0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas22 páginas

Ciencia Politica

Ensayo

Cargado por

julian.vazquez
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas22 páginas

Ciencia Politica

Ensayo

Cargado por

julian.vazquez
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 22

LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA EN MEXICO

Resumen.- El artículo presenta un diagnóstico del proceso democrático mexicano en su definición


teórica y práctica después de la elección presidencial del 2006 incorporando elementos analíticos
como; la conceptualización de la democracia, la capacidad de las instancias electorales para
organizar las elecciones, el proceso hacia la elección de candidatos para las próximas elecciones
presidenciales y la complicación del clima político nacional ante la lucha por el poder.

Palabras clave.- Democracia, Elecciones, Gobernabilidad, Gobernanza, Autoritarismo.

Abstract.- The article presents a diagnosis of the democratic Mexican process in his theoretical and
practical definition after the presidential election of 2006 incorporating analytical elements as; the
conceptualization of the democracy, the aptitude of the electoral instances to organize the
elections, the process towards the candidates choice election for the next presidential elections
and the complication of the political national climate before the fight for the power. Key words.-
Democracy, Elections, Gobernabilidad, Gobernanza, Authoritarianism.

La calidad de la democracia no depende sólo ni principalmente de sus instrumentos electorales. La


calidad de la democracia es directamente proporcional a la calidad de los partidos y de los
políticos.

Rey Juan Carlos de España.

1. SIGNIFICADO TEÓRICO DE LA DEMOCRACIA.

Tanto las doctrinas liberales como las socialistas consideran la democracia, compatible con sus
principios y parte integrante de su propio credo. Un liberalismo sin democracia, ya no sería
considerado como un “verdadero” liberalismo, asimismo, un socialismo sin democracia no
sería considerado un “verdadero” socialismo. Sin embargo, la democracia, lleva en su propia
esencia una contradicción: que es conducida por una minoría de personas, que Gaetano
Mosca llama “clase política”, la que detenta el poder efectivo.

La democracia significa muchas cosas, tantas que es imposible pensar que exista en forma
pura. Coincidimos con los 5 criterios emitidos por Robert Dahl para definirla:

* La participación efectiva.

* La igualdad política.

* El entendimiento ilustrado.

* El control de la agenda por parte de los ciudadanos.

* La garantía de una igualdad básica en las facilidades.

En la teoría política contemporánea, predominante en los países de tradición democrática


liberal las definiciones de democracia comprenden una serie de “universales de
procedimiento”, como:
* El máximo órgano político, a quien está asignada la función legislativa, debe estar compuesto
por miembros elegidos directa o indirectamente, con elecciones. 9 Junto al supremo órgano
legislativo deben existir otras instituciones con dirigentes elegidos, como funcionarios de la
administración local o el jefe de estado -como sucede en las repúblicas-.

* Los electores deben ser todos los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, sin
distinción de raza, de religión, de ingresos y de sexo.

*Todos los electores deben ser libres de votar, según su propia opinión formada lo más
libremente posible, es decir en una libre contienda de grupos políticos que compiten por
formar la representación nacional.

*Los electores deben ser libres en el sentido de tener alternativas reales, lo cual excluye como
democrática a cualquier elección con lista única y bloqueada.

*Tanto para las elecciones de los representantes como para las decisiones del supremo órgano
político vale el principio de la mayoría numérica.

*Ninguna decisión tomada por mayoría debe limitar los derechos de la minoría, de manera
particular el derecho de convertirse, en igualdad de condiciones, en mayoría.

*El órgano de gobierno debe gozar de la confianza del parlamento o bien del jefe del poder
ejecutivo, a su vez elegido por el pueblo.

La multiplicidad de las tipologías de los regímenes democráticos depende de la variedad de


criterios adoptados para la clasificación de las diversas formas de democracia. Según el
sistema de partidos existen dos variantes; sistemas bipartidistas y sistemas multipartidistas.
Basándose en el modo en que los partidos se disponen, se distinguen regímenes bipolares, en
la que los diversos partidos se agrupan en torno a los dos polos: del gobierno y de la oposición;
y multipolares cuando los partidos se disponen hacia el centro y hacia los dos polos; derecha y
de izquierda.

Esta segunda variante -incluida por Giovanni Sartori, ofrece en comparación con la primera,
dos ventajas:

1) Permite tener en cuenta las alianzas entre los partidos con la consecuencia de que un
sistema multipartidista, puede ser bipolar y por lo tanto tener las mismas características de un
sistema bipartidista.

2) Permite una ulterior distinción entre sistemas polarizados y sistemas no polarizados, según
que existan en los dos extremos, franjas que tienden a la ruptura del sistema -partidos
antisistema-, de donde, la ulterior distinción entre multipartidismo extremo y multipartidismo
moderado.

Teniendo en cuenta, el sistema de partidos y la cultura política, Arend Lijphart ha distinguido


los regímenes democráticos basados en la mayor o menor fragmentación de la cultura política
en centrífugos y centrípetos; por lo tanto, introduciendo un segundo criterio, basado en la
observación de que el comportamiento de las élites puede estar más dispuesto a las
coaliciones o más competitivo, y combinándolo con el precedente, ha especificado otros dos
tipos de democracia, que ha llamado: democracia “consociativa” y democracia
“despolitizada” , según que el comportamiento no competitivo de las élites se empalme con
una cultura política fragmentada u homogénea. (Bobbio, 2002:451)

Descendiendo todavía a un nivel más profundo, es decir al nivel de las estructuras de la


sociedad subyacente, Gabriel Almond, ha distinguido tres tipos de democracia:

*Con alta autonomía de los subsistemas -Inglaterra y Estados Unidos-, donde por subsistemas
se entienden los partidos, los sindicatos, los grupos de presión en general.

*Con limitada autonomía de los subsistemas -la Francia de la Tercera República, Italia después
de la segunda guerra mundial, la Alemania de Weimar.

*Con baja autonomía de los subsistemas –México-. (Bobbio, 2002:451)

*Modelos ideales más que tipos históricos son las tres formas de democracia analizadas por
Robert Dahl, en su libro A Preface to democratic theory:

*La democracia madisoniana: Consiste en mecanismos de freno del poder y coincide con el
ideal constitucionalista del estado limitado por el derecho o del gobierno de la ley contra el
gobierno de los hombres.

*La democracia populista: cuyo principio fundamental es la soberanía de la mayoría.

*La democracia poliárquica: que busca las condiciones del orden democrático, no en
expedientes de carácter constitucional sino en prerrequisitos sociales, es decir el
funcionamiento de algunas reglas fundamentales que permiten y garantizan la libre expresión
del voto, el predominio de las decisiones que ha tenido el mayor número de votos, el control
de las decisiones por parte de los electores. (Dahl, 1956:13-26)

2. DEMOCRACIA FORMAL, SUSTANCIAL Y PARTICIPATIVA.

Junto a la noción procesal de la democracia, predominante en la teoría política occidental y en


el ámbito de la “ciencia política”, se difundió en el lenguaje político contemporáneo, otro
significado de democracia que comprende formas de régimen político, como la de los países
socialistas o de los países del tercer mundo, especialmente africanos, en los que no están en
vigor, o no son respetadas algunas o todas las reglas por las que se llaman democráticos por
larga tradición los regímenes liberal-democráticos y los regímenes socialdemócratas. (Dahl,
1989:13-26)

La democracia formal es un gobierno del pueblo y la democracia sustancial es más que nada
un gobierno para el pueblo. N. Bobbio observa que una democracia formal puede favorecer a
una minoría restringida de detentadores del poder económico, y por lo tanto, no ser un
gobierno para el pueblo, aun siendo un gobierno del pueblo, en sentido inverso, también
señala que una dictadura política puede favorecer en periodos de transformación
revolucionaria, cuando subsisten las condiciones para el ejercicio de una democracia formal, a
la clase más numerosa de ciudadanos, y por lo tanto, ser un gobierno para el pueblo, aún sin
ser un gobierno del pueblo.
Según Macpherson, el concepto de democracia referido a los estados socialistas -y los estados
del tercer mundo-, refleja más fielmente el significado aristotélico donde democracia es el
gobierno de los pobres contra los ricos, el gobierno de la clase numerosa o de la mayoría y es
esta la razón por la que la democracia ha sido en el curso de los siglos más criticada que
exaltada. (Macpherson, 1966:6).

