Cambios en La Nueva Ortografia
Cambios en La Nueva Ortografia
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Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las
palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico
[chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes
yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente,
en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.
2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario
a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i
j, J k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu
r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve doble equis ye zeta
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sin necesidad de añadidos del nombre de la letra b justifica su elección
como la denominación recomendada para la v en todo el ámbito
hispánico.
o La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes
que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve
(corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para
la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta,
añadiendo en cada caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse
a la v.
o La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble
uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da
preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común
recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación
pospuesta de los adjetivos.
o La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del
latino, es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y
refleja su origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre
ye se creó en la segunda mitad del siglo XIX por aplicación del patrón
denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en
añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección
de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su
simplicidad, ya que se diferencia, sin necesidad de especificadores, del
nombre de la letra i.
o La letra i, cuyo nombre es i, recibe también la denominación de i latina
para distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la
denominación tradicional de i griega.
En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento
integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i
(queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las
posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta],
acné [akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también
puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke
[karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker [búnker], anorak
[anorák]).
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Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como
grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de
otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya
una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben
sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar
dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o
quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark,
cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q,
estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no
adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.
Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación gráfica del español
es necesario determinar previamente la división de las palabras en sílabas. Y
para dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de vocales es
preciso saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba, como
diptongos o triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos
(lí.ne.a, ta.o.ís.ta).
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De acuerdo con dichas convenciones, y con independencia de cuál sea su
articulación real en palabras concretas, se consideran siempre diptongos a
efectos ortográficos las combinaciones siguientes:
a. Vocal abierta (/a/, /e/, /o/) seguida o precedida de vocal cerrada átona (/i/,
/u/): estabais, confiar, diario, afeitar, viento, pie, doy, guion, aunar,
acuario, actuado, reunir, sueño, estadounidense, antiguo.
b. Dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/): triunfo, incluido, diurno, huir,
viuda, ruido.
Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio,
criais, crieis y las de voseo crias, cria (de criar); fie, fio, fiais, fieis y las de
voseo fias, fia (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio, friais (de freír); frui, fruis (de
fruir); guie, guio, guiais, guieis y las de voseo guias, guia (de guiar); hui, huis
(de huir); lie, lio, liais, lieis y las de voseo lias, lia (de liar); pie, pio, piais, pieis
y las de voseo pias, pia (de piar); rio, riais (de reír); sustantivos como guion,
ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y
Sion.
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5. Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres
demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad
Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica
en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos,
respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando
en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían
producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo
los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con
Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué
compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a
¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está
expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
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Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva
o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el
cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista
prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y
tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura
mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la
conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan
suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por
lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde,
como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con
independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o
café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la casilla
correspondiente.
7. Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el
mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer
ministro)
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b. Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando
esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras.
Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente
proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de
locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática
ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex
relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta
misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre
Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.
Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con
guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados:
antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos
humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.
Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este
prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con
independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el
sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan
ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de
situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición de la
ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura
de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal
(exjugador, exnovio, expresidente, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar
un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid,
exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de
la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de
alcalde, ex primera dama, etc.
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cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan
problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía
o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-
fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se
someten a las reglas de acentuación gráfica del español:
Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los
préstamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las
reglas de acentuación gráfica del español cuando estén completamente
adaptados a nuestro sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos
de otros idiomas.
Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos
españoles deben escribirse igualmente en cursiva —o, en su defecto, entre
comillas— para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones
de otros idiomas en nuestra lengua: