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Angelica Monserrat Hernandez Santana
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Análisis de la Violencia y Seguridad en México
1. Introducción a la problemática de la violencia y seguridad en México
La discriminación y los abusos generalizados están normalizados y habitualmente
ignorados, y a menudo reciben muy poca atención por parte de las instituciones
gubernamentales. Dado que el gobierno no atiende las políticas de salud y
seguridad pública, la violencia será de larga duración en México. La corrupción es
endémica y generalizada. La forma más evidente es la delincuencia organizada, que
ha penetrado con gran éxito en las estructuras de gobierno, sobre todo en las
corporaciones locales de la policía. Además, tanto en la Policía Municipal como en
las Policías Estatales, síndicos y regidores participan en la delincuencia organizada;
por lo tanto, confinan estos cuerpos de seguridad con los líderes del crimen. México,
un país que era famoso por el consumo de cerveza y tequila, ahora también es
conocido por sus carteles de droga, secuestros y asesinatos a gran escala...
sencillamente debido a la guerra del gobierno contra las drogas, que provoca una
escalada de violencia en todo el país. Salir de casa puede ser mortal. No solo se
debe a las continuas amenazas de las guerras que asuelan a las ciudades, o al
riesgo de ser colateral en un tiroteo cada vez más común, sino también a la mala
calidad de vida que conlleva esta situación. Mantienes la cabeza baja, evitas mirar o
enfrentar a particulares grupos de hombres. Puedes ser la próxima persona
penalizada por su ira por un pequeño asunto. Entonces, es intolerable e indignante
que tanta gente hermosa e inocente pague el precio de tanta fuerza brutal y
estúpida.
JC PUGA, GGIL TALAVERO, GGIL TALAVERO - researchgate.net. MÉXICO:
INFLUENCIA DEL NARCOTRÁFICO EN EL ESTADO COMO FENÓMENO
POLÍTICO-SOCIAL. researchgate.net
S Yuhui - Gestión y política pública, 2021 - scielo.org.mx. El cáncer de la
corrupción en Latinoamérica: El caso Odebrecht. scielo.org.mx
Cited by 11
A Hernández Ballinas - ri.uaemex.mx. Sistema Nacional Anticorrupción
como herramienta para el combate a la corrupción en la administración
pública de México. uaemex.mx
Análisis de la violencia y seguridad en México
1. Introducción a la problemática de la violencia y seguridad en México
El objetivo de este trabajo es presentar una descripción y un análisis de la violencia
y seguridad en nuestro país. Aspiramos a que este y los trabajos que continúen en
la revista nos permitan entender mejor el problema y presentar propuestas para
disminuirlo. A lo largo de los últimos cuatro años, la violencia se ha incrementado
considerablemente, alcanzando niveles alarmantes en varias regiones del país.
Existen problemas estructurales en materia de seguridad, derivados principalmente
de la toma de decisiones en el pasado, en la prestación de servicios de seguridad
pública y procuración de justicia, una capacitación policial deficiente, un acceso
irregular a la justicia y, por ende, a la seguridad, así como un débil control del
crimen organizado.
El problema es de dimensiones masivas, con un costo drástico sobre la vida de las
personas y sobre su bienestar y tranquilidad. La violencia y las afectaciones en
materia de seguridad repercuten sobre la asistencia de la educación y la salud
pública y privada, así como en el tejido social de las ciudades, lo que a su vez
afecta el desarrollo económico. El costo económico de la inseguridad es enorme,
mermando espacio fiscal para atender a las demandas sociales más apremiantes.
Por lo anterior, nos proponemos el estudio de este fenómeno en varias
comunidades: comprender sus características diferenciadas; presentar un análisis
crítico de sus causas o factores propiciantes, y aportar desde nuestra trinchera, y
modestamente, posibles soluciones a esta problemática que tanto duele y preocupa
a los mexicanos. La inseguridad y violencia que observamos a diario a través de los
medios de comunicación y en nuestras propias vidas han rebasado todos los límites
soportables. El Estado nacional, a través de sus diferentes ámbitos de gobierno,
está en deuda con respecto al principio constitucional de hacer efectivo el derecho
a la seguridad y a una vida libre de violencia.
