Tema 2.
La crisis del Antiguo Régimen
GoxHikx
19 de noviembre de 2024
Índice
1. TEMA 2. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN 2
1.1. LA REVOLUCIÓN AMERICANA: EL NACIMIENTO DE
EE.UU . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.1.1. Los antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.1.2. La guerra de independencia . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.1.3. La constitución de EE.UU . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. LA REVOLUCIÓN FRANCESA . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.1. Las causas de la revolución . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.2. La asamblea nacional (1789-1792) . . . . . . . . . . . . 5
1.2.3. La Convención (1792-1795) . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2.4. El Directorio (1795-1799) . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.3. EL IMPERIO NAPOLEÓNICO . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.3.1. La construcción del imperio . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.3.2. La derrota napoleónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.3.3. La huella de la Revolución Francesa . . . . . . . . . . . 11
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1. TEMA 2. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGI-
MEN
1.1. LA REVOLUCIÓN AMERICANA: EL NACIMIEN-
TO DE EE.UU
La rebelión de las Trece Colonias dio lugar a una guerra por su indepen-
dencia. La independecia de las colonias norteamericanas abrió el proceso de
las revoluciones burguesas, que derribaron el AR.
1.1.1. Los antecedentes
Las colonias británicas disfrutaban de una notable autonomı́a, tenı́an
asambleas representativas, impuestos reducidos y una amplia libertad de co-
mercio.
Habı́a diferencias importnates entre los pequeños propietarios rurales y
la burguesı́a urbana y los propietarios de las plantaciones esclavistas del
sur, donde trabajaban medio millón de esclavos negros repartidos entre las
grandes explotaciones de algodón, azúcar y tabaco.
Pero no tenı́an los problemas derivados de la pervivencia de la sociedad
estamental y el régimen señorial vigentes y el continente europeo.
La rebelión de los colonos Tuvo su origen fiscal y comercial. Gran Bre-
taña, que habı́a venci0do en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), aumentó
la presión tributaria sobre las colonias.
Losa colonos protestaron, sostenı́an que, como no tenı́an particiación
polı́tica en el Parlamento británico, no estaban obligados a aceptar sus le-
yes fiscales. Se sentı́an discriminados porque aportaban impuestos, pero sin
embargo, estaban completamente marginados de las decisiones que les afec-
taban.
Este malestar latente fue creando un clima de opinión contrario a la dpen-
dencia a GB.
El detonante fue la concesión a la Compañı́a de las Indias Orinetales del
monopolio de la venta del té, En 1773, un grupo de jóvenes disfrazados de
indios arrojaron al mar la carga de té en le puerto de Boston. Este grave
incidente se conoce como el Motı́n del Té.
Las medidas represivas desencadenaron el conflicto. Un Congreso Conti-
netal en Filadelfia de delegados de las colonias redactó una Declaración de
los Derechos y Agravios con sus reivindicaciones a GB. Surgió la Asosiación
Continental, que acordó no importar ni exportar productos ingleses.
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También enviaron un escrito al rey exponiendo sus quejas. Este no con-
testó y en 1775 se reunió el Segundo Congreso Continental, que organizó un
ejército; los del norte movilizaron a las colonias del sur y los choques arma-
dos aisladosse generalizaron. El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de
Independencia.
1.1.2. La guerra de independencia
Primera fase (1775-1777) Los lilicianos, comandados por George Wa-
shington, consiguieron extender la insurrección y hostigar a las tropas británi-
cas. El 12 de junio de 1776 se hizo pública la Declaración de Virginia, redac-
tada por George Mason.
El 4 de julio de 1776, los representantes de las colonias, firmaron la Decla-
ración de Independencia, redactada por Thomas Jefferson de acuerdo con los
principios del liberalismo polı́tico: ((Todos los hombres son libres e iguales,
y el pueblo, depositario de la soberanı́a nacional, tiene derecho a levantarse
contra la tiranı́a y a elegir su forma de gobierno)) Se consideraban patriotas
americanos. Su victoria en la batalla de vSaratoga (1777) cambió el curso de
los acontecimientos.
Segunda fase (1778-1782) La guerra se convirtió en un conflicto interna-
cional con la entrada de Francia y España a fovor de los insurrectos: Francia
tenı́a ánimo de revancha después de la derrota en la Guerra de los Siete Años.
