Artículo de Revisión
Sexualidad en los Adultos Mayores: Revisión de las Investigaciones Más
Recientes
Sexuality in Older Adults: A Review of Recent Research
Psic. Zuledyer Barragán
Psic. Jose Barazarte
Clinica III Trastornos Sexuales. Noviembre 2024
Maestría en Psicología Clínica. Universidad Rafael Urdaneta. Maracaibo, Venezuela
Resumen
La sexualidad es una dimensión que acompaña al ser humano desde el nacimiento hasta la
muerte. A lo largo de los años sea catalogado al anciano como indiferente o poco interesado en la
sexualidad, o con escasa actividad sexual. Pero podemos afirmar que no hay un límite
cronológico después del cual la vida sexual desaparece. Por lo que es importante denotar que el
nivel de interés sexual en el anciano corresponde con el que haya desarrollado y mantenido a lo
largo de su vida. Y a pesar de ser un tema importante en ese grupo etario, es con frecuencia visto
como tabú, razón por la que tiende a ignorarse la sexualidad de las personas mayores; esa visión
del tema en ocasiones es reforzada por barreras culturales que limitan una discusión abierta tanto
con profesionales de la salud, como con la pareja y con los familiares. Es por ello que se realizó
una revisión bibliográfica, con el propósito de reflexionar sobre algunas consideraciones
relacionadas con la sexualidad en el adulto mayor y explorar los hallazgos en la actualidad sobre
el mismo
Palabras claves: sexo, sexualidad, tercera edad.
Abstract
Sexuality is a dimension that accompanies the human being from birth to death. Over the years,
the elderly are classified as indifferent or little interested in sexuality, or with little sexual
activity. But we can affirm that there is no chronological limit after which sexual life disappears.
Therefore, it is important to note that the level of sexual interest in the elderly corresponds to
what they have developed and maintained throughout their life. And despite being an important
topic in that age group, it is often seen as taboo, which is why the sexuality of older people tends
to be ignored; This view of the topic is sometimes reinforced by cultural barriers that limit open
discussion with health professionals, partners, and family members. That is why a bibliographic
review was carried out, with the purpose of reflecting on some considerations related to sexuality
in older adults and exploring current findings on the same.
Keywords: sex, sexuality, senior citizens.
INTRODUCCION
A medida que el cuerpo humano avanza en edad, el deterioro progresivo de sus sistemas
se vuelve cada vez más evidente, afectando diversas actividades diarias, incluida la sexualidad. A
pesar de este deterioro, la sexualidad sigue siendo una esfera natural y altamente deseada entre
los adultos mayores, y se ha demostrado que está relacionada con una mejor calidad de vida en
esta población. Sin embargo, a pesar de su importancia, la sexualidad en la tercera edad a
menudo se considera un tabú, lo que lleva a que se ignore y se minimice. Esta percepción se ve
reforzada por barreras culturales que limitan la discusión abierta sobre el tema, tanto con
profesionales de la salud como con parejas y familiares.
El adulto mayor que desea mantener una vida sexual activa puede encontrarse con un
acceso limitado a la información necesaria para hacerlo. Esta falta de información puede dar
lugar a diversas dificultades, ya que la persistencia del impulso sexual en esta etapa de la vida
puede convertirse en una fuente de conductas de riesgo si no se orienta adecuadamente. Aunque
algunas condiciones, como la fragilidad y el deterioro cognitivo, pueden influir en la vida sexual
de los adultos mayores, es importante reconocer que prácticas como el sexo genital, el sexo oral
y la masturbación son parte de su vida sexual, aunque los besos y las caricias suelen ser las
manifestaciones más comunes cuando otras prácticas se ven comprometidas.
La frecuencia de la actividad sexual en los adultos mayores varía, y estudios han
mostrado que más del 50% de los adultos mayores de 70 años mantienen relaciones sexuales
regulares, aunque con una menor presencia de deseo sexual en las mujeres. Sin embargo, la
satisfacción sexual tiende a ser similar entre hombres y mujeres. Dada la creciente importancia
de este tema, especialmente en el contexto del aumento de la expectativa de vida y las
condiciones de salud de la población adulta mayor, es fundamental buscar y sintetizar la
evidencia sobre la sexualidad en este grupo. Esto incluye investigar las prácticas sexuales más
comunes, las condiciones físicas o psicosociales que afectan la vida sexual y cómo se está
proporcionando información a los adultos mayores y sus familias para ayudarles a tener una vida
sexual satisfactoria.
