David Alfaro Siqueiros en El Frente Sur Del Tajo 1937 1938
David Alfaro Siqueiros en El Frente Sur Del Tajo 1937 1938
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de los vínculos familiares, de las similares estructuras socio-económicas
originarias y, a menudo, de las parecidas ideas y comportamientos polí-
ticos. Acarreó una intensa actividad guerrillera y varias batallas locales de
regular envergadura, entre las que destaca la que siguió a la ampliación
de la cabeza de puente del de San Martín: la batalla del cerro de los Pa-
los, en mayo de 1937 '.
En la investigación doctoral, en curso de realización, sobre la Guerra
Civil en nuestra provincia, he tropez&do con varios documentos firmados
y/o referidos a David Alfara Siqueiros (Chihuahua 18% - tl'974) que arro-
jan luz sobre la participación de este artista y militante comunista meji-
cano en la contienda española y, en concreto, descubren su periplo
toledano.
Creador de técnicas y métodos pictóricos con los que plasmar sus gi-
gantescas obras, fecundo integrador del « realismo socialista l) -compo-
nente básico de sus conceptos artísticos- con la latinidad exuberante y
el indigenismo revolucionario, Siqueiros formó, junto a Diego Rivera y
José Clemente Orozco, la triada que consagró mundialmente el muralismo
mejicano. Y fue asimismo -mezcolanza inverosímil para otras latitudes
menos tórridas- líder sindical y disciplinado militante del Partido Comu-
nista Mejicano, organización marcadamente estalinista como toda la III In-
ternacional .en la época de entregucrras.
En el capítulo de su curiosa y desconcertante autobiografía \ donde
nos relata, con descarnada sinceridad y envidiable sentido del humor, las
dramáticas y rocambolescas vicisitudes de esta etapa de su vida, faltan,
ción Ebro, 19'66, págs. 123 a 133 (Líster fue uno de los protagonistas de la bataHa
del cerro de los Palos) y MARTÍNEZ BANDE, José Manuel: La batalla de Pozoblanco
y el cierre de la bolsa de Mérida, Madrid. ed. San Martín, 1981, págs. 97 a 103.
132 a 14Q, 171, 174 a 177, 233, 234, 246 y 274 a 278. Esta úlüma ohra, aunque
ceñida a J'Üs aspectos estrictamente militares. es la más sistemática en la enumeración
de los enfrentamientos, a saber: ampliación de la cabeza de puente del de San Martín
(mayo de 193-7), al114lliac.ión de la cabeza de puente deI de Alcántara (septiembre
de 1937), combates de la Cuesta de la Reina (octubre del' 37), ofensiva fallida sobre
Las Nieves (marzo de 19 38), ataque republicano a la caheza de puente de Talavera
1
(marzo de 19'38) y ataques nacionalistas y o'culPación del sector P'uerto de San Vi-
cente~Na"va de Ricomalillo (jul¡'o~agosto de 1938).
3. SIQUEIROS, David Alfaro; Me llamaban el Coronelazo (m€morias), México
D.F., ed. Grijalbo, 1977. El capírulo central de su inte'rvención en la Guerra Civil
española es el XVI, pá,g.s. 317 a 355, pero se encuentran referencias a lo largo de
toda la obra. Debió e,scábirlas entre 1%1 y 1964, según se deduce de: ", .. Yo debo
confesar ahora. cuando han ,pasado ya 25 añ,os .... (lbidem, pág. 33-8). Después de
250 --
sin embargo, cualesquiera referencias a Toledo: confunde los ámbitos
geográficos, las unidades militares, etc., y sólo nos facilita una fecha pre·
cisa a 10 largo de todo él.
La documentación que expongo demuestra que Siqueiros desarrolló
una gran parte de su actividad en la Guerra Civil (en la que participó casi
desde el comienzo hasta su evacuación con el resto de los brigadistas in·
ternacionales en noviembre de 1938) como teniente coronel al mando de
la XLVI Brigada Mixta en el extremo occidental de La Jara toledana. Y
desde aquí realizó los viajes que luego referiremos.
En las líneas que siguen he tratado de recomponer su periplo por nues·
tra provincia y encajar cronológica y espacialmente las jugosas anécdotas
e importantes noticias de su desbarajustada autobiografía, valiéndome,
básicamente, de la documentación del Servicio Histórico Militar.
~ 251
~L MUl 3TRO D6 LA O~9R.l. U IWQU DIL OOB1Ji;RlO ESIAJlOL.
D ocumell to 11.11 1 5
(Con autorización del Servicio H istórico Mili tar)
252
de este caso, puesto que Siqueiros era militar de carrera formado durante
la revolución mejicana en el ejército de Venustiano Carranza y, además,
había desempeñado el puesto de agregado militar de la embajada de Mé-
jico en Roma (1919). Experiencia que, como luego veremos, le sirvió para
desempeñar misiones «especiales» en el extranjero.
Por lo pronto sirvió al gobierno., ahora en Valencia, igual que otros
muchos de sus camaradas mejicanos, para hacer posible la integración de
las milicias anarcosindicalistas levantinas más reticentes en el Ejército.
Republicano que se estaba conformando.. Mientras que los «cuadros» del
co.munismo nacional y del europeo eran frecuentemente insufribles para
nuestro.S anarquistas, los «mejicanos» traían el aura de su revolución atí-
pica y la fama de llano.s y no ordenancistas. Esta circunstancia no.s la con-
firma el propio Siqueiros" y la significa B. Bolloten '. Así, recibió el mando
de la 8~ Brigada Mixta que estaba formada por parte de las antiguas co-
lumnas anarquistas «del Rosah y «de Hierro», las más problemáticas y
reacias a la militarización \ y fue destinado al frente de Teruel donde, con
algún que otro incidente can sus indisciplinadas tropas, debió permanecer
hasta julio del 37, fecha en la que lo encontramos en Valencia (véase la
nota n." 11).
