Estudio Sobre Criaza Respetuosa en Familias Migrantes 2023 CHILESANTIAGO
Estudio Sobre Criaza Respetuosa en Familias Migrantes 2023 CHILESANTIAGO
cl/
ISSN: 0718-2376 (En línea)
10.4067/S0718-23762022000100183
Meanings of respectful parenting in migrant families linked to Chile Grows with You
RESUMEN
El artículo aborda las experiencias de crianza de padres y madres migrantes latinoamericanos con hijos
menores de cinco años en Santiago de Chile, profundizando en la forma en que perciben y vivencian la
concepción de crianza respetuosa que ha sido promovida por el Sistema Chile Crece Contigo (ChCC). Se
realizaron diecisiete entrevistas semiestructuradas y un grupo de discusión a familias migrantes que asisten a
los centros de salud familiar de la Región Metropolitana de Santiago y entrevistas semiestructuradas a las
profesionales del Sistema Chile Crece Contigo. Se advierte que la comprensión de la crianza respetuosa suele
verse tensionada por la vulnerabilidad generada por la migración, la transmisión del mensaje, el rol de la
comunidad y aspectos culturales. Finalmente, se concluye que la promoción de una crianza respetuosa ha de
considerar la pertinencia cultural y la situación migratoria de las familias, que suele implicar la falta de una
red de apoyo y atravesar situaciones de vulnerabilidad.
PALABRAS CLAVE: crianza respetuosa; migración; Chile Crece Contigo; pertinencia cultural;
vulnerabilidad.
ABSTRACT
The article approaches the parenting experiences of Latin American migrant parents in Santiago de Chile;
focusing on the way they perceive and experience the concept of respectful parenting promoted by the ‘Chile
Crece Contigo’ System (ChCC, for its acronym in Spanish). Seventeen semi-structured interviews and a
discussion group were conducted with migrant families who attend family health centers in the Metropolitan
region of Santiago; as well as semi-structured interviews with the professionals of the ‘Chile Crece Contigo’
System. It is noted that the understanding of respectful parenting is usually strained by the vulnerabilities
generated by migration, the message transmission, the role of the community and cultural aspects. Finally, it
is concluded that the promotion of respectful parenting should consider the cultural relevance and the
migrant condition of families, which usually implies the lack of a support network and experiencing
situations of vulnerability.
KEYWORDS: respectful parenting; migration; Chile Crece Contigo; cultural pertinence; vulnerability.
INTRODUCCIÓN
La evidencia sostiene que las prácticas asociadas a resultados positivos en el desarrollo responden a
un estilo de parentalidad responsivo, a un clima emocional positivo ‒ambiente cálido, cariñoso que
ayude a los niños(as) a sentirse amados y aceptados‒, a una comunicación efectiva, al refuerzo
positivo y a una sincronía en la relación padres-hijo(a) (Sanders y Turner, 2018). En la línea de una
parentalidad responsiva está el concepto de crianza respetuosa (Garrido, 2013), que ha entrado con
fuerza en Chile, pues es el enfoque que permea las herramientas educativas del Sistema de
Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo [ChCC], sistema con reconocimiento
internacional y que cuenta con programas con foco universal y programas focalizados para quienes
se atienden en el sistema público de salud (Torres et al., 2018). Por otra parte, para sectores
acomodados la crianza respetuosa tampoco es extraña, pues este concepto ha entrado con fuerza en
sitios web, en blogs de madres y en libros de crianza (Garrido, 2016; Jové, 2018).
Independientemente de cómo los padres acceden a esta información, se presenta un modelo de
crianza que recae sobre los cuidadores, en su mayoría madres, y que vale la pena analizar.
Sobre sus orígenes, se puede inferir que surge contra una mirada acuñada por corrientes más
conductistas, que enfatizaban la importancia de enseñar/entrenar ciertas conductas por parte de
los padres, bajo un sistema de refuerzo y sanciones, limitando así la participación de los niños(as).
