Para La Historia Del Santo Domingo Espan
Para La Historia Del Santo Domingo Espan
Roberto Marte
1Pedro J. Santiago, Un memorial inédito sobre Santo Domingo en el siglo XVII, en Boletín del Archivo
General de la Nación, n° 107, 1984, pp. 103-119.
2 Pascual de Gayangos, Catalogue of the manuscripts in the Spanish language in the British Museum,
4 vols., London, 1875-93. En ese Catálogo Gayangos inventarió los manuscritos en castellano y
catalán anteriores al año 1800. Salvo el Catálogo de documentos sevillanos que se conservan en el
Museo Británico de Francisco Aguilar Piñal, Sevilla, 1965, todos los catálogos posteriores sobre
manuscritos españoles y americanos de la antigua biblioteca del Museo Británico son en realidad
transcripciones del de Gayangos.
3 Emilio Rodríguez Demorizi, Relación sumaria, en el Boletín del Archivo General de la Nación, Ciudad
Trujillo, n° 92, 1957, pp. 20-58.
4 El Catálogo de Gayangos tiene un índice de personas y lugares elaborado por el mismo autor que
fue luego encuadernado en 32 tomos por el Museo Británico: Index to the Catalogue of the Spanish
Manuscripts y se encuentra en la sala de lectura de su departamento de manuscritos. Sin embargo,
para localizar la documentación sobre Santo Domingo yo no utilicé ese índice ya que en el mismo
solo fue registrada una pequeña parte de los documentos indexados en el catálogo de Gayangos,
pareciéndome por eso más seguro buscar minuciosamente todo lo referente al ítem de mi interés en
los cuatro tomos del catálogo.
localización de la documentación sobre Santo Domingo que forma parte de nuestra
historia colonial en ese reservorio archístico sería una tarea muy ardua, pues los re-
gistros de las distintas colecciones de la Biblioteca se limitan a enunciar los
documentos por la data, por el autor y por otras generalidades, pero sin instrumentos
razonados que nos libren del ímprobo trabajo de examinar página por página cada do-
cumento. Fue ante esa realidad que tras jubilarse, Gayangos sugirió a la administración
del Museo Británico la elaboración de un catálogo descriptivo de toda la
documentación en español conservada en el mismo. El proyecto fue aprobado y su
realización estuvo a cargo del propio Gayangos personalmente (con la ayuda de
Antonio Rodríguez Villa) al cual dedicó varios años de la parte final de su vida.
Huelga decir que con el correr del tiempo se publicaron otros manuales de consulta
de los fondos manuscritos sobre España e Hispanoamérica en los archivos británicos.
Por ejemplo, la Guía de Walne5 es un importante instrumento de consulta para el
historiador que se inicia en el estudio de los archivos británicos, pues evita tener que
revisar las colecciones que no albergan documentos sobre el tema perquirido, pero
aporta muy poco sobre sus contenidos.
Casi todos los manuscritos sobre Santo Domingo (como muchos otros relativos a
Hispanoamérica) registrados en el catálogo de Gayangos fueron adquiridos por la
antigua biblioteca del Museo Británico mediante compra y tienen diferentes proce-
dencias. Algunos de ellos eran parte de la biblioteca del consejero de Indias don Ber-
nardo de Iriarte donada por sus herederos a amigos de la familia y posteriormente
vendida a libreros de Londres a mediados del siglo XIX. Muchos de esos papeles
emanaron durante el reinado de Carlos III del despacho de Iriarte cuando éste era
miembro del Consejo de Indias, que era el organismo superior para el manejo de los
asuntos indianos.
Gracias a las diligencias de la antigua biblioteca del Museo Británico esas rarezas
manuscritas no se perdieron irremisiblemente en el trasiego de compras y ventas en la
5
Peter Walne, Guide to Manuscripts for the History of Latin America and the Caribbean in the British
Isles, Oxford University Press, 1973; v.t. M. A. E. Nickson, The BL: guide to the catalogues and
indexes of the Department of Manuscripts, London, 1978. Asimismo, de Julián Martín Abad,
Manuscritos de España: guía de catálogos impresos, Madrid, 1989 y de Manuel Moreno Alonso
Documentación para la historia de España durante el siglo XVIII, Madrid, 1981. Riquísimas
informaciones sobre la venta de libros y manuscritos en español en el mercado londinense del siglo
XIX en el libro de Nigel Glendinning, Spanish books in England, 1800-1850, Cambridge
Bibliographical Society, 1959-63.
“la Babilonia inglesa”. Al principio y a mediados del siglo XIX hubo en toda Europa un
gran tráfico de papeles antiguos, adquiridos entonces en subastas y privadamente por
coleccionistas, bibliotecas y museos. Renombrados libreros del Londres de la época,
como Thomas Thorpe y Thomas Rodd compraron colecciones completas de
manuscritos sobre la historia americana, entre ellas las de los hermanos Iriarte. Por
aquellos años, en 1837, Gayangos se estableció en Inglaterra a efectos de distanciarse
de la guerra carlista. Con todo sigue siendo un asunto algo confuso cómo esos
documentos reportados en el catálogo de Gayangos (algunos de los cuales se creían
perdidos) fueron a parar a la biblioteca del Museo Británico, aunque en ciertos
documentos hay indicaciones manuscritas de su procedencia. Por ejemplo, de dos
legajos titulados “Manuscritos originales de Indias” de las primeras décadas del siglo
XVII y coleccionados por d. Bernardo de Iriarte se anota que provenían de la biblioteca
de Lord Kingsborough. Además, para averiguar la procedencia de esos papeles, en la
misma Biblioteca Británica hay un sistema de consultas en los Accessions Records. De
todos modos, con su inapreciable catálogo de manuscritos españoles el sabio6 bi-
bliófilo, arabista7 y académico8 don Pascual de Gayangos complementó ese trabajo de
rescate documental cuando a mediados del siglo XIX la historia colonial de Santo
Domingo era aún una materia envuelta en sombras.
Don Pascual de Gayangos ganó la celebridad del orientalista y bibliógrafo erudito en
contacto con los más importantes libreros y anticuarios europeos de su época. A
mediados del siglo XIX viajó a lugares recónditos de África y Oriente para obtener
manuscritos y libros antiguos, códices y objetos curiosos9 a cuyas localizaciones llegaba
debido a una especie de singular instinto. Por lo demás, Gayangos estuvo muy bien
relacionado con el mundo de la época e hizo una activa vida social en los medios cultos
españoles, ingleses e italianos. “Gayangos se había convertido en el oráculo de su
tiempo. Pocos emprendían un trabajo sin consultarlo y muchos aspiraban a ser sus
colaboradores”10.
Los manuscritos
11 Véase de Pedro Roca, Catálogo de los manuscritos que pertenecieron a D. Pascual de Gayangos
existentes hoy en la Biblioteca Nacional, Madrid, 1904.
12 La copia simple es la reproducción directa y exacta de otro documento original, pero sin los signos
de validación que refrenden su autenticidad respecto al documento primigenio del que emana.
13 La biblioteca del Rev. Francis Egerton (1756-1829), conde de Bridgewater, se fue agrandando en
base a compras con los ingresos dimanados de su patrimonio (Bridgewater Funds) legado después
de su muerte.
14 Additional contiene manuscritos que la biblioteca del Museo Británico fue añadiendo a través de
los años sin identificar su procedencia. La numeración de los manuscritos ordenados en Additional
comienza con el 4101.
ese Despacho: antes de ser tramitados, de los manuscritos originales se hacían copias
simples para fines internos que eran registradas y ordenadas en arcas separadas, ya
que la burocracia cortesana de la época era una compleja gestoría de documentos
acompañados de expedientes y actos administrativos adjuntos que intervenían en su
tramitación a diario. Cuando don Juan Bautista Muñoz creó el Archivo de Indias la
mayor parte de la documentación original del Consejo de Indias pasó al recién inau-
gurado archivo sevillano y allí ha de encontrarse ahora. Andando el tiempo, algunas de
las copias archivadas quedaron en el escritorio privado del consejero Iriarte, otras
fueron adquiridas por coleccionistas y al cabo de traspapeleos y muchas andanzas se
encuentran ahora en Madrid y Londres.
Tratándose la mayor parte de copias que sólo reproducen los caracteres internos de
sus orginales, conviene advertir que varios de estos documentos carecen de signos de
puntación (comas, puntos y coma, etc.) y a veces faltan palabras (huecos). También
hay palabras corrompidas (con errores, tachaduras y manchas, pero sin raspados o
supresiones que los pongan bajo sospecha de haber sido alterados) y en algunos la
oxidación de la tinta que fue empleada en su época ha mellado la grafía. Además y en
cuanto a su estructura, la mayoría de estos documentos no están debidamente
refrendados, es decir, sin protocolo con sus reverencias usuales, fórmulas de
enunciación ni monogramas y sin escatocolo o signos finales de validación que
acrediten su autenticidad: la aposicion de las firmas autógrafas originales e incluso a
veces sin la fecha tópica y más aún sin los sellos reales de los funcionarios que
motivaron su escritura15. También en muy pocos aparecen lábaros que den fe de la
validez e importancia de la cosa descrita. Sin embargo, no se debe perder de vista el
bajo carácter protocolario de muchos de estos documentos (como son las cartas
misivas) que los eximen de formalidades. Ante esa circunstancia y el desaliño de su
sintaxis (que he reproducido fielmente, cuidándome de no alterar su contenido ni
enmendar su ortografía) expresada en una caligrafía bastardeada de distintos ductus
con todas las características paleográficas del siglo XVIII, he debido ser yo mismo como
lector quien obtuviera el sentido a muchos de sus párrafos.
Ahora bien, el carácter trunco y descuidado de algunos de esos manuscritos no debe
ser un motivo para cuestionar su autenticidad como fuentes históricas de primera
mano, pues en ellos no aparecen anacronismos, erratas ni contradicciones con fines
15 Por lo mismo no extraña que en varios de los documentos contenidos aquí falte la rúbrica y a veces
hasta la fecha.
subrepticios, es decir, errores en su substancia, sino defectos de cálamos desgastados
o descuidos de amanuenses y de sus ayudantes de escasa instrucción que hacían un
trabajo mecánico y aprisa16. Lo más que podría alegarse contra estos instrumentos es
que son inauténticos en su escritura.
Aunque el fondo documental sobre Santo Domingo de la Biblioteca Británica
conserva algunos papeles del siglo XVII17, su parte mayor es del siglo XVIII. Además
convendría tener en cuenta que esos papeles no forman un grupo homogéneo: ahí hay
de todo, manuscritos mezclados de diverso origen que se inician con despachos de 1730
del capitán general coronel Francisco de la Rocha Ferrer 18 en unos años en que
preocupaba mucho a las autoridades de la colonia la incursión de balandras corsarias
inglesas en las costas de la isla y de los franceses en las fronteras del norte. Por eso
varios de estos primeros papeles tratan sobre las defensas de Santo Domingo, y aun
cuando a veces eran asuntos personales que los motivaban, los mismos encierran ricas
informaciones sobre la lucha contra los franceses como en la “Representación” que hizo
16 Estos formaban parte de la burocracia de bajo escalafón, el llamado “personal auxiliar de plantilla”,
con sueldos muy bajos que hacían una gran parte del trabajo cotidiano en los escritorios de los
despachos con más trajín burocrático -como eran los madrileños- bajo el encargo de archiveros,
muchos de los cuales no solo fueron titulares de ilustración y fama, como Clavijo Fajardo, Martínez
Gayoso, Santiago Palomares, etc., sino detentadores de informaciones oficiales consideradas
entonces muy importantes y de difícil acceso.
17 Uno de esos manuscritos del siglo XVII es el titulado “Isla Española ó de Santo Domingo. Anuas y
noticias de esta ysla y de este colegio en el año de 1695”. En 1978 di con ese documento en el
Manuscripts Room del British Museum. Del mismo hay dos ejemplares y ambos son copias libres del
siglo XVIII, el primero es copia muy desaliñada del original del siglo XVII de paradero desconocido y
el otro de cien años más tarde es un duplicado del anterior en letra más moderna. Tiempo después,
cuando ya vivía en Santo Domingo, en una reunión que tuve con el lic. Bernardo Vega, creo que en
1985, éste me dijo que viajaba a Londres por unos días. Yo le hice alusión a ese importante
manuscrito que guarda el British Museum y le sugerí que obtuviera una copia. Casi diez años después
el historiador y sacerdote jesuita José Luis Sáez lo publicó en una admirable edición crítica en
Archivum Historicum Societatis Iesu, Roma, 1993.
18 Francisco de la Rocha Ferrer era criollo americano. Nació en Cartagena de Indias y tenía a la sazón
44 años de edad cuando en mayo de 1719 fue nombrado capitán general y presidente de la Audiencia
de Santo Domingo. En 1726 los miembros del cabildo secular de Santo Domingo pidieron que se
prorrogara el tiempo de su gobierno. También el arzobispo, rector del colegio de la Compañía de
Jesus, los frailes mercedarios y los oficiales de la Real Audiencia elogiaron sus méritos. Seis años
después las órdenes religiosas presentaron a su favor cartas de alabanza por su celo en el servicio
del Rey y por su acertado gobierno que había dinamizado el comercio expidiendo muchas patentes
de corso contra ingleses y holandeses sin haber recibido emolumentos personales. Anteriormente
había sido gobernador de Maracaibo durante nueve años.
el teniente coronel Juan Clou de Guzmán sobre su marcha contra el avance francés en
la frontera del norte19.
Como es sabido, tras las primeras cinco décadas después de la llegada de los
españoles a esta isla, Santo Domingo se fue sumiendo durante muchos años en un
estado creciente de abandono cuyo único renglon de subsistencia, que con algún
beneficio sostenía al vecindario de Santo Domingo, era el de las vacadas. Hasta que a
medida que fue avanzando el siglo XVIII, con la llegada al reino español de la dinastía
Borbón, empezó a calar paulatinamente en la Metrópoli (principalmente durante el
reinado de Carlos III) el reformismo ilustrado, la reorganización del Estado con la
aparición de la burocracia moderna –inspirada en el modelo imperial francés-, el
liberalismo en el comercio americano y la participación creciente de los criollos en la
organización eclesiástica y en los cabildos y audiencias de las Indias que propiciaron
en Santo Domingo una época de cierta prosperidad económica.
Debido a su posición en el Consejo de Indias el ilustrado don Bernardo de Iriarte
debió despachar él mismo muchos de los asuntos de la isla como se puede ver en las
notas que asentaba en el soporte de muchos manuscritos. Por ejemplo, escribía “todo
trabajado por mi”. En otro documento escribió unas “Reflexiones mias sobre la isla de
Santo Domingo”. Si el consejero Iriarte conservó en custodia privadamente estos
papeles después de su salida del Consejo hacia 1790 es muy difícil saberlo, pero fue
conocida su pasión de coleccionista que logró reunir una imponente biblioteca, un
fondo de manuscritos y una rica colección de arte.
De todos modos, debe prestarse atención a la personalidad ilustrada de Bernardo de
Iriarte, este cortesano tenerifeño que quiso llevar a cabo muchas de las reformas que
las colonias americanas necesitaban para su fomento económico como se puede
advertir en su consulta del 8 de junio de 1785 sobre el adelanto de la Isla Española y en
la correspondencia con el abogado y humanista salmantino don Manuel Lanz de
Casafonda sobre asuntos marítimos y comerciales. En los expedientes de alegatos
elevados al Consejo de Indias por los hacendados Josef de Vega, Ignacio Caro y Juan
Bautista Oyarzabal hay informaciones de primera mano muy importantes que docu-
mentan los problemas que enfrentaban los hacendados españoles de Santo Domingo y
cómo el Consejo de Indias los ventilaba para impulsar a los potenciales productores.
19 Juan Clou de Guzmán era un militar de mucha experiencia que había ascendido en el servicio
desde sargento hasta teniente coronel.
Antes de concluir no quisiera dejar de destacar que en una carta del 22 de septiembre
de 1795 enviada a Manuel Godoy, ministro del rey Carlos IV, Bernardo de Iriarte se
opuso a la cesión de Santo Domingo a Francia. Por el contrario, su hermano Domingo
(que era uno de los negociadores de España ante los franceses en Basilea) aceptó la
cesión de la parte española de la isla como también lo hizo el jovenzuelo ministro
Godoy que obtuvo el principado de la Paz por haber arribado al acuerdo de 1795 por
cuya vía se entregó a Francia la colonia española más antigua en América.
Roberto Marte
DOCUMENTOS
+
El Rey tiene resuelto que por ningun motivo se alteren el metodo y formalidad
establecidas por su Governador de Sto. Domingo y el Conde de Argout20 Coman-
dante que fue del Guarico sobre la extraccion de Ganado Bacuno á dha. Colonia
hacendado azucarero. Cuando se redactó esta disposición real el conde d’Argout había fallecido hacía
tres años.
Nota al margen de folio:
21 Se refiere al poeta, helenista y lexicógrafo español Juan de Iriarte, tío de Tomás, Bernardo y
Domingo de Iriarte. Ya había fallecido cuando fue escrita esta carta.
22 Antes de pasar como Regente a la Audiencia de Santo Domingo, el ilustre abogado mexicano
Francisco Xavier Gamboa estuvo en dos ocasiones varios años en Madrid, donde se rodeó de personas
influyentes en la Corte española y fue asiduo visitante en los círculos cultos. Allí conoció, entre otros,
a los Iriarte. Gamboa poseyó una célebre biblioteca con libros manuscritos e incunables. Cuando se
inició como funcionario de la Real Audiencia de Santo Domingo, Gamboa contaba con 64 años.
23 Tomás de Iriarte, célebre escritor de fábulas y hermano de Bernardo.
24 Simón Aragorri y Olavide, Marqués de Iranda, fue banquero y empresario residente en Madrid de
mucha influencia en los círculos cortesanos. Fue también hacendado en Santo Domingo con casas
en la capital de la colonia. Era propietario de haciendas de labranza y de hatos. Fundó el ingenio de
azúcar Boca de Nigua. Todos sabían en la colonia que el marqués era el verdadero dueño del Boca
de Nigua o San Gregorio. Era primo de Juan Bautista Oyarzabal, quien fungió como su representante
e intermediario en Santo Domingo, y con cuya petición de mercedes al Rey se formó un expediente,
una copia del cual se conserva en la British Library.
que alcanzaren mis oficios á Dn. Juan Bautista de Oyarzabal, y podrá V. S. añadirle
que merece una Estatua sobre Piramide en Sto. Domingo á quien atiende mas que
á sus intereses en haber inspirado los primeros alientos para el cultivo, y dirigido
un sugeto que logrará los fines; porque no solo sabe ganar terreno sino corazones,
pues todos lo distinguimos por su merito y por su natural atractivo. Me acaba de
escribir de la Colonia, y a otro amigo de ambos su pronto regreso, y valorará luego
de aquí la Valandra á conducir los Esclavos y utiles que ha acopiado.
La protecion del Rey y del Consejo serán el espiritu vivificante para resucitar este
cadaver. Sin poder explicar á V. S. el gusto que he tenido en leer los puntos
consultivos que el Consejo confió con tanta razon á las luzes y conocimientos de
V. S. que con arreglamento á él, se mandó formar el codigo negro, y en virtud de
orden de S. M. lo remite esta Audiencia en la presente ocasión al mismo Consejo,
para que lo haga examinar y consulte á la Rl. Persona de S. M.
