Filosofía: Clase Nro 2
Unidad 1: Introducción a la Filosofía
Tema: Filosofía y Mitología
Objetivos: Que los alumnos logren comprender la separación tradicional que se
suele hacer entre mito y logos. Reflexionar sobre lo que hay de logos en el mito y
lo que hay de mito en el logos. Detenernos en el mito.
Duración: 120 minutos
Inicio de la clase
Actividad Inicial: Preguntar a los alumnos que recuerdan o que les quedo de la
clase anterior. Resolver dudas de ser necesario. Volver al tema del mito. Preguntar
qué mitos conocen. (7 min)
Explicación breve (10 min)
La primera separación que se suele hacer es con la mitología, no sólo en términos
históricos sino también conceptuales. Sin embargo, hay mucho mito en la filosofía.
Se utilizan la alegoría y el mito para abrir la imaginación, ya que en el mito siempre
queda algo liberado a la interpretación subjetiva, provocando cosas diferentes en
cada individuo. (Clave). Los primeros filósofos toman elementos del mito y se
enfrentan a él, sobre todo a lo que consideran nocivo para el ciudadano común. Un
ejemplo de esto se encuentra en el libro X de La República de Platón. A medida que
la filosofía nace en Grecia, se va alejando y distinguiendo de lo mitológico, lo que
paradójicamente hace que el mito esté muy presente en su pensamiento.
Aquí surge el concepto del pasaje del mito al logos, donde el logos es
considerado racionalidad y el mito, un cuento. Pero esto es discutible. ¿Acaso no
hay creencia en la ciencia o en la filosofía? No toda creencia es dogmática. (Definir
dogmatismo). Por lo pronto, hay mucho de mito en el logos y mucho de logos en el
mito. El mito no es una explicación caótica de relatos y creencias, sino que estas
creencias tienen un orden lógico.
Es importante cuestionar hasta qué punto la confianza que tenemos en la ciencia no
es también fruto de una creencia. No solo con la ciencia, sino en general:
¿Lo que pensamos tiene una correlación con lo que sucede en la realidad?
El inicio del pasaje del mito al logos
Llega Tales y se plantea una pregunta que el mito no se hace: ¿Cuál es el origen
de todas las cosas? La pregunta es brillante. La respuesta que da Tales es el
agua. Anaxímenes responde que es el aire. Anaximandro da un paso más y dice
que es el ápeiron, lo indeterminado.
A diferencia del mito, aquí se busca una respuesta por fuera de lo mitológico,
remitiéndose a lo observable, a un pensamiento deductivo, queriendo desentrañar la
realidad. Lo distintivo de la filosofía en su origen no es el logos, sino el tipo de
pregunta que surge: ¿Cuál es el principio, el origen de todas las cosas?
En el mito hay una explicación externa de la fatalidad trágica de lo que nos es propio
y de lo que nos excede. Es externa porque no depende de uno. Por ejemplo, la
Guerra de Troya se suele entender como una guerra entre divinidades. El amor, la
ira, los templos, los fenómenos de la naturaleza: el mito busca darle un sentido a la
realidad cotidiana.
Es importante destacar esto, porque a partir de que la historia de pensamiento le va
dando más importancia al logos, el hombre empieza a tomarse como centro.
Desarrollo de la clase
Se explicará el Mito del minotauro y luego se leerá el cuento de La casa de Asterión
de Jorge Luis Borges.
Mito a trabajar: El Minotauro
Simbología:
● El hilo: liga la existencia con un principio fundamental, volver al origen.
● El laberinto: representa el espacio de las pruebas, el vivir su propio
sacrificio. Nuestro propio viaje interior.
● El Minotauro: La monstruosidad.
La casa de Asterión. Jorge Luis Borges (El Aleph)
Para llegar hasta este punto, es necesario preguntarse: ¿Cuál es nuestro
Minotauro? ¿Cuál es nuestro miedo fundamental?
Borges, en su cuento La Casa de Asterión, nos ofrece otra mirada sobre el laberinto
y sobre el monstruo que lo habita. En este relato, el Minotauro es un ser que
despierta ternura. Su misma diferencia, con la que nació y de la que no es culpable,
lo ha condenado a la soledad. Aunque ha ideado mil juegos para evadirla, sabe que
no es posible.
Desea ser matado, desea liberarse y encontrar tras la muerte un lugar más amable
que el áspero y cambiante laberinto en el que ha vivido toda su vida. Por eso,
cuando Teseo lo encuentra, no se resiste y se deja matar.
Reflexión:
● El monstruo, a veces, no es un monstruo si miramos más a fondo: es un ser
que sufre y que no ha encontrado salida a su sufrimiento.
● Esta parte existe en cada uno de nosotros: lo que nos hace raros, diferentes,
lo que nos aparta de los demás.
● ¿Qué nos aprisiona? ¿Cuál es nuestro propio laberinto?
Cierre: “Baja a tu interior, atrévete a buscar y mirar lo que te da tanto miedo, lo que
no quieres ver, resuélvelo, busca algo a lo que agarrarte, un hilo que te ayude a salir
y luego vuelve a la vida normal”.