En esta teoría, el comportamiento no depende de fenómenos internos, como instintos o
pensamientos, sino del contexto en que tiene lugar (Ardila, 2013), reconociendo la influencia del
ambiente por sobre nuestra genética. Por el contrario, desde la crianza respetuosa se reafirma la
importancia de ponerse en el lugar del niño(a) para comprender sus comportamientos, lo normal
para su periodo evolutivo, y desde allí brindar las respuestas apropiadas. El tema es que, como dice
Carolina del Olmo (2013), no por ser normal deja de ser un problema si no se atiende la
vulnerabilidad de los padres que deben atender las necesidades de sus hijos(as) y, al mismo tiempo,
responder a las demandas laborales poco compatibles con la crianza. Pasar a un modelo de crianza
centrado en los niños en un contexto adultocéntrico que no facilita la compatibilidad familia-
trabajo, por ejemplo, genera estas contradicciones.
En cuanto a las teorías detrás del concepto de crianza respetuosa, hay dos tradiciones que no
son contradictorias entre sí, aunque tienen puntos de partida diferentes. Mientras una se basa
principalmente en la evidencia, la otra tiene como sustento las experiencias de padres y madres
como voces expertas. Una está mediada por conceptos y parte del saber científico o desde fuera, y la
otra tiene como foco los sentidos detrás de los comportamientos y parte desde dentro, desde la
intuición.
Primera tradición: la crianza respetuosa de la política pública de ChCC. Entre las teorías que
sustentan esta línea está la teoría del apego, formulada por Bowlby (1969), que explica cómo el
modo de relacionarnos con otros y el desarrollo socioemocional están estrechamente relacionados
con los vínculos que formamos con nuestros cuidadores principales, principalmente la madre.
Dicha teoría, aunque ha sido altamente valorada, también es criticada por asumir un
comportamiento universal que no necesariamente se puede transversalizar en todas las culturas
(Keller, 2018).
Otra teoría es la del desarrollo bioecológico (Bronfenbrenner, 1979). Acá las interacciones
recíprocas entre el niño(a) y otras personas, objetos y símbolos son el principal mecanismo de
desarrollo humano que opera en el tiempo. Esto concuerda con el enfoque de crianza respetuosa,
que se fundamenta en la interacción respetuosa en el núcleo más cercano al niño(a), al tiempo que
interpela al contexto y a la comunidad para que facilite este estilo de crianza.
En tercer lugar, hay teorías que aluden a los estilos de crianza. La crianza respetuosa sería un
estilo parental de acuerdo al ChCC. El concepto de estilo parental fue acuñado por Baumrind
(1996), quien da cuenta de tres estilos: autoritario, permisivo y democrático. Esta clasificación es
criticada (Rodrigo, 2016) por establecer categorías estáticas de los padres asociadas a características
estáticas de los niños(as), desconociendo las interacciones recíprocas que vinculan ambos aspectos.
En esta corriente hay un núcleo que hace referencia al conocimiento adquirido a partir de la
experiencia de ser madres, y un conjunto de hipótesis auxiliares que reafirman dicho núcleo, que,
en este caso, corresponde a teorías y autores que hacen reconocimiento explícito a la primacía de la
experiencia y de los instintos e intuición de la madre: “En la crianza respetuosa, o instintiva, no hay
recetas mágicas, no hay cronómetros, no hay gurús, simplemente algunos autores que nos alientan
a seguir y a confiar en nuestros propios instintos” (Sader, 2012, p. 15). En otras palabras, se busca
comprender el sentido del criar, las experiencias de la maternidad y paternidad, ponerse en el lugar
de niños(as), y desde ahí generar conocimiento.
Para González (2012), la crianza se trata de creencias, no de ciencia, señalando que lo que él
hace en sus libros es entregar argumentos a favor de su postura, pero que el cómo criar “dependen
de una convicción personal más que de un argumento racional” (González, 2012, p. 18). Acá se
vislumbra la influencia de la teoría evolucionista y el determinismo genético, al argumentar que,
para saber la forma normal de criar, hay que observar a las madres que viven en libertad,
refiriéndose a pueblos primitivos, culturas no occidentales o prácticas de otras especies animales.
De tal forma, es necesario comprender esas diferencias reconociendo que existen otras
formas de pensar y otros saberes válidos, que establecen ciertos criterios en la formación y crianza
de los hijos(as) (Álvarez et al., 2012). Es así como, desde lo planteado por Garrido (2013), las pautas
de crianza irían alineadas con las construcciones culturales respecto a ella, donde cada sociedad
sancionaría un modelo de educación y crianza desde el cual transmite sus valores, creencias y
costumbres específicas.
Cabe señalar también que, de acuerdo a investigaciones realizadas por Peñaranda (2011)
sobre la construcción del significado de crianza, se da cuenta de que los equipos de salud realizan
una acción impositiva de significados sobre la crianza, sin comprender realmente el alcance que los
adultos significativos traen a la educación, generando dificultades en la resolución de necesidades.
