0% encontró este documento útil (0 votos)
11 vistas25 páginas

18 Fichas Resúmenes de Sociología Del Uruguay

El documento analiza la evolución de la sociología en Uruguay desde su institucionalización en los años 50 hasta 1989, destacando tres etapas: fundacional, dictatorial y postdictatorial. Se enfatiza la tardía profesionalización de la sociología en comparación con otros países latinoamericanos y el impacto de eventos políticos en su desarrollo. Además, se aborda la incorporación de estudios sobre género y juventud, resaltando las desigualdades que enfrentan estos grupos en la sociedad uruguaya.

Cargado por

ladivaabi
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
11 vistas25 páginas

18 Fichas Resúmenes de Sociología Del Uruguay

El documento analiza la evolución de la sociología en Uruguay desde su institucionalización en los años 50 hasta 1989, destacando tres etapas: fundacional, dictatorial y postdictatorial. Se enfatiza la tardía profesionalización de la sociología en comparación con otros países latinoamericanos y el impacto de eventos políticos en su desarrollo. Además, se aborda la incorporación de estudios sobre género y juventud, resaltando las desigualdades que enfrentan estos grupos en la sociedad uruguaya.

Cargado por

ladivaabi
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 25

La sociología moderna en el Uruguay y su profesionalización

(con referencia a otras ciencias sociales) Gerónino de Sierra.


