Red Dinámica III: Sexualidad Consciente y El Derecho como Eje Transversal en la
Educación Integral de la Sexualidad Humana.
Astudillo Verónica, Chow How Skarleeng, Colmenares Yunnys, Franco Dainis y Sulbarán
Mariel, Luis Bottini.
Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG).
Taller de Desarrollo Humano Sexualidad Consciente.
Diana Martínez.
06 de Diciembre del 2024.
Introducción
La sexualidad consciente y el respeto por los derechos humanos y sexuales constituyen ejes
transversales en la educación integral de la sexualidad humana. Este enfoque promueve no solo el
conocimiento biológico y fisiológico asociado con la sexualidad, sino también una comprensión holística
que abarca la autoestima, la elección de compañero, las relaciones de pareja y la convivencia. Al fomentar
la sexualidad consciente, se busca empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas y
responsables sobre su vida sexual, respetando sus propios deseos y los de los demás.
La autoestima juega un papel crucial en este proceso, ya que una percepción positiva de uno mismo
permite a las personas establecer relaciones sanas y satisfactorias. La elección de un compañero se basa
en la compatibilidad emocional y sexual, promoviendo
vínculos en los que primen el respeto y el entendimiento. En
la convivencia, las dinámicas de pareja deben centrarse en la
comunicación abierta y la resolución de conflictos, creando
un ambiente seguro para explorar la intimidad.
Temas como la masturbación, la relación sexual, la postergación y la abstinencia son igualmente
importantes. Es esencial ofrecer un espacio para discutir estos temas de manera honesta y sin prejuicios,
ayudando a los jóvenes y adultos a comprender su sexualidad y a tomar decisiones que se alineen con sus
valores y deseos.
Además, la educación integral debe abordar aspectos prácticos como la anticoncepción y el aborto,
asegurando que las personas conozcan sus derechos sexuales y reproductivos. Esto incluye el acceso a
información y servicios que les permitan ejercer su autonomía en la toma de decisiones. En resumen,
integrar la sexualidad consciente y los derechos sexuales en la educación promueve un enfoque saludable
y empoderador hacia la sexualidad humana.
La sexualidad consciente y los derechos sexuales son ejes transversales que deben estar presentes en la
educación integral de la sexualidad humana. Fomentar la autoestima, la comunicación, el respeto y el
conocimiento sobre los derechos sexuales permitirá a las personas vivir su sexualidad de manera
saludable y satisfactoria, promoviendo relaciones basadas en la igualdad y el respeto.
Autoestima
Es un aspecto fundamental de la salud emocional y afecta diversas áreas de nuestra vida, incluida la
sexualidad. Se refiere a la valoración que tenemos de nosotros mismos, y está influenciada por nuestras
experiencias, creencias y la manera en que nos percibimos. Una autoestima saludable puede resultar en
una vida sexual más satisfactoria, ya que permite a las personas sentirse seguras y cómodas en su propia
piel.
Cuando una persona tiene una autoestima alta, es más probable que se sienta libre para explorar su
sexualidad, expresar deseos y establecer límites en una relación. Por el contrario, una baja autoestima
puede llevar a inseguridades que afectan la intimidad emocional y física.
Esto puede manifestarse en ansiedad acerca de la apariencia, miedo al
rechazo o reticencia a comunicarse abiertamente con la pareja.
La autoestima se basa en el valor que una persona se otorga así misma y
puede influir en el comportamiento, emociones y el cómo nos
relacionamos con los demás.
La autoestima puede ser positiva o negativa y se compone de elementos como:
Autoimagen: Que es la manera que una persona se ve a sí misma, tanto físicamente como en
términos de habilidades y personalidad.
Autoconfianza: Es la capacidad para enfrentar desafíos y lograr objetivos.
Autoaceptación: Es la capacidad para aceptar y valorar a uno mismo tal y como es, incluyendo
las fortalezas y debilidades.
Por lo contrario una autoestima baja (negativa) puede llevar a sentimientos de inseguridad, ansiedad y
depresión. Así que fomentar una autoestima positiva es fundamental para el bienestar emocional.
Elección de compañero
La elección de un compañero(a) es un aspecto fundamental en la vida sexual y emocional de una
persona. Este proceso no solo involucra la atracción física, sino también la compatibilidad emocional, los
valores compartidos y las expectativas mutuas. La elección de pareja debe ser reflexiva, ya que está
influenciada por factores como la cultura, la educación y las experiencias previas.
Al buscar un compañero, es importante considerar aspectos como la
comunicación y el respeto mutuo. Una relación basada en el entendimiento
y el apoyo emocional crea un ambiente propicio para una vida sexual sana y
satisfactoria. Además, la atracción física y sexual debe estar acompañada de
una conexión emocional, ya que esto ayuda a construir una intimidad
duradera.