En la actualidad, del término de democracia sirve al propósito de legitimar a los gobiernos de


uno o de pocos, es decir, a los gobiernos monárquicos, dictatoriales, de tiranos, a los
gobiernos de las élites, o de las minorías plutocráticas u oligárquicas. Se trata de que la
población no intervenga en las decisiones fundamentales, sobre todo en el ámbito económico
que, es donde se analiza la formación y distribución de la riqueza. Se busca que la estructura
histórica de conformación del poder político y económico sea avalada por la gran masa de la
población, que la estructura de poder en el ejercicio de la política como gobierno sea
legitimado por la población.

Algunos autores como David Easton, Robert Merton, Talcott Parsons, Robert Dahl, destacan a
la política y democracia como una forma de gobierno que debe cumplir determinados
principios y procedimientos que tienen como objetivo, defender el interés esencial de atender
a la sociedad.

Robert Dahl, parte del supuesto de que un régimen donde la oposición al gobierno no puede
organizarse abierta y legalmente en partidos políticos ni enfrentarse a él en elecciones libres e
imparciales, no es democrático. El desarrollo de un sistema político que facilite la oposición, la
rivalidad y la competencia entre el gobierno y sus antagonistas es una faceta importante del
proceso democrático. (Dahl, 1989:13-15). El caso de los regímenes no democráticos que se
han mantenido cerrados y con control del proceso político, y no admiten abrirse a la
competencia política con todas las fuerzas políticas teme a perder el poder logrado.

El gobierno democrático se caracteriza fundamentalmente por su continua aptitud para


responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre ellos.
Dahl utiliza el término democracia, para designar el sistema político que tiene disposición de
satisfacer entera o casi enteramente a todos los ciudadanos. Plantea, un modelo hipotético,
donde un gobierno responda durante un período de tiempo dado a las preferencias de sus
ciudadanos sin distinciones políticas, garantizando los siguientes principios institucionales:

• FORMULAR PREFERENCIAS

*Libertad de asociación.

*Libertad de expresión.

*Libertad de voto.

*Libertad para que los líderes políticos compitan en busca de apoyo.

*Diversidad de fuentes de información.

• MANIFESTAR PÚBLICAMENTE DICHAS PREFERENCIAS ENTRE SUS PARTIDARIOS Y ANTE EL


GOBIERNO, INDIVIDUAL Y COLECTIVAMENTE
*Libertad de asociación.

*Libertad de expresión.

*Libertad de voto.

*Elegibilidad para la cosa pública.

*Derecho de los líderes políticos a competir en busca de apoyo.

*Diversidad de fuentes de información.

*Elecciones libres e imparciales.

• RECIBIR POR PARTE DEL GOBIERNO IGUALDAD DE TRATO. NO HACER DISCRIMINACIÓN


ALGUNA POR CAUSA DEL CONTENIDO O DEL ORIGEN DE LAS PREFERENCIAS POLITICAS

*Libertad de asociación.

*Libertad de expresión.

*Libertad de voto.

*Elegibilidad para el servicio público.

*Derecho de los líderes políticos a competir en busca de apoyo.

*Derecho de los líderes políticos a luchar por los votos.

*Diversidad de fuentes de información. 9 Elecciones libres e imparciales.

*Instituciones que garanticen que la política del gobierno dependa de los votos y demás
formas de expresar las preferencias.

El cumplimiento de estos tres principios a favor de los ciudadanos es condición fundamental


para que se realice la práctica democrática.

De acuerdo a la propuesta teórica de Dahl, la participación del ciudadano significa tener voz en
un sistema de debate público. Esto podría valorarse en un escenario que expresara el derecho
a participar en el debate público y que permitiera comparar a los diferentes regímenes de
acuerdo con su capacidad de representación. Aquí tenemos representadas dos variables
importantes: debate público por un lado y el derecho a participar en las elecciones.

Los diversos tipos de gobierno se clasifican, de acuerdo al posicionamiento que logren en el


esquema representado en el primer cuadrante de las coordenadas cartesianas, en donde
partiendo del origen y cubriendo un área determinada que comprende desde el eje vertical al
eje horizontal, ubica los gobiernos que denomina “Hegemonías cerradas”. Partiendo del
origen y desplazándose sobre el eje horizontal que representa a la “Representación “, donde
los valores admitidos o adquiridos son hasta los límites de la máxima “representación” y
niveles) bajos de “liberalización “(debate público), lo cual define y ubica a las llamadas
“Hegemonías Representativas”. Nuevamente partiendo del origen, contando con bajos niveles
de “Representación” (participación) se ubican las “Oligarquías Competitivas” que pueden
alcanzar los más altos umbrales de “liberalización” (debate público). Finalmente, en el
extremo opuesto al origen, esto es, en el lugar diametralmente opuesto a la ubicación de las
“Hegemonías Cerradas” , se encuentran localizados sobre una senda donde es posible alcanzar
una combinación que conjugue los máximos niveles en la variable “Representación” con los
valores máximos de la variable “Liberalización”, se ubican las así llamadas “Poliarquías”. (Dahl,
1989:19)

En cuanto al enfoque de estudio y análisis de la democracia por parte de Giovanni Sartori,


divide el concepto en:

*Los cinco elementos de la democracia son: la soberanía popular, el principio de mayoría, el


individuo persona, la democracia liberal, y finalmente, el estado de los partidos políticos.

*La democracia es un principio de legitimidad.

*La democracia es un sistema político.

*La democracia es un ideal. (Sartori, 1992:38-61)

La democracia como principio de legitimidad, es el elemento de continuidad que vincula el


nombre griego con la realidad del siglo XX. La legitimidad democrática define al poder como
derivado del pueblo e implica el consenso verificado de los ciudadanos. En las democracias el
poder está legitimado, condicionado o revocado por elecciones libres, abiertas y recurrentes.
No acepta que el poder derive de la fuerza.

La democracia como sistema político, se orienta a resolver problemas de ejercicio del poder.
La democracia como un ideal, plantea que la democracia no es como es, sino como debería de
ser. Ante todo y por encima de todo es un “ideal” hacia una unidad de progresiva mayor
igualdad.

La democracia va contracorriente de las leyes de la inercia que gobiernan a los agregados


humanos. Philippe C. Schmitter en su artículo “La Consolidación de la Democracia y la
representación de los grupos sociales”, analiza los cambios en los partidos políticos, durante el
proceso de consolidación de la democracia, a través de los siguientes aspectos:

La democracia moderna, representativa y política se basa en la “incertidumbre restringida” y


en el “acuerdo eventual” de los actores de respetar los resultados que produce.

La consolidación de la democracia depende de la habilidad de los dirigentes y de los


ciudadanos para la solución de sus propios conflictos observando ciertas normas. A largo
plazo, dependerá del efecto externo que ejerzan las políticas adoptadas por dichos regímenes
entre los grupos sociales, en dos aspectos:

La esencia del dilema de la consolidación, reside en el hecho de crear una serie de


instituciones que los políticos aprueben y los ciudadanos consientan en apoyar.

