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De La Ecologia A La Ecoteologia - Perspectivas Teologicas

El documento aborda la relación entre ecología y teología desde una perspectiva adventista, destacando la crisis ecológica actual y la necesidad de una conversión en la relación del ser humano con la naturaleza. Se enfatiza que la ecoteología adventista se fundamenta en la doctrina de la creación y propone un enfoque bíblico para abordar la crisis ambiental, diferenciándose de visiones panteístas y antropocéntricas. Finalmente, se plantea que el reconocimiento de Dios como creador implica una responsabilidad de mayordomía sobre la creación.

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El documento aborda la relación entre ecología y teología desde una perspectiva adventista, destacando la crisis ecológica actual y la necesidad de una conversión en la relación del ser humano con la naturaleza. Se enfatiza que la ecoteología adventista se fundamenta en la doctrina de la creación y propone un enfoque bíblico para abordar la crisis ambiental, diferenciándose de visiones panteístas y antropocéntricas. Finalmente, se plantea que el reconocimiento de Dios como creador implica una responsabilidad de mayordomía sobre la creación.

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Título: De la ecología a la ecoteología: hacia una perspectiva adventista.

Mg.Lukas Ruiz Torres

Introducción
Las mayores comunidades científicas advierten que la prolongación de vida en la
tierra se está limitando por el uso excesivo y abusivo de los recursos naturales que existen
en nuestro planeta. Cada vez hay más geocientíficos que piensan que el cambio climático
pone en peligro la existencia de la civilización humana.

Jürgen Moltmann explica que “la situación actual está marcada por la crisis
ecológica de toda la civilización científico-técnica y por el agotamiento de la naturaleza
provocado por el hombre. Esta crisis es mortal no sólo para el hombre. Hace ya tiempo que
otros seres animados vienen padeciéndola. Y también es mortífera para el entorno natural.
Si no se produce una conversión radical en las orientaciones fundamentales de estas
sociedades humanas, si no se implanta otra alternativa práctica en el trato con los demás
seres animados y con la naturaleza, esta crisis adquirirá dimensiones de catástrofe
planetaria.

El interés especial por la ecología surge en los medios científicos a mediados del
siglo XIX, desarrollada por el biólogo alemán Ernst Haeckel. Comprendida “como el
estudio de la interdependencia e interacción que se desarrolla entre los seres vivos”. 1

En medios teológicos la ecología comienza a ocupar un espacio importante desde la mitad


del siglo XX, definiendo esta área de interés ecológico y teológico como ecoteología. Sin
embargo, es necesario destacar que los primeros interesados en ecoteología fueron teólogos
procesuales y panenteístas, tales como John Cobb, Charles Birch y-, Pierre Teilhard de
Chardin.

José Marcos Castellón, plantea que “El objetivo de la teología del proceso es
repensar la relación de Dios creador con la naturaleza dejando de lado el deísmo
mecanicista y evitando el panteísmo.

1
Luvian Milián Reyes, Historia de la ecología. (Tesis de maestría, Universidad de San Carlos de
Guatemala, Guatemala, 2007), 4.

1
Gran parte de las ideas principales del desarrollo teológico de la ecoteología
tuvieron una compresión panteísta, una ideología antropocéntrica, alejada de una
cosmovisión bíblica de Dios. Estas ideas tienen como elemento unificador la compresión de
Dios como en un todo, el hombre como redentor último en base al cambio de su actitud. De
manera que la tierra puede salvarse si el hombre toma conciencia.

Las aproximaciones desde del adventismo se distancian de las ideas panteístas y de


la teología del proceso en sus ideas fundadas en aspectos ecoteológicos. Debido a su énfasis
en la doctrina de la creación, los adventistas del séptimo día también han tratado de
contribuir a la ecoteología. Varios artículos, comunicados oficiales, libros han sido
publicados por teólogos adventistas. Desde la década del 90 hubo un interés especial por
parte de los adventistas del séptimo día en publicar y escribir sobre la relación teología y
ecología.

En el año 1962 el historiador Lynn White publicó un artículo que remeció


comunidades científicas, teológicas, sociólogas, etc. El artículo titulado “The Historical
Roots of Our Ecological Crisis” que documentó White, desarrolló un argumento contra el
pensamiento Judeo- cristiano, refiriéndose a este como el principal causante de la crisis
ecológica, que en aquel entonces recién comenzaba. Esto a su vez suscitó un despertar
teológico sobre el asunto. Las grandes comunidades hicieron sentir la necesidad de una
reflexión teológica sobre lo que estaba ocurriendo, después de todo ¿hay relación entre el
pensar de Dios y lo que acontece en la tierra?

