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Índice
Introducción
ETAPAS DEL CÓDIGO PENAL
La historia del derecho penal podría ocupar varios volúmenes; sin
embargo, en esta obra sólo se presenta un breve panorama de su
evolución en el transcurso del tiempo.
El detalle y el análisis de fondo se dejan al estudioso que desee
ahondar al respecto. El surgimiento del derecho penal obedece a la
necesidad de regular el comportamiento del ser humano en sociedad,
a fi n de controlar sus acciones y proteger al grupo social.
El crimen nace con el ser humano; cuando aún no existía un orden
jurídico, ni una sociedad organizada, el delito ya se manifestaba en su
forma más rudimentaria. El ser humano todavía no articulaba palabras,
pero ya desarrollaba conductas que afectaban a otros; por ejemplo, el
apoderamiento ilegítimo del animal cazado por otro, la violencia física
ejercida sobre una mujer, etc. De ahí la necesidad de regular tales
conductas y señalar castigos para lograr orden y una convivencia
pacífica.
En esta parte interesa destacar, sobre todo, las etapas de evolución
por las que ha pasado esta disciplina jurídica y aclarar que la división
por etapas o fases, que más adelante se verá, es más didáctica que
real, pues éstas no se pueden separar entre sí tajantemente y de
manera exacta.
La venganza significa que el hombre, ante una agresión recibida,
obtiene satisfacción mediante otro acto violento. En esta fase cabe
distinguir cuatro subfases: venganza privada, venganza familiar,
venganza divina y venganza pública (Amuchategui Requena, 2012).
1.1 Época de la Venganza Privada
En esta etapa fue el impulso de la defensa o la venganza ratio
essendi (razón de ser) de todas las actividades provocadas por
un ataque injusto
La época de la venganza privada es la época bárbara, puesto
que se accede al impulso d un instinto de defensa, ante la
reacción provocada por un ataque que se considera injusto
Además de la Ley del Talión aparece como otra limitación de la
venganza privada “La composición” a través de la cual el ofensor
o su familia entregaba al ofendido y los suyos cierta cantidad
para que estos no ejercitaran el derecho de venganza
(Amuchategui Requena, 2012).
La venganza privada también se conoce como venganza de
sangre, y consiste en que el ofendido se hace justicia por propia
mano, es decir, el afectado ocasiona a su ofensor un daño igual
al recibido. Esta fase se identifica como la ley del talión, cuya
fórmula es “ojo por ojo y diente por diente”. Ahí se aprecia
claramente la venganza individual, en la que se inflige un mal por
otro recibido.
Resulta oportuno citar que todavía en épocas recientes, en
algunos poblados de México se mantenían ciertas costumbres
rudimentarias de venganza, pertenecientes a la fase de
venganza privada, como el empalamiento.
1.2 Época de la Venganza Divina
La venganza divina es el castigo impuesto a quien ocasiona un
daño, en virtud de creencias divinas, de modo que a veces se
entremezclan rituales mágicos y hechiceros. Generalmente el
castigo lo imponen los “representantes” de diversas deidades. En
esta fase tienen importancia relevante las nociones de tótem y
tabú. Tótem era la representación del bien; estaba representado
por una fi gura de piedra o madera (generalmente en un tronco
de árbol), a la que se atribuían poderes mágicos o espirituales.
Simbolizaba protección. Tabú era la representación del mal, de lo
prohibido. A lo largo de la historia de la humanidad, en todos los
pueblos y culturas se advierte la presencia de esta lucha
constante del bien contra el mal. Donde cobra más vigencia esta
pugna es en las religiones, pero también en tradiciones
culturales (Amuchategui Requena, 2012).
1.3 Época de la Venganza Pública
La venganza pública es un acto de venganza, pero ejercido por
un representante del poder público. En este caso simplemente
se traslada la ejecución justiciera a alguien que representa los
intereses de la comunidad, en su manifestación más primitiva.
El interés primordial por castigar con severidad a quien causa
un daño caracteriza a esta fase. La semejanza o igualdad en el
castigo hacen ver claramente que se trata de una verdadera
venganza.
En el Código de Hammurabi, la Ley de las Doce Tablas y el
Pentateuco mosaico se encuentran disposiciones relativas a
esta fase; de modo evidente, la Biblia plasma la ley del talión en
el párrafo siguiente:
Cuando el Estado “impone” las penas, éstas se caracterizan por
su crueldad, de modo que se observan las formas de castigo
más variadas e inhumanas, en las que predominan las
sanciones corporales y de muerte, las cuales son precedidas
por tratos humillantes y aflictivos.
Esta etapa ha quedado fuertemente marcada en la historia del
derecho penal; mucho se ha escrito sobre ella y constituye una
verdadera época de terror y oscurantismo de la humanidad.
Estos tratos inhumanos de exagerada crueldad caracterizaron a
la época antigua y a la Edad Media Por ser nuestro antecedente
directo el derecho romano, mencionaré algunas de las penas
principales: (Amuchategui Requena, 2012).
1.3.1 Penas corporales. No eran la pena principal, sino accesorias o
medios de coerción. Algunas eran la flagelación (a los esclavos),
golpes con vara (a hombres libres), golpes con palo fustis (a los
militares), golpes con un instrumento con bola de plomo en la
punta, mutilaciones, inutilización del ojo derecho, amputación del
pie izquierdo.