España veı́a la oportunidad de recuperar algunas posesiones perdidas, como
Gibraltar. Tras la entrada de las potencias europeas, el balance de fuerzas se
invirtió y el ejército británico comenzó a perder posiciones hasta su derrota
definitiva en Yorktown, en otoño de 1781. El reconocomiento británico de la
Independencia llegó con los firma de la Paz de Versalles el 3 de septiempre
de 1783.
1.1.3. La constitución de EE.UU
El texto constitucional establece la república federal como forma de Esta-
do. Salvo defensa, moneda y polı́tica exterior, los diferentes estados asumen
todos los demás aspectos de la gestión pública. El sistema polı́tico se ordena
de acuerdo a la división de poderes:
Al frente del poder ejecutivo se encuetra el presidente, elegido por su-
frago universal cada cuatro años. El primer presidente fue George Wa-
shington.
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El poder legislativo descansa en un congreso compuesto por dos cáma-
ras, la Cámara de Representantes y el Senado.
Elpoder judicial está encabezado por un Tribunal Supremo encargado
de interpretar la Constitución.
La constitución entró en vigor en 1787, pero no solucionó las tensiones y
diferencias entre los estados del norte y los del sur. Fue la primera constitución
liberal.
1.2. LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Las ideas, el lenguaje y los sı́mbolos de la Revolución Francesa dominaron
el siglo XIX, época de profundas transformaciones polı́ticas, económicas y
sociales.
1.2.1. Las causas de la revolución
Los orı́genes de la revolución son una combinación de factores polı́ticos
económicos y sociales vinculadas con la estructura del AR y de problemas
y conflictos relacionados con la coyuntura del último cuarto del s.XVIII. El
Estado francés atravesaba una profunda crisis financiera. Tenı́an deudas con-
traı́das por las continuas guerras. La amenaza de bancarrota era permanente.
Algunos ministros de Hacienda propusieron una reforma fiscal para que
los estamentos privilegiados pagaran impuestos. Pero estos se negaron y la
Asamblea de Notables exigió al rey que debı́a convocar a os Estados Genera-
les, institución que no se reunı́a desde 1614. Esa rebelión nobiliaria creó una
crisis polı́tica que acabó desembocando en la revolución.
En enero de 1789, la convocatoria de los Estados Generales coincidió
con un periodo de grave crisis económica. Las malas cosechas de los años
anteriores habı́an provocado una aguda crisis de subsistencia. El precio del
trigo se duplicó y el precio del pan casi llegó a triplicarse. La caresı́a provocó
también la reducción del consumo de productos artesanales, lo que acentuó
aún más la crisis. Muchos talleres y fábricas tuvieron que cerrar dejando a
sus trabajadores en el paro. La escasez de alimentos básicos y la subida de
los precios y el desempleo generaron un descontento corriente en las clases
populares. El malestar de la población quedó reflejado en el cuaderno de
quejas que los representantes del tercer estado reunieron por todo el paı́s
para enviar sus peticiones al rey.
Los campesinos protestaban contra el pago de los diezmos y los abusos
de los derecho feudales, los trabajadores urbanos lo hacı́an contra la falta de
trabajo.
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Por otra parte, la burguesı́a se quejaba de la presión fiscal, de la injusticia
de los privilegiados nobiliarios y de la falta de representación polı́tica.
Las ideas polı́ticas de la Ilustración llegó a escucharse en las primeras
sesiones de los Estados Generales, abiertos por el rey Luis XVI, el 5 de mayo
de 1789. Los delegados del tercer estado reclamaron que no se votara de
forma separada por estamentos, sino que cada persona tuviera un voto. El
Tercer Estado reclamaba el poder de la mayorı́a, el principio de la revolución.
1.2.2. La asamblea nacional (1789-1792)
El 20 de junio de 1789, los delegados de la burgesı́a se reunieron en la
sala dle Juego de la Pelota ante el temor de que el rey tuviera la intención de
disolver los Estados Generales. Los representantes del tercer estado juraron
no separarse hasta aprobado una Constitución. Declararon la paretura de
una Asamblea Nacional Constituyente.
La actitud del rey y los movimientos de tropas despertaron el temor a
una intervención del ejército. Se repitieron los motines populares contra la
carestı́a del pan y las fuerzas encargadas del orden. El 14 de julio de 1789,
una multitud asaltó los muros de la cárcel donde se confinaba a los presos
polı́ticos. La Toma de la Bastilla se convirtió en la imagen más conocida de
la revolución.