La autoevaluación también juega un papel crucial en esta elección. Conocer nuestros propios deseos,
necesidades y límites permite elegir a alguien que complemente y respete nuestras expectativas. Evitar
patrones de comportamiento dañinos, como la atracción hacia personas que no cumplen con nuestras
necesidades emocionales, es esencial para evitar relaciones tóxicas.
Un compañero es una persona que acompaña a otra por algún fin, como ayudarse mutuamente.
La elección de compañero se refiere al proceso mediante el cual una persona selecciona a otra por
factores como atracción física, compatibilidad emocional, intereses y valores compartidos.
Relación de pareja
Una relación de pareja se basa en múltiples componentes que van más allá de la simple atracción física.
La conexión emocional, la comunicación efectiva y el respeto mutuo son pilares fundamentales que
sostienen la vida en pareja. La sexualidad, por su parte, juega un papel crucial en esta dinámica, ya que es
una manifestación íntima de la conexión entre dos personas.
En una relación sana, la sexualidad se nutre de la confianza y la apertura. Las parejas deben sentirse
cómodas al hablar sobre sus deseos, límites y fantasías, creando un espacio seguro donde cada uno pueda
expresar sus pensamientos sin temor al juicio. Esto no solo fortalece el vínculo emocional, sino que
también enriquece la experiencia sexual, permitiendo que ambos se sientan realizados y satisfechos.
El respeto hacia las necesidades del otro es igualmente
esencial. Cada persona tiene diferentes ritmos, deseos y
preferencias. La clave radica en encontrar un equilibrio que
funcione para ambos, lo que puede requerir tiempo y
experimentación. La sexualidad no es un aspecto estático de
la relación; evoluciona con el tiempo, a medida que ambos crecen y cambian.
Además, es importante reconocer que la sexualidad no se limita a la actividad física. La intimidad
emocional, los abrazos, las caricias y los momentos de cariño también son formas de expresión sexual. La
conexión profunda entre las parejas trasciende la mera satisfacción física y fomenta un sentido de
pertenencia y complicidad. Mantener una comunicación abierta sobre las expectativas y experiencias
sexuales puede prevenir malentendidos y resentimientos, contribuyendo a una relación más saludable y
plena. En resumen, la sexualidad en una relación de pareja es un viaje compartido que demanda atención,
respeto y un compromiso constante para crecer juntos.
La convivencia
La convivencia en pareja es un proceso que implica una serie de dinámicas emocionales, prácticas y, en
ocasiones, desafíos que pueden afectar la calidad de la relación. Compartir un espacio físico suele
intensificar la intimidad, pero también puede generar tensiones si no se manejan adecuadamente las
expectativas y la comunicación.
En la convivencia, cada miembro trae consigo hábitos, rutinas y expectativas que pueden chocar o
complementarse. La organización del hogar, la división de tareas y el manejo de las finanzas son aspectos
cotidianos que requieren diálogo y negociación. La falta de claridad en estos temas puede generar
conflictos, que, si no se resuelven, pueden impactar la vida sexual y emocional de la pareja.
La comunicación abierta es fundamental. Hablar sobre
lo que se espera de la convivencia, cómo se sienten con
respecto a las responsabilidades compartidas y cualquier
frustración que pueda surgir es clave para fortalecer la
relación. Esta apertura también se extiende al ámbito
sexual; cada persona tiene deseos y necesidades
diferentes, y es vital que ambos se sientan cómodos
expresándolos.
Además, la convivencia también requiere mantener la chispa de la intimidad. La rutina diaria puede
hacer que la relación caiga en la monotonía, por lo que es importante buscar momentos para reconectar,
ya sea a través de citas, escapadas o simplemente dedicando tiempo de calidad el uno al otro. La
interacción física, como besos, abrazos y caricias, no solo refuerza el vínculo emocional, sino que
también enriquece la vida sexual. Es esencial respetar el espacio personal de cada uno. A pesar de
compartir un hogar, cada persona necesita tiempo para sí misma. Aprender a equilibrar el tiempo juntos y
el tiempo individual es fundamental para una convivencia exitosa, ya que fomenta tanto la autoconfianza
como el apoyo mutuo en la relación. En resumen, una convivencia saludable en pareja se basa en la
comunicación, el respeto y la búsqueda constante de conexión.
La Masturbación
La masturbación es una práctica sexual común y natural que consiste en la estimulación de los genitales,
generalmente con el objetivo de obtener placer sexual. Es una actividad que se lleva a cabo tanto por
hombres como por mujeres y puede ser una forma de explorar la propia sexualidad, liberar tensiones y
experimentar sensaciones placenteras.
Existen diversas opiniones y creencias sobre la masturbación, que pueden variar según factores
culturales, religiosos y personales. Desde un punto de vista médico, la masturbación se considera
generalmente una actividad segura y normal que no tiene efectos negativos para la salud física o mental
en la mayoría de las personas.