Y siendo consequente, natural y verosimil que vuelba á descargar su confianza
sobre V. S. por todos medios ver logradas las amplitudes de gracias y franquizias
que conviden y exiten á otros individuos acaudalados, aunque no sean de espiritu
tan generoso como el del Sr. Marques de Yranda, en cuyo obsequio, vuelvo á decir
á V. S. que interesaré todos mis esfuerzos, pronosticandole sin duda, las mejores
resultas por sus sanas intenciones y las de su fiel Comisionado, y por egecutar las
de V. S. á quien la Ysla debe mirar como su Consul y Tutelar, y yo como un Amigo
para que mande y disponga libremente de mi voluntad.
Dios que. á V. S. ms. as. Sto. Domingo Marzo 25 de 1785.
Conviene mucho añadir al codigo Negro que los Fiscales de los Civil y Criminal
sean respectivamente Protectores en los asuntos civiles, ó criminales relativos á
los Negros libres y esclavos de la Ysla, como lo son de los Yndios, los Fiscales del
crimen en toda la America, aun siendo personas libres, y no sujetos á servidumbre
como los Negros.
Ymporta, con efecto, mucho esta clausula que en nada disminuye las autoridades
de la Audiencia ni del Presidente, ni de los Juezes inferiores ante quienes se traten
los negocios; y por sonarle mal al Presidente, sin el menor motibo para ello se
quitó por embiar al consejo la obra que ha mas de seis Meses se huviera embiado
si nó la huviera detenido; pues conoce la Audiencia los deseos de S. M. y del
Consejo para que reviva esta Ysla.
Aunque pudieran ir mas simplificadas las leyes del codigo; pero su autor el Oydor
Dn. Agustin de Emparan25 es un gran mozo, de mui claras luzes con que ha
procurado ilustrar el codigo y la pieza separada sobre Agricultura. No es tan
sanguinario el codigo como el Frances, compuesto de decisiones de la Martinica,
Cuba y Puerto del Principe en que los desjarretan como Toros, con otros horrores
contrarios á la humanidad; pero el nuestro vá coordinado en las materias, sin la
mescla y confusion que en aquel se advierte.
Mas que nada importan las reduciones sin las quales no havria Nueva España, ni
havrá Ysla de Sto. Domingo donde los Amos dan libertad á los Esclavos recibiendo
el precio de ella, de sus mismas costillas, pues les permiten Conucos (que es una
corta labranza de yuca y platanos) y se van quedando en los Campos sin reconocer
amo ni justicia, ni Religion: con latrocinios asi toda especie de ganado para comer
y para introducir en la Colonia francesa; sin que se halle Español, ó Ysleño que
puedan servir de Mayordomos; por lo que, diez ó doze sugetos de esta Ciudad
estan precisados á ser criados de si mismos en sus Yngenios y Hatos.
25 En 1785 el abogado vizcaino de 37 años lic. Agustín Emparán y Orbe era oidor de la Audiencia de
Santo Domingo. Redactó el código de ordenanzas sobre la población negra, llamado Código Carolino,
y un informe sobre el estado de la agricultura de Santo Domingo.
Conocerá V. S. mui bien á Dn. Santiago Saenz, Agente de negocios de Yndias
que es mi Apoderado de intima confianza desde mi primer viage á España para
prevenirme por su medio lo que pueda ofrecersele.
Me parece imposible que sin nuevos Colonos alentados con gracias y libertad de
derechos sean Españoles, Ysleños, ó Extrangeros Catolicos, y la entrada libre de
Negros, se pueda verificar la renovacion de la Ysla, reducida á cortos Pueblos, sin
mas que un Alcalde maior en toda ella en la ciudad de Santiago, para que de este
modo se puedan repartir las tierras noveles, ó incultas, ó abandonadas. La gente
de tierra caliente es floxa, viven con un platano verde y un poco de casave y matan
á su salvo toros alzados, ó agenos: y conseguidas las reduciones, se alentará.
Señor.
26 Así en blanco.
darian exemplo á aquellos naturales y serian ellos sus hijos y Nietos á los trinta ó
quarenta años todos Españoles.
Y finalmente que las dos gracias que quedan referidas y solicita el expresado
Ayuntamiento son mui útiles y nada gravosas á V. M. aunque á primera vista lo
parecen pues cederán en utilidad del Rl. Erario que no se cobre derechos en veinte
años de los frutos que traigan á España considerandose que por no tener que sacar
ha estado sin ellos mas de doscientos y los cobrará cada uno con aumento á mas
de lo que darán los Novenos de los Diezmos en todos los frutos que se multipliquen
que el adelantamiento de trescientos mil Negros es mucha piedad pues ademas
del beneficio de Vasallo tendrá V. M. el aumento del derecho de su entrada que si
se cobraba como hasta el presente era casi la sexta ó septima parte de su valor y
si según la última Rl. Orden de 8. de Noviembre de 1.765. á razon de 3. pesos por
cada varon qe. sea pieza ó mulecon peso y medio por cada muger que sea pieza
ó mulecona y un peso por muleque sea varon ó embra cuyo derecho habia de
continuar hasta que por su edad pasasen á la clase de Mulecones y Muleconas que
habia de pagar el aumento de capitacion expuesto quizas importa mas y se hace
mas dificil y gravosa su cobranza por no señalar la orn. la edad hasta que han de
pagar los Negros y Negras y siendo viejos é inutiles serian dos veces gravosos á
sus dueños por tener que mantenerlos sin que les sirvan y pagar á V. M. el tributo
por ellos cada año despues redundara por sus trabaxos enel aumento de los frutos
las entrada que queden expresadas en que nada se aventuraba respecto de que á
ninguno se le fiaria Negro sin la obligacion y fincas suficientes para satisfacerle con
los reditos interin no lo hiciese y con los derechos de su entrada cuyo
adelantamiento de los trescientos mil pesos seria insensible al Real Erario
haciéndole en doce años á razon de veinte y cinco mil en cada uno que como estos
los tenia V. M. ya destinados para compra de tabacos (qe. no se habia verificado
por no haberles llegado las órdenes é instrucciones para ello) y otros veinte y cinco
mil con el situado de aquel año que ascenderian á sesenta y cinco mil se podian
con los que sucesivamente se le dirijiesen hasta los doce años emplear en la
utilisima compra de Negros y quedar aquella Isla y Rs. Caxas beneficiadas y al
mismo tpo. cumplido el destino y voluntad de V. M. en la compra de tabacos y
remesa de ellos á España pues en este fruto irian pagando los que los tomaren
fiados ó se compraria con el producto de los que los paguen en dinero ó otro fruto.
Enterado el Consejo de todo lo referido con presencia de lo expuesto por el Fiscal
tuvo por conveniente informarse la Contaduría á cerca de los referidos particulares
la que expuso con fecha de 27. de Febrero del mismo año que las fundadas y
juiciosas reflexiones de este Ministro persuadian la falta de solidez y conocimiento
con que el mencionado Gobernador promovia su nuevo proyecto de Comercio y la
imposivilidad de adoptar los medios que sugerian y creian suficientes á
proporcionar la prosperidad de la Isla las quales reproducia asi en lo general como
en los particulares puntos de los 1.500. Negros y familias extrangeras ó de estos
Reinos que por lo respectivo á que V. M. perdonase ó indultase por veinte años de
sus Rs. derechos todos los generos procedentes de la propia Isla que sus naturales
transportaren á estos Reinos que el nominado Fiscal limitava á diez y únicamente
para todos los frutos y efectos de nuevas culturas distintas fábricas y
adelantamientos de las ya establecidas según proponia advertia la expresada
oficina mucha dificultad en su práctica á causa de no ser facil apurar si los tales
frutos provenian de las tierras recientemente abiertas ó de las viejas y que
procurarian todos lograr el indulto generalmente suponiendo consumidos los de
las antiguas y existentes con destino á embarcar los de las otras con manifiesto é
inevitable perjuicio de los Rs. derechos que defraudarian con aparentes
justificaciones y otros arvitrios que inventa la malicia y facilita el disimulo de los
Ministros de V. M. que para evitar estos inconvenientes alentar la poblacion y
fomento de la referida Isla con beneficios de sus naturales la parecia mas propio
que V. M. para un efecto de su soberana piedad moderase los derechos de todos
los frutos producidos de sus terrenos indistintamente que conduxesen á los Puertos
de España registrados con las debidas formalidades en una mitad de los que
pagaban actualmente por el termino de diez años cuyo auxilio junto con la gracia
de la vaja de los quince pesos del derecho de marca en cada pieza de Negro y á
proporcion los Aventistas según lo estipulado en su contrata era capaz de mejorar
su situacion por mediana que fuese la diligencia y aplicación de sus naturales y
últimamnte que no podia verse sin admiracion la proposicion del Gobernador en
quanto á que se concediese á aquellos Isleños el libre comercio á lo menos con los
Franceses de las Colonias inmediatas de los sobrantes que hubiese de todo genero
de ganados pagando á V. M. los Rs. derechos que tuviese á bien establecer ni
concebirse como en oposicion de las Leyes y estrechas reiteradas órdenes de V.
M. que mandan á los Gobernadores de América y mas particularmente á los de
Sto. Domingo zelar y castigar el trato y Comercio á los subditos de V. M. con los
Extrangeros se alentase á promover un Comercio abierto que arruinaria
infaliblemente sus Rs. intereses y los de sus Vasallos de aquellas y estas partes
preparando otros males y embarazos bien que se persuadia no se habria movido
el mencionado Gobernador en este particular por malicia ni interes pues conocia
su bondad fidelidad y sana intencion pero sí se creia obligada á exponer las
insinuadas reflexiones con el único objeto de que no quedase en silencio un punto
que merecia particular atencion á fin de que siendo V. M. servido se le hiciese la
oportuna advertencia.
El Consejo tuvo por conveniente poner en noticia de V. M. todo lo referido en la
citada Consulta siendo de parecer por lo tocante al punto de los Azúcares de la
mencionada Isla hechos en la denominacion de V. M. que gozasen la libertad de
derechos que los de la Havana á la entrada en España precediendo haber satisfe-
cho en Sto. Domingo el cinco por ciento que se practica en la Havana por deberse
mirarles con la misma equidad y por lo respectivo á los demas puntos que seria
conveniente que luego que hubiese nuevo Gobernador se formase una Junta
compta. de 2. ó 3. Oidors. y Fiscl. de la Audiena. Teniente de Rei Oficiales Rs. dos
Capitulares de su Ayuntamiento de los mas prácticos y algunos Labradores de ella
para tratar examinar y formar un Plan del auxilio y fomento que fuese preciso para
las cosechas de Añil Cacao Algodon Tabaco comercio de cueros y demas frutos que
produzca para que con pleno conocimiento se pudiese tomar la providencia que
conviniese á cuya consulta se dignó V. M. resolver lo siguiente. “Como parece en
quanto á la Junta y qe. se tenga con el actual Gobernador y en lo que mira al
indulto de derechos de Azúcar segun la Havana me reservo tomar providencia y
en su conseqüencia se expidieron las Rs. Cédulas correspondientes al expresado
Gobernador y Ciudad de Sto. Domingo con fecha de 29. de Oc“tubre de 1.769”.
Con Papel de 20. de Julio de 1.770. remitió Dn. Julian de Arriaga de Orden de V.
M. (á fin de que el Consejo hiciese el uso que tuviese por conveniente) una Carta
del mismo Gobernador Dn. Manuel de Azlor de 30. de Marzo de él con el testimonio
que acompañaba en que expuso que para dar el debido cumplimiento á la citada
Real Cédula esperaba llegasen los Informes que por instrucciones reservadas tenia
pedidos á personas de su satisfaccion proponiendo con este motivo la duda que
se le ofrecia en quanto á si el Teniente de Rei deberia ocupar su segundo lugar en
la Junta que se debia formar ó despues de los Oidores y Fiscal según aparecia del
tenor de la mencionada Rl. Cedula añadiendo que desde su ingreso en aquel
Gobierno habia practicado repetidas diligencias en todos los lugares de la Isla para
desviar á sus naturales del vicio (que en vano habia procurado) de la monteria de
reses y cerdos silvestres á que estaban entregados y les acarreaba la pobreza é
infelicidad en perjuicio de la agricultura y industria y que considerando necesario
para contenerlos algun castigo que les sirviese de exemplar y pusiese temor se
sirviese V. M. mandar se publicase bando prohibiendoles absolutamente su
exercicio baxo la pena al que contraviniese de confiscacion de bienes quatro ó mas
años de Presidio y por la reincidencia otras mas graves según fuera del agrado de
V. M. y que se asignasen una ó dos vatidas generales al año en cada Pueblo en el
tiempo y con las circunstancias que la Capitania General hallase por conveniente
en cuya vista fue de dictamen al Consejo en Consulta que hizo á V. M. en 17. de
Abril de 1.771. de que el Teniente de Rei debia ocupar en la referida Junta
(concurriendo el Gobernador) el lugar inmediato despues del Oidor mas antiguo
destinado á ella y por lo respectivo al punto de la monteria de reses y cerdos
silvestres conformandoe con el del Fiscal de que se tratase en la propia Junta con
varias particularidades adaptando las penas bien que añadiendo el Consejo
parecerle excesivas las indicadas por el Gobernador y que conduciria se
modificasen según la naturaleza de los casos con presencia á las circunstancias del
pais sus costumbres y demas qe. fuese necesario para el mejor arreglo y para que
no se aventurase la providencia con cuyos dictamenes se sirvió V. M. conformarse
y en su cumplimiento se expidió la correspondiente Rl. Cédula al Gobernador de
Santo Domingo con fecha de 7. de Octubre del propio año.
Subcesivamente dirigió de Orden de V. M. el mismo B. Fr. Dn. Julian de Arriaga
con papel de 7. de Marzo de 1.773. una Carta del Gobernador de Santo Domingo
Dn. Joseph Solano de 24. de Octubre de 1.772. con que incluya el Plan formado
en la Junta que celebró en virtud de la mencionada Rl. Cédula de 22. de Octubre
de 1.769. para tratar de los medios y auxilios que necsitaba aquella Isla para
fomento y el de los frutos convenientes al comercio acompañando otra
representacion del propio Gobernador de 24. de Agosto del mismo año de 1.772.
que citaba haber dirigido a favor de aquellos naturales á fin de que el Consejo las
diera el curso correspondiente.
La primera y otra de igual fecha y contexto recibida en el Consejo solo se reducen
á dar cuenta de haberse efectuado la enunciada Junta en 11. de Septiembre de
1.772. á que asistió y acordadose por todos los Vocales implorar de V. M. para
conseguir los fines que su piedad tuvo por objeto las ocho gracias que
recomendaba y se especificarán en el Informe que de acuerdo del Consejo de 22.
de Marzo de 1.774. dio Dn. Joseph Pablo de Agüero Ministro Togado de él con fha.
de 10. de Septiembre de 1.777 (y se omiten por no molestar la atencion de V. M.)
á conseqüencia de lo informado y pedido por la Contaduría Gral. en 29. de Marzo
de 1.774.
Pendiente del curso regular este asunto remitió de Orden de V. M. el B. Fr. Dn.
Julian de Arriaga con otro Papel de 23. de Enero de 1.775. una Representacion de
Dn. Diego Martinez de Araque Fiscal de aquella Audiencia de 25. de Septiembre de
1.774. en que manifestava con documentos los desórdenes y abusos que en lo
sucesivo y temporal habia experimentado en la Isla lo que en cumplimiento de su
empleo habia practicado para su remedio y los medios que le parecian adecuados
para su logro á fin de que el Consejo tomase las providencias que considerase
oportunas consultando á V. M. sobre las que necesitasen su Rl. deliberacion.
Hizo presente mui por menor el referido Fiscal en su citada Carta lo frondoso de
aquellos campos la poca aplicación al trabaxo de sus naturales y la mucha
abundancia de frutos que tienen los Franceses vecinos aun careciendo de la
cantidad y calidad de buenas tierras como tambien el afan y cuidado con que van
usurpando y agregando las de aquellos Dominios á las que se le tienen toleradas
por V. M. exponiendo resultava por el resumen del Padron general que á
representacion suya del 8. de Abril de 1.773. se habia hecho con distincion de
sexos edades estados oficios y destinos de los Esclavos y tierras que cada uno
tenia y frutos que producen de los mas Pueblos de quel Gobierno habdo. recondo.
mas particularmente el de aquella Ciudad que como capital serviria de norma para
los demas habia hallado expresados los nombres de varios sin oficios ni ocupacion
alguna de otros agregados sin casa ni hogar como muchas mugeres y no pocas
con hijos sin saberse sus Padres bastantes con oficio qe. no entendian y otros con
pretexto de él para encubrir su viciosa vida y por último que cada uno vivia como
con quien y á donde queria sin otra lei que su propia voluntad y que aunque lo
representó á aquel Gobernador para su remedio pedido por este dictamen á los
Ministros se habia conformado con el que le dieron opuesto á su parecer y á las
Leyes dudando de la verdad de los representados abusos.
Despues de exponer otros excesos que resultaban del mencionado Padron los
menestrales que se habian presentado á examen y de haber certificado el
Escribano de Cabildo que aun los pocos examinados mas bien querian dexar el
oficio que acudir por la carta de examen y dar fianza pasó á manifestar que en
parte alguna habia los motivos que en aquella Isla para establecer Casa de Niños
Expósitos crianza y aumento del ganado bacuno contribuciones y estanco de
Aguardiente expresando en quanto al primer punto qe. se seguiria muchos
beneficio á la Republica y al Estado á cuyo fin habia contribuido V. M. en el año de
1.765 con 60. ps. interin disponia perpetuar los quinientos concedidos en vacantes
de Obispados de Nueva España y mandado en el de 1.772. formar una Junta para
arvitrar sobre la conservacion de obra tan piadosa pero que no hallando medio que
no perjudicase á la Rl. Hacienda habia propuesto se impusiesen dos pesos por
cabeza de Negro y Negra sirvientes sin distincion de personas que repugnaron los
Ministros que el segundo que debia ocupar la primera atencion era el facilitar la
crianza y conservacion del ganado vacuno para lo que convendria se estableciese
la Hermandad de Mesta que mandan las Leyes y providencias sobre este particular
lo prevenido por ellas el tercero que se mandase pagar á todos los habitantes de
la Isla el Rl. derecho de Alcabalas de Aguardiente de Caña no obstante estar
prohivido por repetidas Rs. Cédulas (qe. no se habia observado) pues en el dia era
útil al Rl. Haber y Naturales se les concediese la gracia de fabricarle y que siendo
el quarto y último que los que tubiesen ocho Esclavos cultivasen la tercera parte
de la Isla comerciables en Europa por que sin esta precaucion no se fomentaria la
agricultura ni el comercio de aquella Isla convendria que V. M. se sirviera libertarles
por diez años de los derechos de salida alli y entrada en España de los frutos de
Azucar Café Cacao Añil y Algodón con las calidades de que con vista Fiscal
acreditasen el haberlos efectivamente cogido para impedirles por este medio los
lleven de otras partes po cuyos medios se prometia se conseguiria poner aquella
Isla en distinto estado del deplorable en que se hallaba todo lo qual proponia con
arreglo á Reales disposiciones Leyes y autos acordado para destierro de ociosos
fomento de Agricultura y de la Real Hacienda y evitar las ofensas que se hacian á
Dios aun los dias de fiesta en las plazas y calles con los bailes é instrumentos que
llevaban los Negros que conservan y enterado el mencionado Tribunal de que se
hallava pendiente otro expediente de igual naturaleza conformándose con el
parecer del Fiscal acordó se pasase este al mismo Ministro Dn. Joseph Pablo de
Agüero á fin de que teniendo presente aquel informase lo que se le ofreciere sobre
todos los particulares y proposiciones del Fiscal de la Audiencia para que lograse
este asunto la instrucción que necesitaba y claridad de que carecia.