La democracia moderna consta de una serie de instituciones muy complejas en las que se
involucran múltiples canales de representación y puestos de mando en los que se toman
decisiones autoritarias. Es preferible aceptar el hecho de que hoy en día, los ciudadanos
poseen capacidades organizativas muy diversas; están menos dispuestos a identificarse de
manera estrecha con símbolos o ideologías partidistas y defienden una serie más heterogénea
de intereses. Este criterio no excluye el papel hegemónico que desempeñan los partidos
políticos en la representación de los grupos sociales.

¿Qué pasaría si el resultado de la democratización dependiera, no tanto de la existencia o


ausencia de ciertos prerrequisitos y de las virtudes o vicios de determinados individuos, sino
de la secuencia que sigan algunos procesos? Durante el cambio de un régimen hay tareas
bastante concretas que deben ser realizadas: convocar a elecciones y llevarlas a cabo,
establecer o reinstaurar partidos, asociaciones y movimientos; escoger y nombrar candidatos
para ocupar puestos de mando; crear o eliminar puestos administrativos; negociar e
institucionalizar acuerdos colectivos; elaborar proyectos de constituciones y ponerlas en
práctica; elegir y organizar legislaturas, entre otras.

Las democracias en transición tienden a surgir como concesiones y la incertidumbre inicial


característica de la etapa de transición hace que ningún grupo dominante pueda imponer su
propia “fórmula” y el resultado más probable de esto, será un sistema híbrido, que tiene la
ventaja de representar la segunda mejor solución, pues jamás representará los intereses
únicos de un sólo sector.

Las asociaciones de clase, sectoriales y profesionales no serán factores importantes para


determinar si la democracia como una modalidad general de dominación-, triunfará sobre el
régimen autoritario y persistirá en un futuro cercano. Más bien, su efecto tardío, será
importante cuando se intente definir el tipo de democracia que habrá de consolidarse. En el
largo plazo, afectará la distribución de beneficios que se establezcan, la fórmula de
legitimación que se establezca y el grado de satisfacción de la ciudadanía que prevalezca.

El pensamiento liberal ha sostenido por largo tiempo que el orden político se basa en un
contrato social, implícito entre los individuos y los gobernantes. Los marxistas de orientación
racional, agregaron la idea de que la sobrevivencia de la democracia capitalista, dependía de la
necesidad de llegar a un acuerdo entre las clases.

La perspectiva corporativista que floreció posteriormente, se enfocó de manera específica en


las diferencias históricas respecto del modo en que surgieron estas organizaciones y
continuaron afectando la actividad económica contemporánea, sobre todo en los países con
desarrollo industrial avanzado. Los compromisos sociales de pacto / clase, negociados bajo los
auspicios corporativistas, solían tener un efecto significativo, no sólo en las tasas de inflación,
los niveles de desempleo y el equilibrio fiscal, sino también contribuían a la “gobernabilidad”
del Estado.

Una de las razones de la inestabilidad de los acuerdos corporativistas es la cambiante


naturaleza de su clase obrera y en consecuencia, el papel que desempeñan los sindicatos en
América Latina, donde los salarios se encuentran a nivel de subsistencia, el desempleo es
común y el monopolio político tiende a la privatización, lo cual resultaría una alternativa
factible.

Desde los centros de poder hegemónico, se ha difundido como modelo político a seguir en la
periferia, la “democracia participativa” que plantea varios requisitos fundamentales que los
gobiernos deben cumplir, para que tengan acceso al financiamiento y créditos de las
instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Eximbank, entre otros.

El conocimiento científico y teórico de la sociología política, la ciencia política y la filosofía


política, plantea que el Estado de Bienestar está en crisis, por lo que es necesario llevar a cabo
cambios y modificaciones en la función del Estado, reorientar sus objetivos de atención e
interés que, actualmente atiende, hacia la sociedad, para fijarlos o enfocarlos al mercado. Se
sostiene que el Estado, particularmente en los países periféricos, se ha saturado por el
creciente cúmulo de demandas ocasionadas por un Estado Social interventor en la economía
que ha querido responder a toda suerte de demandas ciudadanas, llevándolo a la ineficacia y a
una gestión pública muy insatisfactoria que ha ido generando situaciones de inestabilidad,
crisis y aún ingobernabilidad. (Habermas, 2002: 490-491)

La periferia, debe seguir el camino trazado por los países avanzados y guardar entre otras
cosas disciplina fiscal y una orientación racionalizada del gasto público para que haya
equilibrio en las finanzas públicas. El Estado debe acotar sus funciones a las estrictamente
relacionadas con la preservación de la seguridad pública y el mantenimiento del orden y la
gobernabilidad, dado que atender las áreas relacionadas con las demandas sociales y la
producción directa de bienes y servicios, no es una función propia ni que corresponda al
Estado, pues la ineficiencia mostrada en estos campos ha demostrado que es una causa
fundamental del déficit público, lo cual puede ser razonable, pero lo que omiten es el análisis
del papel que juega la inversión extranjera en las economías periféricas y los estragos que
hace, conjuntamente con la dependencia tecnológica del exterior, al convertirse en fuentes o
factores de transferencia de recursos al exterior y que dejan a la periferia en condición de
economías anémicas.

El resultado, ha sido un déficit crónico de la balanza de pagos, que genera, desequilibrios,


crisis e ingobernabilidad, por la espiral inflacionaria que desencadena, y en virtud de la cual los
programas de ajuste propuestos por el Fondo Monetario Internacional y controlado por las
grandes potencias industriales como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y Japón
están orientados a revalorar el capital financiero y productivo y a desvalorizar el precio del
trabajo y de las materias primas.

Si a esta situación, agregamos que el papel del FMI es asistir con créditos a las economías en
crisis, siempre y cuando cumplan los programas de ajuste y disciplina financiera y fiscal, y que,
una vez otorgados los créditos, a tasas “preferenciales”, estas tasas se muevan al alza,
entonces, resulta que los créditos y en general el costo del dinero se encarece a niveles
verdaderamente onerosos, haciendo crecer la deuda externa hasta niveles que es imposible
pagarlas, -ahora se domina teniendo el control de la variables económicas, como la tasa de
interés, sustentado en que los grandes propietarios del dinero están ubicados en dichos países
avanzados y sin dejar el recurso militar cuando ha hecho falta: Irán, Irak, Afganistán, República
Dominicana, Haití.

La causa de la inestabilidad política en América Latina es la ineficacia/ineficiencia, la falta de


legitimación de algunos gobiernos, la obesidad e ineficacia del Estado en la atención de
demandas sociales, además del impacto del flujo de recursos que como plusvalía, manda
Latinoamérica al exterior.
Es necesario reformar, la función del Estado o la relación de intercambio entre la periferia y los
países avanzados. ¿Qué es lo que realmente necesita Latinoamérica para solucionar sus
problemas de atraso?. ¿Debemos impulsar y promover la democratización de las sociedades
con el único propósito de que la participación de la población se acote en la legitimación de
la estructura de poder creada históricamente y los gobernantes sigan concertando las
relaciones con el exterior, en los mismos términos de dependencia y subordinación
actuales?. Reorientar a la región a la solución de fondo de los problemas sociales, económicos
y políticos, podría ser ¿la integración latinoamericana en un solo bloque de acción y
concertación política, económica y financiera? Lo conveniente, es que la región defina en
forma conjunta e independiente su proyecto político y económico propio, y defina el papel
que puede jugar en el mundo por cuenta propia.