Relaciones sexuales
Las relaciones sexuales son una parte natural de la vida humana y pueden abarcar una variedad de
actividades íntimas entre personas. Estas relaciones pueden tener diferentes significados y propósitos, que
incluyen:
1. Placer: Muchas personas participan en relaciones sexuales para experimentar placer físico y
emocional.
2. Reproducción: Las relaciones sexuales son el medio
biológico a través del cual se puede concebir un hijo.
3. Intimidad emocional: La actividad sexual puede
fortalecer los lazos emocionales entre las parejas,
creando una conexión más profunda.
4. Exploración: Las relaciones sexuales pueden ser una forma de explorar la propia sexualidad y
descubrir lo que se desea o se disfruta.
Tipos de relaciones sexuales
1. Relaciones heterosexuales: Involucran a una persona con genitales masculinos y a otra con
genitales femeninos.
2. Relaciones homosexuales: Involucran a personas del mismo sexo, ya sea entre hombres
(homosexuales) o entre mujeres (lesbianas).
3. Relaciones bisexuales: Involucran a personas que se sienten atraídas por más de un género.
4. Relaciones poliamorosas: Implican conexiones románticas o sexuales consensuadas entre más
de dos personas.
Consideraciones importantes
Consentimiento: Es fundamental que todas las partes involucradas den su consentimiento de
manera clara y entusiasta antes de participar en cualquier actividad sexual.
Salud sexual: La práctica de sexo seguro, que incluye el uso de métodos anticonceptivos y
protección contra infecciones de transmisión sexual (ITS), es esencial para mantener la salud
sexual.
Comunicación: La comunicación abierta y honesta con la pareja sobre deseos, límites y
preocupaciones es clave para tener relaciones sexuales saludables y satisfactorias.
La postergación sexual y la abstinencia
La postergación sexual y la abstinencia sexual son dos conceptos que abordan, desde diferentes
perspectivas, la decisión de limitar o evitar la actividad sexual en ciertas etapas de la vida o en
determinadas circunstancias. Estas decisiones están profundamente influenciadas por factores culturales,
religiosos, sociales, psicológicos y personales, y han sido objeto de numerosos debates tanto en el ámbito
académico como en el social, especialmente en lo que respecta a la educación sexual, las políticas
públicas y las dinámicas de relaciones interpersonales.
La postergación sexual se refiere a la elección deliberada de retrasar el inicio de la actividad sexual. Este
concepto está vinculado principalmente a la adolescencia y la juventud, cuando muchas personas optan
por esperar antes de involucrarse en experiencias sexuales, ya sea por razones emocionales, religiosas,
culturales o por un deseo de sentirse más preparadas. En este sentido, la postergación sexual no solo
implica un retraso en la iniciación sexual, sino también un acto consciente de priorizar otros aspectos de
la vida, como la educación, el desarrollo emocional o el establecimiento de relaciones afectivas sólidas
antes de integrar la dimensión sexual.
Por ejemplo, una persona que aún no se siente emocionalmente preparada para iniciar su vida sexual
podría optar por postergar las
experiencias sexuales mientras trabaja
en su crecimiento personal o en
alcanzar metas específicas.
Uno de los contextos más comunes
en los que se promueve la postergación sexual es la educación sexual dirigida a adolescentes. Muchos
programas educativos, especialmente en países con tradiciones conservadoras, fomentan el retraso de la
actividad sexual como una medida para prevenir embarazos no deseados y la propagación de
enfermedades de transmisión sexual (ETS). En este marco, se argumenta que retrasar las relaciones
sexuales puede reducir los riesgos asociados a la actividad sexual temprana, como el impacto emocional
de relaciones inestables, el abandono escolar debido a embarazos adolescentes y el contagio de
infecciones como el VIH.
Es relevante destacar que la postergación sexual, más que ser una medida restrictiva, puede ser vista
como una herramienta de autodeterminación y empoderamiento personal. Al tomar control de sus
decisiones sexuales, las personas que practican la postergación están reafirmando su derecho a decidir
cuándo, cómo y con quién desean experimentar la intimidad.
Por su parte, la abstinencia sexual va más allá de la postergación, pues implica una decisión consciente
de evitar la actividad sexual, ya sea por un periodo definido o de manera indefinida. A diferencia de la
postergación, que se enfoca en retrasar el inicio de la sexualidad, la abstinencia puede ser adoptada en
cualquier momento de la vida y por personas que ya han tenido experiencias sexuales previas.
Las razones para practicar la abstinencia sexual son variadas y pueden incluir factores personales,
religiosos, médicos, culturales y filosóficos. Desde una perspectiva religiosa, muchas tradiciones
promueven la abstinencia como un acto de pureza, devoción y autocontrol. Por ejemplo, en el
cristianismo, el islam y el hinduismo, la abstinencia sexual se valora como una virtud que fortalece la
conexión espiritual y se asocia con la preparación para el matrimonio o la vida consagrada en el caso de
sacerdotes, monjas y otros roles religiosos.