La movilización popular se extendió también al campo. Durante la grande
peur (≪el gran miedo≫), en el verano de 1789, se multiplicaron las revueltas
antiseñoriales, con asaltos a castillos y quemas de escrituras de propiedad,
Las demandas de los campesinos estaban relacionadas con los trabajos de la
Asamblea Nacional. En los primeros dı́as de agosto se ¿publicaron los decretos
que terminaron con los diezmos, las prestaciones personales y los privilegios
jurı́dicos estamentales. Á partir de ese momento, toda la ciudadanı́a era igual
a la hora de pagar impuestos. Éra la abolición del sistema feudal. Antes de
finalizar agosto, laAsamblea aprobó untexto muy importante, la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, inspirada en la declaración de
derechos de Virginia de 1776. El texto consagraba los derechos naturales e
imprescriptibles de todos los franceses: libertad” de pensamiento Y de creen-
cias, igualdad ante la ley, seguridad, propiedad y resistencia a la opresión.
También establecı́a que la soberanı́a nacional era la expresión de la voluntad
general. La presión popular obligó al rey a firmar las leyes que ponı́an fin al
Antiguo Régimen:
Las medidas legislativas posteriores que decretaron la libertad de co-
mercio e industria.
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La expropiación de Y eclesiásticos (noviembre de 1789) convertidos en
bienes nacionales.
La disolución de las órdenes monásticas y la Constitución Civil del
Clero (julio de 1790).
A partir de ese momento, los clérigos que juraran fidelidad a la constitución
pasaban a depender del Estado. El papa Pio VI condenó las medidas revolu-
cionarias y suspendió a los clérigos que aceptasen la nueva ley. Otras medidas
tomadas en ese periodo fueron:
La emisión de papel moneda (los billetes llamados ≪asignados≫, respal-
dados por la venta de los bienes nacionales).
La Ley Le Chapelier, que prohibı́a tajantemente la creación de gremios
o asociaciones, Los decretos proteccionistas y de libertad de comercio
del grano.
La orgamización territorial del paı́s dividida en departamentos y comu-
nas o ayuntamientos, etc.
La obra fundamental de la A Asamblea Nacional fue la elaboración de la
Constitución de 1791. Francia se convertı́a en ese momento En una monarquı́a
constitucional regida por los principios de la soberanı́a nacional y la división
de poderes.
El Gobierno (poder ejecutivo) seguı́a en manos del rey, que podı́a ejercer
su derecho de veto para bloquear las leyes nacidas de la Asamblea.
La Asamblea (poder legislativo) estaba conformada por los represen-
tantes de la nación elegidos por sufragio censitario e indirecto. Tenı́an
derecho de veto los ciudadanos ≪activos≫, es decir, los que demostraran
un determinado nivel de renta, que representaban un 15 por ciento de
la población masculina.
Los tribunales de justicia (poder judicial) quedaban a cargo de jueces
electos independientes.
La Constitución, aprobada en septiembre de 1791, tenı́a un carácter bastante
moderado, pero los sectores más revolucionarios pedı́an cambios polı́ticos
más radicales. Uno de los motivos fue el intento de fuga de Luis XVI y
de su familia, que habı́an trasladado su residencia de Versalles, sı́mbolo del
absolutismo, al palacio de las Tullerı́as, en Parı́s, de donde intentaron huir
disfrazados el 20 de junio de 1791,pero fueron descubiertos al dı́a siguiente en
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Varennes y llevados de vuelta a Parı́s. Antes de parir, el rey habı́a dejado un
escrito revocando todas las medidas de la Asamblea a las que habı́a dado su
asentimiento. Al parecer, la huida estaba relacionada con una conspiración
que buscaba la intervención de las potencias europeas absolutistas.
En octubre de 1791, después de la disolución de la Asamblea Nacional y la
convocatoria de elecciones generales, los nuevos diputados electos crearon la
Asamblea legislativa, con una clara división entre los que pretendı́an detener
la revolución y los que exigı́an cambios más radicales. Muchos diputados
formaban parte de clubes y sociedades, los primeros partidos polı́ticos, que
representaban las distintas opiniones e intereses. El Club de los Feuillants
agrupaba a los monárquicos más conservadores. Entre los revolucionarios,
los más moderados eran los girondinos, y los más radicales, los Jacobinos y
los cordeliers, que reclamaban el sufragio universal y la desaparición de la
monarquı́a.