2. Causas de la violencia en México
Por otra parte, algunos analistas ponen en duda la idea de una relación mecánica
entre un incremento en los niveles de pobreza y un incremento en los niveles de
violencia. Consideran a la pobreza como una variable relevante en la explicación de
comportamientos desviados pero no violentos, y la asociación en algunas ocasiones
entre delitos violentos e ingresos familiares o niveles de pobreza es menos
importante de lo que se podría esperar sobre la base del paradigma causalmente
de la supuesta relación entre ambos conceptos. Además de la pobreza, la
desigualdad económica entre distintos grupos sociales y regiones configura una de
las causas fundamentales. En el ámbito académico no está todavía superada la
polémica sobre la relación entre desigualdad y violencia. Si bien algunos estudios
han encontrado una relación directa entre desigualdad económica y niveles de
violencia, tanto a nivel individual como a nivel agregado, otros estudios apuntan a
que sólo ciertos tipos de desigualdad tendrían asociación con ciertos tipos de
violencia. Además, estudios recientes sugieren que el peso de la desigualdad en las
tasas de violencia disminuye conforme aumentan los niveles de pobreza. Otros
analistas han demostrado que la asociación entre desigualdad y violencia es mucho
más intensa en sociedades de recesión económica que en las prósperas.
2.1. Narcotráfico y crimen organizado
Esta temática ha sido recurrente a lo largo del tiempo, y se observa un ánimo
diverso de los dedicados al tema en torno a las soluciones que se deben dar. Se
destaca que el fenómeno de la violencia afecta de manera diferencial al país, lo que
permite, dada su geografía, disociar la identidad del problema, y que para atenderlo
debe hacerse un esfuerzo conjunto y armónico. Se señala que estos principios son
válidos desde un punto de vista general, y se esbozan algunos de los retos que esto
supone en la vida práctica diaria de gobierno, sociedad y en los ciudadanos
mismos.
Desde la población que padece directamente el problema (víctimas y victimarios,
familiares y la comunidad receptoras) suele ser patente la emergente o
preexistente falta de satisfacción de necesidades o expectativas dentro de uno u
otro ámbito. Lo cual define una marginación evidente que tiende a generar dos
tipos de conductas: por un lado, una actitud de resistencia en contra de fenómenos
o autoridades percibidos como molestos. Y, por el otro lado, puede derivarse en una
conducta disonante con el marco ético de la sociedad. En este contexto de
marginalidad y desigualdad, es donde suelen aparecer los grupos o células armadas
o vinculadas al tráfico de armas, drogas, grupos de poder al margen de la ley o de
la sociedad denominados cárteles. Que a partir de su papel fundacional se han
transformado y diversificado de tal forma que una de las sensaciones generalizadas
es su paulatino fortalecimiento como para desafiar a los gobiernos prácticamente
del mundo postmoderno.
2.2. Falta de oportunidades económicas y educativas
Otro factor asociado con la incidencia de violencia en nuestro país tiene que ver con
la falta de oportunidades económicas. La pobreza y la exclusión social son factores
que generan desigualdades y diferencias entre individuos en una comunidad,
propiciando la discriminación y el resentimiento. Las personas sin recursos buscan
siempre llenar sus necesidades de alimentos, vestido, vivienda y sentirse seguros;
al carecer de estos, buscan diferentes alternativas, siendo las más nocivas algunas
de estas, como enrolarse en actividades ilegales y proclives a la violencia. Para ello,
buscan afiliarse a grupos donde encuentren solidaridad y seguridad en los cuales
encuentran un ambiente donde los protegen, les dan estatus, quizás hay una cierta
sensación de autotranquilización culpando a otros de sus carencias y frustraciones.
No se trata aquí de justificar la comisión de delitos o actos violentos, pero resulta
ineludible entender que el hecho de pertenecer a una banda genera credibilidad y
reconocimiento social. En estos grupos, los individuos conforman una cultura
alternativa que los representa como un numeroso y amenazante contingente
poseedor de grandes redes de oportunidades y recursos materiales, entre ellos los
que les infiere proveer a los transeúntes y a los voceadores. Se propuso que el
Estado debería controlar la forma y origen del capital, asumiendo responsabilidades
particulares para crear las oportunidades económicas y educacionales. En el caso
de la oportunidad económica, el Estado podría ensanchar el capital acumulado en la
sociedad por extraerlo del extranjero, aumentar la velocidad a la que circula el
capital dentro del país, o fomentar la acumulación de talento, habilidades y capital
humano. De manera paralela, generaría oportunidades educacionales por medio de
la institucionalización de un sistema de instrucción. Como se evalúa la eventual
influencia de ambos tipos de oportunidades en el resentimiento hacia los demás,
debería incluirse el principal determinante del capital acumulado de un grupo
autodefinido: el nivel de restricción que los demás imponen al acceso al bienestar.
2.2. Impunidad y corrupción en las instituciones
Los actos recurrentes de los distintos grupos armados y la delincuencia organizada
en general, así como la violencia estatal, apuntan, en esencia, a dos deficiencias
fundamentales que presentan las instituciones mexicanas de justicia y seguridad: la
impunidad y la corrupción institucional. Sin embargo, la magnitud y profundidad de
estas deficiencias, siendo componentes básicos del Estado, permiten su
conformación a profundas y extensas prácticas socioinstitucionales como
componentes del propio ethos público.
