224-Texto Del Artículo-2956-1-10-20180713
224-Texto Del Artículo-2956-1-10-20180713
ESTUDIOS / STUDIES
Karen Álvaro Rueda1, Esther Travé Allepuz2, M.ª Dolores López Pérez3
Universidad de Barcelona
RESUMEN
Las recientes intervenciones en el yacimiento de Revenga (Comunero de Revenga, Burgos) han dado a conocer
una secuencia de habitación marcada por la ocupación continuada del espacio y una intensa reutilización de
estructuras, a la par que el poblado experimenta distintas transformaciones en su ordenación interna entre los
siglos V-IX. La interpretación arqueológica de un hábitat del que quedan en realidad muy pocos restos, dado
el carácter perecedero de sus construcciones, es especialmente compleja. En este trabajo se analizan algunos
ejemplos de estructuras excavadas en el yacimiento de Revenga que presentan procesos de reconstrucción o
reocupación del espacio con el fin de plantear algunas reflexiones acerca de los problemas interpretativos que
de ellas se derivan y contribuir al estudio del poblamiento altomedieval mediante la construcción de un registro
arqueológico de calidad.
ABSTRACT
Recent works at the archaeological site of Revenga (Comunero de Revenga, Burgos) revealed a stratigraphic
sequence featured by the uninterrupted occupation of space and intense reuse of structures. This correlates with
the settlement transformation and the changes occurred within its internal structure between 5th-9th Centuries.
The archaeological interpretation of habitat remains is a complex issue, due to the perishable character of building
materials used. Within this piece of research, several structures discovered at Revenga exhibiting rebuilding or
reuse processes are analysed in order to discuss some matters related to their interpretative problems. Our
contribution aims at offering a better insight of medieval settlements and at building a high quality archaeological
register.
Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative
Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
1
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0003-1321-7260
2
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-6769-4487
3
[email protected] / ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-6184-5352
CONSTRUCCIONES ALTOMEDIEVALES EN MATERIALES PERECEDEROS EN EL YACIMIENTO DE REVENGA (BURGOS) 2
Figura 1. Mapa de localización de los asentamientos del Alto Arlanza y del espacio que denominamos Alta Sierra, que conforma el área periférica
que es objeto de nuestro análisis.
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Figura 2. Planta general del yacimiento de Revenga, con detalles de la superficie rocosa excavada y de las estructuras identificadas. En ella se
muestra la selección de espacios en los que se detecta una superposición clara de elementos en base a la estratigrafía recuperada.
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El análisis de estas evidencias sirve como hilo con- de aproximarnos a este tipo de evidencias (Padilla y Álvaro
ductor para plantear algunos problemas interpretativos 2010: 264-265), que exigen un trabajo de relectura perma-
que parecen comunes a la mayoría de asentamientos ru- nente, tanto en su faceta material como documental, es decir,
rales, pero que necesariamente deben analizarse en clave de hacer un esfuerzo por interpretar de manera conjunta am-
microregional. Un conjunto muy nutrido de excavaciones bas fuentes de información (Kirchner 2010: 246). Una tarea
realizadas hasta hoy ha dado a conocer los rasgos principa- fundamental, en el caso de Revenga, ha sido la revisión pro-
les del poblamiento rural en un periodo de transición entre funda y permanente de la documentación antigua generada
las formas bajoimperiales de gestión del territorio y una a la luz de los nuevos hallazgos. Esta revisión de un registro
nueva configuración del paisaje que cristaliza a lo largo del topográfico especialmente minucioso del suelo rocoso y del
periodo feudal. Sin embargo, el estudio de estos procesos abundante material fotográfico obtenido a partir de los tra-
es complejo, en particular cuando analizamos el periodo de bajos de prospección no intrusiva en el yacimiento permite
transición entre una y otra realidad, porque las fuentes escri- advertir rasgos propios del hábitat que pueden permanecer
tas son prácticamente inexistentes y las arqueológicas muy inadvertidos antes de llevar a cabo la excavación (Fig. 3).
escasas y, cuando tenemos ocasión de hallarlas, ni unas ni Poner todos estos elementos sobre la mesa a fin de com-
otras son sencillas de interpretar y aún menos de relacionar. prender el yacimiento de Revenga como un espacio vivo
Por ello, conviene no sólo incrementar el volumen de que aglutina un centro de culto, una necrópolis rupestre y un
los yacimientos conocidos y la calidad del registro sino entorno habitado y precisar las características del mismo es
también ser capaces de cambiar el enfoque en la manera nuestra tarea fundamental a lo largo de estos años.
Figura 3. Fotografías aéreas realizadas a finales de los noventa sobrevolando el yacimiento en globo aerostático. En la actualidad, la presencia
cada vez más frecuente de drones en los yacimientos arqueológicos facilita la obtención diaria de fotografías aéreas.