Según Chaudhary (2018), las intervenciones pueden tender a generalizar, originando una mala
interpretación de las prioridades de los sujetos de intervención, distanciándose de la equidad, y
suponiendo la existencia de personas ‘estándar’ como representativas de toda la población,
ignorando que lo que se considera pertinente o dañino en una cultura, no será considerado de la
misma manera en otra.
Tomando en cuenta estos antecedentes, en este artículo se propone exponer parte de los
resultados de una investigación sobre migración y crianza en familias latinoamericanas en Santiago
de Chile financiada por ANID.1 Específicamente, da cuenta de las experiencias de crianza de los
padres migrantes latinoamericanos en Santiago de Chile, profundizando en cómo perciben y
vivencian la concepción de crianza respetuosa de ChCC.
1
Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo.
METODOLOGÍA
El estudio que guía este artículo se basó en el paradigma interpretativo cualitativo (Flick, 2004),
pretendiendo abordar y reflexionar alrededor de la crianza. Se realizaron entrevistas
semiestructuradas a diecisiete familias migrantes latinoamericanas con hijos(as) menores de cinco
años, usuarias de la sala de estimulación del Centro de Salud Familiar del ChCC en dos comunas
de la Región Metropolitana. Los criterios de selección de las familias participantes se definieron a
partir de un muestreo de tipo intencionado u opinático (Ruiz, 2003).
También se realizó un grupo de discusión con cuatro madres de las familias entrevistadas y
una abuela. Finalmente, entrevistas a dos profesionales adscritas a ChCC que trabajan en la sala de
estimulación con las familias entrevistadas. Una, educadora con más de 10 años en la sala de
estimulación; y otra, fonoaudióloga con nueve años en el programa. Se desarrolló una pauta guía
para cada técnica, a fin de cubrir todas las áreas de interés. Las entrevistas a las familias abordaron
la experiencia de crianza y el significado que los padres dan a la crianza respetuosa promovida por
ChCC. Las entrevistas realizadas a profesionales abordaron la forma en que se percibe la crianza
ejercida por los padres migrantes. Todas las entrevistas y el grupo de discusión fueron grabadas.
Este proyecto fue aprobado por el Comité Ético Científico de Ciencias Sociales, Arte y
Humanidades de la Pontificia Universidad Católica de Chile y por el Comité de Ética del Servicio
de Salud Metropolitano Norte. En la realización de cada entrevista se solicitó la firma de un
consentimiento informado, garantizando el resguardo de la identidad. El contacto de cada familia
fue entregado por las profesionales a cargo de las salas de estimulación, se realizó contacto vía
telefónica, explicando el objetivo del estudio y preguntando por la disposición para participar
según conveniencia y preferencia de los entrevistados sobre el lugar para realizar la entrevista.
RESULTADOS
Los padres describen la crianza que ejercen como una crianza respetuosa, independientemente de la
significación que tengan de esto; todos consideran que su forma de ejercerla se clasifica dentro de
aquel concepto. Se acepta, en ciertos casos, un desconocimiento teórico del tema, no se sabe con
certeza lo que significa, pero se aportan algunas ideas y se identifica la crianza ejercida basada en
ellas. Respetar a los hijos(as) es una frase comúnmente utilizada para ejemplificar lo que, desde su
consideración, es la crianza respetuosa. Aunque complementan esta definición a partir del trato
que como padres deben tener con los hijos(as), la no violencia en la corrección, y hablarles desde el
amor. La crianza respetuosa es vista también como un proceso de aprendizaje mutuo, en el que se
permite la expresión de los hijos(as) y se les da su espacio:
Para mí una crianza respetuosa es que nos respetemos mutuamente, tanto yo como respetar los
derechos y la individualidad de cada uno de nuestros hijos, y enseñarles a ellos a respetarnos
también. No imponerles las cosas, sino que irles enseñando en el proceso de cómo se deben
hacer las cosas. […] tienes que ponerte en su lugar para que los dos crezcan armoniosamente y
le vayas enseñando paulatinamente cómo va a ser la evolución de acuerdo a su edad.