A modo introductorio se puede establecer que el texto toma aportes de una investigación que
compara las Ciencias Sociales en Uruguay con respecto a Argentina, Brasil, Chile y México.
En el caso de Uruguay, su sociología implicó la construcción del conocimiento sociológico como
disciplina, con la particularidad que la institucionalización de lo social recién se da en los años
50, iniciándose de manera tardía en comparación con los otros países de América Latina.
De modo que resulta importante establecer diversas etapas de la Sociología en Uruguay; con
antecedentes claros desde la filosofía, la política y sus precursores. Determinando una primera
etapa: fundacional (1958-1968-1973); una segunda etapa: de gobierno militar (1973-1984) con
la clausura de las Ciencias Sociales en la Universidad y reconstrucción en los Centros con
financiamiento del exterior y una tercera etapa: postdictadura (1985-2003) de reinstalación y
desarrollo de las Ciencias Sociales en la Universidad, con una reformulación en los Centros
privados y nuevos espacios institucionales y sociales.
Al intentar indagar en cada una de ellas se hace imprescindible determinar que al hablar de
conocimiento sociológico se hace referencia a una mirada científica hacia los actores de la
sociedad. Y por lo tanto si bien previo al 50 ya existían análisis de la realidad social, no es sino
hasta la etapa fundacional que se da la consolidación de los análisis sociológicos mediante
métodos y teorías, influenciados por sociólogos franceses y norteamericanos, entre otros. Esto
no significa la ausencia de Ciencias Sociales, sino un problema en su concepción de
importancia ya que hasta el momento, los profesores que enseñan, primordialmente sociología,
la introducen como materia complementaria; integrándola desde 1915 en la Facultad de
Derecho. De todos modos estos avances desencadenan que Isaac Ganón desde su cátedra en
dicha facultad impulsa en 1956-58 la creación del Instituto de Ciencias Sociales, con vocación
investigativa explícita. El que en el período 1963-67 sería dirigido por Aldo Solari, otro
catedrático. Y entre 1968-69 inicia una reestructuración, incorporando mayor presupuesto,
autonomía y el carácter de “Instituto Central”.
A esto se agrega la promoción de significativos contactos académicos internacionales, los
Equipos del Bien Común existentes desde el 40, que daban gran importancia a los métodos y
técnicas científicas, las reuniones de cientistas sociales universitarios que impulsaron a la
legitimidad de las Ciencias Sociales y un gran número de sociólogos que pasan a vivir de su
profesión.
En paralelo se observa una época de crisis, provacada por un resquebrajamiento del modelo
Batllista, por lo que el Partido Colorado pierde el gobierno por primera vez en la historia, y
desencadena una sociedad que demanda respuestas de las Ciencias Sociales, las que
cuentan con recursos económicos escasos.
Puntualmente la segunda etapa se refiere a los desencadenantes de un período de casi 12
años de gobierno dictatorial de carácter totalitario que se inicia en 1973 y ocasionó pérdida de
autonomía de la Universidad, las que fueron prohibidas y sus cultivadores, destituidos de su
cargo por lo que parten al exilio y se especializan en el exterior o forman parte del sistema
privado de investigación. En el caso puntual de la sociología, se cierra la licenciatura, se
prohíben las encuestas y se depura la biblioteca.
De todos modos se reforzaron los vínculos con el exterior y se recibieron recursos externos
muy importantes para pagar sueldos, financiar bibliotecas y gastos de investigación. Esto
facilitó la integración interdisciplinaria albergando economistas, sociólogos e historiadores,
como es el caso del CIEDUR, CLAEH y GRECMU. En consecuencia, el saldo final de estos
procesos fue positivo para las Ciencias Sociales en el país.
De todos modos recién al final del período se organizan en los Centros cursos formales de
Sociología y otras Ciencias Sociales.
La tercera etapa que transcurre entre 1985 (año en que asume el gobierno democrático electo)
y 2003; se presenta como un período de explosión democrática, de consolidación y expansión
de las Ciencias Sociales. La Universidad de la República (UDELAR) recobra su papel
determinante en el ámbito de las mismas, en docencia y en investigación. Ya que cuenta con
salarios estables, con el retorno de los destituidos por el golpe y el ingreso de las nuevas
generaciones.
Un paso importante es la creación entre 1987 y 1990 de la Facultad de Ciencias Sociales,
orientada a la enseñanza de grado, postgrado e investigación. La misma incluyó a los
Departamentos Sociología, Ciencia Política (en gran desarrollo), Trabajo Social, Economía y la
Unidad Multidisciplinaria; así como reformó y modernizó los planes de estudio y creó cinco
Maestrías y un Doctorado. Del mismo modo se potenció la presencia de las Ciencias Sociales
en la Regional Norte en Salto en la que se crea una nueva Licenciatura en Ciencias Sociales.
Como resultado se observa que en los primeros años el mayor número de graduados es en
sociología, ya que aparece como profesión moderna, y necesaria.
En los ámbitos jurídicos e institucionales se avanza y se reinstauran los partidos y coaliciones
existentes, dentro de ellos el Frente Amplio. Esto desencadena que el sistema político se
polarice entre un bloque de centro derecha y otro de centro izquierda. Sin embargo, el
gobierno se mantenía en manos de una coalición de ambos partidos tradicionales.
Con la crisis económica de 1999 que eclosiona en 2002, la sociedad entra en deterioro y las
Ciencias Sociales vuelven a indagar en temas como la pobreza, la fragmentación social; la
marginación estructural y crisis educativas. Respecto a las relaciones entre disciplinas, resultan
bastantes escasas y predomina la tendencia a la diferenciación. Mientras que el ámbito de
trabajo de las carreras se diversificó y consolidó ampliamente.
Historia Institucional de la Sociología. Alfredo Errandonea.
El autor indagará en la construcción de conocimiento sociológico y en la institucionalización
profesional científica de la Sociología del Uruguay en el período comprendido entre 1950 y
1989. Por ende resulta imprescindible considerar tanto el desarrollo académico como el
profesional de la Sociología en nuestro país y distinguir períodos. Dentro de ellos podemos
ubicar un primer período fundacional que transcurre entre 1950 y 1967; un segundo período de
institucionalización académico-universitaria que tuvo lugar entre 1968 y 1973; un tercer período
de interrupción de institucionalidad universitaria y de emergencia de los “centros privados” que
va desde 1974 hasta 1984 y un último período de profesionalización y consolidación académica
y profesional que se desarrolla entre 1985 y 1989.
El primer período (1950-1967) se caracterizó por la intranquilidad por la sociedad nacional, la
reflexión y la observación científica desde las cátedras. Del mismo modo tienen lugar los
primeros trabajos sociológicos, aumenta la investigación social y jóvenes que comienzan a
desarrollar su vocación sociológica, acompañados de la cátedra de Sociología que se impartía
en Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, inaugurada en 1915; puntualizando la creación
del Instituto de Ciencias Sociales en 1958. En general los sociólogos de este período eran
autodidactas que procedían de otras disciplinas; dentro de ellos los personajes centrales fueron
Isaac Ganón y Aldo Solari entre otros. En cambio los sociólogos de fines de la década del
sesenta son formados en instituciones académicas sociológicas y se dedican íntegramente a la
profesión sociológica. Respecto a la producción sociológica del período en 1958 de funda el
Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), en 1959 Ganón organiza en
Montevideo el V Congreso Latinoamericano de Sociología de la A.L.A.S, entre otros. Un dato
relevante del período fue el resquebrajamiento del modelo batllista, que condujo a la pérdida de
estabilidad política con su derrota electoral en 1958 y la sucesión de gobiernos blancos. Sin
embargo la reforma constitucional de 1967 y el cambio de rumbo llevó a Jorge Pacheco Areco
a la presidencia, la que culminará con el golpe de estado militar de 1973.
El segundo período (1968-1973) fue una etapa trascendental ya que en 1967 se produce una
renovación del personal dedicado a la investigación sociológica académica y en 1968 se
reorganiza el Instituto anteriormente creado, el cual pasa a ser considerado Instituto Central y
se crea la carrera de sociología en el país. En materia política el gobierno de Jorge Pacheco
Areco desencadenó gran conflictividad social y dio lugar a “el 68 uruguayo”; en paralelo el
Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros se convierte en una guerrilla urbana y conduce
a que en 1971 se funda el Frente Amplio. Todo condujo al golpe de estado de junio de 1973, a
la intervención de la Universidad en octubre del mismo año y al cierre del Instituto de Ciencias
Sociales. Por tanto fue un período marcado por fuertes polémicas; así como un manejo mucho
más certero de la investigación, por parte de los sociólogos uruguayos, los cuales estuvieron
influenciados por los trabajos históricos de Barran y Nahum y por “Marcha”. De todos modos
continúan los debates en torno al sistema de estratificación social, a la distribución numérica de
la estructura de clases y la interpretación del país en cuanto a las ideas de “estancamiento”,
“subdesarrollo” y “dependencia”. Del mismo modo el período tuvo amplios avances de
reorganización institucional, organizando la Biblioteca, iniciando cursos específicos de
Licenciatura en Sociología, con una instalación de un Ciclo Básico compuesto por las Ciencias
Sociales en Facultad de Derecho y se crearon los “Grupos Docentes de Investigación”; todos
estos avances fueron interrumpidos por la Intervención dictatorial de octubre de 1973.
El tercer período (1974-1984) se caracteriza por la dictadura militar abierta de 1973,
acontecimiento que interrumpió el desarrollo libre de la Sociología en la Universidad de la
República. En febrero de 1973 se produjo el pronunciamiento militar, el 27 de junio por decreto
de Bordaberry se disolvieron las cámaras y se inauguró formalmente el período de facto y el 29
de octubre se intervino a la Universidad de la República, apartando a sus autoridades legítimas
e instalando en su lugar a un Rector Interventor. El que decreta el cierre del Instituto de
Ciencias Sociales (en lugar del cual se instala el Instituto de Estudios Sociales) y de la
Licenciatura Sociología, si bien se permitió rendir exámenes a quienes estaban por recibirse y
de allí salió la primera generación de sociólogos. Se saca de sus cargos a los docentes, los
que emigraron o fueron a la órbita privada. Sin embargo no se clausuró la actividad sociológica
en el país, lo que condujo a la reactivación del CLAEH conjuntamente con la creación del
Centro de Informaciones y Estudios del Uruguay (CIESU), Centro de Estudios Interdisciplinario
sobre desarrollo (CIEDUR), Centro de Investigación y Experimentación Pedagógica (CIEP) y
Grupo de Estudios sobre la Condición de la Mujer en el Uruguay (GRECMU). De modo que el
período se caracteriza por la combinación de la “autocensura” y de los objetos de estudio para
los cuales tuvieron financiación externa; así como el carácter acotado de los temas de
investigación, con la consideración de temas puntuales y específicos.
El cuarto período (1985-1989) estuvo marcado por las elecciones nacionales de noviembre de
1984, con la que se restituyó la normalidad institucional y la autonomía universitaria. Y en 1985
se presenta una recomposición democrática. El proceso arranca con la propuesta al Consejo
Directivo Central la creación de un Programa de Desarrollo de las Ciencias Sociales. Se crea el
Centro de Investigación y Posgrados en Ciencias Sociales de la Universidad de la República
(CEIPOS) el 22 de setiembre de 1987. En el mismo año se creó la Facultad de Ciencias
Sociales integrada por Economía, Sociología, Servicio Social, el CEIPOS, Ciencia Política y la
Unidad Multidisciplinaria. En 1990 se puso en funcionamiento dicha Facultad y se compró un
edificio construido por Vilamajó, en Constituyente y Martínez Truebas. Como consecuencia el
número de profesionales creció muy rápidamente, se multiplicaron los trabajos escritos y se
consolidó el mercado profesional en el ámbito privado y moderada apertura del público.
Los estudios de la mujer y de los jóvenes en la construcción del conocimiento
sociológico uruguayo. Beatriz Lovesio - Nilia Viscardi.
El artículo analiza la producción sociológica uruguaya referida a las mujeres y los jóvenes en el
período comprendido entre 1950 y 1989. Por ende se indagará en la evolución de la estructura
social e integración social uruguaya en la segunda mitad del siglo XX, en la que primariamente
trascendió la idea de que la sociedad uruguaya gozaba de alto grado de integración, hasta que
tiene lugar la dictadura. Al respecto podrá establecerse que la Sociología de Género y los
estudios sobre Juventud se incorporan de manera tardía (recién a mediados de la década del
setenta) a la Sociología Nacional. Y no es sino hasta el período 1974-1984 que aparecieron
estudios sobre diferentes segmentos societales y se da el nacimiento de la Sociología de
Género en el país; contribuyendo a ello el centro privado “Grupo de Estudios sobre la
Condición de la Mujer en el Uruguay” (GRECMU) fundado en 1979. Por tanto las mujeres y los
jóvenes, han sufrido mayoritariamente las consecuencias de la ruptura de los lazos de
integración social y así se observa en las grandes dificultades que tienen ambos sectores en la
inserción al mundo del trabajo, en la participación política, en el acceso al sistema educativo o
de salud, con una presente desigualdad en las oportunidades de vida y un acceso diferencial a
recursos, entre otros.
Específicamente respecto a la Sociología de Género, desarrollada tardíamente (que procura
explicar la situación social de las mujeres, de desventaja y discriminación en relación a la de
los hombres) puede establecerse un amplio desarrollo en la década de la mujer (ONU) iniciada
en 1975 con el Año Internacional de la Mujer y con el desarrollo de nuevas perspectivas
feministas de la región. Ya hacia finales de 1984 con la restauración democrática el debate
sobre el tema se intensifica y desencadena las primeras cientistas sociales provenientes del
exterior y mujeres formadas en centros privados del país. Y comienzan grandes esfuerzos por
conceptualizar el “género” como categoría de análisis, debido a que las jerarquías de género y
la división sexual del trabajo son determinantes de la subordinación femenina; de todos modos
los primeros estudios no incorporan a la mujer como categoría primaria de análisis. Ya en 1986
el CIEDUR crea un programa específico sobre la temática y se incrementa la construcción de
conocimiento que refleja varios aspectos como: participación económica, educación, historia
oral, salud y sexualidad, políticas sociales, participación política, violencia, etc., así como el
Instituto de Ciencias Sociales comienza a analizar a la mujer, se crea el Área Mujer en el
Dto.de Sociología y el Instituto de la Mujer. En 1963 es de gran aporte el Censo que fijo que la
presencia femenina era menor en las zonas rurales que en las urbanas, debido a la emigración
de las mujeres del campo hacia la ciudad, donde irán a trabajar principalmente en el servicio
doméstico; de todos modos, si bien se incorpora al mercado laboral, mayormente informal (con
un máximo de actividad entre los 20 y 24 años), los ingresos percibidos tienen una enorme
diferencia con los masculinos (son el resultado de la discriminación salarial) y son utilizados
como un complemento del ingreso del hogar. Así como la educación, presenta gran relevancia,
debido a que el número de mujeres con enseñanza primaria completa era superior al de los
hombres, al igual que en enseñanza media; Enseñanaza Técnica (UTU), mientras que era
mucho menor en enseñanza superior. Ya que la participación de las mujeres en la Universidad
es motivada diferencialmente entre las familias de clases altas, medias y pobres, ya conforme
se descendía en las clases se incitaba más a los hijos a concurrir a la universidad como medio
de movilidad social ascendente. Por lo que lentamente aumenta la incorporación de las
mujeres en la enseñanza superior. Otro aspecto interesante resulta ser la gran emigración
uruguaya hacia el exterior, internacional de hombres, por lo que disminuye el índice de
masculinidad y en paralelo se genera un fenómeno de “vuelta a las aulas” y se determinan
áreas de predominio femenino como: Servicio Social, Bibliotecología, Tecnología Médica,
Enfermería, Nutrición, Parteras, Psicología, Odontología, Derecho y Ciencias Sociales; y áreas
de predominio masculino como: Agronomía, Ingeniería y Veterinaria; y paridad de sexos en
Ciencias Económicas, Medicina y Arquitectura; así como surge el movimiento universitario
representado en la FEUU.
En segundo lugar resulta muy importante analizar la sociología de la juventud en un país
“envejecido”; ya que a partir de los años 70 se da una fuerte emigración internacional de los
jóvenes (que se transforman en un actor central), en donde se presenta selectividad migratoria,
ya que quienes se van manifiestan altas calificaciones. A esto se incluye altas tasas de
fecundidad de madres jóvenes y adolescentes.
Respecto a los jóvenes, se presentan entre ellos grandes diferencias según su inscripción
social (el problema juvenil fundamentalmente es un problema de clase media y sectores
adyacentes) y desencadena un primer problema de la juventud que es la movilidad social por
vía de la educación, así como la falta de oportunidades laborales (desocupación que hacen del
inactivo un excluido) que obligan a la migración, ya que si bien el Sistema Educativo se
universalizó (se extendió a toda la población) no logró disminuir las desigualdades de acceso al
mismo, por lo tanto el problema central es la igualdad en su funcionamiento, ya que las
desigualdades derivadas del origen social del estudiante no han desaparecido totalmente.
Relativo a la sociabilidad juvenil se puede observar la barra como el centro del mismo, las
mismas se vinculan al barrio, trabajo o estudio. A esto se adjunta un nuevo problema que es la
violencia (la criminalidad) y la maternidad adolescente
La juventud es entendida como un fenómeno pluridimensional que incluye factores biológicos,
psicológicos y sociales, por ende es el período entre la salida de la infancia y el ingreso al
mundo adulto y por tanto se constituye una Sociología de la Juventud y condujo a la creación
del Instituto Nacional de la Juventud y el Foro Juvenil.
Estructura de edades y envejecimiento de la población. Mariana Paredes.