1.3.2 Penas capitales (Supplicium, Poena capitis o capitalis). Crucifi
xión, saco (culleus), fuego, decapitación con hacha, arrojar al
condenado a las fi eras, precipitación desde la roca Tarpeya,
entre otras.
1.4 Periodo Humanitario
Como respuesta a la fase anterior surge una reacción humanista
en materia penal, de manera que se pretende dar un giro
absoluto y radical a la dureza del castigo.
Grandes pensadores, filósofos y humanistas, con su obra e
ideas, han influido en el derecho penal y ciencias afines. Cesare
Beccaria y John Howard, con su valiente y enérgica
manifestación de principios humanistas, trataron de devolver al
hombre el respeto a su dignidad.
En su Tratado de los delitos y de las penas, Beccaria destaca
diversos aspectos, como los procedimientos arbitrarios e
inhumanos para obtener confesiones; se refiere a la tortura y
rompe con ancestrales creencias relacionadas con la eficacia de
la pena: Para que una pena logre su efecto, basta que el mal de
esta exceda del bien que nace del delito; y en este exceso de
mal debe tenerse en cuenta la infalibilidad de la pena y la
pérdida del bien que produciría el delito. Los hombres se
gobiernan por la acción repetida de los males que conocen, y no
por la de los que ignoran... A medida que los suplicios se hacen
más crueles, el espíritu de los hombres, al modo de los líquidos,
se pone siempre al nivel con los objetos que le circundan, estos
espíritus, pues, se irán endureciendo (Amuchategui Requena,
2012).
Estas ideas, expresadas en 1764, se encuentran vigentes, al
igual que los principios emanados de la Revolución francesa
(1789), con la cual surge la consideración y tutela de los
derechos del hombre.
1.5 Etapa Científica
En ella se mantienen los principios de la fase humanitaria, pero
se profundiza científicamente respecto de la persona del
delincuente. Se piensa que el castigo no basta, por humanizado
que sea, sino que además se requiere llevar a cabo un estudio
de personalidad del sujeto y analizar a la víctima; es
indispensable conocer el porqué del crimen, saber cuál es el
tratamiento adecuado para readaptar al sujeto y, sobre todo,
prevenir la posible comisión de delitos. En esta etapa se estima
que el delito y el sujeto son productos de las fallas sociales, con
influencia de factores de índole diversa (interna y externa).
Desafortunadamente, pese a los esfuerzos realizados por los
estudiosos e interesados en estos aspectos, aún no se ha
resuelto el delicado problema que representa la delincuencia.
1.6 Etapa Moderna
Es primordial que exista una adecuada protección de bienes
jurídicos, así como la orientación y prevención de las
consecuencias derivadas del derecho penal, destacando para el
efecto lo fundamental del derecho penal moderno, analizando
sus planteamientos.
Derecho penal moderno debe entenderse cuando se habla de
este tema de un derecho que este de la mano con la actualidad,
con la sociedad y dejar en el paso el derecho penal del pasado.
El derecho penal moderno hace mucho énfasis a la pena y al
delito sus definiciones, contiene también y resalta conceptos de
responsabilidad penal y de las figuras delictivas provenientes de
otras sociedades mas avanzadas ahonda también en el campo
de las ciencias penales y en los estudios criminológicos que
auxilian al derecho penal lo que ha alcanzado notables
progresos.
De tal manera que resulta necesario y urgente acomodar nuestra
legislación a las necesidades actuales de la sociedad, ya que
presenta figuras delictivas cuya tipificación no guarda ya relación
con nuestra realidad social, por lo su vigencia es solo apariencia
(Antonio, 1942).
1.7 Crisis del Derecho Penal Guatemalteca
La crisis del derecho penal guatemalteco es producto inevitable
de la crisis del derecho penal contemporáneo, pero en principio
es consecuencia de situaciones jurídicas propias que muchas
veces ni siquiera se han intentado resolver.
En la historia jurídica de Guatemala, se puede contar la
promulgación de cinco Códigos penales, a la fecha: El primero
se promulgó en 1834 durante el gobierno del doctor Mariano
Gálvez; el segundo en 1877 durante el gobierno del general
Justo Rufino Barrios; el tercero en 1889 durante el gobierno del
general Manuel Lisandro Barillas; el cuarto en 1936 durante el
gobierno de del general Jorge Ubico y el quinto que es el que
actualmente nos rige, entró en vigencia el 1de enero de 1974
durante el gobierno del general Carlos Arana Osorio.
El Código Penal actual, introdujo algunos avances técnicos como
el principio de legalidad, principio de retroactividad de la ley
penal favorable al reo y otros, indiscutiblemente presenta una
estructura institucional y delictiva mucho más técnica (García
Hernández, 2009).
Conclusiones
Bibliografía
Amuchategui Requena, G. (2012). Derecho Penal (Cuarta ed.). (R. O.
Argüello, Ed.) University Press México S.A. de C.V.
Antonio, V. (1942). Historia de Guatemala 1821-1921. Guatemala.
García Hernández, C. (2009). El Resarcimiento de los Daños y
Perjuicios Ocasionados al Estado por el Empleado Público.
USAC.
Análisis