En abril de 1792, en medio de una situación muy conflictiva por la es-
casez de alimentos y la amenaza contrarrevolucionaria, la Asamblea declaró
la guerra a Austria. Y un poco más tarde, el ejército prusiano atravesó la
frontera francesa.
Ante el temor de un golpe contrarrevolucionario, el 10 de agosto las masas
populares, que acusaban al rey de complicidad con los invasores, asaltaron
el Palacio de las Tullerı́as. Entre la multitud destacaba el empuje radical de
los sans-culottes, trabajadores urbanos que vestı́an pantalón largo en vez del
culotte tı́pico de los acomodados. Comenzó a hacerse popular La Marsellesa,
canción que cantaban los voluntarios marselleses que habı́an llegado a Parı́s
a defender la revolución.
1.2.3. La Convención (1792-1795)
En septiembre, después de unas elecciones celebradas por sufragio uni-
versal masculino, se creó un nuevo parlamento, la Convención, que abolió
la monarquı́a y proclamó la República. Simultáneamente, en la batalla de
Valmy, un ejército de ciudadanos franceses expulsó al ejército prusiano del
duque de Brunswick, que amenazaba Parı́s; en noviembre, una nueva victoria
en Jemappes sobre los austriacos aseguró la continuidad de la revolución.
Uno de los debates más encendidos que enfrentaron a los girondinos, más
moderados, con los jacobinos, exaltados (dirigidos por Marat, Danton y Ro-
bespierre), fue el proceso abierto al rey. Al final, la presión de los jacobinos
consiguió que Luis XVI fuera juzgado y condenado. En enero de 1793, fue
guillotinado. Su ejecución pública conmocionó a las cortes reales europeas
y propició la creación de una coalición internacional formada por Austria,
Prusia, Gran Bretaña, Holanda y España. La guerra llegó a las fronteras
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francesas. La Convención decretó la ≪leva en masa≫,(Levée en masse), el pri-
mer ejemplo de formación de un ejército nacional basado en el reclutamiento
obligatorios.
Los ejércitos franceses, formados por campesinos y artesanos llamados a
las armas, salvaron la República revolucionaria frente a las tropas europeas
que representaban al Antiguo Régimen.
En la primavera de 1793, las levas y la carestı́a de las subsistencias pro-
vocaron protestas y revueltas campesinas, como la sublevación contrarrevo-
lucionaria que estalló en la región de la Vendée, donde se llegó a crear un
ejército a favor de la monarquı́a, apoyado por la nobleza y el clero refracta-
rio. Mientras tanto, en un ambiente casi de guerra civil, las clases populares
urbanas protestaban en Parı́s contra la escasez y la especulación, y pedı́an
un Gobierno de carácter más social y democrático.
En julio de 1793 llegó al poder Robespierre. Los jacobinos, con el apoyo
en las calles de la multitud formada por los sans-culottes, habı́an conseguido
desplazar del Gobierno a los dirigentes girondinos. Empezaba la época de la
Convención jacobina o montañesa, el perı́odo más exatado de la revolución.
Se proclamó una nueva Constitución de naturaleza mucho más democráti-
ca y social que la anterior (1791), basada en la soberanı́a popular y el sufra-
gio universal. Los jacobinos establecieron un nuevo calendario republicano,
promovieron la educación primaria gratuita, suprimieron el culto religioso y
crearon fiestas laicas dedicadas a la Razón.
Al mismo tiempo dictaron toda una serie de reformas sociales que afec-
taban a la propiedad de la tierra, los salarios mı́nimos y el precio de los
artı́culos de primera necesidad. Recogı́an ası́ algunas de las demandas de las
clases populares más radicales, Robespierre, al frente del Comité de Salva-
ción Nacional, decretó una seria de medidas excepcionales que pretendı́an
eliminar los enemigos de la revolución.
Era el ≪despotismo de la libertad≫, una sangrienta polı́tica represiva que
se conoce como el Terror, A las detenciones, procesamientos masivos y juicios
sumarı́simos les sucedieron a miles de ejecuciones (unas 40000 personas) de
todos aquellos que eran considerados ≪enemigos del pueblo≫.