En el ámbito personal, la abstinencia puede ser una decisión motivada por el deseo de enfocarse en
metas específicas, como el desarrollo académico o profesional, o por la necesidad de sanar tras una
ruptura amorosa o una experiencia traumática. También puede ser una elección estratégica en relaciones,
cuando una persona decide establecer límites claros para proteger su bienestar emocional o físico.
En el contexto médico, la abstinencia sexual es una de las formas más efectivas de prevenir embarazos
no deseados y la transmisión de ETS. Este enfoque es particularmente relevante en situaciones de
epidemias de enfermedades infecciosas o en casos donde las personas están en tratamiento médico que
podría complicarse con la actividad sexual. Además, algunas personas optan por la abstinencia como
parte de un proceso de autoconocimiento, en el que buscan redescubrir su relación con la sexualidad de
manera consciente y libre de presiones externas.
Beneficios
Tanto la postergación como la abstinencia sexual ofrecen beneficios significativos en diferentes áreas de
la vida. En términos físicos, ambas decisiones reducen significativamente los riesgos asociados a la
actividad sexual, como el contagio de ETS y los embarazos no planificados. En el ámbito emocional,
estas prácticas pueden proporcionar tiempo y espacio para el autoconocimiento, el desarrollo personal y la
construcción de relaciones más profundas y significativas basadas en la comunicación, el respeto mutuo y
la conexión emocional.
Además, la postergación y la abstinencia pueden fomentar habilidades importantes como el autocontrol,
la disciplina y la toma de decisiones informadas. En contextos culturales o religiosos, estas prácticas
también pueden fortalecer la identidad individual y el sentido de pertenencia a una comunidad que valora
estos principios.
Desafíos
A pesar de los beneficios, tanto la postergación como la abstinencia sexual enfrentan desafíos
significativos, especialmente en sociedades donde la actividad sexual se considera un componente
esencial de la adultez y la felicidad personal. Las personas que eligen estas prácticas pueden enfrentar
estigmatización, presión social o incomprensión, lo que puede generar sentimientos de aislamiento,
vergüenza o frustración.
En el ámbito educativo, los enfoques que promueven exclusivamente la abstinencia como solución a los
riesgos sexuales han sido criticados por su falta de efectividad. Numerosos estudios han demostrado que
una educación sexual integral, que incluya información sobre anticonceptivos, relaciones saludables y
comunicación asertiva, es mucho más efectiva para reducir los riesgos asociados a la sexualidad que los
programas basados únicamente en la abstinencia.
Otro desafío radica en el equilibrio entre el respeto por las decisiones individuales y las expectativas
sociales. Mientras que para algunas personas la postergación o la abstinencia son elecciones liberadoras,
para otras pueden representar restricciones impuestas por normas culturales o religiosas con las que no
están de acuerdo.
Perspectiva integral
Es esencial abordar la postergación y la abstinencia sexual desde un enfoque integral que respete la
autonomía individual y considere la diversidad de experiencias y perspectivas. Estas decisiones no deben
ser impuestas como dogmas universales, sino presentadas como opciones válidas dentro de un marco de
educación sexual inclusiva que permita a las personas tomar decisiones informadas y conscientes sobre su
sexualidad.
La sexualidad humana es compleja y multifacética, y las elecciones relacionadas con ella deben estar
basadas en valores personales, necesidades emocionales y circunstancias específicas. Tanto la
postergación como la abstinencia sexual son caminos legítimos que, cuando se eligen libremente, pueden
contribuir al bienestar integral y al desarrollo personal de quienes las practican.
Anticonceptivos
¿Qué son?
La anticoncepción, también conocida como control de natalidad, es un conjunto de estrategias
destinadas a reducir significativamente las posibilidades de fecundación y, por ende, el embarazo, durante
las relaciones sexuales con penetración vaginal. Esto se logra mediante el uso de medicamentos,
dispositivos o cirugía.
Clasificación de los métodos anticonceptivos:
Masculinos o femeninos: Según quién los use, el hombre o la mujer.
Reversibilidad: Se clasifica en reversibles, semi reversibles o irreversibles.
Mecanismo: Dependiendo de su forma de acción, pueden ser de barrera (previenen la llegada del
esperma al óvulo), hormonales (modifican el equilibrio hormonal), quirúrgicos (procedimientos
médicos como la vasectomía), o farmacológicos/químicos (usados en pastillas o inyecciones).
Efectividad: Se categorizan según su eficacia en prevenir el embarazo: muy efectivos, efectivos
o menos efectivos.
Orales o no orales: Se distinguen entre los que se toman en forma de pastillas (orales) y los que
se aplican de otras maneras (no orales), como implantes o dispositivos intrauterinos.
Métodos Anticonceptivos más comunes
1. Métodos de barrera: Los métodos de barrera impiden que los espermatozoides entren en
el útero y lleguen al óvulo.