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mientras que las fases de planta cuadrada aparecen or- A fin de evitar estos problemas interpretativos, en
denadas alrededor de dicho promontorio sin invadir el trabajos recientes C. Tejerizo (2014, 2016) propone seguir
recinto sacro formado por la iglesia y su cementerio cir- la terminología anglosajona propuesta por P. Rahtz (1976:
cundante. Esto nos lleva a pensar que la transformación 70-73; West 1986) según la cual se identifican como
sustancial del poblado que cambia el aspecto general y sunken-featured buildings (SFB) estas estructuras domés-
organización del mismo debería vincularse al proceso de ticas cuyo elemento estructural más destacado, en térmi-
cristianización de la Alta Sierra que dará lugar al origen nos de registro arqueológico, es una fosa excavada en el
de las necrópolis rupestres y que quizás se podría expli- terreno natural, más o menos regularizada y de fondo alla-
car a partir de la llegada de algún contingente poblacio- nado y cuya morfología se caracteriza por ser más extensa
nal foráneo, a priori relacionable con el área de la Rioja, que profunda y más o menos regular en torno a formatos
a través del paso de Neila (Padilla y Álvaro 2010: 294). ovalados o cuadrangulares, sobre la que se levantaría la
La existencia de un asentamiento anterior a lo tra- estructura edilicia, generalmente de materiales perecede-
dicionalmente asumido queda avalada por las más de ros; refiriéndonos pues a ellas en castellano como estruc-
cincuenta estructuras halladas en Revenga, que respon- turas de fondo rehundido (EFR) (Tejerizo 2014: 217).
den a una morfología variada entre la que distinguimos Este tipo de estructuras fueron claramente identificadas
una serie de fondos de cabaña circulares de dimensiones y tipificadas en la arqueología medieval británica incluso
reducidas y fondo rehundido (tipo A); un segundo grupo antes de la acuñación del término como tal refiriéndose a
también de planta circular pero de tamaño mayor, que ellas como pit-houses o sunken-floor huts basándose en
constituye el conjunto más numeroso detectado en el la terminología alemana que las denomina grubenhaüser
área excavada hasta ahora (tipo B); unas estructuras (West 1969: 4; Addyman y Leigh 1973: 7 y ss.). El con-
medianas de planta cuadrada (tipo C) y unas estructuras cepto define pues una tipología clara, claramente identi-
de planta rectangular y grandes dimensiones (tipo D). A ficada como tal y con un vasto repertorio bibliográfico al
ello se añaden dos estructuras claramente diferenciadas respecto (Gardiner 2012: 232, Fig. 1, 244-246).
de dimensiones excepcionales, una de las cuales —ya La dificultad, en nuestro caso, radica en el hecho de
identificada y documentada desde los primeros trabajos que el conjunto de estructuras identificadas en Reven-
realizados en el lugar— es la que corresponde al centro ga no siempre coincide con dicha definición, sino que
de culto del asentamiento (Fig. 4). también hallamos —aunque en un número significati-
El análisis de estas estructuras no está exento de pro- vamente menor— estructuras cuya planta tallada sobre
blemas ya que desde una óptica meramente terminológica el suelo rocoso no aparece rehundida sino realzada, es
las posibilidades de nombrar este tipo de evidencias se decir, que se documenta un pequeño zócalo de piedra
revelan también variopintas. No nos desagrada el término que aparece en ligero relieve sobre la cota media del
genérico fondos de cabaña, puesto que en ningún caso suelo. Este tipo de estructura parece diferir de lo que
disponemos de evidencias arqueológicas que se levanten A. Vigil-Escalera denomina construcciones “en super-
siquiera un palmo del nivel del suelo. Si dejamos de lado ficie” (Vigil-Escalera 2003: 288) —también presentes
las huellas de la iglesia que preside el promontorio (Padi- en Revenga— y que, según el autor, nos muestran edi-
lla y Álvaro 2011a: 71-75), las estructuras identificadas y ficaciones provistas de zócalos de piedra sin concertar
que son objeto principal de este trabajo corresponden en ni apenas desbastar, alzados preferentemente en tapial
su mayoría con lo que tradicionalmente se ha identificado y cubiertas de teja curva. Los zócalos casi no presentan
como fondos de cabaña, empleando un término general- zanja de cimentación, o lo hacen de forma muy somera,
mente aceptado en lengua castellana, muy extendido e y no se advierte el uso de morteros ni la existencia de
importado del francés fond de cabanne (Chapelot 1980). pavimentos que no sean de tierra apisonada o el propio
En cualquier caso, somos conscientes de la imprecisión firme geológico regularizado. En este caso concreto, sin
del término cabaña en contextos altomedievales, y del embargo, nos referimos al propio suelo rocoso que cons-
debate que suscita dadas las connotaciones de ruralidad, tituye dicho zócalo mediante el rebaje de la superficie
pobreza, tosquedad, marginalidad y provisionalidad del exterior de la estructura, sin que necesariamente se haya
mismo, así como las implicaciones de dicho vocablo en recuperado la construcción en superficie.
relación con la presunción de funcionalidad al margen Dada esta variabilidad tipológica, hemos optado por
de la caracterización arqueológica y formal (Azkárate y referirnos al conjunto empleando el término genérico de
Quirós 2001: 28). estructuras de hábitat o de culto, siendo conscientes que
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Figura 4. Tabla de clasificación tipológica de las estructuras de hábitat y de culto excavadas en Revenga, con indicación de sus rasgos principales
y cronología estimada.
