0% encontró este documento útil (0 votos)
142 vistas18 páginas

BALBI 2020 - Método y Técnica de La Terapia Posracionalista

Cómo aplicar la terapia cognitiva posracionalista.

Cargado por

Anahí Navarro
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
142 vistas18 páginas

BALBI 2020 - Método y Técnica de La Terapia Posracionalista

Cómo aplicar la terapia cognitiva posracionalista.

Cargado por

Anahí Navarro
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 18

Editado por CETEPO Roma - Buenos Aires 2021

MÉTODO Y TÉCNICA DE LA TERAPIA POSRACIONALISTA.


¿Es conveniente revelar al paciente sus reglas de funcionamiento?
Juan Balbi (1), Alessandro Colucci D’Amato (2)

(1) CETEPO, Roma, Buenos Aires

(2) CETEPO, Nápoles. UOC Psichiatria e per l’integrazione delle cure, Azienda Ospedaliera dei Colli,
Napoli

Resumen: La técnica psicoterapéutica está directamente ligada al modelo teórico


utilizado. La técnica posracionalista es, en nuestra experiencia, el following and leading, la
cual consiste en guiar al paciente en la autoobservación de la interfaz entre los niveles
tácitos y explícitos de la experiencia inmediata de sí, teniendo siempre presente la propia
teoría de referencia respecto a la estructura y funcionamiento del sí-mismo, la dinámica
del desbalance psicopatológico y la dinámica del cambio. Los autores discuten estos
aspectos de la teoría posracionalista destacando la importancia de la relación afectiva
significativa en la etiología de los desórdenes psicopatológicos y la necesidad de generar
discrepancia afectiva en el proceso terapéutico; asimismo observan que la explicación al
paciente de sus reglas de funcionamiento, es un error técnico.

Palabras clave: following and leading, diagnóstico posracionalista, estructura del Sí-
mismo, dinámica del desbalance, (in)-experiencia subjetiva, discrepancia afectiva,
dinámica del cambio.

Summary: The psychotherapy technique is closely linked to the theoretical model


used. The post-rationalist technique is the following and leading and consists in guiding the
patient to self-observation in the interface between the tacit and explicit levels of the
immediate self-experience, always keeping in mind its own reference theory regarding the
structure and functioning of the Self, the dynamics of psychopathological imbalance and the
dynamics of change. The Authors discuss these aspects of post-rationalist theory, stressing
the importance of meaningful affective relationships in the genesis of psychopathological
disorders and the need to produce emotional discrepancies in the therapeutic process; they
also observe that explaining to the patient its functioning mechanisms is a technical error.

Key words: following and leading, post-rationalist assessment, structure of the Self,
psychopathological imbalance, subjective (in) –experience, affective discrepancy, dynamics
of change.

*Traducción y edición autorizada por los autores, de: Balbi, J., Colucci D’Amato, A. (2020): “Metodo
e tecnica della terapia post-razionalista. È conveniente svelare al paziente le sue regole di
funzionamento?”. Prospettive Post-razionaliste n° 3 p 5 - 17.
https://www.prospettivepostrazionaliste.it/numero/numero-3/

1
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

Introducción

El título del presente artículo hace referencia a una cuestión controversial dentro del
movimiento posracionalista: la cuestión de la técnica psicoterapéutica. Según algunos, el
modelo posracionalista no prevé una técnica pero sí un método; y quizás sea éste el
motivo por el cual, durante los últimos 20 años, las contribuciones referentes a la técnica
psicoterapéutica han sido escasas en el ámbito posracionalista. Más allá de la
consideración teórica sobre la diferencia entre técnica y método, nosotros consideramos
que no es posible concebir una psicoterapia sin una técnica psicoterapéutica; el enfoque
posracionalista no consiste en una de esas técnicas a la cual el terapeuta cognitivo-
comportamental puede recurrir, e integrar a su modelo teórico, en caso de necesidad, sino
un método que se adopta a partir de premisas epistemológicas y teóricas específicas, pero
esto no significa que no posea de una técnica, también específica y coherente con aquellas
premisas.

Para guiar al paciente en la autobservación, el terapeuta posracionalista utiliza la técnica


del “following and leading” (Balbi, 2018; Ellison, Greenberg, 2007; Greembrg, Rice et al,
1993; Greenberg, Paivio, 1997; Guidano, 1994). Tanto el following and leading, como la
moviola, una aplicación del following and leading sistematizada de modo muy preciso por
Vittorio Guidano (1991) utilizada para la reconstrucción de la experiencia sintomática
cuando el sistema personal del paciente opera de modo particularmente rígido, derivan
directamente de la posición epistemológica y de la teoría del modelo utilizado. Como
intentaremos desarrollar en el presente artículo, la estrategia, el método y la técnica que el
terapeuta aplica, así como también el modo en que se construye la relación terapéutica,
están estrechamente ligados a la conceptualización que el mismo posee respecto de
algunos aspectos fundamentales de la teoría de referencia, tal como la teoría del sí-mismo,
la dinámica de los trastornos psicopatológicos y la dinámica del cambio. A continuación
revisamos los conceptos principales del marco teórico en base al cual el terapeuta
construye la relación con el paciente e implementa el método y la técnica de la psicoterapia
posracionalista.

Estructura y funcionamiento del sí-mismo. La actividad selectiva y


constructiva de la conciencia en la generación del síntoma

El enfoque posracionalista concibe al sí-mismo como un sistema alejado del equilibrio,


sujeto a fluctuaciones, que lejos de tender hacia el estado más probable (de equilibrio), se
reorganiza en un nivel de complejidad cada vez mayor. Por lo tanto cuando hablamos del
sí-mismo, nos referimos a un sistema autoorganizado de elaboración de contenidos
afectivos e intencionales, que implica una circularidad continua entre Experiencia

2
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

Inmediata de Sí (prevalentemente tácita) y Sentido Inmediato de Sí (más abstracto y


explicito) que, a través de la emergencia y el procesamiento de discrepancia afectiva crítica
y discontinua, evoluciona progresivamente en el tiempo hacia niveles de complejidad más
abstractos e integrados (Balbi, 2015a, 2015b, 2018; Guidano, 1987, 1991; Prigogine,
1976; Prigogine, Stengers, 1985). Guidano (1987) sostuvo que un aspecto de importancia
crucial en el desarrollo de la conciencia personal, es la relación funcional que se establece
entre el nivel tácito y el explícito; la característica de esta relación está marcada por la
brecha temporal existente en la emergencia de ambos niveles.