(Entrevistada 6, comunicación personal, Septiembre 2019)
Cabe señalar que hay dos madres que conocen más en profundidad el concepto de crianza
respetuosa, pues siguen páginas web o se informan por redes sociales. Argumentan al respecto que,
como parte importante de la crianza respetuosa, entienden el respeto por cada etapa de la vida, el
crecimiento y desarrollo de los hijos(as), y sobre todo, criar desde el amor sin necesidad de recurrir
a la violencia física y a los gritos.
Sí, lo he leído. Por la página del ChCC he leído algo, al igual que por Instagram. Sigo la página
de crianza respetuosa y aparte también sigo una página, creo que son mexicanos, que habla
sobre la crianza respetuosa […] respetar cada etapa de su vida, de su crecimiento. Hablan
mucho sobre respetar su desarrollo y tratar en lo posible de responder de la mejor manera las
cosas. Que no es necesario una palmada, que no es necesario un grito. (Entrevistada5,
comunicación personal, Septiembre 2019)
Algunas madres mencionan que identifican que en Chile no está bien visto el castigo con
palmada, aunque en sus países ese hecho es más común y normalizado, señalando que la
eliminación del castigo va de la mano con el surgimiento de generaciones más irrespetuosas, y con
malas costumbres. Hay consenso en ese sentido entre padres y madres, en que en Chile hay más
comportamientos rebeldes y de irrespeto por parte de los hijos(as) hacia sus padres, porque no se es
lo suficientemente rígido con los niños(as) frente a las pataletas y malos comportamientos, sin
distinguir las pataletas como parte del desarrollo, sino más bien como una mala costumbre.
Algunos incluso sugieren que la falta de rigidez desencadena en vínculos con malas compañías y
consumo de drogas.
… he visto que el tema de la diferencia de crianza con Chile y lo que yo viví, aquí hay niños
muy malcriados. En serio, se ve. Algo que le temo, y que se lo he dicho a mi esposo, es el tema
de la crianza aquí, porque cuando él empiece a compartir con otros niños, y bueno ahí me dice
que la crianza está a nivel de casa. Si claro, pero cuando esté más grandecito, le temo al tema
de la droga. Aquí consumen demasiada droga y veo niños haciéndolo, catorce, quince años.
(Entrevistada8, comunicación personal, Septiembre 2019)
También aparece la importancia del rol de la comunidad. Se comprende, por un lado, que
como parte de la crianza respetuosa es importante que terceros no cuestionen la forma de ejercer la
crianza, en aspectos como la lactancia, el colecho y la contención del llanto. Muchas veces las
madres se sienten cuestionadas, y señalan que la crianza es respetuosa con sus hijos(as) cuando se
garantiza su bienestar, independientemente de cómo se haga.
En este sentido, se encamina la crianza respetuosa un poco hacia lo que la madre siente que
debe hacer con su hijo(a), criarlo un poco más de acuerdo a sus instintos, respetando el proceso del
niño(a) y comprendiendo que la relación de crianza se da de una manera particular entre mamá,
papá y niño(a) ‒dependiendo de la composición familiar y significación de la corresponsabilidad‒,
sin necesidad de compararse con otros procesos de crianza, que probablemente también se
consideren como respetuosos.
Porque nos pasa, o me ha pasado, ‘¿y cómo le das el pecho a tu bebé?’, ‘Yo no le doy pecho’,
‘pero ¿cómo no le estás dando pecho?’, ‘Nunca lo agarró’, ‘pero tienes que hacerlo’, bueno yo la
estoy criando con mi leche, pero a mi manera y eso no quiere decir que está mal alimentado.
Siento que mi crianza está siendo respetuosa porque el bebé está bien, está sano, está fuerte, tú
no tienes por qué cuestionar si lo estoy haciendo bien o mal, para mí está bien, siento que esa
es una crianza respetuosa. (Entrevistada8, comunicación personal, septiembre 2019)
La promoción de la crianza respetuosa por parte de los profesionales de ChCC parte desde la
gestación, lo que es reconocido por las participantes, quienes valoran el acompañamiento de las
enfermeras matronas. El estar solas en un país ajeno y tener que enfrentarse al momento del parto,
es angustiante para ellas, pero valoran bien la atención prestada, la orientación y el
acompañamiento posterior. Hay casos en los que las familias reconocen diferencias entre su país de
origen y Chile en cuanto al parto, el posparto y los consejos sobre crianza respetuosa; sin embargo,
aunque se presenten tensiones y discrepancias y no se tomen en consideración ciertos elementos
propios de otras culturas, los padres encuentran que muchas veces se sienten más satisfechos con la
enseñanza que les brinda ChCC sobre lo que deben y no deben hacer, que lo que se explica en su
país.
