0% encontró este documento útil (0 votos)
15 vistas129 páginas

Estudio Experimental de La Inestabilidad Lateral y Pandeo de Barras de Refuerzo en Muros Esbeltos

Este estudio experimental investiga la inestabilidad lateral y el pandeo de barras de refuerzo en muros esbeltos de hormigón armado, analizando su influencia en la ductilidad. Se ensayan tres muros con variaciones en espesor y longitud, encontrando que el aumento del diámetro de estribos cambia el modo de pandeo sin afectar la ductilidad, mientras que la reducción del espesor y el aumento del largo resultan en una disminución de la ductilidad. Los resultados sugieren que las variaciones geométricas impactan la ductilidad de manera predecible, aunque otros factores pueden complicar las predicciones.

Cargado por

Ronald Medina
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
15 vistas129 páginas

Estudio Experimental de La Inestabilidad Lateral y Pandeo de Barras de Refuerzo en Muros Esbeltos

Este estudio experimental investiga la inestabilidad lateral y el pandeo de barras de refuerzo en muros esbeltos de hormigón armado, analizando su influencia en la ductilidad. Se ensayan tres muros con variaciones en espesor y longitud, encontrando que el aumento del diámetro de estribos cambia el modo de pandeo sin afectar la ductilidad, mientras que la reducción del espesor y el aumento del largo resultan en una disminución de la ductilidad. Los resultados sugieren que las variaciones geométricas impactan la ductilidad de manera predecible, aunque otros factores pueden complicar las predicciones.

Cargado por

Ronald Medina
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 129

UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICAS Y MATEMÁTICAS


DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA CIVIL

ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA INESTABILIDAD LATERAL Y PANDEO


DE BARRAS DE REFUERZO EN MUROS ESBELTOS DE HORMIGÓN
ARMADO Y SU INFLUENCIA EN LA DUCTILIDAD

MEMORIA PARA OPTAR AL TÍTULO DE INGENIERO CIVIL

SEBASTIÁN ALEJANDRO JARA PÉREZ

PROFESOR GUÍA:
LEONARDO MASSONE SÁNCHEZ

MIEMBROS DE LA COMISIÓN:
FABIÁN ROJAS BARRALES
AUGUSTO HOLMBERG FUENZALIDA

Este trabajo ha sido parcialmente financiado por:


Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt)

SANTIAGO DE CHILE
2022
RESUMEN DE LA MEMORIA PARA OPTAR
AL TÍTULO DE INGENIERO CIVIL
POR: SEBASTIÁN ALEJANDRO JARA PÉREZ
FECHA: 2022
PROF. GUÍA: LEONARDO MASSONE SÁNCHEZ

ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA INESTABILIDAD LATERAL Y


PANDEO DE BARRAS DE REFUERZO EN MUROS ESBELTOS DE
HORMIGÓN ARMADO Y SU INFLUENCIA EN LA DUCTILIDAD

En este trabajo de memoria de título se estudia experimentalmente el comportamiento de


muros esbeltos de hormigón armado con modificaciones en el espesor y en el largo con el fin
de estudiar la inestabilidad lateral y su impacto en la ductilidad de muros.

Se ensayan tres muros de hormigón armado cuyas dimensiones responden a requisitos


técnicos propias del laboratorio, es decir, una altura de 3.35 metros que permita anclar el
actuador tanto al muro de reacción como a la probeta ensayada, un espesor y un largo
variable que cumplan las proporciones de diseño en función de la altura y esbeltez buscadas
y una fundación que permita materializar una unión empotrada a la losa de reacción del
laboratorio. El primer muro corresponde a una modificación en el diámetro de estribos del
muro E1 ensayado por Díaz[1], el segundo muro corresponde a una reducción en el espesor
del primer muro mientras que el tercer muro corresponde a un aumento del largo del segundo
muro. Las cuantías de refuerzo longitudinal se mantuvieron constantes.

Finalmente, se entrega el comportamiento global del muro durante el ensayo y los pará-
metros relevantes en estudio como la capacidad de ductilidad máxima, resistencia y desplaza-
mientos fuera del plano, con el fin de realizar un análisis comparativo entre los 3 elementos de
estudio. El aumento en el diámetro de estribos provoca un cambio en el modo de pandeo de
las barras longitudinales de refuerzo, sin afectar la ductilidad del elemento. La reducción del
espesor implica una leve reducción en la ductilidad, sumado a un modo de falla dictaminado
por la inestabilidad lateral y pandeo global del elemento de borde . Por último, el aumento
del largo del muro indica una gran pérdida de ductilidad y un modo de pandeo gobernado
en gran medida por los desplazamientos fuera del plano y la inestabilidad lateral en toda la
extensión de muro.

Para estudiar las distintas variaciones de los parámetros geométricos y de cuantía de acero,
se utiliza el parámetro λb , que representa la esbeltez de un muro. Autores que han estudiado
la ductilidad en muros indican que la reducción en la ductilidad sigue una tendencia constante
cuando se afectan las medidas de la sección transversal del muro, lo cual fue evidenciado en
los resultados de este proyecto. Sin embargo, esta tendencia se pierde cuando se incluyen
ensayos con variaciones de otro tipo en su montaje (carga axial, altura de muro, etc), lo cual
provoca que las predicciones en la ductilidad[2] del set de ensayos no sea precisa.

Este trabajo se enmarca en el Proyecto FONDECYT No 1200023.

i
Le dedico esta memoria, que culmina años de trabajo, a mi madre y a mi padre, quienes
han apoyado cada paso que he dado. A mi hermano por motivarme a ser un mejor hermano
y a mi pareja y amigos, por motivarme a ser una mejor persona.

Gracias por todo

ii
Agradecimientos

Al término de este gran proyecto que me ha hecho crecer como ingeniero de una manera
que nunca hubiese esperado, quiero dar los merecidos agradecimientos a la inmensa cantidad
de personas que han aportado su granito de arena para motivarme y animarme. Los meses
fueron largos y los obstáculos aparecieron uno tras otro, pero la constante cercanía, guía,
consejos y risas me llevaron hasta este momento.

En primer lugar, debo agradecer a mi familia por su apoyo incondicional en todos estos
años de universidad. A mi padre por enseñarme con el ejemplo lo que significa ser una persona
recta y responsable, a mi hermano por ser una excelente persona, y a mi madre quien ha sido
la persona que más me ha apoyado, siempre con una palabra de aliento o de razón, haciendo
que quiera completar todos estos logros no sólo por mi, sino para enorgullecerlos y poder ser
un aporte a tan linda familia.

En segundo lugar, agradecer a mis profesores y compañeros que me han ayudado enorme-
mente a terminar este proyecto. A Felipe Yañez, Jaime Valenzuela y Jonathan Cortés, con
quienes trabajé codo a codo durante la parte más dura de los ensayos y sin quienes no hubie-
se podido terminar tan titánica tarea. Agradecer a los profesores Leonardo Massone, Pedro
Soto, Fabián Rojas, quienes con sus consejos y guía me ayudaron a entender la importancia
y relevancia de todos los aspectos de este proyecto.

Agradezco enormemente a todos los funcionarios de IDIEM y a Víctor, por estar dispuestos
a echarme una mano cuando lo necesitaba, a apretar una tuerca, colgar cadenas, soldar perfiles
y todo lo que pudiera llegar a necesitar. Sin ellos esto hubiese sido mil veces más difícil y
siempre fue un alivio saber que podía contar con ellos.

Agradezco a mis amigos y amigas por apoyarme en este proceso, darme palabras de aliento
y estar ahí para cuando necesitara despejarme o quejarme de que algo hubiera salido mal.
Su presencia fue una luz que me ayudó a enfocarme en lo bueno y acostumbrarme a que a
veces las cosas no salen como uno planea pero se debe encontrar la forma de solucionarlo y
darle pa’delante. Al grupo organizado de Volleyball, quienes fueron y aún son una gran parte
de lo que soy y de lo que me gusta hacer, gracias a los que me alentaron en cada pichanga a
terminar la memoria al mismo tiempo que entrenábamos en el deporte que tanto me gusta.

A mi pareja, Nataly Miranda, cuyo apoyo incondicional significó todo para mi, gracias
por esperarme hasta la noche porque tenía que terminar de montar alguna cosa, gracias
por visitar el laboratorio cada vez que podías, gracias por tu tiempo al escucharme sobre
obstáculos día tras día, gracias por recordarme constantemente que paso a paso las cosas van
saliendo, gracias por estar siempre ahí.

iii
Tabla de Contenido

1. Introducción 1
1.1. Motivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1.2. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2.1. Objetivos generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2.2. Objetivos específicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.3. Alcances . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.4. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.5. Organización de la memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 1: Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 2: Revisión bibliográfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 3: Diseño y descripción de probetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 4: Metodología experimental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 5: Resultados experimentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 6: Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

2. Marco Teórico 6
2.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
2.2. Inestabilidad fuera del plano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.3. Pandeo global y local de barras de refuerzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

3. Diseño y descripción de probetas 17


3.1. Geometría y refuerzo de probetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3.2. Caracterización de materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3.2.1. Acero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3.2.2. Hormigón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
3.3. Construcción y traslado de probetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.3.1. Fase 1 de construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.3.2. Fase 2 de construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.3.3. Fase de reparación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

4. Metodología experimental 39
4.1. Laboratorio de estructuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
4.2. Montaje experimental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
4.2.1. Actuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
4.2.2. Gatos hidráulicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
4.2.2.1. Postensado de barras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
4.2.3. Sistema de carga axial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
4.2.4. Marco de Acero y Restricción lateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

iv
4.2.5. Instrumentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
4.2.5.1. Transformadores diferenciales de variación lineal (LVDT) . . 52
4.2.5.2. Sistema de adquisición de datos . . . . . . . . . . . . . . . . 55
4.2.5.3. Fotogrametría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
4.2.6. Ensayo Experimental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

5. Resultados Experimentales 65
5.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
5.2. Adquisición y corrección de datos in situ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
5.3. Respuesta Global . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
5.3.1. Muro 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
5.3.1.1. Evolución del daño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
5.3.2. Muro 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
5.3.2.1. Evolución del daño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
5.3.3. Muro 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
5.3.3.1. Evolución del daño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
5.4. Análisis Comparativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
5.4.1. Rigidez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
5.4.2. Resistencia y Degradación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
5.4.3. Deformaciones unitarias de corte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
5.4.4. Ductilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
5.4.5. Inestabilidad Lateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
5.4.6. Modo de Falla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

6. Conclusiones 101
6.1. Recomendaciones constructivas de laboratorio . . . . . . . . . . . . . . . . . 104

Bibliografía 105

Anexos 107
A. Curvas Tensión vs Deformación Acero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
B. Curvas Tensión vs Deformación Hormigón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
C. Planos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
C.1. Viga de transferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
D. Perfil de desplazamiento lateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

v
Índice de Tablas

2.1. Rigidez de estribo requerida para diferentes modos de pandeo [12]. . . . . . . . 15


3.1. Geometría de la probeta 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.2. Distribución del refuerzo dentro de la probeta 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
3.3. Geometría de la probeta 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.4. Distribución del refuerzo dentro de la probeta 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
3.5. Geometría de la probeta 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
3.6. Distribución del refuerzo dentro de la probeta 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
3.7. Geometría de la probeta 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.8. Distribución del refuerzo dentro de la probeta 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3.9. Resultados promedio de ensayo a tracción de barras de refuerzo. . . . . . . . . 26
3.10. Resistencias f’c y promedio de ensayos a compresión de cilindros de hormigón. 28
3.11. Deformaciones ϵc y promedio de ensayos a compresión de cilindros de hormigón. 29
4.1. Derivas especificadas para cada ensayo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
4.2. Derivas especificadas para cada ensayo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4.3. Carga axial impuesta sobre cada probeta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
4.4. Detalle de LVDT’s utilizados y su ubicación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
5.1. Degradación del último drift del 4 % y fallo en el drift del 4.19 % para el muro 1. 87
5.2. Degradación del último drift del 3 % para el muro 2. . . . . . . . . . . . . . . . 88
5.3. Degradación del √ último drift del 1.2 % para el muro 3. . . . . . . . . . . . . . . 88
5.4. Valores de νmax / f ′ c para los 3 muros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
5.5. Parámetros geométricos de cada muro y su relación con la ductilidad. . . . . . 90
5.6. Rangos de pérdida de ductilidad en función de lw /b. . . . . . . . . . . . . . . . 91
5.7. Excentricidad crítica para cada muro en función de las propiedades de los ma-
teriales y cuantía de refuerzo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
5.8. Rigidez equivalente obtenida a partir de la configuración de estribos de los muros
E1 y M1. Los límites de rigidez equivalentes son 0.75 para el modo de pandeo 1
y 0.1649 para el modo de pandeo 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

vi
Índice de Ilustraciones

1.1. Daño típico en muros del primer piso (Foto: P. Bonelli [5]). . . . . . . . . . . . 2
1.2. Fenómeno de inestabilidad lateral de muros delgados por pandeo global de la
armadura de refuerzo (Foto: Mw =8.8 Terremoto en Chile, 27 de Febrero). . . 2
1.3. Fenómeno de pandeo de las barras longitudinales en los elementos de borde del
muro (Foto: Mw =8.8 Terremoto en Chile, 27 de Febrero). . . . . . . . . . . . 3
2.1. Variación√de la capacidad de deriva de techo en función de lw /b (a) y en función
de vmax / f ′ c (b) [2]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.2. Variación de la capacidad de deriva de techo en función de λb [2]. . . . . . . . 7
2.3. Deformaciones de pandeo fuera del plano[6]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.4. Respuesta de la columna de hormigón armado ante cargas cíclicas axiales: (a)
Deformación axial nominal versus Desplazamiento fuera del plano; y (b) Defor-
mación axial nominal versus Fuerza axial[7]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2.5. Estimación de la máxima defomación de tracción en columnas de hormigón
armado: (a) Deformación axial nominal versus Desplazamiento fuera del plano
normalizado; y (b) Deformación axial nominal versus Fuerza axial[7]. . . . . . 12
2.6. Desplazamiento en el plano versus desplazamiento máximo normalizado fuera
del plano: A, elemento de borde Oeste y B, elemento de borde Este [9]. . . . . 13
2.7. Esquema de los modos de pandeo[10]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
3.1. Esquema de la probeta 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3.2. Esquema de la probeta 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
3.3. Esquema de la probeta 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
3.4. Esquema de la probeta ET2[14] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.5. Esquema de la probeta 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3.6. Extensómetro en ensayo de tracción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3.7. Probetas cilíndricas para medición de resistencia real del hormigón. . . . . . . 27
3.8. Montaje del ensayo a compresión de cilindros de hormigón. . . . . . . . . . . . 28
3.9. Preparación de enfierraduras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.10. Avance del moldaje de los muros 3 y 4 durante la Fase 1. . . . . . . . . . . . . 30
3.11. Traslado de enfierraduras al interior del laboratorio. . . . . . . . . . . . . . . . 30
3.12. Zona de trabajo utilizada por la constructora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.13. Proceso de ensamblado de los moldajes - Fundación. . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.14. Proceso de ensamblado de los moldajes - Muros. . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
3.15. Proceso de ensamblado de los moldajes - Viga de transferencia. . . . . . . . . . 32
3.16. Proceso de ensamblado de los moldajes - Muros a la espera del hormigonado. . 33
3.17. Maquinaria implementada en el hormigonado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.18. Punto fijo de hormigonado de la bomba hidráulica. . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.19. Derrame de material en el hormigonado del muro 4. . . . . . . . . . . . . . . . 35
3.20. Ensayo de cono de Abrams para el hormigón original o el reajustado. . . . . . 36

vii
3.21. Confección de probetas cilíndricas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3.22. Proceso de reparación de la zapata de fundación y elementos de borde de la
probeta 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.23. Proceso de reparación de la zapata de fundación y elementos de borde de la
probeta 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
3.24. Evaluación de la probeta 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
4.1. Plano en planta del laboratorio Arturo Arias [14] . . . . . . . . . . . . . . . . 39
4.2. Laboratorio de estructuras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
4.3. Esquema del montaje de los muros antes del ensayo cíclico. . . . . . . . . . . . 41
4.4. Conexiones rotuladas del actuador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
4.5. Actuador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
4.6. Bomba hidráulica para el actuador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
4.7. Protocolo de ensayo modificado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4.8. Gatos hidráulicos y maniobra de postensado de barras. . . . . . . . . . . . . . 46
4.9. Conexión superior e inferior de las barras de acero que comprimen el muro. . . 48
4.10. Sistema de carga axial original. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
4.11. Sistema de carga axial modificado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
4.12. Sistema de restricción lateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
4.13. Pedestal independiente para el posicionamiento de sensores externos y su sistema
de sujeción de LVDT. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
4.14. Actuador montado y su respectivo LVDT de control. . . . . . . . . . . . . . . 53
4.15. Esquema de la ubicación de cada LVDT. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
4.16. Implementos del sistema de adquisición de datos. . . . . . . . . . . . . . . . . 56
4.17. Implementos del sistema de adquisición de datos. . . . . . . . . . . . . . . . . 56
4.18. Grilla de puntos aleatorios sobre la superficie blanca del muro. . . . . . . . . . 57
4.19. Montaje de cámaras con imagen global y local de cada zona de interés. . . . . 58
4.20. Izaje de muros para su posicionamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
4.21. Izaje e instalación de la rótula de la viga de transferencia. . . . . . . . . . . . . 61
4.22. Maniobra de postensado de barras en la fundación. . . . . . . . . . . . . . . . 62
4.23. Izaje e instalación del actuador con el marco de acero. . . . . . . . . . . . . . . 62
4.24. Izaje e instalación del sistema de carga axial con el marco de acero. . . . . . . 63
4.25. Conexiones finales en el sistema de carga axial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
4.26. Conexiones finales en el sistema de carga axial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
5.1. Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el ensayo del muro 1. 66
5.2. Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el ensayo del muro 2. 67
5.3. Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el ensayo del muro 3. 67
5.4. Carga axial en el tiempo para el Muro 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
5.5. Desplazamiento corregido para el Muro 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
5.6. Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 1. . . . . . . . . . . . . . . 69
5.7. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.1 %-0.6 %. . 70
5.8. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.9 %-1.65 %. 71
5.9. Fotografías locales del primer ciclo negativo del drift 1.65 %. . . . . . . . . . . 71
5.10. Fotografías locales del primer ciclo del drift 2 %. . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
5.11. Fotografías locales de los 3 ciclos negativos del drift 4 %. . . . . . . . . . . . . 72
5.12. Fotografías locales de los 3 ciclos negativos del drift 4 %. . . . . . . . . . . . . 73
5.13. Momento de fallo del muro 1 producto del corte de una barra del refuerzo lon-
gitudinal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

viii
5.14. Carga axial en el tiempo para el Muro 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
5.15. Desplazamiento corregido para el Muro 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
5.16. Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 2. . . . . . . . . . . . . . . 75
5.17. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.1 %-0.6 %. . 76
5.18. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.9 %-1.65 %. 77
5.19. Fotografías locales del primer ciclo negativo del drift 1.65 %. . . . . . . . . . . 77
5.20. Fotografías locales del primer ciclo del drift 2 % y 3 %. . . . . . . . . . . . . . 78
5.21. Daño del muro en las zonas de borde de compresión durante el inicio del segundo
ciclo del drift 3 %. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
5.22. Progresión el pandeo fuera del plano local del muro 2 durante el segundo ciclo
positivo del drift 3 %. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
5.23. Pandeo global del muro con barras de armadura longitudinal y de repartición
pandeadas y hormigón triturado en la zona fuera del elemento de borde. . . . . 79
5.24. Modo de falla del muro 2 con inestabilidad fuera del plano global en la zona de
compresión positiva del muro 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
5.25. Carga axial en el tiempo para el Muro 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
5.26. Desplazamiento corregido para el Muro 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
5.27. Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 3. . . . . . . . . . . . . . . 81
5.28. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.1 %-0.6 %. . 82
5.29. Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts 0.9 %-1.2 %. . 83
5.30. Fotografías locales de la zona de borde Este desde el comienzo del ensayo hasta
el drift positivo 0.9 % (Se indica con una flecha amarilla el offset inicial del muro). 83
5.31. Fotografías locales de la zona de borde Este desde el comienzo del ensayo hasta
el drift positivo 1.2 % (Se indica con una flecha amarilla el offset del muro al
comienzo del drift). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
5.32. Pandeo global fuera del plano para el final del ensayo 3, sobrepasando el drift
de 1.2 % en dirección Oeste (De izquierda a derecha: Vista Este, Vista Frontal,
Vista Oeste). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
5.33. Gráfico comparativo de Carga vs Deriva de techo . . . . . . . . . . . . . . . . 86
5.34. Gráfico comparativo de Carga vs Deriva de techo entre el espécimen E1 de
Díaz[1] y el primer ensayo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
5.35. Mapa de deformación unitaria ϵxy en el drift 1.2 %, dirección negativa. . . . . . 89
5.36. Variación de la ductilidad máxima en función de los parámetros en que definen
la esbeltez λb , c/lw y lw /b. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
5.37. Variación de la ductilidad máxima en función de los parámetros relacionados a
la altura del muro, hw /lw y hw /b. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
5.38. Gráfico de ductilidad en función de los parámetros geométricos de cada muro
comparado con los resultados de Segura (2018a)[19]. . . . . . . . . . . . . . . . 93
5.39. Desplazamiento fuera del plano del muro 1 medido en la mitad de a altura. . . 94
5.40. Desplazamiento fuera del plano del muro 2 medido en la mitad de a altura. . . 95
5.41. Desplazamiento fuera del plano del muro 3 medido en la mitad de a altura. . . 95
5.42. Desplazamiento fuera del plano de los 3 muros medido en la mitad de a altura. 96
5.43. Estado final de uno de los elementos de borde en los ensayos WP1 y WP6 de
Segura (2018a) [19]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
5.44. Comparación de los modos de falla entre el espécimen 1 de Díaz[1] y el muro 1. 99
5.45. Modos de falla del muro 2 y el muro 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

ix
A.1. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 6 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
A.2. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 8 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
A.3. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 10 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
A.4. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 12 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
A.5. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 16 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
A.6. Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para barras de diámetro
nominal de 18 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
B.1. Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión para cilindros de
hormigón del muro M1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
B.2. Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión para cilindros de
hormigón del muro M2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
B.3. Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión para cilindros de
hormigón del muro M3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
C.1. Vista lateral de la viga de transferencia. Perforaciones de los perfiles transver-
sales, nuevo perfil longitudinal, plancha L para la unión del perfil longitudinal
con la plancha lateral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
C.2. Vista planta de la viga de transferencia. Perforaciones de los perfiles transversales
y nuevo perfil longitudinal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
C.3. Vista frontal de la viga de transferencia. Perfiles transversales, nuevo perfil longi-
tudinal, planchas L para la unión del perfil longitudinal con las planchas laterales.114
D.1. Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 1 en función de la altura. . . 115
D.2. Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 2 en función de la altura. . . 116
D.3. Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 3 en función de la altura (Oeste).117
D.4. Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 3 en función de la altura (Este).118

x
Capítulo 1

Introducción

1.1. Motivación
La manera de abordar el diseño de muros de hormigón armado ha ido cambiando a través
de los años, pues estos se han vuelto cada vez más esbeltos para satisfacer requerimientos
arquitectónicos y económicos. Como consecuencia a este constante cambio, la norma ACI-318
ha sufrido modificaciones basadas en la forma de calcular elementos de hormigón armado,
pasando de un enfoque basado en los esfuerzos en 1983, en los desplazamientos de 1999 hasta
la modificación de 2014[3] donde se reconoce que la esbeltez de muros debía ser controlada
para evitar problemas de inestabilidad lateral.