De la lectura del texto de Mariana Paredes se desprende que el envejecimiento de la población


(resultado de la prolongación de la esperanza de vida y la disminución de la fecundidad, entre
otros) es un fenómeno de alcance mundial. Del que Uruguay no está exento, es más se lo
ubica como el país más envejecido de América Latina.

Este texto en particular indagará la ubicación puntual del país a través de diversos
instrumentos; un primer caso lo plantean las pirámides de edad (que manifiestan la proporción
de hombres y mujeres y grupos de edades) de las que se puede extraer que Uruguay
experimenta una notoria disminución de la tasas de natalidad y una fecundidad que ya hacia el
siglo XXI está en el límite del reemplazo. Acompañado de un claro proceso de envejecimiento,
ya que la población que está por encima de los 80 años aumenta, y en mayor medida en las
mujeres; así como del incremento de los procesos migratorios de los jóvenes hacia el exterior.

De todos modos el envejecimiento de la población no es un proceso parejo en el país, y


determina que en general este varía según el nivel de urbanización, estableciendo que en las
áreas rurales la población masculina adulta es la predominante, mientras que la natalidad es
bastante baja. En los centros poblados menores y en las ciudades menores sin embargo, se
presenta una tendencia a la alta natalidad y a la población en edades jóvenes. En cambio, en
las áreas urbanas tanto en las áreas metropolitanas como en las capitales de los
departamentos la población se caracteriza por la feminización de los grupos jóvenes y
comienza a observarse que los grupos en edades adultas aumentan su presencia y en general
el área metropolitana es la más envejecida del país, así como también la más feminizada, en
especial Montevideo. Siendo las capitales departamentales las que poseen una presencia de
jóvenes entre 15 y 30 años significativa, que normalmente permanecen allí por razones de
estudio.

Mientras que si se intenta interpretar la estructura de edades en base a las diferencias


socioeconómicas de la población, utilizando para ello indicadores como el de necesidades
básicas insatisfechas y la línea de pobreza, se observa que en usualmente la población pobre
no padece un alto número de población envejecida, sino que por el contrario, se manifiesta una
preponderancia de población joven como resultado de las altas tasas de natalidad que
presenta. Incluso este panorama se acrecienta cuando se transita hacia los hogares por debajo
de la línea de pobreza, y los mayores afectados tienden a ser los niños y las mujeres. Sin
embargo, los hogares no pobres manifiestan tendencias claras hacia la baja natalidad, con
predominancia de jóvenes entre 20 y 29 años mayormente varones, y alto porcentaje de
población en edades avanzadas en general femenina, debido a su mayor esperanza de vida.
Se puede observar también que los grupos en edades extremas, es decir, tanto los menores de
15 años como los mayores de 64 años, manifiestan cierta correspondencia inversa, ya que
mientras disminuye notoriamente el número de niños aumenta el de los adultos mayores.

Cabe agregar además que los departamentos norteños del país (como es el caso de Artigas)
suelen tener alto porcentaje de niños derivado de altas tasas de natalidad y fecundidad, en
contraposición con el sur en donde no sólo se observa baja natalidad y por ende poca
población transitando etapas de la infancia, sino que aquí el envejecimiento se agudiza.

Del mismo modo se presentan otros indicadores que podrían resultar significativos para el
análisis de la temática en cuestión como son la edad mediana (es la edad por arriba o por
debajo de la cual se ubica la mitad de la población) la que en Uruguay está alrededor de los 31
años en ciudades intermedias y áreas menores, en 33 años en áreas metropolitanas y rurales y
en 30 años en las capitales departamentales. Así también el índice de envejecimiento de la
población (el cual expresa la relación entre menores de 15 años y adultos mayores de 60 años
en una población). En el caso del país analizado el promedio es de 72 viejos cada 100 niños;
dicho promedio desciende en áreas menores, ciudades intermedias y capitales
departamentales y se amplía en áreas metropolitanas. Por ende relativo a las relaciones de
dependencia se podría decir que se obtiene un promedio de 60 pasivos cada 100 activos.

En conclusión el envejecimiento en Uruguay presenta una tendencia generalizada a acentuarse


cada vez más, por lo que debería ser afrontado a través de políticas focalizadas para enfrentar
las consecuencias de dicho fenómeno.

Trabajo no agrícola y pluriactividad en el Uruguay rural. Alberto Riella.


Al analizar el texto de Riella, cabe destacar que el mismo se centrará en el análisis de la
sociología rural, una disciplina que propone enfocar de modo diferente el mundo rural, en torno
al término de “nueva ruralidad”. En el contexto latinoamericano dicho término hace referencia
explícita a aspectos del escenario social rural, en los que antes no se hacía énfasis (debido en
gran parte al enfoque agrarisista) o los percibe de manera distinta, pero nada tiene que ver con
la existencia de nuevos fenómenos a que se hace referencia puntual en Europa.
La “nueva ruralidad” tiene especial acento en la cuestión territorial y en la disolución entre lo
rural y lo agrario, por lo que un dato característico resulta ser que el actual territorio rural no
está solamente estructurado por las relaciones sociales agrarias. Sino que por lo general
presenta gran diversidad en los tipos de de ocupaciones en los espacios rurales y en las de los
miembros de hogar. En conjunto el nuevo término y sus características adyacentes determinan
un buen panorama para modernizar el abordaje sociológico de espacios rurales y reflexionar
sobre nuevos caminos para el desarrollo regional.
En el caso puntual uruguayo se puede percibir que el agro (con excepción del sector de
producción de carne y lana) ha padecido una amplia transformación productiva por la entrada
de nuevos rubros de producción, de una creciente integración agroindustrial y sus adyacentes
cambios tecnológicos, incremento de las comunicaciones, servicios y transporte. Así como
desencadenó la conformación de mercados de empleo regionales, que rearticulan las
interrelaciones entre la sociedad rural y la urbana. Para identificar estas innovaciones un
indicador adecuado resulta del análisis de la ocupación de las regiones rurales, en este
aspecto datos de Uruguay certifican que si bien más de la mitad de las personas están
ocupadas en la agricultura, también hay notoria presencia en ocupaciones no-agrarias y en un
caso similar se podrá ubicar a Brasil. Mientras que en los países más desarrollados sucede lo
inverso, es decir, solo una minoría se ocupa en el sector primario, resultando predominante la
inserción en actividades no-agrícolas. De todos modos el crecimiento de las actividades
no-agrarias en nuestro país crece lentamente, así como el marcado descenso del sector
primario.
Puntualizando el análisis geográficamente se puede apreciar que la región del Norte del país
(caracterizada por la explotación ganadera intensiva) es la que más ocupación en el sector
primario posee, seguida por Centro Norte, Centro Sur (con producción agrícola y lechera) y Sur
(motivado por la metropolización de la ciudad de Montevideo). En cambio el sector secundario
y terciario se presenta preponderancia en el Sur, luego en Centro Sur, Centro Norte y Norte.
Respecto a los empleos podrá establecerse que la mayor parte de las mujeres trabaja en el
sector terciario; mientras que los hombres destacan su presencia en el sector primario y
secundario. Si se indaga en los grupos etarios se destaca que en general los niños y los
ancianos se dedican más al sector primario, mientras que los jóvenes al secundario y los
adultos al terciario.
De igual modo otro dato característico de la “nueva ruralidad” resulta el aumento masivo de los
fenómenos de pluriactividad, que comienzan de forma creciente a combinar las actividades
agrícolas y no-agrícolas, tendiendo a su vez puentes entre lo rural y lo urbano y presentando
una especie de ruralidad ampliada. Cierta idea de pluriactividad comienza con el término
“agricultura de tiempo parcial”, que se transformó en “empleos múltiples” y desencadenó por
último en el anteriormente mencionado, ya hacia fines de los 80 en Europa. Para analizar el
desarrollo de estos fenómenos se puede establecer que una unidad de análisis importante será
el hogar, ya que allí se determinará las ocupaciones de los miembros del mismo, así como la
oferta de trabajo de la región. Esta unidad de análisis posee la ventaja de permitirnos clasificar
los hogares según las combinaciones de actividad en: hogares puramente agrícolas,
pluriactivos (resultantes de la combinación de actividades agrícolas y no agrícolas) y por último
no-agrícolas. Si se aplica este estudio al caso uruguayo se puede determinar que la región Sur
tiene la mayor proporción de hogares no-agrícolas; en la región Norte hay preponderancia de
hogares agrícolas y la región Centro Norte presenta la mayor cantidad de hogares pluriactivos,
los que se manifiestan con un importante acrecentamiento, motivados por la disminución del
empleo agrícola.
En conclusión en las regiones en que predominan las actividades no agrarias se retiene más a
las mujeres, jóvenes y adultos. Mientras que en las agrarias las mujeres tienden a expulsarse y
hay una mayor representación de ancianos y niños.

Tipologías socioeconómicas y estratificación social en el Uruguay: tendencias recientes.