La sexualidad es una dimensión inherente al ser humano que nos acompaña desde la
fertilización hasta la muerte. A lo largo de la vida, se entrelazan factores éticos, morales,
políticos y culturales que influyen en nuestras expresiones de deseo, por lo cual la sexualidad en
adultos mayores por un lado mas que un tabú, es una realidad, que debe ser estudiada a
profundidad y la cual como necesidad a merita respuesta.
METODOLOGIA
El diseño metodológico se centró en la técnica de investigación documental que se refiere
una técnica de investigación cualitativa que se encarga de recopilar y seleccionar información a
través de la lectura. Los criterios seleccionados para la revisión de los artículos científicos
estuvieron centrados en investigar los fundamentos y basamentos teóricos de la sexualidad en la
tercera edad en general, así como las técnicas de respuesta de abordaje psicológico dicha
población en el área. Se tomo como criterios de recoelccion articulos en revistas cientificas
abiertos al publico con relevancia en el tema y publicacion actual.
DESARROLLO
Se presenta a continuación un resumen de los articulo seleccionados para la revisión documental:
1. Sexualidad humana: una mirada desde el adulto mayor. Es una investigación realizada
por Perez V, 2008. La sexualidad es una dimensión fundamental de la vida humana. A lo
largo de la vida, se entrelazan factores biológicos, psicológicos y sociales que influyen en
cómo se vive y se expresa la sexualidad. Esta interacción es crucial para el desarrollo
personal y la calidad de las relaciones interpersonales. En el contexto de la tercera edad,
es esencial reconocer que la sexualidad no solo se limita a la reproducción, sino que
también abarca la comunicación y el placer, aspectos que pueden ser igualmente
significativos en esta etapa de la vida.
A medida que la población envejece, es necesario desarrollar una "cultura de la
senilidad" que incluya la sexualidad como una dimensión rica y valiosa. A menudo, la
sexualidad en los ancianos es malinterpretada o ignorada, asociándose erróneamente con
la juventud y la fertilidad. Sin embargo, en la vejez, la sexualidad puede ser una
experiencia gratificante que se centra más en la calidad de las relaciones que en la
cantidad de actividad sexual. La actividad sexual en los ancianos es más común de lo que
se piensa, y no hay un límite cronológico que determine su desaparición.
Los prejuicios culturales y sociales a menudo marginan la sexualidad de los
adultos mayores, creando barreras que dificultan su expresión. La ausencia de una pareja,
la viudez y la falta de información sobre la sexualidad en esta etapa pueden contribuir a la
disminución del interés sexual. Además, la salud física y mental juega un papel crucial en
la capacidad de disfrutar de la sexualidad. Es fundamental que los ancianos reciban
educación y apoyo para comprender los cambios que ocurren en su vida sexual y para
fomentar relaciones significativas.
Por ello para concluir cabe destacar que para abordar adecuadamente la
sexualidad en la tercera edad, es vital que los profesionales de la salud se capaciten y
sensibilicen sobre este tema. La promoción de una sexualidad saludable y activa en los
ancianos no solo mejora su calidad de vida, sino que también desafía los mitos y
prejuicios que rodean a la sexualidad en esta etapa. Al fomentar un diálogo abierto y
proporcionar información adecuada, se puede contribuir a que los adultos mayores vivan
su sexualidad de manera plena y satisfactoria, reconociendo su derecho a disfrutar de esta
dimensión de la vida.
2. La sexualidad en el adulto mayor: Betancourt C, 2013, La atención al adulto mayor ha
avanzado significativamente, pero aún persisten actitudes retrógradas hacia la sexualidad
en la tercera edad, que tienden a rechazar o ignorar la actividad sexual de estas personas.
La sexualidad, un aspecto del comportamiento humano poco comprendido, es
especialmente malinterpretada en los ancianos, quienes a menudo ven negadas sus
manifestaciones sexuales. Freud ya señalaba que lo sexual no se limita a lo genital, sino
que se desarrolla a lo largo de la vida, influenciado por diversos factores.