Un nivel estructural superior de conciencia explícita de sí se alcanza en la última fase del


desarrollo madurativo como consecuencia de un proceso lento y gradual. Por lo tanto, el
nivel tácito, que aparece primero en el desarrollo, cuando la capacidad de verbalización,
abstracción conceptual y capacidad reflexiva son absolutamente insignificantes, promueve,
desde la niñez, una percepción inmediata y global de sí. Numerosos estudios sugieren que
esta experiencia inmediata de sí que posee el niño es el resultado del operar en la
dimensión intersubjetiva, a través de un sistema mental innato especializado en inferir,
atribuir, predecir y comprender estados mentales, de modo tácito, durante las interacciones
interpersonales, que comienza a operar a inicio del segundo año de vida, antes de la
emergencia del lenguaje (Balbi, 2015ª, 2015b, Tomasello, 2005). En esta línea de
investigación, Onishi y Baillargeon (2005) han realizado un estudio paradigmático, en el
cual han demostrado que los niños de 15 meses con un desarrollo normal atribuyen falsa
creencia si son sometidos a un test que no dependa de la habilidad lingüística. Junto a la
evidencia de la emergencia precoz de una dimensión prevalentemente tácita de un sentido
de continuidad personal, los más recientes datos de la psicología experimental y de la
neurociencia cognitiva, que confirman la existencia de contenido tácito psicológicamente
activo y la actividad selectiva de la conciencia en la construcción de la experiencia
fenoménica (Baars, 1997; Berlin, 2011; Dehaene, 2014; Froufe, 1997, 2000; Heynes, 2009;
Leisman, Koch, 2009; Nacacche, 2006; Van Gaal, Riddernkhof et al. 2010) constituyen la
base de conocimiento científico que nos consiente formular proponer una descripción más
precisa del funcionamiento del sí-mismo.

De acuerdo con estos datos podemos afirmar: a) que la experiencia inmediata de sí, es ya,
en su inmediatez, experiencia personal integrada, pero prevalentemente tácita; b) que el
sentido de sí, que el sujeto experimenta en un nivel explícito, no es el resultado de una
evaluación reflexiva, ni de una reorganización narrativa de la experiencia inmediata en
términos semánticos y explicativos, que se produciría posteriormente, sino que también es
una experiencia inmediata, que ocurre de manera pre-reflexiva y simultánea a la
experiencia tácita e inmediata de sí; c) que, por el contrario, la narrativa de la experiencia

3
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

humana es reflexiva, dependiente del significado de las palabras, y organiza en una


dimensión temática sólo una mínima parte de la experiencia personal, es decir: solamente
aquella parte que, una vez superados los “filtros” de la actividad de la conciencia
fenoménica del sujeto a finalmente cristalizado explícitamente en ésta. Así, el material
experiencial, articulado a través del lenguaje y las diversas modalidades de la memoria,
que como sabemos, es siempre también un sistema de edición, permite la estructuración
de una identidad narrativa, fundamental en el mantenimiento de un sentido de continuidad
biográfica en el tiempo. El trastorno psicopatológico no se organiza en esta dimensión
explicita y fenoménica, accesible y factible de ser verbalizada por parte del paciente; por el
contrario, es en el dominio pre-reflexivo y tácito donde se verifica la dinámica de los
síntomas, merced a mecanismos de disociación característicos de la actividad de la
conciencia (Balbi, 2015a, 2019).

Los datos de la neurociencia cognitiva han confirmado la intuición de Guidano, cuando


describió en su modelo explicativo del sí-mismo, el concepto de “Self Deception”
(autoengaño), un fenómeno estudiado anteriormente por varios investigadores (Gur,
Sackeim, 1979; Hamlyn, 1974; Russell, 1978) que cita en “La Complessità del Sé”
(Guidano, 1987). La noción de autoengaño concebida por Guidano puede ser reformulada
a la luz de los datos de la neurociencia cognitiva, que han demostrado la existencia de
representaciones inconscientes, a las que Manuel Froufe (2000) llama (in)-experiencia
subjetiva, y revelado las características de la actividad selectiva, constructiva y disociativa
de la conciencia. En efecto, los datos de investigaciones en neurociencia cognitiva
confirman que la conciencia fenoménica funciona como un sistema constructivo central
que, por medio de recursos tácitos que le permiten mantener el foco de la atención en
algunas representaciones y procesos mentales no discrepantes a expensas de otros
discrepantes, determina qué representaciones y contenidos afectivos e intencionales
aparecen a nivel fenoménico y cuales permanecen en un nivel tácito.

A tal fin, dice Dehaene (2014); “La consciencia se adjudica un rol preciso en la economía
computacional del cerebro: selecciona, amplifica y propaga los pensamientos relevantes”
(p. 31). Y agrega “Entre los millones de representaciones mentales que surcan
constantemente nuestros cerebros de manera inconsciente, se selecciona una a causa de
su relevancia para nuestras metas actuales. La conciencia la deja a disposición de manera
global para todos nuestros sistemas de decisión de nivel alto. Tenemos un router mental,
una arquitectura evolucionada para extraer información relevante y despacharla. (…) Un
sistema interno, separado del mundo exterior, que nos permite alojar con libertad nuestras
imágenes mentales privadas y esparcirlas a través del vasto conjunto de procesadores
especializados de la mente.” (P.206).

4
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

La emergencia del síntoma tiene su origen en una dificultad de la conciencia fenoménica


en su tarea de mantener fuera de foco todos los elementos que componen el complejo ideo
afectivo de la (in)-experiencia subjetiva personal inmediata y discrepante; lo cual implica
para el sistema personal, el riesgo de experimentar a nivel consciente una severa
discrepancia afectiva, entre: el modo de sentirse en la inmediatez de la experiencia
personal y el sentido inmediato de sí en curso. Cuando esto sucede, se ponen en marcha
mecanismos disociativos que propician la aparición en el dominio fenoménico explícito de
aspectos parciales y disociados de aquellas representaciones, sentimientos e intenciones
discrepantes, que, precisamente debido a que son parciales y disociados, son vividos
como ajenos al sí-mismo. Por lo tanto, por ejemplo, se manifiesta a nivel fenomenológico
de manera sintomática solo el aspecto afectivo, la tristeza o la rabia, disociada de la
representación de pérdida, como sucede en el caso de la depresión; o la sensación
propioceptiva e interoceptiva, componentes fisiológicos de las emociones, disociados del
componente afectivo y de la representación ideativa, como en el caso del ataque de pánico
y del síndrome agorafóbico, o bien, la sola representación ideativa, disociada del aspecto
afectivo y emocional, como en el desorden obsesivo compulsivo (Balbi 2011b).

