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valores

El documento aborda la importancia de enseñar valores como la obediencia, solidaridad, amor, compasión, prudencia, tolerancia, compromiso y laboriosidad a los niños desde una edad temprana. Estos valores son fundamentales para el desarrollo personal y social de los niños, promoviendo relaciones saludables y un futuro más empático y colaborativo. Se enfatiza que el amor, en particular, es esencial para el crecimiento emocional y social, y debe ser inculcado en el hogar y la escuela.

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El documento aborda la importancia de enseñar valores como la obediencia, solidaridad, amor, compasión, prudencia, tolerancia, compromiso y laboriosidad a los niños desde una edad temprana. Estos valores son fundamentales para el desarrollo personal y social de los niños, promoviendo relaciones saludables y un futuro más empático y colaborativo. Se enfatiza que el amor, en particular, es esencial para el crecimiento emocional y social, y debe ser inculcado en el hogar y la escuela.

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Obedecer no significa que los niños respondan inmediatamente a lo

que los padres les piden. La obediencia es un comportamiento que nos


enseña a escuchar a los demás, a tener en cuenta a otras personas y a no
ser egocéntricos.

El valor de la solidaridad enseña a los niños a trabajar en equipo, a


compartir, ceder, respetar y convivir con otras personas, evitando el
individualismo y el egoísmo. Los niños no nacen solidarios, la solidaridad
se enseña a los niños a través de muchas formas y en distintas situaciones
del cotidiano.

Este concepto del valor amor nos permite comprender que se trata de
algo bueno y que es necesario que todos/as vivan a diario. El amor, a
diferencia de otros valores, no se puede enseñar, simplemente se siente y
se entrega, por lo que es el hogar y la familia el primer lugar en el que se
experimenta y se inculca este valor, por medio del amor filial (de
padres/madres a hijos/as).

Un/a niño/a que crece en un ambiente lleno de amor, fácilmente podrá


entregar el mismo afecto a otros fuera de su círculo familiar. Las escuelas
son el segundo lugar en el que los/as niños/as aprenden a relacionarse con
otros/as pequeños/as de su edad, nace la amistad y otro tipo de concepto
de amor, el cual es el amor fraternal (entre amigos/as y hermanos/as).

Por esto, es muy importante que se enseñe el concepto del valor amor
a los/as niños/as desde la etapa preescolar, pues si desde muy
pequeños/as logran identificar y poner en práctica este valor, es mucho
más probable que existan mejores personas en el futuro.
El valor del amor para las futuras generaciones
¿Qué sería del mundo sin el amor? Tal vez te suene cursi, pero hay
que admitir que el amor forma parte de nuestro día a día. El amor dentro
de las familias es lo que las mantiene unidas y lleva a crecer como seres
humanos a todos los miembros de la misma. El amor en la amistad nos
ayuda a socializar y fraternizar con nuestros semejantes y así conocer la
forma de pensar de otros/as y desarrollar la empatía.

¿Y cómo no hablar del amor romántico? Ese que nos hace sentir
mariposas en el estómago y ha inspirado cientos de libros, poemas,
canciones y películas. Inculcar y enseñar sobre el amor es la manera de
formar futuras generaciones y tiene una enorme importancia, pues se
espera que los lazos fraternos nos hagan crecer como especie, evolucionar
como sociedad y tal vez, dejar finalmente las guerras y los conflictos en el
pasado.

La laboriosidad, como característica de la personalidad, posibilita en el


niño la tenacidad, el esmero y la paciencia, cosas indispensables para
realizar las tareas. Un niño laborioso suele hacer sus trabajos con belleza y
limpieza.

El ser compasivo enseña a los niños a ser mejores personas, más


solidarios y empáticos, y en consecuencia, más felices. ¿Qué es la
compasión? La compasión es un valor que nos hace más sensibles y más
humanos frente a las dificultades y los problemas de los demás.

La prudencia es un valor fundamental que debemos fomentar en


nuestros hijos desde temprana edad. La prudencia es la capacidad de
tomar decisiones adecuadas y responsables en situaciones difíciles o
peligrosas, lo que les permitirá evitar riesgos innecesarios y tomar
decisiones inteligentes en su vida.

La tolerancia es un valor que nos permite expresarnos libremente,


aceptar las opiniones de los demás sin molestarnos, facilitar que las
personas que nos rodean se puedan expresar sin temor a represalias. Ser
tolerante es estar abiertos a las opiniones y sugerencias respetuosas de
los demás.

Se trata del compromiso, que es cumplir con una actividad que hemos
pactado anteriormente. Para lograrlo, ponemos al máximo nuestras
capacidades y sacamos adelante la tarea encomendada, pese a las
adversidades que se puedan cruzar en el camino.

El trabajo es uno de los valores más importantes que debemos


enseñar a nuestros hijos, con él adquirimos cualidades como la
laboriosidad, perfección en la tarea realizada, la puntualidad, la alegría, el
optimismo, la justicia, etc. que nos hacen mejores y nos ayudan a mejorar
a los demás.

Algunos expertos señalan el comienzo del aprendizaje de la


laboriosidad en los 8 años, “la edad de los retos”, y por lo tanto, la de
ejercitar la voluntad que les llevará a alcanzarlos. La laboriosidad tirará de
otros muchos valores como la perseverancia, la fortaleza para superar los
obstáculos, la paciencia…

La niña que progresa en esta virtud es la que “cumple diligentemente


las actividades necesarias para alcanzar progresivamente su propia
madurez natural y sobrenatural en el trabajo profesional, y en el
cumplimiento de los demás deberes”.

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