En un país sísmico como Chile donde las estructuras de hormigón armado utilizan sus
muros como elementos resistentes a las fuerzas laterales y gravitacionales, se debe tener
especial atención a la ductilidad que le proporcionan la geometría y el detallamiento de
la armadura, pues eventos como el terremoto de 2010 que afectó a la Región del Maule,
mostraron que el método de diseño usado hasta entonces, la norma NCh433.Of96 basada en
la norma ACI 318-95, provocó problemas de inestabilidad lateral, hormigón de recubrimiento
descascarado y pandeo de los refuerzos longitudinales [4]. La mayoría del daño en muros en el
terremoto de 2010 ocurrió en los primeros niveles, en particular, en la zona inferior del muro
donde se produce el descascaramiento de hormigón y pandeo del refuerzo vertical debido a
la carga cíclica en tracción y compresión de los elementos de borde (Figura 1.1).

Esta carga cíclica provoca además el fenómeno de inestabilidad del muro fuera del plano.
Dependiendo de la geometría del muro y a un cierto valor de ductilidad impuesto por la
acción sísmica, se pueden producir altas demandas de deformación unitaria de tracción en
las zonas más solicitadas del muro, los extremos. Estas demandas de tensión provocan grietas
en el hormigón, las cuales deben cerrarse cuando se invierte la solicitación de tracción por
compresión para permitir que la carga sea distribuida a través del hormigón. Cuando las
grietas aún no se han cerrado y la carga de compresión se distribuye por el refuerzo vertical,
aumenta el riesgo de pandeo fuera del plano, comprometiendo la estabilidad lateral del muro.
Durante el sismo de 2010, se presentaron casos como el de la Figura 1.2, en el que un muro
con barras pandeadas lateralmente evidencia la falla por inestabilidad fuera del plano.

1
Figura 1.1: Daño típico en muros del primer piso (Foto: P. Bonelli [5]).

Figura 1.2: Fenómeno de inestabilidad lateral de muros delgados por pandeo


global de la armadura de refuerzo (Foto: Mw =8.8 Terremoto en Chile, 27
de Febrero).

2
Otro de los fenómenos que se presentaron durante el terremoto del 2010 fue el pandeo
local y global de las barras de refuerzo. Producto de las cargas de flexión y compresión, se
producen mayores deformaciones de compresión en los elementos de borde, provocando el
descacaramiento del recubrimiento y por lo tanto, las barras de refuerzo pierden una parte
del confinamiento, el cual pasa a recaer sobre los estribos. Si estos están demasiado espa-
ciados, presentan una rigidez demasiado baja o son inexistentes, no actúan como elementos
confinadores, permitiendo al refuerzo longitudinal el pandeo global, como se aprecia en la
Figura 1.3.

Figura 1.3: Fenómeno de pandeo de las barras longitudinales en los elemen-


tos de borde del muro (Foto: Mw =8.8 Terremoto en Chile, 27 de Febrero).

En este trabajo se pretende estudiar el efecto en la respuesta dúctil y los modos de falla
inducidos cuando se modifica la geometría de la sección transversal y las distintas configura-
ciones de refuerzo transversal en los elementos de borde del muro, mediante la construcción
y ensayo de 4 probetas de hormigón armado utilizando la fotogrametría y LVDT para la
recopilación y análisis de datos.

1.2. Objetivos
1.2.1. Objetivos generales
El objetivo principal de este proyecto medir y analizar el comportamiento de muros de
hormigón armado ante solicitaciones laterales a partir de la construcción y ensayo de 4
probetas sometidas un ensayo de carga cíclica lateral para determinar la relación entre la
inestabilidad lateral, el pandeo global y/o local de las barras longitudinales y la ductilidad
de un muro, siendo esta última representada por la deriva de techo.

3
1.2.2. Objetivos específicos
• Diseño y construcción de las probetas de acuerdo a los planos entregados, donde se
procure que la geometría y la calidad de los materiales sea la especificada.
• Montaje entre los equipos de ensayo y las probetas que permita aplicar las cargas de
manera correcta.
• Recopilación y análisis de datos mediante sensores y fotogrametría, que permita rela-
cionar los parámetros en estudio a la ductilidad del muro.

1.3. Alcances
Para el cumplimiento de los objetivos generales y específicos, se definen el siguiente listado
con las principales actividades a desarrollar durante el trabajo de título.

• Apoyo en el diseño de las probetas.


• Supervisión de la construcción de las probetas.
• Realización de ensayos de calidad de materiales.
• Familiarización y estudio del equipo de montaje del laboratorio.
• Ensayo de probetas y recopilación de datos.
• Análisis de datos.

1.4. Metodología
La metodología a seguir para este trabajo de tesis se divide en 3 etapas principales.

Una investigación bibliográfica del estado del arte de diversos estudios relacionados a la
ductilidad de muros de hormigón armado cuando se presentan modos de falla relacionados a
la inestabilidad fuera del plano del muro y al pandeo global-local de las barras de refuerzo
verticales.

En segundo lugar se supervisará la construcción de las probetas de hormigón armado


para que cumplan los estándares de calidad requeridos, siendo los materiales de construcción
hormigón de calidad G-25 y barras de acero A42-63H. Luego se coordinará el transporte
de probetas al laboratorio, donde serán ensayadas bajo una carga lateral cíclica en la zona
superior del muro.

Los datos registrados para los ensayos se basan la utilización de sensores de desplazamiento
LVDT para la obtención de la deriva y deformación del muro, y fotogrametría de la zona
frontal y lateral del muro, permitiendo observar el desplazamiento y la formación de grietas
en ambos planos de falla, además de permitir registrar la inestabilidad lateral fuera del plano.
El procesamiento de imágenes se realiza mediante el software Ncorr v1.2.

4
1.5. Organización de la memoria
Capítulo 1: Introducción
Se explican las motivaciones que impulsan a desarrollar el tema de la memoria, además
de presentar los objetivos que se buscan cumplir a lo largo del proyecto y la metodología que
se utilizará.

Capítulo 2: Revisión bibliográfica


Se entregan algunas conclusiones de otros trabajos realizados por distintos autores, las
cuales tengan relación directa con el desarrollo de la presente memoria.

Capítulo 3: Diseño y descripción de probetas


Se describe la geometría y la distribución de armadura de cada probeta. Se presentan los
ensayos de materiales y los parámetros relevantes. Se explica el proceso de construcción de
los muros y su eventual reparación.

Capítulo 4: Metodología experimental


Se presenta el laboratorio de estructuras y se explica detalladamente el montaje experi-
mental, tanto de los implementos y maquinarias utilizadas como la instrumentación para la
adquisición de datos.

Capítulo 5: Resultados experimentales


Se presentan los resultados relevantes de cada ensayo: histéresis, protocolo de carga y
evolución del daño. Luego, se realiza un análisis comparativo entre los 3 ensayos realizados
más el ensayo del espécimen 1 de Díaz[1].

Capítulo 6: Conclusiones
Se presentan las conclusiones obtenidas a partir de los resultados y de la realización del
proyecto en general.

5
Capítulo 2

Marco Teórico

2.1. Introducción
En esta sección se analizan los mecanismos de falla de muros esbeltos de hormigón armado
basados en la ductilidad. Estos elementos son susceptibles al descacaramiento del hormigón
de recubrimiento, pandeo de las barras de refuerzo e inestabilidad lateral fuera del plano,
según señala un estudio realizado por Abdullah y Wallace [2]. Tomando una base de datos de
resultados experimentales realizados en una diversidad de probetas y filtrando aquellas que
cumplían los requerimientos de diseño de la norma ACI 318-14[3], llegaron a la conclusión de
que la ductilidad, representada por la deriva de techo del muro, estaba ligada a la razón de la
profundidad del eje neutro en compresión con el espesor del muro (c/b),
√ ′ la razón entre el largo
y el espesor del muro (lw /b), el nivel de esfuerzo de corte (vmax / f c) y de la configuración
de los estribos en las zonas exteriores del muro. Además, definieron el parámetro λb como la
razón entre lw c y el cuadrado del espesor b.

La disminución del parámetro lw /b en muros implica un aumento en la ductilidad del


muro, es decir, dos muros con igual largo lw y distinto espesor b tendrán distintos valores
de ductilidad, aún cuando se modifiquen las cuantías de armadura del muro más delgado
para hacerlos comparables (figura 2.1.a). Este hecho radica en el segundo parámetro que
consideran Abdullah y Wallace, la razón de la profundidad del eje neutro en compresión con
el espesor del muro (c/b). Este parámetro tiene un impacto en la ductilidad, pues muros más
gruesos dan una mayor estabilidad al muro y aumentan su plasticidad.

Para medir de mejor manera la esbeltez del muro, se utiliza el parámetro λb , el cual
considera el impacto de las propiedades de los materiales, la carga axial, la geometría del muro
y las cuantía de refuerzo longitudinal. La Figura 2.2 muestra la variación de la capacidad de
deriva de techo en función de λb .

El efecto de la demanda de corte, representada por vmax / f ′ c, tiene un efecto negativo
en la capacidad de deriva del muro (figura 2.1.b) y el correcto detallamiento de la arma-
dura transversal del elemento de borde incrementa la ductilidad, donde el uso de estribos
superpuestos genera una mejor respuesta a cuando se utilizan estribos simples con ganchos
intermedios.

6
(a) (b)

Figura 2.1: Variación de la√capacidad de deriva de techo en función de lw /b


(a) y en función de vmax / f ′ c (b) [2].

Figura 2.2: Variación de la capacidad de deriva de techo en función de λb


[2].

De esta manera, la ecuación empírica predictiva derivada es


δc λb v
= 4.0 − − √max (2.1)
hw α 0.83 f ′ cM P a
En esta ecuación, el parámetro α toma el valor de 50 cuando se utilizan estribos super-
puestos y 40 cuando se utilizan estribos simples con ganchos intermedios. Por otro lado,
el parámetro λb indica que la capacidad de deformación aumenta a mayores a espesores,
mayores longitudes del eje neutro y menores largo de muro.

7
2.2. Inestabilidad fuera del plano
De acuerdo a las observaciones realizadas durante el terremoto de 2010 en Chile, la inesta-
bilidad fuera del plano fue un modo de falla recurrente en muros rectangulares de hormigón
diseñados bajo las normas modernas. El pandeo fuera del plano debido a cargas aplicada en
el plano del elemento se traduce en el pandeo lateral de los elementos de borde del muro en
donde se desarrollan grandes tensiones de tracción, seguidas por tensiones de compresión,
provocando el pandeo de barras de refuerzo longitudinal. Esto a su vez, es acentuado por las
excentricidades propias de la aplicación de la carga y la respuesta no uniforme de las barras
longitudinales en su etapa de post-fluencia en compresión.

Varios investigadores han postulado expresiones analíticas y llevado a cabo investigaciones


experimentales para caracterizar el fenómeno: Paulay y Priestley [6] desarrollaron una apro-
ximación para estimar el espesor mínimo en muros para evitar la inestabilidad lateral ante
valores máximos de ductilidad y postularon que la mayor fuente de esta problemática era la
deformación máxima de tracción previa al ciclo de compresión. Chai y Elayer [7] estudiaron
la respuesta ante cargas de tracción y compresión cíclicas de columnas de hormigón armado,
representando los elementos de borde de muros, y confirmaron que la máxima deformación de
tracción tiene una gran influencia en la inestabilidad lateral del muro. Dashti et al. [8] inves-
tigaron el desarrollo de la inestabilidad fuera del plano en un muro rectangular diseñado de
acuerdo a la norma NZS3101:2006 sometidos a carga cíclica lateral. De esta manera, podían
optar por un enfoque global del muro sin separar el elemento de borde en una sola columna,
lo cual incorpora el efecto de la relación del elemento de borde con el refuerzo longitudinal
de repartición.

En 1993, cuando la inestabilidad lateral inelástica aún no era comprendida completa-


mente, Paulay y Priestley aportaron sugerencias al diseño de muros de hormigón armado y
albañilería considerando el pandeo fuera del plano como un mecanismo de falla. Hasta esa
fecha, ya se habían identificado casos de pandeo fuera del plano en la zona comprimidas del
muro, pero ellos incorporaron el efecto de las deformaciones de tracción, parámetro que sería
determinante en la producción del fenómeno.

Muros sometidos a altas demandas de ductilidad de curvatura µϕ podrían presentar de-


formaciones de tracción tales como las idealizadas en la figura 2.3(a), donde el hormigón
comienza a presentar grietas. Durante la descarga del muro, el esfuerzo de tensión del re-
fuerzo vertical disminuye a cero, mientras que las grietas del hormigón no logran cerrarse
por completo debido a las deformaciones plásticas del acero. Esto impide que el hormigón
trabaje a compresión y por lo tanto, la carga es soportada por las barras de refuerzo. Debido
a las irregularidades de las grietas y de aplicación de la carga , la carga de compresión no
se reparte equitativamente en los refuerzos y uno de ellos tenderá a fluir y pandearse en
compresión primero que el otro como se muestra en la figura 2.3(b), hasta que las grietas
del hormigón se cierren y le permitan al material volver a trabajar. Para muros con un so-
lo refuerzo longitudinal, generalmente muros de albañilería armada, los casos (c) y (d) son
análogos al fenómeno anterior.

8
Figura 2.3: Deformaciones de pandeo fuera del plano[6].

El desplazamiento lateral δ (figura 2.3 (b))dependerá principalmente del espesor de la


grieta ∆c y la distribución de las barras de refuerzo longitudinales βb como se aprecia en la
figura 2.3(e). Por otro lado, el tamaño de las grietas dependerá de la máxima deformación
residual de tracción ϵsm impuesta en las barras de acero en el ciclo de carga-descarga anterior.

Para calcular la ductilidad de curvatura µϕ , debemos entender que esta se produce por el
efecto de un movimiento sísmico que impone un desplazamiento lateral del techo del muro
µ∆ , en donde ambos parámetros se relacionan mediante la siguiente ecuación:

(µ∆ − 1) ϕu
µϕ =    +1=
3 lp
he
1− lp
2he
ϕy

Donde:
• µ∆ : Ductilidad de desplazamiento
• µϕ : Ductilidad de curvatura
• ϕy : Curvatura de fluencia
• ϕu : Curvatura máxima
• he : Altura efectiva del muro empotrado
• hw : Altura total del muro empotrado
• lp : Largo de la rótula plástica
El largo de rótula plástica corresponde a la zona en donde la curvatura máxima se mantiene
constante y está dada por la siguiente ecuación:

lp = (0.20 + 0.044Ar ) · lw

9
Donde:
• lw = Largo del muro
• Ar = Razón de aspecto (hw /lw )
El desplazamiento lateral δ puede escribirse en término del espesor del muro δ = ξ · b,
donde ξ se define como la razón de excentricidad y se calcula mediante la siguiente expresión:
!2
ϵsm l0
ξ=
8β b
De esta manera, el espesor crítico queda definido como:
s
ϵsm
bc = l0
8βξ
Dado que las demandas de ductilidad son inducidas por el movimiento sísmico, la esti-
mación de parámetros no es aplicable al diseño, razón por la cual se tomaron una serie de
simplificaciones que conducen a las siguientes expresiones:

ϵsm = 0.0024µϕ


ξ ≤ 0.5(1 + 2.35m − 5.53m2 + 4.7m)
Donde m corresponde a la razón de refuerzo mecánico m=ρfy /fc′ , siendo ρ es la cuantía
de refuerzo longitudinal local en el elemento de borde del muro.

Finalmente, asumiendo que la ubicación de las barras de refuerzo es de la forma β=0.8


y respetando los límites establecidos anteriormente, se deduce una expresión más compacta
destinada al diseño de muros,
s
µϕ
bc = 0.019lp (2.2)
ξ
En el trabajo de Chai y Elayer, se volvió a examinar la estabilidad lateral de muros
de hormigón armado mediante el ensayo de columnas de hormigón armado bajo ciclos de
tracción y compresión. Basado en una relación cinemática entre la deformación axial y el
desplazamiento fuera del plano, y la relación entre la fuerza axial frente a la respuesta de
deformación axial, se describió el comportamiento de las columnas y se desarrolló un modelo
para la predicción de la máxima deformación por tracción. Como se aprecia en la figura 2.4,
la columna experimenta distintas etapas en función de la deformación axial que se aplica:

1. Etapa (a): La columna ha experimentado una deformación de tracción suficientemente


grande como para formar amplias grietas a lo largo de la misma y permitir la fluencia
del acero.
2. Etapa (b): En este punto se ha experimentado en contracción lineal tanto del hormigón
como del acero, la cual no ha provocado inestabilidad lateral.
3. Etapa (c): Mientras la contracción de la columna continúe del punto b, se producirá un
desplazamiento fuera del plano debido a las excentricidades de la carga axial. Hasta que

10
el hormigón cierre sus grietas, la carga de compresión en este punto es tomada por las
barras de refuerzo, pudiéndose llegar a la fluencia de una o ambas capas del refuerzo
longitudinal.
4. Etapa (d): Si la carga de compresión provoca la fluencia de ambas capas de acero de
refuerzo, se reducirá la rigidez de la columna y se incrementarán los desplazamientos
laterales fuera del plano. Dependiendo de la magnitud de la deformación de tracción
inicial, se puede continuar con la etapa (e) o (f).
5. Etapa (e): Si las grietas iniciales no son demasiado grandes, la compresión de la columna
resultará en el cierre de las fisuras. A medida que las fisuras se cierran, el pandeo fuera
del plano se reduce levemente pero se incrementará en la medida que la compresión
sobre la columna aumente y terminará en la rotura del hormigón.
6. Etapa (f): Si las grietas iniciales son demasiado grandes, de forma que la compresión
de la columna no resultaría en el cierre de las fisuras sino en un aumento continua del
desplazamiento fuera del plano y pandeo de la columna.

Figura 2.4: Respuesta de la columna de hormigón armado ante cargas cícli-


cas axiales: (a) Deformación axial nominal versus Desplazamiento fuera del
plano; y (b) Deformación axial nominal versus Fuerza axial[7].

Debido al análisis anterior, se ha formulado el siguiente criterio de diseño en base a limitar


la magnitud de la deformación de tracción impuesta en muros de hormigón armado. Dicha
deformación puede ser escrita en función de la deformación elástica producto de la descarga
de la tensión de tracción ϵe , la deformación producto de la carga de compresión asociada a la
fluencia del refuerzo ϵr y la deformación axial producto del cierre de las fisuras del hormigón
ϵ∗a . Las tres deformaciones están ligadas a las etapas antes mencionadas como se muestra en
la figura 2.5
ϵsm = ϵe + ϵr + ϵ∗a

11
La deformación elástica ϵe y la deformación asociada a la fluencia del refuerzo ϵr pueden ser
escritas en función de la deformación de fluencia de las barras de acero como ϵe = η1 ·ϵy y ϵr =
η2 ·ϵy . Los valores de η1 son cercanos a 1.5, mientras que η2 está entre 3 y 5. Conservadoramente
se define η1 =1 y η2 =2.

La deformación axial producto del cierre de las fisuras del hormigón ϵ∗a puede ser escrita
en términos de la curvatura máxima del muro en su semi altura y el espesor del muro;
ϵ∗a =0.5ϕmax b. Considerando que el desplazamiento lateral de la semi altura del muro está
definido como δm =clo2 ϕmax , es posible despejar la deformación del cierre de las fisuras del
 2
hormigón como ϵ∗a = 2c1 b
lo
ξc .

De esta manera, se puede escribir la deformación de tracción máxima como


!2
π2 b
ϵsm = ξc + 3ϵy (2.3)
2 lo

Figura 2.5: Estimación de la máxima defomación de tracción en columnas


de hormigón armado: (a) Deformación axial nominal versus Desplazamiento
fuera del plano normalizado; y (b) Deformación axial nominal versus Fuerza
axial[7].

En el trabajo de Dashti et Al [8] se investigó la evolución de la inestabilidad fuera del


plano en muros rectangulares a través del ensayo experimental de un muro con doble refuerzo
longitudinal sujeto a cargas cíclicas en el plano del muro, diseñado bajo la norma neozelandesa
NZS3101:2006.

Durante el ensayo de la probeta se observó la siguiente secuencia de eventos:


• El desarrollo de grandes esfuerzos de tracción sobre el refuerzo longitudinal lleva a la
generación de grandes esfuerzos de compresión durante el ciclo siguiente resultando en
la fluencia de las barras. Cuando esta ocurre sobre una altura efectiva de pandeo causa
la reducción en la capacidad resistente del muro y se produce el pandeo fuera del plano.

12
• A medida que aumenta la deformación fuera del plano, se cierran las grietas de la cara
del muro que están siendo comprimidas, lo que provoca que el hormigón vuelva a tomar
carga y por lo tanto el muro recupera resistencia al modo de falla.
• Como el fenómeno es dependiente de la deformación residual de tracción de las barras
longitudinales, la deformación fuera del plano crece con el incremente de las derivas
de techo aplicadas y en el número de ciclos por deriva. El muro se vuelve inestable
cuando las deformaciones residuales de tracción son lo suficientemente grandes como
para impedir el cierre de las grietas en el hormigón. Luego de esto, el muro llega a la
deformación fuera del plano crítica igual a la mitad del espesor del muro.

La figura 2.6 muestra los resultados del desplazamiento fuera del plano normalizado por
el espesor, en función del máximo desplazamiento de techo.

Figura 2.6: Desplazamiento en el plano versus desplazamiento máximo nor-


malizado fuera del plano: A, elemento de borde Oeste y B, elemento de
borde Este [9].