Mientras tanto, en el sector inmediato a Toledo, en la orilla izquierda
del Tajo, la XLVI Brigada Mixta republicana ("Agrupación Tajo-Extre-
madura»), formada substancialmente con los efectivos de la anterio.rmente
llamada «Co.lumna Uribarry», acabada de sufrir un fuerte descalabro. En
la madrugada del día 7 de mayo, las fuerzas nacionalistas partiendo del
Puente de San Martín rompieron las débiles líneas republicanas que guar-
necían la Bastida, los Cigarrales y el Valle, librando así a Toledo y a la
fábrica de armas del fuego directo desde las alturas circundantes. La limi-
tada o.peración inicial se complicó y endureció posterio.rmente dando lugar
a la batalla del cerro de los Palos, antes aludida, combates sangrientos que
Spanish Civil War and Reoolution, 1936-39, Nueva York, Praeger, 19 61)1. 1
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se prolongaron hasta el 13 de mayo. El comportamiento deplorable de la
sobredicha XLVI B. M., de la que era jefe por entonces el teniente coronel
Manuel Uribarry Barutell, motivó una primera depuración disciplinaria
en Mora, puesto de mando de la Brigada en cuestión. El ((castigo» fue
llevado a cabo por Líster -su XI División había acudido a taponar la
brecha y a contraatacar- con su habitual rigor y arbitrariedad. Lo que le
acarreó, por realizarse sin los procedimientos jurídicos adecuados y porque
también se cebó en civiles anarquistas, algún que otro roce con la superio-
ridad y fuertes protestas de la prensa cenetista !'.
Inmediatamente después, la 46 B. M. fue trasladada a Valencia para
su reorganización. Allí, el Ministro de Defensa del nuevo Gobierno presi-
dido por el Dr. Negrín, Indalecio Prieto, recurrió a Siqueiros para que asu-
miera el mando de la 46 B. M«( en sustitución de Uribarry iU, El 19 de juHo
de 1937 ya nos lo encontramos desempeñando la nueva jefatura 11,
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Al poco tiempo, en fecha anterior al 12 de agosto, el teniente coronel
Siqueiros y su Brigada. ahora motorizada, fueron destinados cornO' fuerzas
de reserva al rebautizado como «Ejército de Extremadura-Sur del Tajo))
(organizado en VII Cuerpo de Ejército, Divisiones 36 y 37, comandado por
el coronel Arturo Mena U) y se instaló en algún lugar del extremo meri-
dional del frente extremeño, llamado ((Casa del Sacristán)), que aún no
he podido determinar con precisión (véase el Domumento n,O 2) pero al
que podemos aproximarnos: Sabemos que entró en combate elIde sep-
tiembre en el sector de Granja de Torrehermosa (Badajoz) y que días an-
tes del inicio de dicha ofensiva, es decir, a finales de agosto, se acercó a
Pozoblanco para recibir órdenes «( ••• en relación con operaciones que debe-
rían realizarse pocos días después en mi sector ... )) n. Así que no es dema-
siado arriesgado aventurar que fue la comarca del curso alto del Zújar,
en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena (Sierras del Pedroso,
Sierra Grana) entre los pueblos de Peraleda de Zaueejo (Badajoz), Bláz-
quez y la Granjuela (Córdoba) donde se desplegó su Brigada y donde es-
tuvo el puesto de mando desde el que nuestro protagonista firmó las si-
guientes instrucciones (Documento n.O 2).
La directriz de Siqueiros es harto elocuente de cómo se las gastaba el
mejicano: el juicio sumarísimo al recluta desertor iba acompañado del
fusilamiento ((ejemplar)) como única sentencia posible. Debieron ser bas-
tante frecuentes las deserciones en este frente relativamente permeable,
sobre todo por parte de los reclutas forzosos que, si además eran lugare-
ños, conocían perfectamente la topografía del terreno. En sus memorias
Siqueiros se justifica de la siguiente forma:
«La guerra de España se hizo sin estado legal de guerra 15; aun-
que parezca increíble, el estado jurídico en que se produjo fue el del
llamado «estado de alarma)), por la cual los jefes militares no tenía-
mos derecho a hacer juicios sumarios, consejos de guerra de emer-
gencia en el propio frente. Los desertores y francotiradores debían
12. MARTíNEZ BANDE, J. M.: Op. cit., págs.. 84 y 85. La reorganización se pro-
dujo el 14 de julio de 19'37. Este autor hace fi,gurar a la XLVI Brigada formando
parte de a]¡glUna de las dos Divisiones citadas del Ejército de Extremadura - Sur del
Tajo, pero a eontinuación desconoce su ubicación en este Trente. Cosa ,lógica, puesto
que hoy sabemos que en dicha fecha. la Brigada se encontraba reestruoturándose
en Valencia. Como en la siguiente reorganización 'general del Ejército de Extre-
madura, en noviembre del 37. la Bri~ada en cuestión figura como res,erva general,
oreo acertado supone'r qque ttmbién lo era al llegar a la "Casa del Sacristán" entre
el 19 de julio y el 12 de algosto del 37.