La perspectiva que la democracia tiene en la región, solo puede tener viabilidad de largo plazo,
en la medida que sea capaz de definir su propio proyecto político económico y evite imitar
más tiempo los modelos importados. La realidad latinoamericana es multifactorial y compleja,
pero es posible tomar el reto y hacerle frente con las propias capacidades, aunque lleve
tiempo. La defensa a ultranza de la representación política siempre encontró un fuerte apoyo
entre los partidarios de la democracia representativa en contra de los intentos de sustituirla e
integrarla a la representación de los intereses. (Bobbio, 1996:50)

No sabemos exactamente, cual sea el camino que con mayores probabilidades de éxito deba
seguir América Latina, sin embargo, no se partiría de cero, existen experiencias y visiones muy
importantes que se han puesto a debate en diferentes foros interamericanos y que ofrecen
una base de consenso para definir el camino que trace el desarrollo de Amerindia como le
llama Enrique Dussel, (Dussel, 1998: 56) para que logre el pleno desarrollo de sus sociedades.

El proyecto neoliberal impuesto por el Norte no es sólo económico, sino social, que conlleva
un estilo de democracia, Estado, inserción internacional y geocultura. El neoliberalismo no
ofrece alternativas frente a la crisis de los noventa; ingobernabilidad, debido a la carencia de
una base material propia que sustente demandas democráticas de la población.

La recuperación del mercado interno y su complementación con el exterior debe responder a


una lógica de las mayorías, de articulación de nuevos sujetos sociales, y de respuestas a la
cultura e identidad del sur, favoreciendo el uso racional de los recursos naturales, dentro de
una estrategia guiada por las necesidades vitales y no exclusivamente por el mercado.

Las políticas sociales no deben estar separadas de las económicas, para lo que es necesario
modificar el carácter de la estructura productiva y combatir la ortodoxia del ajuste estructural,
priorizando inversiones para el desarrollo rural campesino.

El Estado debe jugar un papel fiscalizador, regulador, planificador, promotor y orquestador, no


abandonar la economía en manos del mercado, lo que implica democratizar el sistema político
y producir un cambio profundo en las estructuras económicas y sociales nacionales, para
resolver gradualmente los problemas sociales.

Los procesos desencadenados por el ajuste neoliberal conllevan una mayor exclusión de los
sectores sociales, siendo necesario replantear radicalmente las relaciones entre los actores
sociales y los partidos, a partir de la democratización de la política y la cultura, que rescate las
propuestas y experiencias populares. Los movimientos populares, partidos políticos, personas
e instituciones académicas de la región deben articularse a nivel sub y suprarregional para
intercambiar experiencias de organización y construir estrategias comunes de acción.

En el ámbito de lo subregional y local en cada país deben crearse las estructuras políticas,
económicas y sociales que respondan a los intereses de la población en los diversos ámbitos y
niveles de organización. Debe revalorarse el peso e importancia que la región tiene en el
mundo y de allí partir para definir el tipo de relaciones que establecerá con el resto del mundo
y evitar situaciones de frustración y fracaso tan recurrentes como en las últimas décadas del
siglo XX y los cuatro años que van del siglo XXI. Al respecto Norbert Lechner, apunta: “Una
retrospectiva sobre América Latina en la década de los ochenta muestra un cuadro
contradictorio: gobiernos democráticos se instalan en todo la región al mismo tiempo que una
profunda crisis económica sacude las estructuras sociales.” (Lechner, 1992:12)

La contradicción puede tener explicaciones muy diversas, como pudiera ser el hecho de que
no hubiera una correspondencia entre los niveles de organización política de la sociedad
latinoamericana y la disponibilidad, asignación y uso de los recursos naturales que pueden
diferir en el cumplimiento de objetivos contradictorios como lo es producir para solventar
necesidades sociales, o bien, producir para la acumulación y concentración de la riqueza.

Dice Lechner comentando algunas conclusiones de estudios hechos por la CEPAL (1990) que la
década de los ochenta es la década de la democracia en América Latina, pero también es la
“década perdida” para el desarrollo socioeconómico; y continúa el comentario, destacando
que “El fenómeno sobresaliente es la crisis de la deuda externa que provoca los más diversos
intentos de ajuste, estabilización, reactivación y reestructuración.

El servicio de la deuda -la cual en 1989 alcanza los 416 millones de dólares para la región-
exige no sólo una restricción de las importaciones y una contracción de la inversión, sino
también una reducción del gasto fiscal y, por ende, de los servicios públicos”, (Lechner,
1992:12) tales recetas son las que emanaron del FMI y en protección de los intereses del
imperio.

No hay duda, que la democratización de las sociedades nacionales, tendría como premisa
fundamental el acuerdo o pacto entre el capital y el trabajo para avanzar paralelamente en la
expansión productiva especializada y el incremento de los niveles de vida de los trabajadores.

El modelo de democracia, sería también definido por los propios actores políticos
latinoamericanos en el ámbito supranacional y por los actores políticos actuantes en el ámbito
nacional, de cada país y a la vez, creando instituciones especializadas en el nivel supranacional
en finanzas, energéticos, producción de alimentos, productivas en las diversas ramas
económicas de interés, organizaciones sociales y sistemas electorales, que se correspondan
con el tipo de instituciones en el orden nacional y local para darle funcionalidad y operatividad
a las estrategias supranacionales, instrumentadas por cada gobierno nacional.

Lechner y O’ Donnell coinciden en que: cada transición a la democracia ocurre bajo


condiciones específicas y resulta difícil destacar algunos elementos generales. Parece
conveniente abandonar el supuesto de que el desarrollo económico es un prerrequisito de la
democracia, aunque seguramente sea una condición favorable. Que la política no sea un mero
reflejo de los procesos socioeconómicos no significa, por otra parte que la política sea un
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas sistema autónomo. Los procesos
políticos y las estructuras materiales interactúan, pero en una relación de asincronía. La
situación latinoamericana sugiere una idea: considerar la transición democrática en una
relación complementaria con los procesos socioeconómicos.

3. LA PERSPECTIVA DE LA DEMOCRACIA EN MÉXICO.

La alternancia en la dirección política del país de un partido a otro, no significa la


democratización de la sociedad. Representa un avance que permite transformaciones
políticas, jurídicas y sociales orientadas a la democratización de la sociedad. Sin embargo, el
nuevo régimen debe establecer una separación clara respecto al régimen antecedente, para
que haya una adecuada diferenciación en los cambios propuestos y en proceso de
instrumentación.

La alternancia en México, por lo pronto tiene sentido en cuanto a la creación de las


condiciones propicias para remover algunos obstáculos a la democratización de la sociedad
interpuestos desde el propio gobierno. Se logra la apertura controlada y restringida del
sistema político, ciertamente con objetivos de democratización, pero la alternancia no es la
democracia implantada en la sociedad, sino el primer paso que inicia el proceso para llegar a
ella.

La implantación de la democracia, tiene que ocurrir a partir del propio ciudadano que tiene
resueltas sus necesidades materiales, participando dentro de un sistema político acotado por
la propia sociedad en sus diversos intereses sociales, pero que suma, integre, una y conjunte
esfuerzos individuales y colectivos, sin exclusiones, lo cual parece utopía, pero la viabilidad del
proyecto se da en la medida que la utopía crea un modelo normativo definido por la propia
sociedad en forma amplia. Tiene que remover los obstáculos y modificar el comportamiento
de aquellas variables socioeconómicas y políticas que están minando y debilitando su propio
proceso de desarrollo; dependencia tecnológica, déficit de la balanza de pagos, dependencia
política y económica del exterior.

México debe crear las instituciones que puedan llevar a cabo la función integradora,
conciliando los intereses discrepantes en el marco de un nuevo pacto social que reconozca la
diversidad, la diferenciación social producto de las diferentes capacidades que tiene el
individuo, pero que modere la opulencia frente a la moderación de la miseria -vieja premisa de
José María Morelos y Pavón.