Proceso afectivo tácito y dinámica del trastorno psicopatológico

La noción más específica del modelo posracionalista de Vittorio Guidano, es el papel


prioritario reconocido a la afectividad en el proceso de cambio humano, y en particular en
aquellos cambios en los cuales se verifican desórdenes psicopatológicos. En relación a
este punto escribe: "La alteración del << balance afectivo >> constituye una variable
psicopatológica crucial en la producción de los trastornos emocionales comúnmente
definidos como cuadros clínicos." (1987, p. 54). Guidano propone una perspectiva
ontológica y procesal en la cual el apego en vez de ser considerado un simple mecanismo
estructural para el mantenimiento de la proximidad y el contacto con la figura significativa
durante las fases del desarrollo, es concebido como un sistema autorreferencial que
subyace a la diferenciación y el mantenimiento de la dinámica del propio sentido de
identidad durante toda la vida. Es desde dicha perspectiva que Guidano, citando a Hofer
(1984) afirma: “la autorregulación independiente no existe ni en la madurez ni en la
infancia, y la intersubjetividad se enmarca dentro de un ordenamiento autorreferencial
básico, a través del cual, la construcción de la imagen de otro ser significativo se
correlaciona con una percepción de sí mismo.” (1991, pag.105). Y, refiriéndose a la
dimensión del amor sentimental de la vida adulta, Guidano escribe: “ desde una
perspectiva ontológica, el rasgo crucial de una relación afectiva estrecha consiste en
construcciones autorreferenciales recíprocas de una imagen del otro significativo que
puede estabilizar y, de ser necesario, desarrollar aún más la dinámica de la mismidad

5
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

estructurada hasta ese momento.” (1991, pág.106). Como consecuencia de dicha premisa,
Guidano conceptualiza el duelo “como una experiencia de interrupción del sentido de sí
percibido por el sujeto y como un proceso que alcanza su fin sólo cuando el sujeto se ha
vuelto capaz de reorganizar el propio sentido de sí.” (1987, pag.53).

El conocimiento actualmente disponible de la particular capacidad humana de operar en la


intersubjetividad afectiva en una dimensión metarrepresentacional tácita, permite afirmar
que más que la imagen construida del otro significativo, lo que estabiliza y da continuidad
al sentido de sí de cada persona es la representación abstracta y tácita de una específica
trama de reciprocidad afectiva con el partner más significativo en cada etapa de su ciclo
vital. Desde esta perspectiva el desorden psicopatológico puede ser concebido como una
reacción, típica del duelo, a un desbalance tácito en la trama de reciprocidad afectiva con
el partner significativo actual. Aquello que observamos es que cada estilo de personalidad
presenta una reacción fenomenológica al duelo diferente y específica, en términos
emocionales, sensoriales, cognitivos y comportamentales. Y por esta razón es que
sostenemos que en cada cuadro clínico, es en el desbalance afectivo tácito que radica la
etiología del trastorno psicopatológico, y que sólo las manifestaciones sintomatológicas
características dependen de las reglas de funcionamiento propias de la organización de
significado personal del paciente. Por lo tanto, el material de la terapia no lo constituyen
las reglas operacionales del sistema personal del paciente, sino aquellos contenidos
experiencials, tanto tácitos como explícitos, que son parte de su reacción al desequilibrio
afectivo tácito. El objetivo del trabajo terapéutico no es modificar las reglas del
funcionamiento del sistema personal del paciente o generar un nivel de funcionamiento de
mayor complejidad, sino lograr que el paciente experimente un nuevo sentido de sí mismo,
que incluya explícitamente los diversos matices de aquella gama de experiencia personal
precedentemente disociada. Es como consecuencia de la integración en un nivel explícito
de la experiencia personal inmediata, anteriormente tácita, que el sistema personal del
paciente operará en un nivel de mayor abstracción; en tanto que mantiene las reglas de
base de su funcionamiento construidas durante el desarrollo, en el contexto de la relación
parental.

La evaluación posracionalista y el método de la autoobservación guiada

La autoobservación guiada es el método para llevar adelante tanto la evaluación como el


tratamiento. Es casi imposible diferenciar el proceso de evaluación del tratamiento
propiamente dicho; de hecho la evaluación se realiza mediante el método de la
autoobservación, que el paciente, guiado por el terapeuta, va desarrollando gradualmente
y que, por lo tanto, se encuentra siempre intrínsecamente conectado al proceso de

6
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

reorganización personal en curso, en ese preciso momento. Tanto la evaluación como el


tratamiento se realizan dirigiendo la atención del paciente hacia su propia experiencia
inmediata y a su sentido inmediato de sí en aquellas situaciones en las que se manifiesta
el síntoma, a fin de analizar conjuntamente con él/ella, ambos aspectos de la experiencia
personal, así como también la relación que existe entre ambos niveles en el momento
crítico (Balbi, 2014, 2015b; Guidano 1991).

La evaluación que realiza el terapeuta posracionalista no tiene por objetivo encuadrar el


desorden dentro de una clasificación gnoseológica descriptiva, sino formular, lo antes
posible, hipótesis sobre el desbalance afectivo tácito que se encuentra en el origen de la
sintomatología presentada por el paciente, sobre la posible Organización de Sentido
Personal de éste y sobre la dinámica de la descompensación sintomática. Este conjunto de
hipótesis es indispensable para que el terapeuta guíe eficazmente la autobservación del
paciente y para poder reformular el problema en términos internos. El terapeuta construye
su hipótesis, paso a paso, partiendo de las inferencias inductivas y abductivas que puede
realizar, momento a momento, sobre el contenido afectivo tácito y sobre las características
organizacionales del proceso personal del paciente en el Hic et nunc, que por otra parte, es
la única dimensión en que el terapeuta puede intervenir para favorecer un cambio, aquella
de la sincronía del proceso personal que se manifiesta delante de él. Desde el primer
encuentro el terapeuta, basándose en sus propias hipótesis, guía al paciente, por medio de
la técnica del “following and leading” hacia una exploración activa de la propia experiencia
personal, que tal como ya se ha señalado, está compuesta prevalentemente por
contenidos tácitos que operan fuera de la conciencia éste, pero que poseen una impronta
determinante en su experiencia fenoménica (Balbi, 2015ª, 2015b).