1.2.4. El Directorio (1795-1799)
El 27 de junio de 1794 (9 termidor del año II), se produjo lo que se conoce
como reacción termidoriana. La burguesı́a moderada, con el apoyo del ejérci-
to, puso fin a la experiencia de la república igualitaria y jacobina. Robespierre
y sus principales partidarios fueron detenidos y acabaron en la guillotina. La
Convención pasó a manos de dirigentes conservadores, que anularon la le-
gislación democrática, clausuraron los clubes y sociedades patrióticas y, en
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septiembre de 1795, decretaron la Constitución. Con sufragio censitario, dos
cámaras legislativas (Consejo de Ancianos y Consejo de los Quinientos) y un
poder ejecutivo encabezado por un Directorio de cinco miembros dotados de
amplios poderes.
Fue la última etapa de la revolución y estuvo marcada por un giro con-
servador apoyado por la burguesı́a. Los motines populares provocados por la
crisis económica y las protestas de realistas y de radicales fueron reprimidos
por el ejército. Los dirigentes del Directorio tuvieron que afrontar conspira-
ciones, como la dirigida por Francois Babeuf en 1796, la llamada ≪conjura de
los iguales≫, que abogaba por una transformación radical postulando la co-
lectivización de la tierra y el igualitarismo social. Babeuf, ejecutado en 1797,
ha sido considerado un precursor del socialismo utópico. El ejército cobró
protagonismo polı́tico por sus éxitos militares en el exterior. En medio de un
clima de inestabilidad polı́tica, la idea de la necesidad de un ≪gobierno fuer-
te≫. Uno de los generales más destacados, Napoleón Bonaparte, protagonizó
un golpe de Estado, el 18 de brumario (9 de noviembre de 1799), poniendo
fin a la revolución.
1.3. EL IMPERIO NAPOLEÓNICO
La dictadura militar impuesta en Francia por Napoleón terminó con el
proceso revolucionario y dejó paso a la construcción de un imperio que, du-
rante una década, dominó Europa. Su derrota final supuso el retorno tem-
poral del absolutismo. Pero las cosas no volverı́an a ser como antes. Como
demostrará la historia de las décadas siguientes, la huella de la revolución
era profunda y duradera.
1.3.1. La construcción del imperio
Napoleón fue general con apenas veinticinco años. Su rápido ascenso se
debió a las oportunidades creadas por las guerras de la época revolucionaria.
En 1796, el Directorio le encomendó el mando del ejército de Italia. En pocos
meses conquistó el norte del paı́s y derrotó a Austria, a quien impuso en la
Paz de Campoformio la cesión de Bélgica. Después de la campaña de Egipto
(1798-1799),regresó a Parı́s como un héroe nacional. Era el mejor general
en el campo de batalla y el más capacitado para la controlar la situación
interna de Francia, un deseo que no ocultaban los sectores más moderados
del Directorio. Con ese apoyo polı́tico, el respaldodel ejército y el prestigio
popular, Napoleón lo tenı́a todo para lanzarse a la conquista del poder.
El golpe de Estado de noviembre de 1799 instauró un Consulado. Napo-
león tenı́a que compartir el poder ejecutivo con otros dos cónsules, Sieyès y
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Ducos. Pero en1802, ya era cónsul único y vitalicio. El Consulado era, en la
práctica, una una dictadura personal, El Gobierno concentraba cada vez más
poder y tenı́a en sus manos la iniciativa legislativa. El primer artı́culo de la
Constitución del año XII (1804) confiaba todos los poderes de la República
≪a un emperador que toma el tı́tulo de emperador de los franceses≫. El 2 de
diciembre de ese año, en presencia del papa Pı́o VII, Napoleón se coronó a sı́
mismo en la catedral de Notre Dame.
En el interior, establecido el control del orden público, se iniciaron refor-
mas administrativas que pretendı́an mantener algunos principios del libera-
lismo moderado. El culto católico recuperó el reconocimiento y el apoyo el
Estado gracias al Concordato firmado con la Santa Sede (1801). La promul-
gación del Código Civil (1804), el Código de Comercio (1807) y el Código
Penal (1810) reconocı́an las principales reivindicaciones de la burguesı́a: las
libertades individuales básicas, la igualdad ante la ley, la defensa del derecho
de propiedad, etc. Estas formas legales, junto con las medidas que establecı́an
igualdad fiscal, la educación primaria universal y la centralización adminis-
trativa en su capital, Parı́s, sentaron las bases de la organización del Estado
francés contemporáneo.