B. SIQUEIROS, D. A.: Op. cit .. pág. 333. (El subrayado es mío).
15. El lector conocerá que se refiere al territorio controlado p'Or la República.
En la zona Nacional se declaró el ,Estado de Guerra desde el inicio de la subleva-
ci6n y estuvo vigente hasta 1948'.
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46 BRI GADA MI X TA
1.1'1"'00 ........ OR
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tr!:.U5!:l.'. :;1o:l~ :; o cnl:!co.-
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ser conducidos a una población llamada Cabeza de Buey 11) para que
un tribunal de jefes y oficiales los juzgara de acuerdo con todos los
procedimientos adecuados. Como ese consejo de Cabeza de Buey
estaba formado por antiguos jefes y oficiales del Ejército profesional
español, muchos de los cuales simpatizaban en secreto con el fran-
quismo, con diierentes pretextos, e invocando sobre todo que no
había estado de guerra, sino simplemente de alarma, absolvían y po-
nían en libertad a los desertores. Esto había creado un profundo dis-
gusto ... Se producía el gravísimo hecho de que los desertores nues-
tros eran por regla general. .. de origen campesino. ignorantes de
las cuestiones técnicas de la guerra, pero a los cuales el factor bohe-
mia, diríamos, como por ejemplo la necesidad de visitar a sus fami-
liares del otro lado y cosas por el estilo, los hacía, sin pretenderlo,
pasarse muchas veces al enemigo ... Por ello, los jefes militares que
verdaderamente hacíamos la guerra en España teníamos que valer-
nos muchas veces. de procedimientos contrarios a 10 acordado por
el Estado Mayon 1;.
16-. En Badajoz. era el cuartel general del VII üucrpn de Ejército al que per-
tenecía la B'rigada XLVI. Puede verse: MARTÍHZ BANDE. J. M.: Op. Git .. p,-llgS. l2R
y 129.
17. SIQUEIROS. D. A.: Op. cit., pWJs. 336 y 337.
18. El autor, excepcionalmente. recuerda dalos exactos que permiten la inte-
.~ración temporal y geográfica del relato: " .. ,me dirigía a Pozoblanco ,para recibir
órdenes precisas del coronel Pérez Salas, jefe del 8. 0 Cuerpü de E:jército. en relación
con operaciones que deberían realizarse pocos días después en mi sector. Al pasar
por la pOlblación de Valsequillo quise saludar a mi compatriota, el coronel Juan
H. Gómez" que como jefe de la 92 brigada mixta tenía su pue-"to de mando en aquel
lugar .. " (y más adelante, tras la cena ritual que rccu,e'rda a la de los cuadrilleros
de la Santa Hermandad antes de ajusticiar a los reos y cuando ya viaj2ban a du,rlc
"el paseo", escribe:) " ... Nuestro coche se encaminaba obviamente hacia la Granja
de Torre He-rffiosa (sic.), donde se estaban efectuando en ese momento operacion2s
de exploración". {SIQUEIROS, D. A.: Op. cit., p,wgs. 333 y 334) ..EI único error que
desliza es el de que su amigo comandaba la 92 ,E.M. cllB,ndo en realidad se 1r<liaca
de la 9'1. (Véase MARThEZ BANDE, f. M.: Op. cit., p'áss. ~5 y 128}.
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17
consecuencia del suceso, Juan B. Gómez como autor directo y Siqueiros
como cómplice, fueron llamados al Cuartel General, en Cabeza de Buey,
donde recibieron ((una fuerte amonestación)).
19. Para esta acción 'véa'se: MARTÍNEZ B'A:-.IDE, J, M.: Op. cit., 'Pá'g:5. 142 a 145.
20. SIQUEIROS, D. A.: Op. cit., 'Págs. 317 a 319. Es poco probable qr.¡e tal número
de hajas le fiueran producidas sólo por la artBlería y la aviación. También puede
tratarse' de una exageración para justifi'car la retirada que hizo. a pesar de la orden
expl'ícita de resistir que le dio Pérez Salas. En el relato nos habla de una seg'unda
Brigada puesta bajo su mando. 1,a 82' de Extremadura. Se trata de un lapsus. puesto
que tal número- de &rigada ni existía en el VE Cuerpo de Ejiército ni participó en
los combates (véanse Ja obra y p'áginas' citadas en la nota anterior). Seguramente
se confiunde con la del mismo número que mandó en el frente de Teruel (marzo·
julio del 37).
258 -
fue recíproca !l. Está claro que se trataba de utilizar la experiencia diplo-
mática, el cosmopolitismO' y, especialmente, la amistad personal de Siquei-
ros con el presidente Cárdenas. Tras un viaje rapidísimo para entonces
(Barcelona-Toulouse-París-Le Havre-Nueva York-México D. F.-Los Pinos,
en 8-10 días) encontramos al artista-aventurero alojado en la residencia
del presidente mejicano durante los días 20 al 23 de noviembre. Ambos
resolvieron a plena satisfacción el encargo del Gobierno Español: obtener
de los Estados Unidos, a través del Gobierno de México, instrumentos de
óptica militar para la artillería y la aviación republicanas, burlando de este
modo el injusto bloqueo comercial norteamericano al gobierno legítimo de
la República. No acabaron aquí los buenos oficios de Siqueiros: según su
relato fue él quien propuso al presidente Cárdenas el nombre de Adal-
berta Tejeda como embajador de Méjico ante el Gobierno Republicano ".