Finalmente, Dashti et al. [9] realiza un estado del arte de las investigaciones llevadas a
cabo acerca de la inestabilidad fuera del plano como un modo de falla, tanto en trabajos
experimentales, modelos analíticos y numéricos.

13
2.3. Pandeo global y local de barras de refuerzo
El desempeño de los muros de hormigón armado ante eventos sísmicos han demostrado
la vulnerabilidad de estos elementos ante el pandeo y fractura del refuerzo longitudinal,
descascaramiento del hormigón y de la inestabilidad lateral [5]. Las metodologías de diseño
de muros utilizadas actualmente [3] les permiten responder predominantemente a flexión, a
pesar de que la mayoría de estos elementos han reportado fallas debido a la pérdida de la
capacidad de compresión en los elementos de borde.

Numerosas investigaciones han mostrado que el pandeo del refuerzo longitudinal es un


estado límite que debe ser considerado en el desempeño sísmico. Para evitar la degradación
de la resistencia en compresión se limita el espaciamiento entre estribos limitando la razón de
esbeltez de las barras de refuerzo, calculada como la razón entre el largo de la barra sin soporte
lateral y su diámetro. Sin embargo, el problema con el pandeo de barras está principalmente
asociado a casos donde los estribos no restringen adecuadamente el desplazamiento lateral de
las barras longitudinales[10], pudiéndose puede pasar de un modo de pandeo local (1) a uno
global (3), como se muestra en la figura 2.7. El modo de pandeo se define como el número
de espaciamientos de estribos dentro de los cuales se desarrolla el pandeo de la barra de
refuerzo, donde el modo de pandeo 1 es el deseable dado que significa que los estribos están
contrarrestando la tendencia al pandeo del refuerzo longitudinal. Cuando el modo de pandeo
aumenta, también lo hace la razón de esbeltez y la capacidad de compresión de la barras se
reduce, impactando negativamente la capacidad a flexión del muro.

Figura 2.7: Esquema de los modos de pandeo[10].

Autores como Thomsen y Wallace [11] llevaron a cabo estudios experimentales en muros
esbeltos de hormigón armado, de los cuales se pudo concluir que, a medida que se disminuía el
espaciamiento de los estribos, aumentaba en la capacidad de deformación del muro debido al
confinamiento del hormigón pero se veía perjudicado el desempeño de las barras de refuerzo
ante el pandeo.

14
Dhakal y Maekawa [12] concluyeron que la rigidez efectiva de los estribos define la resisten-
cia al pandeo del refuerzo longitudinal y vieron nuevamente que mejorando el confinamiento
del hormigón al reducir el espaciamiento de los estribos, se aumentaban las demandas de
carga axial sobre las barras longitudinales, propiciando el pandeo de barras.

Es importante reconocer que el largo de pandeo de las barras longitudinales puede sobre-
pasar el espaciamiento entre estribos cuando su rigidez con respecto a la rigidez de las barras
longitudinales es pequeña o cuando la separación entre estribos disminuye.

Utilizando criterios de energía, Dhakal y Maekawa [12] establecieron fórmulas analíticas


que permiten relacionar las rigideces entre los estribos y las barras longitudinales, para poder
predecir el modo de pandeo. En primer lugar, se calcula la rigidez de los estribos mediante
la siguiente expresión,
Et At nl
kt = (2.4)
le nb
Donde:
• Et : Módulo elástico del material
• At : Área de la sección del estribo
• le : Largo del estribo en la dirección del pandeo
• nl : Número de barras de estribos a lo largo de la dirección de pandeo
• nb : Número de barras longitudinales propensas al pandeo
Luego se calcula la rigidez requerida, mediante método de energía, para diferentes modos
de pandeo. La formulación teórica lleva a obtener los valores de rigidez requerida de la tabla
2.1.

Tabla 2.1: Rigidez de estribo requerida para diferentes modos de pandeo


[12].

Stable Equivalent Required Stifness Keq Average of


buckling (Lateral Ties Eliminated in) central L/2 and L/3
mode, n Central L/2 Central L/3 Central L/4 keq
1 0,7500 0,7500 0,7500 0,7500
2 0,1649 0,1649 0,1649 0,1649
3 0,0976 0,0976 0,0371 0,0976
4 0,0758 0,0137 0,0137 0,0448
5 0,0084 0,0084 0,0084 0,0084
6 0,0063 0,0063 0,0032 0,0063
7 0,0052 0,0022 0,0022 0,0037
8 0,0046 0,0016 0,0016 0,0031
9 0,0013 0,0013 0,0008 0,0013
10 0,0011 0,0006 0,0006 0,0009

15
La contribución de los estribos en
q la resistencia al pandeo de las barras longitudinales es
efectiva cuando se cumple que L/D (f y/100) ≤ 8. Dhakal y Maekawa entregan la siguiente
metodología de diseño para evitar la degradación de la resistencia ante pandeo de barras.
1. Diseñar los estribos de acuerdo a criterios de corte.
q
2. Calcular el valor de s/D (f y/100). Si es mayor a 8, se debe reducir el espaciamiento s
de tal manera que se cumpla el criterio.
q
3. Si es menor a 8, se busca el mayor modo de pandeo n tal que s/D (f y/100) no sea
mayor a 8.
4. Calcular la rigidez axial del estribo para cada barra longitudinal, de acuerdo a la ecuación
2.4.
5. Comparar la razón kt /(π 4 EI/s3 ) con la rigidez equivalente requerida keq correspondiente
al modo n, determinado en el paso 3 de la tabla 2.1.
6. Si la razón es mayor que keq correspondiente al modo n, el sistema es capaz de evitar el
pandeo prematuro de las barras longitudinales.
7. Si la razón es menor que keq , el diámetro debe ser incrementado y/o el espaciamiento
debe ser reducido. Se debe repetir el paso 2 al 6 hasta que la razón until the ratio
kt /(π 4 EI/s3 ) sea mayor que el keq correspondiente al modo n.

16
Capítulo 3

Diseño y descripción de probetas

Los diversos ensayos llevados a cabo en el laboratorio han tenido que adaptarse a las
condiciones materiales que este provee. En su tesis, Díaz [1] describe el laboratorio y sus
componentes. El muro de reacción tiene 3,7 metros de alto, 3,95 metros de largo y 1,4 metros
de espesor, lo que limita la altura de los muros a ensayar. Por ello, y para lograr capturar las
relaciones de aspecto típicas de edificaciones chilenas, se especifican muros de ensayo con la
geometría mostrada en los subcapítulos siguientes. Además, se describe el sistema de montaje
experimental e instrumentación utilizado.

3.1. Geometría y refuerzo de probetas


El proyecto contempla la construcción de 4 probetas de hormigón armado (E1, E2, E3 y
E4) con sección transversal rectangular. Las dimensiones y el detallamiento de la armadura
de refuerzo para las probetas 1, 2 y 3 se basan en los estudios llevados a cabo por Díaz
[1] y Manríquez [13], mientras que la probeta 4 se basa en el trabajo de Muñoz [14]. Esto
permite realizar comparaciones generales de la variación en el comportamiento de muros
esbeltos de hormigón armado cuando se varían sus propiedades geométricas y la disposición
de la armadura. Independiente de lo anterior, las probetas son diseñadas para estudiar el
efecto de la reducción del espesor y el largo del muro, así como la asimetría en el refuerzo
longitudinal de borde. Para esto se utilizan las probetas E1 y E2, las cuales representan el
efecto de la reducción del espesor, pasando de 150 mm a 100 mm, mientras que la probeta
E3 corresponde a un aumento del largo del muro en un 50 % con respecto a la probeta E2.
La probeta E4 busca estudiar la asimetría en el refuerzo longitudinal de borde mediante la
emulación del muro T ensayado por Muñoz y el efecto que tiene la ausencia del ala y las losas
en la estabilidad del muro.

Cada una de las probetas posee una viga de transferencia de hormigón armado con una
sección transversal de 30 cm de alto y 40 cm de ancho, con largo igual al largo del muro
respectivo. Así mismo, se dispone de un pedestal de fundación con una sección transversal
de 40 cm de alto y 70 cm de ancho, con un largo variable y orificios que permiten conectar
el muro al sistema de carga axial y al laboratorio.

17
El diseño de la primera probeta consiste en una modificación en la armadura de los ele-
mentos de borde del muro base ensayado por Díaz[1], cuyas dimensiones se muestran en la
tabla 3.1. La cuantía del refuerzo longitudinal se calcula considerando el cabezal del muro
igual al doble de la distancia entre el centro geométrico de las 4 barras de refuerzo y el límite
del muro, de manera que se obtiene una cuantía del 4 % con 4 barras de diámetro 16 mm.
Dicha armadura de borde se extiende no solo a través del muro sino que además atraviesa
completamente la viga de transferencia y la fundación, con el fin de materializar el anclaje
a dichos elementos con un largo de desarrollo de 15 veces el diámetro. El mismo criterio fue
aplicado al refuerzo vertical de repartición. La cuantía del refuerzo central vertical se calcula
considerando un área de hormigón igual al ancho del muro multiplicado por el largo del mu-
ro menos 2 veces el cabezal antes descrito, obteniéndose un 0,32 % de cuantía, por sobre el
mínimo del 0,25 %, mediante la distribución de una doble malla de diámetro 8 mm espaciada
cada 200 mm. De la misma manera, la cuantía del refuerzo horizontal es de 0,35 %, también
superior al mínimo de diseño y con la misma distribución. Con respecto a la cuantía del
refuerzo transversal dado por los estribos, esta corresponde a un 0,96 %, superior al 0,54 %
utilizado en los ensayos de Díaz, debido a la modificación del diámetro de los estribos de 6
mm a 8 mm. Los estribos se disponen con un espaciamiento de 70 mm en los primeros 910
mm de altura donde se produce la rótula plástica, mientras que en el resto de la altura del
muro se dispone de estribos espaciados a 140 mm.

La tabla 3.2 muestra el detalle del refuerzo utilizado en todo el muro, mientras que la
figura 3.1 muestra el dimensionamiento del muro de la probeta 1.

Tabla 3.1: Geometría de la probeta 1.

Probeta 1
hw [mm] 2650
lw [mm] 900
b [mm] 150

Tabla 3.2: Distribución del refuerzo dentro de la probeta 1.

Refuerzo ρ,real [ %] Armadura utilizada


Borde 3,97 % 4ϕ16
Central vertical 0,32 % D.M. ϕ8@200 mm
Central horizontal 0,35 % D.M. ϕ8@200 mm
Confinamiento 0,96 % Eϕ8@70 mm

18
La figura 3.1 muestra el esquema en elevación longitudinal y transversal de la probeta 1.

Figura 3.1: Esquema de la probeta 1.

Para la probeta 2, se hizo una reducción del espesor del muro a 100 mm pero se mantu-
vieron el resto de parámetros geométricos (Ver tabla 3.3) y refuerzos de armadura, mas no
así las cuantías, las que se vieron ligeramente aumentadas como se muestra en la tabla 3.4.
La figura 3.2 muestra el dimensionamiento de la probeta 2.

Tabla 3.3: Geometría de la probeta 2.

Probeta 2
hw [mm] 2650
lw [mm] 900
b [mm] 100

19
Tabla 3.4: Distribución del refuerzo dentro de la probeta 2.

Refuerzo ρ,real [ %] Armadura utilizada


Borde 5,96 % 4ϕ16
Central vertical 0,48 % D.M. ϕ8@200 mm
Central horizontal 0,53 % D.M. ϕ8@200 mm
Confinamiento 1,44 % Eϕ8@70 mm

Figura 3.2: Esquema de la probeta 2.

Para la probeta 3, se hizo un aumento del largo del muro a 1350 mm pero se mantuvieron
el resto de parámetros geométricos (Ver tabla 3.5) y refuerzos de armadura con respecto a
la probeta 2. Debido a esa nueva configuración geométrica, se debió modificar tanto la viga
de transferencia como el diseño de la fundación, cuyo detalle se encuentra en el Anexo. Con
respeto a la armadura, esta se mantuvo constante con respecto a las probetas anteriores,
siendo posible apreciar el detalle en la tabla 3.6. La figura 3.3 muestra el dimensionamiento
de la probeta 3.

20
Tabla 3.5: Geometría de la probeta 3.

Probeta 3
hw [mm] 2650
lw [mm] 1350
b [mm] 100

Tabla 3.6: Distribución del refuerzo dentro de la probeta 3.

Refuerzo ρ,real [ %] Armadura utilizada


Borde 5,96 % 4ϕ16
Central vertical 0,47 % D.M. ϕ8@200 mm
Central horizontal 0,53 % D.M. ϕ8@200 mm
Confinamiento 1,44 % Eϕ8@70 mm

Figura 3.3: Esquema de la probeta 3.

21
La probeta 4 emula un muro T en términos de cuantías de borde. Así como la probeta
1 fue obtenida a partir de un trabajo experimental anterior, esta probeta corresponde a
la traducción del muro ET2 de Muñoz en un muro esbelto rectangular. Se han mantenido
todas las dimensiones geométricas del muro, especificadas en la tabla 3.7. Con respecto a
la distribución de la armadura longitudinal y transversal dentro de la probeta, encontramos
diferencias significativas con el resto de muros.

En primer lugar, la armadura longitudinal del ala del muro ET2 es condensada, pasando
de 12 ϕ 10 + 4 ϕ 6 (As=1055 [mm2 ]) a 4 barras de 18 mm de diámetro (As=1018 [mm2 ]), lo
cual resulta en una cuantía longitudinal del 5,65 % para dicho elemento de borde, mientras
que el extremo opuesto conserva las 4 barras de 12 mm de diámetro original, dando como
resultado una cuantía del 2,62 %. La figura 3.4 muestra el detalle de la armadura vertical,
estribos y armadura horizontal para la probeta ET2 de Muñoz. Con respecto a la armadura
de repartición vertical, esta mantuvo tanto el espaciamiento como el diámetro original, es
decir, una doble malla ϕ6 a 150 mm. Con respecto a los estribos y la doble malla horizontal,
estos se superponen cada 75 mm, siendo una doble malla ϕ6 a 150 mm y estribos Eϕ6 a 150
mm.

Tabla 3.7: Geometría de la probeta 4.

Probeta 4
hw [mm] 2650
lw [mm] 1200
b [mm] 120

Figura 3.4: Esquema de la probeta ET2[14]

22
La tabla 3.8 muestra el detalle de las cuantías y distribución de la armadura dentro de la
probeta 4, mientras que la figura 3.5 muestra el esquema respectivo.

Tabla 3.8: Distribución del refuerzo dentro de la probeta 4.

Refuerzo ρ,real [ %] Armadura utilizada


Borde 2,62 % 4ϕ12
Borde 5,65 % 4ϕ18
Central vertical 0,31 % D.M. ϕ6@150 mm
Central horizontal 0,32 % D.M. ϕ6@150 mm
Confinamiento 0,31 % Eϕ6@150 mm

Figura 3.5: Esquema de la probeta 4.

23
Además del diseño de los muros en sí, cada probeta materializa el empotramiento del
muro a la base del laboratorio y la transferencia de desplazamientos laterales mediante la
fundación y la viga de transferencia, respectivamente.

La fundación está conformada por una sección transversal de 400 mm de alto y 700 mm
de ancho, y un largo variable que depende de la longitud del muro más 500 mm de longitud.
La forma y dimensiones consideradas provienen del diseño realizado por Díaz, basado en el
posicionamientos de los orificios en la fundación que permitirán al muro anclarse a la losa de
reacción y al sistema de carga axial. Estos orificios son creados mediante la incorporación de
tubos de PVC, dentro de las cuales se pretende ubicar barras Dywidag.

Tanto para las barras que materializan el anclaje de la probeta a la losa del laboratorio
como para las barras que componen el sistema de carga axial, se ha decidido utilizar barras de
32 mm de diámetro, por lo que la materialización de los orificios se realiza con tubos PVC de
50 mm de diámetro exterior. Eso permite tener una holgura en la ubicación de cada probeta
a la losa pero por sobre todo, le otorga un juego lo suficientemente amplio a las barras del
sistema de carga axial para inclinarse lateralmente en la medida que la deriva de techo del
muro aumenta durante el ensayo.

La ubicación de las perforaciones antes definidas permitirán tanto el anclaje del muro
como definir los puntos de aplicación de la carga axial, pues esta cambia en función de la
probeta a ensayar. En particular, sólo la cuarta probeta amerita una aplicación equivalente
de carga descentrada, ubicada a L/3 del extremo con mayor armadura longitudinal, debido
a que se pretenden recrear todas las condiciones a las que se sometió la probeta ET2 de
Muñoz, como se muestra en la figura 3.5. Con respecto al resto de probetas, la resultante de
la aplicación de la carga será a L/2.

De la misma manera, la viga de transferencia de carga posee perforaciones que le permiten


la unión con el actuador y el sistema de carga axial. Estos orificios son materializados con
tubos de PVC de 25 mm de diámetro ubicados transversal y longitudinalmente, con el fin
de dejar camino a barras Dywidag de 15 mm de diámetro nominal que permiten la conexión
de la rótula de conexión al actuador (barras longitudinales) y la incorporación de placas de
acero en el sistema de restricción lateral (barras transversales). Todos estos sistemas serán
repasados en el montaje experimental.

24
3.2. Caracterización de materiales
El control de calidad de cada material se detalla a continuación. Se realizan ensayos de
compresión en probetas cilíndricas de hormigón y ensayos de tracción a barras de acero, para
todos los diámetros utilizados en la construcción de los muros. Los ensayos son realizados en
la máquina servo-hidráulica universal Instron®, modelo 600LX con capacidad a tracción y
compresión de 300 y 600 [kN] respectivamente, perteneciente al Departamento de Ingeniería
Civil.

3.2.1. Acero
El acero utilizado en las barras corresponde a un A63-42H de 420 MPa de tensión de
fluencia nominal. Para el confinamiento del muro 4 se utilizan barras estriadas de 6 mm,
importadas desde Mendoza, Argentina, por Fernando Muñoz[14]. Utilizar estas barras nos
permite recrear de mejor manera los estribos utilizados en los muros T.

Para el control de calidad del acero, se utilizan 3 barras de 30 cm de largo por cada
diámetro nominal de barra utilizada en los muros de cada probeta, es decir, ϕ6, ϕ8, ϕ10,
ϕ12, ϕ16 y ϕ18. Se omiten las barras de diámetro ϕ22 utilizadas en la fundación debido a
que esta no es objeto de estudio en este trabajo. Son ensayadas a tracción en la máquina
universal a una tasa de deformación de 5 [mm/min], con el objeto de lograr una condición
cuasi-estática. Adicionalmente, se utiliza un extensómetro que registra las deformaciones del
acero, el cual debe ser removido antes de llegar a la rotura de la barra para así evitar el daño
por el impacto. La figura 3.6 muestra el montaje del ensayo de las barras.

Figura 3.6: Extensómetro en ensayo de tracción.

25
Las curvas tensión-deformación para todos los diámetros de barra se muestran en el Anexo.
Cada gráfico contiene las curvas obtenidas por la máquina universal y por el extensómetro.
Este último se utiliza para tener una mayor fiabilidad en el cálculo del módulo de elasticidad,
pues el dial de la máquina universal no solo mide la deformación de la barra sino también
las deformaciones del sistema completo: mordazas, muelas, barra, etc.

Los resultados extraídos a partir de los ensayos de tracción se muestran en la tabla 3.9

Tabla 3.9: Resultados promedio de ensayo a tracción de barras de refuerzo.

Diámetro ϵy [mm/mm] fy [MPa]


ϕ6 0.0034 659.5
ϕ8 0.0026 637.3
ϕ10 0.0021 492.0
ϕ12 0.0027 566.1
ϕ16 0.0022 492.9
ϕ18 0.0020 479.3

3.2.2. Hormigón
El hormigón utilizado en los 4 muros corresponde a un G-25 (90) 13-12 con 25 MPa de
resistencia nominal a la compresión, 13 mm de diámetro máximo nominal para los áridos y
12 cm de cono. El objetivo es obtener un hormigón fluido que pueda atravesar la enfierradura
de los muros más delgados al hormigonar verticalmente.

Para controlar la resistencia real del material, se confeccionan cilindros de 100 mm de


diámetro y 200 mm de alto, destinados a ensayos de compresión, de acuerdo a las especifi-
caciones de la norma NCh 1017-2009[15]. La extracción de muestras durante el hormigonado
sigue las indicaciones de la norma NCh 171-2008[16], siendo recogidas en el punto en que
se hormigona la sección muro de cada probeta, con el fin de obtener la resistencia real del
muro, descartando el hormigón inicial, el cual al ser bombeado, tiende a arrojar valores de
resistencia real menores a las encontradas en el resto del muro, de acuerdo a lo encontrado
en experiencias anteriores (Muro ET3 - Fernando Muñoz[14]).

Las probetas cilíndricas son curadas dentro del laboratorio, bajo las mismas condiciones
ambientales de los muros, con el fin de procurar que sean representativas. La figura 3.7
muestra las probetas para cada muro (16 en total).

26
Figura 3.7: Probetas cilíndricas para medición de resistencia real del hor-
migón.

Debido a la necesidad de realizar reparaciones en la fundación y elementos de borde en los


muros 2 y 3, se toman 2 cilindros extra para el control de resistencia (figura 3.7). El hormigón
utilizado corresponde a un hormigón predosificado H-01 Presec®, de calidad H-30.

Al igual que las probetas de acero, las probetas de hormigón son ensayadas en la máquina
universal, con una tasa de deformación de 0,5 [mm/min] en compresión. La máquina está
configurada registrar la carga aplicada mediante su propia celda de carga y se encarga de
llevar a los cilindros a su capacidad máxima, deteniéndose cuando se alcanza el 80 % de
degradación de la probeta.

A pesar de que la máquina universal puede registrar deformaciones durante el ensayo,


los valores que obtiene incluyen la deformación del sistema de ensayo completo, y no la
deformación exclusiva de la probeta. Por este motivo, se utiliza un sistema de dos anillos1
que se encuentran fijos al cilindro de hormigón entre los cuales se colocan 2 LVDT, de manera
de obtener una deformación ponderada (figura 3.8).

1
Cada anillo se encuentra está ubicado en los tercios centrales de la probeta cilíndrica y se fija a la probeta
cilíndrica mediante el punzonamiento que aplican 3 tornillos, los cuales no deben atravesar la probeta para
no inducir fallas ni grietas.

27
(a) (b)

Figura 3.8: Montaje del ensayo a compresión de cilindros de hormigón.