Danilo Veiga.
A modo introductorio se podría establecer que el autor se dedicará en este caso puntual al
análisis exhaustivo del conjunto de transformaciones socioeconómicas y la avance de la
estratificación social ocurrido en los departamentos en el período comprendido entre los años
2001-2010.
En primer lugar plantea cómo la globalización y sus diversas expresiones impactan de modo
diferencial en la población desencadenando “desterritorialización” de las áreas sub nacionales,
diversidad desde el punto de vista socioeconómico y una marcada fragmentación en los planos
económicos, sociales y culturales. La consecuencia más directa de la globalización se
evidencia en la existencia de redes que tanto integran como excluyen (extendiendo las
desigualdades), en amplias transformaciones de las relaciones de producción, restructuración
económica, un ámbito laboral caracterizado por el desempleo o empleo informal y precario (por
lo que disminuyen abundantemente los ingresos y generan “nuevas formas de pobreza”
caracterizadas por desintegración social y segregación residencial, socioeconómica e incluso
educativa). Resulta además sorprendente el hecho de que el acceso a la educación y el
conocimiento, reproducen mecanismos de exclusión para la población que no puede acceder.
Ya en los años ochenta y noventa América Latina presenta un panorama perceptible por
grandes transformaciones productivas y tecnológicas y Uruguay no se ve exento de ello es
más, dicho panorama se extenderá hasta la crisis del 2001-2003, manifestando: nuevas
transformaciones en el campo económico y tecnológico, expansión agroindustrial, urbanización
y metropolización, globalización y fragmentación socioeconómica y territorial. A esto se suma la
intervención fraccionada en departamentos de los actores sociales, con políticas públicas
aplicables a un área determinada y relaciones sociales definidas por grandes cambios en los
pilares de referencia como la familia o la escuela, aumento de segregación urbana, acceso a
niveles de vida diferenciales, polarización entre las clases sociales, empobrecimiento, cambio
del rol del Estado Nacional con pérdida de peso motivado por las privatizaciones y
tercerizaciones, globalización del consumo, debilidad en los mecanismos de representación
político y desigualdad social que ha aumentado de forma fragmentada con acentuación de
clases medias en áreas periféricas.
En conclusión el cuadro de situación parece bastante desalentador, ya que la marginalidad y la
segmentación social toma su lugar resultado del cúmulo de problemas anteriormente
mencionados, incluso movilidad descendente, violencia, discriminación e intolerancia.
Adelantando aún más en el período de análisis es de consideración manifestar que
aproximadamente entre 1999 y 2003 el escenario no ha manifestado gran cambio, es más, se
percibe estancamiento y retroceso.
Es más si dirigimos la mirada a la estratificación social y segregación en Montevideo, se
observa que el mismo forma parte de un signado de áreas homogéneas tanto a nivel
urbanístico, social, de usos del suelo y razones históricas como son: Área Central, Intermedia,
Costa Montevideana, Ciudad de la Costa y Periferia. Y en el caso puntual de Montevideo se
dan desplazamientos de la población de clase media a zonas residencias y suburbanas, surgen
centros comerciales y aumenta la vigilancia privada; lo que desencadena cambio en la
conducta de la población y en la cultura
Para los años de la crisis del 2002 se confirman grandes vulnerabilidades producto de las
desigualdades a nivel territorial, ya que los menores niveles de pobreza estuvieron en Sur y
Centro, mientras que Norte y Litoral presentaron impresionante infantilización de la pobreza.
Sin embargo desde 2004 comienza una etapa signada por la reactivación económica con
recuperación del salario real, descenso del desempleo y de la pobreza. Ya en el 2005 se
observa una vista más confortadora con descenso de los estratos bajos y aumento de los
sectores medios y altos, como resultado de políticas económicas y sociales dirigidas a los
sectores más vulnerables de la población. Y aún en datos más recientes del 2009 se presentan
transformaciones e incluso la gran apreciación de desigualdad entre los distintos
agrupamientos departamentales, expansión del consumismo, nuevas tecnologías,
transformación de la familia, caída de la importancia de la educación para la integración social
y como mecanismo de superación, lo que provoca grandes cambios en la estratificación.
Por lo tanto es de destacar el aumento de las desigualdades, la concentración económica, la
inversión privada y extranjera, las migraciones poblacionales hacia áreas que ofrecen empleo,
desigualdad en el acceso a la educación, fragmentación a todo nivel, diversidad cultural,
desintegración y exclusión social de los sectores pobres, emergencia de nuevos problemas
sociales, crecimiento de la clase media e importancia del desarrollo local (elementos decisivos
del mismo resultan el ambiente cultural y la capacidad económica, social y política de los
actores y áreas locales). Se vuelve imprescindible para el desarrollo el capital social, el
fortalecimiento de la sociedad civil y el estímulo a la innovación social y económica, intentando
evitar las políticas asistencialistas, sino creando fuentes de ingresos para las personas, así
como recuperar la ciudadanía.

Trabajo no remunerado y división sexual del trabajo


Cambios y permanencias en las familias. Karina Batthyány

La sociedad enfrenta grandes problemas e incluso desafíos y dentro de ellos se encuadran las
relaciones entre mujeres y varones; para analizarlas se plantearán algunas causas y
consecuencias de dicho dilema.

En primer lugar se hace ineludible establecer que en toda sociedad los adultos necesitan
realizar ciertas actividades como el trabajo productivo de carácter social y colectivo, el que
realiza por determinado período de tiempo, el trabajo doméstico de carácter individual para
satisfacer las necesidades cotidianas y propias de cada hogar y por ende se deberá llevar a
cabo para el resto de la vida, así como la crianza de los hijos.

Respecto a estas actividades observamos como el rol femenino siempre se ha vinculado


directamente con las actividades propias del hogar y de la familia. Sin embargo los varones se
han ocupado desde siempre del sustento de dicho hogar, de lo relativo al trabajo productivo. En
definitiva estas son las bases o cimientos de la división sexual del trabajo, ubicando así a las
mujeres en una notoria situación de subordinación económica, social y política, parecen
destinadas por tradición mantenerse en el ámbito doméstico. Sin embargo las mujeres no se
detienen y avanzan, conquistan autonomía mediante la permanencia en el mundo laboral,
acceso a la educación e incluso a la política; sobre todo cuando estas mujeres poseen mayores
recursos que le permiten por ejemplo mayores accesos a cuidados de calidad.

En los últimos años se ha observado también el incremento notorio de las mujeres entre 20 y
44 años con hijos en el mercado laboral (esto conduce a la comercialización del cuidado infantil
y de adultos mayores dependientes), comienza a extenderse rápidamente la idea de un
desarrollo personal incluso femenino. Lo que desencadena concluir que las mujeres en
definitiva tienen más carga global que los varones, ya que estos participan menos en las
actividades domésticas e inclusive cuidan a sus hijos u otros miembros del hogar la mitad del
tiempo que lo hacen las mujeres; y por ende la suma de su jornada laboral remunerada y no
remunerada es mayor a la de los varones.

Pero a pesar del amplio avance las mujeres siguen dedicando muchas horas a las tareas del
hogar, se observa la predominancia de la mujer en su rol de madre dedicadas al cuidado
infantil mayoritariamente en los casos de tener niños menores de 3 años, ya que es la etapa en
la que no hay un centro donde las madres puedan dejar a sus hijos para trabajar de modo
remunerado y lo más frecuente es encontrar mujeres que se alejan del mercado laboral y luego
que sus hijos comienzan el preescolar, retoman su trabajo. Los varones solo participan de
modo mayoritario en lo que se refiere a llevar a sus hijos de paseo o jugar, dos tareas que no
requieren un desarrollo diario.

En relación al tipo de hogar se observa que en hogares biparentales (conformados por padre y
madre), en ellos las tareas siguen siendo mayores para las mujeres que realizan dos veces y
medio el trabajo de los varones, la relación no es equitativa, sino que hay preponderancia de
las mujeres en todas ellas. De lo expuesto se evidencia un rol de mujer cuidadora de las
personas dependientes de su hogar (niños, mayores, enfermos y minusválidos).

Como consecuencia en la actualidad la mujer debe decidir entre tener hijos o trabajar, por lo
tanto se requiere políticas públicas que modifiquen la división sexual del trabajo tradicional y
promuevan un nuevo contrato de género más equitativo.

