida el 20 de octubre de 2014.

En fecha 28 de diciembre de 2014, la Asamblea Nacional, en ejercicio de las


atribuciones que le confiere el artículo 264 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, en concordancia con los artículos 8 y 38 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, designó como Magistrados Principales de esta Sala de Casación
Social a los Dres. Edgar Gavidia Rodríguez, Mónica Gioconda Misticchio Tortorella,
Danilo Antonio Mojica Monsalvo y Marjorie Calderón Guerrero, quienes tomaron posesión
de sus cargos el día 29 de diciembre de 2014.

Mediante auto de fecha 12 de enero de 2015, se reconstituyó la Sala de Casación


Social quedando conformada del modo siguiente: Presidenta, Magistrada Dra. Carmen
Elvigia Porras de Roa; Vicepresidenta, Magistrada Dra. Mónica Gioconda Misticchio
Tortorella, los Magistrados Dr. Edgar Gavidia Rodríguez, Dr. Danilo Antonio Mojica
Monsalvo y Dra. Marjorie Calderón Guerrero. En esa oportunidad se ordenó pasar el
expediente a la Sala Natural, y en auto de esa misma fecha, se reasignó la ponencia a la
Magistrada Mónica Gioconda Misticchio Tortorella, quien con tal carácter suscribe el fallo.

El 20 de enero de 2015, fue fijada la audiencia prevista en el artículo 173 de la Ley


Orgánica Procesal del Trabajo, para el 26 de febrero de ese mismo año, a las 10:10 a.m.

Posteriormente, en fecha 12 de febrero de 2015, luego de la celebración de la sesión


extraordinaria de Sala Plena de este máximo Tribunal el 11 del mismo mes y año, en la
que designaron a las nuevas autoridades del Tribunal Supremo de Justicia se reconstituyó
la Sala de Casación Social quedando conformada así: Presidenta, Magistrada Dra.
Marjorie Calderón Guerrero; Vicepresidenta, Magistrada Dra. Mónica Gioconda Misticchio
Tortorella, la Magistrada Dra. Carmen Elvigia Porras de Roa, y los magistrados Dr. Edgar
Gavidia Rodríguez y Dr. Danilo Antonio Mojica Monsalvo.

Por auto de fecha 25 de febrero de 2015, se acordó diferir la audiencia oral, pública
y contradictoria correspondiente al recurso de casación para el día 9 de abril de 2015, a
las 10:10 a.m.

Celebrada la audiencia pública y contradictoria en la fecha indicada, y emitida la


decisión en forma oral e inmediata conforme a lo establecido en el artículo 174 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, pasa en esta oportunidad la Sala a reproducirla en los
términos siguientes:

DEL RECURSO DE CASACIÓN

-I-

De conformidad con lo establecido en el artículo 168, numeral 2 de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, el actor recurrente denuncia la infracción del artículo 103 de la Ley
Orgánica del Trabajo, por error de interpretación.
Como fundamento de su delación, alega el formalizante que la juez ad
quem atribuyó al artículo 103 de la Ley Orgánica del Trabajo, “una interpretación diferente
a la legalmente prevista”, porque, después de citarlo, concluyó que “los fundamentos de
derecho sobre los cuales basa su pretensión (…) la parte actora, no encuadran en los
supuestos establecidos en la norma anteriormente transcrita”.

Al respecto, explica el recurrente que el artículo 103 de la Ley Orgánica del Trabajo,
en su literal f), contempla como causa justificada de retiro, cualquier acto del patrono que
constituya falta grave a las obligaciones que le impone la relación de trabajo. No obstante,
la sentenciadora de alzada no consideró como falta grave lo expresado en el libelo de
demanda, sobre el contenido de la comunicación dirigida por el actor a la empresa
accionada, en la que sustenta su retiro en la negativa de la empleadora de pagarle las
vacaciones del período 2008-2009, los domingos y demás feriados trabajados, el bono
nocturno, las horas extras y el monto estipulado por el fallecimiento de sus padres, en la
Convención Colectiva de Trabajo suscrita entre el Grupo de Empresas Rescarven
(Administradora Rescarven, C.A.; Administradora Convida, C.A.; Administradora S.C.,
C.A.; Laboratorios Rescarven, C.A.; Administradora de Planes de Salud Clínicas
Rescarven, C.A.; Farmacia Rescarven, C.A.) y el Sindicato Único de Trabajadores del
Grupo de Empresas Rescarven, C.A., Afines y Asociados de Venezuela (Sutrescarven).