En el enfrentamiento Salinas-Cárdenas de 1988, estaba la disputa por un proyecto político,


tanto social modernizador, como económico, financiero, productivo, que muy bien hacía
recordar el enfrentamiento de los grupos de antaño. La realización de un proyecto nacional
supone -como lo vislumbró el historiador Carlos Pereyra la modificación de las actuales
relaciones de poder entre las clases sociales y al interior de la clase hegemónica. La
redefinición de los objetivos de la política económica y social, así como las bases de la actual
estructura económica son impensables sin una alteración profunda en la correlación de
fuerzas en el interior de la clase política gobernante. (Pereyra, 1990:199)
En el enfrentamiento Vicente Fox contra Labastida Ochoa también estaba un enfrentamiento
de visiones políticas distintas. El gran error de Fox fue nombrar Secretario de Gobernación a
Santiago Creel, porque al hacerlo compró las controversias que este personaje tenía con López
Obrador. Desde este momento se comenzaron a gestar las condiciones de conflictividad
política que desencadenarían el proceso del famoso desafuero, que concluyó con una
estrepitosa renuncia del hombre fuerte del presidente: el general Macedo de la Concha, titular
de la Procuraduría General de la República. La experiencia democrática que garantizaba
transparencia y certeza que llevó al poder a Fox en el 2000, terminó su sexenio en una práctica
por demás cuestionada en las dudosas elecciones del 2006 donde los ciudadanos ni siquiera
tuvieron el derecho de tener acceso a los votos ya computados por el IFE.

El proyecto de AMLO para 2006 comprendía un modelo alternativo de nación enfocado a crear
la riqueza y distribuirla en forma más equitativa en términos de incrementar los niveles
salariales, como la medida por excelencia para mejorar los niveles de vida de la mayor parte
de la población del país.

El proyecto alternativo de nación (La Jornada, agosto 30 de 2004: 3-14) comprendía los
siguientes puntos:

1.-Recuperar lo mejor de la historia, lo cual implica retomar como guía el ejemplo de ilustres
mexicanos.

2.-El proyecto de nación debe proponer una alternativa capaz de aprovechar la globalización y
no padecerla, mediante propuestas propias de inserción en el mundo.

3.-Potenciar el sector energético: como palanca para industrializar la economía y crear


empleos.

4.-Vías para reactivar la economía: la prioridad es fomentar e impulsar actividades económicas


de mayor creación de empleos como la construcción.

5.-Al rescate del campo: desechar la concepción tecnocrática que tiene al campo en el
abandono y el atraso para convertirlo en el sector productivo más dinámico.

6.-Pagar la deuda con los indígenas: cumplir los acuerdos de San Andrés y reconocer la
autonomía de los pueblos indígenas.

7.-Medidas a favor de la justicia social: se deben aplicar políticas que resuelvan la desigualdad
social , hacer ley el derecho a la pensión de los adultos mayores.

8.-La reforma laboral: favorecer el sistema de seguridad social respetando las relaciones
establecidas en el contrato colectivo de trabajo.

9.-Inversión en cultura: la cultura debe seguir siendo nuestra principal señal de identidad.

10.-No al autoritarismo: la gobernabilidad es posible sin autoritarismo.

11.-Las claves de la educación: el estado debe garantizar la educación pública gratuita y de


calidad en todos los niveles de educación.
12.-Los espacios del ejército: las fuerzas armadas tienen como objetivo fundamental
salvaguardar la seguridad del territorio y la preservación de la soberanía.

13.-El combate a la delincuencia: la delincuencia combatirla hasta abatirla y la mejor forma de


hacerlo es creando empleos y combatiendo a la pobreza y la desintegración familiar.

14.-La política exterior: la mejor política exterior es la interior, si hay desarrollo y estabilidad
política seremos respetados y respetables.

15.-Relación de respeto con Estados Unidos: de mutuo respeto y colaboración, dándole la


mayor prioridad a la migración.

16.-La política de austeridad a todo nivel: política de austeridad que reduzca el altísimo costo
del gobierno.

17.-Lucha contra la corrupción: es la más dañina para la sociedad, promover la actuación


honesta.

18.-Cancelar privilegios fiscales: combatir la evasión fiscal y los privilegios de unos pocos para
no pagar.

19.-Transparentar el caso FOBAPROA : alcanzar un acuerdo con los banqueros para reducir el
costo financiero de la deuda del FOBAPROA.

20.-Un nuevo pacto social: un nuevo proyecto de nación requiere de los acuerdos mediante
los que se pacte su instrumentación y funcionamiento.

A fines de los 90’s, emergieron en el panorama político la presencia de gobiernos


eminentemente conservadores como George Bush hijo, Tony Blair en Inglaterra, Fox en
México, Aznar en España. El regreso del conservadurismo empresarial y la política belicista a
principios de siglo es una realidad. Esta tendencia se consolida con la reelección de George
Bush en la presidencia estadounidense.

El arribo de Vicente Fox a la presidencia de la república, fue posible, debido a los esfuerzos de
legitimidad y claridad en el voto que garantizó el Instituto Federal Electoral en el 2000. Sin
embargo, el gobierno de Fox generó entre la población muchas más expectativas de lo que en
realidad ha sucedido en el país respecto a cambios estructurales. Los grandes problemas en
materia de contraloría en la función pública, distribución de la riqueza, energía eléctrica,
petróleo, esclarecimiento del FOBAPROA, Amigos de Fox, Fraudes en asociaciones civiles, son
temas que no se resolvieron y todavía están pendientes.

La avanzada de grupos de interés de panistas y el involucramiento de las instituciones del


estado como la PGR y la Secretaría de Gobernación para desaforar al jefe del gobierno
capitalino no prosperó. El fracasó de esa intentona golpista no sólo ayudó a impulsar la fuerza
política de Obrador como candidato del PRD a la presidencia sino que también surgieron
acusaciones fundadas de enriquecimiento ilícito de los hijos de Martha Sahagún.

La remoción de todo el Consejo del Instituto Electoral del Estado de México ante los
desaciertos en aplicar Nómadas. las sanciones de la legislación electoral y las irregularidades
en la licitación de contratos para organizar los comicios, mientras que el gobernador Montiel
continua con grandes escándalos a nivel nacional-, que cuestiona de antemano la certeza y
transparencia de los comicios electorales en Estado de México y sus resultados. Un dato que
se volvería a repetir en las elecciones presidenciales del 2006. Las Cámaras de Diputados
estatal Edo. México y Federal en el nombramiento a los consejos electorales del estado de
México y Federal Electoral cometieron desde su nombramiento un error básico: fueron los
mismos partidos políticos quienes eligieron a sus favoritos como árbitros electorales para
poderlos presionar de acuerdo a sus intereses. La democracia se pervirtió cuando se les
entregó el poder de decisión para imponer a sus consejeros favoritos. En otras palabras los
Consejos electorales en México no son instancias ciudadanas para organizar y calificar las
elecciones, son instancias partidistas para maquillar y manipular resultados. Las grandes
luchas del pueblo mexicano por el respeto al voto han sido traicionadas

4. LA CALIDAD DEMOCRATICA Y SUS ACTORES POLÍTICOS.

La democracia significa muchas cosas, tantas que es imposible pensar que exista en forma
pura. En lo particular, coincido con los 5 criterios emitidos por Robert Dahl para definirla:

9 La participación efectiva.

9 La igualdad política. 9 El entendimiento ilustrado.

9 El control de la agenda por parte de los ciudadanos.

9 La garantía de una igualdad básica en las facilidades.

El proceso de transición democrática, implicó una profunda crisis en la forma de ser social
mexicano y en la forma de gobernar al país. Ni siquiera en la transición del poder presidencial
del año 2000, el sistema político mexicano o el poder de la elite gobernante estuvieron en
crisis. Los últimos años vivimos la emergencia de una sociedad civil descontenta que
difícilmente cree en los partidos políticos y en el discurso de sus gobernantes. Se fortalece la
conciencia de eliminar la corrupción al menos dentro del mismo estado, disminución de la
deuda externa, desaparición del despotismo, revitalización del sector agropecuario,
consolidación del sistema científico-tecnológico, garantía de seguridad pública, más
estabilidad económica y laboral, más educación, vivienda y salud. Este tendría que ser el
objetivo de la gobernabilidad democrática mexicana; establecer una nueva forma de ser
social.