La impunidad es un fenómeno que rebasa el ámbito jurídico y se torna social en el
mundo de la ilegalidad. Al interior, esta se vuelve parte de la lógica del sistema de
justicia, lo que le da estabilidad y cohesión, alimentado por la percepción social
acerca de la ausencia de sanción legal y el sistema moral de costumbres ilegales,
es decir, por un conjunto de normas, valores y expectativas que rige la conducta
criminal y persigue objetivos diferentes o contrarios a los del sistema de justicia
legal; al exterior, vincula al sistema con el poder, lo que revela un fallo de
legitimación y un costo en materia de confianza en las instituciones, tanto por
inercia del sistema de justicia como por corrupción.
3. Evolución histórica de la violencia en México
En las últimas dos décadas del siglo XX, el análisis académico de la violencia se
transformó para centrarse en fenómenos macrosociales, incluyendo procesos de
institucionalización de la violencia. La guerra civil, en particular, se convirtió en uno
de los ejemplos privilegiados de investigación sobre el proceso del fascismo. Este
cambio parece estar vinculado a cambios en la política mundial: la Guerra Fría
comenzaba - para muchos - a ser un recuerdo del pasado; por primera vez desde
1945, la violencia estatal ya no estaba limitada por las fronteras nacionales, y se
introdujo el término violencia pública transnacional. Sin embargo, un cuarto de siglo
después, la dinámica misma de la violencia transnacional interesaba modestamente
al mundo académico. Las diferentes formas de violencia impuestas por actores
estatales a ciudadanos y comunidades locales, como la guerra interna y la
represión, seguían atrayendo la atención de los estudiantes de relaciones
internacionales. Pero muchas otras formas de violencia pública, incluida la del
crimen organizado, seguían siendo vistas como una expresión de anarquía en lugar
de una manifestación del poder estatal en una relación transnacional. Desde 1989
hasta 2001 y más tarde, después de varias experiencias dolorosas - y una notable
pérdida de tiempo y vidas - los estudios de historia económica contribuyeron a la
acumulación de evidencia sobre una relación inevitable entre la globalización y las
redes de crimen transnacional.
Durante este período, México experimentó un notable y prolongado proceso de
violencia, principalmente vinculado al narcotráfico. A partir de 2006, un conjunto de
estrategias para enfrentar el narcotráfico culminó en una verdadera guerra en la
que se unieron grupos del crimen organizado. El número total de muertes fue de
entre 60,000 y 70,000 según los diferentes registros que hoy documentan las
muertes relacionadas con la criminalidad. Entre 2012 y 2013, el nuevo presidente
habló de haber convertido la estrategia anterior - para eliminar a los capos - en una
de reducir los delitos de alto impacto. Aunque es cierto que el número de muertes
disminuyó significativamente desde el primer año, los registros de delitos de alto
impacto no confirmaron la percepción del presidente.
3.1. Época precolombina y conquista
La América prehispánica es bien conocida por el llamado "sacrificio humano",
relacionado con ritos religiosos, entre los que sobresale la blandición de la tierra
para obtener la fertilidad de los campos y la buena cosecha. Ese tipo de ritual
era también una forma de preservar el ciclo cósmico, para que el "sol" no dejara
de salir o los astros de moverse con normalidad, sin producir consecuencias
negativas, como la sequía y el hambre, al no otorgar la vida a las plantas. No
obstante, el sacrificio entre los aztecas no era lo cotidiano; era una práctica
restringida y se realizaba en concretas ocasiones, como la llegada de un año
nuevo, alguna invasión o batalla de guerra, o como pago por algún defecto o
deuda, como el no pagar un préstamo o hurto admitido. Fue a partir de la
apertura del Gran Templo de Tenochtitlan en 1487 cuando se realizaron
ceremonias espectaculares, constituidas por diferentes formas de combate entre
prisioneros capturados, en el que se encontraban entre 15,000 y 20,000
personas a un ritmo de 5 a 10 sacrificios por minuto, logrando la captura de un
total de 84,000 prisioneros a lo largo de todos los cinco días de celebración. Este
aspecto fue fuertemente criticado por la visión de los españoles.