1.1: Preservativo masculino
también llamado profiláctico o condón. Este método anticonceptivo tiene forma de
funda y se coloca alrededor del pene. Generalmente, el preservativo está hecho de látex y
viene lubricado con espermicidas. Al colocarse alrededor del pene, el semen se queda
atrapado en su interior después de la eyaculación. Su efectividad es del 97% y el precio
suele rondar los 10 euros la caja.
1.2Preservativo femenino
es similar al condón masculino, pero con un anillo rígido ancho para evitar que resbale
por el orificio vaginal. Su precio es de 2 euros cada unidad, un poco más caro que el
preservativo masculino.
1.3 Diafragma
es un capuchón de goma que se
coloca en la vagina y obstruye el
orificio del cuello del útero,
evitando así el paso de los
espermatozoides. Su efectividad es del 83%, tiene un coste de 50 euros, pero puede
usarse varias veces si se cuida bien.
1.4 Esponja anticonceptiva
Pequeña esponja que se coloca en la vagina para cubrir el cuello uterino (la
abertura del útero). La esponja también contiene un espermicida para matar los
espermatozoides.
2. Métodos hormonales: Los anticonceptivos hormonales son más utilizados por mujeres y
se componen de versiones sintéticas de hormonas sexuales femeninas, generalmente
estrógenos y progesterona. Su mecanismo de acción consiste en alterar los niveles
hormonales naturales en la mujer para impedir la ovulación, evitando así la posibilidad de
fecundación por parte del esperma.
2.1 Píldora anticonceptiva
Están elaboradas con hormonas que inhiben la maduración folicular y la ovulación.
2.2 Parche anticonceptivo
Parche que una mujer se pone en la piel cada semana. El parche libera hormonas en el
torrente sanguíneo.
2.3Inyección anticonceptiva
Cada tres meses, aproximadamente, la mujer debe ser inyectada con una sustancia que
contiene una
hormona que inhibe la ovulación.
2.4 Implante anticonceptivo
El implante anticonceptivo consiste en un pequeño implante de plástico flexible que se
coloca bajo la piel del brazo y va liberando la dosis hormonal necesaria para evitar la
ovulación. Puede durar hasta 4 años.
3. Anticonceptivos reversibles de larga duración
3.1DIU: Dispositivo Intrauterino
El dispositivo intrauterino (DIU) es un pequeño dispositivo que se coloca en el útero para
prevenir embarazos. Funciona modificando la movilidad del esperma, de modo que no
pueda alcanzar el óvulo. Sin esta unión, el embarazo no puede ocurrir.
Tipos de DIU:
DIU de Cobre:
El DIU de cobre es un dispositivo sin hormonas, hecho de plástico flexible en forma de T y recubierto de
cobre. Este material es tóxico para los espermatozoides, alterando su movimiento e impidiéndoles llegar
al óvulo, lo que previene el embarazo de manera efectiva.
DIU Hormonal:
El DIU hormonal también tiene forma de T y está hecho de plástico flexible. Este tipo de dispositivo
libera gradualmente una pequeña cantidad de la hormona progestina en el cuerpo, ofreciendo protección
anticonceptiva durante varios años.
4. Métodos definitivos:
Son métodos de anticoncepción permanente y altamente efectivos que requieren una
intervención quirúrgica.
4.1 Vasectomía:
Consiste en cortar los conductos seminales para evitar que el esperma salga del
testículo, de modo que el eyaculado no contenga espermatozoides.
4.2 Ligadura de trompas:
Implica la obstrucción o corte de las trompas de Falopio en la mujer, lo que impide el
paso de los óvulos y evita que puedan encontrarse con los espermatozoides.
5. Métodos anticonceptivos de emergencia
Cuando los métodos anticonceptivos fallan o no se utilizan adecuadamente, es posible
recurrir a un anticonceptivo de emergencia.
5.1Píldoras anticonceptivas de emergencia
Estas píldoras pueden ayudar a prevenir el embarazo después de relaciones sexuales si el
método anticonceptivo habitual no funcionó o no se utilizó. Su efectividad depende del
tiempo transcurrido desde la relación sexual, siendo más eficaces si se toman lo antes
posible.
5.1 DIU de cobre
Un médico debe insertar un DIU de cobre en el útero dentro de los 5 días posteriores
a la relación sexual sin protección para prevenir el embarazo.
¿Cómo elijo el anticonceptivo adecuado?
Para dar respuesta a esa duda hay que hacerse una serie de preguntas, como:
¿Quieres tener hijos algún día? ¿Qué tan pronto?
¿Tienes algún problema de salud?
¿Con qué frecuencia tienes relaciones sexuales?
¿Necesitas protegerte también de la infección por el VIH y de otras infecciones de transmisión
sexual?
¿Qué tan eficaz es el método anticonceptivo?
¿Hay algún efecto secundario?
¿Podrás usarlo correctamente cada vez?