Las probetas cilíndricas son ensayadas en días posteriores al ensayo del muro respectivo2 ,
resultando en las curvas tensión-deformación que se muestran en el Anexo. La resistencia
máxima obtenida en cada probeta y su promedio se muestra en la tabla 3.10, mientras que
la tabla 3.11 muestra la deformación ϵc análoga.

Tabla 3.10: Resistencias f’c y promedio de ensayos a compresión de cilindros


de hormigón.

Parámetro M1 M2 M3
f’c 1 [MPa] 26.6 31.1 33.7
f’c 2 [MPa] 29.9 29.0 32.8
f’c 3 [MPa] 29.1 31.2 31.1
f’c 4 [MPa] 29.1 32.7 33.2
f’c [MPa] 28.7 31.0 32.7

2
Como se explica en capítulos posteriores, debido a problemas constructivos, el muro 4 se descarta del
estudio.

28
Tabla 3.11: Deformaciones ϵc y promedio de ensayos a compresión de cilin-
dros de hormigón.

Parámetro M1 M2 M3
ϵc 1 [mm/mm] 0.0036 0.0025 0.0036
ϵc 2 [mm/mm] 0.0028 0.0030 0.0033
ϵc 3 [mm/mm] 0.0036 0.0031 0.0031
ϵc 4 [mm/mm] 0.0033 0.0032 0.0033
ϵc [mm/mm] 0.0033 0.0030 0.0033

3.3. Construcción y traslado de probetas


El proceso de construcción de las probetas fue realizado por dos empresas contratistas. La
cotización original contemplaba que un solo contratista llevara a cabo todo el proceso de cons-
trucción y traslado de las probetas hacia el laboratorio. Sin embargo, por razones externas,
el primer contratista debió dejar inconcluso el trabajo, el cual retomó el segundo contratista.
Se definen ambos períodos de construcción como la Fase 1 y Fase 2 de la construcción.

3.3.1. Fase 1 de construcción


Al igual que en ensayos de muros anteriores, la construcción de las enfierraduras y molda-
jes se realizó en zonas externas al laboratorio de Estructuras. La empresa contratada, “Turbo
máquinas S.P.A.”, realizó las tareas de adquisición de materiales y construcción de las arma-
duras (figura 3.9). Debido a inconvenientes derivados de la pandemia de Covid-19, los plazos
destinados a la construcción fueron ampliamente superiores a los planificados originalmen-
te, significando un retraso de un par de meses. Debido a esto mismo, el contratista se vio
imposibilitado en continuar el proyecto, por lo que su último avance fue realizar el moldaje
correspondiente a los muros 3 y 4 (figura 3.10) y trasladar todo el material al laboratorio
(figura 3.11).

Figura 3.9: Preparación de enfierraduras.

29
Figura 3.10: Avance del moldaje de los muros 3 y 4 durante la Fase 1.

(a) (b)

Figura 3.11: Traslado de enfierraduras al interior del laboratorio.

30
3.3.2. Fase 2 de construcción
El proyecto fue retomado por la empresa "Vera Consultores S.P.A.”, quienes fueron encar-
gados de terminar de montar los moldajes y hormigonar. A diferencia de la fase anterior, esta
fue realizada enteramente en el laboratorio y la zona de trabajo anexa al estacionamiento del
mismo (figura 3.12).

Figura 3.12: Zona de trabajo utilizada por la constructora.

Los moldajes fueron ensamblados dentro del laboratorio, comenzando por la fundación
(figura 3.13), las paredes de los moldajes (figura 3.14) y la viga de transferencia (figura
3.15). La figura 3.16 muestra el ensamblado final de los moldajes en su momento anterior al
hormigonado.

Figura 3.13: Proceso de ensamblado de los moldajes - Fundación.

31
(a) Interior. (b) Exterior.

Figura 3.14: Proceso de ensamblado de los moldajes - Muros.

Figura 3.15: Proceso de ensamblado de los moldajes - Viga de transferencia.

32
Figura 3.16: Proceso de ensamblado de los moldajes - Muros a la espera del
hormigonado.

El hormigonado se realizó mediante un camión mixer de “Melón S.A.”(figura 3.17.b) y una


bomba hidráulica (figura 3.17.a) contratada por la misma constructora, que debe instalarse
previo a la llegada del camión, con tuberías de acero que dirigan el hormigón a una zona fija
de descarga3 (figura 3.18).

Los muros se hormigonan de manera vertical, pero se comienza a verter hormigón direc-
tamente en las fundaciones por medio de unas ventanas dejadas a los costados. Sin embargo,
la densidad de armadura impidió el flujo constante a la fundación, provocando en desborde
del material a los costados. Por lo tanto, se decidió seguir hormigonando desde la viga de
transferencia, procurando vibrar correctamente para que el hormigón descendiera hacia las
fundaciones. Este procedimiento se llevo a cabo con éxito en los muros 1, 2 y 3, siendo el
muro 4 el que presentara un problema de resistencia de los moldajes, dejando escapar mate-
rial por la zona inferior del muro (figura 3.19.a). Junto a la rotura del moldaje se produjo un
engrosamiento del muro en la base (figura 3.19.b).

3
Es importante tener en cuenta que la bomba se debe cebar antes de comenzar con el hormigonado, por lo
que es necesario contar con un receptáculo que contenga la lechada inicial. En este caso, se ha empleado
un tambor de plástico de 120 L de capacidad.

33
(a) Bomba hi- (b) Camión Mi-
dráulica. xer.

Figura 3.17: Maquinaria implementada en el hormigonado.

Figura 3.18: Punto fijo de hormigonado de la bomba hidráulica.

34
(a) (b)

Figura 3.19: Derrame de material en el hormigonado del muro 4.

A medida que se realizaba el hormigonado, se extrajeron muestras mediante una carretilla


para poder realizar el ensayo del cono de Abrams (figura 3.20) y confeccionar las probetas
cilíndricas (figura 3.21) para registrar la resistencia del hormigón de cada muro, 4 por cada
uno de ellos. La extracción de las muestras de hormigón se realizó siguiendo las indicaciones
de la norma NCh 171-2008[16], solicitando al operador de camión mixer que desviara el flujo
del hormigón hacia la carretilla para extraer el volumen de material destinado a hacer los
ensayos y probetas cilíndricas.

La realización del ensayo asentamiento del cono de Abrams para determinar la docilidad
del hormigón fue realizado siguiendo las indicaciones de la norma NCh 1019-2009[17]. Este
ensayo se realizó dos veces, dando un asentamiento de 15 cm para el hormigón original
(figura 3.20.a) y un asentamiento de 20 cm para el hormigón reajustado (figura 3.20.b). Dicho
ajuste se realiza para mejorar la docilidad del hormigón y procurar que pueda atravesar sin
problemas el sistema de bombeado y las armaduras de los muros. El muro 4 es el primero
en ser hormigonado verticalmente desde la viga de transferencia y, al presentar problemas
de resistencia del moldaje del muro en la zona inferior, se decide cambiar la docilidad del
hormigón, a costa de su resistencia. Por lo tanto, el hormigón con el cono original sólo fue
depositado en parte de las fundaciones de los muros y en menos de 1/4 del muro 4. Para el
resto del hormigonado, se utilizó el hormigón reajustado.

35
La confección de las probetas cilíndricas de hormigón (figura 3.21) se realiza de acuerdo a
las indicaciones de la norma NCh 1017-2009[15]. Este procedimiento se repite para cada muro,
siendo el muro 4 caracterizado con el hormigón reajustado, debido a la mayor proporción de
este en el muro. El curado de las probetas cilíndricas se realiza bajo las mismas condiciones
que los muros, con el objetivo de dar una mayor representatividad a los parámetros. Se cubre
con papel film la superficie de los cilindros para mantener su humedad.

(a) (b)

Figura 3.20: Ensayo de cono de Abrams para el hormigón original o el


reajustado.

(a) (b)

Figura 3.21: Confección de probetas cilíndricas.

36
3.3.3. Fase de reparación
El proceso del desmoldaje fue realizado 10 días después del proceso de hormigonado, en
donde se pudieron observar imperfecciones en las probetas 2, 3 y 4, las cuales fueron reparadas
mediante la aplicación de puente adherente Sikadur®-32 gel y hormigón predosificado H-01
Presec®.

La probeta 2 presentó problemas en la zona superior de la zapata de fundación y en la


zona inferior de los elementos de borde del muro (figura 3.22.a). Para la reparación de la
fundación se realizó un picado de las zonas débiles y se aplicaron los productos de reparación
antes mencionados (figura 3.22.b). Para la reparación de los elementos de borde se volvió a
realizar un picado del elemento con el fin de utilizar un nuevo moldaje en la zona y se aplicó
el hormigón H-01 (figuras 3.22.c y 3.22.d).

(a) (b) (c) (d)

Figura 3.22: Proceso de reparación de la zapata de fundación y elementos


de borde de la probeta 2.

La probeta 3 presentó los mismos problemas que la probeta 2, con una envergadura un
poco mayor. Para la reparación de la fundación se volvió a realizar un picado de las zonas
débiles y se aplicaron los productos de reparación (figura 3.23). La reparación de los elementos
de borde realiza con un picado de la zona con el fin de utilizar el nuevo moldaje y se aplicó
el hormigón H-01 (figuras 3.23.c y 3.23.d).

37
(a) (b) (c) (d)

Figura 3.23: Proceso de reparación de la zapata de fundación y elementos


de borde de la probeta 3.

Con respecto a la probeta 4, debido a la rotura del moldaje durante el proceso de hormi-
gonado, se produjo un engrosamiento en las paredes del muro junto a la desviación fuera del
plano de la armadura de refuerzo vertical y el armadura del elemento de borde. Esto implica
un daño irreparable en la probeta, por lo que se descarta su ensayo para este proyecto (figura
3.24).

(a) (b)

Figura 3.24: Evaluación de la probeta 4.

38
Capítulo 4

Metodología experimental

En este capítulo se desarrolla la metodología utilizada para desarrollar el proyecto, descri-


biendo el laboratorio, la instrumentación e implementos utilizados, así como la metodología
de cada ensayo.

4.1. Laboratorio de estructuras


Los ensayos de los muros son llevados a cabo en el Laboratorio de Estructuras “Arturo
Arias” (figura 4.1) perteneciente al Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de
Chile. El laboratorio posee un muro y losa de reacción (Figuras 4.2.a y 4.2.c), ambos con
orificios ubicados perpendicularmente a 40 cm entre sí, que permiten el anclaje de equipos y
probetas de ensayo4 . El muro de reacción tiene una altura de 3,7 metros, un ancho de 3,95
metros y un espesor de 1,4 metros. La losa de reacción cubre un área de 18,45 x 9,7 m2
y un espesor de 60 cm. Ambas estructuras son diseñadas para resistir cargas de hasta 100
tonf. Para realizar maniobras de movimiento de carga, se cuenta con un puente grúa5 marca
Felco®con capacidad de izaje de 10 [ton] (Figura 4.2.b) y un marco de acero con un tecle
manual con cadenas con capacidad de izaje de 5 [ton].

Figura 4.1: Plano en planta del laboratorio Arturo Arias [14]

4
La distribución de los orificios no es uniforme en toda la extensión de la losa de reacción, sino que tiene
franjas donde no existen orificios, debido a la ubicación de los muros subterráneos.
5
Para la utilización del puente grúa, es necesario realizar una capacitación con personal de IDIEM para
tomar conocimiento de todas las funcionalidades y restricciones de la estructura

39
(a) Muro de reac- (b) Puente grúa
ción

(c) Losa de reacción

Figura 4.2: Laboratorio de estructuras.

40
4.2. Montaje experimental
Con respecto a los muros, el hormigón se deja fraguando por al menos 28 días antes
de comenzar los ensayos. Es importante verificar que las superficies de las probetas que
tendrán contacto con placas de acero se encuentren lo suficientemente lisas para que las
cargas se transmitan correctamente, así como también que las perforaciones no se encuentren
obstruidas ni dañadas y permitan el paso a las barras de acero especificadas.

La figura 4.3 muestra el esquema general del montaje de los muros y los implementos
utilizados, los cuales serán descritos a continuación.

Figura 4.3: Esquema del montaje de los muros antes del ensayo cíclico.

41
4.2.1. Actuador
El actuador (Figura 4.5) es un gato hidráulico que se posiciona a una altura que coincide
con el centro de la viga de transferencia de carga de cada muro y se encarga de generar la
deriva de techo, controlando el desplazamiento lateral de cada probeta y midiendo la carga
necesaria para alcanzar la deformación requerida en cada instante del ensayo.

El alcance del pistón del actuador es de suma importancia a la hora de posicionar la


probeta, pues su rango de desplazamiento va desde los 13 cm en su máxima compresión6 ,
hasta los 60 cm en su máxima expansión.

Para sujetar este instrumento al muro de reacción, se utiliza un apoyo rotulado, el cual
es anclado mediante barras Dywidag ϕ32 mm (figura 4.4.b), mientras que para sujetarlo a la
viga de transferencia de carga de cada muro, se utiliza una conexión rotulada más pequeña
(figura 4.4.a) que se ancla mediante barras Dywidag ϕ15 mm.

(a) Rótula Este. (b) Rótula Oeste.

Figura 4.4: Conexiones rotuladas del actuador.

6
Se recomienda que, al dejar de utilizar el actuador por largos períodos de tiempo, no se deje el pistón en su
máxima compresión, pues esto puede provocar que se corte el flujo de aceite y que sea necesario destrabar
el pistón.

42
Figura 4.5: Actuador.

La medición de la carga es registrada por una celda de carga Interface y modelo 1200HC.1244
de capacidad de 1200 [kN], la cual forma parte del actuador y se ubica entre el émbolo que
controla el desplazamiento y la rotula que da hacia al muro de ensayo.

Ahora bien el desplazamiento del actuador es controlado mediante una botonera conectada
a una bomba hidráulica (Figura 4.6) que permite regular el flujo del aceite dentro del actuador
y así mover el muro hacia desde un extremo a otro (Dirección Este u Oeste), con una precisión
que puede alcanzar desplazamientos de décimas de milímetros y permitiendo aplicar una
capacidad de empuje superior a 100 tonf. A pesar de la precisión de la bomba, el sistema
bomba-actuador requiere la utilización de LVDT para medir cuanto es lo que se desplaza el
Muro.

Figura 4.6: Bomba hidráulica para el actuador.

43
Con el motivo de estandarizar estos ensayos con los experimentos realizados tanto inter-
nacional como nacionalmente, el desplazamiento impuesto por el actuador cumple con lo
impuesto por la ACI374.1 [18]. Este protocolo consiste en desplazamientos cíclicos pseudo-
estáticos que incluyen al menos dos derivas de techo en el rango lineal del sistema a ensayar
con el subsecuente aumento de estos hasta llegar a la falla global de la probeta. Estos despla-
zamientos se calculan en base a una altura de 2,8 [m] medida desde la base del muro hasta el
punto medio de la viga de transferencia. Se decide iniciar el desplazamiento hacia el Oeste,
con el fin de recrear las condiciones impuestas por Díaz[1].

La tabla 4.1 muestra los desplazamientos y derivas de techo alcanzadas en cada ciclo,
las cuales fueron especificadas por Díaz[1], con el fin de recrear su protocolo de carga. La
posición del actuador se define de forma de obtener una elongación máxima del actuador de
300 [mm] en la dirección oeste y 200 [mm] en la dirección este, más que suficiente para las
solicitaciones de desplazamientos esperadas. Lo anterior se realizó con 2 placas metálicas de
espesor 5[cm] anexados entre la rótula oeste y el muro de reacción.

Tabla 4.1: Derivas especificadas para cada ensayo.

Desplazamiento [mm] Deriva [ %]


2,8 0,1
5,6 0,2
8,4 0,3
11,2 0,4
16,8 0,6
25,2 0.9
37,8 1,35
56 2,0
84 3,0
112 4,0
168 6,0

A pesar de que se tenía especificado un protocolo específico de carga para los 3 ensa-
yos, debido a una serie de circunstancias, se tuvo que modificar dicho protocolo durante el
transcurso del terreno.

La interfaz de LabView, programa utilizado para registrar y controlar los sensores de


desplazamiento y las celdas de carga, no se encontraba optimizada al momento del primer
ensayo. En particular, se hizo muy necesario definir los offset para cada sensor, es decir, definir
el inicio del ensayo como desplazamiento igual a 0 en todos los sensores. Esto ayudaría
enormemente en los ensayos posteriores, puesto que es fácil identificar posibles derivas de
voltaje.

Por otro lado, luego del primer ensayo se incorporó el cálculo del Desplazamiento Late-
ral Corregido por traslación y rotación de la fundación de la probeta. No contar con este
dato durante el ensayo 1 significó que se tuviese que calcular e incorporar manualmente la
corrección por giro y traslación, lo que a su vez dificultaba la fluidez del ensayo.

44
El factor más importante que influyó en la aplicación del protocolo de carga incorrecto
fue durante el inicio del ensayo, cuando los desplazamientos del orden milimétricos eran
difíciles de medir con los sensores. Por ello se decidió guiar los drifts iniciales mediante fuerza
controlada, asumiendo que las cargas alcanzadas por Díaz[1] serían bastante similares a las
que alcanzaría la probeta 1. Esto se cumplió durante los 2 primeros drifts: 0,1 % y 0,2 %. Sin
embargo, para el momento en que se llegó al drifts de 0,3 % estimado en fuerza, ocurrió que el
desplazamiento había alcanzado en realidad el 0,6 %, acusando un comportamiento no lineal
durante los 3 primeros drifts, pues se habían utilizado incrementos de 5 [ton] entre drifts.

Luego de omitir 2 drifts del protocolo, se decide continuar desde el drift 0,6 % en adelante.
Dado que los ciclos omitidos se encuentran en el rango lineal de respuesta del muro, su
omisión no perjudica los resultados finales. Luego, antes de alcanzar el drift 1.35 %, se decide
compensar con 2 drifts adyacentes: 1,2 % y 1,65 %, los cuales cumplen los criterios de la norma
ACI374.1 [18]. Finalmente, el protocolo de carga aplicado a los 3 ensayos es el siguiente:

Tabla 4.2: Derivas especificadas para cada ensayo.

Desplazamiento [mm] Deriva [ %]


2,8 0,1
5,6 0,2
16,8 0,6
25,2 0.9
33,6 1,20
46,2 1,65
56 2,0
84 3,0
112 4,0
168 6,0

Figura 4.7: Protocolo de ensayo modificado.

45
4.2.2. Gatos hidráulicos
Se utilizan cuatro gatos hidráulicos (Figura 4.8.a) para el postensado de la fundación del
muro, y para conformar el sistema de carga axial de cada muro.

(a) Gatos hidráu- (b) Postensado


licos.

Figura 4.8: Gatos hidráulicos y maniobra de postensado de barras.

El sistema de control de estos gatos consiste en una bomba hidráulica con un panel táctil,
la cual tiene la capacidad mantener el flujo constante de manera de controlar desde 1 hasta
4 gatos en paralelo. Posee un tipo de control manual y otro automático, siendo este último
el más utilizado en el laboratorio, debido a que se basa en la lectura de una celda de carga
instalada en serie al elemento al cual se le quiera aplicar alguna carga. El control manual se
aplicó solamente para llevar a los gatos hidráulicos a la mitad de su recorrido máximo (13
cm) con el fin de evitar que apliquen la carga en el sistema de carga axial con un margen de
desplazamiento adecuado.

46
4.2.2.1. Postensado de barras
El postensado de barras se realiza con un gato hidráulico, una silla de carga acoplada y
una celda de carga, ordenados como se muestra en la figura 4.8.b. Las barras postensadas
se ubican en la fundación de la probeta, la cual es anclada a la losa de reacción mediante
barras Dywidag®de diámetro 32 mm. A continuación, se detalla cada una de las maniobras
realizadas para cada muro.

• Unión Fundación-Losa de reacción

Se realiza con pernos helicoidales Dywidag®de diámetro 32 mm de alta resistencia , lo


cual permite materializar un empotramiento que evite el levantamiento y el deslizamien-
to de la unión. La carga de postensado aplicada es de 15 [ton], menor a la requerida
para que la fundación no se levante, debido a que la resistencia de fluencia d la barra
no debe ser sobrepasada por la suma del postensado más la carga aplicada durante el
ensayo. La figura 4.8.b muestra la unión unión de la fundación a la losa de reacción.
• Unión Actuador-Muro de reacción

Se realiza con pernos helicoidales Dywidag®de diámetro 32 mm de alta resistencia , lo


cual permite materializar un empotramiento que evite el deslizamiento y la rotación de
la unión. A pesar de que en estudios anteriores se habían postensado las barras de esta
unión, las dificultades en la maniobra han llevado a dejar de utilizar el postensado en
esta zona. Por lo tanto, se aplica torque a las tuercas mediante una llave inglesa y un
perfil circular de acero que amplia el brazo de palanca aplicado.
• Unión Viga de transferencia- Actuador

Las barras de esta unión consisten en pernos Dywidag®helicoidales de diámetro de 15


[mm] y, al igual como sucedía en la unión de la rótula del muro de reacción, la dificultad
de la maniobra no permite aplicar carga axial a las barras para postensar. En cambio, se
vuelve a utilizar el sistema de llave inglesa más un brazo palanca para aplicar el mayor
torque posible a la tuerca.

4.2.3. Sistema de carga axial


El sistema de carga axial (Figura 4.11) permite simular la carga axial presente en el
muro de la edificación típica del edificio chileno, la cual controla el comportamiento del
muro ante cargas laterales. La carga compresiva se simula mediante la tracción de 4 barras
Dywidag®de 32 mm (Sistema GEWI®) de 40 [ton] de carga de elasticidad, las cuales se
anclan a la fundación en la zona inferior (figura 4.9.a) y en la zona superior son ancladas
a gatos hidráulicos, los que a su vez transfieren la reacción de compresión a la viga de
transferencia mediante una serie de perfiles de acero. Durante el ensayo, la tensión de cada
barra se mantiene uniforme y constante mediante el movimiento del émbolo de cada gato
hidráulico, los cuales son regulados por el flujo de aceite de la bomba manteniendo un sistema
cuasi-estático.

47
(a) Inferior (b) Superior

Figura 4.9: Conexión superior e inferior de las barras de acero que compri-
men el muro.

Originalmente, el sistema de carga axial estaba conformado por los siguientes elementos:
• Perfil Cajón.
• Perfiles Doble C atiesados.
• Celda de carga
• Gatos hidráulicos
• Barras Dywidag de diámetro 25 mm.
• Placas de anclaje.
• Tuercas de 25 mm.

48
Cada proyecto requería que el sistema de perfiles fuese modificado, en particular que los
perfiles transversales fuese reubicados sobre el perfil longitudinal, materializando las uniones
mediante soldadura (figura 4.10). Los constantes ciclos de soldadura hacían sospechar de la
pérdida de resistencia del material en dichas zonas, lo que insta a buscar un nuevo sistema
de unión.