Las prácticas de sacrificio, aunque de manera más dogmática y con religiosidad,
buscan algo más; en el campo económico es todo un medio para controlar y
administrar la llamada masa de trabajo a partir del valor simbólico de la sangre
y la gente sacrificada. Los aztecas, si bien no eran omnipotentes, lograron ganar
una excepcional expansión territorial, impidiendo el crecimiento del sistema
tributario al tomar como base una comunidad aislada del entorno, obligaron a
que toda entidad conquistada simbolizara una nueva área tributaria. De este
modo, consiguieron mantener unos recursos estatales equilibrados, pero
masificaron las reivindicaciones y demonizaron cualquier tipo de oposición,
asegurando además de manera silenciada el suministro de alimentos, lo que
equivalía a un más seguro estabilizador interno. Garantizaron la manutención
del ejército, creando un escenario perfecto para su territorialidad frente al
agravio de sus súbditos, arbitrando el derecho de intervenir en la teoría
mercantilista, inmejorable para modificar, legalizar e imponer nuevas normas
para obtener y controlar los réditos del intercambio a su antojo.
3.2. Crecimiento de la violencia en el siglo XIX
Enfocándonos en un punto de vista elemental de la violencia, en este caso el
homicidio, es posible observar que el homicidio, en su versión menos social y en
su doble dimensión: la judicial y la delictiva, no debía ser, por supuesto, en el
ideal canónico, un comportamiento asumible. Al igual que luego, en la naciente
jurisprudencia positiva delictiva y judicial, ya con influencias borbónicas,
tampoco ocupó lugar determinante, en todo caso, la presencia y asimilación del
homicidio doloso. El concepto está claro y asimilado a través del mandato de la
ley y tampoco deducimos, posiblemente por la escasa diferencia
comportamental, fase exclusiva de conjeturas, un deslinde entre el homicidio y
el asesinato. Luego, empero, de la guerra de Independencia y de innumerables y
variados conflictos durante las primeras décadas del México independiente,
comienza una espiral de violencia, especialmente por parte del estado, cuyos
instrumentos jurídicos reglamentados amparaban entre sus responsables daños
colaterales de difícil validación ética. Además, vislumbramos, sobre todo por
estudios regionales, ciertos signos de declive económico y una agresividad social
entre los aspectos y grupos. A mediados del siglo XIX, la ciudad capital del país
distaba ya mucho de ser el tranquilo centro universitario y religioso. La porción
de sucesos de tipos criminales convencionales más exhibida por fuentes
documentales es la de los hurtos, pero no parece que la de los homicidios le
anduviera muy lejos. En el próximo a la ciudad de México no parecía el homicidio
alcanzar cotas preocupantes; quizá sí por su entramado de odios y agresiva
competitividad como señalaban las regiones rivales. En cuanto a la localidad de
México donde el homicidio inició su desarrollo de dos maneras que, en líneas
generales, continuaría hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX.
4. Impacto social y económico de la violencia
Entre 2007 y abril de 2010, el tráfico de drogas terrestre ha provocado 2,459
enfrentamientos armados, mientras que el aéreo, 329; y a nivel naval, 179. Del
total, el 90% resultaron de acciones entre los propios delincuentes. Las dos
quincenas de mayor número de enfrentamientos fueron la segunda (179) y la
cuarta (117) de 2007, siendo Tijuana (287) y Chihuahua (249) las ciudades con
mayor número de ataques. En tanto, la autoridad incrementó un 66 por ciento el
número de "detenidos por delincuencia organizada" entre 2006 y 2009, aprehendió
a 35% más de "delegados criminales" y trasladó a 104% más; decomisó "drogas
mayores" y "plantíos de amapola y marihuana" 8.3 y 4.6% menos respectivamente;
e inhabilitó al 36% de funcionarios vinculados con crímenes de la competencia.
La criminalidad y violencia en México han llegado a niveles verdaderamente
preocupantes, y desafortunadamente, las tendencias hasta ahora apuntan a que la
situación esté cada vez más lejos del control del Estado. En el aspecto social, el
clima de impunidad, corrupción, criminalidad, violencia e incertidumbre genera una
atmósfera de miedo y desconfianza generalizada. La ciudadanía percibe una
sensación de desprotección y desamparo de las autoridades, alimentando un
modelo de reproducción delictiva y generando una polarización entre bandas
criminales y ciudadanos, en donde el principio de "el que no corre vuela" se
convierte en herramienta de vida cotidiana. En lo económico, la presencia del
crimen y la delincuencia organizada en México han sido un problema histórico para
la economía, lo que se relaciona con los escasos avances en el desarrollo
económico del país.