Agrega que “la sola circunstancia de no haberle pagado el salario correspondiente a


los días de vacaciones, al inicio de ellas”, tal como lo establece el artículo 222 de la Ley
Orgánica del Trabajo –aplicable ratione temporis−, configura una causal de retiro
justificado.

Por último, enfatiza que la infracción denunciada es determinante del dispositivo del
fallo, por cuanto implicó que se desestimara la pretensión de equiparar su retiro a un
despido injustificado.

Para decidir, esta Sala observa:


Delata el recurrente el error de interpretación del literal f) del artículo 103 de la Ley
Orgánica del Trabajo de 1997, aplicable ratione temporis, por cuanto la juez de alzada
no consideró como una falta grave del patrono, que justificara el retiro del trabajador, el
contenido de la comunicación remitida por éste a la empresa, en la cual fundamenta su
renuncia en la negativa de ésta de pagarle las vacaciones del período 2008-2009, los
domingos y demás feriados trabajados, el bono nocturno, las horas extras y el monto
estipulado por el fallecimiento de sus padres, en la Convención Colectiva de Trabajo
suscrita entre el Grupo de Empresas Rescarven (Administradora Rescarven, C.A.;
Administradora Convida, C.A.; Administradora S.C., C.A.; Laboratorios Rescarven, C.A.;
Administradora de Planes de Salud Clínicas Rescarven, C.A.; Farmacia Rescarven, C.A.)
y el Sindicato Único de Trabajadores del Grupo de Empresas Rescarven, C.A., Afines y
Asociados de Venezuela (Sutrescarven).

El vicio in iudicando delatado se configura cuando el juez selecciona


apropiadamente la norma jurídica aplicable, pero yerra en la determinación de su
verdadero sentido, al atribuirle un contenido y alcance distinto al contemplado en la
misma.

En el caso bajo examen, la norma supuestamente quebrantada es la contenida en el


artículo 103 de la Ley Orgánica del Trabajo del año 1997, aplicable ratione temporis, el
cual dispone:

Artículo 103.- Serán causas justificadas de retiro, los siguientes hechos del
patrono, sus representantes o familiares que vivan con él:

a) Falta de probidad;
b) Cualquier acto inmoral en ofensa al trabajador o a miembros de su familia
que vivan con él;
c) Vías de hecho;
d) Injuria o falta grave al respeto y consideración debidos al trabajador o a
miembros de su familia que vivan con él;
e) Omisiones o imprudencias que afecten gravemente la seguridad o higiene
del trabajo;
f) Cualquier acto que constituya falta grave a las obligaciones que le
impone la relación de trabajo; y
g) Cualquier acto constitutivo de un despido indirecto (Destacado de la Sala).

Particularmente, la denuncia planteada está referida al literal f) del artículo transcrito,


el cual alude a cualquier acto –del patrono, sus representantes o familiares que vivan con
él– que constituya falta grave a las obligaciones que le impone la relación de trabajo,
como causa justificada de retiro.

Ahora bien, la sentenciadora de la recurrida sostuvo:

(…) la parte actora alegó el retiro justificado basándose en al (sic) artículo 100
(sic) de la LOT, en relación (sic) este alegato, en el artículo 103 de la LOT (sic)
se establecen los hechos del patrono que pueden originar el Retiro Justificado
del trabajador, en los siguientes términos:

(…Omissis…)

En el caso de marras, los fundamentos de derecho sobre los cuales basa


su pretensión la representación judicial de la parte actora, no encuadran
en los supuestos establecidos en la norma anteriormente transcrita, por lo
que es forzoso para este tribunal superior declarar la improcedencia de tal
pretensión. Así se decide (Destacado de la Sala).