Ante este escenario, se decide reemplazar el perfil longitudinal, cambiando un perfil cajón
250x400 por un perfil doble T 250x400x20 mm con un largo de 1,7 m con perforaciones de 15
mm en el ala superior y 14 atiesadores 210x190x10 mm por lado. Se mantienen los perfiles
transversales, haciendo las perforaciones pertinentes para conectarlo al perfil longitudinal.

Para evitar que el sistema de restricción lateral produzca mucho roce sobre la superficie
de la viga de transferencia de hormigón, se utiliza una plancha de acero 900x300x10 mm con
perforaciones de 20 mm. Las perforaciones de la plancha coinciden con las perforaciones en
la viga de transferencia de hormigón, en las cuales se atraviesan barras Dywidag de 15 mm.
Además, se define un sistema de conexión del perfil longitudinal a la viga de transferencia
de hormigón, mediante 2 planchas en forma de L que se apernan al ala superior del perfil
longitudinal y al hormigón mediante las dos barras que atraviesan el mismo (Ver figuras en
el anexo C.1, C.2 y C.3).

Dado que las barras Dywidag que se habían utilizado anteriormente habían sido llevadas
a niveles altos de carga, debían ser remplazadas constantemente. Por ello, se decidió utilizar
barras Dywidag®de 32 mm (Sistema GEWI®) de 40 [ton] de carga de elasticidad, las cuales
serían cargadas con máximo 9 [ton] en cada ensayo, los cual permitía reutilizarlas.

Figura 4.10: Sistema de carga axial original.

49
Figura 4.11: Sistema de carga axial modificado.

El valor de la carga axial impuesta sobre cada muro se calcula en base a un porcentaje del
10 % de la resistencia máxima nominal del hormigón y el área transversal nominal (10 % de
(f ′ c · Ag )), con el objetivo de tener resistencias de momento comparables entre las 3 probetas.
Por otra parte, la bomba hidráulica que controla cada gato puede aplicar valores enteros de
carga lo que significa que se tendrá un delta de carga extra. La tabla 4.3 muestra los valores
de carga axial porcentual impuesta y la carga aplicada sobre cada barra.

Tabla 4.3: Carga axial impuesta sobre cada probeta.

Carga Axial N/(f ′ c · Ag )[ %] Carga barra [tonf]


Nominal Real Nominal Real
Probeta 1 10 10.67 8.4 9.0
Probeta 2 10 10.67 5.6 6.0
Probeta 3 10 10.67 8.4 9.0

4.2.4. Marco de Acero y Restricción lateral


Manríquez[13] y Díaz[1] diseñaron y construyeron el sistema de restricción lateral confor-
mado por un marco de acero cuya función es restringir el desplazamiento fuera del plano del
muro mientras se realice el ensayo. Para ello, el marco de acero cuenta con cuatro barras que
conectan con 2 planchas de acero unidas al sistema de carga axial, mediante un apoyo desli-
zante materializado con la punta de barra redondeada (Figura 4.12.b). Las barras se unen al
marco de acero mediante dos puntales, cuya altura es ajustable en función de la altura del
muro ensayado.

El marco de acero cuenta en su zona superior con un tecle, permitiendo levantar hasta 5
[tonf] de peso, lo que posibilita el movimiento de los instrumentos y maquinarias utilizadas en
los ensayos. En particular, el actuador y el sistema de carga axial son montados gracias a esta
estructura y, durante el ensayo, se conecta el sistema de carga axial al tecle para resguardar
la seguridad de los participantes ante una posible falla o caída de este (figura 4.11).

50
En su zona inferior, el marco de acero cuenta con 4 ruedas que permiten su desplazamiento
libre dentro del laboratorio. Para restringir su movimiento durante la realización del ensayo
se utilizan cuatro topes triangulares de acero que anclan la estructura a la losa de reacción.
La Figura 4.12.a muestra el marco de acero con las barras de punta redondeada instaladas y
el tecle en la zona superior.

(a) (b)

Figura 4.12: Sistema de restricción lateral

4.2.5. Instrumentación
Con el fin de estudiar el comportamiento global de cada muro se dispone de una instru-
mentación basada en medición de desplazamientos del muro por LVDT y fotogrametría, lo
que permite obtener las curvas histeréticas de tensión vs drift de techo, los desplazamientos
máximos fuera del plano y más, resultados que serán abordados en el siguiente capítulo.

De experiencias anteriores, se pudo observar que la fotogrametría podría ahorrar recursos


de instrumentación al permitir obtener desplazamientos y esfuerzos a lo largo del ensayo. Por
este motivo, se redujo considerablemente la cantidad de sensores LVDT a utilizar.

51
4.2.5.1. Transformadores diferenciales de variación lineal (LVDT)
Los LVDT son sensores constituidos por un cuerpo cilíndricos hueco y un núcleo, o core,
que se desplaza libremente dentro del sensor. Por cada delta de desplazamiento del core
dentro del cilindro, se produce una diferencia de potencial de voltaje, la cual es transmitida
al centro de adquisición de datos para luego ser traducida, mediante constantes calibradas,
a desplazamientos del orden milimétrico. Para el set de ensayos se utilizan LVDT bipolar
Macrosensors®DC 750, los cuales miden en un rango aproximado de -10 [V] a 10 [V], y
con posibilidad de medir desde 1 hasta 20 pulgadas dependiendo del orden de magnitud de
desplazamientos esperados en cada ubicación clave.

Para poder medir los desplazamientos laterales desde un sistema independiente al montaje
del muro, se ha dispuesto un pedestal o columna de acero, en la cual se fijan dos LVDT
externos de desplazamiento lateral (figura 4.13). Para la fijación de los sensores, se dispone
de un sistema de agarre de madera, el cual es sujetado al poste mediante barras con hilo y
tuercas (figura 4.13.b).

(a) (b)

Figura 4.13: Pedestal independiente para el posicionamiento de sensores


externos y su sistema de sujeción de LVDT.

52
Los desplazamientos que permiten describir el drift de techo y sus correcciones se muestran
a continuación:
• LVDT ROT. Izquierdo: Corresponde al LVDT ubicado al lado Oeste de la fundación y
mide el levantamiento que se produce en esta zona producto de las cargas aplicadas en
dirección Este sobre el muro. Debido a la asimetría en el postensado de barras, se espera
que el lado Oeste se levante aproximadamente el doble que el lado Este, por lo que este
sensor mide hasta 2 pulgadas desplazamiento.
• LVDT ROT. Derecho: Corresponde al LVDT ubicado al lado Este de la fundación y
mide el levantamiento que se produce en esta zona producto de las cargas aplicadas
en dirección Oeste sobre el muro. Este LVDT es de 1 pulgada pues se espera que el
levantamiento de este lado de la fundación sea menor a su contrapuesto. Junto con el
LVDT anterior permiten obtener la corrección por giro de la fundación.
• LVDT Inferior: Corresponde al sensor ubicado en la zona inferior del pedestal lateral y
mide el desplazamiento lateral de la fundación producto de las cargas aplicadas tanto
en dirección Este como en dirección Oeste. En el ensayo 1, este sensor era de 20 pul-
gadas pero por inconvenientes de conexión, para los ensayos 2 y 3 se utilizó un sensor
de 1 pulgada, debido que los desplazamientos esperados en este sensor eran del orden
milimétrico.
• LVDT Superior: Corresponde al sensor ubicado en la zona superior del pedestal lateral,
específicamente a la mitad de la altura de la viga de transferencia (2,8 m desde la base
del muro). Mide el desplazamiento lateral del muro en altura y permite determinar el
drift al que se está sometiendo al muro en cada ciclo. Este LVDT es de 20 pulgada
debido a los grandes desplazamientos de techo a los que se espera llegar, cercanos al
4 %.
• LVDT Actuador: Corresponde al sensor ubicado en la zona superior del actuador y
mide el desplazamiento exclusivo del pistón del actuador. Por ende, no considera las
deformaciones elásticas que sufren las barras de sujeción de las rótulas durante el ensayo
y sólo sirve como un control secundario del drift de techo. Al igual que el LVDT Superior,
este sensor es de 20 pulgadas (figura 4.14).

Figura 4.14: Actuador montado y su respectivo LVDT de control.

53
La figura 4.15 muestra un esquema con la ubicación de cada uno de los sensores LVDT
y el desplazamiento que registran. Para una mejor idea de la orientación de la probeta, el
Actuador se encuentra hacia el lado Oeste, mientras que el pedestal se encuentra al lado Este.

Dado que los movimientos cíclicos del ensayo requieren un rango de desplazamiento en
ambas direcciones, se debe procurar que los LVDT queden centrados, es decir, que el core se
encuentre rondando los 0 [V]. Para ello, una vez que los sensores se encuentran pegados con
adhesivo epóxico (LVDT de rotación) o apernados al pedestal, se pueden acomodar con los
pernos que aprietan los contenedores de madera que los sujetan.

La calibración de cada LVDT se hace de manera individual y por separado bajo condiciones
óptimas del laboratorio. El procedimiento consiste en desplazar el core dentro del LVDT en
desplazamiento conocidos de 5 [mm] (Para sensores de 1 y 2 [”]) y de 50 [mm] (Para sensores
de 10 [”]).

Figura 4.15: Esquema de la ubicación de cada LVDT.

54
Los sensores utilizados durante los 3 ensayos7 se enumeran y ubican en la tabla 4.4.
Los canales (CH Tarjeta) a los que se hace referencia en la tabla se refieren al sistema de
adquisición de datos elaborado por Muñoz[14] en su set de ensayos.

Tabla 4.4: Detalle de LVDT’s utilizados y su ubicación.

Sensor Código Tamaño Calibración Ch Tarjeta Ubicación


LVDT [-] [”] [mm/v] [-] (No Ensayo)
1 86005 20 29,574 4 Actuador (1)
2 148461 1 1,350 2 Desp. Fundación (2-3)
3 148462 1 1,342 1 Rotación Este (3)
4 148464 1 1,354 1 Rotación Este (1-2)
5 6165457 2 2,612 0 Rotación Oeste (1-3)
Desp. Fundación (1)
6 6165466 20 30,117 4
Actuador (2-3)
7 6162298 20 28,325 3 Deriva de control (1-3)

4.2.5.2. Sistema de adquisición de datos


En su trabajo, Muñoz[14] construyó una caja de conexión (figura 4.16.b) para LVDT’s,
con 32 entradas DB9 y una salida DB37 que lleva las señales de los sensores a un solo
módulo del sistema de adquisición y tres entradas de voltaje (positivo, neutro y negativo)
que se conectan a una fuente de poder marca RIGOL®(modelo DP832) con alimentación
de ± 15 [V] (figura 4.17.a). En esta caja de conexión se conectan los 5 LVDT’s descritos
anteriormente, ordenados de acuerdo a los canales de la tabla 4.4.

El equipo utilizado para la adquisición de datos son el chasis modelo NI cDAQ-9188XT


(National Instruments ®) y los módulos de lectura de datos modelo NI9205 (lectura de
voltaje) y NI9237 (lectura de celda de carga). La caja de conexión de LVDT se conecta al
módulo NI9025 mediante una extensión DB378 . El chasis es conectado a una fuente específica
modelo NIPS-15 para ser energizado.

La celda de carga del actuador se conecta al canal Ch0 del módulo NI9237.

Las señales son llevadas al computador principal con un conector RJ45. Dicho computador
utiliza el software LabVIEW®para el procesamiento de señales mediante VI programado para
las condiciones de este set de ensayos. La interfaz del software permite leer en tiempo real
las 7 señales utilizadas durante cada ensayo (5 LVDT’s y 2 celdas de carga) y las almacena
en un archivo txt.

7
La modificación de los sensores a lo largo de los 3 ensayos se debe a no concordancias en los desplazamientos
registrados in situ para el sensor No 86005 y problemas de deriva de la señal para el sensor No 148464.
8
La extensión DB37 tuvo que ser reparada luego del segundo ensayo, debido a que se detectó que cables
cortados al interior de la extensión provocaban una deriva e interferencia en la señal de los sensores (figura
4.17.b).

55
(a) Módulo NI- (b) Caja de cone-
9205. xión d LVDT’s.

Figura 4.16: Implementos del sistema de adquisición de datos.

(a) Fuente de po- (b) Rearmado del


der y chasis. cable DB37.

Figura 4.17: Implementos del sistema de adquisición de datos.

56
4.2.5.3. Fotogrametría
Con el fin de obtener las deformaciones unitarias y desplazamientos en diversas zonas de
interés, se ha montado un sistema de trípodes y cámaras alrededor de cada muro ensayado.
Las cámaras son programadas para tomar fotografías semi-automáticas y automáticas du-
rante todo el ensayo, con velocidad de disparo constante, en un protocolo que será revisado
más adelante.Para la sincronización de las cámaras, se ha utilizado el software DSLR Remote
Pro Multi-Camera ®.

Una plataforma del software Matlab®, llamado NCoor, es la que permite procesar la foto-
grametría y para su mayor desempeño se ha dispuesto de una grilla de puntos heterogéneos
en todas las superficies del muro a estudiar.

La grilla de puntos fue pintada sobre una capa de cal hidráulica aplicada al muro, cuya
finalidad era plantear una superficie blanca de contraste para los puntos, los cuales fueron
pintados de 2 maneras. La primera consistía en realizar manchas pequeñas con un pulveriza-
dor que contuviese una mezcla de pintura y agua. Dicha mezcla debía ser lo suficientemente
líquida como para no quedar atascada en la boquilla del pulverizador y lo suficientemente
espesa como para pintar círculos que no se diluyeran en la superficie del muro. El segundo
grupo de puntos fue pintado de manera manual elementos de distinto diámetro.

(a) (b)

Figura 4.18: Grilla de puntos aleatorios sobre la superficie blanca del muro.

57
La ubicación de las cámaras permite obtener una imagen global y local de la cara transver-
sal y longitudinal del muro. Esta configuración se repitió en los dos primeros ensayos, siendo
agregada una cámara adicional en el tercer ensayo con el fin de obtener una imagen global
en las dos caras transversales, observando de mejor manera el posible pandeo fuera del plano
que se esperaba que se produjese.

El protocolo de fotografías consiste en tomarlas de manera manual durante los primeros


drifts que se encuentran en el rango lineal. Esto permite disminuir el recurso de memoria
requerido durante cada ensayo y simplifica el análisis posterior. La fotografía manual se
toma en alguno de los siguientes hitos: cuando el muro se encuentra en fuerza nula, en
desplazamiento nulo, en un peack positivo y en un peack negativo. Al final del drift del 0.6 %,
se programaba el software DSLR Remote Pro Multi-Camera ®para capturar fotografías cada
10 [s] (5 [s] para el tercer ensayo), procurando siempre que en cada hito importante se tome
al menos 1 fotografía.

Las cámaras utilizadas durante el set de ensayos corresponden a modelos EOS DIGITAL
Rebel Canon XSi y EOS Rebel Canon T6.

(a) (b)

Figura 4.19: Montaje de cámaras con imagen global y local de cada zona de
interés.

58
4.2.6. Ensayo Experimental
A continuación se describe el orden de actividades y montajes seguidos para completas
el set de ensayos. Es importante mencionar que la falla en el sistema de frenado del puente
grúa del laboratorio limita las maniobras y obliga a trasladar e izar la mayoría de cargas con
el marco de acero.
1. Posicionar la rótula del muro de reacción: Procurando que se hayan colocado los suplex
necesarios para permitir un rango de movimiento del actuador según lo que se requiera
para el ensayo. En este caso, para los 3 ensayos se mantuvo la rótula en su misma
posición con 2 planchas suplex de 5 cm de espesor.
2. Postensar las barras de la rótula del muro de reacción: Esta maniobra se realiza aplicando
torque a las tuercas con una llave inglesa y un perfil tubular que actúe de brazo-palanca.
Se ha descartado el postensado de barras debido a su dificultad técnica de aplicación en
nuestro proyecto.
3. Preparación de fotogrametría: Consiste en aplicar una capa de PintaCal sobre las ca-
ras del muro que se someten a estudio para posteriormente pintar la grilla de puntos
aleatorios en las zonas de fotogrametría.
4. Posicionamiento del muro: Mediante el marco de acero (figura 4.20.a) o puente grúa
limitado (figura 4.20.b), se procede a ubicar el muro en la posición del ensayo. Se aplica
yeso en la zona inferior para corregir posible irregularidades y espacios vacíos bajo la
fundación.
5. Postensado de barras de fundación: Esta maniobra se realiza inmediatamente después
del posicionamiento del muro, en lo ideal con el yeso aún no endurecido completamente.
Se comienza el postensado de barras en un patrón estrella pera evitar sobrecargar la
fundación hacia alguno de los lados. Durante esta maniobra, es posible que el hormigón
de la orilla de la fundación se desprenda producto de la carga aplicada por la silla de
carga (figura 4.22.a), por lo que, durante este set de ensayo, se utilizó un apoyo de metal
orillado a la fundación que evitase que las cargas se transmitieran solamente al hormigón
(figura 4.22.b).
6. Instalación de la rótula de la viga de transferencia: La pieza es izada con el marco de
acero hasta la posición requerida, en donde se atraviesa por las 4 barras Dywidag de
15 mm de diámetro (figura 4.21). La maniobra de postensado de barras es similar a
la utilizada en la rótula del muro de reacción, en donde también se ha descartado la
utilización del sistema de de postensado con gato hidráulico debido a la dificultad que
este implica.
7. Izaje del actuador: Esta maniobra es realizada con el tecle del marco de acero (figura
4.23). Debido a la dificultad para mover el marco de acero con el actuador en altura, se
debe tratar de dejar el tecle lo más centrado posible, para evitar movimientos en altura.
También se utiliza el mismo actuador para su encaje en los paradores de las rótulas,
ajustando la entrada y salida del pistón.

59
8. Izaje del sistema de carga axial: Esta maniobra es realizada con el tecle del marco
de acero (figura 4.24). Luego de acomodar el perfil en su posición, se deben ajustar
las barras de la carga axial colocando las placas y sus respectivas tuercas en la zona
inferior. Además, se debe verificar que los gatos hidráulicos tengan suficiente rango de
movimiento para mantener la carga durante el ensayo. Esto último se logra centrando
su recorrido a la mitad, aproximadamente en 6-7 cm.
9. Posicionamiento y anclaje del sistema de restricción lateral: Consiste en ubicar el marco
de acero en posición tal que permita ser anclado a la losa de fundación.
10. Afianzamiento el sistema de carga axial con las planchas L: Esta maniobra se realiza
en altura y consiste en acomodar las planchas L que aseguran el sistema de carga axial
con la viga de transferencia, al mimo tiempo que se coloca la plancha de acero que
tendrá contacto con el sistema de restricción lateral (figura 4.25.a). Además, se colocan
las eslingas alrededor de los gatos y se aseguran al marco de acero para que, en caso de
desplome de la probeta, el equipo técnico no sufra daños.
11. Conexión bomba-carga axial: Esta maniobra se realiza en altura y consiste en conectar
las mangueras de la bomba hidráulica con los cuatro gatos hidráulicos. Se debe dejar un
”strain relief” en caso de que el movimiento del muro pueda generar una tensión sobre
las cadenas y provoque el movimiento de los gatos hidráulicos (figura 4.25.b).
12. Instalación de sensores: Consiste en fijar los sensores LVDT y sus respectivas conexiones
al sistema de adquisición de datos. En este proceso, se debe verificar que los core de
cada sensor se encuentren lo más centrados posibles. Además se realizan pruebas para
verificar el correcto funcionamiento de cada sensor9 .
13. Instalación de cámaras fotográficas: Consiste en la instalación de trípodes y cámaras
fotográficas alrededor del muro en la distintas zonas de interés.

9
Durante el segundo ensayo, se detectó una deriva en ciertos sensores, así como una interferencia entre sus
señales, lo que derivó en una revisión y reajuste exhaustivo en los componentes del sistema de adquisición
de datos.

60
(a) (b)

Figura 4.20: Izaje de muros para su posicionamiento.

Figura 4.21: Izaje e instalación de la rótula de la viga de transferencia.

61
(a) (b)

Figura 4.22: Maniobra de postensado de barras en la fundación.

Figura 4.23: Izaje e instalación del actuador con el marco de acero.

62
Figura 4.24: Izaje e instalación del sistema de carga axial con el marco de
acero.

(a) (b)

Figura 4.25: Conexiones finales en el sistema de carga axial.

63
(a) (b)

Figura 4.26: Conexiones finales en el sistema de carga axial.

64
Capítulo 5

Resultados Experimentales

5.1. Introducción
A continuación se presentan los resultados experimentales obtenidos para cada muro que
describen su comportamiento al ser sometido a cargas cíclicas y cómo afectan las propiedades
geométricas de un muro en su ductilidad, siendo posible observar problemas de pandeo de
barras de refuerzo e inestabilidad lateral. Se presentan y analizan los registros de los sensores
LVDT, corroborando con fotogrametría, para entregar las curvas histeréticas de carga versus
desplazamiento(deriva). Se entrega una descripción global del comportamiento de cada muro
durante el ensayo, haciendo énfasis en los momentos en los que falla cada probeta, para luego
hacer un análisis comparativo entre los resultados de cada muro.

Los resultados entregados en este trabajo son comparables, pues todos los muros han
sido construidos bajo las mismas condiciones ambientales y con los mismos materiales, los
cuales ya han sido puestos a prueba en capítulos anteriores. Además, la instrumentación y el
montaje del ensayo ha sido similar a la utilizada por Díaz[1] en su set de ensayos, lo que nos
permite comparar el muro 1 con su caso base. Se define como convención10 para todos los
ensayos el sentido negativo cuando el muro está siendo cargado en dirección Oeste (Hacia el
muro de reacción) y sentido positivo cuando el muro está siendo cargado en dirección Este
(Hacia el LVDT de control)

5.2. Adquisición y corrección de datos in situ


Como se explicó en capítulos anteriores, las diferencias de voltaje registradas por cada
LVDT son enviadas a través del sistema de cables hacia el chasis y sus módulos, en donde
se transforma la señal analógica en una señal digital, la cual es registrada en el computador
mediante el software LabView®. Dentro del programa, se define el desplazamiento corregido
que entrega la deriva real del muro en cada momento del ensayo. Este valor viene debido a
que, dadas las dimensiones del ensayo, se produce un deslizamiento y levantamiento de la
fundación el momento de aplicar cargas laterales en la viga de transferencia.