Asi se practicó y en el que hizo con fecha de 10. de Septiembre de 1.776. despues
de suponer como queda dicho la suma fertilidad del terreno de Sto. Domingo para
toda suerte de frutos y crianza de ganados que la causa de su decadencia
dimanaba de la falta de brazos por la mortandad de mas de un millon de Indios
desde su conquista y transmigracion de muchas familias á la nueva España desde
que se conquistó y no como lo suponen por desidia particular de sus naturales
paso á exponer lo que le parecia sobre cada una de las ocho gracias que propuso
la enunciada Junta y conviniendo con ella en lo conducente que seria su concesion
para el restablecimiento de la Isla por lo perteneciente á la cinco primeras por las
razones que por menor expresó en cada una varió en la sexta y septima y negando
la octava enteramente las propuso por su orden en la forma siguiente
1ª. Que la expresada Isla necesita se digne la piedad de V. M. suplir á los
particulares que ofrezcan mas conveniencia al público cien mil pesos en los
terminos que proponian Oficiales Reales para la compra de 1500. Negros que pedia
la Ciudad concediese V. M. á los cosecheros de estos frutos de comecrio á fin de
que puedan benefiziarlos y asimismo la esencion de derechos á la entrada en la
Isla de 4 mil Negros mas que en cinco años se introduxesen por particulares.
2ª. Que aquellos frutos y demas de la Isla qe. traspase el Comercio de España
salgan del Puerto y entren en los de aquellos Reinos libres de dros. por diez años
pero que la plata y oro paguen los establecidos.
3ª. Que los efectos y frutos de España no paguen á la salida de aquellos Reinos
derecho alguno pero sí á la entrada en la Isla el seis por ciento señalado por el
Reglamento del comercio libre á los efectos de fabrica Española y el 7. á los de
Fábrica extrangera con lo qual el Comercio quedaba beneficiado y aquellas Caxas
podran pagar sus cargas anuales.
4ª. Que el Comercio de España con la Isla qe. el de ella con aquellos Reinos se
haga con las libertades y exempciones que franquea el Reglamento del comercio
libre en sus articulos 1° y 2°.
5ª. Que las herramientas para la labor de la tierra y útiles para la fabrica de
Azúcares y añiles labrasen de derechos y se pueda llebar de la Colonia de donde
se conduzcan los Negros lo que de esto no llebe el comercio de España.
6ª. Que los Monteros esto es los hombres que por vivir de la caza handan
dispersos y otros bagos se reunan en Pueblos estableciéndolos á expensas de la
Rl. Hacienda como la piedad de V. M. auxilia á las familias que embia de las Islas
Canarias ya sea agregando algunos á los bien situados para la salud en tierras
fructiferas y proporcionados Lugares para el mas facil y menos costoso trasporte
á la capitalde sus frutos sobrantes ó en otros fundados de nuevo en parages de
estas conveniencias y con vecinos blancos y Labradores que den exemplo de
sólidas costumbres y de aplicación á la Agricultura á aquellos nacidos y criados en
la desidia y barbarie y esten al cargo de capitanes pobladores puesto por el
Gobernador con el sueldo de quatrocientos pesos anuales y el quadruplo de las
tierras que se den á un Vecino con las demas gracias del agrado de V. M. En este
particular estima el enunciado Ministro será mas conveniente el segundo arvitrio
de que se agreguen estos Negros á las Poblaciones bien situadas previniendo al
Gobernador para estabilidad y firmeza de este pensamiento qe. haga poner y
ponga en práctica la disposicion de la lei 3ª. tit.° 5 lib.° 7 de nuestra Recopilacion
aunque á los principios se suspenda el Tributo de que habla.
7ª. Que se rebaje del 5. p% al 3. el redito de los censos para que la clase activa
de agricultura crianza y comercio se aumente sobre cuya solicitud opina el citado
Agüero se debe declarar no tiene lugar por las razones que manifiesta.
8ª. Que en las ordenanzas de la Ciudad que se deben hacer se tenga presente
todo lo demas que por la Junta se habia tocado como conducente al fin de ella se
den en todo y á todo las debidas preferencias á la agricultura la primacia y
prerrogativa que les pertenecen á los agricultores se proteja la crianza de ganados
y se den al comercio las mas libertades que se pueda sobre este asunto dice el
mencionado Ministro será sin duda conveniente que se arreglen en ellas los puntos
que toca al articulo y se trate tambien de la policia y disciplina de los Negros tanto
Esclavos como libres para la debida subordinacion á sus Amos y á la Justicia
teniendo presentes las Leyes del tit.° 5.° lib.° 7. en quanto sean aceptables como
asi mismo el numero y distribucion de los borriqueros y ganadores que sirven
dentro de la Ciudad concediendo este alivio principalmente á las viudas decentes
y honestas como se ha debido practicar hasta el presente que se providencie sobre
facilitar los cams. evitr. los riesgos en el transto. de los rios moderr. los ports.
sujetandlos. á tarifa y dispondo. todo lo dems. qe. conduxese á aumtar. el trafco.
interor. de la Isla disponiendo los medios de que abunden los Abastos sobre precios
cómodos procurando entablar el uso del Maiz que molido amasado y cocido es de
mejor jugo y alimento que el cabace que quando se trate de Labradores se
recomendará el uso del Arado que ó se ignora ó no se practica. La economia de
los propios y su inversion en los fines para que se concediexen reparo de Calles
reedificio de la carzel que es mui mala y por fin que oido el Procurador Gral. se
formará un código de reglas que acredite la prudencia de aquel Ayuntamiento.
Hallándose este expediente en poder del Fiscal remitió Dn. Joseph de Galvez con
Papel de 24. de Junio de 1.783. una instancia de Dn. Juan Bauptista de Oyarzabal
vezino de esta Corte en que solicitaba se le concediesen varias gracias para el
fomento de un Ingenio de Azucar que posehia en la Ciudad de Sto. Domingo á fin
de que el Consejo informase lo que se ofreciera y pareciera las que fueron.
1ª. Que el surtido de útiles de fierro colado á proposito para el efecto que compró
en Cadiz del comboi ingles apresado le fuese permitido su embarque y introducido
en aquella Isla libre de derechos.
2ª. Que mediante no fabricarse en España utensilios de aquella precisa calidad y
por ser mui costosa su conducion por mar y tierra llevándolos de la parte Francesa
de la misma Isla pudiese comprarlos fuera del Reino y embarcarlos en los Puertos
de este libres de derechos ó pagando los que V. M. tubiese por conveniente
señalar.
3ª. Que siendo indispensable los Negros para toda clase de labores en aquellas
Islas los quales salen carisimos en Sto. Domingo por su conducion y el derecho de
diez por ciento de introducion se le eximiese bien fuese para determinado número
de Esclavos ó bien de años en el supuesto de haber de necesitar quando menos
de 300. á 400. de aquellos y de 5. de estos para poner corrientes todos los edificios
y aperos de una mediana hacienda y empezar á percibir el primer fruto de ella.
4ª. Que respecto á ser graboso a todo nuevo Colono la contribucion del diezmo
desde luego que empieza á disfrutar de su nueva industria se digne V. M. de
exonerar de el al suplicante por el tpo. que fuera de su Rl. agrado cuya gracia
estimularia á otros que á imitacion suya emprenderian iguales establecimientos
tan costosos como útiles al bien del Estado.
5ª. Que sabiendo haberse introducido en el Gobierno politico y moral de los
Esclavos de aquella Isla muchos abusos que exigian pronto remedio se sirviese V.
M. mandar al Presidente y Oidores de aquella Audiencia que con citacion de los
principales Hacendados dispusieran una ordenanza gubernativa que sirvese á
estos de guia para su manejo y que pa. mayor acierto variasen sus capítulos y
estatutos á medida que el tiempo y los casos hiciesen ver la necesidad de su
alteracion.
Y finalmente considerando este interesado no ser en nada gravosos á la Rl.
Hacienda de V. M. estos auxilios y igualmente las grandes ventajas qe. se lograrán
con que sean extensivos y generales á toda la Isla concluyo suplicando á V. M. se
dignase concederle las franquezas y arbitrios que quedan expuestos y tomar por
lo que toca á la generalidad que propone de estas gracias la providencia que
tuviere por conveniente en cuya inteligencia de lo informado por la Contaduria
General y expuesto por el Fiscal fue en consideracion á los fundamentos que con
toda particularidad propuso á V. M. el Consejo de parecer se sirviera de dispensar
á este interesado las gracias personales que pedia en los terminos que proponia á
que se dignó V. M. de resolver lo sigte. “Como parece y asi lo he mandado habiendo
oido con mui particular satisfaccion las solid maximas que el Consejo adopta en
esta Consulta y espero que resuelba el Expediente general qe. cita con la posible
brevedad: y á conseqüencia de esta Rl. determinacion acordó el Consejo en 7. de
Enero de 1.784. se uniese esta Consulta y su respectivo Expediente al general
citado á cerca del fomento de la Isla que se hallaba en poder del Fiscal como se
executó”.
El Consejo Señor con presencia de todo quanto dexa expuesto señaladamente
de las reflexiones que hace en su informe Dn. Joseph Pablo de Agüero y en vista
de los que dio la Contaduría Gral. en 29. de Marzo de 1.773. y 30. de Abril de
1.776. como tambien del que despues extendió la misma en 16. de Agosto de
1.783. con motivo del expediente de Dn. Juan Baupta. de Oyarzabal á quien
dispensó V. M. varias gracias y de la respuesta del Fiscal de 23. de Diciembre de
1.784. sobre el importante asunto del dia cuyos documentos pasa á las Reales
manos de V. M. procede á poner en su Soberana consideracion lo que á cerca de
él entiende.
Entre los documentos de que constan las Actas de la Junta formada en Sto.
Domingo á conseqüencia de la Real Cédula de 29. de Octubre de 1.769. para
examinar y proponer á V. M. los medios de fomentar la Isla se lee el parecer que
dieron los Diputados del Ayuntamiento de aquella Capital que empieza por las
siguientes palabras dignas de repetirse aquí. “Nosotros debemos dar infinits. gras.
al cielo pr. haber visto el dia qe. […]27 y nosots. misms. habiams. desdo. con tanta
ansia Nro. mui amdo. Monca. que Dios prospere no embarazado con la vasta
extension de sus Dominios ha sabido y se ha dignado extender su vista sobre esta
pequeña porcion de ellos sumergida tantos años hace en la miseria y el olvido y
abriendo sus paternales entrañas nos provoca a que discurramos y proyectemos
todos aquellos medios que nos parezcan mas conducentes y útiles al fin propuesto.
Esta gracia singular trae consigo la apreciable circunstancia de ser hecha baxo de
un Gobierno tan zeloso del Servicio como del Público y tan propio para el efecto
que quando nosotros no acertasemos á discurrir bastarian su industria su amor al
Pueblo y su conocida experienzia á desempeñarnos.
27 Así en blanco.
“Baxo de tan bellos principios no dudaremos cumplir con las obligaciones que
nos impone el vinculo de Ciudadanos y la comision particular del Ilustre
Ayuntamiento aventurando el dictamen que nos ha sugerido un buen deseo de
cumplir con estos encargos de satisfacer la Rl. Órden de S. M. y de contribuir con
nuestros cortos talentos á la felicidad de una Isla á quien debemos el nacimiento
protestando con la sinceridad de nuestra conciencia que no nos anima otro espiritu
para quanto dixéremos que la obediencia y la compasion de la comun miseria.
“Es inevitable que el terreno que habitamos y se trata de fomentar es uno de
aquéllos en que la Naturaleza derramó sin escasez los beneficios de la fertilidad y
riqueza. Él es propio pa. diferentes frutos estimables como son los Azucares
Tabacos Café Añil Algodón y Cacao todos los quales siendo mui considerables se
dan en abundancia y de bella calidad y fortaleza para las obras de este género
como de hermosura y delicadeza para las que componen el adorno de los muebles
con tanta variedad que aun [ignomos] los nombres y utilidad de muchas. Él cría
copia de plantas raizes frutos resinas y yerbas medicinales. En fin él engendra
quasi quantas especies de minerales ha conocido el Arte ó ha apetecido la codicia
tan fértil de oro que ademas de los muchos y riquisimos que se trabajaron al
principio de sus descubrimientos y en que se sacaba sin mas beneficio que el de
la fundicion hai tantos criaderos abundantes de este precioso metal como Rios y
Arroyos tiene la Isla pues las arenas del mas pequeño dan alguna porcion y de
superior quilate.
“Su proporcion para plantar todas las fábricas máquinas ó casas que se necesitan
para cualquiera de estos ramos á que quiera aplicarse la industria es igualmente
conocida. La variedad de la tierra ya extendiéndose en Valles ya levantándose en
Montañas de diferentes alturas la multitud de materiales para edificios estables la
freqüencia de bosques para el uso de las maderas y las aguas corrientes por todas
partes son unas eficacísimas proporciones para quanto se intente.
“Pero como todos estos beneficios de la naturaleza necesitan por constitucion de
su autor del de la industria y trabajo del hombre ó bien para sacarlos de las
entrañas de la tierra ó bien para hacerlos producir ó bien para su beneficio despues
de producidos ha sucedido que por este solo defecto hemos estado y estamos
pobres sobre el oro y faltos de lo necesario entre la fertilidad. Quando en los
tiempos. florecientes de esta Isla (queremos decir en el primer centenar de su
descubrimiento) tuvo suficiente copia de manos que la trabajasen ya de los Indios
naturales que no se habian que no se habian extinguido ya de los Negros que se
traian en crecido número entónces habia considerable multitud de Ingenios y
Trapiches en que se labra Azúcar dilatados cacaguales y muchos plantios de
Algodón Achiote y Gengibre de que se hacia un fuertisimo Comercio. No faltaban
peones para el beneficio de las diferentes minas de Sn. Cristobal Cibáo y
Buenabentura y por todas partes reinaba la abundancia y la riqueza con envidia
de todas las Naciones. De aquí desciende otro presupuesto igualmente
incontextable que los de la fertilidad y proporciones del terreno y es que en el
estado presente en vano trabajarémos por levantar la arruinada Isla y su comercio
si no se añaden operarios que la cultiven y trabajen. La Agricultura que es el fondo
inagotable de la felicidad de las Provincias y mas donde no hai ni puede aspirarse
á manufacturas y fábricas no se ha hecho ni se puede hacer en estas partes de la
América si nó es por medio de esclabos. Asi lo hicieron nuestros Mayores con buen
suceso y lo estan practicando nuestros Vezinos los Franceses y las demas Naciones
que han ocupado algunas Provincias en la América. Ellos cargan muchos Navios
de Azúcar Café Añil &a. por que sus Habitaciones tienen desde doscientos hasta
mil Negros quando las mas considerables de nosotros son de veinte á cincuenta
útiles y de trabaxo. Las mejores haciendas apénas dan á los dueños para
mantenerse y mantenerlas reemplazando los esclavos y animales que murieron en
el año y el consumo de herramientas y utensilios de modo que ellos por sí son
incapaces en el dia de buscar este auxilio viendose como es notorio continuamente
estrechos aun para la satisfaccion de los censos. Este es por consiguiente el primer
socorro que se necesita para el fomento de la Isla esclabos que la cultiven. Si
nosotros concurrimos todos de buena fe y con el verdadero deséo de la felicidad
pública no podrémos apartarnos de este objeto tan importante como necesario y
por consiguiente en nada deberémos insistir mas para mover á nuestro Soberano
piadosamente inclinado á nuestra proteccion. Sin este auxilio volvemos á decir que
qualquiera otro proyecto ó idea la juzgamos inutil. La tierra mas fértil no produce
sin el cultivo y miéntras no haya suficiente número de manos para trabajar nos
servirá la fertilidad de la Isla de lo que nos ha servido hasta el presente. No
tenemos que querellarnos de la desidia y pereza de los Naturales ni pretendemos
escusarla ni la abonamos pero lo cierto es que aunque á todos los vagantes y
menos aplicados se obligasen al trabaxo como estos son en corto número sería
tambien corto el adelantamiento.”
Esta idéa que el Cabildo da de la gran fertilidad de la Isla natural riqueza de ella
medios é importancia de su fomento manifiesta bien al vivo la necesidad de
proporcionársele acreditada y calificada por V. M. no menos con la expedicion de
la citada Rl Cédula de 29. de Octubre de 1.769 que con el estrecho encargo que
tuvo á bien hacer al Consejo mandándole despachase con la posible brevedad el
expediente Gral. cuyo Soberano precepto cumple ahora.
En resolucion á la consulta que dirigió á manos de V. M. con fha. de 17. de
Noviembre de 1.783 y que acompaña adjunta en la qual apoyó la instancia de Dn.
Juan Bauptista Oyarzábal28 de que dexa hecha mencion se dignó V. M. de
manifestar “habia oido con mui particular satisfaccion las solidas maximas que este
Tribunal adoptaba en la misma Consulta”.
Animado de tan benigna aprobacion y fundándose ahora de nuevo en ellas el
Consejo cada vez mas convencido de su transcendencia á la felicidad de toda la
Isla las reproduce aquí como firme vasa en que estriban los eficaces medios que
va á proponer á la alta sabiduria de V.M. para que en exercicio de la vigilancia con
que próvidamente atiende al beneficio de sus Pueblos experimente la Isla española
los efectos que son consiguientes.
Dependen éstos radicalmente del fomento de la Agricultura y como en tales
climas solo los Negros pueden resistir el trabajo de las labores del campo resulta
que sin ellos no es dable e verifiquen y que para conseguir el deseado objeto se
hace indispensable remober los obstáculos que impidan su abundante y comoda
adquisión la qual nunca llegará a conseguirse si no se proporcionan los precios
moderados á cuyo logro se opondrá siempre qualquiera derecho que se imponga
ahora ó en lo sucesivo sobre aquellos Esclabos y las dificultades y formalidades
capaces de impedir la concurrencia de los que hagan semejante trafico. Quan
propenso se halle el Rl. animo de V. M. á la dispensacion de esta gracia lo infiere
el Consejo de la absoluta franquicia de introducion de Negros en la Provincia de
Venezuela que tiene entendido se ha dignado V. M. decretar recientemente.
Bien reconoció la necesidad de adquirir Negros la Junta celebrada en Sto.