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estamos interpretando una funcionalidad de dichas es- cuadradas son ampliadas y pasan a adoptar plantas
tructuras, y analizar la morfología precisa en cada caso. rectangulares de mayores dimensiones. La ampliación
Cabe destacar, de hecho, que los espacios en los que se de la estructura cuadrangular R15, que originariamente
ha interpretado la existencia de una actividad productiva responde a una construcción de tipo C y que se convierte
de cualquier tipo —que también los tenemos en Reven- en otra mayor de tipo D nos servirá para explicar este
ga— no aparecen directamente relacionados con estos cambio. Esta nueva estructura —más grande— puede
elementos sino que se trata más bien de ubicaciones al interpretarse como coetánea de R3, que se construye
aire libre, por lo que no parece descabellado a priori re- sobre la amortización de un espacio de producción que
lacionar las estructuras descritas (rehundidas o no) con inutilizó a su vez la cabaña circular C1, anteriormente
usos domésticos. Por todo ello y de manera genérica, mencionada, que ocupo el espacio en primer término.
la denominación tradicional de los fondos de cabaña,
aunque problemática en ocasiones como ya se ha hecho
notar, no ha sido totalmente eliminada de nuestro voca- CONSTRUCCIÓN, RECONSTRUCCIÓN Y
bulario puesto que en determinados casos las estructuras TRANSFORMACIÓN DEL HÁBITAT EN
detectadas son interpretables como cabañas en el senti- REVENGA
do literal del término, con sus matices y connotaciones.
Las variantes tipológicas anteriormente mencio- Dado que no disponemos todavía de una secuencia es-
nadas (Fig. 4) se relacionan con las distintas fases de tratigráfica que permita reconstruir la primera fase de
evolución del asentamiento, en base a la secuencia es- ocupación del antiguo poblado de Revenga, debemos
tratigráfica recuperada (Fig. 5). Las cabañas circulares centrarnos por ahora en los procesos de transformación
de tipo A parecen corresponder al momento de ocupa- posteriores, a la espera de que los trabajos arqueológicos
ción más antiguo. Los escasos ejemplares recuperados futuros permitan completar el registro. La excavación de
aparecen muy arrasados y en ocasiones desdibujados una superficie rocosa amplia que se extiende al norte de
por intensos trabajos de labra posteriores sobre el suelo la necrópolis (RM6) ha permitido documentar la exis-
rocoso. Poca más información podemos proporcionar al tencia de una concentración notable de estructuras de
respecto y las incógnitas acerca de estas primeras for- planta circular en disposición alveolar. Nos referimos al
mas de ocupación del asentamiento todavía son nume- conjunto formado por los fondos de cabaña que identifi-
rosas. El carácter aislado de estas cabañuelas circulares camos como C20, C21, C22, C23 y C31 (Fig. 6).
se contrapone a las estructuras del tipo B, que aparecen Entre ellos, los dos últimos corresponden a las es-
concentradas en áreas concretas del asentamiento en tructuras más antiguas, de las que apenas conservamos
una disposición alveolar (Ruano 2015: 45-50). En oca- estratigrafía. Distintos encajes y hasta cuatro postes cer-
siones podemos interpretar la coexistencia de tres o más canos a C23 son el único testimonio de una edilicia en
de estas estructuras en áreas de intensa utilización, en materiales perecederos. Resulta imposible por ahora es-
donde se advierten también superposiciones claras de timar la duración de este tipo de viviendas, que debieron
estructuras circulares de esta clase en un lapso de tiempo ser sometidas a apuntalamientos y remociones frecuentes,
reducido. Un ejemplo elocuente de este tipo de ocupa- pues en este mismo espacio reducido, de apenas 30 m2 de
ción lo hallamos en la superposición de las estructuras superficie, se documentan hasta tres superposiciones de
C31, C22 y C20, que tendremos ocasión de comentar. estructuras de características muy similares.
Esta imagen de un poblado formado por estructuras En ellas se advierten una serie de elementos comu-
de planta circular es sustituida posteriormente por una nes: la base de la cabaña es sometida a un trabajo de
ordenación más tardía del hábitat a partir de estructuras regularización del suelo rocoso, en ocasiones nivelando
de plantas cuadrangulares. La secuencia formada por las las posibles oquedades o irregularidades mediante una
cabañas C15 y R13 es especialmente ilustrativa de este preparación de pavimento con canto rodado o un mortero
proceso. También lo es la superposición de R3 respecto algo rústico formado por arenisca machacada. Sobre esta
de R1, aunque R3 corresponda a una tipología aún pos- superficie más o menos regular, una capa fina de arcilla
terior. Ciertamente, las transformaciones del poblado no batida constituye el suelo de uso de la cabaña, sin mayo-
terminan con la construcción de viviendas de planta cua- res acabados. Estos suelos arcillosos soportan la activi-
drada. Todavía advertimos una última evolución arqui- dad cotidiana y a menudo conservan sobre su superficie
tectónica del conjunto, cuando algunas de las cabañas algunos fragmentos de cerámica, pequeños carbones y
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Figura 5. Matriz de actividades simplificada, limitada a las estructuras seleccionadas para el presente trabajo y a las relaciones que se establecen
entre ellas.