10
Esta convención fue la utilizada por Díaz[1] en su trabajo.

65
Los LVDT utilizados durante el set de ensayos (figura 4.15) permiten obtener la siguiente
corrección del desplazamiento:

(∆RotDer − ∆RotIzq )∆H


∆corregido = ∆superior − ∆inf erior − (5.1)
∆L
En la primera experiencia con el muro 1, se pretende controlar el ensayo por el despla-
zamiento corregido manualmente, lo que implica una demora considerable y pérdidas de
exactitud al momento de definir el valor de cero desplazamiento, debido a que las deforma-
ciones plásticas se hacían notar con el transcurrir del ensayo y a la deriva de ciertos sensores.
La figura 5.1 muestra el protocolo de ensayo aplicado al muro 1, junto con una comparativo
de su valor nominal, mientras que la figura Y permite observar el error porcentual entre las
derivas buscadas y las derivas a las que efectivamente se llegó durante el ensayo. Dado que
los primeros drifts involucran desplazamientos milimétricos, se decide controlar por fuerza
en vez de desplazamiento ajustándose a los valores alcanzados por Díaz[1], lo que genera
un error porcentual alto. Sin embargo, al tratarse de los primeros drifts del rango lineal, no
afectan los resultados posteriores.

Figura 5.1: Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el


ensayo del muro 1.

Para los ensayos 2 y 3 se decide incorporar esta corrección directamente en el programa


LabView, de manera de controlar el ensayo por el desplazamiento corregido real al que se está
sometiendo a cada muro. Adicionalmente se modifica la visualización del registro de sensores
mediante una compensación u offset estipulada al inicio del ensayo (luego de introducir la
carga axial) con el fin de definir un rango de desplazamientos más claro con un inicio en el
valor cero para cada sensor.

La figura 5.2 muestra el protocolo de carga aplicado para el segundo ensayo, pudiéndose
notar que para los drifts del 0.2 % y menores se alcanza un excesivo nivel de error debido a
que el accionar del actuador hidráulico mediante botonera generación mucha dependencia del
operador de la bomba, además que la botonera permite realizar saltos discretos de carga y no
se tiene la suficiente exactitud en cada presión de botón. A pesar de lo anterior, para derivas
superiores al 0.2 % se presenta un error inferior al 3.5 %, lo cual indica que las modificaciones
al programa de LabView fueron una buena incorporación y que en la medida que los drifts
aumentan, el error humano va disminuyendo.

66
Figura 5.2: Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el
ensayo del muro 2.

La figura 5.3 muestra el protocolo de carga aplicado para el tercer ensayo, siendo apre-
ciable que los drifts menores vuelven a tener un error porcentual más elevado debido a la
sensibilidad de la botonera y los sensores. Sin embargo, este ensayo se realiza en su totalidad
a desplazamiento controlado, lo que permite disminuir considerablemente el nivel de error en
los primeros drifts, sin sobrepasar el 10 % de error en ningún ciclo.

Figura 5.3: Comparación de las derivas de techo nominales y reales para el


ensayo del muro 3.

5.3. Respuesta Global


A continuación se presenta el comportamiento global de cada muro obtenido a partir de
los sensores LVDT y la evolución del daño durante el ensayo. Las condiciones de laboratorio
fueron las mismas para los 3 ensayos, manteniendo el mismo nivel de carga axial y con el
mismo protocolo de carga lateral. Se observa que las capacidades de cada muro son distintas
en función de su área bruta y responden a los valores esperados pero se evidencia una clara
diferencia en los grados de ductilidad alcanzados en cada ensayo, provocado por los modos
de falla de cada muro.

67
5.3.1. Muro 1
El muro 1 corresponde a un símil del muro 1 ensayado por Díaz[1] en su trabajo, man-
teniendo la proporciones geométricas y las cuantías de acero, a excepción del diámetro de
estribos, el cual es modificado desde un ϕ6 a un ϕ8, proporcionando una mayor rigidez relati-
va entre estribos y barras longitudinales. Durante el ensayo, se mantuvo una carga constante
de aproximadamente 36 [tonf] (figura 5.4). Se puede observar que existe una variación consi-
derable en las cargas registradas por la celda de carga, lo que se puede deber a la dificultad
de la bomba hidráulica de mantener constante la carga debido al constante ajuste que expe-
rimentan las barras al ciclar el muro.

A su vez, los datos del registro de la celda de carga fueron corregidos por una deriva que
se presenta transcurrida 1 hora y media del ensayo, con una tendencia monotónica creciente,
lo cual no concuerda con lo observado en laboratorio durante el ensayo. Además, durante el
ciclado del drift del 4 % se presenta un comportamiento asintótico en los ciclos negativos, lo
cual se repite en lo registrado por el LVDT inferior y el LVDT superior. Estas variaciones no
fueron observadas durante el ensayo y su magnitud indica que se debe a un caída de voltaje
en la alimentación eléctrica general del edificio.

Figura 5.4: Carga axial en el tiempo para el Muro 1.

El patrón de desplazamiento mostrado en la figura 5.5 muestra los desplazamientos y


derivas de techo alcanzadas durante el ensayo, incluyendo las pausas en las que se analiza el
daño progresivo del muro. También incluye las correcciones debido a la traslación lateral de la
fundación (Desplazamiento lateral) y las correcciones debido al levantamiento de la fundación
(Desplazamiento por giro). Se puede apreciar que la corrección por el levantamiento de la
fundación es mayor con el muro es cargado en la dirección positiva (Hacia el Este), pues el
anclaje de la fundación no es uniforme.

68
Figura 5.5: Desplazamiento corregido para el Muro 1.

La figura 5.6 muestra la histéresis obtenida entre el registro de la celda de carga del
actuador y el desplazamiento de techo corregido de la figura 5.5. En la histéresis se observa
un comportamiento lineal hasta una zona intermedia entre el drift 0.6 % y 0.9 %, luego de lo
cual cambia la pendiente de la envolvente y sale a la luz la no linealidad del elemento. La
forma que adopta la histéresis indica que el muro está fallando principalmente por flexión,
lo cual se ve reflejado en el desarrollo de grietas, el cual será abordado más adelante. El
muro presenta una ductilidad que le permite llegar hasta una drift de techo del 4 %, pero con
fuerzas un tanto asimétricas para cada lado, siendo la deriva positiva máxima alcanzada con
18 [tonf] aproximadamente, mientras que la deriva negativa máxima llego cercana a las 20
[tonf]. Luego de llegado a la deriva del 4 %, el muro presenta un decaimiento en su resistencia
en el lado positivo debido a la pérdida de recubrimiento del hormigón y a la fatiga de las
barras del refuerzo longitudinal que habían soportado una serie de ciclos de pandeo local.
Finalmente, el ensayo se detiene debido al corte en una de las barras de refuerzo longitudinal
en el primer intento de alcanzar el drift del 6 % negativo, llegando un poco más allá del 4 %.

Figura 5.6: Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 1.

69
5.3.1.1. Evolución del daño
El desarrollo de grietas se produce a partir de las derivas iniciales. Los primero ciclos
de deriva 0,1 % no presentaron grietas visibles en las fotografías pero la distribución de
deformaciones ϵxx 11 mostrada en la figura 5.7.a indica levemente las zonas donde se comienzan
a generar las grietas en drifts posteriores.

Al pasar al primer drift de 0.2 % en la dirección negativa se puede apreciar la formación de


las pequeñas fisuras de flexión en aquellas zonas que acusaban mayor demanda de deformación
unitaria de tracción del hormigón en el drift anterior. En la dirección positiva se aprecian
pequeñas fisuras pero en menos proporción y tamaño que su contraparte. La figura 5.7.b
permite observar la generación y definición de las fisuras.

Para el salto al drift de 0.6 % aumenta la apertura y profundidad de las grietas negativas
inferiores (figura 5.7.c). En la dirección positiva se aprecian grietas similares a las desarro-
lladas en el ciclo negativo con una mayor distribución en la altura y una apertura de grieta
similar. En la deriva del 0.9 % se abren aún más grietas y aparecen nuevas, comenzando a
penetrar hasta la mitad del largo del muro. En la deriva del 1.2 % se comienza a generar una
grieta en la base del muro y se agrandan las grietas preexistentes.

(a) 0.1 % (b) 0.2 % (c) 0.6 %

Figura 5.7: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts
0.1 %-0.6 %.

11
Los mapas de deformación presentados permiten mostrar la distribución de grietas cualitativamente y no
cuantitativamente.

70
(a) 0.9 % (b) 1.2 % (c)
1.65 %

Figura 5.8: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los drifts
0.9 %-1.65 %.

En el drift cercano al 1.65 % en la dirección Oeste (sentido negativo) se puede apreciar el


primer descascaramiento del hormigón en compresión (figura 5.9.b) junto con la concentración
de grietas en la base del muro a la vez que las grietas en las zonas superiores se van cerrando
(figura 5.9.a). Para el mismo drift en sentido positivo se observa que las grietas no son tan
notorias como su contraparte.

(a) (b)

Figura 5.9: Fotografías locales del primer ciclo negativo del drift 1.65 %.

71
Para el 2 % y 3 % de deriva de techo se presenta la misma configuración de grietas del
drift anterior (figuras 5.10.a y 5.10.b, respectivamente).

(a) (b)

Figura 5.10: Fotografías locales del primer ciclo del drift 2 %.

Durante el desarrollo del último drift del ensayo del 4 % se puede apreciar que la formación
de grietas sigue un patrón bastante similar para los 3 ciclos pero se destaca la creciente pérdida
de hormigón de recubrimiento en las zonas de borde. En la figura 5.12.c se puede apreciar
que se desprende hormigón en la zona interior del elemento de borde. Esto facilita el pandeo
del refuerzo longitudinal en modo 1, el cual se venía apreciando durante todo el drift, lo que
provocaría la fatiga de la barra y posterior corte de una de estas.

(a) (b) (c)

Figura 5.11: Fotografías locales de los 3 ciclos negativos del drift 4 %.

72
Producto del desprendimiento del hormigón en la zona de compresión positiva y el pandeo
del refuerzo longitudinal, se produce una degradación en la resistencia, la cual es apreciable
en la histéresis del muro (figura 5.6), en la cual se evidencia una caída de resistencia de
18 [ton], 17 [ton] y 15 [ton] para cada ciclo respectivo. En cambio, la zona de compresión
negativa, al mantener intacto el hormigón confinado, permite mantener la resistencia en 19
[ton] aproximadamente.

(a) (b) (c)

Figura 5.12: Fotografías locales de los 3 ciclos negativos del drift 4 %.

La figura 5.13 muestra el último ciclo al que se somete el muro. Mientras se pretendía
alcanzar una deriva de techo del 6 %, el muro experimenta una degradación en un 18 % de
resistencia al pasar desde el 4 % al 4.2 % de drift (figura 5.6). Dicha degradación se debe al
corte de una de las barras de refuerzo longitudinal de la zona Este (figura 5.13.b), la cual
había sufrido un pandeo local de modo 1 en los ciclos anteriores del 4 % de drift.

(a) (b)

Figura 5.13: Momento de fallo del muro 1 producto del corte de una barra
del refuerzo longitudinal.

73
5.3.2. Muro 2
El muro 2 corresponde a un símil del primer muro sumado a una adelgazamiento en el
espesor del 50 %, pasando de ser 150 mm nominales a 100 mm nominales de espesor. En la
realización del ensayo se mantuvieron constantes las cargas axiales aplicadas sobre el muro,
con un valor promedio de 24 [tonf] para aplicar una compresión nominal del 10 % de f’cAg.
La figura 5.14 muestra el registro de la celda de carga ubicada en el sistema de caga axial.

Se puede apreciar que este registro no tuvo que ser corregido por derivas en la celda de
carga ni tuvo peaks excesivamente altos como el registro del primer ensayo. Dado que las
condiciones materiales de ambos ensayos son similares, se adjudican las perturbaciones del
primer registro a una fuente externa al ensayo.

Figura 5.14: Carga axial en el tiempo para el Muro 2.

El patrón de desplazamiento mostrado en la figura 5.15 muestra los desplazamientos y de-


rivas de techo alcanzadas durante el ensayo, incluyendo las correcciones debido a la traslación
lateral de la fundación (Desplazamiento lateral) y las correcciones debido al levantamiento
de la fundación (Desplazamiento por giro). Al igual que en el ensayo anterior, dado que com-
parten el mismo montaje, se vuelve a apreciar la asimetría en la corrección del levantamiento
de la fundación debido al anclaje disparejo de la fundación a la losa de reacción.

Durante el ensayo, ocurrieron 2 eventos en los que los sensores comenzaron a derivar al
igual que en el primer ensayo. Sin embargo, se pudo dar cuenta de ello de inmediato y se
pausó el protocolo de carga hasta que se normalizaran las mediciones. Dichos eventos fueron
excluidos del registro de datos, obteniéndose los gráficos que se muestran más adelante.

74
Figura 5.15: Desplazamiento corregido para el Muro 2.

La figura 5.16 muestra la histéresis obtenida entre el registro de la celda de carga del
actuador y el desplazamiento de techo corregido de la figura 5.15. La forma de la curva se
asemeja bastante al primer ensayo, manteniendo un comportamiento lineal hasta aproxima-
damente el 0.9 % de deriva de techo, luego de lo cual se degrada la resistencia del elemento.
La forma del gráfico indica nuevamente un comportamiento dominado por la falla de flexión.
Se presenta una asimetría en la carga por drift dependiendo del lado al cual se esté cargando
el muro, pues en el sentido negativo se llega a cargas cercanas a las 15 [tonf], mientras que en
el sentido positivo se llega a las 16 [tonf]. La ductilidad del muro se incrementa hasta llegar
a completar el primer ciclo del drift del 3 %, luego del cual el muro falla por pandeo de las
barras de refuerzo longitudinal en el primer tercio de la altura del muro.

Figura 5.16: Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 2.

75
5.3.2.1. Evolución del daño
En el drift 0.1 % no se aprecian grietas ni fisuras, pero al igual que en el ensayo anterior,
el mapa de deformaciones unitarias de tracción permite visualizar el punto de partidas de
las próximas fisuras, las que serían apreciables en las fotografías del drift 0.2 %, con una
deformación unitaria de tracción del hormigón del orden de 0.001-0.002, y con una orienta-
ción principalmente horizontal, distribuidas hasta aproximadamente la mitad del muro(figura
5.17.b).

El drift del 0.6 % presenta una distribución de grietas que se va distribuyendo en la altura
del elemento y se van haciendo más diagonales, evidenciando los esfuerzos de flexión predo-
minantes. Las deformaciones unitarias de tracción en las fisuras son del orden del 0.004 y se
encuentran principalmente en el primer tercio de la altura del muro. Para el salto a la deriva
del 0.9 % se observa que las grietas no aumentan en cantidad, sino que sólo se hacen más
anchas y largas, pasando a deformaciones de tracción máxima de 0.005-0.006.

Para el drift del 1.2 % se puede apreciar en la figura 5.18.b que las grietas en altura
se mantienen relativamente constantes a diferencia de la grieta más cercana a la interfaz
fundación-muro, con una deformación unitaria de tracción del 0.008 y sin señales de descas-
caramiento de hormigón.

(a) 0.1 % (b) 0.2 % (c) 0.6 %

Figura 5.17: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los


drifts 0.1 %-0.6 %.

76
(a) 0.9 % (b) 1.2 % (c)
1.65 %

Figura 5.18: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los


drifts 0.9 %-1.65 %.

Para el drift del 1.65 %, al igual que para el muro 1, se aprecia el primer descascaramiento
del muro en la dirección negativa (Lado Oeste) como se muestra en la figura 5.19.b. La
dirección positiva (Lado Este) presenta una distribución de grietas más uniforme a diferencia
del ciclo negativo, en el cual se aprecia una grieta predominante de flexión (figura 5.19.a).
Durante el segundo ciclo negativo de este drift se produce el desprendimiento del hormigón
de recubrimiento del lado Este, lo cual debilita la compresión soportada y facilita el pandeo
local de las barras de refuerzo longitudinal.

(a) (b)

Figura 5.19: Fotografías locales del primer ciclo negativo del drift 1.65 %.

77
Para el drift del 2 % se presenta una distribución de grietas similar al drift del 1.65 % en
el sentido negativo siendo apreciable el ensanchamiento de las grietas inferiores a diferencia
de la zona superior a H/3 del muro que mantiene grietas similares al drift anterior (figura
5.20.a).

Para el drift de 3 % se aprecia la apertura de más grietas concentradas en el primer


tercio de la altura del muro (figura 5.20.b). Además, la apertura de las fisuras provoca un
descascaramiento de la zona de borde del muro en el final del primer ciclo positivo, lo que
permite ver el pandeo local de las barras del refuerzo longitudinal (figura 5.21.a).

(a) 2 % (b) 3 %

Figura 5.20: Fotografías locales del primer ciclo del drift 2 % y 3 %.

Luego de aplicar el segundo ciclo negativo (Hacia el Oeste) al muro, no se aprecia un


descascaramiento apreciable en la zona de borde (figura 5.21.b), lo que acusa un asimetría
en el daño, pues el siguiente ciclo aplicado en la dirección contraria sería el causante de la
falla del muro.

(a) (b)

Figura 5.21: Daño del muro en las zonas de borde de compresión durante el
inicio del segundo ciclo del drift 3 %.

78
Durante el segundo ciclo positivo se puede apreciar el pandeo fuera del plano del refuerzo
longitudinal y por consiguiente pandeo lateral del muro en la zona de compresión como se
aprecia en la figura 5.22. La histéresis presentada en la figura 5.16 permite observar la de-
gradación de la resistencia observada a continuación. La figura 5.22.a corresponde al punto
en que la resistencia se encuentra en las 12 [tonf] aproximadamente, representando una de-
gradación de la resistencia del 15 % con respecto al máximo alcanzado en ese mismo drift
en ciclos anteriores. Luego de este punto, el muro comienza a degradar con una pendiente
negativa mucho más notoria llegando a una degradación de resistencia del 36 %, por lo que
el muro ya es considerado como fallado. Finalmente, al llegar al 2,1 % de drift el muro se
deforma plásticamente producto de inestabilidad lateral producto del pandeo global de las
barras de refuerzo (figura 5.24).

(a) (b) (c)

Figura 5.22: Progresión el pandeo fuera del plano local del muro 2 durante
el segundo ciclo positivo del drift 3 %.

Las barras de repartición también se pandean globalmente debido a la pérdida del hormi-
gón en la zona de compresión, manteniéndose sólo el hormigón que se encuentra confinado
por las barras longitudinales (figura 5.23).

(a) (b)

Figura 5.23: Pandeo global del muro con barras de armadura longitudinal y
de repartición pandeadas y hormigón triturado en la zona fuera del elemento
de borde.

79
(a) (b)

Figura 5.24: Modo de falla del muro 2 con inestabilidad fuera del plano
global en la zona de compresión positiva del muro 2.

5.3.3. Muro 3
El muro 3 corresponde a un símil del segundo muro sumado a una alargamiento del 50 %,
pasando de ser de 900 mm de largo a 1350 mm. En la realización del ensayo se mantuvieron
constantes las cargas axiales aplicadas sobre el muro, con un valor promedio de 36 [tonf] para
aplicar una compresión nominal del 10 % de f’cAg. La figura 5.25 muestra el registro de la
celda de carga ubicada en el sistema de caga axial. Se vuelve a tener una aplicación de carga
constante sobre el muro sin grandes variaciones hasta finalizar el ensayo.

Figura 5.25: Carga axial en el tiempo para el Muro 3.

El patrón de desplazamiento mostrado en la figura 5.26 muestra los desplazamientos y de-


rivas de techo alcanzadas durante el ensayo, incluyendo las correcciones debido a la traslación
lateral de la fundación (Desplazamiento lateral) y las correcciones debido al levantamiento
de la fundación (Desplazamiento por giro).

80
Figura 5.26: Desplazamiento corregido para el Muro 3.

La figura 5.27 muestra la histéresis obtenido para el ensayo del muro 3 al contrastar el
registro de la celda de carga del actuador con el desplazamiento corregido. Los niveles de
deriva de techo alcanzados en este espécimen son menores a los anteriores debido a que el
modo de falla fue inestabilidad lateral global sobre el muro, la cual, a diferencia del segun-
do ensayo, se produce en toda la extensión del muro. A pesar de ello, la curva se asemeja
bastante a los obtenido anteriormente en términos de forma, pues se vuelve a presentar un
comportamiento de flexión predominante. Las resistencias máximas alcanzadas son ligera-
mente asimétricas, pues en el sentido negativo se llega a cargas cercanas a las 27.5 [tonf],
mientras que en el sentido positivo se llega a las 26 [tonf]. Dichas cargas de resistencia son
notoriamente mayores a las alcanzadas en los ensayos anteriores, lo cual se debe al aumento
del largo del muro que entrega una mayor resistencia al momento al muro, pero al mismo
tiempo, debido a la reducción del espesor provoca problemas de inestabilidad lateral a una
capacidad de ductilidad menor, llegando a un 1.2 % de capacidad de deriva de techo.

Figura 5.27: Curva carga lateral vs deriva de techo para el Muro 3.

81
5.3.3.1. Evolución del daño
En el drift del 0.1 % no se aprecian grietas ni fisuras, a diferencia del drift 0.2 % en el
cual se aprecian las fisuras superficiales tanto en las fotografías locales como en el mapa de
deformaciones unitarias verticales ϵxx (figura 5.28.b). Sin embargo, se puede apreciar que
el muro comienza a inclinarse progresivamente en la dirección sur, producto de la falta de
restricción lateral proporcionada por el marco de acero en la zona de la viga de carga.

(a) (b) (c)


0.1 % 0.2 % 0.6 %

Figura 5.28: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los


drifts 0.1 %-0.6 %.

El drift del 0.6 % presenta una distribución de grietas que se va distribuyendo en el primer
tercio de la altura del muro y se van haciendo más diagonales con la altura, siendo estas
mucho más visibles en el mapa de deformaciones con máximas de tracción cercanas al 0.005.

Para el drift del 0.9 % se observa que las grietas aumentan en cantidad y en extensión,
abarcando el 80 % del largo del muro aproximadamente y distribuyéndose en la zona inferior
del muro. El mapa de deformaciones unitarias verticales permite observar que efectivamente
las grietas se van concentrando en la zona inferior del muro y que empieza a predominar una
falla horizontal, la cual es mucho más apreciable en la figura 5.29.b, pues en el drift del 1.2 %
se comienza a producir la falla por inestabilidad lateral del muro en todo su largo (figura
5.29.c).

82
(a) (b) (c) Fa-
0.9 % 1.2 % llo

Figura 5.29: Mapa de deformación unitaria ϵxx en el primer ciclo de los


drifts 0.9 %-1.2 %.