21. " ... al tenderme la mano para el adiós me dijo: «Espe,ro que a su regreso
toda:vía estemos aquí». ¿P'odía ser aquella la despedida de un ministro de la Guerra
que' enrvlaba a un jefe' de brigada a obtener imp.Jementos bélicos y el cual dehería ir,
para cump'¡'¡r bien con su cometido, animado de la moral más alta posible? El general
Ruiz (se trata de J...eobardo Ruiz, representante diplomático de México quien le
acompañó en la entrevista) y y.o, ya en la calle, nos lanzamos recip,rocamente la más
dramática interfOlgación. :Después los dos hicimos comentarios muy duros al respecto".
(SIQUEffiOS, D. A.: Op. cit., ¡págs. 340 Y 341).
22. " ... Ante la negativa de Bassols, ya frente a Cárdenas, mi candidato :fiue el
coronel ingeniero Adalberto Te'ieda. As! fiue como este interesante gobernad m del
estado de Ve'f3crU2 resultó nombrado embajador de España". (Ibidem, pág. 342).
23. " ... la BÓ'gada Mixta a mi mando, entonces la 46. se encontraba en el puente
de Guadalupe". (Ibídem, pá.g. 359). Obviamente <¡e trata de uno de los muchos
errores toponímkos del autor. Podría interp,retarse, permítaseme la licencia, como
una "contra'cción de confusiones a tres bandas": Puente del Arzobispo, Guadalupe
e incJ.uso Puerto de San Vicente, lo cual coincide con el s€'ctor jareño.
24. SIQUEIROS, D. A.: Op. cit., págs. 3-61 y 362. Como sabrá el lector, el com-
promiso se cumplió y, aunque no akanz.ó su.s criminales fines, Siqueiros participó
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Declaraciones que arrojan luz sobre algunas de las incógnitas que ro-
dearon el luctuoso suceso, ((crimen de Estado», promovido por el Komin-
tern y establecen el marco geográfico temporal y los actores de una de las
tramas antitrotskistas.
Marzo. El día 26 se produjo el ataque republicano a la cabeza de puen-
te de Talavera de la Reina. Poseemos pruebas documentales de la partici-
pación de la XLVI B. M. en dicha acción "', lo que confirma definitiva-
mente la presencia de Siqueiros en nuestra provincia. Se combatió sólo
durante dos días puesto que las fuerzas nacionales fueron rápidamente en-
grosadas y expulsaron a los republicanos a sus líneas iniciales.
Abril. En la madrugada del día 5, unidades de la 2:9 División republi-
cana realizan un nuevo ataque justo en el sector del frente guarnecido por
la Brigada de Siqueiros. La operación tiene todo el aspecto de ser una
infiltración de comandos-guerrilleros que consiguieron tomar momentá-
neamente los pueblos de Carrascalejo y Navatrasierra, el puerto de Arre-
batacapas y cercar a los nacionalistas en Villar del Pedroso (véase el ma-
pa). Los combates prosiguieron hasta el día 10, en que los republicanos
fueron rechazados y se replegaron a sus bases de partida. Aunque Martí-
nez Bande no ha encontrado referencias en detalle sobre las fuerzas ata-
cantes, es lógico suponer que la XLVI B. M. p'articipó, de alguna manera,
en una acción iniciada desde sus posiciones ~ti. El éxito inicial, y sin palia-
tivos, de este tipo de operaciones ((semiguerrillerasll, aunque frecuente-
mente no pudieran explotarse, plantea algún interrogante sobre una tesis
generalmente admitida. A saber: que la única forma de derrotar a los
sublevildos hubiera consistido en la creación mimética de una maquinaria
bélica, material y mental, similar a la de ellos.
260 -
y por fin, en este mes, -f'ncontramos la prueba fehaciente que nos per-
mite situar de forma precisa en la provincia toledana a la XLVI B. M. Y
a su jde: Las alusiones geográficas del documento que transcribo a con-
tinuación, firmado por Siqueiros 15 días después de los combates anterio-
res, despejan cualquier duda al respecto. Dice así:
«46 Brigada Mixta. Estado Mayor. Jefatura.
Normas tácticas para la defensiva del Sector Azután-Altamira.
nConsiderar las trincheras sólo como puestos avanzados", fue
un principio justo elaborado por la experiencia de la Gran Guerra.
En verdad la defensiva es problema en profundidad, un problema
en anchura, y no un problema lineal. Es además un problema de
ofensivas y contraofcn~ivas combinadas. Se defiende una zona y no
una raya.
La defensiva se organiza en consecuencia, sobre la base de estos
principios. Esto e~, la infiltración enemiga en una o varias partes de
nuestras trincheras avanzadas, no debe significar nunca el inevitable
repliegue. Debe traer, por el contrario, una sucesión funcional de
medidas contra-ofensivas. Acciones de flanqueo, movimientos envol-
ventes, actividades taponeras, ~tc., etc.
Una defensiva serena, puede convertir en una verdadera catás-
trofe cualquier infiltración del enemigo. Toda' vez que cada opera-
ción defensiva debe tender a desgastar la potencia del enemigo, todo
repliegue debe hacerse escalonadamente para hacer de cada etapa
una oportunidad de sangría para las .fuerzas contrarias.
Muchas veces la defensiva debe presuponer el adelanto de la
contra-ofensiva, esto es, el ordenar a las fuerzas de Infantería que
saliendo de sus posiciones se lancen en acción de choque-contra-
choque hacia las fuerzas asaltantes. Esta táctica usada por el alto
mando alemán en la Gran Guerra, a través de sus famosas «fuerzas
de intervención" puede en muchos casos dar magníficos resultados,
pues rompen en su avance la acometividad enemiga sembrando el
pánico entre sus fuerzas. Se trata del asalto a la fortaleza y primacía
moral, que en la guerra juega un papel tan vitalmente importante.