Como se observa, la juzgadora de alzada consideró que los hechos alegados en la


carta de renuncia, como justificativos del retiro del trabajador, no se subsumen en el
supuesto de hecho abstracto contemplado en el artículo 103 de la Ley Orgánica del
Trabajo de 1997, aplicable ratione temporis, cuando –en criterio del recurrente– los
mismos se corresponden con lo previsto en el literal f) de la mencionada disposición.
En efecto, cuando el literal f) del artículo 103 de la Ley Orgánica del Trabajo
establece, como causa justificada de retiro, cualquier acto del patrono, sus representantes
o familiares que vivan con él, que constituya falta grave a las obligaciones que le impone
la relación de trabajo, en principio alude al incumplimiento de las obligaciones
contractuales, sea que deriven del contrato individual de trabajo o de la convención
colectiva. Sin embargo, no cualquier incumplimiento podrá subsumirse en dicha causal,
sino sólo aquellos que puedan calificarse como faltas graves, lo cual deberá ser
examinado en cada caso concreto.

En cuanto al retiro justificado, ha sostenido esta Sala en sentencia Nro. 262 de fecha
13 de julio de 2000, lo siguiente:

(…) nuestra Ley Orgánica del Trabajo regula la controvertida materia del
denominado despido indirecto en el artículo 103 como causal de retiro
justificado. El despido indirecto constituye un incumplimiento contractual que va
más allá del jus (sic) variandi. Nos vamos a permitir definirlo, como aquella
situación en la cual el patrono, a fin de ponerle término a la relación de trabajo,
se vale consciente e intencionalmente en forma disimulada o solapada de
mecanismos indirectos para que el trabajador se retire de la empresa (…).
En la doctrina se utilizan diferentes términos para designar la figura jurídica que
comprende la denuncia del contrato por el trabajador, impuesta por un hecho
imputable al empresario o derivada del mismo. Se utilizan como más frecuente
la expresión ‘despido indirecto’. (...)
En realidad, el trabajador se encuentra ante una situación de despido; y la
misma se define por una conducta imputable al empresario. El problema que se
plantea es lo relativo a la causa de disolución del vínculo y la responsabilidad
que, por el motivo determinante, incumbe a una de las partes. En el despido
indirecto, o en la renuncia o dimisión forzada, hay un acto jurídico que origina
las mismas consecuencias que el despido injustificado realizado en forma
directa. (...) Cuando el trabajador se ve obligado, por despido indirecto del
patrono, a retirarse de la empresa donde presta sus servicios, la situación es la
misma que si el patrono hubiera despedido al trabajador sin justa causa (...)
Debe tenerse en cuenta que, tanto en el supuesto de despido sin justa causa
como en el despido indirecto por causa imputable al patrón, el objetivo
perseguido por éste consiste en desprenderse de un trabajador a su servicio
y sin motivo alguno imputable a él. Las normas generales expresadas en
relación con el despido injustificado del trabajador resultan aplicables al
despido indirecto. (Destacado de la Sala).
Ahora bien, de la sentencia impugnada se evidencia que el demandante pretende
que se califique como una falta grave del patrono, lo expresado en la carta de retiro,
recibida por la empresa accionada el 7 de septiembre de 2009, con respecto a la
supuesta negativa de pago de las vacaciones del período 2008-2009, los domingos y
demás feriados trabajados, el bono nocturno, las horas extras y el monto estipulado por el
fallecimiento de sus padres en la Convención Colectiva de Trabajo suscrita entre el Grupo
de Empresas Rescarven (Administradora Rescarven, C.A.; Administradora Convida, C.A.;
Administradora S.C., C.A.; Laboratorios Rescarven, C.A.; Administradora de Planes de
Salud Clínicas Rescarven, C.A.; Farmacia Rescarven, C.A.) y el Sindicato Único de
Trabajadores del Grupo de Empresas Rescarven, C.A., Afines y Asociados de Venezuela
(Sutrescarven).

De los conceptos aludidos, puede considerarse como una falta grave a las
obligaciones que impone el contrato de trabajo al patrono, la falta de pago de las
vacaciones y del bono vacacional, como sucedería igualmente en el caso de las utilidades
y, por supuesto, del salario, no sólo por constituir su obligación principal, como retribución
por la prestación personal de servicios, sino sobre todo por estar destinado a la
manutención del trabajador y su grupo familiar. Pero el incumplimiento de la cancelación
de los restantes conceptos –incluyendo aquel previsto convencionalmente por el deceso
de familiares del trabajador, considerando que se trata de una prestación dineraria cuyo
pago puede ser exigido con posterioridad, y no de los días de permiso que la empresa se
obliga a conceder–, no puede ser calificado como una causal de retiro justificado.