El imperio napoleónico extendió sus fronteras por toda Europa. Después
de las victorias contra los-austrı́acos (Austerlitz, 1805), los prusianos (Jena,
1806) y los rusos (Friedland, 1807), y de la invasión de España y Portugal
(1808), el dominio continental de los ejércitos napoleónicos parecı́a incontes-
table. Contaban con amplios contingentes que no eran de origen francés, pero
sus éxitos militares se debieron a que luchaban contra ejércitos del Antiguo
Régimen. Las élites intelectuales manifestaron sus simpatı́as por Napoleón
y muchos europeos percibı́an la llegada de sus tropas como una liberación
de las cadenas a las que estaban sometidos por la monarquı́a absoluta y la
sociedad estamental.
Desde el mar del Norte hasta el Mediterráneo, casi todos los Estados
europeos quedaban bajo la administración directa imperial o permanecı́an
vinculados en una red de Estados aliados y Estados vasallos, gobernados por
familiares directos del emperador. Solo Reino Unido quedaba al margen de
este proyecto del ≪gran imperio≫ soñado por Napoleón, una realidad hasta
1812.
1.3.2. La derrota napoleónica
Pero el dominio imperial tenı́a sus lı́mites. La derrota de la escuadra
naval franco-española en Trafalgar (1805) subrayó la superioridad marı́tima
de la Armada inglesa, que consiguió sortear el bloqueo continental decretado
por Napoleón (1806). A partir de 1812 llegaron los reveses militares, Dos
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campañas le produjeron un enorme desgaste:
Penı́nsula ibérica. Las tropas francesas sufrieron una derrota inicial en
Bailén (1808) y un continuo deterioro debido a la resistencia de una
parte del pueblo español en forma de guerrillas. En 1812, las victorias
del ejército comandado por Wellington obligaron al ejército francés a
emprender un repliegue que culminó, un año más tarde, con su expul-
sión al otro lado de los Pirineos.
En Rusia, la desastrosa invasión que Napoleón ordenó en 1812 acabó
con una retirada en pleno invierno, que se convirtió en una catástrofe.
De los 600.000 soldados de la Grande Armée solo 100000 pudieron
regresar ilesos.
La coalición internacional dirigida por Reino Unido derrotó a los franceses
en Leipzig (1813). Los os ejércitos aliados se adentraron en suelo francés y
lograron llegar hasta las puertas de Parı́s, forzando la abdicación de Napoleón
(1814), que se retiró a la isla de Elba.
Su fugaz regreso al poder, en marzo de 1815, el llamado imperio de los
Cien Dı́as, terminó con la derrota sufrida en Waterloo frente a un ejército
internacional formado por tropas británicas, prusianas, austriacas y rusas.
Napoleón fue desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821, El
trono de Francia volvió a manos de los Borbones en la figura de Luis XVI,
quien otorgó una constitución que favorecı́a a las clases propietarias conser-
vadoras, aunque mantenı́a algunos principios de carácter liberal moderado.
1.3.3. La huella de la Revolución Francesa
En 1815, las potencias Internacionales que hablan derrotado a Napoleón
Intentaron restaurar el viejo orden del Antiguo Régimen. Pero, con el paso
de los años, ese propósito se reveló Imposible.
Los ejércitos napoleónicos, en su expansión por toda Europa, habı́an des-
truido las estructuras del feudalismo. Y el derrumbe de las monarquı́as ab-
solutas permitió también la llegada de las ideas y de los principios revolucio-
narios.
En muchos territorios promulgaron constituciones que abollan la sociedad
estamental y creaban monarquı́as limitadas por la separación de poderes y
un cuerpo legislativo elegido por sufragio censitario, o que habı́a pasado una
vez podı́a volver a ocurrir.
La Revolución Francesa fue un proceso de cambio radical que convulsionó
el continente europeo durante más de una década y que lo siguió haciendo a lo
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largo del siglo XIX. Es el episodio histórico más trascendental para entender
la evolución del mundo contemporáneo occidental.
La Revolución Francesa inauguró el vocabulario polı́tico moderno, puso
en marcha los sistemas legales vigentes en la actualidad, transformó las rela-
ciones sociales y demostró que la gente común podı́a cambiar el curso de la
historia.
Liberalismo, revolución social, burguesı́a, democracia, dictadura, derechos
humanos, libertades individuales, o ciudadano en lugar de súbdito, etc., son
conceptos fundamentales que tienen sus raı́ces en los extraordinarios aconte-
cimientos que ocurrieron en Francia en la década de 1789 a 1799. El eco de La
Marsellesa llega hasta hoy y recuerda la fuerza de su eslogan más conocido:
Libertad, Igualdad y Fraternidad.
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