El envejecimiento implica cambios biológicos, psicológicos y sociales que afectan
la sexualidad. La salud sexual geriátrica se define como la expresión de emociones y
compromisos en relaciones de confianza y placer, más allá de la actividad coital. Los
cambios físicos en hombres y mujeres, como la disminución de hormonas y la atrofia de
órganos sexuales, impactan la función sexual. Sin embargo, el deseo y la capacidad
sexual pueden permanecer en ancianos sanos, aunque la falta de lubricación y otros
factores pueden dificultar la actividad sexual.
Los prejuicios sobre la sexualidad en la vejez son comunes, como la creencia de
que los ancianos no tienen vida sexual activa o que sus deseos son anormales. Estos
estereotipos afectan negativamente la experiencia sexual de los mayores. La actividad
sexual tiende a disminuir con la edad, pero factores como la salud física y mental, la
disponibilidad de pareja y la historia sexual previa son determinantes en su
mantenimiento.
El cese de la actividad sexual no es solo un fenómeno cronológico, sino que
depende de múltiples factores, incluyendo la salud y la calidad de la relación de pareja.
La falta de pareja y el deterioro de la relación matrimonial son causas frecuentes de la
abstinencia sexual en ancianos. Además, las condiciones de vida y la falta de privacidad
pueden limitar la actividad sexual.
Por ellos para concluir es importante para prevenir disfunciones sexuales en la
tercera edad, es fundamental abordar el desconocimiento y los prejuicios. La educación y
la orientación terapéutica son clave para mejorar la calidad de vida sexual de los
ancianos. Es esencial que la historia sexual forme parte de la atención integral al adulto
mayor, reconociendo que la sexualidad es un aspecto importante de su bienestar
emocional y físico.
3. Sexualidad en el adulto mayor, conductas y retos: López Ramos y colaboradores, 2019,
La sexualidad en el adulto mayor es un tema frecuentemente subestimado, a pesar de que
muchos adultos mayores continúan teniendo actividad sexual. La falta de comunicación y
acceso a información sobre sus dificultades sexuales puede llevar a problemas en su vida
sexual y aumentar el riesgo de conductas de riesgo. Este estudio tiene como objetivo
identificar las actividades sexuales más comunes y los problemas asociados en esta
población.
Se realizó una revisión de literatura en bases de datos como Medline, Embase,
Lilacs y Scielo, seleccionando 27 estudios relevantes de un total de 2,342 artículos
revisados. Los resultados destacan la importancia de la sexualidad en la calidad de vida
de los adultos mayores, que se ve afectada por condiciones como cáncer, diabetes y
depresión, así como por la disfunción eréctil en hombres y la menopausia en mujeres. Las
conductas sexuales más frecuentes incluyen besos, coito genital, sexo oral y
masturbación.
A medida que las personas envejecen, el deterioro físico puede afectar su vida
sexual, pero la sexualidad sigue siendo un aspecto natural y deseado. Sin embargo, el
tema a menudo se considera tabú, lo que dificulta la comunicación abierta con
profesionales de la salud y familiares. Esto puede resultar en un acceso limitado a
información y apoyo, aumentando la probabilidad de conductas sexuales de riesgo.
Los estudios revisados indican que más del 50% de los adultos mayores de 70
años son sexualmente activos, aunque la frecuencia de actividad sexual tiende a disminuir
con la edad. Factores como la salud mental y física, el nivel educativo y tener una pareja
estable se asocian con una vida sexual más satisfactoria. Por otro lado, condiciones como
la diabetes, la hipertensión y problemas de movilidad pueden limitar la actividad sexual.
La comunicación sobre sexualidad con los adultos mayores es crucial, pero
muchos se sienten incómodos al abordar el tema. Se sugiere que los profesionales de la
salud adopten un enfoque proactivo para discutir la sexualidad, utilizando modelos como
el PLISSIT, que facilitan la conversación y la intervención.
En conclusión, es fundamental reconocer y abordar la sexualidad en el adulto
mayor para mejorar su calidad de vida. La capacitación del personal de salud y la
educación de familiares son esenciales para fomentar un ambiente donde los adultos
mayores se sientan cómodos al hablar de sus necesidades
4. Sexualidad de los adultos mayores, en la provincia de Ica , Peru. Realizado por . S. Alvarado A
2014 a partir de una revisión de investigaciones internacionales previas. Destaco que a pesar de
los avances en la atención médica y la longevidad, existen prejuicios persistentes sobre la
sexualidad en la vejez, que tienden a negar o ignorar las necesidades sexuales de los adultos
mayores. El estudio utiliza un enfoque cualitativo y descriptivo, revisando 15 investigaciones
realizadas en diferentes países para comprender las actitudes y comportamientos sexuales de esta
población.
