LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).
1. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y EVOLUCIÓN POLÍTICA.
La dictadura de Franco no fue una dictadura fascista, ni militar, ni totalitaria, fue una dictadura de
carácter personal, con rasgos de cada una de las anteriores, que mantuvo un férreo control sobre la
sociedad española.
1. Las familias del régimen.
Para gobernar, Franco se apoyó en distintos sectores sociales o familias. La preponderancia de unas u
otras varía con las circunstancias políticas. Entre las familias o pilares del régimen destacan:
El ejército como defensor del régimen y de su ordenamiento legal. Las principales aportaciones
ideológicas fueron: nacionalismo exaltado (nacional-patriotismo), anticomunismo, visión
centralista y unitaria de España e ideas de disciplina, jerarquía y orden.
La Falange quedó subordinada al caudillo por el decreto de 1937. Suyas son las ideas de organización
sindical en sindicatos verticales (nacionalsindicalismo) donde se integran patrones, obreros y
representantes del Estado. La Falange desplegó una gran actividad social, política e ideológica a través
de sus organizaciones: Frente de Juventudes, Sección Femenina y Sindicato de Estudiantes
Universitarios. Se sirvió de la Formación del Espíritu Nacional (inculcar en los jóvenes amor a la
patria), la Iniciación al Hogar y la Educación Física para adoctrinar a niños, niñas y jóvenes.
La Iglesia se identificó con el nuevo régimen. Franco la favoreció dejando en sus manos la educación y
el control religioso-moral de la sociedad. De esa alianza nació el nacionalcatolicismo, ideología que se
caracteriza por la enorme influencia política y social de la Iglesia.
Además, Franco contó con el apoyo y adhesión de la élite económica y social: empresarios,
comerciantes, hombres de negocios, terratenientes y pequeños y medianos propietarios. Las clases
medias y bajas se acomodaron a la dictadura, como una mayoría silenciosa con escasa relación con la
política.
2. La evolución política.
2.1. El predominio de Falange (1939-1945).
En el primer gobierno de la dictadura, aunque participan todas las familias políticas del régimen, hay un
predominio cualitativo y cuantitativo de la Falange, debido a que las potencias fascistas gozan de un
gran prestigio y protagonismo en el contexto internacional. El hombre fuerte es Ramón Serrano Súñer.
En 1942 se promulgó la Ley Constitutiva de las Cortes, la segunda de las Leyes Fundamentales (la
primera, el Fuero del Trabajo, era de 1938), como otro paso más para institucionalizar el régimen. El
papel de estas Cortes era simbólico, su función era consultiva: el verdadero poder lo tenía Franco.
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En el ámbito exterior, comienza la segunda guerra mundial y España se declara neutral. Sin embargo,
ante los éxitos de Hitler, Franco abandona la neutralidad y declara la no beligerancia (1940). Tiene lugar
la reunión en Hendaya entre Hitler y Franco. Aunque no entró en guerra, España envió la División Azul
contra los soviéticos (julio de 1941) formada por 18.000 voluntarios.
Con la entrada de EEUU en la guerra (1942), comienza a verse la posibilidad de la derrota de las
potencias del eje. Franco cambia de postura, ante el peligro que suponía para su régimen mantener el
apoyo a Hitler. En 1943 abandona la no beligerancia y se vuelve a la neutralidad.
2.2. El nacionalcatolicismo (1945-1957).
La derrota de Alemania e Italia suponía una amenaza para la supervivencia de la dictadura en España.
Franco remodeló el gobierno acentuando su aspecto monárquico y su carácter católico para marcar
distancias con el fascismo. Falange perdió peso (Serrano Súñer fue apartado de la primera línea de la
política) y, en el nuevo gobierno, dio mayor protagonismo a los católicos.
Esto no pudo evitar el aislamiento internacional y la condena de la ONU que, en diciembre de 1946,
votó una resolución en la que prohibía la entrada de España en los organismos de la Organización y la
retirada de embajadores (solo permanecieron los de Argentina, Portugal y el Vaticano). España quedó
fuera del Plan Marshall.
En los años cincuenta se rompe el aislamiento. En 1951 regresan los embajadores y en 1955 España
entra en la ONU. En el contexto de guerra fría, con el mundo dividido en dos bloques (capitalista y
comunista), Franco acentuó su anticomunismo y su catolicismo. Con ello, consiguió el apoyo de EEUU y
del Vaticano. Esto se materializa en la firma del Concordato con la Santa Sede (1953) y los Pactos de
Madrid con EEUU (1953). A cambio de cuatro bases militares (Rota, Morón, Zaragoza y Torrejón de
Ardoz), Estados Unidos aportaría ayuda económica.