Domingo quando el 16 de Octubre de 1772 acordó y propuso por una parte que el
28 Casi siete meses antes Juan Bautista Oyarzábal había iniciado los trámites ante el Consejo de
Indias para instalar un ingenio de azúcar en la colonia de Santo Domingo. Y con tal propósito invocó
que se le librara de cargas y gravámenes. Tres años después su hermano Juan Antonio Oyarzábal
presentó un proyecto que contemplaba la creación de una junta de hacendados y comerciantes en
Cuba y Santo Domingo, idea que fue acogida en la Real Cédula del 12 de abril de 1786 haciendo
alusión a un Consulado de Agricultura y Comercio. Juan Bautista Oyarzábal ya había manifestado la
misma aspiración anteriormente.
Rl. Erario adelantase un fondo competente reducido á cien mil pesos por los
oficiales Rs. y al plazo de dos años para la compra de 1.500 Negros los quales se
distribuyesen con intervencion del Gobierno entre aquellos Hacendados y por otra
parte que se permitiese igualmente en el espacio de 5. años la libre entrada de
quatro mil Negros mas de cuenta de particulares dando entre éstos la preferencia
á los que mejor partido hiciesen al publico.
Pero sobre lo gravoso que sería al Rl. Erario (que nunca conviene se interese en
asientos ó contratas de Negros que al cabo redundan en su perjuicio como lo
acreditan exemplares antiguos y recientes) anticipar la expresada suma debe el
Consejo exponer á V. M. considera mui débiles é insuficientes estos auxilios pa.
que se verifique el cultivo de tan dilatado terreno. Baste reflexionar que aunque
los Franceses poseen solo la tercera parte de la Isla tienen empleados al pie de
quatrocientos mil Negros para venir en conocimiento de que es forzoso recurrir á
medios mas amplios eficaces y adecuados estimando el Consejo que nunca se
conseguirá el fin de poner en estado reciente los abandonados Campos de
pertenencia Española si V. M. no se digna de conceder absoluta libertad de
introducir Negros29 sin limitar en manera alguna su número ni permitir se exija el
mas mínimo derecho á su entrada ni despues por razon de las ventas y reventas
que se hagan de ellos ni por otra causa qualquiera que sea con declaracion de que
será lícito extraher en plata oro ó frutos el producto de los Negros que se
introduzcan. Los mismos Franceses en medio de tener ya tantos Negros en aquella
y en sus demas Colonias y de adquirirlos de primera mano lo que no nos sucede á
nosotros pues solo los conseguimos de segunda y tercera han juzgado preciso bien
lejos de exigir la cantidad mas tenua estimular con recompensas á las personas
que los introducen en sus posesiones y últimamente ha tenido á bien el Rei
Christianísimo en virtud de Decreto de su Consejo de Estado de 26 de Octubre de
1.784 señalar la gratificacion de 24 ps. por cada Negro que se conduzca á ellas
cuyo método deberia observarse aun con mayor razon por nuestra parte en la
firme inteligencia de que se hará mas necesario al paso que vaya haciendo mas
progresos la industria.
Los Ingleses han manifestado en sus escritos periódicos de quanto perjuicio
contemplan aquella providencia de su competidora para la continuacion del tráfico
29 La prohibición del comercio libre de esclavos fue abrogada por la Real Cédula del 28 de frebrero
de 1789.
de Negros que ellos hacen y en que su Nacion ha solido ocupar gran número de
embarcaciones y han excitado y llamado á esta importancia la atencion del
Gobierno Británico y de los Comerciantes de Bristol y Liverpol dedicados
principalmente á semejante tráfico.
No obstante lo dicho en órden á la franquicia de Esclabos que debe concederse
en términos amplios expondrá aquí el Consejo que hai cierta clase de ellos sobra
la qual seria mui oportuno que V. M. providenciase la imposición de algun derecho
es á saber sobre los que sus Amos destinan á servicios domésticos privando á la
Agricultura de aquellos útiles brazos y haciendo vanidad y obstentacion de
multiplicar su número. Semejante abuso merece reprimirse y por lo mismo parecia
mui conveniente que V. M. se sirviese de providenciar que los Dueños pagasen
anualmente una suma ó capitacion por cada Esclabo de que se sirviesen en sus
propias casas sin ocuparlos en las labores del Campo ó en otras industrias útiles y
dignas de propagarse. El fondo que produxese este tributo deberia invertirse en
gratificaciones á favor de los traficantes ó Hacendados que de cierta porcion arriba
hubiesen hecho introduciones de Negros en el discurso de aquel año.
El arreglo de la policía y disciplina de los Negros tanto Esclabos como libres
prescribiendo la debida subordinacion á sus Amos y á las Justicias en un punto de
suma entidad. V. M. á consulta del Consejo tiene cometida al Presidente y
Audiencia oido el Cabildo secular Oficiales Reales y Diputados de los Labradores y
Hacendados la formacion de un código de Leyes ú Ordenanzas para el gobierno
económico politico y Moral de los Negros con el fin de asegurar á los Amos la
propiedad predominio y uso de sus Esclabos y á estos el buen trato y proteccion á
que son acreedores y de evitar todo exceso precaviendose para lo sucesivo los
varios inconvenientes y desórdenes que hoi se experimentan y piden eficaz
remedio sobre cuyo particular deberán tenerse presentes al tiempo de examinar
dho. Código las declaraciones y reglas que incluye la Cédula recientemente
publicada en Francia con fecha de 3. de Diciembre de 1.784 de que dan noticia las
Gazetas públicas. Por lo mismo omite el Consejo relevar la importancia de este
punto en que solo se ciñirá á significar es tan digno de la atencion del Gobierno
como conduce á que se guarde el buen orn. y á que los Hacendados no pierdan
los caudales y conatos que dediquen al cultivo de sus Heredades y operaciones de
sus ingenios.
Conformándose el Consejo con el parecer fiscal estima igualmente debe
encargarse al mismo Presidente y Audiencia que oyendo tambien al Cabildo secular
y demas clases de sugetos arriba nombrados proponga el modo mas oportuno de
recoger y reunir en poblado á los Monteros los quales son hombres libres que viven
de la caza vagos y dispersos por el ambito de la Isla entregados al ócio y á los
vicios y desórdenes consiguientes á él. Quando informe la Audiencia sobre punto
tan esencial expondrá á V. M. el Consejo qué partido juzgue deba abrazarse por
preferencia ó el de formar Aldeas todas de tales habitantes reducidos en ellas á
vida racional y civil destinando Individuos blancos que los contengan y havitúen á
las útiles y arregladas labores de los campos que se les señalen ó mas bien como
opinó Dn. Joseph Pablo de Agüero30 el de repartirlos por los Lugares y Villas ya
establecidas en la Isla agregándolos á ellas conforme á lo dispuesto por la lei 3
título 5. lib° 7. para que asi tengan mayor sujecion y se muevan é inclinen al
trabajo á la observancia de la Religion y á la regularidad de costumbres mediante
el buen exemplo que su vecindario les dé.
Por iguales ó mui semejantes razones á las que se dexan expuestas en apoyo de
la ilimitada y franca introducion de Esclavos cultivadores de la tierra que hoy está
erial estima el Consejo importante se digne V. M. de conceder entera libertad y
franqueza de derechos en la introducion y venta de utensilios y herramientas á
propósito para las labores rurales de toda especie y para la fabrica de Azúcares
aunque tales instrumentos sean de fuera del Reino con ámplia facultad de llevarlos
bien sea desde la Península ó bien desde colonias estrangeras cuya gracia tiene
noticia el Consejo concedió V. M. á Dn. Joseph de Vega31 y á Dn. Ignacio Caro32
Hacendados de Sto. Domingo despues de haberla dispensado á Dn. Juan Bauptista
Oyarzábal. La Contaduría General en su Informe sobre la instancia de este y el
Consejo en la Consulta que pasó entónces á manos de V. M. manifestaron las
justas y poderosas razones que persuadían la utilidad y necesidad de proporcionar
30 Agüero era miembro del Consejo de Indias. A él se entregaban los informes relativos a Santo
Domingo remitidos al Consejo para que diera su parecer. Conocía bastante bien las circunstancias que
atravesaba la isla por haber sido fiscal de la Audiencia de Santo Domingo. El fiscal supervisaba las
haciendas reales del gobierno colonial y fungía además como asesor de los presidentes-gobernadores.
31 Don Joseph de la Vega, originario de Plasencia con casa propia en la ciudad capital en la calle Las
Damas era hacendado, propietario del ingenio Manoguayabo y de varias estancias rurales, y en las
últimas dos décadas del siglo VIII capitán y luego teniente coronel de infantería de las milicias de
Santo Domingo. Fue inspector general y controlador del hospital real, secretario de la Capitanía
General entre 1765 y 1787 y factor de tabacos.
32 Don Ignacio Caro de Oviedo, oriundo de Sevilla, fue coronel del batallón Fijo y hacendado, dueño
del ingenio Cumba. Tenía casa propia en la ciudad de Santo Domingo. Su hermano era también
hacendado con dos ingenios de azúcar en la ribera del río Nigua.
la fácil entrada de tales instrumentos con todo el ménor recargo posible al modo
que por principio inconcuso y maxima recibida entre las Naciones que procuran los
progresos de las Artes Manufacturas é industria se admiten y franquéan las
Máquinas y primeras materias conducentes á las operaciones de aquéllas. La Junta
que de orden de V. M. se formó en Sto. Domingo lo propuso asi Don Joseph Pablo
de Agüero lo esforzó y corroboró en su informe al Fiscal de V. M. lo pide y
recomienda y el Consejo es de sentir que V. M. se digne de condescender en ello.
Propuso ademas la Junta otros tres medios 1° q. por espacio de diez años
saliesen de aquellos Puertos y entrasen en los de estos Reinos todos los frutos de
la Isla libres de derechos 2° que los frutos y efectos de España no pagasen á la
salida derecho alguno pero sí a su entrada en la Isla el 6% como los extrangeros
el 7. señalado en la cédula de 8. de Noviembre de 1.765 para el Comercio que se
denominó libre entre la Metrópoli y las Islas de Varlovento y 3° que se la
dispensasen las demas gracias que la propia Cédula especificó.
No molestará aquí el Consejo la Soberana atencion de V. M. con demostrar quan
débiles habrian sido semejantes medios para el deseado objeto y quan fuera de
propósito detenerse ya á examinarlos en las diversas y arto mas favorables
circunstancias del dia despues de las franquezas concedidas por el Reglamento de
12. de Octubre de 1.778 y sobre todo despues que por no considerarlas todavia V.
M. bastantes para dar impulso y auge á la prosperidad de las Colonias cuyos
Puertos se distinguen con la comun denominacion de Menores y en que se incluyen
los de Sto. Domingo y su Isla han empezado á usar mas ampliamente del tesoro
de sus gracias con eximir del adeudo de derechos los caldos frutos y generos
Españoles que se trasporten á aquellos parages y con reducir al 2% la contribucion
en los efectos extrangeros que se conduzcan desde los Puertos habilitados de la
peninsula excediendo asi el paternal y próvido Rl. ánimo de V. M. á las súplicas y
aun á los deséos de la Junta formada en Sto. Domingo ha querido dar á aquellos
habitantes en el contexto de la órden de 5. de Agosto de 1.784 que anunció esta
sabia providencia un nuevo y claro testimonio de su innata propension á colmarlos
de beneficios y una fundada esperanza de que para complemento de éstos se
designará V. M. de apartar y desvanecer enteramente los radicales obstáculos que
hasta aquí han imposivilitado la agricultura y mantenido infecundas las dilatadas
Vegas que la Isla Española presenta á la industria humana y más quando á tan
fértil suelo están varios y bien distribuidos Rios ofreciendo sus aguas y el clima sus
benignas influencias.
La Junta de Santo Domingo propuso tambien como arbitrio conducente al
fomento de la clase activa de individuos dedicados á la agricultura crianza de
ganados y comercio se rebajase del 5% al 3. el redito de los censos y Dn. Joseph
Pablo de Agüero conceptuó que para resolver este artículo necesitaba el
expediente mucha mas instrucción por el perjuicio que podria irrogarse á todo el
estado Eclesiastico principalmente á los Combentos de Religiosas en sus
dotaciones ó á los Capellanes en sus congruas á los a los Aniversarios y demas
obras pias en el puntual cumplimiento de las fundaciones y cita en apoyo una Rl.
Cédula de 2. de Abril de 1.758 por la qual á consulta del Consejo se revoca otra
anterior del 1° de Diciembre de 1.748 y se manda que corran los reditos como
antes innovar cosa alguna. Opinó finalmente dho. Ministro y ahora apoya su
dictamen el Fiscal de V. M. debía desecharse este arbitrio por la razon enunciada.
A la verdad que la rebaxa de los censos ya establecidos produciria los perjuicios
que con prudente consideración indican ambos Ministros pero el Consejo es de
sentir de que V. M. podría servirse de declarar que corriendo los censos como hasta
aquí al 5 % se reduxese y fixase al 3. el rédito de las cantidades ó efectos que se
impusiesen en lo sucesivo con lo qual atendería V. M. á un tiempo á los interesados
de quienes se ha hecho mencion y proveeria oportunamente al mayor fomento de
la Isla.
Contribuiria al propio fin que según se halla propuesto por los que informan y por
el Fiscal se sirva V. M. de mandar forme la Ciudad sus ordenanzas sin perder nunca
de vista la agricultura ni las preferencias debidas á los que se empléen en ella ni
la crianza de ganados y procediendo la Ciudad à presentarlas à la Audiencia donde
se examinen y aprueben para que puedan executarse por el término de dos años
en cuyo espacio se remitan al Consejo donde se disponga lo conbeniente sobre su
confirmacion según lo previene la lei 32 tit.° 1° lib. 2° de la Recopilacion de Indias.
Nada contribuiria tanto a afianzar el logro y progresos del sistema de fomento de
la Isla como el establecimienton de Juntas ó Cámaras de Comercio que propuso la
Contaduría en su instructivo y ya citado Informe de 16 de Agosto de 1783, á
imitacion de las que los Franceses tienen en la parte que poseen de la Isla. Y
aunque el Fiscal de V. M. opina se difiera por ahora su ereccion conceptuando q.
primero es restablecer la agricultura y comercio que crear Magistrados y Diputados
que cuiden de su aumento entiende el Consejo que no debiendo tener únicamente
por objeto tales Juntas el aumento de lo que se haya de restablecer sinó tambien
mui principalmente el restablecimiento mismo y para que éste se verifique zelar
se cumplan las piadosas intenciones del Soberano se allanen las dificultades que
sobrevengan y serán mayores y en mayor número al empezar se compongan
amigablemente y sin forma de juicio las disensiones q. se susciten entre los propios
Hacendados y se dirijan al trono las súplicas que juzguen oportuno hacer para que
llegue á colmo la premeditada restauracion. Asi pues cree el Consejo mui
conveniente que desde luego se forme una Junta provisional compuesta de quatro
Comerciantes y de quatro Hacendados dotados de inteligencia y providad á cuyo
cargo esté aquella incumbencia procediendo desde luego el Presidente y Audiencia
á nombrar los sugetos de que haya de constar y á ponerla en exercicio y
reservándose á formalizarla con denominacion de Tribunal Consular para el
fomento y proteccion de la Agricultura navegacion y Comercio de la Isla ú otro
título que parezca mas adecuado autorizándola con elegir para que la presida
persona del talento instrucción experiencia y circunstancias que se requieren como
á prescribir y proponer con individualidad y extension sus facultades en las
ordenanzas que se hayan de hacer y deberán venir á la Rl. aprobacion.
El Fiscal recuerda que á Dn. Juan Bauptista de Oyarzábal concedió V. M. la
exencion del pago de Diezmos por término de diez años contados desde que
constase haber empezado á fructificar su Hacienda y que el Consejo adoptando el
parecer Fiscal y el informe de la Contaduria consultó á V. M. favorablemente
fundándose en que se venia á ceder á Oyarzábal lo que no existía y en que por
aquel medio se proporcionaba para lo futuro un rédito que podia llegar á ser
considerable en beneficio del Rl. Erario. Añade ahora el propio Fiscal citando en
apoyo el exemplar de igual gracia dispensada á los Colonos de Sierramorena que
será mui conveniente se haga extensiva á los demás Hacendados de Sto. Domingo
la concedida en esta parte á Oyarzábal bien que con declaracion de que se haya
de entender precisamente por lo respectivo á las nuevas Haciendas é Ingenios que
en adelante se restablezcan y beneficien sin extenderse á los demas Hacendados.
El Consejo apoya y recomienda á V. M. este modo de discurrir del Fiscal creyendo
mui oportuno para el mejor logro de la prosperidad de la Isla Española que á todos
los Hacendados que abran y labren tierras incultas con destino á hacer plantíos de
Cañas de Azúcar de Café de Añil de Tabaco de Algodón y otros frutos y que
establezcan nuevos Ingenios se sirva V.M. de conceder en aquellos terminos la
esencion de Diezmos por diez años contados desde que las Haciendas empiecen á
fructificar y no duda merecerá esto la Rl. aprobacion de V. M. á vista de los
exemplares ya citados de Dn. Joseph de Vega y Dn. Ignacio Caro posteriores á las
gracias dispensadas á Oyarzábal en las quales ha tenido V. M. á bien
compreenderlos. Cree asimismo el Consejo no obstante lo que se advierte en la
Respuesta fiscal ácerca de excluir de la esencia de Diezmos á los actuales
Hacendados será no ménos equitativo que conducente al mejor beneficio y
aprovechamiento de las tierras que regulándose por un quinquenio el rendimiento
anual que hasta ahora hayan ellas tenido se conceda al mayor producto que den
en los diez años succesivos igual esencion.
Sobre este punto de Diezmos debe el Consejo elevar á la consideracion de V. M.
que aunque en el actual estado de la Isla es corto el producto de ellos llegará en
breve á ser de suma entidad supuesta la concesion de arbitrios dirigidos al fomento
de los vastísimos terrenos incultos por lo qual convendrá continúe en administrarse
de cuenta de V. M. aquel ramo no sólo á causa de la utilidad que se seguirá á la
Rl. Hacienda de V. M. sino tambien para precaver se extienda el Estado Eclesiastico
mas allá de lo que exija la administracion de pasto espiritual á los feligreses de la
Isla. El valor de los frutos que produce anualmente la parte Francesa de Sto.
Domingo pasa de treinta millones de pesos sencillos según noticias extraoficiales
que se tienen y graduando solamente en la mitad los de la Española quando llegue
á todo su auge (cuyo computo no es exagerado si se atiende á la duplicada
extension sujeta al Dominio de V. M.) vendrían á ascender regulados al 5% que es
la quota que por razon del Diezmo pagan los frutos de América á 750 mil pesos
anuales. Sería pues exorbitancia percibiese el Estado Eclesiastico una suma tan
considerable33 sobre todo quando V. M. debe reintegrarse de las q. su Rl. Erario
haya suplido para satisfacer las cóngruas obvenciones y consignaciones pias
resarciendose tanto de la parte de derechos que en lo sucesivo dexe de percibir á
causa de las franquezas dispensadas á todos aquellos Vasallos como de lo que han
contribuido hasta aquí las Caxas de México y contribuyan en adelante para el anual
situado y usando V. M. de la facultad que reside en su soberania conforme á las
leyes y á los Rescriptos Pontificios para dispensar semejantes gracias á sus
Vasallos de Indias siempre que lo considere oportuno.