La dinámica del cambio

El modelo posracionalista sostiene que el cambio en psicoterapia se produce, a través de


la producción, a lo largo de las diferentes fases del proceso, de eventos afectivamente
significativos capaces de modificar la relación dinámica entre el flujo de la experiencia
inmediata de sí y el sentido inmediato de sí del paciente, de modo tal que el paciente, en
sesión y en su relación con el terapeuta, pueda experimentar nuevas maneras de sentirse.
Esencialmente el cambio, según nuestro modelo, está ligado a la producción de
discrepancia afectiva, que hace posible la emergencia de un diferente sentido de sí en la
experiencia inmediata del paciente, por medio de la integración a nivel explícito de
contenido ideo-emocional hasta ese momento tácito y disociado. La comprensión del
propio modo de funcionamiento y el cambio de la propia narrativa personal, son fenómenos
puramente cognitivos que ayudan a estabilizar el cambio terapéutico y son una

7
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

consecuencia inevitable de la discrepancia afectiva percibida por el paciente en el curso de


una psicoterapia. La activación de discrepancia afectiva, por lo tanto, es el elemento
central de cambio, sin el cual toda explicación y reformulación narrativa del terapeuta tiene
como resultado sólo una explicación diferente del problema por parte del paciente, que no
se acompaña de la resolución del problema en sí. Subrayamos este punto porque nos
resulta evidente que el modelo posracionalista, en tanto modelo sistémico procesal basado
en una epistemología constructivista, debe apuntar a que el cambio ocurra a través de una
perturbación emotiva, necesaria para una reorganización sistémica del sí-mismo; sin
embargo el texto en el cual Vittorio Guidano (1991) sistematiza el tema, a nuestro
entender, no es claro al respecto.

De hecho, Guidano luego de haber afirmado que el cambio está ligado a la producción de
eventos afectivamente significativos, es decir a perturbaciones emotivas, y que el cambio
de la valoración del “Yo” por parte del “MI”, es decir, la comprensión, es un efecto de tales
perturbaciones, especifica que: “A su vez, las perturbaciones emocionales capaces de
activar eventos afectivamente significativos en el curso del proceso terapéutico derivan de
dos fuentes principales: a) El aumento de comprensión, por parte del paciente, de las
propias reglas de funcionamiento se acompaña siempre de un grado apreciable de
modulación emocional, con la aparición de nuevas tonalidades afectivas (...) b) La
estructura y la reciprocidad del contexto terapéutico interpersonal pueden desencadenar
perturbaciones emotivas…” En este pasaje Guidano parece contradecir lo que afirma
precedentemente, al sostener que la comprensión es la causa, y no el efecto, de las
perturbaciones emocionales; es decir que básicamente afirma que el primun movens del
cambio es un fenómeno puramente cognitivo. La falta de claridad de estos dos pasajes, ha
estimulado el surgimiento de diferentes posiciones sobre este tema dentro del movimiento
posracionalista, posiciones que definen diferentes formas de abordar al paciente y la
relación terapéutica (Colucci D`Àmato, 2018).

La primera posición es aquella que enfatiza el primer pasaje de Guidano citado


anteriormente, es decir aquel en el que se afirma que el cambio ocurre a través de la
activación de eventos afectivamente significativos. De acuerdo con la naturaleza sistémico-
procesal del modelo, las discrepancias afectivas activadas en el curso de la terapia harían
inevitable una reorganización del sistema y, con ello, una reformulación de la narrativa
personal y un aumento en la comprensión de las propias reglas de funcionamiento. Según
esta posición, el uso que hace Guidano del término "comprensión" deriva del hecho de que
debe entenderse como una herramienta necesaria que el terapeuta debe utilizar en la
interacción con el paciente y no como un proceso que subyace al cambio; es decir, la
comprensión de la propia dinámica interna indicaría el método de autoobservación; el

8
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

método de autoobservación implica una serie de preguntas estratégicamente orientadas


del terapeuta y de las respuestas del paciente, es decir, de un intercambio lingüístico que,
en cuanto tal, es un fenómeno cognitivo y representa una de los mayores dificultades de la
psicoterapia, la dificultad de tratar de llegar al cambio emotivo utilizando un instrumento en
gran parte cognitivo. Por lo tanto parece más apropiado decir que no es el aumento de
comprensión, por parte del paciente, de las propias reglas de funcionamiento, sino el
método de la autobservación, el principal instrumento cognitivo utilizado por el modelo
posracionalista. La comprensión de la forma de funcionamiento del paciente es por lo
tanto fundamental para que el terapeuta pueda guiar la autoobservación del paciente; pero
por el contrario no es necesario para el paciente.

La segunda posición es aquella que por el contrario, enfatiza los aspectos de comprensión
del proceso terapéutico. Según este punto de vista el problema psicopatológico estaría en
gran parte, ligado a la incapacidad del paciente de integrar y auto referirse alguna porción
de la propia experiencia emotiva inmediata debido a un insuficiente nivel de abstracción
semántico-narrativa específica a su propia organización de significado personal, y solo a
través del aumento de comprensión de las propias reglas de funcionamiento sería posible
hacer coherente la experiencia inmediata discrepante con el sentido de sí en curso. La idea
en la base de esta posición es aquella según la cual, de acuerdo con el segundo pasaje de
Guidano arriba citado, el aumento de comprensión por parte del paciente, de las propias
reglas de funcionamiento determinaría la activación emotiva que, a su vez, conduciría a
una reorganización del sistema. Por lo tanto la comprensión debería considerarse un
elemento fundamental de la dinámica del cambio. El punto débil de esta posición se puede
observar en el hecho frecuente de que el paciente parece comprender el propio
mecanismo de funcionamiento, pero los aspectos psicopatológicos no cambian, no siempre
la comprensión se acompaña de activación emocional significativa; al contrario, la
explicación de una regla operativa, sobre la cual el paciente no posee control ni
responsabilidad, tiende a anula el efecto emocional de la discrepancia.

Un ejemplo clínico de dos modalidades técnicas diferentes de conducir el


coloquio durante la sesión de psicoterapia.