5.1. Desplazamiento forzado y migración interna
Se dice que un inmigrante es forzado cuando ha abandonado su país de origen a
causa de la amenaza de su vida y esa amenaza procede de elementos externos que
ponen o pueden poner en peligro su vida: persecuciones, conflictos armados,
violencia generalizada, violación de los derechos humanos, etc. La población
mundial de personas desplazadas forzadas externamente se estimó en millones de
refugiados y millones de desplazados internos. La cantidad incluía a más de siete
millones de repatriados. En varios países, donde el riesgo que tenían los
inmigrantes de la violación de sus derechos humanos ha sido o es alto. La lucha
contra la inmigración forzada se lleva a cabo a nivel internacional mediante el
establecimiento de organizaciones que se encargan de armonizar los esfuerzos y
políticas de las administraciones nacionales, pero continúa existiendo un gran
número de personas en situación de riesgo en todo el mundo.
Hacia México se siguen presentando flujos migratorios significativos, principalmente
en la frontera sur de Estados Unidos. Es un hecho que la seguridad en México y en
Centroamérica, en general, se encuentra desarticulada y adolece, en el mejor de los
casos, del seguimiento de las medidas existentes, de una capacitación insuficiente
y de descoordinación. El conjunto de intervenciones actual, sobre esta
problemática, consensuado a nivel internacional, conlleva una intervención
multidisciplinar y parte de una perspectiva intercultural, de globalidad e
interdependencia, de justicia y de prevalencia de los derechos humanos y la
centralidad de la persona. En los mismos se elige a la población como protagonista
de su proceso, al desarrollo sostenible como objetivo buscado y se apela a la
corresponsabilidad para colaborar en la lucha contra la inmigración forzada.
5.2. Daños a la infraestructura y desarrollo económico
Daños a la infraestructura y desarrollo económico Una de las consecuencias del
incremento de la incidencia delictiva son los daños a infraestructura y desarrollo
económico en México, las cuales en conjunto han tenido un incremento global en la
inversión para restablecer los sistemas dañados, como lo es en carreteras, donde se
han abierto 43 ocasiones por impacto de armas de fuego y daños provocados por
organizaciones delictivas a personal de la SCT. Asimismo, 16 sistemas
internacionales e internos de transporte, como puentes, muelles y vías férreas, se
detectaron 187 casos por intento de extracción. Se han mitigado los riesgos al
repetir los ductos que han sido perforados, perforaciones intencionales, incendios
por toma clandestina y por las tomas mismas. En el sector energético, el daño fue
al cableado, torres y subestaciones propias del Sistema de Transmisión del Servicio
Eléctrico, lo que originó daños por $84,700,000, aumentando en un 33% los daños
en comparación con 2019. En el ámbito de hidrocarburos, se presentó la
sustracción de equipos electroneumáticos, lo que representó la pérdida y el daño
potencial de al menos 1,000 litros para un monto de $130,000 en la modalidad de
robo a la nación. A los sistemas de transmisión se les reportaron 236 eventos: 125
con armas de fuego, 111 por maniobras ilícitas, como actos de sabotaje a través de
cortar o disparar a estructuras y conductores para dejar sin suministro de energía a
instituciones y residencias, cierres ilegales fronterizos de paneles, cancelando dicho
suministro ilegal, 8 por vandalismo a través de comandos ciudadanos para
restringir el acceso de personal a realizar los cortes de suministro ilegal, debido a
dichas afectaciones a más de 50,000 personas en los municipios del distrito de
Altoveros. Durante el 30 y 31 de agosto, tuvieron un estado de emergencia, los
municipios afectados son: San Juan Chumbultúm, San Miguel Achotes y Santa Ana
Cehayana. Cierres ilegales de terminales eléctricas y ciclos combinados, ya que a
los delincuentes se les impulsó en la mancha urbana o donde generaron bloqueos
en el acceso vial de las mismas.
5.3. Impacto en la salud mental y bienestar social
De suicidio. En estos centros de trabajo, las personas se ven afectadas por factores
que son inherentes a su quehacer cotidiano, situaciones que provocan
preocupación, miedo, ansiedad, insatisfacción, frustración, desgaste emocional,
tensión y conflicto, entre otros. En presencia de riesgos, la atención y concentración
disminuyen, a lo que se agrega un deterioro en la autovaloración, disminuyendo el
respeto y el interés en la persona afectada. Esta situación el trabajador la identifica
como consecuencia de su actividad laboral, lo que se traduce en que es objeto de
humillación y acoso laboral, como un obstáculo para su realización adecuada dentro
del centro laboral. A esta situación en la que el trabajador percibe abuso, desprecio
o demandas excesivas con una sensación de falta de control se le denomina
mobbing o hostigamiento psicológico en el centro de trabajo. Esta situación es un
problema laboral que afecta considerablemente la salud pública y la economía,
requiriendo falsas incapacidades, causando problemas de salud mental a quienes lo
padecen y mayores daños en la productividad y en la satisfacción en el trabajo y
con su vida en general.