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Figura 6. Documentación gráfica relativa a la reutilización de estructuras de tipo b: Fase de construcción de la estructura C20 (a), restos constructivos
del conjunto de estructuras C21, C22 y C23 (b), sección ilustrativa del proceso de ocupación del espacio (c) y vista general del sector (d).
habitualmente los restos de algún hogar. La ubicación de Los niveles constructivos y de utilización de esta
estos hogares dentro del habitáculo casi siempre aprove- estructura, así como de la contigua C22, aparecen fuer-
cha alguna pequeña cubeta —tal vez de origen natural o temente afectados por la construcción de un habitáculo
someramente acondicionada a tal efecto— que permita posterior de rasgos muy parecidos. La nueva cabaña
un mayor control del fuego. Tal es el caso del pequeño circular C20 arrasa a C21 mediante la talla de un se-
hogar detectado en el lateral de la estructura C21. micírculo bien marcado sobre el suelo rocoso, de unos
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Figura 7. Documentación gráfica relativa a la secuencia de las estructuras R13 y C15: fase de ocupación de R13 (a) y fase de construcción de
C15 (b). Detalle de los postes identificados en relación con C15 (c) y vista general del conjunto (d).
En los casos en que hemos recuperado superposi- con el proceso de ampliación y reconstrucción del edi-
ciones de estructuras cuadradas o rectangulares sobre ficio de culto presentado en trabajos anteriores (Padilla
otras de planta circular, la estratigrafía de ambas fases y Álvaro 2011a: 71-75, 2011b: 442-444, 2013: 18-26).
acostumbra a estar separada por un nivel de amortiza- Tal como sucede con la iglesia de Revenga, los vestigios
ción más o menos potente que homogeneiza el suelo y rupestres que atestiguan la presencia de la estructura
cubre los restos de la actividad precedente. En cambio, R15 en sus distintas fases aparecen marcados sobre un
esto no sucede en el proceso que interpretamos como mismo horizonte pétreo, un plano atemporal que debe
reconstrucción de estructuras de la segunda fase, ni en ser analizado en detalle para vislumbrar la evolución del
la ampliación de estructuras como la que documentamos edificio en sus distintas fases constructivas.
en el caso de R15, sobre el suelo rocoso de la floración El primer edificio de planta cuadrangular inutiliza
identificada como RM6, muy cercanas al conjunto de las fases previas de poblamiento del sector, densamente
estructuras circulares anteriormente descrito. ocupado por cabañuelas circulares en disposición alveo-
Esta cabaña cuadrada de tipo C, de unos 11 m2 de lar (Fig. 8). Sobre la superficie de la roca se advierte un
superficie, es ampliada hasta doblar el área ocupada y rebaje cuadrangular, muy poco profundo, delimitado
se transforma en una nueva estructura de 22 m2 y planta al noroeste por tres postes de idénticas características
rectangular de tipo D. La interpretación de estos restos —15 cm de diámetro y entre 3 y 4 cm de profundi-
es significativa porque presenta paralelos muy evidentes dad— y perfectamente alineados. Al sudeste, un recorte
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longitudinal de la roca parece constituir el asiento de un Toda la superficie es uniformizada por una prepara-
murete o zócalo y dos encajes irregulares parcialmente ción de pavimento más compacta, con esta preparación
recortados y opuestos entre sí completan el cuadrado blanquecina a modo de mortero, que no se conserva
a lado y lado de la estructura, cuya entrada se habría tampoco en su totalidad. El espacio aparecía cubierto
situado en la pared sudeste (Fig. 8 a). en el momento de su intervención por una capa de de-
Poco más podemos saber de las características de rrumbe, formada por piedras de dimensiones variables,
esta edificación antigua. Sobre el suelo se documentan de sin talla, y algunos fragmentos de teja, que atribuimos a
manera muy precaria y fragmentada pequeñas acumula- la fase final del asentamiento, cercana al siglo XIII. Esta
ciones de canto rodado, que rellena oquedades tenues y estructura última habría contado, a tenor de los restos,
que aparece mezclado con gravillas y algo de arena. Estos con un zócalo de piedra al menos sobre el que se ha-
parecen ser los únicos restos conservados de una prepara- brían terminado de levantar las paredes. El volumen de
ción de pavimento cubierta por los suelos posteriormente derrumbe conservado a pesar del expolio del lugar, no
eliminados tras la ampliación del edificio. Esta planta parece suficiente como para imaginar una cabaña cons-
inicial fue alargada por los lados nordeste y sudoeste para truida en piedra en su totalidad por lo que intuimos que
construir un nuevo edificio de planta rectangular, casi el la edilicia en materiales perecederos se mantiene hasta
doble de largo y de igual anchura que el primero. La ali- las últimas fases del asentamiento.
neación de tres postes que documentábamos para la pared Las características de esta construcción tardía co-
noroeste es alargada mediante nuevos postes, por lo que rresponden a grandes rasgos con las de R3, situada sobre
se podría deducir que esta pared se habría mantenido en la floración rocosa RM1, unos treinta metros al este del
pie al menos parcialmente y que el acceso al edificio ha- promontorio que alberga el espacio sacro. En este caso
bría seguido ubicado en la pared opuesta (Fig. 8 b). la secuencia estratigráfica completa refleja la evolución
Figura 8. Documentación gráfica de la ampliación de la estructura R15: fase de construcción de la estructura primitiva R15a y sus niveles
asociados (a), ampliación de la construcción y niveles tardíos de derrumbe (b) y vista general del sector (c).