Hasta aquí Señor ha demostrado á V. M. el Consejo lo que entiende en órden á
los medios propuestos por la Junta de Santo Domingo y sobre que informó Dn.
Joseph Pablo de Agüero y abrió dictamen el Fiscal de V. M. modificando ampliando
y sugeriendo el Consejo lo que ha contemplado oportuno. Ahora procederá á añadir
33 Ya desde mediados del siglo XVIII había disgustos de los vecinos e incluso pleitos pendientes entre
los hacendados y la Iglesia acerca de los diezmos del azúcar y del ganado vacuno.
otros medios que conceptúa no menos esenciales y que unidos á aquellos
asegurarán el importante fin apetecido.
Es notorio que en la Isla de Santo Domingo y en las demas de Barlobento se
fabríca Aguardiente de Caña el qual templado con agua y un poco de Azúcar sirve
de bebida usándole puro únicamente los Negros aunque en corta cantidad. Varios
sujetos se han dedicado á esta industria ó modo de vivir por que no se requiere
grandes caudales á diferencia de lo que exigen los Ingenios y V. M. con el loable
objeto de aumentar por una parte el Consumo de los Aguardientes de España y de
promover por otra la Fábrica de los Azúcares tuvo por conveniente imponer un
derecho sobre las Mieles y el Aguardiente de cañas para obligar por éste medio
indirecto á abandonarle y hacer exclusivamente Azúcar pero la experiencia ha
acreditado qe. tal providencia no es aplicable á Santo Domingo ni á las demas Islas
donde se intentase fomentar las cosechas de Azúcar ya que por alli no se hace uso
del Aguardiente de la Península ya por que si se consiguiese obligar á aquellos
Naturales á su consumo resultaría esto cabalmente contrario al mismo fomento de
los Azucares puesto que al purificarlos dexan quando ménos una tercera parte de
Mieles que ni se pueden condensar ni lograr consumo en el país ó salida para
Europa ni cabe darselas otro destino que el de convertirlas en Aguardiente de
suerte que las Mieles resultantes del Azucar vienen á ser lo que el salvado en la
harina y á indemnizar á los cosecheros de una parte considerable de los gastos
que causan los Ingenios teniendo este medicinal usual y consumible licor gran
despacho en las colonias extrangeras que no abundan en cañas por lo qual seria
preciso igualmente que V. M. se dignase de permitir la extraccion del Aguardiente
para todas partes con absoluta libertad de derechos.
Hai otro punto de suma entidad sobre el qual cree el Consejo mui propio de su
obligacion hacer presente á V. M. lo que tocante á él se le ofrece
consiguientemente á la resolucion tomada por V. M. mismo y que se dignó de
mandar comunicar al Consejo en 24. de Agosto de 1783.
Sirvase pues V. M. de aprobar el método y formalidades establecidas entre el
Gobernador de Sto. Domingo y el Conde de Argout Comandante qe. fue del Guarico
arreglando la extraccion del ganado Vacuno á dha. Colonia Francesa y el Consejo
ansioso de coadyuvar al efectivo cumplimiento y recto fin de aquella disposicion
expondrá aquí reverentemente á impulsos de su zelo y á conseqüencia de las
consideraciones que sobre la materia hizo la Contaduria en su última ya citado
Informe de 16. de Agosto de 1783. dado con ocasión del expediente de Oyarzábal
las quales adopta y reproduce ahora el Consejo algunas reflexiones sobre las
causas que entiende perjudican á la crianza y aumento de ganado en la Isla
Española como sobre varias precauciones que pudieran tomarse relativamente al
intento y á ocurrir al inconveniente de que prevalezca tal industria en detrimento
de otras mui preferibles.
Es evidente que supuesto el estado de abandono en que ha permanecido aquella
Isla el único renglon de subsistencia y el que con algun beneficio ha sostenido
hasta ahora al vecindario de Santo Domingo es el de las vacadas. Por esta causa
se han aplicado á tal Comercio particularmente desde que los Franceses las
destruyeron en su territorio para aplicar á la Agricultura con infinita mayor utilidad
los dilatados campos que ocuparían sus Ganados. Sobre ser esta industria según
dixo la Contaduria Gral. en su expresado Informe la que ménos produce necesita
cada cabeza para su alimento el terreno que vastaría á mantener mucha famílias
de nacionales con lo qual no es extraño que aumentándose aquellas disminuyan
éstas sucediendo lo mismo con el ganado Caballar y Mular que los Franceses sacan
de los territorios de V. M. aun con mayor empeño y necesidad que el Vacuno por
que no pueden transportar vivo el primero sino de nuestros Establecimientos para
veneficiar sus posesiones. Asi mientras lucran aparentemente los del Dominio
Español suministran en la realidad con poco ménos que indiferencia y por el tenue
adeudo de los derechos de extraccion los medios de la ajena riqueza y de la ruina
propia sin atender á que mayor mal es dar un buei una mula ó un Caballo que
mucha plata y oro á quien pone su auge y nuestro detrimento no tanto en estos
metales quanto en los frutos que cultiva con aquellos ganados y en los terrenos
que habría destinado para su cria.
La de nuestras reses va escaseando cada dia en la Isla de Santo Domingo en vez
de aumentarse y llegará á aniquilarse antes de mucho si no se dictan reglas
económicas para gobierno de tan importante objeto eximiendo á los ganados de
la insoportable obligacion de las Pesas como tambien de toda formalidad opresiva
que les coarte la prudente y natural libertad de poder comerciar en sus ganados.
Consiste la obligacion de las Pesas en que cada ganadero contribuya todos los
años al ínfimo precio de un real de plata de 21. quartos por cada cinco libras de
Carne para el abasto público de la capital con una cierta cantidad de reses de dos
á tres años cuyo número por lo regular llega á la tercera parte de las crias que ha
tenido en su vacada y aun excede de ella quando dicho número no sufraga para el
consumo. A este respecto produce una res á su dueño cinco ó seis pesos fuertes
quando en los parages mas remotos de la Capital y en que ménos valor tienen se
regula cada cabeza una con otra en diez y doce pesos y en diez y seis y diez y
ocho y veinte si es en la frontera de la parte Francesa.
Al perjuicio de precisar al propietario ganadero á vender su res por la mitad del
justo valor esto es por el que tenia quarenta ó cinquenta años hace se agrega el
de haber de entregar de su propia cuenta en el matadero el número completo de
cabezas que se le señala cuya precisión le obliga á sacar de la dehesa una quarta
ó quinta parte más de las que le corresponde para suplir las que pierde en el
camino ya vadeando rios caudalosos ya huyendo al monte y ya miéntras
permanecen encerradas en una dehesa proxima á la Ciudad escasa de pastos
aguardando á que las llegue su turno para que entren en el matadero. Es tan
notable este gravamen que los mas de los Ganados que residen á distancia de 40.
de 50. y de 60. leguas de la Ciudad ceden de balde sus reses ó pesas á los que
quieren encargarse de la entrega en la carniceria ó buscan entre los que viven
inmediatos quien tome á su cargo administrarlas de propia cuenta mediante
Contrata que con él hacen de gratificarle á razon de 50. ps. pr. la cabeza.
Semejante carga sería llevadera para los Ganados fronterizos si hoy les quedase
arbitrio de compensarla mediante la libertad en efectuar las ventas á los Franceses
pero de resultas de la indicada providencia han tomado algunos el partido de
abandonar sus vacadas ya por los excesivos gastos dilaciones y dificultades
consiguientes á la precision en que se ven de tener que dirigir sus solicitudes al
Gobernador por medio de Procurador y Apoderado experimentando todo lo que es
consiguiente ya por que sobre concederse las licencias arbitrariamente con
limitasion y sin respecto al número de crias que han tenido los mismos ganaderos
ni á las necesidades ó urgencias en que pueden hallarse se les prefixa el tiempo ó
plazo en que se ha de verificar la venta y ya por que la precision de tratar
indispensablemente con un Frances comisionado por el obligado del abasto público
de su Colonia le pone en el caso de no vender ó de recibir la dura lei que aquel
extranjero le quiera imponer pues quando no hai concurrencia de compradores es
forzoso dependan los vendedores del arbitrio de aquellos.
Para eximir de tal constitucion á los Ganaderos y fomentar el ramo de los
ganados de todas especies sin perjuicio de la Agricultura supuesto que para lo uno
y para lo otro hai en la actualidad terreno sobrante entiende el Consejo podrían
acaso tomarse las siguientes providencias: 1ª. en quanto á Carnicerias ó Abastos
publicos: que se surtan éstos por los mismos Ganaderos ó por los traficantes de
reses obligándose en pública subasta á proveer al comun á los precios mas
equitativos con tal que no se les recargue derecho ó gravamen alguno á fin de que
éste no recaiga sobre el consumidor en cuyo alivio y en el de la tropa se pretende
sostener el ínfimo precio de un real de plata de 21. quartos cada cinco libras y que
en caso de no convenir este metodo y el de precisarse á los Ganaderos á la
conducion de las Pesas se aumente el precio hasta 2 reales de la misma moneda
de suerte que cada res les valga ó pruduzca poco más ó menos lo mismo que si la
vendiesen en la Dehesa esto es á razon de real de vellon por libra castellana en
medio de que por ello no se eximirian de los riesgos y contingencias arriba
expuestas. 2ª. En quanto á las ventas que se hagan á la Colonia Francesa parecería
al Consejo podría V. M. servirse de mandar que pues los compradores de esta
Nacion pagan de extraccion 10. p% de Alcabala y nada es tan conveniente para el
Ganadero Español como la concurrencia de aquéllos en numero ilimitado se les
exima de la sugecion de vender sus reses á determinadas personas y se dexe en
libertad de executarlo á los que indistintamente se presenten en Ferias públicas
que para el intento se celebren en terminados sitios y tiempos prescribiendo el
Gobierno para cada una de éstas la cantidad de reses con consideracion á la mayor
ó menor cria que hubiese habido de ellas y á la necesidad de los Naturales para su
manutencion y procurando que las ventas se hagan precisamente á trueque de
Negros utensilios y dinero efectivo. Presenciadas tales ventas por los respectivos
Comandantes ó Juezes de los partidos y distribuidas las reses entre la generalidad
de los Hacendados con proporcion á los Diezmos que hubiesen declarado y pagado
se lograría saber á punto fixo á quanto ascendiesen estos y se evitaría la saca
clandestina de ganado que se hace á la Colonia Francesa á pesar de las
precauciones tomadas con el fin de impedirla.
Para que las indicadas disposiciones tengan el debido efecto cree el Consejo
convendría que V. M. se sirviese de encargar su mas exato cumplimiento ademas
del Gobernador á los Oficiales Reales quienes por su ministerio tienen disposicion
para executarlas con mayor conocimiento precaviendose al mismo tiempo la
arbitrariedad y parcialidades con que en las circunstancias actuales rezelen los
interesados se proceda pr. los Subalternos de quienes hoi acaso les será forzoso
valerse y los perjudiciales manejos de que podrán usar los dos Comisionados
Franceses en detrimento de los Dueños de hastos34 y mui contra las justas y
paternales intenciones de V. M.
34 Dice así.
Sobre todo si V. M. lo tuviese á bien podría cometerse á una Junta compuesta de
las mismas clases de sujetos que la anterior y ádemas de los Ganaderos de la Isla
el examen de las precedentes consideraciones previniéndola proponga á V. M. todo
lo que juzgue mas conveniente sobre la materia en el concepto de que si el
Comercio de carnes con la parte Francesa constituye hoi la principal industria de
la parte Española esta misma industria irá disminuyeno progresivamente para dar
lugar á otra mas lucrosa al paso que se empiecen á cultivar nuestras Haciendas de
Azucar de Cacao Café Añil y Algodon pues entre sus míseros Pastores de Ganados
ó cultivadores de tierras pobladas no tanto de éste quanto de hombres y capaces
ellas de producir frutos de mui superior valor es clara la preferencia que debe darse
á lo segundo. Entónces habra forzosamente menos ganado que vender á los
Colonos vecinos y mas consumidores nacionales. Solo quedarán para pastos los
territorios que no puedan servir para labranza ó que sean precisamente necesarios
apacentar la porcion de reses correspondientes á la subsistencia de las poblaciones
Españolas sin que sóbre para las Francesas. Quando llegue tan feliz época
decaeran las ultimas que tendrán que proveerse de Carne salada á precios subidos
los quales recargando el de sus frutos dificultarán por consiguiente su despacho y
proporcionaran la competencia de los nuestros decayendo aquella Colonia en razon
de la que vaya prosperando la Española.
Reducida esta en el dia á la mayor pobreza según se halla hace allí falta una
cantidad determinada de moneda de vellon como de 15. á 20. mil pesos sencillos
para las compras diarias de los comestibles de primera necesidad. Convendría
fuese de cordoncillo y la misma que se usa en Castilla y que corriese con el propio
valor esto es el real de plata fuerte con el de 21. quartos disposicion indispensable
para evitar se vuelva á sacar según lo hicieron los Catalanes que antes habia allí
pues por no tener valor fixo llegaron á dar de 56. á 60. quartos por cada peseta
de 5. rs. de vn. ó de 2. de plata Americana é insensiblemente fueron recogiendo y
enviando á España la calderilla que habia en Santo Domingo.
Todos estos auxilios pudieran parecer suficientes si por una parte no se tubiese
tan á la vista el estado de decadencia la casi absoluta falta de tráfico la
despoblacion y el abandono en que yace el vasto y pingüe territorio de la
dominacion de V. M. en aquella Isla y si por otra no fuese tan evidente el bien
distinto aspecto de la Agricultura y opulencia qe. ofrece el corto y menos fértil
distrito que poseen los Franceses cultivado por quatrocientos mil Negros repartidos
entre poderosos Hacendados que hacen cada año un comercio de 30. millones de
pesos con su Metrópoli qdo. solo contamos nosotros empleados en las labores del
campo como unos dos mil esclabos y lexos de sacar utilidad la Peninsula suplen
anualmente las caxas Reales 200 mil pesos cuyo situado prescindiendo de tiempos
mas remotos y no incluyendo los dispendios extrahordinarios ocasionados por las
diversas Guerras que han ocurrido asciende en los 84. años de este siglo casi á
17. millones de pesos fuertes cuya suma ha desaparecido sin que apenas quede
vestigio de ella.
Entre todos los habitantes que la pueblan solo se cuentan según noticias
ultimamente adquiridas 25. individuos que se denominan Hacendados por que
poseen tierras y algunos Negros teniendo 50. Esclavos útiles el que mas como
expresa en la Representacion del Cabildo de la Ciudad de Sto. Domingo que se
leyó en la Junta formada allí y cuya introducion se ha copiado en esta Consulta.
Bien se dexa conocer hasta donde pueda extenderse el cultivo con tan debiles
medios. Apenas sacan de la tierra los alimentos de primera necesidad y aun estos
mas bien los deben á la prodiga y espontanea feracidad de ella misma que á sus
caudales inteligencia é industria. Es mui diferente la agricultura Americana de la
Européa. Aca están los terrenos repartidos entre gran porcion de mano. Qualquiera
particular ó Labrador puede con un corto caudal conservar su patrimonio y aun
aumentarle si está dotado de economía sin que le falten Jornaleros á precios
moderados pero allá las posesiones de los Hacendados son inmensas sus caudales
cortisimos guardada proporcion con los dispendios y todas las labores las executan
Negros de que escasean y qdo. estos abundasen carecen de fondos con que
comprarlos los dueños de las tierras.
En semejante constitucion Señor Cómo han de disfrutar los habitantes de Santo
Domingo las mismas gracias y franquezas que el Consejo dexa expuestas á V. M.
y deben prometerse aquellos Subditos de la próvida benéfica mano de su generoso
Principe? Con qué facultades han de adquirir los Esclavos y utensilios
indispensables y suplir los demas gastos? En la parte Española de la Isla no hai
ciertamente como queda insinuado sujetos en quienes concurran los capitales
correspondientes para empresas tan vastas y tan costosas como son los
establecimientos formales que se hacen en las Islas situadas baxo la tórrida zona.
Tan poco podemos lisonjearnos pasen de las demas á la de Santo Domingo ni de
ninguna de las Provincias del continente Americano por que unas y otras carecen
de tan esenciales arbitrios y se hallan respectivamente con favorable proporcion
de terreno y clima que no les es dable disfrutar siendo asi que de la Isla de Santo
Domingo á pesar de lo destituida que está de brazos trabajadores han solido
extraherse para la de Cuba parte de los pocos Negros destinados al cultivo de la
primera cuyo abuso manifestaron los Diputados del Ayuntamiento de la Ciudad de
Santo Domingo á la Junta celebrada allí de orden de V. M. exponiendola requeria
seria providencia. Ni menos ha habido hasta ahora otro que Oyarzabal que desde
la Peninsula se haya animado á dar el exemplo de trasladarse personalmente á
Santo Domingo con el dinero utensilios y demas arbitrios necesarios para
establecer un Ingenio que merezca nombre de tal y sacar partido del terreno que
alli adquirió y posée.
No habiendo pues en Santo Domingo sujetos poderosos ni siendo creible que
entre los subditos de V. M. avecindados en las Indias es verosimil que entre los
existentes en España haya quienes se resuelvan á pasar á aquella Isla á probar
fortuna en calidad de Hacendados cultivadores quedarian infructuosas las mismas
franquicias y exenciones que V. M. la conduciese respecto á Negros y utensilios
pues nadie se resolvería á llevarlos en abundancia (especialmente los primeros) á
un pais donde no tuviese seguridad ó probabilidad de encontrar compradores de
una mercancia de tanto valor y tan expuesta á contingencias y menoscabos.
Sube de punto la necesidad de atraher Extrangeros quando á la particular
inteligencia direccion practica y buen manejo que exige aquella industria se agrega
la circunstancia de necesitarse ocho ó diez años para establecer y perfeccionar un
Ingenio de quatrocientos Negros y haber de permanecer el espacio de diez años á
lo menos supliendo cuantiosas sumas de dinero sin recoger fruto alguno hasta el
quarto año. Tal es por exemplo la condicion de los costosos plantíos de cañas de
Azucar y de los Ingenios en que se beneficia. En estas circunstancias parece
conveniente y aun indispensable atraher Colonos de otras naciones por mas
reparos y consideraciones que puedan excogitar y oponer las personas
estrictamente atendidas á la rigurosa observancia de las reglas y límites
prescriptos desde la conquista de las Indias tocante á admision de pobladores con
absoluta exclusion de los extrangeros.
Quando se dictó la lei que prescribió esta disposicion fundamental hubo
prudentes razones de politica y aun de necesidad que hicieron precisa semejante
precaucion pero hoy que las circunstancias han variado quando se advierten
despobladas incultas é indefensas nuestras Antillas y no es dable suministre la
Metrópoli los individuos que se requieren hoy qe. es manifiesta la utilidad y
conveniencia de lo que entonces se reputaba perjudicial ¿por qué ha de subsistir
aquella maxima? y si el mal es evidente y el remedio tan seguro y eficaz ¿por qué
se ha de recurrir á medicinas paliativas y que no se curen pronta y radicalmente?