Conteste con lo expuesto, en efecto el sentenciador de alzada incurrió en error de


interpretación del artículo 103 de la Ley Orgánica del Trabajo de 1997, aplicable ratione
temporis, al estimar que la falta de pago de las vacaciones no constituye una falta grave a
las obligaciones que le impone la relación de trabajo al empleador.

Sin embargo, visto que el error cometido en la sentencia debe ser determinante del
dispositivo para que acarree la nulidad de aquélla, como lo exige expresamente el artículo
168, numeral 2 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, importa destacar que el pago de
las vacaciones y del bono vacacional debe materializarse al momento del disfrute de las
mismas, sin que conste en autos que ello haya ocurrido.
El artículo 101 de la Ley Orgánica del Trabajo de 1997, aplicable ratione temporis,
expone:

Artículo 101. Cualesquiera de las partes podrá dar por terminada la relación de
trabajo, sin previo aviso, cuando exista causa justificada para ello. Esta causa
no podrá invocarse si hubieren transcurrido treinta (30) días continuos
desde aquel en que el patrono o el trabajador haya tenido o debido tener
conocimiento del hecho que constituya causa justificada para terminar la
relación por voluntad unilateral (Destacado de la Sala).

Del referido artículo se extrae que cuando exista una causa justificada, cualquiera de
las partes podrá dar por terminada la relación laboral, pero no podrá invocar la misma,
cuando haya transcurrido treinta (30) días continuos desde el momento en que se tuvo
conocimiento del hecho que dio lugar a la causa justificada de culminación de la relación
de trabajo por voluntad unilateral.

Aunado a lo anterior, visto que el demandante alegó que la relación laboral inició el 6
de julio de ese 2005 –como fue establecido por el juez ad quem ante la negativa de tal
hecho por parte de la demandada–, para el 6 de julio de 2009 se habrían causado las
vacaciones del período 2008-2009. Por lo tanto, para el 7 de septiembre de 2009, fecha
en que la empresa recibió la carta de retiro suscrita por el actor, ya había operado el
perdón de la falta, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 101 eiusdem.

En consecuencia, al no influir el error cometido por el juez ad quem en el dispositivo


del fallo, esta Sala desestima la denuncia planteada, y así se establece.

- II -

De conformidad con lo previsto en el artículo 168, numeral 3 de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, el demandante delata el vicio de incongruencia negativa, con la
consiguiente infracción de los artículos 12 y 243, ordinal 5° del Código de Procedimiento
Civil, aplicables analógicamente conteste con lo establecido en el artículo 11 de la referida
Ley.

Al respecto, afirma el formalizante que la juzgadora de la recurrida omitió


pronunciarse sobre los días de descanso semanal reclamados. Explica que en el escrito
libelar adujo que la empresa nunca cumplió con la obligación de otorgarle dos (2) días
completos de descanso cada semana, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 196
de la Ley Orgánica del Trabajo.

Asegura que la infracción denunciada tiene influencia determinante en el dispositivo


del fallo, por cuanto, si se hubiera pronunciado sobre tal pedimento, habría declarado su
procedencia “por la admisión de los hechos en virtud de la manera pura y simple en que la
demandada dio contestación, aunado al hecho que la Empresa tampoco aportó a los
autos prueba alguna capaz de desvirtuar los alegatos del actor”.

Para decidir, se observa:

Delata el recurrente el vicio de incongruencia negativa, por considerar que la juez ad


quem incurrió en omisión de pronunciamiento sobre el supuesto incumplimiento de la
empleadora, de otorgar dos (2) días de descanso semanal al actor.