Como se mencionaba anteriormente, durante todo el ensayo se presenta una inclinación en


la zona superior hacia el sur (izquierda en las fotografías) producto de la falta de restricción
lateral y la inclinación inicial del muro, derivada de la fase constructiva. Las fotografías de la
figura 5.30 permiten observar dicha inclinación el los primeros ciclos positivos de cada drift.

(a) (b) (c) (d)


0% 0.2 % 0.6 % 0.9 %

Figura 5.30: Fotografías locales de la zona de borde Este desde el comienzo


del ensayo hasta el drift positivo 0.9 % (Se indica con una flecha amarilla el
offset inicial del muro).

83
Durante el segundo ciclo positivo del drift 1,2 % se observa el desprendimiento del recubri-
miento de hormigón en la zona de borde, lo cual afecta en gran medida al comportamiento del
muro que ya venía presentando un desaplome desde el primer ciclo del drift como se aprecia
en la sucesión de fotografías de la figura 5.31. En dichas imágenes se puede ver que la zona
de borde Este se pandea globalmente mientras que la zona Oeste se mantiene relativamente
aplomada. Además, no se evidencia pandeo local de las barras longitudinales de refuerzo co-
mo sucedía en el segundo ensayo, dando cuenta de la producción de un tercer modo de falla
más globalizado.

(a) (b) (c)


1o 2o 3o
1.2 % 1.2 % 1.2 %

Figura 5.31: Fotografías locales de la zona de borde Este desde el comienzo


del ensayo hasta el drift positivo 1.2 % (Se indica con una flecha amarilla el
offset del muro al comienzo del drift).

Finalmente, se muestra el ciclo final del ensayo (figura 5.32), en el cual se pretende alcanzar
la siguiente deriva de techo del 1.65 %. El ciclo positivo anterior, correspondiente al tercer
ciclo del 1.2 % ya había indicado que el muro no era competente al alcanzar una degradación
de resistencia del 22 % con respecto a su peak para dicho sentido. Sin embargo, la integridad
del muro permite seguir ciclando el muro para el siguiente drift llegando a una degradación
de resistencia del 17 % hasta que se presenta la inestabilidad lateral global del muro en el drift
del 1.3 %, luego de lo cual la resistencia decae rápidamente hasta que el ensayo es detenido
en el drift del 1.5 % con una degradación del 51 % de la resistencia (figura 5.27).

84
(a) (b) (c)

Figura 5.32: Pandeo global fuera del plano para el final del ensayo 3, sobre-
pasando el drift de 1.2 % en dirección Oeste (De izquierda a derecha: Vista
Este, Vista Frontal, Vista Oeste).

85
5.4. Análisis Comparativo
A continuación se realiza un análisis comparativo del desempeño de las 3 probetas ensa-
yadas en este proyecto. La figura 5.33 muestra la histéresis para cada uno de los muros, en
donde se puede apreciar claramente las diferencias en las resistencias máximas de cada muro
(relacionado con su sección transversal) y las ductilidades máximas alcanzadas, las cuales
serán estudiadas a continuación.

Figura 5.33: Gráfico comparativo de Carga vs Deriva de techo

5.4.1. Rigidez
La forma del gráfico permite comparar la rigidez, tanto inicial como a medida que se
degrada la resistencia y el muro se vuelve no lineal. Para el primer ensayo, se obtiene una
envolvente de resistencia bastante similar a la obtenida por Díaz[1] en su primer ensayo.
Como se ha mencionado anteriormente, la diferencia radica en el cambio en el diámetro de
los estribos del elemento de borde, lo cual no interfiere directamente en la capacidad de
resistencia ni en la ductilidad del muro, razón por la cual el gráfico de la figura 5.34 muestra
2 curvas histeréticas casi idénticas. Se puede observar que los niveles de deriva de techo y las
resistencias alcanzadas son similares, salvo en la zona positiva en donde el muro 1 presenta
una pequeña disminución de resistencia. Sin embargo, se puede apreciar que en el drift final,
los ciclos presentan una degradación equivalente y el modo de falla se produce al intentar
sobrepasar el 4 % de deriva de techo (Sentido Negativo).

Para el segundo ensayo, se observa una curva histerética similar a la del primer ensayo
con una disminución aproximada en las resistencias máximas de un 15 %. La rigidez inicial
también se modifica, haciéndose menor para el muro 2 debido a la reducción de la inercia
de la sección. El tercer ensayo presenta un aumento en la rigidez y la resistencia máxima
alcanzada debido al aumento del largo y por lo tanto, de la inercia de la sección transversal
del muro.

86
Figura 5.34: Gráfico comparativo de Carga vs Deriva de techo entre el es-
pécimen E1 de Díaz[1] y el primer ensayo.

5.4.2. Resistencia y Degradación


A continuación se realiza el seguimiento de las resistencias máximas alcanzadas por cada
muro, cuando es cargado lateralmente tanto en sentido Este (Positivo) como Oeste (Negativo)
en el último drift y en el momento del fallo del muro. La tabla 5.1 los valores correspondientes
del primer ensayo, en donde se puede apreciar que la degradación de resistencia llegó a su nivel
límite en el tercer ciclo del drift 4 % positivo, superando el 20 % de pérdida de resistencia. El
fallo se produce en el primer intento de alcanzar un drift superior al 4 %, llegando al 4.19 %
producto del corte de una de las barras del refuerzo longitudinal. No se evidencia pandeo
global ni local en ninguna de los elementos de borde.

Tabla 5.1: Degradación del último drift del 4 % y fallo en el drift del 4.19 %
para el muro 1.

Degradación de la resistencia - Muro 1


Drift Carga max. Carga Degradación
Ciclo No ciclo
[ %] [kN] [kN] [ %]
1 4,17 192,3 4,38
4% 2 4,08 189,3 5,88
201,1
Negativo 3 4,10 186,5 7,28
4* 4,19 147,1 26,83
1 3,90 174,3 4,10
4%
2 3,95 181,8 163,9 9,84
Positivo
3 4,01 136,7 24,79

87
La tabla 5.2 indica que el muro falla en el segundo ciclo del drift positivo del 3 % luego de
haber mantenido una degradación de resistencia baja en los peaks anteriores. Esto es producto
del fallo por el pandeo local de las barras de refuerzo en el elemento de borde Este, lo que
conlleva a una deformación fuera del plano de la rótula plástica hasta un nivel de degradación
excesiva del 84 %. La capacidad de ductilidad máxima en este ensayo se considera al 3 % a
pesar de que no existe degradación superior al 20 % en ninguno de los ciclos.

Tabla 5.2: Degradación del último drift del 3 % para el muro 2.

Degradación de la resistencia - Muro 2


Drift Carga máx Carga Degradación
Ciclo No ciclo
[ %] [kN] [kN] [ %]
3% 1 3,00 157,9 3,79
164,1
Negativo 2 3,00 156,1 4,88
3%
1 3,00 154,3 147,6 4,31
Positivo

La tabla 5.3 muestra que el tercer ensayo alcanza a completar el drift del 1.2 % y el
fallo se alcanza en el tercer drift positivo debido a que la resistencia del muro decae en
un 22,25 %. Luego se continúa el ensayo, llegando al drift del 1,51 % donde el muro falla
producto del pandeo global fuera del plano. En este caso, el muro presenta una distribución de
grietas completamente distinta a los ensayos previos, asimilando la falla de una losa en flexión
debido a sus grietas totalmente horizontales en la base y mitad de la altura del muro. En las
fotografías es posible apreciar que el sistema de carga axial se inclina para producir la rótula
en la zona superior de la altura del muro. La falta de mayor restricción lateral y giro de la viga
de transferencia puede haber facilitado el modo de fallo producido pero no es determinante
en su producción. La degradación de resistencia en los ciclos positivos indica que el elemento
de borde Oeste (Negativo) no presentaba indicios de pandeo de barras longitudinales, tanto
global como local. En cambio, el elemento de borde del lado Este (Positivo) presenta una
degradación paulatina que se incrementa en el último ciclo, luego del cual, al cambiar el
sentido de la carga, se produce una falla de pandeo global del muro completo.

Tabla 5.3: Degradación del último drift del 1.2 % para el muro 3.

Degradación de la resistencia - Muro 3


Drift Carga máx Carga Degradación
Ciclo No ciclo
[ %] [kN] [kN] [ %]
1 1,21 263,2 3,41
1,2 %
2 1,20 272,5 257,8 5,42
Negativo
3 1,21 256,2 6,00
1 1,20 249,1 3,71
1,2 %
2 1,20 258,7 240 7,23
Positivo
3 1,21 201,1 22,25

88
5.4.3. Deformaciones unitarias de corte
A continuación se presentan la deformaciones del muro ϵxy en el primer drift del 1.2 %
para los 3 muros (figura 5.35). De esta manera manera, se pretende visualizar el aumento del
esfuerzo de corte en cada muro, lo cual influye negativamente en su capacidad de ductilidad
[2]. La tabla 5.4 muestra las solicitaciones máximas de corte aplicadas por el actuador al muro,
junto con el parámetro definido por Abdullah y Wallace para estudiar el efecto negativo del
corte.

Tabla 5.4: Valores de νmax / f ′ c para los 3 muros.

Muro 1 Muro 2 Muro 3


νmax [MPa] 1,4 1,8 2,0

νmax /(0.83 f ′ c) [-] 0,31 0,39 0,43
drift max [ %] 4,19 3,00 1,21

(a) M1 (b) M2 (c) M3

Figura 5.35: Mapa de deformación unitaria ϵxy en el drift 1.2 %, dirección


negativa.

89
5.4.4. Ductilidad
Para estudiar la ductilidad de cada muro y el efecto de la variación en sus propiedades
geométricas, se calculan los parámetros que controlan la ductilidad. El primero de ellos es la
esbeltez de la zona de compresión de la sección transversal, calculado como la razón entre
la profundidad del eje neutro en compresión con el espesor del muro (c/b). De acuerdo a la
tabla 5.5, este parámetro va creciendo para cada ensayo pero se ubica dentro del rango [1-3],
lo cual indica que se encuentra dentro del rango común de la mayoría en ensayos estudiados
por Abdullah y Wallace[2]. El segundo parámetro es la esbeltez de la sección transversal
calculado como la razón entre el largo y el espesor del muro (lw /b). De acuerdo a la tabla 5.5,
este parámetro aumenta para cada ensayo, lo que implicaría una disminución en la ductilidad
de cada muro, pues muros más delgados disminuyen la estabilidad del muro y su plasticidad.

Sin embargo, los dos parámetros anteriores no son independientes entre si, por lo que se
presenta el parámetro λb para correlacionarlos y medir de mejor manera la esbeltez de cada
muro.
lw c
λb = 2
b
La tabla 5.5 muestra el valor de λb para cada muro, de manera de poder relacionar la
capacidad de ductilidad con la esbeltez del muro. Además, se presentan los parámetros adi-
mensionales lw /b, c/lw y c/b.

Tabla 5.5: Parámetros geométricos de cada muro y su relación con la duc-


tilidad.

Muro 1 Muro 2 Muro 3


lw [mm] 900 900 1350
b [mm] 160 100 100
c [mm] 186,3 206,1 287,7
lw /b [-] 5,63 9,0 13,5
c/lw [-] 0,21 0,23 0,21
c/b [-] 1,2 2,1 2,9
λb [-] 6,5 18,5 38,8
drift max [ %] 4,19 3,00 1,21

Se puede observar que se tiene un valor similar de c/lw para los 3 ensayos, indicando que
el efecto de la carga axial se mantiene constante y por lo tanto, la variación de λb depende
enteramente de la variación del espesor b del muro. Esto último puede ser comprobado
descomponiendo λb , lo cual indica que depende del cuadrado de un parámetro geométrico
lw /b, multiplicado por un parámetro del nivel de carga axial c/lw .
!2 
lw c lw c

λb = 2 = (5.2)
b b lw

90
La base de datos de Abdullah y Wallace[2] nos permite obtener la variación de la ductilidad
máxima en función de dichos parámetros, lo cual se aprecia en los gráficos de la figura 5.36.
Con respecto a las normativas actuales de diseño, las limitaciones al valor de c/lw se aplican
implícitamente cuando se controla la deformación unitaria máxima del hormigón del 0.008
en la zona comprimida, mediante la siguiente ecuación.
δu c
ϵcu = 2
hw l w
A modo de ejemplo, ante una deriva de techo del 2 %, se tendría que conseguir una relación
c/lw del 0,2. En el caso de los 3 ensayos, el parámetro c/lw se mantuvo constante en 0,21
(figura 5.36.a), pero la ductilidad del muro 3 fue de 1,2 % con una reducción asociada a la
inestabilidad lateral fuera del plano.

(a) c/lw (b) lw /b

Figura 5.36: Variación de la ductilidad máxima en función de los parámetros


en que definen la esbeltez λb , c/lw y lw /b.

Por otro lado, el parámetro lw /b está siendo controlado mediante λb en el diseño de los
elementos de borde para muros estructurales especiales. Si se quisiera limitar lw /b en el diseño
de muros proponiendo ciertos rangos permisibles, las ganancias en capacidad de ductilidad
serían ligeramente considerables, como se muestra en la tabla 5.6. La figura 5.36.b muestra
esta tendencia de decaimiento de la ductilidad más pronunciada en el caso del set de ensayos
en comparación a la recta obtenida de la base de datos.

Tabla 5.6: Rangos de pérdida de ductilidad en función de lw /b.

lw /b, lim [-] Duct. Promedio [ %]


<10 2,959
10-15 2,523
15>20 2,211

91
En relación a los parámetros relacionados con la altura del muro se puede puede observar
en la figura 5.37.a que la ductilidad máxima aumenta ligeramente cuando se aumenta el pa-
rámetro hw /lw , debido a que el muro cambia su comportamiento desde el corte predominante
a la flexión predominante. Esto se condice con lo observado en los esfuerzos de corte y su
influencia en la expresión de Abdullah y Wallace.

Por otro lado, se observa una disminución en la ductilidad del muro cuando se aumenta el
parámetro hw /b (figura 5.37.b). Se observa que la nube de puntos se agrupa principalmente
hasta antes de hw /b=30, luego de lo cual se ubican un resto de puntos aislados, de lo cual se
extrae la tendencia de pérdida de ductilidad. En rojo se presentan los valores de hw /b para
el set de ensayos, donde se destaca la producción de la inestabilidad fuera del plano para los
muros 2 y 3, los cuales superaban el valor límite de la norma ACI 318-14[3] de hw /b=16.

(a) hw /lw (b) hw /b

Figura 5.37: Variación de la ductilidad máxima en función de los parámetros


relacionados a la altura del muro, hw /lw y hw /b.

92
La figura 5.38 presenta el gráfico de la capacidad máxima de ductilidad en función del
parámetro λb y se contrasta con la base de datos recopilada por Abdullah y Wallace[2]. Se
puede observar que la disminución de la ductilidad a medida que se incrementa λb para
nuestro set de ensayos se encuentra dentro de la franja esperada de resultados, siendo los
ensayos 1 y 3 los más distantes a la tendencia de los datos.

Adicionalmente, se presenta la predicción de ductilidad calculada con la fórmula 2.1 para


los 3 ensayos, siendo necesario notar que la pendiente de pérdida de ductilidad obtenida
experimentalmente no corresponde a la predicha.

Figura 5.38: Gráfico de ductilidad en función de los parámetros geométricos


de cada muro comparado con los resultados de Segura (2018a)[19].

Ahora bien, de entre la base de datos recopilada por Abdullah y Wallace se pueden res-
catar el set de ensayos de Segura (2018a)[19] dada su especial relevancia y pertinencia para
comparar con nuestro set de ensayos (figura 2.1.a). En dicho trabajo, se ensayaron una serie
de muros en los que se modificaron los parámetros geométricos de la sección transversal del
muro y cuyos resultados se grafican junto a los obtenidos en este proyecto. Esto permite veri-
ficar que la pendiente entre la degradación de ductilidad con el aumento de λb se ha observado
en otros ensayos con variación de espesor b de muros. Además, otro factor de importancia
con respecto a los resultados de Segura (2018a)[19] radica en la producción de inestabilidad
fuera del plano como un modo de falla que reduce la ductilidad máxima alcanzada por su
muro más esbelto.

93
5.4.5. Inestabilidad Lateral
Para estudiar la inestabilidad lateral en cada uno de los ensayos, se utiliza el software
Ncorr de fotogrametría y se calcula el desplazamiento medio fuera del plano medido en la zona
central del muro. Para los 3 muros se mide el desplazamiento lateral del elemento de borde
Oeste, es decir, aquél que se encuentra más cercano al muro de reacción y adicionalmente,
para el muro 3 se agrega el elemento de borde Este, que es aquel que sufre las mayores
deformaciones fuera del plano durante el ensayo.

Los perfiles de desplazamiento lateral en la altura se presentan en el Anexo. Para los muros
1 y 2 (figuras D.1 y D.2), se puede observar que el desplazamiento normalizado no supera el
5 %, mientras que el muro 3 (figuras D.4 y D.3) es el que presenta las mayores deformaciones
fuera del plano, en donde se evidencia la falta de restricción lateral en la viga de transferencia

La figura 5.39 muestra el desplazamiento lateral fuera del plano medido a la mitad de la
altura del primer muro, correspondiente al elemento de borde negativo (Oeste). El desplaza-
miento máximo alcanzado es de 2,75 mm en el segundo ciclo del drift 4 % y se observa una
tendencia a a aumentar la deformación lateral cuando se alcanzan derivas de techo superiores
al 2 %.

Figura 5.39: Desplazamiento fuera del plano del muro 1 medido en la mitad
de a altura.

La figura 5.40 muestra el desplazamiento lateral fuera del plano medido a la mitad de la
altura del segundo muro, correspondiente al elemento de borde negativo (Oeste). Durante
todo el ensayo el muro tiende a deformarse lateralmente hacia el sentido negativo (Hacia el
norte) hasta que el final del ensayo se produce un incremento mayor debido al pandeo de las
barras longitudinales, llegando a 4,8 mm de desplazamiento.

94
Figura 5.40: Desplazamiento fuera del plano del muro 2 medido en la mitad
de a altura.

La figura 5.41 muestra el desplazamiento lateral fuera del plano medido a la mitad de la
altura del tercer muro, correspondiente tanto al elemento de borde negativo (Oeste) como al
positivo (Este). Se aprecia una tendencia a rondar el cero desplazamiento hasta el drift del
0.9 % en donde se comienza a acentuar el desplazamiento hacia el sentido positivo (Hacia el
sur) hasta el punto de falla. Las deformaciones son mayores en el costado Este en comparación
al costado Oeste, indicando que este lado degrada una mayor resistencia, como se puede
confirmar con la curva histerética y la evolución del daño. Al final del ensayo, la inestabilidad
lateral se extiende a ambos bordes de muro simultáneamente, entregando un desplazamiento
lateral máximo de 9 cm en el centro del muro.

Figura 5.41: Desplazamiento fuera del plano del muro 3 medido en la mitad
de a altura.

95
Finalmente, se presenta el gráfico 5.42 en donde se puede apreciar que la inestabilidad
lateral es nula en el muro 1, leve en el muro 2 y determinante en el modo de falla del muro
3. La ecuación 2.2 propuesta por Paulay y Priestley[6] nos permite calcular la excentricidad
máxima en la que el muro se mantendrá estable. Para los 3 muros, la tabla 5.7 muestra los
valores de la excentricidad crítica y el ciclo en que esta es superada. Para el muro 2 se observa
que no se supera la excentricidad crítica pero los valores de la figura 5.40 corresponden al
costado Oeste, siendo que es el costado Este el que sufre la inestabilidad lateral. Por este
motivo, a pesar de que no se haya sobrepasado el valor límite en el costado Oeste, el costado
Este si sufre inestabilidad lateral en el último ciclo.

Tabla 5.7: Excentricidad crítica para cada muro en función de las propieda-
des de los materiales y cuantía de refuerzo.

Muro ξcrit [-] Ciclo


1 0,100 -
2 0,079 -
3 0,082 1 (+0,6)
o

Tal como propone Paulay y Priestley[6], la inestabilidad lateral se produce inequívocamen-


te cuando los desplazamientos fuera del plano exceden el 50 % del espesor del muro (ξ>0,5).
En este caso, el elemento de borde Oeste del muro 3 alcanza un valor de ξ de 0,9.

Figura 5.42: Desplazamiento fuera del plano de los 3 muros medido en la


mitad de a altura.

96
Segura (2018a) [19] en su descripción del daño de sus especímenes, muestra que los muros
WP1 y WP6 (Muros con aumento de espesor) manifiestan inestabilidad fuera del plano, como
se aprecia en la figura 5.43. Segura reporta que para el muro WP6, el movimiento fuera del
plano fue observado en la carga del segundo ciclo positivo del 3 % cerca de la base del muro
(no cuantificado). Para el muro WP1, el movimiento fuera del plano fue de aproximadamente
5 cm en la zona inferior del muro (23 cm sobre la base) cuando se alcanzaba el segundo ciclo
del 1,5 %, lo que se traduce en un desplazamiento normalizado ξ de 0,33.

Para el muro con menor espesor WP1 se observa un mayor desplazamiento fuera del plano
en comparación a su símil con mayor espesor, con ambos manifestando inestabilidad local
fuera del plano. La relación de aspecto lw /b para WP1 es de 15,2, mientras que para WP6
es de 12,0, indicando una degradación tanto en la ductilidad máxima como en la magnitud
de la inestabilidad lateral cuando se reduce el espesor, como también se evidencia en nuestro
set de ensayos.

(a) WP1 (b) WP6

Figura 5.43: Estado final de uno de los elementos de borde en los ensayos
WP1 y WP6 de Segura (2018a) [19].

Es necesario mencionar que el montaje de los ensayos de Segura [19] es distinto al nuestro,
principalmente en la altura de los muros, pues ellos manejaban un factor hw /b ente 11 y
14, mientras que nuestro set de ensayos se encuentra en el rango 17-26. Por lo tanto, se
estima que la restricción lateral del muro se encuentra a distintas alturas y por lo tanto se ve
afectada la producción del pandeo fuera del plano. Además, en ambos ensayos se permite el
giro de la viga de transferencia en la parte superior del muro, lo que determina cierto modo
de distribución de grietas.

97
5.4.6. Modo de Falla
Luego de la realización de los 3 ensayos, se pueden apreciar modos de falla distintos
provocados netamente por la geometría de la sección transversal del muro, pues las cuantías
de refuerzo son similares, a excepción de la comparación realizada con el ensayo de Díaz[1] y
el muro 1 de este proyecto.