Bien reflexionado asi el espiritu de la lei primera título 27. libro 9. que fue la que
prohibió pudiesen pasar á Indias los Extrangeros como de la lei 9. del propio título
y libro que mandó se procurase limpiar la tierra de extrangeros y gente sospechosa
en cosas de la Fé y cotejada su letra con el contexto de la lei 10. la qual declara
que la expulsion de los extrangeros no se entienda con los que sirven oficios
mecánicos útiles á la Republica y expresa que la especial causa para la expulsion
consiste en purgar la república de personas que no convienen y conservar las que
fueren útiles y necesarias guardándose la antigüedad de nuestra Sta. Fe Católica
resulta favorable esta comparacion á la admision de los que el Consejo estima
podria convenir tolerarse por ahora V. M. Parece deben estos considerarse tan
beneficiosos y aun acaso todavia mas que los Artesanos mismos pues los últimos
suelen por lo regular ser transeuntes y los primeros se establecen y arraigan en el
pais trayendo consigo las riquezas la inteligencia y la industria fomentadoras y
propagadoras de las Artes y proponiendose el objeto de promover la originaria y
primera de todas es á saber el Arte á que ellas deben su ser y subsistencia el de
la agricultura en su fin se hacen justamente acreedores tales Extrangeros á
benigna acogida.
Con atraher por ahora á la Isla de Sto. Domingo Extrangeros acaudalados é
inteligentes y industriosos qe. pasen á poblarla enriquezerla y hacerla fructifera y
útil de todos modos cree el Consejo se conseguirá darla la consistencia que la falta
y que adquiria en brebe tiempo. Para afianzar el éxito para precaber las
conseqüencias que pudieran recelarse y retraer acaso de adoptar un medio no
menos infalible que indispensable en la actual constituc.n y pa. convertirl.s en
buen.s leal.s y útiles vasallos bastar.a se les tratase en todo como á naturales de
estos Reinos sin diferencia alguna atendiendolos en los empleos cargos y
distinciones de Republica se les concediese amplia libertad de comprar tierras á
dinero y á los precios que conviniesen con los vendedores lo qual es ciertamente
preferible á distribuirselas y repartirselas de balde pues en aquellos terminos se
evita la contingencia de que acaso las dexen abandonadas como ha solido
acontecer por que quien invierta su dinero procurará le reditúe se obligase á todo
posesor de tierras incultas á propósito para la Agricultura á venderlas siempre que
precedida justa tasacion de peritos haya comprador que lo solicite para reducirlas
á cultura á menos que el propietario se hallanase á beneficiarlos dentro de termino
perentorio y en fin que al que las adquiriese se le dexase la libertad de enajenarlas
pues para el objeto debe reputarse indiferente sean los primeros Compradores á
los segundos ó terceros quienes las posean con tal que las cultiven. Pero sobre los
indicados requisitos estima el Consejo deberian exigirse indispensablemente los
siguientes: 1° Que los individuos extrangeros que acudan á avecinarse y arraigarse
hayan de ser Catolicos Apostolicos Romanos y hacer obligacion de introducir á lo
menos 50. Negros con los utensilios precisos para la clase de Agricultura á que se
quisiesen dedicar y de mantener y reservar con destino á pasto y á monte alto de
tercera parte de las tierras que adquieran y 2° que fuera de la clase de Hacendados
no se admita á ninguno que no sea Artesano según la citada lei 1ª. tit.° 27. lib.°
9.
Mediante estas sólidas y sencillas disposiciones se veran acudir de todas partes
Colonos extrangeros con inmensos caudales con Negros herramientas y utensilios
de varia labranza é industria y todo lo necesario para hacer florecer y prosperar la
Isla Española. Las Islas pertenecientes á las demas Potencias perderan muchos de
sus principales Hacendados que se acelerarán á trasladarse con todas sus
facultades á clima mas benigno y á suelo incomparablemente mas feraz y
asimismo debemos prometernos pasen de los trece estados unidos de la America
Septentrional algunos Irlandeses Católicos avecindados allí como pasarán de
Irlanda misma individuos ricos é industriosos. Los Franceses habitantes de la parte
que hoi ocupan en Sto. Domingo serán los primeros que por estar connaturalizados
con el temperamento de la Isla por las porporciones qe. les da la inmediacion por
el cabal conocimiento que tienen de la feracidad y extension de nuestras comarcas
tan codiciadas de aquellos Vecinos como por la estrechez y menos aptitud de las
suyas se transfieran con sus riquezas Negros é instrumentos á la parte Española
de la Isla. La poblacion y opulencia de la parte Francesa disminuirá notablemente
trasladandose á la Española cuyos habitadores se convertirán en usufructuarios de
los dilatados terrenos qe. yacen incultos y abandonados debiendo solo tomarse la
precaucion de impedir se establezcan y avecinden estos en sitios mui inmediatos
á la frontera y de atraherlos al centro ó parages de la Isla distante de la parte
Francesa. Dificilmente podrá el Gavinete de Versalles impedir la emigracion de
aquellos subditos hacendados ni frustrar los felices logros que hoi penden solo del
Gobierno Español y seran precisas conseqüencias de la politica sublime de V. M.
Sin embargo seria tambien mui propio de esta se guardase el mayor sigilo en orden
á la determinacion que V. M. tenga á bien tomar llevandose la mira de que no se
trasluciese en Europa hasta que publicada en Sto. Domingo y difundida con
prudente cautela y sin pérdida de tiempo en la Colonia Francesa pudiese empezar
á surtir allí el correspondiente efecto antes que noticiosa su corte tomase medidas
capazes de enervarle algun tanto.
Por otra parte debe cesar todo recelo de que arriesgue el Estado su segura
dominacion y posesion antigua por la admision de semejantes individuos
extrangeros con solo reflexionar que ellos mismo vendrian á ser sus mayores y
mas acerrimos defensores á causa del interes que les resultaria de conservar la
propiedad de sus Haciendas y de permanecer baxo el dominio y suabe yugo de
una Potencia que les dispensaba tan notorios beneficios siendo constante que
nunca es mayor la seguridad de los Estados que quando esta misma seguridad se
funda en las reciprocas ventajas del Soberano y del Vasallo el qual se mantiene
gustoso baxo la dependencia del primero siempre que en ella ve verificadas sus
peculiares utilidades. Entonces pelea valerosamente y se sacrifica á todo trance
por defender lo que ya mira como su verdadera y única patria tocandose el mas
extraño individ.° en Nacional el mas fiel y apasio.do y el qe. ant.s (ilegible) ó
enemigo formidable en súbdito y amigo pacífico.
Para atraher poderosamente á tales extrangeros y asegurar á porfia la
concurrencia de ellos se hace no menos indispensable franquearles la entrada
abrirles todos los conductos allanarle los caminos quitarles hasta el mas minimo
impedimento y facilitarles la abundancia de Negros instrumentos viveres y generos
de todas clases conducentes á sus labores operaciones y Comercios como á los
consumos y necesidades de la vida. Siempre que aquellos efectos escaséen que
se dificulte su transporte y libre introduccion que se encarezcan sus precios
mediante formalidades exacciones y gravamenes onorosos se malograran los fines
y dejaran de conseguirse las grandes ideas que constituyen el plan que el Consejo
propone á V. M. quebrantándose su unidad y debilitandose las infalibles utilidades
que promete.
Un poderoso arbitrio se presenta el qual coronorá la obra que espera su mayor
perfeccion de mano de V. M. En él estriba el éxito de todo quanto va expuesto y
por su medio quedarán precavidos tales obstáculos sirviendo de complemento al
enunciado Plan; arbitrio que acaso podrá experimentar contradiciones semejantes
á las que quizá experimente el pensamiento de la admision de los extrangeros en
la parte Española de Sto. Domingo. Pero á la alta sabiduría de V. M. está reservada
tan digna empresa.
Este arbitrio en fin, este nuevo rasgo de aquella misma Sublime politica que
reconoce y admira el Consejo en V. M. consiste Señor en que V. M. se digne
declarar Puertos francos los principales Puertos de la Isla Española por espacio de
25. años ó por el que sea de la Real Voluntad con absoluta libertad de Comercio
durante el mismo Plazo á favor de los tres Puertos de Santo Domingo de Samaná
y de Puerto de Plata quando no se quiera sobstituir á este ultimo ó tal vez añadir
á los tres el de Montecristi pagando unicamente para satisfacer los sueldos de los
Oficiales Reales que deberan destinarse en dhos. tres Puertos el 2% de los generos
y efectos extrangeros que se indroduzcan en la Isla y subsistiendo sin gravamen
como está ya dispuesto por V. M. los generos y frutos de industria y cosecha de
las peninsulas igualmente que los frutos que produzca la propia Isla y se extraigan
de ella.
No bien se haya expedido por V. M. la Rl. Cédula que entrega esta y las demas
acertadas providencias quando los Isleños empezarán á disfrutar los beneficios de
ellas. Por cada Caballería de tierra (medida agraria equivalente allí á 160. fanegas
de Castilla) ni aun se presenta en la infeliz situacion comprador que ofrezca el
infimo precio de 200. ps. Mas en brebe subiría éste considerablemente pudiendo
calcularse el aumento con tener presente el valor de 3. mil y de 4. mil pesos á que
según su varia calidad corre la misma porcion de terreno en la parte Francesa. La
facilidad de adquirirle en la dominacion de V. M. mucho mas fructifero y á precio
moderado la ya indicada seguridad de ser tratados los Colonos extrangeros como
los mismos naturales la franqueza de los tres Puertos y la libertad del Comercio
con el leve recargo del 2% no solo los atraherá como queda insinuado de la parte
Francesa sin aun de todas las Islas vecinas donde haya Catolicos pudiendo
proporcionarse que antes que se cumpla el Plazo prescripto para el goce de
exemciones y privilegios competirán nuestros Puertos con el del Guarico quando
no se aventajen á él en trafico y riqueza y disminuirán considerablemente sus
utilidades y el gran numero de Naves que le freqüentan. En el caso contrario esto
es en el de no habrirse nuestros Puertos harian su negocio los Franceses pues
serian ellos los que proveyesen á nuestros Colonos con ganancias mucho mas
considerables que las que ahora logran pues al paso que fuese creciendo el numero
de habitantes de la parte Española crecerían los consumos y con el aumento de la
opelencia se aumentaría tambien el regalo y las necesidades de luxo y á proporcion
subirian irremediablemente de punto las introducciones furtivas de generos viveres
y efectos de toda especie. Semejantes introducciones serian inevitables existiendo
como existe en el propio continente de la Isla un Puerto de otra dominacion
perennemente surtido de mercancias y freqüentado de centenares de Naves de
otra Nacion aplicada y comerciante la qual al modo que en la actual constitucion
atrae á sí toda la plata y substancia de la parte Española absorveria y convertiria
tambien en su peculiar provecho las riquezas que en adelante produxese nuestro
suelo si no estableciesemos Puertos francos.
El Consejo estima esenciales y aun precisos pa. el logro de las beneficas
intenciones de V. M. los dos ultimos arbitrios que acaba de proponer no menos qe.
los que anteceden en el discurso de la presente Consulta y al ponerlos en la Rl.
consideracion procede estimulado de su celo y con persuasion intima de la eficácia
de ellos sin que le detengan los reparos que hasta aquí hayan podido retardar
aquellos saludables medios de la resturacion y felicidad de la Isla y que sugeta el
Consejo al superior examen y Rl. aprobacion de V. M.
Resumiendolos aquí todos el Consejo estima 1° que desechandose los que
propuso la Junta para adquisicion de Esclavos como gravosos al Rl. Erario (que
nunca debe interesarse en Asientos ni compra de Negros) se digne V. M. de
conceder libertad absoluta de introducirlos en la Isla Española sin limitar su núm.°
ni permitir e exixa el mas minimo dro. á su entrada ni despues con motivo de las
ventas y reventas que se hagan de ellos ni por otra causa siempre que se destinen
á las lavores del campo y antes bien se concedan gratificaciones á las personas
qe. de cierta porcion arriba los introduzcan para aquel objeto declarandose será
lícito extraer en plata oro ó frutos el producto de los Negros que introduzcan. 2°
Que sobre cada Esclavo que sus amos empleen en servicios domesticos se imponga
para moderar el exceso en esta parte una capitacion ó tributo anual cuyo producto
se invierta en gratificaciones á favor de los traficantes ó Hacendados que hagan
mayores introducciones de Negros. 3° Que para gobierno económico politico y
moral de los Esclavos buen trato y proteccion de estos como para conservacion de
la propiedad predominio y uso que compete á sus Dueños se forme un código de
Leyes ú Ordenanzas que afiance ambos extremos sobre cuyo particular se ha
servido ya V. M. de dar comision al Presidente y Audiencia oido al Cabildo secular
Oficiales Rs. y Diputados de los Labradores y Hacendados y que al tiempo del
examen de dhas. Ordenanzas se tengan presentes las que recientemen.te se han
formado en Francia y dado á la luz con fha de 3. de Diz.re de 1784. no solo pa. el
mas acertado gobierno y conservacion de los Negros sino para otros objetos
esenciales de la prosperidad de sus Colonias. 4° Que se encargue á los mismos
Comisionados propongan el mejor modo de recoger y reducir á Poblaciones á
donde vivan con sugecion á vida racional y con aplicación al trabaxo los Monteros
hombres vagos que andan dispersos entregados al ocio á la Caza de reses
silvestres y á desordenes y violenias comunicando la Junta al Consejo el
expediente y arreglo que juzgue mas acertado y consultando el propio Tribunal á
V. M. su dictamen. 5° Que asi como se debe proteger franquear y promover la
libre introduccion de Negros se facilite en iguales terminos la de herramientas y
utensilios de qualquiera parte que se conduzcan sin exclusion de Colonias
extrangeras para la Agricultura Ingenios de Azucar y otras industrias eximiendolos
de todos dros. 6° Que sobre las franquicias y libertades que ya goza el Comercio
de los Puertos menores en los quales se halla comprehendida la Isla Española se
digne V. M. de dispensarla todas las demas que sean conducentes á promover la
agricultura riqueza y poblacion de que ella es capaz. 7° Que permaneciendo á 5%
los censos de las cantidades y efectos ya impuestos corran los que se impongan
en adelante á 3%. 8° Que convendrá forme la Ciudad sus Ordenanzas sin perder
de vista la agricultura y la proteccion de los Agricultores como la cria de ganados
presentándolas á la Audiencia para su examen y haciendolas poner en practica
interinamente hasta que se reconozcan por el Consejo. 9° Que se establezca por
ahora una Cámara ó Junta de Agricultura y Comercio compuesta de quatro
Hacendados y quatro Comerciantes cuya incumbencia sea facilitar promover y
hacer efectivas todas las providencias que se tomen para el fomento de la
Agricultura Comercio é industria hasta que se de á aquel Cuerpo la consistencia
que parezca mas correspondiente se autorice por el Gobernador de la Isla y por la
Audiencia con nombrar para que le presida persona de talento instrucción
experiencia y circunstancias que se requieren y se determine si acaso se ha de
crear alguna otra Cámara con el objeto de afianzar y adelantar en lo sucesivo los
enunciados fines. 10° Que á todos los Hacendados que roturen y labren tierras
eriales que hagan plantios de Cañas de Azúcar Cacao Café Añil Tabaco Algodón y
otros frutos y que establezcan nuevos Ingenios se les exima del pago de Diezmos
por 10. años sin que comprehendan en esta gracia los productos que hasta ahora
hayan dado las tierras que ya estén en cultivo regulados por un quinquenio pero
si el mayor rendimiento que se experimente en los 10. años sucesivos continuando
en administrar aquel ramo de cuenta de V. M. 11° Que ademas de los propuestos
medios se exima enteramente de derechos el Aguardiente de caña que tiene gran
despacho en las Colonias extrangeras cuyo producto indemniza al cosechero de
Azucar de mucha parte de los gastos que le ocasionan sus Ingenios redundando
esta utilidad en aumento del cultivo y equidad de precios del género y se permita
la extraccion de aquel licor para dichas colonias y para qualquiera otro destino con
la misma esencia absoluta de derechos. 12° Que siendo el renglon de carnes ó de
cria y venta de ganados el único de substancia que hasta aquí ha sostenido á los
vecinos de Sto. Domingo á causa del comercio de reses que hacen con la parte
Francesa de ls Isla y supuesto el actual abandono en que en la parte Española yace
la Agricultura á pesar de la lucrosa y varia industria con que inutilmente estan
convidando á sus habitantes los fértiles terrenos que solo disfrutan para pastos ha
merecido este punto á V. M. mui justamente especialisima atencion. Que para que
se verifiquen los efectos de las Rs. intenciones podria convenir se alterase el
metodo y práctica de las Pesas eximiendo de estas y de toda opresion á los
Ganaderos. Que las Carnicerias ó Abastos del comun se surtan bien sea por los
Ganaderos mismos ó bien por los Traficantes de reses obligandose en publica
subasta á proveer al mismo comun á precios equitativos sin recargarles derecho ó
gravamen alguno para que este no recaiga sobre el consumidor en cuyo alivio y
en el de la Tropa se pretende mantener inalterable el precio de 21 quartos por
cada cinco libras de carne y que en caso de preferirse prosiga el metodo de las
Pesas se aumente dicho precio de las cinco libras hasta la cantidad de 42. quartos
para que al proveedor le salga cada res poco mas ó menos por el valor que tiene
vendida en la dehesa aunque ni aun asi se eximirian de las perdidas que
experimentan á causa de las muchas cabezas que mueren ó se les extravian en el
camino hasta la Ciudad. Que en quanto á las ventas que ahora se ven precisados
á hacer exclusivamente á los Comisionados Franceses supuesto que es
indispensable reciban la lei que aquellos Extrangeros les quieran dar y no haber
podido ser ésta la mente de V. M. sino el beneficio de los mismos Ganaderos que
depende en la concurrencia de compradores se sirva V. M. de substituir á tal
arreglo y convenio hecho entre el Gobernador de Sto. Domingo y el Comisionado
Frances la de providenciar se celebren ferias publicas en determinados tpos. con
admision de los sugetos que en número ilimitado acudan á ellas fixando el
Gobierno según los Diezmos con respecto á la abundancia de crias la cantidad de
cabezas que cada Ganadero pueda presentar en feria procurando que las ventas
se hagan á trueque de Negros utensilios y dinero efectivo presenciando estas
ventas los Comandantes ó Jueces Españoles para evitar como importa la saca
clandestina de ganado que se hace á la Colonia Francesa cometiendose por V. M.
la vigilancia en el exacto cumplimiento no solo al presidente sino tambien á los
Oficiales Reales para que se obre con pleno conocimiento y se salve todo recelo de
parcialidad y los perjudiciales manejos de los dos Comisionados Franceses y
encargandose por V. M. á una Junta en que entren los Ganaderos como principales
interesados examine la materia y proponga lo mas acertado. 13° Que para facilitar
el Comercio menudo de lo interior de la Isla se envie de la Peninsula el valor de
15. á 20. mil ps. en moneda de vellon de Cordoncillo dandosela el mismo valor
que tiene en Castilla esto es corriendo el Real de plata con el de 21. quartos para
impedir se extrahiga como anteriormense te ha verificado. 14° Que todos estos
auxilios pudieran parecer suficientes para el fomento de la Isla á no ser tan
absoluta su decadencia y tan urgente la necesidad de recurrir á arbitrios mas
eficaces que en vano se habrian franqueado de derechos de introduccion los
Negros y utensilios si no se proporcionasen compradores en bastante numero y
con todo el inmenso caudal que se requiere para comprarlos: que ni estos
compradores existen en la Isla puesto que en ella solo se cuentan 25. Hacendados
cuyas facultades han permitido hasta ahora al que mas la adquisicion y ocupacion
de 50. Negros útiles quando los Franceses tienen al pie de 400. mil solo para el
cultivo de la tercera parte de la Isla que poseen ni á vista de las razones ya
expuestas en el correspondiente lugar puede esperarse pasen del continente de
nuestra América ni tampoco de la Peninsula sugetos capazes por sus fondos de
hacer frente á tal empresa ni dotados de las ideas inteligencia y disposiciones que
para ello se requieren : que solo entre los Extrangeros habrá quienes posean estas
indispensables circunstancias y las demas de que el Consejo ha hecho á V. M.
individual exposicion y que por consiguiente importa en gran manera que V. M. se
sirva de determinar y mandar se admitan á todos los que esten dotados de ellas y
profesen el catolicismo los quales se presentarán á porfía á cultivar poblar y
convertir aquella abandonada posesion en la Colonia mas floreciente y respetable
de todas las Antillas observándose quanto en el particular queda latamente
expuesto. Y por último 15° Que V. M. para completar este plan y afianzar su
efectivo logro se digne de declarar Puertos francos los principales de la Isla por
espacio de 25. años ó por el que V. M. tenga á bien señalar es á saber el Puerto
de Sto. Domingo el de Samaná y el Puerto de Plata quando no se quiera sobstituir
á este ultimo ó tal vez añadir á los tres el de Montechristi todo en la forma y por
las poderosas y convincentes razones que igualmente se dexan expuestas en su
debido lugar decidiend.se desde luego este y los dem.s punt.s qe. pr. su natural.za
no hayan de semejarse al exam. de la Jta. qe. se forme en S. Dom.° pa. qe. la
dilacion que haya de sufrirse en los que se remitan á su informe en nada perjudique
á la pronta y efectiva determinacion y planificacion de los que no dependan de el
y merezcan desde luego la entera aprobacion de V. M.