¿Qué presupuesto tienes?
Aborto
¿Qué es?
El aborto es la pérdida del embarazo "en un momento en el que el feto o embrión no es viable, es decir,
que no es capaz de sobrevivir fuera del útero materno"
Tipos de aborto:
1. Aborto espontáneo:
Es la pérdida involuntaria de un embarazo antes de la semana 20 de gestación. Se estima que
entre el 10% y el 20% de los embarazos diagnosticados terminan en un aborto espontáneo.
2. Aborto inducido:
Es la interrupción voluntaria del embarazo, realizada de manera premeditada bajo la supervisión
de profesionales capacitados en el procedimiento.
3. Aborto inseguro:
Es el procedimiento realizado para interrumpir
un embarazo no deseado sin las habilidades
necesarias, en un entorno que no cumple con los
estándares médicos mínimos, o ambos.
4. Aborto seguro:
Es un aborto inducido que se lleva a cabo de
manera legal y segura, realizado por
profesionales capacitados en condiciones
adecuadas.
5. Aborto farmacológico:
Consiste en la administración de la píldora abortiva (RU-486), generalmente antes de la semana 7
de gestación, debido al riesgo aumentado de efectos adversos si se utiliza en etapas posteriores.
La RU-486 bloquea la hormona que controla la gestación, provocando un efecto similar al aborto
espontáneo.
6. Aborto quirúrgico:
Son procedimientos instrumentales que pueden requerir anestesia o sedación, control ecográfico y
cuidados posteriores según el tipo de procedimiento.
o Antes de las 14 semanas (bajo riesgo):
Se realiza mediante aspiración con cánulas específicas, tras una dilatación cervical. Es
una técnica altamente eficaz, con una tasa muy baja de complicaciones importantes.
o De la semana 14 a la 20 (alto riesgo):
Se lleva a cabo mediante dilatación cervical y evacuación, utilizando material quirúrgico
para vaciar el útero de todo el producto del embarazo (líquido amniótico, placenta y
restos fetales).
o Después de la semana 20:
Se realiza una inducción del parto.
Riesgos y complicaciones de un aborto
Riesgos físicos:
Fallo de la técnica:
Todos los métodos para la evacuación del aborto en el primer trimestre conllevan un riesgo de
fallo, lo que podría requerir un procedimiento adicional.
Hemorragia:
El riesgo de hemorragia es bajo (aproximadamente 1 de cada 1.000 abortos) y es menor en
gestaciones más tempranas. Generalmente, la hemorragia ocurre cuando el útero no se contrae
adecuadamente. Su tratamiento incluye:
o Masaje uterino
o Administración de fármacos uterotónicos
o Extracción de los restos retenidos, si los hubiera.
Desgarros cervicales:
Su frecuencia es moderada (menos del 1%) y es menor en gestaciones más tempranas y cuando se
usan preparaciones para la maduración cervical.
Perforación uterina:
La incidencia varía entre 1 y 4 por cada 1.000 abortos.
Hematómetra
Es la acumulación de coágulos dentro del útero, que puede ocurrir tras el tratamiento quirúrgico.
Los síntomas pueden ser inmediatos o tardíos, dependiendo de la velocidad y el volumen de
acumulación. Se manifiesta como molestias en la zona pélvica o rectal.
Infección genital:
La infección del tracto genital ocurre en hasta el 10% de los casos. Se debe considerar cuando
aparece fiebre superior a 39ºC en las primeras 72 horas tras el aborto. El tratamiento incluye la
extracción de los restos retenidos, si fuera necesario, y el uso de antibióticos.
Síndrome de Asherman:
Consiste en la formación de adherencias uterinas. El tratamiento incluye intervención quirúrgica
por vía vaginal (histeroscopia) y la colocación de un dispositivo intrauterino (DIU).
Mortalidad:
La tasa de mortalidad materna asociada al aborto realizado en centros sanitarios de países
desarrollados es de 5 por cada 1.000.000 de procedimientos.
Riesgos psicológicos:
Naturalmente, existe la tendencia a atribuir al aborto grandes repercusiones emocionales y psiquiátricas.
Algunos activistas han exagerado estas consecuencias, mencionando un supuesto "síndrome posaborto",
el cual no está reconocido en la literatura científica ni en los sistemas de clasificación de trastornos
mentales. No obstante, los efectos negativos más serios incluyen el suicidio y la hospitalización
psiquiátrica, con mayor riesgo en mujeres jóvenes, de baja condición social y sin pareja. La personalidad
previa, los antecedentes de depresión y el apoyo social influyen en las consecuencias psicológicas. Según
Ashton (1980), después de un aborto:
El 5% de las mujeres presentó depresión clínica.
La mitad experimentó culpa y remordimiento temporal.
El resto no mostró reacciones emocionales significativas.
Prevención de abortos inseguros
Una buena educación sexual.