Sí, me ayudaron bastante. Yo igual le dije que era primeriza, que no tenía familia, que por
favor me ayudara mucho le dije a la matrona. Que no tenía a nadie, le dije. Entonces le dije que
me tratara de explicar todo lo que me tenía que pasar antes del parto, por ejemplo, los dolores,
no sabía hasta que límite de dolor tenía que ir a la clínica, me dio su WhatsApp y me dijo para
que esté tranquila y me preguntas cualquier cosa. (Entrevistada16, comunicación personal,
septiembre 2019)
Sin embargo, en algunos casos, los padres aseguran que han percibido una discriminación a
partir de la nacionalidad. “A las enfermeras les da como un poquito de asco las haitianas” (E10).
También, algunos consideran que en ciertos sentidos no se respeta, desde los profesionales, la
forma de crianza de las diferentes culturas:
Lo que he visto en el consultorio si te dicen eso, eso tiene que hacer. No respetan la costumbre
de países distintos. […] Hay poco espacio para conversar, en el fondo ‘haz esto y a ti qué te
parece’, por ejemplo. No, no te preguntan eso. ‘Después tienen que hacer esto, esto y esto ¿ya?’.
Y eso. Y es como una orden, tiene esa orden y tiene que hacerlo. (Entrevistada1, comunicación
personal, septiembre 2019)
En cuanto a las categorías analizadas (parto y diferencias culturales con el ChCC), hay
distintas experiencias. Sobre la lactancia, desde ChCC se promueve la lactancia materna hasta al
menos los dos años. Algunas participantes señalan que quisieron darles leche a sus hijos(as), pero no
pudieron, otras lo intentaron, incluso compatibilizando con extensas jornadas laborales, pero no lo
lograron como hubieran querido. En general, las mamás haitianas señalaron que dieron a sus
hijos(as) leche materna por un tiempo más prolongado que las participantes de otras
nacionalidades, algunas más allá de los dos años.
Con respecto a conductas que favorecen el apego, las madres haitianas dan cuenta de ciertas
tensiones con lo que promueve ChCC. En relación al contacto físico o la contención oportuna del
llanto, ellas no consideran buena idea tener a su hijo(a) en brazos por largos periodos de tiempo, así
como no ven mal el no atenderlos en el momento del llanto, argumentando que de otra forma sería
mucho más complejo el desprendimiento al momento de regresar a la vida laboral. También se
vislumbran ciertas concepciones que difieren a lo que promueve ChCC, como creer que el apego se
desarrolla por tener al niño(a) en brazos todo el día:
Yo le doy su pechito, le cambio el pañal, ya no tiene hambre y tiene que estar en la cama
porque después cuando se acostumbra a los brazos, ¿quién me va a hacer las tareas de la casa?
Nadie. ‘Ay sí, tiene que estar en brazos, es chiquitit’. Sí, pero después cuando se acostumbra en
brazos, ¿quién te va a ayudar?, ¿el médico? Yo no creo, no creo para nada. Porque el apego no
sé, es amar a tu hija, no es tener en brazo todo el día […] no es como el ChCC que apego es
tenerlo en brazos todo el día, no, es amarla, cuidarla. Pero ellos le dan como otras definiciones,
uno tiene que amar al niño, cuidarlo, no tenerlo en brazos todo el día, sentada, cuidarlo así, no
porque después… imagínate te dan cinco meses y medio para trabajar, cuando uno trabaja con
contrato, si este niño se acostumbra en brazos, ¿quién lo va a cuidar? ¡Nadie! Y después dicen
que no te pueden echar hasta que el niño cumpla como dos años, pero si tú nunca puedes ir a
trabajar, más si eres inmigrante, quién te va a mantener. Esa es la realidad, lo que dicen los
libros es bueno, pero a veces hay que ver la realidad para ver cómo es en realidad…
(Entrevistada1, comunicación personal, Septiembre 2019)
Las profesionales consideran que las familias migrantes tienen características distintas a las
chilenas, por el modo de relacionarse con los hijos(as), por la forma de hablar, por la manera de
abordar los problemas, entre otros. De allí que aseguren que es importante considerar la forma en
que cada cultura entiende la crianza y el desarrollo.