El nuevo modelo económico-político va acompañado siempre de una nueva cosmovisión


cultural, moral y ética que el capitalismo en desarrollo ha gestado en el mundo. Esta
cosmovisión, implica una transnacionalización del mercado, el producto y los precios
acompañada del proceso de internacionalización de la cultura cuyo modelo primordial es la
eficiencia y la competitividad. Hechos que provocan culturalmente la erosión de los antiguos
valores y actividades del Estado del bienestar. Se imponen en todas partes del mundo los
productos culturales como una forma de consumo importado. Este consumo internacional
capitalista uniformiza los valores y los símbolos culturales. Se uniformiza también la
concepción del mundo privatizando los valores culturales. Este proceso de internacionalización
universal, paradójicamente, fomenta la creatividad, en contraste con la baja creatividad
cultural nacional. La universalización de los valores como el culto a la tecnología, implica una
revolución silenciosa que modifica hábitos y tiene el poder para llegar a cualquier espacio
social, sea éste público o privado.

La equidad en el acceso a los medios es una de las condiciones para la existencia de una
competencia política auténtica. El tema de los medios es indisoluble del debate de la
democracia. El IFE antes que inicien las campañas electorales del año 2003, va a revisar una
reforma al reglamento de fiscalización para que se determine la obligación de los partidos
políticos de requerir a los concesionarios, con los que contraten tiempos y espacios, que se
especifique el precio de cada uno de los promocionales que compren. De esta forma no habrá
duda acerca de la manera en que se fijan los precios para cada una de las ofertas políticas
contendientes. (Woldenberg, 2002:3)

Dentro de las tareas más importantes dentro de los institutos electorales estatales, se
encuentran : definir un programa de fiscalización, un reglamento de acceso a los medios,
renovar la división distrital, crear en su caso un sistema estatal de electores, impulsar la
reforma electoral, fomentar el voto para disminuir el abstencionismo y sobre todo crear un
foro donde los intereses de la sociedad civil y de la gente sean incorporadas a las iniciativas de
los partidos políticos.

Para ejemplificar la apertura de los medios, José Woldenberg, presentó la siguiente


información con datos del investigador Raúl Trejo sobre la elección presidencial de 1988
donde el entonces partido gobernante recibió 55% del espacio concedido a las campañas
electorales en los seis principales diarios del país, mientras que el Frente Democrático
Nacional obtuvo 17 % y 12%, el PAN. Según Pablo Arredondo, en 1988, los noticieros de TV
dieron al partido en el gobierno 91.7 % del total de sus espacios informativos, mientras que de
todos los demás contendientes ninguno alcanzó siquiera 4 % del tiempo de los noticieros.
Trabajos posteriores de Trejo, nos indican que en las elecciones presidenciales de 1994, la
prensa escrita, le dio a las oposiciones en conjunto un espacio mayor al que recibió el partido
gobernante. En la más reciente elección presidencial 2000, como demostró el monitoreo de
medios del IFE en cada periodo de campañas, los principales noticieros de la radio y la TV del
país ofrecieron un tratamiento muy equilibrado, similar, a las tres principales opciones
políticas del país. (Woldenberg, 2003:2)

La población mundial está reclamando oportunidades de diálogo a través del uso de internet
para mejorar las estructuras de gobernanza democrática. Existen numerosas ventajas que se
derivan del uso de las nuevas tecnologías para tratar de mejorar la comunicación con nuestros
gobiernos. Los expertos se preguntan si es posible fomentar el desarrollo democrático y la
mejora de la gobernanza con la ayuda de la tecnología de la información y la comunicación.

Si bien es cierto que los medios y los tipos de democracia electrónica sirven para mejorar el
perfil democrático del sistema, tienen también sus límites. La riqueza del encuentro y debate
ciudadano directo, es mucho mejor que el intercambio on line. La comunicación electrónica se
encuentra restringida, todavía, a una élite que sabe manejar, en algún grado de capacidad las
redes de comunicación como el internet. El funcionamiento del sistema político democrático
se encuentra interrumpido por la presencia de tres variables: Una falta de información y de
comunicación entre la población en general y los políticos en el interior del sistema político;
una ausencia de participación política, causada por el déficit estructural o funcional del
sistema político y un efecto negativo de los medios de comunicación de masa tanto sobre el
sistema político en general como en la participación política en particular. (Oriol, 2000:11).

Los tipos de democracia electrónica de Martín Hagen son los siguientes:

TELEDEMOCRACY CYBERDEMOCRACY ELECTRONIC DEMOCRACY TECNOLOGÍA PRINCIPAL


Televisión Redes de ordenadores Redes de ordenadores TIPO DE DEMOCRACIA Directa Directa
Representativa DIMENSIONES DE LA PARTICIPACIÓN Voto Discusión y participación política
Discusión política e intercambio de información ARENA POLÍTICA Información Ventajas
informativas Sistemas de información políticos

Paulatinamente las culturas nacionales que no tienen acceso al mercado internacional sufren
un proceso de estancamiento. Por otra parte, la nueva cultura universal, eminentemente
privada, privilegia el YO y se aleja de lo público. El estilo de vida estará definido por el status, la
posesión de bienes culturales, el buen gusto, la buena ropa y comida, la práctica deportiva, y
las diversiones tecnológicas como el compac disc y videos, los juegos electrónicos, los faxs, las
computadoras, las antenas parabólicas y los teléfonos celulares.

El actual modelo cultural competitivo determinó una nueva lógica entre la cultura, el individuo
y la comunidad. Relación basada en una nueva dominación donde la calidad de vida ya no
dependerá de la comunidad sino del individuo. La cultura de masas, fué superada por la
nueva, porque la primera, siempre estuvo vinculada a la resolución de necesidades sociales
básicas, a las protestas, a la inconformidad. Mientras que la nueva cultura universal definió
una nueva forma de ser social, conformó nuevas redes comunicativas por tecnología
sofisticada, creó nuevos valores y demandas individuales no basadas en los partidos políticos o
sindicatos sino en la cultura de la competitividad individual, en la cultura del mercado.

En México, la pretendida modernización que nos traerían las reformas a favor de la


mentalidad empresarial, del expresidente Fox y Felipe Calderón, han fracasado, porque los
recursos públicos que pretenden obtener del aumento en impuestos afectando los alimentos y
medicinas, sin antes plantear una política de austeridad que afecte primero a los institutos
políticos, las campañas, los altos salarios de funcionarios y realmente se aplique la
recaudación fiscal con una verdadera supervisión hacendaria.

El debate sobre la democracia está vinculado con el proceso de modernización del sistema
político mexicano. Los últimos años se ha demostrado que la sustitución de unos líderes por
otros, no cambia las cosas. Los consejeros electorales son nombrados por los partidos políticos
contra los intereses ciudadanos.

Las prácticas del "dedazo", del compadrazgo y los partidos familiares y los sindicatos
matriarcales maestros y patriarcales mineros siguen existiendo. El equilibrio justo entre los
poderes que pretendía transitar de un gobierno presidencial a uno constitucional con
equilibrio de poderes no se logró.

Hoy todavía el respeto a la libertad de expresión y el voto está en duda. Los fondos públicos
para financiar las campañas políticas han sido utilizados para negocios particulares. Ha
quedado demostrado que un líder diferente en el poder ejecutivo, no es condición para que
las cosas cambien. Necesitamos, más que líderes protagónicos de distintas tendencias, un
proyecto de país y estrategias de desarrollo político económico y social que realmente
promuevan un desarrollo social en México.