Para una mejor explicación sobre cómo, a nuestro criterio, la teoría influencia la técnica
psicoterapéutica, imaginemos una terapia durante la cual el paciente, guiado por preguntas
estratégicamente orientadas del terapeuta, percibe una discrepancia afectiva. El terapeuta
reconoce la discrepancia del paciente al observar las manifestaciones externas que
generalmente acompañan a la misma: cambio en la postura, en la mímica, en la
gestualidad, en el tono de la voz, a veces ojos brillosos hasta el llanto, que en la práctica

9
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

clínica son señales de una fuerte activación emocional. Naturalmente cuanto más suaves
sean estas señales, tanto mayor es la necesidad de que el terapeuta sepa captarlas. En
este punto algunos terapeutas dicen inmediatamente al paciente: ¿Cómo se siente?, ¿Qué
está sintiendo?, ¿Qué cosa le está sucediendo?”. En general este tipo de preguntas tiene
el efecto de alejar al paciente de la discrepancia afectiva; aquello que en general
observamos es que el paciente ”se recompone”, se seca las lágrimas y, buscando las
palabras para explicar cómo se siente, entra nuevamente en el dominio narrativo, que es
un dominio cognitivo. La discrepancia afectiva, deja paso a la reformulación narrativa, tanto
más fácil para el paciente cuanto más breve sea la perturbación emotiva. El paciente es
inducido por la demanda del terapeuta a enfocar aquello que está sintiendo en un marco
narrativo, lingüístico, para que pueda explicárselo y la interacción sucesiva con el terapeuta
en general tiene el objetivo de hacer esta explicación congruente con la narrativa personal
del paciente. El comportamiento de este terapeuta está ligado a veces con su dificultad
para hacer frente a las emociones intensas de sus pacientes, pero la mayoría de las veces
probablemente se deba al hecho de que otorgan más importancia a la explicación de la
discrepancia afectiva y a las reformulaciones narrativas que al poder transformador que
tiene experimentar la misma en su máxima intensidad y por más tiempo, con la ayuda y el
sostén del terapeuta.

Otros terapeutas, y nosotros estamos dentro de este grupo, consideran en cambio, que el
paciente debe ser dirigido hacia el interior de la discrepancia afectiva y que la explicación y
la reformulación narrativa que necesariamente la acompañará, no debe obligatoriamente
ocurrir durante la sesión; ya que es una cosa que el paciente puede hacer a solas entre
una sesión y otra, también esta explicación puede ser el punto de partida de la sesión
siguiente y, en ese caso, el objetivo, una vez más, no será la comprensión, sino la
producción de nueva discrepancia.

El punto central de la diferencia en la técnica de estos terapeutas, por lo tanto, se halla en


la teoría de la dinámica del cambio. Quien enfatiza la importancia de la comprensión del
propio mecanismo de funcionamiento tendrá la tendencia a explicar y ayudar al paciente a
narrarse de diferente manera su manera de ser; si en cambio enfatiza la importancia de la
discrepancia afectiva como generadora de cambio, trabajará activamente para la activación
de eventos afectivamente significativos, dejando al paciente la carga y la responsabilidad
de la reformulación narrativa.

El following and leading

El folowing and leading es la modalidad técnica a través de la cual se lleva a cabo el


método de la autobservación en la terapia posracionalista. Literalmente significa seguir y

10
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

guiar y describe la actitud que el terapeuta debe adoptar para favorecer la activación de
discrepancia afectiva que se necesita para genera el cambio. Diversos autores se han
referido al terapeuta como una base segura, que permite al paciente explorar el propio
mundo interno en un contexto en el cual pueda sentirse seguro (Bowlby, 1988; Fonagy,
Target, 1996; Slade, 2002; Holmes, 2001). Para favorecer el cambio el terapeuta debe por
lo tanto oscilar entre una posición al lado del paciente, que lo haga sentir protegido y
comprendido, y una posición un paso adelante del paciente, que permita construir nueva
experiencia cognitiva y emotiva. Naturalmente el terapeuta que está “un paso adelante” no
debe ir mas allá de la zona de desarrollo próximo del paciente (Vygotsky, 1934), mas allá
de la cual la perturbación resulte inútil e incomprensible. Pero, ¿Qué significa exactamente
en la práctica clínica, estar al lado o un paso adelante del paciente? Significa actuar
terapéuticamente sobre la narración y sobre todo sobre la relación, teniendo siempre en
cuenta la evaluación que momento a momento debe hacer el terapeuta, respecto del
proceso de autorregulación del sistema personal del paciente en el hic et nunc.

Respecto a la narración, el terapeuta debe seguir la narración que el paciente hace de sí


mismo, de la propia vida, de sus relaciones y del propio trastorno, escuchando
atentamente aquello que relata, cómo lo relata y qué explicaciones se da al respecto; al
mismo tiempo debe guiar al paciente, invitándolo a prestar atención a aquellos aspectos
excluidos del relato espontáneo, que el terapeuta, sobre la base de su propia teoría de
referencia sobre el funcionamiento de la mente, especula puedan ser importantes,
promoviendo el uso de la memoria episódica y favoreciendo la secuencialización de la
experiencia. Un excesivo uso de la técnica de la moviola puede ser molesto para el
paciente y transformar en poco fluido y espontaneo el natural acontecer de la interacción
verbal. El objetivo, en cambio, es moverse entre el nivel tácito de la experiencia inmediata
de sí y aquellos componentes explícitos del sentido inmediato de sí, de modo tal que lleve
al paciente a distinguir y experimentar aquella discrepancia afectiva que, a través del
análisis de su proceso y sus componentes, facilitaran la integración, en un nuevo sentido
de sí, de aquellos matices afectivos e intencionales, que se hallándose fuera de la
conciencia, generaban la discrepancia, o el síntoma. La nueva explicación y el cambio de
la trama narrativa, a través de la cual el paciente se ve y se describe, son una
consecuencia de este proceso de integración.

Pero es en la gestión de la relación terapéutica donde más se evidencia la función del


following and leading. El aspecto más importante de la relación terapéutica es la
reciprocidad afectiva que se establece (Whitaker, Malone, 1953; Sullivan, 1954), es decir la
sintonización del terapeuta con los estados de ánimo del paciente y al mismo tiempo la
sintonización del paciente con los estados de ánimo del terapeuta. La reciprocidad emotiva

11
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

dentro de una relación terapéutica tiene características absolutamente peculiares en


relación a las que caracterizan otras relaciones significativas, como la que existe entre la
madre y el niño o entre los miembros de una relación de pareja; una de dichas
característica se refiere al hecho de que la responsabilidad de la transformacion de la
relación interpersonal en una relación terapéutica, es principalmente del terapeuta, quien
debe por lo tanto prestar máxima atención a la misma.

El aspecto central de la cuestión es la oscilación que ocurre, por parte del terapeuta, entre
la sintonización sobre las emociones que el paciente presenta en la sesión y la
sintonización sobre los contenidos tácitos del paciente. Cuando el terapeuta se coordina
con el contenido afectivo que el paciente presenta en la sesión, establece una relación
significativa, en la cual el paciente se siente acogido, escuchado y comprendido; la actitud
no crítica del terapeuta favorece la sensación del paciente de estar en un contexto seguro,
propicio para la exploración del propio mundo interno. Cuando el terapeuta se focaliza con
los contenidos afectivos tácitos del paciente, es decir con aquellos contenidos afectivos
que no acceden a la conciencia, transforma una relación significativa en una relación
terapéutica que facilita que el paciente, a través de experiencias discrepantes, pueda
acceder más fácilmente al propio contenido afectivo tácito que se encuentra en la base del
desorden psicopatológico.