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entre las fases 2, 3 y 4 (Fig. 5), que se suceden de ma- Esta intensa reutilización del sector impide conocer
nera continuada. Sobre el lugar en donde se ubicó una en profundidad los rasgos de la estructura C1, de la que
antigua cabaña de planta circular C1, se construye en la sólo conservamos su impronta sobre el suelo de arenisca
fase final del asentamiento una estructura de planta rec- y una capa relativamente potente de sedimento relacio-
tangular (R3) y casi 25 m2 de superficie. Sin embargo, el nada con su amortización y nivelación posterior del sec-
espacio aparece continuamente ocupado porque entre la tor para la planificación de este espacio de producción.
construcción más antigua y la más tardía se documenta El antiguo corte de la estructura circular es aprovechado
un espacio de producción que parece coetáneo de la fase para practicar un nuevo rebaje hacia el norte y construir
3 del asentamiento (Fig. 9). una espacie de cubeta en forma de media luna. Al sur,
Figura 9. Documentación gráfica relativa a la secuencia de las estructuras R3 y C1: fase de ocupación de R13 (a), amortización de C1 para la
utilización del espacio como área de producción (b), sección ilustrativa de la sucesión de estructuras (c), vista general del sector (d) y detalle
de las marcas de desgaste sobre el suelo rocoso (e).
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la forma circular de la estructura se modifica para crear No podemos aventurar por ahora mucho más de las
un ángulo recto que albergará un hogar de dimensiones características del poblado y su evolución pero, a tenor de
considerables. De este modo, se construye una especie los restos recuperados y analizados hasta ahora, nuestra
de corredor adosado, amparado en un considerable impresión es que las fases más antiguas del poblamiento
desnivel de la roca, que alberga algún tipo de actividad se ubicaron en el espacio más cercano a la necrópolis, con
productiva quizás relacionada con el trabajo del metal. anterioridad a su construcción, y que a medida en que la
Esta zona aparece amortizada con un nivel de derrum- implantación del centro de culto y la delimitación del ce-
be potente, con abundantes fragmentos de arenisca ocasio- menterio contribuyen a generar una nueva ordenación del
nalmente muy rubefactados o con manchas cenicientas y espacio, la reestructuración del poblado transforma las es-
de naturaleza heterogénea, a menudo con marcas de talla y tructuras de hábitat y las desplaza. Las nuevas viviendas
encajes muy evidentes, y algunos fragmentos de cerámica abandonaran las formas circulares más antiguas y adop-
reductora y teja de cronologías correspondientes a las fa- taran la nueva apariencia cuadrangular que las caracteri-
ses más avanzadas del asentamiento. Estas características za, a la par de se alejan progresivamente del área sacra.
nos permiten sospechar de la existencia de algún tipo de La impresión que tenemos por ahora del asentamiento
estructura de combustión. Los niveles contiguos a esta sugiere que los fondos de cabaña de planta cuadrada y
presunta estructura parecen corroborar nuestra interpreta- rectangular que hemos podido recuperar proporcionan
ción: pequeñas acumulaciones de materiales diversos en únicamente una visión incompleta de un poblado que se
forma de lechadas arcillosas, arenosas, con mayor o menos extiende hacia el suroeste.
cantidad de componentes calcáreos se amontonan entre
los restos del hogar y la cubeta semicircular ubicada algo
más al norte. Sobre esta cubeta, cuatro marcas de fricción CONSTRUCCIONES EN MATERIALES
(Fig. 9 e) en disposición rectangular corresponderían a la PERECEDEROS Y POBLAMIENTO
impronta dejada sobre el suelo de algún tipo de soporte ALTOMEDIEVAL
apoyado de manera continuada sobre el suelo de arenisca.
Esta alternancia entre espacios de hábitat y de produc- Las características de las estructuras de hábitat que he-
ción no es ajena a la dinámica habitual del asentamiento mos analizado para el caso de Revenga y la complejidad
y se documenta también en otros puntos del mismo. Todo interpretativa que de ellas se deriva no son en absoluto
este espacio productivo será finalmente inutilizado y sus- ajenas a la problemática general de este tipo de asenta-
tituido por un nuevo edificio de planta rectangular cuya mientos en el espacio peninsular y europeo. Uno de los
superficie es cubierta por un pavimento de tierra batida, de problemas centrales del estudio del hábitat rural entre
color anaranjado que se ha preservado prácticamente en su los siglos V y IX gira en torno a la individualización
totalidad, con una concentración de materiales cerámicos de viviendas y edificaciones diversas construidas con
—muy fragmentados— algo superior a otros puntos del materiales perecederos, fundamentalmente tierra y ma-
yacimiento. Esta cabaña más tardía probablemente contó dera (Hamerow 2012; Peytremann 2012; Vigil-Escalera
con un zócalo de piedra, cuyos restos se advierten sobre el 2003), y a la relación que se establece entre esta trans-
recorte de arenisca que constituyó la pared oriental y en el formación del sistema constructivo y las dinámicas
espacio de cierre de la pared norte. socioeconómicas propias del momento.