Herencia y movilidad social en Montevideo 1959- 1996: tras los pasos de Labbens y
Solari. Marcelo Boado

Los estudios de movilidad social tienen por objeto medir y explicar cómo varían las estructuras
ocupacionales en cada momento del tiempo tomando por base los individuos y otros, que
justamente serán la base se este análisis que toman la movilidad social como un fenómeno que
permite situar a los movimientos o herencia de posiciones que presentan los individuos en un
período de tiempo. Es decir, analizar los cambios que la propia estructura social ofrece,
teniendo presente que la misma será menor si se manifiesta asociación entre orígenes y
destinos.
Con tal finalidad se presentarán tasas absolutas de movilidad que plantean el cambio de
posición respecto al origen, planteando que la sociedad industrial no es la más desigual.
Mientras que las tasa relativas toman la asociación entre orígenes y destinos ocupacionales
para indagar si estos eran duraderos. Sin embargo los países industriales manifiestan
movilidad constante, ya que resulta difícil encontrar el crecimiento de la movilidad.
En lo que respecta a Uruguay, se analizará la movilidad social de los jefes de hogar hombres
de Montevideo, Uruguay en 1959 y 1996. Pudiéndose constatar que la movilidad social era
escasa, por el hecho de gran apego a las posiciones de origen. Sólo observando movimientos
cortos no interstatus, que provocaban un bloqueo de oportunidades a la entrada por ejemplo de
los jóvenes que se capacitaban, todo esto desencadenaba pérdidas importantes de la calidad
de vida de algunos sectores de la sociedad. Lo anterior expuesto conduce a estudios que se
preocupaban por el análisis de la demanda laboral, las segmentaciones de origen social, las
segmentaciones ocupacionales, la incongruencia de status y todo lo relativo a movilidad
ocupacional. De dicho trabajo se extraen conclusiones que permiten establecer que muchas
ciudades presentan mayor movilidad como es el caso de Montevideo y Maldonado, mientras
otras de menor como Salto; por ende las transformaciones resultan significativas, relativas a los
ingresos, emigración, inversiones, crecimiento económico y empobrecimiento en otras zonas.
En 1959 se realizó con el fin de mayor información una encuesta de hogar, analizando los jefes
de hogar mayores de 18 años, de esta se extrajo una pequeña muestra para una investigación
más exhaustiva. Luego se intento comparar esta con los datos obtenidos en 1996 adoptando
para dicha comparación 6 categorías.
La categoría EDAF+PROFU está integrada por altos dirigentes de empresas, grandes
empresarios, altos administradores, funcionarios públicos, profesionales universitarios entre
otros, cuyos ingresos eran muy superiores al resto de la sociedad. La categoría PROTESTA se
integra por empresarios pequeños y medianos urbanos o rurales, con ingresos superiores a la
media.
La categoría TECDSUP reúne docentes y personal supervisor, si bien sus ingresos superan la
media son menores a los de la categoría anterior. La categoría EAV son empleados
administrativos y vendedores con ingresos que rondan la media.
La categoría TRAESP reúne a trabajadores manuales y dedicados a tareas específicas con
gran dispersión respecto a sus ingresos. Y por último la categoría TRANOES+EDOM es la
base de la escala con ingresos muy inferiores a la media.
Luego del análisis se observa que en el período en cuestión la tasa de movilidad bruta presenta
descenso de movilidad para los hombres jefes de hogar y ascenso de la inmovilidad o
herencia, así como de la importancia de los profesionales universitarios, mientras que el
acceso a la clase alta se restringió e incluso presentó la composición en exigencias de capital
humano y capital físico. En 1959 el período se caracteriza por la asalarización, mientras que en
1996 la des- asalarización volvió nuevamente, se observa además que hacia 1959 la mayoría
de la población montevideana era descendiente de pequeños propietarios de bien o capital, en
el país ó en el extranjero.
La gran transformación estructural del país se dio con el proceso de industrialización por
sustitución de importaciones, que amplía las clases media y obrera, se crea la clase media
asalariada, ya que crece EAV y TECDOSUP. Pero en 1996 se da el ingreso de las mujeres y de
los jóvenes en el ámbito laboral, por lo que aumenta notoriamente la población
económicamente activa. Muchos hombres salieron de la estructura por la emigración
internacional de hombres de educación media y alta, que nunca regresaron. EDAP+PROFU se
achica y EAV y TRAESP crece continuamente. Sin embargo es muy difícil llegar a la cumbre y
la movilidad disminuyó; el paso a la frontera manual no manual son mayores en las categorías
limítrofes. Las distancias entre la clase base TRAESP y la cumbre EDAF+PROFU aumentó
para los hombres jefes del hogar.
El análisis de la movilidad se realiza en función de las tasas relativas mediante la técnica
“loglinear”, el mejor resultado es el que logra un “ajuste” ó convergencia mínima, el cual se
analiza con el seudo R² y el índice de disimilaridad. Del mismo modo “modelo de
homogeneidad” analiza la estabilidad de la movilidad la herencia de posiciones entre dos
momentos.
Se plantean varios modelos, modelo A (como un modelo de independencia condicional),
modelo B (modelo de fluidez constante), modelo C (modelo de cuasi-independencia).
Jóvenes y Juventudes sudamericanas. Verónica Filardo

Tal como lo plantea Filardo su obra tiene como eje de análisis las investigaciones sobre los
jóvenes y las juventudes llevadas a cabo en el período 2007-2009 en seis países
Sudamericanos (en los que se incluye a Uruguay) con la finalidad de conocer a dichos grupos y
emitir conclusiones.
Para ello parte de la idea de que cada etapa de la vida y en el caso puntual de análisis, la
juventud, es una construcción social, por lo que se requiere indagar especialmente la evolución
a la vida adulta.
En particular en el caso de Uruguay cabe destacar que el tema está en boga y que de
diferentes modos se convoca a participar, dentro ellos se encuentran: “…Juventudes políticas,
Movimiento por la legalización del cannabis, jóvenes murguistas, jóvenes sindicalistas,
feministas jóvenes, jóvenes corporativistas agrarios […] Activistas culturales […] Clowndestinos
[…] Jóvenes por la nulidad de la ley de caducidad […] Foro social [...] Agrupaciones juveniles
con base en el interior del país [...] Mundo afro […] Movimiento Estudiantil” (Filardo, 2010: 411);
sin embargo en lo que respecta a las organizaciones relativas a la política la participación
juvenil resulta escasa, si bien la motivación a intervenir en ellas es alta.
La autora plantea que desde la década del 2000 el panorama ha cambiado abruptamente y se
ha comenzado a ver a los jóvenes como impulsores del cambio social por su mayor
participación a nivel político. No obstante el modo de verlos varía y mucho en una misma
sociedad, e incluso en nuestro país hay quienes identifican la etapa de juventud con “…la
violencia, el consumismo, la creatividad, el individualismo” (Filardo, 2010: 413) mientras otros
en cambio observan en ellos el futuro de la propia sociedad.
Filardo identifica que una de las principales preocupaciones de los uruguayos es el acceso a un
trabajo de calidad, ya que en especial los jóvenes tienen ciertos obstáculos para el ingreso
como: la ausencia de experiencia laboral, el alto nivel educativo demandado, entre otros.
Examina del mismo modo los perfiles de los jóvenes, están aquellos que sólo se dedican a
estudiar, por ende no trabajan y tampoco buscan empleo, en general se prolonga esta etapa en
los sectores medios y altos.
Están también los que abandonaron el sistema educativo e ingresaron tempranamente al
ámbito laboral motivados muchas veces por la necesidad de mantenerse por sí mismos, por
ende en su mayoría provienen de los sectores bajos.
En un tercer lugar se ubican los jóvenes que además de estudiar trabajan con la finalidad de
solventar los propios costos de su carrera. Y por último aquellos jóvenes que no estudian y
tampoco trabajan, al referirse a ellos la autora plantea que mayoritariamente forman parte de
él, las mujeres de los sectores más bajos.
Del mismo modo la diferenciación social presente dentro de los propios jóvenes cada vez
resulta mayor principalmente en lo referente al acceso a educación. Se observa que cada vez
se extiende más la permanencia en el ámbito educativo con la finalidad de garantizar la
inclusión en el mercado laboral, y son las mujeres jóvenes de sectores medios y altos las que
más tiempo se mantienen en el sistema educativo, ya que el trabajo es entendido por ellos
como independencia económica y realización personal, a esto se agrega el hecho de que tanto
hombres como mujeres de estos sectores amplíen la permanencia en su hogar de origen. Pero
también se presentan casos totalmente opuestos de mujeres mayores de 25 años que no han
ingresado nunca al mercado laboral y han abandonado sus estudios, en estos casos aumenta
notoriamente la vulnerabilidad ya que para ellos el trabajo es una necesidad imprescindible. En
el caso de los hombres de estos sectores por lo general estos abandonan sus estudios y
empiezan tempranamente a trabajar.
Respecto a la identificación con la juventud se puede concluir que aquellos de menor edad y
estudiantes son quienes más se auto perciben como jóvenes.
En conclusión Fidalgo expone que pueden existir múltiples juventudes ya que esta es una
construcción, y por ende existe la posibilidad de multiplicidad de procesos y de resultados de
los mismos. Por lo tanto debe entenderse la juventud como el objeto al que deben dirigirse las
acciones del gobierno y los jóvenes como sujetos de dicho proceso.

BIBLIOGRAFÍA:
-​ FILARDO, Verónica (2010) “Jóvenes y Juventudes sudamericanas” en Departamento de
Sociología. “El Uruguay desde la Sociología VIII”. Fcs. Montevideo. En RIVOIR, Ana:
Cátedra: “Sociología del Uruguay”, Tomo II, Cod: 5012605002. Montevideo: Cecso.
La estructura de clases y la experiencia del paro. Una visión macro a partir de los datos
secundarios en un contexto de crisis. Augusto Longhi(¨)

A modo introductorio se puede establecer que tal como lo esboza Longhi en su obra, el
desempleo no es un fenómeno para nada uniforme, sino que por el contrario no sólo existen
diferentes tipos de desempleo, de duración del mismo, sino que además los sus resultados
afectan de modo diferente a las disímiles clases sociales, por tanto es justamente dicho
panorama el que se abordará a continuación.

En primer lugar se debe dejar en claro que el desempleo para el autor no es el


desencadenante de un deseo voluntario de no inserción en el mercado laboral de la persona
afectada, sino involuntario y consecuencia por ejemplo de crisis económicas que ocasionan
graves efectos de diversa índole y mayoritariamente en el mercado laboral con el gran
incremento del número de desempleados. Sin embargo este fenómeno si bien afecta a todas
las clases sociales, no tiene las mismas secuelas entre ellas, muchas veces como derivación
de la gran amplitud de las clases medias y bajas. A esto ha de incluirse la integración de
hecho masiva, al mercado de trabajo por parte de las clases medias, principalmente por parte
de jóvenes y mujeres que se insertan, motivados por ampliar los ingresos algo escasos de su
hogar (Longhi, 2005).