Los resultados revelan que, a pesar de la disminución gradual de la actividad sexual con la edad,
la sexualidad en los adultos mayores sigue siendo relevante para muchos. A partir de los 60 años,
en los hombres, se observa un declive en la frecuencia e interés por el sexo, aunque la actividad
sexual no desaparece por completo. Las caricias y los tocamientos son las formas más frecuentes
de expresión sexual, seguidas del coito. Además, se encontró que un porcentaje significativo de
hombres y mujeres mayores de 65 años sigue practicando la masturbación, lo que indica que la
sexualidad no se limita únicamente a la relación sexual con pareja.
El estudio también señala que diversos factores y mitos afectan la sexualidad en la vejez. La falta
de privacidad, las enfermedades crónicas, la viudez, y el temor al envejecimiento son algunos de
los obstáculos más comunes. Además, la convivencia intergeneracional puede restringir la
privacidad necesaria para una vida sexual activa, ya que muchos adultos mayores viven con hijos,
nietos u otros familiares. A pesar de estos desafíos, el interés por la sexualidad se mantiene vivo
en muchos adultos mayores, especialmente entre aquellos que han mantenido una vida sexual
activa durante su juventud y madurez.
La discusión aborda la idea errónea de que la actividad sexual en la vejez debe desaparecer como
un proceso fisiológico inevitable. Si bien la frecuencia de la actividad sexual puede disminuir con
la edad, no se detiene por completo. Expertos como Masters y Johnson 1978, argumentan que, al
haber mantenido una vida sexual activa en las etapas previas, los adultos mayores pueden
continuar disfrutando de una vida sexual satisfactoria. También se critica la asociación entre
sexualidad y reproducción, ya que muchos adultos mayores pierden la capacidad reproductiva
pero no necesariamente pierden el deseo sexual.
Finalmente, las conclusiones subrayan que la sexualidad en los adultos mayores debe ser
entendida en un sentido amplio, que va más allá del coito e incluye el afecto, la intimidad
emocional y la compañía. A pesar de los mitos y barreras sociales que persisten, la sexualidad en
la vejez sigue siendo una fuente importante de placer y bienestar. Es crucial que la sociedad
reconozca y respete esta dimensión de la vida de los adultos mayores, eliminando los prejuicios y
promoviendo una visión más positiva y inclusiva de la sexualidad en la vejez.
5. "Mientras haya vida, hay todo: una mirada en la sexualidad del adulto mayor" En el artículo de
Ghidara E, Antacle A, Erbetta F, Ferro MV, Fitzsimons M, et al. 2019. Se explora la sexualidad
en los adultos mayores en Argentina; desde una perspectiva integral. Que considera las
dimensiones biológicas, psicológicas y sociales de esta etapa de la vida. A lo largo de la
investigación, se destacan los prejuicios y la ignorancia que aún prevalecen sobre la sexualidad en
la vejez, lo que dificulta la apertura de este tema en las consultas médicas. Sin embargo, el
estudio tiene como objetivo profundizar en cómo los adultos mayores experimentan su
sexualidad, buscando desmitificar las ideas erróneas que vinculan la sexualidad únicamente con
la juventud y la belleza, y dar visibilidad a la forma en que los AM siguen viviendo su sexualidad
en el contexto de su envejecimiento.
La investigación se realizaron en San Miguel de Tucumán, Argentina, en dos centros recreativos
para adultos mayores: el EPAM (Educación Permanente para Adultos Mayores) y el PAMI
(Programa de Atención Médica Integral). Se entrevistó a 13 personas mayores de 60 años, 11
mujeres y 2 hombres, utilizando entrevistas semiestructuradas que fueron analizadas de forma
cualitativa y fenomenológica. El estudio reveló una división entre aquellos que abordan
abiertamente el tema de la sexualidad y aquellos que prefieren evitarlo, aunque todos los
entrevistados manifestaron su deseo de que este tema sea naturalizado, tanto dentro de su círculo
social como en la consulta médica. Esta apertura es clave para desestigmatizar la sexualidad en la
vejez y permitir que los AM hablen de sus experiencias y necesidades sin sentir vergüenza o
incomodidad.