Veamos cómo: la capacidad de hacer hipótesis sobre aquello que está en la mente de otra
persona funciona por medio de mecanismos explícitos y tácitos que suceden
simultáneamente y se afectan unos a otros (Fonagy, 1989; Bateman, Fonagy, 2006; Allen
et al. 2008). A los fines explicativos puede resultar útil, examinarlos separadamente. El
mecanismo explícito por medio del cual el terapeuta hace hipótesis sobre los contenidos
afectivos tácitos del paciente, es el mecanismo de la inferencia abductiva (Pierce, 1878),
que es aquel tipo de inferencia que comporta la formulación de hipótesis sobre las causas
de un fenómeno, a partir del conocimiento de las conclusiones – en nuestro caso los
aspectos fenomenológicos que observamos en el paciente - y de las reglas - en nuestro
caso la teoría del funcionamiento de la mente del modelo posracionalista y las hipotesis
que momento a momento nos hacemos sobre el desbalance afectivo tacito que se
encuentra en la base de las oscilaciones emocionales que siente el paciente (quien es la
persona con la cual el paciente tiene el desbalance y cuál es la trama afectiva especifica
de dicho desbalance) y, además, cuál es su dinámica disociativa. El terapeuta, observando
al paciente en sesión y en base a una teoría de referencia, a través de inferencias
abdutivas, hace una hipótesis sobre el contenido afectivo tácito del paciente. El solo hecho
de inferir un contenido afectivo tácito conlleva a que el terapeuta modifique su propio
estado de ánimo, como si estuviese en presencia de un contenido explícito. El mecanismo

12
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

tácito es la Metarrepresentación afectiva tácita, es decir la posibilidad de representarse al


otro mientras éste se representa un estado afectivo (Balbi, 2011a), concepto que resulta
particularmente útil porque utiliza la noción de metarrepresentación como representación
de aquello que está en la mente de otro (Baron-Cohen et al., 1985; Riviere, 2003; Sperber,
2000), subrayando al mismo tiempo el aspecto implícito del fenómeno y la importancia del
contenido afectivo presente en el nivel tácito de la conciencia. El mecanismo de la
inferencia abdutiva define la variable ligada al modelo psicoterapéutico utilizado, en cuanto
el tipo de inferencia que realiza el terapeuta estará naturalmente ligada a su teoría de
referencia; el mecanismo de la metarrepresentación afectiva tácita define en cambio la
variable ligada al terapeuta, a su modalidad de entrar en relación con el otro y con sus
emociones. A través de estos dos procesos, uno – la inferencia abductiva- explícito y
específico de la relación terapéutica, el otro – la metarrepresentación afectiva tacita -
implícito y característico de las relaciones humanas, los estados emotivos del terapeuta
cambian, sintonizando con los contenidos afectivos tácitos del paciente, relativos a la
dinámica del desbalance; en substancia el terapeuta se encuentra a comportarse como si
el paciente estuviese experimentando esos contenidos afectivos, que en realidad son
simplemente hipotetizados por él, y constriñendo al paciente a confrontarse con ellos: por
lo tanto, se dispara entre los miembros de la relación terapéutica una Metarepresentación
afectiva recursiva tácita (Balbi, 2011a), que modifica, a su vez, el estado interno del
paciente. De este modo, el contenido afectivo tácito del paciente deviene viable al poder
ser compartido. Se crean así las condiciones para que el paciente, pueda experimentar
contenido ideo-afectivo no integrado y no reconocible, discrepante con el sentido de sí en
curso, y que se encuentra en la base del trastorno por el cual el paciente ha solicitado
psicoterapia. A través de esta recursividad metarrepresentacional el terapeuta puede
además poner a prueba la validez de la inferencia, observando la eventual resonancia o
disonancia emocional en el paciente. Dado que desde una perspectiva sistémica no es
posible insertar contenido en un sistema desde fuera (Maturana, Varela, 1980), una
inferencia que no corresponda al contenido afectivo tácito del paciente, producirá un efecto
disonante entre el estado emotivo del terapeuta y aquel del paciente, disonancia que,
captada por el terapeuta, conducirá a éste a modificar la hipótesis que había construido.

Entonces, en esencia, la técnica del following and leading, a través de la gestión de los
temas sometidos a la autobservación y sobre todo a través de la relación terapéutica,
consiste en trabajar en la interfase entre el nivel de la experiencia inmediata de sí y el nivel
del sentido inmediato de sí del paciente, para favorecer el surgimiento de experiencias
emocionales discrepantes que, llegando al nivel de conciencia, generan en el paciente una
nueva forma de sentirse, que a su vez implica una nueva discrepancia, de un nivel superior

13
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

de abstracción, y que emerge debido a la integración consciente de los contenidos hasta


ahora disociados de su experiencia inmediata, que ahora puede ser compartida con su
terapeuta. Aquello que debe alcanzar el nivel de conciencia es la experiencia afectiva
disociada en el proceso de elaboración del desbalance afectivo que está en el origen del
desorden psicopatológico, y no la explicación del propio mecanismo operacional de
funcionamiento por medio del cual se produce la disociación.

La técnica del following and leading es particularmente ardua para el terapeuta, porque le
exige estar muy atento a percibir el estado interno del paciente, monitoreando
continuamente la mirada, la postura, el tono de la voz, el repentino cambio de tema, y
todas las señales exteriores que sugieren la existencia de discrepancia afectiva en el curso
de la sesión, y simultáneamente debe tener presente la propia teoría de referencia, para
poder formular hipótesis que le permitan guiar al paciente; al mismo tiempo, debe ser
capaz de captar cuando es el momento de seguir al paciente, sosteniéndolo y calmándolo,
y cuando es el momento de guiarlo, perturbando el sistema. Es sin embargo es la técnica
que permite llevar el método de la autobservación eficazmente, evitando que la misma se
transforme en una mera transmisión de información, poco útil para la resolución de
problemas emocionales.