El significado del acoso se ha vinculado a factores de riesgo a nivel individual,
organizacional y suplementario, existiendo evidencia suficiente para establecer una
relación causal entre el trabajo y el acoso psicológico. Los riesgos organizacionales
destacan por la tarea, al conducir a conflictos y tensiones en el centro laboral, tales
como el conflicto de roles o la ambigüedad de roles, así como el bajo control del
trabajo, bajo apoyo o liderazgo percibidos, y trabajos temporales, inseguros o
amenazas a la estabilidad en el empleo. Otro riesgo organizacional es la cultura
laboral en la que hay una tolerancia hacia la violencia, prácticas de competitividad
desleal, evitación a resolver problemas interpersonales, cultura estresante y
desestimuladora. Finalmente, otro riesgo es el entorno social, lo que se asocia a
dinámicas laborales en las que hay competitividad del centro de trabajo con otras
áreas de la empresa o con la competencia externa. Algunos de los riesgos
suplementarios son el género, las características personales, la salud mental y el
acoso sexual.
6. Instituciones de seguridad y justicia en México
El Sistema Nacional de Seguridad Pública evaluó los modestos resultados en el
primer año de gobierno. Se cuestiona si el diagnóstico pasado fue realista. INEGI
indica que la percepción de inseguridad no ha cambiado y los delitos frecuentes
siguen afectando a los mexicanos: robo en la calle, transporte público, extorsión,
corrupción y consumo de drogas ilícitas.
La percepción de la inseguridad por la población es una medición de ese fenómeno,
varía de acuerdo a cada entidad y municipio. Comentarios finales a la Política
Estatal de Desarrollo Político de Seguridad: los detenidos y sentenciados son
proporcionalmente cuatro veces más. Se desmantelaron 110 bandas que
corresponden al 86% que fueron desbaratadas en el año 2010, y 72 de estas
traficaban armas, ocurriendo el 85.2% en 10 estados de un Nigeria libre de
violencia. Dicho arresto, desde luego, tiene un importante valor simbólico al ser la
máxima figura del grupo criminal denominado Los Zetas, pero el resultado no
modifica la percepción de inseguridad, la realidad de una práctica de secuestro que
ha crecido a niveles aún mayores que en años anteriores.
6.1. Estructura y funcionamiento de la Policía Nacional
Si bien es cierto que en México operan las policías de nivel de gobierno municipal,
estatal y federal, y que cada cual tiene sus propias competencias y funciones,
también lo es que precisamente la coordinación entre estas instancias dista mucho
de ser la óptima. Tal vez la mejor manifestación de las complejidades que eso
conlleva se encuentra en los problemas que enfrenta el tema de la inseguridad
pública; por ende, no deja de sorprender que tal escenario sea una realidad que la
sociedad mexicana viene padeciendo desde hace ya varios años, y de la que no ha
podido zafar en la actualidad. Por tanto, resulta adecuado plantear una idea similar
por alguna razón válida y convincente para la sociedad en su conjunto, pero
además apropiada en términos operativos para las autoridades con
responsabilidades en la materia. Los mecanismos que tendrían que activarse para
una nueva reestructuración de las instituciones policiacas mexicanas serán el
centro de consideración de este capítulo, no sin antes haber fijado nuestra postura
sobre la operativización proporcionada hasta nuestros días de la llamada Policía
Nacional. Hemos sido enemigos y críticos de la centralización de la seguridad
pública de México en un solo ente, por muchas y diversas razones que estén en la
mente de distintos actores políticos, académicos y, sobre todo, de la población en
general. Este asunto ha sido uno de los más impactantes y significativos en nuestra
Política Nacional de Seguridad Pública, y se adjudicó un buen bloque de días y de
esfuerzos en la reunión que tuvimos. A partir de ahí construimos una propuesta
congruente con lo que más conviene en el ámbito policiaco, de acuerdo con la
mejor estructura vertical de nuestro sector.
6.2. Sistema de procuración de justicia y Ministerio Público
El sistema es crucial, pero conlleva retos importantes: un ministerio público
afectado por la corrupción, un ambiente de impunidad, inicialmente alto, un
porcentaje significativo de delitos no denunciados y un desdibujamiento del
principio de seguridad jurídica. A pesar de ello, se observa un cambio negativo
entre 2010 y 2013 para factores como la valoración de la administración del
ministerio público, el trato que recibe la víctima durante el proceso penal, el
desgaste por parte de las víctimas y el mejoramiento que logra el agresor al
momento de ser juzgado para acabar con conductas indebidas. Sin duda, el eje más
importante del sistema de administración e impartición de justicia mexicano ha sido
el despacho de los asuntos. El número de carpetas de investigación abiertas, sin
resolver, deposita a los sistemas jurisdiccionales mexicanos en una opinión
negativa. No obstante, un porcentaje considerable de los responsables del sector
afirmó sentirse orgulloso de los logros obtenidos durante su gestión en comparación
a aquellos que descalificaron su trabajo. De igual manera, destaca que el número
de responsables que evalúan positivamente, en cada uno de los periodos (2010 y
2013), desciende y que el número de no respuesta también se incremente, siendo
este el rubro que crece más significativamente entre ambos periodos. Con respecto
a la percepción actual de los sistemas jurisdiccionales mexicanos, cabe destacar
algunos datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción
sobre Seguridad Pública. Resaltan que, aunque la ciudadanía aprueba en términos
generales al Ministerio Público, para el año 2014 menos de la mitad de los
encuestados declararon haber contado con disposiciones favorables durante su
última visita a dicha institución.