Uno de los hallazgos más destacados de la investigación es que, a pesar del proceso natural de
envejecimiento y sus efectos sobre el cuerpo, muchos adultos mayores mantienen una actitud
positiva hacia su imagen y su sexualidad. Los entrevistados expresaron cómo buscan mantenerse
activos y cuidar su apariencia, no solo para sentirse bien consigo mismos, sino también para
presentarse ante la sociedad con una imagen positiva. La aceptación del envejecimiento no
implica la renuncia a la belleza o al cuidado del cuerpo, ya que los Adultos Mayores manifiestan
que "no hay límite de edad para sentirse bien". A pesar de los cambios físicos, muchos de los
participantes indicaron que su autoestima y amor propio les permiten disfrutar de su vida y, en
algunos casos, explorar nuevas formas de satisfacción sexual.
Otro aspecto importante que surgió durante las entrevistas fue que la sexualidad en los adultos
mayores no se reduce únicamente a la actividad sexual física, como el coito, sino que abarca
también otras formas de expresión afectiva, como los abrazos, los besos y la complicidad. Los
Adultos Mayores reconocen que las muestras de cariño y afecto son fundamentales para mantener
la conexión emocional con sus parejas, y muchos destacaron la importancia de la compañía, el
amor y la solidaridad. Los relatos muestran que, aunque la relación sexual física puede verse
afectada por el envejecimiento, la relación emocional y afectiva sigue siendo un pilar importante
en la sexualidad de los adultos mayores. La búsqueda de compañía y el deseo de compartir
momentos agradables, como bailar o viajar, también son formas de mantener viva la sexualidad
en la vejez.
A pesar de la importancia de la afectividad y la compañía, algunos entrevistados mencionaron las
dificultades que enfrentan al tratar de hablar sobre la sexualidad con otros, ya sea en el entorno
familiar o social. Los prejuicios sociales sobre la sexualidad en la vejez aún prevalecen, lo que
puede llevar a la vergüenza o la inhibición. Muchas personas mayores consideran que la
sexualidad es un tema "prohibido", debido a las normas culturales y familiares que aún persisten.
Las mujeres, en particular, reportaron cómo, en sus familias, este tema nunca se tocó
abiertamente, y cómo a menudo transmitieron esta visión a sus hijos. En algunos casos, los
propios hijos y nietos también tienen prejuicios sobre la sexualidad de sus mayores, lo que
refuerza el estigma y dificulta las conversaciones al respecto. Sin embargo, también hubo quienes
se mostraron dispuestos a hablar abiertamente sobre su sexualidad, especialmente en un entorno
familiar donde las conversaciones eran más fluidas.
En cuanto a las barreras físicas y emocionales, muchos adultos mayores señalaron que, aunque el
deseo sexual puede disminuir debido a factores como el envejecimiento, las enfermedades
crónicas y los tratamientos médicos, siguen buscando formas de mantener relaciones sexuales
satisfactorias. Algunas personas mencionaron el uso de medicación, como las pastillas para la
disfunción eréctil o lubricantes, como una estrategia para mejorar la calidad de sus relaciones
sexuales. A pesar de que los cambios en el cuerpo y la salud pueden afectar la sexualidad, los AM
siguen siendo activos en su búsqueda de satisfacción sexual, mostrando una actitud positiva ante
las dificultades.
Finalmente, el estudio concluye que la sexualidad en los adultos mayores debe ser vista desde una
perspectiva integral, que no solo se enfoque en los aspectos físicos, sino que también reconozca la
importancia de la afectividad, el deseo y las experiencias de vida. La sexualidad en la vejez es
dinámica y se redefine constantemente en función de las experiencias y las interacciones con el
entorno social y cultural. A pesar de las dificultades y los estereotipos que enfrentan, muchos
adultos mayores siguen siendo vitales y buscan formas de disfrutar de una sexualidad plena. Los
profesionales de la salud, por lo tanto, deben adoptar un enfoque más holístico e inclusivo,
considerando la sexualidad como una dimensión fundamental de la vida humana, que debe ser
abordada con sensibilidad y respeto en todas las etapas de la vida, incluida la vejez.