Discusión

La tarea del terapeuta es la de perturbar de manera estratégica el sistema personal del


paciente en oscilación para consentirle de encontrar un nuevo equilibrio dinámico. Esto
significa que el terapeuta debe tener una teoría general del funcionamiento de los seres
humanos y que en el curso de la terapia debe construirse una teoría del desbalance
afectivo que está en la base del síntoma que presenta el paciente, considerando este
síntoma como producto de disociaciones, características de los mecanismos de
funcionamiento del sistema personal del paciente, activadas para afrontar dicho
desbalance afectivo tácito; solo de este modo podrá actuar de manera estratégica. Su
objetivo es perturbar, detectar y activar discrepancias afectivas, que puedan facilitar la
integración de contenidos ideo-afectivos disociados, no explicar, ni definir la forma
específica en que el paciente construirá un nuevo sentido de sí mismo. El conocimiento de
las reglas de funcionamiento del paciente, es algo que sirve al terapeuta, no al paciente.
Por otra parte la demanda del paciente es la de cambiar o disminuir un sufrimiento
psíquico, no la de comprender; incluso cuando la demanda explícita sea la comprensión de
si mismo, un análisis profundo de dicha demanda nos conduce siempre a una
reformulación en términos de una motivación interna de cambio en el modo de sentirse.

14
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

El cambio está ligado a la producción de eventos afectivamente significativos. En el origen


de la errónea comprensión de este aspecto central de la teoría posracionalista, está en el
hecho que gran parte del proceso terapéutico ocurre en el dominio lingüístico, el cual es un
dominio cognitivo. Es por medio de un intercambio lingüístico, a través de las preguntas
que el terapeuta realiza, que el paciente es conducido hacia la autobservación.
Naturalmente las preguntas, las observaciones y los comentarios que el terapeuta realiza
para facilitar la autoobservación en el paciente, debe incluir necesariamente un cierto nivel
de explicaciones, que sean adecuadas no solo con el nivel cultural del paciente sino
también con su estilo de procesamiento de información. Por lo tanto la comprensión de las
propias reglas de funcionamiento por parte del paciente es concebido como un
epifenómeno que a veces acompaña el cambio y al mismo tiempo como un instrumento
necesario para favorecer la autoobservación.

Nosotros consideramos sin embargo, que el mejor resultado en una psicoterapia es


obtener el máximo cambio con la mínima comprensión (Guidano, 2000). Esto es así,
porque nuestros pacientes, como todos los seres humanos, funcionan mayormente en una
dimensión tacita, disociando algunos aspectos de la experiencia y percibiendo otros, para
mantener un sentido de sí relativamente estable y aceptable. Estas modalidades de
funcionamiento, que se construyeron durante el desarrollo infantil y a través de la crisis de
la adolescencia y que no representan un “déficit” de la persona, sino recursos para
construir significados, son estructurales, no cambian, y hacerlos conscientes no ayuda a
integrar contenido tácito. La idea de que el cambio se produce mediante la revelación de
aspectos tácitos es, a nuestro criterio, una idea incorrecta. El cambio sobreviene a través
de una experiencia emotiva que el paciente se explica a su manera, por medio de
modalidades de autoengaño que le son características, y que no necesariamente coincidirá
con la explicación que el terapeuta tiene según su propio modelo teórico.

No sirve añadir ulteriores teorías a lo que el paciente ya sabe, incluso a veces, producto
de terapias anteriores; esto puede tener un efecto iatrogénico, comunicando al paciente el
mensaje de que está sufriendo sólo porque es él quien tiene una falla de funcionamiento, lo
cual favorece una actitud defensiva, que los psicoterapeutas conocemos bien, que lleva al
paciente a pensar: “¡No puedo evitarlo, así soy! El terapeuta debe evitar connotar el
problema del paciente como una particular sensibilidad a un tipo de experiencia (pérdida
afectiva, situaciones constrictivas, etc.); ni como producto de un déficit en la capacidad de
mentalización, metacognición, etc. Por el contrario, debe ayudar a su paciente a identificar
la función que tiene dicho “déficit”, en determinado contexto y a partir de un cierto
momento de su ciclo vital, para la estabilización de su experiencia personal frente al
desbalance afectivo que origina el sìntoma. Atribuir el desorden psicopatológico a la

15
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

existencia de un déficit estructural no es consistente con las explicaciones sistémico-


procesales del modelo posracionalista (Balbi, 2018).

Podemos concluir este articulo con las palabras de Frernando Gonzalez Rey (2009), un
autor recientemente fallecido, que ha realizado una gran contribución al desarrollo de la
psicología de la subjetividad: “Aumentar la comprensión del paciente respecto de su
“reglas de ordenamiento de la realidad” no conlleva un grado considerable de modulación
emocional. El conocimiento representa un proceso de atribución de sentido de naturaleza
constructiva. Ese es uno de los motivos por los cuales el cambio en psicoterapia no
representa el acceso a una realidad cognoscible, sino la construcción de una nueva
realidad.

Bibliografía
 Allen J.G., Fonagy P., Bateman A.W. (2008) tr.it. La mentalizzazione nella pratica
clinica, Raffaello Cortina Editore, Milano, 2010.
 Baars B.J. (1997) In the Theater of Consciousness, Oxford University Press, New
York, NY
 albi J. 11a) Metarappresentazione affettiva tacita e senso di identit personale.
Un approccio alla comprensione delle gravi patologie psichiatriche dell’adolescenza
e giovinezza, Rivista di Psichiatria, 46: 5-6.
 Balbi J. (2011b): La dimensione emozionale umana e la psicopatologia. In: Nardi,
Arimatea,Capecci, Francesconi (a cura di) Lavorare con le emozioni. Atti del XII
Convegno di Psicologia Post-razionalista, Accademia dei Cognitivi Della Marca
Ancona.
 Balbi J. (2014) Terapia Cognitiva Post-Razionalista. Conversazioni con Vittorio
Guidano. Alpes, Roma.
 Balbi J. (2015a) Adolescence, Order through Fluctuations and Psychopathology. A
Post-Rationalist Conception of Mental Disorders and Their Treatment on the
Grounds of Chaos Theory. Chaos and Complexity Letters, 9 (2), 85- 105.
 Balbi J. (2015b) Attività dissociativa della coscienza e sequenzializzazione
dell’esperienza di identità. Una riflessione sul modello del Sé e il metodo della
terapia cognitiva post-razionalista. In: Nardi, Arimatea (a cura di) Ricostruire
l’Esperienza, Accademia dei Cognitivi dellaMarca, Ancona.
 albi J. 18) Relazione e cambiamento con il metodo dell’autossevazione guidata
nella psicoterapia post-razionalista. In: Nardi, Del Papa, Colocci (a cura di) La
relazione terapeutica in una psicoterapia pos-razionalista, Atti dell XIX Convegno di
Psicologia e Psicopatologia Post-Razionalista, Accademia dei Cognitivi della Marca,
Ancona.
 Bateman A., Fonagy P. (2006) tr.it. Guida pratica al trattamento basato sulla
mentalizzazione. Per il disturbo borderline della personalità, Raffaello Cortina
Editore, Milano, 2010.
 Berlin H. A. (2011) The Neural Basis of the Dynamic Unconscious,
Neuropsychoanalysis,13 (1): 5-31.
 Bowlby J. (1988) tr. it. Una base sicura. Applicazioni cliniche della teoria
dell’attaccamento, Raffaello Cortina Editore, Milano, 1989.
 Colucci D’Amato A. 18) Riflessioni sulla relazione terapeutica e sulla dinamica
del cambiamento. In: Nardi, Del Papa, Colocci (a cura di) La relazione terapeutica in
una psicoterapia pos-razionalista. Atti dell XIX Convegno di Psicologia e
Psicopatologia Post-Razionalista, Accademia dei Cognitivi della Marca, Ancona.