La prevención de embarazos no deseados mediante el uso de métodos anticonceptivos eficaces,
incluidos los anticonceptivos de emergencia.
La prestación de servicios legales de aborto seguro.
Derechos Humanos.
Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres
humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí,
al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Las leyes relativas a los
derechos humanos exigen que los gobiernos hagan determinadas cosas y les impide hacer otras. Las
personas también tienen responsabilidades; así como hacen valer sus derechos, deben respetar los
derechos de los demás. Ningún gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún
acto que vulnere los derechos de los demás.
Derechos Fundamentales.
Los derechos fundamentales son aquellos derechos inherentes a la persona. Es decir, son derechos
inviolables, inalienables e irrenunciables, perteneciendo a toda persona por su dignidad, de tal forma que
las personas, y los poderes públicos, que actúan siempre sometidos a la Ley, deben respetarlos en todo
caso, configurándose dichos derechos, por lo tanto, como un límite a la actuación de aquéllos.
Es importante diferenciar los derechos fundamentales de los derechos humanos cuya principal
diferencia es una: el territorio en que resultan aplicables. Así, cuando hablemos de “derechos
fundamentales” hacemos referencia a aquellos que están incluidos en la Constitución, en cambio, cuando
hablamos de los “derechos humanos” nos referimos a aquellos que no tienen limitación territorial, es
decir, derechos que son atribuibles sin limitaciones a todas las personas, independientemente del
territorio, condición económica, social o personal. En Venezuela el texto fundamental de la República
"Constitución Nacional" garantiza con toda precisión el respeto a los Derechos fundamentales tales como:
Derecho a la Vida, Derecho a la propiedad Privada, Derecho a la Libertad, Derecho a la Libertad de
Pensamiento, Derecho al Debido Proceso, Derecho de la Defensa a sus Derechos e Intereses Personales,
acoge como Derecho Patrios todas las Convenciones y tratados de Derecho Internacional sobre Derechos
Humanos los cuales tienen rango Constitucional, es decir, si un Derecho Fundamental está Consagrado en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y una ley Venezolana entra en contradicción con ese
Tratado, se aplicará preferentemente el Tratado Internacional del cuál Venezuela es parte (ya que según la
propia constitución Nacional tiene rango Constitucional). En resumidas cuentas, es el vértice de todo el
ordenamiento Jurídico Venezolano por lo que toda transgresión legislativa a su contenido está afectada de
nulidad absoluta y en consecuencia no podrán generar efecto Jurídico alguno.
Derechos Sexuales y Reproductivos.
En el marco de los Derechos Humanos, en la Conferencia Mundial sobre la Población y el
Desarrollo (CIPD), que se realizó en El Cairo, Egipto, en 1994, y la Conferencia Mundial sobre la Mujer
(CCMM), realizada en Beijing, China, en 1995, se determinó que hay Derechos Humanos que tienen que
ver con nuestra vida sexual y nuestra vida reproductiva. Están relacionados con la libertad de las personas
a decidir sobre su sexualidad y el ejercicio libre de la misma.
Todos esos derechos están reconocidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y las leyes venezolanas y están contemplados también para los y las adolescentes. Estos son
los principales derechos sexuales y
reproductivos reconocidos en todas las
etapas de la vida: infancia, pubertad,
adolescencia, adultez y madurez.
Derechos Sexuales:
1. A la privacidad e intimidad:
Puedes exigir respeto y protección a tu vida privada, intimidad, propia imagen y decidir con
quién, cuándo y cómo vives tu sexualidad.
2. A que se respete tu integridad física, psíquica y moral, por funcionarios y funcionarias
públicas: Ningún funcionario y funcionaria en el ejercicio de sus funciones tiene derecho a
someterte a ningún tipo de violencia, coerción y abuso.
3. A la información: Tienes derecho a recibir información sobre sexualidad veraz, clara,
científica, oportuna y de acuerdo a tu desarrollo evolutivo.
4. A la educación en salud sexual: Tienes derecho a una educación integral, accesible, laica
(libre de creencias religiosas), que garantice los principios de igualdad y equidad de género.
5. Al libre ejercicio de la personalidad: Tienes derecho al libre ejercicio de tu sexualidad sin
discriminación por razones de sexo, orientación sexual, identidad de género, condición, entre
otros.
6. A estar libre de violencia sexual: Nadie puede someterte a malos tratos, abuso físico o
mental, explotación, esclavitud, violación, prostitución forzada, embarazo forzoso,
esterilización forzada y cualquier otro tipo de violencia sexual
Derechos Reproductivos:
1. A la vida: Las mujeres tienen derecho a no morir por causas relacionadas con el parto y el
embarazo.
2. A la salud: Las personas tienen derecho al nivel más alto de salud reproductiva. Para ello
deben contar con atención integral y acceder a servicios de calidad, gratuitos y
confidenciales.