6. Representación social de la sexualidad en adultos mayores Una revision realizada en la Santa
Clara, Cuba 2018. Por A Paz González, Y. Rodríguez R, I Ramírez O, Y Machado, D
Santiesteban realizaron un estudio cualitativo, realizado entre octubre de 2015 y junio de 2016
en la Casa de Abuelos No. 2 de Santa Clara, Cuba, el. Articulo tuvo como objetivo caracterizar la
representación social de la sexualidad en adultos mayores. Se seleccionó una muestra de 24
personas, entre 64 y 84 años, utilizando técnicas como observación, entrevistas, debates grupales,
y análisis de palabras asociadas, con el fin de explorar cómo los adultos mayores entienden y
experimentan la sexualidad. Los resultados muestran que las representaciones sociales de la
sexualidad entre este grupo están marcadas por prejuicios, mitos y una visión distorsionada, lo
que dificulta una comprensión adecuada de la sexualidad en la vejez.
La investigación reveló que la mayoría de los participantes (72%) asocia la sexualidad
exclusivamente con "tener relaciones sexuales", mientras que solo un 28% hace referencia a
términos como "cariño", "amor" y "afecto". Este hallazgo indica que existe un desconocimiento
generalizado sobre el concepto de sexualidad, limitándose a la esfera genital y reproductiva, y
alejándose de su definición más amplia, que incluye dimensiones emocionales y afectivas. Los
resultados sugieren que los adultos mayores no logran integrar los aspectos espirituales,
comunicativos e íntimos que la sexualidad implica, y mantienen una visión reduccionista
influenciada por los prejuicios sociales.
Un aspecto importante identificado fue la actitud de rechazo hacia la sexualidad, principalmente
asociada con el envejecimiento. Muchos adultos mayores manifestaron que la sexualidad ya no es
necesaria en su etapa de vida, debido a la percepción de que "ya no funciona" o que "ya no se
siente nada". Estas opiniones reflejan la creencia común de que la sexualidad es algo exclusivo de
la juventud y que con la vejez se pierde el interés y la capacidad sexual. Este rechazo hacia la
sexualidad geriátrica también se encuentra vinculado a la noción de que el envejecimiento está
necesariamente asociado con la enfermedad, lo que refuerza el estereotipo de que los ancianos
son asexuados.
El análisis de la estructura de la representación social sobre la sexualidad en estos adultos
mayores reveló que la información que poseen es fragmentada, errónea y carente de calidad. Las
representaciones de la sexualidad están basadas en mitos y estereotipos, como la creencia de que
"los ancianos no deben hablar de temas sexuales", o que "los viejos que se casan buscan a las
jovencitas solo por su dinero". Estos prejuicios sociales y familiares impiden una comunicación
abierta y respetuosa sobre la sexualidad en la vejez, limitando la posibilidad de que los adultos
mayores expresen sus deseos, inquietudes y sentimientos.
La investigación también exploró la relación entre sexualidad y reproducción, observando que los
adultos mayores vinculan erróneamente la sexualidad únicamente con la capacidad reproductiva,
lo que contribuye a la percepción de que la actividad sexual pierde relevancia con el paso de los
años. Este enfoque estrecho de la sexualidad se ve reforzado por el contexto histórico-social en el
que los adultos mayores han crecido, un contexto que, históricamente, ha marginalizado la
sexualidad en la vejez. La sexualidad, entonces, no es vista como un derecho o necesidad
continua, sino como algo que se pierde con la edad.
A pesar de los mitos y prejuicios, algunos adultos mayores manifestaron una actitud de
aceptación más flexible en relación con la sexualidad. Se identificó un "núcleo periférico" en la
representación social de la sexualidad que abarcó aspectos como el cariño, el afecto, y la
compañía, que los participantes valoran positivamente, aunque no necesariamente vinculados al
acto sexual. Estos constructos cognitivos demuestran que, aunque la sexualidad es rechazada o
mal entendida en su forma física, algunos adultos mayores logran reconocer la importancia de los
vínculos emocionales y afectivos en sus relaciones personales.