Lo anterior expresado ocasiona que tal y como lo plantea Longhi el desempleo perturba
fundamentalmente a las clases bajas, sin embargo el mismo resulta más prolongando en las
clases altas, consecuencia de las expectativas presentes en su búsqueda; hecho que es
inusual en las clases bajas donde la necesidad de sobrevivencia hace que el desempleado
ingrese al mercado laboral a salarios sumamente bajos y en condiciones totales de precariedad
e informalidad, lo que evidencia las condiciones de vulnerabilidad presentes.

Del mismo modo resulta significativo poder delimitar diferentes tipos de desempleo, entre los
que el autor destaca el que deviene del término de un trabajo o una zafra, el que surge del
despido (ambos afectan en su mayoría a las clases más vulnerables), sin embargo también
está el desempleo por cierre (el mismo afecta de modo indiferente a las clases sociales) y por
último el voluntario (que se da sobre todo en los sectores más altos) (Longhi, 2005).

A su vez dentro estos resultados, se derivan del hecho de que en las clases altas se observan
dos fenómenos que hacen disminuir la constatación de desempleados, en primer lugar esta lo
relativo a los estudios universitarios por lo que los jóvenes en general pertenecientes a esta
clase postergan su inserción en el mundo laboral y son tomados como inactivos. O incluso al
hecho de que las personas en busca de mejorar su situación están constantemente en busca
de empleo pero sin abandonar su actual trabajo, lo que implica no contabilizarlo como
desempleado.

En lo que respecta a la búsqueda de empleo, la misma también difiere según la clase social, ya
que mientras en las clases bajas prima la búsqueda mediante relaciones o vínculos más de tipo
informal, en las medias y especialmente en las altas se manifiesta la preponderancia de
búsquedas formales (Longhi, 2005).

BIBLIOGRAFÍA:
-​ LONGHI, A (2005) “La estructura de clases y la experiencia de paro. Una visión macro a
partir de los datos secundarios en un contexto de crisis” en Departamento de Sociología.
“El Uruguay desde la Sociología VIII”. Fcs. Montevideo. En RIVOIR, Ana: Cátedra:
“Sociología del Uruguay”, Tomo II, Cod: 5012605002. Montevideo: Cecso.

La construcción regional de ciudadanía (homo) sexual.


Carlos Basilio Muñoz

Tomando por base el texto de Muñoz, se puede establecer que el mismo pretende analizar
cómo ha evolucionado la construcción de la ciudadanía homosexual en Uruguay, los avances
internacionales y la integración de las diversidades tanto sexuales como de género. Debido a
que el tema de orientación sexual ha tenido grandes transformaciones claramente apreciables;
a nivel histórico, dicha orientación era entendida como una elección o circunstancia privada.
Pero en la actualidad, se ha convertido en una nueva área que incita al debate, a la
participación y al ejercicio de derechos y libertades mediante la “ciudadanía sexual”.

Para Foucault es indispensable distinguir entre la genealogía propia de la antigüedad y de las


sociedades “disciplinarias” –en la que la Iglesia regulaba todo lo concerniente a sexualidad- y
los logros de la sexualidad moderna, desencadenadas por el progreso de las “tecnologías del
yo” que abren la mirada para que el individuo alcance esa vida que desea vivir. El mismo
plantea que la homosexualidad es el resultado del pasaje de los libertinos a los perversos
(Muñoz, 2006).

Por su parte Giddens plantea que las sociedades postindustriales, post tradicionales se
caracterizan por la reflexividad cada uno de su propia vida, de hecho todo se torna mucho más
volátil. Surgiendo así la “sexualidad plástica”, con una tendencia clara hacia una experiencia
sexual más equitativa en la que se reconozcan los deseos de cada persona, que libera la
propia idea de sexualidad de la reproducción. Plantea del mismo modo las “políticas de la vida”
que manifiestan que en la actualidad las decisiones personales son las desencadenantes del
gran cambio social. De hecho, ya nada se reserva a la individualidad, sino que por el contrario,
decisiones que antes parecían tan subjetivas hoy impactan a nivel macro (Muñoz, 2006).

Plummer presenta la idea de “ciudadanía íntima” ya que el propio debate público cada vez
introduce más en su objeto de análisis la intimidad de la vida privada de los individuos. De
modo que la orientación sexual se vuelve una subclase de la “ciudadanía íntima” y a su vez la
ciudadanía homosexual toma un lugar bastante prioritario y comienza a reconocerse (Muñoz,
2006).

Y mientras que para Weeks lo central es que las relaciones se democratizan y ello genera
amplias transformaciones, Evans plantea que la ciudadanía sexual sería en primer término la
aceptación de la diferencia sexual inherente y el poder distinguir entre lo moral y lo legal.

En lo que respecta a Johnson, el mismo afirma la existencia de una “ciudadanía


heteronormativa” que tanto naturalizaba el rol predominante del hombre y la normalidad de las
relaciones heterosexuales (Muñoz, 2006).

En el caso particular de Uruguay los avances y logros no pasan desapercibidos, y si bien


queda mucho por hacer, el camino de marcado progreso se observa desde el año 2000 en
adelante, e incluso podría puntualizarse que el dato más alentador en pro de disminuir la
discrimación tuvo lugar en el 2003, cuando el Sindicato Médico de Uruguay comprometió su
postura afirmando que la homosexualidad no es en lo más mínimo una enfermedad, sino una
elección (Muñoz, 2006).

BIBLIOGRAFÍA:
-​ MUÑOZ, C (2006): La estructura de clases y la experiencia de paro. Una visión a partir
de los datos secundarios en un contexto de crisis. En RIVOIR, Ana: Cátedra: Sociología
del Uruguay, Tomo II, Cod: 5012605002. Montevideo: Cecso.

Lógicas de gestión de Recursos Humanos en la industria manufacturera exportadora de


Uruguay (1991- 2010). Marianela Quiñones- Marcos Segantini- Marcos Superville

Como lo plantean Quiñones, Segantini y Superville en su artículo, el mismo abordará las


relaciones presentes entre los avances a nivel tecnológico, el adelanto de los recursos
humanos, el papel que juega el acceso al conocimiento e incluso la modernización de las
relaciones laborales acaecidas en Uruguay con la industria exportadora de manufacturas.
Es amplia la opinión que destaca que los grandes logros se obtuvieron ante la buena gestión
empresarial de los Recursos Humanos, pero que aún los resultados podrían ser mejores, si no
fuera tan profunda la inequidad relativa al acceso al conocimiento. De todos modos, será
central indagar los actores que forman parte del proceso productivo y que no manifiestan una
racionalidad única, como rentistas, especuladores y flexibles o integrados.
En los noventa, Uruguay ya presentaba algunos logros en lo relativo a incorporación de nuevas
tecnologías a la industria manufacturera exportadora, lo que desencadena un retraso de las
empresas productoras de materias primas. Pero de todos modos las industrias debieron
enfrentar notorias crisis por medio del retraimiento –extendiendo su apariencia en el mercado
interno o reduciendo su producción con la intención de disminuir costos, lo que genera efectos
negativos en el empleo, como en el conocimiento–, estabilidad –en base a la mantención de
vínculos privilegiados–, reorientación –búsqueda de nuevas oportunidades, como
especializaciones que generen mayores beneficios mediante la innovación.
Sin embargo, no por ello desaparecen las tareas más tradicionales, y esto trae consigo grandes
desigualdades, avances y retrocesos, tanto en lo relativo al trabajo, a los sectores, a los
Recursos Humanos. Por un lado están las empresas de base tipo familiar, más arraigadas a la
tradición y por otro los innovadores. Pero debe dejarse claro que ser exportador no trae de la
mano los logros y el desarrollo, aino que ellos dependen de un cúmulo de factores.
Del mismo modo los autores presentan diversos tipos de industrias, aquellas con escasa
tecnología que contratan mano de obra poco calificada a bajos salarios. Las que tienen mayor
tecnología y variedad en calificación, que incorporan mayor número de jóvenes y a mejores
salarios. La personalista y familiar, dirigidas por sus propios dueños, que entrenan al trabajador
para que luego este desempeñe su puesto y con ausencia de sindicatos. Otras que desarrollan
más los mandos medios y la gestión personal, se incorporan técnicos y sobre todo jóvenes a
cambio de mayores retribuciones. Y por último aquellas que presentan relaciones impersonales
y ampliación de la gestión en Recursos Humanos con capacitación en modo continuo, con
amplia modernización a nivel tecnológica, requisitos de preparación previa y sindicatos.

BIBLIOGRAFÍA:
-​ QUIÑONES, M; SEGATINI, M y SUPERVILLE, M (2011): Lógicas de gestión de RR.HH
en la industria manufacturera exportadora de Uruguay. En RIVOIR, Ana: Cátedra:
“Sociología del Uruguay”, Tomo II, Cod: 5012605002. Montevideo: Cecso.