Las cabañas de la última fase debieron de contar El rasgo más significativo de este cambio en la
con una techumbre parcialmente cubierta de teja y qui- construcción es que se generaliza a partir de los siglos
zás una pared de tapial. El acceso a esta vivienda estaría IV-V para la mayoría de territorios y que debe relacio-
localizado en la pared meridional del edificio y contaría narse con un proceso de transformación de las formas
con un pequeño rellano ante la puerta de entrada delan- de ocupar y gestionar el espacio y los sistemas de
te de un desagüe que evacua la acumulación de agua producción. Aquellos argumentos que tradicionalmente
hacia os niveles inferiores de un pequeño promontorio habían proporcionado una identificación de carácter ét-
rocoso. Ciertamente, el suelo de arenisca desciende de nico a este tipo de edilicia, vinculándola con la entrada
forma algo brusca hacia el sur y el afloramiento de roca y asentamiento de los pueblos germánicos (Brogiolo
que identificamos como RM1 habría albergado distintas 1996), han quedado ya ampliamente superados (Qui-
estructuras rectangulares, todas ellas con el acceso a rós 2011: 77; Quirós y Vigil-Escalera 2011: 273-174;
mediodía y desagües asociados a cada una de ellas. Augenti 2004). Ello no es obstáculo, sin embargo, para
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reclamar unos análisis que deben llevarse a cabo para comunidades campesinas— también constituyen elemen-
cada territorio en función de los contextos específicos y tos propios de los espacios identificados como contextos
que necesariamente deben huir de unas generalizaciones germánicos, especialmente en el norte de Europa y la
que se revelan a la larga imposibles. Gran Bretaña (Hamerow 2012) de los siglos VI-VIII. En
El panorama actual de las investigaciones nos estos contextos, la edificación en materiales perecederos
muestra cómo la construcción en madera no es exclusiva podría considerarse un cambio arquitectónico originado
de una realidad política, social o económica concreta por las nuevas comunidades que se instalan en el territorio
ni de un mismo proceso evolutivo de estas realidades y que mantienen algunos de los rasgos característicos de
múltiples y heterogéneas. De este modo, en contextos sus lugares de origen, entre ellos la edilicia en madera. En
arqueológicos vinculados con la presencia de villas cualquier caso, la imposibilidad de identificar con claridad
romanas de época bajoimperial se registra una transfor- la adscripción étnica de los pobladores en ausencia de
mación de usos en relación con estas nuevas formas de ajuares y a partir de unos materiales cerámicos en buena
construcción y con la presencia de sistemas de alma- medida desconocidos también debería interrogarnos acerca
cenamiento, fundamentalmente silos (Quirós 2011: 73; de la validez de estas asociaciones, lo que nos adentra en
Vigil-Escalera 2007: 246), que han sido interpretados un debate espinoso (Vigil-Escalera 2000: 248).
por múltiples autores como elementos que demuestran También resulta significativo el hecho de que este
un control de la producción en manos de las comunida- tipo de construcciones se documentan con la misma
des campesinas que empiezan a desarrollarse con auto- frecuencia en aquellos espacios periféricos que parecen
nomía de los sistemas de poder establecidos (Tejerizo haberse mantenido al margen de los grandes poderes
2016: 390; Vigil-Escalera 2007: 244; Quirós 2014: 148). establecidos en época romana, en lo que algunos au-
En Revenga no hemos recuperado ningún elemento tores denominan “otras formas de asentamiento rural”
claramente identificable como silo, con los rasgos propios (Schneider 2007: 21-23) o, como hemos comentado en
de estos espacios de almacenaje tal como se han recupera- las páginas iniciales de nuestro trabajo, la delimitación
do en otros yacimientos (Quirós 2013; Roig 2013; Rodrí- de espacios de periferia. Tanto es así que la interpreta-
guez 2013; Vigil-Escalera 2013). Si bien es cierto que las ción de asentamientos relativamente cercanos (Gómez
estructuras circulares de la primera fase responden a unas 2008) situados en las vertientes exteriores del espacio
dimensiones en exceso reducidas como para conformar un que identificamos como la Alta Sierra, en la cabecera
espacio de habitación, también lo es el hecho de que no del Arlanza, difiere en cierto modo de los rasgos que
contamos con elementos suficientes para interpretar con concluimos para Revenga, puesto que la relación del
seguridad su distribución y funcionamiento. Carecemos asentamiento con el territorio circundante y su situación
por ahora de elementos suficientes para una posible identi- sociopolítica previa también es diferente.