En conclusión, la representación social de la sexualidad en los adultos mayores de la Casa de
Abuelos No. 2 se caracteriza por una visión reduccionista y estereotipada, centrada en el acto
sexual y asociada a prejuicios sobre la vejez y la enfermedad. La desinformación y la falta de un
enfoque integral sobre la sexualidad contribuyen al rechazo y la negación de este aspecto de la
vida en la vejez. El estudio subraya la importancia de abordar la sexualidad de los adultos
mayores de manera más abierta y educativa, eliminando los tabúes y proporcionando la
información necesaria para que puedan vivir su sexualidad de forma plena y respetuosa.
7. Dicho articulo concuerda con las investigaciones realizadas en el marco de un estudio que trataba
de analizar La Producción Científica De La Sexualidad Del Adulto Mayor en el 2022 realizado
por Cinthia Elizabeth González-Soto1 Raúl Fernando Guerrero-Castañeda en Mexico. En el
estudio se puede observar que a pesar de los prejuicios sociales y la falta de visibilidad
institucional, muchos adultos mayores siguen siendo sexualmente activos. Se encontró que entre
el 27% y el 69% de los encuestados mantienen prácticas sexuales, que van desde relaciones
coitales hasta prácticas más sutiles como besos y caricias. Sin embargo, los principales obstáculos
para la expresión sexual en la vejez incluyen la falta de pareja, la falta de privacidad, los cambios
fisiológicos, las enfermedades crónicas y los prejuicios sociales. Además, las disfunciones
sexuales y la presencia de enfermedades de transmisión sexual en este grupo son factores que
complican la vida sexual de los adultos mayores.
A pesar de estos desafíos, la mayoría de los adultos mayores considera importante la sexualidad
en su vida, y muchos reportan satisfacción con su vida sexual, incluso cuando enfrentan
dificultades de salud. Los estudios también revelaron que, aunque las mujeres a menudo se
enfrentan a actitudes conservadoras y roles de género tradicionales que afectan su deseo sexual,
los hombres tienden a experimentar más libertad para abordar temas sexuales, especialmente
cuando están en pareja. Esta diferencia de género refleja cómo las expectativas sociales afectan la
sexualidad en la vejez.
El análisis de los estudios reveló que los adultos mayores carecen de información adecuada sobre
la sexualidad, lo que contribuye a prácticas sexuales de riesgo y malentendidos. La mayoría de
los participantes obtiene información de fuentes no especializadas como internet y los medios de
comunicación, lo que resalta la necesidad de mejorar la educación sexual en la vejez. Además, los
adultos mayores homosexuales y bisexuales institucionalizados a menudo se sienten invisibles y
discriminados, lo que agrava su aislamiento y limita su capacidad de expresar su sexualidad de
manera plena.
En conclusión, este estudio subraya la importancia de que los profesionales de la salud,
especialmente los enfermeros, aborden de manera integral la sexualidad en la vejez, brindando
apoyo educativo y emocional a los adultos mayores. A pesar de los obstáculos físicos y
culturales, los adultos mayores tienen derecho a vivir su sexualidad de manera satisfactoria y libre
de prejuicios. Es fundamental que se desarrollen intervenciones y estrategias de salud que
respeten y promuevan la sexualidad de los adultos mayores, lo que contribuirá a su bienestar
general y mejorará su calidad de vida.
8. la sexualidad y el bienestar psicológico en adultos mayores. Realiado por Morell-Mengual, V.,
Ceccato, R., Nebot-García, J. E., Chaves, I., & Gil-Llario, M. D. (2018). En la ciudad de
Valencia España. Este articulo aborda el impacto de variables psicosociales, como el tipo de
residencia, el estado civil y el grado de autonomía, sobre las actitudes hacia Tomando una
muetsra integrativa de personas en contestos residenciales y no residenmciales, tienen actitudes
más conservadoras hacia la sexualidad y experimentan un menor bienestar psicológico en
comparación con quienes viven en su hogar. Este hallazgo se atribuye, en parte, a la adaptación a
un nuevo sistema de vida y la pérdida de autonomía en los centros residenciales. Además, se
observa que la calidad de las relaciones interpersonales y el apoyo social son cruciales para el
bienestar psicológico, como lo demuestra el hecho de que las personas que viven con pareja
tienden a mostrar mayores niveles de bienestar y actitudes más liberales hacia la sexualidad.
El estado civil también juega un papel importante en las actitudes hacia la sexualidad, ya que las
personas casadas o en pareja presentan actitudes más abiertas y positivas hacia la sexualidad que
aquellas que están viudas o solteras. Esto se debe en parte a la falta de apoyo social percibido y la
mayor probabilidad de experimentar soledad y aislamiento entre los adultos mayores sin pareja.