Fiscalia general de la republica
Para entrar en materia y contribuir aún más a la claridad de nuestro análisis,
pasemos a describir en qué consiste el concepto de seguridad. En un sentido
amplio, la seguridad es una condición social cuyo individuo o grupos de trabajo se
sienten seguros ya sea para disfrutar de sus bienes, creatividad e innovación o
conservar su tranquilidad o su libertad. También considera que la seguridad tiende
a definirse cómo un aquel presume al riesgo y a la posibilidad de que un bien sea
atacado, dañado o destruido por uno o por otra persona. A lo largo de la historia la
seguridad tuvo diferentes semblantes geográficos, dependiendo de la configuración
territorial y de la ubicación que el país o una sociedad ocupa en el ámbito
internacional. Conforme la civilización fue muy granificée’s de la forma y las causas
de mucándose, así como el objetivo y los medios para la consecución de la
seguridad divanece-libre al conocer dichas características se ven los procesos de
mudanzas con ellas relacionadas. La seguridad, a partir de estas contribuciones,
adquiere una dimensión geográfica importante. La geografía de la seguridad en
tanto geografía de la inseguridad, asume que cada espacio puede ser atacado,
destruido, ocupado o bloqueado por alguien.
7. Políticas y estrategias de seguridad en México
La expansión del narcotráfico ha sido condenada en el plano internacional y
considerada como un fenómeno global. En 1976, se instaló un grupo de trabajo
para combatir este flagelo y en 1988 se realizó una convención contra el tráfico
ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas. Sin embargo, las políticas más
importantes en el campo de la seguridad interna, en particular en América Latina,
las han diseñado y aplicado los propios países nacionales. Tras las reformas
institucionales y legales efectuadas en México en los años 90, la actuación del
Estado mexicano se basó en concentrar los recursos en la administración judicial de
penas y de justicia, lo cual, a pesar de reducir en muchas entidades del país las
dádivas a la policía, dejó por lo general inalterada la eficacia de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación para abatir la criminalidad.
Quizá empujados por el éxito alcanzado en las reformas judiciales, o también por la
percepción del desbordamiento de sus fuerzas policiales, los gobiernos de los
estados optaron por la vía militar y, asociados con militares, comenzaron a
implementar estrategias propias de tal ámbito en la lucha que se esgrimía por
reducir la criminalidad común. La mayor transformación del escenario de
inseguridad mexicano en los años recientes ha sido el retorno de la militarización,
aplicada en las batidas de las fuerzas armadas, el control de las calles y a través del
repunte del fenómeno de las ligas y la colusión entre actores privados y fuerzas
militares. Se advierte una militarización superior en estados como Michoacán,
Tamaulipas y Nuevo León. Quince entidades colaboraron en distintos momentos de
los gobiernos estatales con las autoridades federales, principalmente a través de
elementos castrenses. Se han militarizado, entre otros, Nayarit, Guerrero, Veracruz,
Chihuahua, Zacatecas, Jalisco, Sinaloa, Durango, Baja California Sur, Quintana Roo,
Coahuila, Morelos, Guanajuato y Querétaro. Lo que implica que el 50% de los
estados de la República sobrepasaron este convenio en el periodo abordado.
7.1 Fortalecimiento Institucional
Se busca un fortalecimiento de la capacidad de las instituciones para atender los
retos en el ámbito de seguridad. Ello implica la creación de una policía
profesionalizada y acreditada. Una policía que cumpla con los requerimientos de
una institución especializada, con personal preparado para el desempeño de sus
actividades. En lo referente a aspirantes a servir en la Policía, deberá establecerse
un sistema especializado de seguimiento y reclutamiento del que surgirán los
candidatos con adecuada formación educativa. Una vez seleccionados, el proceso
de formación de la Policía será llevado a cabo por una institución autorizada y
especializada en la educación inicial, que certificará su aptitud y conocimientos.