3. A la libertad, seguridad e integridad personal: Nadie puede someterte a torturas, penas,
tratos crueles, inhumanos, degradantes o a violencia sexual
4. A decidir el número e intervalo de hijas o hijos: Tienes derecho a realizar tu propio plan de
procreación con asistencia médica.
5. A la privacidad e intimidad: Puedes decidir libremente y sin interferencias arbitrarias, sobre
tus funciones reproductivas.
6. A la igualdad y a la no discriminación: Nadie puede juzgar tus decisiones relacionadas con
tu salud reproductiva por motivos de color, etnia, edad, sexo, religión, opinión política o de
cualquier otra índole.
7. Al matrimonio y a fundar una familia: Una vez que adquieres la edad legal, tienes derecho a
contraer, o no, matrimonio y a decidir cuándo es el mejor momento para fundar familia.
8. Al empleo y a la seguridad social: Tienes derecho a la protección legal de la maternidad y
paternidad en materia laboral, a trabajar en un ambiente libre de acoso sexual, y a no ser
discriminada por embarazo.
9. A la educación en salud reproductiva: Tienes derecho a la educación sexual y reproductiva
sin discriminación y a una información oportuna, completa y clara. Derechos sexuales y
derechos reproductivos de las y los adolescentes.
10. A disfrutar del progreso científico en el área de la reproducción humana: Tienes derecho a
disfrutar del progreso científico y dar tu consentimiento, o no, para ser objeto de
experimentación en el área de la reproducción humana.
A modificar tradiciones o costumbres que violan los derechos de las personas: Puedes exigir al Estado
que adopte medidas para erradicar patrones socioculturales que generan prejuicios y estereotipos sobre las
personas.
Conclusión
La sexualidad consciente y el derecho son ejes transversales fundamentales en la educación integral de
la sexualidad humana, proporcionando un marco esencial para el desarrollo de individuos informados y
empoderados. En un contexto social donde la sexualidad es a menudo un tema tabú, la educación integral
se presenta como una herramienta vital para fomentar una comprensión saludable y positiva de la
sexualidad. Este enfoque no solo abarca aspectos biológicos, sino que también considera dimensiones
emocionales, éticas y de derechos humanos, creando un espacio seguro para que las personas exploren y
comprendan su propia sexualidad.
La autoestima es uno de los pilares más importantes en este proceso educativo. Una sólida autoestima
permite a los individuos reconocer su propio valor y establecer relaciones interpersonales basadas en el
respeto y la igualdad. La educación en sexualidad debe enfocarse en fortalecer la autoconfianza,
ayudando a los jóvenes a tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y sus relaciones. Esto es
especialmente relevante en la elección de pareja, donde una buena autoestima puede prevenir la
formación de vínculos tóxicos y promover relaciones saludables.
La convivencia y la comunicación son igualmente cruciales en el desarrollo de relaciones de pareja. Es
fundamental que los jóvenes aprendan a dialogar abiertamente sobre temas sensibles como la
masturbación, las relaciones sexuales y la postergación de estas prácticas. Fomentar un ambiente donde se
pueda hablar sin tabúes sobre la sexualidad es esencial para cultivar relaciones basadas en la confianza y
el respeto mutuo. La educación integral debe proporcionar información clara sobre métodos
anticonceptivos, así como sobre los derechos sexuales y reproductivos, para que los jóvenes puedan tomar
decisiones informadas y responsables.
El tema de la abstinencia también merece atención dentro de este marco educativo. La abstinencia debe
ser presentada como una opción válida y respetable, sin estigmatizar a quienes eligen esperar. Es
importante que los jóvenes comprendan que cada decisión relacionada con su vida sexual es personal y
debe ser respetada, promoviendo así una cultura de respeto hacia las elecciones individuales.
Además, el acceso a información sobre anticoncepción y aborto es crucial para garantizar que los
jóvenes puedan ejercer sus derechos sexuales de manera plena. La educación integral debe abordar estos
temas con sensibilidad, asegurando que los jóvenes comprendan tanto las implicaciones emocionales
como las físicas de sus decisiones. El respeto por los derechos humanos y sexuales implica reconocer la
autonomía de cada individuo sobre su propio cuerpo y sus decisiones reproductivas.
En conclusión, la sexualidad consciente, enmarcada dentro del respeto por los derechos humanos y
sexuales, es esencial para formar individuos capaces de vivir su sexualidad de manera plena y
responsable. La educación integral de la sexualidad humana debe ser un proceso inclusivo que empodere
a las personas para tomar decisiones informadas y respetuosas en todos los aspectos de su vida afectiva y
sexual. Al abordar temas como la autoestima, la elección de compañero, las relaciones de pareja, la
convivencia, la masturbación, las relaciones sexuales, la postergación y abstinencia, así como la
anticoncepción y el aborto, se crea un entorno propicio para el desarrollo de una sexualidad sana y
consciente que fomente el bienestar individual y colectivo.
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