Es su forma de entender el desarrollo de su hijo, no podemos tratar de hacer eso, sino darle,
dentro de todo, oportunidades de aprendizaje a ese niño, ser respetuosos en su forma de
pensar, su misma comida, en su forma de crianza, la cultura que ellos traen… (Profesional 1 sala
de estimulación, comunicación personal, Agosto 2019)
Sin embargo, existe cierta contradicción en el discurso, pues, aunque entienden que las
culturas, prácticas y significaciones son distintas, no reconocen como pertinente que la crianza
pueda darse de una manera distinta a la noción de CR que se plantea desde el sistema, lo que sería
una forma hegemónica de considerarla, sin tomar en consideración otras opciones y el significado
que se le da desde otras culturas.
A mí, yo todavía, pese a que empecé a trabajar con ellos, siento que no hay cambio, no hay […]
cuesta mucho encontrar una familia peruana comprometida con sus hijos. Los niños pueden
estar muy solos, muy […] y como que ellos no se dan cuenta. Y no se dan cuenta. Y a veces no te
entienden lo que tú les dices. Tú tratas de explicar y te das cuenta que ellos no tuvieron
Refieren que las adecuaciones para atender la diversidad cultural solo han incluido una
adecuación del lenguaje y las palabras, en donde las profesionales aseguran que la única
aproximación de la comprensión intercultural de la significación de la crianza respetuosa se da
considerando que las madres haitianas hablan en otro idioma y se invita a los talleres de la sala de
estimulación a médicos haitianos que hablan sobre lactancia con las profesionales del Sistema. Sin
embargo, aunque exista ese acercamiento, se desconocen otras culturas de personas migrantes
hispanohablantes, como el bagaje cultural que puedan traer familias colombianas, venezolanas,
peruanas, entre otras.
Porque de hecho a estas reuniones han traído a dos médicos haitianos, un hombre y una mujer
y nos han venido hablar de lactancia para entender por qué la mujer haitiana tiene ciertas
creencias, entonces nos dieron varios, no me acuerdo en este momento, nos dieron varias
como, tips o que para ellas es muy importante comer mucho, por eso hay muchas gorditas. O
les dan comida a los niños muy pequeños, entonces cosas como ese tipo. (Profesional 2 sala de
estimulación, comunicación personal, septiembre 2019)
En general aseguran que, al tener interacción con los niños(as), no hacen una diferenciación
y llegan a olvidar que esos niños(as) son migrantes o hijos(as) de migrantes, homogenizando en un
‘tipo de persona’ a todos los asistentes a la sala, independientemente de su país de origen. Sin
embargo, podría esperarse que se tome en consideración que estos niños(as) están siendo criados
desde una cultura distinta, que, aunque puede haber incorporado aspectos de la cultura chilena,
tiene concepciones, saberes y pareceres diferentes.
A mí me llama mucho la atención, por ejemplo, lo severo que pueden ser los peruanos en
general con sus hijos cuando no se dan cuenta que tú los estay mirando. Porque tú ves en la
sala de espera, el peruano puede ser muy descuidado con su hijo. Hemos pillado niños en la
vereda de un año y medio caminando solo y buscando a la mamá y la mamá conversando […]
‘en Perú a casi todos los niños se les pega y aquí casi nos llevan presos si nosotros les pegamos’,
son cosas que ellas nos dicen […] y ahí tratamos de cómo esa crianza sea más respetuosa.
(Profesional 1 sala de estimulación, comunicación personal, agosto 2019)
También mencionan un juicio referente al uso de la lengua materna, al argüir una falta de
esfuerzo de las madres haitianas por hablarle en español a sus hijos(as), pues consideran que es su
responsabilidad como modelo significativo del bebé hablarle en el idioma del país donde se
encuentran, convirtiendo esa interacción en la posibilidad de brindarle más herramientas al niño(a)
para desenvolverse en el país.