Pobreza y políticas de la pobreza: desafíos para la construcción de la ciudadanía social


en el Uruguay contemporáneo. Miguel Serna

Según Miguel Serna cada día se está dando de modo más intenso la producción de procesos
sociales de pauperización que generan actitudes públicas de rechazo moral de diferentes sectores.
Conjuntamente con el cuestionamiento de los valores centrales de la modernidad: tales como la
libertad, la igualdad individual, la ética del trabajo y la creencia de hecho generalizada en el
progreso social y económico.
Del mismo modo el significado bastante subjetivo que se otorga a la pobreza genera puntos de
vista positivos y negativos. Negativos que refieren a diversos mitos y estereotipos de orden social
que aleja la pobreza del ámbito laboral e incluso plantea la dicotomía de trabajadores vs vagos. Así
como positivos relativos a que genera valores tales como la caridad o la beneficencia por parte de
las clases altas y dominantes.
Sin embargo en la actualidad tal como lo enuncia el actor los pobres pasan de víctimas a
victimarios, se generan estereotipos, prejuicios y connotaciones negativas que vinculan la pobreza
con la violencia, la criminalidad, la delincuencias y las “zonas rojas”.
Para Serna la pobreza debe conceptualizarse como “…una situación social de carencias,
privaciones, necesidades insatisfechas con respecto a expectativas sociales y pautas de
comportamiento para la reproducción de una vida social digna” (Serna, 2010: 2). Cuando refiere a
una vida social digna, la plantea respecto a la alimentación, a la vestimenta, al acceso a una
educación, a la salud, etc. No obstante la pobreza es multidimensional ya que no sólo integra las
carencias y desigualdades económicas, sino que también las socioculturales, de origen
étnico-racional.
Cabe agregar a este contexto que la pobreza, conjuntamente con lo que ella comprende no ha
permanecido estática, sino que en la actualidad y ya desde la década del 90´, producto de la
globalización económica surge la “Nueva pobreza” que evidencia nuevas formas de
empobrecimiento y pauperización social. Las mismas se caracterizan por la masividad ya que la
nueva pobreza llega a varios sectores sociales, por su cronicidad, desencadenando incluso
pobreza extrema y por su visibilidad pública a través de la marginalidad urbana.
En este contexto se han generando grandes peligros de integración social, ya que se pasa de la
ciudadanía social a los “pobres ciudadanos”, los “under class”. Aumenta el desempleo sobre todo
estructural, la pobreza económica, la pauperización de diversos sectores sociales y creación de
trabajos informales; mientras disminuyen los ingresos salariales y los del hogar. Por ende, la nueva
pobreza difiere y mucho de la tradicional ya que se caracteriza por la precarización de las
condiciones de trabajo, movilidad ocupacional descendente, vulnerabilidad y fragmentación social.
La nueva pobreza incluso pasó a ser la Nueva cuestión social de Rosanvallon que genera grandes
desigualdades múltiples que se retroalimentan ocasionando exclusión social, difícil de combatir en
el corto plazo. Como consecuencia de estas se presenta la marginalidad urbana, con ciudades que
se segmentan cada vez más. Del mismo modo trae consigo secuelas simbólicas y psicosociales
que plantean una pobreza vergonzante en la que surgen fenómenos de estigmatización social,
criminalización de la pobreza y segmentación residencial.
Todo esto ocasiona cambios a nivel internacional que hacen hincapié en los problemas de
empobrecimiento, pero poco pudieron lograr las políticas focalizadas que no modifican los factores
estructurales que generan la pobreza y generan más desigualdad. Así como cambios a nivel
nacional con un desfasaje entre el ciclo económico y la pobreza, ya que antes el aumento del PBI
producía una disminución de la pobreza, pero en la actualidad se endurecen los fenómenos de
empobrecimiento y un aumento del PBI no necesariamente trae consigo aumento del salario y
disminución de la pobreza. En síntesis la pobreza se refiere a numerosos procesos sociales que
generan desigualdades estructurales y que propone desafíos en las propias políticas sociales.
Están aquellas que apuntan a recuperar un buen pasado, las que se dirigen a los Estados de
Bienestar, otras a las políticas focalizadas o inclusive posturas pesimistas que plantean que la
pobreza vino para quedarse. En consecuencia no basta solo con políticas sociales que pretendan
erradicar la pobreza, sino de su acción combinada con el Estado Social para disminuir las fuentes
estructurales de desigualdad social (Serna, 2010).

BIBLIOGRAFÍA:
-​ SERNA, M (2010) “Pobrezas y políticas de la pobreza: desafíos para la construcción de la
ciudadanía social en el Uruguay contemporáneo” en RIVOIR, Ana: Cátedra: “Sociología del
Uruguay”, Tomo II, Montevideo: Cecso.

Elogio de la diversidad. Felipe Arocena


La obra de Arocena pretende analizar la diversidad cultural presente en Uruguay, ya que si
bien se plantea una relativa homogeneidad desde el punto de vista racial, se observa una
minoría de indios, negros, e inmigrantes europeos. Sin embargo se planteó una concepción
de ciudadanía que pretendió integrar a la población por encima de sus diferencias mediante
“…la laicidad religiosa, la democracia política, la igualdad social” (Arocena, 2005:10).

De todos modos estos asuntos han generado la coexistencia de diversas culturas y


heterogéneos procesos de integración dentro de los que el autor detalla tres: el
multiculturalismo, el asimilacionismo y la diferenciación. El primero se refiere a respectar
las diferentes culturas con todo lo que ellas comprenden, por ello deben existir garantías
legales, sin embargo esta primera forma ha recibido varias críticas ya que plantean que en
realidad fomenta más la desintegración. El segundo plantea que las diversas culturas
deben esforzarse por adaptarse a las costumbres dominantes y van perdiendo sus propios
rasgos identitarios y la tercera cuando las minorías buscan diferenciarse.

Como consecuencia Arocena plantea que Uruguay es multicultural, posee colectividades


con diversas costumbres, lenguajes, razas, religiones, tradiciones y que para corroborar
ello se han hecho diferentes estudios sobre los antepasados, la ascendencia e incluso la
identificación, se registra de ello que son los más jóvenes los que más se identifican con
antepasados negros e indios mientras que los viejos se avergüenzan (Arocena, 2005). A
esto se incluye que la población negra conformaba la tercera parte de la población tanto de
Buenos Aires como de Montevideo, pero luego disminuyó por el mestizaje, inmigración de
blancos y el fin del tráfico de esclavos. Los negros a su vez aportan grandes logros
culturales como el candombe, el tango, las comparsas y la influencia religiosa (umbandista,
candomblé, quinbanda, macumba), pero a pesar de ello las discriminaciones son notorias,
respecto a los empleos y los ingresos por lo que aparecen asociaciones en lucha por
mayores derechos, reconocimientos, de obtener un mayor peso a nivel histórico, étnico y
cultural.

Existen numerosas colectividades que llegaron a Uruguay huyendo por dificultades de tipo
religiosa, económica, por persecución política, ideológica, racista o xenófoba; como
españoles e italianos, suizos (con grandes innovaciones como pautas de higiene y
organización), entre otras, libaneses, rusos (que llegan por dificultades para practicar su
religión, traen el cine, el girasol, molino de harina, etc.), armenios (que llegan con adelantos
como el ajedrez, lucha libre y comida árabe), judíos (que apuestan a la marcadamente a la
educación), árabes del Chuí (con importancia en la actividad económica, mantienen su
estilo de vida y religión) y peruanos (identificados por sus diferencias físicas).

En conclusión Uruguay plantea gran diversidad: “Tres comunidades asiáticas, dos rusas,
cuatro europeas, una andina, una árabe, una comunidad negra y otra en formación
descendientes de charrúas” (Arocena, 2005: 22). Por ende se necesita apoyo a tal variedad
ya que las propias comunidades lo demandan, por las exigencias de libertad cultural y por
la importancia de su capital cultural.

BIBLIOGRAFÍA:
-​ AROCENA, Felipe “Elogio a la diversidad” en El Uruguay desde la Sociología V pp.
9-23. Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo, 2005
en RIVOIR, Ana: Cátedra: “Sociología del Uruguay”, Tomo III, Montevideo: Cecso.

Factores escolares y desafiliación en la Enseñanza Media Superior de Uruguay


(2003-2007). Tabaré Fernández

El presente trabajo de Fernández pretende indagar sobre la desafiliación como una


trayectoria hacia la vulnerabilidad social, una situación de abandono del ciclo Medio de
enseñanza como resultado de causas individuales (a través de la clase social de origen),
familiares o laborales.

Respecto a estos temas surgen diferentes hipótesis entre las que se detallan las siguientes:

-​ Los centros educativos se diferencias en las probabilidades de desafiliación de


sus estudiantes.
-​ La probabilidad de desafiliación del sistema educativo es mayor en los centros
públicos que en los privados.
-​ La desafiliación afecta de distinto modo a los estudiantes de UTU y de los liceos
públicos, sin embargo luego se comprueba que realmente esto no es así.
-​ La desafiliación es menor cuando los centros educativos están ubicados en
localidades pequeñas (menos de 5000 habitantes) y rurales, pero se da lo
contrario ya que la desafiliación es mayor justamente en el área rural y menor en
la Metropolitana de Montevideo e incluso es en las sociedades pequeñas donde
más aumenta la desafiliación.
-​ El tamaño del centro educativo incide en la desafiliación, ya que a mayor tamaño
plantea mayor desafiliación.
-​ Los centros de enseñanza que motivan el aprendizaje presentan menores tasas
de desafiliación
-​ La repetición en Primaria no tiene afectos sobre los niveles alcanzados en la
educación Media, sin embargo se comprueba que realmente si incide y de modo
relevante
-​ La desafiliación depende del plan cursado en Ciclo Básico.