El interés por una intervención teológica sobre el asunto ha surgido de diferentes


frentes; teólogos, filósofos, críticos ambientalistas, y científicos quienes culpan y declaran
responsable al cristianismo por el problema ecológico.

En 1990 se gestó un documento por eminentes científicos, denominado “Una carta


abierta a la comunidad creyente”, allí se reconoce que el problema ecológico tiene una
dimensión religiosa como científica, así también que los esfuerzos por salvaguardar el
medio ambiente necesitan ser infundidos por una visión de lo sagrado.2

2
Leonardo Boff, En búsqueda de un Ethos planetario. En L. Boff et. al (Ed.)., Ecología y religión en
esta hora de emergencia planetaria, (Nº 38, pp.131). Managua, Nicaragua: Editorial Lascasiana.

2
Desde la mirada teológica hay mucho que aportar y decir respecto a la ecología.. La
reflexión teológica sobre la ecología se sitúa en el marco de una ecología profunda, y su fin
es motivar la conversión ecológica, es decir, una adecuada relación hombre-naturaleza
según el proyecto originario de Dios manifestado en la Revelación.3

Si bien no hay un momento exacto para definir en qué fecha surgió la ecoteología
como concepto y como una visión de realidad, diversos autores apuntan a que fue la crítica
de Lynn White marcó el inicio de un movimiento teológico por este interés.

Los aportes teológicos a la ecología tuvieron sus inicios, al menos en la teología


católica, en los escritos del teólogo y biólogo Teilhard de Chardin. Él propone una visión
evolutiva en la que la "noogénesis" comporta responsabilidades en la "biogénesis" futura.
El ser humano es responsable de la evolución que continuará y, con ello, de las nuevas
especies de vida.4

John Cobb y Charles Birch, influenciaron la construcción ecoteológica con el


panenteísmo y la filosofía del proceso. Esta filosofía tiene como premisa “...Repensar la
relación de Dios creador con la naturaleza dejando de lado el deísmo mecanicista y
evitando el panteísmo. La realidad no puede ser pensada ya como algo estático y
determinado, sino dinámica y en proceso…”.5 Visto así Dios mismo forma parte de una
realidad cambiante, y en proceso.

John Cobb, encuentra en el libro de Génesis una autorización específica por parte de
Dios para que el hombre domine sobre la tierra, un dominio que se entiende bajo la óptica
de la sobre explotación de la tierra.6 De manera que los cambios deben ser dados desde la
actitud cristiana- teológica. Sostiene además que “El cristianismo es, al menos en parte,
responsable de la actitud tecnológica que ha provocado nuestra crisis y que aún impide una
acción efectiva. Los teólogos cristianos deben compartir el replanteamiento de las actitudes
básicas sobre la humanidad y su entorno.

3
José Marcos Castellón, Ecoteología, de cómo la ecología llega a ser problema teológico S.L. S.P,
12.
4
Zlatica Plašienková y Lucio Florio, “Ideas inspiradoras de Teilhard de Chardin para la educación en
el tiempo de crisis ecológica”. Quaerentibus, 100- 112 (8 agosto 2019).
5
José Marcos Castellón, Ecoteología, de cómo la ecología llega a ser problema teológico S.L. S.P,
13.
6
Jhonn Cobb, Is it too late? A theology of ecology. (Texas: Environmental Ethics Books, 1995) 23.

3
La aparente lentitud de la teología frente a la crisis ecológica ha tenido diferentes
matices. Según Richard A. Young la lentitud del cristianismo para tornarse ambientalmente
activa se debe a la demora de los teólogos por formular una teología de la naturaleza. 7

Para Catherine Keller, catedrática de Drew University, el responsable de la crisis,


sigue siendo el cristianismo protestante, el cual ha "desnaturalizado" el mundo,
considerando que la realidad material es seductora, que podría inspirar la idolatría y, por lo
tanto, ha creado una espiritualidad abstracta, individualista y centrada en el otro mundo. 8

Hasta aquí se hace evidente el acuerdo por parte de los académicos en sugerir una
ecología que responda teológicamente por la crisis que embarga al planeta. La siguiente
sección presentará los elementos que presenta la Biblia para una Ecoteología.

Desde la perspectiva bíblica se ofrece una noción compacta, dando a conocer los
orígenes de un problema de proporciones mayores.