Con el propósito de resolver la denuncia formulada, se evidencia que en el petitorio


contenido en el escrito libelar, el demandante alegó:

6) DÍAS DE DESCANSO SEMANAL


La empresa según lo dispuesto en el artículo 196 de la Ley Orgánica del
Trabajo, estaba en la obligación que nunca cumplió de otorgarme dos (2) días
completos de descanso cada semana. Son 51 mesesx16 díasx29, 33
Bs.23.933, 28 (sic).
A pesar de la falta de claridad del pedimento transcrito, se entiende que el actor
pretendía el pago de los días de descanso laborados, al afirmar que la empresa nunca se
los confirió.

Por su parte, la juzgadora de la recurrida resolvió lo relativo a tal pedimento, en los


términos siguientes:

-En cuanto a los días de descanso semanal, debe este juzgador advertir que es
una carga de la parte actora demostrar que en efecto laboró los días de
descanso por cuanto ha sido criterio establecido por la Sala de Casación Social
del Tribunal Supremo de Justicia, en la cual establece que el actor al reclamar
circunstancias de hechos especiales como lo son horas extras, días de
descanso y feriados, debe éste probarlos y de las actas procesales no se
desprende ninguna circunstancia o indicio que a juicio de quien decide el
mismo, lo haya laborado, es por lo que se declara improcedente tal
reclamación y así se decide.

En consecuencia, se constata que hubo un pronunciamiento expreso sobre el asunto


mencionado por el formalizante, pues en cuanto a los días de descanso la ad quem afirma
que era carga de la parte actora demostrar que laboró los días de descanso, no
constando en las actas procesales ninguna circunstancia o algún indicio de que los haya
laborado, lo que conllevó a declarar la improcedencia de tal reclamo, razón por la que,
esta Sala descarta el denunciado vicio de incongruencia negativa y, por ende, se declara
la improcedencia de la delación planteada. Así se establece.

- III -

De conformidad con lo previsto en el artículo 168, numeral 2 de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo, el actor denuncia “la negativa de aplicación” de los artículos 1.196
del Código Civil y 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo.
Aduce el recurrente que la obligación de resarcir el daño moral está consagrada
legalmente, en el artículo 1.196 del Código Civil, según el cual la obligación de reparación
se extiende a todo daño material o moral –esto es, el menoscabo que puede sufrir una
persona en sus afecciones, sentimiento y relaciones de familia– causado por el hecho
ilícito.

Seguidamente, resalta que la jueza de alzada sostuvo que “la parte accionada (sic)
no fundamentó su pretensión de reparación o resarcimiento del daño moral, no logrando
probar fehacientemente la ocurrencia del hecho ilícito por parte del patrono”. Asimismo,
enfatiza que el artículo 120, numerales 3 y 4 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, establecen como infracción muy grave el no
asegurar el disfrute efectivo del descanso de la faena diaria, así como la infracción de las
normas relativas a la duración máxima de la jornada de trabajo y del trabajo nocturno. En
ese sentido, agrega que en el caso concreto está demostrado en autos “el exceso de las
siete (7) horas de trabajo nocturno al cual era sometido el actor”, lo cual configura una
“violación legal y de norma de rango constitucional (Art. 90 de la Carta Fundamental)”.

Al respecto, indica que la doctrina refiere el hecho ilícito no delictivo, que en principio
origina tan solo responsabilidad civil por culpa o negligencia y obliga a la reparación, e
igualmente manifiesta lo sostenido por la Sala de Casación Social en la sentencia N°
1.210 del 1° de agosto 2006, (caso: Hilario José Bravo Soto contra Lubvenca de
Occidente, C.A. y otra), en la cual –según afirma– se determinó que “existe obligación de
indemnización por parte del patrono cuando hay vulneración de la facultad humana del
trabajador, alterando su integridad emocional y psíquica, esto es cuando la culpa del
patrono no ha causado muerte, lesión o incapacidad”.

Por otra parte, aduce el formalizante que la demandada no demostró que le hubiese
suministrado un ejemplar del Programa de Higiene y Seguridad Industrial de la empresa,
debidamente autorizado por la División de Higiene y Seguridad Industrial del Ministerio del
Trabajo, ni que hubiese constituido el Comité de Higiene y Seguridad Industrial; ello, a
tenor de lo establecido en la sentencia N° 1.003 del 8 de junio de 2006, debe interpretarse
como falta de acatamiento de las disposiciones de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, siendo “aplicable el régimen de
responsabilidad subjetivo (sic) (dolo y culpa)”.