Como complemento a estas instrucciones de principio, la Jefatura
de este Sector dará instrucciones correspondientes y particularmente
hs órdenes relativJs a] escalonamiento de nuestra defensiva.
Puesto de Com'lOdo. a 25 de Abril de 1938.
El Teniente Coronel Tefe del Sector.
D, A. Siqueiros.-Rubricado.
Es copia.
El Jefe del Sub-sector n." 3" ".
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Situación probable del enemigo el 29-V-38. 11 A.T. División 107. Estado Mayor. 2. a Sección
(Traslado del original a un mapa actual) 2a
28. S.H .M . - A.G .L. - Zona Nacional, Cartogl·afía, I.C.E. , Mesa 6 I Tabla 4 I Tubo 396 I Dooumento 6i68.
En el documento descubrimos a un Siqueiros teórico, familiarizado con
los tratadistas militares de la 1 Guerra Mundial, probablemente estudiados
en su etapa de agregado militar a la embajada mejicana en Roma (1919) y
en su posterior formación castrense. Corno la mayoría de los oficiales de
Estado Mayor, Siqueiros mantenía unos principios que estaban siendo
superados por la realidad bélica española y los nuevos armamentos, pero
que podían ser de utilidad para una oficialidad y suboficialidad poco profe-
sionalizadas y aferradas, seguramente, al concepto de defensa lineal. Se
constata también como en 19'38 casi todas las fuerzas republicanas del
frente Sur del Tajo-Extremadura se encontraban ya a la defensiva estra-
tégica. Lo que no excluye las contraofensivas, como la que se produjo
durante el verano en el sector Castuera-Cabeza de Buey, tras el copo de
la ((bolsa de Mérida)) por parte del ejército nacionalista.
Tenemos también diversa cartografía que nos confirma 10 expuesto.
De entre los mapas disponibles he escogido uno de la 107 División nacio-
nalista que guarnecía el sector enfrentado al de Siqueiros. En él se aprecia,
con la mayor claridad, la disposición general de los efectivos republicanos
desde la cabeza de puente de Toledo hasta Puente del Arzobispo y, en
particular, la ubicación de la XLVI Brigada Mixta (Mapa adjunto).
En la fecha del mapa, el organigrama del Ejército de Extremadura (ór-
denes ministeriales del 22 al 3'0 de abril del 38) era el siguiente: jefe del
Ejército, el coronel Ricardo Burillo. Comprendía el VII y VIII Cuerpos de
Ejércitos. Del VII, que es el que aquí nos ocupa, era jefe el teniente coro-
nel Antonio Rubert, con su cuartel general en Cabeza de Buey. Fuerzas:
Divisiones 29 (teniente coronel Fernando Monasterio, Brigadas XLVI, CIX
y CCXj, 3,6 (teniente coronel Gómez Palacios, Brigadas XXI, XLVII Y
CXIII) y 37 (teniente coronel Sánchez Cabezudo, Brigadas XX, LXIII Y
XCI) ". La División 36 guarnecía el frente Sur riel Tajo desde el río Algo-
dar (,] 5 kilómetros al este de Toledo) hasta d Uso. Desde allí y hasta
el Guadiana lo hacía la División 29.
En el mapa expuesto se aprecia el dispositivo general del frente Sur
del Tajo a mediados del 38: los Batallones de la CXIlI B. M., rodeando
la cabeza de puente de Toledo, los de la XLVII B. M., más dispersos,
entre La Pueblo de Montalbán y Aldeanueva de Barbarroya y los de la
XL VI, de los que sólo aparece el más oriental, al sur de El Puente del
Arzobispo. Pueden observarse: el Cuartel General de la 36 División en
Navahermosa, los Puestos de Mando de las Brigadas CXIlI (Ajofrín),
XLVII (en alguna casa de campo al sur de Talavera) y XLVI (La Estrella).
También la localización de los aeródromos, la señalización de los servicios
de intendencia y municionamiento (Mn), de las unidades principales, del
cuarlel de recluta e instrucción (CRIM), etc.
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Como se ve, la XLVI B. M. (motorizada) comen dada por David Alfara
Siqueiros, guarnecía el límite occidental del frente Sur del Tajo en su
soldadura con el trante extremeño. La línea cubierta iba desde la orilla
izquierda del río Uso, en su confluencia con el Tajo, hasta un punto del
frente situado entre Guadalupe y Alía. Su sector comprendía los pueblos
de Azután, Navalmoralejo, La Estrella (Puesto de Mando de la Brigada),
Aldeanueva de San Bartolomé, Mohedas de la Jara, El Campillo de la ) ara
y Puerto de San Vicente en la provincia de Toledo y el de Alía en la de
Extremadura. Algunos de los documentos internos de su Brigada :>(l nos
permiten conocer el despliegue de sus 4 Batallones (181, 182, 183 Y 184).