En los orígenes de la humanidad y de “los cielos y la tierra”, la Biblia describe el


proceso de la creación, señalando el entorno físico en el cual se desarrollaba el ser humano
y la naturaleza. Exento de desequilibrios, contaminación, desastres naturales, etc. Como
declara el texto “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera” (Gn. 1:31).

Los primeros representes de la humanidad gozaban de la libertad que les había


otorgado su Creador, para que disfrutasen y sojuzgasen la tierra. No obstante, la Biblia
presenta que a consecuencia de un engaño entró el pecado (Gn. 3:5). Aunque no fácil de
explicar, el pecado tuvo consecuencias devastadoras, tanto en la humanidad, a un nivel
genético, como espiritual, afectado también la naturaleza y el planeta entero (Gn. 3:18-24).
La ruptura de la relación con Dios trajo la degradación.

Como señala Vaucher “La tierra participó del estado de humillación engendrado por
el pecado. Su fertilidad ha ido disminuyendo, y poco a poco ha ido perdiendo su belleza
original.”9

7
Ibíd., 60.
8
Ibíd.
9
Alfred F. Vaucher, La historia de la salvación. Trad. José López G. (Madrid: Editorial Safeliz,
1988), 147.

4
A consecuencia de esto se extendió un desequilibrio entre el hombre y Dios, y el
hombre con la naturaleza, de proporciones incalculables. Por tanto, hay dos dimensiones.
Por una parte, la desconexión con Dios significó que la naturaleza se vea afectada
involuntariamente, pero también este desequilibrio conllevó a que el hombre pudiese
potenciar y prolongar esta degradación

Los adventistas y el medio ambiente

La sociedad contemporánea ha pensado en diversas estrategias que puedan poner fin


a una visión y prácticas antiecológicas, las que han producido consecuencias irreversibles.
Entre estas propuestas se encuentra el regreso a la sacralización de la ciencia. Esto es
porque para algunos la separación cristiana entre Dios y el mundo produjo la crisis
ecológica, así que volver a ello supondría un respeto y veneración.10

Los adventistas han encontrado en el mensaje de Apocalipsis 14 un llamado a


reconocer a Dios como el creador. Ligado al mensaje de la justificación por la fe,
apocalipsis 14:6,7 plantea una dimensión de reconocimiento a Dios como el Creador Y
propietario su obra, la creación. Por consecuencia, hay en este texto un llamado al ejercicio
de la mayordomía.

Una ecoteología adventista podría plantearse como desde la relación y reflexión


teológico-bíblica sobre ecología. Buscando dar respuestas a la crisis ecológica que el
planeta experimenta. Estas respuestas se circunscriben en el contexto del gran conflicto. A
su vez la ecoteología adventista propone y promueve principios ecoteológicos para reducir
y proteger la creación de los cambios que ha ocasionado esta crisis.

La siguiente tabla ejemplifica las diferencias con el concepto tradicional de ecología.

Ecología Ecoteología adventista


Se origina en la filosofía Se origina desde una cosmovisión bíblica de la
creación
Problema ecológico es por El Problema ecológico tiene sus orígenes, posterior a
causa de un daño causado la caída de Adán y Eva, y entrada del pecado.
exclusivamente por el ser
10
José Morales, El misterio de la Creación, (Pamplona: Eunsa, Ediciones Universidad de Navarra,
1994), 321.

5
humano.
La solución al problema La solución a la crisis ecológica se encuentra tanto
ecológico solamente se en el ser humano, como en la redención final de toda
encuentra en el ser humano. la creación.
Visión y sobrevaloración de la Valora tanto a la humanidad como la naturaleza.
naturaleza por sobre el ser Ambos son parte de la creación.
humano.
El cuidado ecológico es para La responsabilidad del cuidado medioambiental
frenar la posibilidad de constituye un ejercicio de mayordomía, con base
extinción humana. bíblica.

Conclusión
El temed a Dios y dadle gloria, es una invitación a reconocer a Jesús
particularmente por medio de la fe, aceptarlo como Dios. Pero también es un llamado a
adorar al Creador, esto implica por supuesto que reconocimiento, cuidado y respeto por la
creación, que a su vez constituye una práctica ecoteológica. Al hacerlo se recuerda que a
quien se le debe temer está en su condición de Dios y el que obedece, en este caso el ser
humano, es criatura. Dios lo hizo administrador de la creación y este debe responder por
ello. Todo aquel que acepte este mensaje no puede ser indiferente al llamado eco teológico.

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