ficación como silos de dichas estructuras dado su nivel de Ante la variabilidad y pluralidad de las distintas
arrasamiento y la ausencia de una estratigrafía clara que realidades de poblamiento en relación con múltiples rea-
se les asocie. Además, las características de distribución lidades territoriales, nuestra propuesta interpretativa pasa
alveolar que detectamos en la segunda fase de ocupación por delimitar con claridad las características del entorno
del asentamiento podrían haber estado vigentes durante el inmediato de estos asentamientos (Alvaro 2012: 49-98;
periodo más antiguo. En cualquier caso, no disponemos de López, Álvaro y Travé 2016a: 21-35, 2016b: 175-179), es
argumentos sólidos que nos permitan hablar de un control decir, llevar a cabo un análisis exhaustivo del paisaje, de
de la producción campesina, en parte porque en el territo- las relaciones entre asentamientos y de los rasgos inter-
rio que constituye nuestro objeto de análisis la agricultura nos de cada uno de ellos, a fin de definir el alcance de la
parece a todas luces una actividad secundaria, cuando no influencia de los poderes establecidos. En dicho análisis
inexistente, siendo la ganadería y las actividades silvopas- deberíamos ser capaces también de reconocer las limi-
toriles el medio primordial de subsistencia (López, Álvaro taciones de dichos poderes en el control exhaustivo del
y Travé 2016b: 176), actividad que en ningún caso es ajena territorio. Se trata, pues, de interpretar la relación de las
a otras realidades altomedievales en unas economías cada comunidades humanas con el territorio en función de una
vez más localistas (Wickham 2013: 191). gran multiplicidad de variables que lo afectan y lo cons-
Sin embargo, estas construcciones —a menudo inter- truyen de forma consciente y específica (Hicks 2016). En
pretadas como el resultado una traslación de los agentes de este sentido, la excavación del asentamiento de Revenga
control de la producción de los grupos aristocráticos a las nos podrá ser de utilidad como referencia para abordar el
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17 Karen Álvaro Rueda, Esther Travé Allepuz, M.ª Dolores López Pérez
poblamiento en Cuyacabras, La Cerca o en los enclaves estos espacios de montaña. En este sentido, si intenta-
más inmediatos que comparten un mismo entorno serra- mos buscar una explicación social a la transformación
no. Sin embargo, a medida en que descendamos de cota y del espacio de hábitat, deberíamos vincularla al propio
nos adentremos en un territorio mejor comunicado y más proceso de cristianización y a una lenta transformación
romanizado, un registro arqueológico similar deberá ser de la sociedad hacia unos grupos familiares no tan ex-
interpretado en base a otros parámetros necesariamente tensos (Mínguez 2004: 174), a la par que evoluciona la
distintos (Gómez 2008). construcción del cementerio cristiano.
A nuestro parecer, también es necesario mostrar cierta Un último elemento que conviene poner sobre la mesa
prudencia con la lectura de estos asentamientos en clave de es la idea de rusticidad o empobrecimiento que a menudo
estratificación social. En el marco de un registro arqueo- impregna los planteamientos interpretativos de este tipo
lógico en el que, por lo general, conocemos de manera de viviendas y que, en todo caso, es un juicio de valor
precaria las características de estas estructuras, utilizar va- innecesario (Azkárate y Quirós 2001: 28). Las transforma-
riables relativas como las dimensiones, por ejemplo, para ciones en las formas de construcción necesariamente deben
interpretarlas como un indicador de preeminencia social vincularse a un cambio de usos (Tejerizo 2016: 387) y a
es simplista y a todas luces problemático, tal como ya han una transformación de las necesidades. En el poblado de
hecho notar algunos autores (Ulmschneider 2010: 161). Revenga observamos con frecuencia como se economizan
En el caso de Revenga, el análisis en profundidad de las esfuerzos y recursos a la hora de acondicionar unos espa-
estructuras de habitación no revela la presencia de ningún cios para los cuales se cuenta con los restos de una ocupa-
grupo social privilegiado, lo que tampoco excluye la posi- ción previa. Los trabajos de labra del suelo rocoso quedan a
bilidad de que lo hubiera. Simplemente, desconocemos la menudo limitados a la mínima expresión en aquellos casos
naturaleza social en términos de estratificación y jerarquía en que se cuenta con precedentes de habitáculos anteriores
de los habitantes de este entorno de montaña. o en el que las propias diaclasas naturales de la arenisca
Si algún rasgo del asentamiento de Revenga puede pueden ser utilizadas con fines constructivos.
ser interpretado en términos sociales es la progresiva Es necesario poner en duda que esta capacidad de
formación de una distribución de poblamiento que tiende adaptación pueda ser valorada en términos de rusticidad.
a la concentración, pero que en ningún momento se pre- Cabe preguntarse si las comunidades que pueblan este
figura como compacto y que mantiene un cierto carácter espacio construyen sus viviendas de la forma expuesta a
disperso en el seno del asentamiento. La pérdida del lo largo de este trabajo porque no saben construirlas de
carácter alveolar de las cabañas más antiguas, de muy otra manera y porque no dominan técnicas constructivas
pequeñas dimensiones, pero con varios edificios juntos, más sofisticadas, o bien —lo que parece mucho más ve-
probablemente utilizados de manera comunal o colectiva, rosímil— porque tal vez no las necesiten. En cualquier
y su evolución hacia una forma de poblamiento en la que caso, conviene remarcar que la presencia de cubiertas de
cada una de las cabañas rectangulares parece constituir un teja, especialmente en el período más tardío, así como los
espacio residencial más o menos individualizado dentro procesos de reconstrucción y remoción del asentamiento
del asentamiento, podría llevarnos a pensar en un proceso en su totalidad en determinados momentos probablemente
de transformación de la célula básica que ocupa un mismo requirieron —pese a trabajar con material perecedero— de
espacio de hábitat. Esto es la consolidación de la familia una cierta especialización y de unos fundamentos mínimos
nuclear que, habitando un espacio propio circunscrito a las de albañilería que algunos de los habitantes poseyeran o tal
necesidades de un grupo familiar reducido, comparte con vez solicitaran a personal externo (Quirós 2011: 78).
otras familias un mismo espacio y entre todos lo explotan
en vecindad de manera colectiva (Mínguez 2004: 175).