El primer muro falla consiste en el corte de las barras de la armadura longitudinal producto
de los ciclos de tracción y pandeo de compresión en dichas barras al perder el hormigón de
recubrimiento. La ductilidad alcanzada es la mayor de todas y se asemeja al espécimen 1 del
trabajo de Díaz[1], con aproximadamente 20 [tonf] de resistencia en el ciclo del 4 % y con
el fallo producido al momento de intentar continuar con un drift más alto, pues su fallo se
produce en el 4.5 % mientras en que el muro 1 falla en 4.19 %.

Debido a que ambos muros comparten las mismas propiedades de los materiales y geo-
métricas, es esperable que presenten la misma respuesta ante el ensayo. La diferencia radica
en la cuantía del refuerzo transversal proporcionada por los estribos, pues anteriormente se
había utilizado un estribo de 6 mm de espesor mientras que en el muro 1 se modifica a 8 mm.
Esto influye directamente en la diferencia entre el modo de falla observado en ambos casos,
pues el espécimen 1 de Díaz falla por el pandeo local de modo 2 de las barras longitudinales
(figura 5.44.a), mientras que el muro 1 falla por la fractura del refuerzo luego de haber sido
sometido a ciclos de pandeo modo 1 (figura 5.44.b) .

La experiencia experimental permite verificar la predicción obtenida a partir de la ex-


presión propuesta por Dhakal y Maekawa (fórmula 2.4). Dicha fórmula permite predecir los
modos de pandeo de cada muro, siendo mostrados en la tabla 5.8 la rigidez equivalente de
cada configuración de estribos y su respecto modo de pandeo.

Tabla 5.8: Rigidez equivalente obtenida a partir de la configuración de es-


tribos de los muros E1 y M1. Los límites de rigidez equivalentes son 0.75
para el modo de pandeo 1 y 0.1649 para el modo de pandeo 2.

Probeta keq [-] Modo de pandeo


M1 0,934 1
E1 0,521 2

A pesar de que el corte de la barra de refuerzo longitudinal, la respuesta general del muro
observada en la histéresis indica que el modo de falla es dúctil, pues la curva de degradación
sigue una trayectoria bastante similar a sus antecesoras.

98
(a) E1 [1] (b) M1

Figura 5.44: Comparación de los modos de falla entre el espécimen 1 de


Díaz[1] y el muro 1.

El modo de falla del segundo muro fue provocado por el pandeo global de las barras de
refuerzo en el tercio inferior de la altura del muro, ubicado en el elemento de borde Este
(figura 5.45.a). A diferencia del primer muro, este falla durante la ejecución del segundo ciclo
del drift 3 %, provocando una degradación excesiva de la resistencia (figura 5.16) indicando
un modo de falla frágil.

La reducción del espesor implica un aumento en el factor λb definido por Abdullah y


Wallace [2] sobre el segundo muro. Las condiciones del ensayo permiten definir que el eje
neutro y el largo del muro se mantengan relativamente constantes tanto en el ensayo del
muro 1 como el del muro 2, lo que implica una reducción en la capacidad de deriva máxima
del muro netamente debido al efecto de su espesor.

Para el último ensayo se manifiesta la inestabilidad lateral fuera del plano en toda la
extensión del muro (figura 5.45.b). La degradación de resistencia se mantiene baja en los
primeros ciclos del drift final, volviéndose crítica en el último ciclo positivo del drift con una
reducción del 22 %. A pesar de lo anterior, el muro se continua ciclando hasta que se produce
la falla frágil de manera rápida y progresiva, obligando a detener el ensayo en el momento.

99
(a) M2 (b) M3

Figura 5.45: Modos de falla del muro 2 y el muro 3.

Es importante mencionar que 2 aspectos del montaje del ensayo pueden haber influido
directa o indirectamente en la generación del modo de falla mencionado. El primer punto es
la desangulación inicial que tiene el muro en su elemento de borde Este12 , el mismo sector que
es el que sufre la mayor parte de la falla. El segundo punto es la falta de restricción lateral
provocada por la excesiva deformación del marco de acero, el cual se ve imposibilitado a
contener los desplazamientos fuera del plano, sumado al hecho de que las barras de restricción
lateral se colocan en la misma zona que en los ensayos anteriores, acotando los 900 mm de
viga pero dejando 450 mm sin restringir, los que también serían los pertenecientes al lado
que presenta mayores deformaciones laterales fuera del plano durante el ensayo.

Al igual como se relacionaba el factor λb con el muro 2 debido al aumento que tenía
en comparación al muro 1, el muro 3 también involucra un aumento del factor debido al
aumento del 50 % del largo del muro. De acuerdo a las predicciones estipuladas por Abdullah
y Wallace, la capacidad de deriva máxima del muro debería disminuir. Sin embargo, los
niveles de capacidad de deformación alcanzados son menores a las lineas de tendencias que
se aproximan de su base de dato.

12
Esta característica responde a deficiencias en el aplome de los moldaje en la fase constructiva.

100
Capítulo 6

Conclusiones

Dado el contexto sísmico y normativo al que está sujeto el diseño en Chile, se hace necesario
estudiar la respuesta de los muros de hormigón armado en sus distintas configuraciones, tanto
de disposición y cuantía del refuerzo de acero, la calidad y combinación de materiales y los
parámetros geométricos que definen su esbeltez. La tendencia de reducir el espesor de los
muros puede llegar a ocasionar modos de falla poco estudiados por la academia, como lo es
la inestabilidad fuera del plano, el cual fue observado durante el evento sísmico de 2010 en
nuestro país.

En dicho contexto, este trabajo de memoria de título entrega resultados experimentales


del efecto de la modificación de la geometría de la sección transversal de muros a través del
análisis de la ductilidad máxima alcanzada y el desplazamiento lateral fuera del plano del
muro. Para lograrlo, se gestiona la construcción y ensayo de 3 muros-probeta de hormigón
armado con la misma distribución de armadura y carga axial, modificando espesor y largo
de muro.

La respuesta global varía entre cada muro dado que sus resistencias máximas y derivas
máximas alcanzadas son distintas para cada uno, siendo lo más destacable la diferencia
entre sus modos de falla, pues se encuentra presencia tanto de pandeo local, pandeo global
e inestabilidad lateral fuera del plano en función de las propiedades geométricas del muro.
Las histéresis de los 3 muros indican un comportamiento predominantemente de flexión, lo
cual es confirmado con la fotogrametría y el mapa de deformaciones verticales ϵxx , indicando
que las grietas diagonales en la base del muro predominan. Sin embargo, se puede apreciar
que las deformaciones ϵxy en el muro 3 son mayores debido a que se encuentra más afecto al
corte.

Para el muro 1, los niveles de carga y ductilidad son similares a los obtenidos por Díaz[1]
en su primer espécimen E1. La degradación de la resistencia se produce en el elemento de
borde positivo y la falla ocurre en el siguiente intento de superar el 4 %. Dado que el muro 1
es una modificación en el diámetro de estribos de dicho espécimen E1, este resultado permite
comparar la capacidad máxima de ductilidad cuando se modifica la enfierradura del refuerzo
transversal y se concluye que esta no afecta en gran medida en la ductilidad sino en el modo de
falla. Ambos ensayos tuvieron la presencia de pandeo local de barras de refuerzo longitudinal
pero difieren en el modo de pandeo, pues E1 tuvo pandeo de modo 2 mientras que M1 tiene
pandeo local modo 1 con fractura de una de las barras longitudinales.

101
La modificación de espesor del muro 2 genera una disminución en su resistencia máxima,
reflejado en su histéresis al ser comparada con el muro 1. Sin embargo, la progresión del
daño es bastante similar a lo visto en el primer ensayo hasta que se llega al segundo ciclo
del 3 %. El pandeo fuera del plano había sido imperceptible durante todo el ensayo hasta el
momento del fallo, en donde se produce pandeo global fuera del plano de barras de refuerzo
longitudinal en el primer tercio de la altura del muro, en el elemento de borde Este. Dicho
modo de falla provoca una degradación de resistencia que provoca la detención del ensayo,
pues el pandeo global aumentaba debido a la carga axial constante sobre la probeta, aún
sin aumentar de deriva de techo. A pesar de que los desplazamientos fuera del plano fueron
obtenidos para el elemento de borde que no sufrió inestabilidad lateral, es posible apreciar
la tendencia creciente de ξ y se puede inferir que el otro elemento de borde (con mayores
desplazamientos fuera del plano) si llegó a la excentricidad crítica ξcrit al final del ensayo
como se aprecia en las fotos de la evolución del daño.

En la misma línea de la inestabilidad lateral, el muro 3 fue el que la presentó durante


más ciclos y con mayores valores de excentricidad ξ. El aumento del largo del muro en un
50 % implicaba que tanto la resistencia máxima como las deformaciones máximas de tracción
en las barras de refuerzo longitudinal serían más grandes, lo que contribuye a la producción
de la inestabilidad lateral. De acuerdo a la ecuación de la excentricidad crítica de Paulay y
Priestley[6], el muro 3 comienza a volverse inestable desde el primer ciclo positivo del 0.6 %.
El gráfico de desplazamiento lateral normalizado permite ver que los drifts del 0.6 % y 0.9 %
mantenían una excentricidad constante en sus ciclos. Sin embargo, el comienzo del 1.2 % de
drift marca el comienzo de la degradación de resistencia del muro producto de la creciente
deformación fuera del plano del muro, llegando a valores de ξ de 0.9 en el momento del fallo.

Con respecto al análisis de ductilidad, se vio que el aumento en el diámetro de estribos


no es determinante en la variación de la ductilidad. Esto va en concordancia con las ecua-
ciones propuestas por Abdullah y Wallace[2] puesto que encontraron que la correlación entre
Asprovided /Asrequired no era lo suficientemente significativa sino más bien la configuración de
los estribos, determinada con el parámetro α. Esto puede ser comprobado con los resultados
de los muros WP1 y WP2 de Segura[19], en donde se obtiene una respuesta similar ante una
variación del 24 % en el diámetro de estribos.

La esbeltez de cada muro, reflejada por el parámetro λb , permite relacionar la capacidad de


ductilidad máxima alcanzada por los 3 muros y la relación con sus parámetros geométricos.
Debido a que la carga axial se mantuvo en un 10 % de f’cAg y que la razón c/lw es similar
para los 3 muros, es la disminución del espesor y el aumento del largo los que provocan que
λb varíe de 6,5 hasta 38,8, ya que el parámetro puede ser descompuesto en
!2
c lw
 
λb =
lw b

102
Sin embargo, los modos de falla en los muros 2 y 3 relacionados con la inestabilidad lateral
fuera del plano provocan que la pérdida de ductilidad sea más pronunciada que lo predicho
por Abdullah y Wallace (ecuación 2.1). Es necesario notar que en las normas actuales, la
inestabilidad fuera del plano está siendo controlada por la relación entre el alto del muro y
el espesor hw /b, parámetro que no se manifiesta en la ductilidad λb definida anteriormente,
pero que si superó los límites impuestos por la norma, llegando a valores superiores a 16.

Al comparar los resultados experimentales con el trabajo de Segura[19], nos permite obser-
var que la pérdida de ductilidad por la variación de espesor sigue la misma tendencia (figura
5.38), es decir, ambas curvas presentan una pendiente similar pero se encuentran desplazadas
horizontalmente en la nube de puntos, lo cual puede atribuirse a configuraciones de montaje
diferentes.

Las relaciones de aspectos no son determinantes en la reducción de la ductilidad, así


como sí lo es la manifestación de la inestabilidad fuera del plano. Tanto los parámetros lw /b
como c/lw son los que muestran la tendencia más clara en la reducción de la ductilidad [2],
pero la regulación de estos parámetros en la práctica no implica un aumento considerable
de ductilidad. El parámetro hw /lw se relaciona en mayor medida con el comportamiento
predominante de corte o flexión en los muros, observándose una leve mejora en este último,
tal como propone la ecuación de ductilidad de Abdulah y Wallace al castigar las solicitaciones
de corte.

Por otro lado, la inestabilidad lateral como un modo de falla relacionado a la esbeltez hw /b
representa una gran pérdida de ductilidad máxima del muro, generando una pendiente de
degradación mucha más pronunciada a la ecuación propuesta por Adbullah y Wallace (ecua-
ción 2.1). Con respecto al aspecto normativo, cuando hw /b superó el valor crítico propuesto
por la ACI 318-14[3], se produjo inestabilidad fuera del plano local en el muro 2 y global en
el muro 3, diferencia atribuible al aumento de largo y consecuente aumento en las deforma-
ciones unitarias de tracción asociadas al mismo nivel de drift, lo que propicia la producción
del fenómeno.

Por lo tanto, se encuentra pertinente estudiar en mayor detalle los distintos set de ensayos
recopilados por Adbullah y Wallace, de manera de obtener relaciones más precisas al momento
de definir la ductilidad e incorporar la inestabilidad fuera del plano como un reductor en dicha
capacidad.

103
6.1. Recomendaciones constructivas de laboratorio
Dado que el proceso constructivo abarca una gran parte del trabajo realizado, se hace
necesario rescatar conclusiones y recomendaciones del proceso constructivo para que se tomen
en cuenta en futuros proyectos.

El control de calidad es de suma importancia a la hora de obtener los parámetros de


resistencia tanto del acero como del hormigón. Dichos parámetros son utilizados en gran
parte de los resultados y por ende se debe procurar que tanto las probetas de hormigón como
las de acero sean representativas y queden bien confeccionadas. En caso contrario, se haría
necesario extraer testigos de los muros ya ensayados. Los resultados del control de calidad
de materiales en este proyecto arrojaron resultados esperados y acordes a lo que se había
especificado en el diseño. En este caso, no es pertinente obtener la curva de madurez del
hormigón, pero en caso de requerirse, se debe tomar una mayor cantidad de probetas por
cada muro, con tal de asegurar poder calcular un f’c promedio en cada fecha.

Es deseable que la construcción de moldajes esté en concordancia con el método de hor-


migonado, pues problemas como el del muro 4 deben ser evitados. Para ello, se debe revisar
el tipo de hormigón que se va a verter y la estabilidad estructural de los moldajes que lo
van a soportar. Además se debe chequear que los orificios de las probetas no sean tapados
con material bajo ninguna circunstancia, pues el proceso de destapado involucra un retraso y
esfuerzos adicionales. El proceso de reparación debe ser realizado lo antes posible para evitar
problemas de juntas y aprovechar que el hormigón sigue nuevo. En caso de ser necesario se
debe aplicar puente adherente.

Debido a que la fundación no está perfectamente anclada a la losa de reacción, la adqui-


sición y corrección de datos se vuelve fundamental a la hora de registrar las derivas de techo
en cada ciclo. Por este motivo se recomienda automatizar lo más posible la corrección in situ
de modo de controlar el ensayo por desplazamiento en toda su duración. Durante los ensayos
1 y 2, los primeros drifts se controlaron por fuerza controlada, dado que los desplazamientos
en esos ciclos eran del orden milimétricos. Sin embargo, esto conllevó a imprecisiones a la
hora de definir el desplazamiento de cada drift y produjo el salto del 0.2 % al 0.6 % de drift.

Finalmente, con el ensayo 3 se da cuenta de la falta de restricción lateral en la viga de


transferencia del muro. Para futuros ensayos, se debe considerar un sistema de restricción
lateral más robusto en caso de esperar desplazamientos fuera del plano, lo cual puede ser
alcanzado adicionando empotramiento al marco de acero.

104
Bibliografía

[1] Díaz, S., “Estudio experimental y modelamiento en elementos finitos de muros esbeltos
de hormigón armado con discontinuidades tipo bandera. tesis para optar al grado de ma-
gister, mención ingeniería sísmica,” Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas
y Matemáticas, Santiago, 2016.
[2] Abdullah, S. y Wallace, J., “Drift capacity of rc structural walls with special boundary
elements,” Aci Structural Journal, vol. 116, pp. 183–194, 2019, doi:10.14359/51710864.
[3] ACI 318-14, “Building code requirements for structural concrete (ACI 318-14) and com-
mentary (ACI 318R-14).,” Farmington Hills (MI): American Concrete Institute, p. 519,
2014.
[4] Anne Lemnitzer and Leonardo M. Massone and Derek A. Skolnik and Juan C. de la
Llera Martin and John W. Wallace, “Aftershock response of RC buildings in Santiago,
Chile, succeeding the magnitude 8.8 Maule earthquake,” Engineering Structures, vol. 76,
pp. 324–338, 2014, doi:{https://doi.org/10.1016/j.engstruct.2014.07.003}.
[5] Massone, L., Wallace, J., Bonelli, P., Dragovich, J., Lagos, R., Lüders, C., y Moehle, J.,
“Damage and implications for seismic design of rc structural wall buildings,” Earthquake
Spectra, vol. 28, pp. 281–299, 2012, doi:10.1193/1.4000047.
[6] Paulay, T. y Priestley, M., “Stability of ductile structural walls,” ACI Structural Journal,
vol. 90, pp. 385–392, 1993.
[7] Chai, Y. y Elayer, D. T., “Lateral stability of reinforced concrete columns under axial
reversed cyclic tension and compression,” Aci Structural Journal, vol. 96, pp. 780–790,
1999.
[8] Dashti, F., Dhakal, R. P., y Pampanin, S., “Evolution of out-of-plane deformation and
subsequent instability in rectangular rc walls under in-plane cyclic loading: Experimental
observation,” Earthquake Engineering & Structural Dynamics, vol. 47, no. 15, pp. 2944–
2964, 2018, doi:https://doi.org/10.1002/eqe.3115.
[9] Dashti, F., Dhakal, R. P., y Pampanin, S., “Out-of-plane response of in-plane-loaded
ductile structural walls: State-of-the-art and classification of the observed mechanisms,”
Journal of Earthquake Engineering, vol. 26, no. 3, pp. 1325–1346, 2022.
[10] Tripathi, M., Dhakal, R. P., y Dashti, F., “Bar buckling in ductile rc walls with different
boundary zone detailing: Experimental investigation,” Engineering Structures, vol. 198,
p. 109544, 2019, doi:https://doi.org/10.1016/j.engstruct.2019.109544.
[11] Thomsen, J. H. y Wallace, J. W., “Displacement-based design of slender reinforced con-
crete structural walls - experimental verification,” Journal of Structural Engineering,
vol. 130, no. 4, pp. 618–630, 2004, doi:10.1061/(ASCE)0733-9445(2004)130:4(618).

105
[12] Dhakal, R. P. y Maekawa, K., “Reinforcement stability and fracture of cover concrete
in reinforced concrete members,” Journal of Structural Engineering, vol. 128, no. 10,
pp. 1253–1262, 2002, doi:10.1061/(ASCE)0733-9445(2002)128:10(1253).
[13] Manríquez, I., “Ensayo de muros bandera de hormigón armado con carga lateral cíclica
medido por fotogrametría y comparado con modelo puntal-tensor. tesis para optar al
grado de magíster en ingeniería sísmica,” Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas, Santiago, 2016.
[14] Muñoz, F., “Estudio experimental y analítico de muros t de hormigón armado ante cargas
cíclicas. memoria para optar al grado de magíster en ingeniería estructural, sísmica y
geotécnica y al título de ingeniero civil,” Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas, Santiago, 2018.
[15] INN, “NCh 1017 Of. 2009. Hormigón - Confección y curado en obra de probetas
para ensayos de compresión y tracción,” Chile, 2009.
[16] INN, “NCh 171 Of. 2008. Hormigón - Extracción de muestras del hormigón fresco,”
Chile, 2008.
[17] INN, “NCh 1019 Of. 2009. Hormigón - Determinación de la docilidad - Método del
asentamiento del cono de Abrams,” Chile, 2009.
[18] ACI Committee 374, “Acceptance Criteria for Moment Frames Based on Structural
Testing and Commentary: An ACI Standard,” American Concrete Institute, 2005.
[19] Segura Jr, C. L. y Wallace, J. W., “Seismic performance limitations and detailing of
slender reinforced concrete walls,” ACI Structural Journal, vol. 115, no. 3, pp. 849–859,
2018.

106
Anexos

Anexo A. Curvas Tensión vs Deformación Acero


A continuación se presentan las curvas tensión-deformación obtenidas para las barras
ensayadas a tracción. Se puede observar que las curvas registradas por la máquina universal
tienen una discontinuidad o caída debido a la pausa que se hace para retirar el extensómetro
por las razones antes mencionadas.

Figura A.1: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para


barras de diámetro nominal de 6 mm.

107
Figura A.2: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para
barras de diámetro nominal de 8 mm.

Figura A.3: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para


barras de diámetro nominal de 10 mm.

108
Figura A.4: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para
barras de diámetro nominal de 12 mm.

Figura A.5: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para


barras de diámetro nominal de 16 mm.

109
Figura A.6: Curva tensión deformación asociada al ensayo a tracción para
barras de diámetro nominal de 18 mm.

110
Anexo B. Curvas Tensión vs Deformación Hormigón
A continuación se presentan las curvas tensión-deformación obtenidas para las barras
ensayadas a tracción. Se puede observar que las curvas registradas por la máquina universal
tienen una discontinuidad o caída debido a la pausa que se hace para retirar el extensómetro
por las razones antes mencionadas.

Figura B.1: Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión


para cilindros de hormigón del muro M1.

111
Figura B.2: Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión
para cilindros de hormigón del muro M2.

Figura B.3: Curva tensión deformación asociada al ensayo de compresión


para cilindros de hormigón del muro M3.

112
Anexo C. Planos
C.1. Viga de transferencia
A continuación se presentan los planos de la viga de transferencia (Medida en mm)

Figura C.1: Vista lateral de la viga de transferencia. Perforaciones de los


perfiles transversales, nuevo perfil longitudinal, plancha L para la unión del
perfil longitudinal con la plancha lateral.

113
Figura C.2: Vista planta de la viga de transferencia. Perforaciones de los
perfiles transversales y nuevo perfil longitudinal.

Figura C.3: Vista frontal de la viga de transferencia. Perfiles transversales,


nuevo perfil longitudinal, planchas L para la unión del perfil longitudinal
con las planchas laterales.

114
Anexo D. Perfil de desplazamiento lateral
A continuación se presentan los perfiles de desplazamiento fuera del plano para los 3
muros. Los muros 1 y 2 muestran la vista Oeste, mientras que el muro 3 presenta la vista
Este y Oeste.

Figura D.1: Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 1 en función
de la altura.

115
Figura D.2: Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 2 en función
de la altura.

116
Figura D.3: Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 3 en función
de la altura (Oeste).

117
Figura D.4: Perfil de desplazamiento fuera del plano del muro 3 en función
de la altura (Este).

118

También podría gustarte