“Opinión Pública y Propaganda” es una materia obligatoria del cuarto semestre,
que corresponde al área teórica de la Carrera de Ciencias de la Comunicación,
pretende proveer a los estudiantes de conocimientos científicos para analizar el
qué, cuándo, cómo y por qué de la opinión pública e incidir en su formación; así
como el análisis de la propaganda de que se valen los medios de información.
La opinión pública es uno de los conceptos íntimamente relacionados con la
democracia burguesa, ya que por ésta se entiende el gobierno mediante opiniones
públicas expresadas en el sufragio universal. Por tal motivo, el análisis del
concepto de opinión pública conlleva la interacción con la Ciencia Política,
entonces, se puede decir que dicho concepto, debe ser la fuerza social que
expresa el estado de conciencia y de conocimiento que predomina en la sociedad
con referencia a los problemas políticos de interés general.
Sin embargo, la opinión pública dentro del sistema capitalista es un principio
ideológico que prevalece sobre los criterios individuales que divide y succiona.
Con el modelo neoliberal, la racionalización (valiéndose de la propaganda) que
hace el capitalismo de la civilización supuestamente fincada en la democracia, se
representa en la libertad de expresión, la cual está consignada en el derecho
constitucional. La expresión ideológica de orden democrático libre supone que, al
garantizar el libre tráfico de las mercancías, garantiza la libre expresión de las
ideas y por ende, la libre formación de la opinión pública, por lo que su
mistificación es vital para el funcionamiento de este modelo.
Esta ideología se propaga por los medios de difusión con la connotación de que
democracia significa pluralismo, en cuanto a que la difusión es libre y que por lo
tanto la formación de la opinión pública se basa en las distintas posturas,
expresadas con diferentes argumentos y razones y que son planteadas
libremente. Sin embargo, al confrontar lo jurídico con la práctica cotidiana, el
ejercicio de la opinión pública es generalmente inexistente.
En sentido amplio, el concepto indica dinamismo, ya que expresa en todo
momento la eterna lucha por el derecho y la discusión pública. No puede haber
democracia si no existe una discusión pública y mecanismos que la expresen a
través de órganos constitucionales como lo es el Congreso de la Unión y los
medios como la radio, la prensa, la televisión o el cine.
Todas las opiniones deben ser respetadas, esto es, tomadas en cuenta y
propagandizadas, es decir, realmente públicas, para poder ser el motor de la
democracia en un país como México; sin embargo, los intereses monopólicos en
los medios de difusión colectivos son de los principales obstáculos para que la
opinión pública (la de los diversos públicos) pueda influenciar en la toma de
decisiones gubernamentales y para la formación de partidos políticos en tanto
organizaciones de ciudadanos dispuestos a realizar, sobre la plataforma de un
estado democrático, un programa político propio.
Por otra parte, el derecho de los partidos políticos en un régimen de democracia
representativa podrá concretizarse en los diputados que deben practicar una
discusión parlamentaria en tanto intermediarios de la opinión pública y en el marco
de la controversia política.
Entonces el qué de la opinión pública se podrá asumir como conocimiento,
comunicación, discusión e injerencia del pueblo en los asuntos públicos para que
la democracia sea de facto. Y por lo tanto los medios asumirán su función, es
decir, el de ser portavoces y configuradores de la opinión pública.
Históricamente, y en la actualidad con el modelo globalizador impuesto en todo el
mundo y México como parte de éste, la prensa, radio y televisión, no asumen la
responsabilidad que tienen respecto a la formación de la opinión pública, pues no
ofrecen noticias completas, veraces y objetivas acerca de los asuntos públicos y
en general de la sociedad para que pueda darse la libre discusión de las ideas -
hay manipulación- y la difusión de la propaganda sirve como canal de
ideologización.
Es en este marco que abordamos la dimensión de la opinión pública y de la
propaganda, lo que tiene que ver, en primer lugar, con la obligación de los medios
de dar cauce a la opinión pública, de transmitir verazmente los aspectos que
competen al poder público, difundir las transgresiones a la ley por parte de las
autoridades, analizar los problemas de la vida cotidiana (en el sentido gramsciano
y de Habermas de que “lo privado es público” o de que “lo personal es político”) y
posibilitar su solución a través de la discusión pública en una real democracia.
De esta manera, es conveniente reconocer desde el principio, que tanto el estudio
como la acción sobre la opinión pública y la propaganda, no dependen
exclusivamente de la actuación de informadores y comunicadores, sino que su
complejidad implica el quehacer interdisciplinario, y aún, el establecido
espontáneo y popular que pueda ser comprendido dentro del quehacer cotidiano,
profesional y político.
En conclusión, se puede afirmar conjuntamente con Octavio Ianni, que en la época
actual, caracterizada por el modelo neoliberal, sus propagandistas se han valido
de los medios impresos y electrónicos acoplados a la industria cultural, para
transformar al mundo en paraíso de imágenes, video-clips, supermercados,
shopping centers, disneylandias. En lugar de contribuir en el desarrollo de una
conciencia crítica y política, se coloca el virtualismo, elcollage, el pastiche, el
simulacro, la ilusión de una opinión pública valiéndose de la propaganda, es decir,
han impedido su formación, pues se presenta un mundo-paraíso basado en el
consumismo, de temas irrelevantes, y la extrema cosificación del ser humano; lo
cual no contribuye a la formación de la opinión pública sino a una visión desde el
mercado.
En la práctica, la propaganda que transmite los medios sirve para ocultar las
nuevas formas y técnicas de manipulación de la información para el logro de una
hegemonía de poder oligopólica, económica, política y social, dándole
aparentemente una legitimación democrática. Tal manipulación se aprovecha para
la estabilización del statu quo, mediante la profundización y reproducción de la
ideología del neoliberalismo.
De ahí la razón de este Programa de Estudios: "Opinión Pública" y "Propaganda”
basado en el marco teórico propuesto en la presentación, de tal forma que permita
desarrollar conocimientos alternativos y formar un pensamiento crítico acerca de la
“opinión pública” y de "propaganda" dentro del sistema capitalista en el marco del
modelo neoliberal, y por otra parte, la necesidad de la participación ciudadana en
aras de un cambio para la realización de la democracia, para ejercer el derecho a
expresar las ideas, para exigir el respeto a la pluralidad y a la diversidad, para
entonces, poder acceder a la formación y al desarrollo de la opinión pública