Esta relación de la familia con la colectividad, se CONCLUSIONES
manifiesta también en la práctica religiosa, ordenada a
partir del centro de culto y el cementerio, en un proceso El yacimiento de Revenga es un centro paradigmático
de construcción del paisaje cristiano (García de Cortázar para el conocimiento del poblamiento altomedieval y de
2012: 91; Wickham 2013: 96-97; Lauwers 2010), mien- las formas de asentamiento de las comunidades rurales
tras que la intimidad del hogar genera un espacio de en un espacio de montaña. Una particularidad remarcable
privacidad inexistente en las formas de organización so- del enclave, junto con otros yacimientos del lugar, es el
cial de tipo gentilicio más antiguo que conocemos para carácter de aislamiento que le confiere la altitud, y que
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relega este territorio a un plano secundario dentro de los posterior, bastante más tardía, quizás en relación con la
procesos de integración y control del espacio articulados incorporación del enclave en las estructuras de control
desde los centros de poder bajoimperiales o visigodos. del territorio vinculadas con el condado de Castilla.
El poblamiento en Revenga responde a un proceso de Así pues, las estructuras de planta circular dise-
reestructuración constante. El asentamiento se transforma minadas de manera uniforme por el yacimiento no
a medida en que surgen nuevas necesidades, tal vez vincu- respetan el espacio sacro que delimita posteriormente
ladas con un aumento de población que quizás incorpore el cristianismo y ponen de manifiesto la existencia de
en determinados momentos la llegada de agentes externos. un poblamiento anterior a la cristianización del espacio.
Por ahora, la transformación más significativa del poblado Estas fases antiguas, que datamos alrededor de los siglos
parece vinculada con el proceso de cristianización de la IV-VI destacan por la ausencia de elementos propios
zona, sin que ésta pierda todavía su carácter de periferia. del mundo romano, en especial de materiales cerámicos
Esta es nuestra hipótesis de trabajo en la actualidad para tardíos o residuales, pero que difieren de los elementos
explicar unas transformaciones muy complejas de inter- propios de la cultura material posterior, que nos resultan
pretar en términos de organización social, puesto que —en algo mejor conocidos, a pesar de los numerosos vacíos
realidad— los rasgos del hábitat que advertimos en este que todavía existen en este campo. En este sentido,
yacimiento no difieren excesivamente de las característi- debemos llamar la atención sobre el desconocimiento
cas generales de los asentamientos construidos en material que aún existe sobre este tipo de materiales y de las
perecedero, propios de los momentos de transición entre el dificultades existentes a la hora de buscar paralelos al
mundo bajo imperial y la alta edad media, que se advierten respecto. Por ello, la estrategia por ahora debe centrarse
de forma similar en todo el occidente europeo. en la caracterización precisa de estas producciones que
Para el caso concreto de Revenga, sin embargo, el permita construir elementos de referencia fiables. Por
estado actual de las investigaciones nos permite poner ahora, apuntamos hipótesis de trabajo y reflexiones res-
sobre la mesa una serie de constataciones novedosas que pecto de la organización del enclave en las que debere-
deben marcar las líneas maestras de las intervenciones a mos profundizar a medida que avance la investigación.
realizar en los años siguientes: En primer lugar debemos
destacar la continuidad de un asentamiento cuyo aban-
dono datamos hacia el siglo XIII, momento para el cual AGRADECIMIENTOS
ya contamos con fuentes escritas algo más abundantes.
La estructura del poblamiento y los espacios de hábitat y Este trabajo se en incluye entre las tareas habituales
producción se transforman en varias ocasiones, sin que del Grupo de Investigación en Arqueología Medieval y
se adviertan periodos de abandono entre unas y otras. El Postmedieval de la Universitat de Barcelona (GRAMP.
cambio más significativo en esta estructura es el paso de UB), reconocido y consolidado por la Generalitat de
unos espacios de planta circular anterior a la implanta- Catalunya (2017 SGR 833 GRC). La investigación pre-
ción del centro de culto y la necrópolis a otra estructura sentada forma parte de los resultados del proyecto I+D
de ocupación formada por cabañas de planta cuadrada titulado “La formación del paisaje medieval: el origen
que se organizan alrededor del espacio sacro. de la red aldeana en el Alto Arlanza” (HAR2012-33673
La construcción del centro de culto presidiendo el MINECO/FEDER.UE), bajo la dirección de M. D.
asentamiento y la necrópolis de sepulturas rupestres a López. Debemos hacer contar también nuestro agrade-
su alrededor está claramente vinculada con el proceso cimiento a las instituciones que han colaborado en la
de cristianización de este espacio de montaña, aún con consecución del mismo: Diputación de Burgos, Junta de
algunos visos de paganismo o de prácticas poco ortodo- Castilla y León y Comunero de Revenga (Ayuntamien-
xas (Wickham 2013: 229), a juzgar por las enigmáticas tos de Quintanar, Canicosa y Regumiel de la Sierra).
insculturas presentes en el atrio de la iglesia primitiva
(Padilla y Álvaro 2011b). En base a este momento de
transformación vinculado a un momento de cristiani- BIBLIOGRAFÍA
zación alrededor de los siglos VII-VIII, tenemos que
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