… siento que a ellas les cuesta aprender, pero no porque no tengan instancias de aprendizaje
porque no, no sé qué les pasa, entonces si mi mamá, que es mi modelo significativo no habla
español y me habla todo el día en Creole definitivamente yo no voy a hablar español, porque es
mi modelo principal, y más encima no me lleva al jardín donde alguien me podía hablar más
español, generalmente están todo el día solas ellas, entonces los hombres salen a trabajar y el
hombre es el que habla un poco de español. (Profesional 1 sala de estimulación, comunicación
personal, agosto 2019)
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La crianza respetuosa, promovida a través del ChCC, se ha vuelto un referente en la crianza de las
familias, incluyendo las migrantes, principalmente aquellas que se atienden en el sistema público de
salud, que reciben de manera directa las prestaciones de ChCC. Al respecto, se advierte que cada
cuidador/a se apropia de dichos mensajes, adaptándolos desde su universo cultural, y ejecutándolos
desde sus propios saberes y pareceres. La comprensión de la crianza respetuosa suele verse
tensionada por cuatro aspectos: la situación de vulnerabilidad que genera la migración, la forma en
que se trasmiten las recomendaciones desde los profesionales, el rol de la comunidad y por los
aspectos culturales.
‘Para criar se necesita una tribu’ dice un viejo proverbio africano, frase que parece una utopía
frente a una sociedad cada vez más fragmentada, y caracterizada por una alta percepción de
soledad y escaso apoyo social que viven las familias con hijos(as) pequeños (Bedregal, 2013). Esta
experiencia de encontrarse criando en soledad es propia y predominante en la modernidad (del
Olmo, 2013).
Aunque familias chilenas y extranjeras pasan por experiencias que guardan similitudes frente
a las dificultades que conlleva la crianza, como las sensaciones de soledad, la falta de apoyo familiar
en el cuidado de los hijos(as) (Bedregal, 2013) o, en concordancia con lo expuesto en investigaciones
anteriores (Murray, 2013; Murray, 2015; Murray et al., 2015), emociones de culpa originadas por la
presión normativa al no encajar dentro del patrón de actitud devocional hacia los hijos que coloca
la maternidad como dimensión primordial de la vida. En el caso de las familias migrantes, las
condiciones de vulnerabilidad aumentan considerando la falta de redes establecidas en el país o
aspectos relativos a la regulación migratoria, que terminan por impactar en la crianza, generando
mayor estrés e inestabilidad. De esta manera, a modo de conclusión proponemos que la promoción
de la crianza respetuosa puede volverse utopía cuando no están garantizadas las condiciones
sociales que faciliten la crianza, sumándola a la lista de estresores de los padres migrantes.
A esto se suma una preocupación por las alternativas de apoyo para el cuidado de los niños
pequeños, al no contar con redes de apoyo o con oportunidades limitadas de acceso al jardín. De
allí que estén accediendo a guarderías informales. Dicha situación requiere mayor atención, pues se
advierte que es una alternativa de cuidado vigente para familias en situación de vulnerabilidad que,
de no regularizarse o monitorear su calidad, pueden agudizar la vulnerabilidad (National Center on
Early Childhood Quality Assurance, 2017).
directiva o entrega de consejos a modo de listado, sin necesariamente trasmitir una comprensión
del sentido general de la crianza respetuosa.
La competencia cultural puede ser entrenada en los equipos y puede entenderse como la
habilidad que deben poseer para reflexionar sobre su propia cultura e incorporar una visión del
contexto social y cultural en cada interacción con un usuario (Pedrero et al., 2019). Los elementos
que la componen son: sensibilidad cultural, conocimiento y habilidades para relacionarse con el
otro reconociendo su individualidad, autonomía e identidad social (Alizadeth y Chavan, 2015). En
dicho estudio, se observó un bajo nivel de sensibilidad cultural (ser consciente de los propios
prejuicios y nociones preconcebidas), resultando altamente relevante, porque nuestros prejuicios y
estereotipos hacia ciertos grupos culturales se relacionan estrechamente con la forma en que nos
relacionamos con ellos (Pedrero et al., 2020). En este sentido, no basta con mantener una ‘buena
relación’ entre familias y profesionales, como lo señala la mayoría de los entrevistados(as).
También se advierte que hay juicios asociados a ciertas nacionalidades por parte de los
profesionales, que pueden conllevar discriminación. Lo anterior fue avalado por ciertas impresiones
de los profesionales, aunque dado que la muestra fue pequeña, se considera que futuros estudios
deberían profundizar en ello.
Un desafío que se desprende de estos resultados tiene que ver con generar propuestas
basadas en evidencia internacional, que sean culturalmente pertinentes y coherentes con la realidad
específica de esta población y con los lineamientos de los programas que los atienden,
contribuyendo a mejorar la calidad de su atención y a la pertinencia de acciones y prácticas.