De norte a sur se situaban: en primer lugar el Batallón 184, en torno a
Navalmoralejo, desde el río Oeo hasta el arroyo del Pedroso (puesto de
mando en la Dehesa del Rincón), al cual se le había añadido la 2." como
pañía del 181 Batallón que guarnecía exactamente desde el puente (volado)
sobre el Uso hasta el ((Molino del Calero)) y tenía posiciones dentro del
mismo pueblo de Azután (seguramente se debe a ésto el que en el mapa
figure el 181 B. en este punto); seguía el 181 (La Estrella como retaguardia
inmediata), el 183 (Mohedas de la Jara) y, finalmente, el 182 (Alía). Tanto
Azután como Navalmoralejo se hallaban evacuados de sus pobladores, el
primero en pleno frente y el segundo muy próximo a él. En La Estrella
se encontraba el puesto de mando de Siqueiros¡ y él mismo debió vivir
en una casa de la plaza del pueblo:
(( ... Yo dormía cuando podía, en una casa particular próxima a
aquella que habíamos ocupado para el puesto de mando de la bri-
gada ... asomándome en una ocasión por la ventana de mi cuarto
hacia la pequeña plaza de la población, la cual quedaba precisamente
enfrente ... )) :\1.
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En lo que sería ya su permanente y postrer destino toledano la vida
transcurría entre el drama esporádico, imprevisible pero latente de la
guerra, y la cotidianeidad distentida por el trato humano y camaraderil.
Las continuas ocurrencias de su asistente, Manolo Gómez, dotado de un
sentido del humor y una ((vis cómica)) envidiables, hacían más llevadera la
existencia en la retaguardia jareña. No me resisto a extraer la siguiente
anécdota de entre las muchas que recoge el artista mejicano, a quien de-
bían fascinar estos personajes populares:
32. SIQUEIROS, D. A.: Op'. cit., páJgs. 3H y 332. El trayecto habitual pa,ra viajar
desde aquí a Madrid era: La Estrella - Nava de Ricomalillo - Navahermosa - Ol'gaz-
Mora - Ocaña - Tarancón, para. a continuación, entrar en Madrid por la N-IIl. Nóte~e
(véase el mapa) que las carreteras comarcales 401 y ,402 se convirtieron en el eje
transversal primario de las comunicaciones del Toledo re,p.ublicano.
3J. Ibidem, págs. 338 a 3'40. El relato sólo dispone de una pista que permite
situarlo oronológicamente en el año 38 y por tanto, con muohísimas prohabilidzdes
en el sector toledano: es C'uando al narrar el interro~atorio del so:dado escribe
de sí mismo que: " .. vestía de una manera muy estrafalaria, ya que al p'asar por
Nueva York en mi viaje de tres días a México, me había com])rado un uniforme
del Ejército norteamericano ... " (Ibidem, pág.. 339). Se trata, sin duda, de la misión
realizada en noviembre del 37 a que antes nos hemos referido.
- 265
tación recibida en aquél, Siqueiros siguió correctamente el procedimiento
sumarísimo, contando con el visto bueno de la superioridad (consultó con
el Cuartel General de su Cuerpo de Ejército en Cabeza de Buey) quien
en última instancia ordenó la ejecución.
Al mismo tiempo, y para comprender mejor la compleja personalidad
del artista-aventurero, dejábase «sobornar)) por una chiquilla, llamada Ma-
ría Alvaro, que diariamente le ofrecía un botijito de agua para que acce-
diera a dar paseos en el coche oficial a los niños del lugar (<<una violación
al reglamento)) dice el mejicano). Lo que le valió un humildísimo y, por
ello, emocionante homenaje:
(( ... vi venir a María Alvaro con un ramo de flores casi tan grande
como ella ... encabezando una pequeña vanguardia de chiquillos ...
Hice pasar al grupo y ya adentro, María Alvaro tomó la palabra.
Su discurso fue más o menas el siguiente: "Vjté, mi teniente coroné,
e la mejor persona del pueblo. Y por eso nos ha prestado el auto-
móvil. Agradecidos los niños del pueblo, hemos ido a cortar estas
florecillas para regalárselas. Reciba ujté con ellas el cariño de la
chiquillería de la población". Después, sin interrumpir el discurso,
empezó a explicarme para qué podía servir cada una de las flores» :11.
266 --
cuantiosa y prácticamente llevada a cabo en el año 36 y primeros meses
del 37, es decir, cuando el mejicano aún no se hallaba en la comarca. Los
datos son los siguientes: 2 vecinos asesinados en Azután, 2 en Aldea-
nueva de San Bartolomé, 7 en Campillo de la Jara, 4 en La Estrella, 1 en
Mohedas de la Jara, ninguno en Navalmoralejo, y 8 en Puerto de San
Vicente 36.
Si se compara con la mayoría de las comarcas toledanas, este rincón
jal'eño sufrió en menor medida que el resto de la provincia la represión
revolucionaria. Dos aspectos enmarcan la especificidad del proceso. repre-
sivo en el sector referido: su proximidad a un frente relativamente per-
meable y la pobreza general de la comarca. El primero permitió flujos de
cierta importancia, en ambos sentidos, durante casi toda la guerra (los
famosos ((cajones)) que vadeaban el Tajo: el de Ciscarro es el más cono-
cido. A propósito: numerosos pueblos cercanos al Tajo, en toda la mitad
sur de la provincia, rebautizaron tras la guerra alguna de sus calles, fre-
cuentemente orientadas hacia el río, con el nombre de ((Evadidos»). Aun-
que también fue la causa de algunos de los asesinatos civiles, antes conta-
bilizados, y de la mayoría de los fusilamientos a soldados que intentaron
desertar :1;. El segundo minimizó los odios de clase en los vecindarios.
Sólo he encontrado una acción represiva atribu,ible a las fuerzas de
Siqueiros, y es que fueron incendiadas las casas de los vecinos derechistas
de Mohedas de la Jara, cuando sus soldados tuvieron que abandonar el
pueblo en la ofensiva final nacionalista de la que luego hablaremos 38.