Los resultados reflejan que la presencia de una pareja puede actuar como un factor protector,
promoviendo un mayor bienestar psicológico y una actitud más relajada hacia la sexualidad.
Además, se encontró que las personas con un grado de autonomía mayor también muestran una
actitud más liberal hacia la sexualidad y obtienen puntuaciones más altas en bienestar
psicológico, especialmente en las dimensiones de crecimiento personal y propósito de vida.
El estudio destaca que las creencias y los mitos negativos sobre la sexualidad en la vejez son
responsables de muchas de las actitudes conservadoras y la falta de expresión sexual en los
adultos mayores. A pesar de estas barreras sociales, los adultos mayores que tienen un mayor
grado de autonomía y apoyo social experimentan un mayor disfrute de la vida y mantienen una
actitud más positiva y abierta hacia la sexualidad. Estos resultados sugieren la necesidad de
programas psicoeducativos que ayuden a normalizar la sexualidad en la vejez, promoviendo un
enfoque más positivo del envejecimiento y abordando los estigmas sociales que afectan la vida
sexual de las personas mayores.
En conclusión, la investigación pone de manifiesto que el bienestar psicológico y las actitudes
hacia la sexualidad en la vejez están fuertemente influenciados por factores sociales y el grado de
autonomía. Las personas mayores que mantienen relaciones de pareja, viven en contextos
familiares o tienen mayor autonomía presentan un mejor bienestar psicológico y una actitud más
abierta hacia la sexualidad. Los resultados sugieren que es fundamental abordar estos factores en
la atención y cuidado de los adultos mayores para mejorar su calidad de vida y promover un
envejecimiento saludable y satisfactorio.
DISCUSION
La sexualidad en la tercera edad es una dimensión clave para el bienestar emocional y
psicológico, aunque frecuentemente enfrenta barreras culturales y prejuicios que limitan su expresión. A
pesar de los cambios fisiológicos y enfermedades comunes en esta etapa, muchos adultos mayores
mantienen una vida sexual activa, adaptándose mediante estrategias como el uso de medicamentos y
priorizando formas de intimidad afectiva. Sin embargo, la falta de educación sexual y el acceso
restringido a información adecuada perpetúan prácticas de riesgo y desinformación. Es esencial que los
profesionales de la salud adopten un enfoque integral que fomente el diálogo, elimine estigmas y
promueva una visión positiva de la sexualidad en la vejez. La capacitación, la creación de espacios
privados y el involucramiento familiar son fundamentales para garantizar una vida sexual plena y
respetada en esta etapa.
CONCLUSION
En conclusión, la sexualidad en la tercera edad sigue siendo un componente fundamental
para el bienestar integral de los adultos mayores, a pesar de los prejuicios sociales y las barreras
físicas que pueden surgir con el envejecimiento. Diversos estudios coinciden en que más del
50% de las personas mayores de 70 años mantienen una vida sexual activa, aunque esta se adapta
a las nuevas realidades de salud, funcionalidad y cambios emocionales. Las barreras que
enfrentan, como la falta de privacidad, la desinformación y los estereotipos, limitan su capacidad
para disfrutar plenamente de esta dimensión de la vida. Es crucial, por lo tanto, derribar estos
estigmas, promover la sensibilización en los profesionales de la salud y crear entornos que
favorezcan la privacidad y el respeto, para que los adultos mayores puedan vivir su sexualidad de
manera plena.
Para lograrlo, es necesario un enfoque integral que aborde no solo los aspectos físicos,
sino también los emocionales y sociales, reconociendo que la sexualidad en la vejez va más allá
del acto sexual y abarca la intimidad y afectividad. La falta de educación sexual adecuada, un
factor clave en muchos de los estudios revisados, contribuye a la desinformación y a prácticas de
riesgo, lo que refuerza la necesidad de mejorar la orientación a los adultos mayores,
especialmente por parte de los profesionales de la salud. A pesar de las diferencias
metodológicas y culturales entre los estudios, todos coinciden en la urgencia de eliminar los
prejuicios sociales y garantizar a los adultos mayores el acceso a una vida sexual digna,
respetuosa y libre de estigmas, lo que contribuirá a su bienestar emocional y calidad de vida .
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