Si la Isla Española ha de prosperar si sus Naturales han de sacar partido de tan
inmensas posesiones si los frutos de ella han de dexarles utilidades
correspondientes á la admirable feracidad del suelo como á las considerables
sumas que habrán de expenderse en su preparacion y costosas labores si el
aliciente de las seguras ganancias ha de animar á los tímidos y menos aplicados y
atraer á el la industria y riqueza de otras Naciones publicandole casi de
innumerables vasallos poderosos que afiancen su perpetua conservacion y
defensa asi contra las tentativas de enemigos como contra las miras ambiciosas
de vecinos en quienes compite el laborioso y bien dirigido afan con el constante
designio de extender su demarcacion dentro de los limites de una celebre colonia
origen de todas las adquiridas en el Nuevo Mundo por las Armas Españolas y en
fin si la misma Colonia ha de dexar de servir de gravamen y cuidado al Estado que
dignamente rige V. M. y ha de llegar un dia á indemnizar al Real Erario de los
quantiosos caudales invertidos en su manutencion contribuyendo á la opulencia al
poder é influxo militar y politico de la Metrópoli estima el Consejo notoriamente
indispensable tenga V. M. á bien aprobar y mandar se lleve á efecto con las
complicaciones ó modificaciones que parezcan oportunas el plan que acaba de
proponer.
El Consejo cree igualmente de su obligacion no dexar de añadir aquí con el
presente motivo que la Isla de Puerto Rico tan importante por su ventajosa
situacion en el globo terraqueo como fértil por su natural fecundidad y por la
benigna influencia de su clima debe prometerse de mano de V. M. la haga participe
de algunas de las gracias que tenga á bien dispensar á la Isla Española y
determinadamente del señalamiento de Puertos francos de la franquicia y libre
introduccion de Negros y herramientas de labranza y de la admision amplia de
Extrangeros católicos acaudalados que venzan la dificultad y casi imposibilidad de
que llegue á versela cultivada y poblada mientras esta costosa empresa continúe
infructuosamente como hasta ahora solo á cargo de Vasallos Españoles de cuyos
débiles esfuerzos está dando testimonio la misma Isla de Sn. Juan de Puerto Rico
en su despoblacion y en la lozanía y verdor perpetuo que en vano ostenta y con
que brinda al labrador industrioso.
Si V. M. se sirve de extender á la Isla de Cuba las dos enunciadas gracias de libre
introduccion de Negros y utensilios y de admision de Extrangeros Catolicos
acaudalados supuesta siempre la obligacion de presentarse con Negros y de
comprar terrenos para su arraigo gracias de que esta Isla se halla tan necesitada
como la de Puerto Rico llegarán ambas á ser y reputarse por su situacion no menos
que la de Sto. Domingo los antemurales y valuartes abanzados del continente
Indiano á cuya defensa podrá acudirse oportuna y vigorosamente desde alli
quando por tales medios hayan adquirido la competente consistencia sólidamente
apoyada en las maximas de conveniencia de necesidad y de sana política que el
Consejo sentó en la ya citada Consulta de 17. de Noviembre de 1783. maximas
que ahora reproduce de nuevo y que V. M. se dignó aprobar benignamente
alentándole asi para proceder á proponer como naturales conseqüencias de ellas
mismas los medios de que dexa hecha mencion.
V. M. resolverá lo que fuere mas de su Rl. agrado.
Resolucion
Como parece sin extension alguna á las Islas de Puerto Rico y Cuba qe. exigen
sus providencias especificas. Y pr. lo qe. hace á la de Sto. Domingo arregle el
Consejo la minuta de Cédula que me remitirá procediendo en inteligencia qe. haré
proveer á sus hacendados los mil y quinientos Negros qe. han pedido esperandoles
dos años por el precio bien comodo y qe. me reservo establecer un Consulado de
Agricultura y Comercio como tambien dar reglas para la poblacion sin
trascendencia á la franquicia arriesgada de Puertos.
El Rei aprueba todos los medios que propone el Consejo para mejorar el estado
de la Isla de Sto. Domingo exceptuando los siguientes.
1° Proveerá S. M. los mil quinientos Negros y en lo demas con el Consejo.
9° Que se erija un Consulado á imitacion de los que se crean en España.
14° Requiere precauciones que S. M. se reserva dictar al Gobernador.
15° No se conforma el Rei con este medio por que seria exponerse á los grandes
daños que ha experimentado la Francia con haber avierto sus Puertos de América
á los Colonos del Norte de ella.
5
35 Probablemente el autor de esta carta quiso significar a cualquier pueblo de la tierra y empleó en
forma figurada el nombre de tupinambá, que era un pueblo indígena de la costa brasileña.
36 Comitres eran los capataces de las galeras bajo cuyo mando férreo estaban los remeros forzados
y a su cargo estaba el castigo usado contra ellos.
puntualm.te al plaso del repartimien.to de los mil y quinientos de la gracia, como
sucede en Caracas.
Es imposible estorbar contrabandos en una frontera tan dilatada entre España y
Francia, ni menos los maritimos por la infinidad de Puertos y de caletas. La tropa,
y guardas se vician en la Fronttera. El Rey gasta en asoldarlos, y pierde los
derechos de estrangeria q.e ganaria con otras consecuentes utilidades por medio
de la franquicia en los Puertos, y esto se hallaría abastecido, y no con las
calamidades de carecer de harina, manteca, velas y demas cosas de primera
necesidad. Los Puertos del Manzanillo, Montecristi, Puerto de Plata, Samaná y este
se harían muy recomendables. Los Brivones catalanes traen un mal vino y otras
cosas mui ridiculas con que estorcionan sin haver abastecido jamas à esta Ysla, ni
à la Ciu.d en que ponen tiendas, y hacen gavilla para alterar los precios à su antojo,
como si fueran de vendedores los q.e deben vender de primera mano: y de Cadiz
vienen rara vez, porque aquí no encuentran mas retorno q.e el dinero, quando lo
hay pues siguen las papeletas, y seguirán aun haviendo llegado situado de un año
[roto e ilegible] al Puerto [ilegible] de Montecristi, cuya conducion costará inmenso
trabajo, y no poco dinero por los Ríos y malos caminos, por las abundantes aguas
q.e el cielo quiso embiar desde Junio despues de ocho meses de seca en q.e
faltaron el casave y platanos q.e son el general alimento de las familias,
especialmente las pobres.
En no haviendo pues pobladores blancos Catolicos, no hay que pensar en q.e se
remedie solidam.te el cultivo con los negros, ni el comercio sin facilitarlo à los
estrangeros Catolicos con lo que cesarán contravandos y se logrará mucho dinero
para la Rl. Hac.da qe. disminuya en todo ó en parte el gravamen de los situados.
Alta petis Faeton37 me dirá V. S., y respondo q.e en la Trinidad se han permitido
radicar aun Yngleses catolicos, y lo mismo puede hacerse aquí con la absoluta
franquicia de derechos por diez años repartiendose las tierras, y vendran aun
franceses de la colonia à quienes se podràn repartir tierras distantes de sus limites
y sus hijos de legitimo matrimonio seràn ya españoles de cuya clase hay aquí
algunas familias. Y en dha. Ysla de la trinidad y la de Puerto Rico se permite llevar
frutos à colonias Extrangeras en cambio de provisiones y mercancias; y aquí no
37 Así en latín. “Alta petis Phaeton” o “magna petis, Phaeton” era un decir coloquial para expresar
“tienes una meta muy elevada”, aludiendo en la mitología griega a Faetón, el hijo de Helios, que le
pidió a su padre que le permitiera realizar la ambiciosa empresa de conducir su carruaje tras lo cual
estuvo a punto de destruir el planeta tierra.
hay mas efecto de extraccion qe. el dinero por el qual nos vendrán á proveer
pagando sus derechos y dejando otra en utilidades al erario y al pub.co Y podrá
cesar algun dia la miseria en qe. actualm.te se vive.
La reflexion de V. S. deducirá de esto las consequencias de la m.or utilidad á favor
de la agricultura y comercio; y a mi me basta haberlas apuntado por ver lo qe.
está pasando en Ysla de suyo tan feraz sin qe. haya manos utiles qe. la habiliten.
Generalm.te nos hemos alegrado y continuará ntra. satisfación en qe. V. S. se
restablesca i la mas consistente salud para que no nos falte su influxo tan
autorizado y recomendable qe. vivifique á la Ysla. Y repitiendo á V. S. y al Sr. Dn.
Tomas mi constante atencion y afecto, pido á Dios g. la vida de V. S. ms. as.
Mui señor mio y amigo de mi mayor estimacion. He leido con suma satisfaccion
mia la favorecida de V. S. de 25 de Agosto por la proteccion que advierto dispensa
V. S. al fomento de la Agricultura, industria y poblacion de esa Isla, y por la
uniformidad de sus principios y los mios. Bien sabía yo que la Cédula daría lugar á
muchas dudas y recursos, pues sobre estar extendida en términos obscuros é
indefinidos, la falta mucho para ocurrir á los fines que importan. En la Consulta del
Consejo se proponía cabalmente lo mismo que V. S. me indica; es á saber, la
admision de extrangeros Catolicos acaudalados que con dinero y esclavos se
presentasen á adquirir y cultivar terrenos, y la apertura de Puertos que facilitasen
la libre extraccion de frutos, y la introduccion de géneros con un cortisimo derecho.
Los mismos Puertos que V. S. indica son los que se propusieron á S. M., excepto
el del Manzanillo. Quisiera tuviese V. S. la bondad de expresarme las circunstancias
que hagan á éste recomendable para las extracciones é introducciones por su
situacion y demas requisitos, pues convendrá las tenga yo presentes, pues sera
mui regular se vuelva á insistir por el Consejo en que se abran y franqueen Puertos
sin cuya providencia y la admision y arraigo de Extrangeros permanecerá la Isla
en su infeliz constitucion; y en tal caso podrán serme mui útiles las luces que V.
S. quiera darme sobre el particular. Esto se proporcionaría grandemente si de ahí
se propusiesen ambos puntos como esenciales. V. S. podra coadyuvar á que se
haga tal solicitud ó súplica, añadiendo todo lo demas que se guzgue necesario para
que llegue á ser todo lo que puede y debe ser un terreno tan extenso y feráz. Las
declaraciones que exigen muchos puntos de la Cédula, darán ocasión para
extenderse á proponer quanto falta para que se complete el plan de fomento
general, sólido y efectivo. Si V. S. con su zelo, talento, instruccion desengañada
de preocupaciones, y con su pulso y prudencia dirige los Recursos y Proposiciones
que de ahí se hagan, podremos prometernos sacar algun buen partido.
Recomiendo pues á V. S. nuevamente este asunto y la proteccion de los
Hacendados.
En esto no tengo otro interes que el deséo que me asiste de que florezca esa
Isla, y el dolor que me causa permanezca en tan lastimosa decadencia. A la verdad
que debemos avergonzarnos de no acertar á aprender de todas las Naciones que
poseen colonias, y de que ni aun abramos los ojos quando tenemos tan cerca á
los Franceses que ahí nos estan enseñando lo que debemos hacer.
Estimo á V. S. el interes que toma en mi salud, que ya se ha restablecido
enteramente. Deseo la desfrute V. S. perfecta, y le repito mi anhelo de obedecerle
y servirle y de que Dios le guarde ms. as.
Madrid á 24 de Diciembre de 1786.
7
38 Parece copia de una minuta del año 1787 en letra muy cursiva.
39 Réflexions historiques et politiques sur le commerce de France avec ses colonies de l’Amérique par
M. Weuves, le jeune, Négociant etc., A Geneve, et se trouve a Paris, 1780. En efecto, este libro
contiene consideraciones sobre el valor que para los franceses tenía la parte española de Santo
Domingo, sobre todo la Bahía de Samaná. El capítulo V tiene el siguiente título: “Réflexions sur
Samana, & sur la nécessité de fortifier la partie du vent de Saint-Dominge”. El autor sostuvo que
sería de mucho provecho para la isla y para Francia la cesión de la parte española a la parte francesa,
y escribió: “Si elle (la cesión) peut avoir lieu, comme cela est très-probable, nous pensons qu’en
moins de dix ans, Samana & ses environs pourroient avoir 2 à 300 sucreries roulantes, lesquelles
donnant, l’une dans l’autre, 250 à 300 milliers de sucre, formeront un total de 90 millions de livres
de cette denrée, fur un térrein qui n’eût rendu que 580 mille livres d’indigo, avant que d’être plantés
en cannes”. P. 194.
Dese una mirada al Mapa, ó Carta de Santo Domingo y se comprehenderá
facilmente quanto conviene la franca apertura de los Puertos que se señalan en el
Dictamen de la Consulta, proporcionalmente distribuidos por la costa de la Isla con
respecto de su bondad y mejor disposicion, como á los terrenos cultivables, á la
extraccion de frutos y á la admision de generos, utensilios, Negros etc.
Ocoa es una Bahía inmensa y abierta, por cuya razon no se ha hecho mencion
de ella en el Dictámen. Sirve para las aguadas de las Esquadras; y es de admirar
que el Gobierno no haya pensado hasta ahora en fortificarla.
Es cierto que ha habido gran concurso de buques extrangeros en Montechristi;
pero ha sido en tiempo de guerra, y particularmente en la ultima, y con el único
objeto de guarecerse de los enemigos y de hacer el comercio sin riesgo con el
Fuerte Delfin y el Guarico qe. se hallan en su inmediacion, comercio indispensable
en tales circunstancias en qe. ambas naciones por reciproco interes debían
socorrerse mutuam.te.
No puede haber contrabando en donde no se cobran crecidos derechos, como no
se cobrarán en los Puertos francos qe. se proponen; y quando se halle la Isla
Española en tal constitucion no habrá que rezelar ó temer el trato ilícito. Sobre
todo es evidente que el contrabando o extraccion furtiva de Ganados por marse
hace impracticable á causa del tiempo y maniobras que exige un embarque tan
embarazoso.
Resta satisfacer al Reparo puesto sobre el término de los 25 años que se señalan
para la libertad de los Puertos-francos. Si hacen fuerza las causales que se han
dado tocante á la necesidad de fomento qe. requiere la Isla, y si se tiene presente
el presupuesto qe. ella nada produce en su infeliz estado actual quedará
desvanecido aquel reparo. No obstante, para salvar toda objecion podria
expresarse se dexen francos los Puertos pr. espacio de 25. años, ó por el tiempo
de la Real voluntad.
8
Cuba
Se llama lo mismo la medida Agraria de esta Ysla; pero su cavida es mui inferior
á la de Sto. Domingo, por qe. solo tiene 18. cordeles de á 24. varas de largo,
sobre un ancho igual: esto es, consta de 324. cordeles, 186.624. varas ó
1.679.616. pies de area, ó superficie, y á este respecto se necesitan 55/8 de estas
Cavallerias, pa. una de Sto. Domingo.
Puerto Rico
Se denomina cuerda la medida la medida usual de esta Ysla, contiene 75. varas
de largo, y 20. de ancho, que son 1500. varas, ó 13.500. pies de superficie. Son
menester 720. cuerdas para la Cavalleria de Sto. Domingo, y 1241/3 dhas. para la
de Cuba.
La Trinidad
Se entienden por solares y fanegas. El solar consta de 60. varas de largo, sobre
otras 60. de ancho, y la fanega de doze dolares. Por lo que la superficie, ó area de
esta fanega viene á ser de 388.800. Pies castell.s. Se necesitan 25. fanegas pa. la
cavª. de Sto. Domingo y unas 41/3 idem para la de Cuba.
Caracas
Tambien cuentan por fanegas, que contiene 170 varas, ó 510. pies de largo,
sobre otro tanto de ancho; ó de 1.260.100 pies de area. Se necesitan de estas
fanegas 371/3 para la cavalleria de Sto. Domingo. 61/2 para la de Cuba. 14/2 para la
fanega de la Trinidad.
Colonias Francesas
Su medida usual se llama Carreau, ó Quadro, que tiene 100. pasos de 34/2 pies
cada uno de largo, sobre otro tanto de ancho, á cuyo respecto su area es de
122.500. Pies de Rey, ó de 166.736. de Castilla, ó de Burgos, por la proporcion de
6. de aquellos iguales, á 7. de estos ultimos. Son menester 581/9 Quadros para
una cavalleria de Sto. Domingo, y algo mas de 10. para la de Cuba.
Nota
En nuestras Yslas se conocen tambien otras diversas medidas, de que no hacen
uso, y acaso su extension variará, como se há visto en las que se han citado arriva,
sin embargo de ser de una misma denominacion.
En la Trinidad se sirven á veces de la suerte, la Huerta, la Estancia y la Cavalleria.