16
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

 Dehaene S. (2014) tr. castellana. La conciencia en el cerebro.descifrandoel enegma


de cómo el cerebro elabora nuestros pensamientos. Siglo Veintiuno, Buenos Aires
2015.
 Ellison J., Greenberg L. (2007) Emotional-Focused Experiential Therapy. In:
Kasantzis, L’Abate Eds), Handbook of Homework Assignments in Psychotherapy.
Research, Practice, and Prevention, New York, Springer.
 Fonagy P. (1989) On tolerating mental states: theory of mind in borderline patients,
Bulletin of Anna Freud Centre, 12: 91-115.
 Fonagy P., Target M. (1996) Playing with reality: 1. Theory of mind and the normal
development of psychic reality, International Journal of Psychoanalysis, 77, 217-
223.
 Froufe M. (1997) El inconsciente cognitivo. La cara oculta de la mente, Biblioteca
Nueva, Madrid.
 Froufe M. ) “¿Se puede investigar objetivamente la <<in>>) experiencia
subjetiva? Innovaciones metodológicas en el estudio del inconsciente”, Psicothema,
12, Supl. 2: 241-244.
 González Rey F. L. (2009) Psicoterapia, subjetividad y posmodernidad. Una
aproximación desde Vigotsky hacia una perspectiva histórica- cultural. Noveduc,
Buenos Aires.
 Greenberg L., Rice L., Elliot R. (1993) Facilitating Emotional Change. The Moment-
by-Moment Process, Guilford Press, New York.
 Greenberg L., Paivio S., (1997) Working with Emotions in Psychotherapy, Guilford
Press, New York.
 Guidano V.F. (1987) tr. It. La Complessità del Sé. Un Approccio Sistemico-
Processuale alla Psicopatologia e alla Terapia Cognitiva. Bollati Boringhieri, Torino,
1988. (Traducción nuestra)
 Guidano V.F. (1991) tr. castellana. El sí-mismo en proceso. Hacia una terapia
cognitiva posracionalista. Paidós, Barcelona, 1994.
 Guidano V.F. (1994) Comunicación personal.
 Guidano V.F. (2000) Psicoterapia cognitiva postracionalista y ciclo de vida
individual. Revista de Psicoterapia, 41, 35-65.
 Gur R.C., Sackeim H.A. (1979) Self-Deception: A Concept in Search of a
Phenomenon. Journal of Personality and Social Psychology, 37 (2): 147-69.
 Hamlyn D. (1974) Person Perception and Our Understanding of Others. In: Mischel
(Ed) Understanding Other Persons. Rowman & Littlefield, Totowa, N.J.
 Haynes J. D. (2009) Decoding Visual Consciousness from Human brain Signals,
Trends in Cognitive Sciences, 13: 194-202.
 Hofer, M. A. (1984) Relationships as regulators: A psychobiologic perspectiveon
bereavement. Psychosomatic medicine, 46, 183-197.
 Holmes J. (2001) tr. it Psicoterapia per una base sicura, Raffaello Cortina Editore,
Milano, 2004.
 Leisman G., Koch P. (2009) Networks of conscious experience: computational
neurosciencein understanding life, death, and consciousness, Reviews in the
Neurosciences, 20 (3-4): 151-76.
 Maturana H. R., Varela F. J. (1980) tr.it. Autopoiesi e cognizione. La realizzazione
del vivente, Marsilio Editore, 2001.
 Naccache L. (2006) Le nouvel inconscient, Odile Jacob, Paris.
 Onishi K. H., Baillargeon R. (2005) Do 15-Month-Old Infants Understand False
Beliefs? Science, 308, (5719): 255-258.
 Peirce C.S. (1878) tr. it. Opere, Bompiani, Milano, 2011.
 Prigogine I. (1976) Order through fluctuations: Self-organization and social system.
In: Jantsch, Waddington (Eds.), Evolution and Consciousness: Human Systems in
Transition. Addison-Wesley, Reading, USA.

17
Método y Técnica de la Terapia Posracionalista. ¿Es conveniente revelar al paciente J. Balbi
sus reglas de funcionamiento? A. Colucci
D’Amato

 Prigogine I., Stengers I. (1985) Order out of Chaos: Man’s New Dialogue with
Nature, Flamingo, London.
 Rivière A. (2003) Intencionalidad y metarreprentaciòn: Una perspectiva evolutiva.
In: Rivière A.: Obras Escogidas, Volumen 3: Metarrepresentaciòn y semiosis.
Madrid, Editorial Médica Panamericana.
 Russel J.M. (1978) Saying, Feeling and Self-Deception, Behaviorism, 6: 17-43.
 Slade A. ) tr. it. Teoria dell’attaccamento e ricerca clinica. Implicazioni per la
teoria e la pratica della psicoterapia individuale con gli altri. In: Cassidy, Shaver
Eds) Manuale dell’attaccamento: Teoria, ricerca e applicazioni cliniche (pp. 653-
673), Giovanni Fioriti Editore, Roma.
 Sperber D. (2000) Metarepresentations in an evolutionary perspective. In: Sperber
(Ed) Metarepresentations: A Multidisciplinary Perspective. Oxford University Press,
pag. 117-137.
 Sullivan H. S. (1954) tr.it. Il colloquio psichiatrico. Giovanni Fioriti Editore, Roma,
2017.
 Tomasello, M. (2005) Constructing a Language: A Usage-Based Theory of
Language Acquisition, Harvard University Press.
 Van Gaal S., Riddernkhof K. R., Scholte H. S., Lamme V. A. 1 ) “Unconscious
Activation of the Prefrontal No-Go Network”, Journal of Neuroscience, 30 (11):
4143-4150.
 Whitaker C. A., Malone T. P. (1953) tr. it. Le radici della psicoterapia. Fondamenti,
metodi e tecniche, Franco Angeli, Milano, 1998.
 Vygotskij L. (1934) tr. It. Pensiero e linguaggio, Laterza, 2008.

18

También podría gustarte