El fortalecimiento de las instituciones de impartición de justicia es fundamental para
obtener un Estado de derecho, por ello deberán ser constitucionalmente autónomas
y sus miembros regirse por el sistema de carrera profesional. Se concentra el
control e inteligencia para la prevención, disuasión, control y captura de
narcotraficantes y delincuencia organizada. El objetivo del análisis dos
conclusiones, una se centra en la situación actual del tema, y propone acciones en
el sistema mexicano recomendable para este entorno crítico. Se pretende con ello
la generación de un ambiente propicio para el desarrollo de las actividades sociales.
Retomando el tema de la seguridad humanitaria, se destaca la importancia de tener
una fuerza de seguridad de primer nivel, con acciones transparentes y con una
clara definición de capacidades y limitaciones. La seguridad y defensa estarían
estructuradas con información adecuada y suficiente, capaz de anticipar posibles
problemas; en caso contrario, tendría respuesta integral a partir de acciones y
políticas populistas.
7.2. Programas de prevención del delito y violencia
De manera desafortunada, no se cuenta con una clasificación de la prevención del
delito y violencia de calidad, lo que impide una medición apropiada para este tipo
de programas. Existen aproximadamente 73 programas de prevención del delito y
la violencia, realizados por 80 instancias de gobierno. Por decir, la Autoridad del
Centro Histórico del Distrito Federal desarrolla 17 programas de este tipo, la mitad
de ellos sin una base teórica que lo sustente, como ocurre con gran cantidad de
programas gubernamentales. Se carece de la información necesaria acerca del
desempeño de estos programas en términos de su impacto social y existe un
análisis exhaustivo que muestre factores asociados a su efectividad, lo cual hace
difícil articularse adecuadamente con espacios y actividades ciudadanas ya
iniciadas.
Los programas se focalizan en eliminar los factores excluyentes y degeneradores
que generan violencia y delincuencia. Son programas dirigidos a la población
vulnerable, de forma tal que los sujetos no carezcan de lo necesario para su
sobrevivencia (alimentos, vestido, techo), así como existir iguales oportunidades
para obtener bienes y servicios que redunden en el mayor bienestar posible del ser
humano como salud, educación, trabajo y familia. Se focalizan también en
garantizar las siguientes áreas de formación integral: personal (desarrollo de su
potencial humano, físico, intelectual, emocional y espiritual); social (convivencia
armónica con los otros, promoviendo los derechos humanos, práctica de la
solidaridad, participación activa y responsable en la vida y organización de la
sociedad); moral y espiritual (capacidad de autotrascender, toma de decisiones
libres y responsables y práctica de los valores humanos) así como en eliminar de su
entorno diferentes clases de violencia (agresión, exclusiones u omisión de derechos
humanos).
7.3. Cooperación internacional en materia de seguridad
En la política exterior, el tema de la seguridad en México también ha sido uno de los
ejes principales desde el sexenio de Vicente Fox. El enfoque principal de la política
exterior del gobierno de Enrique Peña Nieto ha sido el mismo; de hecho, el Foro
Nacional de Seguridad y Justicia nombró a la colaboración internacional para
complementar, fortalecer y apoyar la estrategia de lucha contra la inseguridad, la
violencia y el delito, como uno de los pilares para el Estado mexicano. Por tanto,
para mapear un país, un plan de internacionalización requeriría relaciones políticas
y diplomáticas que incrementaran la cooperación y complicidad con otras naciones
para hacer frente a los problemas compartidos. Durante la administración de
Enrique Peña Nieto, en la política exterior de México se priorizó la promoción de
México como actor con responsabilidad global; partiendo de tres principios rectores:
la política y economía abierta, el multilateralismo y libre comercio; y la democracia
y exactitud.
México se ha encaminado por la promoción global, para lo que se basa en una
propuesta internacional con diplomacia; desarrollo sostenible; defensa de la paz y
seguridad internacionales; expansión de la participación regional e internacional del
país en todos los foros y organismos; consolidación bilateral de las relaciones con
sus socios estratégicos; y promoción de una imagen positiva de México en lo
internacional. México ha fortalecido las relaciones con Canadá y se estableció una
asociación estratégica mexicano-canadiense; con el que se promovieron trabajos
conjuntos, intercambios culturales e intercambio de información con bases
científicas y técnicas para la política exterior y la cooperación entre organismos
internacionales. Para ello, también hubo una participación activa en el
fortalecimiento de los sistemas internacionales con el fin de “participar activamente
en la formulación de acuerdos, asociaciones, foros y organismos internacionales.”
Con estas estrategias, el gobierno mexicano afianzó el contacto con otros países,
identificando intereses comunes para incrementar el potencial de cooperación.