El reto que plantea la modernización es la transición de un país despojado y explotado, a un


país donde sus integrantes tengan la libertad de pensar, elegir y participar en la construcción
de un gobierno que atienda a los hombres del trabajo, no sólo a las elites privilegiadas por la
lógica del capital. Dependerá tanto del sistema político como de la sociedad que la
modernización no se quede como palabra clave utilizada sólo para renovar la credibilidad en el
gobierno.

El fenómeno neocorporativo en México, manifiesta la necesidad de sobrevivir de aquellos


actores políticos tradicionales como la Burocracia Sindical, así como de algunos sectores
empresariales no vinculados directamente al capital extranjero. Hay una resistencia de los
sectores corporativos a perder los espacios políticos. La democracia aparece sin sujeto y sin
actor. Se presenta la necesidad de establecer un pacto con y entre actores que concuerdan y
discrepan con el presente y el futuro con el objetivo de mantener la competitividad, la
producción de calidad y la lucha contra la inflación.

Pero el pacto político no puede realizarse sin haberse depurado antes los sectores
corporativos. La época de la limpieza corporativa coincide con un tiempo en que hay una
dinámica impresionante de transformaciones con relación al sindicalismo tradicional. Emergen
nuevos líderes, aparecen también nuevos grupos y movimientos sociales. Están insertándose
por necesidad biológica nuevos obreros de extracción urbana con un mayor nivel de
educación. Estos obreros y líderes jóvenes buscan una nueva vida sindical en sí mismos, y de
organización frente a la empresa y con el Estado. En el caso del PRI, es significativa la
formación del grupo fuerza reformadora, dirigida desde la Secretaría General por la maestra
Elba Esther Gordillo quien en las elecciones del 2006 transito del PRI al PAN dividiendo el voto
a favor de la derecha empresarial. El nuevo neocorporativismo sindical, es funcional al sistema
capitalista porque encuentra su base fundamental en ese nuevo mercado político, donde los
apoyos son definidos en función a la disciplina política, rendimiento, eficiencia, producción y
calidad. Los recursos tradicionales que los sindicatos utilizaban para fortalecerse, ante una
situación crítica como la huelga, ahora no sólo pierden validez, sino que se les revierte en su
perjuicio. En lugar de ser un instrumento de lucha se les transforma en una estrategia suicida
que puede conducirlos a su virtual eliminación.

En el proceso de transición al Neoliberalismo, el estado se salva, centralizando todas las


funciones eminentemente políticas mientras en la sociedad civil se expande la desmovilización
y sus condiciones de vida se deterioran constantemente. Por eso, el mal necesario que
representa el Neocorporativismo, es necesario que el estado lo pague. La insostenibilidad del
modelo Neoliberal hace que el estado requiera del corporativismo precedente, requiriéndose
un Neocorporativismo más funcional a los intereses supremos del modelo capitalista. Es vital
que superemos el actual equilibrio inequitativo de la distribución de la riqueza. Porque se ha
demostrado que los países que tienen mejor distribución equitativa de la riqueza, presentan,
consecuentemente, altas tasas de crecimiento económico. La idea es que una sociedad que
pretenda ser moderna debe impulsar la modificación de su estructura tradicional de privilegios
y beneficios emanados del trabajo. Los cambios institucionales en México son reales pero no
lo suficientemente profundos y estructurales para erradicar los añejos vicios del sistema
político mexicano.

Se presenta de esta forma, el problema central que los partidos y sindicatos, deberán resolver
en el contexto actual: cómo podrán mantener su papel de lucha y representación política, si
están obligados a aceptar bajos salarios sin una participación decisiva dentro de los espacios
políticos estratégicos.

Cuando se comparten objetivos entre gobierno y ciudadanos se producen actos de


reconocimiento a las acciones del gobierno que generan un ambiente propicio para la
gobernabilidad, La gobernabilidad implica que hay congruencia entre las expectativas políticas
de los ciudadanos y las acciones políticas del estado. El ciudadano y el gobierno se ajustan en
su actuación a las normas establecidas en el estado de derecho y en la práctica se conforma la
acción democrática entre el pueblo y el gobierno, lo que garantiza la realización de la
gobernabilidad. Hoy en día, la mayor parte de los países tratan de consolidar la vía
democrática pero en una gobernabilidad muy inestable.

Otro mecanismo privilegiado del imperialismo para combatir gobiernos nacionalistas es el


rearme para supuestamente combatir a la llamada delincuencia organizada y conformar
ejércitos multinacionales. Ese es el proyecto más importante del Pentágono. Ya desde 1995,
durante su histórica visita a México, el general William Perry, secretario de Defensa
estadounidense, convocó a crear el tercer vínculo entre su país y el nuestro. Esbozó la
posibilidad de conformar un ejército de las Américas, viejo y ambicioso proyecto
norteamericano para conformar fuerzas multilaterales conjuntas que tengan su base en
Panamá u otra nación centroamericana con un objetivo primordial: combatir la amenaza
multinacional del comercio de la droga.

La idea de declararle la guerra al terrorismo y al narcotráfico ha sido manipulada por los


imperios para presionar a los gobiernos latinoamericanos. Las guerras contra el terrorismo y el
narcotráfico, se han distorsionado para inmiscuirse en los asuntos internos de los demás
países. Los conflictos que está generando el proyecto del plan Puebla Panamá, por los menos
en Bolivia, habla mucho acerca de que la gente empieza a tomar conciencia de no ceder, ya
tan fácilmente, a la expoliación de las trasnacionales para apoderarse de los recursos naturales
de los países latinoamericanos. El rechazo inicial a las reformas fiscal-hacendaria, electoral,
energética y de telecomunicaciones en México, también, se ubican en ese contexto.

Uno de los presuntos grandes logros de la historia latinoamericana fue el restablecimiento de


la democracia. Desde la década de los ochentas los civiles regresaron al poder. Sin embargo, el
auténtico logro democrático debe tener un proceso consolidado, que en América Latina ha
dejado mucho que desear. Los partidos políticos tienen de rehén a la democracia, y los
problemas sociales han rebasado absolutamente a los partidos y a sus políticos.

La democracia en el verdadero sentido de la palabra es algo más que el ejercicio electoral. La


verdadera democracia supone la participación en la toma de decisiones del país, y entre las
decisiones más importantes están las que repercuten en mayor medida en la vida de la gente;
las decisiones económicas. (Stiglitz, 2003:6) Debemos concebir una democracia con
gobernabilidad y estabilidad suficiente que sirva e incluya en la toma de sus decisiones a los
intereses de la gente.

5. EL FUTURO DE MÉXICO: UNA NUEVA GOBERNABILIDAD.

La nueva gobernabilidad requerida por la sociedad mexicana, bajo el matiz que impone
alcanzar los objetivos planteados por el modelo de desarrollo neoliberal, consiste en lograr
que las organizaciones sociales, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil se limiten
a impulsar una democracia “sui generis” que se oriente a la legitimación de la estructura de
poder político y económica que, históricamente, se fue formando en la sociedad mexicana.

La democracia, así planteada no pretende que el ciudadano participe en forma alguna, en las
decisiones fundamentales del país. El poder constituido y asimilado a los requerimientos y
necesidades del modelo de desarrollo neoliberal, requiere únicamente de nuevas formas de
legitimación que sean la base fundamental sobre las que se construya una nueva
gobernabilidad.