Junio. A finales de este mes, Siqueiros partió de La Estrella tras recibir
del gobierno la orden de trasladarse a Barcelona 3~1. Se trataba de realizar
- 267
una segunda misión en el extranjero. Y hete aquí de nuevo al mejicano
convertido en agente secreto de la República, nada menos que en la Italia
fascista, con el encargo de conseguir y traer a España el artículo de un
general italiano que había sido censurado y retirada de la circulación la
revista que lo contenía. Ya en Roma, nos expone alguna de las vicisitudes
y celadas que logró superar. Por ejemplo, fue invitado a una fiesta con
pretendidos artistas internacionales que resultaron ser en su mayoría tu-
ristas y agentes nazis en misiones tan (!llormales)) como la suya:
« ... Terminó el día con una gran borrachera de todos y hubo mo-
mentos en que bajo la perturbación de la enorme cantidad de alco-
holes que había ingerido, estuve a punto de cantar Los cuatro mu-
leros canción antifascista republicana. Los brindis por el Duce y
J
de precisión para la artillería republicana .. ? {SIQUEIROS, D. A.: Or. cit., págs. 344
y 343 resp·ectivamente). Se·g.unda, la documentación interna de su Brigada. por la
cual sabemos que en torno al 7 de julio. Siqueiros se encontraba ausente de su
puesto de mando en La Estrella: "Inrforme que presenta el Mayor Jefe que suscribe
al Jefe accidental de la 46 Brigada Mixta .. " <.fechado el 7 de julio de 1938 y hrmado
por el Mayor Jefe del 184 Batallón). (S.H.M. - A.G.L. - D.R., A. 75 i L. 12Cü./ C. 17
I D. 6 I F. 1 al 4).
4'Ü. SIQUEIROS., D. A.: Op. cit., pág. 345.
41. Ibidem, pág. 348.
268 -
Sospecho que al feliz desenlace de la mlSlOn coadyuvó de alguna ma-
nera el propio gobierno fascista. Mi suposición se basa en lo siguiente:
por una parte, la presencia del mejicano en Roma fue perfectamente cono-
cida por los servicios del contraespionaje italiano y su equipaje y habita-
ción del hotel fueron cuidadosamente registrados. Por otra, en la decisiva
reordenación de las relaciones internacionales que va a producirse en el
otoño de este mismo año y que sellará el fatal destino de la República es-
pañola: la claudicación de las democracias ante Hitler en la conferencia
de Munich (septiembre del 38), el progresivo alejamiento de Stalin res-
pecto a la República y, sobre todo, por lo que aquí interesa, el acerca-
miento anglo-italiano previo al pacto Mediterráneo (noviembre). Para que
dicho pacto fuera posible, Mussolini determinó la salida de 10.000 italia-
nos de España (octubre del 38) con el fin de mejorar el contencioso anglo-
italiano en el Mediterráneo (pretensiones sobre Mallorca, ataques de sub·
marinos italianos a barcos ingleses en la zona). Gesto más simbólico que
efectivo, puesto que quedaron en España más de 20.000 infantes italianos
y la guerra ya se consideraba ganada por Franco. Con el acercamiento a
Gran Bretaña, el líder fascista intentaba zafarse de la patente subordina-
ción a la política exterior marcada por la Wilhelmstrasse. Dependencia en
la que había caído, básicamente, por su excesiva implicación con Franco.
Unas declaraciones de ·Mussolini a Chamberlain en
Munich aparecen en
clara consonancia con las del general censurado (no he podido descubrir
quién era ni comprobar su artículo) !!.
Ya de vuelta a su puesto de mando en La Estrella, el teniente coronel
Siqueiros tendrá escaso tiempo para otra cosa que no sea defenderse de
las acometidas finales del enemigo. En efecto, su sector caerá en manos
de los nacionalistas entre julio y agosto del año en curso, como conse-
cuencia de la explotación del éxito militar derivado del ((cierre de la bolsa
de Mérida". Esta batalla fue la segunda en importancia, tras la del Ebro,
que se libró en España a lo largo del año 1938.
Al amanecer del día 19 de julio, iniciaba la 107 División nacionalista,
reforzada con unidades de la 16 División y otras reservas, un ataque de
distracción sobre el sector defendido por la unidad de Siqueiros, preludio
del ataque principal, más al sur, sobre la concavidad que formaba el frente
republicano al este de t\1érida. En la primera jornada fueron ocupados los
42. " ... Mus.solini manifestó a Chamberlain que la rápida evacuación de W.OOO
hombres «crear:a un clima p'fopicio» para la p'uesta en práctica del acuerdo anglo·
italiano. Añadió que estaba «harto» de .España y afirmó (faltando a la verdad) que
había p·erdido 5'ÜI,'(}IO'Ü hombres en aqu'el país y que estaba cansado de Franco,
que había perdido tantas ocasiones de alzarse con la victoria .. ". (CrAl'\O, G.:
Diaries 1937·1938, ipléÍlgs. 167 Y 168. FEILlNG. pág. 376. Citados por THOMAS. Hu,gh:
r.a Guerra Civil Española, 6 vals., Madrid, ed. Urbión., 19'79, vol. 4. ptá~. 2jj
',1." ed.: The Spanish Civil War, Londres, Eyre and Spottiswoode, 19'61]).
- 269
pueblos de Azután y Navalmoralejo y recibieron un duro castigo los Bata-
llones de la Brigada de Siqueiros que guarnecían las posiciones más sep-
tentrionales. En los partes de operaciones de la 107 división, puede leerse:
" ... quedando el enemigo completamente batido y desarticulado y
sus Batallones 181 y 184 diezmados, especialmente el último que
con su documentación perdió también a su jefe ... » 1.1.