Por otra parte, la promoción de la crianza respetuosa implica mayor conciencia como padres de la
naturaleza del rol y de las obligaciones que se derivan de la Convención de los Derechos del Niño
de 1989. No se trata solo de criar, sino responder a un conjunto de obligaciones que la teoría
estipula como prácticas certeras, que pueden generar ansiedad en los padres y un ejercicio de
reflexividad permanente posiblemente desgastante. Al respecto, Faircloth y Murray (2015) ponen en
duda el que los padres deban ser entrenados para su labor a través de referencia experta y
evidencia, con la paradoja de que son comprendidos como omnipotentes, pero al mismo tiempo
incompetentes, y que por ende, deben recibir capacitación.
En cuarto lugar y en relación con lo anterior, están los aspectos culturales. Aunque el ChCC
llama a reconocer estereotipos y descubrir otras culturas, facilitando relaciones interculturales,
rescatando costumbres y pautas de crianza de otras culturas, desde los discursos no se evidencia que
haya una apropiación de acompañamiento a padres y niños(as) basada en la pertinencia
intercultural, pudiendo incurrir en desconocer prácticas y creencias propias de cada colectivo y que
hacen parte de la significación que se tiene de la crianza respetuosa, o incluso ubicar las prácticas y
saberes propios como superiores a los de otras culturas. Esto evidencia lo propuesto por Chaudhary
(2018), al decir que se pone atención en la forma de transmitir el mensaje, mas no en que sea
significativo, evidenciándose en varios casos, pero más fuertemente en el de las madres haitianas,
pues hay tendencia a esforzarse por explicar en el idioma y se tiene presencia de traducción,
incluso, pero no se revisa la significación del mensaje que se transmite, y son ellas quienes más
tensiones evidenciaron sobre lo que se considera debe ser la crianza respetuosa en Chile. Habría
que comprender que pueden existir significados diferentes desde el universo cultural de las familias
sobre ciertas prácticas, por ejemplo, el contacto físico. No significa que las profesionales deban
tener un trato distinto hacia las familias migrantes, pero requiere comprender los significados y
generar un diálogo que permita que la promoción de una crianza respetuosa haga sentido a las
Por último, para algunas participantes se aprecia que el uso del castigo físico es una práctica
válida de crianza. Este punto requiere mayor atención, pues si bien ha habido mayor
concientización sobre la importancia de los buenos tratos, se evidencia que las dinámicas familiares
siguen dando pie a dichos tratos. Cabe cuestionarse cuánto se relaciona esto con la crianza en
soledad o con las condiciones de estrés por aculturación que vivencian las familias y que han sido
abordadas ya en otras investigaciones, como la de Urzúa et al. (2017), donde se reconocen como
algunas fuentes de este estrés la añoranza del origen y la ruptura familiar.
Un punto importante a abordar estuvo puesto en las familias de mayor vulnerabilidad, que
relataron sus inconvenientes por no tener una situación migratoria estable, empeorándose su
situación laboral y generando complicaciones en la crianza.
Otro desafío para futuras investigaciones es ahondar en cómo los hombres perciben y
significan la crianza respetuosa. Tomando en cuenta que el discurso regional que se enfoca en los
padres es aún incipiente, como lo explicitan Herrera et al. (2018), aún queda por avanzar en esa
línea considerando que, aunque la promoción de la paternidad activa es uno de los principios de
ChCC, son las mujeres las que se hacen cargo de las actividades de cuidado cotidiano de los
niños(as), donde los hombres tienden a destinar de dos a seis veces menos tiempo al cuidado de los
hijos, la crianza y las tareas domésticas (Herrera et al., 2018). Llama la atención que estos no
participan en los grupos de crianza respetuosa, lo que hace dudar de la inclusividad de estos
movimientos, aunque una de sus banderas de lucha sea la paternidad activa. Una interpretación es
que los movimientos de crianza respetuosa corren el riesgo de caer en un discurso autoritario que
puede sonar a imposición, lo que termina alejando y no promoviendo nuevos adherentes.
RECONOCIMIENTOS
El artículo forma parte de la investigación Cuidado y crianza entre culturas: saberes y pareceres en
las relaciones de cuidado durante la gestación y primera infancia en familias migrantes
latinoamericanas en Chile, FONDECYT Iniciación n.º 11180217, financiado por la Agencia
Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, (ANID) desde noviembre 2018 hasta octubre 2022,
y adscrito a la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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