Finalmente, en cuanto a lo expresado por la jueza ad quem de que no fundamentó


debidamente su pretensión, alega que en el libelo de la demanda expuso:

(…) que el patrono nunca me informó sobre los riesgos que implica la falta de
descanso necesario para conducir una ambulancia en horas nocturnas, ni dictó
charlas de seguridad. Resulta notorio y evidente el daño que me produjo la
conducta ilícita del patrono de exigirme trabajar por encima de la jornada
nocturna que me causó un daño tanto físico como psíquico al impedirme utilizar
tiempo libre y de recreación con mi núcleo familiar.

Para decidir, esta Sala observa:

Denuncia el formalizante la falta de aplicación de los artículos 1.196 del Código Civil
y 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, por
cuanto la juez de la recurrida consideró, respecto de lapretensión de resarcimiento del
daño moral, que no había probado el hecho ilícito del patrono; no obstante, el referido
artículo de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
establece, en sus numerales 3 y 4, que la falta de aseguramiento del disfrute efectivo del
descanso de la faena diaria, así como la infracción de las normas relativas a la duración
máxima de la jornada de trabajo y del trabajo nocturno, son infracciones muy graves, y
está demostrado en autos “el exceso de las siete (7) horas de trabajo nocturno al cual era
sometido el actor”.

Con el propósito de resolver la denuncia bajo examen, se observa que el referido


error in iudicando se configura cuando el sentenciador no emplea una norma jurídica
vigente, que es la aplicable al caso en cuestión.

Ahora bien, con relación al pedimento planteado por el demandante sobre la


indemnización del daño moral, la juez ad quem sostuvo:
En la Audiencia Oral por ante esta Alzada, la representación judicial de la parte
actora apelante adujo, que su representado sufrió un daño moral por el hecho
ilícito del patrono, en cuanto a este alegato, observa esta Alzada que la parte
accionante, no fundamentó debidamente su pretensión de reparación o
resarcimiento por el daño moral, no logrando probar fehacientemente la
ocurrencia del hecho ilícito por parte del patrono, en consecuencia este
tribunal superior declara improcedente la reclamación por daño moral alegada
por la parte accionante. Así se decide. (Destacado de la Sala).

Conteste con la transcripción precedente, la sentenciadora de la recurrida estimó


que la pretensión referida no fue fundamentada de forma adecuada, ni se demostró de
modo irrefutable el hecho ilícito patronal.

Precisado lo anterior, esta Sala procede a examinar la delación formulada, y a tal


efecto constata que una de las normas supuestamente quebrantadas, por falta de
aplicación, es la contenida en los numerales 3 y 4 del artículo 120 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, los cuales establecen:

De las infracciones muy graves

Artículo 120. Sin perjuicio de las responsabilidades civiles, penales,


administrativas o disciplinarias, se sancionará al empleador o empleadora con
multas de setenta y seis (76) a cien (100) unidades tributarias (U.T.) por cada
trabajador expuesto cuando:

(…Omissis…)

3. No asegure el disfrute efectivo del descanso de la faena diaria, de


conformidad con la ley.

4. Infrinja las normas relativas a la duración máxima de la jornada de trabajo y


al trabajo nocturno, o las disposiciones relativas a días hábiles.

(…Omissis…)
Con respecto a la disposición transcrita, se advierte que la misma está ubicada en el
Título VIII de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo,
atinente a las responsabilidades y sanciones, específicamente en el Capítulo II, que
contempla las infracciones administrativas en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Por lo tanto, el artículo in commento versa sobre las sanciones administrativas que puede
imponer el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL),
de acuerdo con la competencia que le atribuye el artículo 133 eiusdem, después de
tramitar el procedimiento respectivo.

En consecuencia, se concluye que los numerales 3 y 4 del artículo 120 de la Ley


Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, no resultaban
aplicables al caso sub iudice, lo que conlleva a descartar el vicio de falta de aplicación
denunciado por el formalizante. Así se determina.

Por otra parte, en cuanto a la responsabilidad –civil– del patrono frente al


demandante por el daño moral alegado, se aprecia que el artículo 1.196 del Código Civil –
cuya infracción también delató el recurrente– establece, en su encabezado, que “La
obligación de reparación se extiende a todo daño material o moral causado por el acto
ilícito”.