En política interior se promulgó la tercera ley fundamental: el Fuero de los Españoles (julio de 1945)
que recogía los deberes y derechos de los españoles, dentro de los principios del régimen y de acuerdo a
la confesionalidad del Estado. La cuarta ley es la Ley del referéndum nacional (1945) que permitía
someter a consulta popular cuestiones importantes. La quinta ley es la Ley de Sucesión en la Jefatura del
Estado (1947) por la que España se definía como un reino y Franco era Jefe de Estado vitalicio. Con estas
leyes se pretende dar legitimidad al régimen.
El estancamiento económico, como consecuencia de la autarquía, y el agotamiento de los católicos
en el poder estalla en febrero de 1956, cuando se producen enfrentamientos callejeros entre estudiantes
contrarios al régimen y falangistas. Franco remodela el gobierno, apoyándose en católicos próximos al
Opus Dei (tecnócratas) que serán los artífices del desarrollo económico de los años sesenta.
2.3. La tecnocracia: el dominio del Opus Dei (1957-1969).
En política interior, se aprobó la sexta ley fundamental, la Ley de Principios del Movimiento Nacional
(1958), una recopilación de leyes y normativas anteriores. Mediante referéndum se aprobó la séptima y
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última de las leyes fundamentales, la Ley Orgánica del Estado (1967) que separó los cargos de Jefe del
Estado y de presidente del gobierno. En 1969 Franco nombró como heredero con el título de rey a Don
Juan Carlos de Borbón, hijo de Don Juan, saltándose así la línea dinástica.
Frente a los tecnócratas (partidarios de cambios económicos) estaban los inmovilistas, el sector duro del
Movimiento que pretendía bloquear cualquier tipo de cambio, y los aperturistas que pretendían la apertura
del régimen y su evolución. El escándalo Matesa (1969), un caso de corrupción que afectaba a los
tecnócratas y que fue aireado en la prensa por los aperturistas, enfrentó a ambos grupos. Como reacción
Franco formó un nuevo gobierno donde perdieron peso los dos grupos.
En política exterior los tecnócratas se fijaron como objetivos el acercamiento a la Europa comunitaria,
a Estados Unidos y la negociación con Reino Unido por Gibraltar. En estos momentos se produce el
proceso de descolonización. España había aceptado antes la independencia de Marruecos (1956) y
ahora la de Guinea Ecuatorial (1968) y la cesión de Ifni (1969) a Marruecos. Sin embargo, pretendió
conservar el Sáhara occidental.
2.4. El declive del régimen (1969-1975).
Tras el escándalo Matesa asume el poder Carrero Blanco como vicepresidente. En educación se
produce la reforma del sistema educativo con la Ley Villar Palasí de 1970, extendiendo la enseñanza
básica gratuita hasta los 14 años.
En los últimos años del régimen, las relaciones con la Iglesia empeoraron. En el campo laboral se intenta
resolver la conflictividad obrera con la nueva Ley Sindical (1971), pero resultó un fracaso.
Simultáneamente, un nuevo enemigo se iba fortaleciendo: la organización terrorista ETA (creada en 1959).
En junio de 1973 Franco formó un nuevo gobierno, separando por primera vez la Jefatura del Estado y
la del gobierno, cargo que asumió Carrero Blanco. Pero, el 20 de diciembre, el presidente Carrero
Blanco moría en Madrid, víctima de un atentado de ETA. Su muerte aceleró la crisis del régimen y
aumentó las tensiones entre las distintas “familias” sobre el futuro del franquismo.
En 1974 es elegido presidente Carlos Arias Navarro que realiza un tímido intento de apertura política
que los medios de comunicación recogieron como el “espíritu del 12 de febrero”. Pero fue contestado
rápidamente por los inmovilistas y no llegaría a nada.
Paralelamente, otras circunstancias contribuyen a crear más dificultades al régimen. Por ejemplo, la
crisis económica de 1973 cuyos efectos empezaban a notarse (subida de los precios, paro, descenso del
turismo, menos divisas…); la revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal (“revolución de los claveles”)
que acababa con la dictadura de Salazar y la caída de la dictadura en Grecia; dejaban a España aislada
en una Europa occidental plenamente democrática.
En 1975 la situación económica se agravaba a la par que se recrudecía el terrorismo. En octubre se
anuncia que Franco está enfermo. Marruecos, aprovechando esta situación, invade el Sáhara
occidental (Marcha Verde). Aunque España había prometido un referéndum de autodeterminación a los
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saharauis, firma con Marruecos y Mauritania un acuerdo para entregarles el Sahara (Acuerdos de Madrid).
Este es el origen de un conflicto, no resuelto, entre Marruecos y el Frente Polisario que representa a los
saharauis. Dos días después, el 20 de noviembre, muere Franco. El día 22, don Juan Carlos era
proclamado rey de España.