Cabe agregar que la desafiliación está fuertemente marcada por el género (es más, las
mujeres tienen menos probabilidad de desafiliarse que los varones, el entorno sociocultural
del centro motivado por la segmentación residencial, la clase social (ya que en hogares de
profesionales, gerentes, propietarios y docentes la desafiliación es mucho menor) el
tamaño de la localidad.

En conclusión tienen mayor probabilidad de desafiliación los varones que las mujeres, en
localidades pequeñas, los que cursan Bachilleratos Diversificados, los que asisten a
centros de enseñanza numerosos, los que no hicieron el plan 1986 en Secundaria, los
analfabetos matemáticos para PISA 2003, los que iban a una escuela con poca motivación
hacia el aprendizaje.

Por ende se necesita revertir la situación, se deben estimular estructuras académicas con
orientación vocacional, promover de igual modo un buen clima de aprendizaje y
organizacional, entre otras posibles medidas de igual índole.

BIBLIOGRAFÍA:

-​ FERNÁNDEZ AGUERRE, Tabaré: “Factores escolares y desafiliación en la


Enseñanza Media Superior de Uruguay (2003- 2007) pp. 99-121 en Tabaré
FERNÁNDEZ AGUERRE (Coord.) La Desafiliación en la Educación Media y Superior
de Uruguay. Conceptos, estudios y políticas. Universidad de la República, CSIC.
Montevideo, 2010 en RIVOIR, Ana: Cátedra: “Sociología del Uruguay”, Tomo III,
Montevideo: Cecso.

“EL FUTURO DEL PAÍS” LA JUVENTUD URUGUAYA ENTRE EL FRACASO


ESCOLAR Y EL DESEMPLEO. Adriana Marrero

El objeto central del trabajo de Marrero es analizar cómo los jóvenes han salido
enormemente perjudicados desde diversos ámbitos como la pobreza, el propio desempleo,
entre otros y forman el sector más vulnerable la sociedad uruguaya.

La autora plantea que el capital social, es decir, los sistemas de relaciones sociales
modelan a los individuos en la estructura social, las interacciones y redes sociales parecen
imprescindibles, de igual modo se da un papel central a la familia en la explicación de la
deserción en enseñanza media, desocupación y precarización en las poblaciones jóvenes
más pobres.

Así también la propia globalización y sus efectos en la pobreza y en la educación, pero


también están presentes las exigencias para ingresar al mercado laboral o incluso la
inserción vinculada a las relaciones de género.
En general la situación de los jóvenes en el nivel educativo e inserción laboral, es el
resultado de transformaciones políticas, económicas y sociales. En los últimos tiempos el
empleo creció muy poco, sin embargo aumentan los trabajos de calificación media y alta,
se amplió la brecha salarial, la segregación locativa y residencial; el abandono del sistema
educativo, sobre todo en el nivel medio en que desertan más los jóvenes y los varones; de
hecho se plantea incluso prevalencia por el liceo respecto a UTU que es vista como una
educación para pobres. Además para la inserción laboral de los jóvenes se hacen
imprescindibles los contactos, los conocimientos (educación media completa, inglés,
informática), las habilidades, las características personales, la experiencia previa, los
buenos hábitos, el esfuerzo, la flexibilidad y la creatividad.

Respecto a la enseñanza media todos coinciden en que no brinda hábito de estudio ni


conocimientos pertinentes, está desconectada y todo ello perjudica por lo que son muy
importantes los programas de capacitación laboral pero con limitaciones de su alcance,
bastante fragmentados.

Respecto al género se puede decir que las mujeres pobres y menos educadas abandonan
el sistema educativo, mientras en sectores socioeconómicos más altos se permanece más
en el sistema educativos, no obstante las tasas de desocupación son altas y los salarios
menores en comparación con los varones, aunque las circunstancias evolucionan y la
incorporación de las mujeres al mercado laboral es realmente importante.

BIBLIOGRAFÍA:

-​ MARRERO, Adriana: “El futuro del país”. La juventud uruguaya entre el fracaso
escolar y el desempleo en
http://www.rau.edu.uy/fcs/soc/curriculums/AMarrero/publicaciones%20Adriana/EDUC
ACION/EL%20FUTURO%20DEL%PAIS:PDF en RIVOIR, Ana: Cátedra: “Sociología
del Uruguay”, Tomo III, Montevideo: Cecso.

¿ILUSIONES O RESULTADOS? EL PLAN CEIBAL EN LA MIRA.


Ana Rivoir

El plan Ceibal es una política pública nacional de carácter innovador, mayoritariamente


aceptado e incorporado a la sociedad uruguaya, a pesar de la disconformidad de los docentes.
Por ende lo central será analizar las consecuencias de la implementación de dicha política,
respecto a la brecha digital, de conectividad y el modo de empleo y su vinculación con el
contexto social de las personas involucradas.
Respecto a la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC),
Uruguay ha avanzado mucho, la PC se ha integrado notoriamente mayormente en las edades
más jóvenes, que expanden el hábito de uso en el centro educativo, cybercafés o incluso al
acceso a la misma en los propios hogares. En lo que concierne al uso de Internet, el mismo es
destinado con mayor frecuencia a las redes sociales y bajar música; mientras que la telefonía
celular también se expande.
En particular la política pública analizada ha ayudado a la inclusión social al disminuir la brecha
digital, al distribuir un computador portátil a cada niño que asiste a la escuela primaria pública
en todo el país, así como al docente, con fines educativos. El impacto es notorio en mayor
medida en los hogares más pobres generando importantes vínculos de cooperación entre
padres e hijos (ya que de no ser por dicha política las posibilidades de acceso a este tipo de
bien, serían remotas) y si bien el Plan Ceibal, no es un garante de la conectividad, la
evaluación del mismo por la población es altamente positiva. Cabe agregar además la
ampliación de la autoestima, la autonomía, el incentivo que generó el uso del computador en
clase, la motivación por realizar tareas, por lo que aumentaron las expectativas en relación al
aprendizaje, por el mayor acceso a la información, así como la mejora de las condiciones de
vida de los niños a futuro y la sensación de igualdad de oportunidades.
De todos modos se presentan sectores que no negando los avances, plantean que no todo es
positivo ya que la ortografía, la gramática, el razonamiento y la caligrafía empeoró. Otros
incluso sostienen que muchas maestras no la incorporan al trabajo, no la usan.
En conclusión y a pesar de las opiniones encontradas al respecto, el Plan Ceibal es un
fenómeno multidimensional, en promedio altamente positivo en mayor medida para los
sectores más excluidos que con la nueva política se sienten más integrados y con mayores
posibilidades

BIBLIOGRAFÍA:

-​ RIVOIR, Ana: “¿Ilusiones o resultados? El Plan Ceibal en la mira”. Pp. 263-282 en El


Uruguay desde la Sociología IX Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias
Sociales, Montevideo, 2011 en RIVOIR, Ana: Cátedra: “Sociología del Uruguay”,
Tomo III, Montevideo: Cecso.

UNA NUEVA FOTOGRAFÍA. Susana Dominzain


Dominzain intenta con su trabajo explicitar los cambios que se han dado en la sociedad
uruguaya, que han tenido como resultado un Uruguay heterogéneo, diverso,
fragmentado. En primer lugar plantea que el 2002 fue un año crucial para el país, la
crisis financiera y sus desencadenantes habían impulsado ciertos ideales que con el
triunfo del Frente Amplio en las elecciones nacionales del 2004 se vieron modificados.
Al indagar en la población encuentra que los jóvenes proyectan un Uruguay con un
futuro prometedor, mientras que para los adultos esta idea parece incluso quedar
desacreditada; sin embargo este dato resulta paradojal, ya que los jóvenes son en
primacía la población migrante, marcado un notorio envejecimiento de la población.
Cabe agregar que cuanto mayor es el nivel educativo y/o económico de la persona más
se confía en el futuro del país, y viceversa. No obstante la queja resulta un dato
alarmante, si bien puede dar cuenta de una sociedad con alto grado de participación
también puede traer consigo serias complicaciones. A ello se suma la percepción por
parte de los jóvenes de que Uruguay es un país demasiado arraigado, tradicionalista, al
que le cuesta enormemente evolucionar. Sin embargo, es de destacar la importancia
que adquiere el Plan Ceibal que plantea perspectivas óptimas para el futuro de los niños
por el acceso a nuevas tecnologías.
Relativo a la solidaridad, se observa que la población se compromete en mayor medida
con la educación, pero no con la ayuda a los más pobres, por lo tanto la solidaridad
cambia según el tema en cuestión. Mientras el racismo parece aumentar pero en mayor
medida para la población de Montevideo. Las minorías también son un importante tema
en cuestión, los niños, los jóvenes y las mujeres, respecto a sus posibilidades algo más
limitadas.
En conclusión la población uruguaya en su conjunto se caracteriza por valorar lo propio,
lo local, por mostrar divergencias pero tener temas de vinculación clara como los
términos “viveza criolla” y “garra charrúa” que forman parte del cotidiano, siendo
construcciones imaginarias que se han adoptado y que comúnmente se incluyen al
debate.

BIBLIOGRAFÍA:

-​ DOMINZAIN, Susana; RAPETTI Sandra; RADAKOVICH Rosario: “Imaginarios y


consumo cultural”. Segundo Informe Nacional sobre consumo y comportamiento
cultural Uruguay 2009. Montevideo, MEC, PNUD, Udelar 2009 en RIVOIR, Ana:
Cátedra: “Sociología del Uruguay”, Tomo III, Montevideo: Cecso.

También podría gustarte