La suerte consta de 5. solares
La Huerta de 20. idm, ó 4. suertes
La Estancia de 144. idm, ó 12. fanegas
La cavalleria de 1728. idm, ó 144. fanegas, ó 12 = Estancias
Otra
Las Leyes de Indias, en Libro 4° Tit° 11. tratan de la Peonia, Cavalleria, Huebra,
y Huerta; pero solo expresan las cavidas de las dos primeras, que se reducen
La Peonia á 50. pies de ancho, y 100 de largo.
La Cavalle.a -100 dhos, sobre 200. de idem.
Y es lo unico que dicen en punto á medidas Agrarias.
Se cuentan en la parte Francesa de la Ysla de Sto. Domingo (que no equivale a
la tercera parte de la Española, y es mui inferior en la calidad de su terreno) cerca
de 400 mil Negros empleados en la agricultura y servidumbre de las Casas; y sin
embargo el gobierno de Francia, conociendo la importancia del aumento de esta
clase de hombres, gratifica con tres Pesos fuertes por cada uno de los que trahen
de la costa de Guinea, y con seis por los que vienen desde Mozambique en adelante
hasta Madagascar. Con esta mira ofreció el año de 1776 las gratificaciones
siguientes à los que introdujesen familias en los nuevos Establecimientos de la
Guayana francesa =
60 pesos fuertes por cada hombre y muger casada
20 idm. por cada hijo e hija que tuviesen
40 idm. por cada hombre soltero y soltera
50 idm. por cada negro de los primeros 1200
20 idm. por cada uno de los segundos 1200
con otros privilegios y esempciones en sus personas c. a.
Todo cuanto sale de Francia (sea o no efecto del Reyno) para sus Yslas, no paga
derecho alguno, y entra en ellas con la misma franquicia. Tampoco pagan sus
Hacendados el diezmo de los frutos que cogen, por satisfacerse por la Real
Hacienda las congruas de sus curas Parrocos.
El año de 1775 vinieron y se introdujeron en Francia en 353 buques mercantes
los siguientes frutos y efectos, procedentes de la Ysla de Sto. Domingo, à saber-
En Pesos fuertes y
monedas Portuguesas 450.000
Ps. 31.847.949
Ademas se extrahen todos los años de la misma Ysla para la Nueva Inglaterra el
Aguardiente de caña y melado que queda de los Azucares, y se regula su importe
un año con otro en 500.000 Ps.
Total 32,347.949
10
Muy Sor. Mío: Al Ynforme que V. M. me pide digo, que en la Ciudad de Sto.
Domingo hay en su Jurisdision conforme expreso por menor en la adjunta Relacion
10 Yngenios de Azucar de 80 ha 100 Negros cada uno
10 dhos de 40 ha 50 Negros
20 Trapiches que hazen Melado de 10 ha 12 Negros
7 Haciendas de Cacao de 15 ha 20 Negros
10 Dhas de 6 ha 8 Negros
En algun tiempo ha sido la Ciudad de Sto. Domingo muy opulenta y aun exsisten
Vestigios antiguos qe. lo manifiesta: De alla venian á España Flotas numerosas
con ricas cargas de frutos y Efectos.
No digo los motivos de su Decadencia por ser bien sabidos.
De un Siglo á este parte los Reyes de España han tomado varias providencias y
gastado Sumas inmensas para el fomento, y no han producido los Efectos que el
Ministerio se tenia propuestos, pues al contrario le cuesta al Soberano de dos á
tres cientos mil pesos cada Año por el Situado.
Se tiene larga experiencia de no haverse tenido adelantam.to alguno con la
multitud de Familias qe. de Yslas de Canarias se han imbiado, cuios Ysleños no
han podido ni pueden aguantar los trabajos de la Labranza de las tierras por razon
del Clima tan caloroso, que solam.te los Negros pueden aguantarlo.
La providencia mas oportuna para el fomento de la Ysla é Yncremento de las
Haciendas, seria concederle las gracias que ultimam.te se han concedido á Ysla de
la Trinidad.
Bueno es conceder á los Ascendados la libertad de introduccion de Negros sin
pagar Derechos, bien que esto no basta respecto que los Ascendados solam.te son
Podentes en Possesiones de tierra, y no en dinero fisico, pues en mi concepto no
habria quatro Ascendados que tengan dinero para comprar ocho Negros.
La providencia y remedio mas eficaz seria por medio de una Compañia de fuerte
Caudal, ya fuessen Españoles ho Estrangeros, concederles por quinze ho veinte
Años el Comercio privatibo de la Yntroduccion de Negros y de todo lo necessario
de Utencilios para el el Establecim.to de los Yngenios de Azucar como igualm.te de
Lienzo de la Rosa ho Coletas para Bestir los Negros, todo sin pagar Derecho alguno
á su Yntroduccion.
Esta Compañia con precios equitatibos, proveherá de Negros y de lo demás á los
Ascendados, con obligacion de que estes al plazo y precios que se ajustasen
paguen con frutos que sean de buen recibo, pues en no haciendose assi conceptuo
impossible el Yncremento de las Haciendas, respecto que para ello hay la evidente
prueba de haver sido inutiles todas las providencia qe. se han tomado hasta el
presente Año de 1785.
La Ysla de Sto. Domingo por la excelencia de su Situacion y feracidad del Suelo
es embidiada de todos los Estrangeros: En ella se puedan emplear Centenares de
Millares de brazos para el Cultivo de las tierras que producirian Riquezas inmensas.
La Ciudad de Sto. Domingo tiene de 16 ha 17 Mil Almas: La de Santiago de los
Cavalleros de 12 ha 14 Mil y las restantes 19 Poblaciones miserables de 8 ha 9 Mil,
componiendo toda la Ysla la Poblacion de 40 ha 45 Mil Almas, que bien fomentada
podria desahogadamente tener Centenares de Millares de Almas.
La Ysla tiene muchíssimos Rios que fertilizen la tierra, entre ellos uno Navegable
por el qual se conducen los tabacos á la Ciudad de Sto. Domingo.
Tiene dos puertos de Mar al Sur, que son Santo Domingo, y Ocoa, en este ultimo
hazen Agua, y toman refrezcos las Embarcaciones que de España van á Vera-Cruz.
Al Norte tiene otros dos Puertos, que son Monte-Cristi, y Samaná, este ultimo es
portentoso por sus prodigiosas circunstancias.
El Azucar de esta Ysla es excelente, solo falta que los Ascendados tengan un
Azucarero havil. Un amigo mio lo consiguió del Guarico costandole muy buen
dinero, pero en el dia me consta haze el Azucar mejor que el de la Colonia
Francesa.
El tavaco de Santiago de los Cavalleros es muy superior y deseado de todos los
Estrangeros.
La Ysla produce Frutos de primer necessidad para el alimento de los Naturales,
y otros para hazer un Comercio prodigioso.
Hay infinidad de Pradaríos que son Bañadas de varios Rios, que se crian Cerdos,
Ganado Mular, y Bacuno. Los Franceses se llevan bastantes cavallos y todos los
Años de 30 ha 40 Mil Cabezas de Ganado Bacuno, y pagan de cada Novillo criado
Veinte pessos.
Colonia Francesa
Los Franceses tienen poco menos que la tercera parte de la Yla Española, y la
tercera parte Montañosa y pedregosa, con todo el Sr. Conde de Estein42 en el Año
de 1767 asseguró á un Amigo mio, que el Rey su Amo sacaba mas producto de
aquella Colonia que el Rey de España de las Minas del Reyno de Mexico.
En el dia passan de tres cientas Embarcaciones que de Francia hazen el trafico
en dha Colonia en los Puertos del Guarico, Leogán, y Puerto-Principe: Con esto
solo se deja conciderar el grande Comercio que se haze.
42 Así aparece escrito. Se trata Charles Henri d’Estaing, Conde de Estaing. Este almirante y general,
que tuvo una participación notable en la guerra de independencia de los Estados Unidos, fue un
miembro prominente de la aristocracia francesa. Gobernó la colonia de Saint-Domingue del 23 de
abril de 1764 hasta el 1 de julio de 1766. Durante su mandato en Saint-Domingue trató
infructuosamente de asentar en la isla a los acadienses que habían sido expulsados del Canada por
los británicos. Murió guillotinado en París el 28 de abril de 1794. Los Estaing son una familia de la
nobleza bretona desde la Alta Edad Media.
El mismo Conde de Estein, tambien dijo, que los havitantes de la Colonia, porque
se les eximiese del arreglo de Miliicias, davan todos los Años nueve Millones de
Libras tornesas para mantener ocho mil hombres de Tropa.
Nota
Fomentand.se la Ysla Española en devida forma se sacara de ella muchissimo mas
de lo que sacan los Franceses de su Colonia.
El Rey de España nada va á perder en la concession de franquicias que se
expresan en este papel, antes bien dentro los Veinte Años, no tan solo podrá
livertarse de los doscientos á trescientos mil pesos annuales del Situado, si que
tendrá muchas utilidades del Diezmo de los muchos frutos que dará la Ysla con el
grande Yncremento de las Haziendas.
11
Aguardiente
En ésta Isla, y las demas de Barlovento se fabrica Aguardiente de Caña, que
sirve de bebida modificandola con agua, y un póco de Azúcar, siendo solamente
los Negros los que le bében puro, y en corta cantidad. Se han dedicado muchos á
ésta industria, ó modo de vivir, por que pide pocos Caudales, y pr. que no tienen
los suficientes pra. Costear Yngenios.
El Ministerio, deseoso de fomentar los Aguardientes de España, y la fabrica de
Azúcar, impuso el año de [. . .]43 un derecho fuerte sobre el de Caña, persuadido
43 Así en blanco.
á que con este medio indirecto obligaria á los dueños de los Trapiches á
abandonarlos, ó á hacer solamente Azúcar.
Esta providencia, aunque buena en si, no se puede aplicar á Sto. Domingo, ni á
las demas Yslas. Lo 1° por que no hacen uso del Aguardiente de España. Lo 2° pr.
que aun quando se preccisare á sus naturales á servirse de él, se opone al fin de
fomentar la fabrica del azúcar, respecto á que, quando este se purifica, resulta
quando menos una 3ª parte de mieles que no se pueden condensar, ni tienen otro
destino que el de convertirlos en Aguard.te . Para que se entienda esto mas claro,
las mieles del azúcar vienen á ser lo que el salvado en la Arina. En este supuesto,
aunque el Ministerio quiera recargar de dros. el Aguardiente fabricado en los
trapiches, és menester que liberte de ellos al que hagan los Hacendados con las
mieles resultantes del Azúcar, permitiendoles no solamente su venta en la Ysla,
sinó tambien su libre extraccion para España, y otras partes de America.
Esta libertad és tan esencial, que sin ella se imposibilita el Establecim. to de
Yngenios; pues es notorio, que en las Yslas estrangeras el producto de solo los
Aguardientes procedentes de las mieles cubre todos los gastos de la Hacienda,
como son la renovacion de utensilios, administra.n.
Parece que el Ministerio está en el entender, de que el uso del Aguardiente de
Caña es perjudicial á la salud. Es cierto que lo es siempre que lo sea inmoderado,
como sucede con el vino y los demas licores, pero la experiencia ha hecho ver que
es muy saludable, no solo como bebida, sinó tambien como medicina en una
infinidad de casos, y en particular para preserbar del mal llamado el Pasmo,
aplicandolo como Baño.
Diezmos
En el actual estado de la Ysla los diezmos son cortos, pues el Rey tiene que suplir
28000. Pesos fuertes, para pagar las Congruas de los Eclesiasticos.
Supuesto que se piensa en fomentar la Ysla, y que tomando las medidas
conven.tes los progresos de ella han de ser grandes y prontos, los Diezmos deben
correr como hasta ahora por cuenta de S. M., no sólo por la utilidad que há de
resultar á la Rl. Hacienda, sinó tambien por la mira politica de que no se extienda
demasiado el Estado Eclesiastico.
El valor de los frutos que produce actualm.te la parte Francesa de Sto. Domingo
pasa de treinta millones de Pesos sencillos, y graduando solamente en la mitad los
de la Española, quando llegue á su mayor fomento (lo que es mui moderado,
respecto á su doble extension) al respecto de 5. por ciento, que és la cota que pr.
razon del Diezmo se paga sobre los frutos en America, no seria una exorbitancia
el que percibiese el Estado Ec.co 750. mil Pesos anuales.
Hace pocos años que el Rey cedió al de la Ysla de Cuba la percepcion del diezmo,
conociendo que le redituaría mas qe. la congrua que se le daba por S. M., y en
efecto á su actual obispo le produce la Mitra un año con otro de 70. á 80 mil Pesos
fuerte.
Moneda de vellón
En una Ysla tan pobre como la de Sto. Domingo se necesita una cierta cantidad
de moneda de vellon, como la de 15. á 20 mil Pesos sencillos, para las compras
diarias de los comestibles de primera necesidad. Esta moneda convendrá se
acuñáda, y de cordon como la que se usa en España, y que el Gobierno mande
corra en la Ysla con el mismo valor que tiene aquí, esto és, el real de plata fuerte
por 21. quartos. Prevencion indispensáble, para evitar que los Cathalanes lo
vuelvan á sacar, como lo han hecho con el que habia antes, pues por no tener
valor fixo hubo ocasiones en que daban desde 56. hasta 60. quartos por una peseta
de 5. reales de vellon, ó dos de plata de America, y poco á poco fueron recogiendo
y enviando á España todo el que habia en la Ysla.
Puerto de Samaná
No pudiendo concurrir á la Capital Santo Domingo todos los frutos de la Ysla sin
mucho coste y dilacion, és indispensable habilitar este puerto para el libre
Comercio, lo que se puede verificar á poquisima costa, bien sea trasladando el
then.te de Oficial Real y Escribano qe. residen en Monte-christi, donde son inutiles
ó bien nombrad otros con el sueldo de 400. y 300. Pesos fuertes cada uno, de cuyo
gasto quedará compensada la Rl. Hacienda á pocas ventas que hagan los Registros
de España que toquen en est Puerto.
Desde él se puede surtir facilm.te una gran parte de la Isla, como son la Ciud.d
de Santiago de los Cavalleros, la mas numerosa despues de la Capital, la de la
Concepcion, el Cotuy, y otros pueblos cercanos, y proporcionarles igualmente
salida para sus Tabacos, y otros frutos: lo que ahora no lo pueden hacer sinó con
mucho dispendio y dilaciones, por estar distantes de Sto. Domingo 30, y 60.
leguas, y los Caminos solo practicables con cavallerias.
Samaná pide por su situacion una atencion mui particular, punto que se deja á
la considera.n del Ministerio, reduciendose estos apuntes al mero objeto del
Comercio.
Pueblos fronterizos
Estos pueblos se llaman Neyba, Sn. Juan, Banica, Caobas, Hincha, Sn. Mig.l de
la Atalaya, y Sn. Raphael: confinan con la Colonia Francesa, distan de la Capital
entre 60. y 90. leguas, y se ven precisados á surtirse en contrabando de lo que
necesitan de la parte Francesa. Esto se reduce á algunos Listados y lienzos blancos,
que es el trage usual de la Ysla para hombres y mugeres y á una cortisima cantidad
de Arina y vino. El valor de estos don Renglones ultimo, no llegará á mil pesos
anuales, y el de los lienzos y Listados á veinte mil. Es indispensable que el Gobierno
condescienda á este mal, en considera.n á su tenuidad, y á ser irremediable, pues
no hay puertos inmed.tos donde puedan donde puedan surtirse de generos y frutos
Españoles, que aun en la Capital escasean, y aunque se hallasen con abundancia,
su larga distancia, los malos Caminos, los Rios, y otros embarazos los harian valer
tres tantos más de su costo regular en la Colonia Francesa: circunstancia que haria
preferir siempre los comprados en esta. Por tanto es preciso permitir su
introduccion, pagando un derecho de 5. á 6. por ciento.
Negros
La experiencia ha hecho vér que sin Negros no puede haver cultivo en las Yslas,
y los medios de que se han valido y se valen aun los Extrangeros para lográr todos
los que necesitan, que son las gratificaciones y premios concedidos á sus
introductóres. Por tanto implica, y se opone al fomento de la Agricultura qualquiera
derecho, ó imposicion que se ponga sobre los negros, al tiempo de su entrada en
la Ysla, y respecto á estar sujetos á la alcavala de 10. por ciento los que los
Españoles llevan de la pte. Francesa, es preciso abolirla, ó sinó minorarla á 4. ó 5.
quando mas.
El punto de su Legisl.n tan preciso y conducente al fomento de la misma Ysla, se
arreglará en vista del Reglam.to que envie la Audiencia.
Admision de Estrangeros
Siendo cosa sabida que la Agricultura de las Yslas es mui costosa por los crecidos
caudales que se necesitan para la compra de Negros y utensilios; que entre todos
los Hacendados actuales de Sto. Dom°. nó pasan de dos los que tienen los medios
suficientes para establecer Yngenios; y que los sugetos acaudalados desta
Peninsula, con dificultad querrán pasar allí por las pocas, ó ningunas noticias q.
tienen de los productos de aquellas Haciendas, es moralm.te imposible que el
Gov.no logre el fomento que desea, sinó permite la admision de los Estrangeros
catholicos; bien entendido, que no se ha de recibir á ningúno (exceptuando los
Artesanos, que en todas parte son utiles y necesarios) que no se presente á lo
menos con cinquenta negros, y los utensilios corr.tes á la clase de Agricultura, á
que se quisiese dedicar, á fin de que se tenga la seguridad de su arraigo, y del
bien que ha de resultar á la Ysla; pues sin esta restriccion los estrangeros, lejos
de ser utiles como se desea, serían muy perjudiciales, y no habría abenturero,
contrabandista, y mal hechos que nó pasase á ella.
De paso se debe prevenir que en la Ysla de Sto. Dom°. todos, ó la mayor pte. de
los terrenos tienen dueño conocido, y que los Estrangeros que pasasen á
establecerse deberán comprarlos de ellos á los precios que acordasen entre
comprador y vendedor, y si los propietarios se negasen á ello, convendrá que el
Gobierno los obligue siempre que el comprador ofreciese un precio justo y corr.te
con respecto á la situacion, naturaleza del terreno etc. Este punto és delicado, y
subsceptible de muchos inconven.tes contra los actuales poseedores. Se indica
44 Hay Alcaldes de estas mismas gentes, pero son tan malos como todos los demas. (Nota manuscrita
al margen)
solamente por si conviniese tocarlo en el Expediente generál, añadiendo que las
concesiones de terreno hechas por los Reyes desde el descubrim.to de las Yslas,
incluyen la condicion tacita ó expresa de haberlos de cultivar etc.
Por ultimo se advierte tambien q. en la Ysla de Sto. Domingo las Religiones de la
Merced, y Sto. Domingo poseen Haciendas de bastante extension: las cultivan mal,
y és regular no las mejoren. En presentandoseles comprador seguramente las
enagenéran á tributo, esto és, mediante una cantidad determinada de renta al
año, con la Hipoteca de la misma Hacienda, como se ha hecho con las de los
Regulares expulsos, pero los Dominicos no pueden hacer enagenacion de sus
bienes raizes sin consentimiento de sus Generales, y estos rara vez lo conceden
temerosos de q. vengan á menos las Comunidades, y les falten los medios de su
subsistencia. Se debiera poner corriente este punto, pues és importante al Estado,
y á las mismas Religiones.