Con el propósito de examinar si se verificó el vicio de falta de aplicación del artículo


1.196 del Código Civil, parcialmente transcrito supra, esta Sala advierte –tal como lo
indica la parte accionada en la contestación del recurso de casación– que el demandante
agrega un nuevo alegato en su escrito de formalización, al aducir que la empresa no
demostró haberle suministrado un ejemplar del Programa de Higiene y Seguridad
Industrial, debidamente autorizado por la División de Higiene y Seguridad Industrial del
Ministerio del Trabajo, ni haber constituido el Comité de Higiene y Seguridad Industrial.
Por lo tanto, visto que tal circunstancia fáctica no fue afirmada en el libelo de demanda, no
podía el juez considerarla al resolver la controversia, en virtud del principio de
exhaustividad, que impone al juez el deber de resolver sólo sobre lo alegado, y sobre todo
lo afirmado en el libelo y en la contestación; al respecto, se reitera que un fallo es
congruente cuando guarda relación con los pedimentos del escrito libelar y los términos
en que el demandado planteó su contestación. (Sentencia N° 474 del 9 de agosto de
2002, caso: Desiderio Antonio Lugo Hernández y otro contra la Alcaldía de Caracas,
Municipio Libertador).

En este orden de argumentación, al sustentar el recurso de casación ejercido, el


demandante reproduce los términos en que planteó su pretensión –los cuales en efecto
coinciden con el libelo–, indicando que el patrono nunca le informó sobre los riesgos que
implicaba la falta de descanso necesario para conducir una ambulancia en horas
nocturnas, ni dictó charlas de seguridad, resultando “notorio” el daño que le produjo la
conducta ilícita del patrono al exigirle trabajar en exceso de la jornada nocturna, daño
físico y psíquico, al impedirle utilizar el tiempo libre y de recreación con su núcleo familiar.

A partir de las aseveraciones del actor, resulta evidente para esta Sala que la
pretensión de resarcimiento del daño moral no fue fundamentada de forma adecuada –tal
como lo consideró la jueza ad quem– porque no se precisó el daño sufrido por él, siendo
éste un elemento esencial para que surja la obligación de reparar, por parte del patrono.

Si bien lo expuesto es suficiente para negar la indemnización reclamada, se observa


que la sentenciadora de la recurrida también sostuvo que el demandante no logró
demostrar la ocurrencia del hecho ilícito del patrono, sin que el recurrente haya
denunciado el vicio de inmotivación por silencio de pruebas, en caso de considerar que
dicha circunstancia se desprendía del material probatorio cursante en autos.

En consecuencia, esta Sala concluye que la sentenciadora de alzada no incurrió en


el error de falta de aplicación del artículo 1.196 del Código Civil, por cuanto no se
verificaron los supuestos de procedencia de la indemnización del daño moral pretendido.
Así se declara.

Conteste con lo anterior, se desestima la delación formulada, y así se establece.


DECISIÓN

Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la ley, declara: PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de casación ejercido por el
demandante contra la decisión publicada el 15 de marzo de 2012, por el Juzgado Octavo
Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas; en
consecuencia, SEGUNDO:CONFIRMA la sentencia antes identificada.

No hay condenatoria en costas del recurso, de conformidad con lo establecido en el


artículo 64 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y


Distribución de Documentos de la Circunscripción Judicial arriba señalada. Particípese de
la presente remisión al Juzgado Superior de origen, de conformidad con lo previsto en el
artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los quince (15) días del mes de abril
de dos mil quince. Años: 204º de la Independencia y 156º de la Federación.

La Presidenta de la Sala,

_______________________________
MARJORIE CALDERÓN GUERRERO

La Vicepresidenta y Ponente, Magistrada,


______________________________________ ____________________________
MÓNICA GIOCONDA MISTICCHIO TORTORELLA CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA

Magistrado, Magistrado,

__________________________ __________________________________
EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ DANILO ANTONIO MOJICA MONSALVO

El Secretario,

_____________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES

R.C. Nº AA60-S-2012-000669

Nota: publicada en su fecha a

El Secretario,

También podría gustarte