270 -
las fuerzas de Franco iniciaron el ataque el día 2'1, prosiguiendo la opera-
ción el 22 y el 23 de agosto. La Brigada de Siqueiros sufrió de lleno el
impacto, quedando destrozada. La documentación del VII Cuerpo de Ejér-
cito republicano, en forma de teletipo, permite hacerse una idea aproxi-
mada del dramatismo del momento:
271
Este parece ser el último pueblo de su periplo toledano, porque a prin-
cipios de noviembre:
• • •
48. SIQUEIROS, D. A.: Op. cit., p,ág. 321. El subrayado es mío. El autür mantiene
su equivoco hasta el' final.
49. Por ejemplo, nada dice de la intervención mejicana Hugh Thomas en su
excelente obra. Al describir la repatriación expone: " ... A mediados del mes de
enero habían abandonado España 4.640' hombres de 29 nacionalidades di'stintas.
Entre ellos había 2.141 franceses, 4{)17 ingleses-, 347 bel'gas, 28'5 polacos, 182 suecos.
194 italianüs, 80 suizos y 54 norteamericanos. Quedaron en España unos 6.000 ale-
manes, yugoslavos, -checos y húngaros, conscientes de que no serían bien recibidos
en sus respectivas patrias ... ". (THOMAS, H:. OV'. cit., vot 4, ,pálg. 283). Idéntica
omisión se observa en .el C3ipítulo correspondiente a la creación de las Brigadas-
Internacionales (lbidem, vol. 2, págs.. 361 y ss.).
50. SIQUETROS, D. A.: Op. cit., pá~. 348. A los nombres ya apuntados, cuando
se habló de los juramentados contra Trotsky, pueden unírseles: un tal Pujol ("tan-
quista en Madrid"), Bernabé Barrios ("de mi equipo de Nueva York") y Nésto.r
Sánohez (lbidem, ,pálg.. 358). No sé qué explicaci.ón dar al empleo del adjetivo posesivo
"mis", ¿pertenecientes como él al P.e. mejicano? ¿ bri'gadistas bajo su mando?
¿colaboradores artísticos, como el tal Bernahé? Oueda fuera de toda duda que la
mayoría fueron enrolados en brigad2s .::utóctonas.
272 -
¿ Cómo calibrar la participación del artista-militante mejicano en nues-
tra Guerra Civil? Afortunadamente, no es labor del historiador manifestar
juicios de valor que, en cualquier caso, habría que realizarlos tras despren-
derse de la mentalidad actuaL Fenómeno, desde luego, imposible. Sólo he
pretendido contribuir al conocimiento de dicha participación, descubrir su
estancia en la zona republicana de la provincia de Toledo y fijar el marco
geográfico-temporal de sus memorias, aportando para ello las pruebas do-
cumentales de su participación bélica desde que se hizo cargo, en Valencia,
de la sufrida XLVI B. M., en el mes de julio del 37. Brigada, por otra parte,
tan unida a la historia del Toledo republicano. Compuesta de una insólita
mezcolanza de libertarios levantinos, guardias civiles y de asalto valen-
cianos, de socialistas toledanos, y de reclutas de la provincia, aderezado
todo ello con varios mandos mejicanos; baqueteada y herida en múltiples
acciones en nuestra provincia: primero, en la cabeza de puente de Toledo,
luego en el frente extremeño, después atacando el sector de Talavera, para
finalizar en los diversos combates referidos en el sector de Puente del
Arzobispo.
Respecto a las actividades extrabélicas de Siqueiros: queda ponderado
su rigor disciplinario con el correcto comportamiento ante la población
civil; evidenciado el hecho de que una de las tramas del atentado contra
Trotsky se fraguó en nuestros lares y entre los voluntarios mejicanos de
su entorno; queda enmarcada en el contexto internacional su misión en
Italia; y, finalmente, apuntadas sus especiales relaciones con don lndalecio
Prieto y el presidente Cárdenas.
Actividades que nos delatan los rasgos esenciales de su personalidad.
Por encima de todo, su férrea y monoLítica mentalidad comunista, lo cual
le convierte antes que en un artista plástico en un activista político: se
hizo así mismo la promesa de no pintar hasta que su participación en
nuestra guerra y la derrota del fascismo hubiesen concluido. En segundo
lugar su genio artístico. El tercer com ponente de su personalidad es el mi-
litar. Su carácter de O'ficial profesional se patentiza a menudo: ya de vuel-
ta en Méjico, adoptó el mote de ((el Coronelazo» para firmar sus cuadros.
El apodo se lo habia endosado peyorativamente un español de derechas
((gachupín» 10 llama él:) redactor del «Ultimas Noticias», diariO' de Méjico
D. F., y Siqueiros lo aceptó para demostrarle que más que ofenderlo le
enorgullecía.
En este mismo sentido podemos situar su reconocimiento de haber
formadO' parte de una facción militar dentrO' del comunismo español, como
puede deducirse de las siguientes palabras (con claras referencias al presi·
dente Negrín):
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lB
el frente llegamos a conspirar contra las autoridades civiles. Y poco
faltó para que diéramos un cuartelazo revolucionario, en el sentido,
simplemente, de declarar que toda la autoridad pasaba a manos del
ejército, que era el pueblo en armas, con supresión de los doctores,
en México licenciados, de Valencia, Barcelona, etc., toda vez que
éstos nos tenían ya cansados de su napoleonismo a larga distancia» 51.
274 -