La nueva gobernabilidad demandada por el neoliberalismo, tiene como objetivo que se abran
los nuevos espacios periféricos en los que se garantice la libre reproducción del capital
hegemónico. Para ello, ha sido necesario realizar las reformas al marco constitucional que
permita y promueva el tránsito de lo público a lo privado; la modificación del objeto de
atención del Estado de la sociedad al mercado, así como la ruptura y transición con el pasado,
para arribar a la nueva gobernabilidad. A este proceso se le llama desestructuración
estructural.

El cumplimiento de éste objetivo neoliberal, puede lograrse impulsando una democracia


acotada a la elección de los órganos de gobierno, tal que no ponga en peligro los intereses de
los grupos nacionales dominantes, socios del capital hegemónico internacional.

Desde este planteamiento se formulan las hipótesis que explican las causas por las que el
Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) , convergieron en
la estrategia de bloquear y evitar a cualquier costo la llegada de una fuerza política de
oposición con un proyecto político diferente y un candidato como Andrés Manuel López
Obrador que hiciera peligrar la operación de las políticas neoliberales.

La democracia acotada es aquella a la que- según nuestro punto de vista, se refiere Jürgen
Habermas (Habermas, 2000: 53), como la “democracia formal”, en que se plantea que los
ciudadanos pueden ser consultados o no, pero a la ciudadanía se le deja sólo la función de ser
legitimadora del gobierno. Así, es de entenderse que desde el poder dominante se promueva
la implantación de ésta democracia acotada a la legitimación, y no así, aquella democracia que
tiene una serie de normas, principios y procedimientos orientados a construir regímenes
políticos abiertos con amplia participación de los ciudadanos en todos los órdenes.

La sociedad mexicana está lejos de llegar a democratizarse, durante el siglo XX, el sistema
político mexicano, se comportó acorde con sus características principales: autoritario,
corporativo y antidemocrático. El avance por la ruta de la democratización, se fue generando
en México, como consecuencia de las luchas sociales antirrégimen, dado que el propio sistema
político mexicano se convirtió en el principal obstáculo para la democratización de la sociedad
y de las organizaciones sociales, donde participa la sociedad organizada. De ésta manera, se
explica por qué Vicente Fox Quesada, desde su posición e investidura de Presidente de la
República, tuvo, casi, como único objetivo, claramente definido desde el principio de su
gobierno, el de evitar que un partido de oposición de izquierda accediera a la Presidencia de la
República- con la ayuda y bendición de Dios.

La alternancia en México, por lo pronto tiene sentido en cuanto a la creación de las


condiciones propicias para remover algunos obstáculos a la democratización de la sociedad
que, se han interpuesto, desde el propio gobierno. Se logra la apertura controlada y
restringida del sistema político, ciertamente con objetivos de democratización, pero la
alternancia no es la democracia implantada en la sociedad, sino el primer paso que inicia el
proceso para llegar a ella.

La implantación de la democracia, ocurre a partir del propio ciudadano que tiene resueltas sus
necesidades materiales, participando dentro de un sistema político acotado por la propia
sociedad en sus diversos intereses sociales, pero que suma, integra, une y conjunta esfuerzos
individuales y colectivos, sin exclusiones, la viabilidad del proyecto se da en la medida que la
utopía crea un modelo normativo definido por la propia sociedad en forma amplia. Remueve
los obstáculos y modifica el comportamiento de aquellas variables socioeconómicas y políticas
que están minando y debilitando su propio proceso de desarrollo con dependencia
tecnológica, déficit de la balanza de pagos, dependencia política y económica del exterior.

Al final el tribunal federal electoral autorizó abrir el 10 % de los votos y encontraron 240,000
votos con inconsistencias con una regla de 3 si hubiesen abierto el 100% como lo demandaba
el pueblo por lógica hubiesen sido 2, 400,000 los votos inconsistentes. Y si la diferencia final
entre Felipe Calderón y López Obrador era de menos de medio punto es decir poco más de
400,000 votos es evidente que si se hubiesen contado todos los votos lo más probable es que
los resultados hubieran arrojado otro ganador. La última historia nos muestra en toda su
crudeza a que nivel esta la democracia mexicana, un mexicano solicito al Tribunal Federal
Electoral tener acceso a los votos físicamente, el Tribunal declaró improcedente su petición
porque su solicitud no estaba firmada. El resultado; una democracia de cartón manejada a
modo por los partidos y calificada por instituciones que operan en función de grupos de poder.

BIBLIOGRAFÍA:

• (1986) Aguilar Camín, Héctor. México Mañana. Ed. Océano - Nexos. México.

• (2000) Amir, Samir. El capitalismo en la era de la globalización. Ed. Siglo XXI.

• (1989) Almond, G.;Dahl,R; Downs,A; y otros. Diez Textos Básicos de Ciencia Política. Ed. Ariel.
España.

• (1996) Bobbio, Norberto. El Futuro de la Democracia. FCE. México.


• (1996) Bobbio, Norberto. “Estado, Gobierno y Sociedad. Por una teoría general de la política”
FCE. México.

• (1996) Bobbio, Norberto. “La Teoría de las Formas de Gobierno en la Historia del
Pensamiento Político”. FCE. México

• (1986) Bobbio, Norberto y Michelangelo, Bovero. “Sociedad y Estado en la Filosofía


Moderna”. FCE. México.

• (2002) Bobbio, Norberto, Mateucci y Pasquino. Diccionario de Política. E. Siglo XXI. México.

• (2000) CEPAL. Balance pree liminar de la economía de América Latina.

• (2001) CEPAL. Una década de luces y sombras. América Latina y el Caribe en los años
noventa. Ed. CEPAL Alfaomega.

• (1995) Chomsky, Noam. La sociedad global. Editorial Contrapuntos, Argentina.

• (1989) Dahl, Robert. La poliarquía. Participación y oposición. Ed. REI. Buenos Aires,
Argentina.

• (1956) Dahl, Robert. A preface to democratic theory. Chicago.

• (1998) Dussel, Enrique. La Ética de la Liberación en la Edad de la Globalización y de la


Exclusión. Editorial Trotta. Valladolid. España.

• (2001) Fajardo García José Carlos. Objetivo: el oro azul. Centro de Colaboraciones Solidarias.
• (1998) Habermas, Jürgen. Problemas de legitimación del capitalismo tardío. Ed Amorrortu.
Buenos Aires.

• Held, David. (1992) Modelos de Democracia. Alianza Editorial. México.

• (1993) Huntington, Samuel.¿Choque de civilizaciones? Periódico El Financiero. Suplemento


Zona Abierta N# 45.

• (2001) Klare Michael T. La nueva geografía de los conflictos internacionales. Foreign Affairs
en Español.

• (2002) Klare, Michael. Resource Wars: The New Landscape of Global Conflict. With a New
Introduction by the Author” Owl Books, Nueva York. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas | 17 (2008.1)

• (1981) Saldívar, Américo. Ideología y Política del Estado Mexicano 1970-1976. Ed. Siglo XXI
México.

• (1992) Sartori, Giovanni. Elementos de teoría política. Alianza Editorial. Madrid, España.

• (1997) Sartori, Giovanni.¿Qué es la democracia?. Editorial Nueva Imagen. México.

• (1993) Schmitter, Philippe. La consolidación de la Democracia y representación de grupos


sociales. En Revista Mexicana de Sociología. México Ed. UNAM.
• (2003) Stiglitz, Joseph. El rumbo de las reformas. Hacia una nueva agenda para América
Latina. Revista de la CEPAL N°.80.

• (1989) Trejo Delarbre, Raúl y Woldemberg José. La desigualdad en México. Ed. Siglo XXI.
México.

• (2002) Woldenberg, José. Contienda política y publicidad en TV. Revista electrónica Etcétera.

• (2003) Woldenberg, José. Consolidación democrática y medios de comunicación. De la


unanimidad a un auténtico archipiélago de puntos de vista. Revista electrónica Etcétera.

También podría gustarte